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Cinco formas de empoderar a los docentes e impulsar el progreso del aprendizaje

Por Alice Albright y Fred Van Leeuwen/Global Partnership for education

Suwaiba Yunusa, de 29 años, es profesora en la escuela primaria Janbulo Islamiyya en Roni, estado de Jigawa, Nigeria. Ser la única maestra en la escuela tiene su cuota de desafíos, uno de ellos es el tabú social de unirse a colegas masculinos durante las pausas para el almuerzo, pero también le da una gran ventaja. Ser mujer le permite a Suwaiba desempeñar un papel fundamental para asegurarse de que más niñas vayan a la escuela y aprendan en un país donde las maestras son escasas.

Saber que ella está allí hace que los padres se sientan más cómodos enviando a sus hijas a la escuela. Si bien las normas culturales le impiden trabajar junto a sus colegas masculinos, ella y otras maestras como ella pueden ayudar a las niñas de manera individual y abordar los desafíos relacionados con la menstruación, lo que sería inapropiado para un maestro. Pero aún más, ella es un modelo a seguir para las niñas, dándoles esperanza de lo que pueden lograr con una educación.

Aunque la historia de Suwaiba no es única en países donde tanto mujeres como hombres deben superar muchos obstáculos para proporcionar educación de calidad a sus estudiantes, la suya saca a la luz dificultades comunes que pueden superarse. Esta es la razón por la cual la Alianza Global para la Educación y la Internacional de la Educación está trabajando para empoderar a los docentes de todo el mundo.

Los maestros necesitan más apoyo para enseñar de manera efectiva

Las nuevas estimaciones del Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU) muestran que más de 617 millones de niños y jóvenes de todo el mundo no están aprendiendo lo suficiente, a pesar de que 400 millones de ellos asisten a la escuela. Empoderar a los docentes es clave para mejorar los resultados de aprendizaje: son los trabajadores de primera línea sin los cuales no se puede lograr un aprendizaje de calidad.

Según el UIS, 69 millones de docentes de primaria y secundaria deben ser contratados antes del 2030 para garantizar que todos los niños tengan acceso a una educación de calidad. Necesitamos más maestros y tenemos que equiparlos con las habilidades y los recursos para enseñar de manera efectiva.

El apoyo internacional para los docentes debe aumentar

La Alianza Global para la Educación trabaja estrechamente con todos los socios clave, incluidas las organizaciones de docentes, para fortalecer los sistemas educativos. La Internacional de la Educación, la federación de sindicatos de docentes más grande del mundo, que representa a 32,5 millones de docentes en 171 países, es miembro de la Junta de la GPE y participa activamente en la definición de la política de la asociación y las decisiones programáticas. A los ojos de ambas organizaciones, los docentes son una voz crítica en la configuración de las políticas ya que son las más cercanas a las realidades del nivel escolar.

En el centro de los desafíos que enfrentan los docentes se encuentran la necesidad de herramientas, tiempo y confianza. Los maestros necesitan las herramientas y los recursos adecuados para hacer bien su trabajo;necesitan el tiempo para preparar adecuadamente sus lecciones; y necesitan la confianza de los estudiantes, los padres, el liderazgo escolar y los gobiernos para tener la confianza necesaria para desarrollar su propio potencial. La participación en los grupos de educación local de GPE (LEG, por sus siglas en inglés) acerca a los constituyentes de la profesión docente, así como a la responsabilidad mutua en torno a los planes de educación.

La Alianza Global para la Educación destaca cinco maneras en que los sistemas respaldados están empoderando a los docentes:

    1. Educación y desarrollo docente . Como con cualquier profesión, los maestros calificados deben estar bien preparados para ser efectivos. Deben desarrollar las habilidades para motivar a los niños, administrar un aula, dominar las materias esenciales y atender las necesidades diarias y el progreso de sus alumnos. Del mismo modo, los administradores de la educación en las escuelas individuales y en el nivel del sistema también deben aprender cómo ser líderes en educación mediante la construcción efectiva de equipos, presupuestando los recursos escasos, supervisando el aprendizaje y apoyando a sus maestros.

Es por eso que casi todos los socios de países en desarrollo de GPE priorizan el desarrollo de docentes (el 93% de las subvenciones de GPE tienen componentes que invierten en el desarrollo de docentes). El apoyo de la GPE para el desarrollo de docentes se ha más que duplicado en los últimos años, de alrededor de 98,000 maestros capacitados en 2014 a 238,000 en 2016.

    1. Materiales de aprendizaje de alta calidad . Para aprovechar todo el potencial de sus estudiantes, los maestros necesitan las herramientas adecuadas: libros y materiales de aprendizaje actualizados, basados ​​en métodos pedagógicos probados y escritos en un idioma que los estudiantes entiendan.

