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Juegos para promover valores: la paciencia y la constancia

25 de noviembre de 2016 / Fuente: http://revistaeducacionvirtual.com/

Por: Claudia García

¿Paciencia?, ¿y eso qué es? Vivimos en una sociedad que avanza rápido y los cambios son más que constantes. Hemos aprendido a sobrellevar las prisas y ser pacientes nos resulta agotador. Nuestros alumnos, por supuesto, no son una excepción. Ellos, más que nadie, son el claro ejemplo de la impaciencia: Si quieren algo, lo quieren “para ya”; y, en más de una ocasión, esto no es posible.

Por eso hemos de educarlos en la paciencia y la constancia. Estas cualidades tienen un importante peso durante la infancia y el futuro de los alumnos: resultan fundamentales para la adquisición de los principales aprendizajes vitales y, por supuesto, son básicas en la escuela. No hace falta decir que nos ayudan a tolerar la frustración y aceptar las dificultades con calma. Así la conquista de las propias metas, la convivencia con otras personas, y el dominio de materias y habilidades nuevas se vuelve más eficiente.

Por todos estos motivos los docentes hemos de tener en cuenta que ambos valores se pueden y se deben promover desde infantil y primaria. Eso sí, a través del juego, que es el lenguaje natural del niño. ¡Ha llegado el momento de salir al recreo!

 Juego de las anillas

Coloca, clavados en la arena del recreo, una fila horizontal de palos. Pide a tus alumnos que se sitúen a un paso de distancia de ellos y traza una línea  en el suelo. A continuación, diles que traten de encestar una anilla en el palo que tengan delante.

Conforme introduzcan esta anilla en el palo, darán un paso hacia atrás. De este modo, la dificultad del juego se irá incrementando y los jugadores tendrán que armarse de paciencia para no desistir en el intento de encajar las anillas. Mientras se realiza la actividad, enseña algunos ejercicios de respiración para contener los nervios. Resultarán útiles para este juego, pero también para otras situaciones de la convivencia escolar. Recuerda a tus estudiantes que respiren lentamente, sintiendo cómo el aire entra cálido por sus pulmones, y pídeles que lo expulsen con calma, ¡con mucha calma!

  • Material:Anillas y palos.

La carrera más delicada

Pide a tus alumnos que se sitúen en una línea de salida que trazarás sobre el suelo. Seguidamente, marca también enfrente una línea de meta. Da a cada niño y niña una cuchara y un huevo (o pelota de pingpong).

Situados en la salida, lucharán por llegar a la meta transportando el huevo o pelota de pingpong en equilibrio sobre la cuchara. Deberán hacerlo con una única mano; salvo si son muy pequeños, que podrán ayudarse de las dos.

Las prisas no son buenas consejeras y pueden jugarles malas pasadas, así que recuérdales que lo importante es llegar con el huevo intacto. De esta manera, será importante llenarse de tranquilidad y calma.

  • Material:Anillas y palos.

Desafío naval en parejas

Llena un cubo grande con agua y coloca los barcos de papel que previamente han construido tus alumnos. Diles que armen un ejército con piedras pequeñitas (1 o 2 cm, aproximadamente) que encuentren por el recreo. A continuación, tendrán que escoger a un compañero y situarse a un metro de distancia del recipiente.

Seguidamente, una de las personas de cada pareja se tapará los ojos con un pañuelo y, siguiendo las instrucciones de su compañero, tendrá que derribar los barquitos que descansan sobre el agua del cubo.

Ambos compañeros tendrán que mantener la calma y trabajar en equipo para alcanzar el objetivo del juego, que es hundir juntos el máximo de barcos de papel.

  • Material:Cubo, agua, piedras pequeñas, barquitos de papel, pañuelos.

Estos tres juegos muestran a nuestros alumnos que, en ocasiones, las metas no se alcanzan a la primera. De ahí que necesitemos esforzarnos un poquito más, mantener la calma y ser tenaces en nuestras acciones. Así, cuando cultivamos los valores de la paciencia y la constancia desde la infancia, regalamos a nuestros estudiantes alas para crecer felices.

Fuente artículo: http://revistaeducacionvirtual.com/archives/2656

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Trabajar con pequeños grupos en el aula

25 de noviembre de 2016 / Fuente: http://www.isep.es/

Por: Maribí Pereira

La organización de los alumnos en el aula tiene que facilitar el aprendizaje en pequeños grupos. En relación al aprendizaje del alumnado se pueden considerar tres posibilidades básicas en la interacción entre los alumnos (Johnson y Johnson, 1997): a) Competir para ver quién es el mejor, lo que se caracteriza por una interdependencia negativa donde uno “gana y otros pierden”, b) Trabajar de manera individual para alcanzar un objetivo sin tener en cuenta a los compañeros, donde cada alumno es independiente y su éxito depende del su rendimiento y c) Trabajar cooperativamente con gran interés en el propio aprendizaje y el de los demás, lo que se conoce como aprendizaje cooperativo, a partir del cual, los alumnos trabajan juntos y sienten que “nadan o se hunden juntos” (Bonals, 2000).

