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Entrevista: Somos marea, las luchas feministas.

Por: 

Conversamos con Natalia Martínez sobre la metáfora de las olas del feminismo en Argentina y el mundo. La doctora en ciencia política, investigadora asistente del CONICET e investigadora del área FemGeS (Feminismos, Género y Sexualidades) del Centro de Investigaciones María Saleme de Burnichón de la Facultad de Filosofía y Humanidades realiza un repaso por la historia de los feminismos.

Por Redacción La tinta

Para ella, la metáfora de las olas del feminismo, si bien ordena, al mismo tiempo, hay que mantenerla siempre abierta. En la historia de los feminismos y hacia el interior del movimiento, hay límites difusos, porosos, siempre hubo tensiones, contradicciones y debates que van y vuelven como la marea.

“La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos”. 
Olympe de Gouges (1748-1793)

“No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas”.
Mary Wollstonecraft (1759-1797)

—¿Por qué se habla de las olas del feminismo y cuáles fueron las principales demandas de cada una?

Las feministas “de la primera ola” no se reconocieron así, fueron las feministas “de la segunda ola” las que comenzaron a nombrarse como tal, como un reconocimiento al legado de las primeras. Se reconocieron a sí mismas como parte de una historia, pero, a su vez, distintas a las de la primera ola. Como referencia, se suele citar a los ’60 en Estados Unidos: un artículo, en el New York Times del año 1968, se tituló “La segunda ola feminista”, es decir, el término ya circulaba en ese momento. Hay otra referencia también, menos conocida. Una activista irlandesa, Frances Power Cobbe, a fines del siglo XIX, ya habló de las olas del movimiento de mujeres. Dijo que la articulación de las distintas luchas, al igual que las olas, comenzaban separadas, pero terminaban acoplándose unas a otras, se iban sumando y la ola se iba haciendo cada vez más grande.

Luego, con la complejidad de las demandas y las agendas de los feminismos, lamentablemente, la referencia a “las olas” en los feminismos comenzó a tomar un cariz progresivo. Es decir, se instaló la noción de que las olas sucesivas eran superadoras de las precedentes, que cada ola era mejor que la anterior. Las olas venían a mostrar un cambio que excedía los límites de la anterior. Ahora, afortunadamente, comenzaron a aparecer lecturas revisionistas sobre este sentido progresista de la metáfora, porque uniformiza períodos históricos que son re distintos y opaca los conflictos, la variedad y diversidad que hubo en cada ola. Se termina contando un cuentito que dice: “La primer ola hizo tal cosa, la segunda, tal otra…” y así, cuando, en realidad, en todas las olas hubo de todo.


A mí me gusta la referencia a las olas del feminismo, pero entiendo que las olas van y vienen, como la marea, las olas nunca se van, sino que se mezclan y una nunca sabe cuál es cuál. Por ejemplo, creo que seguimos muy enganchadas, pensando, luchando y saliendo a la calle por problemas que escribieron y dieron cuenta las feministas de la primera ola.


Y, en relación a las demandas y agendas de cada ola, se suele englobar a las sufragistas como la primera ola, pero también hay una referencia anterior que se encuentra en la Revolución Francesa con Olympe de Gouges que escribió la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (1791) en respuesta a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789). Los jacobinos la guillotinaron en 1793. En la misma época, en 1792, en Inglaterra, Mary Wollstonecraftescribió un hermoso libro llamado Vindicación de los derechos de la mujer, fue la primera publicación que realizó una reflexión sistemática sobre la opresión femenina. Ella le discute a Rousseau que el maravilloso discurso de la ciudadanía, la igualdad y la libertad se caía a pedazos cuando había que pensar en la mujer.

Olympe de Gouges y Mary Wollstonecraft son individualidades. A mediados del siglo XIX, se comienza a ver más lo colectivo con la Declaración de Séneca Falls (1848) en el estado de New York. Tiene 12 puntos que hacen explícitas las demandas del período: inclusión de derechos civiles, acceso a la educación, al trabajo rentado, a la salud y, como aspiración última, los derechos políticos. Esta primera ola estadounidense estuvo muy vinculada con la lucha antiesclavista.

Para la segunda ola, las limitaciones que tuvo esta primera ola pasaron por creer que se iba a encontrar la igualdad en la ley, sin llegar a reconocer la importancia de la cultura o de la propia sexualidad, sin llegar a comprender los efectos de las diferencias raciales o de clase entre las mujeres, diferencias que hacían que la opresión fuese vivida de una manera muy distinta. Por eso, la primera ola suele caracterizarse como protagonizada por mujeres de clase media alta, blancas y educadas. Aunque eso no fue del todo así. Las increíbles declaraciones de Sojourner Truth en la Convención de mujeres de Akron, Ohio, donde interpela a lxs presentes con la pregunta: “Acaso no soy yo una mujer”, es una referencia ineludible de esa primera ola también.

Las feministas de la segunda ola son las feministas de los sesenta, en particular, reconociendo a las yanquis, aunque todas estuvieron muy inspiradas en la obra de Simone de Beauvoir, referente del feminismo francés quien escribió su obra más conocida en el ’49 (El segundo sexo). La segunda ola fue enorme, con múltiples activismos y grandes obras que han terminado siendo nuestras “clásicas”, obras increíbles -pensemos en La política sexual de Kate Millet, Dialéctica del sexo de Shulamith Firestone o Enemigo Principal de Christine Delphy-. Pero, lamentablemente, las referencias que pasaron con la tercera ola, en general, terminaron simplificándolas, reconociendo, por un lado, al “feminismo de la igualdad” y englobando ahí a las radicales, liberales, socialistas y marxistas, y, por otro lado, al “feminismo de la diferencia”, también conocido como “feminismo cultural” en EE.UU. El primero (de la igualdad) aspirando a la igualdad con los varones (por vías muy diferentes entre sí) y el segundo, a la valoración social y cultural de las diferencias que serían propias de las mujeres.