Hasta la fecha, GPE ha contribuido a la distribución de más de 1.600 millones de libros de texto para los países en desarrollo asociados. En Togo, por ejemplo, GPE apoya el desarrollo de nuevos planes de estudio y la provisión de libros de texto y guías para docentes en matemáticas y lectura para los primeros grados en todas las escuelas primarias.

    1. Tamaños de clase adecuados . Es comprensible que los estudiantes rindan mejor en las clases donde hay menos estudiantes y los maestros están mejor capacitados para enseñar en su nivel.

Muchos socios de países en desarrollo de GPE han reducido con éxito las proporciones alumno-maestro.Por ejemplo, Mozambique redujo el número de alumnos de primaria por profesor entrenado de 96 a 61, Senegal de 79 a 45 y Nepal de 57 a 26.

    1. Mejor control de los resultados de aprendizaje. Desde el aula hasta el nivel del sistema, los datos de los resultados del aprendizaje son necesarios para comprender los niveles actuales de aprendizaje, lo que puede ayudar a abordar las barreras para el aprendizaje de grupos específicos. Los educadores deben estar familiarizados y usar una variedad de estrategias formativas que les ayuden a adaptar la instrucción.

Los modelos de financiamiento operacional y basado en resultados de GPE incentivan a los socios de países en desarrollo a fortalecer el monitoreo de los resultados de aprendizaje, incluidos los requisitos de datos. En Bangladesh, por ejemplo, GPE apoya las evaluaciones en el aula de todo el país, así como las evaluaciones nacionales de aprendizaje a nivel del sistema. GPE también desarrolló la iniciativa Evaluación para el aprendizaje (A4L) para aumentar la capacidad de los sistemas nacionales de evaluación del aprendizaje.

  1. Más tiempo para planear y enseñar. Para muchos maestros, es una lucha diaria dedicar suficiente del día escolar a actividades que les permitan a los estudiantes aprender. Los datos de siete países del África subsahariana muestran que, de un promedio de 5,5 horas de horario de clases diarias programadas, los maestros usan solo la mitad para la instrucción y a menudo se les exige realizar tareas burocráticas que también reducen el tiempo de planificación.

La GPE ahora busca recaudar US $ 3.1 mil millones entre 2018 y 2020 para apoyar la educación de 870 millones de niños en 89 países en desarrollo. Este financiamiento aseguraría que 1.7 millones de maestros estén capacitados, 23,800 aulas construidas y 204 millones de libros de texto distribuidos. Será fundamental para empoderar a los docentes con las habilidades que necesitan, construir sistemas educativos más sólidos y, en última instancia, ofrecer mejores resultados de aprendizaje.

Fuente: http://www.globalpartnership.org/blog/five-ways-empower-teachers-and-drive-learning-progress

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Los protagonistas de la Educación 2017

Por José María de Moya

Grupo Siena, empresa editora del periódico MAGISTERIO, ha hecho público esta semana el fallo de los “Premios Magisterio a los Protagonistas de la Educación 2017”. La ceremonia de entrega se celebrará el próximo 23 de noviembre en el auditorio de Caixa Forum de Madrid. Estos premios pretenden reconocer una decena de iniciativas –modestas o poderosas, desde el sector público o privado, individuales o colectivas, de ámbito nacional o internacional, etc.– por mejorar la Educación. Por esta razón, el Consejo Editorial de MAGISTERIO ha vuelto a reconocer propuestas muy diversas, tanto por su procedencia como por su objeto.

Por su impacto social:
1. A los programas de acceso a la universidad para jóvenes refugiados en España, de CEAR (Comisión Española de Ayuda al Refugiado). A las universidades Camilo José Cela, Complutense de Madrid y Universidad de Barcelona.

2. Al programa Jove Oportunitat, del Instituto Valenciano de Juventud. Pioneros a nivel nacional en desarrollar programas de Segunda Oportunidad para jóvenes.

3. Mención especial al CEIP “San José Obrero” (Sevilla). Desde hace más de 40 años, este centro desarrolla su actividad en las barriadas más desfavorecidas de Sevilla.

4. Premio “Juan Pablo de Villanueva” a la campaña contra el acoso escolar “Se buscan valientes” de Mediaset España.

Por su apuesta por la innovación y el empleo:
5. A la compañía HP junto con la Fundación Universidad-Empresa por buscar el mejor talento joven de toda Europa. Ofrecen un contrato laboral de dos años en las áreas de Investigación, Desarrollo y Negocios a recién titulados.

6. A los proyectos de investigación e innovación en Formación Profesional Tknika que han colocado a la FP del País Vasco a la vanguardia europea.

7. Mención de honor a la Dra. Vicky Colbert, directora de la Fundación Escuela Nueva.

8. Mención especial al profesor Gonzalo Maceira, de Estudo Bonobo (Pontevedra), líder de Furious Monkey House.

Finalmente, por su trayectoria mejorando la Educación:
9. A la Comisión Europea por el 30º aniversario del Programa Erasmus+.

