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EEUU… Todo se derrumba

Por: Russell Mokhiber y Robert Weissman

Focus on the Corporation. EEUU, junio del 2005.
Traducción para La insignia: Berna Wang

Si se preguntan ustedes por qué los estadounidenses están perdiendo la guerra contra el cáncer, las enfermedades del corazón y la diabetes, echen una ojeada a las fuentes de financiación de las principales asociaciones de salud pública.

Las grandes empresas las inundan de dinero. Y muy pronto, las asociaciones empiezan a adoptar la postura de las grandes empresas.

Un buen ejemplo es la American Diabetes Association (ADA; Asociación Estadounidense contra la Diabetes). A principios de mes, la ADA llegó a un acuerdo con el fabricante de golosinas y refrescos Cadbury Schweppes.
El acuerdo es este: Cadbury Schweppes inyecta un par de millones de dólares a la ADA. A cambio, la empresa puede usar la etiqueta de la asociación en sus bebidas dietéticas… más la publicidad positiva que genere el acuerdo.
Cadbury fabrica Dr. Pepper y delicias tan nutritivas como el Cadbury’s Cream Egg. Hay que tener la cabeza enterrada a mucha profundidad en la arena para negar que los refrescos llenos de azúcar están fomentando la obesidad infantil; que a su vez está fomentando la diabetes tipo 2.

Esta misma semana, la Journal of Pediatrics (Revista de Pediatría) publicó un estudio que atribuye gran parte de la culpa de la diabetes infantil a los refrescos y a las bebidas azucaradas. El estudio concluía que una lata de refresco contiene una media de 165 calorías y que el adolescente típico consume aproximadamente dos latas de 12 onzas de refresco al día; lo que equivale a 20 cucharaditas de azúcar.

Cualquiera que conozca a los adolescentes sabe que esto es verdad: beben toneladas de refrescos.
El acuerdo Cadbury/ADA fue criticado inmediatamente por Gary Ruskin, de Commercial Alert, con sede en Portland, Oregón. Ruskin quiere que la ADA devuelva a Cadbury Schweppes lo que considera una «contribución corrupta».
«Puede que la Asociación Estadounidense contra la Diabetes deba ser rebautizada como Asociación Estadounidense por la Comida Basura –declaró Ruskin–. ¿Qué es lo siguiente? ¿Empezar a vender barras de golosinas para M&M/Mars?»
«Si Cadbury Schweppes quisiera realmente reducir la incidencia de la obesidad y de la diabetes, dejaría de hacer publicidad de sus productos con un contenido elevado de azúcar y los retiraría de las escuelas de nuestro país. Esto no es más que otro intento de una importante empresa de comida basura de diluir su responsabilidad en la epidemia de obesidad y diabetes de Estados Unidos.»

Llamamos a Richard Kahn, director médico de la ADA, que además trabaja como científico para la asociación, para preguntarle al respecto. Fue una larga conversación, y Kahn nos advirtió varias veces de que si sacábamos sus comentarios «fuera de contexto» nunca volverá a hablar con nosotros (la transcripción íntegra de la entrevista está en www.corporatecrimereporter.com. Juzguen ustedes mismos).

Pero en general, Kahn parecía más un defensor de la industria que un funcionario de la salud pública.
Kahn dice que el problema de la diabetes tipo 2 en Estados Unidos está impulsado por la obesidad. Y el peso no es más que una función de las calorías que entran y las que salen. No importa si las calorías son azúcar, proteínas o hidratos de carbono.

Le preguntamos a Kahn si creía adecuado lo que han hecho algunos estados y gravar los refrescos con un impuesto.
Kahn dijo que creía que no era justo criticar los refrescos. ¿Por qué no gravar los dónuts? ¿O las golosinas? ¿O a las personas con sobrepeso?

Dijo también que no había pruebas de que el azúcar o los refrescos azucarados agravasen el problema de la obesidad (la entrevista se hizo justo antes de que la Journal of Pediatrics difundiera sus conclusiones, pero según el Centro para la Ciencia en el Interés Público, varios estudios anteriores han relacionado el consumo de refrescos con el aumento de peso. Vaya.)

Le preguntamos a Kahn si creía adecuado limitar el acceso a la comida basura.Dijo que limitar el acceso a la comida basura no serviría. Le preguntamos por qué entonces la ADA apoyaba una ley propuesta por el senador Edward Kennedy (demócrata, Massachusetts) que limitaría el acceso a la comida basura por medio de máquinas expendedoras de los niños en edad escolar.

«Porque hay poco que perder y potencialmente algo que ganar limitando los alimentos que se venden en máquinas expendedoras», dijo Kahn.

¿Y qué se perdería gravando los refrescos?

Kahn defendió aceptar dinero de Cadbury –tuvimos que recordarle que era una empresa de golosinas– diciendo que Cadbury sólo tenía autorización para usar la etiqueta de la ADA en sus bebidas dietéticas. Y que el dinero se usaría para programas educativos destinados a animar a la gente a que hiciera más ejercicio físico.
Y no se trata sólo de Cadbury Schweppes.
La ADA recibe mucho dinero de un amplio abanico de fabricantes de fármacos y alimentos. Entre las compañías de alimentación figuran Cadbury, Kraft Foods, J.M. Smucker Company, General Mills, Inc. y H.J. Heinz Company.
Naturalmente, la ADA no es la única. Un médico amigo nuestro, el doctor Matt Hahn, que dirige un centro de salud comunitario en Hancock, Maryland, ha recibido hace poco una caja con cien muestras de cereales Smart Start de Kellogg’s.

La caja iba acompañada de una carta de Michael McBurney, que se identificaba como director de nutrición y regulación.

Pero puesto que su nombre y su firma figuraban directamente encima del nombre “American Heart Association” (AHA, Asociación Estadounidense del Corazón), el doctor Hahn pensó que McBurney trabajaba para la AHA.

En realidad, McBurney trabaja para Kellogg’s.

Lo que sorprendió al doctor Hahn fue que Kellogg’s o la AHA esperaran que regalara a sus pacientes los cereales, que contienen grasas trans. El doctor Hahn nos dijo que no pensaba hacerlo, ya que sus pacientes pueden obtener cereales sin grasas trans.

La AHA dice que está de acuerdo con el doctor Hahn en que la gente debería limitar su consumo de grasas trans. Pero dijo que había certificado los Smart Start de Kellogg’s porque cumplen lo establecido en las directrices de la asociación, que incluyen contener menos de tres gramos de grasa por ración.
«En lo que se refiere a los cereales Smart Start de Kellogg’s, la etiqueta sobre nutrición dice que contiene cero gramos de grasas trans, lo que significa que contiene menos de 0,5 gramos de grasas trans», dijo Carrie Thacker, de la AHA.

Vaya… cero es igual que menos de 0,5.
(Thacker dice que Kellogg’s no da dinero a la AHA, aunque luego supimos por el Centro para la Ciencia en el Interés Público que la AHA cobra a las empresas 7.500 dólares por producto certificado, y 4.500 dólares al año con posterioridad… más otras cantidades. Y al igual que la ADA, la AHA obtiene cuantiosos donativos de una larga lista de fabricantes de fármacos y alimentos.)

Y después, naturalmente, está la American Cancer Society (Asociación Estadounidense contra el Cáncer).
Sólo diremos que coincidimos con el doctor Samuel Epstein cuando señala que la Asociación contra el Cáncer lleva años aceptando insensatamente millones de dólares de las grandes empresas.

El problema es que los donantes están interesados en desviar la atención de las causas medioambientales del cáncer y en centrarla en los tratamientos farmacéuticos y de otro tipo.

Como dice el doctor Epstein: «Existe una obsesión por el control de daños –revisión, diagnóstico y tratamiento– junto con la indiferencia hacia la prevención, lo que agrava los ya largos conflictos de interés con un amplio abanico de industrias, unido al desprestigio sistemático de las pruebas sobre causas evitables del cáncer.» Lo mismo cabe decir de la diabetes. Lo mismo cabe decir de las enfermedades del corazón.Todo se derrumba.

Tomado de: http://www.lainsignia.org/2005/junio/int_004.htm

Imagen: https://www.google.com/search?q=cadbury&espv=2&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjL7vTI04LOAhWEVh4KHZniCMgQ_AUIBigB#imgrc=FJh-wxwWhkTxCM%3A

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Universidad Nacional de Colombia sufre baja de mujeres matriculadas

Por: El Espectador

Un reciente estudio del centro educativo sobre la prueba de admisión, arrojó una fuerte tendencia hacia la masculinización de los admitidos, o sesgo o discriminación en contra de las mujeres.

Contrariamente a la tendencia nacional e internacional de aumento de la participación de mujeres en el nivel de educación superior, la que en muchos países es de paridad, en un reciente estudio titulado Examen al Examen de Admisión de la Universidad Nacional de Colombia, sobre la prueba de admisión al claustro educativo, se encontró una fuerte tendencia hacia la masculinización de los admitidos, o sesgo o discriminación en contra de las mujeres.

