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La historia no había terminado, rectifica Fukuyama

Por: Marcelo Colussi

«Lo que demonizó a Carlos Marx e hizo de él un adversario formidable; no fue haber predicado la revolución, sino haber demostrado su inevitabilidad, aunque tal vez ocurra de manera diferente a como él lo soñó.» Jorge Gómez Barata

«Defiendo la construcción del Estado como uno de los asuntos de mayor importancia para la comunidad mundial, dado que los países débiles o fallidos causan buena parte de los problemas más graves a los que se enfrenta el mundo: la pobreza, el sida, las drogas o el terrorismo». Esta idea jamás podríamos asociarla al pensamiento neoliberal, que se caracteriza por una apología de la libre empresa y de la reducción del Estado. Pero curiosamente es lo que dice Francis Fukuyama en su libro Construcción del Estado: gobierno y orden mundial en el siglo XXI, de 2004.

Fukuyama, funcionario del Gobierno estadounidense, se hizo famoso cuando en 1992 (acompañando la desintegración de la Unión Soviética y la reversión de todo el campo socialista de Europa del Este) pronunció el grito triunfal en su libro El fin de la historia y el último hombre: «la historia ha terminado». Pero en realidad lo dicho por él ni es pensamiento profundo, ni encierra ninguna verdad. ¡La historia no había terminado! ¿A quién se le podría ocurrir tamaño dislate? Es más que obvio que eso es una visceral manifestación ideológica, un grito de fanático atolondrado más que una serena reflexión de un acendrado académico.

A inicios de los noventa, caído el muro de Berlín y derrumbado el campo socialista europeo, el capitalismo se sintió exultante, triunfal. Todo parecía indicar que la economía planificada no llevaba a ningún lado y que el mercado se imponía como modelo único e inevitable. Coadyuvaba con esta visión la idea de democracias parlamentarias como más «civilizadas» y dando más respuestas a los problemas sociales que las «dictaduras» del proletariado de partido único. La misma población rumana, por ejemplo, se encargó de fusilar a Ceauscescu con la misma saña que lo hicieron anteriormente los italianos con Mussolini. La derrota del experimento socialista, al menos la presentada por la prensa capitalista, parecía total.

Fue tan grande el golpe –y en buena medida el golpe mediático que el capital supo implementar al respecto– que el discurso dominante inundó toda la discusión. La izquierda misma se quedó perpleja, sin argumentos. Parecía cierto que la historia nos dejaba sin respuesta. Pero la historia no había terminado. ¿Puede terminar acaso? ¿De dónde saldría esa monumental taradez?

El término «globalización» se adueñó de los espacios mediáticos y del ámbito académico, pasando a ser sinónimo de progreso, de proceso irreversible, de triunfo del capital sobre el «anticuado» comunismo que moría. Y nos lo hicieron creer. La siempre mal definida globalización pasó a ser el nuevo dios; según se nos dijo –Fukuyama fue uno de sus principales difusores– la misma traería desarrollo y prosperidad a todo el planeta. La historia había terminado (mejor dicho: el socialismo había terminado) y el término que lo expresaba con elegancia –por no decir con refinado sadismo– era globalización. No se podía estar contra ella.

Levantar los «viejos, anticuados, antidiluvianos» planteos del socialismo, del «defenestrado» marxismo, condenaba al ostracismo. Eran solo quimeras de nostálgicos trasnochados. O al menos ese fue el discurso dominante que buena parte de la izquierda terminó aceptando. A tal grado lo aceptó, que en muy buena medida esa izquierda fue cooptada por la ideología del posibilismo, de la resignación. De ahí que, ante tanto golpe recibido, algunos años después la aparición de izquierdaslight (encabezadas en muy buena medida por Hugo Chávez en Venezuela con la propuesta de un renovado socialismo del siglo XXI –nunca definido hasta el día de hoy–) encendieran tantas esperanzas.

