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“Los docentes quieren cambiar, pero luego llegan a los centros y solo tienen papeleos que hacer”. Entrevista a Juanjo Vergara

Entrevista/ 15 Noviembre 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: El diario la Educación

Reformar el sistema curricular por materias estancas, «casi contradictorias»; evaluación de la práctica docente o buscar experiencias para enriquecer los aprendizajes. Estas son algunas de las ideas de Juan José Vergara, maestro y docente desde hace 32 años.

Juan José Vergara podría vivir de dar conferencias y sus libros. Se lo han propuesto, pero no se ve. Este profesor de Intervención Sociocomunitaria y maestro no quiere dejar el aula porque, dice, “perdería credibilidad”. Y ahí sigue 32 años después. Autor de Aprendo porque quiero (SM, Biblioteca de Innovación Educativa), le ha dado continuidad con el recién publicado Narrar el Aprendizaje. La fuerza del relato en el Aprendizaje Basado en Proyectos (SM) en el que cuenta “cómo construir la enseñanza utilizando los recursos narrativos de guionistas, literatos, etc.” y expone otras ideas. Por ejemplo, Vergara cree que la educación se ha quedado estancada en un modelo antiguo, de los 70, que necesita grandes reformas, por ejemplo: acabar con el modelo de asignaturas “casi contradictorias entre sí”. También sostiene que todo iría mejor si se preguntara “a quien sabe”. O sea, a los profesores que están en clase.

Una pregunta quizá muy amplia para empezar. ¿Cómo debe ser un buen docente?

Doy algunas claves que me parecen interesantes: alguien que es capaz de generar experiencias educativas y no exclusivamente transmitir contenidos. Alguien que se cuestiona su perfil como líder de esas experiencias educativas, reconociendo que el centro del aprendizaje es el alumno, asumiendo que el aprendizaje no solo se produce en su cabeza y no solo dentro de las clases. Se produce dentro y fuera de las aulas y sobre todo a partir de las experiencias de los alumnos. Alguien que deja de ser un transmisor y pasa a ser un provocador de proyectos y aventuras.

¿Los sistemas formativos empujan a los maestros a ser estas personas?

Vivimos una situación un poco enloquecida. Sabemos que es importante que los alumnos aprendan en el SXXI. Y se da una dejación inercial tecnocrática representada por los currículums educativos. Esta es la encrucijada. Estamos por un lado en modelos legislativos que organizan la enseñanza ordenando los contenidos en asignaturas, bloques, cursos, incluso momentos de evaluación en cuanto a rendición de cuentas y que no reconocen lo que es importante que aprendan los alumnos en este mundo que nos ha tocado vivir. El desafío es ser capaz de construir modelos educativos que respondan a una visión más global de la enseñanza que la que tenemos. No creo que el gran desafío sea seguir en una dinámica de responder a políticas de derechas o izquierdas en relación a la defensa de unas asignaturas u otras, sino más bien dar un salto cualitativo y entender que el aprendizaje se produce de otra manera y es necesario que sea así si queremos educar a chavales para el mundo que estamos viviendo.

Fotografía: Teresa Rodríguez

Hay cierta polémica entre si en la docencia debe primar el conocimiento o la pedagogía. Si es más importante el qué o el cómo. ¿Qué opina?

Creo que se nos olvida algo fundamental. La educación es algo político, es el compromiso con cómo queremos entender que una persona es capaz de habitar el mundo y le dotamos de las habilidades personales para hacerlo, tanto a nivel personal, ciudadano, etc. ¿Qué es lo importante? Que el alumno o aprendiz seamos capaces de analizar la realidad, ver dónde está en nuestras vidas, en nuestra realidad concreta, y ver cómo el aprendizaje mejora la comprensión de esta realidad y de lo que hacemos con ella. Cómo actuamos, cómo realizamos acciones innovadoras. El qué es importante, hay que tratar cosas que son importantes para los alumnos. El cómo también, hay que adaptarse a cómo se producen los aprendizajes de forma real. Heredamos un modelo educativo en el que el qué, los contenidos, han sido muchas veces elementos no demasiado relevantes y el cómo se ha organizado de una manera lógica que no responde a cómo aprendemos que es, sobre todo, habitando los contenidos. Creo que ese es el problema.

¿Qué le parece la evaluación que propone el Gobierno para docentes?

Sobre la evaluación, llevo años diciéndolo: no es lo mismo evaluar que calificar. Calificar es etiquetar, poner un número. Evaluar es invitar a la reflexión. Creo que es importante que los docentes nos evaluemos y nos evalúen y nos ayuden a reflexionar sobre nuestras prácticas educativas. Para eso sería fantástico que se haga en torno a elementos que nos ayuden a esa reflexión. Luego está la parte de calificación. Si evaluar a los docentes se trata exclusivamente de ponerles en un ránking y calificar habría que ver cómo se genera ese ránking, en virtud de qué, etc. y ahí ya entramos en unas arenas movedizas.

Es importante que los docentes tengamos procesos de reflexión sobre nuestra práctica. Hay experiencias claras: que varios profesores trabajen juntos y comenten su labor. Eso es evaluación por pares. Que los alumnos sean capaces de evaluar a sus profesores, que los docentes sean capaces de evaluar y vean si se adecuan o no a sus necesidades. Que los docentes sean capaces de ver cuáles son sus demandas en cuanto a innovación metodológica y que haya organismos. Eso es un proceso de evaluación interesante, que no tiene mucho que ver con la calificación.

¿Se siente señalado por la administración como culpable de (casi) todos los males de la educación, tal y como lamentan muchos docentes?

En educación los cambios son muy lentos y esto es algo que no se termina de entender. El cambio no es ideológico ni legislativo solo, exige un cambio de mentalidad y estos son muy lentos. Hay que ir hacia ellos, pero son lentos. La salida fácil entonces es decir que el docente tiene la culpa. Creo que estamos en un momento realmente estupendo en relación a la iniciativa y las ganas de los docentes, lo veo a diario. Se generan centenares de foros con docentes que quieren cambiar, que se preguntan cómo mejorar sus clases y responder a las necesidades educativas. Vas un sábado a un foro y te encuentras a 500 docentes. Me dicen que quieren cambiar, pero luego llegan a los centros y solo tienen papeleos que hacer. Los docentes han cubierto una masa crítica y hacen que el cambio sea imparable. Pero está en la mesa de los administradores facilitar que esto suceda. Se tienen que sentar con ellos y darse cuenta de que son los expertos en sus alumnos.

Yo llevo 32 años dando clase, no he hecho otra cosa en mi vida. Veo que los docentes tienen una desconfianza importante respecto a la administración y esta también tiene desconfianza por alguna razón. Legislar al margen de ellos es un error. Creo que habría que subirse a la ola de esa ilusión que está habiendo en los docentes, que es generar un cambio y, a partir de ahí, trabajar en un cambio real que se adecue. La administración sigue generando modelos basados en cursos, asignaturas. Ahora quitan los estándares o no. No son elementos de calado.

Lo ha mencionado un par de veces. ¿Cree que las asignaturas están obsoletas?

Todos los que hablamos o escribimos sobre las necesidades educativas o cómo hacerlas (yo me centro sobre todo en el cómo hacer las clases y desarrollarlas), decimos lo mismo. El aprendizaje es algo global, holístico. No nos podemos quedar en herederos de modelos de los 70 del siglo pasado, de hace 50 años. Los alumnos aprenden globalmente y no hay diferencia entre lo que aprenden dentro de las aulas y fuera, todo se ha roto. Las empresas exigen de los profesionales no ya que desarrollen saberes técnicos, si no de otro tipo. A mí no me gusta mucho citar a Finlandia, pero allí están trabajando en su currículum. Nosotros insistimos en asignaturas casi contradictorias entre unas y otras.

Fotografía: Teresa Rodríguez

Pero no parece que esto esté en los debates educativos a nivel administrativo ahora…

No, pero al margen de eso, no me parece lo más importante. Al alumno un docente le tiene que generar una experiencia, ponerle una serie de retos. Lo que está sucediendo es que seguimos en el modelo en el que recibe una serie de contenidos que parece que son los buenos. Vamos a dejar esto. A nivel organizativo, en los centros de secundaria, por citar un ejemplo, seguimos con el modelo de departamentos, de tal manera que hay departamentos unipersonales que se reúnen. Una persona consigo misma. Es el colmo. Claro que hay que cambiar cosas, pero son cosas ridículas.

¿Cómo ve la formación inicial? ¿Hace falta un MIR educativo?

Con la formación inicial creo que hace falta generar un cuerpo de docentes. Existen personas que cuando terminan el Bachillerato y van a las universidades quieren ser docentes porque es su vocación, y luego hay otros con vocaciones dispares y por avatares de la vida acaban convirtiéndose en docentes. Y eso no puede ser. El reto es saber cuál es el sistema para que los que lleguen a la docencia. Ellos mismos reconocen que sus lagunas metodológicas son espectaculares. Los sistemas que ha habido hasta ahora, desde luego, no han funcionado bien. El modelo MIR habría que verlo. Un modelo en el que los docentes que empiezan, entren a trabajar colaborativamente con otros docentes que tienen más experiencias y se vean inmersos en procesos metodológicos, no tendría por qué ser negativo.