10. A Ediciones SM por su 80º aniversario.

Fuente: http://www.magisnet.com/noticia/26484/blog-de-jose-m-de-moya/los-protagonistas-de-la-educacion-2017.html

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La crisis del título universitario

En The Future of the Degree: How Colleges Can Survive the New Credential Economy, Jeffrey J. Selingo, catedrático y experto en educación superior, delinea los mayores retos que los títulos universitarios enfrentan hoy en día en la economía del conocimiento.

Por Esteban Fredin/Observatorio Innovación Educativa ITESM

Tradicionalmente el título universitario ha sido considerado como la culminación de la vida estudiantil y símbolo de preparación profesional. No obstante, un nuevo reporte publicado por The Chronicle of Higher Education cuestiona la utilidad del diploma universitario en un mundo laboral en el que la barrera entre el estudiante y el profesional se difumina ante la constante necesidad de actualización, la amenaza de la automatización, y un mercado laboral con competición internacional.

En The Future of the Degree: How Colleges Can Survive the New Credential Economy, Jeffrey J. Selingo, catedrático y experto en educación superior con más de veinte años de trayectoria, delinea los mayores retos que los títulos universitarios de hoy día enfrentan en la economía del conocimiento. Contextualizado en la historia de la educación superior en los EE.UU., el reporte explora la evolución de los diplomas universitarios y su compleja relación histórica y económica con la necesidad de los empleadores por conseguir talento altamente preparado. La crisis actual de las acreditaciones académicas se debe en gran parte a que su formato actual es el legado de dos siglos de enfatizar el tiempo sentado en clase y la incapacidad de cuantificar y comunicar el aprendizaje tanto dentro como fuera del aula.

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Mucho ha cambiado en ese lapso de tiempo. Sin embargo, planes de estudio y métodos de enseñanza aparte, si la obtención de un título universitario se considera el resultado final de la educación superior, las universidades no han cambiado mucho en décadas, y en ciertos aspectos, en siglos. La obtención de un diploma aún toma mucho tiempo, es excesivamente cara, y ofrece más de lo necesario en términos prácticos.

Desde hace años los economistas han barajado la teoría de que el valor intrínseco de la educación universitaria no está en el número de horas o el esfuerzo que el alumno haya dedicado al estudio, sino en la pieza de papel que obtiene al final del proceso (el denominado sheepskin effect). El título importa como herramienta en el proceso de contratación sólo en la ausencia de otras señales relevantes de empleabilidad como experiencia laboral o el desempeño en un puesto similar. Es por esto que el reporte identifica cuatro razones por las cuales los empleadores valoran los diplomas universitarios en su proceso de selección y cómo estas se están erosionando rápidamente frente al panorama económico actual:

  1. Generalmente se ha considerado al título universitario como una señal de capacidad laboral. Sin embargo, en la medida en que más adultos adquieren un diploma de educación superior su valor como señal de empleabilidad disminuye, y sólo cobra importancia cuando tiene el respaldo de una institución de renombre.
  2. Históricamente el título ha sido un mecanismo de selección para los reclutadores, pero debido al incremento en la población titulada y la facilidad y conveniencia de buscar y aplicar a un puesto por Internet ha disminuido su importancia.
  3. La idea de que la educación superior provee el capital cultural necesario para exceler en un puesto también se ha visto afectada. Cada vez hay más evidencias que revelan que los graduados adolecen de las habilidades blandas necesarias para trabajar hoy en día. Una encuesta de Gallup revela que solo el 11% de los líderes empresariales consideran que los recién graduados cuentan con las habilidades para desempeñarse exitosamente en el trabajo.
  4. La creencia un grado académico mejora la productividad individual a través de la instrucción formal también va en declive. La disparidad entre en las experiencias de estudiantes de una misma institución, o de la misma disciplina en distintas universidades, significa que las reclutadoras cada vez entienden menos ‘qué hay dentro de la caja que están comprando’, por lo que a reputación de la institución juega cada vez un papel mayor ante la incertidumbre.

Debido al deterioro de la utilidad del título en términos de reclutamiento, hoy en día empleadores de todos tamaños y giros buscan señales que van más allá del título universitario tradicional para seleccionar a sus prospectos. Varias empresas han recurrido a minar datos del desempeño de sus propios empleados para descubrir qué variables en el resúmen y currículum vitae del aplicante están estadísticamente correlacionadas con patrones de éxito en el puesto.