Uno de los temas que debe tratarse para trabajar en pequeños grupos en el aula es el de las agrupaciones del alumnado y sus características. Por ejemplo, la pregunta de cuál es la cantidad idónea de integrantes por cada grupo suele ser muy habitual. Sin embargo, no existe un número que se pueda catalogar como ideal, sino que esto depende de un conjunto de factores como por ejemplo el tipo de actividad y el objetivo que pretendemos con la misma (Bonals, 2000).

Criterios para formar grupos

Cantidad de integrantes:

Por parejas > puede ser enriquecedor para momentos puntuales; es una agrupación fácil de hacer y eficaz para algunas actividades, al lindar entre el trabajo individual y el grupal. Útil para trabajar con el ordenador o formular preguntas sobre un tema de interés para el grupo (Bonals, 2000).

En grupos de tres > posibilita una dinámica ágil y productiva y permite al grupo trabajar con un clima adecuado. Algunos estudios advierten el riesgo de exclusión del tercero, sin embargo, a nivel práctico se ha demostrado que no es un motivo de riesgo considerable para evitar estos grupos. Útil para elaborar textos, hacer resúmenes o resolver problemas de matemáticas (Bonals, 2000).

De cuatro componentes > son las más frecuentes y son adecuadas para la mayoría de tareas que se plantean en pequeños grupos. La dinámica continúa siendo fácil y se reduce el número de grupos que el profesor debe dinamizar. Pueden realizar las actividades que se han citado en los dos grupos anteriores (Bonals, 2000).

De cinco componentes > son los que se forman con mayor frecuencia, luego de los grupos de cuatro componentes (Bonals, 2000).

De seis alumnos > comportan dificultades en lo que respecta a la participación equilibrada. Las tareas suelen hacerse más lentas. Generalmente se prefiere hacer dos grupos de tres personas (Bonals, 2000).

De siete u ocho alumnos > se opta por estos grupos en algunas actividades que se dirigen a trabajar justamente la relación o autoimagen de los alumnos a través de técnicas dinamizadoras (Bonals, 2000).

Heterogeneidad u homogeneidad:

Habitualmente se opta por trabajar con grupos heterogéneos, lo que requiere consideraciones previas. Como la necesidad de flexibilidad en el criterio de agrupaciones heterogéneas, es decir, si bien en la organización básica se ponen grupos con alumnado de diferentes niveles, a veces se ve claramente la necesidad de realizar un trabajo en dos niveles de dificultad: uno para los alumnos de ritmos rápidos y otro para aquellos que avanzan más lentamente. En este punto, el docente puede optar por agrupar al alumnado de niveles más altos o más bajos; así, mientras una parte lleva a cabo un trabajo determinado, la otra parte realiza una actividad diferente (Bonals, 2000).

También la distancia conceptual o procedimental entre alumnos. A veces conviene que los niveles de alumnado que compone al grupo sean ligeramente heterogéneos, pero que la distancia entre ellos no sobrepase el nivel en que los menos evolucionados no pueden entender las producciones de sus compañeros de grupo. La experiencia ha constatado que los alumnos más evolucionados ofrecen una ayuda muy valiosa a sus compañeros y, además, desarrollan la habilidad de explicar a otros, por lo que en la práctica se obvia esa ligera heterogeneidad, juntado a los alumnos de distintos niveles (Bonals, 2000).

Concretamente, el docente se plantea la formación de grupos teniendo en cuenta:

– Niveles y ritmos de cada alumno, intentando que los niveles entre ellos sean diferentes pero cercanos (Bonals, 2000).

– Alumnos buenos “informadores”, que son los que tienen habilidades para comunicar saberes, maneras de hacer los trabajos o actitudes dispuestas para abordarlos. En muchas ocasiones, los líderes son buenos informadores para los componentes del grupo sobre los que ejercen liderazgo (Bonals, 2000).

– Los alumnos más necesitados, que pueden tener las siguientes características: a) provenir de un entorno poco estimulante que genera unos niveles más bajos, un ritmo más lento y una escasa disponibilidad a trabajar, b) con dificultades de relación, ya que tienden a inhibirse y aislarse por lo que suelen sentarse con aquellos compañeros que favorecen la resolución de esos obstáculos, c) con dificultades lingüísticas debido a que no dominan la lengua utilizada en el aula, d) los menos aceptados o que el grupo tienden a tener menos en cuenta, por lo que se intenta unir a estos alumnos con los buenos informadores para que puedan ayudarles, e) alumnos repetidores, que tienen alto riesgo de encontrarse de nuevo con dificultades ya que deben adaptarse al nuevo grupo y f) los alumnos nuevos que deben ser ubicados con aquellos compañeros que más los puedan ayudar a integrarse (Bonals, 2000).

