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Se debe proteger a la mujer que denuncia y a los niños que viven con un violento

Argentina/08 junio 2016/Autor:Silvina Heguy/ Fuente: El Clarín

Diálogos a fondo. Caroline Andrew, politóloga.

Para combatir la violencia de género se debe realizar un gran número de acciones a la vez, donde es central la educación, explica la canadiense, experta en inclusión.

La ciudad como escenario de violencia y desigualdad, pero también como uno de posible inclusión. Con propuestas para discutir esta segunda opción llegó a Buenos Aires Caroline Andrew, directora del Centro sobre Gobernanza de la Facultad de Estudios Políticos de la Universidad de Ottawa. Con años en investigaciones en cuestiones de género pone el foco en las soluciones desde las esferas gubernamentales, universitarias y de la sociedad civil desde Canadá, un país que estrena un nuevo gobierno que marca un cambio de rumbo en las políticas de género. Con un esquema novedoso y con mucho de sentido común, Andrew propone acciones específicas para transformar los centros urbanos. En camino a las Jornadas sobre Empoderamiento de la Mujer y Liderazgo – Compartiendo Agendas Canadá-Argentina en la Universidad Nacional de Rosario y la embajada de su país, aseguró a Clarín que el momento a nivel mundial representaba una instancia interesante para analizar estrategias conjuntas entre distintos sectores de la sociedad y el Estado porque “los derechos de la mujer necesitan de acciones concretas con financiamientos efectivos”.

-¿Por dónde se debería empezar para llegar a una ciudad inclusiva?

-Por varios lugares. Hay diferentes formas de entrar a estos temas y construir una agenda para que la ciudad se vuelva inclusiva: un punto central es que la sociedad civil se implique. El gobierno debe ver a la sociedad civil como un sector que puede aportar soluciones y no generar problemas. El tema es que cada sector tiene su propia agenda. Es el Estado quien coordina las agendas de todos para lograr una única.   Uno de los grandes problemas en los centros urbanos de América Latina es la violencia de género.

-Usted que ha analizado el tema, ¿cuáles cree que son las estrategias efectivas para detenerla?

-En Canadá también es un grave problema. Hubo innumerables denuncias en las universidades. Incluso es uno de los temas sobre el que habló en su presentación el nuevo primer ministro Justin Trudeau al anunciar cuáles serían las prioridades de su gobierno en tema mujer: igualdad de salario, el segundo las guarderías y no menos importante, la violencia de género. En mi país probablemente uno de los problemas más graves e invisibilizados es la violencia contra la mujer de los pueblos originarios, hay unas 2.000 desaparecidas o muertas, que no se sabe bien qué pasó. El anterior gobierno federal dijo que no iban a hacer una investigación sobre ese tema y el nuevo dijo que obviamente lo harían. Hay un cambio de 180 grados con respecto a esto y es una estrategia válida.

-Pero, ¿cuáles serían concretamente más allá de los anuncios?

-La nueva ministra de Justicia es aborigen y conoce perfectamente este tema. El problema es grave porque la policía está involucrada con su mal comportamiento. El Ministerio de la mujer va a tener más presupuesto, es un tema vital que esto suceda para tener realmente políticas públicas que puedan llevarse a cabo y que no caigan en meros anuncios. Otro cambio es que ahora el Ministerio de la mujer podrá hacer campañas por los derechos de la mujer, antes no estaba contemplada la posibilidad.

–Además del financiamiento de políticas públicas, ¿cómo se comienza a cambiar culturalmente a una sociedad que permite la violencia contra la mujer?

–Es el punto más complejo de toda esta cuestión. Se debe hacer un gran número de acciones a la vez. Sobre todo en educación y con programas para los menores víctimas de la violencia. A ellos se los debe ayudar inmediatamente. Además de trabajar en los diferentes niveles de educación. Funcionan bien las campañas publicitarias. Se debe proteger a la mujer que denuncia, a los niños que viven con un violento, implementar campañas en las escuelas y fomentar programas universitarios para investigar el tema.

-En una ciudad poco inclusiva, los inmigrantes son parte de los excluidos, ¿cómo se pueden aplicar medidas para impedir estas situaciones?

-Cuando hablamos de diversidad siempre se tiene en cuenta a las mujeres y también a los inmigrantes. Y las mujeres inmigrantes constituyen uno de los grupos más vulnerables en cualquier centro urbano. Tienen grandes dificultades, incluso cuando poseen un alto nivel de educación, porque a pesar de eso no consiguen trabajo. En Canadá se dan muchos casos de este tipo. Tampoco encuentran guarderías y escuelas para sus hijos. A partir de la crisis de refugiados este problema también se da en Europa y en los países receptores. Uno de los programas que funciona con buenos resultados es uno que se llama “Una ciudad para todas las mujeres”. Está destinado a inmigrantes que no encontraron una inserción laboral en lo que se formaron. La ciudad de Ottawa no sólo da material informativo para ellas si no que también se comprometió a ofrecerles pasantías de seis meses para que logren una experiencia de trabajo canadiense. Eso les permite entender la lógica del mercado laboral local y, al mismo tiempo, dan un paso hacia adelante, logran además ser recomendadas con una carta de referencia. Es un programa pequeño, efectivo y fácil de copiar.

Fuente:

http://www.clarin.com/opinion/proteger-denuncia-ninos-viven-violento_0_1559844391.html

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¿Educación para todos?

España/08 junio 2016/ Autor: Sonia Sierra/Fuente: Economía Digital

En los países desarrollados de nuestro entorno, las diferentes fuerzas políticas consensuan acuerdos para no cambiar el sistema educativo cada legislatura lo que aporta la estabilidad necesaria para mantener lo que funciona y cambiar lo que sea susceptible de mejora.