¿Es apropiado que un alumno pueda obtener el Bachillerato sin aprender todas las asignaturas como propone el Ministerio de Educación?

No voy a entrar, necesitaría leer la propuesta directa. Como concepto general que todo lo que sea adaptarse a las necesidades educativas de la gente es fantástico, pero tengo que ver el detalle. Me parece ridículo hablar de suspensos y aprobados. Deberíamos cambiar de concepto, y en vez de que sea la escuela la que aprueba o suspende, que eso solo genera exclusión, lo haga la sociedad.

¿Me desarrolla un poco este concepto?

Tenemos que pasar a este concepto, es importante. Se empezó a decir que era importante que las familias entren en la escuela, que la comunidad participe. Tenemos que empezar a creernos que la educación no es una tarea solo de la escuela, tiene que ser de toda la comunidad. El fracaso o el éxito de un aprendiz no depende de la escuela, sino de que la comunidad en su conjunto… En una familia con altos niveles socio-culturales el índice de fracaso escolar son realmente menores que los de una familia en una situación de mayor vulnerabilidad. ¿Esto por qué es? Porque en un caso la tarea educativa se ha relegado a un solo agente (la escuela) mientras en la otra se apoya en la familia: clases particulares… Es una cuestión social. Entiendo que esto llevarlo a la práctica desde el punto de vista legislativo es complicado, pero creo que es dónde tenemos que ir.

¿Le molesta que “gente que nunca ha pisado un aula” —queja que realizan muchos maestros— pretendan decirles a los maestros y profesores de instituto cómo dar clase?

Tienen toda la razón, no se me caen los anillos en decirlo. El modelo de formación docente que se está realizando desde las universidades deja mucho que desear. Es raro encontrar docentes de universidad que sean expertos en didáctica. Es muy excepcional y maravilloso cuando sucede. El modelo de formación universitaria está muy orientado a la investigación, a la reproducción de contenidos y poco a la implementación en la práctica. Los docentes de la universidad que quieren hacer algo distinto, muchas veces se ven en problemas en las universidades para sacar a los alumnos, llevarlos a colegios, etc.

Imagen y fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/11/15/los-docentes-quieren-cambiar-pero-luego-llegan-a-los-centros-y-solo-tienen-papeleos-que-hacer/

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EEUU: Cómo los estudiantes de colegios de afroamericanos están abordando el asalto sexual en el campus

América del Norte/EEUU/Truthout/Eryn Mathewson

Los estudiantes de varias universidades e institutos superiores históricamente afroamericanos (HBCU, por sus siglas en inglés) han exigido que los administradores escolares aborden la agresión sexual de manera más enérgica. El año pasado, las protestas estudiantiles en Morehouse College, Spelman College, Hampton University y Howard University se enfocaron en las deficiencias en la forma en que se manejan los casos de violación sexual y violación.

Dos estudiantes actuales en Historically Black Colleges y Universities y dos alumnos se unen a nuestra mesa redonda para explorar lo que es particular sobre la denuncia y la prevención de la violencia entre parejas y la agresión sexual en HBCU. La violación en el campus es un problema en todas las universidades, y hoy escuchamos a algunos estudiantes a cargo de HBCU.

Klos estudiantes universitarios de todo el país están entrando en un nuevo año escolar. Lo que les espera son nuevas clases, nuevos estudiantes y, afortunadamente, nuevos enfoques a viejos problemas. Algunos estudiantes de varias universidades e institutos universitarios históricamente famosos o HBCU, como los llamamos, han pedido a los administradores escolares que aborden la agresión sexual de manera diferente. El año pasado, las protestas estudiantiles en el Morehouse College, el Spelman College, la Universidad Hampton y la Universidad de Howard tuvieron como objetivo resaltar las insuficiencias en la forma en que se manejan los casos de violación sexual y violación.

Nos estamos enfocando en HBCU porque de las casi 5,000 universidades que existen en los Estados Unidos, algo más de 100 están clasificadas como históricamente negras. Los alumnos de estas escuelas, que son predominantemente afroamericanos, tienden a no informar la violencia sexual y, a menudo, no están incluidos en las conversaciones nacionales al respecto. Estamos interesados ​​en amplificar sus voces y su opinión particular sobre el tema. Con nosotros hoy hay algunos estudiantes actuales y anteriores de HBCU que tienen algunas cosas que decir sobre la forma en que se desarrolla el asalto sexual en HBCU y cómo hacer que el campus sea más seguro para todos. Hagamos algunas presentaciones rápidas.

Amos Jackson : soy Amos Jackson el tercero. Soy estudiante de último año en la Universidad de Howard. Soy el presidente de SJA allí y soy miembro de Alpha for Alpha fraternity incorporada.

Kyla Wright: Y yo soy Kyla Wright. También soy estudiante de último año, estudiante de periodismo en la Universidad de Hampton y soy originario de Detroit, Michigan.

Evette Dionne: Soy Evette, soy de Nueva York. Estoy escribiendo un libro sabático en Denver en este momento y fui a Bennett College en Carolina del Norte.

Bienvenidos chicos. Soy su anfitrión, Eryn Mathewson y soy alumbre de la Universidad de Howard. Estás escuchando Making Contact en colaboración con Bitch Media y Dishonor Roll.

Antes de entrar en detalles, me gustaría saber de cada uno de nuestros invitados por qué decidió asistir a una universidad históricamente afroamericana. Y para cualquiera que no esté familiarizado, estas son instituciones que se establecieron antes de 1964 con el propósito de educar a los estadounidenses negros cuando otras instituciones no lo harían. Los estudiantes de todas las razas son bienvenidos, pero la cultura negra a menudo se celebra en alto grado en estos lugares. Entonces Amos, comencemos contigo. ¿Por qué elegiste a Howard?

Jackson: Bueno. Curiosamente, no tenía intención de ir a una HBCU. De hecho, llegué a una visita no oficial a Georgetown y mis padres me dijeron: «Tienes que visitar a Howard». Toda mi familia fue a HBCU. Y yo estaba como, «No, quiero ser diferente. Quiero ir a una institución de primer nivel. No quiero ir a una HBCU «. Y entonces, lo suficientemente gracioso, no obtuve el puntaje de ACT para las instituciones que me estaban reclutando, así que me comprometí con esta pequeña división de tres escuelas en Cleveland, Ohio. E irónicamente, un domingo en la iglesia conocí a este hombre, así que me invitó a esta reunión del capítulo de Sigma Pi Phi Boule. Él me preparó trayendo a todos estos prominentes alumbre Howard que vivían en Florida. Incluso en esa reunión, el presidente de la junta, irónicamente contra quien presentaría una protesta contra tres años después, estaba allí. Yo estaba bien

Wright: Bien, entonces al crecer fui a escuelas primarias, predominantemente blancas. Así que lidié con el racismo a una edad muy temprana. Así que sabía que entrar a la escuela secundaria … Bueno, cuando estaba en el octavo grado, mi hermano se graduó de la escuela secundaria. Se fue a la universidad, fue a FAMU. Así que fui a una gira universitaria negra con mi iglesia y me enamoré de todas las HBCU del estado de Tennessee a Hampton y Spelman. En todos lados. Así que supe hacia el noveno o décimo grado que quería ir a una HBCU. Obtuve dinero de becas, afortunadamente, para ir a Hampton. Hampton me dio la beca más alta. Fue un hermoso campus. Tenían un programa de periodismo de primer nivel. Y todo lo demás.

Sabía que quería estar rodeado de personas que se parecían a mí, que actuaban como yo, y que tenían la misma moral y valores que yo. Y no quería sucumbir al racismo por más tiempo, así que sabía que HBCU era el lugar perfecto para mí, donde sabía que encajaría. Sabía que sería aceptado. Y durante los últimos cuatro años me he sentido exactamente así. Entonces, literalmente, fue la mejor decisión que tomé. Mis hijos asistirán a HBCU, no tienen otra opción. Y eso … Sí, eso es todo.

Eso es gracioso. Evette, ¿y tú?

Dionne: Me presentaron por primera vez a HBCU a través de un mundo diferente, antes de los problemas de Bill Cosby que tenemos ahora. Y sabía desde el principio que quería asistir a un colegio o universidad históricamente negro. Y así encontré algunas dificultades cuando llegué a la escuela secundaria y terminé abandonando cuando tenía 16 años. Y las HBCU eran las únicas instituciones que estaban dispuestas a aceptar a alguien que tomara el SAT pero no tenía un diploma de escuela secundaria tradicional. Y entonces apliqué a tres HBCU. El que inicialmente decidí asistir fue la Universidad de Maryland Eastern Shore. Y asistí allí durante un año y luego me encontré con algunos problemas de dinero.

Y entonces estaba sentado en casa, me había tomado un semestre, viendo CNN y vi a la ex presidenta de Bennett College, la Dra. Julianne Malveaux, hablando de esta escuela de la que nunca antes había oído hablar. Y ella solo estaba cantando todas sus alabanzas. Por ejemplo, si eres una chica negra que quiere convertirse en una mujer negra y ser educada y celebrada, esta es la escuela a la que debes ir. Y terminé postulando ese día y me aceptaron probablemente seis o siete semanas después y decidí transferirme a Bennett, que es de donde me gradué en 2012. Y estoy de acuerdo con las dos personas que me precedieron, que es la mejor decisión que he tomado.