En cuanto al papel del docente para la formación de grupos, la experiencia señala que lo mejor es que sea este el encargado de tomar las decisiones sobre las agrupaciones y vigile la dinámica de clase, ya que es más consciente sobre las condiciones óptimas del aula para favorecer el despliegue de capacidades del alumnado (Bonals, 2000). Además, si el profesor cuenta con formación en intervención en dificultades del aprendizaje, contará con mayores conocimientos para asegurar la creación de grupos compensados.

Esto no quiere decir que no se tenga en cuenta la voluntad de los alumnos. Se trata de formar grupos que, además de ser eficaces en las tareas, los componentes se sientan cómodos. Por tanto, uno de los criterios a considerar en la formación de grupos, es la previsión de si los alumnos y alumnas se llegarán a sentir bien. Por otro lado, para decidir las agrupaciones del alumnado, es preciso que el profesor conozca la información referente a los niveles, ritmos e intereses de cada uno, de los alumnos con capacidad para informar, de los más necesitados, etc. (Bonals, 2000).

Para ello se sugiere que exista la figura del asesor quien tiene un papel significativo para ayudar a establecer los criterios que se emplearán para las agrupaciones en la valoración previa de niveles, ritmos e intereses de loa alumnos y alumnas, en la detección que aquellos que requerirán de más ayuda, etc. Con ello, el asesor puede colaborar en la decisión sobre el lugar de cada uno (Bonals, 2000).

Además de hacer un trabajo de observación en el aula, esta figura (asesor) puede estar alerta del funcionamiento de cada grupo y de cada alumno para complementar la percepción que el docente tiene del aula, valorando los aciertos y errores en la formación de los pequeños grupos (Bonals, 2000).

Fuente artículo: http://www.isep.es/actualidad-educacion/trabajar-con-pequenos-grupos-en-el-aula/#more-8294

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¿Cómo elaborar las normas de convivencia en clase?

25 de noviembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: David Soria

Tras el anterior post Prohibido prohibir: normas de convivencia en positivo, seguimos con la serie de artículos que tienen como objetivo aprender a redactar normas de convivencia para un buen funcionamiento de la clase.

Como sabes, para conseguir una gestión eficaz del aula es necesario establecer unas normas de comportamiento al principio del curso. Estas normas pueden ser normas generales o normas específicas: 

  • Normas generales: Las normas generales, por su flexibilidad, abarcan un gran número de comportamientos. Con 4 o 5 normas generales podemos cubrir la mayoría de los comportamientos a corregir durante el curso. Para que sean eficaces, las normas generales tienen que ser explicadas muy bien y con frecuencia. Una norma general como “Sé respetuoso” implica escuchar a los demás cuando hablan, no interrumpir a quien tiene la palabra, etc.  Otros ejemplos de normas generales serían  “cuida el entorno” o  “sé responsable”.  Las normas generales suelen funcionar mejor con profesores experimentados que al cabo de los años han sabido establecer un buen comportamiento en sus clases.
  • Normas específicas: Las normas específicas se centran en corregir un único comportamiento, pero expresan claramente lo que se espera de nuestros alumnos. Como explicaré más detenidamente a continuación, deberíamos limitar el número de normas a un máximo de cinco. Las normas específicas nos limitan bastante y nos obligan a elegir los comportamientos que más nos interesa corregir. Las normas específicas son una mejor opción para profesores con poca experiencia o para profesores experimentados que buscan mejorar radicalmente el comportamiento en sus clases. Aunque decidas que las normas específicas se ajustan mejor a lo que quieres conseguir, siempre puedes cambiar hacia normas más generales a lo largo del curso.

Y, ¿cuántas normas necesito en clase?

El número de normas que se necesitan en un aula no está fijado, ni mucho menos. Hay profesores que piensan que al poner muchas normas en su clase serán capaces de corregir todos los comportamientos inadecuados de sus alumnos. Sin embargo, poner muchas normas es de hecho contraproducente.

¿Por qué? Pues por la misma razón que el pin de tu tarjeta de crédito o de tu móvil tiene 4 dígitos. Esa es la cantidad de objetos en una serie que podemos memorizar con facilidad la mayoría de nosotros. Al poner muchas normas, solo conseguirás que tus alumnos no lleguen nunca a aprenderlas e interiorizarlas.

Si crees que necesitas muchas normas, no pongas a la vista nunca más de cinco de ellas. Puedes establecer cinco normas al principio de curso, y una vez tus alumnos las hayan aprendido, puedes añadir más. Las normas ya aprendidas pasan a ser normas no-escritas, con tanta validez como las que aparecen en tu póster de normas.

