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Panamá: Educación media,el talón de Aquiles.

El informe es parte de los compromisos de los objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030.

Centro América/Panamá/18.10.2016/Autor y Fuente:http://elsiglo.com/

Una deficiencia en la educación media en el país es el resultado que dio a conocer el Informe de Seguimiento de la Educación del Mundo (Informe GEM), del año 2014-2015.

Carlos Staff, viceministro de Educación, explicó que es necesario hacer una cultura de evaluación para determinar las debilidades y corregir las cosas en que se está fallando en el sistema educativo.

Sostuvo que el informe es parte de los compromisos de los objetivos de Desarrollo Sostenible para el año 2030, que tiene que cumplir el país y las naciones de Centroamérica.

Recalcó que los docentes de Panamá son los mejores pagados en comparación con otros países.

Esto, según estadísticas a las que tuvo acceso El Siglo, que indican que en el 2015 se registraron 89 mil 15 fracasos y este año van 183 mil 140, lo que hace un total de 94 mil 125 por encima del registro del año pasado.

En cuanto al cumplimientos del pago de los educadores, reiteró que ya se les ha pagado el 30% a los profesores en la primera quincena de septiembre y el 65% para el 15 de octubre.

Solo queda un remanente que es de 5%, el cual será pagado a finales de este mes.

Fuente: http://elsiglo.com/panama/educacion-media-talon-aquiles/23966023

Imagen: http://laestrella.com.pa/media/news/image/274538_750x480_crop_5801942e21b58.jpg

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El concepto de calidad de Fe y Alegría y sus sistema de mejora.Una mirada alternativa.

Por: Elizabeth Riveros Serrato.

En el año 2004 Fe y Alegría comienza a desarrollar un sistema de mejora de la calidad que permita a los centros educativos entrar en una dinámica de aprendizaje y mejora continua. El propósito del sistema es fomentar una cultura permanente de la mejora de la calidad educativa. De esta manera, Fe y Alegría busca contribuir desde su propia experiencia al mejoramiento de la calidad de los sistemas educativos públicos de los países de América Latina y el Caribe.

La calidad educativa es una noción compleja que puede asumir significados diversos, incluso contradictorios, según quien la defina. Parte de la complejidad depende de que se trata de un concepto multidimensional ya que los procesos educativos se desarrollan en múltiples niveles (sistema educativo, escuela, sala de clases, familias de las y los estudiantes, entre otros) y están afectados por una pluralidad de factores, algunos internos a las escuelas, otros externos. A eso se suma que la calidad educativa es una noción ideológica que descansa sobre un proyecto político y social, es decir, lo que se entiende como calidad se construye de acuerdo a la visión que cada sociedad tenga sobre su futuro y el de las personas que se quieren formar para hacer realidad esa visión. En este sentido, subyacen a la idea de calidad educativa sistemas de valores y aspectos éticos del ordenamiento social.

Fe y Alegría promueve el derecho a una educación de calidad para todos y todas, lo que significa reconocer que todas las personas necesitan y deben ser educadas para desarrollar sus potencialidades y participar plenamente de la sociedad. La educación es un derecho crucial debido a que posibilita el acceso a otros derechos básicos. En otras palabras, las consecuencias de la falta de educación, o de una educación de mala calidad, llevan a la exclusión social.

Al ser la educación un derecho fundamental para el desarrollo de las personas y su bienestar en la sociedad, Fe y Alegría entiende que ese derecho debe ser garantizado por el Estado. Fe y Alegría asume la opción de trabajar en y por la educación pública desde una comprensión de “lo público” como el lugar de todos y todas, accesible a todas y todos, desde donde se construye el bien común. Para Fe y Alegría la existencia de una educación pública de calidad propicia el desarrollo y fortalece la democracia.

Promover el derecho a una educación de calidad implica eliminar todas las barreras que limitan el acceso a la educación o a la continuidad de los estudios, sean las que discriminan a las personas o las que segmentan por grupo socioeconómico. Se trata de fomentar una educación pública inclusiva y equitativa: una comprensión de la calidad educativa inseparable de la equidad.

Fe y Alegría es consciente de que América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo en su distribución de la riqueza y de que esta desigualdad económica se traslada al plano educativo. Pese a que en promedio el 95% de los niños y niñas de la región tiene acceso a la educación escolarizada, la calidad es muy deficiente. Más del 50% de la población estudiantil no alcanza las capacidades mínimas para la lectura ni para la resolución de problemas matemáticos [1].

