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#DesignIndaba2018: Be inspired by problems in Africa

Resumen: Leroy Mawasaru solo tenía 16 años y todavía estaba en la escuela cuando fundó Greenpact, una empresa social para proporcionar energía alternativa renovable a las comunidades e instituciones locales en Kenia. Lo que comenzó como un proyecto de escuela secundaria, ha sido presentado por CNN, The HuffPost , Forbes , UpWorthy, Grist y los medios locales en Kenia. Y entre sus muchos reconocimientos, este joven de 19 años es Embajador de One Young World, Colaborador de Harvard Social Innovation Collaborative, Miembro de Resolution, el becario más joven del Programa de Emprendimiento Tony Elumelu 2016 y miembro de Royal Commonwealth Society. El modelo Greenpact implica el uso de desechos humanos para proporcionar electricidad a las casas en las aldeas rurales. Se describe a sí misma como una empresa de energía limpia que espera resolver el problema de la falta de acceso a energía limpia y saneamiento adecuado que enfrentan seis millones de keniatas.  Después de estar expuesto al pensamiento de diseño, Mawasaru también fundó CampBuni, una empresa social que enseña el diseño de pensamiento a estudiantes de secundaria, porque quería exponerlos a los aprendizajes que ha tenido y, con suerte, alentar a otros a llevar sus ideas e innovaciones más allá. Luego está CommCycle, una plataforma comercial para facilitar el comercio entre iguales que él fundó. Actualmente está ahorrando para la universidad.


Leroy Mawasaru was only 16 and still at school when he founded Greenpact, a social enterprise to provide alternative renewable energy to local communities and institutions in Kenya.
What started out as a high school project, has been featured by CNN, The HuffPost, Forbes, UpWorthy, Grist and local media in Kenya. And among his many accolades, this 19-year-old is a One Young World Ambassador, a Harvard Social Innovation Collaborative Fellow, a Resolution Fellow, the youngest 2016 Tony Elumelu Entrepreneurship Programme fellow and Royal Commonwealth Society Fellow.

The Greenpact model involves using human waste to provide electricity for homes in rural villages. It describes itself as a clean energy startup which hopes to solve the problem of lack of access to clean energy and proper sanitation that six million Kenyans face.

After being exposed to design thinking, Mawasaru also founded CampBuni, a social enterprise teaching design thinking to high school students, because he wanted to expose them to the learnings he has had and hopefully encourage others to take their ideas and innovations further.

Then there is CommCycle, a trade platform to facilitate peer-to-peer trading that he founded. He is currently saving for college.

After wowing the Design Indaba audience with his ingenuity on the third and last day of the Design Indaba conference, Mawasaru sat down with Bizcommunity.com to talk about his journey.

BizcommunityWhat started you on your journey?

It began with family values I observed back at home. It made me into this responsible kid. It instilled a discipline in me. Apart from this, the attitude of taking hard parts and taking the parts no one wants to take. Magic happens when you step out of your comfort zone. Any youth who is outside Africa could do and achieve lots more.

BizcommunityThe most important person in your life?

My parents, my mum for always being there for me, my dad for showing me that everything didn’t come on a silver platter.

BizcommunityWhat were your main challenges in starting out?

Getting people to take me seriously was a very big challenge. I would walk into a meeting, and people would want to know what a teenager has to do in a meeting. It was experiencing those blockages and defying convention. Nothing can stop me. I am here.

Then there are values that I uphold, but I’ve had to break some school rules because I wanted to do something, nothing is ever a smooth path. If you follow the system blindly, not everything will be in your favour. You need to defy some conventions and break some rules, it’s never a straight path. Of course I’m not suggesting that school rules should be broken!

BizcommunityWhy go into the renewable energy sector?

I was mainly inspired by a problem. I identified this problem. I started solving it and then learnt as much as I could about the solution. I barely knew it. I looked at the concept behind the problem. I tried to get all these resources. I learned things very fast and learned as much as possible, so I could learn about the solution. I am still continuing to learn. I am inspired by a problem.

BizcommunityWhat personality trait do you need to succeed?

What I believe is a successful trait is discipline; and an ear to always be open and listen to feedback you get from people on the ground and people you work with. That is what leadership is about. You can’t just be deaf about what is happening. I take in all this and act.

BizcommunityWhy teach design thinking skills?

I never knew what design thinking was. I applied to an innovation competition in Kenya and was introduced to design thinking tools. I was fortunate and decided to teach other Kenyan youth these skills. I want to make sure these tools are available to Kenyan youth. It is more of a self-taught process. I practice design thinking. It is not something you learn in class, it is something you go into the field and do it.

BizcommunitySo what’s next for you?

I am trying to save for college, but it is not the end of it. Maybe a platform to further impact my work. My vision is always to do better things. I am fascinated by behavioural economics and applied econometrix. That is what I would study.

BizcommunityWhat is your advice for other entrepreneurs?

Two words: Always stand. It’s more of an analogy. As we grow up we are taught how to walk, keep quiet, sit down, don’t stand. No one tells us how to move beyond ‘sitting and keeping quiet’. We have to learn that ourselves.

Fuente: http://www.bizcommunity.co.ke/Article/111/415/174054.html
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César Bona: “Los docentes debemos creer que somos agentes de cambio”

Por: César Bona/blog.tiching/28-02-2018

Las personas somos seres sociales, y sin embargo seguimos educando como seres individuales. ¿Por qué?
Yo creo que porque queremos educar de la misma forma en la que nosotros hemos sido educados. Tenemos cierta resistencia al cambio. Es curioso, porque vemos que todo a nuestro alrededor evoluciona: tecnología, medicina, transportes… y sin embargo la educación camina más lenta. Me parece una paradoja: en un momento que está en permanente cambio, nos resistimos a cambiar la educación, tenemos miedo.