En cualquier caso, si consigues reducir tus normas a tan solo cuatro o cinco durante todo el curso, te ahorrarás bastantes problemas.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/como-elaborar-las-normas-de-convivencia-en-clase/

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De amos y esclavos

Por: Carolina Vásquez Araya

Para paliar las carencias y reparar los daños sufridos por la numerosa niñez en riesgo se crearon hogares seguros —uno de ellos el Hogar Virgen de la Asunción, motivo de esta columna— como establecimientos destinados a sustituir en lo posible las carencias de niños y niñas sin hogar, abandonados o privados del goce de sus derechos. En teoría, estos sitios especialmente construidos proporcionarían seguridad y atención profesional con personal capacitado en distintas disciplinas, para cumplir el propósito de dar a estos infantes la formación y el cuidado necesarios y prepararlos para una vida adulta productiva y, en lo posible, feliz.

La realidad es otra. Las revelaciones de las últimas semanas —gracias a un profundo y extenso trabajo periodístico— pusieron en alerta a la Procuraduría General de la Nación, al Ministerio Público y a la prensa en general, dibujando un escenario dantesco de las condiciones reales en las cuales sobreviven las niñas, niños y adolescentes rescatados e internados en este supuesto hogar seguro, dependiente de la Secretaría de Bienestar Social de la Presidencia y, por extensión, en otros de similares características administrados por el Estado.

Las denuncias debieron haber generado una reacción inmediata de las autoridades encargadas y de la población. Sin embargo, quedó en un tibio intento de aplacar los señalamientos aduciendo dificultades financieras, sobre población del hogar, limitaciones de todo tipo. Insuficiente respuesta a las sospechas de abusos de enorme envergadura, como violaciones sexuales y negocio de trata con las y los adolescentes internos. Allí es preciso no solo investigar a fondo al personal, sino trasladar a los grupos afectados a refugios verdaderamente seguros, a salvo de represalias.

A la ciudadanía en general este problema no parece haberle afectado. Las niñas, niños y adolescentes rescatados de situaciones de violencia son cosa de otros, son asuntos ajenos a sus propios intereses y no le quitan el sueño más que a los directamente involucrados. Pero estamos hablando de miles de víctimas de abusos; desde la privación de su identidad, la falta de acceso a la educación, la desnutrición crónica, la pérdida del hogar, hasta los maltratos más crueles como las violaciones sexuales y la obligación de prostituirse para el beneficio económico de adultos con plenos poderes y autoridad para disponer de estos infantes como les plazca, como si fueran sus esclavos.

Aquí vale recalcar que sí es competencia de la ciudadanía velar por la seguridad, la integridad y el respeto de los derechos de la niñez. Desentenderse, en el fondo, es una evidencia de lo corrompido del sistema individualista y permisivo en el cual estamos inmersos. Así como con la niñez y la juventud, así también se ha fallado en el ejercicio del poder ciudadano a partir de valores sólidos para controlar los desmanes de los gobernantes. En este contexto, la niñez está más desprotegida que nunca antes.

Fuente:http://www.telesurtv.net/bloggers/De-amos-y-esclavos-20161114-0002.html

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La gestión de paradigmas para hacer frente al cambio climático

25 de noviembre de 2016 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Rodrigo Arce Rojas

La palabra crisis es el signo de los tiempos. Se habla de crisis ambiental, crisis climática, crisis económica, crisis política, crisis de liderazgos. Todo ello refiere a la diversidad de manifestaciones del cambio global. Una de estas expresiones refiere al cambio climático, uno de los más grandes retos que nos corresponde enfrentar como sociedad.

Existen diferentes perspectivas para hacer frente al cambio climático, algunos prefieren las soluciones de mercado, otros privilegian las soluciones tecnológicas, mientras que otros enfatizan las soluciones de tipo institucional o legal. Es claro que abordar un tema complejo e incierto como el sistema climático y sus alteraciones producto de las emisiones de gases de efecto invernadero requiere también respuestas complejas e integradoras.

El cambio climático pone de manifiesto la forma cómo la humanidad ha ido construyendo histórica, cultural y simbólicamente un sentido a lo que se ha dado en llamar desarrollo. No existe un único modelo (si es que cabe el término) económico, un único modelo de desarrollo, ni un único modelo civilizatorio, no obstante, es innegable desconocer el peso específico que ha ganado el proyecto económico de acumulación, del triunfo del consumismo, materialismo, hedonismo, de valoración del éxito personal.

El sur, especialmente los países de las zonas tropicales, se caracterizan por una alta diversidad en todos los planos. Esta diversidad se presenta como de manera ambigua como una oportunidad de negocios pero también como un obstáculo de crecimiento del mercado que busca uniformizar a los consumidores o cuando es posible segmentarlos en estratos de consumidores.

Históricamente occidente se ha desarrollado con un enfoque de fragmentación. Así, hemos separado el hombre, de la naturaleza; hemos fragmentado las ciencias en ciencias naturales y sociales; la razón, de la emoción; el sujeto que estudia, del objeto estudiado. Así mismo simplificamos la naturaleza humana y la reducimos al éxito individual, la conducta humana a su orientación al egoísmo, al materialismo, al hedonismo.