Existen una serie de elementos que contribuyen a reproducir la desigualdad educativa [2]:

• acceso diferencial a distintos niveles educativos para las personas pobres y las que no lo son;

• tratamiento diferencial en las escuelas, que otorga más ventajas a estudiantes que proceden de hogares de mayores ingresos;

• segregación social en las escuelas, por la cual la mayor parte de las y los estudiantes aprende en la escuela a convivir y a relacionarse sólo con personas de un nivel socio-cultural semejante al suyo;

• diferencias importantes en los esfuerzos privados que realizan las familias para apoyar a sus hijos e hijas (en la transmisión directa de capital cultural);

• contenidos y procesos educativos que no se dirigen específicamente a tratar la desigualdad como problema de estudio. La superación de la desigualdad no se logra solo con la distribución de recursos materiales. Es imprescindible tener en cuenta aspectos socio-culturales, políticas y subjetividades, propias de cada persona. Se requiere ofrecer una educación entendida como medio de expansión de las capacidades individuales y colectivas. La propuesta pedagógica debe confiar en que todas las personas tienen capacidades; debe ser mediadora entre la realidad de cada sujeto y la comprensión que cada cual tenga de ella y debe ofrecer alternativas pertinentes que sean atractivas y despierten capacidades.

Educación de calidad, para Fe y Alegría, es la que:

Forma la integralidad de la persona potenciando el desarrollo pleno de todas sus dimensiones, la que valora su unicidad individual y su pertenencia sociocultural favoreciendo la apropiación y construcción personal y colectiva de conocimientos, actitudes y habilidades; es la que capacita para mejorar la calidad de vida personal y de la comunidad, comprometiendo a las personas en la construcción de una sociedad más justa y humana.

Se caracteriza por una práctica educativa y de promoción social entendidas como proceso concientizador, transformador, participativo, solidario, reflexivo, relevante, creativo, equitativo, eficiente y eficaz, elaborado desde y con las personas excluidas, que promueve un liderazgo grupal sin exclusión, donde cada uno tiene un lugar en el quehacer de la comunidad.

La Calidad implica la transformación de los sujetos, de la escuela y de las comunidades, para Fe y Alegría la calidad está directamente relacionada con la posibilidad que tiene la escuela de acercarse a la realidad del sujeto que quiere formar:

• Un sujeto crítico, empoderado, con capacidad de proposición y de compromiso con su realidad, con liderazgo, con capacidad para argumentar y construir.

• Una escuela abierta, sin modelos, no homogenizada, en búsqueda, que pasa de la actividad a la acción y da sentido desde el contexto.

• Una comunidad empoderada, que construye propuesta y tejido social, que reconoce la importancia de lo público y se compromete con él, que desarrolla proyecto para generar procesos de justicia y equidad.

Adoptando la definición de calidad educativa, los valores, los compromisos y los criterios expuestos, se construye el Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría (SMCFyA) como una herramienta que organiza la escuela y que proporciona elementos para la mejora. Se desarrolla, por lo tanto, como un ciclo que se compone de cuatro fases que se explican a continuación:

La evaluación de los centros educativos

La evaluación se realiza con el propósito de diagnosticar, comprender, dialogar, aprender y mejorar la calidad de los procesos educativos. La evaluación no debe reducirse a un ejercicio de control sobre el evaluado que consiste en la comparación, la clasificación, la jerarquización, o incluso la discriminación. Por el contrario, la evaluación debe estar encaminada a la mejora de la práctica educativa y fundamentarse en el compromiso de todos y todas con el conocimiento y la reflexión. Solo si la evaluación genera comprensión y participación, es posible obtener mejoras educativas. Desde esta perspectiva, se trata de un reto pedagógico y ético, más que un mero hecho técnico.

Además, la evaluación debe estar orientada hacia la autonomía: la comunidad educativa debe tener una clara implicación y capacidad de autodeterminación de manera que pueda tomar decisiones y estas tengan un efecto positivo en el propio centro y, a largo plazo, en la eficacia del sistema educativo. La evaluación como proceso dialógico y sistémico debe generar impactos tanto en el pensamiento de las y los docentes, del estudiantado, de los equipos directivos y de la comunidad.

Todo ello reflejado en los impactos que se generan en los contextos, en las prácticas de intervención y en la cultura organizacional. Fe y Alegría opta por un enfoque de evaluación caracterizado principalmente por:

• ser multidimensional: toma en consideración los resultados, los procesos educativos, la estructura y los recursos del centro y el contexto;

• ser de carácter autoevaluativo: requiere la implicación de los sujetos evaluados (con un acompañamiento externo);

• estar encaminado hacia la mejora: utilizar la información arrojada por la evaluación para entender qué cambios son necesarios para mejorar;

• ser participativo: requiere el involucramiento de todos y todas en el análisis de esa información;

• ser democrático y transparente: es fundamental consensuar las interpretaciones y las prioridades;

• hacer del centro educativo el protagonista de la toma de decisiones: cada uno identifica las acciones y líneas de trabajo necesarias para la mejora;

• estar contextualizado;

• tener como objetivo ni jerarquizar, ni clasificar los centros educativos.