¿Cuáles cree que serían las bases de una educación que entienda a los niños y niñas como seres sociales?
Creo que para responder a esta pregunta debemos hacernos otra: ¿qué habilidades creemos que deben tener nuestros pequeños para desenvolverse el día de mañana? ¿Empatía? ¿Tolerancia? ¿Trabajo en equipo? ¿Resolución de problemas? Todas estas herramientas que hacen que nos tomemos la vida de una forma positiva son importantísimas. Es muy necesario en las escuelas porque el ser humano no solo se construye con conocimiento.

¿Cómo afecta a la vida de los pequeños esta falta de herramientas?
Pues como nos afectó a nosotros. Sin estas habilidades, cada uno improvisa delante de la vida como puede. A unos les sale mejor y a otros peor. Entenderse mejor a uno mismo es fundamental, pero también conocer a los demás. Prácticamente todo lo que hacemos durante el día son interacciones con otras personas. Esto no significa perder de vista quienes somos.

¿A qué se refiere?
Debemos distinguir entre individualismo e individualidad. Seguimos educando en el individualismo, pero sin tener en cuenta cómo es cada uno, sin tener en cuenta la individualidad. Hay que educar en la individualidad sabiendo que todos somos diferentes. Somos iguales ante la ley, los derechos, los deberes, pero cada uno es como es y esto también es una riqueza.

¿La individualidad no se tiene en cuenta?
No, pero cada vez se proponen más prácticas en los centros para potenciarlo y es importante que a través de los medios de comunicación esto se explique. Debemos conocer a las personas con las que trabajamos cada día, y esto vale tanto para adultos como para niños. Por eso es tan importante escuchar.

Cada niño es un mundo, igual que cada centro…
La escuela no ha de educar para la escuela, ha de educar para la sociedad. La escuela no es una burbuja. Hay que invitar a los chicos a expresar sus inquietudes para que ellos tomen partido en aquello que les toca de cerca.

¿Qué elementos cree que son esenciales para que produzca un aprendizaje efectivo en el aula?
Yo creo que lo más importante es que los niños sientan que les sirve para algo aquello que les enseñas. Es una obviedad tremenda pero… parece que se nos olvida. Cuando vamos a un conferencia lo hacemos porque esperamos sacar algo de ello, ¿no? Los niños igual. Es curioso que nos esforcemos en darles “herramientas para el futuro”, cuando nosotros queremos las herramientas para ya. Deberíamos ponernos más a menudo en la piel de los niños. Debe ser significativo para ellos, aunque igual no lo sea tanto para ti.

¿Y qué es lo más importante?
Escuchar, no me cansaré de decirlo. Lo decía Sócrates: “habla para que yo te conozca”. ¿Cómo podemos pretender enseñar a chicos y chicas que no conocemos? Creo que es esencial que las familias también participen. Si ellos ven que sus padres se involucran en el colegio, perciben que lo que se hace en el colegio es importante.

¿Sería también una propuesta para que los niños no pierdan la motivación de ir a la escuela?
Sí, pero esto también nos pasa a los adultos. Te puede apasionar tu trabajo, pero cuando llega el viernes quieres descansar y tener tiempo libre. Cuando llega el fin de semana ¿por qué no les dejamos descansar? ¿Por qué les ponemos tareas extra? Si los adultos fuéramos conscientes de que somos sus referentes, podríamos estimular su curiosidad con nuestro propio ejemplo.

¿No somos conscientes de que lo somos?
No siempre. Miramos con nuestros propios ojos, pero no con los de los demás. Es un ejercicio difícil pensarse referente para los niños. Más allá de los adultos cercanos, los niños se fijan en estrellas de música o de deporte, por lo que  también es importante que ellos sean conscientes de la fuerza que tienen sobre los más pequeños.

¿Qué papel tiene el docente hoy en día?
Sigue siendo básico. Tenemos que pensar que solo podemos exigir a los alumnos aquello que nosotros podemos dar. Si queremos que trabajen en equipo, nosotros tenemos que trabajar en equipo. Si queremos que controlen sus emociones, nosotros también debemos hacerlo. El respeto por ejemplo, es importante hablar de respeto pero sobre todo hay que practicarlo. Empezando por uno mismo, que hay personas que se niegan a sí mismas,
Debemos invitar a los niños a que sean agentes de cambio, pero para ello los docentes debemos creernos que nosotros también lo somos. Por ejemplo, en el tema del medio ambiente: no es solo que les demos la clase, sino que les demostremos nuestro compromiso. O con la lectura: no es solo que les recomendemos leer, sino que ellos aprecien que nosotros amamos la lectura.

Si me tuviera que decir tres habilidades de todo docente, ¿cuáles serían?
Lo primero es el rigor. Creo que es fundamental. Lo segundo, aunque sea algo que puede parecer etéreo, la ilusión. Y por último diría “aptitudes sociales”, porque engloba muchas cosas, y como solo puedo decir 3 cosas…

Y saber escuchar… ¿no?
¡Por supuesto!

¿Por qué cree que no les escuchamos?
Porque son niños. Los adultos miramos desde una altura que nos han dado los años, pero que nos impiden ver cosas que ellos sí que ven. Esa mirada fresca, sin prejuicios, rompiendo los límites que impone la lógica, la creatividad… Los niños no son adultos del futuro, son niños del ahora y tienen mucho que aportar, y tienen una visión de la vida muy interesante.