Separamos también lo urbano de lo rural que lo sentimos tan lejos y tan distante afectivamente. Olvidamos que lo que pasa en los bosques y en los glaciares también nos afectan y las emisiones de GEI desde las ciudades también afectan los bosques y los glaciares. Estamos fuertemente entrelazados por los ciclos biogeoquímicos, por el ciclo hidrológico. Todos somos parte de la trama de la vida y de la naturaleza.

También nos hemos propuesto simplificar los ecosistemas y agroecosistemas. De esta manera prosperan las plantaciones y las ganaderías por facilidad de manejo tecnológico y para producir grandes cantidades de materias primas a economías de escala que demandan los mercados.

La pretensión de dominio del ser humano sobre la naturaleza nos ha llevado a verla únicamente como proveedora de recursos y depósito de desechos. Así, las dimensiones sociales y ambientales son considerados como barreras o limitantes al desarrollo y por tanto hay que eliminarlos o maquillarlos.

En todo este proceso hemos ido olvidando que formamos parte indesligable de la naturaleza; que el altruismo, la solidaridad, la compasión, la empatía forman parte del acervo de la humanidad; que somos parte de la trama de la naturaleza y el cosmos y que las relaciones, vínculos y afectos forman parte intrínseca de nuestra naturaleza social.

Por todo ello, para hacer frente al cambio climático, necesitamos no solo más mercado o más tecnología, necesitamos, sobre todo cambiar nuestras creencias más profundas y nuestra manera de pensar y actuar. Por ello se sustenta que abordar seriamente el cambio climático implica un cambio del modelo civilizatorio. Revisar la forma cómo pensamos y actuamos, la forma cómo producimos y consumimos.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/rodrigo-arce-la-gestion-paradigmas-frente-al-cambio-climatico/

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Sobre la Enseñanza por Proyectos (2/12)

II. Origen y evolución del método de proyecto

Bountinet (1993/1996) señala el origen del método de proyecto en el siglo XVI en el contexto de la creación de las primeras academias de arquitectura en Europa. Específicamente, Knoll (1997) afirma que el «proyecto», como un método institucionalizado de enseñanza, tuvo su origen en el movimiento de profesionalización de la arquitectura e ingeniería que comenzó en Italia durante los últimos años del Siglo XVI. Partiendo de ese momento histórico, Knoll (1997, 2002) postula cinco fases en la evolución del proyecto. Es oportuno aclarar que la historia del método de proyecto elaborada por Knoll (1997) está escrita desde una perspectiva eurocéntrica ignorando eventos ocurridos en España y sus colonias durante los siglos XVIII y XIX. Si bien la creación de academias en España y sus dependencias en nuestro continente no tuvo una influencia importante en el desarrollo del método de proyecto como artificio de enseñanza, no es menos cierto que éste llegó primero a la América Española que a los Estados Unidos. Otra característica del trabajo de Knoll (1997) es su enfoque idealista. Él no hace referencia a la situación socio-económica e que surgen los proyectos. En este artículo, adoptamos un enfoque que corrige ambas limitaciones.

Basándonos en las fases propuestas por Knoll (2002) y otras fuentes, por ejemplo Morales (2001), distinguimos las siguientes fases en la evolución histórica del método de proyecto:

1590-1765: El trabajo de proyectos es introducido en academias de arquitectura de Roma y París. En estas academias, los estudiantes avanzados trabajban en un problema dado de diseño para una construcción, por ejemplo: una catedral o una plaza.

1765-1880: El proyecto es aceptado como un método regular de enseñanza en escuelas de ingeniería de Francia, Alemania y Suiza. En 1785 el proyecto es introducido en Nuestra América con la inauguración de la Academia de las Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España en la ciudad de México. Casi un siglo más tarde, en 1864, el método de proyecto es transplantado a los Estados Unidos desde Europa.

1880-1918: El trabajo con proyectos es incorporado al entrenamiento manual y en la educación general pública en Estados Unidos. Durante esta fase el método de proyecto pasó de ser un método regular de enseñanza en el entrenamiento manual a la educación técnica y luego a la enseñanza de las ciencias en general.

1918-1965: El método de proyecto es redefinido y transplantado ahora desde Estados Unidos para Europa. En esta fase, el método de proyecto es dotado de una fundación teórica, la psicología del aprendizaje de Thorndike y el pragmatismo de Dewey. Este método fue objeto de muchas críticas por parte de Bode, Dewey y otros educadores progresistas. Mientras el interés por este método decaía en los Estados Unidos, éste era adoptado en algunos países de Europa y de la América Latina. Las revueltas estudiantiles en este continente exigen cambios en los métodos de enseñanza y claman por una enseñanza abierta y basada en el estudio de problemas reales.