Me alegra que todos hayan disfrutado de su experiencia porque todos conocemos a algunas personas que no disfrutaron de sus experiencias en HBCU.

Antes de sumergirnos en la forma en que el asalto sexual afecta sus campus, quería hablar sobre el contexto más amplio en el que todos nos encontramos en este momento. Siento que estamos en este momento y me pregunto cómo esto ha afectado tus conversaciones en el campus. Hay una gran cantidad de arte progresivo y música que salen al mismo tiempo que algunas cosas bastante misóginas. Al igual que todavía no puedo superar ese R. Kelly tiene «I Admit». Pero luego me pregunto si se contrarrestará con canciones como «Nice for What» de Drake. Entonces, tengo curiosidad, ¿cómo ha afectado eso a tus conversaciones sobre sexo y agresión sexual?

Dionne: Bueno, Bitch Media es una publicación feminista y gran parte del trabajo que hago con cultivar escritores es lograr que aborden este tipo de cuestiones difíciles. Y lo que encontré desde entonces, especialmente porque nos acercamos al aniversario de un año también, es que hay mucha más gente dispuesta a tener estas conversaciones y a tenerla públicamente. Y creo que las redes sociales han jugado un papel importante en eso, en términos de poder responder de inmediato para decir la terrible canción de 19 minutos de R. Kelly, «I Admit». O ser capaces de fomentar una conversación pública de una manera que tal vez no sea capaz de hacer en sus propias familias. Especialmente si están encontrando retroceso.

Y entonces, no sé si yo también soy el catalizador para eso. Creo que ha estado sucediendo antes de eso, particularmente entre las feministas en línea. Pero creo que estamos cambiando la conciencia nacional sobre cómo es la violencia sexual, cómo es el ataque sexual y la forma en que las instituciones trabajan para proteger a las personas que ya son poderosas y cómo se vuelven impotentes. Entonces, creo que el hecho de que estamos teniendo esta conversación en este momento sobre cómo HBCU maneja específicamente el asalto sexual, indica que estamos en medio de un cambio radical en torno a esta conversación.

Jackson: Correcto. Y estoy de acuerdo. es solo que, es tan triste que yo también haya sido iniciada por una mujer negra, pero realmente no obtuvo apoyo hasta que una mujer blanca lo tuvo-

Wright: Y nadie lo sabía.

Jackson: Y nadie lo supo hasta que una mujer blanca dijo algo acerca de mí también. Así que eso es algo que incluso entra en un aspecto más profundo de HBCUs. Creo que similar a los compromisos políticos, el compromiso cívico de la gente negra, que provienen de Donald Trump y gente como él siendo elegida en el cargo y toda la situación de Roy Moore, hubo un resquicio porque también hizo que la gente fuera más consciente de que un hombre fue elegido presidente de los Estados Unidos, tiene que estar pasando al menos por la calle de usted. Y lo mismo a donde la gente salió en tropel y votó y se involucró cívicamente. Creo que vamos a ver una respuesta a eso también siguiéndome a mí y a todas estas personas prominentes que solías admirar, y ahora piensas: «Wow. ¿Cómo no puedo condenar y realmente cambiar la conversación?

Sí, cambiar la conversación es algo que estamos tratando de hacer aquí mismo. Primero hablemos sobre la escena de las citas, ya que según el Centro para el Control de Enfermedades, poco más del 50 por ciento de las mujeres víctimas de violación informaron haber sido atacadas por una pareja íntima y solo el 40 por ciento por un conocido.

Siento que no puedes hablar de la escena de las citas sin hablar de sexo y tomar decisiones sobre tener relaciones sexuales. Al igual que el sexo seguro, elegir la pareja adecuada, asegurarse de que todo es consensual, y todo es 100, y me siento como en HBC en particular, esta conversación se ata a la moralidad. Porque siento que muchas de las escuelas están conectadas extraoficialmente o celebran abiertamente varias formas de cristianismo.

Evette, ¿qué haces, cuando eras estudiante, y creo que debería decir, bueno, no quiero hablar por Evette, fui un estudiante de pregrado, hace unos 13 años. Evette, ¿y tú?

Dionne: Sí, terminé la licenciatura hace 6 años. Así que ha pasado un tiempo. Pero asistí a una universidad del mismo sexo, por lo que las citas fueron un poco difíciles a menos que quisieras aventurarte en otro campus. Así que muchas de las citas se llevaban a cabo en los campus o, en su mayoría, las chicas de Bennet iban a A + T de Carolina del Norte porque nuestra universidad no permitía a los hombres en el campus, y cuando venían al campus la seguridad los acosaba. No se les permitía ir a nuestras habitaciones compartidas si vivías en el campus, tenían que quedarse en el salón. Y entonces, si tuvieras un visitante masculino que quisiera pasar, se convertiría en un espectáculo.

Somos una escuela bautista, vamos a la capilla todos los miércoles, tienes que vestirte de blanco, quiero decir que ni siquiera permitían que las mujeres usen pantalones en la capilla hasta los ’90. Y tanto, especialmente si usted es un líder estudiantil, o se lo percibe como un líder estudiantil, gran parte de lo que ellos consideran como suciedad debe hacerse fuera del campus, o fuera del alcance de la administración. Así que puedo recordar, probablemente era un Junior, y había asumido todos estos roles de liderazgo en el campus, como dirigir nuestra revista para estudiantes, y fui al club con mis amigos, y sabes que solo lo pasé bien , bebiendo, todo eso.

Y cuando volví al campus, nuestra coordinadora de servicios estudiantiles me llevó a su oficina y me dio una conferencia sobre la necesidad de ser un líder estudiantil, y cuando la gente te ve fuera del campus, tu representación de la escuela, y por lo tanto una gran parte del Las relaciones que tenía cuando estaba en la universidad eran muy privadas. Pero creo que por el otro lado de eso, soy muy afortunado de no haber encontrado violencia sexual cuando estaba en la universidad, pero si tuviera, no sé si me habría sentido cómodo viniendo con el mismo coordinador de servicios estudiantiles y diciendo, hey, he sido asaltado, dado que básicamente fui criticado por divertirme como estudiante universitario.

Amos, dijiste que las cosas habían cambiado en Howard, ¿cómo se habla ahora de sexo entre estudiantes y administradores?

Jackson: Bueno, en Howard son 7 a 1. Mujer a hombre. Y así como un chico, es genial. Pero también es muy desafiante. Lo he visto cambiar a lo grande desde mi primer año hasta ahora en mi último año. Tenemos muchos más paneles, tenemos organizaciones que se basan estrictamente en el sexo seguro, como espacios seguros, HU. Nuestro campus hace muchas cosas de asalto sexual. Muchas de las fraternidades y hermandades en el campus definitivamente están abordando eso, e incluso desde un punto de vista administrativo, en realidad estamos lanzando este nuevo programa de seguridad del campus con respecto a asalto sexual, violencia de pareja y violencia interpersonal. Está en cada plan de estudios ahora.

Y así es, de hecho nos estamos moviendo en una buena dirección para hacer que Howard University sea segura para todos los estudiantes. El gobierno estudiantil está jugando un papel importante en eso en cuanto a la promoción de nuevas políticas, en realidad estamos haciendo un programa con EverFy, donde los estudiantes tendrían que tomar obligatoria capacitación en prevención de agresión sexual, capacitación título 9, diversidad e inclusión, antes de cada semestre en línea.

Si solo está sintonizando, esto es Hacer contacto, radioproject.org y el proyecto de informes DisHonorRoll. Acababas de escuchar la voz de Amos Jackson, estudiante de último año en la Universidad de Howard en Washington, DC. Antes de él estaba Evette Dionne de Bitch Media y alumna de Bennett College, en Carolina del Norte, Next Up Kyla Wright, estudiante de último año de la Universidad Hampton en Virginia , Entonces Kyla, ¿qué está pasando en Hampton?

Y Kyla, ¿qué está pasando en Hampton? ¿Cómo está allí?

Wright: Entonces, Hampton definitivamente está pasando por eso ahora cuando se trata del ataque sexual. Por lo que respecta a … Amos habló en Howard y tuvo seminarios de agresión sexual cada semestre y teniendo en todo su plan de estudios. Definitivamente aún no hemos llegado, y esa es definitivamente una dirección a la que nos dirigimos, pero no estamos cerca desde este momento. Y, incluso, he escuchado a muchas mujeres jóvenes en el campus hablar sobre ir al centro de salud, sobre tener dolor de garganta o tener un dolor de cabeza crónico o algo así, y terminan dándole vueltas y preguntándoles, ¿estás? ¿sexualmente activo? Debes tomar una prueba de ETS.

Y no tiene nada que ver con el hecho de que tengo dolor de cabeza o el hecho de que me duela la garganta, entonces ¿por qué me preguntas acerca de mi actividad sexual? Y luego eso se convierte en juicio. Y es muy incomodo E incluso cuando respondes las preguntas, las reacciones, puedes ver las reacciones en la cara de la enfermera si es así, oh, no soy sexualmente activa. Son como, oh bueno, mantenlo así. O, sí, soy sexualmente activa, oh bien, ¿por qué? Al igual, es muy raro. Es muy incomodo

El único recurso con el que realmente nos sentimos cómodos y con el que ahora estamos más cómodos es con el centro de asesoramiento para estudiantes que tiene un programa llamado defensores puros, y de hecho voy a ser el presidente de este próximo año escolar. Es una organización o es un programa que específicamente está orientado a la agresión sexual, la violencia de pareja, el acoso, la violencia doméstica, etcétera. Y es esa organización de la que todo el mundo quiere formar parte, o con la que quiere hablar, pero que al mismo tiempo quiere evitar porque es un tema tabú por el que todos quieren callarse.