Desde un enfoque multidimensional e integral, la evaluación tiene como objeto:

Las dimensiones están estrictamente interrelacionadas y cada una arroja información para iluminar a las demás y dibujar un cuadro completo de la situación en el centro educativo. El contexto define, limita y orienta la intención con la cual un centro educativo trabaja. Se puede decir que un centro es de calidad cuando responde al contexto en que se encuentra, con sus intereses y necesidades, y desde allí desarrolla estrategias para transformar esa realidad.

La forma en que se utilizan los recursos influye en el hecho educativo. Los procesos educativos y su interacción son determinantes para la calidad educativa. Por eso, la evaluación de estos procesos es la que posteriormente orientará las posibles líneas de acción para la mejora de los centros.

Por último, los resultados se consideran como una de las dimensiones que debe generar un centro en la medida que las demás se articulan. En coherencia con el valor asignado a una educación integral, la evaluación mide los aprendizajes cognitivos de las y los estudiantes en matemáticas y lenguaje, y también sus actitudes y valores frente a sexualidad y cuidado del cuerpo, violencia, justicia y solidaridad. Para lograr la vivencia efectiva de esta fase y del sentido de la evaluación desde esta mirada de cultura de mejora, se hace necesario ir desarrollando y generando de manera consciente, las capacidades de: • Mirar-se, de hacer pares en el camino para reconocer y ver la práctica y las prácticas que los centros educativos realizan.

• Reconocer el contexto, dar sentido a la realidad que día a día vemos y conocemos, analizar y relacionar esas realidades con las posibilidades de aprendizaje y de formación del sujeto que queremos formar.

• Comprender y leer las diversas percepciones que hay en la escuela sobre las realidades y las prácticas que se desarrollan.

• Contrastar la práctica con otras realidades para revisarla y ajustarla.

La reflexión

A partir de la devolución de los resultados el centro educativo entra en un proceso de reflexión que sigue a lo largo de todo el ciclo de mejora. Para ello, organiza equipos de centro , con representación de todos los estamentos y actores de la comunidad educativa, que van a reflexionar y dialogar sobre los resultados encontrados.

Durante esta fase se busca que el centro educativo entienda las debilidades y fortalezas encontradas en la evaluación y proceda a identificar los problemas centrales . Una vez delimitados los problemas, los equipos los priorizan y definen las líneas de acción para intervenir sobre ellos. Todo esto implica desarrollar capacidades de:

• Diálogo y conversación, participación e interacción entre diferentes sujetos.

• Reconstruir y ajustar la práctica a partir de la reflexión.

• Problematizar, hacer preguntas, cuestionar la realidad y lo que se vive en la escuela. • Darse cuenta de lo que se es, lo que es la práctica. Se trata de un proceso que exige tiempo y muchas veces no está exento de dificultades, pero el esfuerzo se traduce en la adquisición de capacidades al interior de la comunidad educativa, conocimiento de la propia realidad, aprendizaje colectivo, construcción de consenso y apropiación de la estrategia de mejora, lo cual es fundamental para lograr una cultura de la mejora educativa.

La elaboración e implementación de planes de mejora

Una vez definidas las líneas de acción el centro, los equipos de trabajo entran en una fase de organización y planificación de las mismas, para desde ahí encaminar las acciones de manera priorizada, secuencial y gradual. Esta organización lleva a la elaboración del plan de mejora , proyectado a tres años, que expresa objetivos y resultados a perseguir.

El plan de mejora inicia su implementación con el acompañamiento de las y los Coordinadores Pedagógicos de Fe y Alegría, y con la participación de todos los miembros de la comunidad educativa. Durante la implementación, la escuela debe valorar periódicamente el avance del plan para introducir los ajustes que se necesiten. Todo esto supone que el centro educativo vaya fortaleciendo su capacidad para valorarse y transformarse, generando una nueva cultura educativa. La idea que subyace al plan de mejora es que la escuela debe estar abierta al cambio.