En los noventa del pasado siglo el optimismo triunfalista del neoliberalismo en boga campeaba en mundo. Después de las fracasadas experiencias socialistas (bueno, habría que discutir más eso del «fracaso»), o mejor dicho, después de la presentación mediática que hacía el capitalismo victorioso de los acontecimientos que marcan estos años, no parecía quedar mucho espacio para las alternativas. Con fuerza irrefrenable, las políticas neoliberales barrieron el planeta. Según nos aseguraban sus mentores, por fuerza traerían la paz y la felicidad. Se quitaban así del medio, de un plumazo, los inconmensurables logros que habían traído todas esas experiencias socialistas, en cualquiera de sus expresiones: en la Rusia bolchevique, en la China de Mao Tse Tung, en la Cuba revolucionaria, en Vietnam, en la Nicaragua sandinista (cuando Daniel Ortega era comandante guerrillero y no empresario como es ahora). En todas esas experiencias, no hay que olvidarlo nunca, se terminó con el hambre, con la desnutrición crónica, con el analfabetismo, con la exclusión de los por siempre excluidos. En todas esas experiencias –¡no hay que olvidarlo jamás!– el poder popular fue un hecho, las mujeres mejoraron sustancialmente su condición de eternas oprimidas, no hubo niños de la calle, el deporte y la cultura pasaron a ser política de Estado y los logros científicos (premios Nobel a granel) brillaron rutilantes. Ningún país que fue intervenido con planes neoliberales (léase: capitalismo despiadado sin anestesia) logró algo de eso; por el contrario, en todos (¡en todos!, tanto del opulento Primer Mundo como entre los pobres del Sur) creció alarmantemente la pobreza, aunque hubiera supermercados abarrotados de productos del Tercer Mundo.

Pero hoy, dos décadas y media después de este grito de guerra proferido por Fukuyama y respaldado por el «No hay alternativas» de la Dama de Hierro Margaret Tatcher, la realidad nos muestra algo bastante distinto a paz y felicidad planetarias. El capitalismo creció, sin dudas, pero a condición de seguir generando más pobreza y devastando el planeta. La riqueza se reparte cada vez en forma más desigual, con lo que puede decirse que si algo creció, es la injusticia. Y las guerras no sólo no han desaparecido sino que pasaron a ser un elemento vital en la economía global; de hecho, en la dinámica de la principal potencia, Estados Unidos, es su verdadero motor, ocupando alrededor de un cuarto de todo su potencial y definiendo su estrategia política tanto interna como internacional. Pero aun peor: las estrategias bélicas siguen dominando el panorama político mundial, teniéndose la posibilidad de un enfrentamiento nuclear como una circunstancia real, lo que traería la peor tragedia para la humanidad. Por tanto la historia no había terminado. ¿Podemos quedarnos impasibles ante tamaña estupidez intelectual? ¿No debemos reaccionar ante esa fanforrenería académica y levantar nuestra voz? La historia sigue, y aunque la escriban los que ganan, ahí está devorando seres humanos, cambiando, transformándose continuamente, haciéndonos ver que junto a la «oficial» hay otra historia: la verdadera.

Después de unos primeros años de impactante conmoción, tanto el campo popular como el análisis objetivo de los hechos fueron saliendo del estado de shock, haciéndose evidente que este momento de euforia de los grandes capitales era un triunfo coyuntural, enorme sin dudas, pero solo eso: un triunfo puntual (una batalla) en una larga historia que sigue su curso. ¿Por qué iba a terminar la historia?

«Siéntate al lado del río a ver pasar el cadáver de tu enemigo», enseñó hace 2.500 años el sabio chino Sun Tzu en el Arte de la Guerra. Parece que este oriental entendió mejor el sentido de la historia que este moderno oriental americanizado, Fukuyama. La historia no termina.

Después de observar los desastres que ocasionó el retiro del Estado en la dinámica económica-social de tantos países siguiendo las recetas (impuestas, por supuesto) de los organismos financieros internacionales de Bretton Woods (FMI y Banco Mundial) en esta ola neoliberal absoluta, también hay gente pensante que reacciona. Este desastre –con éxodos imparables de inmigrantes desde el Sur hacia el Norte, con niveles de violencia creciente, con brotes desesperados de terrorismo– torna al mundo cada vez más problemático, más invivible. Y ahí aparece nuevamente Francis Fukuyama.

En realidad en el libro citado de 2004 no desdice radicalmente de lo dicho años atrás, pero lo matiza. Lo cual, en otros términos, no es sino expresión de una enorme inconsistencia intelectual. Un grito de guerra no es teoría. Y lo que años atrás se nos presentó como formulación seria y sesuda –que la historia había terminado– no pasa del nivel de pasquín barato de pueblito provinciano, mal redactado y mucho peor pensado. No hay en juego ningún concepto riguroso: sólo hay fanfarronería ideológica. Si luego Fukuyama debió apelar a esta revalorización del papel del Estado, ello es lisa y llanamente porque la historia le demostró la inconsistencia del show propagandístico que nos lanzó años atrás. Además, pone el acento en el Estado y no en las relaciones estructurales que el mismo expresa. El problema no está en el Estado, si debe ser fuerte o débil: el problema siguen siendo la lucha de clases, la estructura real de la sociedad, de la que el Estado es su expresión. ¿Acaso terminó la lucha de clases? Si así fuera, ¿por qué los centros de poder siguen almacenando armas y denostando al marxismo como su peor enemigo?