Pero, si te detenés a analizar las obras y los activismos del período, te das cuenta, rápidamente, que las fronteras no son tan nítidas (entre esos dos feminismos). Las demandas, en general, las unificaban y los análisis abrían múltiples aspectos, algunos complementarios entre sí y otros contrapuestos. Por ejemplo, si se reconocía que el rol principal de las mujeres en nuestras sociedades era su identificación como “madres” y que trabajaban de forma gratuita, invisibilizadas, en condiciones precarias, explotadas. Para cambiar esta situación: ¿se pedía al Estado reconocimiento público, licencias y beneficios sociales por maternidad? ¿o una repartición equitativa de la crianza y el cuidado de hijes entre padres y madres, o guarderías públicas? Ambas propuestas salieron de la mano de esas feministas y ambas dan cuenta de los diferentes planteamientos entre feministas de la igualdad y de la diferencia. Son planteamientos contrapuestos entre sí, que parten de premisas muy diferentes, pero que, sin embargo, conviven en sus efectos, digo, en las prácticas políticas que posibilitaron.

Y la tercera ola que, a grandes rasgos, aparece a mediados de los ’80 y llega a nuestros días, comenzó a partir de las críticas que se hicieron a esos feminismos. Se plantea que la atención se focalizó demasiado en la opresión de las mujeres por sus múltiples causas, pero no vieron que, en esta equiparación de la opresión, terminaron invisibilizando las diferencias al interior de las mujeres. Las críticas las hacen, sobre todo, feministas lesbianas, negras, feministas chicanas. Y son críticas que vienen de la mano de la crítica poscolonial y posestructuralista que ya se estaba dando en gran parte del pensamiento político y filosófico del período. Una crítica centrada en la mirada esencialista que se había filtrado cuando se definía “la opresión común” de las mujeres. ¿Quiénes eran las que definían esa opresión? ¿qué experiencias, de qué mujeres era la opresión que se privilegiaba en las perspectivas feministas?

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

“La liberación de las mujeres deberá ser encarada por ellas mismas en una lucha que arrastrará todos los vestigios anacrónicos de una vida cotidiana deshumanizada y sin alicientes. La acción revolucionaria de las mujeres, su ingreso a la historia, significará la ‘humanización de la humanidad’, por eso es la revolución más profunda, auténtica y necesaria para la realización de la especie humana”. 
(Mirta Henault, Las mujeres dicen basta, 1972)

“Somos el grito de las que ya no tienen voz”. 
(Movilización Ni Una Menos)

—¿En qué contextos históricos se fueron situando las olas del feminismo en Argentina? ¿Cuáles fueron los principales debates que han generado diferencias al interior del movimiento feminista argentino?


—En la Argentina, la primera ola se suele ubicar a principios del siglo XX, aunque también se reconoce que, antes de eso, hubo producciones literarias y algunas organizaciones femeninas, no “feministas”, que tenían sus revistas como La Camelia o el Álbum de señoritas de Juana Manso. Pero la organización colectiva y la identificación con el “feminismo”, con esa palabra, se da recién en 1900.


Aunque, antes de esto, se suele englobar, dentro de nuestra primera ola, a las anarquistas que escribieron el periódico La Voz de la Mujer -entre 1896 y 1897-. Pero, en realidad, las anarquistas estaban en la vereda de en frente de las feministas porque, para ellas, el feminismo era burgués y contrario a sus objetivos. Propugnaron la emancipación de las mujeres desde una concepción anarquista más que feminista. No les interesaba el sufragio ni cualquier otro “derecho” porque la ley era un instrumento de la burguesía. De todas formas, el feminismo argentino se ha nutrido de esa tradición, en la actualidad, está muy presente en sus orgas. Por ejemplo, el lema: “Ni dios ni patrón ni marido” viene de las anarquistas. Ellas pensaban que las mujeres obreras eran “doblemente esclavas” por su explotación en las fábricas y en el hogar como madres y esposas. Muchas de ellas pasaron a la historia del feminismo, pero, en ese momento, el feminismo estaba representado, más bien, por socialistas como Elvira López. Ella formaba parte del Partido Socialista, junto a su hermana Ernestina y otras referentes como Alicia Moreau, y fueron las que participaron en el primer Consejo Nacional de la Mujer, en alianza con las matronas, mujeres de la alta sociedad que hacían caridad desde el Estado. Desde este sector, el feminismo era un movimiento que aspiraba a la “elevación de la mujer”, en particular, desde la educación. Decían que no aspiraban a la igualdad con los varones, porque eso era imposible. Había diferencias naturales, centradas en la posibilidad de gestar, sobre todo, y en el lugar “natural” de las mujeres en el cuidado del hogar, que impedían que las mujeres hicieran lo mismo que los varones en la sociedad.

Los límites -y la potencialidad- de este primer feminismo, quizás, tengan que ver con esta visión gradualista que le imprimió el propio ideario socialista. Las transformaciones más importantes llegarían de la mano de reformas graduales, muchas de las cuales fueron posibilitadas por su militancia. Lo interesante de nuestra historia es que, a la par de este ideario, las anarquistas clamaban por la destrucción del hogar y el amor libre.

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Después de esta primera ola, que podríamos decir que termina en el ’47 cuando accedemos al sufragio, los feminismos se sostienen y diversifican. El peronismo las va a unir, aunque como opositoras. Desde el socialismo, el comunismo e incluso el anarquismo, las feministas van a salir juntas en contra del peronismo. Lo vieron, y algunas lo vivieron, como una dictadura. Pensemos que algunas fueron detenidas y otras exiliadas por el gobierno peronista. En ese sentido, el feminismo de ese período fue muy gorila -recordemos a Victoria Ocampo como una de sus principales referentes-. Por otra parte, para muchas mujeres que entraron a la política de la mano del peronismo, el feminismo era oligárquico e, incluso, imperialista. Era una moda que venía de EE.UU. Esta concepción también afectó a las feministas comunistas. Les costó mucho que sus partidos apoyaran su feminismo.