Ante esta realidad las universidades deberán innovar si aspiran a mejorar la empleabilidad de sus egresados. En respuesta a estas nuevas técnicas de reclutamiento y búsqueda de talento con analítica de datos, las credenciales académicas del futuro necesitarán cumplir con las siguientes funciones para permanecer relevantes:

  1. Englobar la experiencia de aprendizaje tanto dentro como fuera del aula.
  2. Comunicar una experiencia integrada; debe haber un currículo coherente detrás de cada certificado.
  3. Enforzar estándar común para todas la universidades. Un título que sólo es reconocido en pocas instancias es inútil para cualquier propósito práctico.

Por otro lado, la idea de que la experiencia universitaria es un episodio único en la vida y que marca tan solo el comienzo de una carrera profesional tendrá que desaparecer. La educación a lo largo de la vida se ha convertido en una necesidad económica ya que los trabajos de hoy requieren de aprendizaje continuo tanto en contextos formales como informales. En ese sentido, los diplomas universitarios están dejando de ser un mecanismo de clasificación para convertirse en la representación de las competencias y habilidades de un individuo.

Los adultos necesitarán entrar y salir de un sistema de educación superior que dé fe de todas sus experiencias de aprendizaje con valor en el mercado laboral, sin importar el contexto en el que ocurren. Las siguientes tendencias podrían definir las acreditaciones del futuro:

  1. En vez de registros en papel resguardados por las universidades, las credenciales serán activos electrónicos pertenecientes al estudiante y mantenidos en una red virtual utilizando la tecnología blockchain que hace de las criptodivisas como bitcoin seguras y descentralizadas. El MIT ya ha otorgadosus primeros diplomas con este método.
  2. En adición a los certificados tradicionales, las universidades otorgarán nuevos tipos de micro-credenciales como insignias que reconozcan el aprendizaje continuo.
  3. Más que existir como un solo documento, las credenciales deberán comunicarse a través de portafolios que demuestren los conocimientos de su portador.
  4. El creciente uso de la analitica de datos en las decisiones de contratación podría reducir la importancia del certificado, pero incrementar la relevancia de experiencias de aprendizaje específicas dentro de la universidad.

En conclusión, el reporte The Future of the Degree: How Colleges Can Survive the New Credential Economy plantea que las instituciones de educación superior necesitan reconsiderar qué sirve como evidencia de aprendizaje: el tiempo sentado en un aula, o la maestría de un tema o concepto. Muchas experiencias valiosas de la vida universitaria no contribuyen a la acumulación de créditos en el sistema actual. Además, será necesario repensar el currículo no como un objeto fijo, sino como pedazos más pequeños que proveen evidencia de avances incrementales en competencias bien definidas. Esto se debe en gran medida a que el aprendizaje ahora se adquiere durante toda la vida. Las habilidades para mantenerse a flote en cualquier carrera cambian demasiado rápido como para que la educación superior ocurra solo una vez en la juventud.

Finalmente, en cuanto a su formato, el título dejará de ser un pedazo de papel otorgado en una ceremonia, para convertirse en bits de datos e información en un repositorio electrónico descentralizado. Las autoridades académicas pueden desoír las recomendaciones de Selingo y seguir con sus esquemas tradicionales, pero el costo sería alienar a la educación superior aún más del mundo laboral.

 Fuente: https://observatorio.itesm.mx/edu-news/2017/10/30/la-crisis-del-ttulo-universitario
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Educación, una fábrica de destilación social

Por Jose Darwin Lenis Mejía 

Históricamente el sistema educativo colombiano ha operado de forma similar a como funciona un sistema industrial de destilación por goteo, donde  gota a gota un producto líquido pasa por una serie de etapas o filtros de diferentes características hasta lograr la calidad requerida por el fabricante. En Colombia, el proceso educativo tiene el mismo propósito, actúa como destilador del conocimiento y por consiguiente margina principalmente a los estudiantes más vulnerables, aquellos que no cuentan con las condiciones mínimas para estudiar y que terminan por distintas situaciones en fracaso escolar al desertar de la escuela o no lograr adquirir las competencias académicas exigidas en el estándar internacional orientado por la banca mundial a través de la OCDE.

Desde la misma oferta en, programas, costos, pruebas, horarios y otras condiciones el sistema depura y excluye a los más pobres. Separando continuamente competentes, de incompetentes, hasta dejar para el final, los más refinados, cualificados y eficientes. Dicho de otra forma, el sistema escolar colombiano dispone intencionalmente los mejores ambientes, contextos y circunstancias solo para quienes tienen el medio socio económico de acceso a una educación de calidad previamente determinada. Hacer parte de esta calidad educativa, es un exclusivo privilegio de un poco más del 4% de la población que en Colombia llega según DANE a casi 49,5 millones de habitantes.