Por lo tanto, estamos tratando de convertirlo más en una discusión abierta y en un diálogo abierto porque no debería ser algo que se mantenga en silencio en el campus, especialmente porque sucede muy a menudo. Y en mi investigación descubrí que, en el promedio de cuatro años, 1 de cada 5 mujeres son agredidas sexualmente en un campus universitario.

Kyla, me alegra saber que diriges a los defensores colegas y estoy contento de que Hampton avance, lenta pero seguramente. Me pregunto si podrías compartir un poco más sobre tu experiencia y cómo conociste tan bien todos estos servicios.

Wright: Entonces, mi primer año en Hampton, lamentablemente fui parte de esa estadística. Así que fui asaltado en el campus por alguien que creía que era mi amigo, alguien que era una figura prominente en el campus. Alguien con quien me sentí muy cómodo. Entonces, en ese momento, era extremadamente, me desconecté del mundo. Como cerré de todo, todo, no estaba hablando de eso, ni siquiera estaba admitiendo el hecho de que sucedió, como si fuera solo, realmente no sé qué es, pero no es eso. Y luego, cuando finalmente comencé a hablar con mis padres y comencé a hablar con amigos y familiares muy cercanos, y a investigar, empecé a darme cuenta de que obviamente no estaba solo y no era solo yo.

Entonces, tuve que tratar de descubrir de alguna manera, dar forma o forma cómo ser esa voz, y cómo salir de esta situación porque le estaba pasando a otras personas, y obviamente tampoco estaban hablando sobre eso. Y, cuando comencé, no lo informé hasta aproximadamente cuatro meses después de que sucedió, y luego incluso después de que lo hice, así que comencé a aprender el proceso y cómo funcionó en el campus en cuanto a informarlo, y si tienes un caso o si no tienes un caso. Y cómo Hampton resolvió la situación o si no resolvieron la situación, y todo eso.

Y luego, en mi segundo año, creé una plataforma llamada Operation SASH. SASH es un acrónimo de Sexual Assault Stops Here.

Gracias por compartir tu historia con nosotros. Tengo curiosidad, y voy a abrir esto a todos los demás, pero ¿creían ustedes, cuando aparecieron por primera vez? ¿Sientes que la gente te creyó o sientes que tienes que demostrar algo a la gente que te hace preguntas y que la experiencia que tienes es real?

Wright: Sí, no. Nadie me creyó Incluso después de que finalmente llegué a un acuerdo con eso, todos mis amigos, yo estaba en un grupo de aproximadamente 8 amigos que eran como mis amigos principales, todos nos quedamos en el mismo recorrido. Fue cuando, cuando salí con mis amigos y les dije lo que sucedió, fue como, ¿verdad? De Verdad? Bueno. De acuerdo, te ayudaremos. Bueno. Y luego, cuando comenzó a volverse real, parecía que mientras más cómodo me sentía con él, más incómodo se sentía con él. Así que terminé perdiendo a todos mis amigos estudiantes de primer año. Pensaban, no, realmente no creo que así sea como se supone que esto vaya, realmente no sé si esto te pasó a ti, si estás tratando de llamar la atención, o … ¿qué quieres decir con esto? no es el camino a seguir?

Lo informé a la Universidad, estoy tratando de sacarlo del campus, lo que sea. Y todo lo que estaba tratando de hacer para mantener mi sistema de apoyo fuerte, me salió mal, honestamente. Por lo tanto, cuando informa el incidente a la oficina del título 9, oa HUPD, tienen una investigación con usted y con la persona que usted dice que fue el agresor, y ellos deciden si tiene o no un caso. Así que conseguí un caso, así que tuve que pasar frente a una junta de administradores y hablar sobre lo que sucedió. Él estaba allí, él estaba en la habitación, terminé averiguando que no se suponía que sucediera de esa manera.

Jackson: ¿ Estaba en la habitación?

Wright: Se suponía que no debía estar en la misma habitación que yo. Sí.

Jackson: Eso va en contra del título 9.

Wright: Fue realmente extraño.

Jackson: Oh no.

Wright: Fue lo más incómodo de todos. Sí. Entonces, eso sucedió y fue como si la administración fuera así, asustándome. Eran como, ¿qué tenías? Bueno, ¿por qué estabas en su casa? ¿Por qué eras así? ¿Por qué eras eso?

Jackson: Oh, no.

Wright: Y yo estoy como, qué, espera, espera, pausa. Detener. Así que fue solo … Espera, espera, pausa eso. ¿Qué? Entonces, fue un momento muy solo en mi vida.

Me pregunto por Evette y Amos … Entonces, parece que lo que aprendí de Kyla es que ella tenía que demostrar su valía ante sus amigos y la administración, y me pregunto en tus campus, ¿encontraste que el cuerpo estudiantil ¿Es comprensivo cuando escuchan sobre casos de agresión sexual? Y luego me pregunto si tus amigos o personas que conoces que han sufrido una agresión sexual se han sentido cómodos en el espacio de la administración y también en el espacio social del campus.

Jackson: Puedo decir de Howard que muchas mujeres no están dispuestas a informar porque tienen amigos o conocen a personas que han denunciado y no han visto una salida. Como mi aprendiz, una de las mujeres más cercanas a mí en el campus, eso le sucedió a ella. Entonces, cuando le sucedió a ella, fui la primera persona a la que llamó. La llevé a la oficina principal.

Tenía miedo de informar, y yo estaba como, no, como empleada estudiante de la universidad, tan pronto como me diga, ahora estoy obligado a informarlo yo mismo, así que ahora tengo que hacerlo. Sé que puedo romper el aprendiz, ser mentor de la relación de confianza aquí, pero tengo que hacerlo. Y creo que te servirá de bien que lo haga. Y odio el hecho de que haya tenido que acercarme a alguien para realmente poner mis manos en el arado para que sea una prioridad para mi administración y para otros líderes estudiantiles.

Pero, de nuevo, creo que nos estamos moviendo en la dirección correcta con eso. Estoy buscando contratar más investigadores del Título IX porque creo que una de las cosas que más daña a HBCU, especialmente cuando se trata de problemas como estos, es que los recursos que tenemos son muy escasos, así que en lugar de tratar de encontrar formas creativas, compensamos demasiado y Honesto sobre los problemas que están sucediendo en nuestros campus. Solo porque hay formas creativas de ayudar a los sobrevivientes y disciplinar a los agresores.

¿Y tú, Evette?

Dionne: Bueno, mi universidad es un poco complicada porque no hemos denunciado un asalto sexual en casi cinco años. Lo cual, de acuerdo con las estadísticas nacionales, es inexacto, y es imposible que no haya una agresión sexual que haya ocurrido en el campus de Bennett College en cinco años. Pero lo que eso me indica es que o no contamos con los protocolos adecuados para que las víctimas de violencia sexual se presenten y sientan que se les creerá y que se hará justicia; o estos casos fueron barridos debajo de la alfombra.

Y no hay evidencia de ninguna manera, pero puedo recordar, especialmente cuando estaba al comienzo de mi carrera universitaria, que siempre había murmullos y rumores sobre estudiantes que habían sido violados sexualmente. Pero siempre sucedía entre grupos de estudiantes o entre grupos de amigos. Nunca sucedió a nivel administrativo. Nunca tuvimos reuniones municipales sobre violencia sexual.

Entonces, a menudo … Recuerdo a una estudiante específica en particular que dijo que había sido violada, y el próximo semestre no regresó, y nunca la volvimos a ver. Gran parte de la conversación sobre asalto sexual y violación y cómo lo manejan las universidades, como dice Amos, tiene que ver con los recursos.

Entonces, Bennett es una escuela con 500 estudiantes. Se basan principalmente en la matrícula de los estudiantes para financiar la institución. El 90% del tiempo nos enfrentamos a un período de prueba financiera o estamos en período de prueba financiera. Por lo tanto, cuando se trata de la forma estratégica en que asignan los recursos, es como si no vieran reducir el abuso sexual y asegurarse de que aquellos que han sido agredidos tengan los recursos adecuados como prioridad institucional.

Hemos discutido que el asalto sexual es menos denunciado. ¿Crees que tiene algo que ver con el hecho de que: A, los negros ya están sobrerrepresentados en el sistema penitenciario y la cárcel, y no estás tratando de aumentar eso y ser … Hay esta «familia», cita , deje de citar la cultura en HBCU, y por eso se siente mal contarle a su hermano o a su hermana. ¿Crees que eso es parte de lo que sucede?