Nuestra segunda ola, que se suele ubicar en los 70’s, mantuvo bastante esta tensión, de hecho, se hizo más fuerte. Aparecen agrupaciones feministas antes de la dictadura. En 1970, la Unión Feminista Argentina (UFA) y el Movimiento de Liberación Femenina, luego Movimiento de Liberación Feminista (MLF), se formaron con activistas de clase media alta, intelectuales que viajaban y trajeron libros del feminismo radical de EE.UU sobre todo. Los traducen, los leen acá y comienzan a organizarse. La UFA replica los grupos de “consciousness raising”, que acá se traducen como “grupos de autoconcienciación”. Se juntaban de 8 a 10 mujeres a hablar de sus problemas cotidianos, para, entre todas, visibilizar su dimensión “común”, lo común de la opresión femenina.

Otros grupos también se arman desde las izquierdas, como la editorial Nueva Mujer que viene de Palabra Obrera(publicaron el libro: Las mujeres dicen basta), y, después, otra agrupación que se llamaba Muchacha que era del Partido Socialista de los Trabajadores. Todas estas grupas tienen diferencias, discusiones y rupturas en torno a un gran debate del momento: la relación entre la política y el feminismo. Así, se habla de la “doble militancia” (las que venían de partidos políticos y también eran feministas) y del “feminismo puro”. Esta división veía, en la política, una práctica patriarcal y criticaba fuertemente la jerarquía de los partidos y su injerencia en una agenda que aspiraba a ser “puramente feminista”. De todos modos, todas están cerca y se van a acompañar en un montón de iniciativas. El terrorismo de Estado tuvo sus efectos desmovilizadores en estas agrupaciones, pero, en algunas, las reuniones se van a mantener como grupos de estudio.


Ya después, en los ochenta, reaparecen algunas grupas y se arman muchas nuevas, con demandas específicas al Estado. En un clima que veía que la democracia iba a solucionar todos nuestros problemas, las feministas irrumpieron participando en política desde una concepción muy diferente a la que se tenía en los ’70.


Se multiplican los frentes con activistas peronistas, de las izquierdas y las feministas de antes (el MLF pasa a llamarse Organización Feminista Argentina OFA). Una demanda importante fue la patria potestad compartida, se hace una comisión en 1980 y, en el ’83, se forma el Tribunal Contra la Violencia hacia la MujerLa mítica Multisectorial de la Mujer encuentra a feministas, políticas, sindicalistas, amas de casa y a las Madres de Plaza de Mayo. Luego, todas ellas son las que van a organizar el primer Encuentro Nacional de Mujeres en el ’86, inspirado a nivel internacional por los procesos que se fueron abriendo desde la primera Conferencia Internacional de la Mujer que se hizo en el ’75 y la segunda que se hizo en el ’85. También por los Encuentros Feministas Latinoamericanos y del Caribe (EFLAC) que comenzaron a hacerse desde 1981. Todos estos eventos tuvieron mucha influencia en los feminismos latinoamericanos y en Argentina también.

Nuestra tercera ola empezaría a verse en los noventas, con un fuerte quiebre tras el 2001. O, quizás, el 2001 fue la precuela de nuestra cuarta ola. Todavía faltan análisis que den cuenta de cuáles fueron los ejes principales de nuestra tercera ola y si llegamos a estar ahora en presencia de una cuarta. A modo de hipótesis, algunas aproximaciones dicen que la irrupción de lo popular en los feminismos marcaría una cuarta ola, pero esto ya sucedió en el 2001.

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Recordemos que, en los 90’s, uno de los ejes del gobierno neoliberal fue recortar la gestión pública y tercerizar las políticas sociales desde las ONG’s. En ese período, se multiplicaron las ONG’s feministas con financiamiento de organismos internacionales que sostuvieron políticas públicas dirigidas a las mujeres. Esto fortaleció y amplió la agenda de los feminismos. Se organizaron un montón de redes, se financiaron muchos eventos que conectaron a los feminismos en la región. Muchas demandas llegaron al Estado, incluso, de la mano de feministas que se comprometieron en la gestión de gobierno. Pero muchas fueron críticas de este proceso. Sostuvieron la necesidad de autonomía frente al Estado y los financiamientos internacionales porque llegaron a tener mucha injerencia en las agendas feministas y en la propia militancia. Criticaron que, en las ONG’s, el activismo se transforme en un trabajo rentado y que sus “directoras” tomen la voz por todo el movimiento sin mediar instancias de representación democráticas. Este proceso se dio en toda la región y llegó a ser un eje de discusión que opuso a los feminismos entre sí y los desmovilizó bastante. En otro punto, habilitó un cierto cuidado y una llamada de atención, tanto para pensar el modo en que los feminismos se vinculaban con el Estado así como sobre los modos en que se gestionaban sus recursos y se organizaban sus activismos.


Y la crisis del 2001 fue un sismo para todo el país y para los feminismos también. En particular, en el Encuentro Nacional de Mujeres 2003, que se hizo en Rosario, se llenó de organizaciones populares, de mujeres piqueteras y se hicieron visibles las diferencias de clases y las prioridades entre los feminismos. Frente a la disputa entre autónomas e institucionalizadas de los noventa, apareció la potencia de lo que se venía nombrando como “movimiento amplio de mujeres” y la necesidad de que el feminismo abriera su agenda a los problemas estructurales que estaban afectando al país. Fue un proceso que no sólo afectó a los feminismos, sino a muchos movimientos sociales.