¿Qué recomendaría a padres, madres y tutores para potenciar la escucha activa?
Que se pongan en su lugar. Debemos aprender también a escuchar sin juzgar. Cuando juzgas a un niño estás poniendo una losa sobre lo que el niño percibe. No se trata de evitar educarlos o de aportarles valoraciones, sino de que se sientan libres a la hora de hablar y opinar sin temor a que caiga el juicio desde las alturas.

¿Cómo podemos enseñarles a ellos a escuchar?
Se supone que desde el primer minuto que entras en una aula hasta el final, tienes que tener material para darles. Tenemos un currículum cargado de temario, y así es muy difícil educar en la escucha. Educar en la escucha supone plantear temas y darles margen para la reflexión. Para escuchar hay que estar cerca de las personas: esto también es importante.

Para finalizar, ¿qué papel cree que tiene la tecnología en las aulas?
Son una herramienta más que podemos usar para conseguir información, para crearla, etc. Es tremendamente útil si sabemos sacar el partido de sus cosas buenas, pero también puede ser tremendamente peligrosa si caemos en sus inconvenientes. Hay que educar en un uso responsable de la tecnología, no podemos dejarla fuera del aula porque forma parte de la vida. El autoconocimiento ahora mismo es muy importante, y más en la era de las redes sociales: parece que nos socializan, y en realidad lo que hacen es esclavizarnos a los ojos y los likes de los demás.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/cesar-bona-los-docentes-debemos-creer-somos-agentes-cambio/

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Amèlia Tey: “El adolescente se compromete por naturaleza”

Fuente: http://blog.tiching.com/

Amèlia Tey

¿Qué tres elementos cree que necesita un adolescente para sobrevivir emocionalmente a esta etapa?
Yo creo que hay tres elementos clave vinculados al exterior. El primero de ellos es la seguridad: la necesitan como el aire que respiran. Aunque nos parece que el adolescente manifiesta poca afectividad, o que es reactivo e intransigente, necesita una seguridad para su tranquilidad emocional que viene marcada por unos límites. Una reglas del juego que se marcan desde la familia y desde el colegio, y que le permiten saber qué puntos van a guiar sus actuaciones. Ofrecerles un marco de referencia les permite aceptar la autoridad del adulto pese a que también manifieste que la rechaza. Pero para que acepte estas normas necesita también un segundo elemento.

¿Cuál es este segundo elemento?
El afecto. El adolescente debe sentirse amado en lo más profundo de sí mismo. Debe saber que las personas que están con él tienen un vínculo afectivo que no desaparece pese a las reacciones que lleven a cabo. Cuando hablamos del profesorado, no creo que los docentes deban “amar” a sus alumnos, pero la afectividad se puede demostrar de muchas formas: un gesto, una mirada, una sonrisa… Debe transmitir la confianza que tienen en él, que apuesta por él. Esto está relacionado con la aceptación incondicional de la persona que para mí es el tercer elemento que da sustento al adolescente.

¿La aceptación incondicional por parte de los adultos?
Esto no significa que aceptemos incondicionalmente todo lo que hacen, obviamente. Si algo está mal hecho, está mal hecho, y más si hay unos límites marcados. Los adultos debemos intervenir sobre los hechos, no enjuiciando al adolescente. Lo que debemos hacer es valorar los hechos y así salvaguardar la autoestima de esa persona que se está construyendo. No es lo mismo decir “has hecho una tontería” que decir “eres tonto porque has hecho esto”. Es preferible cuestionar el comportamiento, porque de esta forma transformas un bloqueo en una oportunidad.

¿Qué cree que dificulta la relación entre adultos y adolescentes?
Muchas familias sienten que tenían un niño que era de una forma, y sabían “cómo llevarlo”. Pero, con la llegada de la adolescencia, se encuentran de hoy para mañana con una personita que cuestiona, que se niega. Los padres debemos cambiar el chip y ser conscientes de que delante tenemos una persona que está cambiando y se está construyendo y que la adolescencia es una etapa más. Cuando la familia o el profesorado se encuentra con esto, lo primero que intentan es volver a la situación anterior inmediatamente.

¿Y no es lo que se debe hacer?
No. Ni el adolescente volverá a ser el de antes ni el cambio hacia la madurez será inmediato. Nosotros tenemos que dedicar tiempo a gestionar estas reacciones. No podemos intentar que el cambio sea rápido, porque esto nos lleva al autoritarismo, a las coacciones, a las riñas.

¿Cómo es el adolescente?
Los adolescentes cuestionan los convencionalismos. Se mueven mucho desde los planteamientos de los ideales. Tienen muy claro lo que es, lo que podría ser y lo que les gustaría que fuera. Paralelamente, a nivel cognitivo han dado un salto y pueden pensar de forma mucho más abstracta. Yo animo a los padres a que participen en charlas y formaciones sobre lo que es la adolescencia, ya que la información les dará tranquilidad y herramientas para no personalizar las reacciones de su hijo contra ellos y entender que todos están en situaciones similares. Hay que desmitificar y relativizar las situaciones.

¿Existe un problema de comunicación entre adultos y adolescentes?
Yo creo que cualquier cambio generacional implica una mirada diferente de la vida. Enfocamos de forma distinta los retos, las oportunidades o las circunstancias. Actualmente, además, estamos viviendo cambios muy radicales. Puede generarse una mayor dificultad de comunicación sobre todo si las generaciones están muy alejadas, ya que la diferencia en estos casos es más notable. Pero las dificultades de comunicación siempre han existido. Los proyectos de vida de antes y ahora no tienen nada que ver.