Al revisar críticamente la organización y las realidades educativas en el país, se ve claramente como en los primeros años de estudios el número de estudiantes matriculados es alto, mientras al entrar al bachillerato la permanencia disminuye drásticamente. Cifras de Mineducación reportan un porcentaje de retención en primaria del 96%, mientras que en secundaria apenas alcanza el 67%. Es decir,  en la primaria el filtro es generoso, opera en forma de zaranda con agujeros grandes donde todo pasa y poco se queda. Ya en la educación básica secundaria y la media se instalan una serie de dispositivos “purificantes” que poco a poco como coladores más sensibles seleccionan mejor las competencias de estudiantes que van a estudios superiores, van a trabajar, o simplemente ni trabajaran, ni estudiaran. Peor aún es en la educación superior, la situación de deserción universitaria y postgradual es aterradora.

En este nivel el colador o tamiz es mucho más refinado, selectivo y desagregador porque filtra hasta los más finos detalles educativos, intensificándose la exclusión basada en los conceptos “excelencia y calidad educativa” entendidos desde las competencias específicas de saber hacer, saber conocer, saber expresar y saber ser con las cuales el grupo seleccionado puede acceder a un mayor capital cultural en bienes y servicios. Según el SPADIES 2016, la tasa de deserción universitaria es de 46,1%  cuyo factor principal radica en las bajas competencias académicas, en aspectos tales como leer comprensivamente, argumentar, escribir, inferir, analizar, interpretar, estimar, proponer o pensar críticamente. Criterios que, para quienes los apropian  definen a posteriori un mayor estatus en calidad de vida, empleabilidad, recreación o garantías en derechos humanos y sociales.

Comparativamente la tasa de desempleo de egresados universitario esta cerca del 20%, mientras para toda la población según DANE, hoy el desempleo llega a 9,1%. Claro está, que aquí se incluyen como empleados los trabajadores de sectores informales o todos aquellos que generen un ingreso que le permita la subsistencia básica.

Contrastando estos datos estadísticos con el refinado sistema colombiano de destilación académica, los estudiantes educados para asumir las altas gerencias se fabrican principalmente en exclusivos colegios y universidades privadas según lo indican los resultados de las pruebas Saber 11°, Saber Pro y los análisis de empleabilidad de egresados. Por lo general los egresados de la Universidad de los Andes en Bogotá, EAFIT en Medellín, del Norte en Barranquilla o ICESI en Cali, se emplean en grandes empresas nacionales, multinacionales o cargos públicos de alta responsabilidad; mientras los egresados de las universidades públicas tienen menos posibilidades de liderar estos mismos espacios.

Es totalmente cierto, que las condiciones en ambientes escolares, materiales de apoyo, calidad de profesores, alimentación o acceso a bienes culturales influyen muchísimo en potenciar las capacidades, talentos e inteligencia de los estudiantes e igualmente marcan la tendencia de su posicionamiento exitoso y de futuro social.

A pesar de que la Ministra de Educación, Yaneth Giha, diga lo contrario, desde el mismo diseño estructural y de funcionamiento, el sistema educativo es inequitativo y excluyente con los más pobres. Las primeras marcas de lo que será el futuro en condiciones de vida las determinan el lugar de nacimiento y la situación sociales de la familia a la que se pertenece. Por ello, tiene gran valor el programa nacional Ser Pilo Paga que hoy atiende a 31940 estudiantes de estratos 1,2 o 3 cuyos destacados desempeños en la prueba saber 11° les han permitido obtener estas becas créditos condonables. Programa que finalmente, requiere ampliarse o generar estrategias complementarias para fortalecer su cobertura o por qué no pensar en ofrecer gratuidad en el nivel técnico profesional para todos los jóvenes que egresan de los colegios públicos y privados de estratos populares.

Congresistas y ministra Giha, invocar la realización de una gran constituyente educativa, es una vía para decidir la educación como derecho fundamental para todos-as. Es equivocado seguir construyendo planes decenales como el actual 2016-2026 “El camino hacia la calidad y equidad” porque ya se sabe que su aplicación en el territorio nacional es discrecional y su complimiento un mero lineamiento de política educativa. No más educación destilada/segregada o planes simplemente indicativos, Colombia necesita  iniciar la gratuidad gradual en la educación superior y definir el derecho a la educación como bien común y principio fundamental en el mejoramiento de la calidad de vida de la población.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/educacion-una-fabrica-de-destilacion-social-columna-720701

Imagen tomada de: https://rikowski.files.wordpress.com/2014/02/education-system.gif

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¿Cómo se fue haciendo la cultura cubana?

Por: Graziella Pogolotti

Acosado por la miseria y la tuberculosis, Heredia murió en el exilio. Plácido y Zenea fueron fusilados. José Martí cayó en Dos Ríos. Mientras  los poetas forjaban imágenes para una nación todavía inexistente, los pensadores labraban un ideario a través de la enseñanza. Quebrantaban la esclerosada tradición dogmática impuesta por la colonia.