En este sentido, los gobiernos de Néstor y Cristina, y el modo en que se abrieron e implicaron en la agenda de los movimientos sociales, también afectó a los feminismos. En particular, desde su vínculo con el movimiento de Derechos Humanos. Desde entonces, se han producido grandes cambios, otras sensibilidades y articulaciones entre activismos -políticos, populares, barriales, sexuales, académicos, institucionales- y se ha fortalecido un montón la movilización feminista en las calles. Aunque no se puede negar la masificación increíble que se generó desde el 2015 con el #Ni Una Menos y, más recientemente, con la reactivación de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, se trata de un proceso que es necesario comprender desde sus condiciones de posibilidad.

Los feminismos tienen más de un siglo de historia en nuestro país. En este marco, hablar de una cuarta ola, quizás, tenga sentido para entender una nueva dimensión que está dada por el increíble ingreso de pibas, pibes muy jóvenes, al feminismo, un ingreso que no sólo retoma lo que ya estaba sucediendo en los feminismos, sino que le imprime una potencia y vertiginosidad muy particular. Las redes sociales son un aspecto central (quizás, también, un límite). Pero también lo es la pregnancia, la facilidad con la que se reconocen como feministas, como si ya no hubiera necesidad de recorrer todas las olas porque ya las llevan puestas y van para adelante. Y acá, aunque se me pone la piel de gallina con todo esto que está pasando, no dejo de ver que hay un riesgo, porque, por ahí, lo difícil es habitar al feminismo en toda su complejidad, reconociendo sus antecedentes, su pluralidad constitutiva y, al mismo tiempo, hacer frente a sus múltiples implicancias, que no sólo afecta a las mujeres, ni siquiera a “las mujeres, tortas, travas y trans”.

Abre un horizonte emancipatorio radical y, acá, no me refiero a la UCR ni a las feministas radicales yanquis. Digo “radical” en el sentido de una transformación de toda la sociedad, desde la raíz, en lo personal y en lo político. De eso se trata cuando se dice que: “La revolución será feminista o no será”. No es soplar y hacer botella. El feminismo nos atraviesa desde todas las fibras, a su tiempo, y requiere una atención y un cuidado especial. De ahí es que creo que está bueno prestar especial atención a todas sus olas, aprender de sus vaivenes. Si la marea feminista nos alcanzó, será momento de zambullirse y disfrutar.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Por Redacción La tinta / Imagen de portada: Eloisa Molina para La tinta.

Fuente: https://latinta.com.ar/2019/02/somos-marea-las-luchas-feministas/

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Marcelo Cabrol: “Necesitamos una sociedad digital del siglo XXI, pero sobre todo más ética y empática”

Por: Semana Educación.

El gerente del sector social del Banco Interamericano de Desarrollo, Marcelo Cabrol, habló con Semana Educación sobre la importancia de educar en habilidades humanas de cara a un futuro cambiante y a la construcción de paz en Colombia. Cabrol hablará sobre este tema en la Cumbre Líderes por la Educación.

Colombia está en un momento de transición al cambio de gobierno, además, se suma la etapa de posacuerdo de paz, ¿cuáles deberían ser los principales temas en los que debería enfocarse el país en materia de educación?

MARCELO CABROL (M.C.): Normalmente diría que Colombia tiene un problema de aprendizaje a todo nivel y esto está medido por pruebas nacionales e internacionales. Con esa frase estoy describiendo a muchos países de América Latina, pero, en un contexto de paz, las cosas son distintas, porque paz y aprendizaje deben confluir. En ese sentido, el país tiene un desafío doble. No se puede pensar en aprendizaje solo a través de pruebas estandarizadas con resultados más o menos inmediatos. El nuevo gobierno tiene que concebirlo en el marco del proceso; en una educación más bien a largo plazo. En estas nuevas formas de enseñar y aprender, los avances digitales deben ser una herramienta que se articule al proceso de paz en el país. Los cálculos muestran que el mejor retorno económico se da en la inversión que se hace en los primeros años, pero también es necesario tener en cuenta que existen otros beneficios como el bienestar personal y social, variables más difíciles de cuantificar pero muy importantes.

S.E.: Algunos expertos en educación del país han hablado de la necesidad de tener un currículo único para disminuir la inequidad en calidad educativa. ¿Qué piensa de esta posibilidad?

M.C: Es importante tener una base común, un marco de referencia básico que sea claro. Lo dice la Ocde, el BID, el Banco Mundial, todos los que trabajamos estos temas. El docente debe trabajar sobre un marco de referencia único, pero con una gran capacidad de resolución respecto a lo que se hace en la escuela, el aula o la comunidad. No dije la palabra autonomía docente nunca porque no me gusta. Viene de la idea de que los profesores son autónomos y lo demás es subsidiario, por eso es importante trabajar integrando esos niveles.

S.E.: Usted habla mucho de los entornos laborales del futuro y la necesidad de educar en habilidades humanas, ¿cuáles son puntualmente y cómo la educación del presente puede comenzar a trabajarlas?

M.C.: Se trata de 16 habilidades del siglo XXI. Algunas son básicas. Pero, más que cuáles son, lo importante es a qué responden. Las dividimos en tres categorías. Primero, las básicas: cómo los estudiantes pueden aplicar competencias a tareas cotidianas. Las segundas tienen que ver con la complejidad: poder abordar desafíos complejos, por ejemplo, ser creativo o comunicar efectivamente. Y las terceras tienen que ver con adaptarse al cambio constante. Todos estos componentes necesitan ética y empatía.