En efecto, desde la década anterior ha aumentado la tasa de absorción de aspirantes hombres sobre mujeres, a pesar de porcentajes similares de participación, con algunos puntos de ventaja de mujeres sobre hombres (gráficas 1, 2, 3 ). Actualmente la tasa de absorción es casi el doble en aspirantes hombres que mujeres (12.18 % vs. 6.3 %). El porcentaje de admitidos hombres es de 64.6 % y el de mujeres de 35.5 %En la sede Bogotá , la tasa de absorción en 2015-I fue de 7.25 % para hombres y 3.29 % para mujeres (Gráfico 4). Todos los datos son de la Oficina de Admisiones de la UN, 2014-2015.

El análisis de este sesgo requiere un estudio detallado de los diversos temas, o áreas del saber, que componen el Examen y el desempeño relativo de mujeres en estas diversas áreas del Examen.

Pero en la Universidad Nacional el Examen de Admisión nunca ha sido considerado un ‘objeto’ de estudio interdisciplinario sino el ámbito autorreferido de la psicometría y de los bancos de preguntas. Lo que pone en cuestionamiento el anuncio en El Observatorio, agosto 6: www.universidad.edu.co “Propuesta de la U. Nacional definiría modelo único de admisiones en las universidades oficiales”.

Si el examen de la UN, que nunca ha sido sometido a análisis crítico, ni a comparaciones analíticas con Saber 11 ni con Saber Pro, se aplicara a otras universidades públicas, sería mayor el efecto discriminatorio de género en contra de las mujeres. Otros efectos negativos han sido identificados sobre el aumento de la deserción, el aumento del número de “no-matrículas” en el primer semestre y sobre el rendimiento académico de admitidos a carreras que no corresponden con sus intereses, motivaciones e identidad intelectual. El actual examen de admisión a la UN no considera la opción subjetiva del aspirante (vocación, interés…), sino que distribuye los cupos en orden descendente. Los de mayores puntajes pueden seleccionar su carrera de preferencia, mientras los puntajes relativamente inferiores deben tomar los cupos que existan aun en carreras ajenas a su vocación o interés.

¿Este es el tipo de examen que se desea para las universidades públicas? Urge entonces el debate académico y político sobre el tipo de examen que estas instituciones requieren. Lo que implica la constitución del examen como objeto interdisciplinario y sistemático de investigación. Lo que no sucede en ninguna universidad colombiana.

Es evidente el sesgo en contra de las aspirantes mujeres en el examen de admisión a la UN. Las cifras de admisiones lo demuestran claramente. Hay un descenso continuado en el número de mujeres admitidas en los últimos años, a pesar de que aproximadamente el mismo porcentaje de hombres y mujeres se presentan al examen.

Pero es difícil identificar cuáles son los ítems o contenidos de ese examen responsables de este sesgo de género. Este análisis lo debe realizar la Oficina de Admisiones en un estudio de cada ítem, las respuestas respectivas de aspirantes hombres y mujeres y sus efectos sobre el puntaje final. Ese análisis no se ha realizado hasta ahora. Y que ésta sea la oportunidad para exigir que se realice.

Pueden plantearse algunas hipótesis sobre el desempeño diferencial de aspirantes hombres y mujeres en el examen de admisión a la UN. Si en el nivel medio hay mayor probabilidad de éxito o logros en matemáticas, en los estudiantes hombres, esta ventaja comparativa se traslada a los ítems de matemáticas en dicho examen y los consiguientes menores puntajes en aspirantes mujeres. Hipótesis similar puede plantearse sobre los ítems de ciencias naturales.

Pero este análisis de ítems y temas no se ha realizado debido la carencia de voluntad política de mejorar las probabilidades de ingreso de mujeres a la UN. Este análisis implicaría rediseñar el examen de admisión para eliminar los ítems con mayor sesgo negativo de género e introducir otros tipos de ítems y temas en los que no sea evidente la ventaja comparativa de estudiantes hombres en el nivel medio.

Además, surge el interrogante sobre la racionalidad de un solo examen de admisión para tantas y tan diversas áreas del conocimiento, las que exigen competencias y conocimientos previos muy diferentes entre sí. ¿Cuántos aspirantes altamente competentes para determinadas carreras no logran ingresar a la UN debido al modelo obsoleto y disfuncional de un único examen, una tabula rasa para áreas del conocimiento tan diferentes?

Tomado de: http://mba.americaeconomia.com/articulos/notas/u-nacional-de-colombia-sufre-baja-de-mujeres-matriculadas

Imagen: https://www.google.com/search?q=Universidad+Nacional+de+Colombia+sufre+baja+de+mujeres+matriculadas&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwi1suDTsIDOAhVHXh4KHTZLALcQ_AUIBigB#tbm=isch&q=+baja+de+mujeres+matriculadas&imgdii=FJD4s0Lhh4YoRM%3A%3BFJD4s0Lhh4YoRM%3A%3BuU_CoaEo9J8vWM%3A&imgrc=FJD4s0Lhh4YoRM%3A

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Mercantilismo o educación

Por: Carlos Valenzuela

Fuera de los que elaboraron y enviaron (Gobierno neo-mayorista, ¿cuántos?) el proyecto de ley sobre educación superior, nadie está de acuerdo con el. ¿Cómo puede suceder algo así? La respuesta es simple, no se consultó a los principales afectados y constructores de la educación superior, es decir, a los académicos y por ende a los expertos, los académicos o si se consultó a algunos no se les hizo caso y el proyecto terminó siendo una componenda de posiciones políticas con el fin de mantener el mercantilismo de la educación en Chile.
El documento tiene 160 páginas, 202 artículos permanentes y 60 artículos transitorios. No hay conceptos matrices, hilos conductores que señalen para dónde, algunos del Gobierno quieren llevar a la ES. No hay conceptos de educación, academia, extensión universitaria, calidad de educación. Dice en su primer párrafo.
“I. Antecedentes 1. La Reforma Educacional en marcha. En las últimas décadas, Chile ha conseguido importantes logros en materia educativa, tales como, altos niveles de cobertura en todos sus niveles e inversión en infraestructura y equipamiento. Dichos logros son una parte de la tarea cumplida como país”.
De acuerdo a este párrafo, se espera avance en calidad (no definida), y los que sabemos (por autoría) de educación universitaria vemos que cada vez llegan los estudiantes peor preparados a tal punto que necesitan nivelación.
Como la educación es en sí más mala, la cobertura mayor en vez de ser un orgullo es una vergüenza: la infraestructura mejor con calidad peor, constituye un escándalo.Vemos realmente que el nivel a lo más se ha mantenido, con el sistema general de la ES desacreditado en un alto porcentaje, y la acreditación se realiza con un instrumento insuficiente, no basado en la calidad académica.
La universidad, que es academia o no es universidad, es una forma de ser de la humanidad, muy probablemente pre-humana y no se va a inventar en Chile.
La Universidad es la forma de cultura comunitaria más elevada en sus aspectos intelectuales, éticos, estéticos y espirituales. El mercantilismo actual define a la universidad como la gestión en actividades “rotulables” como “educación” que rinden ganancias monetarias suculentas. El diálogo entre ambas posiciones contradictorias es imposible.
Las altas especulaciones estéticas, éticas, intelectuales y espirituales, actividades que requieren del “ocio” mental humano siempre estarán desfinanciadas, porque los académicos que las realizan necesitan vivir y su vida, al menos debe pagarla alguien. La universidad siempre va a pérdida monetaria.
La imposición que la Dictadura-cívico-militar-mercantilista-neoliberal hizo de “universidad autofinanciable” o incluso “productora de ganancias económicas” o “negocio” fue pensada, intencionada y dirigida a destruir la universidad en Chile. Una universidad que se autofinancia o que rinde ganancias no es universidad.
La universidad cuyo fundamento es el “ocio mental”, es decir el pensamiento (y muchas otras funciones psíquicas) libre, creativo, autónomo es contradictorio con el pensamiento “condicionado o esclavizado” a obtener un rédito económico u otro o “neg-ocio”. La universidad (y toda la educación) o es “ocio” o es (con exclusividad) “negocio” no hay pie para soluciones intermedias o sincréticas, porque son intencionalidades vectoriales ortogonales y contradictorias de la acción humana.
Pre-humana, porque ya Neanderthal (especie actualmente demostrada como distinta a sapiens y no su precursora) adorna con flores sus ordenados entierros rituales (estética litúrgica) con la evidente creencia de un más allá viviente (espiritualidad), demostrando su finura estética-espiritual, académica-universitaria ¿Tenía cátedras de maestros y discípulos de estética litúrgica? Sí, no cabe la menor duda, el diseño floral es mantenido, luego se aprendía en alguna parte.
También tiene pinturas en sus entierros (estética plástica) y deposita sus muertos en posiciones precisas en relación a los puntos cardinales (intelectualidad geográfica mística). Lástima que no tengamos registros auditivos para saber si acompañaba con música sus entierros. La música es un componente imprescindible de la academia y de la universidad.
Las leyes de la Dictadura y de los gobiernos democráticos consideraron a toda la estética (artes), intelectualidad (filosofía, ciencia) y ética (ética, moral, justicia y derecho en su parte filosófica) como prescindible en, o más bien contradictoria con la educación superior porque no generan ingresos suculentos.
Estas leyes (LOCE incluida) prohíben en Chile que facultades de Ciencias, Filosofía, Humanidades, Artes, Sociología, Antropología y muchas otras afines sean universidades. El odio contra la música fue monstruoso.
El Golpe Militar sorprende al musicólogo, profesor de actuación y director de teatro y televisión (que también dominaba el canto litúrgico gregoriano) Víctor Jara Martínez realizando actividades académicas en la Universidad Técnica del Estado. Preparaba televisivos contra el fascismo, es detenido torturado se le destruyen las manos y se lo asesina de 44 tiros.
En su encierro en el Estadio Chile escribe, “Somos cinco mil, en esta pequeña parte de la ciudad. Somos cinco mil…¡Cuánta humanidad con hambre, frío, pánico, dolor, presión moral, terror y locura!”
En La Serena la “Caravana de la Muerte” detiene, tortura y asesina al Director de la Orquesta Sinfónica y fundador de las orquestas sinfónicas infantiles en Chile, Jorge Peña Hen y desbarata totalmente a esa orquesta. Nunca los gobiernos democráticos han reparado estos daños y devuelto a la estética su lugar en la universidad.
No soy rencoroso ni vengativo. Mi madre me enseñó la “Elegía a los niños muertos” en la Guerra Civil Española, de García Lorca “…sobre quienes los mataron, caigan mil años de sombra”.

