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Porque nadie es perfecto

La inversión en el capital humano del niño está asociada a la calidad de parentalidad, pero esa calidad no es fruto del azar, es mejorable.

Autora: Deborah Cobb-Clark

Parentalidad.

Los recursos de tiempo y dinero de un hogar son los factores tradicionales que, para la teoría económica, explican la inversión en el capital humano de los hijos. Deborah Cobb-Clark, profesora de economía de University of Sidney, va más allá de esa teoría. Esta autora de varias investigaciones en revistas científicas de primer nivel mundial como American Economic Review, acaba de dar a conocer los resultados de su estudio «Parenting Style as an Investment in Human Development«. En él, desarrolla un modelo donde, además del tiempo y dinero de un hogar, agrega un factor clave para la inversión en los niños: el estilo de parentalidad. No se nace buen padre o mal padre, sino que la calidad de la parentalidad es maleable y esto hay que tenerlo en cuenta en los modelos económicos.

Nobodys perfect.

El programa Chile Crece Contigo es una iniciativa del gobierno de Chile que se ha transformado en una política pública estable, que busca ayudar a que los niños sean acompañados y apoyados durante toda su trayectoria de desarrollo, desde su primer control de gestación, dando preferencias a aquellas personas que estén en situaciones de vulnerabilidad.

Actualmente esta iniciativa chilena está incorporando a su set de herramientas el programa canadiense Nobodys Perfect, programa que ha sido evaluado rigurosamente por investigadores externos al programa y que ha mostrado resultados altamente auspiciosos. Nobodys Perfect es un programa dirigido a mejorar la calidad de la parentalidad en los hogares. Fue diseñado específicamente para madres y padres con hijos de 0 a 5 años, que viven en un contexto desventajoso (baja educación y bajo ingreso). El programa se ofrece en todo el territorio de Canadá y ha sido uno de los más populares programas pro-parentalidad positiva del país.

Los objetivos de esta política son: 1) incrementar en los padres el conocimiento y la comprensión del comportamiento, seguridad y salud de los hijos; 2) cambiar positivamente las conductas de los padres respecto a esas tres dimensiones mencionadas de sus hijos; 3) mejorar la confianza y la autoestima de los padres en su rol de educadores; 4) darles nuevas herramientas de crianza para ser mejores padres; 5) incrementar la ayuda mutua entre los padres.

Nobodys Perfect es dirigido, por un facilitador entrenado especialmente, a grupos pequeños de padres en sesiones semanales durante un período de 6 a 8 semanas. En esas sesiones se sigue un protocolo estandarizado donde se avanza en temas formando grupos de discusión y realizando tareas de resolución de problemas. Así los facilitadores consiguen construir relación de confianza entre los padres, donde se van formando naturalmente grupos caracterizados por el apoyo mutuo.

Evaluación.

La evaluación de impacto de Nobodys perfect muestra que es efectivo en alcanzar la mayoría de los objetivos del programa: al final del programa, los padres muestran tener un mayor uso de estrategias de buenas prácticas de disciplina (por ejemplo usar una situación problemática como una oportunidad para enseñar al niño; explicarle al niño calmadamente por qué lo que está haciendo está mal; etc.).

Estos cambios se mantienen y continúan luego de acabar el programa. La literatura cognitiva y comportamental señala como clave esta área de la disciplina, por los efectos positivos que tiene en los resultados académicos y habilidad no cognitivas futuras de los niños.

Otro efecto positivo del programa es el cambio de hábito de los padres frente a las situaciones problemáticas que pueden presentar sus hijos: Nobodys perfect llevó a que los padres adoptaran posturas de enfrentar el problema activamente y abandonar posturas de mera pasividad frente al comportamiento de los niños. Los padres también incrementaron el tiempo que dedican a interactuar con los hijos.

Finalmente, aumentaron las habilidades de los padres para hacer frente a los factores estresantes típicos de la parentalidad, y las habilidades de resolución de problemas, y mejoraron las percepciones del apoyo mutuo entre pares.

Un aspecto adicional, especialmente interesante, es que el programa Nobodys Perfect no fue diseñado para familias en crisis —ya existen otros programas efectivos para ese fin—, sino que intenta ser un programa esencialmente preventivo: se enfoca en los padres antes de que surjan los problemas. También se muestra interesante el hecho de que este programa nacido en Canadá, se ha mostrado aplicable en contextos vulnerables en Latinoamérica, como es el caso de Chile.

La economía identifica como central para el desarrollo de un país las inversiones en capital humano. Y en esto el rol de los padres es fundamental. La buena noticia es que los padres son maleables, pero hay que atacar estos temas ya en la gestación del niño: no esperar a los incendios, sino prevenir. ¿Y si todos los centros educativos, incorporan esta perspectiva de parentalidad positiva en los padres de sus alumnos? ¿No se podrá potenciar aún más el trabajo que hoy ya se hace en los CAIF? Cuanto antes de desarrollen las habilidades para ser mejores padres —incluso antes de formar la pareja o apenas formada—, más beneficios para toda la sociedad.

Fuente: http://www.elpais.com.uy/economia-y-mercado/nadie-perfecto.html

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The scourge of illiteracy and the authoritarian nightmare

At the present historical moment, Americans live in a society in which thinking is viewed as an act of stupidity, and ignorance is treated as a virtue. Literacy is now regarded with disdain, words are reduced to data, and science is confused with pseudo-science. For instance, two thirds of the American public believe creationism should be taught in schools and most of the Republicans in Congress do not believe that climate change is caused by human activity, making the U.S. the laughing stock of the world. News has become entertainment and echoes reality rather than interrogating it. Popular culture revels in the spectacles of shock and violence. Unsurprisingly, education in the larger culture has become a disimagination machine, a tool for legitimizing ignorance, and it is central to the formation of an authoritarian politics that has gutted all those public spheres in which thoughtfulness, critical exchange, and informed dialogue can take place.