Fuente de la entrevista: https://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-y-sociedad-digital-del-siglo-xxi-un-tema-de-la-cumbre-lideres-por-la-educacion/581274

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Pablo Poó: “Hay mejores métodos de evaluación que los exámenes tradicionales”

España / 3 de marzo de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Educación 3.0

Pablo Poó es profesor de Lengua y Literatura y ha escrito varios libros en los que defiende que hay mejores formas de evaluar que los exámenes tradicionales. De hecho, combinarlos con otros métodos ayuda a formar a individuos multidisciplinares.

Docente de Lengua y Literatura en un instituto de un pueblo cordobés, Pablo Poó se dio a conocer en las redes sociales con una carta a ‘sus alumnos suspensos’ en la que hacía referencia a su desmotivación a la hora de estudiar y proponía algunas alternativas para ponerle solución. Además, Poó ha escrito tres libros en los que relata sus experiencias como profesor en los más de 14 centros en los que ha trabajado. Con un lenguaje informal y cercano, sus escritos tratan de ayudar a los estudiantes a la hora de aprobar exámenes y superar el curso académico. Su último libro, ‘Aprobar es más fácil de lo que piensas’, muestra las técnicas y métodos que pone en marcha en sus clases de Lengua y Literatura.

¿Cuál es su postura sobre los exámenes tradicionales?

Pienso que hay mejores métodos de evaluación que los exámenes, aunque entiendo y comparto que la memoria debe ser trabajada y entrenada porque es muy útil al ser humano. Pero para implantar otras alternativas el sistema educativo debe ser reformado en sentido inverso, de arriba abajo.

La razón es simple: tanto las enseñanzas superiores como sus pruebas de acceso y los tantas tipos de oposiciones que se basan en la realización de exámenes. Es por esto que, independientemente de que un docente esté o no de acuerdo con este método de evaluación, debe preparar a sus estudiantes para afrontarlos con éxito.

examenes

Si algún día desaparecieran de nuestra vida, con mucho gusto dejaré de hacerlos. Mientras tanto, mi propia responsabilidad profesional me obliga a, como digo, formar a mis alumnos para lo que les pueda acontecer en su futuro.

¿Son el mejor método de evaluación para reflejar el éxito del proceso de enseñanza-aprendizaje?

No, son solo un método basado en una herramienta concreta del proceso de aprehensión de conocimientos del ser humano: la memoria. Los mecanismos cognitivos de los que gozamos como especie son, por suerte, variados: en unos prevalece la memoria, en otros la capacidad de relación, en otros la de síntesis, o la de abstracción, o la búsqueda de información, o su aplicación práctica… Todos ellos, en conjunto, reflejan el éxito del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Tan nocivo es utilizar solo los exámenes como método de evaluación como usar solo la creatividad. En la variedad está el quid de la cuestión, pues debemos entender que el fin último de la docencia es la formación de individuos multidisciplinares.

¿Qué opina de los métodos de evaluación alternativos como rúbricas, dianas de autoevaluación, diarios de aprendizaje, mapas mentales…?

Son necesarios y útiles para ese proceso de formación multidisciplinar que acabo de mencionar. Sin embargo, el hecho de que exista un abanico cada vez más amplio de recursos no quiere decir ni que haya que usarlos todos ni que los más novedosos sean per se los mejores: habrá que seleccionar y adaptar los métodos de evaluación en función de la realidad del alumnado que tengamos enfrente y de, por desgracia, el equipamiento o la dotación (tanto material como de infraestructura) de los que goce el centro educativo en cuestión.

¿Hay alguna técnica de estudio que garantice el aprobado?

En absoluto, ¡ojalá! Todo el mundo la usaría. La efectividad de las técnicas de estudio varía en función de la persona (yo, por ejemplo, soy más de esquemas que de resúmenes) y de la materia a estudiar (no se deben estudiar igual Lengua y Matemáticas). Es por esto que se hace fundamental que el estudiante conozca cuantas más técnicas mejor para que pueda elegir la que mejor se adapte a su forma de aprender.

¿Cuál es la mejor manera de combatir la ‘curva del olvido’ después de la evaluación?

Está científicamente comprobado (véanse los estudios de un pionero en la materia como Hermann Ebbinghaus) que los repasos periódicos retrasan la aparición o palían el descenso de la ‘curva del olvido’. Sin embargo, en este aspecto, debemos aplicar el sentido común: no podemos pretender que el alumnado repase periódicamente todo el contenido de todas las materias.

estudiar Pablo Poó

En esta línea, la motivación juega un papel fundamental, así como la estrategia metodológica a usar en clase: suelen recordar más contenidos aquellos alumnos que han tenido una grata experiencia de aprendizaje. Aunque esto ya no es científico, sino que lo digo basado en mi experiencia como docente.

“Los alumnos que suelen recordar más contenidos son los que han tenido una grata experiencia de aprendizaje”

La organización es clave para el éxito en los estudios y plantea el uso de la agenda como si se tratara de un bullet journal en el que los códigos visuales tienen mucho peso. ¿Por qué y cómo se le puede sacar el máximo partido?

Seis horas de clase cada día, seis profesores distintos hablando de seis materias diferentes y mandando seis bloques de tareas o deberes: si no se recoge en una agenda lo que hay que hacer, cómo hay que hacerlo y cuándo hay que entregarlo es completamente normal que a cualquier, no ya adolescente, sino persona, se le olvide.

El uso de la agenda es fundamental porque, por un lado, te ayuda a organizarte. Por otro, a estar al día de lo que hay que hacer. Y, también, porque te ayuda a desarrollar el sentido de la responsabilidad, ya que solo tú eres el responsable de que la agenda esté o no cumpliendo su cometido.

El usarla con códigos visuales es algo que recomiendo a mis alumnos para hacerles la tarea de apuntar cosas más divertida, personal, eficiente o visualmente atractiva. En esta época que vivimos, la imagen tiene mucho poder.