Desarrollar la capacidad de proyectar y dar sentido a la acciones, de vivir en un plan que mueve y articula a todos y todas. Generar una capacidad de reconocer el avance, el cómo se va acercando al sueño propuesto, capacidad para saber qué acciones nos han permitido acercarnos al sueño, cuáles nos han estancado. Capacidad para comprender que avanzar es mejorar y mejorar es crecer y es lograr.

La sistematización

Finalmente, cada centro educativo desarrolla una sistematización del proceso de evaluación y mejoramiento. Sistematizar consiste en hacer una interpretación crítica de una o varias experiencias, a partir de su ordenamiento y reconstrucción, para descubrir la lógica del proceso vivido y los factores que intervienen.

Su objetivo dentro del Sistema de Mejora de la Calidad de Fe y Alegría es prestar atención a los procesos de mejora y reconstruir su implementación (actores relevantes, factores que facilitan o dificultan, el contexto en el que se da, etc.) para aprender e ir dejando huella de la forma en que sucedieron los cambios. De esta manera, se construye conocimiento al interior del centro y se facilita el aprendizaje para experiencias futuras de mejoramiento en la misma escuela, así como en otras que estén en un contexto similar.

Esta fase, que se da desde el comienzo de la implementación del plan de mejora, exige un esfuerzo adicional para el centro educativo que debe planear la sistematización, generar+ espacios de reflexión y tiempos para que el equipo sistematizador pueda recoger y organizar la información obtenida.

El conocimiento desarrollado a través de la sistematización debe ser difundido de manera amplia y variada (medios virtuales, publicaciones o en espacios de socialización) para que toda la comunidad educativa y otras instituciones conozcan la experiencia de mejora del centro.

Para realizar este proceso es necesario desarrollar capacidades de:
• Narrar y comunicar, de saber contar a otros que es lo que hemos hecho, narrar la vida que se ha producido en la transformación de las prácticas.
• Construir conocimiento y aprendizajes de lo que se realiza.
• Capacidad de transformar y ajustar la práctica.

La mejora de la calidad implica la transformación de las prácticas que hemos identificado que queremos transformar y a la vez reflexionar las prácticas y acciones que vamos implementando para la transformar la práctica. Hemos propuesto por lo tanto un concepto de calidad histórico y contextualizado, que implica el desarrollo y generación de nuevas capacidades, nuevas organizaciones, nuevas miradas.

Un concepto de calidad que implica el construir una nueva Cultura escolar, en un ciclo de Calidad que permite la creación y la transformación. Concepto de calidad que implica cuestionar y problematizar permanentemente lo que se hace y vive, una calidad que hace de la escuela un espacio de construcción y de búsqueda permanente. Una cultura que nos hace ser Sujetos de la acción de transformación de cada uno, de la escuela y de las comunidades.

*Elizabeth Riveros Serrato, Coordinadora Ejecutiva del Programa de Calidad educativa de la Federación Internacional Fe y Alegría.

Notas

[1] Resultados de países latinoamericanos en la prueba PISA. OCDE (2004), Informe del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, París.

[2] F. Reimers (1993); “Una innovación educativa para proporcionar educación básica con calidad y equidad”, en: Revista de Pedagogía, vol. XIV, pp 31-49

Referencias bibliográficas

CASASSUS Juan, Violeta Arancibia, Enrique Froemel. (1996). “Laboratorio Latinoamericano de evaluación de calidad de la educación”. Revista Iberoamericana de Educación . Número 10. Evaluación de la Calidad de la Educación. (En http://www. campus-oei.org/oeivirt/rie10.htm)

FE Y ALEGRIA. XXXIV Congreso Internacional, Colombia, 2003.

FE Y ALEGRIA. XXXIII Congreso Internacional, Paraguay, 2002.

FE Y ALEGRIA. XXXII Congreso Internacional, Guatemala, 2001.

FE Y ALEGRÍA. (2003) Metodología para sistematizar prácticas educativas. Borja Beatriz. Venezuela.

FE Y ALEGRÍA. (2005). La escuela más allá de los muros. Herramientas para una comprensión transformadora del contexto. Centro Cultural Poveda. República Dominicana.

FREIRE, P. La pedagogía de la esperanza. 1992

MARCHESI, A. (2000). “Un sistema de indicadores de desigualdad educativa”. Revista Iberoamericana de Educación , 23, 135-163.

MARCHESI, A. y MARTÍN, E. (1998) Calidad de la enseñanza en tiempos de cambio. Madrid: Alianza.

MEJÍA, Marco Raúl, (2012): Pedagogías Críticas desde el Sur (Cartografías de la educación popular). Bogotá: Editorial Magisterio.