¿Cómo actúa la familia?
La familia siente que tiene una doble función. Por un lado, dar herramientas al adolescente para adaptarse al medio y por otro lado siente que tiene la función de transmitir unos valores que para ellos son ideales. Cuando un hijo reacciona diferente a lo que la familia espera, suelen suceder una de las siguientes cosas. La primera, cerrarse en banda y optar por una posición autoritaria. La segunda es delegar y mandarlos al psicólogo o a cualquier otro profesional, pero sin cuestionar la relación padre-madre-hijo y la dinámica que se sigue en casa. Y por último, que los padres “dimitan” y adopten un rol de colega. Si hacemos esto, estamos faltando a la función que tenemos y que el adolescente espera de nosotros. Él ya tiene colegas.

¿La adolescencia es un momento clave para adquirir determinados valores?
La adolescencia es un período muy potente porque a nivel cognitivo pueden entender las cosas de una forma más completa. Es un momento en el que tienen un planteamiento muy idealista, y es la primera vez que se plantean qué pasa en la sociedad. La primera vez que ven que las leyes y las normas son cuestionables. Esto hay que redirigirlo para evitar que opten por hacer lo que les da la gana porque ellos consideran que es lo correcto. Todo esto se puede vincular hacia el compromiso, hacia la responsabilidad colectiva, hacia el bien común. El adolescente se compromete por naturaleza.

¿Cómo les podemos ayudar?
Es importante que los adultos les demos marcos de referencia, porque ellos consideran que tienen la verdad absoluta. Que vean que hay formas distintas de hacer las cosas. Es un buen momento para prácticas de APS, pero es muy importante trabajar la reflexividad de sus actuaciones. Los adolescentes son emoción pura y dura y viven en el presente y para el presente. Es importante que reflexionen sobre qué hacen, por qué lo hacen, qué consecuencias tiene sobre ellos mismos y en los otros…
Además, el adolescente debe sentir la familia de forma cercana porque cuando tenga un problema, si no encuentra cobijo en la familia, buscará a los amigos. Y, hoy en día, es hasta posible que la familia no sepa ni quiénes son.

¿Cómo afronta un padre o una madre el hecho de no conocer con quién se relaciona su hijo?
Es imposible no sentirse inquieto y nervioso cuando no sabes con quién se relaciona tu hijo. El adolescente permanentemente se siente ultrajado, pero si la familia ha establecido unas buenas bases de relación, sabrá que puede recurrir a sus padres ante momentos de vulnerabilidad. Pero no podemos pretender que nuestro hijo cuente con nosotros de repente, si antes no hemos mostrado interés por su vida, por sus aficiones, por sus amistades.
También es cierto que los hijos recurren a los padres en el momento en que tienen la duda y si en ese preciso instante el adulto no está disponible, perdemos esa oportunidad de comunicación y seguramente el adolescente resuelva su conflicto por otra parte. Además, es importante contenerse a la hora de responder ante estas situaciones. Si en el momento de vulnerabilidad juzgamos la situación o sus actuaciones, no nos volverán a contar nada.

¿Qué relación debe existir entre escuela y familia durante la adolescencia?
La relación entre familia y escuela siempre debe estar, y es imprescindible porque son los dos agentes educativos más potentes, es donde hay más oportunidades pedagógicas. Debe existir un interés común por el beneficio del adolescente., aunque también puede ser que tengan planteamientos educativos distintos y en estos casos es cuando más hay que reforzar la comunicación. Está bien que haya complementariedad, incluso divergencia, pero es importante conocer qué se dice en cada ámbito para no dar mensajes contradictorios.

Escuela y familia no siempre van por el mismo camino entonces…
A veces hablamos de las mismas palabras, pero no estamos hablando de lo mismo. Por ejemplo, no hay familia a la que no le parezca importantísimo el respeto. Pero a lo que a unos les parece una falta de respeto, a otros les puede parecer banal. Lo mismo con la responsabilidad, y así podríamos decir un valor tras otro. Cuanta más comunicación percibe el adolescente que hay entre escuela y familia, más consistencia se le da al planteamiento educativo.

¿Qué puede hacer la escuela para fortalecer esta consistencia?
Desde la escuela hay que potenciar la vinculación con las familias, que no quede en una entrevista anual. Durante la Secundaria cada profesor hace su materia y punto, y esto significa que están poco rato con un profesor de referencia. Los tutores en Secundaria no están tanto tiempo con los adolescentes como los estaban los tutores de Primaria.
Lo que creo que es clave es que a los tutores se les escoja por su excepcionalidad, no se valen las rotaciones. Deben ser personas con una mirada y bagaje concreto y una forma de ser determinada, y deben favorecer la comunicación. Cuando un tutor conecta con los adolescentes, se convierte en su referente pese que les ponga límites, o no les acepte ciertos comportamientos. Y si la relación con el adolescente es buena, con la familia es mucho más potente.