Illiteracy has become a scourge and a political tool designed primarily to make war on language, meaning, thinking, and the capacity for critical thought. Illiteracy no longer simply marks populations immersed in poverty with little access to quality education; nor does it only suggests the lack of proficient skills enabling people to read and write with a degree of understanding and fluency. More importantly, illiteracy is about what it means not to be able to act from a position of thoughtfulness, informed judgment, and critical agency. It suggests not only learning the skills and knowledge to understand the world but also to intervene in it and change it when necessary. Illiteracy has become a form of political repression that discourages a culture of questioning, renders agency as an act of intervention inoperable, and restages power as a mode of domination. It is precisely this mode of illiteracy that both privatizes and kills the imagination by poisoning it with falsehoods, consumer fantasies, data loops, and the need for instant gratification.

This is a mode of manufactured illiteracy and education that has no language for relating the self to public life, social responsibility or the demands of citizenship. It is important to recognize that the rise of this new mode of illiteracy is not simply about the failure of public and higher education to create critical and active citizens; it is about a society that eliminates those public spheres that make thinking possible while imposing a culture of fear in which there is the looming threat that anyone who holds power accountable will be ignored or punished. At stake here is not only the crisis of a democratic society, but a crisis of memory, ethics, and agency.

What role might education and critical pedagogy have in a society in which the public goods disappear, emotional life collapses into the therapeutic, and education is reduced to either a private affair or a kind of algorithmic mode of regulation in which everything is reduced to a market-based outcome. What role can education play to challenge the deadly claim of casino capitalism that all problems are individual, regardless of whether the roots of such problems lie in larger systemic forces? In a culture drowning in a new love affair with instrumental rationality, it is not surprising that values that are not measurable — compassion, vision, the imagination, trust, solidarity, care for the other, and a passion for justice — wither.

One of the challenges facing the current generation of educators, students, progressives, and other cultural workers is the need to address the role they might play in educating students to be critically engaged agents, attentive to addressing important social issues and being alert to the responsibility of deepening and expanding the meaning and practices of a vibrant democracy. At the heart of such a challenge is the question of what education should accomplish, not simply in a democracy but at an historical moment when the United States is about to slip into the dark night of authoritarianism. In a world in which there is an increasing abandonment of egalitarian and democratic impulses, what will it take to educate young people and the broader polity to challenge authority and hold power accountable? How might we construct an education capable of providing students with the skills, ideas, values, and authority necessary for them to nourish a substantive democracy, recognize anti-democratic forms of power, and to fight deeply rooted injustices in a society and world founded on systemic economic, racial, and gendered inequalities? What will it take for educators to recognize that the culture of education is not simply about the business of culture but is crucial to provide the conditions for students to address how knowledge is related to the power of both self-definition and social agency? What work do educators have to do to create the economic, political, and ethical conditions necessary to endow young people and the general public with the capacities to think, question, doubt, imagine the unimaginable, and defend education as essential for inspiring and energizing the citizens necessary for the existence of a robust democracy?

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Henry A. Giroux is a widely published social critic and McMaster University professor who holds the McMaster Chair for Scholarship in the Public Interest, the Paulo Freire Distinguished Scholar Chair and is a Visiting Distinguished University Professor at Ryerson University. Born in Rhode Island, he held numerous academic positions in the U.S. and now lives in Hamilton.

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Les Enfants Terribles

Raymundo Zenteno Mijangos
Radio Ombligo

Hay elefantes que se columpian en la tela de una araña. Esa imagen nos gusta tanto que hasta la convertimos en canción: “Cómo veían, que resistía, fueron a llamar otro elefaaaante”.

Hay otra imagen que nos encanta, la de aquellos paquidermos que marchan uno detrás de otro, cogida la cola con la trompa del que va detrás.

Un poco similar es la de los niños del kínder, cuando salen a la calle y sus guías les enseñan a tomarse de la mano, para que ninguno se pierda. Cinco, diez o quince niños y niñas caminan seguros hasta llegar al parque, al museo o al lugar que marca su itinerario.

Hoy, viernes 22 de ferrocabril, estuve en la Marcha de los Maestros y recordé a los elefantes. Pero, como maestros y maestras no tienen ni trompa ni cola, iban cogidos de un lacito interminable.

¡Que nadie se salga de la fila, pues!

¡Agárrese del lazo, maestra Salomé!

Por todo el bulevar, desde La Carreta hasta la Plaza Central de Tuxtla de los Conejos, más de cien mil maestros marcharon en paz, como muchachitos, sin perder lacito y compostura. Se veían contentos, echando plática, un poco olvidados de las consignas que, por allá, sonaban con ayuda de bocinas encajueladas. Cada Municipio llevaba su propio lazo y, en algunos casos, playeras del mismo color. Un maestro, alto y flaco, por ir hasta el final de la cola, para no sentirse tan solo amarró el lazo a una botella con agua, y la llevaba como si fuera un carrito ultramoderno, de esos que no necesitan llantas ni gasolina.

Abundaron sombreros, cachuchas y paraguas, porque el sol estaba muy lacrimógeno: fue la amenaza más amenazante. Pero ahí estuvieron también los grandes beneficiados de la Reforma Educativa: los aguadores. Brotaron a borbotones vendedores de refrescos, agua de coco, de piña, de tamarindo, un pozolero que pronto agotó su mercancía. Hasta vi al “colocho”, un mi amigo que vendía refrescos en vasos con hielo.

¿Y dónde la policía, dónde los granaderos, donde los infiltrados y los carros quemados y los vidrios rotos? Llegamos (me incluyo, aunque iba como observador ciudadano) en tranquila y sudada paz al Centro. Ahí, grupo por grupo era recibido por un Comité… “Los compañeros de Jitotol, bienvenidos…”

Pero yo tenía qué hacer. Cogí un taxi en la Calle Central, que me llevó a la sombrita donde me esperaba mi auto, cerca del Home Depot. ¡Sorpresa, los último de la comitiva iban apenas pasando por ese punto! Es decir, la Plaza ya estaba medio llena, pero faltaban los que habrían de hacerla derramarse. Dicen que fueron 150 mil, sin contar a los que, en las banquetas, mostraban carteles de “Apoyo a mis maestros”.