Dionne: Sí, absolutamente. Creo que la reputación de HBCU es todo, principalmente porque no cuentan con los fondos suficientes. Y así, las cosas que las administraciones eligen priorizar y enfocarse están diseñadas para aumentar la inscripción. Uno de mis profesores siempre dice que la mayoría de los HBCU funcionan como una iglesia negra, y ese es en gran medida el caso de Bennett.
Se acercan es como, nos enfrentamos a un frente unido, incluso si tenemos confusión interna. Y entonces, nunca se supone que hable mal de la escuela; no hablas mal de otros estudiantes. En Bennett nos llamamos hermanas. Si la agresión sexual está ocurriendo, y según las estadísticas nacionales, probablemente sea así, por qué no la denuncian.

Jackson: Sí, creo que también influye en la ubicación regional de las instituciones. Sé que muchos de los estudiantes que atraemos para ir a Howard provienen de las grandes ciudades y de muchas ciudades progresistas, especialmente de las cosas, y por lo tanto, hemos visto un aumento en los informes en los últimos años, que es un arma de doble filo porque te gusta, estamos contentos de que la gente esté informando, pero también nos entristece que las personas tengan que informar algo.
Y entonces, es una de esas cosas en las que, incluso en Howard, todavía tienes ese aspecto de mantenerlo en casa y lo que sucede en casa se queda en casa, y no queremos afectar el futuro de este negro, esta mujer negra futuro. Pero afectaron a los suyos, y entonces, debemos entender eso: no, no necesitamos tenerlos.

Y realmente pienso, incluso antes de llegar a la institución porque muchas veces, con nuestros estudiantes, hemos encuestado en el campus; Es la primera vez que hablan abiertamente sobre sexo con un adulto mayor que ellos, una persona mayor estaba en la universidad.

Um, de acuerdo, chicos. Para mi última pregunta, solo quería escuchar de cada uno de ustedes una cosa, solo una, que están realmente esperanzados de que esto ayude a cambiar las cosas, a generar más cambios en el campus. Como si fuera una política, si es una conversación, sea lo que sea.

Dionne: Lo único que espero que los cambios continúen es que … Me gustaría que Bennett tenga un ayuntamiento, cada escuela tenga un ayuntamiento, cada HBCU tenga un ayuntamiento que les permita a los estudiantes expresar cómo se sienten, particularmente en torno a cuestiones que son vitales y que deben detenerse. Y hasta que eso suceda, hasta que las voces de los estudiantes se escuchen, se valoren o se respeten, creo que estos problemas continuarán sucediendo ya sea que la administración no sepa o no se preocupe o no se invierta para asegurarse de que los estudiantes estén seguros.

Wright: Definitivamente diría el diálogo porque cuando ocurrió la reunión del ayuntamiento, todos se indignaron, y todos estaban molestos, y todos tenían algo que decir en cuanto a los estudiantes. Y ahora, se calmó, y ya nadie habla de eso, y eso es todo. Entonces, no quiero que sea solo un trastorno temporal, una conversación temporal. Esto debe ser continuo hasta que algo realmente suceda.

Jackson: Me encantaría ver a los hombres en nuestro campus solo escuchar. Los hombres en nuestro campus escuchan, entienden y buscan información sobre cómo pueden ser un aliado de las mujeres en nuestro campus. Me encantaría ver eso.

Buen punto. Yo agregaría que generalmente, escuchar, sentarse y actuar sobre verdades cómodas e incómodas es una parte clave para hacer que los campus sean más seguros.

Desafortunadamente, eso es todo el tiempo que tenemos, y solo quería agradecerles a todos ustedes. Kyla Wright de la Universidad de Hampton en Hampton, Virginia; Amos Jackson, también estudiante de último año pero en la Universidad de Howard en Washington, DC, donde también soy alumna; y Evette Dionne, editora en jefe de Bitch Media y ex alumna de Bennett College y coproductora de este panel.

Antes de cerrar el programa, quiero mencionar que nos comunicamos con Howard, Hampton y Bennett para obtener sus respuestas a los comentarios de Amos, Kyla y Evette. Los oyentes pueden ver las declaraciones completas en nuestro sitio web, pero las resumiré aquí:

Hampton University describió sus políticas e iniciativas en torno a la agresión sexual y finalizó con una cita:

«Una vez que se presenta una queja, la Universidad de Hampton no permite que una presunta víctima y el perpetrador sean interrogados juntos, excepto durante una audiencia de mala conducta sexual y discriminación, a menos que se solicite lo contrario. Agregaron que la cita «por ley federal Hampton University no puede discutir los detalles de cualquier queja o caso pero es importante señalar que la Universidad de Hampton está preocupada por la dignidad de las personas y ha implementado una política de agresión sexual mucho antes del mandato federal. «

La declaración de la Universidad de Howard destacó varios recursos disponibles para los estudiantes y programas que ha implementado para prevenir la agresión sexual, promover la conciencia estudiantil del Título IX y apoyar a los sobrevivientes de la agresión sexual.

Por último, Bennett College compartió una declaración sobre los programas allí, enfatizando que los recursos de la escuela para promover la concientización y el apoyo sexual se incrementaron en 2013. En respuesta a si la escuela reveló incidentes de asalto sexual, el comunicado dijo: «Alegaciones que Bennett College no haya denunciado ningún ataque sexual en los últimos cinco años es inexacto. Los informes sobre estudiantes que buscan asistencia a través de los Servicios de asesoramiento no se reflejarán en los informes públicos emitidos por la Ley Clery «.

Para escuchar la discusión completa, sin editar, vaya a radioproject.org. Gracias por sintonizar a Hacer contacto y nuestro episodio especial de mesa redonda en la Colaboración de informe de rol de Dishonor. Gracias, especialmente, a Evette Dionne y Andi Zeisler de Bitch Media por su contribución editorial. Gracias a Jo Ellen Kaiser y The Media Consortium por una mini-subvención para nuestra participación en DisHonorRoll. Un agradecimiento especial por las instalaciones de grabación en los estudios de WPFW en DC, WDET en Denver, ESPN en Nueva York, KGNU en Denver y grabadores, Bre’Anna Tinsley, Sam Beaubien, Dave Ashton, Tim Russo, Robin Smith y Katea Stitt. Gracias a Climbing Poetree por el poema de apertura y por la música de Jahzzar y Scanglobe. Soy Eryn Mathewson en Nueva York para hacer contacto. www.radioproject.org .

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Lucas Platero: “La transexualidad plantea un reto muy interesante”

Por blog.tiching.com/

¿Cómo definiría la transexualidad?
Alejarse del sexo asignado en el nacimiento. Hay quien señala una genitalidad o corporalidad determinada con relación al sexo, pero hay personas que no se sienten cómodos con esta clasificación. Para algunas personas sería un tránsito de un sexo a otro, pero otras personas trans lo perciben como un proceso más complejo y diverso.

¿Cuáles son las primeras sensaciones en una niña o niño trans?
El proceso de sociabilización está enfocado a entender que el mundo está dividido entre niños y niñas y, en la medida en que acceden al lenguaje, quedan claramente marcados estos estereotipos de género. Pero hay personas que desde muy jóvenes entienden que no encajan ahí, en ese lugar que les hemos asignado. Este proceso en algunos casos es muy temprano, pero en otros puede llevar toda una vida. Tiene manifestaciones muy diversas como sensaciones corporales, no querer ponerse un tipo de ropa o jugar a determinados juegos. Desde pequeños pueden aparecer las primeras sensaciones y te planteas si el entorno te entenderá y si es mejor mentir o callar para que la gente más cercana te acepte. Una situación muy difícil para una persona muy joven.

¿A qué se enfrenta un niño o niña trans en una escuela?
A las risas y, posiblemente, al pensamiento por parte de familias y profesores de que es una fase pasajera, que no es importante, que tiene como objetivo llamar la atención, o que es el resultado de una actitud rebelde de ir a la contra. Existe una cierta tendencia a negar la realidad. Para un niño o niña la sensación es que, si se porta bien le recompensan, y si desobedece le pueden castigar. Ante esta realidad de falta de apoyo es muy fácil interiorizar sentimientos negativos que pueden derivar, sin el apoyo correcto, en pesadillas, en una mala imagen propia e incluso, en estados depresivos.

¿Con qué herramientas debemos dotar a la infancia trans para que pueda enfrentarse mejor a su realidad?
Lo más importante que tenemos que hacer las personas adultas es escuchar. A veces lo que un niño o una niña quiere es mucho más sencillo de lo que parece, ya que puede aspirar simplemente a no vestirse con determinada ropa, o no participar en algunos juegos o simplemente, le gustaría identificarse con un nombre que no marque tan claramente su identidad. Las personas adultas, y concretamente los padres, cuando se encuentran ante esta situación muchas veces empiezan a pensar en cosas que no tocan en ese momento, como la medicación, la cirugía o llevarlo a un centro de salud mental. Lo que realmente necesitan los niños y las niñas es que se esté a su lado y se les muestre comprensión, escuchar poco a poco sus necesidades e ir dando pasos juntos.

Pero esto no siempre resulta fácil para algunos padres y madres…
Lo importante es acompañar. La transexualidad plantea un reto muy interesante, ya que como adultos nos enfrentamos a una situación que desconocemos, igual que esa niña o niño. Por ello, se abre una bonita oportunidad de aprender conjuntamente. Esto también sucede en otros temas, como las altas capacidades o la diversidad funcional… Los padres e hijos tienen que establecer una relación basada en “vamos a ir viendo”, e ir probando, pero siempre atreviéndose a escuchar sin castigar y sin imponer su autoridad a la fuerza.