¿Qué atributos debe tener este tutor?
Debe ser una persona sensible, empática, respetuosa, con las ideas claras, que sepa escuchar, que tenga iniciativa, y que tenga habilidades sociales. Es importante que sepa transmitir aquello que quiere transmitir. Debe ser vocacional, que confíe en que quien tiene delante es capaz de dar mucho más. Creer que el otro se puede perfeccionar. Es una pieza clave: es alguien con carisma.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/amelia-tey-adolescente-se-compromete-naturaleza/

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Entrevista a Javier Tourón: La revolución educativa se hace en el aula, no en manifestaciones, según un experto

Por: Pilar Mazo

El gran reto del sistema educativo español es reconocer que el profesor es la «clave» y ser consciente de que «la revolución educativa se hace en las aulas», con docentes bien formados y preparados, y «no la hacen las leyes ni las manifestaciones callejeras».

Así lo explica en una entrevista con Efe el vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), Javier Tourón, también director de la Escuela de Formación de Profesores en Tecnología Educativa, Competencias Digitales y Desarrollo del Talento.

Por su experiencia de casi cuarenta años como docente, incide en que «la revolución en el sistema educativo no la hacen las leyes o las manifestaciones callejeras, sino que se hace cada día, a las nueve de la mañana, en cada aula donde entra un profesor», quien, «con muy pocos recursos, puede cambiar y dar la vuelta a la escuela».

Ello permitirá, asegura, que «ir a la escuela sea una aventura para el alumno, en lugar de una tragedia», por lo que este especialista en innovación educativa y experto en altas capacidades cree necesario dotar al profesor de una formación precisa para que tenga habilidades en el manejo de estos recursos.

Más de un millar de docentes podrán formarse anualmente en las «novedosas» competencias digitales y tecnologías educativas a través de esta nueva Escuela de Formación de Profesores, impulsada por UNIR y Google for Education y que se presentará oficialmente el próximo día 21 en Madrid.

A estos profesores se les dotará de las habilidades necesarias para ofrecer una docencia adecuada a la educación del siglo XXI, precisa Tourón.

Consciente de las necesidades cambiantes de la sociedad y del mundo del trabajo, esta debe adquirir competencias y habilidades nuevas para responder al gran reto de la educación, detalla este catedrático de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación y doctor en Ciencias Biológicas y en Ciencias de la Educación.

La filosofía de esta Escuela, que ha empezado a funcionar este curso con más de cinco títulos, es que los docentes y, en general, el sistema educativo, desarrollen e impulsen un aprendizaje innovador y que se adapten al entorno actual, fundamentalmente, digitalizado y cambiante, ha añadido.

Según Tourón, este proyecto puede ser un modelo de cooperación, ya que expresa su convicción de que «la tarea del cambio en el sistema educativo es de tal dimensión que requiere de la colaboración público-privada, que deben ir unidas».

Fuente de la Entrevista:

https://www.efe.com/efe/espana/sociedad/la-revolucion-educativa-se-hace-en-el-aula-no-manifestaciones-segun-un-experto/10004-3527503#

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Entrevista a Javier Casado, El Cuentista

Entrevista a Javier Casado, El Cuentista

By David Acebes

Acaba de salir a la venta la Antología Somos diferentes, publicada por la editorial madrileña MAR Editor. Este libro, recomendado para niños de 8 a 12 años, cuenta historias de diez niños diferentes que sobresalen del grupo y a los que la sociedad, cruel y despiadada en muchas ocasiones, los considera raros o inadaptados. En esta ocasión, hablamos con Javier Casado, novelista y dramaturgo vallisoletano, que colabora en la antología con un relato titulado Tomtom.

Esta antología, que acaba de salir a la venta, nos habla de niños diferentes, así que la primera pregunta no puede ser otra que esta. ¿Eres tú, Javier, un niño diferente?

Bueno, no sé si he sido un niño diferente. Creo que no. Más bien me considero un adulto diferente. Me gustaba más la época de mi niñez, y no porque padezca el síndrome de “Peter Pan”, sino sobre todo porque se disfrutaba de una serie de valores importantes para la formación de la persona que ahora se están perdiendo. Pero… Como se retorna a la niñez o eso dicen al menos, me puedo definir como un niño-adulto diferente, que prefiere el libro de papel al electrónico, y que le gustan más los juegos de mesa que “la play”. Y no estoy renegando de los avances tecnológicos como el internet, sino sólo de su mal uso.

¿Qué supone para ti, para El Cuentista, el hecho de escribir para niños? Siempre se ha dicho que es el público más difícil o, al menos, el más sincero…

Me encanta escribir para niños. De hecho mi primera novela publicada, aunque me gusta decir que es para todos los públicos, porque así lo entiendo, la escribí pensando en los niños y adolescentes. A ellos les dediqué mi “Jueves. Historia de un extraño encuentro en las Antípodas”, con la intención de incentivar la lectura de los más jóvenes, y de fomentar su imaginación a veces adormecida por los dispositivos electrónicos que les ofrecen todo ya creado.

Y sí, mi experiencia me dice que es el público más sincero y el más agradecido. Sus críticas y comentarios son auténticas, sin adornos.

En esta antología, además de divertir, habéis escrito historias que tratan de “inspirar” a los demás…

La idea de esta antología era narrar historias de niños “diferentes”, especiales o marginados, o que simplemente no encajan en las rígidas estructuras sociales. Y  mejor si era posible revestir las páginas con un poco de humor para hacer llegar más fácilmente el mensaje a los niños. Porque en el fondo lo que intentas al narrar cualquier historia es comunicar una idea o dar la voz de alarma sobre una situación. Aquí, creo que todos los escritores que participamos intentamos poner de relieve las tremendas carencias de esta sociedad nuestra en dónde en lugar de arropar al más desfavorecido o al más débil se  le estigmatiza y causa dolor. Hay que luchar por defender la diferencia que es lo que nos distingue de la aterradora uniformidad de las máquinas, cuidando la verdadera esencia de lo humano.

