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¡Maestro!

Por: Raymond J. Wennier

 

Hace 56 años, el entonces Presidente de Guatemala, Rubén Flores Avendaño, firmó el Proyecto de ley de la Dignificación y Catalogación del Magisterio Nacional, conocida como 1485.

Desde ese entonces, siglo pasado, a la fecha ha habido muchos cambios en todos los aspectos de la sociedad y en particular en relación al sistema educativo de Guatemala y hoy, casi entrando a la tercera década de este siglo, hay más cambios absolutamente necesarios.

Por años se ha venido comparando al gremio magisterial guatemalteco con los de lugares como Singapur y Finlandia, tomando como base los exámenes estandarizados administrados internacionalmente.

Mantengo el criterio de que no se puede comparar el sistema educativo de Guatemala con esos países; sin embargo, hay conceptos que sí pueden ser base para una discusión sobre cómo dignificar a los maestros guatemaltecos. Pero…siempre hay dos lados de la moneda-recibir-dar.

En el libro “Construyendo una educación de calidad: un pacto con el futuro de América Latina”, presentado por Ariel Fiszbein de la Comisión para la educación de calidad para todos, hay una sección sobre la “Excelencia docente” donde pone de los docentes de la región, “un estudio del Banco Mundial muestra que en la actualidad, ningún cuerpo docente de la región puede considerarse de alta calidad y que el desempeño se ve comprometido por un mal manejo de los contenidos académicos y por prácticas ineficaces en el aula”.

¿Suena familiar? Sí, se ha hablado de esos temas por bastantes años en Guatemala. ¿Será hora de aterrizar en algo concreto para mejorar esas situaciones?

Hay muchas verdades publicadas en prensa y dichas por los mismos maestros, que deben ser sujeto de seria discusión desde la dimensión educativa-política-social.

Pero… ¿Por dónde iniciamos? Sugiero que se haga un estudio de la situación global, no asuntos parciales aislados unos de otros y separados del contexto actual-realidad de los maestros. No me gusta usar la palabra “estudio”, pero por falta de otra para indicar una acción que provea la información real necesaria para eventualmente tomar decisiones correctas en este siglo y sobre el magisterio, es que la uso.

¡Recuerden el número 56!

Es impresionante ver la cantidad de nuevas teorías, nuevas estrategias y nuevas actividades que las autoridades educativas esperan que los maestros pongan en práctica en sus aulas. El soporte o acompañamiento constante, en todo el país, a maestros experimentados apoyados por los Directores, aún más experimentados, en la puesta en práctica de lo esperado en una educación de calidad que debe conducir a una educación de excelencia, es aún deficiente. Pongo énfasis en la palabra constante.

¿Cómo podemos cubrir a todos los maestros en los lugares más alejados en todo el país? ¿A los maestros y a los alumnos de las escuelas al otro lado de los ríos San Ramón e Ixcán en Huehuetenango?

Se habla tanto de la nueva tecnología y de sus avances rápidos, ¿cómo aprovecharla para dar apoyo a los maestros? Esa sería la base de un acompañamiento personalizado incluyente para los maestros y para los alumnos.

Creatividad-iniciativa-innovación-acción.

He dicho que en 2017 habrá muchos cambios positivos en relación al sistema educativo de Guatemala para que los maestros, sus niños y jóvenes tengan el derecho de llegar a ser ciudadanos responsables del cumplimiento de sus deberes.

Fuente: http://lahora.gt/maestro/

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Los argumentos que Chile Vamos defenderá en el debate sobre la gratuidad en la educación superior

Por: Consuelo Cifuentes y Paula Valenzuela

El texto explica por qué el sistema universitario en Chile debe ser controlado por el Estado y el mercado, con una efectiva distribución de poder, para asegurar el pluralismo, la libertad y el sentido «público» de la razón.

En marzo se retoma el debate legislativo y junto con ello vuelve a la discusión una de las reformas centrales de este Gobierno: la gratuidad en la educación superior. Si bien esta semana se dio a conocer que 95 mil estudiantes accederán a la gratuidad -podrían llegar a 220 mil-, por segundo año consecutivo el beneficio se implementa a través de la Ley de Presupuestos.

Justamente por eso, el Ejecutivo espera aprobar, antes de la discusión del presupuesto de 2018, el proyecto de ley que establece la gratuidad universitaria y que se encuentra estancado en la Cámara Baja, en primer trámite.

Anteponiéndose a la discusión que viene, Chile Vamos prepara los argumentos que defenderá en el debate sobre la gratuidad en la educación superior.

El primer paso se dio en enero, en un seminario -organizado por el diputado UDI Jaime Bellolio y el senador RN Andrés Allamand, integrantes de las comisiones de Educación del Congreso-, donde el filósofo e integrante de la comisión programática del bloque opositor, Hugo Herrera, expuso los planteamientos de su libro «La frágil universidad», publicado por el Centro de Estudios Públicos (CEP).

En 170 páginas, el autor teoriza acerca de lo que significa ser universidad, cómo debiera operar el sistema de educación superior.

Su trabajo será uno de los insumos para la elaboración de una propuesta que los parlamentarios esperan desarrollar, como ocurrió con las bases para un futuro programa de gobierno. A continuación, párrafos escogidos del libro y las principales ideas en que Herrera profundiza.

Sentido de lo público

Herrera plantea que el sistema universitario implica poder, ya que es determinante para formar las élites. Por ello, llama a resguardar un ambiente de libertad para razonar. Para él, lo «público» de la universidad no está dado porque el Estado sea dueño de ella, sino porque exista un lugar donde verdaderamente el uso de la razón sea público. Ello ocurre, a su juicio, en un ambiente donde existe «visibilidad, igualdad y libertad».

«Una institucionalidad libre y estable requiere constituirse sobre la base de una división del poder. Ni el poder político ni el mercado deben controlar la universidad», señala el texto.

Rol del mercado

«Lo más adecuado para asegurar el uso público de la razón es no restringir, sino expandir la esfera de operaciones del Estado (…) Un avance del poder estatal y el correlativo desplazamiento del mercado, significa darle más poder a un Estado que ya concentra el poder coactivo; ahora incluye la concentración del poder económico. La concentración del poder incrementa la posibilidad de abusos y limita la libertad».

«El fisco debe contribuir al financiamiento de la investigación, porque ella resulta relevante para el país. Dicha participación del Estado ha de ser puesta bajo la exigencia de la división del poder».

«El modo de división del poder de financiamiento que queda aún disponible es el de un régimen de aportes mixto, que incluya al fisco y a los privados, a través del pago de aranceles y matrículas diferenciadas por parte de las familias».

Realidad chilena

«La gran cantidad de funcionarios partidistas en los niveles medios y altos de los ministerios, importa que el sistema universitario difícilmente pueda ser tratado institucionalmente allí, como una cuestión de Estado».

«Cualquier iniciativa que aumente, sin generar a la vez contrapesos efectivos, el control del Estado sobre el sistema universitario, genera un riesgo para la división del poder y, en último término, para la correlativa libertad que es requerida por el uso público de la razón».