La historia no ha terminado, porque la matriz misma del ser humano es eso: la historia, el devenir, el fluir. Ser y tiempo (historia), dijo Heiddeger. «No podemos bañarnos dos veces en el mismo río», sentenció Heráclito de Efeso hace dos milenios y medio en la Grecia clásica. No se equivocaba: la historia pasa, fluye, no se detiene. El capitalismo –exultante, victorioso, lleno de glamour y de gloria en la actualidad, pero que hace agua por todas partes– es solo un momento de esa historia. Nada es eterno. ¡Sí hay alternativas!, habría que responder. En tanto haya injusticias habrá quien levante la voz y se oponga a ellas, aunque hoy día se amarre la protesta, se la criminalice y se la intente reemplazar por espejitos de colores. ¡Esa lucha interminable es la historia de nuestra especie!

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=215884

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El paro sigue más fuerte

Por: Pedro Echeverría V.

1. Sí, el paro continúa, el plantón de miles de profesores de la Ciudadela sigue adelante y los bloqueos de carreteras, edificios y plaza comerciales no pararán; esto mientras el gobierno no se decida a abolir la llamada Reforma Educativa Privatizadora, a poner en libertad a todos los profesores presos, a reinstalar a los miles de cesados y a pagar los salarios que adeudan a los profesores. Mientras el gobierno no resuelva estos puntos el magisterio en paro no dará ningún paso atrás y continuará en sus batallas. No le tememos a la represión brutal, ya estamos acostumbrados. Pero cuidado con que no les salga el tiro por la culata.

2. La fuerza de los maestros de la Coordinadora (la CNTE) ha crecido de 300 mil a 500 mil en los últimos años. Desafortunadamente sólo son cuatro las secciones consolidadas (22 de Oaxaca, 15 de Chiapas, 18 de Michoacán y 14 de Guerrero) donde el paro es total. Pero también las fuerzas de los luchadores magisteriales en el DF, Zacatecas, Morelos, Veracruz, Tlaxcala, Edo. De México, Puebla, Tabasco y varios estados del Norte, han crecido y disputan las mayorías de maestros en esos estados. A los maestros de los tres estados de la península yucateca de origen maya los han tenido pisados en el cuello por gobiernos y líderes espurios.

3. Los últimos tres años y medio de fuertes batallas de la CNTE en las calles, con el apoyo de otras fuerzas, ya hubiesen derrocado gobiernos en algunos países, sin embargo en México no lo han logrado. ¿Por qué? Porque los gobiernos mexicanos –a pesar de ser tan negativos o nefastos para la mayoría de la población- siempre han contado con el total apoyo empresarial y de los gobiernos de EEUU. Por ejemplo, quien sea presidente de EEUU (Trump, el filofascista o Clinton, la derechista corrupta), terminará apoyando al gobierno mexicano porque éste ha sido siempre –como se puede ver en la historia- un servicial proyanqui dispuesto a todo.

4. Ha sido muy difícil el avance de las luchas independientes de los trabajadores. No debe olvidarse que en los años veinte y treinta fueron los gobiernos de la burguesía los que se encargaron de organizar en centrales, confederaciones y sindicatos a los mismos empresarios y trabajadores, asimismo les redactaron y aprobaron contratos, leyes, reglamentos, estatutos para sus organizaciones. ¿Puede olvidarse lo que se llamó el corporativismo creado por el mismo gobierno de la burguesía para controlar y maniatar a las organizaciones bajo el total control del gobierno, su partido en los sectores agrario, obrero, popular y militar?

5. Los profesores de la CNTE son los más avanzados del gremio por su conciencia de lucha por sus derechos y por la concepción educativa liberacionista que poseen. Por el contrario, hay casi un millón de profesores absolutamente dominados por el gobierno y la ideología que difunde la televisión y demás medios informativos. Es una mayoría conformista, silenciosa, mediocre, que con el hecho de no participar apoya de paso a los gobiernos y a los líderes sindicales venales. Esta mayoría conformista conoce las demandas de la CNTE pero aterrorizada por las amenazas de descuentos o de ceses en su trabajo, se pasa la vida temblando de miedo.