En Somos diferentes compartes protagonismo con nueve escritores más, así como con tres ilustradores (Talía de Rus, Sonsoles Yáñez y Enrique Pérez) que se han encargado de dar vida a estos niños y niñas tan especiales… ¿Qué tal ha resultado la experiencia de participar en un proyecto colectivo como este?

Compartir ideas y páginas con otros autores es siempre una experiencia edificante. A todos los escritores nos ayuda a salir de nuestro grueso caparazón y a divisar con mayor claridad el mundo que nos rodea, tanto el real como el literario. Ha sido y es una aventura edificante.

Y hablando de tu relato. En Tomtom nos cuentas la historia de un niño negro entre blancos, al que algunos menosprecian… ¿Se trata de una historia real que tú conocieras o es pura ficción?

No. No es una historia basada en hechos reales. Es totalmente inventada por mí. Pero creo que no esté muy alejada de lo ocurrido en poblaciones de nuestro país no habituadas a convivir con personas de otras razas. A la gente le cuesta asumir que alguien pueda tener características muy diferentes a ellos y, que sin embargo, sea tan válido, divertido, inteligente o tierno como sus padres, hermanos o amigos.

Al tratarse de un libro nacional, donde participan autores de todas partes de España, la antología se va a presentar en diversos sitios. Cuéntanos, por favor, cuáles son los lugares donde se celebrarán presentaciones, y dónde se puede comprar el libro…

En principio, salvo que la editorial me desmienta, la intención es presentar el libro primero en los lugares de origen o residencia de los autores, para luego extender su divulgación al resto de la geografía española. Y, ojalá, que creo que sí, se pueda adquirir en cualquier librería de España.

Para acabar, quisiera que nos hablaras un poco del futuro. Esta Antología, que tan buen propósito tiene, ¿va a tener continuación? Y tú, ¿vas a seguir escribiendo para niños?

La continuación o no dependerá un poco de su éxito. Pero estoy convencido de que este va a ser un libro “diferente”, un libro que marque una senda o trayectoria distinta a lo que estamos habituados. Yo, que ya he tenido la suerte de leerlo y disfrutar sus historias y sus magníficas ilustraciones, le auguro un largo recorrido, plagado de triunfos y con gran repercusión entre la comunidad educativa. Por ello pronostico sin temor a equivocarme que habrá una continuación.

En cuanto a seguir escribiendo para niños. Desde luego. Nunca lo he dejado de hacer. Tengo el borrador acabado de la segunda parte de “Jueves…”, que se titulará, Dios mediante, “Un Koala  en Nueva York”. Es un libro henchido de aventuras e imaginación que está esperando encontrar una editorial para compartir juntos una experiencia inolvidable.

 

Antología SOMOS DIFERENTES

Colección LILIPUT nº 3

ISBN: 978-84-947505-5-7

116 páginas.

A partir de los 8 años

Fuente de la Entrevista:

Entrevista a Javier Casado, El Cuentista

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Entrevista a la educadora Lidia Turner: Pedagogía de la ternura, la que enseña a los niños a confiar en sí mismos

Lidia Turner Martí es una pedagoga cubana con tantos títulos y trayectoria académica en su haber que demandaría varias líneas presentarla. Sin embargo, tiene una habilidad que la diferencia de inmediato de otros pensadores de la educación: logra decir de la manera más simple y emotiva las reflexiones más profundas. Habla así de escuchar a los niños y jóvenes, de dar lugar a la creatividad en las aulas y de algo más hermoso todavía: de la pedagogía de la ternura.

Doctora en ciencias pedagógicas, profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (Cuba) y autora de numerosos libros y publicaciones, Lidia Turner Martí pasó por Rosario en la semana en que la ciudad le rindió un homenaje al Che en el 85º aniversario de su nacimiento, con una serie de actividades organizadas por el Centro de Estudios Latinoamericanos Ernesto Che Guevara (Celche).

La entrevista se da luego de una larga jornada para esta educadora —que pisa los 80— de encuentros, presentaciones de libros y charlas con jóvenes y maestros. Nada le impide ser generosa con el tiempo y hablar de qué se trata eso de unir educación y ternura en un libro, del momento fantástico que vive Latinoamérica para que los educadores se encuentren en un gran movimiento, y de paso de compartir alguna anécdota de su oficio docente.

—Además de un libro de su autoría, ¿a qué más llama «pedagogía de la ternura»?

—Hemos llamado así a la base de la pedagogía martiana. Es decir, desde hace años estamos investigando, analizando, todas las obras de José Martí (escritor y patriota cubano) para extraer de ahí su teoría. El escribió pero no publicó un libro sobre teoría pedagógica. Las ideas fundamentales de su pensamiento están en cómo trabajar con un ser humano al que estamos educando, para que pueda sacar lo mejor de sí en su proceso de formación. Esa es la síntesis. Estamos probando su obra en la práctica, con niños, en las clases, con maestros o en actividades entre escolares de América latina. La respuesta es la que nos dice si es correcta, si realmente es la que nos da su fruto.

—¿Qué encontraron en común esas pruebas y ensayos sobre la pedagogía de la ternura?