«El carácter mixto -tanto en su composición como en los aportes- del actual -y algo caótico- sistema universitario chileno permite, y pese a todas sus dificultades y defectos, contar con una división efectiva del poder (…) aunque merece correcciones urgentes y severas, posee un vigoroso pluralismo, cuando se la considera en su conjunto».

«Si el Estado asume para sus universidades un cierto conjunto de principios -ideas dominantes-, tampoco parece inconveniente, sino adecuado para la existencia de un ámbito público eficazmente complejo y plural, que los privados estén facultados para fundar y mantener universidades que definan marcos de referencia».

«La división del poder y no la concentración, es la palanca y el asiento de esa pluralidad. Considerarla como un punto de partida desde el cual realizar las exigibles reformas parece ser requisito».

Cogobierno

«Probablemente, el sistema más adecuado a un uso público de la razón sea, nuevamente, uno de división del poder al interior de la universidad, que consagre la participación deliberativa de los académicos en instancias de gobierno».

En el libro, Herrera descarta la inclusión de alumnos y funcionarios administrativos en la toma de decisiones internas: «No poseen un conocimiento suficiente del carácter específico de las labores más propias de la universidad (…). Los estudiantes son admitidos a la universidad para ser educados».

Respuesta a Fernando Atria

El segundo ensayo del texto enfrenta los postulados que el precandidato PS Fernando Atria desarrolla en el libro «Derechos sociales y educación». Su pensamiento, argumentan en la oposición, ha permeado en el debate educacional y ha sido plasmado, en gran medida, en la reforma que impulsa el Gobierno.

«Atria considera necesario excluir la lógica del mercado en educación superior, por medio de la agencia estatal, restringiendo allí (coactivamente) su operación y concentrando en manos estatales el poder de financiamiento», indica el libro.

«Tanto las condiciones que Atria plantea para la universidad -continúa- cuanto el modo en el que posiciona la discusión presentan problemas relevantes. Son cuestionables la concentración del poder a la cual su planteamiento conduce y las posibilidades de abusos».

Financiamiento

«Es en un punto de equilibrio entre ambos -mercado y Estado- en donde se logra neutralizar los efectos más alienantes del uno y del otro».

«Atria trata de mostrar que la instauración de los derechos sociales y la exclusión del mercado permiten lograr la superación del conflicto de intereses privados (…). Aun en un sistema universitario que lograra excluir radicalmente el retiro de dineros, sería una añoranza, tan utópica como la idea de la superación del Estado, pensar que ya no habrá oposición de intereses entre los trabajadores y los estudiantes, o entre los estamentos de trabajadores, o una lucha por recursos fiscales de los representantes del sistema».

Respecto a la libertad de cátedra, Herrera señala que la autonomía de los académicos se ve afectada si el financiamiento proviene de una sola fuente: «Si el poder de financiamiento se encuentra concentrado, entonces la autonomía universitaria y académica disminuye. Esta regla, generalmente aceptada por el pensamiento político, no es considerada por Atria, quien no ve peligro en la concentración del poder de financiamiento en manos del Estado».

«Es posible pensar en una captura de una gran mayoría o todas las universidades del Estado. No es difícil mostrar que actualmente las universidades estatales acusan una inclinación hacia posiciones laicas y de centro-izquierda».

Fuente: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=336988

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Tendencias: la educación en el centro de las controversias

Por: Leopoldo Martinez Nucete

Ante una audiencia de expertos religiosos, el papa Francisco acaba de hacer un llamado a favor de humanizar la educación. En la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, habló de las tres claves que, en la visión de la Iglesia, deben ser las guías que prevalezcan en el mundo de la enseñanza: Humanizar la educación, Formar en el diálogo y Sembrar la esperanza.

Desde otra perspectiva ideológica, una de la más importantes pensadoras liberal y progresista de nuestro tiempo, Martha Nussbaum, a quien España concedió el Premio Príncipe de Asturias 2012, ha lanzado una contundente advertencia: la sed económica de los Estados y de los sistemas públicos de educación, no deben apartar las humanidades ni concentrarse de forma excluyente en la formación para el dinero, porque de ello deriva un peligro inmenso: la de formar personas sin capacidades para el cultivo de la democracia. No es la única. Intelectuales, pedagogos y personas con indiscutibles calificaciones, en América Latina, Europa y Estados Unidos, han levantado su voz en el mismo sentido: la formación de niños y jóvenes debe ser sensible y orientada a la solidaridad.

Frente a esta posición, otra, también fundamentada, actúa en sentido contrario: relega las materias humanísticas y subraya la importancia de los conocimientos técnicos, la formación para el trabajo. Mientras unos se enfocan en la relevancia que tiene la sensibilidad y la solidaridad, otros lo hacen en el objetivo de formar personas productivas y competentes. Y hay razones en ello, especialmente cuando se pone en la mesa, no la cuestión de las libertades democráticas sino las de la economía, que necesita de personas formadas en los más diversos campos y niveles, para atender a la demanda de los procesos productivos.

Pero estas dos posiciones, cada una con sus beneficios y limitaciones, no es el único dilema. Importantes teóricos, incluyendo a figuras mundiales de la sicología, proclaman su preocupación por un fenómeno cada vez más preocupante: la pérdida de autoridad de padres, maestros y otras figuras ductoras –como nuestros mayores-, ante niños y jóvenes, lo que tiene consecuencias directas en la convivencia y en las condiciones en que se producen los intercambios en el aula. Al mismo tiempo, especialistas como Deena Weinsberg, consagrada a investigar la cognición, pone el acento en las bondades de la fantasía como instrumento de aprendizaje.

Hay métodos que conceden un peso especial a los deportes y las artes, mientras que otros se inclinan a la informática y a las lenguas, de modo destacado, el inglés. Están los que dicen que la totalidad de la jornada educativa debe realizarse en la escuela, y los que dicen que son necesarias las tareas en casa, que involucren a los padres. Y, así, llego en esta enumeración de disyuntivas, a una de los más terribles: la tensión entre masificación y calidad de la educación. Veamos.

Parece haber consenso en que la masificación, en la mayoría de los casos, se ha traducido en un deterioro de la calidad. Hay quien ha dicho que entre el nivel de formación que recibe un estudiante de las más reputadas escuelas privadas de Inglaterra y las de las escuelas públicas de países muy pobres, la diferencia podría ser equivalente a la de un siglo. Más allá de si semejante afirmación es o no pertinente o sustentable, lo cierto es que en el planeta hay 263 millones de niños fuera de la escuela y 760 millones de adultos que no leen ni escriben.

Cubrir el déficit económico de los sistemas educativos del mundo costaría entre 35.000 y 42.000 millones de dólares al año, dicen los estudiosos. Pero ese déficit se incrementaría de forma casi exponencial si a ese monto se suma la deuda con instituciones financieras que estudiantes de todas partes del mundo, tienen por los créditos que han recibido para pagar sus estudios universitarios de grado o postgrado. Lo anterior está en relación con otro lamentable proceso: el que la educación de más alta calidad, en buena parte del mundo, es privada. En el sector público, hay excepciones, pero son eso: escuelas de muy alto nivel, cuya vocación por la excelencia no depende tanto del régimen estatal como de la devoción de individuos, que aman el ejercicio de la educación.

