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¿Diversificar segrega?

Pedro Flores Crespo

Ante la necesidad de ampliar la cobertura, los sistemas educativos han diversificado su oferta. Tanto en México como en otros países han surgido nuevas opciones de estudio en aras de atraer a más niños y jóvenes. A esto se le conoce como diversificación institucional.

Pese a este noble esfuerzo, varios analistas (Álvarez, De Vries, Kent, Ruiz-Larraguivel) se han preguntado si tal diferenciación ha logrado sus propósitos originales o si la creación de modelos de estudio diferentes o “alternativos” ha provocado una mayor segmentación y división social. Este debate sigue abierto y habría que reavivarlo por al menos tres razones.

La primera: aunque la diversificación institucional se ha extendido considerablemente a partir de la década de los noventa, aún sigue existiendo un gran vacío de información para saber si tal estrategia ha dado resultado. ¿A qué grado abrir, por ejemplo, universidades tecnológicas en las zonas más apartadas del país ha contribuido a la movilidad social de ciertos grupos como los técnicos? ¿Constituyen las nuevas opciones académicas un amplio menú sobre el que cualquier joven y su familia pueden hacer una elección o está dicha elección marcada por un contexto de restricciones materiales e inmateriales? Al querer atender la diversidad étnica y cultural del país, ¿las universidades interculturales están propiciando mayor aislamiento y segregación indígena? Hacen falta más estudios en este sentido.

Segunda razón: a pesar de que las Naciones Unidas hablan de una Nueva Agenda Urbana (Habitat III) en donde se pronostica que a mitad de siglo, “cuatro de cada cinco personas podrían estar viviendo en ciudades” y de que la urbanización y el desarrollo “están íntimamente relacionados”, varias universidades públicas de nuestro país han promovido la creación de campus en municipios alejados. ¿Es esto realmente un modelo de “democratización” de la educación superior o solo una vía para segregar aún más a los pobladores de las ciudades pequeñas? Aunque sea lucidor colocar la primera piedra de una unidad académica a cientos de kilómetros de la capital y de las grandes urbes, ¿bajo qué premisa queremos evitar que un joven o mujer de origen humilde venga a la ciudad y se desenvuelva en ella? Si tienen oportunidad de viajar y recibir una educación de calidad, a estos jóvenes se le pueden abrir nuevos horizontes, quizás eleven sus aspiraciones y por lo tanto, es probable que busquen mejores oportunidades fuera de sus lugares de origen. Tratar de “arraigarlos” en su lugar por la vía escolar es una ilusión. La ciudad y la universidad se complementan para el bien de las personas.

La tercera —y última— razón para preguntarse si la diferenciación institucional ha sido una buena idea, es repasar lo que ha ocurrido en los niveles previos al universitario. En el libro Caminos desiguales (INEE-Colmex, 2014), que compilan Emilio Blanco, Patricio Solís y Héctor Robles se muestra cómo la desigualdad se expresa por medio de las “distinciones formales” que hace el propio sistema educativo de México. Incluso, se habla de “segmentación institucional”, la cual no solo se manifiesta por la clásica división entre escuelas públicas y privadas, sino también hacia dentro de las primeras. Es decir, alguien que asiste a una secundaria pública en el turno vespertino tiene menos posibilidades de concluir sus estudios y de continuar el bachillerato, según reportan. ¿Por qué? Porque “ir en la tarde” constituye una “opción” que opera con menos recursos y en condiciones más adversas que los turnos matutinos, aún cuando se trate del mismo plantel. Los turnos vespertinos, como se sabe, nacieron para dar cabida a más estudiantes.

El problema con la diversificación institucional en el ámbito universitario es que algunas de las “nuevas” opciones operan con un menguado financiamiento y menos recursos —es complicado llevar a los mejores maestros a los pueblos o municipios apartados—, en condiciones más adversas —los jóvenes provienen de hogares con mayores carencias— y de pilón, están alejadas de los grandes centros urbanos en donde se crean los mejores empleos y la vida social y cultural es más rica y desafiante. ¿Por qué aislar a un joven de conocer expresiones culturales universales en aras de preservar solamente las de su pueblo?

En un interesante artículo, Stefano Sartorello cita a una joven universitaria tsosil de la Universidad Intercultural de Chiapas que reconoce que no quiere encerrarse en su “pequeño mundo”; que tiene el deseo de “conocer algo más”. De manera crítica y reflexiva, esta estudiante de Turismo Alternativo reafirmó saber de dónde venía, quien era y a dónde quería llegar; por eso su mundo, dijo, “no puede tener toda la razón, porque falta mucho por descubrir lo que hay en las afueras”.

En resumen, la diversificación universitaria no siempre responde a las aspiraciones y necesidades particulares de los jóvenes. Por ello, puede actuar en contra de la igualdad. Este debate requiere de más y mejores estudios que indaguen el peso del origen social en la elección de las escuelas y de la universidad, la manera en cómo éstas operan (reglas institucionales) y las posibilidades reales de vida que cada joven tiene al haber sido formado académicamente en una determinada institución pública de educación superior. Es en los niveles más avanzados en donde, dentro de poco, tendremos los retos más importantes.

 

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/diversificar-segrega/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2013/08/universidades-matematicas-e1436206244703.jpg

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Mal si sí, peor si no

Manuel Gil Antón

Como decía Cantinflas, “vamos, por ejemplo, supongando y, claro, desde luego, puestos en el caso”, que la reforma educativa se lleve a cabo, sin falla, de acuerdo a su propia lógica. Hacerlo así permite advertir desaguisados ocultos tras las recurrentes, y ocurrentes, frases con las que la impulsan artífices y asociados a la madre de todas las reformas. El corazón de la reforma, dicen, es la asignación de los puestos para el trabajo docente con base, exclusivamente, en el mérito.

¿Cómo se advierte el mérito y su distribución diferencial? Fácil: a través de la evaluación, tanto para el ingreso como para la permanencia. Debido a que el mérito es variable, los sustentantes de los diversos procesos de medición de ese rasgo pueden ser ordenados de mayor a menor puntaje, dado que la prelación en cuanto a la calificación asignada se relaciona, de manera certera, con la capacidad de ser docente. Se hace la lista del mejor al no tan mejor, y de ahí al peor.

Con base en ello, los conocedores y técnicos en la materia definen agrupaciones que diferencian a los destacados de los buenos; a los satisfactorios de los insatisfactorios, y a los idóneos de quienes carecen de idoneidad. Incluso, detectan a los excelentes. Si todo es así, y se realiza de modo impecable (recordemos que operamos bajo una serie de supongandos), el listado con base en el mérito queda listo. De manera semejante, se ordenan las plazas de la mejor a la no tan mejor, y de ahí a la peor.

No está claro, para quien esto escribe, el criterio de ordenamiento de los puestos disponibles, pero se puede postular que tal vez tendrán una secuencia de acuerdo a ciertas ventajas, por ejemplo, geográficas: serán colocados, primero, los más cercanos a los sitios urbanos, luego los ubicados en las orillas no pobres de las ciudades, posteriormente los rurales en escuelas “completas” (todos los grados y al menos un profesor por cada uno) y, al  final, los más lejanos, empezando por los que no están lejos en distancia, pero sí en condiciones socioeconómicas en las ciudades y, en orden descendente, los que implican largo trayecto pero tienen carretera, después brecha, vereda y, al  final, a los que están atrás de loslinderos de lo lejano y pobre. Conforme se desciende en la lista, la frecuencia de planteles “multigrado” se acrecienta.