El presbítero Félix Varela sentaba cátedra en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio. No tuvo alumnos, formó discípulos. De manera inevitable, el camino trazado lo llevaría a la política y al debate abierto en las Cortes de España.

Perseguido, encontró refugio en una emigración sin regreso. No dejó por ello de pensar en Cuba y ejercer un magisterio espiritual. Más prudente y no menos eficaz, Luz y Caballero se entregó a la educación. En las aulas, estaban madurando los futuros combatientes. Desde entonces, ética y política comenzaban a entrelazarse de manera inseparable, visión que alcanzaría con José Martí su proyección más intensa en el verbo encendido y en la conjunción concreta de teoría y práctica.

Al principio, las ideas circularon en los cotos de las minorías ilustradas. Las dramáticas circunstancias de una sociedad colonial y esclavista favorecieron el desarrollo de inquietudes convergentes en sectores de las mayorías silenciadas. El poder metropolitano percibió la amenaza latente. Para contener el peligro aplicó la violencia extrema contra Aponte y en la represión de la llamada Conspiración de la Escalera. En lo político, en lo social y en lo cultural, convertida en causa popular, la idea de la nación adquirió cuerpo durante la Guerra de los Diez Años.

En febriles jornadas sin sueño para evitar la probable intervención  del imperio naciente, José Martí juntó acción y prédica. Había que consolidar la unidad entre los veteranos de ayer y la nueva generación, entre los representantes de las distintas capas de la sociedad y atenuar las supervivencias de los antiguos localismos. La noción de independencia integraba la reivindicación de un ideal de justicia. La patria se iba haciendo en la conjunción de «raíz y ala» con la mirada puesta en lo más profundo de sus entrañas y el impulso creador de los sueños siempre perseguidos. No tuvo aula, pero lo llamaron Maestro.

La frustración republicana tuvo un impacto inicial aplastante con señales de escepticismo, de oportunismo y de corrupción. El aparente letargo no se mantuvo durante mucho tiempo. La siembra no había sido inútil. En los años 20 del pasado siglo, el impacto de la realidad matizada por una crisis estructural de la economía dependiente y la subordinación de los gobiernos a los dictados del imperio indujeron a los intelectuales a salir de sus cenáculos, a conquistar  visibilidad y participación en la vida pública. Ese compromiso no los sustraía de la entrega a la realización personal que contribuía también a edificar la nación. Había que adentrarse en lo profundo de las raíces  y conformar al ala desde la perspectiva de la contemporaneidad.

Mella fundaba la Universidad Popular José Martí. Los historiadores proponían la relectura de nuestro devenir, Fernando Ortiz revelaba las zonas preteridas de nuestro mestizaje cultural. Amadeo Roldán y Alejandro García Caturla, con la complicidad activa de Carpentier, se planteaban el desafío de incorporar los ritmos de origen africano al arte de la composición sinfónica. Los poetas aguzaban el oído en dirección similar. Lo hicieron Tallet y Ballagas. Los tanteos llegaron a su cristalización con Motivos de son de Nicolás Guillén. Los pintores viajaron a París en procura de aprendizaje del oficio y de los lenguajes contemporáneos. Con esa experiencia, forjaron un imaginario visual que, según muchos críticos, marca el verdadero nacimiento de nuestras artes plásticas. Por múltiples caminos, raíz y ala convergían nuevamente.

En el contexto de la República neocolonial, los iniciadores de los 20 y las generaciones que les sucedieron hicieron su obra desde la precariedad extrema. Cuando podían, ganaban el sustento mediante el desempeño de otros oficios. Ejemplo dramático, el asesinato del juez Alejandro García Caturla tronchó la vida, en plena madurez, a uno de nuestros más brillantes compositores.

La enseñanza artística padecía incurable anemia. Ante tanto desamparo, la Revolución Cubana retoma algunas ideas  fundadoras y centra su atención en el impulso a la cultura. Desde la campaña de alfabetización hasta la reforma universitaria, la educación constituye columna vertebral de un propósito democratizador que apuntala la soberanía nacional en beneficio de la plenitud de la persona y en favor de la conversión de la ciencia en fuerza productiva. El sistema institucional que comienza con la fundación del Icaic sienta las bases para la profesionalización de los artistas, para la producción de la obra y para la formación de numerosos espectadores críticos y al propio tiempo, para el rescate y protección del patrimonio nacional. El sistema de enseñanza artística incorpora a los creadores de más valía a la docencia, y ofrece posibilidades sin precedentes a los talentos potenciales. La construcción de los edificios de Cubanacán aspira a favorecer el diálogo entre las distintas  manifestaciones artísticas.

