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Entrevista a Eva Morales. Cofundadora de Pedagogías Invisibles: «La escuela se tiene que desescolarizar a sí misma»

Entrevista/11 Julio 2019/Autor: Rodrigo Santodomingo/Fuente: El diario la educación

La mezcla de arte y educación trae ciertas fricciones y miradas suspicaces. Más cuando alguien como Eva Morales tiene claro que la lógica del sistema educativo, del XIX, ha de saltar poco menos que por los aires.

El proyecto germinó en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense. Varias alumnas de doctorado y la profesora María Acaso vieron un filón inagotable en vincular educación y arte contempornáneo. Al añadir el ingrediente de aprendizaje sin límites (dentro y fuera de la escuela, en nuestras relaciones con los otros, la naturaleza, nuestro cuerpo), cuajó Pedagogías Invisibles. El feminismo y la inclusión han aportado -durante casi una década de existencia- más sabor a una receta única.

Hablamos con Eva Morales, una de sus fundadoras, en una terraza del centro de Madrid. Por suerte para la grabación, aún pudimos disfrutar de un tráfico marginal.

Más que apostar por la transformación de las enseñanzas artísticas, se trata de inspirar un cambio global en educación a través del arte contemporáneo.

El arte es en sí mismo una práctica educativa. Nos habla sobre cómo es el mundo, nos muestra otra manera de mirarlo, nos ayuda a construir otros relatos. También nos ofrece maneras de transformar nuestra cotidianeidad a través de una reflexión crítica. Buscamos, además, contemporaneizar la educación, trabajar en el ahora. Desde una óptica metodológica, el arte contemporáneo aporta formatos como la instalación o la performance muy interesantes para abordar contenidos curriculares.

Una pregunta que supongo te habrán hecho muchas veces: ¿Ayuda el arte contemporáneo a que el alumno entienda su realidad cuando, para muchos, este peca precisamente de ser en exceso críptico? Quizá no sea más que una paradoja…

Nosotras vamos más al uso que al entendimiento de la práctica artística. Lo que nos interesa es que el alumno incorpore el pensamiento artístico -crítico, divergente- y una base de creatividad. Y que no sienta rechazo ante el extrañamiento. A veces, enfrentarnos a algo que no tiene los códigos con los que estamos acostumbrados a descifrar el mundo nos produce rechazo. Hay, por otra parte, mucho de mito en eso que comentas: todo el mundo puede entender el arte contemporáneo, sin necesidad de validar constantemente si lo que tiene ante sí es o no arte. Pero este tipo de debates, que no nos interesan, son irrelevantes para que unos chavales utilicen una instalación para aprender matemáticas. Y lo hagan mediante un enfoque experiencial y a través de la emoción, cuya ausencia mata el aprendizaje.

¿Coarta la pedagogía tradicional esa creatividad inherente a la infancia?

Históricamente la educación ha sido adultocéntrica, pensada para que la infancia se adapte al mundo adulto en sentido laboral, relacional…, y ha constreñido la naturaleza creativa propia del niño.

En tiempos de pensamiento único, parece también que todos los porqués de las primeras etapas de la vida están respondidos de antemano, que no hay espacio para ese cuestionamiento -como apuntabas, tan propio del arte- fuera de unos márgenes bien acotados.

Nos parece fundamental rescatar ese impulso constante de aprendizaje vital, de plantearnos dudas y cuestiones sobre nuestra propia vida, sobre lo que vemos, el sistema en el que estamos. Para nosotras, quizá por nuestra formación, el arte es el gran escenario, la gran plaza donde se activan esas conexiones que te hacen estar en permanente interrogante. Se suele decir que se anima al alumno a que pregunte, pero cuando lo hace, se le sanciona. También existe ese miedo al error, al fracaso. Y la práctica artística contemporanea se nutre precisamente del fracaso y del error.

Un miedo también muy vinculado a la falta de fomento de la expresión del alumno, en general, y oral en particular.

No estamos acostumbradas a dar opiniones o compartir reflexiones en un entorno educativo. Normalmente solo se valida la palabra del profesor, perpetuando unas relaciones de poder tan asociadas a esos miedos, también del docente ante la perspectiva de perder su estatus. Nos han educado en que no podemos desconocer, y en que es esa figura de poder la que ostenta el saber. La práctica artística colisiona con esas relaciones de poder y da voz (literal en el caso de las artes vivas y escénicas) al estudiante.

Buena parte del arte actual tiene un alto componente de experimentación. Todo es muy fugaz, poco permanece. También hay mucho de experimentación en la educación de hoy en día. ¿Debería haber más aun o quizá falte justo lo contrario, es decir, tiempos más largos, preguntarnos si todo lo nuevo es bueno per se? A diferencia del arte, en educación se experimenta con personas en pleno desarrollo.

Sin experimentación no avanzamos. Tenemos grandes retos sociales y la educación tiene que probar cosas nuevas si queremos ser capaces de abordarlos. Quizá muchos profesores prefieran pisar sobre seguro porque piensan que, a fin de cuentas, experimentan con seres humanos. Tampoco debemos obviar el hecho de que la experimentación (y más en concreto la innovación) son conceptos a los que se ha vaciado de contenido. En el mismo saco encontramos propuestas de hace 100 años. La cuestión de fondo es reconocer que el sistema educativo ha quedado obsoleto y que tiene que revisarse si no queremos estar abocados a un fracaso social, a un colapso.

¿Ves un paralelismo entre la actual resistencia al cambio educativo y la que en su momento sufrieron las vanguardias por parte de los sectores más academicistas?

El cambio siempre genera dudas, miedos, inseguridades. Necesitamos certezas para sentirnos seguras. Para nosotras, sin embargo, esa tierra inestable, ese territorio desconocido de las creadoras, pero también de los investigadores o de cualquier que se plantee ciertas preguntas, puede ser muy fertil. Como adultos que educamos, tenemos la responsabilidad de enfrentarnos a esos miedos, ver de dónde vienen, y ser valientes.

Volvamos al estatus del docente y la escuela como, respectivamente, figura y lugar educativos por antonomasia. ¿Amenaza vuestro reconocimiento sobre la omnipresencia del aprendizaje esos, digamos, privilegios históricos?

Si así lo sienten, que al menos sirva como revulsivo para que el profesor y la escuela se revisen, analicen lo que están haciendo y cómo lo están haciendo ante la constatación de que el aprendizaje sucede en cualquier momento y en cualquier lugar. La escuela ha de admitir que no es LA institución que tiene el poder del aprendizaje, que es un instrumento de aprendizaje pero no lo contiene. La escuela se tiene que desescolarizar a sí misma.

Supongo que resulta más facil valorar esas pedagogías invisibles desde una visión holística de la educación (el alumno como ciudadano o simplemente persona) que partiendo de una mirada más utilitarista (el alumno como futuro trabajador), que es la que parece que impera.

En realidad, incluso la innovación educativa, lo que se tiñe de novedoso va justificado por una lógica productivista neoliberal. Nuestra propuesta aspira a desarmar ese discurso en el que todo va dirgido a fabricar ingenieros, que también tiene su importancia, claro. De ahí el énfasis en la práctica, en las metodologías, porque cuando tú introduces el desarrollo de un pensamiento disruptivo real, los contenidos legislados desde arriba ya no tienen tanta importancia.

Parece que la educación reglada vive en los últimos tiempos en un tira y afloja. De un lado, cierta autonomía docente, tímida promoción del cambio metodológico… Y del otro, quizá por el temor a una excesiva pérdida de control, más evaluación externa, más inspección, estándares de aprendizaje milimétricamente definidos.