Veamos el resultado ineludible de la reforma basada en el mérito medido por la evaluación: los más destacados irán a las escuelas donde están los puestos más apreciados y, de esta forma, asociado el impecable valor del mérito al ordenamiento de las características de las plazas de más a menos prestigio y condiciones para el trabajo, tendremos una asignación regresiva en sus efectos en cuanto a la equidad: a los que más requieren “mejores” docentes, irán los “peores”, y donde se colocarán los “más meritorios” será en los sitios en que las condiciones socioeconómicas y culturales son favorables o menos adversas, mismas que impactan, mucho y a la alza, los resultados educativos. Ergo, el círculo se cierra por obvio: donde están los primeros lugares de los evaluados, habrá mejores resultados en el aprendizaje.

Reforma tenemos, sin duda, pero desigualdad acrecentada también. Si la reforma es exitosa de acuerdo a su lógica, aceptando sin conceder los supuestos en que descansa y se de ende, tendremos un sistema educativo crecientemente desigual. De todos los supongandos, dudemos de uno: que la prelación está sesgada: la académica corresponda al INEE, y el orden de las plazas a las autoridades y al SNTE. Al mejor “medido”, sin vínculos clientelares, le asignan la plaza 87, y al lugar 54, pariente o socio, le ofrecen la “mejor”: mérito incluido y pacto político reconstruido. Mal sí así es: corrupción. Y peor si no, pues profundiza la desigualdad. Son supongandos, nada más.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/mal-si-si-peor-si-no/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2013/10/Reforma-educativa-y-corrupcion.jpg

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Los múltiples muros que sortean las mujeres migrantes

Por. Gretchen Kuhner

En los últimos meses hablar de muros se ha vuelto cotidiano, en especial aquellos cuya finalidad es evitar la libre circulación de las personas entre un país y otro. Para las mujeres migrantes, estos muros físicos son más un mensaje xenofóbico y de miedo, que un obstáculo real, pues a diario tiene que sortear “otros muros” que afectan su integridad, desarrollo, seguridad y bienestar.

Pobreza: la falta de oportunidades y el poco empleo mal remunerado, es una constante en la decisión de muchas mujeres para migrar. Ante los pocos recursos económicos con los que cuentan, son obligadas a tomar rutas más clandestinas que incrementan sus condiciones de vulnerabilidad.

Maternidad: factor determinante al momento de decidir migrar o no. Si el contexto es apremiante y hay que salir con hijas e hijos, las mujeres emprenden el camino aún con todos los riesgos que conlleva; mientras que si la decisión es que las y los hijos se queden, normalmente son la abuela, la hermana mayor o las tías quienes se quedan a cargo, entonces las madres son señaladas como “malas”, culpables de que las y los hijos “se vayan por mal camino”, albergando sentimientos de abandono y culpabilidad, barrera emocional que las acompaña durante su tránsito migratorio y las acecha en los países de destino.

Violencia familiar: de acuerdo con la documentación de casos que realizamos desde el Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI), las mujeres señalan amenazas de muerte de su pareja, violencia machista de su padre y/o hermanos y la violencia contra sus hijas e hijos como una de las razones por las que decidieron salir de sus países de origen.

Falta de estado de derecho: acceder a la justicia en México para las mujeres es un camino largo y tortuoso, al grado de percibir más riesgos que protección. El Estado mexicano ha sido omiso para garantizarles, sin importar su nacionalidad o estatus migratorio, una vida libre de violencia.

Imposibilidad de conseguir una visa: En México, las mujeres representan el 20% de las personas detenidas por migración, la mayoría provenientes de Centroamérica, países cuya posibilidad de tramitar una visa mexicana es casi imposible ante los requisitos que solicitan (solvencia económica, negocios en el país, trabajo, nivel educativo, etc.) por lo que la decisión de migrar de forma irregular es la única opción a diferencia de lo que muchas personas creen, como Ana García, primera dama de Honduras, quien durante la inauguración del Mes de la Prevención de la Migración señaló: “Mi hija se acaba de graduar y la voy a mandar a que estudie afuera, pero no la voy a mandar con un coyote, eso no lo haría nunca…no arriesguen la vida de sus hijos”.

Riesgos de un viaje indocumentado: cada día la violencia contra la población migrante en tránsito irregular por el país es más cruenta. Para las mujeres migrantes esta situación se ha convertido en un parteaguas para realizar viajes más clandestinos, con documentación falsa y pagar grandes cantidades de dinero a traficantes que prometen un viaje sin riesgos. La realidad las golpea y las pone frente a permanencias largas en el país, trabajos mal pagados o situaciones de trata de personas. Hasta julio de 2016, el Instituto Nacional de Migración había detenido a 23,238 mujeres y niñas migrantes, 45% más que en el mismo periodo de tiempo de 2014.

Revisiones migratorias en carreteras: En México existe una frontera vertical, pues a lo largo de las carreteras del país podemos encontrar revisiones móviles de diferentes autoridades, a ello se suma que es la principal ruta migratoria de las mujeres, dando como resultado que durante 2015, 77% del total de las detenciones de mujeres migrantes ocurrió durante una revisión migratoria en carretera. En 2014 sólo se realizaron 847 detenciones de personas migrantes irregulares (11% mujeres) en vías férreas1.

Falta de protección de parte del gobierno mexicano: durante 2015 fueron detenidas 198,141 personas migrantes (49,211 mujeres y niñas2), 70% tenían necesidades de protección internacional de acuerdo con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), sin embargo, 90% fueron deportadas, y ante la falta de información sólo 3% logro obtener asilo o protección complementaria en el país.

Políticas restrictivas de Estados Unidos: para nadie es un secreto lo difícil que es migrar, para las madres la dificultad se incrementa cuando al viajar con sus hijas e hijos tiene que sortear la suerte de cruzar la frontera solas o con ellos, lo que implica la posibilidad de una deportación familiar o la detención de sus hijas e hijos y la entrega en custodia a algún familiar en Estados Unidos. Se estima que desde hace una década, cada año son deportadas a México 400,000 personas migrantes.

Pocas probabilidades de recibir asilo en Estados Unidos: luego de evadir todos los muros anteriores y haber logrado llegar a Estados Unidos, la probabilidad de recibir asilo es baja. Actualmente, la mitad de los casos en las cortes migratorias de ese país son de personas centroamericanas. Hace una de cada 9 de cada 10 personas detenidas en la frontera con México eran connacionales, hoy 40% son originarias de Guatemala, El Salvador y Honduras3.

Con todos estos muros culturales, emocionales y legales, hablar de muros de concreto demuestra un total desconocimiento de la situación regional y el impacto en la vida de las mujeres. A decir de María, migrante centroamericana, ”después de todos los muros que he pasado por ser mujer, para cruzar el muro físico entre México y Estados Unidos basto una escalera. El menor, de todos los muros que he cruzado y seguiré cruzando”.

Uno de los principales muros que a diario sortean las mujeres, son las condiciones de desigualdad en las que viven. Desde el IMUMI vemos como la desigualdad permea todas las etapas de la migración de las mujeres: huyen de ella, las acecha o las agrede a lo largo de su tránsito, las recibe en los países de destino, y las espera al retorno.