El cartel que más llamó mi atención lo alzaba un chica. Decía:
“Cuando los justos dominan el pueblo se alegra; más cuando domina el impío el pueblo gime. Proverbios 29: 2”

Y pienso que en ese dicho del sabio Salomón se resume la desgracia de México. Somos gobernados por hombres que buscan su propio beneficio, que no piensan en el bien común, que no entienden lo que significa servir y luchar y soñar y sufrir por su pueblo, y tampoco saben de la alegría, de ese gozo indescriptible de trabajar honradamente.

Las Reformas son buenas, pero se diseñaron todas para el beneficio de gente poderosa e insensible, que nunca escuchó la voz de los maestros, en el caso de la Reforma Educativa.

Los maestros y maestras, esos que vi marchar cogidos de un lacito, necesitan ser estimulados, no maltratados. Y sé de qué hablo. Me ha tocado estar muchas veces frente a ellos, en pequeños o grandes grupos, de hasta quinientos. ¡Y les he contado cuentos infantiles! ¡Cuánto ríen, cuánto se alegran, cuánto aplauden por haberse sentido un rato chamaquitos! Y eso es como sentirse, también, un poco amados.

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Un Debate sin Debate, Propuestas Regresivas y Promesas sin Sustento

México/25 abril 2016/ Autor: Oswualdo Antonio González/ Fuente: Insurgencia Magisterial

El magisterio veracruzano está atento del actual proceso electoral en Veracruz, participa en candidaturas, recorre las calles de todos los distritos electorales, analiza de manera pública y se apunta para hacer presencia en las casillas el día de la elección.

Por ello el debate del día de ayer no pasó desapercibido. Pero ¿qué nos deja el debate?

Los siguientes criterios sirvieron de ejes para interpretar lo que se observó: viabilidad de las propuestas, congruencia de los dichos con la trayectoria pública del candidato y compromisos con niveles mínimos de desagregación operativa.

La imagen proyectada 

Hay ciudadanos que ya tienen definido el sentido de su voto, segmento que se reconoce como voto duro. Pero hay un número potencial de votantes que se define por otros factores, como la imagen del candidato, su capacidad de argumentación, sus propuestas, lo que de él se dice y las personas que lo rodean. En este rubro Cuitlahuac García, el candidato de MORENA, se mostró distinto a los demás candidatos, quienes se mostraron como políticos de profesión, aunque dos de ellos, intentaron sin éxito mostrarse como empresarios. El tono del discurso, los movimientos corporales, la vestimenta, los ubicó como ciudadanos con un estilo y modo de vivir, muy ajeno al grueso de los votantes. El único elemento que rompió con la naturalidad de Cuitlahuac García, fue la proyección de algunos gestos y tonos de voz que fueron catalogados por algunos entrevistados como de “autosuficiencia exagerada”, que hizo recordar algunas actitudes de AMLO. Pero en lo general, la diferencia quedó marcada.

El “Debate” confirmó lo que se ha asegurado de manera reiterada, que las candidaturas del PT, PES e Independiente, tienen como objetivo quitarle votos al candidato del PAN-PRD.

Las semejanzas y diferencias 

Yunes Linares enfocó sus baterías contra Javier Duarte y el PRI. Mientras que el priista Yunes Landa pedía el voto por un partido, del cual reconoció, había provocado el actual estado de cosas, poco creíble e incongruente su participación en la ronda de presentaciones.

Cuitláhuac García logró su cometido, mostrarse distinto a los dos Yunes y  ubicar a la congruencia como uno de sus activos.

Respecto de la Economía y el empleo, MORENA planteó que antes de proponer se debe saber con que recursos se cuenta, reitera su propuesta de austeridad y trasladar esos recursos al sector productivo (crear empresas manejadas por jóvenes…). Yunes Linares, plantea que el gobierno no genera empleos, sino crea condiciones para la inversión. En este rubro hay una diferencia sustantiva, MORENA coloca el acento en la generación de empleos y el PAN en dar facilidades a los empresarios para que inviertan. El empresario tiene como finalidad primaria el aumento de su riqueza personal o de grupo, no la generación de empleos, mucho menos empleos bien pagados y respetuosos de los derechos laborales. Basta revisar la Reforma laboral panista, para darnos cuenta hacia donde apuntan los dichos de Yunes Linares. 

En este rubro el PRI, propone lo mismo que el PAN, lo cual se entiende, ya que ellos, los dos Yunes, impulsaron las Reformas estructurales de Peña Nieto, las cuales nos tiene sumidos en la violencia y pobreza. Pero Yunes Landa y el PRI van más allá, nos informan que de ganar, los empresarios no pagarán impuestos e incluso les regalarán los terrenos donde se ubiquen. Insiste en aplicar la fórmula que ha llevado al país a la bancarrota, las inversiones público-privadas. Recordemos los intentos de Fidel Herrera de quitarle terreno a la Normal Veracruzana para regalársela a privados, lo cual se evitó gracias a la lucha digna de los normalistas, lo cual lamentablemente no ocurrió con la UPV, donde la complicidad de sus autoridades permitió que les arrebatarán un terreno ya donado para construir su edificio.

En cuanto a Seguridad y justicia, Yunes Linares propone la militarización del estado, lo cual enciende un foco rojo en las organizaciones sociales, quienes ya pagaron con sangre su paso como priista por el gobierno de Veracruz. En contraste MORENA plantea mayor inversión en el campo y la educación, creando con ellos mejores condiciones de vida que impacte en la baja de la criminalidad (queda en el vacío alguna propuesta para enfrentar la alta criminalidad o la criminalidad organizada). Yunes Landa del PRI, propone la entrada de la gendarmería y los botones de pánico (nada dice de los familiares metidos en la Nómina de los cuerpos de seguridad oficiales).

Respecto del Desarrollo social y sustentable, es el aspecto más débil de todos los candidatos, sin propuestas, promesas, en síntesis, demagogia pura.