Hay que romper muchos prejuicios…
Las personas adultas tenemos prisa por resolver los conflictos, y lo fundamental es tener paciencia e ir actuando. Nos enfrentamos al arraigo de nuestras creencias binarias. De pronto, con este tipo de experiencias tenemos que empezar a reflexionar y darnos cuenta de cosas aparentemente tan sencillas, como que sacar la basura no es una actividad exclusivamente masculina, que el rosa y el azul son simplemente colores, que no deben determinar nada, que una Barbie es una muñeca con la que se juega. Las actividades o los juegos son precisamente eso, actividades y juegos y no podemos dramatizar ni pensar que todo lo que hacen los niños y las niñas tiene significado trascendental para el futuro.

¿Cómo podemos ayudar a los niños y las niñas en una clase para que puedan aceptar e integrar a sus compañeros trans?
Lo más importante es que las personas adultas repensemos lo que decimos y lo que hacemos delante de los más pequeños. Si hacemos un drama sobre lo que supone ser distinto, no vamos ayudar a transmitir un mensaje apropiado ni educativo. Sin embargo, y me pongo en la piel de docente, si en clase incorporamos de forma natural que existe la diferencia, podemos hablar tranquilamente de un niño o niña trans, de un gay o de un inmigrante africano. Los docentes tenemos que incorporar una mirada crítica para no dar por bueno el binarismo, en el que todo lo masculino acostumbra a ser lo mejor, y lo femenino tiene connotaciones negativas.

Por tanto, el mejor ejemplo es la naturalidad.
Los libros de texto no hablan de personas migrantes, trans, mujeres… No ponemos ejemplos, sin ser conscientes podemos estar transmitiendo actitudes y acciones racistas, transfóbas, clasismo o sexismo… El profesor o profesora tiene que plantear todas estas cosas con naturalidad, no como algo excepcional. A partir de este ejercicio de cotidianeidad cualquier cosa que pase en el aula será educativa, ya que si un día pones un ejemplo en que salen dos madres o una familia que migra, generas este espacio de aceptación, con lo que ya no resulta necesario abordarlo de una forma especial o extraordinaria.

¿Qué actuaciones son necesarias para una mayor comprensión e integración de niños y niñas trans en las escuelas?
Repensar los espacios, los roles sociales, nuestros hábitos. La escuela debe aprovechar el reto que podemos aportar las personas trans, para replantearnos cómo actuamos. Me refiero a reflexionar sobre un espacio como el cuarto de baño, a normativas sobre ropa como uniforme, gorras, faldas, tatuajes… Los profesores y profesoras debemos dar ejemplo desde lo cotidiano y mostrarnos como somos: gordos, adoptados, trans, con inquietudes… Además, debemos dejar un mensaje muy claro y ser inflexibles: el acoso no se va a permitir y que todas las personas tienen derecho a estar en la escuela para crecer y aprender.

¿Está el sistema educativo actual preparado para tratar convenientemente la diversidad?
Se puede hacer. A veces lo que debemos hacer los profesores es alejarnos un poco de lo que nos marcan los planes educativos por ley. En ocasiones debemos actuar un poco a pesar de la ley. Nadie nos determina que debemos tratar el racismo en el aula, pero muchos lo hacemos. Tampoco tenemos en cuenta que hay alumnos que no tienen recursos para comprar los libros que les pedimos que lean y debemos contemplarlo para poder ofrecer soluciones.

En general, ¿existe sensibilidad por parte de los profesores para tratar casos de transexualidad?
Cada vez más hay más interés por estas vivencias. Cuando publicamos el libro “Trans*exualidades, acompañamiento, factores de salud y recursos educativos” la gente me decía: “no estamos preparados para abordar este tema”, pero yo no lo veo así. Tengo la sensación que hay muchos profesionales interesados en generar situaciones amables para sus alumnos y quieren saber más. Para ello hay que formarse y hay que leer, el trabajo que realizamos con la editorial Bellaterra va en esta línea, generar literatura que pueda ser útil. Percibo que cuando participo en charlas y conferencias sobre este tema hay mucho interés y la sala está llena de docentes que quieren que les demos pistas y herramientas para tratar este asunto de la mejor manera.

Pero en algunos casos todavía es un tema tabú.
Es cierto que todavía en algunos casos puede ser un tema tabú, sobre todo en determinadas escuelas privadas o concertadas, pero lo que yo percibo es que existe mucho interés en conocer y aprender para dar la mejor respuesta posible. Eso no quita para saber de malas prácticas que todavía persisten y sobre las que hay que seguir incidiendo, con la ley en la mano.

¿Conoce algún proyecto educativo especialmente significativo sobre educación en igualdad y derechos del LGBT?
Hay algunos centros educativos que están haciendo esfuerzos en este sentido. Un buen ejemplo es el del Instituto San Isidro de Madrid que está construyendo las bases para convertirse en LGBTfriendly, así es como ellos mismos lo definen. Están desarrollando una excelente labor para acoger a chicos y chicas que se han sentido mal o que han sido rechazados en otros colegios. Asimismo, en el IES Renacimiento donde trabajo estamos impulsando diversas acciones y organizamos regularmente mesas de debate o damos voz a testimonios personales, lo cual resulta muy enriquecedor y fomenta la percepción de aceptación a la que hago referencia en todo momento.

¿En qué aspectos considera que se ha avanzado respecto a tiempos pasados en la aceptación de niños y niñas trans?
Hemos pasado de considerarlo un tema tabú a que empiece a existir material educativo que ayude a entender y hacer cotidiana la existencia de la transexualidad. Hay varias asignaturas curriculares en las que caben claramente estos temas, pero lo más interesante es poder tratarlo de manera transversal en todas las asignaturas, ya sean de matemáticas, física o literatura, ya que en todas ellas se pueden poner sencillos ejemplos que fomenten la aceptación.

Fuente: http://blog.tiching.com/lucas-platero-la-transexualidad-plantea-reto-interesante/

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Entrevista a Monedero: «La posibilidad de superar el neoliberalismo en A.L. tuvo que ver con volver a emocionar

Por: CLACSO TV.

Juan Carlos Monedero, España. Politólogo y escritor, profesor de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid. Ex secretario de Proceso Constituyente y Programa de Podemos. Presentador del programa de debate político La Tuerka en Público TV.4. VII Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales «Transformaciones democráticas, justicia social y procesos de paz», del 9 al 13 de noviembre de 2015 en Medellín, Colombia.

 

Fuente de la entrevista: https://www.youtube.com/watch?v=MU8EaU8uwdA

 

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Entrevista a Val Flores: “Una puede leer sobre género y poscolonialidad pero es fundamental intervenir en la práctica”

Por: Estefania Veronica Santoro y Andrea Beltramo.

 

Val Flores es escritora, profesora y activista lesbiana feminista. A través de sus textos y su carrera docente supo visibilizar y cuestionar determinadas narrativas que reproducen la heteronorma en el ámbito educativo. Cree necesaria la emergencia de textos político-disruptivos, que desafíen los límites de los discursivos vigentes y permitan florecer otras formas de escritura y de nombrar la sexualidad, la cultura y la sociedad en su conjunto. Derrocando a Roca charló con ella para conocer qué prácticas hay que desnaturalizar en las aulas y cuáles son las “normas” que nos enseñaron y continuamos reproduciendo. Además nos adentramos en su nuevo libro “El sótano de San Telmo” y sus investigaciones sobre el activismo lésbico en Argentina.

 


_¿Actualmente estás dando clases?

_No, estoy dando talleres en centros culturales o en mi casa, no estoy en el ambiente de la escuela. Hoy en día, mi trabajo está relacionado con la educación desde el sindicato docente -UTE (Unión de los Trabajadores de la Educación), en la parte de formación con tutorías de escritura.

_¿De qué se trata?

_Desde el Instituto Cacho Carranza, instituto de formación e investigación, se convoca anualmente a un congreso pedagógico para estimular la escritura de las y los docentes, y se hace todo un proceso de acompañamiento de esa escritura, por eso se le llama tutoría. No es una corrección del texto ni una evaluación, sino que es como un diálogo, hacia una construcción más horizontal del conocimiento. La ponencia está pensada como un debate público que quieren dar los docentes:  estimular el posicionamiento político-pedagógico y recuperar ese saber que se construye en la escuela, y que muchas veces queda ninguneado o impugnado o privatizado en el ámbito del aula. Estamos cerrando este congreso que se llama “Poéticas de la pedagogía del sur. Educación, emancipación, igualdad”.

_En tu etapa de docente de escuela primaria implementaste talleres de sexualidad. ¿Cuál era la dinámica de aquellas clases y cómo las preparabas para “correrte” de los textos escolares que imponen determinada sexualidad y que acompañan la heteronorma?

_Trabajé 15 años en escuelas primarias de la ciudad de Neuquén. La intervención dentro de mi propia práctica sobre sexualidad, géneros y deseos fue variando a lo largo de los años y tiene que ver con los cruces con el activismo y una formación bastante autodidacta desde el feminismo, la disidencia sexual, la teoría queer. Hubo todo un proceso. Desde un principio fue el de incorporar la temática dentro de algún área, en general el área de naturales. Le fui dando un espacio y tiempo propios al taller de sexualidad como tal, con actividades corporales, de debate, desplazando el guión escolar de la clase hacia otros formatos mucho más participativos y lúdicos. Tiene que ver con las biografías políticas y pedagógicas activistas y feministas. Esa confluencia de saberes permitió que el recorrido de ese tipo de intervención vaya cambiando: desde una postura más encuadrada en un feminismo, tal vez, más clásico a propuestas un poco más radicales y menos ortodoxas.