En España, sin embargo, tenemos la educación como arma ideológica arrojadiza y los partidos que se han alternado el poder hasta ahora, lejos de llegar a un acuerdo en el que la mayoría se pueda sentir cómodo, imponen su modelo en cuanto llegan al poder e intentan derogar el anterior.

El resultado de esto es bien conocido: cifras de fracaso y abandono escolar temprano por encima de la media europea en la mayoría de las CCAA, comunidad educativa en pie de guerra constantemente y profesores que tienen que gastar gran parte de su energía en adaptarse a los cambios constantes del sistema. Por eso es tan importante lograr un Pacto Nacional por la Educación que dé estabilidad a toda una generación.

En España, el presupuesto en Educación está por debajo de la media europea y este aspecto, pese ser muy importante, no es el único que explica  el fracaso de nuestro sistema educativo.

Para empezar, cualquier modelo educativo de éxito considera clave la figura del profesor. Para ello se necesita una buena formación inicial y continuada y la valoración social de esta profesión y nada de esto sucede en nuestro país. Es por eso que necesitamos el equivalente al MIR para la formación del profesorado, con prácticas remuneradas para que los nuevos docentes entren en las aulas con la preparación necesaria.

Otro de los aspectos importantes que fallan en nuestro sistema educativo es la falta de equidad. Todos los estudios al respecto nos muestran que la situación socioeconómica de las familias es el factor determinante en el éxito o fracaso escolar. Este se comienza a detectar ya en la Educación Inicial y es precisamente ahí cuando se tiene que empezar a actuar.

Cuando un alumno se empieza a quedar atrás, se ha de iniciar un acompañamiento para que pueda seguir el ritmo de sus compañeros. Si no lo hacemos, ese alumno irá sumando retrasos y eso hará muy difícil que pueda seguir el ritmo escolar.

Por ese motivo, se necesitan más profesores de apoyo para ayudar a aquellos que más lo necesitan y ha de ser el sistema el que los proporcione de forma gratuita porque si no, las familias que no puedan hacerse cargo dejarán a sus hijos en desventaja frente a las que si puedan y la escuela debe de ofrecer igualdad de oportunidades a todo el mundo si de verdad queremos construir una sociedad justa.

Otro de los aspectos que dificulta la igualdad de oportunidades de nuestro sistema educativo es el exceso de deberes. Los informes tanto de la OCDE como de la OMS nos alertan sobre el exceso de tareas extraescolares en nuestro país y la poca efectividad de las mismas. Mientras que en Finlandia tienen una media de 2,8 horas de deberes a la semana y Corea del sur 2,9 –por citar dos países con excelentes resultados en PISA-, en España tenemos 6,5.

El exceso de deberes van en contra de la equidad porque las familias de nivel socioeconómico medio y alto pueden ayudar a sus hijos a hacerlo mientras que las familias con un nivel más bajo, no, lo que tiene como resultado una mayor diferencia en la brecha entre clases sociales. Eso sin contar que también perjudica la salud de los pequeños y la conciliación familiar.

Y, finalmente, tenemos el tema del acceso a los libros de texto. Cada septiembre, las familias se deben enfrentar al enorme coste de los libros de texto. Muchas familias no pueden hacerse cargo del gasto que supone unos 300 euros por hijo lo que tiene como resultado que muchos alumnos empiezan el curso sin el material adecuado, lo cual resulta especialmente perjudicial para el rendimiento académico. Además, esto provoca diferencias entre comunidades autónomas pues ya hay algunas que contemplan el uso de libros socializados y otras, no.

Es imprescindible que todos los niños, hayan nacido donde hayan nacido, tengan las mismas posibilidades de acceso a los estudios. No podemos seguir permitiendo que en España suceda que casi la mitad de los universitarios provengan de clase alta porque el talento no entiende de clases sociales y debemos fomentarlo allá donde esté.

Las personas que creemos en la educación como elemento transformador clave de nuestra sociedad hemos de apostar por una mayor inversión, una mejor formación y consideración del profesorado y por la equidad del sistema educativo para garantizar la igualdad de oportunidades. Nos jugamos nuestro presente y nuestro futuro.

Fuente noticias:

http://www.economiadigital.es/es/notices/2016/06/-educacion-para-todos-84221.php

Fuente imagen:

http://interculturalidadenlaeducacininfantil.blogspot.com/2010/11/fichas-interculturales-para-colorear.html

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‘Hiperactividad’: soluciones originales