6. El lunes 22, al mismo tiempo que se inicia el año escolar mediante terroríficas amenazas contra los maestros que no se presenten a la escuela, se anuncian gigantescas marchas de maestros paristas en por lo menos cinco estados. En otras entidades se realizarán paros parciales o por lo menos mítines de protesta contra las amenazas de los gobiernos. Mientras tanto el gobierno asesino de Peña, Osorio, Nuño, seguirán amenazando a los profesores porque no se someten a sus órdenes. ¿Pero habíase visto gobiernos tan HDP que hablen tan cínicamente de diálogo cuando ponen toda su fuerza en la represión y los asesinatos?

7. En Michoacán aún quedan en la cárcel por lo menos 11 estudiantes presos en los últimos días por exigir plazas de profesores para egresados de Normales Rurales. ¡Exigimos su libertad porque son parte importante de las batallas de los profesores de la CNTE! Los maestros tenemos confianza en que ganaremos esta lucha porque las manifestaciones de protesta crecen en los estados mientras el gobierno del país se enreda con sus problemas económicos en los que no encuentra salida alguna. Todos los maestros del país deben saber que el paro continuará y que el gobierno tendrá que echar a la basura su reforma y nosotros recuperamos nuestros derechos.

Fuente: https://pedroecheverriav.wordpress.com/2016/08/21/el-paro-sigue/

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Semiótica de cierta inteligencia monstruosa en la ética y en la lógica del mercado ¿Todas las “lindas” son “tontas”?

Por: Fernando Buen Abad

Mascaradas de la “belleza” burguesa. Por si fuese poca la avalancha represora que la ideología de la clase dominante descargó, históricamente, contra las mujeres, llegó el capitalismo con su creatividad y rápidamente las convirtió en masa explotada con carácter decorativo y estigma de “cabeza hueca”. La burguesía tardó siglos en confiar el voto político a las mujeres, por ejemplo. “En el comportamiento hacia la mujer, botín y esclava de la voluptuosidad común, se manifiesta la infinita degradación en que el hombre existe para sí mismo… Del carácter de esta relación se desprende en qué medida el hombre ha llegado a ser y se concibe como ser genérico, como ser humano: la relación entre hombre y mujer es la más natural de las relaciones entre uno y otro ser humano”. Marx

Convertidas en seres superfluos, serviles y dóciles las mujeres del ideal burgués debieron asumir, además, un mandato mercantil útil para reforzar el consumismo. Se las habilitó culturalmente para hacer las compras de las cosas menores. Jamás lo “caro”, jamás los “electrodomésticos” de “alta gama”, jamás las cosas que el hombre compra. Los publicistas saben bastante de esas trastadas ideológicas. Esa “capacidad” de compra establece el grado de éxito que las mujeres deben conquistar en el torneo burgués del éxito social, la aceptación y la admiración de otras mujeres. Especialmente. Para la burguesía la mujer (que se vuelve, también, propiedad privada) depende -su ontología– de la cantidad de dinero que el marido le da para gastar en las cosas “del día a día” y en la ropa que se pone para decorar bien a su personaje. Les llaman “señoras”.

Pero hay un reducto ideológico (de falsa conciencia) en el que se producen y reproducen las patologías más humillantes del capitalismo. Es un reducto histriónico en el que las mujeres se ven obligadas a ser “tontas” rentables. Eso se ve en la “tele”, en los “diarios”… en todos los medios y en todos los horarios. Es el reino del individualismo y de la egolatría de mercado que busca en las mujeres “lindas” a su presa predilecta porque, según reza la moral mercenaria de la publicidad, “lo lindo vende”. A eso se debe la profusión histérica de estereotipos que la burguesía impone a las mujeres para derrotarlas en una prisión ideológica invisible alambrada con anti-valores de mercado y conductas convenencieras para poner a salvo las instituciones de la familia, las iglesia y el estado burgués. El fetichismo de la belleza femenina y su valor de mercado. Vestidas o desnudas.

Se trata de un reducto ideológico en el que se amasan convicciones y conductas que, por colmo, cuentan con la complicidad de algunas mujeres y muchos hombres. Las más colonizadas tienen tendencia a hacerse famosas en la farándula mediática burguesa. Con o sin éxito, en las artes de exhibicionismo de las “lindas” los principios de mercado predominan, más allá de lo imaginable, en el centro mismo de la vida diaria. Incluso en el cuarto de baño donde recalan cientos de los productos “indispensables” para dar mantenimiento al modelo de “belleza” ordenado por los “medios”. Pero se trata de una “tontería” impostada que envuelve una gran astucia mercenaria y una moral de vendedor que, para venderse a sí mismo, cuenta con muchos clichés y muy poco tiempo. La “lindura” de mercado dura poco por que la velocidad del consumismo es una maquina productora de desechos humanos a destajo.