1970-hasta nuestros días: Redescubrimiento del método de proyecto como el más adecuado para la enseñanza en una sociedad democrática, en particular por parte de educadores alemanes, holandeses y de otros países nórdicos. En tiempo más recientes, la influencia de la educación primaria británica se ha hecho sentir en los Estados Unidos, España y Venezuela. Esta último señalamiento sería parte de la tercera ola de la diseminación internacional del método de proyecto.

Según las fases antes señaladas, queda establecido que el uso de proyectos con fines educativos comenzó unos trescientos años antes de lo que normalmente se asume (Bountinet, 1993/1996, Knoll, 1997, 2002). Específicamente, fue en la Accademia di San Luca en Roma, la cual fue creada en 1577 bajo el patrocinio del Papa Jorge XIII, donde se introdujo por primera vez el proyecto como parte de la formación de arquitectos. La Accademia abrió su puertas en 1593. La creación y puesta en funcionamiento de esta institución fue el resultado del esfuerzo de los arquitectos italianos, aliados con pintores y escultores, por profesionalizar su vocación. Dicha profesionalización requería de una fundación teórica para la arquitectura, la cual elevara este oficio a un arte de la construcción como materia académica (Knoll, 1997). Este esfuerzo de los arquitectos por profesionalizarse estuvo influenciado por la profundización de la división del trabajo, característica del capitalismo, y por la medicina como única profesión consolidad a comienzos del Renacimiento (Saturno Canelón, 1996). La burguesía se configura como la clase dominante desplazando a las otras clases y dando origen al proletariado. El capitalismo jugó un papel revolucionario, destruyendo el sistema feudal y con él su mentalidad, su sistema de creencias y conocimiento. Italia, la primera nación capitalista (Engels, 1893), fue el epicentro de los cambios políticos, económicos y culturales.

Tanto la formación como el ejercicio de la medicina, a mediados del Siglo XVi, se caracterizaba por la clara separación entre teoría y práctica. Esta división se correspondía con las divisiones de clase. El ordenamiento legal establecido por Felipe II establecía una clara estratificación laboral. Primero estaban los médicos llamados físicos o internistas, los cuales provenían de las clases altas, estudiaban en las universidades, sus trajes los destacaban de resto d el as clase sociales y despreciaban las labores manuales (Saturno Canelón, 1996). A estos les seguían, en la escala labora y social hacia abajo, los cirujanos latinos y romanticistas, y los barberos y comadronas. Los conocimientos teóricos eran del dominio de los físicos o internistas, mientras que las labores prácticas las realizaban los cirujanos, barberos y comadronas. Esta separación de la teoría y la práctica fue descrita por el bachiller Francisco Martínez, quien se desempeñaba como dentista del Rey, así:

«La teoría es saber la esencia de las cosas por sus causas y razones, aunque no sepan poner lo tal en ejecución. La práctica es saberlo ejecutar aunque no sepan la esencia, causas y razones de ello. Al fin, que la una es saberlo y la otra es ejercitarlo (…). En el saber o ciencia que dicen práctica, muchas cosas no hacen médicos ni cirujanos, ni creo que lo sabrían hacer por no haberlo ejercitado (…) como es sacar muelas, limpiar dientes y otras cosas (…)» (citado en Saturno Canelón, 1996, p. 24)

Este era pues modelo que seguiría la arquitectura para consolidarse como profesión.

Otro elemento que consideraron los arquitectos italianos como parte de su formación profesional fueron de las competencias académicas. Desde el Renacimiento las competencias jugaron un papel muy importante en la construcción de obras civiles. Las competencias contribuyeron al establecimiento de la arquitectura como profesión independiente cuyo componente principal era la creatividad artística (Knoll, 1997). Los profesores le exigían a los estudiantes desarrollar esa creatividad asignándole trabajos de diseño de catedrales, monumentos y palacios. En estos trabajos los estudiantes tenían que llevar a la práctica sus conocimientos de composición y construcción asimilados en las lecciones y talleres. Las competencias en la Accademia se basaban en tareas hipotéticas aunque se regían por reglas similares a las de las competencias reales en arquitectura. Como veremos más adelante, sustituir esas tareas ficticias por tareas reales fue una de las principales contribuciones al método de proyecto hecho en los Estados Unidos unos siglos más tarde. Aquellas tareas asignadas a los estudiantes de arquitectura recibieron el nombre de progetti (Knoll, 1997). Señala este autor que fue precisamente en la Accademia di San Luca donde se utilizó por primera vez el término progettien un contexto educacional. Sin embargo, no se puede afirmar que el progetti emergió en esa época como un artificio educativo, todavía no era considerado como un parte integral de la formación del arquitecto. La participación en las competencias estaba abierta a todos los arquitectos jóvenes aunque no estudiaran en la Accademia (Knoll, 1997).