México/  o4 de Junio de 2016/Quadratín

Por: Gonzalo López Menéndez

Gillian Lynne, nació en Inglaterra hace 90 años, cuando estaba en el colegio sus padres recibieron cartas que advertían de la indisciplina que su hija mostraba en clase. Preocupados por la situación decidieron llevarla a un psicólogo para tratar que fuese como los demás niños y niñas de su clase. Tras observar a Gillian, sugirió a sus padres que la inscribieran en una escuela de danza. No tenía problemas de atención, sino que necesitaba llegar al aprendizaje de otra manera. Llegó a ser coreógrafa de éxito con obras como “Cats” o “El fantasma de la ópera”.
“La creatividad no es una cualidad de la que estén dotados particularmente los artistas, sino una actitud que puede poseer cada persona”. Así entendía la creatividad el psicoanalista y filósofo Erich Fromm. De niños no tenemos miedo a equivocarnos, no estigmatizamos el error, pero si lo hacemos corremos el riesgo de perder la creatividad. Así como Gillian encontró su creatividad todos podemos hacerlo. Todos los niños nacen artistas, lo difícil es seguir siéndolo a medida que creces decía Picasso.
Gillian se enfrentó a este problema y pudo disfrutar de otra educación y librarse de unos “síntomas” que en la actualidad se habrían achacado al TDAH o trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Necesitamos descubrir cuál es nuestro talento y desengrasar las bisagras de la imaginación. Ken Robinson fue uno de los primeros en alzar la voz contra un sistema educativo. Este sistema coarta la imaginación, se esperan determinadas respuestas a preguntas establecidas.
“Hay numerosas investigaciones que señalan que la creatividad de los niños decrece con los años de permanencia en el sistema educativo”, afirma la catedrática Petra María Pérez.
Los sistemas educativos son el reflejo de una educación de otro siglo, en el que se iba a la escuela para conseguir un trabajo. Por eso se encuentran jerarquizados, las matemáticas y los idiomas predominan sobre las humanidades o las artes. Seguimos una programación que nos dicta qué hacer y cómo hacerlo; el sistema educativo asocia el éxito a sacar buenas notas en lugar de trabajar la creatividad y a una educación en la totalidad de nuestro ser. Pero luego nuestros referentes son personas que destacaron por ser diferentes, innovadores, fueron creativos.

Todos tenemos dos hemisferios cerebrales, pero la mayoría emplea uno más que el otro. Por eso un problema matemático en el que predomina el hemisferio izquierdo resulta difícil de comprender para en quien predomina el hemisferio derecho, porque aplican una lógica distinta. Para cualquier problema, ya sea en el carácter escolar, laboral o personal, se necesita combinar ambos hemisferios, el análisis y la intuición. “Si definir es rodear un campo de ideas con una valla de palabras, creatividad sería como un océano de ideas desbordado por un continente de palabras” afirma el catedrático Saturnino de la Torre.

Fuente: https://oaxaca.quadratin.com.mx/hiperactividad-soluciones-originales/

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Artículo: Scientists aren’t superheroes – failure is a valid result

El artículo nos ayuda a desmitificar la representación del científico, o la científica, como un ser infalible, perfecto y siempre obligado a aportar soluciones inequívocas ante cualquier problema planteado. Esta circunstancia, sólo emulable por los superhéroes, es la que nos revela Andrew Gelman como una muy alejada de la realidad cotidiana de quien se enfrenta a investigaciones científicas día a día. De los fallos, también en ciencia, siempre se aprende.

Source: Scientists aren’t superheroes – failure is a valid result Publicado el 8 de junio

The widely reported finding that ‘power poses’ offer a hormonal boost could not be replicated in follow-up studies. Photograph: Alamy

Concern has been growing in the past decade about published scientific claims that other laboratories can’t successfully replicate. Some of these studies are pretty silly – for example, the claim that women’s political preferences change by 20 percentage points depending on the time of the month. Others were potentially useful but didn’t work out, like the one which says that holding your body in a “power pose” gives you a hormonal boost.

Related:Study delivers bleak verdict on validity of psychology experiment results

Then there are claims which may have policy relevance, such as the study that says early childhood interventions could increase young adults’ earnings by 40%. The claim came from a longitudinal study which would require at least 20 years to replicate, but, on the basis of statistics alone, we have good reason to be sceptical about the findings.

This replication problem has become a crisis in the sense that researchers, ordinary citizens and policymakers no longer know what or whom to trust. Even the most prestigious scientific journals are publishing papers that fail to replicate and which, in retrospect, are simply ridiculous.

One notorious example is a 2014 paper from the Proceedings of the National Academy of Sciences (Pnas), comparing the damage done by hurricanes with male or female names. The research was based on historical data and so could not be replicated, but featured the same sort of statistical errors that commonly appear in any work that fails the replication test.

And it’s not just journals that get sucked in. Some of our most trusted explainers and interpreters of science have been fooled by work with fatal statistical flaws. Science writer Malcolm Gladwell fell for a mathematician’s claim to be able to predict divorces with 94% accuracy and the Freakonomics team fell for the erroneous claim that beautiful parents are more likely than ordinary-looking parents to have female babies.

Statistical errors are unfortunate but unavoidable. Science is open to all, and we wouldn’t want strict gatekeeping even if it were possible. Speculative (even completely misguided) work can still indirectly advance scientific understanding. The problems come when entire fields are so shaky that outsiders – and even insiders – don’t know what to believe. This is the replication crisis, and we need to do something about it.

The problems come when entire fields are so shaky that outsiders, even insiders, don’t know what to believe

For starters, researchers need to stop making excuses and address attitudes that are getting in the way of progress. By progress, I mean moving towards a future where there are clearer links between research designs, data, analyses, criticisms and replications. The goal is not the elimination of errors, but a system with better feedback, so that dubious claims can be disputed and discussed at the point of publication, not years later when the findings have been used in news articles, TED talks, radio features and beyond.

So what’s getting in the way? Sunk cost fallacy – the error of throwing good money (or, in this case, scientific resources) after bad – certainly plays a role.

An example of this can be found in a recent New York Times op-ed by psychologist Jay Van Bavel, entitled Why Do So Many Studies Fail to Replicate?. Bavel doesn’t dodge the bad news that only 39 percent of the 100 psychological studies used had been successfully replicated – but he moves quickly to the position that the studies failed to replicate because it was difficult to recreate the exact conditions of the original.

Context certainly matters, but we should also be aware that a lot of published work is just noise. It’s always worth considering the possibility that a published finding was real and that it failed to replicate because of changing conditions, but that should not be the default assumption.