Es bueno buscar aliadas en esos mecanismos de control diseñados desde arriba. Y si no las hay, habrá que hackear, encontrar resquicios, grietas, siempre desde una actitud de compromiso social. Si nos quieren llevar a un cataclismo, tendremos que encontrar formas de resistencia.

¿Hasta qué punto debemos relativizar los aprendizajes? Por poner un ejemplo algo provocador, ¿vale lo mismo lo que un chaval aprende en el instituto en un proyecto interdisciplinar sobre los totalitarismos, que lo que aprende con sus colegas fumando porros en el parque?

Yo no plantearía ninguna jerarquía. La que ahora existe está pactada de manera política. ¿Hay alguna jerarquía en nuestro organismo o en cuanto al sostenimiento de la vida? Es tan importante que un alumno aprenda a ser autosuficiente, a cuidarse o a relacionarse, a que aprenda una fórmula matemática o a construir un puente. La escuela se ha hecho con el poder certificando aprendizajes «válidos» que siguen alimentando esa rueda que nos conduce al abismo. Desde una perspectiva ecológica, habla de la Tierra como si ésta tuviera recursos ilimitados. En los libros de texto de mi hijo aparece una granja con todos sus animalitos felices, y eso no existe. No enseñamos que el sistema alimenticio o de transportes está colapsando el planeta. La escuela debería cuestionarse cuáles son esos aprendizajes que está validando y por qué. Y abrirse a otros. ¿Cuáles? Nosotras no tenemos la respuesta, pero intentamos fomentar el debate, abrir el melón.

¿Ves factible que se legisle y se tomen medidas para que la escuela enseñe, por ejemplo, a consumir menos?

Ahí está la lucha. Si no tenemos dirigentes que inicien esos cambios, los tendremos que iniciar nosotras. Y lo cierto es que, aunque existieran esos dirigentes, no podemos obviar la presión en contra que ejercería el poder económico.

Apostáis por echar abajo la escuela de corte industrial y sus compartimentos estancos: edades, asignaturas, espacios… ¿Hay algo que merezca la pena conservar?

Creo que no. Ahora todo está targetizado, cerrado, y hay que romper barreras. Hicimos una investigación -en colaboración con Yayo Herrero, VIC (Vivero de Iniciativas Ciudadanas) y FUHEM- sobre un espacio de educación ecofeminista que llamamos «aulo». Al cambiar la arquitectura tradicional de aula, con la pizarra como eje, todas las dinámicas y metodologías cambiaban. Desarrollamos prototipos de experimentación delimitando el espacio sin paredes, solo mediante cintas. Hay otras iniciativas (las bosque-escuelas, el Padre Piquer en Madrid, los jesuitas en Cataluña…) que también están dinamitando con ideas concretas el aula tradicional.

Otro de vuestros núcleos de acción es el afán por insuflar feminismo en la escuela. ¿Perduran tantas inercias machistas o patriarcales en una profesión tan feminizada? Y si así es, ¿cómo es posible?

Nos lo preguntamos a menudo. Pienso que tenemos el patriarcado inserto en la médula, por muy feminista que una se considere. Hay que revisar el sistema educativo de arriba abajo. Las metodologías jerárquicas, competitivas…, son prácticas patriarcales, de sistema de poder. Buenos y malos, fuertes y débiles. Todo eso es patriarcado.

Alguien podría interpretar tus palabras como si esas características del patriarcado correspondieran a una forma de ver el mundo inherentemente masculina.

No. El patriarcado impone un modelo de masculinidad que también debería estar en crisis. A los hombres se os bombardea, también en la escuela, sobre cómo tenéis que ser y vivir de acuerdo a una figura social predeterminada. Pero la revisión de la masculinidad, por ejemplo el rechazo a la vulnerabilidad que se os inculca desde pequeños, os corresponde a vosotros.

Fuente e imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/07/09/la-escuela-se-tiene-que-desescolarizar-a-si-misma/

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Entrevista a Mercedes Mateo: «El diploma universitario se está quedando obsoleto”

Entrevista/11 Julio 2019/Autor: Juan David Olmos/Fuente: Semana

La educación del futuro requiere enfoques innovadores para reconocer mejor las habilidades de las personas y las competencias que necesita el mundo laboral. Entrevista con Mercedes Mateo, especialista en educación del BID.

Por las dinámicas actuales del mundo laboral, una persona que sale hoy de la universidad tendrá, en promedio, 15 empleos distintos en su vida. Eso quiere decir que cada tres o cuatro años, más o menos, deberá reinventarse, actualizar sus competencias y adaptarse a las exigencias de un mundo cambiante. Pero, para eso, es importante que el sistema educativo sea más ágil, asequible y pertinente de lo que es hoy en día.

Semana Educación habló con Mercedes Mateo, especialista de la división de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo y una de los speakers en la próxima Cumbre Líderes por la Educación, sobre cómo debe enfocarse la inversión en el sector, de cara a un futuro laboral en el que lo único constante va a ser el cambio.

SEMANA EDUCACIÓN (S. E.): ¿Qué habilidades debemos desarrollar en América Latina para prepararnos para un futuro incierto?

Mercedes mateo (M. M.): Para que los individuos puedan responder a los requisitos del siglo XXI, necesitamos equiparlos con un conjunto de habilidades que nosotros llamamos fundacionales. Es decir, aptitudes que no solo les van a ayudar a competir en el mercado laboral, sino a crecer y a adquirir mayores niveles de bienestar. Estas son las habilidades llamadas blandas como trabajo en equipo, comunicación, creatividad, pensamiento crítico, resolución de problemas, aprender a aprender, resiliencia, tolerancia y empatía.

S. E.: ¿Y las estamos enseñando?

M. M.: Según un informe de Manpower Group, 50 % de las empresas en América Latina no encuentra la mano de obra con las habilidades que necesita. Esta región no solo es la más desigual del mundo en términos económicos, sino también donde la brecha de talento es más grande. Por eso, hay un desafío importante para los sistemas educativos de reajustarse, de tal manera que puedan entregar a los individuos las herramientas para aprender a aprender.

S. E.: En la Cumbre va a hablarnos de los resultados del estudio ‘El futuro ya está aquí’, que saldrá en los próximos meses. ¿Qué nos puede adelantar de este?

M. M.: Parte del estudio es un sondeo que hicimos con gente de la región para entender los temas que le preocupa sobre la formación profesional. El país donde más respuestas obtuvimos fue Colombia, lo cual le da una indicación de lo relevante que es este asunto en este momento en el país. Encontramos que en ningún grupo etario el diploma refleja las habilidades de una persona. Casi la totalidad de los individuos dice que no son representativos de lo que una persona es capaz de hacer. Por otro lado, la gente nos dice que está gastando recursos propios y acudiendo a plataformas digitales para formarse.

S. E.: ¿La gente está dejando de creer en los diplomas?

M. M.: Hemos estado reflexionando mucho sobre la relevancia del papel. En un mundo donde tienes que cambiar de orientación laboral de forma regular, donde nos vamos a tener que reinventar varias veces, en el que las empresas están buscando al que sabe hacer, no al que dice tener conocimiento, la pregunta es: ¿no se habrán quedado los títulos obsoletos? ¿Cómo podemos repensar formas de acreditar, no solo el conocimiento, sino el saber hacer, de manera que visualicemos las habilidades blandas y facilitemos la contratación o el emprendimiento? El mundo laboral está evolucionando más rápido que el sistema educativo y, por ejemplo, las empresas tecnológicas ya prefieren someter a sus candidatos a pruebas prácticas para que ellos mismos demuestren lo que pueden hacer, en lugar de mirar su currículo.