“El uso de la agenda es fundamental porque te ayuda a desarrollar el sentido de la responsabilidad”

estudios

Se están popularizando metodologías como el Visual Thinking, el Aprendizaje Basado en Juegos o el Trabajo Cooperativo. ¿Cómo encajan a la hora de elaborar ese plan de estudios particular por parte de cada alumno? ¿Cómo se pueden integrar con un método de evaluación tan tradicional como los exámenes?

Aquí creo que debemos diferenciar el trabajo en el aula y en casa. Dado que el trabajo en el aula lo gestiona cada docente, me centraré en el trabajo en casa, que se supone que es el que hace el estudiante autónomamente: para el uso de estas nuevas metodologías dentro del trabajo, digamos, extraescolar del alumnado, al igual que ocurría con los tradicionales deberes, es necesaria una doble labor.

En primer lugar, el docente debe ser consciente de la cantidad de trabajo diario que soportan sus estudiantes por las tardes para, en la medida de lo posible, anular, reducir o ampliar la carga que supone.

En segundo lugar, y volviendo al uso de la agenda, creo que el alumno debe ser el responsable (con ayuda) de su propia organización temporal.

Por poner un “pero” al uso de estas nuevas metodologías como trabajo para casa, señalaría que muchas de ellas incluyen necesidades que se salen del ámbito de actuación de los escolares para implicar, en ocasiones en exceso, a su familia: para algunas es necesario quedar con otros compañeros (que no tiene por qué vivir cerca), o es necesario el uso de un dispositivo móvil, desde tableta a ordenador,  que una familia en cuestión puede tener sometido a un horario de uso concreto.

“El docente debe ser consciente de la cantidad de trabajo diario que soportan sus alumnos”

En lo que respecta a su integración en el aula, y como ya he comentado, no veo inconvenientes en enriquecer la labor pedagógica y didáctica de cualquier docente combinando métodos ‘tradicionales’ e ‘innovadores’. Las comillas son necesarias, pues muchos de estos métodos, si investigamos sus orígenes, nos daremos cuenta de que datan de los años setenta, sesenta o incluso cincuenta del siglo pasado.

Fuente de la Entrevista:

https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/entrevista-pablo-poo/99487.html

ove/mahv

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Entrevista a el docente argentino finalista del premio Nobel de educación +Info (Video)

Argentina / 6 de marzo de 2019 / Autor: La Nación Más / Fuente: Youtube

Publicado el 21 feb. 2019
Martín Salvetti, profesor de una escuela en la localidad de Temperley, es finalista de lo que se conoce como el Nobel para educadores.
Es la primera vez que un argentino llega a esta instancia. En tiempos en los que la docencia está desprestigiada y mal remunerada ¿qué define a un buen docente? ¿qué desafíos implica formar a adolescentes y adultos hoy?
En entrevista exclusiva, Martín Silvetti, el docente argentino que figura entre los diez mejores del mundo.

Fuente: https://youtu.be/8Gta7FjiIPY
ove/mahv
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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 3 de marzo de 2019: hora tras hora (24×24)

3 de marzo de 2019 / Autores: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 3 de marzo de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – El presidente del Consejo Asesor de la OEI reflexiona sobre las reformas educativas en Iberoamérica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302761

01:00:00 – Radio FAPA. Somos escuela 326. Decreto de convivencia (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302441

02:00:00 – Panamá: Sistema educativo está colapsado

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302765

03:00:00 – El sitio del magisterio (Artículo de Manuel Gil Antón)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302447

04:00:00 – Paraguay: Organizaciones de sociedad civil presentan Observatorio Educativo Ciudadano (Audio)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302752

05:00:00 – Entrevista a el docente argentino finalista del premio Nobel de educación +Info (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302630

06:00:00 – Libro: Sistematización de materiales educativos para la prevención del embarazo adolescente, Chile (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/302933

07:00:00 – Hilos de Twitter sobre educación que te harán reflexionar (Artículo de Miriam Egea)

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08:00:00 – Libro: Nuevos desafíos en educación. Una mirada interdisciplinaria (PDF)

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09:00:00 – Pedagogías críticas y educación popular – Seminario virtual CLACSO (Video)

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10:00:00 – Libro: Educadores con perspectiva transformadora (PDF)

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11:00:00 – Ecuador: ‘Revolución educativa’ y Educación Popular (Artículo de Rosa María Torres)

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12:00:00 – ¿Cuánto cuesta el material escolar en Chile y en otros países de la región?

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13:00:00 – El Lado Educativo De Youtube

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14:00:00 – Perú: Solo 6 de 48 lenguas originarias están incluidas en el plan nacional educativo del país

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15:00:00 – Ignorancia política, ¿otro fallo del Sistema Educativo? (Artículo de Mireia Long)

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16:00:00 – Argentina: Congreso de Ajedrez educativo y discriminación a las ajedrecistas

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17:00:00 – Pablo Poó: “Hay mejores métodos de evaluación que los exámenes tradicionales”

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18:00:00 – Nicaragua supera a sus docentes para reforzar sistema educativo

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19:00:00 – Estrategias para impartir clases de forma dinámica (Artículo de Jesús Falcón)

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20:00:00 – España: Castellón estrena una nueva edición de la Muestra Internacional de Cine Educativo

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21:00:00 – 30 aniversario de lucha del CNTE (Video)

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22:00:00 – Costa Rica: FARO da giro radical a 30 años de evaluación educativa

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23:00:00 – Infografía: El uso de las Redes Sociales como Estrategia Pedagógica

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Ana Hernández Revuelta: Aprendiendo y enseñando en equipo con profesores de puertas abiertas

En un mundo como el actual, donde todo cambia con rapidez, la educación tiene que participar de ese dinamismo y no estar anclada a metodologías inmovilistas. Los nuevos recursos tecnológicos y docentes hacen que el profesor pase de ser un mero enseñante a ser guía para el alumno.