Tomado de: http://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/mercantilismo-o-educacion/2016-07-18/162033.html

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¿Educación transformadora o instrumental?

Por: Rafael Lucio Gil

Es de todos conocido, que la educación escolar debe responder a la filosofía y contenidos que presenta su currículo. Esta inspiración que orienta la esencia del quehacer educativo, demanda ser conocida por toda la población, principalmente por dirigentes, docentes, estudiantes y padres de familia. En la medida que el mismo no es concertado, su ubicación hegemónica estaría imponiendo una cultura, valores y formas de ver la sociedad desde una posición de poder y no de transformación.

La principal característica que poseen los currículos de enfoque técnico, desde la teoría curricular, es la invisibilización de los principios filosóficos que les mueven, precisamente por su carácter funcionalista con el modelo de desarrollo no inclusivo y promotor de desigualdades, al que tratan de proteger. De esta manera, sólo ubican su quehacer en un conjunto de contenidos, métodos y técnicas curriculares, ajenos a todo cuestionamiento de la situación de injusticia y distribución desigual de oportunidades. Se trata, por tanto, de un currículo instrumental, no transformador.

La realidad de nuestro currículo nacional se ubica, en su contenido y práctica, en este perfil, lo que vuelve su enfoque y contenidos funcionales al sistema socioeconómico y cultural, generador de desigualdades, al que debe servir instrumentalmente.

Desde una perspectiva de educación crítica, su filosofía debiera, desde la teoría crítica, direccionar la educación, dar desde una perspectiva intercultural, capaz de dialogar y concertar entre culturas, enriqueciéndose todas a partir de una sana relación de respeto e intercambio.

Otro de sus mejores atributos se refiere al enfoque de transformación social, el que se hará posible en tanto la sociedad organizada y la clase política logren tener a la educación como el punto central de agenda de sus luchas e incidencia.

Pero no basta con dejar claro en la transformación curricular este enfoque y contenidos; lo más importante sería que el personal del Mined, funcionarios, dirigentes y docentes, a la par del estudiantado y padres de familia, tuvieran claridad de la importancia que tiene aplicar un currículum con sentido y significado críticos.

Ello imprimiría a la educación un cambio radical de sentido, enfocada a educar en el pensamiento crítico y transformador, ubicando como tema de estudio en todas las disciplinas, la realidad social; problematizándola y evitando ocultar con sobreestimaciones políticas la realidad económica, social, cultural, de gobernabilidad, etc. Se trata de poner “polo a tierra” con los contenidos y competencias curriculares, situándolos en sus contextos reales.

Esta transformación reclama que el personal docente y el estudiantado estén preparados para incorporar y estudiar la realidad que vive el país, y desarrollar capacidades, competencias y compromisos cívicos de pensamiento y acción transformadores ante esta realidad.

Mientras esto no ocurra, seremos todos responsables de mantener una educación funcional, instrumental, en la que lo importante es la repetición de eslóganes contradictorios de la educación. Seguirán siendo la actividad pedagógica y los programas y textos de estudio, los mejores replicadores políticos y los mayores obstaculizadores del desarrollo de capacidades y competencias orientados a la transformación social con equidad.

Este horizonte retador para la Nación demanda de todos, sin distingos de ninguna clase, plantearse con claridad y responsabilidad accionar una “revolución educativa”, capaz de sobrepasar intereses particulares, en la búsqueda sincera de un perfil de sociedad diferente, inclusiva, con iguales oportunidades para toda la ciudadanía, justa para todos y todas.
No hay que perder de vista esta pregunta profética del P. Xabier Gorostiaga, s.j., cuando reiteraba la pregunta: ¿Qué educación para qué desarrollo? No responder a esta pregunta supondrá elegir a ciegas un modelo educativo que únicamente sirva al interés del gobernante de turno, y no al de toda la sociedad en su diversidad.

Ubicar el modelo educativo a los pies de intereses particulares, como en efecto sucede, impulsa a la educación a ser réplica obediente de lo que otros deciden, eludiendo el debate y argumentación críticos en el aula, convirtiendo en autómatas y apoyadores políticos inconscientes a los actores educativos y, en definitiva, logrando que la educación sea el principal obstáculo al desarrollo humano sostenible, por no contar con los pilares seguros de las capacidades de pensamiento independiente, autónomo, y el compromiso ciudadano con la justicia y la igualdad de oportunidades.

Despertar a esta realidad triste, exige tracender intereses partidarios de partidos, y vislumbrar que el desarrollo del país no tiene que ver con mayores ganancias de las empresas ni con el empobrecimiento de las mayorías, sino con una ciudadanía formada en sus capacidades de pensar, argumentar, cuestionar, denunciar, proponer e innovar, para lo cual será necesario un proceso que lleve al país a “revolucionar su pensamiento”. Y esto, solo con una educación diferente lo podremos lograr.

*Ideuca.

Tomado de: http://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/398579-educacion-transformadora-o-instrumental/

Imagen: https://www.google.com/search?q=%C2%BFEducaci%C3%B3n+transformadora+o+instrumental%3F&espv=2&biw=1366&bih=667&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjl7ZLE7__NAhXMHx4KHdTxAFwQ_AUIBigB#tbm=isch&q=dibujos+de+Educaci%C3%B3n+transformadora&imgrc=2KKwHavv3q4c_M%3A

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Genocidio por prescripción

Por. La Haine

La clase obrera blanca en EEUU ha sido diezmada por una epidemia de «muertes prematuras», un término banal para encubrir el descenso de la esperanza de vida en este grupo demográfico de importancia histórica. Se han realizado estudios e informes reservados que describen lejanamente esta tendencia, pero sus conclusiones aún no han entrado en la conciencia nacional por razones que vamos a tratar de explorar en este artículo.

De hecho esta es la primera vez en la historia de «tiempos de paz» del país que el núcleo de su sector productivo tradicional ha experimentado un declive demográfico tan dramático. Y el epicentro se encuentra en los pequeños pueblos y comunidades rurales de los EEUU.

Las causas de la «muerte prematura» (morir antes de la esperanza de vida normal, por lo general en condiciones prevenibles) incluyen el acentuado aumento de la incidencia del suicidio, las complicaciones no tratadas de la diabetes y la obesidad y sobre todo el «envenenamiento accidental», un eufemismo usado para describir lo que son en su mayoría medicamentos con receta, las sobredosis de drogas ilegales y la interacción con otros medicamentos tóxicos.

Nadie sabe el número total de muertes de ciudadanos estadounidenses debido a una sobredosis de drogas y las interacciones fatales con medicamentos en los últimos 20 años, al igual que ningún organismo central ha mantenido un seguimiento de la cantidad de personas pobres asesinadas por la policía en todo el país. Pero vamos a empezar con un conservador número redondo: 500.000 víctimas de la clase trabajadora, en su mayoría blancos, y retamos a las autoridades a que lleguen a algunas estadísticas auténticas con definiciones reales. El número, de hecho, podría ser mucho más alto si se incluyen las muertes por causa de la poli-farmacia y «fatales errores de medicación» que se producen en el entorno del hogar y en los hogares de ancianos.

En los últimos años decenas de miles de estadounidenses han muerto prematuramente a causa de sobredosis de drogas o interacciones con otros medicamentos tóxicos, en su mayoría relacionadas con los medicamentos narcóticos para el dolor recetados por los médicos y otras procedencias. Entre los que han muerto por el incremento de opiáceos ilegales, sobredosis principalmente de heroína, Fentanil y metadona, la gran mayoría primero fueron adictos a los potentes opioides sintéticos prescritos por la comunidad médica, suministrados por las grandes cadenas de farmacias y fabricados con márgenes de beneficios increíbles por las compañías farmacéuticas líderes. En esencia, esta epidemia ha sido promovida, subvencionada y protegida por el Gobierno en todos los niveles y refleja la protección a un mercado médico-farmacéutico privado que maximiza el beneficio salvaje.