Las “lindas” “tontas” son ese cliché que ha tenido éxitos mercantiles resonantes. Dicen algunos que es una forma del “sex appeal” que condimenta magníficamente la imposición de los valores burgueses y todas esas aplicaciones, decadentes y humillantes, que uno mira por las calles en la apariencia más cruel que la realidad impone. Hay personas que transitan su vida entera sin percatarse del rol impuesto por una sistema económico enfermo, también, de “mercancías humanas”. Desde su mascarada, aquellas mujeres que juegan (con su voluntad o sin ella) el papel de “tontas” “lindas” van midiendo con una vara burguesa la cantidad y la calidad de sus victorias seductoras más rentables. Suele haber detrás de la apariencia de “tontas”, inteligencias mercenarias muy brillantes agazapadas entre los pliegues efímeros de su “lindura”. Garantizadas las reglas del negocio, algunas se contentan con la “fama”, otras aspiran a ser “divas” bajo el supuesto de que se puede ser “bella”, “tonta” y además “madura”. “Vieja”, es un término que la burguesía usa casi exclusivamente para las mujeres proletarias.

Por todo eso es que las luchas de género (que son realmente de clase) en el mundo revisten, con grados diversos, un carácter revolucionario fundamental. Especialmente esas luchas, no exclusivas de mujeres, en las que se demuele sistemática y profundamente la ideología de la clase dominante y todas sus trampas opresoras. Por más sutiles o seductoras que se presenten. A pesar de eso no contamos aun con una corriente crítica internacionalista capaz de generar repudios contundentes contra el modelo de humillación con que la burguesía somete a no pocos millones de mujeres. En todo el mundo y en pleno siglo XXI. Es necesario ser concientes, sensibles, solidarios y proactivos en las luchas emancipadoras que no son sólo de “género” porque son fundamentalmente de clase. Es necesario el desarrollo de una praxis revolucionaria que deplore y combata todo modelo de opresión por más “lindo” que parezca y siempre abrazando -con fuerzas amorosas y fuerzas científicas- a toda víctima. Aunque lo “lindo” y lo “tonto” haga creer a esas víctmas intocables, reverenciables o superiores.

Una larga lista de luchas, luchadoras y luchadores sociales enriquece la perspectiva revolucionaria que nos acerca a un mundo liberado, por fin, del capitalismo y de toda la parafernalia grotesca que nos ha impuesto, también, con sus mercancías humanas y sus mercancías ideológicas. En esa larga lista de frentes para la lucha se desarrolla, de manera desigual y combinada, un repertorio de crítica que se impulsa científicamente porque aprendió a no ser víctima de los chantajes morales, éticos o estéticos que la ideología burguesa despliega, fundamentalmente, para inmovilizarnos y dominarnos. Un buen día los pueblos dejarán de ser vulnerables a la guerra psicológica que usa “lo lindo” y lo “tonto”(entre miles de subterfugios) como estrategias de ablandamiento, como trampas para generar solidaridades que, tarde o temprano, operarán en contra de las víctimas. Nada más anti-cristiano, por cierto. Un día aprenderemos a dejar de ser usados por la lógica del mercado aunque se presente en “paños menores”, con gestos sugerentes o con “hermosa” “tontería” impostada, de esa que tanta chatarra ha ayudado a vender en un mundo ahogado con mercancías que buscan millones de compradores compulsivos.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=215915

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La LOMCE fracasa con las reválidas

Europa/España/26 de Agosto de 2016/Autor: Agustin Moreno/Fuente: Rebelión.org

Medio millón de alumnos están llamados esta semana a realizar la prueba externa de 6º de Primaria que establece la LOMCE . Y el caos no puede ser mayor. Se juntan varios factores que indican que apenas se va a aplicar. Estamos hablando del gran rechazo que provoca una ley impuesta por el PP, del cuestionamiento de la utilidad de las reválidas, del cambio político producido en las comunidades autónomas en 2015 y de los llamamientos al boicot de la prueba. Es la tormenta perfecta para que más del 70% del alumnado no la haga.

La LOMCE carece de toda legitimación social y política, aunque se haya aprobado formalmente en el Parlamento en una coyuntura política que ya no existe. Que de esta realidad no hayan querido darse cuenta el PP y Rajoy dice mucho de la arrogancia con la que nos han gobernado. Una ley tan denostada desde el principio por la falta de consenso no puede esperar que su aplicación sea pacífica. La inmensa polémica y rechazo que produce por ser una ley impuesta por el rodillo parlamentario se está traduciendo en fuertes resistencias a su puesta en marcha. Hay que recordar el compromiso de derogarla de todos los partidos políticos de la oposición y que en la reciente y efímera legislatura se aprobó por amplia mayoría su paralización. Algo de puro sentido común, pero del que ostensiblemente carece el gobierno.