En la segunda mitad del Siglo XVII fue fundada la Académie Royale d’Architecture en Paris. El modelo italiano de formación de arquitectos sufrió algunas modificaciones en esta institución. Por ejemplo, las competencias se limitaron a los estudiantes inscritos en la Académie. Además, se les exigía que participaran en projects de varios meses de duración cuyos productos podrían ser premiados con medallas o llevar a ganar prestigio social. Estos premios eran requisito indispensable para obtener el título de arquitecto académico (Knoll, 1997). En conclusión, con el establecimiento de las competencias cerradas a los estudiantes de la Académie, en 1763, el proyecto sufre una evolución considerable que lleva a su reconocimiento como método de enseñanza (Knoll, 1997).

El modelo estatal de Académie francesa fue implantado en España en la segunda mitad del siglo XVIII. El 12 de Abril de 1752, bajo el reinado de Fernando VI, se funda la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, la primera de ese siglo en España y la cual sirvió de modelo para todas las restantes (Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, s.f.). La enseñanza institucionalizada de la Arquitectura en España está vinculada a la creación de esta institución. Durante el reinado de Isabel II (1844) se introdujo una reforma en las enseñanzas artísticas, la cual dio lugar a un transitorio «estudio especial de arquitectura» en una nueva Escuela de Nobles Artes (1845) dependiente de la Academia. Es necesario esperar hasta 1848, cuando es creada como institución independiente la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid, la primera que funcionó en España, la cual fue concebida como Escuela de aplicación. Es así como, por la vía de la Academia al estilo francés, que llega a España el proyecto como método de enseñanza.

En resumen, tenemos que las academias para la educación formal de arquitectos emergieron en el marco de la cultura del Renacimiento en Europa, por lo tanto son de origen italiano. Posteriormente, en el siglo XVII, Francia se convirtió en el centro de la actividad académica en arquitectura, en especial en lo relacionado con la elaboración teórica. Es ampliamente reconocido que las principales innovaciones en arquitectura militar del siglo XVIII tuvieron lugar en Francia (Morales, 2001). Este desarrollo nos lleva al siglo XIX, cuando la más influyente escuela de arquitectura en el ámbito mundial era la Ecole des Beuax Arts en París. Es precisamente en ese contexto de creación de las academias de arquitectura que se comienza a utilizar el proyecto como método institucionalizado de enseñanza.

Tomado de: http://www.aporrea.org/educacion/a236302.html

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Catarsis y planificación, en voz alta

Por  Marcela Momberg

Hace un par de días leí una noticia que me dejó con una tremenda alegría y esperanza, les transcribo la nota:

“Finlandia se convertirá en el primer país en cancelar todas las asignaturas escolares”

El sistema de educación en Finlandia se considera uno de los mejores en el mundo. En los ratings de la evaluación de educación, este país está entre los diez más prestigiosos. Sin embargo, las autoridades locales no buscan conformarse con lo que ya han logrado y decidieron hacer una verdadera revolución en el sistema escolar.

Los funcionarios quieren cancelar todas las asignaturas escolares: ahora no habrá clases de física, matemáticas, literatura, historia y geografía.

La jefa del Departamento de educación de Helsinki, Marjo Kyllonen, explica los cambios así:

«Existen escuelas donde enseñan según el método antiguo, lo que funcionaba a principios de los años 1900. Sin embargo, las necesidades ahora han cambiado y debemos crear algo que sea adecuado para el siglo XXI».

En vez de asignaturas separadas, los alumnos estudiarán los eventos y fenómenos en un formato multidisciplinar.

Así, por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial se estudiará desde historia, geografía y matemáticas. Y en el curso “Trabajo en cafetería”, los alumnos recibirán conocimientos complejos de inglés, economía y habilidades comunicativas.

Este sistema se aplica para los estudiantes de últimos grados, a partir de los 16 años.

Según la idea, el alumno tendrá que elegir qué tema o fenómeno estudiar de acuerdo con sus nociones acerca de su utilidad en la vida.

De esta forma, los adolescentes no tendrán que estudiar cursos completos de física o química o hacerse las eternas preguntas: «¿Para qué lo estoy estudiando?» o «¿Para qué necesito saberlo?»

También cambiará el formato tradicional “alumno — maestro”. Los estudiantes ya no se sentarán en pupitres a esperar impacientemente cuándo tendrán que exponer algo. En lugar de eso, existirá el trabajo en equipos pequeños y la explicación de problemas.

El sistema de educación finlandés fomenta el trabajo en equipo, por lo tanto, los cambios en el trabajo también les tocarán a los maestros. La reforma escolar requerirá más interacción entre los maestros de diferentes disciplinas. Alrededor del 70% de todos los maestros en Helsinki ya han tenido la preparación para saber exponer la información de esta forma y recibirán aumento de sueldo.

El sistema se renovará por completo para el 2020”.