MORÍN, Edgar. (1999). Los siete saberes necesarios para la educación del futuro . París: UNESCO. Francia. Trad. M. Vallejos G. Universidad Pontificia Bolivariana. Medellín. Colombia. VII – 68 p. (En http://www.complejidad.org/27-7sabesp.pdf o http://www.unesco.cl/0709.htm).

RIVEROS, Elizabeth. (2009). El Sistema de Mejora de la calidad Fe y Alegría. Una mirada desde la Educación Popular. Bogotá: Ladiprint Editorial Ltda.

RIVEROS Nicolás (2014). Brief sobre el Sistema de Mejora de la Calidad, Bogotá.

SANTOS Guerra, M.A. (2002) Trampas en educación: Un discurso sobre la calidad . Madrid: Ediciones Morata.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/el-concepto-de-calidad-de-fe-y-alegria-y-su-sistema-de-mejora-una-mirada-alternativa/

Imagen: http://insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/pinterest.jpg

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Jóvenes excluidos de educación y trabajo

Por: José Roberto Osorio

Según el estudio “Exclusión educativa y laboral de la población de 15 a 24 años en Centroamérica”, (ERCA-Estado de la Nación, con auspicio de OIT), en 2015, Centroamérica tenía 45.4 millones de habitantes de los cuales 9.1 millones, cifra equivalente a una quinta parte, eran jóvenes. El 59 % de ellos estaba fuera del sistema educativo y dos millones (22.8 %) estaban simultáneamente fuera del sistema educativo y del mercado laboral.

Este grupo es importante numéricamente y porque se espera desempeñen funciones sociales, económicas y políticas estratégicas para sus países, aunque muchos ya se han incorporado tempranamente al mundo del trabajo, generalmente en forma precaria y es obvio que se integran de varias y con frecuencia limitadas formas a la dinámica social. Empero, sin formación, o con una de baja calidad, no tendrán las condiciones para contribuir positivamente al proceso de desarrollo de los países y la falta de trabajo decente les impediría disponer de recursos mínimos para crear familias y ser parte de un proceso de crecimiento de ellos mismos y de cada nación. CEPAL ha planteado que “una persona en edad laboral debe contar al menos con 12 años de escolaridad formal para reducir su riesgo de ser pobre”.

En la Región, Honduras tiene el mayor porcentaje de jóvenes de su población (2015), con el 22 %, siguiéndole Nicaragua con el 21 %. Guatemala y El Salvador exhiben una tasa del 20 %, Costa Rica el 18 % y Panamá el 17 %.

La cobertura educativa en la Región se habría incrementado. En 2013 la educación primaria acogía entre el 80 % y 95 % de los niños y niñas en edad de acudir a la escuela, tasa que disminuye a menos de la mitad en preescolar y secundaria en la mayor parte de los países. Un fuerte desafío de la institucionalidad y los propios civiles es lograr una inclusión temprana de los estudiantes y retenerlos en el sistema para que continúen en la secundaria.

En cuanto a inversión pública en educación por persona, en 2013, Costa Rica casi sextuplicaba, por ejemplo, la de El Salvador y Honduras; decuplicaba la de Nicaragua, siendo casi el doble de la que se registró en Panamá.

También en 2013, la PEA de la Región fue de 20 millones de personas y la tasa de desempleo del 5.5 %. El problema mayor no es el desempleo sino la “precariedad de las condiciones de trabajo, y en ambas situaciones la población joven es la más afectada”. Los jóvenes tienen fuertes limitantes para incorporarse al mundo del trabajo y la tasa de desempleo en este grupo social duplica o triplica los promedios de cada país.

La clasificación elaborada en el estudio mencionado va desde la exclusión total que es la de aquellos jóvenes que no estudian ni trabajan (en este contexto se denominarán NENT, debido a las tergiversaciones del muy difundido vocablo “ninis”, grupo que en ocasiones se ha llegado a interpretar como una amenaza a la convivencia democrática, en tanto no creen en nada y se oponen a todo), hasta la inclusión en que se encontrarían los jóvenes que se dedican solamente a estudiar.

Combinaciones intermedias son “solo trabaja” y “estudia y trabaja”.

Suponiendo que los jóvenes que solo estudian (inclusión), asisten a un grado acorde a su edad y reciben una educación de buena calidad, tendrían mayores y mejores oportunidades de inserción en el mercado laboral.

En general los jóvenes trabajan en empleos peligrosos, mal remunerados y precarios.

Este panorama, complicado y difícil, impone tareas urgentes y prioritarias a los gobiernos, en particular a los tomadores de decisiones, gestores y gerentes públicos.