Añadiré todavía un elemento más, que aumenta la incertidumbre hacia el futuro inmediato: la incorporación de las tecnologías digitales a la escuela. Se trata de un proceso que, en términos históricos, está dando sus primeros pasos. Visto en términos mundiales, todavía son pocas las escuelas que han logrado incorporarse de lleno a los usos tecnológicos. Puede decirse que hay avances, pero sobre todo, pedagogos vanguardistas en muchos países, dando los primeros pasos con programas, computadoras, tabletas y otros recursos. Sin embargo, nadie debería estar tranquilo: en cualquier momento, muy próximo, se producirá el boom de la escuela digital, que podría ser fuente de todavía una mayor desigualdad: un porcentaje pequeños de jóvenes altamente capacitados en las realidades y potencialidades de lo digital, y una mayoría que afrontarán la búsqueda de un lugar en el mercado laboral, con menos oportunidades que otros.

En el marco de la valoración del impacto de la tecnología en la educación, también tenemos el surgimiento de iniciativas como «Cursera», donde un grupo de las mejores universidades de Estados Unidos ha construido una oferta de contenidos académicos básicos y avanzados que ocurren en «aulas virtuales» donde interactúan con estudiantes de todas partes del mundo, inscritos para cursar las materias. La ambición de este sistema es no solo administrar el otorgamiento de certificados o grados académicos de excelencia «online»; sino el reconocimiento de las materias cursadas bajo el sistema de créditos, en un universo amplio de universidades. Bajo esa modalidad un estudiante de cualquier parte del mundo podría cursar macroeconomía, geopolítica o matemáticas actuariales con uno de los mejores profesores del mundo, en un aula enriquecida por la diversidad y diferentes perspectivas que ofrece al estudiante y al profesor, la escala global de estos espacios digitales, y así acreditarla en la universidad donde cursa estudios presenciales.

Por otra parte, hay quienes han pensado en Estados Unidos que estos sistemas podrían optimizar la inversión educativa a nivel de las universidades públicas y «Community Colleges» (Escuelas Universitarias Técnicas o Comunitarias), generando ahorros significativos y alcanzando mayor calidad educativa, al no tener que contratar personal académico para dictar cursos del curriculum obligatorio (y algunos muy especializados) que son ofrecidos por Cursera, por los académicos mejor acreditados del mundo. De esa forma la inversión de los recursos se enfocaría a nivel presencial en preparar al estudiante, alineando la oferta académica con el adecuado balance entre la formación humanista, la promoción del pensamiento crítico, la innovación y la formación de relevantes para los mercados laborales. En ese modelo podría también ampliarse el acceso a bajo costo o la gratuidad de la educación superior en Estados Unidos, un tema de especial impacto político en este momento por el costo financiero de las matrículas universitarias, tanto en las universidades públicas como privadas, y los bajos niveles de calidad y resultados exhibidos por otras instituciones del sistema.

Y finalmente, en este desafiante mundo de los impactos tecnológicos ha surgido el denominado «Uncollege Movement» («movimiento Sin Universidad»). Los proponentes cuestionan que participar en el sistema educativo formal sea el único camino al éxito personal y económico, particularmente, cuando contrastan el impacto de la deuda estudiantil sobre las finanzas personales de los egresados. El movimiento propone caminos alternativos para la formación o educación superior, que se basan en la organización de núcleos de estudios, grupos de mentores, y cooperativas que, con base en experiencias y mejores prácticas, y compartidas en redes sociales y otras formas de comunicación digital, permitan a los participantes aprovechar todos los recursos, aplicaciones, contenidos académicos, científicos o culturales disponibles, de manera abierta en el espacio digital. En pocas palabras, es un movimiento que promueve lo que podríamos definir como un autodidactismo 3.0, con referentes y líderes o mentores que ofrecen orientación al educando.

No creo que para nadie sea fácil escoger entre los dilemas que hoy he ofrecido a los lectores de este espacio. Quizás las soluciones para un mundo mejor, no estén en ninguno de los extremos, sino en esos puntos intermedios que cuesta mucho alcanzar, porque la educación exige de consensos políticos, económicos, culturales, pedagógicos y otros. Por fortuna, hay una idea cada vez más extendida en las sociedades, por personas de las más diversas ideologías, de que la educación es requisito irremplazable en los empeños por una vida mejor.

Fuente: http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/tendencias-educacion-centro-las-controversias_81627

Imagen: https://mariamdavilaa.files.wordpress.co

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La policía iba a la caza de los estudiantes, como si fueran conejos

Los movimientos sociales conmemoran en Valencia el quinto aniversario de las protestas estudiantiles contra los recortes
“La policía iba a la caza de los estudiantes, como si fueran conejos”

Por: Enric Llopis

Se cumple el quinto aniversario de las protestas estudiantiles conocidas como la “Primavera Valenciana”. Las movilizaciones, que alcanzaron relieve internacional, comenzaron el 13 de febrero de 2012 cuando los estudiantes del Instituto Luis Vives de Valencia salieron a la calle -en una “sentada” pacífica- para denunciar los recortes educativos promovidos por el Gobierno Valenciano, entonces en manos del PP. Las primeras acciones reivindicativas ya terminaron con cargas policiales. En la ciudad de Valencia -y después en el País Valenciano y el estado español- se generó una importante corriente de solidaridad con el movimiento estudiantil. Se propagaron las imágenes de la represión en la capital valenciana: “Una brutalidad no vista -al menos públicamente- desde los tiempos de la dictadura”, recuerda la Assemblea per les Llibertats i contra la Repressió-València sense Mordassa. Pasado un lustro, unas 70 personas con el apoyo de una treintena de organizaciones sociales, sindicatos y partidos de izquierda organizaron un acto conmemorativo el 16 de febrero en el centro de Valencia.

Los activistas cortaron simbólicamente la calle Marqués de Sotelo, frente al Instituto Luis Vives, tal como hicieron los estudiantes hace cinco años. Una pancarta con la consigna “De la Primavera Valenciana a la Llei Mordassa, 2012-2017” recordaba la actualidad de aquellas movilizaciones. La portaban ciudadanos con las camisetas verdes de “Stop Desahucios”, chalecos amarillos de Yayoflautas, “chapas” contra la central nuclear de Cofrentes y los carteles de la convocatoria. De modo espontáneo, una de las asistentes se acercó y pintó con una tiza sobre el asfalto: “Som i serem. Primavera Valenciana. No tenim por”. La pintada actuó como un reclamo para los fotógrafos.