Este nivel no se ve en otras partes del mundo. Por ejemplo, a pesar de su inclinación al alcohol, la obesidad y el tabaco, la población británica de pacientes se ha librado de esta epidemia, esencialmente debido a que su sistema nacional de salud está regulado y funciona con una ética diferente: el bienestar del paciente se valora sobre las ganancias puras y duras. Esto posiblemente no se habría desarrollado en EEUU si se hubiera aplicado un sistema nacional unificado de salud.

Frente a la creciente incidencia de muertes entre los veteranos que regresan de Irak y Afganistán por sobredosis y suicidios, debido a los opiáceos de prescripción y reacciones a la mezcla de medicamentos, se convocaron a audiencias «de emergencia» en el Senado de EEUU en marzo de 2010, al cirujano general y a los cuerpos médicos de las Fuerzas Armadas. El testimonio mostró que los médicos militares habían prescrito 4 millones de recetas de narcóticos potentes en 2009, un aumento de 4 veces desde 2001. Los miembros de las audiencias del Senado, dirigidos por Virginia Jim Webb, no advirtieron la luz roja que se encendía por la gran industria farmacéutica, que figura entre los mayores donantes a las campañas políticas.

En la década de 1960 la imagen pública del soldado retornado de la guerra de Vietnam adicto a la heroína que conmocionó al país se transformó en el veterano dependiente de Oxycontin/Xanax del nuevo milenio, gracias a enormes contratos de la gran industria farmacéutica con las fuerzas armadas de EEUU y de los cuales los medios de comunicación apartaron la vista. Suicidios, sobredosis y «muertes súbitas» mataron a muchos más soldados que los combates.

Probablemente desde las guerras del opio de 1839 ninguna otra población pacífica ha sido tan devastada por una epidemia de drogas animada por un gobierno. En el caso de las guerras del opio, el Imperio Británico y su brazo comercial, la East India Company, buscaban un mercado para sus enormes cultivos de opio del sur de Asia y utilizaron a sus militares y mercenarios aliados chinos para forzar una distribución masiva de opio en el pueblo chino, tomando en el proceso a Hong Kong como un centro para su comercio imperial de opio. Alarmado por los efectos destructivos de la adicción sobre su población productiva, el Gobierno chino trató de prohibir o regular el uso de narcóticos. Su derrota a manos británicas marcó el declive de China, convirtiéndose en un Estado cuasi colonial por el siguiente siglo. Tales son las consecuencias más amplias de la población adicta.

En este trabajo se identificarán, 1º las consecuencias a largo plazo de las muertes inducidas por drogas a gran escala, 2º la dinámica de la «transición demográfica por la sobredosis» y 3º la economía política de la adicción a opiáceos. No se citarán números o informes, ya que están ampliamente disponibles. Sin embargo están dispersos, incompletos y por lo general carecen de un marco teórico para entender o enfrentar el fenómeno.

Concluiremos discutiendo si cada «muerte por prescripción» debe verse como una tragedia individual, un duelo privado o un crimen corporativo alimentado por la ambición o incluso un patrón de larga data del «social-darwinismo» dirigido por una élite con aparato ejecutor en la toma de decisiones.

Desde el advenimiento de los grandes cambios políticos-económicos inducidos por el neoliberalismo, la clase oligárquica de los EEUU se enfrenta al problema de una extensa población de millones de trabajadores marginados y potencialmente conflictivos, cuyos miembros descienden de la clase media, despedidos por la «globalización» y una población rural de pobres que se hunde cada vez más en la miseria. En otras palabras, cuando el capital financiero y los cuerpos gobernantes de la élite ven crecer una población «inútil» de trabajadores blancos -los empleados y los pobres en este contexto geográfico- ¿Qué medidas «pacíficas» se pueden tomar para facilitar y fomentar su «declive natural»?

Un patrón similar surgió con la crisis de los principios del SIDA en la que el Gobierno de Reagan ignoró deliberadamente las muertes en alza entre los jóvenes estadounidenses, especialmente en las minorías. Adoptó un enfoque moralista de «culpar a la víctima» hasta que la influyente y organizada comunidad homosexual exigió la acción del Gobierno.

La escalada y el alcance de las muertes por drogas

En las últimas dos décadas cientos de miles de trabajadores estadounidenses de edad avanzada han muerto a causa de las drogas. La falta de datos reales es un escándalo. La escasez se debe a un sistema fragmentado, incompetente y deliberadamente incompleto de los registros médicos y de los certificados de defunción, especialmente de las zonas rurales más pobres y de las pequeñas ciudades donde no hay prácticamente ningún apoyo para crear y mantener registros de calidad. Este gran vacío de datos tiene múltiples facetas y se ve obstaculizado por los problemas del regionalismo y la falta de una clara dirección del Gobierno en la salud pública.

Al principio de la crisis los profesionales médicos y forenses estaban mayormente en la negación y bajo presión para certificar las muertes inesperadas como «naturales debido a las condiciones previas», a pesar de la abrumadora evidencia de que había habido imprudentes sobreprescripciones por parte de los médicos locales. Hace 15 o 20 años las familias de las víctimas, aisladas en sus pequeños pueblos, podían refugiarse en una cierta comodidad a corto plazo al ver el término «natural» unido a la muerte prematura de su ser querido. Es comprensible que un diagnóstico de muerte por sobredosis de drogas conllevara una tremenda vergüenza social y los miembros de las familias rurales y las pequeñas ciudades de clase trabajadora blanca la habrían asociado tradicionalmente con los narcóticos de las minorías urbanas y la población carcelaria. Se creían inmunes a este tipo de problemas de la gran ciudad. Confiaban en sus médicos los cuales, a su vez, confiaban en la seguridad de la gran industria farmacéutica que afirmaba que los nuevos opiáceos sintéticos no eran adictivos y podían prescribirse en grandes cantidades.

A pesar de la creciente toma de conciencia de este problema por parte de la comunidad médica local hubo pocos intentos públicos de educar a la población en situación de riesgo y aún menos intentos de alertar a la comunidad médica y a las clínicas privadas de tratamiento acerca de la sobreprescripción. Estas clínicas, sus profesionales de enfermería y las asociaciones de profesionales no lo hicieron y tampoco aconsejaron a los pacientes sobre los inmensos peligros de la combinación de los opiáceos y el alcohol o los tranquilizantes. Muchos, de hecho, ni siquiera eran conscientes de lo que otros proveedores prescribían a sus pacientes. No era inusual ver a adultos jóvenes y sanos con múltiples recetas de varios proveedores.

En las últimas décadas, bajo el neoliberalismo, los presupuestos de salud de los condados rurales fueron despojados por medio de empresas promotoras de programas de austeridad.
En su lugar, el gobierno federal ordenó que se implementasen planes caros y absurdos para hacer frente al «bioterrorismo». A menudo los departamentos de salud carecían del presupuesto necesario para pagar los costosos análisis toxicológicos forenses requeridos para documentar los niveles del fármaco en los casos de sobredosis sospechosas entre su propia población.

Agravando aún más esta falta de datos válidos no había ninguna orientación o coordinación por parte del gobierno federal y estatal o de la DEA regional en relación con la documentación sistemática y el desarrollo de una base de datos utilizable para analizar las consecuencias generalizadas de la sobreprescripción de narcóticos legales. La crisis temprana recibió una atención mínima por parte de estos organismos.

Todos los ojos oficiales se centraron en la «guerra contra las drogas», ya que se libraba contra los pobres, la población minoritaria urbana. Los pequeños pueblos, donde los médicos que sobreprescribían eran los pilares de las iglesias locales o clubes de campo, sufrían en silencio. El gran público estaba adormecido por los malos medios de educación en el pensamiento erróneo de que la adicción y las muertes relacionadas eran un problema propio de la ciudad, que requería la habitual respuesta racista de llenar las cárceles con los jóvenes negros e hispanos por cometer pequeños delitos o por posesión de drogas.

Pero dentro de este vacío los hijos de la clase trabajadora blanca empezaron a marcar el 911, porque, «mami no despierta…». La mamá, con sus parches de Fentanyl prescritos tomó sólo un Xanax de más y devastó una unidad familiar. Este fue el prototipo de una epidemia voraz. Por todo el país estaban creciendo esos casos alarmantes. Algunos condados rurales vieron la proporción de recién nacidos adictos, hijos de madres adictas, alterando sus sistemas hospitalarios no preparados. Y las páginas necrológicas locales publicaron un número creciente de nombres y rostros jóvenes sin referirse nunca a la causa de la desaparición prematura mientras dedicaban párrafos a los difuntos octogenarios.