Fuente: http://www.laprensagrafica.com/2016/10/07/jovenes-excluidos-de-educacion-y-trabajo

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Juventud, cultura y universidad

Por: Pedro Rivera Ramos

Décadas hace que gran parte de la juventud panameña y dentro de ella, la universitaria, viene manifestando cambios cualitativos y sensitivos, no solo en aspectos que habitualmente no suelen despertar tanta preocupación social, como modas, música y gustos estéticos; sino en valores y ética, en identificación de la cultura emancipadora, en su rendición al consumo casi patológico, en una pérdida gradual del sentido e importancia de la colectividad y en una apatía peligrosa hacia el desarrollo del pensamiento crítico o el cuestionamiento otrora, hasta irreverente.

Es muy común entre nuestros jóvenes, el desdeño y desconocimiento sobre hechos y personajes históricos que han marcado indeleblemente la vida nacional; sin embargo, pueden delirar durante horas sobre las hazañas deportivas de un jugador desechable del momento o del último chisme de la farándula criolla o extranjera.

Lo que aquí acontece no es exclusivo de nuestra juventud. Esos rasgos pueden ser observados con facilidad en muchas otras latitudes. Factores internos y externos, junto a un formidable mecanismo mediático soportado básicamente en una cultura de la imagen, así lo han configurado y decidido. Hoy, lamentablemente para nuestros jóvenes estudiantes, todo lo que no sea estrictamente curricular, carece casi por completo de significado e importancia. Igual suerte viene padeciendo la adquisición del conocimiento en su carácter crítico y desmitificador, así como la valoración social de la utilidad de la educación superior.

Eso explica, en gran medida, la apatía e indiferencia que muestra gran parte de nuestro estudiantado hacia actividades extracurriculares, con independencia de la calidad o el buen gusto que pueda exhibir la obra cultural. El estudio y su finalización solo adquieren legitimización social, cuando garantiza la inserción inmediata al mercado del trabajo y los réditos generados pasan a ser exclusivamente para beneficio y disfrute personales.

Ahora solo se estudia pensando esencialmente en el símbolo de la instrucción y los beneficios mercantiles; renunciando así, a todo lo que pueda servir para revelar las grandes potencialidades que en el ámbito cultural, espiritual y humano, se encuentran en nuestra especie. Atrás han quedado las preocupaciones sociales legítimas de antaño, el romanticismo inserto en utopías humanas, la identificación plena con proyectos nacionales de emancipación y soberanía. El mundo de la frivolidad, el hedonismo, el utilitarismo y la insolidaridad, se han apoderado de las almas y corazones de vastos sectores de nuestra juventud y conspiran desde hace ya mucho tiempo, contra una educación más ética, comprometida y liberadora; que en el caso de la universitaria, debe estar encaminada hacia la creación, de un sujeto transformador desde una perspectiva social y humanística.

Al mundo que de veras existe y que indudablemente debe ser transformado, le urge que los jóvenes, y principalmente los estudiantes, adquieran consciencia de la extraordinaria responsabilidad que tienen por delante. Sin pretenderlo, les ha correspondido vivir en un país y en un planeta donde se incrementa la riqueza tan rápido como crecen las desigualdades e injusticias. Mucho pueden aportar si deciden luchar contra los contrastes inaceptables o las inequidades intolerables de nuestra vida cotidiana.

Para comenzar, nuestra juventud, y especialmente la estudiosa, debe ser capaz de revestir sus argumentos de toda la dimensión crítica posible; respetando otredades y pluralidades culturales, defendiendo con tenacidad sus ideales y principios y renunciando siempre, a la seducción del pernicioso conformismo o de la desmovilización ideológica.

No hay duda alguna de que la Universidad de Panamá es una institución compleja que tiene la misión y el compromiso de desempeñar roles muy diversos en nuestra sociedad. Debe formar profesionales suficientemente competentes, que sean capaces de intervenir con éxito en la solución de los grandes problemas que apremian a nuestro país. Pero es al mismo tiempo un pilar fundamental de nuestra identidad como Nación y su principal centro de producción intelectual y científico. Es aquí donde florece la cultura nacional y donde mejor interaccionan la academia con las necesidades y urgencias de las comunidades.

Por tanto, la Universidad no está ni puede estar confinada exclusivamente a dispensar enseñanza, como muchos a veces quisieran que fuera su única ocupación. Ella está obligada a penetrar con independencia en los contextos sociales existentes y a pronunciarse con responsabilidad ante los problemas políticos, económicos, sociales y éticos de la Nación. Ese rol histórico al que nunca debe renunciar, debe ser transmitido sin cortapisas a todos los jóvenes que se agitan en sus aulas en busca del saber.