El comunicado de la Assemblea per les Llibertats i contra la Repressió recordó la responsabilidad de los altos cargos de la época, hoy desaparecidos de la primera línea política. Entre otras, la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana entre enero de 2012 y junio de 2014, Paula Sánchez de León, “quien ejerció con toda la fuerza la represión contra el pueblo”. Los activistas calificaron de “brazo ejecutor” de la exdelegada del Gobierno a quien fuera jefe superior de la policía en la Comunidad Valenciana, Antonio Moreno; a este alto cargo policial, relevado cinco meses después, se le achaca “un nivel totalmente desproporcionado de represión, identificaciones, retenciones, detenidos y heridos”. Moreno se dio a conocer por las palabras pronunciadas durante una rueda de prensa al calor de las protestas, cuando se le preguntó por el número de agentes desplegados: “No es prudente desde el punto de vista de la táctica policial que yo le diga al ‘enemigo’ cuáles son mis fuerzas”. Los activistas extendieron las responsabilidades al expresidente de la Generalitat, Alberto Fabra (se refirió a las “violentas protestas” y al riesgo de un “efecto llamada”); y a la fallecida alcaldesa de Valencia, Rita Barberá (señaló una “estrategia premeditada de la izquierda radical”).

En el turno de los parlamentos, una de las abogadas que se implicó en la defensa de los jóvenes subrayó, de espaldas a la fachada del instituto, “cómo este edificio hervía hace cinco años”. “Se aplicaron recortes en educación, cultura e investigación, la política de la derecha castigaba todo lo relacionado con el pensamiento crítico; y los estudiantes salieron a la calle pidiendo mejoras”. Para connotar la actuación policial, la letrada y activista recurrió a los adjetivos: cruel, atroz, sádica… En febrero de 2012 se vivieron escenas que rememoraban a los “grises” reprimiendo a los opositores a la dictadura. Persecución de jóvenes por las calles de Valencia, palizas, detenciones… “Como si estuvieran cazando conejos”. Un grupo de entre 15 y 20 abogados han colaborado de manera voluntaria y gratuita durante cinco años en la defensa de los jóvenes denunciados.

Dada la gravedad de los hechos, los movimientos sociales organizaron una asamblea ciudadana en la Societat Coral El Micalet de Valencia, y constituyeron la Assemblea per les Llibertats i contra la Repressió. La conocida como Assemblea “El Micalet” ha venido convocando acciones de denuncia en la calle (contra la reforma del Código Penal y la “Ley Mordaza”), pero también ha afrontado los procedimientos judiciales y las sanciones de los jóvenes de la “Primavera Valenciana”. Fuentes jurídicas destacan que los estudiantes ganaron prácticamente todos los litigios en los juzgados, y muchas de las sanciones recurridas fueron anuladas. La mayoría de los juicios se produjeron por supuestos delitos de resistencia y atentado a la autoridad, desobediencia y lesiones a agentes policiales. Constituyó otro hito en la actividad antirrepresiva el concierto organizado en septiembre de 2012 en el municipio de Godella, con músicos que actuaron de manera voluntaria y cuya recaudación se destinó a afrontar la defensa de los encausados.

“Posiblemente la ‘Primavera Valenciana’ representó el principio del final del PP en el País Valenciano”, recalca una de las activistas. Éste llegaría tras las elecciones municipales del 24 de mayo de 2015, en las que el Partido Popular perdió el poder en la Generalitat y en las tres capitales de provincia. Toma la palabra un joven militante del Bloc d’Estudiants Agermanats (BEA), que señala los motivos para que hoy prosiga la movilización. “Nos enfrentamos a la ‘Ley Mordaza’, a la elitización de la educación y a la subida de las tasas; de hecho, hoy nuestra universidad es exageradamente cara en comparación con otras en Europa: eso también es violencia”. Otra activista de Acontracorrent, sindicato al que pertenecían tres de los detenidos durante el primer día de las protestas, señala lo que fue una explosión reivindicativa por una educación pública y de calidad: “Ocupamos y dormimos en la facultad, donde organizamos asambleas y nos apoyaron los profesores, porque a ellos también les afectaban los recortes”. La joven coincide en que queda mucho trabajo pendiente, de ahí la huelga general educativa convocada para el próximo nueve de marzo.

En el acto conmemorativo participó el colectivo Estrela Roja de Benimaclet, que acompaña las reivindicaciones sociales en el País Valenciano con la música autóctona (el ‘tabal’ y la ‘dolçaina’). “También estuvo presente en la ‘Primavera Valenciana’ y nos llenaba de coraje con su música”, señala un portavoz de la Plataforma “València Sense Mordassa”, encargado de la presentación. “Dolçaines y tabalets hicieron callar a verdugos de traje y corbata”. Otro de los artistas invitados fue el cantautor Pau Alabajos, quien el 18 de febrero de 2012 contribuyó a popularizar la causa con el siguiente tuit: “Vos tenim preparada una #PrimaveraValenciana, que vos aneu a cagar!” En la lectura final del comunicado, muchas de las referencias se dirigieron a la “Ley Mordaza”, que los activistas calificaron como “antisocial” y relacionaron con la legislación franquista.

Con la distancia de los años, la perspectiva se modera. Pero en aquellas fechas históricas de 2012 los portavoces estudiantiles recibían llamadas de medios informativos rusos, franceses y latinoamericanos. Las redes sociales bullían en un proceso de vértigo, acelerado por una represión que no encontraba tregua. Pasada una semana, el balance señalaba 37 personas detenidas (en libertad con cargos), de las que siete eran menores; heridos, contusionados, golpes, palizas, insultos y vejaciones de la policía formaban parte de la agenda diaria. Aparecieron las pelotas de goma, los “punzones” y los helicópteros, que sobrevolaban la ciudad, mientras quien podía trataba de esconderse en los comercios de las cargas policiales. El 20 de febrero se produjeron siete horas de persecuciones y agresiones, también dentro de la Estación del Norte. Dos días antes, en la comisaría de Zapadores los agentes formaron un “cordón” en el que retuvieron a 150 personas, la mayoría menores. Durante las protestas hubo lugares que se convirtieron en punto de referencia, como la Facultad de Geografía e Historia de Valencia, donde los estudiantes celebraron asambleas permanentes. Llegado el momento políticamente oportuno, el Ministerio del Interior decidió retroceder. Ante las imágenes de inusitada violencia, Rajoy apeló desde Londres, durante una rueda de prensa con David Cameron, a la tranquilidad y mesura “de todo el mundo”.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=223136

 

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Vivimos bajo el control de una especie de Imperio de la Vigilancia

Por: Ignacio Ramonet

Durante mucho tiempo, la idea de un mundo “totalmente vigilado” ha parecido un delirio utópico o paranoico, fruto de la imaginación más o menos alucinada de los obsesionados por los complots. Sin embargo, hay que rendirse a la evidencia: aquí y ahora vivimos bajo el control de una especie de Imperio de la Vigilancia. Sin que nos demos cuenta, estamos, cada vez más, siendo observados, espiados, vigilados, controlados, fichados. Cada día se perfeccionan nuevas tecnologías para el rastreo de nuestras huellas. Empresas comerciales y agencias publicitarias cachean nuestras vidas. Con el pretexto de luchar contra el terrorismo y otras plagas[1], los gobiernos, incluso los más democráticos, se erigen en Big Brother, y no dudan en quebrantar sus propias leyes para poder espiarnos mejor. En secreto, los nuevos Estados orwelianos intentan, muchas veces con la ayuda de los gigantes de la Red, elaborar exhaustivos ficheros de nuestros datos personales y de nuestros contactos [2], extraídos de los diferentes soportes electrónicos.