1 Datos obtenidos, a través del INAI, del Sistema de Control de Aseguramientos y Traslados en Estaciones Migratorias (SICATEM)

2 Boletines Estadísticos de la Secretaría de Gobernación.

3 https://www.washingtonpost.com/business/economy/in-an-immigration-court-that-nearly-always-says-no-a-lawyers-spirit-is-

Fuente: https://desinformemonos.org/los-multiples-muros-sortean-las-mujeres-migrantes/

Fotografía: elmañana

Fuente: insurgenciamagisterial.com/wp-content/uploads/2016/10/elmañana.jpg

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EduCaaS: un entorno digital de aprendizaje y creación en equipo

Juan Freire

Hace poco nos preguntábamos si necesitamos nuevos entornos digitales en educación para proponer que si los necesitamos siempre que promuevan la independencia, “libertades”, y capacidad de acción de los que aprenden y siempre que su diseño esté pensado desde la perspectiva de que las prácticas mediadas digitalmente se modifican, a veces radicalmente, respecto a sus versiones completamente analógicas. Pero además la “digitalización de la educación” se está olvidando en gran medida de los procesos de aprendizaje activo basado en competencias y proyectos. La “innovación digital” en educación sigue empeñada en facilitar el consumo de contenidos, no su creación.

Con esos retos, la reflexión y análisis de los procesos de aprendizaje que forman parte de los programas de Mondragon Team Academy y el trabajo intensivo de diseño y despliegue de XTribe, estamos construyendo EduCaaS, un entorno digital creativo y de aprendizaje desarrollado sobre las tecnologías de código abierto, microservicios y RESTful APIs. Este proyecto se encuentra ya en fase de prototipado con usuarios y lo ha hecho posible un equipo en el que participan David Lareo, Jose Mari Luzárraga y las personas que estamos impulsando XTribe.

¿Qué es EduCaaS?

EduCaaS es una plataforma diseñada para procesos colectivos de aprendizaje y creación digital cuyo objetivo es incorporar herramientas digitales a los programas de aprendizaje activo basados en competencias … o dicho de otro modo es útil para cualquier equipo que debe crear y desarrollar proyectos y en ese proceso genera nuevo conocimiento. Para ello EduCaaS proporciona a la comunidades de práctica un entorno digital escalable que genere un marco para el desarrollo de talento, acelere el aprendizaje en equipo, y cree una red abierta e interoperable de contenido generado por la comunidad.

EduCaaS no pretende reinventar la rueda ni “obligar” (lo que además sería una pretensión condenada al fracaso) a las personas y equipos a estar atados a determinada aplicación, tecnología o método de trabajo. Al contrario, para potenciar la autonomía de los usuarios ha sido diseñado con una arquitectura abierta, que integra soluciones open source, que busca:

  • La sencillez, no necesita conocimientos previos, los usuarios se independizan de los expertos.
  • La agilidad, permite cubrir las distintas fases de un proyecto (idea, prototipo…) de forma eficaz y rápida.
  • La escalabilidad, está preparada desde un inicio para asumir todo el crecimiento que el producto final exija.
  • La confiabilidad, está construida sobre los hombros de tres gigantes: arquitectura basada en microservicios, RESTful APIs y software de código abierto.

Nuestro objetivo final es trasladar la filosofía del software de código abierto al aprendizaje, el trabajo en equipo y los contenidos: los usuarios podrán crear objetos digitales, usar y remezclar los contenidos de manera creativa sin restricciones. 

A hombros de gigantes

La arquitectura basada en microservicios es la alternativa a las arquitecturas monolíticas convencionales. En nuestro caso las aplicaciones se conciben como una red de servicios escalables, ligeros e independientes que se comunican entre sí de manera ágil y sincronizada. Docker, el standard en la industria, permite “containerizar” cualquier aplicación para ser integrada en EduCaaS.

Las RESTful APIs están impulsadas desde un consorcio formado por las compañías líderes del sector que apuestan por la estandarización de las APIs REST. Microsoft, IBM, Google o Paypal son algunas de estas compañías. Las APIs son el pegamento que permite conectar las aplicaciones modernas con servicios de terceros, fuentes de datos u otras aplicaciones. Todos los servicios integrados en EduCaaS tienen su propia API diseñada conforme a los standards, lo cual posibilita que los contenidos creados con EduCaaS se integren en un ecosistema hiperconectado que transformará la manera en la que producimos y remezclamos contenido en la web.

Por último, el software de código abierto permite a los usuarios utilizar, cambiar, mejorar el software y redistribuirlo, ya sea en su forma modificada o en su forma original. Frecuentemente se desarrolla de manera colaborativa y los resultados se publican en internet. Casi el 80% de los negocios en internet están construidos sobre software de código abierto, y su avance es indiscutible. Github es el principal catálogo de software libre, alojando más de 35 millones de proyectos y casi 15 millones de usuarios en todo el mundo.

¿Qué hay dentro de EduCaaS?

La modularidad y flexibilidad de EduCaaS permite un despliegue por capas, que los usuarios podrán activar en función de sus necesidades:

  1. Directorio de usuarios y control de permisos integrado con Google Apps (Regístrate una vez con tu cuenta de Google y disfruta de todas las apps a las que tengas acceso)
  2. Interfaz de usuario personalizada, panel de control y analítica para entrenadores para medir el rendimiento de los equipos y las personas
  3. Herramientas de colaboración, gestión de proyectos y producción de contenidos digitales. Aplicaciones de gestión de proyectos, productividad y producción de herramientas digitales integradas en tu propia infraestructura digital construida con Rancher. EduCaaS funciona como un hub de aplicaciones.
  4. Herramientas de aprendizaje basado en contenidos utilizando:
    • Open edX: la plataforma que utiliza edX, MOOCs y cursos online de las principales universidades del mundo.
    • Unhangout: sistema de “anticonferencias” diseñado por el MIT que permite organizar encuentros online masivos a través de Google Hangout.
    • PubPub: servicio abierto de producción de contenidos con sistema distribuido de revisiones,
    • Y otras aplicaciones desarrolladas por los principales actores de la comunidad EdTech internacional como el MIT, P2P University y otras organizaciones educativas.

En estos momentos EduCaaS está a punto de alcanzar su versión beta lo que permitirá, en los próximos meses, desarrollar experiencias piloto en diversos proyectos y programas educativos y de creación y desarrollo empresarial. A la vez estamos activando la comunidad de desarrolladores, usuarios y stakeholders que garantice la sostenibilidad y evolución continua de la propia plataforma.

 

Fuente del articulo:http://juanfreire.com/educaas-entorno-digital-de-aprendizaje-y-creacion-en-equipo/
Fuente de la imagen: http://juanfreire.com/wp-content/uploads/2016/07/educaas_web.png
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Donde está hoy el poder en el mundo

Por: Leonardo Boff

Hay un hecho que debe preocupar a todos los ciudadanos del mundo: el desplazamiento del poder de los estados-nación hacia el de unos pocos conglomerados financieros que operan a nivel global, cuyo poder es mayor que el de cualquiera de los Estados tomados individualmente. Estos realmente detentan el poder real en todas sus ramas: financiera, política, tecnológica, comercial, medios de comunicación y militar.

te hecho ha sido estudiado y seguido por uno de nuestros mejores economistas, profesor del posgrado de la PUC-SP con amplia experiencia internacional: Ladislau Dowbor. Dos estudios de su autoría resumen la vasta literatura sobre el tema: “La red de poder corporativo mundial” del 04.01.2012 ( http: /www.dowbor.org/wp) y la más reciente de septiembre de 2016: http: / /dowbor.org/2016/09/ladislau-dowbor-o-caótico-poder-dos-gigantes-financeiros-novembro-2015-16p.html//: “gobierno corporativo: el poder caótico de los gigantes financieros.”