Se podría sintetizar que: Yunes Landa se mostró como lo que es un político priista, capaz de prometer y decir lo que sea con tal de ganar, un Vásquez Cuevas vacío, un Bueno Torio con un “Hasta la madre” que no impactó, un Méndez de la Luz serio, una Alba Leonila desdibujada en una estrategia que se construyó en espera de respuesta a sus ataques, un Cuitláhuac García que se mostró distinto y con una sola propuesta: la austeridad (que parece ser su respuesta a todo) y un Yunes Linares que logró ubicar a Duarte y al PRI como los responsables del desastre gubernamental en Veracruz. 

La ausencia de Debate 

No hubo debate. No se contrastaron concepciones de los problemas, las formas de enfrentarlos, sus costos e implicaciones y los beneficiarios. Pero sí se logra dibujar a los candidatos en la desnudez de sus intereses y motivaciones.

Como ciudadanos debemos seguir luchando en el espacio público, para que un mayor número de veracruzanos decida poner un alto a la actual clase política. Participar, votar, vigilar.

Fuente del Artículo:

Un debate sin debate, propuestas regresivas y promesas sin sustento.

 

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Las reformas educativas globales de enfoque gerencial y los docentes

Por: Antoni Verger
El objetivo de este libro es comprender, desde una perspectiva empírica real, la naturaleza, el alcance y las dimensiones de la nueva tendencia mundial de las reformas educativas orientadas por principios gerenciales y, en concreto, cómo este tipo de reformas se relaciona con los docentes. Todos los capítulos se basan en la investigación original y primaria de datos, los diferentes estudios de caso incluidos analizan las reformas orientadas a la introducción de la evaluación docente (Perú) y las medidas de rendición de cuentas de los docentes (Indonesia y Jamaica), el currículo basado en las competencias (Turquía), asociaciones público-privadas (Uganda), los docentes interinos (India) y la descentralización (Namibia). Se centran específicamente en la forma en que estas reformas transforman el trabajo de los docentes e indagan si se hace participar a los docentes en el proceso político y de qué manera.

En las últimas décadas, un movimiento mundial de reforma de la educación ha transformado los sistemas educativos en todo el mundo (Salhberg, 2006). La intensidad de este movimiento es tal que algunos observadores incluso hablan de que se está produciendo una “epidemia” de reformas educativas (Levin, 1998; Steiner-Khamsi, 2004). Dicho movimiento promueve soluciones que combinan políticas de mercado y de gestión filo-empresarial como la forma más eficaz de resolver los problemas educativos tanto antiguos como nuevos. Como consecuencia, la elección escolar, la competencia, los incentivos y la rendición de cuentas se están convirtiendo en principios cada vez más centrales en la agenda educativa global y en la reestructuración de los sistemas educativos de todo el mundo.

El principal objetivo de las actuales reformas educativas globales de enfoque gerencial (GMER, por sus siglas en inglés), también conocidas como reformas gerenciales, son mejorar la competitividad de los países mediante el incremento de los niveles de aprendizaje de los estudiantes y, al mismo tiempo, la mejora de la eficiencia de los sistemas educativos. Entre las políticas más conocidas que se están aplicando en este contexto se encuentra la autonomía de la gestión escolar (en inglés denominadaschool-based management) y formas conexas de descentralización, políticas de rendición de cuentas, evaluación de los docentes, currículo estandarizado, fijación de objetivos y asociaciones público-privadas en el ámbito de la educación. Las reformas educativas globales de enfoque gerencial tienden a modificar las condiciones de trabajo de los docentes y sus responsabilidades, así como la forma en que el Estado y la sociedad evalúan y juzgan su desempeño.

Este capítulo introductorio se estructura de la siguiente manera. En la primera parte, se presentan las principales características de estas reformas educativas globales gerenciales y se revisan las políticas e ideas clave que las constituyen. Asimismo se aborda la forma en que estos tipos de políticas transforman la relación entre el Estado y la educación, y cuál es la razón y la forma en que están siendo difundidas y adoptadas en muchos lugares del mundo. En la segunda parte, se exploran las principales cuestiones y controversias de este tipo de reformas en relación con los docentes. En concreto, se destacan algunas de las principales paradojas de las reformas gerenciales en su forma de entender el trabajo de los docentes y el objetivo de transformarlo. En la tercera y última parte, se presenta la estructura y el contenido del libro y se esbozan las principales cuestiones que aborda.

Principales Características De Los Sistemas Educativos Globales

Las reformas educativas aquí analizadas contienen esencialmente una perspectiva de gestión empresarial para entender cuáles son los problemas educativos más importantes, cómo debe llevarse a cabo el cambio educativo y cómo deben organizarse los sistemas educativos. Uno de los principales objetivos de estas reformas educativas gerenciales es aumentar los estándares de la calidad educativa, pero sin que ello implique invertir más recursos en los sistemas educativos. Estas reformas se centran en la forma en que las escuelas deben ser gestionadas, financiadas y sometidas a medidas de rendición de cuentas, así como la forma en que deben introducirse los incentivos condicionales en el sistema educativo para premiar o castigar a los agentes educativos en función de su desempeño. En particular, favorecen esencialmente las ideas de autonomía escolar y promueven la competencia entre las escuelas a través de pruebas estandarizadas e intervenciones en la demanda, tales como vales escolares u otros tipos de subvenciones por alumno. En general, estas reformas están muy marcadas por una racionalidad económica y por asunciones que provienen de la teoría económica donde las familias, los directores escolares y los docentes se comportan como agentes interesados en sus propiosbeneficios y en maximizarlos, así como en la posibilidad de obtener y compartir una información perfecta sobre la calidad de las escuelas.

Curiosamente, el objetivo central de los que promueven este tipo de reformas es mejorar los niveles de aprendizaje de los alumnos, pero en su análisis y recetas no exploran suficientemente la forma en que los niños y niñas aprenden y por qué. En otras palabras, quieren transformar la educación sin participar directamente en la principal actividad educativa: los procesos de enseñanza y aprendizaje.