Tras la oleada de ataques terroristas que desde hace veinte años viene golpeando ciudades como Nueva York, Washington, París, Toulouse, Bruselas, Boston, Ottawa, Oslo, Londres, Madrid, Túnez, Marrakech, Casablanca, Ankara, etc., las autoridades no han dejado de utilizar el enorme pavor de una sociedad en estado de shock para intensificar la vigilancia y reducir, en la misma proporción, la protección de nuestra vida privada.

Que se entienda bien: el problema no es la vigilancia en general; es la vigilancia clandestina masiva. Ni que decir tiene que en un Estado democrático las autoridades están completamente legitimadas para vigilar a cualquier persona que consideren sospechosa, apoyándose en la ley y con la autorización previa de un juez. Como dice Edward Snowden:

No hay problema cuando se trata de escuchas telefónicas a Osama Bin Laden. Los investigadores pueden hacer este trabajo mientras tengan permiso de un juez –un juez independiente, un juez de verdad, no un juez anónimo–, y puedan probar que hay una buena razón para autorizar la escucha. Y así es como se debe hacer. El problema surge cuando nos controlan a todos, en masa y todo el tiempo, sin una justificación precisa para interceptar nuestras comunicaciones, sin indicio jurídico alguno que demuestre que hay una razón plausible para violar nuestros derechos[3].

Con la ayuda de algoritmos cada vez más perfeccionados, miles de investigadores, ingenieros, matemáticos, estadísticos, informáticos, persiguen y criban las informaciones que generamos sobre nosotros mismos. Desde el espacio nos siguen satélites y drones de mirada penetrante. En las terminales de los aeropuertos, escáneres biométricos analizan nuestros pasos, “leen” nuestro iris y nuestras huellas digitales. Cámaras infrarrojas miden nuestra temperatura corporal. Las pupilas silenciosas de cámaras de video nos escudriñan en las aceras de las ciudades o en los pasillos de los supermercados[4]. Nos siguen la pista también en la oficina, en las calles, en el autobús, en el banco, en el metro, en el estadio, en los aparcamientos, en los ascensores, en los centros comerciales, en carreteras, estaciones, aeropuertos…

Además, con el desarrollo en marcha de la “Internet de las cosas”, muchos elementos de nuestro hogar (refrigerador, botiquín, bodega, etc.), incluso nuestro vehículo[5], van a poder suministrar también informaciones valiosas sobre nuestras costumbres más personales.

Hay que decir que la inimaginable revolución digital que estamos viviendo, y que trastoca ya tantas actividades y profesiones, también ha desbaratado completamente el campo de la información y el de la vigilancia. En la era de Internet, la vigilancia se ha vuelto omnipresente y totalmente inmaterial, imperceptible, indetectable, invisible. Además, ya es, técnicamente, de una excesiva sencillez.

Software espía

"El editor de la página que visitamos vende a potenciales anunciadores informaciones que nos afectan, recogidas sobre todo por las cookies".

“El editor de la página que visitamos vende a potenciales anunciadores informaciones que nos afectan, recogidas sobre todo por las cookies”.

Ya no son necesarios toscos trabajos de albañilería para instalar cables y micros, como en la célebre película La conversación[6], en la que un grupo de “fontaneros” presenta, en un Salón dedicado a las técnicas de vigilancia, chivatos más o menos chapuceros, equipados con cajas rebosantes de hilos eléctricos, que había que disimular en las paredes o bajo los techos… Varios estrepitosos escándalos de la época –el caso Watergate[7], en Estados Unidos; el de los “fontaneros del Canard[8]”, en Francia–, fueron fracasos humillantes de los servicios de información, que mostraron los límites de estos viejos métodos mecánicos, fácilmente detectables y perceptibles.

En la actualidad, poner a alguien bajo escucha es asombrosamente fácil, y está al alcance de cualquiera. Quien quiera espiar su entorno encuentra una larga lista de opciones[9] de libre acceso en el comercio. En primer lugar, manuales de instrucción muy didácticos “para aprender a seguir la pista y espiar a la gente[10]”. Y al menos media docena de software espías (mSpy, GSmSpy, FlexiSpy, Spyera, EasySpy) que “leen” sin problemas el contenido de los teléfonos móviles[11]: sms, correos electrónicos, cuentas en Facebook, WhatsApp, Twitter, etc.

Con el impulso del consumo “en línea” se ha desarrollado considerablemente la vigilancia de tipo comercial, que ha generado un gigantesco mercado de datos personales, convertidos en mercancía. Cuando nos conectamos a una web, las cookies[12] guardan en la memoria el conjunto de las búsquedas realizadas, lo que permite establecer nuestro perfil de consumidor. En menos de veinte milisegundos, el editor de la página que visitamos vende a potenciales anunciadores informaciones que nos afectan, recogidas sobre todo por las cookies. Apenas algunos milisegundos después, aparece en nuestra pantalla la publicidad que supuestamente tiene más impacto en nosotros. Y ya estamos definitivamente fichados[13].

Una alianza sin precedentes

"Las nuevas empresas, como Google, Apple, Microsoft, Amazon y más recientemente Facebook han establecido estrechos lazos con el aparato del Estado en Washington, especialmente con los responsables de la política exterior".

“Las nuevas empresas, como Google, Apple, Microsoft, Amazon y más recientemente Facebook han establecido estrechos lazos con el aparato del Estado en Washington, especialmente con los responsables de la política exterior”.

En cierto modo, la vigilancia se ha “privatizado” y “democratizado”. Ya no es un asunto reservado únicamente a los servicios gubernamentales de información. Aunque, gracias también a las estrechas complicidades que los Estados han entablado con las grandes empresas privadas que dominan las industrias de la informática y de las telecomunicaciones, su capacidad en materia de espionaje de masas ha crecido de forma exponencial. En la entrevista con Julian Assange que publicamos en la segunda parte de este libro, el fundador de WikiLeaks[14] afirma:

Las nuevas empresas, como Google, Apple, Microsoft, Amazon y más recientemente Facebook han establecido estrechos lazos con el aparato del Estado en Washington, especialmente con los responsables de la política exterior. Esta relación se ha convertido en una evidencia […]. Comparten las mismas ideas políticas y tienen idéntica visión del mundo. En última instancia, los estrechos vínculos y la visión común del mundo de Google y la Administración estadounidense están al servicio de los objetivos de la política exterior de los Estados Unidos[15].