Las tendencias recientes demuestran que las muertes por drogas (debidas tanto a sobredosis de opiáceos como a interacciones mixtas fatales con otras drogas y alcohol) han tenido un impacto importante en la composición de la mano de obra local, en las familias, las comunidades y los barrios. Los sistemas tradicionales de apoyo que proporcionan ayuda a los trabajadores dañados por estas tendencias, como los sindicatos y los trabajadores sociales públicos y profesionales de la salud mental, no podían o no querían intervenir ni antes ni después de que el flagelo de la adicción a las drogas entrase en juego. Esto se refleja en la vida de los trabajadores, cuya vida personal y el trabajo se han visto gravemente alterados por la deslocalización de las empresas, las reducciones de personal y los recortes de salarios y de prestaciones sanitarias.

La dinámica demográfica de la muerte inducida por fármacos

Casi todos los informes divulgados ignoran la demografía y las diferentes clases de impactos causados por las muertes por drogas de prescripción médica. La mayoría de los muertos por drogas ilegales fueron primero adictos a narcóticos legales prescritos por sus proveedores. Sólo las muertes por sobredosis de celebridades logran llegar a los titulares.

La mayoría de las víctimas ha sido gente de bajos salarios, desempleados o subempleados de la clase trabajadora blanca. Sus perspectivas de futuro son sombrías. Cualquier sueño de establecer una vida familiar sana con un solo salario en el «corazón del suelo americano» es digno de risa. Se trata de una enorme población nacional que ha experimentado un fuerte descenso en sus niveles de vida a causa de la desindustrialización. La mayoría de las víctimas de sobredosis fatales son hombres blancos en edad de trabajar, pero también una gran proporción de mujeres de clase trabajadora, a menudo madres. Ha habido poca discusión sobre el impacto de la muerte de una persona por sobredosis en edad de trabajar en la familia extendida. Esto incluye a las abuelas de alrededor de 50 años. En este grupo demográfico las mujeres a menudo proporcionan la cohesión y la estabilidad fundamental de varias generaciones en situación de riesgo.

Aparentemente la población minoritaria de EEUU ha escapado hasta ahora de esta epidemia. Negros e hispanos estadounidenses ya habían sido deprimidos y económicamente marginados por un período mucho más largo y la menor tasa de muertes por medicamentos recetados entre sus poblaciones puede reflejar una mayor capacidad de recuperación. Sin duda refleja su menor acceso a la comunidad médica del sector privado que prescribe las sobredosis, una grave paradoja de abandono médico que, de hecho, podría calificarse de beneficiosa.

Si bien puede haber pocos estudios sociológicos basados en la clase buscando tendencias comparativas de muertes por sobredosis entre las minorías urbanas y rurales o ciudades pequeñas blancas, en la salud pública o en los departamentos de estudios universitarios de las minorías, la evidencia anecdótica y la observación personal sugieren que las poblaciones urbanas de las minorías tienen más probabilidades de proporcionar asistencia a un vecino o amigo afectado de sobredosificación que en la comunidad blanca, donde los adictos son más propensos a ser aislados y abandonados por miembros de la familia, que se avergüenza de sus debilidades. Incluso la práctica de abandonar a un amigo afectado de sobredosis en la entrada de un servicio de urgencias y alejarse luego ha salvado muchas vidas. Las minorías urbanas tienen un mayor acceso y familiaridad a las salas de urgencias de las grandes ciudades caóticas donde el personal médico es experto en el reconocimiento y tratamiento de la sobredosis. Después de décadas de luchas por los derechos civiles, las minorías son posiblemente más sofisticadas para hacer valer sus derechos en relación con el uso de tales recursos públicos. Incluso puede haber una cultura relativamente más fuerte de la solidaridad entre las minorías marginadas en la prestación de asistencia o bien una toma de conciencia de las consecuencias de no llevar a un vecino a la sala de urgencias. Estos mecanismos de supervivencia urbana han estado, en gran medida, ausentes en las zonas rurales blancas.

A nivel nacional los médicos estadounidenses habían sido disuadidos por mucho tiempo de la prescripción de opiáceos sintéticos potentes a pacientes de las minorías, incluso a aquellos con dolores significativos. Confluyen varios factores aquí, pero la comunidad médica no ha sido inmune al estereotipo del adicto o distribuidor urbano hispano o negro. Tal vez este racismo médico generalizado en el contexto de la epidemia de la prescripción de opiáceos ha tenido, paradójicamente, algún beneficio.

Cualquiera que sea la razón, los adictos de las minorías urbanas, aunque muchos sufren de sobredosis, son más propensos a sobrevivir a una sobredosis de opiáceos que los blancos de las ciudades pequeñas o de zonas rurales, ya que estos no están familiarizados con los estupefacientes y sus efectos.

En las zonas rurales y en las pequeñas ciudades (desindustrializadas) del corazón de EEUU se ha producido una enorme ruptura en la comunidad y la solidaridad familiar. Ocurrió como consecuencia de la destrucción de una base de un siglo de estabilidad en el empleo, especialmente en los sectores fabriles, en la minería y los sectores agrícolas manufactureros. Sólo la Rusia post-soviética experimentó un patrón similar de disminución de la esperanza de vida por envenenamiento (alcohol y drogas) en todo el país después de la destrucción de su sistema socializado de pleno empleo y la ruptura de todos los servicios sociales. Además de la pérdida del aparato policial soviético duro y el crecimiento de una clase mafiosa oligarca, la sociedad se vio inundada de heroína proveniente de Afganistán.

El crecimiento de la adicción a opiáceos no se basa en la «elección personal» ni es el resultado de los cambios en los estilos culturales de vida. Si bien todas las clases y los niveles educativos están incluidos entre las víctimas, la gran mayoría son jóvenes blancos de la clase obrera y los pobres. Cubren todos los grupos de todas las edades, incluidos los adolescentes que se recuperan de lesiones deportivas, así como los ancianos con dolores en las articulaciones y la espalda. El aumento de la adicción es el resultado de grandes cambios en la economía y la estructura social. Las regiones más afectadas por las muertes por sobredosis son las que se encuentran en declives profundos, prolongados y permanentes, incluyendo las antiguas regiones del «cinturón de óxido», las pequeñas ciudades manufactureras de Nueva Inglaterra, el norte de Nueva York, Pensilvania y el sur rural y las regiones agrícolas, mineras y forestales del oeste.

Es el producto de decisiones ejecutivas privadas: 1º, reubicar las empresas productivas de EEUU en el extranjero o en zonas distantes y no sindicalizadas del país. 2º, forzar a empleados antes bien remunerados a puestos de trabajo con salarios más bajos. 3º, reemplazar a los trabajadores estadounidenses por inmigrantes cualificados y no cualificados o por mano de obra mal pagada. 4º, eliminar los beneficios de pensiones y de salud y 5º, introducir nuevas tecnologías -incluyendo robots- que recortan la mano de obra haciendo que la prestación de los trabajadores humanos se convierta en redundante. Estos cambios en la relación entre capital y trabajo han creado enormes beneficios para los altos ejecutivos y los inversores, mientras producen un excedente en la fuerza de trabajo, lo que supone aún más presión sobre los trabajadores en su primer empleo y los jóvenes con antigüedad. No ha habido programas de creación de empleo protegidos y/o sostenibles para abordar las décadas de disminución del empleo bien remunerado. Los buenos trabajos han sido sustituidos por los de salario mínimo, los Mac jobs –en jerga trabajos de salario mínimo y desprestigiados (N. de T.)- en el sector de servicios o en manufacturas temporales mal pagadas, sin beneficios o protecciones. A través de todo este terreno de devastación, programas costosamente publicitados, como Start-Up New York -algo así como “Nueva York poniéndose en marcha” (N. de T.)- han fracasado en crear puestos de trabajo decentes, mientras los políticos del Estado han gozado de publicidad gratis ya que el gasto de cientos de millones provenía del dinero público.

La epidemia de adicción a las drogas ha sido más letal precisamente en aquellas regiones que sufrieron la pérdida del empleo industrial y la disminución de los salarios, así como en los sectores deprimidos –antes protegidos- agrícolas y de procesamiento de alimentos donde los trabajadores sindicalizados han sido reemplazados por inmigrantes con salario mínimo. La pérdida de la estabilidad en el empleo vino acompañada de una reducción radical de los servicios sociales y de tremendos recortes en beneficios, cuando en realidad esos servicios deberían haberse reforzado.

Precisamente porque el llamado «problema de las drogas» está vinculado a importantes cambios demográficos resultantes de los cambios en la dinámica capitalista, nunca ha sido el centro de gestión o investigación del gobierno de la elite, a diferencia de su fijación en la «radicalización de los musulmanes» o en las «tendencias de la delincuencia urbana». La investigación tiende a centrarse en minorías o apenas se acerca a la periferia del fenómeno actual. Los buenos estudios y datos habrían proporcionado el fundamento y la base de los principales programas públicos dirigidos a proteger las vidas de los trabajadores blancos marginados y revertir las tendencias mortales.
Décadas de ausencia de investigación en toda la nación y de datos sobre este fenómeno justifican la notoria ausencia de una respuesta gubernamental efectiva. Aquí el descuido no ha sido beneficioso.