El Nuevo Papel Del Estado En La Educación: ¿Reformas Neoliberales, O Algo Más?

Los educadores suelen calificar el tipo de gestión empresarial de las reformas analizadas en este libro como “neoliberal” (véase, por ejemplo, Hill, 2009). Existen definiciones diferentes y contrapuestas del neoliberalismo; sin embargo, no nos parece que esta etiqueta capte por completo el tipo de fenómeno que aquí se discute. Las reformas neoliberales son, ante todo, reformas de signo financiero. Lo que más les importa es la eficiencia (Carnoy, 1999). No obstante, el cambio hacia una la gestión empresarial del sistema educativo no es necesariamente más eficiente que la prestación convencional de la educación.

Los defensores de las reformas gerenciales están entusiasmados con la aportación de las reglas del mercado y el uso de analogías de mercado a la hora de promover sus políticas, tales como el neoliberalismo, pero ello no quiere decir que defienden la mera comercialización/privatización de la educación, o la retirada del Estado. De hecho, este tipo de reformas requiere que el Estado se muestre más activo que nunca en el ámbito de la educación, aunque adoptando un papel diferente. Así, según las reformas educativas globales de enfoque gerencial, el Estado no debe dispensar directamente la enseñanza, sino centrarse en la regulación y la financiación de las escuelas, de preferencia mediante fórmulas de financiación de la demanda, así como en la evaluación y control del desempeño de las escuelas. Además, como lo establecen numerosas políticas de rendición de cuentas, el Estado debe utilizar las evaluaciones para informar a la sociedad sobre el desempeño de las escuelas, así como recompensarlas y castigarlas según sus logros.

¿Por Qué Se Han Globalizado Las Reformas Gerenciales?

El hecho de que el enfoque gerencial a la reforma educativa se haya globalizado se debe, en gran medida, al material y el poder de las ideas de las organizaciones que las respaldan. Estas reformas cuentan con persistentes promotores estratégicamente ubicados en organizaciones internacionales muy influyentes y bien conectadas, entre las que sobresale el Banco Mundial como una de las principales.

El movimiento de reforma educativa global se beneficia del hecho de que los gobiernos, especialmente en los contextos de desarrollo, experimentan crecientes presiones para cumplir las metas de la Educación para Todos (EPT). Sin embargo, los países ricos tampoco están exentos de la presión internacional. Precisamente debido a esta creciente presión internacional derivada de las pruebas estandarizadas internacionales, la condicionalidad de los préstamos, el Marco de Acción de Educación para Todos, etc., un número cada vez más importante de gobiernos se muestran abiertos a experimentar formas “innovadoras” de dispensar la enseñanza y a adoptar nuevos enfoques procedentes de la empresa.

LOS DOCENTES EN LAS REFORMAS EDUCATIVAS GLOBALES

En una economía globalizada, la educación, las cualificaciones y el conocimiento se consideran cada vez más como un activo clave para la competitividad económica, y la mayoría de los países y regiones del mundo aspiran a convertirse en “economías del conocimiento” (Gouvias, 2007). Como parte de esta aspiración, la educación adquiere un lugar de mayor centralidad en las estrategias de desarrollo de los gobiernos y, en particular, “se pide a las escuelas y a los docentes que hagan más de lo que ya hacían antes, pero también de una manera diferente” (Sahlberg, 2006, p. 283). En general, la comunidad internacional para el desarrollo presta una mayor atención al papel clave que desempeñan los docentes en la prestación de una educación de calidad para todos (Leu, 2005).

La investigación en ciencias sociales y, más recientemente, el programa PISA de la OCDE muestra que para mejorar los resultados de calidad de la educación o del aprendizaje la sociedad tiene que tomar más en serio la equidad entre las escuelas y en el interior de ellas, así como los condicionamientos sociales, económicos y culturales que afectan al aprendizaje del estudiante. Lamentablemente, los partidarios de las reformas educativas gerenciales tienden a omitir la importancia de este tipo de elementos a la hora de prescribir instrumentos específicos para las políticas destinadas a mejorar el aprendizaje del estudiante (Verger y Bonal, 2012).

Principales Paradojas En La Relación Entre Las Reformas Gerenciales Y Los Docentes

Los reformadores educativos globales se suman al consenso internacional que considera el desempeño de los docentes como un factor determinante de la calidad de la educación y, muy a menudo, sitúan a los docentes en el centro de sus ideas y políticas de intervención. Las intervenciones políticas diseñadas en el contexto del movimiento de las reformas educativas globales tienen la posibilidad de transformar el trabajo de los docentes de diversas maneras. La evaluación de los docentes y las políticas de rendición de cuentas relacionadas con esta evaluación tienen como objetivo mejorar la visibilidad del trabajo de los maestros en relación con el Estado y el resto de la sociedad; las políticas basadas en el mérito tienen por objeto la regulación de la remuneración de los docentes en función de su desempeño; las reformas basadas en estándares indican detalladamente lo que los docentes tienen que aprender y enseñar; las asociaciones público-privadas favorecen la desregulación del trabajo de los docentes; y la autonomía de la gestión escolar refuerza el papel de los docentes tanto como administradores escolares y también, en cierta medida, en calidad de trabajadores comunitarios.

En general, la forma en que se percibe a los docentes y el trato que reciben en las reformas educativas globales con visión gerencial implica una multitud de paradojas y deficiencias. A continuación, destacamos las más evidentes.

La primera paradoja consiste en el hecho de que las reformas educativas globales subrayan continuamente la importancia de los docentes y hacen hincapié en el papel clave que desempeñan para la calidad de la educación, pero a la vez les restan poder de diversas maneras. En concreto, tres: a) al no tener suficientemente en cuenta sus preferencias en los procesos de formulación de políticas; b) al tratar a los docentes como activos que es preciso gestionar más que como agentes de cambio; y c) al socavar su autonomía frente al Estado y a las familias de los alumnos.