Ana Hernández Revuelta, Doctora en Bellas Artes (UCM), Licenciada en Bellas Artes y Licenciada en Psicología (UCM), Master en Teoría y Práctica de las Artes Plásticas Contemporáneas (UCM) y Jefa de Estudios y profesora de Dibujo en Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid del IES Julio Verne de Leganés, nos habla en esta entrevista de un nuevo proyecto, del que es responsable, en el que la fragmentación de los conocimientos es ya historia; cinco profesores de diferentes asignaturas dan clase a la vez en el misma aula.

Experta en el estudio de los sistemas educativos internacionales con más prestigio, considera que la innovación en la enseñanza no es contraria a la idea del esfuerzo, la memorización y  el estudio; las nuevas leyes educativas están orientadas a incluir nuevas estrategias en los procesos de enseñanza – aprendizaje que se integran a la perfección con formas más tradicionales de trabajo. Se trata de abordar una nueva cultura del aprendizaje. En el instituto Julio Verne de Leganés (Madrid), los profesores llevan tiempo recogiendo este guante. Sus proyectos abordan los retos que la sociedad plantea a la educación. 

¿En qué consiste esta metodología innovadora?

Desde el punto de vista de la trasmisión de conocimientos introducimos importantes cambios. Es un proceso de enseñanza-aprendizaje donde colaboramos los profesores, colaboran los alumnos y aprendemos todos. Los resultados los palpamos, a los profesores nos tiene muy ilusionados y esto se nota; creemos en lo que estamos haciendo.

Es un proyecto con una metodología rigurosa, tanto en su concepción como en su elaboración y  evaluación. Para preparar la clase necesitamos más esfuerzo que si la impartiéramos en solitario y cada uno en su área profundiza más. Trabajamos en equipo, nos reunimos para preparar las programaciones, las clases, el diseño de las actividades y para evaluar el proceso y los resultados. Facilitamos al alumno una mirada y un conocimiento holístico donde ellos mismos van percibiendo que los conocimientos no son compartimentos aislados, que las disciplinas y las asignaturas forman parte de un todo. Se apoyan unas en otras y sólo tienen sentido entendidas en su interacción con los demás saberes, al igual que las demás aspectos de la vida.

La profesora de Historia puede explicar un tema y la de Inglés puede pedir una pequeña redacción de lo que los alumnos acaban de estudiar. En mi caso, desde el Arte, transmito lo que estaba ocurriendo en las manifestaciones artísticas y plásticas en esa época y lo vinculo con una manifestación artística contemporánea. Esta forma de trabajar de los profesores, en equipo, abordando un tema en particular desde diferentes disciplinas, hace que los alumnos perciban una interacción y una continuidad entre los saberes.

Al finalizar estas clases los alumnos debaten, emiten unas conclusiones, exponen antes sus compañeros, etc.

¿Cómo surgió el proyecto?

Se nos ocurrió a los profes de 4º de ESO que damos clase en los mismos grupos. Nos dimos cuenta que estábamos hablando a nuestros alumnos del mismo tema (concretamente el siglo XVIII) cada uno desde nuestro área y pensamos que podíamos darlo juntos para facilitar la comprensión del tema a los alumnos. Este proyecto forma parte de un seminario de trabajo del Plan de Formación del Profesorado de la Comunidad de Madrid propuesto por el IES Julio Verne al “Centro Territorial de Innovación y Formación (CTIF) Madrid-Sur”.

Según la OCDE existe mucha reticencia a que los profes entren en las aulas de otros profes… en el IES julio Verne, se han roto los tabiques.

En España no se hace evaluación auto-docente ni entre docentes. En muchos países entrar en la clase del profesor es algo muy útil e incluso, en algunos, obligatorio durante algunos períodos lectivos. Es verdad que la mejora de la práctica docente puede realizarse de diferentes perspectivas, tanto con respecto a la gestión e incorporación de innovaciones técnicas como también por la adquisición de hábitos y maneras creativas y novedosas de trabajar. En nuestro caso, estamos comprobando que el impartir algunas sesiones todos los profesores juntos nos está proporcionando un gran refuerzo positivo en nuestra labor diaria. Ahora, los profesores que participamos en este proyecto, tenemos que conversar mucho, coordinarnos constantemente, evaluar y compartir experiencias. Igualmente, nos facilita la observación, el análisis y el comentario entre compañeros.

Cambio y mejora, son dos palabras que están presentes en la innovación educativa, ¿se puede decir que ya hay resultados de mejora?

Innovar o proyectar estrategias sin control no tiene sentido y es arriesgado. Nuestra evaluación es que sí ha habido mejora para todos los implicados, tanto para los alumnos como para los profesores. El proyecto sitúa al alumno en una postura más activa, le ayuda a pensar y reflexionar, a tener ideas claras y no ideas aisladas y descontextualizadas. Hemos percibido mayor disciplina y atención en el aula porque esta forma de trabajar les hace estar más pendientes y activos durante el proceso de enseñanza-aprendizaje: cuentan a otros lo que han aprendido, construyen un discurso, redactan ideas; les ayudamos a reflexionar, profundizar y luego lo recuerdan mejor pues cuentan ya con un marco contextual histórico y metodológico.

A la vista de la evaluación que estamos haciendo del proyecto, nuestra experiencia es tan positiva que ya estamos planteando la posibilidad de incorporarlo el año que viene  en más cursos y niveles para que se pueda beneficiar un número mayor de alumnos.

¿Cómo están reaccionando los alumnos?

Los alumnos con sorpresa y curiosidad, que son los mejores ingredientes para aprender. Están contentos e ilusionados. Les provocamos interés. Lo manifiestan públicamente: “de tus clases salgo con ganas de más, con intriga”.