Es difícil condensar el cúmulo de informaciones que parece aterrador. Dowbor sintetiza:

“El poder mundial realmente existente está en gran parte en manos de gigantes que nadie eligió, y sobre los cuales cada vez hay menos control. Son billones de dólares en manos de grupos privados cuyo campo de acción es el planeta, mientras que las capacidades de regulación global van a gatas. Investigaciones recientes muestran que 147 grupos controlan el 40% del sistema corporativo mundial, siendo el 75% de ellos, bancos. Cada uno de los 29 gigantes financieros genera un promedio de 1,8 billones de dólares, más que el PIB de Brasil, octava potencia económica mundial. El poder ahora se ha desplazado radicalmente” (cf. Gobernanza corporativa, op.cit).

Además de la literatura específica, Dowbor refiere los datos de dos grandes instituciones que sistemáticamente a lo largo de los años se ocupan de los mecanismos de los gigantes corporativos: el Instituto Federal Suizo de Investigación Tecnológica (rivaliza con el famoso MIT de EE.UU.) y el Credit Suisse, el banco que dirige las grandes fortunas del mundo y, por lo tanto, sabe de estas cosas.

Los datos presentados por estas fuentes son sorprendentes: el 1% más rico controla más de la mitad de la riqueza del mundo. 62 familias tienen un patrimonio igual a de la mitad más pobre de la población de la Tierra. 16 grupos controlan casi todo el comercio de productos básicos (cereales, minerales, energía, tierra y agua). Debido a que toda la comida obedece las leyes del mercado, sus precios suben y bajan a merced de la especulación, quitando a vastas poblaciones pobres el derecho a tener acceso a una alimentación suficiente y saludable.

Los 29 gigantes planetarios, de los cuales el 75% son bancos, empezando por el Bank of America y terminando con el Deutsche Bank, son considerados “sistémicamente importantes”, pues su eventual quiebra (no olvidemos que el más grande, los Lehamn Brothers de América del Norte, se declaró en quiebra) llevaría a todo el sistema al abismo o muy cerca, con consecuencias nefastas para toda la humanidad. Lo más grave es que no hay regulación para su funcionamiento, ni puede haberla, porque las regulaciones son siempre nacionales y ellos actúan planetariamente. No hay todavía una gobernanza mundial que cuide no sólo de las finanzas sino del destino social y ecológico de la vida y del propio sistema-Tierra.

Nuestros conceptos se evaporan cuando, nos recuerda Dowbor, se lee en la portada de The Economist que la facturación de la empresa Black Rock es de 14 billones de dólares, mientras que el PIB de los EE.UU. es de 15 billones de dólares y el del pobre Brasil escasamente llega a 1,6 billones de dólares. Estos gigantes planetarios manejan alrededor de 50 billones de dólares, el equivalente a la deuda pública total del planeta.

Lo importante es conocer su propósito y su lógica: buscan simplemente ganancias ilimitadas Una compañía de alimentos compra una mina sin ningún tipo de experiencia en el ramo, sólo porque da beneficios. No hay ningún sentido humanitario, como por ejemplo, tomar una pequeña porción de las ganancias para un fondo contra el hambre o para disminuir la mortalidad infantil. Para ellos, eso es tarea del estado y no para los accionistas que sólo quieren ganancias y más ganancias.

Por estas razones entendemos la iracundia sagrada del Papa Francisco contra un sistema que sólo quiere acumular a costa de la pobreza de las grandes mayorías y de la degradación de la naturaleza. Una economía, dice, “que está centrada en el dios dinero y no en la persona: este es el terrorismo fundamental contra toda la humanidad” (en el avión de regreso de Polonia en septiembre). En su encíclica ecológica lo llama un sistema anti-vida y con tendencia suicida (n.55).

Ese sistema es homicida, biocida, ecocida y geocida. ¿Cómo puede prosperar tal inhumanidad en la faz de la tierra y todavía decir que no hay alternativa (TINA = There Is No Alternative)? La vida es sagrada. Y cuando es sistemáticamente agredida, llegará el día en que puede tomar represalias destruyendo a quien la quiere destruir. Este sistema está buscando su propio fin trágico. Ojalá la especie humana sobreviva.

Leonardo Boff escribió Cuidar la Tierra – proteger la vida: cómo escapar del fin del mundo, Record 2010.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Fuente: https://leonardoboff.wordpress.com/

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Las pruebas de ingreso a las universidades: el mayor fraude en la educación venezolana

Por Bernardo Ancidey

El 16 de diciembre del 2014 el Consejo Nacional de Universidades (CNU) cerró finalmente el catafalco de ese cadáver insepulto que fueron las pruebas de ingreso a las universidades públicas venezolanas. Sin embargo, poco o ningún esfuerzo comunicacional se realizó para exponer las razones de esta importantísima medida. Aparte del ritornello y la puesta en escena de algún que otro acto mediático para indicar que dichas pruebas generaban exclusión, nada más se ha dicho. De allí la importancia de poner en blanco y negro los fundamentos que justifican la acción más allá de la consigna fácil.

La necesidad de ofrecer explicaciones después de haber tomado la medida se presenta porque sin razones de peso, un simple cambio en la gestión gubernamental puede hacerlas retornar en cualquier momento, sobre todo ahora que se acaba designar una comisión de ingreso por parte del Consejo Nacional de Universidades. Hay que recordar que durante ocho (8) largos años, desde 1999 hasta el año 2007, la Prueba de Aptitud Académica (PAA) de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU) del CNU, tuvo defensores en los dos Gobiernos del Comandante Chávez. Y si se indaga un poco más, salvo la iniciativa de un grupo de estudiantes de Educación Media ante la Asamblea Nacional hace más de diez años y la decisión del Comandante Chávez, hay muy poca documentación oficial que exponga en profundidad las razones para la eliminación de las pruebas. Incluso desde el punto de vista académico, en Venezuela no abundan las investigaciones sobre las pruebas de admisión y sus efectos.

Lo que sí prolifera son creencias, suposiciones y manipulaciones. Los apologistas de las pruebas, han alegado siempre que las pruebas son justas porque les dan oportunidad a todos de competir por un cupo en las universidades, con tan solo mostrar sus aptitudes. Además, que la propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) contempla en su artículo 103  que “Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente,  en igualdad de condiciones y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones” (subrayado del autor). También alegan que las pruebas permiten mejorar a las instituciones porque seleccionan de manera “científica” a los estudiantes de calidad. Otros argumentos menos sublimes, señalan que las deficiencias académicas que arrastran los egresados de la educación media obligan a establecer filtros que solo pasen aquellos que demuestren tener las competencias mínimas para estudios superiores. En esta misma línea, suelen alegar que la universidad no es para todo el mundo.

 

Los datos

Aunque en otros trabajos (1; 2) se han dado respuestas a las falacias detrás de estos razonamientos, que esconden siempre una mentalidad amiga de la exclusión y del pensamiento de élites, el interés en este artículo está en demostrar la inexistencia de las supuestas ventajas que tiene la prueba como predictor del llamado “éxito académico”. En otras palabras, que es falsa la afirmación que salir bien en las pruebas internas de las universidades públicas venezolanas, es garantía de un buen rendimiento como estudiante universitario.