It’s natural to want to spare the feelings and reputations of hardworking researchers and it’s horrible to think that there could be hundreds of papers, published in leading journals, that are nothing but dead ends. I can see the appeal in trying to preserve some value in this mountain of published work. A paper can be seriously flawed and fail to replicate but still contain valuable insight. But our starting point has to be that any given finding can be spurious.

Related:Academics: you are going to fail, so learn how to do it better

Replications are often controlled, meaning that the researchers have chosen their data selection and analysis rules ahead of time. But published findings are almost always uncontrolled, meaning that researchers have degrees of freedom to come up with statistically significant findings. When a well-publicised study fails to replicate, this is typically consistent with a model in which the first study was merely capitalising on chance.

So how can we do better? As scientists, we have to recognise sunk cost fallacy. We need to be willing to cut our losses and accept when a research programme has not advanced, rather than grasping to explain variations that can easily be understood as mere chance.

Researchers should, of course, feel free to explore speculative routes. But we must also accept that failure is an option.

La imagen destacada es tomada de: http://www.theguardian.com/higher-education-network/2016/jun/08/scientists-arent-superheroes-failure-is-a-valid-result#img-1

Professor Gelman is giving the keynote lecture at the ESRC Research Methods Festival

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La maldición de que cada oveja tenga su pareja

Chile/ 05 de Junio de 2016/La Tercera

Por: Carlos Mathías Pérez

Un estudio dado a conocer esta semana por el CEP revela que la gente tiende a emparejarse con personas con su mismo nivel educacional y que eso reproduce la desigualdad. Un fenómeno que ayuda a entender por qué aunque aumenta la escolaridad no se acorta la brecha socioeconómica.

Cuando se casaron en 1992, Sandra Román y Francisco Arriagada tenían una diferencia: la cantidad de años que cada uno había pasado estudiando. Él era ingeniero civil de la Universidad Católica de Valparaíso, y ella había llegado sólo hasta segundo medio en un liceo de Rengo. “Entre nosotros nunca fue tema, pero sí y mucho con las parejas de los amigos de mi marido. Ellas siempre eran profesionales”, dice Sandra que explica que le incomodaba tener que responder que no tenía título, por lo que finalmente años después terminó la educación media y se puso a estudiar en la universidad.

En Chile, el caso de Sandra y Francisco es excepcional. Algo que demuestra la experiencia directa y confirma la investigación El diálogo de dos desafíos: evolución y relación de la desigualdad y la escolaridad en Chile, del economista del Centro de Estudios Públicos (CEP) Estéfano Rubio, quien usando datos de la Encuesta Casen realizada entre 1990 y 2013, vio cómo la tendencia de los chilenos a emparejarse con personas de sus mismos niveles educacionales (o emparejamiento selectivo) afecta la desigualdad socioeconómica.

“Siempre se habla de la desigualdad que hay en Chile, lo que me hizo pensar sobre si hay factores estructurales que impiden que ésta se reduzca. Me pregunté si las decisiones de las personas -por ejemplo cómo constituyen sus hogares-, la afecta más allá de todas las medidas en políticas públicas que se tomen”, cuenta Rubio.

Florencia Torche, académica de sociología en New York University (NYU) y la UC, es probablemente quien más ha investigado en Chile el emparejamiento selectivo, también conocido como homogamia educativa (o para complicarlo más, homofilia), y explica que aún no se sabe bien qué es primero en este fenómeno, si el huevo o la gallina; es decir si es la desigualdad la que causa que la gente se empareje con sus iguales, o al revés. Pero agrega que lo que se ha demostrado es que ambas cosas suelen ir juntas: “Donde hay más desigualdad económica, hay también mayor homogamia educativa”.

En su estudio, Rubio determinó que en las últimas décadas este indicador casi no ha variado en Chile. Según sus cálculos, si en 1990 el 60,8 por ciento de las parejas chilenas (casados y convivientes) tenía el mismo nivel educacional, para 2013 era el 57,7 por ciento. Esto se apoya en los extremos: mientras la gente en tramos medios tiende a casarse con más diversidad, las personas con estudios profesionales y de postgrado, por un lado, y quienes no tienen estudios, suelen ser mucho más endogámicas.

Esos dos mundos, además, no se encuentran, lo que agudiza la desigualdad porque hay una gran diferencia de rentas entre ambos: en promedio un profesional universitario gana un 150 por ciento más que alguien sin educación que a su vez recibe tres cuartos menos que un graduado  de la educación técnica.

De acuerdo al estudio de Rubio, la cantidad de parejas que tienen el mismo nivel de estudio en Chile es alta comparada con los datos que hay de Estados Unidos, Brasil, Argentina y similar a las de México.

Los resultados llevaron al investigador a una conclusión poco alentadora: la homogamia educativa consolida la desigualdad entre generaciones. “Si a este factor le sumamos la alta segregación social que hay, la que disminuye las probabilidades de conocer personas de otro nivel, lo que vamos a tener son parejas homógamas que a su vez van a traspasar su nivel educacional a sus hijos. Entonces, se van a repetir las estructuras sociales. Eso es lo más preocupante del estudio”, dice el economista.

Para contrastar esta realidad, el investigador del CEP hizo una simulación para ver qué habría pasado si los padres de cada chileno se hubieran casado de forma aleatoria -es decir, sin emparejamiento selectivo-. En ese escenario, la desigualdad hubiera caído cinco puntos de acuerdo al índice de Gini, lo mismo que ha bajado en los últimos 25 años. “Nos habríamos ahorrado un cuarto de siglo de políticas públicas que disminuyesen la desigualdad”, dice Rubio. Además hubieran bajado en un cinco por ciento las personas sin educación.