Pasados los días conmemorativos de la jornada de la cultura cubana, conviene conceder tiempo reposado a la meditación acerca de los desafíos de la hora con participación de los más jóvenes. La irrupción de las nuevas tecnologías, la presencia del mercado en ciertas zonas de la creación contribuyen a modelar mentalidades y aspiraciones. Paradójicamente, la proliferación de áreas de investigación en las universidades y en los centros dedicados a las ciencias sociales no se ha traducido en un productivo intercambio de saberes de tanta significación en los reducidos cenáculos intelectuales de los siglos XIX y XX. Abiertos al mundo, remisos al estrecho localismo, los intelectuales cubanos fueron, en circunstancias adversas, raíz y ala, observadores de la realidad y creadores de un imaginario. Hay que eliminar barreras, estereotipos y fórmulas gastadas. Corresponde a las instituciones favorecer la circulación del pensamiento. En un tiempo dominado por la expansión de la frivolidad y el culto al desfile efímero de los famosos, pensar es un modo de hacer.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2017-10-29/como-se-fue-haciendo-la-cultura-cubana-29-10-2017-21-10-36

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“María” ¿tiene vigencia?

Por: Gloria Hurtado

Asociar a Jorge Isaac y “María” es inevitable. Sin embargo no creo que su único mérito  fuera escribir “María”: su vida está llena de situaciones significativas que fueron  divulgadas en los últimos días. Por ello cuestionar la vigencia de “María” no significa cuestionar los méritos del autor. Debo confesar, entonces, que no entiendo cómo hoy las nuevas generaciones leen “María”. ¡Sin dormirse! Se que el texto es representativo del Valle, sé que adoro a mi tierra, pero también es válido que aquí en un Valle incluyente y tolerante, podemos tener maneras diferentes de “mirar” el acontecer regional.  La obra como trabajo literario es una cosa, la región que describe es otra y la actualidad del manuscrito, otra. Reunir los tres componentes y hacer una amalgama  para justificar su vigencia, lo considero una equivocación, o mas suave, un despropósito.

Personalmente, no la soporto. No me la imagino en el mundo de hoy. No sé cómo un joven del siglo XXI puede digerirla. No entiendo cómo se le ocurre a un profesor exigirla como texto para una clase de español. No logro asimilar qué podrían hacer hoy María y Efraín en el acelerado mundo actual. Cómo, un muchachito o  muchachita de 14 años, en el mundo de los juegos electrónicos, la época de los animados japoneses, la era de las galaxias, o en los mundos llenos de colores, movimiento y empuje, pueda resistir dos páginas seguidas de “María”. Sí, que estoy diciendo algo que para muchos sonará a blasfemia, pero ¡es real!  Que la obra es poética, que transcribe paisajes increíbles del Valle del Cauca, también es cierto. Pero en el trepidar del mundo de hoy, qué difícil es poder digerir “María” y descubrir su valor como obra perenne. Como  texto representativo para las generaciones  del siglo XXI.

“María” es un referente vallecaucano y debería ser consultada para estudiosos de Literatura o interesados en temas de vallecaucanidad. Es un texto para “expertos” o especialmente motivados. Pero pretender que “guste”, que  la “disfrute”, un joven en bachillerato lo considero un poco pretencioso. ¡El mundo cambió! No podré renunciar nunca a mi profesión inicial de profesora de Literatura (con título) y por ello entiendo que sintonizar con el momento del estudiante es vital. No educamos tan sólo para llenar de conocimientos sino también para darle sentido a sus vidas. Y “Maria está a “años luz” de la vida de los jóvenes de hoy. O en términos de la novela, su idealismo termina siendo chocante precisamente por iluso. Salido de la realidad, el mundo de hoy “no soporta” la lentitud de “María”.  En el mundo real  para un adolescente es mas fácil acercarse en vivo y en directo a “El Paraíso” que digerir  la novela. Donde no pasa nada. Donde las descripciones requieren de la fantasía del lector para suponer lo que sucede. “María” es vallecaucana, si,  pero hay que buscar “adaptarla” al mundo de la juventud de manera que dé información sobre la historia del Valle, pero que no se “duerman” en el aprendizaje. Leerla por obligación puede “matar” el gusto por la lectura. Hay textos maravillosos que pueden consultarse pero “imponerlos” en procesos educativos es un suicidio. Lo importante es que las nuevas generaciones conozcan y valoren  nuestra historia. Pero que no se aburran con ella. ¡Ni se duerman!

Fuente: http://www.revolturas.com/en/articulos

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La sede vallenata de la Universidad Nacional

Por: Ignacio Mantilla

El pasado 24 de octubre, el Consejo Superior Universitario (CSU), máximo órgano rector de la Universidad Nacional, se manifestó positivamente, de forma unánime, frente a la creación de la Sede de La Paz de la universidad, nombre alusivo a su ubicación geográfica entre Valledupar y La Paz, en el departamento de Cesar, y al momento histórico que vive el país al culminar el conflicto armado con las Farc.