La verdad, de acuerdo a investigaciones en varios países (3; 4; 5), es que las pruebas de ingreso  llamadas a veces de admisión o selectividad, presentan una correlación baja con el posterior rendimiento estudiantil universitario. Pero incluso una correlación, aunque fuese baja, parece desconocida en las experiencias nacionales. Durante años las universidades públicas venezolanas aplicaron pruebas de ingreso sin que se observaran mejoras en el rendimiento de los estudiantes universitarios o en la calidad de las instituciones.

Para mostrar la ineficacia de las pruebas venezolanas, basta analizar las series estadísticas de deserción, duración de los estudios y tasas brutas de graduación de las universidades desde que  comenzó su aplicación:

  • La deserción, para una institución señera en la aplicación de pruebas de admisión como la Universidad Central de Venezuela (UCV), ha alcanzando hasta el 81,4% en Ciencias Básicas y 74,9% en Humanidades según mostraba un estudio sobre deserción y repitencia realizado por la misma institución en 2007 (6), manteniéndose entre un 40-60% como promedio (7). En 2010, el para entonces Director del Programa Práctica de Orientación Vocacional de la UCV, Víctor Martínez, afirmaba que el 65% de los estudiantes que ingresan a la UCV cambian de carrera durante el primer o segundo año.
  • En cuanto a la duración de los estudios, en el año 2013 se graduaron solo 152 estudiantes de los 4.202 que ingresaron en 2008 (7).
  • Las tasas brutas de graduación, se mantienen en un decepcionante 10% (8; 9) en carreras largas.
  • Las cifras globales de las otras universidades comparten el panorama. Lílido Ramírez (10) alarmado por el bajo rendimiento de las universidades públicas venezolanas entre los años 1990 al 2006, durante la hegemonía de las pruebas de ingreso, urgía por la elevación de las tasas brutas de graduación. De manera que las mejoras prometidas brillaron por su ausencia luego de aplicar las pruebas que, según lo declaran algunas autoridades universitarias (6), fueron ajustadas constantemente.

Finalmente, en cuanto a la mejora en la calidad de las instituciones, ninguna universidad venezolana aparece en los rankings de las mejores universidades del mundo que tanto idolatran algunos eurocéntricos criollos. Tampoco en los de las latinoamericanas. En cambio, la Universidad de Buenos Aires (UBA), en donde el ingreso es libre, todavía sigue siendo considerada la mejor de América Latina y la ubican en el 85° puesto del ranking mundial elaborado por Quacquarelli Symonds (11), centro de estudios sobre la educación superior. Es decir, que aún según sus adorados criterios de medición, la calidad institucional parece responder más a otras variables distintas a los exámenes de ingreso.

El análisis

La pregunta que surge, es ¿por qué en Venezuela las pruebas de ingreso fracasaron de manera tan rotunda? La explicación es simple, ellas no tenían ningún fin pedagógico o de mejora institucional. Las pruebas de ingreso fueron creadas en una época de hegemonía del pensamiento único neoliberal, como un mecanismo seudo-científico para limitar el ingreso a las universidades, abandonando todo esfuerzo por incrementar la cantidad de plazas gratuitas ofrecidas desde el sector público y promover, paralelamente, la profusión de institutos y universidades privadas. De esa manera como ya fue señalado en (2), un problema de capacidad física que debía ser resuelto ampliando la cobertura, se ideologizó al desviar el foco de atención de las responsabilidades de los Gobierno de turno y de las autoridades universitarias, hacia unas supuestas condiciones que debía exigírseles a los aspirantes para poder ingresar a una universidad.

Tanto la antigua Prueba Nacional de Aptitud Académica  (PAA) administrada por la OPSU, como la miríada de pruebas de admisión de las universidades públicas, disfrazadas en algunos casos con términos engaña-bobos como diagnósticas o voluntarias, presentaron además, gravísimas fallas desde el punto de vista científico, de allí su fracaso como predictoras del rendimiento estudiantil. Una evaluación tiene sentido en función del currículo administrado. Luego, una prueba concebida sea para detectar rasgos independientes del currículo como la antigua PAA de la OPSU, o para determinar las competencias requeridas para estudiar una carrera, como las pruebas de ingreso que hacen las instituciones, son elaboradas para evaluar un currículo que nunca fue administrado. Eso es jugar sucio con los egresados de educación media.

Estos exámenes carecían de sentido porque en su elaboración dejaban de lado el currículo realmente visto por los aspirantes durante sus estudios de educación media. El colmo fue que algunas instituciones llegaron a aplicar pruebas elaboradas en el exterior por empresas internacionales, conteniendo preguntas con términos y expresiones desconocidas en el currículo secundario venezolano. Al operar de manera tramposa, evaluando sobre un currículo desconocido, obligaban a los aspirantes a ir al único lugar donde podían recibirlo: pagando costosos cursos pre-universitarios.

Pero las críticas no culminan aquí. El valor predictivo de una prueba, aun realizada en las mejores condiciones posibles, es decir evaluando el currículo realmente administrado, y sin que esto implique costos de transacción y de aplicación (generadores de gravísimos sesgos socio-económicos), tiene un valor predictivo menor al promedio de calificaciones de secundaria (4; 12). Según la evidencia científica internacional la validez predictiva de las pruebas es la mitad del promedio de secundaria (3), de modo que este último resulta el mejor criterio. Esto nos dice que combinar los valores del promedio de secundaria con los valores de una prueba para crear un nuevo índice, como se hacía con la PAA y se solía hacer en algunas instituciones, es como mezclar el cacao fino de Chuao con variedades inferiores esperando que el chocolate sepa mejor.

Los resultados anteriores tampoco sorprenden al analizarlos con cierto cuidado. Mientras que el resultado de un examen puede estar afectado por contingencias, el promedio de calificaciones es una variable sintética, como lo señala Tejedor (13) y antes Touron (3) y cuando afirmaba que

…es una expresión, en cierto sentido, de toda persona en cuanto estudiante. Es un reflejo de la concurrencia de numerosos factores: la aptitud del alumno, su voluntad, su esfuerzo, las características de la enseñanza que ha recibido, etc.

El promedio es resultado de centenas de actividades evaluadas a lo largo de toda la secundaria. De modo que en este último caso la gran variabilidad originada por factores inesperados tienden a compensarse entre sí, dando un efecto global más ajustado de la actuación general del estudiante. Es igual al promedio de bateo de los jugadores de beisbol, pueden tener días malos o buenos, pero el promedio antes de un juego, es un buen predictor de cómo se desempeñará ese día.

En cambio, la prueba es como jugarse todo a lo que pase en un solo día. En otros países para corregir este defecto, se les da la oportunidad a las personas para presentarlas varias veces y pueden hasta escoger su mejor resultado para utilizarlo en su solicitud de ingreso. Por ejemplo, en EEUU el Scholastic Assessment Test (SAT) se aplica siete veces al año; el American College Testing (ACT), seis veces; el Graduate Management Admissions Test (GMAT) puede realizarse tantas veces como se desee; y en Australia el The Medical College Admission Test (MCAT) se administra varias veces al año, desde finales de enero hasta principios de septiembre. En Venezuela jamás se ensayaron iniciativas como estas. Tampoco la realización de pruebas de egreso del secundario, como se hacen en otros países o indagar sobre las potencialidades del aspirante. Solo se copió lo malo.