Esta alianza sin precedentes –Estado + aparato militar de seguridad + industrias gigantes de la Web– ha creado este Imperio de la vigilancia cuyo objetivo claro y concreto es poner Internet bajo escucha, todo Internet y a todos los internautas.

En esta situación, es necesario tener en cuenta dos ideas muy concretas:

1- El ciberespacio se ha convertido en una especie de quinto elemento. El filósofo griego Empédocles sostenía que nuestro mundo estaba formado por una combinación de cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. Pero el surgimiento de Internet, con su misterioso “interespacio” superpuesto al nuestro, formado por miles de millones de intercambios digitales de todo tipo, por su streaming y su clouding, ha engendrado un nuevo universo, en cierto modo cuántico, que viene a completar la realidad de nuestro mundo contemporáneo como si fuera un auténtico quinto elemento.

En este sentido, hay que señalar que cada uno de los cuatro elementos tradicionales constituye, históricamente, un campo de batalla, un lugar de confrontación. Y que los Estados han tenido que desarrollar componentes específicos de las fuerzas armadas para cada uno de estos elementos: el ejército de Tierra, el ejército del Aire, la Armada y, con carácter más singular, los bomberos o “guerreros del fuego”. De manera natural, desde el desarrollo de la aviación militar en 1914-1918, todas las grandes potencias han añadido hoy, a los tres ejércitos tradicionales y a los combatientes del fuego, un ejército cuyo ecosistema es el quinto elemento: el ciberejército, encargado de la ciberdefensa, que tiene sus propias estructuras orgánicas, su Estado mayor, sus cibersoldados y sus propias armas: superordenadores preparados para librar la ciberguerra digital[16] en el ámbito de Internet.

2- Internet se ha centralizado. Al principio, se percibió la Red como una explosión de posibilidades de expresión individuales, que permitía escapar de la dependencia de los monopolios estatales (correos, telégrafo, teléfono), de los gigantes de las telecomunicaciones y de los grandes medios de comunicación dominantes (prensa, radio, televisión). Era sinónimo de libertad, de evasión, de creatividad. Veinticinco años después, la Red está a punto de sufrir una violenta centralización en torno a ciertas colosales empresas privadas: las GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft), todas estadounidenses, que, a escala planetaria, acaparan las diferentes facetas de la Red, y de las que son extraordinariamente dependientes los aproximadamente 3 mil quinientos millones de internautas, quienes, a su vez, las alimentan con todos sus datos personales. Y de este modo, las enriquecen descomunalmente.

Para las generaciones de menos de 40 años, la Red es sencillamente el ecosistema en el que han madurado su pensamiento, su curiosidad, sus gustos y su personalidad[17]. Para ellos, Internet no es sólo una herramienta autónoma que se utiliza para tareas concretas. Es una inmensa esfera intelectual, en la que se aprende a explorar libremente todos los saberes. Y, al mismo tiempo, un ágora sin límites, un foro donde la gente se encuentra, dialoga, intercambia y adquiere cultura, conocimientos y valores, generalmente compartiéndolos.

Para estas nuevas generaciones, Internet representa lo que para sus antepasados fueron simultáneamente la Escuela y la Biblioteca, el Arte y la Enciclopedia, la Ciudad y el Templo, el Mercado y la Cooperativa, el Estadio y el Escenario, el Viaje y los Juegos, el Circo y el Burdel… Es tan fabuloso que “por el placer de evolucionar en un universo tecnológico, el individuo no se preocupe de saber, y aún menos de comprender, que las máquinas gestionan su vida cotidiana. Que cada uno de sus actos y gestos es registrado, filtrado, analizado y, eventualmente, vigilado. Que, lejos de liberarle de sus ataduras físicas, la informática de la comunicación constituye sin duda la herramienta de vigilancia y control más formidable que el hombre haya puesto a punto jamás[18]”.

Y esto no ha acabado. Ya que, insaciables, los gigantes de la Red quieren ahora extender su dominio al conjunto de la humanidad, con el pretexto de la emancipación y la liberación. Paul Virilio, al evocar las catástrofes industriales, que son por definición contemporáneas a la era industrial, nos ha enseñado que, por ejemplo, la invención del ferrocarril conllevó simultáneamente la invención de los accidentes de tren. Con la Web pasa algo parecido. La catástrofe industrial de Internet es la vigilancia masiva, de la que solo escapan –consuelo de pobres– los que no tienen Internet; es decir, alrededor de la mitad de los habitantes del planeta.

Pero los gigantes de la Red –Google, Facebook y, concretamente, Microsoft– quieren acabar con esta injusticia: “Si conectamos a Internet a los cuatro mil millones de personas que no tienen acceso a la Red, tenemos la oportunidad histórica de educar al conjunto del mundo en las próximas décadas”, ha declarado, por ejemplo, el dueño de Facebook, Mark Zuckerberg[19].

El 26 de septiembre de 2015, Zuckerberg, Bill Gates, fundador de Microsoft, Jimmy Wales, fundador de Wikipedia y otros[20] insistieron ante la ONU, inscribiendo su posición en el marco de los objetivos de desarrollo sostenible fijados por las Naciones Unidas para erradicar la pobreza extrema hasta el año 2030[21]: “Internet pertenece a todo el mundo, por lo tanto debe ser accesible a todo el mundo[22]”. Aunque Facebook no había esperado para lanzar, en agosto de 2013, Internet.org, una aplicación para smartphones que permite a las poblaciones de los países pobres acceder gratuitamente a la red Facebook y a una selección de unos cuarenta sitios web, Wikipedia entre ellos[23].

Por su parte, Alphabet (Google) ha puesto a punto su propio proyecto de ampliar al mundo entero el acceso a Internet. Para proporcionar gratuitamente a los ‘condenados de la Tierra’ los beneficios de su motor de búsqueda, esta empresa global cuenta sobre todo con apoyarse en su programa Loon: globos de helio instalados en la estratosfera.

Sin dudar en absoluto de la intención de estos gigantes de la Red de mejorar el destino de la humanidad, podemos preguntarnos si no les motivan también consideraciones más comerciales, puesto que la principal riqueza de estas empresas ineludibles -casi en situación de monopolio planetario- es el número de conectados. Facebook o Google, por ejemplo, no venden nada a los internautas; venden sus miles de millones de usuarios a los anunciantes publicitarios. Es lógico, por lo tanto, que, a partir de ahora, quieran venderles todos los habitantes de la Tierra. Simultáneamente, cuando el mundo entero esté conectado, podrán transmitir a la NSA, en una doble operación, todos los datos personales de todos los habitantes de la Tierra … ¡Bienvenidos al Imperio de la vigilancia!

Notas

[1] Julian Assange afirma que las democracias se enfrentan, de hecho, a los “cuatro jinetes del Infocalipsis”: el terrorismo, la pornografía infantil, el blanqueo de dinero y las guerras contras la droga y el narcotráfico. Cada una de estas plagas, a las que evidentemente hay que combatir, sirve también de pretexto para reforzar permanentemente los sistemas de vigilancia global sobre las poblaciones. Cf.Julian Assange y Jacob Apppelbaum, Andy Müller-Maughn y Jérémie Zimmerman, Ménace sur nos libertés. Comment Internet nus espionne. Comment résister.