S. E.: ¿En qué se debería concentrar la inversión en educación en la región?

M. M.: En estas habilidades transversales (aunque sin descuidar las aptitudes básicas, respecto a las cuales los sistemas educativos de la región siguen teniendo grandes desafíos de calidad). ¿Cómo? Creo que deberíamos considerar cinco acciones concretas: la primera es repensar el sistema de formación continua, porque la gente no se puede graduar y dejar de aprender. Segundo, hay que aprovechar las posibilidades que ofrece la tecnología para facilitar el acceso a la educación y personalizar el aprendizaje. Tercero, el sistema tiene también que aprender a aprender, es decir, generar mucha más información sobre qué funciona. Cuarto, debemos usar más prácticas efectivas para desarrollar competencias del siglo XXI, como el aprendizaje basado en proyectos. Y, quinto, tenemos que repensar cómo reconocemos y acreditamos las habilidades, pues el título está quedando obsoleto.

S. E.: ¿Tenemos un sistema educativo, laboral y financiero que nos permita el aprendizaje a lo largo de la vida?

M. M.: Yo no creo que los modelos educativos tal como están diseñados estén listos para este desafío. Considero que el futuro va por un sistema educativo que se repiense y enfoque en habilidades básicas y fundacionales, que permitan al individuo desarrollar la capacidad de reinventarse muchas veces en la vida. Financieramente, creo que también debería haber una corresponsabilidad del sector privado con la formación de las personas. El sector público no tiene la capacidad de proveer todos los servicios que se requieren en este contexto. De hecho, ya muchas empresas lo hacen. La mayoría de los empleadores que nos respondieron dicen estar dispuestos a financiar las habilidades específicas de sus empleados… siempre y cuando estos lleguen con las habilidades transversales que necesitan.

S. E.: ¿O sea que debemos invertir más?

M. M.: Se lo pongo así: en un contexto en que las nuevas tecnologías van a estar desplazando gente que no tenga las habilidades necesarias, llega un punto en que vamos a tener que elegir entre acarrear con los costos de personas que han quedado fuera del sistema productivo o invertir en formar gente para que nunca sea desplazada de este. Entonces, sí: hay que invertir más en formación, porque son los trabajadores menos cualificados los que van a quedar desplazados en grandes números y de forma rápida por la disrupción tecnológica.

No se pierda la Cumbre Líderes por la Educación, el evento educativo de mayor relevancia a nivel nacional donde expertos nacionales e internacionales discutirán sobre el futuro de la educación en Colombia.

Imagen tomada de: https://static.iris.net.co/semana/upload/images/2019/7/4/621843_1.jp

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/entrevista-el-diploma-universitario-se-esta-quedando-obsoleto/621848

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Mercedes Viola: “Para transformar la práctica en el aula, tenemos que hacer una transformación cultural”

Por Fiorella Buzeta Carminatti /diaria.com.uy

Directora de la organización civil ProEdu.

Todo empezó con la fuerza del instinto maternal y luego se transformó en algo más abarcativo. ProEdu es un equipo pedagógico que se dedica a apoyar la inclusión de los niños, niñas y jóvenes en situación de discapacidad “en todos los niveles de la enseñanza”. Para conocer un poco mejor el proyecto, conversamos con Mercedes Viola, directora de la organización civil.

¿Por qué se creó ProEdu?

Al principio fue por una necesidad personal, porque mi hija nació con síndrome de Down. Además, yo estaba en el área de la educación; queríamos que Magda fuera a la misma escuela que sus hermanos y vimos que estaba difícil. Entonces tuve la necesidad de formarme para apoyar la inclusión. A partir de eso, con otro grupo de madres vimos que había muchas familias que se enfrentaban a las mismas barreras al momento de enviar a sus hijos a la escuela y decidimos armar ProEdu. En 2015 el foco era apoyar a las familias, sobre todo en el momento de llevar a sus hijos a la escuela. Previamente, yo lo hacía de modo informal, y el lanzamiento formal fue cuando Magda ya tenía 15 años. Me vengo formando desde que nació ella; me formé en educación inclusiva estudiando, tomando cursos y generando redes a nivel nacional, regional y global, para aprender qué se está haciendo en otros lugares. Al momento de escolarizar a tus hijos, te encontrás con un montón de barreras y los familiares no estamos preparados para argumentar porqué estamos convencidos de ciertas cosas. Porque mucha gente te quiere convencer de que lo mejor es que vaya a la especial u otro tipo de cosas.

¿Entonces el foco de ProEdu sería la inclusión en la escuela común?

Si, exactamente eso. Tratamos de promover el derecho que tienen todos los niños y niñas de ir a una escuela regular y no a la escuela especial, que genera un modelo de segregación. Las barreras más grandes que vemos es que los docentes nos dicen que no están preparados. Por eso, nos dedicamos a formar y a trabajar con las instituciones educativas y con los docentes en el proceso de formarse e irse transformando en culturas realmente inclusivas. A partir de eso, pertenecemos al grupo de trabajo de educación inclusiva, que es un grupo que nuclea organizaciones de personas con discapacidad o familiares de personas con discapacidad y organizaciones de Derechos Humanos, y desde ahí es un lugar más de incidencia política. También somos parte de una comisión de continuidad educativa del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), que nuclea a todos los subsistemas y también incluye al Programa Nacional de Discapacidad (Pronadis); nosotros participamos como sociedad civil.

En Uruguay, el 5,6% de los niños, niñas y adolescentes de 0 a 17 años se encuentra en situación de discapacidad (auditiva, física, intelectual o visual). De los 21 mil niños y niñas con discapacidad de entre 6 y 12 años, el 13% asiste a escuelas especiales —el 12% a escuelas del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP) y un 1% a colegios privados—, un 85% concurre a escuelas regulares, mientras que un 2% no asiste a ningún centro de enseñanza, según datos del censo de 2011.

¿Cuál es el rol de esa comisión?

Es un espacio para interactuar entre todos los subsistemas: Pronadis, INEFOP (Instituto Nacional de Empleo y Formación) y otras instituciones; junto a todos ellos estuvimos trabajando en el Protocolo de Actuación para la Inclusión. A su vez, pertenecemos a la Red Regional para la Educación Inclusiva que son de todos los países de la región y a Inclusión International como parte del sistema global. Esto sirve no sólo para tener un respaldo institucional sino también para compartir prácticas, intercambiar información y opiniones en la práctica.

¿Cómo viene funcionando esto en la realidad?

Por un lado, hemos avanzado mucho a nivel de discurso en relación con las respuestas a la pregunta: ¿qué quiere decir educación inclusiva? A pesar de que todavía hay mucha gente que cuando habla de educación inclusiva mantiene un paradigma de integración más que de inclusión. Porque estamos de acuerdo en que la inclusión significa la adecuación del sistema educativo, de la currícula y de la evaluación para que sea buena para todos y no que el niño o el joven se tenga que adecuar a lo que tengo.

O sea, a nivel de discurso se avanzó mucho y hay gente que habla desde modelo social o el paradigma de los DDHH pero a nivel de práctica no sé si no hay un pequeño retroceso porque nos encontramos ahora con muchos casos de niños en edad inicial que ya les están poniendo barreras cuando antes era como más inclusiva naturalmente la educación inicial. Ahora vemos que dicen “no puede venir el horario completo, tiene que venir con un asistente, que vaya y haga una escolaridad compartida” y estamos recibiendo situaciones de familias que nos llaman,que son casos muy tristes y familias que están peleándola mucho y la pregunta es: ¿si eso pasa en inicial qué va a pasar en primaria y secundaria?