Hay un rechazo de las pruebas externas por amplios sectores de la comunidad educativa. Porque buscan el control burocrático sobre el aprendizaje y el profesorado. Por aplicarse de forma descontextualizada, sin considerar circunstancias personales y sociales (algo que puede hacer el profesor que conoce al alumno) y no medir el avance conseguido por cada niño y niña y por cada centro. Por estar basadas en contenidos memorísticos, estandarizados, que dificultan la innovación pedagógica y devalúan el aprendizaje, convirtiendo a los centros y al profesorado en preparadores para superar un test. Además de lo aburrido que es lo anterior, quitan funciones al profesorado en orden a la evaluación de sus alumnos, ya que estas pruebas se realizarían por otros profesionales ajenos. Y por esto mismo, son muy caras.

En la práctica las reválidas convierten la educación en una carrera de vallas, de superación de obstáculos pensados para segregar, penalizar y generar estrés desde muy pequeños(en 3º y 6º de Primaria la edad es de 8 y de 11 años). Y hay que superarlas para poder titular en ESO y Bachillerato, jugándose muchos años de escolarización en un examen. Detrás de ellas subyace una filosofía neoliberal que busca clasificar, segregar y exacerbar la competitividad entre centros y alumnado, en vez de fomentar la cooperación. En fin, puro darwinismo escolar. Hasta con la ley General de Educación franquista de 1970 se suprimieron las “temidas reválidas“ que el tándem Rajoy-Wert han resucitado.

Claro que hay que evaluar, pero de otra manera: de forma integral a todo el sistema, con la participación democrática de toda la comunidad educativa y de los centros, con carácter formativo y dando recursos a quién más lo necesite para compensar y corregir problemas. Nunca clasificando a los colegios con la publicación de los datos y la elaboración de un ranking que distinga y estigmatice. La evaluación ha de estar al servicio de la mejora de la educación o no sirve más que para cristalizar las desigualdades y hacerlas crónicas.

Después de intentar sin éxito convencer al Ministerio de Educación de su paralización, finalmente doce comunidades autónomas no la realizarán tal y como establece la ley. Y ello supone que sólo las harán las cinco gobernadas por el PP: Madrid, Galicia, Castilla y León, Rioja y Murcia (más Ceuta y Melilla). Las comunidades insumisas se dividen entre quienes han recurrido el real decreto y están en espera y las que aplicarán alternativas para burlar la ley (las gobernadas por el PSOE), no haciendo la prueba y sustituyéndola, por ejemplo, por informes individualizados de cada alumno realizados por sus propios profesores.

Además de las críticas de la comunidad científica expresadas contundentemente por el Foro de Sevilla, los sindicatos del profesorado, las familias, la Marea Verde y las Plataformas por la Escuela Pública, muchas organizaciones defienden el boicot a estas pruebas. La CEAPA, mayoritaria en la educación pública, llama a los cuatro millones de familias que representa a no llevar a sus hijos al colegio los días de las pruebas. Los sindicatos progresistas del profesorado rechazan rotundamente las reválidas y realizan campaña contra ellas. El sindicato CGT ha convocado en Madrid huelga los días 11 y 12 de mayo para dar cobertura legal al profesorado que se niegue a ser aplicador de las pruebas. Plataformas por la Escuela Pública como la de Vallecas, siempre muy activa y con éxitos en el tema del boicot a las pruebas CDI, seguirá trabajando para que las familias no envíen los niños a clase. La Marea Verde ha habilitado una campaña de recogida de firmas contra las reválidas.

Por no haber negociado la paralización de las pruebas, el Ministerio de Educación y las Consejerías autonómicas del PP se van a enfrentar a una situación de desobediencia masiva, aunque intenten negarlo. Si la suma de resistencias hace que tres de cada cuatro alumnos no realicen la prueba de Primaria, estamos ante un rotundo fracaso en la aplicación de la LOMCE. Y mal asunto cuando el maximalismo de un partido le lleva a aprobar leyes que sólo las cumplen los suyos. Hay que enterrar una ley que nació sin contar con la comunidad educativa y sin respaldo social y político y que hace aguas por todas partes. Es necesario elaborar una nueva legislación que asegure el carácter público, gratuito y laico de la educación. Y urge revertir los recortes que sólo entre 2008 y 2011 supusieron el 19,4% del gasto en educación para poder garantizar la equidad y la cohesión social en este país.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=212189