La sesión extraordinaria realizada en Valledupar finalizó con una sobria celebración en el nuevo campus y con la firma protocolaria de la ministra de Educación, Yaneth Giha, del acuerdo 250 del CSU, mediante el cual se crea formalmente la Sede de La Paz. Todos los asistentes tuvimos la alegre sensación de haber comenzado una sesión por fuera de la universidad y haberla concluido en su interior.

Este respaldo del CSU era previsible, si se tiene en cuenta que ya el trámite previo requerido ante el Consejo Académico, realizado unas semanas antes en Bogotá, había generado un intenso debate que se prolongó por seis horas y que terminó con la decisión de avalar el proyecto con un respaldo contundente de 28 votos a favor, uno en contra y un salvamento de voto.

La decisión del CSU va mucho más allá de un acto administrativo o una pura formalidad. Es un visto bueno al compromiso de ofrecer educación superior de calidad a cientos de jóvenes para que no estén en manos de la pobreza, el ocio o la violencia. Este es un sí para responder a las necesidades de la región, aportando un capital esencial para formar personas de gran talento y capacidad académica, que comúnmente se desperdician por la falta de oportunidades.

Este es un sí que reafirma el interés de dejar atrás el pasado colonial, perpetuado con ideas arraigadas de quienes afirman que las zonas andinas del país son las que dirigen la vida política, social y científica del país.

Ha sido muy grato para mí, como rector de la Universidad Nacional, contar con el impulso de las tres últimas administraciones locales de la Gobernación, la Alcaldía de Valledupar y la Alcaldía del municipio de La Paz, para esta apuesta educativa tan esperada por los habitantes de la región.

La firma del acuerdo estuvo marcada por gratos sucesos, como la presencia en el Cesar de un grupo de egresados de la Universidad Nacional que pertenecen a un amplio colectivo de ciudadanos que portaban camisetas con la consigna “Amigos de la Universidad Nacional de Colombia” y que nos manifestaron su enorme satisfacción por este hecho histórico, que, en palabras del ilustre egresado Alfonso Araújo Cotes, es, después de la creación del departamento del Cesar, hace 50 años, el hecho más importante para la comunidad vallenata.

Por donde caminábamos, las personas se acercaban a manifestar su apoyo a la creación de la nueva sede y a expresar su satisfacción de ver ese sueño cumplido. Es imposible no sentir la empatía y el llamado de los habitantes de la región que quieren formarse profesionalmente en la Universidad Nacional de Colombia, patrimonio de todos los colombianos.

Por supuesto, sabemos que esta apuesta representa un gran reto que aún debe superar dificultades, pero lo asumimos con seriedad, responsabilidad y el apoyo financiero del Gobierno Nacional.

La creación de la sede por parte del CSU no es el paso final en este proceso académico-administrativo. Aún hace falta la definición de los programas académicos que se ofrecerán y poner en marcha una nueva estructura académico-administrativa. Tal como lo hemos preparado, la sede se podrá impulsar inicialmente con dos grandes escuelas: una de pregrados y otra de posgrados, que permitan la concurrencia de diferentes áreas del conocimiento con una mínima carga administrativa que la blinde contra la burocracia.

Es mi sueño, y la Universidad Nacional tiene las capacidades, llevar en un futuro cercano la carrera de Medicina y fortalecer la sede hasta tener una gran facultad de Ciencias de la Salud, complementada con las ciencias exactas, las humanidades, las artes, las ciencias agropecuarias y las ingenierías. Sería la primera vez en 150 años que la Universidad Nacional ofrezca la carrera de Medicina fuera de la Sede Bogotá.

También se tiene previsto que buena parte de la oferta educativa se cubra mediante la implementación del programa Peama, que ha dado excelentes resultados en los territorios fronterizos del país. Su dinamismo y flexibilidad permiten una amplia oferta y una alta movilidad.

La Sede de La Paz ofrecerá programas de posgrado de acuerdo con la demanda, así como cursos libres de refuerzo en ciencias básicas para la admisión de los jóvenes bachilleres, con el fin de ofrecerles una oportunidad para que se preparen mejor, puedan ingresar y tener éxito en la universidad.

Las actividades en la sede se iniciarán tan pronto la Universidad Nacional reciba a satisfacción de las autoridades locales el campus que está terminando de construirse y que desafortunadamente ha sufrido retrasos en el cronograma previsto.

Con esta apuesta, la universidad del Estado demuestra una vez más su compromiso con la educación de todos los colombianos en el amplio territorio nacional.

Fuente: https://www.elespectador.com/opinion/la-sede-vallenata-de-la-universidad-nacional-columna-720215

Imagen: http://www.radiosantafe.com/2013/12/15/universidad-nacional-tendra-nueva-sede-en-el-cesar/

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