_En tu escrito “Alegorías del temblor” hablas de la necesidad de deshacerse del conservadurismo social y político que imponen los textos escolares y que inevitablemente coartan la formación de un adolescente. Como docente, ¿qué se podría hacer para elegir otro camino que no sea el impuesto? ¿Cómo lograste hacerlo desde tu experiencia?

_Usaba materiales que por ahí no tenían que ver con la escuela y los buscaba, o también los producía. Todo el tiempo tenía una mirada atenta sobre esa capilaridad de las prácticas que organiza el espacio escolar. Desde el material que les das a los chicos a cómo se dispone el espacio, las voces, las relaciones entre chicos y chicas, estar de algún modo interviniendo esas micro-situaciones donde se va produciendo el género. Por ejemplo, en el almuerzo, los varones repetían la comida porque eran los más rápidos en comer y las nenas no llegaban a repetir. Otra situación similar se daba en los recreos: tenía un alumno amanerado, los varones constantemente lo acosaban, le sacaban la pelota. Entonces, acudía a la maestra que estaba a cargo del sector para que preste atención a ese tipo de situaciones. Otro caso es el de los profesores de educación física, respecto a las ejercitaciones que establecían para chicos y chicas: saltar a la soga, los chicos lo hacian 20 veces y las chicas, 40.

_Por otro lado, te nombraste lesbiana en la escuela; desde el lugar de la docencia, ¿qué reacciones notaste?

_No pensé el proceso de visibilidad como un fin en sí mismo sino como una herramienta que permite politizar o (des)heterosexualizar la tarea docente, como siempre, en el marco de una propuesta de repensar la producción del conocimiento escolar. No fue solo “salir del closet” y como maestra decir “soy lesbiana”, sino que esa autoafirmación estuviera ligada a una problematización del conocimiento dentro de la escuela y por lo tanto, en la articulación de una propuesta que sea descolonizadora, antirracista, que tenga una perspectiva de clase porque sino quedamos entrampados en una cuestión meramente identitaria que no interpela la norma que rige el conocimiento escolar.

A nivel personal, creo que tuvo la posibilidad del empoderamiento, de plantarme y entrar más entera al aula y a su vez, dentro de las reacciones de los chicos y las chicas ante el proceso de visibilidad conjugada con una propuesta crítica, me tomaron como la maestra que siempre tenía algo para decir. Era una conjunción de cosas que a veces estallaba en los sentidos más instalados respecto de lo que debe ser la maestra, la práctica, la escuela en sí y generaba una incomodidad, un interrogante y también reacciones violentas. De parte de los chicos y las chicas, en general, las chicas tienen una recepción bastante amigable, genera un diálogo, inquietudes y curiosidad. En los varones, los que tienen una masculinidad más hegemónica, hay una resistencia que se muestra en repreguntar: “Seño, ¿usted tiene novio?”; lo repreguntan como una forma de negar.

_Con las madres y los padres, ¿qué reacciones hubo?

_Algunas madres me venían a consultar si yo había dicho “eso” en la escuela. “Eso”, nunca nombraban la palabra lesbiana ni lesbianismo. También hubo algunos padres varones que nunca venían a las reuniones, no los conocía, y aparecían de forma intimidatoria, enojados porque había comentado ante los chicos mi identidad sexual.

Cuando me corté el pelo, incrementó la violencia de los padres que pretendían que me adecuara a los parámetros de lo que debe ser una maestra. Pero hay que pensarlo en el contexto, porque cuando yo empiezo a trabajar sobre cuestiones de sexualidad y géneros en la escuela, en Neuquén ya había una ley provincial de educación sexual desde 1997, previa a la ley nacional que crea el programa de educación sexual integral. Es decir, que ya había un marco jurídico que habilitaba el tratamiento de este tema. Lo que no había era una decisión política de que esto se implementara en las escuelas. Por ejemplo, las escuelas privadas y católicas tienen programas de educación sexual, pero están orientados a fines reproductivos, a reforzar la heterosexualidad y los mandatos de la maternidad.

_Ante estas reacciones de la “comunidad educativa”, ¿tuviste que crear una pedagogía propia, o pudiste entablar relaciones con otras docentes como para tener una línea distinta que cuestione el discurso de la heteronorma?

_Eso variaba según la escuela. En una pude hacer articulación con mi compañera con la que daba clases en otras áreas. Y en la última escuela en la que estuve, en la zona oeste de la ciudad de Neuquén donde es una zona más empobrecida, titularizamos en un año varias maestras nuevas. La directora también era nueva y eso creó todo un proyecto pedagógico bastante singular y muy potente, de mucho trabajo grupal, mucho debate pedagógico y político. La escuela tuvo distintas líneas que tenían que ver con el trabajo en educación sexual, tal vez no todas las maestras implementando los talleres, pero sí mínimas reflexiones que tenían que ver con la cuestión de género, los chistes sexistas, heterosexistas, el trabajo sobre los actos escolares encarándolos siempre en vinculación con la comunidad. Para un acto del “Día de la Independencia”, hicimos preguntas sobre el presente y se llamaba “La toma”; la toma de la palabra por parte de las mujeres. la toma de la vida con las Madres de Plaza de Mayo, la toma de la tierra por parte de la comunidad, la toma de la fábrica por los obreros de Zanón.

_¿Qué otras prácticas desnaturalizaste para que entren en tensión para su cuestionamiento entre lxs estudiantes?

_La propuesta de sexualidad tenía otros modos de escucha que hacía que fuera más permeable a repensar algunas prácticas, incluso en un momento pensamos cambiar las filas de chicos y chicas y eso generó discusiones porque era como que se derrumbaban los cimientos de una institución. Cuando yo lo planteé a la entrada generó muchísima resistencia por parte de las madres que planteaban cosas como: “Ah bueno, después van a ir al baño todos juntos”. Era un pánico moral y sexual porque justo lo planteaba una maestra lesbiana. Donde encontramos más resistencia en desbaratar la formación fue en los varones, para ellos pasarse a ese lugar simbólico que está instalado para las nenas implicaba un cambio de género que los feminizaba. En este sentido, algunas maestras no ponían mucho énfasis en tratar de modificar esa práctica pero sí ponían mucha energía en el tema de la gripe A, por ejemplo, en llevarlos al baño, lavarles las manos, volver… Como que esa práctica sí merecía tiempo y compromiso para hacerlo, ahora esto de cambiar las filas se intentó dos o tres veces y como no resultó se dejó.

_En estas prácticas descolonizadoras, en el desplazamiento del poder y la construcción de autoridad, que en principio genera obediencia inmediata, se genera tensión con las teorías que se leen. ¿Notaste esa tensión en vos como lectora o como estudiante?

_Tengo una relación con la teoría que no es la que se instituye en general en la academia. Entonces, para mí, producir teóricamente es poner la práctica en el centro de escena y construir desde ahí en términos de praxis política. Por un lado, es una disputa con ciertos modos de producción académicos y por otro lado, también dentro del activismo donde hay cierta impugnación de la producción teórica, porque la producción teórica está vista como una tarea que se hace por fuera de los contextos y desvinculada de las prácticas. En este sentido, creo que las maestras sí históricamente tienen un lugar de subordinación intelectual, así que para mí, pensar la práctica y producir teóricamente es una forma de disputar ese lugar de subordinación, de apostar a la autonomía intelectual y esto es intervenir también el dispositivo de feminización de las maestras. El sistema educativo es super jerárquico y produce esa feminización, donde las maestras de primaria o de inicial son el último orejón del tarro. Son aquellas que deberían bajar la teoría a su práctica. Esas concepciones no me resuenan. Sí me alimento de producciones académicas, obviamente, para mí es un tráfico constante sin dejar de estar atenta a que la academia impone determinados modos de construcción de conocimiento donde el cuerpo del investigador está soslayado o autoinvisibilizado para construir el criterio de objetividad. Pero no sé si me pondría a pensar tanto en que los que producen académicamente no tienen que ver con la práctica sino que hay algo más para problematizar que es el modo de producción de conocimiento. Es una práctica constante donde tenemos que descolonizar nuestros propios cuerpos en contextos particulares porque son disposiciones que hemos construido en relación  a otros cuerpos. Es una práctica de vida constante.

_Volviendo a las aulas, considerando que la autoridad es la maestra y los demás son personas “sin luz” (alumnos), subordinadas a recibir información constante como una paralización de lo corporal y una construcción de obediencia…

_Una puede sentarse a leer cuestiones de género, poscolonialidad, pero es fundamental intervenir los modos de la práctica y los modos de hacer del cuerpo. En nuestras propias historias escolares, si uno se pone a pensar, ¿cuáles son las cuestiones que hicieron huella, de las cuales tenemos memoria? Siempre hay algo relacionado a la corporalidad que está presente. Nuestras propias historias nos están diciendo cómo construimos memoria, cómo construimos esos aprendizajes que muchas veces son mucho más significativos de eso que está pasando, de lo que está enseñando la maestra en ese momento. Esas miles de formas de habitar los cuerpos si no tienen una presencia dentro del aula a través de materiales gráficos, a través de audios donde se pueda también escuchar otros tonos de voz, hay algo de la cuestión perceptiva en la que tiene que intervenir la escuela. Siempre nos encontramos una lámina con un nene o una nena con una carita sonriente, con formas muy suaves porque están vinculadas a como debería ser la infancia y no hay otras experiencias visuales, sonoras, corporales, entonces no hay manera de transformar esos modos de hacer del cuerpo o darle vida o entidad a otras formas para ser niños y niñas.