En paralelo con el aumento de la adicción a opiáceos ha habido un aumento astronómico en la prescripción de medicamentos psicotrópicos y antidepresivos a la misma población, también altamente rentables para la gran industria farmacéutica. El patrón de prescripción de este tipo de medicamentos -potencialmente peligrosos- es de gran alcance. Son medicamentos que modifican el estado de ánimo a una población móvil en baja o entumecida por ansiedades y reacciones normales al deterioro de su condición material que ha tenido profundas consecuencias. Es desatinado esperar que tales individuos, a menudo bajo la asistencia de desempleo o Medicaid, sigan un complejo régimen diario de hasta nueve medicamentos, además de sus medicamentos narcóticos para el dolor, al tratar de hacer frente a su mundo que se desmorona.

Cuando un trabajo digno con un salario decente podría tratar con eficacia y sin efectos secundarios desagradables o peligrosos la desesperación de los trabajadores marginados, la comunidad médica y de salud mental ha enviado sistemáticamente a sus pacientes a la gran industria farmacéutica. Como resultado, los análisis toxicológicos post mortem muestran múltiples medicamentos psicotrópicos y antidepresivos prescritos, además de narcóticos, en los casos de muertes por sobredosis de opiáceos. Además de que esto puede constituir una abdicación de la responsabilidad del proveedor de servicios médicos a los pacientes, también es un reflejo de la absoluta impotencia de la comunidad médica frente a la descomposición social sistémica, tal como ha ocurrido en las comunidades marginadas donde se concentran las muertes por sobredosis de drogas.

Los estudios demográficos, como mucho, identifican a las víctimas de la adicción a las drogas. Pero su elección para el tratamiento de su desesperación como un problema individual se produce en un contexto específico e inmediato que pasa por alto las grandes estructuras políticas y económicas que establecen el escenario de la muerte prematura.

La economía política de muertes por sobredosis

Cuando los restos de una víctima joven de clase obrera –sea hombre o mujer- por sobredosis se llevan a un depósito de cadáveres, su muerte prematura se etiqueta como «autoinfligida» o «accidental» por sobredosis de opiáceos y se enciende una gran máquina de encubrimiento. La secuencia que conduce a la muerte es un misterio, tampoco se busca en profundidad la comprensión de los factores socioculturales y económicos. En su lugar, se culpa a la víctima y a su cultura del resultado final de una compleja cadena de decisiones económicas capitalistas de élite y maniobras políticas donde la muerte prematura de un trabajador es un mero daño colateral. La comunidad médica se ha limitado a funcionar como la correa de transmisión en este proceso en lugar de ser un agente de atención al público.

La gran mayoría de las víctimas de muertes por sobredosis son, en realidad, víctimas de decisiones y pérdidas que van mucho más allá de su control. Sus adicciones han acortado sus vidas, así como han empañado su comprensión de los acontecimientos y han socavado su capacidad para participar en la lucha de clases para invertir esta tendencia. Ha sido una solución perfecta para los problemas demográficos previsibles del neoliberalismo brutal en EEUU.

Wall Street y Washington diseñaron la macroeconomía que eliminó los puestos de trabajo decentes, redujo los salarios y recortó los beneficios sociales. Como resultado millones de trabajadores marginados y desempleados están sometidos a una gran tensión y recurren a soluciones farmacológicas para soportar su dolor porque no están organizados. El protagonismo histórico de las organizaciones sindicales y de la comunidad se ha eliminado. En lugar de ello las grandes empresas farmacéuticas se encargan de que los trabajadores despedidos caven sus propias tumbas y los líderes de la clase obrera están ausentes.

En segundo lugar el centro de trabajo se ha vuelto mucho más peligroso en el marco del nuevo orden económico. Los jefes ya no temen a los sindicatos ni hacen caso de las normas de seguridad: muchos trabajadores se lesionan por la aceleración del ritmo de trabajo, la prolongación de las horas de trabajo, la falta de capacitación y la falta de supervisión federal de las condiciones de trabajo. Los trabajadores lesionados que carecen de protección sindical y judicial, así como de una agencia pública de protección y temen, con razón, represalias por informar de su lesión de trabajo, recurren cada vez más a los narcóticos con receta para hacer frente a un dolor agudo y crónico sin dejar de trabajar.

Cuando los empleadores permiten a los trabajadores informar de sus lesiones, la baja cobertura y los tratamientos limitados disponibles alientan a los proveedores a excederse en la prescripción de narcóticos por encima de otros medicamentos con interacciones potencialmente peligrosas. Muchas clínicas del dolor, contratadas por los empleadores, están deseosas de beneficiarse de clientes lesionados mientras las compañías farmacéuticas promueven activamente potentes narcóticos sintéticos.

Así se forma una cadena viciosa: la producción en masa de narcóticos por parte de la industria ha sido uno de sus productos más rentables. Las cadenas corporativas de farmacias llenan las recetas prescritas por decenas de miles de «proveedores» (doctores, dentistas, enfermeros y asistentes médicos) que tienen sólo una cantidad limitada de tiempo para examinar en realidad a un trabajador lesionado. Las condiciones de trabajo deterioradas crean la lesión y los trabajadores se convierten en consumidores del alivio milagroso de la gran industria farmacéutica –el Oxycontin o sus primos– cuyos vendedores promocionaron durante una década como drogas no adictivas. Una larga lista de profesionales de alto nivel educativo, entre ellos médicos y otros proveedores, patólogos y controladores médicos que ocultan cuidadosamente la causa real, son los que toman las decisiones corporativas con el fin de protegerse de represalias en caso de que las empresas hagan sonar la alarma. Detrás de la fachada científica hay un «darwinismo social» que pocos están dispuestos a enfrentar.

Sólo recientemente, a raíz de un número increíble de hospitalizaciones y muertes por sobredosis de narcóticos, el gobierno federal ha comenzado a liberar fondos para la investigación. Los investigadores médicos académicos han comenzado a recoger y dar a conocer datos sobre la creciente epidemia de muertes por opiáceos. Y proporcionan mapas impactantes de los condados y regiones más afectados. Se unen al coro que insta a las agencias federales y estatales a participar más activamente en la panacea de costumbre, «la educación y la prevención». Este enjambre activista llega con dos decenios de retraso a la epidemia y apesta a cinismo.

Los fondos para la investigación de este fenómeno no darán lugar a ningún programa eficaz a largo plazo para hacer frente a estas pequeñas «crisis del capitalismo» que azotan a la comunidad. No hay ninguna institución dispuesta a enfrentar la causa fundamental: la devastación de las relaciones laborales en los EEUU capitalistas del posmilenio, la naturaleza corrupta de los vínculos estatales con la corporación farmacéutica y el carácter caótico de nuestro sistema médico privado impulsado por las ganancias. Muy pocos escritores explorarán alguna vez que un solo responsable, un sistema de salud público y nacional, habría evitado claramente y desde el principio la epidemia.

Conclusión

¿Por qué las elites capitalistas estatales y las farmacéuticas sostienen un proceso socioeconómico que ha llevado a gran escala a la muerte a largo plazo de los trabajadores y sus familiares en el EEUU rural y en las pequeñas ciudades?

Una hipótesis lista y convincente es que las modernas y dinámicas corporaciones de élite obtienen beneficios del cambio demográfico de las muertes por sobredosis.

Las corporaciones obtienen miles de millones de dólares de ganancias por el «declive natural» de los trabajadores despedidos: la reducción del empleo y las prestaciones sociales -planes de salud, pensiones, vacaciones o programas de capacitación laboral- permite a los empleadores aumentar beneficios, ganancias de capital y bonos de los ejecutivos. Se eliminan los servicios públicos, se reducen los impuestos, se reducen los trabajadores y cuando es necesario se pueden importar del extranjero –completamente formados- para emplearlos temporalmente en un «mercado laboral libre».

Los capitalistas ganan todavía más con los beneficios de la tecnología -robots, automatización, etc.- y se aseguran de que los trabajadores no disfruten horas reducidas ni aumento de las vacaciones como resultado de su mayor productividad, ¿por qué compartir los resultados de las ganancias de productividad con los trabajadores, cuando los trabajadores pueden ser eliminados? Los trabajadores insatisfechos pueden replegarse o «tragarse una pastilla», pero nunca organizarse para retomar el control de sus vidas y su futuro.

Los expertos en elecciones y autoridades políticas pueden afirmar que los trabajadores estadounidenses blancos rechazan a los principales partidos del sistema porque están enojados y son racistas. Son los trabajadores que ahora se vuelven hacia Donald Trump. Sin embargo un análisis más profundo revelaría su rechazo racional a los líderes políticos que se han negado a condenar la explotación capitalista y enfrentar a la epidemia de la muerte por sobredosis.

Hay una base clasista de este auténtico genocidio por narcóticos que ocurre entre los trabajadores blancos y los desempleados en las ciudades pequeñas y zonas rurales de EEUU, es la solución «perfecta» corporativa a una fuerza de trabajo excedente. Es hora de que los trabajadores y sus líderes despierten a este hecho cruel y se resistan a esta guerra de clases unilateral o seguirán llorando más muertes prematuras en su propio silencio adormecido por los fármacos.

Ya es hora de que la comunidad médica exija un sistema público y nacional responsable de la salud que ponga en primer lugar al paciente, que haga prevalecer el servicio sobre el beneficio y acabe con la complicidad del silencio.