Pero sus resultados tienen otra cara y se ve en una caída del cinco por ciento de las personas con educación superior y como consecuencia una disminución significativa de los salarios. “Como este grupo gana proporcionalmente mucho más que los otros segmentos, al reducirlos caen los ingresos promedio en un 15 por ciento”, dice el investigador. Su cálculo es el siguiente: si hoy el sueldo promedio por individuo es de 501 mil pesos, en su universo paralelo sería 427 mil pesos.

Es decir, de acuerdo al estudio se produce un intercambio entre aumento de la igualdad y una caída en el salario promedio. Si eso es deseable o no, es una decisión más política o incluso valórica que económica.

El valor de la educación

Mauricio Reyes y Rosemarie Vettel se casaron hace 22 años. Se conocieron en el trabajo, él con un título técnico de modelaje industrial del Incacea y ella, de ingeniera comercial de la Universidad de Chile. Algo que pesó. “Cuando empezamos, fue un tema la diferencia educacional. De repente me sentía que no encajaba en las conversaciones de ella con sus compañeros de universidad. Salíamos a comer y quedaba colgando”, recuerda Reyes, quien a los 40 años también entró a estudiar a la Universidad Finis Terrae.

“Me ha tocado ver que las personas que entran a carreras de pregrado sobre los 40 años son las que tienen un cónyuge con título universitario”, explica Ana María Yévenes, directora del Centro de Estudios e Investigación sobre la Familia (CEIF) de esa universidad.

Para el sociólogo Juan Carlos Oyanedel, director de la Fundación Centro de Estudios Cuantitativos, este factor se explica porque al estudiar una carrera se aprende a hablar un “idioma”. “El proceso educativo te transforma, adoptas otros códigos. Por eso empiezas a hablar como abogado, sociólogo o economista, para entenderte mejor con tu nueva comunidad”, dice Oyanedel, agregando que “mientras más alto es el nivel educacional, más codificado es el lenguaje y más alta la probabilidad de emparejarse con alguien del mismo nivel educacional”.

En esto también tiene que ver el explosivo aumento de la educación superior. En 1990, el 13 por ciento de la población entre 18 y 24 años llegaba a ella, cifra que en  2009 alcanzó el 30 por ciento. Para probar el efecto que ese mayor acceso a estudios ha tenido sobre la homogamia educativa, Florencia Torche, comparó los últimos cuatro censos válidos (1970, 82, 92 y 2002) y descubrió que el emparejamiento selectivo aumentó en todos los periodos, especialmente en 2002.

Oyanedel cree que los distintos mundos han extremado sus barreras. “Ahora lo que tienes es que las personas sin educación no tienen otra opción: se tienen que casar entre ellos. La educación ya no es un elemento de selección, sino más bien de exclusión social”, explica el sociólogo, quien agrega que es posible que eso se siga agudizando y para las personas que no tienen estudios sea cada vez más difícil romper el círculo y emparejarse con alguien con otro nivel educacional. “La distinción ya no va a ser por tener educación superior, sino que por tener estudios de postgrado o por las características institucionales. Habrá una homogamia más alta entre la gente de la Chile y la Católica, por ejemplo”, augura Oyanedel.

En el estudio del CEP se ve que en el último tiempo los grupos con educación superior se han abierto más a casarse con gente que no tiene el mismo nivel educacional y en las últimas dos décadas las parejas en que ambos son profesionales cayeron en un 42 por ciento. Pero, a la vez, aquellos en que ninguno de los dos tiene estudios crecieron en la misma proporción.

Otro hito en este proceso ocurrió en 2008, año en que las mujeres matriculadas en pregrado superaron a los hombres rompiendo de paso la equidad en el mercado marital de los universitarios. Torche explica que esta es una tendencia mundial frente a la cual las mujeres tienen caminos: emparejarse con tipos con menor nivel educacional o simplemente quedarse solteras, opción que era la más común en Estados Unidos en décadas como los 60, 70 u 80. Para hacerse una idea, hoy en Chile las mujeres duplican a los hombres en estudios de postítulo: 16.521 frente a 7.481.

Todo esto presiona por cambios en las costumbres. “Que un hombre se casara con una mujer con mayor educación estaba un poco estigmatizado, pero en la medida que cambian los patrones culturales el que hayan parejas así se ha vuelto una opción más prevalente y menos estigmatizada”, explica la socióloga de NYU.

A la hora de proyectar qué pasará en el futuro, Rubio es optimista: “En las próximas generaciones va a haber una caída en la desigualdad, un aumento en los ingresos y en los niveles educacionales”. Eso sería producto del incremento de los chilenos con educación superior: “Muchos de nuestros padres no tenían educación, y eso bajaba mucho los índices, pero hoy hay mucha más gente que tiene educación superior”. Y ya se sabe, a más progenitores profesionales, más probabilidades de que los hijos tengan un cartón.

Sandra Román y Francisco Arriagada

En 1991, trabajaban en la mina El Teniente. Él era ingeniero civil y ella había llegado sólo hasta segundo medio en su liceo de Rengo. Ahí se conocieron, se casaron, se cambiaron de zona y mientras él trabajaba, ella se hacía cargo de la casa y lideraba proyectos sociales, como un hogar de menores que fundaron en Punta Arenas. “En regiones siempre pude desarrollar proyectos y relacionarme con las autoridades, pero cuando llegué a Santiago toqué puertas y no se me abrió ninguna porque no tenía un título”, recuerda Sandra. Cuando rondaba los 40, por el trabajo de Francisco, se instalaron en Lima, donde le resultó más fácil decidirse a terminar sus estudios. De vuelta en Chile, a los 43 años, entró a la carrera de Ciencias de la Familia en la Universidad Finis Terrae. Hoy prepara su tesis y trabaja en el diplomado de Niños y Políticas Públicas de la Universidad de Chile.