[2] Se trata esencialmente de informaciones que permiten identificarnos, ya sea directa o indirectamente. A saber: nombre y apellidos, foto, fecha y lugar de nacimiento, estado civil, dirección postal, número de de la seguridad social, número de teléfono, número de tarjeta bancaria, placa de la matrícula del vehículo, correo electrónico, cuentas de redes sociales, dirección IP del ordenador, grupo sanguíneo, huellas digitales, huella genética, elementos de identificación biométrica, etc.

[3] Katrina van den Heuvel y Stephen F. Cohen, “Entrevista con Edward Snowden”, Nueva York, The Nation, 28 de octubre de 2014. Le Monde diplomatique en español, octubre de 2015.

[4] Como se puede ver claramente en la película, de Stéphane Brizé, La Loi du marché, 2015.

[5] Cf. “La voiture, cette espionne”, Le Monde, 2 de octubre de 2015.

[6] Francis Ford Coppola, 1973.

[7] El caso Watergate fue un asunto de espionaje político con múltiples ramificaciones, que empezó con la detención, en 1972, de falsos ladrones que habían colocado micros en el interior del edifico Watergate, en Washington, en las oficinas del Partido Demócrata, y desembocó en la dimisión del presidente Nixon, a la sazón presidente de Estados Unidos, en 1974.

[8] Escándalo político bajo la presidencia de Georges Pompidou: en diciembre de 1973, en París, se descubrió en los locales del semanario satírico Le Canard enchaîné un sistema de escuchas que habían colocado una decena de agentes de la Dirección de la Vigilancia del Territorio (DST: siglas en francés), disfrazados de fontaneros.

[9] Aunque, en Francia, el artículo 226-1 del Código Penal impone una pena “de un año de prisión y 45.000 euros de multa por atentar voluntariamente, mediante cualquier procedimiento, contra la intimidad de la vida privada de otro: captando, grabando o transmitiendo, sin el consentimiento de su autor, palabras pronunciadas a título privado o confidencial; fijando, grabando o transmitiendo, sin su consentimiento, la imagen de una persona mientras se encuentra en un lugar privado”.

[10] Léase, por ejemplo, Charles Cohle, Je sais qui vous êtes. Le manuel d’espionnage sur Internet, Nantes, Institut Pandore, 2014.

[11] Incluso existen “comparadores de software de vigilancia” que la publicidad presenta de esta manera: “Un comparador claro y completo de los programas chivato para el móvil, que le permitirá elegir y poder tomar una decisión acertada y económica antes de comprar su aplicación de localización”. Cf. http://www.smartsupervisors.com/

[12] La cookie equivale a un pequeño archivo de texto almacenado en el terminal del internauta. Permite a los programadores de sitios de Internet conservar los datos del usuario con el fin de facilitar su navegación. Las cookies siempre han sido cuestionadas, ya que contienen información personal residual que potencialmente pueden ser utilizada por terceros. (Fuente: Wikipedia).

[13] http://digital-society-forum.orange.com/fr/

[14] Sobre WikiLeaks, léase La explosión del periodismo, Ignacio Ramonet, Clave Intelectual (Madrid) y Capital Intelectual (Buenos Aires), 2011., pp. 93-123.

[15] Cf. Infra, p. 138.

[16] Cf. “Entrevista exclusiva: vicealmirante Arnaud Coustillière, oficial general ‘ciberdefensa’ del estado mayor de los ejércitos”, Cyber Risques News, 7 de abril de 2015.

http://www.cyberisques.com/fr/motscles-11/433-entretien-exclusif-vice-admiral-arnaud-coustulliere-officier-general-cyberdefenseal-etat-major-des-armees

[17] Es interesante destacar que, si el 60% de los franceses percibe la existencia de ficheros de vigilancia como un “atentado a la vida privada”, el tramo de edad de los 18 a los 24 años, es decir, el de los principales usuarios de Internet, es el que se muestra más preocupado en este sentido: el 78% de ellos denuncia que “su vida privada está insuficientemente protegida en Internet”. Estudio realizado a instancias de la Comisión Nacional de Informática y Libertades (CNIL), París, 2008.

[18] Jean Guisnel, en el prólogo a la edición francesa del libro de Reg Whitaker, Tous fliqués! La vie privée sous surveillance, Denoël, 2001, París, 2001.

[19] “To Unite the Earth, Connect It”, The New York Times, 26 de septiembre de 2015.

[20] El propietario de Virgin, Richard Branson, la fundadora del Huffington Post, Ariana Huffington, el cantante Bono, la actriz Charlize Theron, la cantante Shakira, el actor George Takei, etcétera.

[21] http://www.globalgoals.org

[22] AFP, 27 de septiembre de 2015.

[23] Aunque sobre el papel es elogiable, el proyecto se enfrenta a fuertes críticas, especialmente en la India. Estos son los reproches: con internet.org, Facebook perjudicaría la neutralidad de la Red al decidir por sí mismo los sitios web a los que se pueden conectar los internautas. Además, crearía una Red a dos velocidades, la de los ricos, capaces de acceder a toda ella, y la de los pobres, conectados únicamente a algunos servicios. Léase, por ejemplo, Le Monde, París, 29 de diciembre 2015.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/especiales/2017/02/20/vivimos-bajo-el-control-de-una-especie-de-imperio-de-la-vigilancia/#.WKupxTiaz_s

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Competencias, educación y elecciones.

Por: Juan Morales Ordoñez.

En los años noventa del siglo anterior, el mundo empresarial posicionó una de las acepciones del término competencias capacidades, utilizándolo en los procesos de contratación y evaluación del desempeño de sus colaboradores. Posteriormente, a inicios de los dos mil, en Europa, se empleó esta palabra en el campo de la educación superior para significar que la formación universitaria debía buscar que los estudiantes adquirieran determinadas capacidades en los ámbitos del conocimiento, las destrezas y los comportamientos éticos. De hecho, en esa región y en esos tiempos, la obligatoria convergencia europea definió en el escenario de la educación superior, como mecanismo para que pueda concretarse, que las universidades de los diferentes países asuman un modelo educativo basado en competencias comunes y otros elementos educativos como una pedagogía que armonice aprendizaje con enseñanza y un sistema que acredite formalmente la calidad de sus procesos. Ese gran proyecto se denominó proceso de Bolonia, porque en esa universidad, considerada la más antigua de Occidente, se firmó ese convenio. Poco tiempo después, esa iniciativa se replicó en nuestra región con el proyecto Alfa Tuning América Latina, en el cual participaron profesores universitarios de 19 países, integrando más de 240 equipos de trabajo, en 16 carreras universitarias, por el lapso de 8 años.