 

El verdadero fin de las pruebas de ingreso

Para lo que sí fueron excelentes las pruebas de ingreso a la venezolana fue para excluir. El mecanismo es sutil pero eficaz. Pasa la prueba el que se prepara para la misma, entrenándose con cursos preuniversitarios y pagando todos los costos asociados con la tramitación y presentación de la prueba. El que no tiene plata, tiene discapacidad, vive lejos, o no está inmerso en la cultura de los que hacen la prueba (como población rural o indígenas), está fregado desde el  principio. El resultado de este hecho, fue la brutal exclusión de los estratos más pobres, detectada por investigadores para nada sospechosos de comulgar con el bolivarianismo, como Morales Gil (14) y por estudios hechos por las propias universidades como lo reveló el Perfil del estudiante de nuevo ingreso de las universidades venezolanas, el cual puntualizaba para el año 2005 que el estrato socioeconómico que podía ingresar a las universidades públicas (15):

 (…) corresponde mayoritariamente al estrato medio de la población con 94% del total, el cual a su vez está subdividido en estrato medio-medio  (41,5%), medio-alto (27,8%), y medio-bajo (24,7%) (…) Si sumamos los porcentajes obtenidos en los estratos alto, medio alto y medio-medio, se obtiene que en los mismos se concentra el 73% de la población evaluada, mientras que si sumamos el estrato medio bajo con el estrato bajo y la pobreza crítica, se obtiene un 26,9%. Estos resultados pueden indicar que los estudiantes ubicados en estratos inferiores: medio-bajo, bajo y pobreza crítica, tienen una menor posibilidad de acceder (…) (pp. 192-193) (subrayado del autor)

El mismo reporte de las universidades mostraba el siguiente perfil socioeconómico para tres instituciones, UCV, Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) y Universidad Simón Bolívar (USB), todas con pruebas de ingreso entre los años 2000 al 2002:

Tabla 1. Distribución de los estudiantes por estratos socioeconómicos, promedio de años 2000, 2001 y 2002.

Estratos socioeconómicos
Universidad I II III IV V VI
USB 11,83 50,83 27,20 9,70 0,40 0,00
UCV 3,63 35,87 43,47 16,43 0,60 0,00
UNET 2,47 34,37 45,17 17,27 0,77 0,00

Nota: Datos tomados de (15), Tabla No. 7, p.196.

Obsérvese que para estas universidades, los tres estratos más pobres no sumaban más del 18% para la UNET, 17,03% para la UCV y apenas 10, 1% para la USB. Esta situación se mantiene en el año 2008, como lo evidencia el análisis realizado por Blanco, Flórez y Giménez (16) para las carreras comunes de la UCV y la USB. Dicho estudio muestra que en Ciencias Básicas, Ingeniería y Arquitectura, la mayor proporción se concentraba en el estrato II (medio-alto) mientras que solo el 33,24% de estudiantes de la UCV y el 12,73% de la USB provenían de planteles públicos. En Venezuela estos últimos tradicionalmente han representado más del 70% del total de planteles existentes en el país.

 

El cambio a partir del año 2008

Esta situación comienza a cambiar con la enorme expansión de la oferta académica gracias a la ampliación y creación de nuevas instituciones universitarias públicas, la eliminación de la PAA y la aplicación del Modelo de Asignación Multivariable en el año 2008. Este último implicó un proceso totalmente automatizado, rápido, gratuito y transparente, con cero costos para el aspirante y se eliminó la profusión de los negocios surgidos en torno a las pruebas. Adicionalmente, se implementaron un conjunto de medidas complementarias para favorecer la inclusión y sobre las cuales detallaremos en un próximo artículo.

Las evidencias del cambio en la composición se encuentran en estudios como los de Miranda (17), el cual muestra como incluso con un modesto 30% de cupos asignados por la OPSU a la UCV desde el año 2008, finalmente pudieron comenzar a ingresar de manera significativa aspirantes provenientes del estrato V junto a un incremento sustantivo de los del estrato IV:

En la revisión de los porcentajes de estudiantes que ingresaron a la UCV para el estrato V hay una mejoría significativa también en la UCV, porque hasta 2007, los porcentajes no superaron nunca el 0,73%. Sin embargo a partir de 2008 el porcentaje sube hasta más del 2%, lo que implica que se duplica o triplica la cantidad de personas del estrato V que ingresan a la UCV. Igualmente en el caso del estrato IV también hay un cambio significativo, hasta 2007 el máximo porcentaje fue 9,16%, mientras de 2009 a 2013 el mínimo de asignados fue de 20,20%, es decir otra vez se duplicó el número de asignados de este estrato a la UCV. Por su parte los estratos I y II que venían incrementando en el período anterior disminuyen su participación. El estrato I que llegó a representar el 15,66% ahora solo alcanza como máximo un 4,92%. El estrato II también deja de crecer y disminuye ligeramente para mantenerse entre el 35 y el 40%, cuando antes llegaba hasta 48,09%. El III parece estabilizarse en torno al 33-35%, mientras que antes solía oscilar bastante entre el 22 y el 37%. (Pág. 69) (Subrayado del autor).

Es de señalar que estas proporciones se acercan más a la forma en que la población venezolana se distribuye por estratos socio-económicos. Además, estos resultados desmienten de manera categórica, la interesada opinión de voceros anti-inclusión de la UCV como Díaz, González, Ramírez y otros (18), acerca de que:

…la composición por estratos socioeconómicos de la población estudiantil de la UCV no puede reflejar la realidad social de la nación, por la simple razón de que la demanda de cupos del estrato socioeconómico V no es proporcional a la población perteneciente a este estrato.

y antes en 2010 por González Ulpino (19). Éste último señalaba erróneamente que:

… independientemente de que el mecanismo utilizado para la admisión de estudiantes a las IES, incluyan o no exámenes de admisión, se mantendrá la actual composición socioeconómica de la matrícula, dado que ésta responde a un problema estructural como lo es la significativamente baja participación de estudiantes de los estratos IV y V tanto en los niveles de educación anterior al universitario, así como en la demanda de cupos en las instituciones de educación superior.(p.55-58) (subrayado del autor)

Si el logro de incrementar la población proveniente de los estratos más pobres en la UCV se alcanzó con solo el 30% de los cupos asignados vía OPSU, es de esperar que un incremento en esta cuota, se traduzca en una mayor proporción de personas provenientes de dichos estratos. Todo ello sin necesidad de modificar los factores y pesos del Modelo de Asignación Multivariable empleado hasta el año 2014. Pero sobre este tema se hablará con mayor profundidad en un próximo artículo.

También han existido intentos por mostrar que las pruebas de ingreso venezolanas eran mejores predictoras del rendimiento estudiantil que el modelo de asignación multivariable aplicado del año 2008 al 2014. El primer intento lo realizó en el año 2009 la USB (20) apenas comenzado el nuevo mecanismo de la OPSU, y fue ampliamente difundido por los medios contrarios a la inclusión educativa. A dicho intento se respondió (1) con una revisión cuidadosa de las mismas estadísticas presentadas por la USB, mostrando que además de ser una investigación sesgada, evidenciaban una superioridad del nuevo mecanismo sobre la Prueba Interna de la USB.