—Lo común es que los niños, los adolescentes y jóvenes tienen tantas potencialidades que pueden desarrollar y que muchas veces pasan por la escuela y no las desarrollan. En este último libro que estamos editando sobre «Educación y ternura», destinado a los docentes y padres, decimos que hay una obra importante que hacer y es la de trabajar bien con los niños todas sus posibilidades. Otra cosa que es común aquí es que los dejemos hacer. Es decir, que si piensan algo, que lo escriban; si quieren decir algo, que lo digan. Es la única manera de ayudar a su desarrollo pleno. Y algo muy importante que es acostumbrar a los niños a que confíen en sus posibilidades. Pensemos en esta clasificación, que a veces hacemos, de aventajados o no aventajados, del que sabe o no sabe. Por el contrario, esta pedagogía va dirigida a la confianza del ser humano en sí mismo, desde las primeras edades; eso le da una gran fortaleza para avanzar en la vida. Hemos tomado también el pensamiento de avanzada de Latinoamérica, donde tenemos tantos grandes pedagogos.

—¿De alguna manera propone recuperar el pensamiento latinoamericano en materia de pedagogía?

—Claro, en una charla reciente mencioné a uno muy importante: Simón Rodríguez. Hay que conocerlo, pero también tenemos que unirles otros tantos como Gabriela Mistral o el mismo Maestro Iglesias. En Cuba, estamos investigando y analizando sus aportes a la educación, porque es con ellos con quienes se enriquece. Y ese es el movimiento que debemos desarrollar: tomar nuestra visión pedagógica progresista y enriquecerla con la actual.

—Y de los maestros actuales, ¿qué rescata?

—El espíritu de innovación. Martí decía que en los maestros «crear» era la palabra de los jóvenes, igual que buscar cosas nuevas, nuevas formas y siempre innovar. Pero también eso lo dijo Simón Rodríguez con su «inventamos o erramos». Es decir, esa idea debe darse con la creatividad, el niño y el maestro. Simón Rodríguez afirmaba que hay que enseñar a los niños a ser preguntones porque si no lo son se pueden convertir en estúpidos, en charlatanes que repiten lo que les dicen. Eso hoy tiene una vigencia tremenda. Creo que la pedagogía actual está en tomar al niño, al adolescente no como objeto, sino como un sujeto que actúa, que aprende y al que hay que escuchar. La demanda de la educación actual pasa porque aprendan por sí mismos, que no aprendan sólo porque les enseñan sino que puedan apropiarse de formas para aprender.

—Latinoamérica está viviendo un momento muy interesante de cambios políticos, con Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay y la Argentina, entre otros países. ¿Cómo formar un movimiento pedagógico que los aproveche?

—Este momento es muy importante para la unidad de los educadores. Existe una organización que se creó en «Pedagogía 90» (congreso internacional) a solicitud de varios países y que es la Asociación de Educadores de Latinoamérica y el Caribe (Aelac), que ahora debe cobrar mucha más vida porque tenemos las condiciones para eso. Hay que dialogar, discutir, pasarnos experiencias de un país a otro. Esas son las primeras cosas que nos debemos los educadores. Es un momento ideal para ganar en intercambio.

—¿Qué la unió a la educación?

—Cuando estudiaba yo no pensaba en ser maestra. Llegué a dar clases por una necesidad. En esa época si no trabajaba no podía estudiar (antes de la Revolución). Por ahí llegué a la docencia, trabajando en una escuela con niños de primero y segundo grados. Pero después que se ha trabajado con niños ya no los puedes dejar. Soy de las que piensa que la vocación no nace con la gente, sino que se hace con la práctica. Ya hace 40 años que enseño en la Universidad de Ciencias Pedagógicas de La Habana y no lo dejaría por nada. Uno siente el gusto de compartir, de influir sobre todo en los jóvenes.

—Si tuviera que elegir una anécdota que la haya unido a la educación, ¿con cuál se quedaría?

—Tengo un montón. Pero si tuviera que elegir, diría que una de las grandes emociones de mi vida fue y es que cada vez que estoy en lugares diferentes, en la propia Cuba o en el extranjero, y que puedo tener alguna dificultad o problema que resolver, el que me ha salvado en ese momento es un antiguo alumno. Es verdad que llevo como 60 años dando clases, pero hay momentos que estoy en un lugar, que no sé que hacer y es ahí cuando alguien me dice: «Profesora, ¿le pasa algo?» o surge esa pregunta: «Profesora, ¿usted se acuerda de mí?». También me ha ocurrido estar en un aeropuerto y que alguien se me acerque y me diga: «Yo fui su alumno». Cuando eso ocurre, a un maestro le reafirma lo grande que es su labor. Volvería a ser docente, maestra si tuviera que escogerlo. Porque es con el vínculo con el ser humano y con la comunicación con lo que uno puede ayudar. Me parece que esa es la alegría que sienten los educadores.

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Interview with Ong Ye Kung: Skills are something that activate your knowledge

In the first of a four-part series, Education Minister Ong Ye Kung explains why he places skills above degrees

A man who places such a high premium on skills over the paper chase does not mind sharing that this year, under his watch, more school leavers will be able to land a place in the local universities.

The cohort participation rate (CPR) – or the proportion of those from this age group making their way to universities – will rise to 37.5 per cent from 35 per cent last year.

Despite the shrinking cohort size, this means the number of those heading to the six publicly funded universities is still higher than last year’s figure and translates to just over 16,000 places.

Between them, they will enrol in over 250 degree programmes, including new courses in emerging fields such as smart city management, data science and artificial intelligence.

Education Minister in charge of Higher Education and Skills Ong Ye Kung, who revealed this in an interview with The Straits Times, says with the increase, the Ministry of Education is well on track to meeting the 40 per cent cohort participation rate that the Government aims to achieve by 2020.