Inclusión

Ana Verocai, titular de la Dirección Sectorial de Integración Educativa de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), expresó que la universalización del acceso a la educación media requiere el diseño de escenarios que aseguren la inclusión educativa y la continuidad. “Es importante la adaptabilidad, la disponibilidad y la accesibilidad de la oferta educativa a nivel de cada territorio entendiendo a estos tres elementos como claves para la inclusión”, señala.

¿Cómo procede ProEdu en esos casos?

Como dije, no trabajamos solos, trabajamos en red y con asociaciones, por ejemplo con la Asociación Down. Lo primero que hacemos es apoyar a la familia en cómo seguir sosteniendo los derechos de su hijo o hija. Y en los casos que corresponda, vamos a hablar a las escuelas, a los centros CAIF o a donde sea.

Si no se soluciona, los acompañamos a los lugares donde reclamar, aunque tampoco es algo que esté protocolizado. No hay un protocolo claro de a dónde ir: podés ir a Inspección o a la Institución Nacional de Derechos Humanos. Algunos lo han hecho, pero no sabemos cómo termina; estamos justo conversando con la Institución para saber qué pasa después de que se plantea un caso.

Igual ese debería ser siempre el último recurso, porque lo primero es tratar de que se incluya naturalmente. Ahora, desde ProEdu, estamos haciendo capacitaciones sobre el tema en todo el país, con un fondo de la ANII y con el apoyo Plan Ceibal. Capacitamos docentes en un taller sobre qué es la educación inclusiva, también hablamos sobre qué es el Derecho, la ética y en particular la ética de un educador. Luego, en un curso onlinesobre la plataforma Ceibal, hicimos un diseño universal para que el docente tenga una herramienta y la pueda aplicar en el aula. También queremos empezar talleres con las autoridades de las instituciones educativas.

¿La resistencia es mayor en la dirección de las escuelas o entre los propios docentes?

Yo creo que los docentes están preparados, hay barreras reales: a veces faltan recursos o los grupos son muy numerosos. Entonces, el problema no es el niño en situación de discapacidad que ingresa sino que tenés un grupo de 35 alumnos.

Si tenés que reclamar algo no es “sacame la inclusión” sino que querés un grupo más pequeño o un asistente de aula, pero no que ese niño venga con un asistente porque yo tengo un grupo de 35. Siempre el foco termina en el niño, niña o adolescente con discapacidad cuando en realidad el problema es que el grupo es numeroso.

Red Mandela

ANEP cuenta con proyectos de cooperación internacional que están en fase de implementación relacionados a las guías de UNESCO de 2017, que brindan herramientas para abordar la diversidad y las situaciones de discapacidad.

Otro proyecto, según Verocai, es extender la Red Mandela de UNICEF “que se está dando en educación inicial y primaria, hacia la educación media”. La Red de Escuelas Inclusivas Mandela lleva adelante estrategias de educación inclusiva desde el año 2014 y su objetivo es concientizar que la educación inclusiva es posible y promover sus aprendizajes para que otras escuelas inicien el mismo proceso y se integren a la Red.

¿Este proyecto de capacitar a la directiva quién lo apoya?

Estamos buscando recursos para llevarlo adelante. En verdad, es un proyecto que tenemos hace mucho tiempo pero estamos viendo cómo canalizarlo en base a las guías de UNESCO del profesor Mel Ainscow (de la universidad de Manchester) que nos va a apoyar en el diseño de este proyecto y que brinda conceptos sobre cómo transformar las culturas de las instituciones educativas. Para transformar la práctica en el aula, tenemos que hacer una transformación cultural. La transformación de la cultura te pone indicadores; por ejemplo: ¿se sienten todos/as los/as niños/as bienvenidos?; ¿por qué?

Lo legal no es mi fuerte pero sirve porque se sabe que existe y se ha llevado a diferentes escuelas. Pero la realidad es que, a pesar de los esfuerzos, nosotros hicimos un formulario el año pasado junto con el grupo de trabajo, la asociación Down y la FAU (Federáción de Autismo del Uruguay) para relevar datos de las experiencias. El 50% de los casos que han manifestado rechazos de ingresos a las escuelas son por casos de discapacidad.

¿A dónde van estos niños y niñas que son rechazados?

Muchas veces terminan en educación especial, en educación compartida y si no, a veces, hay niños de 3 años que están haciendo medio horario y la otra mitad del tiempo están con la familia en sus casas. Hace unos días, en un curso, nos encontramos con una mamá que tiene una hija de 13 años (es decir que hace años que viene en esto). Está sola y la tiene que llevar y traer a todos lados porque tiene una discapacidad motriz. Es terrible cómo la sociedad no se da cuenta de todo lo que pasa ese niño o ese joven, todo lo que pasa una familia y cuáles son las barreras que tiene que enfrentar. En vez de allanar el camino, son las personas a las que les ponemos más trabas y se la complicamos más. Porque hasta eso de tener una escolaridad compartida: ¿qué niño se puede incluir si está dos días acá y tres días allá? Imagínate, medio horario acá y medio allá y las familias moviéndose en el medio de todo eso.

Lo que sucede con la escuela compartida es que además el niño no tiene ninguna continuidad, no tiene un lugar de pertenencia del aprendizaje. No es lo mejor para ellos.

Algunas investigaciones argumentan que lo mejor para el niño o niña con discapacidad y para el resto de los niños es una educación inclusiva. Inclusiva de verdad. No es que simplemente lo tengo y está ahí en un rincón, sino que el docente que sabe trabajar con la diversidad es un mejor docente para todos. Para poder trabajar bien en inclusión tiene que ser un docente que sea rico en estrategias, que trabaje de manera colaborativa, sabiendo qué es lo mejor para cualquier niño.

En 2019, 1.137 estudiantes en situación de discapacidad migraron de la educación inicial hacia otras propuestas. Un 30% de estudiantes que egresan de educación especial se inscriben en la educación media de ANEP y un 70% eligen otras propuestas de continuidad educativa.

¿Y cuáles son los apoyos diferentes que se precisan en el aula para un niño o niña con discapacidad?

Nosotros trabajamos desde la idea que educación inclusiva significa educación para todos. Después hay apoyos que debes hacer, por ejemplo si es un niño con TEA (Trastorno del Espectro Autista) pero es algo a contra horario.

Otra cosa es si necesita cierta asistencia en el aula para cosas puntuales (eso ya tendría que ser de la dinámica de la institución educativa). Sucede que te piden un asistente personal en el aula y 1) Te lo piden muchas veces porque está creado el Sistema de Cuidados, aunque ese no sea su fin, porque no están formados como asistentes pedagógicos y 2) yo siempre digo que el asistente pedagógico debe estar creado para el docente y que este pueda ser apoyado para trabajar con todos pero no generarle al niño una dependencia de una persona.

Si lo necesita para ir al baño en un momento dado está bien, o en alguna situación particular, que haya momentos que por su discapacidad le cuesten más. También puede ser que el medio le resulte agresivo y necesite una contención. Allí está bien, pero después tenés que apuntar a que ese niño llegue a la autonomía. Por ejemplo, en discapacidad intelectual se trabaja mucho en adelantar los temas y generalmente esos niños tienen apoyo a contra horario, entonces con la psicopedagoga de apoyo puede trabajar los temas de las materias que van a dar y así cuando va a clase tiene el tema más digerido.

Instituciones

La Dirección Sectorial de Integración Educativa se creó en 2015. Tiene tres áreas de política educativa: 1) El sistema de protección de trayectorias educativas; 2) la inclusión educativa; 3) la ampliación del tiempo educativo.