No es frecuente en Secundaria trabajar de esta forma y ellos también reaccionan positivamente cuando ven que así consiguen entender mejor las cosas. Ven que los profesores trabajamos en equipo y ellos también nos han manifestado la mayor predisposición a trabajar en equipo porque ven cómo lo hacemos nosotros y el sentido que tiene coordinarse, discutir y establecer conclusiones entre las distintas asignaturas.

Y…los padres

Los padres nos escriben y nos felicitan; tanto los de los chicos que están implicados en el proyecto como los que no lo están.

¿Cómo vive el equipo directivo este proyecto?

En el equipo directivo lo que queremos es que los alumnos aprendan, queremos reducir el fracaso escolar, que aprovechen al máximo el tiempo que pasan en el centro, que adquieran valores de convivencia, esfuerzo y perseverancia en el estudio y entre ellos. Este proyecto no solo está elevando el rendimiento académico sino que también ha facilitado el estrechamiento  de lazos entre alumnos gracias a su papel activo en el aprendizaje: sus intervenciones, trabajos en equipo, respeto hacia las opiniones ajenas, etc.

Fuente: https://www.mejoratuescuelapublica.es/eventos/entrevistas/item/2068-aprendiendo-y-ensenando-en-equipo-profesores-de-puertas-abiertas.html

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Lara Stein: «La igualdad de género empieza por la educación»

La cofundadora de TEDx, dio una hoja de ruta para que Colombia le apueste a la equidad.

Por: María Camila González
26 de febrero 2019 , 09:41 p.m.

La educación es una de las mejores salidas para combatir la desigualdad de género. Así lo afirma Lara Stein, exdirectora y cofundadora de la plataforma de charlas TEDx y TED Prize, y actual CEO de Boma (otra plataforma), quien participó en el foro ‘Women Working for the World’. Ella habló con EL TIEMPO sobre lo que deben hacer las mujeres para empoderarse en países en vías de desarrollo, como Colombia.

¿Qué la trae por primera vez a Colombia?

Vi una oportunidad para conocer a personas de Colombia y así tratar de entender cómo se mueven los temas relacionados con equidad de género, empoderamiento de las mujeres, y ver cuáles son los retos frente a ellos. Y, en comparación con lo que he visto en otros países, me parece que son temas prioritarios para muchas personas aquí.

¿Cuál es el camino que debe seguir un país como Colombia para promover la igualdad de género?

Hay unos pilares claves en ese proceso. Uno tiene que ser la política y cómo las leyes son igualitarias para las mujeres. El segundo punto es la igualdad dentro de las empresas; allí está demostrado que una compañía es más rentable si tiene un equilibrio entre hombres y mujeres. El tercer punto es la transformación de la cultura.

En ese sentido debe haber la voluntad del sector privado, y en el mismo sistema político, de igualar las condiciones entre mujeres y hombres. Eso es importante porque en un mundo en el que las decisiones son tomadas por hombres no se puede garantizar que tomen las mejores pensando en toda la población.

¿Cuál es el primer paso que se debería dar?

La educación. En los colegios, así como le dan importancia al inglés o a las matemáticas, deben enseñarles a los niños el respeto por cualquier ser humano, mostrarles que los hombres y mujeres son iguales. No se puede esperar que haya una transformación de la cultura si no se les muestra lo que hay que hacer a las personas desde que son pequeñas.

¿Cuál es el rol del Gobierno en ese proceso de transformación?

Debe asegurarse de que las mujeres tengan una representación igualitaria en las leyes. Eso significa diferentes cosas según la escala socioeconómica en la que está la mujer, sobre todo para las que tienen pocos recursos. El Gobierno tiene que asegurar que ellas tengan más oportunidades de educación, para que su única esperanza no sea la de casarse un hombre.

¿Cómo llegó a ser parte de TEDx y cómo fue su papel allí?

Crecí en Sudáfrica durante el apartheid. Mi familia era muy progresista y muy involucrada en la política. En ese sentido, para mí fue muy claro que se pueden construir sistemas en los que se les dé a las personas voz. Por eso TED me buscó, para que me encargara de darle a la plataforma un impacto global, y lo que hicimos fue hacer una fuente de datos abiertos. Así habría espacio para que cualquiera pudiera tener la oportunidad de hablar. Para países desarrollados, esa oportunidad era más clara, pero para los países en desarrollo, no; y esa fue mi tarea.

Cuando dejé TED, varias personas me pidieron que hiciera algo nuevo que no solo sirviera como inspiración, sino que tuviera un impacto real, y fui a la Singularity University a impulsar esa expansión global, con la idea de crear una organización que tuviera un mayor impacto. Así creé Boma, una plataforma en la cual se discuten toda clase de temas con el fin de que se tomen decisiones en una comunidad.

¿Ya está funcionando?

La lanzamos hace un mes y medio. Estamos buscando aliados en el sector privado y en los países, y la idea es que sea una iniciativa global, y está enfocada en tecnología, ciencia, ética y arte, y la manera inteligente como nosotros diseñamos el futuro que queremos.

¿Cómo fue ese paso de ser una mujer de Sudáfrica a ser parte de comunidades tan importante? ¿Fue difícil?

Nunca me he enfocado en las barreras de ser mujer. En mi carrera he tenido un sinnúmero de dificultades, pero siempre me he enfocado en cómo hacer mi trabajo y cómo lograr que se lleve a cabo. Lo más difícil que pasé fue ser parte de la Singularity University porque es un entorno de hombres, pero no me enfoqué en las barreras, sino en cómo saltarlas y hacer un mejor mundo.

MARÍA CAMILA GONZÁLEZ
@camilagolarte

Fuente: https://www.eltiempo.com/vida/mujeres/entrevista-a-lara-stain-sobre-igualdad-de-genero-331790

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