La segunda paradoja se refiere al hecho de que las reformas gerenciales exigen más responsabilidades de los docentes, pero, al mismo tiempo, promueven su desprofesionalización. Los docentes tienen una mayor carga de trabajo que antes y tienen que hacer este trabajo de manera diferente, aun cuando su preparación y condiciones de trabajo puedan ser insuficientes.

La tercera paradoja está relacionada con la forma en que los defensores de las reformas educativas globales utilizan las evidencias de forma sumamente “selectiva”. Por un lado, promueven reformas gerenciales aún cuando son conscientes del hecho de que la evidencia de los efectos positivos de estas reformas en los resultados del aprendizaje aún no es concluyente (Bruns et al, 2011; Experton, 1999; Patrinos et al, 2009; Vegas, 2005). Sin embargo, por otra parte parecen ignorar que el nivel de los resultados de aprendizaje es más alto en los países donde sus recetas políticas son sumamente marginales (o, de hecho, ni siquiera se han puesto todavía en práctica).

La cuarta y última paradoja identificada es que las reformas educativas globales de enfoque gerencial piden a los docentes y a las escuelas que asuman nuevas funciones y mandatos más complejos, pero sin tener en cuenta si existe el material necesario y las condiciones técnicas para llevarlos a cabo.

En general, este libro explicita abiertamente las limitaciones que conlleva fundamentar las reformas educativas en una combinación de ideas gerenciales y de mercado que representan las reformas educativas globales. En concreto, las principales preguntas que este libro se propone contestar son las siguientes:

1. ¿Cómo se re-contextualizan y trasladan las reformas educativas globales en determinados contextos? ¿Cuáles son los elementos e instituciones que actúan como mediadores y afectan al traslado y re-contextualización de las reformas educativas globales a determinados contextos educativos?

2. ¿Cuáles son las dificultades específicas asociadas con la implementación de las políticas educativas globales/gerenciales en contextos locales? En particular ¿cómo las recibieron los docentes y otros agentes locales de la educación? ¿Hasta qué punto aceptaron o se resistieron a las reformas educativas globales?

3. De acuerdo con las principales partes interesadas de la educación implicadas en las reformas, ¿lograron las reformas educativas globales los resultados previstos? ¿Cuáles son los principales retos y oportunidades de este tipo de reformas para lograr los resultados previstos?

4. ¿En qué medida las principales hipótesis y “teorías de acción” que sustentan las reformas educativas globales están corroboradas por hechos reales una vez que las reformas se implementan y trasladan a prácticas educativas concretas?

No obstante, también debe señalarse que este no es un libro “anti-reformas”. Se espera, más bien, que los diferentes capítulos proporcionen elementos a los docentes, los profesionales, los organismo y otras partes interesadas de la educación para reflexionar sobre los procesos de cambio educativo que, por una parte, podrían ser más acorde con las realidades y problemas de la educación que prevalecen en su contexto particular y, por otra, ser de naturaleza más participativa y respetuosa con las necesidades e identidades de los docentes.

Bibliografía

Bruns, B., Filmer, D. & Patrinos, H. (2011). Making Schools Work: New Evidence on Accountability Reforms. Washington: Grupo del Banco Mundial.

Carnoy, Martin. (1999). Globalization and Educational Reform: What Planners Need to Know. París: UNESCO.

Experton, W. (1999). “Desafíos para la Nueva Etapa de la Reforma Educativa en Argentina”. LCSHD Paper Series Department of Human Development 20964. Washington DC: Banco Mundial

Gouvias, D. (2007). “The ‘Regulatory’ State and the Use of ‘Independent’ Agencies as Legitimising Mechanisms of Educational Reform.” Research in Comparative and International Education, 2(4), 297–312.

Hill, D. (2009). Contesting Neoliberal Education: Public Resistance and Collective Advance. Vol. 2. London: Routledge.

Leu, E. (2005). The Role of Teachers, Schools, and Communities in Quality Education: A Review of the Literature. Washington DC: AED.

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Patrinos, H., Barrera-Osorio, F. & Guaqueta, J. (2009) The Role and Impact of Public Private Partnerships in Education, Washington DC: Grupo del Banco Mundial.

Sahlberg, P. (2006). “Education reform for raising economic competitiveness.” Journal of Educational Change 7, 259-287.

Steiner-Khamsi, G. (2004). The Global Politics of Educational Borrowing and  Lending. New York: Teachers’ College Press.

Verger, A. & Bonal, X. (2012). “All things being equal? Policy options, shortfalls and absences in the World Bank Education Sector Strategy 2020”. In Klees, S., J. Samoff, & N. Stromquist (eds.) World Bank and Education: Critiques and Alternatives. Rotterdam: Sense, 125-142.

Publicado originalmente en:  http://worldsofeducation.org/new/spa/magazines/articles/324

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El modelo educativo vigente ¿se ha agotado?

Por: Rubén Eduardo Mendoza García

El modelo educativo actual que se desarrolla en nuestra Latinoamérica y el mundo, responde al modelo económico y político de acumulación que en los últimos 25 años ha aumentado la riqueza en manos de un menor número de personas, donde el 1% de las familias del mundo posee el 46% de la riqueza mundial.[1] Con sus claras excepciones en Latinoamérica, especialmente en el Sur donde hay esfuerzos importantes para cambiar las grandes desigualdades sociales que imperan en el mundo.