ANEP cuenta con una mesa de trabajo interinstitucional integrada por cuatro subsistemas: educación inicial y primaria; educación técnico profesional; educación secundaria y formación en educación. Se trabaja con las áreas que están relacionadas con educación inclusiva, como la Dirección Sectorial de Jóvenes y Adultos, la Dirección de Derechos Humanos y la Dirección Sectorial de Integración Educativa de Codicen. El objetivo de la mesa es la continuidad educativa y llegar a acuerdos conceptuales sobre cómo trabajar la inclusión educativa.

Fuente: https://ladiaria.com.uy/articulo/2019/6/mercedes-viola-para-transformar-la-practica-en-el-aula-tenemos-que-hacer-una-transformacion-cultural/?_ga=2.82689622.1990768589.1562264765-90676065.1558396076

Imagen tomada de: http://fiis.org/wp-content/uploads/2016/10/Mercedes-Viola.jpg

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Entrevista a Pilar Vergara: “Hay un auge de problemas de aprendizaje debidos a problemas de visión por el uso de pantallas”

Entrevista/Autor: Adrian Cordellat/Fuente: El país

‘Tablets’ y teléfonos han ido conquistando poco a poco ámbitos como la educación y el ocio de los niños y niñas, exigiendo a la vista un esfuerzo añadido

Pilar Vergara es una de las ópticas españolas más influyentes en el ámbito de la terapia visual y la optometría comportamental, al que lleva dedicado más de un cuarto de siglo. En 2008 publicó Tanta inteligencia, tan poco rendimiento (Aurum Volatile), que fue el primer libro en español dirigido a padres y educadores sobre la relación entre la visión y los problemas de aprendizaje. Más de una década después, con motivo del lanzamiento de su cuarta edición, la optometrista ha realizado una exhaustiva revisión del libro para incluir en él “la explosión” en el campo científico relacionado con la visión que ha puesto “bases científicas para muchas de las actuaciones que se han ido realizando clínicamente dentro de la optometría comportamental durante las últimas tres décadas”.

En ese tiempo las pantallas han ido conquistando poco a poco ámbitos como la educación y el ocio de los niños y niñas, exigiendo a la visión un esfuerzo añadido para la visión próxima, algo para la que no está genéticamente preparada. No en vano, durante miles de años lo habitual en el ser humano fue el uso de la visión lejana. Las consecuencias de ello, avisa la experta, ya se están viendo, como demuestra el auge en los casos de miopía y de estrés visual entre los pequeños.

PREGUNTA. ¿Por qué algunos niños con una inteligencia normal o por encima de lo normal fracasan en el colegio? Con esa pregunta arranca el prólogo del libro y a mí me gustaría trasladársela de vuelta para ver si puede darme una respuesta breve, entiendo que muy enfocada a la visión.

RESPUESTA. La ciencia ha demostrado que nuestros cerebros son visuales. Entre el 65% y el 70% de la información que entra a nuestro cerebro es visual. Por tanto, si nuestra visión no funciona óptimamente, nuestro cerebro no funciona óptimamente.

Dicho esto, hay diferentes razones por las que un niño puede fracasar académicamente, pero una de las principales razones es cuando los problemas visuales no son diagnosticados adecuadamente en habilidades específicas que son cruciales para el aprendizaje. Los niños que tienen estos problemas tendrán síntomas o comportamientos como perderse al leer, usar el dedo para leer, que se le muevan las palabras en la página, dolor de ojos o dolor de cabeza al finalizar la jornada académica, entre otros.

P. En la pregunta anterior he utilizado a propósito el término visión, porque usted incide en la necesidad de diferenciar entre vista y visión. ¿Cuál es la diferencia entre ambas?

R. La vista es la habilidad de ver claro a seis metros de distancia. La visión es la habilidad para coger, procesar e interpretar de forma eficiente lo que vemos.

P. Así que podemos tener un hijo con buena vista, pero incapaz de procesar e interpretar correctamente aquello que ve.

R. Exacto.

P. Usted ofrece datos (de EE UU) absolutamente llamativos, como que al menos entre el 35 y 40% de los niños con problemas de aprendizaje tienen problemas visuales. A pesar de ello, sin embargo, dice que le asombra que cuando habla de ellos en colegios o gabinetes profesionales le miran como si estuviese diciendo “que en la luna hay vida”. ¿Falta conciencia, tanto a nivel médico como en lo social, de la importancia de la visión en el aprendizaje?

R. No es falta de conciencia, es de entendimiento. Se sigue pensando solo en la vista y, por tanto, o ves claro o no ves, en cuyo caso se concluye que tu visión es buena o mala en función de ese único criterio, así que te ponen gafas para ver más claro si ves borroso y con eso se da por entendido que ya no hay ningún problema visual.

El problema es que vista y visión, como comentábamos antes, no son sinónimos, y un examen visual donde solo se mire la agudeza visual de lejos es un examen incompleto porque no evalúa necesariamente las habilidades visuales y visoperceptivas cruciales para el niño en una clase. Son exámenes no adecuados a nuestras demandas visuales de hoy en día.

P. En ese sentido precisamente me ha sorprendido cuando comenta que realmente estamos exigiendo a la visión cosas para las que no está preparada. Durante miles de años el ser humano utilizó principalmente la visión lejana (para cazar y huir). Sin embargo, hoy nos pasamos el día usando la visión contraria, la próxima (lectura, deberes, colegio, ordenadores, tabletas, televisión). ¿Qué consecuencias tiene esto para la visión?

R. Te puedo decir que la consecuencia más inmediata que ya se ha visto es el aumento de la miopía. Y otra consecuencia es el auge de los problemas de aprendizaje debidos a problemas de visión por ese exceso de horas en cerca, en una situación en la que el sistema visual no puede permanecer de forma óptima durante tanto tiempo.

P. Es que los niños de hoy, a consecuencia de las nuevas tecnologías, usan aún más si cabe esta visión próxima. ¿Existen algunas pautas o recomendaciones para padres para reducir en lo posible el impacto que estas nuevas tecnologías pueden tener en la visión de sus hijos?

R. La principal es controlar el tiempo que pasan los niños con las pantallas y la edad a la que les ofrecemos esas pantallas. Algunos padres no tienen conciencia de lo perjudicial que puede ser, no solo a nivel visual, sino en muchos otros aspectos, darles las pantallas a los bebes.

P. Para terminar me gustaría hablar sobre el estrés. Dice que en sus 30 años en la profesión ha visto a muchos niños con problemas visuales causados por el estrés. Entre las causas de ese estrés, cita la académica.

R. Es que muchos niños apenas juegan hoy al aire libre. Además de las clases tienen las extraescolares y los deberes. ¡Muchos tienen jornadas laborales tan largas como las de un adulto! Se pasan todo el día mirando de cerca y en dos dimensiones, cuando el sistema visual no está preparado para estar así tantas horas

P. ¿Cómo se manifiesta este estrés en la visión?

R. Aparecen múltiples problemas. A veces en forma de síntomas como dolor de cabeza o de ojos. Otras veces en forma rechazo a la lectura y a las actividades de cerca. Muchos de estos niños son etiquetados como vagos o tontos. Sin embargo, cuando les atiendes encuentras todo tipo de problemas: desde visión doble en cerca, hasta borrosidad intermitente, pasando por fatiga visual.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/06/26/mamas_papas/1561555210_932244.html

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“Las emociones son un programa cerebral diseñado para aprender”

Por: Laura Román.

