Casi la mitad de los integrantes de los grupos armados de Haití son niños y niñas que se ven obligados a alistarse a causa de la violencia, según UNICEF
PUERTO PRÍNCIPE/NUEVA YORK, 28 de mayo de 2024 – En un contexto en que la violencia armada sigue provocando el deterioro de la situación en Haití, las Naciones Unidas estiman que entre el 30% y el 50% de los integrantes de los grupos armados son niños y niñas sometidos a coacción, abusos y explotación, todo ello como consecuencia de la persistente fragilidad social, económica y política causada por el conflicto, que ha sumido en el caos a algunas zonas del país.
La situación de la infancia de Haití es desesperada. El 90% de la población haitiana vive en la pobreza y tres millones de niños y niñas necesitan ayuda humanitaria urgente. Paralelamente, años de inestabilidad política y unas devastadoras condiciones económicas han provocado la proliferación de grupos armados a los que, cada vez más, muchos niños y niñas del país se ven obligados a unirse ante la falta de otras opciones para sobrevivir o protegerse, lo que representa una clara vulneración de sus derechos.
“Los niños y las niñas de Haití están atrapados en un círculo vicioso de sufrimiento: se ven obligados a alistarse en grupos armados por pura desesperación, a causa de la violencia despiadada, la pobreza y el colapso de los sistemas que deberían protegerlos”, ha declarado la Directora Ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell. “Los grupos armados utilizan a los niños para distintas tareas, como cocinar, limpiar, hacer de “esposas” o como vigilantes. Pero lo que estos niños y niñas tienen en común es que pierden su inocencia y se separan de sus comunidades. La repercusión que sufre cada uno de ellos es el reflejo de una tragedia que debe abordarse de inmediato. Hay que dar prioridad a su protección y su bienestar, y para ello debemos ayudarlos a desvincularse de los grupos armados, garantizar su reintegración en la sociedad y facilitarles un acceso seguro a servicios básicos y asistencia”.
Según estimaciones recientes, más de medio millón de niños y niñas en Haití viven en zonas controladas por grupos armados, lo que los hace más vulnerables a la violencia y al reclutamiento infantil.
A menudo, los niños y niñas se ven obligados a alistarse en grupos armados como medio para mantener a sus familias o debido a las amenazas recibidas contra ellos o sus seres queridos. Muchos se unen también a estos grupos tras haber sido separados de sus familias, como un medio para sobrevivir y estar protegidos.
El reclutamiento y el uso de niños y niñas por parte de grupos armados constituye una grave violación de sus derechos, y su alistamiento a cualquier edad en estos grupos es una clara vulneración del derecho internacional.
UNICEF y los Ministerios de Justicia, Educación y Trabajo y Asuntos Sociales de Haití han acordado recientemente un enfoque conjunto de trabajo dirigido a apoyar la reinserción de los niños y las niñas que en el pasado han estado vinculados a grupos armados. Este acuerdo constituye un hito en los esfuerzos por preservar su bienestar.
En lo que va de 2024 se ha intensificado la violencia y más de 2.500 personas han sido asesinadas, han resultado heridas o han sido secuestradas. Las Naciones Unidas han constatado más de 400 casos de violaciones graves contra la infancia. Al mismo tiempo, las familias siguen viéndose obligadas a desplazarse por la violencia y, de hecho, más de 180.000 niños y niñas son actualmente desplazados internos.
A pesar de este entorno de alta inestabilidad, UNICEF está redoblando esfuerzos para proteger a las familias y proporcionarles ayuda de emergencia, inclusive a aquellas que se encuentran atrapadas y apartadas de los servicios esenciales. Junto al Gobierno haitiano y sus aliados, UNICEF está ayudando a preservar los sistemas y servicios nacionales, regionales y, en las zonas más inseguras, vecinales, que protegen a los niños y las niñas y a sus familias.
UNICEF hace un llamamiento a la comunidad internacional para que redoble los esfuerzos destinados a proteger a los niños y niñas de Haití a través de las siguientes medidas:
- Garantizar que la misión de seguridad apoyada a nivel internacional priorice la protección de los niños y las niñas, la seguridad de los civiles y el compromiso de defender el derecho humanitario y asegurar un espacio para la acción humanitaria.
- Apoyar los esfuerzos para prevenir y poner fin a las violaciones graves cometidas contra la infancia, por ejemplo, mediante la protección de escuelas, hospitales y otras instalaciones de las que depende la población infantil y salvaguardando los espacios humanitarios.
- Reforzar el apoyo a las iniciativas nacionales dirigidas a garantizar un acceso humanitario sostenible, predecible y sin trabas a gran escala, que incluya la seguridad de los desplazamientos del personal humanitario y los trabajadores de primera línea y la prestación de servicios y suministros esenciales a las poblaciones necesitadas.
- Aumentar la financiación inmediata y flexible para atender las necesidades humanitarias y de protección de las personas más vulnerables a medida que evoluciona la situación, garantizando que la ayuda llegue a los niños y niñas afectados lo antes posible, en particular aquellos que han huido o han sido liberados de grupos armados.
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