El principal cambio que eso le ha traído es la relación con sus tres hijas.  “Es muy gratificante poder responderles. Me acuerdo cuando estaban en el colegio, me preguntaban cosas y no podía hacerlo. Era muy frustrante”, concluye Román.

Mauricio Reyes y  Rosemarie Vettel

Se conocieron en el trabajo, ella era ingeniera comercial de la Universidad de Chile y él, técnico de modelaje industrial del Incacea. “Hay un tema social un poco fuerte respecto a las diferencias educacionales. Para nosotros fue un tema casarnos, hacer pareja y familia”, reconoce Reyes. En esos años llegaron a un acuerdo: Rosemarie, que tenía mejor renta, se abocaría más al trabajo y él se enfocaría más en los hijos. “Al largo plazo te das cuenta de que con esto hay un desgaste para la pareja, porque socialmente te hacen ver que esa parte en lo financiero a lo mejor la debías haber llevado tú”, dice Reyes.

Llegando a los 40 quiso estudiar Ciencias de la Familia en la Universidad Finis Terrae. “Entré porque el negocio que tenía se estaba yendo a las pailas y porque mi hijo menor, Lukas, nació con una discapacidad, entonces me di cuenta de que tenía que reinventarme”, explica. Hoy trabaja en la Cámara Chileno Alemana de Comercio (Camchal), donde es asesor de proyectos.

Jorge Leiva y María José Pérez

Se conocieron en 2012 por amigos en común. Él era técnico de ingeniería en gestión de negocios y ella era magíster en ingeniería civil de la UC y se preparaba para partir a estudiar Management Science and Engineering a la Universidad de Columbia. Él dice que la diferencia de niveles de estudio no fue importante. “Al contrario. Más que un conflicto era admiración por todo lo que ella ha logrado con esfuerzo”. Mientras ella estaba afuera, él se quedó acá y se puso a estudiar en las noches ingeniería comercial. “Ella me motivó, pensé que mis esfuerzo darían frutos, así como los tenía ella por el suyo”, dice Leiva, quien ya se tituló y ahora trabaja en una empresa de tecnología.

Fuente: http://www.latercera.com/noticia/tendencias/2016/06/659-683521-9-la-maldicion-de-que-cada-oveja-tenga-su-pareja.shtml

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La cientificidad y el género (mujer y hombre)

Source: La cientificidad y el género (mujer y hombre) Publicado el 8 de junio del 2016

La cientificidad y el género (mujer y hombre)

8 de junio de 2016

Soraya Margarita Yaracuna González de Abreu. Directora de la fundación San Benito, Para Prevenir, Orientar y Educar sobre el Embarazo Temprano. Los Teques, Venezuela. IBERCIENCIA. Comunidad de Educadores para la Cultura Científica
A continuación, dejó entrever que si bien es importante resaltar el valor de la mujer en el desempeño de las ciencias, en el arte de motivar, los géneros tiene igual capacidad de atraer hacia la cientificidad a las nuevas mentes creadoras e investigadoras que se forman de alguna manera con el entusiasmo y ejemplo de científicos en todos los ámbitos de la racionalidad.

Para comenzar a redactar esta nota, me permití no hablar de la mujer científica, o de cómo se desempeña la mujer en las ciencias , o de la valoración de la mujer como científica en el mundo, se preguntarán quienes leen estas líneas el ¿por qué? . Pues bien, a estas alturas del siglo XXI , con todos los avances y evoluciones de nuestras sociedades considero que se debe reconocer la labor de la mujer , sin duda, pero no admito que se honre, distinga o valore ni a la mujer, ni al hombre, por su condición de género, a cada uno por su lado. En mi opinión que no tiene nada que ver con religión, pero si desde el enfoque antidiscriminatorio y equidad de género, mal se puede pretender comparaciones de eficacia o de óptimo rendimiento entre mujeres y hombres científicos.

Quiero destacar, que la cientificidad en la cual quiero equiparar a hombre y mujer , pues siendo ambos humanos, con el poder más grande que esa cualidad le sobreviene a todas las demás especies que habitan sobre la Tierra ; poseen capacidades tan idénticas o comunes, que el carácter de un método científico no les permite establecer entre ellos muchas diferencias, por lo contrario les aproxima en cualidades cognitivas. Pero esos conocimientos no solo se desempeñan o valorizan en el ámbito académico, el saber tradicional, el que se transmite por transmisión oral, el que se valora por las comunidades por su simbología y axiología. El que reafirma el concepto de identidad, de pertenencia de arraigo… el que permite que la memoria perdure en su narrar histórico. El que nutre las conciencias ciudadanas y les permite hibridar o sacrificar en algún momento lo propio por lo nuestro, y con ese tipo de resistencia propiciar la comprensión de saberes compartidos , pudiendo originarse en la herencia ancestral como en la realidad actual.

Pudiera decirse que fenotípicamente hombre y mujer son diferentes, por su anatomía con varias características de órganos o sistemas funcionales que les asignan un rol estipulado en la sociedad que conforman. Algunas de estas sociedades delimitan, discriminan, etiquetan, las funciones de cada uno. Esto ha sido así, y se ha registrado en la historia, no sin dejar de reconocer la forma de enfocar el rol social de la mujer y en contraposición el del hombre . Al mismo tiempo puede acotarse que genéticamente sus funciones son propias de sus géneros, de allí que la mujer se embarace y alumbre mientras que el hombre engendre y ayude en la crianza.