 

Además de neuropsicólogo y doctor en Psicología, Álvaro Bilbao es autor del libro ‘El cerebro del niño explicado a los padres’, en el que ofrece claves para ayudar a los estudiantes a desarrollar su potencial intelectual y emocional. En esta entrevista también da algunas pistas para entender el cerebro del niño y la implicación de las emociones en su desarrollo.

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao analiza en sus libros -’Cuida tu cerebro’, ‘El cerebro del niño explicado a los padres’ y ‘Todos a la cama’- la actividad cerebral tanto en adultos como en niños. En el caso de los estudiantes, considera que las emociones son esenciales en su desarrollo cerebral. En esta entrevista explica cómo potenciar las habilidades de los alumnos en el aula y de qué forma sentirse bien con ellos mismos utilizando una única herramienta: su propio cerebro.

¿Cómo afectan las emociones al cerebro del niño?

El cerebro del niño está mucho más influido por las emociones que el de los adultos porque todavía no tiene tan desarrollada su parte racional. En este sentido son claves para todos los procesos de aprendizaje y que le ayudarán a sobrevivir en la vida. En realidad, las emociones son un programa cerebral diseñado precisamente para aprender. Esa es su principal función.

Emociones

¿De qué manera influyen las emociones en la personalidad de un estudiante cuando se trata de salir de su zona de confort?

Depende. Si el estudiante es forzado a salir de la zona de confort posiblemente sienta miedo, se active su amígdala y entonces el proceso de aprendizaje queda prácticamente bloqueado ya que el cortisol, la hormona que se libera con altos niveles de estrés, dificulta la creación de nuevas sinapsis. Sin embargo, si la motivación es intrínseca y es el propio alumno el que busca expandir su conocimiento, entonces se activan regiones frontales asociadas con el descubrimiento, la iniciativa y la responsabilidad. En estos casos el aprendizaje se potencia enormemente.

La forma de intervenir en la creatividad del estudiante es dejarle hacer… y no tanto opinar o poner nota”

En su libro, ‘El cerebro del niño explicado a los padres’, comenta que un niño es como un árbol. ¿Podría explicar esta metáfora?

Todos los seres vivos tenemos el potencial de desarrollarnos plenamente y alcanzar nuestras potencialidades. Un canguro cuando salta, un león cuando caza o un majestuoso roble son ejemplos de ello. En el caso de los seres humanos tenemos programado, además del instinto de buscar la felicidad, el de crear vínculos sociales y, por supuesto, aprender todas las herramientas y conocimientos que nos permiten funcionar en nuestra cultura: desde el idioma propio a otro como el inglés o el uso de la informática son ramas de nuestro propio árbol. Estamos programados para entrelazar nuestras ramas neuronales con nuestra cultura y entorno.

El cerebro infantil cuenta con todo su potencial en los primeros seis años de la vida. ¿Cómo pueden los docentes aprovecharlo en las aulas?

Lo más importante durante estos primeros años, sin duda, es ayudar al niño a crear un vínculo positivo con el sistema educativo. Ayudarlo a sentirse seguro, escuchado y atendido. Si conseguimos que todos los niños se sientan así ya tenemos mucho ganado. Además, en esta fase de su desarrollo es fundamental permitir el juego libre, introducir algunas normas de forma positiva y, por supuesto, fomentar el deseo de explorar y aprender cosas nuevas. Pueden parecer cosas sencillas, pero a nivel neurológico se ha demostrado que son las más importantes.

¿Cómo ayuda la Inteligencia Emocional en el desarrollo cerebral del niño?

Esto es muy importante. Como decía antes lo esencial es darle seguridad y escuchar o atender sus necesidades. También el juego libre y la exploración le permiten ganar confianza. Además, hay que ayudarles poco a poco a tener autocontrol y paciencia ya que son determinantes en muchos aspectos cognitivos y emocionales del desarrollo.

Inteligencia Emocional

Finalmente, es destacable enseñarles estas cuatro cuestiones sobre las emociones:

1. Ponerles nombre.

2. Comprender las propias y las de los demás.

3. Permitir su expresión.

4. Aprender a gestionarlas y resolver conflictos en el aula y en el patio.

Las metodologías activas en el aula o la gamificación son cada vez más frecuentes en el proceso enseñanza-aprendizaje de los estudiantes. ¿Qué beneficios aportan estos métodos a su desarrollo intelectual y emocional?

Hay que abrir la mente a este tipo de metodologías porque contribuyen a un aprendizaje más emocional y facilitan la motivación del alumno. Pero también soy un gran partidario de no perder, por completo, otras prácticas más antiguas que contribuyen a desarrollar otras habilidades como la paciencia, la concentración o la persistencia.

Usted comenta que la llave del potencial del cerebro en los niños se encuentra en la relación con su familia. ¿Y la escuela? ¿Qué influencia tiene?

La escuela es crucial para los estudiantes porque pasan muchas horas en ese entorno. Además es donde se produce gran parte de la socialización y adquisición de conocimientos, junto al manejo de las emociones y los conflictos, y el lugar donde los profesores representan un modelo complementario a los padres. Todo suma. Pero los principales modelos de los niños siguen siendo los padres.

“Todos los seres vivos tenemos el potencial de desarrollarnos plenamente y alcanzar nuestras potencialidades”

Los niños cuando cumplen 18 años pueden ser ‘clavadito’ a su padre o su madre, pero difícilmente a su docente de 2º de Primaria. Estamos programados así. Sin embargo la labor de todo el cuerpo docente durante esos primeros 15 años de vida escolar es importantísima y contribuye generosamente al desarrollo del niño en muchos aspectos.

¿Hasta qué punto el docente no debe intervenir en la creatividad del estudiante?

Creatividad

¡Al contrario! Debe intervenir mucho. Pero la forma de intervenir es dejarle hacer… y no tanto opinar o poner nota. En la facultad de Bellas Artes los docentes ayudan al alumno a sacar lo que tiene dentro, le dan técnicas y le ayudan pero intentan no interferir en la creación en sí misma. Hay que ser poco directivos y preguntar al niño si está disfrutando en lugar de valorar como lo está haciendo ya que puede ser mucho más positivo para conservar el deseo creativo.

¿Es necesario sembrar felicidad en el aula? ¿No son los niños felices por sí mismos? ¿Cómo se puede hacer?

Los niños tienen la capacidad para ser felices y se divierten casi con cualquier cosa. Pero, en realidad, la felicidad es más compleja de lo que parece. Jugar ayuda a ser feliz y aprender a esperar también contribuye a la felicidad.

Lo más importante desde el aula, creo yo, son las siguientes cuestiones:

1. Mantener una actitud positiva hacia el aprendizaje.

2. Un clima de calidez y seguridad.

3. Rehuir de reacciones que despierten el sentimiento de culpa en los niños.

4. Evitar que haya estudiantes que se sienten apartados o alejados del grupo (en la Pirámide de la Autorrealización es esencial sentirse parte de un grupo para avanzar hacia la felicidad).

5. Asegurarse de que cada uno de nuestros alumnos se vaya a casa o termine el curso sintiéndose bien valorado por su profesor. Se puede destacar una de sus virtudes, hacerle sentir que se le tiene un cariño especial, pero todos los niños deben terminar el curso con un mensaje positivo sobre cómo el docente les valora.

Una dinámica muy bonita es que el último día de curso escribamos o digamos cosas que nos gustan de los compañeros. Hay niños a los que les dicen más cosas y a otros menos, pero es muy poderoso cuando el docente (de una manera informal, entre comentario y comentario) destaca lo qué le gusta de cada alumno o cómo le hace sentir bien ese estudiante en concreto. Sobre todo con los que no son muy reconocidos por los demás. Ayuda a que sus compañeros les valoren positivamente y los niños se lo llevan grabado en el corazón. A veces, para toda la vida. ¡Os animo a probarlo!