Si relacionamos la educación por competencias con las capacidades de quienes pretenden obtener el voto popular, encontramos que al igual que lo que sucede en las universidades con los estudiantes, el análisis del valor de los candidatos está dado, para un gran sector de la opinión pública, por los conocimientos concretos que poseen y la habilidad para expresarlos en presentaciones o debates. El sistema de educación superior también está centrado esencialmente en desarrollar competencias cognitivas e instrumentales, sin abordar con el mismo interés las relacionadas con conductas éticas. En el ámbito electoral, la campaña ha sido pintada por discursos más o menos coherentes sobre economía, educación, medio ambiente, salud y otros temas; y, por la imagen o popularidad, la fluidez de palabra y la vehemencia, que han llegado a ser las competencias exigidas a los candidatos. Así, en los dos escenarios, en el de la educación y en el electoral, como sociedad, tenemos las mismas prioridades: el conocimiento y las destrezas o las destrezas y el conocimiento, quedando las competencias éticas en un plano secundario.

Debemos trabajar más, tanto en educación como en política en esas capacidades relegadas y que tienen que ver con la real búsqueda de la honradez, la probidad y la trascendencia moral. En la práctica educativa y en la justa electoral valoramos más el saber y el saber hacer, sin que ponderemos adecuadamente la importancia de la virtud y el mejoramiento moral que son características del saber ser personas y ciudadanos correctos. Esto pasa a nivel planetario, regional, nacional, grupal, personal y es un grave error para la sostenibilidad de la humanidad, pues el conocimiento y las destrezas, sin sustento moral, son instrumentos de la veleidad y el oprobio que afloran como rasgos distintivos de las débiles personalidades que sucumben fácilmente frente al dinero, el poder y la pompa insustancial de la posesión de bienes materiales.

Fuente: http://www.eluniverso.com/opinion/2017/02/16/nota/6049300/competencias-educacion-elecciones

Imagen: http://4www.ecestaticos.com/image/clipping/992/558/c44f9118a2f35e4df874314579dd419f/imagen-sin-titulo.jpg

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Aprendizaje insuficiente, una forma de exclusión.

Por: Mexicanos Primeros.

El esfuerzo educativo no se puede reducir a toneladas de cemento para los centros escolares, el tiraje de los libros que se ponen a disposición de niñas y niños o el tamaño del gasto en la nómina de sus maestros.

En esas métricas México sobresale claramente sobre las naciones de la región por el volumen directo, los números absolutos; pero es especialmente grande en la dimensión relativa, pues haciendo los ajustes por ingreso o demografía casi no tenemos parangón.

Ninguna nación de Latinoamérica ha hecho en tan pocos años tantas escuelas como México, y menos en el empuje constructivo actual, para reajustar la infraestructura y que se cubran las carencias más extremas como bebederos, baños y pisos firmes. El transporte de materiales, los ritmos de edificación, los retos ante la ingente variedad de climas y terrenos desafía los promedios de una ingeniería de gabinete, o de las obras en una sola sede; es literalmente más complejo coordinar y concretar esa operación dispersa por miles de localidades de toda la geografía, que levantar presas enormes o largas carreteras.

Los libros de texto gratuitos, editados o seleccionados para nuestros alumnos de educación básica, son un despliegue de letra escrita con pocos paralelos en la historia. Literalmente se imprimieron, cortaron, revisaron, empaquetaron y distribuyeron más de 180 millones de libros sólo en 2016, en operaciones que hacen palidecer a las grandes editoriales, con un alcance que parece el sueño de una Biblioteca de Alejandría duplicándose como caleidoscopio, el delirio de un Borges sin confines que apila libros sobre cada ser humano de la siguiente generación en una inundación gozosa.

Ninguna nación de estos rumbos tiene un fondo nacional para pago a maestros como el nuestro: alrededor de 920 mil depósitos quincenales, identificando con precisión al destinatario (ahora no sólo con RFC y CURP, sino una buena parte con cuentas individualizadas de bancos) y moviéndose con el vertiginoso ritmo de cambios, que van desde licencias de maternidad hasta cambios de adscripción. Ya no digamos la complejidad de descuentos por faltas, o retenciones por créditos e impuestos; mucho hay que hablar de lo inconveniente de algunos de esos movimientos para la continuidad y el logro de las respectivas comunidades educativas, pero lo que no se puede escatimar es lo monumental del esfuerzo de administración y auditoría que representa este sistema.

Estos tres ejemplos de aspiración perseguida con ahínco (aula para todos, libro para todos, maestro para todos,) son de una épica que no se puede conocer y no admirar; un despliegue que ni toda la mezquindad política puede dejar de estimar. En los albores del siglo XX, contar con aula, libros y maestros estaba profundamente condicionado a la localidad en la que uno nació y al poder de compra de sus padres. Nacer fuera era estar prácticamente excluido de por vida de la escuela, y con ello ser condenado a la asimetría permanente de influencia y poder, de voz y de agencia. Era quedarse cementado a la condición de ser parte de la sociedad, pero no tomar parte en ella. Los tres esfuerzos descritos fueron -y son- una hazaña de equidad que no debemos olvidar. Incluir, año tras año, a 23 millones de niñas, niños y jóvenes en la escuela pública es para llenarse de orgullo.

La gran pregunta es: “y con todo esto, ¿aprendemos?”. No lo suficiente. No todos. Es más: la respuesta honesta es que muy pocos, el global, aprenden lo esperado; dejamos a muchos de los nuestros atrás. El aprendizaje es el para qué de la educación; es su finalidad y su incorruptible juez. Es el punto de llegada, el resultado que corona el esfuerzo. Y es el punto de partida para más y mejores resultados.

La gran tarea de nuestro tiempo es que pasemos de los medios a los fines; que superemos la acumulación de ingredientes, y revisemos la transformación que esperamos en el proceso. Nuestras niñas, niños y jóvenes pueden estar incluidos en la escuela, pero excluidos del aprendizaje.

Un dato que lo ilustra, sin opción a escaparse a su desafío: Al término de la educación secundaria, 2 de cada 3 estudiantes no han logrado adquirir los aprendizajes clave de Matemáticas (INEE, 2016. Planea, Resultados Nacionales 2015, Matemáticas. Fascículo 10, p.3). Efectivamente, 65.4% de quienes estaban concluyendo la educación básica hace dos años, cito de nuevo, …tienen limitaciones para resolver problemas que impliquen operaciones básicas con números decimales, fraccionarios y números con signo; el mínimo común múltiplo y el máximo común divisor…Tampoco pueden calcular perímetros y áreas, o resolver ecuaciones de primer grado..(ídem). Apenas uno de cada diez alumnos alcanzan los aprendizajes clave de manera satisfactoria o sobresaliente.

Así que la próxima vez que oiga, estimado lector, hablar de “exclusión educativa” no sólo piense en una silla de ruedas o en una etnia; piense en que se puede estar excluido de la finalidad de la educación. Hoy se impone que busquemos aprendizaje para todos.

Fuente: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/aprendizaje-insuficiente-una-forma-de-exclusion-i.html

Imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2016/08/31/57c76f722cf18.jpg

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