Artículo original: http://petras.lahaine.org/?p=2091 – Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

Texto completo en: http://www.lahaine.org/genocidio-por-prescripcion

Fuente: http://www.lahaine.org/mundo.php/genocidio-por-prescripcion

Imagen: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2016/1/16/456908_192938_1.jpg

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Educación para la igualdad y la diversidad: acabar con las fobias sociales

Por Coral Herrera Gomez

Conozco a mucha gente que pide ayuda a psicólogos y terapeutas para tratarse la tristeza, el vacío existencial, las angustias y los miedos, pero no conozco a nadie que quiera curarse de enfermedades sociales como el racismo, el machismo, el clasismo, la xenofobia, la homofobia, la lesbofobia o la transfobia.

Vivimos en un mundo competitivo, violento y jerárquico en el que unos seres humanos tienen más valor que otros: no nos educan para amarnos los unos a los otros en las escuelas ni en las universidades, yno hay especialistas a los que acudir cuando experimentamos un odio profundo hacia colectivos de personas o minorías.

Las religiones tampoco promueven el amor hacia la gente diferente: generalmente los curas, sacerdotes, rabinos o imanes nos incitan al odio acusando de herejes e infieles a todos aquellos que no siguen su doctrina. Es frecuente escuchar en las iglesias, las mezquitas y las sinagogas discursos de odio hacia las mujeres que no se someten a los dictados del patriarcado, o hacia lesbianas y gays, pero sus autores no son acusados ni encarcelados por hacer apología de la discriminación y la violencia desde sus púlpitos.

Vivimos en una cultura muy romántica, pero muy poco amorosa. Si bien el racismo es una enfermedad social que con los años se ha convertido en un fenómeno políticamente incorrecto, los chistes sobre negros, latinos, árabes, etc siguen fomentando el uso de estereotipos negativos  que se asumen como algo «natural» y gracioso, lo mismo que los chistes machistas que denigran a las mujeres. Cuando nos acusan de ser personas que discriminan, que odian o que rechazan a otros seres humanos,generalmente nos justificamos empezando con la tan conocida y estúpida frase: «Yo no soy racista pero… no soporto a los gitanos», «Yo no soy homófobo pero… a mi que no se me acerque un gay», «Yo no soy machista pero… las mujeres no están capacitadas para ciertas tareas», «Yo no soy clasista pero… creo que los pobres son unos vagos».

Es curioso que a poca gente le de vergüenza expresar en voz alta su miedo o su odio hacia otros seres humanos y que nadie quiera curarse de estas enfermedades sociales que provocan tanta violencia. Hasta cierto punto es demencial que enseñemos a los niños y a las niñas a comportarse con corrección en público (dar los buenos días, no tocarse los genitales en público, rezar por las noches), pero luego tengan que oir en casa chistes y comentarios despreciativos hacia los inmigrantes, las lesbianas o las personas transexuales como si discriminar a otras personas no fuera un acto violento.

Los seres humanos sentimos terror hacia las personas que no son como nosotras, por eso siempre estamos buscando la integración en los grupos, y por eso buscamos a los que son semejantes para formar grupos frente a otros grupos de gente que no son como nosotros. En nuestro sistema patriarcal, nos han convencido de que hay gente «normal» y gente «anormal», que hay un «nosotros» y un «ellos», que están los «buenos» y los «malos», que por fuerza has de ser «masculino» o «femenina»… todo nuestro pensamiento es binario, es decir, nuestra forma de pensar está determinada por los opuestos: blanco/negro, positivo/negativo, válido/inválido.

La gente normal es aquella que cumple con los patrones y las normas del capitalismo patriarcal, es aquella que se puede etiquetar y definir, es aquella que encaja con una definición exacta. Toda la gente que no «encaja» es rara, es extraña, es extravagante, y por lo tanto es susceptible de recibir nuestro rechazo y nuestras burlas. Esto es lo que ocurre con las personas transexuales o las personas transgénero: nuestro cerebro trata de averiguar si estamos frente a un hombre o una mujer, y nos sentimos mal si no logramos definir con exactitud el género al que pertenece la persona que tenemos en frente.

Y sin embargo, en la naturaleza nada es blanco o negro: vivimos en un mundo diverso con gente de todos los colores, tamaños, creencias, habilidades, capacidades, costumbres y formas de ser. En nuestro mundo hay mujeres masculinas, hombres femeninos, hermafroditas, personas que transitan, personas que se disfrazan, hombres travestidos, y toda clase de gente que no se adapta a ninguna etiqueta patriarcal. Nos cuesta gozar con esta ruptura de esquemas porque necesitamos que nuestro mundo sea estable, parecido al mundo simple que nos muestran los medios de comunicación: la diferencia nos da miedo, y por eso atacamos a personas que tienen otras creencias religiosas, otras formas de vestir, otros acentos e idiomas, otras orientaciones sexuales, otras costumbres y tradiciones….

Las enfermedades sociales producen discriminación, y la discriminación lleva a la violencia. Por eso la gente que vive esa violencia por ser diferente sufre tanto, por eso hay tantos niños y niñas diversas que se suicidan, por eso hay tantas personas adultas que son asesinadas cada año en todo el mundo. Por ser diferentes, por ser extranjeros, por ser raros…

Para acabar con las fobias sociales, hace falta integrar en la educación el respeto hacia las personas, y el amor hacia la diversidad del mundo en el que vivimos. No sirve de nada que nos aprendamos los nombres de los ríos y sus afluentes, o la lista de los reyes visigodos, si somos incapaces de entender que no se puede discriminar a nadie por su color de piel, por su forma de amar, por su identidad de género. No sirve de nada que tus hijos e hijas saquen buenas notas si luego acosan a sus compañeras con insultos, humillaciones, golpes y desprecios… no sirve de nada que hablemos de paz y de amor en Navidad si seguimos fomentando el odio contra colectivos de personas que no son como nosotros.

Tenemos que ir más allá de las etiquetas y condenar todos los discursos de odio que nos hacen creer que hay personas inferiores y superiores, y que justifican la violencia contra las personas diversas. Tenemos que callar la boca a toda esa gente que utiliza esa maldita frase de: «Yo no soy machista pero…, yo no soy racista pero… yo no soy homófobo pero….»

No hay peros que valgan. Todas las enfermedades sociales tienen cura: la mejor medicina contra la intolerancia, los miedos y la violencia es la educación en valores. Tenemos que romper con las etiquetas que nos reducen la libertad para ser y para sentir, y cuestionar profundamente los conceptos de «normalidad» y «anormalidad», porque en realidad somos todos gente diversa. Tenemos que ensanchar nuestras pequeñas mentes para que ser capaces de entender que la diversidad no es ninguna amenaza, que nos enriquece en la medida en que nos abre horizontes de realidad, y que la gente diversa merece respeto y amor. Tenemos que trabajar colectivamente, junto con los medios de comunicación, las familias y las instituciones, para promover una ética basada en el amor hacia la gente que nos rodea, sin exclusiones ni discriminaciones de ningún tipo.
Tomado de: http://haikita.blogspot.com/2015/12/las-fobias-sociales-y-el-miedo-la.html

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​Los 12 tipos de inteligencia: ¿cuál posees tú?

Por. Jonathan García Allen

La inteligencia es uno de los rasgos más valorados por nuestra sociedad, junto con la belleza o la salud. Este constructo suele verse como un rasgo que se tiene o no se tiene, por lo que es frecuente hablar de si alguien es inteligente o no lo es. La realidad es que la inteligencia está llena de matices.

A lo largo de las décadas ha existido un gran debate sobre qué tipos de inteligencia existen. ¿Qué ocurre con el chico que no es capaz de aprobar un examen de matemáticas pero, en cambio, es capaz de escribir piezas musicales de infinita belleza? ¿Qué pasa con el chico al que no se le dan bien los idiomas pero es un genio de la programación? Gran parte de este debate se ha centrado en sí existía una inteligencia unitaria o distintos tipos de inteligencia.

En el artículo de hoy, vamos a repasar los distintos tipos de inteligencia que existen basándonos en la segunda opción de este debate.

Distintos tests de inteligencia para distintos tipos de inteligencia

Lo cierto es que la inteligencia es un constructo abstracto, por lo que ha provocado grandes discusiones entre los distintos expertos. Los psicólogos se han interesado durante mucho tiempo por este concepto y hoy en día existen distintos tipos de test de inteligencia. Algunos de ellos miden lo que se conoce como “Factor G” o inteligencia unitaria y otros miden los distintos tipos de inteligencia de los que hablaremos en este artículo. Por ejemplo, la inteligencia lógico-matemática o inteligencia lingüística.

Puedes saber más sobre los test de inteligencia en nuestro artículo: «Tipos de test de inteligencia«

Los 12 tipos de inteligencia

Y claro, desde que este constructo se estudia, varias teorías han intentado explicar qué es la inteligencia. Desde la inteligencia cristalizada y fluida de Raymond Cattell, la teoría bifactorialde Spearman o las inteligencias múltiples de Howard Gardner, son muchas las aportaciones que los distintos investigadores y profesionales de la psicología nos han dejado para ayudarnos a entender cómo funciona la inteligencia humana.