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/alvaro-bilbao-emociones-programa-cerebral-aprender/105923.html

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Generación E: ¿La respuesta para poder acceder a la educación superior en Colombia?

Por:  UNIMINUTO Radio UVD.

“Generación E” la nueva apuesta del Gobierno Nacional para mejorar la educación en Colombia, esta consta de tres componentes los cuales son, Equidad, Excelencia y Equipo, con estos se busca brindar acceso a la educación superior a los jóvenes de bajos recursos y mejorar la calidad de las universidades públicas.

Antanas Mockus fue restituido en su curul del Congreso de la República luego de que un fallo de la Corte determinara que este no se encontraba inhabilitado para ejercer su puesto.  Luego de que abandonara su esquema de seguridad no se sabe nada del paradero actual de Jesús Santrich, se espera que se presente a indagatoriael 09 de julio para rendir cuentas sobre el caso que es desarrollado en su contra.

Recordamos el 20 de julio del 2003, día en el que se anunció la reforma constitucional que permitió el segundo mandato de Álvaro Uribe como presidente. En los tuits más polémicos de la política encontramos a Ernesto Yamhure, quien dio su opinión frente a la posible candidatura presidencial de la actual congresista Paloma Valencia, en el cuarto lugar está el trino de Julián Rodríguez en donde menciona la violencia que vive el país luego de que se presentaron amenazas en contra del futbolista William Tesillo.

Continuamos con Maria Fernanda Cabal quien tuiteó  sobre el porte de armas; propuso que este fuera legal en todo el país, Gustavo Bolívar quien pregunta a la Corte Suprema de Justicia cuando se realiza la indagatoria al Senador Álvaro Uribe, y en el primer lugar se encuentra el presidente del congreso, Ernesto Macías, quien trinó sobre el caso “Santrich” etiquetando a la INTERPOL y pidiendo que se encargaran del asunto, sin embargo, la etiqueta que realizó no fue dirigida hacia la entidad sino a la banda de rock estadounidense del mismo nombre.

En las voces de:
Wendy Estefani Romero Ostios, Ana Milena López Rojas, María Alejandra Arévalo Forero, Andrea Natalia Galindo Rodríguez.

Fuente de la entrevista: https://www.uniminutoradio.com.co/generacion-e-la-respuesta-para-poder-acceder-la-educacion-superior-en-colombia/
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Antonio Rodríguez: “Es necesario educar nuestro corazón emocional”

Por: Educación 3.0.

Desde 2014, los estudiantes de 1º a 4º de Primaria de los colegios canarios reciben noventa minutos semanales de educación emocional gracias a la asignatura ‘EMOCREA’. Pero, ¿en qué consiste? Antonio Rodríguez, uno de sus impulsores, nos cuenta cuáles son los verdaderos objetivos.

Aunque al principio se aceptó con bastante recelo, Canarias se convirtió en 2014 en la primera Comunidad Autónoma en impartir educación emocional en las aulas de manera obligatoria. Ese año se creó la asignatura ‘EMOCREA’ fundamentada en la creatividad, la regulación y la conciencia emocional, la cual pretende educar el corazón emocional. Uno de sus impulsores fue Antonio Rodríguez, docente en la Universidad de La Laguna (Tenerife) y autor del libro ‘Educaemoción’ en el que aporta 100 propuestas para que cualquier docente lleve a cabo. Hemos hablado con él sobre los objetivos de la asignatura, los resultados que esperan obtener y sobre por qué es importante trabajar las emociones desde la infancia.

Pregunta: Fue el promotor en introducir la educación emocional en Canarias hace ya cinco cursos, ¿cuál fue la clave que le llevó a tomar esta decisión?

Respuesta: Haciendo honor a la verdad no puedo asumir la paternidad del área ‘Educación Emocional y para la Creatividad’ (EMOCREA), que es como se denomina la asignatura que hace cinco cursos académicos se implantó de forma pionera en el sistema educativo canario.

Mi aportación en un primer momento fue ofrecer un marco de argumentación para que la administración educativa tomase la decisión política de iniciar el procedimiento formal de aprobación de esta oferta curricular. Posteriormente aporté un modelo teórico desde el que realizar la traducción en criterios de evaluación y contenidos; así como ayudar en la toma de decisiones de todo el proceso de elaboración del currículum.

Antonio Rodríguez

La condición de ‘padres’ hay que otorgársela a Agustín Gorrín y Antonio Gómez, maestros y técnicos en aquel momento de la Consejería de Educación, quienes junto con las ‘madres’ de EMOCREA, las cuatro maestras encargadas de diseñar el currículum del área, ‘parieron’ esta innovación curricular de gran alcance, única en el estado español y en la Unión Europea (si exceptuamos Gran Bretaña y Malta).

P: ¿Han notado beneficios en el alumnado desde entonces? ¿Cuáles son los más significativos?

R: En estos momentos, y después de cinco cursos académicos de vida del área EMOCREA, hemos iniciado el proceso de evaluación extensiva de su implantación. Por tanto, resultados representativos de la realidad del sistema educativo canario, aun no tenemos. Sí que hemos realizado varios estudios sistemáticos con la muestra de centros que hemos acompañado durante este tiempo, utilizando como evaluación las perspectivas del alumnado, el profesorado y las familias. Resumiendo mucho diríamos que la conclusión principal es que en relación a la mejoras producidas, lo relevante es que tanto en lo relativo a la adquisición por parte del alumnado de las competencias establecidas en el currículum, a las competencias emocionales que posee el profesorado, como, sobre todo, a la valoración que estos hacen de la implantación del área; se constata la bondadosa influencia que ha tenido esta propuesta curricular.

Resulta especialmente interesante haberle pedido su opinión al alumnado que ya no disfruta de las sesiones de EMOCREA, dado que se encuentra cursando 5º de Primaria (porque el área solo se imparte de 1º a 4º), por lo que de contraste tiene su experiencia. Todos nos transmiten la tristeza de haber tenido que dejar de cursar la asignatura.

P: ¿En qué consiste EMOCREA, la asignatura para trabajar emociones y creatividad en clase en los colegios canarios?

R: Nuestra propuesta consiste en ‘encastrar’ dentro del tiempo y el espacio escolar, en su núcleo central, el corazón emocional y creativo de los protagonistas del hecho educativo: docente y estudiante. Hacerlo presente desde el trabajo intencional, sistemático y consciente de las competencias que nos hacen más humanos.

Partimos de una visión educativa-competencial de la emocionalidad, o lo que es lo mismo, nos basamos en la idea de que la gestión eficaz de nuestras emociones se puede y se debe aprender.

Nos basamos en la idea de que la gestión eficaz de nuestras emociones se puede y se debe aprender

P: ¿Por qué cree que es necesaria una educación emocional personalizada dentro del aula?

R: Mires por donde lo mires hay muchas razones para hacer ver la necesidad de educar nuestro corazón emocional. De hecho la aventura de EMOCREA arrancó con un argumentario que sirvió para ayudar a convencer a los responsables políticos de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias. En él se recogían avales procedentes de las más diversas disciplinas académicas: la sociología, la neurociencia, la psicopedagogía, hasta la economía; señalan que para sobrevivir en este mundo diferente que se abre tras la ventana del cambio de siglo, nos hace falta otra manera de sentir.