LA REALIDAD CAMBIÓ

Qué espectacular por Finlandia y para el mundo educativo que alguien toma el liderazgo y nos muestra el camino a seguir, y como dice la maestra de Helsinki, Marjo Kyllonen, estamos funcionando con métodos y modelos de 1900 y asumen que en el siglo XXI la realidad cambió.

Esta nota me hace reflexionar: ¿cómo seguimos…? Esta pregunta es de difícil y complejas respuestas, pero lo plantearé como pensamiento en voz alta:

¿CÓMO SEGUIR?

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En lo personal lo que propone la profesora Kyllonen ya hicimos las pruebas este año en ese sentido y es espectacular, esto me llena de satisfacción, llevar 6 años trabajando en este proceso, no he perdido mi tiempo, mi colegio también reconoció la necesidad y se adecuó a estos nuevos estándares; por lo que la satisfacción es doble: vivo –educacionalmente– en un “entorno de avanzada”. Lo que me preocupa son las tremendas objeciones que plantea el medio, al avance en mi país.

Objeciones Políticas. Ya he mencionado lo aberrante que es el trámite legislativo que se lleva en la comisión de educación del Senado por restringir por LEY “No Más Tareas para la Casa”, lo que limita el sistema de trabajo o modelo educativo que asuma un profesor o colegio. Por ahora, solo agregaré que esto es “inverosímil”.

Retardo en Políticas Públicas. No conozco algún proyecto integral donde se discuta con profesores aula la necesidad de adecuar el modelo educacional a los nuevos estándares.

TRABAJAR Y APORTAR

Con respecto a iniciativas no gubernamentales, hace dos semanas fui invitada a participar como consultora en un proyecto de Unesco que posteriormente sería implementado en conjunto con autoridades de educación.

Las bases de la licitación me concedían dos semanas para desarrollar una propuesta de uso de Tics e innovación tecnológica, y condicionaba mi participación a ser una institución en términos formales e impositivos.

A pesar de haber conseguido el valioso aporte de amigos expertos mundiales en la materia que ofrecieron su participación, todo quedó en nada. Agradecí el envío de las bases de concurso, pero se darán cuenta que así es imposible trabajar y aportar.

Miedo al cambio en Establecimientos Educacionales. Estoy en constantes seminarios referente este tema, lo que es desmotivador  que cientos de colegas te digan ¨si tomo la iniciativa y hago alguna modificación en mi escuela o liceo, me despiden.

En Profesores, Falta capacitación en el aula, durante el año realizo seminarios de capacitación a cientos de profesores, charlas que van desde lo motivacional, deliberar quienes son y como se comporta un hijo de la tecnología, la resistencia a los modelos educativos de los 1900s, su comportamiento tecnológico, y como desarrollar modelos de estudio, todo esto bajo el sponsorship de la empresa privada, a su vez realizo estos seminarios a instituciones educacionales  privadas, lo que me preocupa es la poca capacitación a profesores del sistema público,  muchos concurren a capacitación por iniciativa personal,  pareciera  que las direcciones de liceos están poco dispuesta a por lo menos iniciar la marcha.

Y por parte de los alumnos, existe una total motivación y entrega a nuevos procesos, que tardan mucho en llegar.

VITAL IMPORTANCIA

Las comunidades de aprendizaje son de vital importancia.

Colegas, es necesario avanzar. Un buen comienzo personal es pertenecer a comunidades educativas, hay decenas de colegas atentos a colaborar, comunidades como INED21 son un aporte importantísimo para conocer de trabajos, desarrollos, soluciones u objeciones,  e incluso aprendizaje. Las redes sociales son carreteras de la información inigualables para este propósito.

Es una tremenda necesidad estar conectado con otros colegas. Uds. saben que el aula no es un lugar para llegar poco preparados o desmotivados, un colega que puede dar un consejo es siempre bienvenido más aun que la necesidad de cambio en la educación esta siendo liderada por países lejos de nuestro alcance, súmate a las redes, te copiaré por interno una decena de comunidades que te serán de utilidad.

Redes sociales,

carreteras inigualables de información

Directores y Jefes de carrera, sólo puedo colaborar traspasando mi experiencia y motivarlos al cambio. No es nada para el cual no estén preparados, tampoco es un tema tecnológico; por otra parte, el mundo ya ha experimentado suficiente como para tomar caminos ya transitados y con mejoras demostrables: de Primero básico a Quinto, es una realidad; de Sexto básico a inicios de la Enseñanza Media, es otra; y, donde requiere su mayor atención en esta etapa, y la enseñanza media (Tercer y Cuarto Medio), es otra realidad donde la solución que plantea Finlandia es un buen modelo a seguir. Juntémonos si la geografía y distancia lo permiten…

No se imaginan lo bueno que viene

Fuente: http://ined21.com/planificacion-voz-alta/?utm_content=buffereda8b&utm_medium=social&utm_source=twitter.com&utm_campaign=buffer

Imagen: ined21.com/wp-content/uploads/CATARSIS-06-INED21.jpg

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