Lo anterior nos puede ir ubicando en que el modelo educativo vigente en nuestros países, realmente no está agotado, al contrario, cada vez que se reforma o reformulan las políticas dentro de nuestros países para “fortalecer el sistema educativo”, éste se regenera y se hace mucho más funcional para sostener el modelo de acumulación de riqueza; es decir, para la óptica de las elites económicas en nuestra región, el modelo les sirve, además les permite mantener su dominio ideológico en la mente de la gran mayoría de la población, que, aunque sabe que tiene derechos inalienables y lucha por ellos, no cambia el modelo económico por lo que no cambiarán radicalmente las condiciones de exclusión, pobreza y marginación que son el alimento que da sustento al modelo económico dominante. Pero veamos algunas cifras que nos van dando la idea del porqué afirmo que el sistema es funcional a las elites económicas.  Los datos en Latinoamérica nos dicen que la tasa de matriculación para la niñez en edad de la primaria anda por el 95%, mientras que para la secundaria, el resultado es de un 73%.  Si vemos los años de escolaridad alcanzados, vemos que para Argentina están en 10.5, y Panamá el referente centroamericano 9.2.  Al cruzar estos datos con los relacionados al empleo –según el sociómetro del BID, actualmente un 54% de la población tiene empleos informales, en relación al 30% de inicios de los años ’80–, podemos confirmar que hay cambios en el mundo laboral que es el que le produce riquezas a las elites económicas y también se puede decir que el sistema educativo sólo prepara a las mayorías para tener algún grado de información y formación que le permita ser parte de ese ejército de reserva que se mantiene en la informalidad, a la espera de una “oportunidad” para subir a la formalidad, que solo se da cuando las familias de las “elites”, dueñas de las grandes empresas y medios de producción, retiren o despidan a los contratados para no pagar prestaciones y busquen renovar las plazas de trabajo formal.  Este es un ciclo funcional y perverso que les permite a los dueños de las empresas mantener los salarios al mínimo. Veamos el caso de Guatemala: un estudio de la Unión Europea y el Ministerio de Educaciónseñala: “Que el 73% de jóvenes trabajan sin contrato, labora más de 48 horas semanales y el 40% gana menos de un dólar diario, en tanto que el 62% gana menos que el salario mínimo”. Pero ¿cómo lo permitimos? O ¿cómo se mantiene este sistema excluyente y desigual?  Según uno de los resultados obtenidos en 2011 en localidades rurales de Guatemala, por el IEH [2], “el tipo de educación y las formas en que se está implementando en las instituciones del diversificado, está produciendo un sujeto estudiantil que se transformará en fuerza laboral útil dentro del esquema económico vigente en el país…”. Es decir que, aunque los bajos niveles de educación están vinculados directamente con la falta de acceso al empleo formal, a la pobreza y a los problemas sociales, también podemos observar que las élites económicas aplauden y respaldan esta situación, pues a ellos (las élites) les va muy bien en su óptica de acumulación de riqueza y de dominación de la mayoría de la población que está bastante convencida de que este es el único modo de vivir y producir o tiene miedo a sublevarse al sistema, pues también el dominio de las elites no sólo es ideológico sino también represivo.

Esta forma de ver y vivir en el mundo que promueven las elites en los Estados y Naciones, y que es aceptada por los pueblos, nos lleva a otras grandes problemáticas por la irracional depredación y destrucción del ambiente natural, que pone en riesgo incluso la propia sobrevivencia de la especie humana por lo que es necesario buscar soluciones a las problemáticas globales que son también locales, a través de una educación que desinstale en la mente de los pueblos este modelo de vida, y permita crear nuevas relaciones económicas, sociales, culturales y ambientales. ¿La educación popular es una alternativa? La educación popular (EP) sí puede llegar a ser una alternativa; para ello es necesario que los educadores y educadoras populares podamos comprometernos a fondo con generar una apuesta pedagógica y política en diálogo con los pueblos que permita desestructurar el modelo educativo actual y que posibilite a las y los educandos generar pensamiento crítico, de leer y reinventar el mundo, como dice Paulo Freire. Esta tarea no solo puede ser vista como una acción en las periferias de los procesos de aprendizaje, es decir, no sólo se pueden generar procesos educativos desde la EP, fuera del sistema “formal”; se hace necesario y urgente también comenzar a fisurar el modelo de aprendizaje actual y sustituirlo por otro que permita generar conocimientos, aprendizajes, formas de ver el mundo diferentes a las actuales y sobre todo que dé mayores elementos de análisis, movilización, organización y acción a los pueblos para que esta pueda ser la fuerza detonante que dé el golpe definitivo al modelo vigente y construya colectivamente otro. Entonces, es necesario fortalecer dos grandes tareas: la primera es continuar tejiendo mucho más las redes y alianzas entre distintos y diversos movimientos sociales y que éstos, a su vez, puedan profundizar en sus conocimientos y aprendizajes sobre el mundo actual pero sobre todo en la creación teórica, científica, viable de ese otro mundo posible.  Es decir, no basta con decirlo y soñarlo en términos generales, es necesario identificarlo, hacerle sus trazos, descubrirlo e irlo concretando en la práctica.  A ello está llamada la Educación Popular con sus distintas experiencias a fin de ponerlas al servicio de la construcción y consolidación de otro mundo posible. La segunda tarea es la necesaria incursión en los sistemas educativos actuales, que, como ya se dijo, configuran un aprendizaje funcional a las elites económicas y al pensamiento dominante, por lo que es necesario comenzar a fisurar el sistema también desde dentro, pues es allí donde a las nuevas generaciones se les condiciona a pensar, sentir y actuar de la manera en que a las elites les conviene.  Acá es necesaria una aclaración importante: el hacer trabajo de fisura en el sistema educativo actual, no es un llamado estricto a convertirnos en funcionarios públicos de los ministerios de educación, sino a generar propuestas alterativas, acompañamiento pedagógico a maestros para dotarles de otras herramientas que permitan construir pensamiento crítico, a pensar desde el propio Ser, para que, desde cada espacio, los educadores y educadoras populares puedan ir diseñando su estrategia de fisura, según sus propios contextos y lecturas de la realidad y la posibilidad de hacer efectivo este reto. Para finalizar, estas dos últimas apuestas, desde mi perspectiva, conllevan a otros dos elementos importantes: el de tener la claridad de que se hace necesario este trabajo en ambas direcciones para desmantelar el sistema educativo y aportar a la construcción de otro mundo posible y que debe hacerse en un proceso organizado, pensado y creado en un diálogo permanente con los movimientos sociales diversos que hacen la lucha por los derechos humanos, la defensa del territorio y la vida en nuestra actual Latinoamérica.

[1] Informe de OXFAM, Gobernar para las Elites, enero 2014.