Pero, si tuviésemos que resumirlo en el fundamento esencial te diría lo siguiente. Piensa. ¿De qué está hecha el alma humana? Reflexionemos sobre aquellos acontecimientos vitales que han marcado significativamente nuestras vidas. Rescatemos de nuestra memoria los sucesos, experiencias, hitos que han influido decisivamente para que seamos quienes somos, que se han escrito con negrita en nuestra biografía, y que van a afectarnos en nuestro proyecto vital. ¿Qué es, en esencia, lo que los hace tan relevantes? ¿Qué materia prima constituye a estos hechos para que posean este poder de impacto existencial? Pensemos…

Seguramente la respuesta ha surgido casi automáticamente: emociones.

La principal razón para plantearnos la necesidad de ‘educar el corazón’ hace referencia a que si realmente queremos alcanzar el bien preciado de la felicidad, debemos alinearnos con nuestra propia humanidad, y dejar de ir en contra de nuestra esencia de persona. Si somos vivencialmente emociones conscientes compartidas, pongámoslo en la primera página de nuestra agenda educativa de modo que enseñemos a nuestro alumnado a aprender a ser feliz.

hay muchas razones para hacer ver la necesidad de educar nuestro corazón emocional

P: ¿Qué incluye el programa de educación emocional obligatorio en Canarias?

R: Se trata de un conjunto de contenidos que deberían atravesar la totalidad del currículum. Pero frecuentemente ese deber es desplazado por las urgencias curriculares y al final por querer aparecer en todos lados termina estando en ningún sitio.

Los tres bloques en los que se organiza el currículum oficial del área ‘Educación Emocional y para la Creatividad’ para los cursos de 1º a 4º de Primaria, serían los siguientes:

  • Conciencia emocional. Con este bloque hacemos referencia a la traducción competencial de nuestra capacidad de darnos cuenta de nuestro mundo emocional, o lo que es lo mismo, pensar y sentir que sentimos. ¿Cómo? Primero, y antes que nada, sintiendo, es decir, experimentando corporalmente nuestras emociones. Segundo, aceptando, asumiendo esa experiencia emocional como nuestra. Y tercero, comprendiendo, descifrando nuestro mundo emocional.
  • Regulación emocional. El segundo bloque nos presenta dos competencias relacionadas con la capacidad de ajustar nuestras experiencias emocionales, de modo que podamos vivirlas de forma protagonista, y no como rehenes de su automatismo: autocontrolar nuestra impulsividad emocional y la asunción de responsabilidades de la expresión de nuestro mundo afectivo.
  • Creatividad. En el tercer bloque lo que se pretende es que los estudiantes se sientan creativos practicándola en su vida cotidiana, de manera que sean capaces de identificar los obstáculos sociales y emocionales que limitan su creatividad, para así promover la autoconfianza en sus propias capacidades creativas y desde ahí se posibilite el desarrollo de proyectos sencillos de carácter emprendedor en sus diferentes vertientes (económica, científica, social, artística,…), poniendo en uso las capacidades vinculadas al pensamiento divergente y las actitudes innovadoras

Hay que advertir que con respecto a los cursos de 5º y 6º y la etapa de Secundaria hemos desarrollado una propuesta curricular que daría continuidad a lo legislado actualmente respecto a la ‘Educación Emocional y para la Creatividad’.

P: ¿Cuáles son los resultados que se esperan obtener con él?

R: En un primer nivel de efectos anticipo que EMOCREA ayudará a afrontar problemáticas más urgentes como el fracaso escolar y el abandono educativo temprano. Creo que uno de los factores que más determina esta realidad conflictiva es la falta de respuesta a las necesidades educativas, no solo especiales, sino personales del alumnado.

Tenemos la convicción de que cuando el corazón afectivo se haga educativamente presente en el aula, su potencia atrapará a quienes se abran a su latido emocional, y entonces ya no será necesaria EMOCREA. Así, tendremos Matemáticas, Lengua, Ciencias o Naturales emocionantes.

Tenemos la convicción de que cuando el corazón afectivo entre en el aula, su potencia atrapará a quienes se abran a su latido emocional

P: ¿Deberían formarse en educación emocional todos los docentes o sólo los que impartan la asignatura?

R: Educar es algo más que transmitir información. Para eso no hacen falta docentes, la máquina lo hace mejor. Por eso defendemos que el principal recurso que tenemos para hacer efectiva la educación emocional es la ‘presencia’ honesta, consciente y emocional del docente en el aula.

Cuando abordamos el reto de implantar la educación emocional en el aula, priorizamos la demanda inmediata de los docentes: recursos para llevarla a la práctica en el aula.

Por ello, hemos lanzado ‘Amor Educativo Competente’, una competencia general que implica conectar emocionalmente con los estudiantes y saber hacerlo desde una perspectiva educativa para favorecer el aprendizaje y el desarrollo personal. Así es, en Canarias también somos pioneros en ofrecer asignaturas específicas de formación en educación emocional para los futuros docentes.

P: ¿Cómo cree que podría extenderse al resto de Comunidades Autónomas?

R: Lo revolucionario de EMOCREA no es solo el currículum, sino que aparezca en el Boletín Oficial de Canarias, porque con ello hemos posibilitado oficialmente un espacio en el horario escolar, una prescripción curricular para la programación de todo docente canario (del sistema público, concertado y privado), y sobre todo un lugar significativo dentro del aula, para que eso que nos define como seres humanos, nuestra capacidad para sentir que sentimos y para hacer sentir a los demás, sea objeto de aprendizaje, y, por tanto, de enseñanza.

Aunque no existe precedente alguno en el estado español y muy pocos en el contexto europeo, la implantación formal de áreas curriculares que aborden la adquisición de competencias emocionales y creativas terminará siendo una realidad.

P: Es autor de ‘EducaEMOción’, un libro que ofrece más de  100 actividades de educación emocional. ¿A quién va dirigido?

R: Para los docentes que están inmersos en la educación emocional, este material viene a confirmar lo que ya saben. Y para el profesorado que aún no se ha puesto en la tarea, porque lo justifica con un no sabe o no puede (porque al que no quiere hasta que él no decida cambiar no hay nada que hacer) ya no hay pretexto.

Antonio Rodríguez

‘EducaEMOción’ es un manual de instrucciones que contiene la llave para abrir la puerta del cambio educativo, porque entra en la cerradura del alma, el corazón emocional, de quienes pueden realizar la transformación de la escuela: el profesorado, el alumnado y las familias. Por eso aunque su destinatario principal sea el colectivo docente también tiene vocación de alcanzar el hogar y concitar a los padres y madres a participar de forma cómplice en esta revolución de la escuela desde la afectividad.

P: Por último, un pequeño test. ¿Qué te sugieren las siguientes palabras?

  • Emociones: son las unidades psicosociales a partir de las cuales las personas le damos sentido a nuestra existencia y, en particular, a lo que aprendemos.
  • Infancia: etapa clave del desarrollo psicosocial de la persona que en el momento histórico actual se caracteriza por una alta vulnerabilidad.
  • Docencia: la función general de ayudar a un estudiante a aprender. Un docente enseña porque su alumnado aprende.
  • Aprendizaje: eso es lo relevante del acto educativo, y para eso y por eso los docentes enseñan.
  • Innovación educativa: Aprecio un exceso de discursos pedagógicos que defienden la innovación centrada en los ‘cómo’ y en los ‘cuánto’, olvidándose que lo central del acto educativo son los ‘quienes’. Por eso frente a este enfoque epidérmico soy más partidario de la innovación hacia el interior que promueva un sistema educativo que educa desde el corazón.

Fuente de la entrevista: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/antonio-rodriguez-educar-corazon-emocional/107191.html

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