Por eso toca a la Universidad de Panamá, en su condición de principal centro de estudios y cultura de la Nación, identificar, reconocer y actuar sobre estas manifestaciones de escepticismo, desmovilización e inercia que, con tanta frecuencia, solemos encontrar entre la inmensa mayoría de nuestro estudiantado. Es preciso que este gigantesco trabajo, que sin dudas debe emprenderse desde el terreno cultural y con la urgencia que las realidades exigen, tenga al aula de clases como el espacio más sustantivo donde estas conductas inicien su transformación más radical. Para ello se requiere cuanto antes el desarrollo de los instrumentos pedagógicos apropiados, la creación de las estructuras pertinentes y la generación de las instancias culturales necesarias, con el fin de abordar con la contundencia debida esta tarea de primer orden.

No obstante, este escenario que parece sumamente sombrío y desalentador, contiene, es justo reconocerlo también, a un sector minoritario de estudiantes universitarios que, por distintas razones, se ha rehusado a ser asimilados totalmente por la propaganda de la superficialidad, la inmediatez y la banalidad. En su lugar ha optado por cultivar sensibilidades sociales; estremecerse y actuar ante las injusticias y las desigualdades; preocuparse por las consecuencias perjudiciales del cambio climático; identificarse con procesos de renovación política y contra la guerra; desarrollar sus inclinaciones artísticas y literarias. Por eso que resaltar una visibilización mayor de sus talentos, como ejemplos a imitar por otros jóvenes, ha de ser una prioridad impostergable, si queremos realmente contribuir a transformar cualitativamente a nuestra juventud.

De modo que es imprescindible que se mejore y fortalezca la formación del estudiante desde una perspectiva humanista, solidaria y asentada en los más grandes valores universales. Como también es crucial que se renuncie, entre otras cosas, a cualquier forma abierta o disfrazada de cooptación de dirigentes o intervención o tutelaje de las organizaciones políticas estudiantiles. Es evidente que tal proceder, en cierta manera, ha contribuido a acelerar el colapso de las mismas y a la desprotección peligrosa de la propia Nación, al privarla de su sector social que en el pasado reciente de nuestra historia, ha sido el más consecuente y aguerrido a la hora de encabezar la defensa de los grandes intereses nacionales.

Fuente: http://laestrella.com.pa/opinion/columnistas/juventud-cultura-universidad/23965987

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Panamá, con pocos logros en sistema educativo público

Centroamérica/Panamá/15 de Octubre de 2016/

La educación pública no alcanzó avances significativos en los últimos siete años, reveló una comparación entre los resultados del segundo y tercer estudio regional comparativo y explicativo de la Organización de Naciones Unidas para la Educación (UNESCO).

El cotejo de los resultados de las pruebas de evaluación, en asignaturas como lenguaje, matemáticas y ciencias aplicadas a estudiantes de tercero y sexto grado en 2006-2013, respectivamente, se presentó en el Seminario Internacional de Retención Escolar que se dictó en el reciente VI encuentro de la Red Latinoamericana por la Educación.

La vicepresidenta del grupo de la sociedad civil Unidos por la Educación, Nivia Rossana Castrellón, explicó que Panamá solo avanzó 18.57 puntos al obtener 482 puntos en el tercer estudio, en comparación con el segundo, en el que logró 463.5 puntos.

De hecho, quedó por debajo de países como Honduras, Guatemala y Ecuador, los cuales tienen un bajo desarrollo económico y grandes desafíos sociales y económicos.

Castrellón puso como ejemplo Guatemala, que mejoró 40 puntos, a pesar de tener 22 lenguas y un territorio montañoso.

Por su parte, Francisco Trejos, miembro de Jóvenes Unidos por la Educación, brazo juvenil de Unidos por la Educación, al hablar de los factores asociados al desempeño de los estudiantes en las pruebas del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Terce) de la Unesco, indicó que en materia de formación se comprobó que entre más edad tiene un docente mejores son los resultados. Sostuvo que este hallazgo sugiere que los jóvenes que entran al sistema requieren de un mentor.

Otro descubrimiento es que los docentes con grado de maestría tienen más posibilidad de alcanzar buenos resultados con sus alumnos.

De igual modo, se demostró que los alumnos de la jornada extendida obtuvieron mayores logros en las asignaturas medidas, que los que asisten a jornadas matutinas o vespertinas.

Además, que los alumnos del turno vespertino no obtienen resultados de aprendizajes en ninguna de estas asignaciones, objeto de esta medición.