Un estudio equilibrado fue realizado por las investigadoras Guevara, Terán y Rodríguez (21), de la Universidad de Carabobo (UC) para la carrera de Medicina en dicha institución en el año 2011. Al comparar el rendimiento de los ingresados vía prueba interna contra los asignados por la OPSU, destacan el mejor rendimiento de los alumnos de instituciones privadas en las pruebas internas (algo esperable por lo ya expuesto); sin embargo no existe evidencia notoria de relación entre la modalidad de ingreso y el rendimiento académico obtenido por los alumnos en el desarrollo de sus estudios de medicina. Tampoco encontraron significancia estadística entre el rendimiento académico y el plantel de procedencia. En ese mismo estudio se señala “que estudios realizados en otras Facultades de la Universidad de Carabobo, han reportado que el rendimiento académico es independiente de la modalidad de ingreso, lo que ha llevado a eliminar la prueba interna de admisión.”

Las conclusiones más pertinentes para este trabajo sobre la investigación de las profesoras de la UC (ob.cit) sin duda son estas:

Actualmente pareciera haber consenso en torno a que las pruebas de admisión no son un buen predictor de rendimiento y las evidencias en favor de las mismas no son concluyentes, en tanto que la capacidad pronóstico de las variables que se registran en el momento del ingreso se disipa a medida que el alumno transita de un curso a otro y su lugar lo ocupan los propios indicadores de rendimiento parcial influidos por las formas de evaluación asumida en la carrera, lo cual obliga a estudiar las variables coadyuvantes o intervinientes que perfilan al alumno durante sus estudios. (Subrayado del autor)

 Como es de esperar estos resultados coinciden con lo que se ha presentado antes y con los estudios realizados a nivel internacional (4). Los mejores predictores cognitivos son los que se realizan de manera más inmediata al curso que se va a realizar, y entre todos ellos, incluyendo las pruebas, el promedio acumulado hasta el momento previo al curso es el mejor de todos. Se confirma que el mejor predictor del rendimiento académico futuro es el rendimiento anterior, como han puesto en evidencia múltiples estudios (5; 22; 23; 24).

Esto lleva a reconsiderar la forma en que se recogen los datos por la OPSU, dado que actualmente solo se toman los cuatro primeros años de secundaria para calcular el promedio, despreciando las notas del último año de la secundaria, es decir el 5° año para el Bachillerato de Ciencias y Humanidades y el 6° año para los Técnicos Medios. Es necesario que para el año 2017 el proceso de ingreso se realice considerando todas las notas del bachillerato. De hecho y ante las evidencias científicas, tal vez sea mejor considerar solo los dos últimos años, como lo sugiere la investigación de Tejedor (13).

Por otro lado los predictores cognitivos previos, sean promedios o pruebas, tienen un techo. Según lo recoge Touron (3), el promedio es el mejor de todos los predictores, en ningún caso suele explicar más del 40% de la varianza del criterio. A medida que se avanza en la carrera o programa hasta su final, la correlación se debilita y entran en juego otras variables que la literatura especializada (25; 26; 27) suele agruparlos como personales (actitudinales y motivacionales), metodológicos, institucionales, pedagógicos, socio-económicos, culturales, entre otros. Todos ellos afectan el rendimiento estudiantil universitario y demandan ser investigados.

Las opciones

La lectura que se extrae de estos datos es que hay un enorme campo para la intervención institucional y gubernamental, a los fines de que todos sean incluidos. Aspirantes con promedios bajos o medios puedan tener la oportunidad de ingresar al programa deseado y con posibilidades de culminarlo exitosamente, al implementar mecanismos apropiados.  Deficiencias acumuladas a lo largo del bachillerato, como en el caso de las matemáticas o en los hábitos de estudio, podrían ser superadas implementando un curso intermedio entre la secundaria y el bachillerato de entre seis meses y un año. Sobre esta idea se adelantó un trabajo entre 2009 y 2010 conocido como el Programa de Iniciación a la Educación Superior (PIES), coordinado por el Núcleo de Vicerrectores Académicos, OPSU y el Ministerio de Educación Superior (28) y (29). Esta iniciativa merece ser continuada.

Igualmente, ejecutar el portafolio (30) o expediente estudiantil que reúna las experiencias del desarrollo integral de los estudiantes de educación primaria y media. Esta valiosa información coadyuvaría a realizar una adecuada orientación vocacional, actualmente casi desaparecida en Venezuela. Las experiencias de la Universidad del Zulia (LUZ), respecto a la utilidad de la orientación y de las pruebas de exploración vocacional para predecir el buen rendimiento en las carreras universitarias (31), es algo que debe tomarse en cuenta. A nivel nacional desde el año 2008, gracias a la expansión de las pruebas nacionales de exploración vocacional, se dispone de datos para darle una base firme a un sistema de ingreso que tome en cuenta estos elementos para la asignación de los aspirantes.

En paralelo se debe trabajar por resolver las fallas en la calidad y cantidad de docentes especializados en la educación media, en especial en las menciones donde se ha detectado que cada vez hay menos personas interesadas en estudiarlas (32): Agropecuaria, Matemática, Física, Química, Rural, Inglés, Educación Física, Recreación y Entrenamiento Deportivo; y Geografía e Historia. En otros momentos se ha insistido en la urgencia de implementar el Sistema Nacional de Orientación, en especial por el aporte que éste puede dar en la determinación del perfil vocacional (33) y en el desarrollo integral de la personalidad de los aspirantes, factores que tiene un peso específico importante en el futuro desempeño académico universitario e incluso laboral.

Finalmente, se debe retomar el conjunto de medidas que apuntan a reducir la brecha entre los estudios universitarios y secundarios en Venezuela y crear un verdadero Sistema Nacional de Ingreso. Solo así se garantizará una asignación que armonice los intereses, perfiles vocacionales y las necesidades del país, y no continuar empleando mecanismos transitorios o pruebas ineficaces y fraudulentas. Con iniciativas como estas es que se romperá el círculo vicioso de la perpetuación de las élites, y poder afirmar, parafraseando a Bourdieu (34 pág. 160) que: dado que conocemos las leyes de la reproducción es por lo que tenemos alguna oportunidad de minimizar la acción reproductora de la institución escolar.