Fuente de la imagen: http://www.ampavictoriaquilez.com/lomce/

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Análisis de los marcos jurídicos en materia de alimentación escolar: El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua

Centroamérica/26 de Agosto de 2016/Fuente: FAO

Fecha de publicación: 2016
Editor: FAO
Páginas: 80 p.
Número de trabajo: I5948
País: El Salvador; Guatemala; Honduras; Nicaragua; Americas
Agrovoc:Nutrición; Escuelas; legal frameworks; Derecho a la alimentación; Derecho internacional;
Autor: Cruz, L.; González, J. U.
Resumen:

Partiendo del presupuesto que la alimentación escolar vincula una multiplicidad de ámbitos normativos que no requieren necesariamente estar regulados en un único instrumento jurídico, el presente estudio considera deseable la adopción de una legislación que reconozca el derecho de los niños, niñas y adolescentes al acceso a los alimentos en cantidad y calidad adecuada en el ámbito escolar. Para el análisis de los marcos jurídicos en materia de alimentación escolar en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua (países del CA-4), este estudio ha identificado una serie de objetivos regulatorios cuya normativa se considera necesaria para poder contar con un marco jurídico completo en materia de alimentación escolar. Resalta la necesidad de regular todos los ámbitos jurídicos de relevancia para la adecuada implementación de estos programas y de garantizar la coherencia entre las diferentes normas que regulan la materia.

Fuente: http://www.fao.org/publications/card/es/c/7e9902cf-c385-444d-8fbd-58e75fb944e7/

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Filosofía imprescindible

Europa/España/26 de Agosto de 2016/Autora: Adela Cortina/Fuente: El País

Nuestras sociedades son sumamente contradictorias en lo que hace a la enseñanza de la filosofía y de esa parte esencial suya que es la ética.

En la ESO la ética se ha reducido a una materia de escuálidos “Valores Éticos”, alternativa a la religión por más señas, con lo que se abona la falsa convicción de que hay una moral para ateos y otra para creyentes. Cuando lo cierto es que todos deberían compartir la misma ética cívica. En el Bachillerato la Historia de la Filosofía, que en un tiempo fue obligatoria, se pierde entre una maraña de optativas. Y en las universidades, las Humanidades, entre ellas la Filosofía, se devalúan con la coartada de que no parecen engrosar el PIB de los países.

Y, sin embargo, responder con altura humana a los desafíos de nuestro tiempo sigue exigiendo contar con un bagaje como el que proporciona muy especialmente la filosofía. Para muestra, algunos botones.

Se repite hasta la saciedad que la falta de ética es una de las causas de las crisis económica y política, se insiste en la perversidad de la corrupción, en la falta de responsabilidad de los líderes, que ponen su ego frente al bien común, se habla de la importancia de las emociones en la vida pública y de que no pueden llevarnos, sin embargo, a olvidar los argumentos. Catástrofes como la victoria del Brexit en el referéndum británico nos instan a construir una mejor Europa, fiel a su compromiso con los derechos económicos y sociales de las personas, leal a las exigencias de la hospitalidad con quienes no tienen más alternativa que la desesperación y la muerte. Seguimos creyendo que el camino para construir democracias auténticas es una ciudadanía lúcida y madura, capaz de reflexión, crítica y argumentación, convencida del valor de la autonomía y de que sólo puede conquistarse desde la solidaridad. Nombramos comités de bioética en distintos niveles y, salvo honrosas excepciones, ninguno de sus miembros se ha formado en ética. Criticamos las consecuencias nefastas del capitalismo financiero y abjuramos verbalmente de la pobreza y la desigualdad.

Y si nuestras convicciones son éstas, ¿no es una contradicción flagrante abandonar en las aulas aquellos saberes que, codo a codo con los demás, cobran su sentido de potenciar la reflexión y la crítica, la argumentación frente al fundamentalismo y los dogmatismos, la deliberación y la apuesta por los mejores valores?

Fuente: http://elpais.com/elpais/2016/07/08/opinion/1467975405_816873.html

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Una inscripción florentina

Centroamérica/Cuba/26 de Agosto de 2016/Autor: Pedro de la Hoz/Fuente: Granma

Al recorrer las plazas y calles de Florencia, en uno de los mercadillos que ofrecen piezas artesanales a los visitantes, Juan Marinello fijó su vista en un plato donde estaba grabada la siguiente inscripción: “El arte no tiene patria, los artistas sí poseen una”.

En más de una ocasión Eusebio Leal ha evocado la anécdota y citado la frase al exponer sus consideraciones sobre la relación entre el lugar donde se nace y la obra que se hace. Rastrear el origen de la sentencia resulta difícil tarea, pero el hecho de que se atribuya a más de un autor y varíen los sitios de pronunciamiento inicial, revela una densidad conceptual inobjetable.