[2] IEH: Instituto de Estudios Humanísticos de la Universidad Rafael Landivar de Guatemala.

Ecoportal.net

América Latina en Movimiento

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La falsa medida de la educacion superior

Por: David Robinson
En la obra The Mismeasure of Man (La falsa medida del hombre), el célebre paleontólogo y biólogo evolucionista estadounidense, Stephen Jay Gould, presentó una crítica definitiva del determinismo biológico que se utilizó en el cálculo de la capacidad intelectual. Gould analizó varios intentos realizados a lo largo de la historia para medir la complejidad de la inteligencia humana, empezando por antiguos toscos experimentos que afirmaban que había vínculos empíricos entre el intelecto, el cráneo y el tamaño del cerebro, pasando por tests cuantitativos más recientes que supuestamente miden la inteligencia como un único cociente para cada individuo. Para Gould, estos esfuerzos, supuestamente científicos y neutrales, por clasificar a las personas en base a su valor intelectual no solo eran deficientes desde un punto de vista metodológico, sino también sesgados. Los resultados fueron y siguen siendo utilizados para demostrar que algunos grupos específicos desfavorecidos (razas, clases o sexos) son congénitamente inferiores y, por tanto, merecen ese estatus.

Al reflexionar sobre el programa AHELO propuesto por la OCDE, alguien puede preguntarse si se podría esgrimir una crítica similar contra los intentos por medir y clasificar el valor y la calidad de la enseñanza superior. ¿En qué medida este tipo de evaluación, y el de la clasificación de Universidades de estudios superiores de The Times, padece las mismas falacias básicas que las evaluaciones «científicas» de la inteligencia? ¿Cometen dichas evaluaciones el mismo error al tratar de convertir conceptos abstractos y complejos en una única cifra? ¿Producen dichas evaluaciones el efecto de reproducir y justificar las jerarquías sociales y económicas ya existentes?

Mencionado por primera vez en la reunión de ministros de educación de la OCDE en Atenas, en 2006, el programa AHELO fue inicialmente presentado como un «PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes) para la educación superior”, una herramienta que «proporcionaría a los gobiernos miembro un poderoso instrumento para evaluar la eficacia y la competitividad internacional de sus instituciones de enseñanza superior, sus sistemas y sus políticas».

A pesar de que la propuesta fue recibida con poco entusiasmo por la mayoría de los miembros y partes interesadas, la OCDE siguió adelante y puso en marcha un estudio de viabilidad de varios millones de euros para ver si una herramienta como esa resultaba al menos científicamente posible. Los escépticos apuntaron que AHELO planteaba cuestiones metodológicas. Teniendo en cuenta la diversidad de los sistemas de enseñanza superior, las misiones institucionales y las poblaciones estudiantiles, tanto entre los países como en el interior de ellos mismos, ¿sería posible convenir en un conjunto de resultados de aprendizaje estandarizados, y aún menos medir dichos resultados de un modo que ofreciera comparaciones internacionales fiables?

Para examinar esta cuestión, el estudio de viabilidad de la OCDE analizó tres herramientas diferentes o «vertientes»: una vertiente genérica, basada en la Evaluación del Aprendizaje Universitario (CLA por sus siglas en inglés) aplicada en los Estados Unidos en forma de test estandarizado que evalúa al final de los estudios universitarios los conocimientos generales de todos los estudiantes, independientemente de la disciplina, (por ejemplo, pensamiento crítico, resolución de problemas y expresión escrita); una vertiente de disciplina especifica que se centra en la evaluación de los conocimientos y las habilidades de los estudiantes de ingeniería y economía; y, por último, una vertiente contextual que pretendía recabar información sobre el entorno institucional y sobre la formación de los estudiantes.

Los resultados del estudio de viabilidad del programa AHELO fueron presentados a principios de este año, concluyendo que parece posible evaluar las habilidades de la vertiente de la disciplina específica. Hay menos certeza científica en lo que respecta a la fiabilidad de la vertiente de habilidades genéricas. De hecho, el grupo asesor técnico de AHELO observó que las preguntas utilizadas y basadas en el CLA «resultaban demasiado ‘americanas’ en un contexto internacional”. Citando la crítica de La falsa medida de la inteligencia humana de Gould, AHELO parece privilegiar y reforzar ciertos valores y sistemas de conocimiento euroamericanos.

Más allá de las deficiencias metodológicas, subyacen algunas consideraciones políticas serias en lo que respecta al posible uso, mal uso y abuso de los resultados del programa AHELO. Si bien la OCDE insistió en que AHELO no sería un ranking, es difícil pensar que pudiera ser cualquier otra cosa, especialmente cuando fue explícitamente destinado para ayudar a los gobiernos a comparar el rendimiento de sus instituciones respecto a las de otras jurisdicciones. Una vez que se asigna un número al rendimiento de una institución o de un programa, ya sea basándose en el rendimiento de la investigación, como es el caso de los rankings universitarios mundiales, o en los resultados de aprendizaje que propone el programa AHELO, la consecuencia siempre será que los gobiernos y los medios de comunicación clasifiquen los resultados en una tabla de clasificación simplista y usen dichas tablas de manera incorrecta. No importa cuál sea el propósito inicial, el peligro es que los resultados no serán utilizados para mejorar y apoyar a las instituciones y a los profesores, sino para ejercer un mayor control externo.

En realidad, lo que hace que una universidad sea buena solo puede, a lo sumo, plasmarse de forma parcial estadísticamente. La calidad de la educación y la libre investigación que se lleva a cabo dentro de una institución no puede ser analizada, cuantificada, clasificada y comparada con facilidad y exactitud. La calidad de la enseñanza superior no es un producto o resultado único sujeto a una definición simple o a una puntuación numérica, sino que tiene que ver con una amplia gama de actividades y procesos. Evaluaciones como AHELO hacen que los aspectos complejos de una universidad se vean reducidos a un número, sin importar lo absurdo que resulte este ejercicio.

Publicado originalmente en: http://worldsofeducation.org/new/spa/magazines/articles/196

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