Bernardo Ancidey

bernardo.ancidey@gmail.com

Bibliografía

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  2. —. El mito de la aptitud académica y las pruebas de ingreso a las universidades. Otras Voces en Educación. [En línea] 26 de Septiembre de 2016. [Citado el: 27 de Septiembre de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/170034.
  3. La predicción del rendimiento académico: procedimientos, resultados e implicaciones. Touron, Javier. 1985, Revista Española de Pedagogía, págs. 473-495.
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  5. La predicción del rendimiento como criterio para el ingreso en la universidad. Goberna, M. A., López, M. A. y Pastor, J. T. Enero de 1987, Revista de Educación, págs. 235-248. 283.
  6. Cardona, Lissette. Deserción universitaria se debe a falta de identificación con la carrera. Reporte-ando. [En línea] 29 de Abril de 2010. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://reporte-ando.blogspot.com/2010/05/desercion-universitaria-se-debe-falta.html.
  7. Herrera, Isayen. Por bajo nivel del bachillerato desertan entre 40% y 60% de los universitarios . El Nacional. [En línea] 31 de Mayo de 2015. [Citado el: 15 de Septiembre de 2016.] http://www.el-nacional.com/sociedad/nivel-bachilleratodesertan-universitarios_0_637136445.html.
  8. Universidad Central de Venezuela, Secretaría General. Boletín Estadístico 2008. Caracas : Autor, 2008.
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  10. Cifras, Relaciones Numéricas e Indicadores Macros de la Universidad Pública de la República Bolivariana de Venezuela. Período 1990-2006. Ramírez I., Lílido N. 34, 2010, Mundo Universitario, págs. 51-61.
  11. Bär, Nora. La UBA es la mejor universidad de América latina, según el ranking QS. La Nación . [En línea] 5 de Septiembre de 2016. [Citado el: 21 de Septiembre de 2016.] http://www.lanacion.com.ar/1934940-la-uba-es-la-mejor-universidad-de-america-latina-segun-el-ranking-qs-2016.
  12. Aspectos Determinantes del Éxito Académico de Estudiantes. Soria-Barreto, Karla y Zúñiga-Jara, Sergio. 5, 2014, Formación Universitaria, Vol. 7, págs. 41-50.
  13. El poder explicativo de algunos determinantes del rendimiento en los estudios universitarios. Tejedor, F. 61, 2003, Revista Española de Pedagogía, págs. 5-32.
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  17. Miranda, Leysly. El Modelo de Asignación Multivariable y su impacto en el ingreso a la educación universitaria venezolana; Tesis de Especialización en Gerencia Pública. Caracas : Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional, 2015.
  18. Díaz Bello, Ruth, y otros. Los procesos de admisión y el abandono. V Conferencia Latinoamericana sobre el abandono en la Educación Superior. [En línea] 11, 12 Y 13 de Noviembre de 2015. [Citado el: 20 de Septiembre de 2016.] http://www.alfaguia.org/www-alfa/images/ponencias/clabesv/L2-Ponencias/5_CLABES_paper_89.pdf.
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  20. Universidad Simón Bolívar, Comisión Técnica y Dirección de Admisión y Control de Estudios. Informe de Rendimiento Académico de las Cohortes 2007 y 2008, Carreras Largas, Cortas y CIU. Universidad Simón Bolívar. Sartenejas : Universidad Simón Bolívar CTA-DACE, 1 de abril de 2009.
  21. La admisión y el rendimiento académico en los estudios de medicina. Escuela de Medicina «Dr. Witremundo Torrealba» Universidad de Carabobo, Venezuela. Guevara, Milady, Terán, Iris y Rodríguez, Zaida. Maracay : s.n., Diciembre de 2011, Comunidad y Salud, Vol. 9. 2.
  22. Relationship between learner attitudes, prior achievement, and performance in a General Education Course: A multi-Institutional Study. International Journal of instructional media. House, J. D., Hurst, R.S., Keely, E.J.,. 23, 1996, págs. 257-271.
  23. Rendimiento académico en la universidad a distancia. Un estudio empírico sobre su evolución y predicción (II). Jiménez Fernández, C. 284, 1987, Revista de Educación, págs. 317-347.
  24. Predicting graduate student success in an MBA program: Regression versus classification. Wilson, R.L., Hardgrave, B.C. 55, 1995, Educational and Psychological Measurement, págs. 186-195.
  25. Artunduaga Murillo, Martha. Variables que influyen en el rendimiento académico en la universidad. Comisión de seguimiento, orientación y apoyo, Universidad Nacional de Córdoba. [En línea] Julio de 2008. [Citado el: 21 de Septiembre de 2016.] http://www.ori.soa.efn.uncor.edu/?publicaciones=variables-que-influyen-en-el-rendimiento-academico-en-la-universidad.
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  30. Villa Echeverry, Gabriel. Portafolio vocacional del alumno para la Mesa Técnica Interministerial 2010 . Portafolio Gabriel Villa. [En línea] 2010. [Citado el: 27 de Septiembre de 2016.] http://portafoliogabrielvilla.blogspot.com/2013/blog-spot.html?m=1.
  31. Un proceso grupal para la atención vocacional: Éxito, Satisfacción de los estudiantes universitarios. Urribarrí Farías, Luisa Margarita, Flores Chourio, Yudelkis Coromoto y Añez Sánchez, Ivis Coromoto. 2, Mayo-Agosto de 2013, Encuentro Educacional, Vol. 20, págs. 319 – 336.
  32. Ancidey, B. Los nefastos efectos de la kakonomía universitaria. Otras Voces en Educación. [En línea] Septiembre de 2016. [Citado el: 31 de Agosto de 2016.] http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/153208.
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  34. Bourdieu, Pierre. Capital cultural, escuela y espacio social. México : Siglo XXI, 1997.

Artículo enviado por su autor a la redacción OVE

Imagen tomada del archivo de OVE

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Terribles efectos del sistema educativo fallido

Por:  Eduardo Ruiz-Healy

El país desde hace años se está llenando de incontratables que no tienen cabida en el nuevo paradigma económico

Durante las últimas semanas se han difundido varios estudios e índices que comparan a México con otros países y corroboran lo que muchos hemos afirmado desde hace muchos años: a partir de la década de los 70 del siglo pasado el sistema educativo mexicano dejó de educar a niños, jóvenes y adultos para que enfrentaran exitosamente las realidades laborales del mundo que desde entonces empezó a globalizarse.

Por ejemplo, a fines del mes pasado el Foro Económico Mundial dio a conocer su Reporte de Competitividad Mundial 2016-2017, que “evalúa la realidad competitiva de 138 economías y proporciona información sobre las causas de su productividad y prosperidad” y permite comparar las las ventajas competitivas entre los países evaluados.

En el reporte mencionado México aparece en el lugar 51, seis posiciones arriba del 57 que ocupó el año pasado. Sin embargo, la calificación que obtiene, 4.41 puntos de 7 posibles, es la misma que se les otorga a Ruanda, Kazajstán y Costa Rica, países cuyas economías son mucho más pequeñas que la de nuestro país.

Para variar, los 10 primeros lugares les pertenecen a naciones que en casi todas las evaluaciones aparecen en los primeros lugares: Suiza, Singapur, Estados Unidos, Holanda, Alemania, Suecia, Reino Unido, Japón, Hong Kong y Finlandia.

El fracaso del sistema educativo se ve al analizar el rubro denominado Educación Superior y Capacitación, en donde, comparado nuestro país con los demás, se coloca en el lugar 82. En Calidad del Sistema Educativo ocupa el 112, en Calidad de la Educación Matemática y Científica el 120; en Calidad de las Escuelas de Administración, el 65; en Acceso a Internet en las Escuelas, el 82; en Disponibilidad Local de Servicios Especializados de Capacitación, el 68, y en Cobertura de Capacitación del Personal, el 73. Ojo: esto se refiere a las escuelas de educación superior, las que capacitan a nuestros profesionales y técnicos.

En lo que al aspecto educativo se refiere, nuestro país está por debajo de países como Letonia (lugar 23), Rusia (31), Kazajstán (34), Grecia (38), Ucrania (39), Hungría (44), Albania (45), Montenegro (48), Costa Rica (52), Azerbaiyán (61), Mongolia (63), Venezuela (70), Irán (78), por citar a algunos.

Nuestros gobiernos federal y estatales pueden seguir presumiéndonos que construyen universidades y tecnológicos por todos lados. El problema es que su calidad es ínfima.

Los terribles efectos del sistema educativo fallido son evidentes. El país desde hace años se está llenando de incontratables que no tienen cabida en el nuevo paradigma económico.

Fuente: http://www.criteriohidalgo.com/a-criterio/terribles-efectos-del-sistema-educativo-fallido

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