Habitamos un mundo en el que cada vez más las distancias se acortan. La expedición de Magallanes en el siglo XVI, primera en circunnavegar el planeta, demoró cuatro años y ni el mismo capitán se contaba entre los 18 sobrevivientes que regresaron a Sevilla.

Apenas un año y cuatro meses transcurrió el vuelo, con escalas, de un avión alimentado con baterías solares que concluyó el pasado 26 de julio su vuelta al orbe, tripulado por dos pilotos suizos.

Las nuevas tecnologías permiten seguir en tiempo real los acontecimientos de uno a otro confín de la Tierra. Los rascacielos de paredes  espejeantes se empinan lo mismo en Seattle que en Bangkok. El rock enlaza a Edimburgo con Yakarta.

Ese es uno de los rostros de la globalización. En el plano económico no faltan los que cantan loas al proceso de interconexión de los mercados y los flujos financieros, sin reparar en las asimetrías y el reforzamiento de los lazos entre dominación y dependencia.

Para unos parecen no existir fronteras; para otros, la mayoría, estas se tornan cerrojos que impiden la movilidad. Uno de los más tremendos dramas de nuestra época son los desplazamientos forzados, que tienen su raíz en las guerras y el hambre.

Pregúntele, sin embargo, a un refugiado kurdo, somalí o afgano, instalado a duras penas en un país europeo, si olvida de dónde viene, aun cuando los recuerdos de la partida sean traumáticos.

Los cubanos venimos de muchos lugares —en un principio, como diría Guillén, “uno mandando y otro mandado”, pero a fin de cuentas, “todo mezclado”— y hemos forjado una cultura propia, sin que ello signifique atrincheramiento ni exclusividad.

Tras el desgarramiento lírico de Virgilio Piñera al enunciar “la maldita circunstancia del agua por todas partes”, se ha hecho recurrente en algunos asociar esa cualidad a la necesidad de trascender la insularidad. Sin embargo el mismo Virgilio, en ese propio texto, expresó cómo “hay que saltar del lecho con la firme convicción de que tus dientes han crecido, de que tu corazón te saldrá por la boca”, y compartió la idea de que “no queremos potencias celestiales, sino presencias terrestres, que la tierra nos ampare, que nos ampare el deseo”.

Ante el frío cortante de las cataratas del Niágara, Heredia respiró la huella de unas palmas deliciosas; nostalgia de un espacio físico, pero también sustrato anímico. “No hay patria sin virtud”, escribió Félix Varela en una de sus cartas a los jóvenes, y aunque, en efecto, el aforismo tenga asiento en la defensa de la moral social cristiana, también se orienta, en un rango más abarcador hacia la ética que define, de modo raigal, el sentido de pertenencia.

Para Martí, cubano universal como ningún otro, la noción de patria recorrió diversas escalas, desde una visión de ecumenismo auténticamente solidario hasta la interiorización de la pérdida y el dolor: “Dos patrias tengo yo, Cuba y la noche. ¿O son una las dos?” Entregado al deber propone: “Honrar a la patria es una manera de pelear por ella”.

Los cubanos también estamos en muchos lugares. No de ahora, sino desde siempre, aunque en las últimas cinco décadas y media, por razones harto conocidas, la diáspora ha sido más nutrida. Ha habido que vencer obstáculos enormes, despejar enconos y construir paso a paso puentes de entendimiento —a contrapelo de la hostilidad imperial y de sus cómplices anticubanos— para articular la actual relación entre la nación y la emigración.

El territorio espiritual entre los cubanos que viven en la isla y los que residen en próximos o lejanos países crece por día sobre bases sólidas de respeto, comprensión y amor patrio.

Excepciones hay. Individuos que por voluntad propia se expatrian y reniegan de sus raíces. Cada cual es libre de elegir anclaje y destino. A nadie se obliga a sentir o ser cubano. Pero aquí o en cualquier parte tenemos la libertad de no compartir esa elección y confrontarla.

Vuelvo a Eusebio, a unas palabras suyas que sustentan esa otra grande, irrevocable y mayoritaria elección que muchos hemos hecho: “La patria es la poesía, es un sueño, es la tradición, es la lucha, es la sangre derramada por las añoranzas, es todo lo que forma en el hombre una identidad”.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-08-25/una-inscripcion-florentina-25-08-2016-21-08-58

Fuente de la imagen: http://www.laizquierdadiario.com/Historica-visita-en-Cuba

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