Para el dirigente magisterial, Diógenes Sánchez, existen elementos externos e internos al proceso enseñanza-aprendizaje que influyen en el rendimiento de los estudiantes.

Entre los externos al sistema mencionó la mala utilización de las tecnologías y la falta de supervisión en casa, porque regularmente ambos padres trabajan.

Mientras que en los internos se refirió a la ausencia de estructuras adecuadas, desinterés de los docentes en cambiar la metodología de enseñanza y salones saturados de estudiantes.

Siete años con pocos logros en la educación pública
Siete años con pocos logros en la educación pública

Tomado de: http://www.prensa.com/sociedad/anos-pocos-logros-educacion-public_0_4597040341.html

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Panamá: Conep rechaza que se regule costo educativo

Centroamérica/Panamá/Fuente: Panamá América

El Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) siente que se han vulnerado los principios de la libre empresa y de la seguridad jurídica debido a la creación de leyes y normas que buscan regular el costo de la educación privada.

Mediante un comunicado, el gremio empresarial sostuvo que los miembros ven con profunda preocupación la difícil situación que está confrontando la educación particular.

«Por ello hacemos un llamado al Gobierno Nacional, y en especial al Órgano Legislativo, por la presentación de diversas iniciativas legislativas que, lejos de beneficiar la educación del país, le crean un atraso y deterioro», dice el escrito.

Señalaron, además, que «nos hacemos participes del clamor por la afectación que está sintiendo este sector educativo privado, toda vez que estas acciones de incomprensión repercutirán en el cierre de colegios particulares que no tienen ningún tipo de subsidios, acciones estas que violentan la libre empresa».

Claves

Indican que la educación privada aporta significativamente al país para que haya una educación nacional de calidad y de excelencia para los niños y jóvenes, ya que son atendidos 152 mil alumnos, lo que alivia al Estado de una pesada carga.

Fuente: http://www.panamaamerica.com.pa/economia/conep-rechaza-que-se-regule-costo-educativo-1046421

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Proyecto literario intenta mejorar la comprensión entre los panameños

Centroamérica/Panamá,  (PL)

Loqueleo, novel proyecto de literatura infantil y juvenil de la editorial Santillana, apuesta hoy por mejorar la capacidad de comprensión a través de la lectura entre las nuevas generaciones de panameños.

Sobre el tema, la escritora Gloria Melania Rodríguez aseguró que tras la invasión de Estados Unidos en 1989, el país se enfocó solo en la reconstrucción de la infraestructura, no así de la educación, en tanto no existe la cultura de mantener y preservar las cosas.

‘Mucho de lo que se consume en los colegios no es contemporáneo ni local. Podemos crear afinidad con los niños y jóvenes, ofreciéndoles literatura actual y panameña’, precisó.

Resaltó Rodríguez la necesidad de ‘inyectarle’ a los jóvenes y niños ‘de que la literatura es la que te abre puertas, la que te da conocimiento, la que te permite viajar. Con la que puedes hacer muchas cosas, no nada más para la materia de español’.

Mientras, para el escritor Gonzalo Menéndez, la literatura no es solo una herramienta de recreación, sino una vía ideal para despertar curiosidad sobre ciertos temas, de ahí el deber de rescatar las historias de tradición oral, en riesgo hoy de perderse.

Para Carlos Fong, encargado de la unidad de promoción de lectura del Instituto Nacional de Cultura, la influencia de los cuentos desde la primera infancia permite la creación de conexiones éticas y cívicas, nociones de pertenencia, solidaridad e identidad.

Durante la prueba internacional de aprendizajes Pisa 2009, Panamá ocupó la penúltima posición a nivel global, y la 62 entre los 65 países de la región que fueron objeto de esta evaluación, enfocada en la lectura.

Resultado que está en sintonía con un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo, el cual refleja que el 50 por ciento de los estudiantes panameños no alcanzó ni siquiera el nivel dos, el mínimo necesario en ese acápite.

‘Los estudiantes que no alcanzan el nivel dos tienen dificultades para realizar la mayoría de las tareas cotidianas de lectura y constituye el umbral que marca las habilidades esenciales para participar efectiva y productivamente en la sociedad’, refiere el documento de ese organismo internacional.

Tal situación se evidenció en los resultados de las pruebas de ingreso a la educación superior, en la que de los siete mil 273 estudiantes de escuelas públicas que el pasado año se presentaron al examen de admisión a la Universidad Tecnológica de Panamá, solo aprobó el 44,6 por ciento.

oda/npg

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=33091&SEO=proyecto-literario-intenta-mejorar-la-comprension-entre-los-panamenos

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