Lo dicho anteriormente, es lo común que se pudiera decir de ambos individuos, en cada una de nuestras comunidades sociales. Por lo que infiero muy a lo método científico, que es la sociedad la que interviene en su rol principal de modeladora y conductora de lo que el resto debe opinar o actuar, según esos patrones que se le imponen.

En el caso de la mujer y el hombre venezolanos que practican la rigurosidad del método científico, como en cualquier país del planeta, ambos pueden reconocerse y valorar en sus disciplinas. En cualquier ámbito de la racionalidad, bien sea el académico o en el de los saberes populares. Del mismo modo que su actuación puede generar suficiente inspiración para que las nuevas generaciones se introduzcan en el mundo de la cientificidad aprovechando los saberes populares y los conocimientos académicos.

Si relaciono la forma de proyectar la ciencia, de esas mujeres con un excelente desempeño para interesar hacia las vocaciones, hacia la praxis del saber y la racionalidad, asumo que el rol del hombre ha variado en la forma de aceptar y tolerar la presencia femenina en las aulas de aprendizaje, hasta el punto de compartir saberes y experiencias epistemológicas.

A nivel internacional se conocieron casos como los de María Salomea Skłodowska-Curie, quien fue de alguna manera la compañera científica ideal de su esposo, el también celebre científico Pierre Curie. Llegando a convertirse en la primera mujer en ejercer la docencia en la universidad de la Soborna en París y primera en recibir 2 premios nobeles en 2 disciplinas: la química y la física.

O el caso de la insigne pedagoga María Montessori primera mujer en obtener el grado de médico en Italia, sobreponiéndose a cualquier cantidad de prejuicios ideológicos políticos y de conductas sociales de la época.

Muchas mujeres puedo nombrar en este pliego, que me motivan siempre a hacer ciencia, la primera fue mi abuela materna que sin tener gran preparación académica poseía al igual que mi suegra, y acotó, no creo que fuera casualidad , pues ambas llevaban por nombre Ana, estas dos grandes matronas , forjadoras de valores familiares manejaban los métodos cuantitativos, hermenéuticos, cualitativos y hasta la teoría emergente, todos estos sin ser aún determinantes en la aplicación de las ciencias , tanto las exactas como las sociales. Lo cierto es… y les invito a todos los que me leen que me contradigan si es o no cierto, lo que dice una canción célebre en Venezuela que dice esto en su “Coro” “Mi abuela nunca aprendió lo que es la Geometría. (bis) Pero una arepa en sus manos redondita le salía. .(bis) Pero una arepa en sus manos redondita le salía “. Cada uno de nosotros integrantes de esta gran comunidad de maestros recibimos el estímulo de cada una de nuestras madres para ser artífices de ciencia , ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué? …

Pues quiero ser portavoz de algunos de ustedes , mi madre en lo particular no culminó estudios académicos, sin embargo, sus tipos de inteligencias múltiples las desarrolló una a una, a medida que fue creciendo como persona, fue pragmática y ontológicamente su ser predicó el amor al prójimo , supo ayudar al vecino , al compañero de labores, al mendigo, curó una escara, limpio heridas , ayudó a cuidar enfermos en sus lechos agonizantes y esto es más que hacer ciencia, es demostrar hipótesis de humanismo y de sensibilidad extrema.

En ese andar peregrino que nos asigna la vida, hay caminos, arrieros, posadas, y tropiezos pero hay maestros como el del jardín del amado :

“Señor, he oído decir que eres un maestro en el arte del Amor, y deseo, sobre todas las cosas, llegar a serlo yo también. Me pregunto si, por caridad, tomarías de aprendiz a uno tan ignorante e inexperto como yo. De buen grado te pagaría lo que me pidieses por aceptarme, pues soy rico en la manera en que los hombres entienden por riqueza”. Pp 4.

Ahora de este lado del ordenador, con algo de nostalgia, evocó momentos donde se pierde la pasión por la metodología y quieres abrazar a ese ser que ya no está y que te enseño tanto … familia y maestras como Águeda de Prieto entre las que mi mente puede retener en justicia de mérito. “Y donde el amor es la base de toda realidad que se pueda construir, el arma de toda lucha y la mejor estrategia para vencer lo que obstaculiza las metas “

Estas mujeres motivadoras hacia el hacer ciencia, desde una receta de conservas o dulces de coco, con ese toque afrodescendiente, el ceviche de pescado crudo con su toque del ají dulce, el cadencioso baile de tambor, la gaita de mi natal Maracaibo y todo aquello que trae a la memoria, especias como: el clavo de olor y la canela de orígenes ancestrales en la gastronomía , pero que siguen un metódico procedimiento en su aplicación que garantiza la enseñanza o estrategia adecuada para lograr el producto deseado.

Es aquí donde enlazó nuevamente el discurso hacia la cientificidad y el género (mujer y hombre). Porque tal motivación en mi caso particular emana de mujeres, sin menospreciar el esfuerzo de la mujer venezolana por involucrarse al claustro académico, para lo cual había como en muchas localidades del mundo, prejuicios dejos de desiguialdad. Tal como se evidencia en la biografía de la primer doctora egresada de la universidad Central de Venezuela: Sara Bendahan .