_Citando uno de tus textos, ¿de qué manera es posible desmontar la lengua del mandato de la que vos hablás y qué caminos podemos transitar para criar la lengua del desacato?

_Es un diálogo que mantuve con dos activistas chilenos. Fue una apuesta de Jorge Díaz – que pertenece a la Coordinadora Universitaria de la Disidencia Sexual (CUDS)- y Enrique Murga. Esa coordinadora en la Universidad de Santiago de Chile es un grupo con el cual dialogo dado que tienen una apuesta por la producción de otras ficciones feministas, entender el lenguaje como un campo político donde se puede intervenir. A partir de un diálogo virtual que mantuvimos se organizó el fanzine. La idea es pensar el lenguaje como aquel contrato fundamental que organiza al mundo y la necesidad de intervenirlo para desarmar esas categorías que resultan opresivas y son normativas que requieren ponerse a pensar en la lengua del desacato, en la posibilidad de construir una lengua que intervenga constantemente esas normativas.

_¿Qué importancia tiene para vos hablar de disidencia sexual en lugar de diversidad sexual?

_Para mí, disidencia sexual es una práctica política epistemológica y afectiva que tiene que ver con estar analizando permanentemente como funcionan las políticas sexuales en articulación con las políticas económicas, culturales, sociales y estar atenta a todos los procesos de normalización de la identidad sexual, genérica, racial, de clase o como se articulan entre ellas en función de las diversas coyunturas históricas. Y disidencia sexual no nombra una población específica, no es sinónimo de población LGTB, sino que la verdad es una operación política y de problematización permanente. La diversidad sexual es un término que viene de las políticas neoliberales y en el ámbito educativo se instaló como inclusión, tolerancia, integración; que lo que hace es organizar, pacificar y homogenizar el conflicto político que plantea las diferencias. Es decir, que vino a desnombrar las identidades, con suerte se dice sexual.

_Desde la docencia, ¿cómo lo tratas? ¿Cómo ves que lo hacen tus colegas?

_Las maestras pueden decir “Yo trabajo la diversidad sexual”, pero diversidad sexual es otra forma de nombrar lo que no es heteronormativo entonces lo que se termina haciendo es no poner en el centro de la escena la norma que organiza la sexualidad: la heteronormatividad . Se corre siempre la mirada hacia la existencia de lesbianas, gays, trans con narrativas bastante estereotipadas, homogéneas, desproblematizadas, o se presenta de manera armónica como lo hace siempre la escuela respecto del saber y termina teniendo cierto efecto político que  acalla ciertos debates. No repensar las relaciones de poder que construyen esas categorías, eso tiene que ver con las políticas estatales que imponen ciertos términos para hablar de ciertas poblaciones.

Una como maestra se encuentra atravesada por estas políticas públicas en la educación, donde por un lado tenés la ley de educación sexual, que plantea un marco jurídico, que habilita a trabajar ciertas temáticas, el tema es que como una no es funcionaria en términos de obediencia hacia el Estado sino que también puede intervenir esas narrativas y plantearlas en términos de disputa política con ciertos saberes que justamente lo que hacen es neutralizar la potencia política que tienen ciertas identidades de desbaratar la organización o ciertos régimen de poder. Muchas veces aparecen en las charlas esto de trabajar la diversidad sexual y con una pregunta muy sencilla que es, ¿vos dónde te pones respecto de la diversidad la sexual? La gente no lo ha pensado, damos cuenta que la diversidad sexual opera como un término para nombrar a otro que no es heterosexual. Las categorías de diversidad cultural han sido problematizadas hasta por la propia antropología, por los propios pueblos originarios que vienen a (des)nombrar, a pacificar ciertos conflictos por qué ahora adoptar el término de diversidad sexual.

_Por último, tu nuevo libro “El sótano de San Telmo”, ¿qué nos podés contar?

_Es parte de “Potencia tortillera”. “Potencia” es el archivo digitalizado del activismo lésbico en Argentina que desde el 2011 veníamos sosteniendo con Fabiana Tron, Gabriela Adelstein, María Luisa Peralta, Canela Gavrila y yo. En este último tiempo, dentro del archivo me interesó instalar algunas líneas de investigación. Cuando volví a Buenos Aires en el 2014, me había quedado con esta inquietud que durante la presentación pública del archivo en el 2011 que hicimos en Brandon, donde Adriana Carrasco había traído el dato de un sótano donde se juntaban lesbianas a hacer actividades, ya que en la parte del archivo que tenía menos documentación era la parte del período de la Dictadura. Me contacté con Adriana que reconstruyó la experiencia del sótano que fue motorizado por quien fue su compañera Marta Ferro, una periodista trotskista. Este sótano funcionaba como un centro de actividades culturales y políticas en la dictadura y terminaba siendo un lugar de sociabilidad lésbica. No era un lugar de activismo lésbico porque todavía el término lesbiana no constituía una identidad que agrupara políticamente sino que terminaba siendo un lugar donde la mayoría de los que concurrían eran lesbianas. Marta Ferro, por ejemplo, se decía a sí misma “karmática”. Había distintas maneras de nombrar que no son las de ahora. De algún modo en el sótano se articulaba la lucha de clases, la emancipación de las mujeres, la liberación de las mujeres como se denominaba en aquel momento y la posibilidad de vivir el deseo de otra manera. Lo que hace el libro, que en realidad es un artículo que se publica en Potencia tortillera a fines del 2014, es articular la experiencia de la izquierda, el activismo lésbico y resistencia política. El año pasado la Editorial Madreselva me propone publicarlo y adquiere la forma de libro, pero el artículo ya estaba en “Potencia tortillera”. Las memorias históricas del movimiento lésbico también son distintas porque las configuraciones han sido diferentes. En Córdoba se dan articulaciones que en Buenos Aires no: entre trabajadoras sexuales y el movimiento de la disidencia sexual. Córdoba esta a favor del reconocimiento del trabajo sexual y no necesariamente reglamentarista y acá es hegemónicamente abolicionista. Entonces, también eso marca distintas alianzas y posibilidades de diálogos o de no-diálogos. Lo interesante justamente del archivo es esta propuesta de convocar a estas compañeras de los distintos lugares del país para hacerse cargo del archivo y conformar un nuevo grupo de coordinación, y que estén presentes todas esas configuraciones que se dan en los distintos lugares también es una práctica descolonizadora.

Fuente de la entrevista: http://derrocandoaroca.com/2016/05/03/valeria-flores-una-puede-leer-cuestiones-de-genero-poscolonialidad-pero-es-fundamental-intervenir-en-la-practica/

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Programa #24 – MERCEDES MAYOL LASSALLE / Perspectivas del derecho a la educación en la primera infancia

Por: Cuestiones de Infancia. 

 

Pese a que existen importantes avances conceptuales a nivel internacional sobre la infancia, así como sobre las niñas y los niños como sujetos de derechos, con particular interés en el derecho a la educación en la primera infancia, en la actualidad se observan concepciones y sentidos muchas veces dispares en la práctica a la hora de definir leyes, políticas y acciones en este campo. De hecho, si bien algunos acuerdos internacionales más recientes consideran a la educación inicial como un primer ciclo de los sistemas educativos, lo tratan como una etapa dedicada a la preparación para la escuela primaria, más que como un derecho humano desde el nacimiento, con sentido y valor propio.
Partimos de la premisa que el primer paso para alcanzar la realización del derecho a la educación para todos los niños y niñas entre los 0-8 años es su pleno reconocimiento en las legislaciones y su concreción a través de políticas públicas, institucionalizadas y con recursos suficientes para garantizar todas las especificidades de esta etapa educativa, así como la existencia de mecanismos legales y judiciales que permitan la protección de los intereses y derechos y la reparación en casos de vulneración.
MERCEDES MAYOL LASSALLE, es Vicepresidenta Regional para América Latina del COMITE EJECUTIVO MUNDIAL de la OMEP (Organización Mundial para la Educación Preescolar).  Es maestra Normal Nacional y Licenciada en Ciencias de la Educación (UBA). Ex-directora y asesora de Jardines Maternales. Actuó como consultora del Programa de Naciones Unidas para el desarrollo PNUD. Fue Directora del Área de Educación Inicial de la Secretaria de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. Es profesora en la Maestría en Educación Infantil de la Universidad de Buenos Aires y de la Carrera de Especialización Superior en Educación Maternal de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, Argentina. Es autora de publicaciones sobre el nivel inicial y sobre historia de la educación. Desde 1999 es miembro del Comité Argentino de la OMEP.
Fuente de la reseña: http://cuestionesdeinfancias.blogspot.com/2018/11/programa-24-mercedes-mayol-lassalle.html
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