Esta última teoría, la de las inteligencias múltiples, ha sido muy influyente a la hora de nombrar algunas de las inteligencias más reconocidas y a contribuido notablemente a romper con el paradigma de la inteligencia unitaria.

Pero, ¿qué tipos de inteligencia existen? A continuación puedes ver una lista con los distintos tipos de inteligencia.

1. Inteligencia lingüística

Como su nombre indica, es la habilidad de dominar el lenguaje. Pero este tipo de inteligencia no solamente incluye el lenguaje oral, sino también la escritura o la gestualidad, por lo que tiene mucho que ver con el proceso comunicativo. Las personas que tienen una alta inteligencia lingüística tienen una sensibilidad especial por el significado de las palabras, el orden de las mismas, los sonidos, los ritmos, la métrica, etc. (por ejemplo, los escritores o los poetas).

Puedes conocer más sobre este tipo de inteligencia leyendo este post: «Inteligencia lingüística: ¿qué es y cómo se puede mejorar?»

2. Inteligencia lógico-matemática

Es la capacidad de conceptualizar las relaciones lógicas entre las acciones o símbolos (por ejemplo, un matemático o científico). Dicho de otra forma, es la habilidad para razonar de manera deductiva y lógica y la habilidad de resolver problemas matemáticos.

El psicólogo Jean Piaget, cuando realizó sus estudios, pensó que estaba trabajando sobre una amplia gama de inteligencias, pero en realidad estaba estudiando la inteligencia lógico-matemática. La rapidez para solucionar problemas matemáticos es el indicador más habitual para determinar cuánta inteligencia lógico-matemática posee un individuo.

Artículo recomendado: «Inteligencia lógico-matemática: ¿qué es y cómo la podemos mejorar?»

3. Inteligencia espacial

La inteligencia espacial se define como la capacidad humana poder observar el mundo y los objetos desde diferentes perspectivas y, además, es la habilidad para manipular o crear imágenes mentales para poder resolver problemas. Este tipo de inteligencia se compone de distintas habilidades: imaginación dinámica, manipulación de las imágenes, habilidades gráficas artísticas o razonamiento espacial, entre otras. La gente con alta inteligencia espacial es muy buena haciendo puzzles o dibujando. Los escultores, arquitectos, pintores o pilotos son ejemplos de individuos con alta habilidad espacial.

Más sobre esta inteligencia: «Inteligencia espacial: ¿qué es y cómo se puede mejorar?»

4. Inteligencia musical

Mientras algunas personas son muy buenas realizando esculturas o pintando, otras tienen una capacidad enorme por elaborar piezas musicales, pues reconocen y componen tonos y ritmos musicales con gran talento. Estas personas aventajadas en el aspecto musical tienen una inteligencia musical alta, lo que les permite tocar instrumentos y leer o componer piezas musicales con facilidad.

5. Inteligencia corporal y cinestésica

Y los bailarines, ¿qué tipo de inteligencia poseen? Pues según la teoría de las inteligencias múltiples poseen la que se conoce como inteligencia corporal o cinestésica, que es la habilidad de utilizar el propio cuerpo, es decir, la coordinación de los movimientos corporales.

Este tipo e inteligencia hace visible una gran conexión entre la mente (y las emociones) y el movimiento, y, además de los bailarines, suelen poseerla actores o deportistas. ¿Has visto jugar alguna vez a Leo Messi? Seguramente no pueda tocar una pieza de Beethoven o hacer una caricatura de Luis Suárez, pero, con el balón en los pies, es capaz de hacer cosas que no están al alcance de nadie más.

6. Inteligencia intrapersonal

Hay individuos que poseen una notable habilidad de entenderse a sí mismos, sus pensamientos y emociones y regular su propio comportamiento, porque son capaces de acceder a sus sentimientos y emociones y reflexionar sobre éstos. Aunque la inteligencia intrapersonal comprende el autoconocimiento y la autoapreciación, también incluye el entendimiento de la condición humana. Los psicólogos, filósofos o los escritores, generalmente tienen una alta capacidad en este tipo de inteligencia. Además, este tipo de individuos suelen gozar de un mayor bienestar emocional y psicológico.

Saber más: «Inteligencia intrapersonal: ¿qué es y cómo se puede mejorar?»

7. Inteligencia interpersonal

Puede que hayas observado que hay ciertos individuos que tienen una habilidad única a la hora de llevarse bien o relacionarse con otras personas. Son individuos que emplean su inteligencia interpersonal cuando interactúan con los demás de manera eficiente, pues son capaces de entender, empatizar y comunicarse apropiadamente.

La inteligencia interpersonal es la habilidad de discernir las emociones y las intenciones de los demás y permite interpretar las palabras y gestos, o los objetivos y metas de otras personas. Los políticos, profesores o actores son aventajados en este tipo de inteligencia.

Lectura recomendada: «Inteligencia interpersonal: definición y consejos para mejorarla»

8. Inteligencia emocional

Uno de los recientes y grandes paradigmas de la inteligencia es la inteligencia emocional. A pesar de que el concepto de inteligencia emocional fue empleado por primera vez por los psicólogos americanos Peter Salovey y John Mayer en el año 1990, fue Goleman quien, gracias a su best-seller Inteligencia Emocional (1995), hizo famoso este constructo.

La inteligencia emocional comprende tanto la inteligencia intrapersonal como la inteligencia interpersonal, y está compuesta por cinco elementos: autoconciencia emocional, autocontrol emocional, automotivación, empatía y habilidades sociales. Son muchas las investigaciones que afirman que la inteligencia emocional aporta muchos beneficios: minimiza los efectos del estrés y lo previene, mejora el bienestar emocional, mejora las relaciones interpersonales, mejora el rendimiento laboral…

9. Inteligencia naturalista

La inteligencia naturalista se refiere a la sensibilidad que muestran algunas personas hacia el mundo natural, pues es la habilidad de distinguir, ordenar, clasificar, comprender y utilizar elementos del medio ambiente, objetos, animales o plantas. En el pasado, este tipo de inteligencia era sumamente importante para la supervivencia. Los biólogos, campesinos, botánicos o cazadores dominan este tipo de inteligencia.

10. Inteligencia existencial

Mientras algunos individuos viven el día sin dedicarle mucho tiempo al motivo de las cosas,las personas con alta inteligencia existencial tienden a meditar sobre su existencia. Este tipo de pensamientos pueden incluir el sentido de la vida y la muerte. La inteligencia existencial es conocida como la novena inteligencia múltiple en la teoría de Howard Gardner, y éste la define como: “la capacidad para situarse a sí mismo con respecto al cosmos y respecto a los rasgos existenciales de la condición humana, como es el significado de la vida y de la muerte, el destino final del mundo físico y psicológico en profundas experiencias como el amor a otra persona”.

La búsqueda de sentido, el autoconocimiento, poseer una propia escala de valores morales, el gozo estético o el sentido de misterio son algunas de las manifestaciones de este tipo de inteligencia, que puede cultivarse con la práctica de la meditación, la contemplación o el ejercicio de filosofar y dialogar.

Mientras algunos autores hablan de este tipo de inteligencia como la inteligencia espiritual, otros, en cambio, afirman que son dos tipos de inteligencia distintas, pues la inteligencia existencial va mucho más allá del comportamiento espiritualmente positivo y sano, más allá de ser una buena persona.

11. Inteligencia creativa

Hay personas que están hechas para trabajar en un puesto de trabajo que requiere un trabajo mecánico y monótono y que se adaptan sin problemas a entornos laborales de este tipo. Pero, en cambio, hay personas que parece que su mente vuela, que siempre están un paso por delante de los demás y que están constantemente innovando. Estas personas poseen una alta inteligencia creativa.

Pero, ¿qué caracteriza a las personas con alta inteligencia creativa? La fluidez, es decir, la capacidad para producir muchas ideas; la flexibilidad, para para ver y abordar las situaciones de formas diferentes; y la originalidad, para fabricar respuestas poco habituales o novedosas.

¿Cómo son las personas creativas? Descúbrelo en este artículo: «Los 7 rasgos de personalidad de las personas creativas«

12. Inteligencia colaborativa

Recientemente ha aparecido un nuevo concepto de inteligencia en el entorno organizacional, es la inteligencia colaborativa. Se podría definir como la capacidad de elegir la mejor opción para alcanzar una determinada meta trabajando en conjunto, y está basada en la idea del trabajo en equipo, tan necesario para las empresas de hoy en día.

De hecho, el trabajo en equipo es una de las competencias que más valoran los reclutadores, y es por eso que, ante esta nueva necesidad a la hora de encontrar trabajo, están apareciendo muchos másters o cursos especializados en este tipo de inteligencia.

Si quieres profundizar en esta temática, puedes encontrar toda la información que necesitas en nuestro post: «Inteligencia colaborativa: ¿qué es exactamente?«

Fuente: https://psicologiaymente.net/inteligencia/tipos-de-inteligencia#!
Imagen: https://psicologiaymente.net/media/7vAY/tipos-de-inteligencia/default.jpg
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