Sin embargo siento que los hombres presentes en el contexto de crianza y desarrollo de quien escribe, por ejemplo debo mencionar con la misma intensidad y entusiasmo alegórico al leer sobre la vida de los tres grandes filósofos: Platón, Sócrates y Aristóteles. Así mismo, la de otros tantos como lo fueron Tales de Mileto, Jesús de Nazaret, Leonardo Davinci, quien junto a Miguel Angel Buonarotti, escrudiñaban en los ya cadavéricos cuerpos a fin de determinar cada músculo, vena , arteria y órgano que les conformaban, para transmitir ciencia a través de las Bellas Artes … Luego en esa secuencia cronológica se devela ante mí la presencia más importante e influyente hacia mi vocación por la ciencias como lo fue el científico que me conduce a la relatividad de la existencia y me facilita la transición hacia lo cuántico, hablo y refiero al Sr Albert Einstein. Quien a mi parecer es el causante de muchas acciones derivadas de sus descubrimientos científicos a tal punto que se mantenga presente en la memoria de las generaciones actuales.

Es importante señalar que a nivel nacional (Venezuela) encontramos destacados científicos. Quiero mencionar al destacado Humberto Fernández Moran, inventor del bisturí de diamante y mi coterráneo. Que fue reconocido en 1967, en los Estados Unidos, donde se le postula al premio Nobel por este invento, el cual no aceptó, ya que se le exigía renunciar a la nacionalidad venezolana , ocasionando derivado de esta causa un gran regocijo en la comunidad local.

El hecho anterior, fue motivo de que se transmitiera a esas generaciones siguientes, pero es necesario y justo destacar a la rigurosa disciplina de mi padre militar, el que extendía esos argumentos que son de verdad funcionales a la hora de hacer ciencias.

Del mismo modo, los vecinos , padrinos y compañeros de trabajo de esos hombres integrantes del medio familiar, con sus procederes y sus explicaciones oportunas, su paciencia hacia las interrogantes planteadas y las soluciones a la problemática.

Por todo lo antes expuesto concluyo, que si bien es cierto que las mujeres pueden ser ejemplo y motivación para el ejercicio de la ciencias, los hombres a la par pueden complementar estas acciones o viceversa , no debe separarse el rol de los géneros en cuanto a ejemplificar quien podría ser la mejor motivación hacia las ciencias para las generaciones actuales y futuras. Lo importante en mi percepción seria que las cientificidad sea integral, holística e involucre todos los saberes , partiendo de la premisa que “todos aprendemos de todos” y “todos enseñamos algo al otro“. Con la esperanza de que este pequeño documento motive no solo a los que lo lean sino a la prolongación del compartir en esta comunidad de educadores.

Collage: elaborado por Itzeliz Valentina Puche Abreu con imágenes extraídas de páginas de la web.

Gualberto Ibarreto
Que iba a saber mi abuela de Ciencia y de Medicina.
Si mi abuela se pasaba todo el día en la cocina. (bis)
Que iba a saber mi abuela la tabla de dividir Si mi abuela nos decía lo mejor es compartir. (bis)
Coro
Mi abuela nunca aprendió lo que es la Geometría. (bis)
Pero una arepa en sus manos redondita le salía. .(bis)
Que iba a saber mi abuela las reglas del Castellano .Si mi abuela se paraba a bregar desde temprano. (bis)
Que iba a saber mi abuela de Maniquiur y Pediquiur. Si mi abuela se bañaba siempre con jabón azul. (bis)
Coro
Mi abuela nunca aprendió lo que es la Geometría. (bis)
Pero una arepa en sus manos redondita le salía. .(bis)
Que iba a saber mi abuela lo que era una Servidumbre .Si mi abuela siempre estuvo contra esa mala costumbre. (bis)
Que iba a saber mi abuela de esa moda tan fatal. Si mi abuela remendaba con aguja y con dedal. (bis)
Coro
Mi abuela nunca aprendió lo que es la Geometría. (bis)
Pero una arepa en sus manos redondita le salía. .(bis)
Que iba a saber mi abuela de política barata.
Si mi abuela no ofrecía para no meter la pata. (bis)
Que iba a saber mi abuela y ni se lo imaginaba. Que este mundo no es el mundo que para sus nietos soñaba. (bis)
Coro
Mi abuela nunca aprendió lo que es la Geometría. (bis)
Pero una arepa en sus manos redondita le salía. .(bis)
Fuente: musica.com Letra añadida por Rafaelh

http://www.lasverdadesdemiguel.net/edicion-529-mujeres-venezolanas-destacadas-en-la-investigacion-cientfica/ http://www.musica.com/letras.asp?letra=1842751

Gualberto Ibarreto canta autor venezolano cumanés. Autor e intérprete de esta canción

El jardín del amado de Robert .E .Way (1976)

 

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My heart is broken over the death of Muhammad Ali

My heart is broken over the death of Muhammad Ali, who was a hero for those of us raised in the sixties and for whom he modeled that poetic dialectic between the body and a notion of resistance. For my working class generation, the body was all we had–a site of danger, hope, possibility, confusion, and dread–he elevated that understanding into the political realm by mediating those working class concerns into a brave and courageous understanding of politics as a site of resistance. He made it clear that resistance was a poetic act that was continually being written. He unsettled the racial order, protested the war, and danced in the ring like a butterfly–a master of wit, performance, and sheer courage. But outside of being the greatest boxer in the world, he sacrificed three and a half years of his career for the ideals in which he believed. He was not merely an icon of history, he helped to shape it. Ali had his flaws and his ridicule of Joe Frazier and his disowning of Malcolm X speak to those shortcomings, but Ali was not a god, he was simply flawed differently. It will be hard to find people like Ali in the future now that self interest and a pathological narcissism has taken over the culture in the age of casino capitalism. I will miss him and only hope his legacy will leave the traces of resistance that will inspire another generation. He was a champ in the most courageous sense who showed generations of working class kids how to talk back with dignity and grace.

Muhammad Ali: ‘What’s My Name?’

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