What happens after 2020? Will this figure be relooked? After all, there has been much discussion recently on the Singapore economy needing a more highly educated and skilled workforce.

 Minister Ong says the figure of 40 per cent for 2020 refers only to funded places at the autonomous universities for junior college or polytechnic students proceeding to full-time undergraduate studies before they enter the workforce.
Mr Ong Ye Kung, 48, was elected Member of Parliament for Sembawang GRC in September 2015, and subsequently appointed Acting Minister for Education in charge of higher education and skills.

He was also concurrently appointed Senior Minister of State for Defence.

On Nov 2016, he was promoted to Education Minister (Higher Education and Skills), and concurrently Second Minister in the Ministry of Defence.

Prior to his Cabinet appointment, Mr Ong held the position of director of group strategy at Keppel Corporation, overseeing long-term strategic planning of the group’s activities.

Before joining Keppel, he was the deputy secretary-general of the National Trades Union Congress, overseeing the labour movement’s employment and employability programmes.

He held various positions in the Government earlier.

These include being chief executive of Singapore Workforce Development Agency, where he spearheaded many initiatives to build up the continuing education and training infrastructure.

He was principal private secretary to Prime Minister Lee Hsien Loong from 2003 to 2005, and press secretary to Prime Minister Lee from 1997 to 2003.

Mr Ong was also the deputy chief negotiator for the US-Singapore Free Trade Agreement.

Mr Ong graduated from the London School of Economics and Political Science with a first-class honours Bachelor of Science (Economics) degree, and holds a Master of Business Administration degree from the Institute of Management Development in Lausanne, Switzerland.

He is married with two teenage children.

POLYTECHNIC OR UNIVERSITY?

It’s hard to say. When I was young, I was always interested in art. I drew comics, superheroes, gongfu characters – so if I were to follow my interests it will probably take me into art – perhaps digital animation. I will look at what course will train me best in those skills, so I will probably go to a polytechnic. If there is a degree in that field, I might go for it, provided it could teach me the skills I need. But having said that, I am also interested in science and maths, and if I go with the flow of what is expected of me, I may take a degree pathway, especially since degrees are still the dominant currency.

MR ONG YE KUNG, on whether he would choose the skills or degree path if he were 18 again and heading to further studies.

It does not take into account those who study part-time for degrees at both the public and private institutions here as well as those who head overseas. If these figures were included, then the proportion of degree holders among an age group is likely to be 50 to 60 per cent, similar to that for many developed countries.

But pressed further, he says: «In time to come, we hope that 100 per cent of Singaporeans will have skills or qualifications that are on a par with having a degree, or even master’s, in terms of job prospects.»

He stands by his constant refrain that Singaporeans should stop believing that university education is the only way to develop an individual’s potential.

«This could be in the form of a degree, a master’s, a specialist diploma, an accumulation of short courses attained in different phases of your life, or just something that the industry knows you are good at, without any paper qualifications. It is about having a high level of expertise, passion and mastery in a particular area, » he says.

Although university degrees are the «currency» to land good jobs at the moment, he stresses that deep skills are what will count for career progression.

He notes that Singapore’s economy has diverse needs and will require diverse talents from a spectrum of expertise. As such, the Government is looking at providing «diverse and multitudinous» pathways for people to build skills.

«Ultimately, it is not about having a degree for its sake, but about skills for work and for life. Throughout their lifetime, everyone should have that depth of knowledge and agility in applying their skills in different contexts. There are many paths to arrive there.

«One dominant path is to study, get a degree and work for the rest of your life. For that, we have a CPR that we plan for. Even in that traditional path, we are trying to make it more varied, through different universities, different teaching methods, different subjects and different domain expertise.»

But he admits that many employers still hire on the basis of qualifications, and this gets in the way of Singaporeans chasing skills instead of degrees.

«I speak to many employers and the bosses all agree with the idea of looking beyond academic results and degrees. Yet, they have not changed their hiring practices significantly. One employer of a fairly big company recently told me that he hires for skills, but when elaborating, he said he doesn’t just go for second upper honours any more… Now he hires graduates with second lower honours as well.»

Mr Ong urges employers to «go through the trouble» and be open to using various assessments and to hire based on skills, so as to find workers with the right fit to grow their businesses.

He goes on to list the important skills – both hard and soft – that all Singaporeans, including graduates, should acquire .

Because technological changes are «turning industries upside down», graduates need to understand the latest technologies and be able to work with them.

«I am not saying you need to be a coder or an IT expert. But it will be good to have a basic understanding of technology and how it can be used in the field you are in.»

With the advance of artificial intelligence, he advises Singaporeans not to be like robots.

«If you work like a robot, you will be replaced by a robot,» he said. In this era we must be «more human than ever – in anything we do», he says, pointing to the fact that AI is not very good at jobs that require creativity, empathy, critical thinking, leadership or artistic expression.

The other force to be reckoned with is globalisation, which is still gathering pace.

«Singapore’s economy will become more connected than ever to the region and the world,» he says. So Singaporeans must aim to take a cue from the expatriate talents coming to the Republic. They must have the hunger and sense of adventure to go out of Singapore and seize opportunities in a foreign land.

And Singaporeans must be able appreciate and operate within different cultures. Mr Ong reminds graduates that with half of their peers holding degrees, they cannot rely on just their qualifications to stand out from the crowd.

«In this landscape, you can no longer say, ‘I am a degree holder and am therefore different from others.’ You have to go beyond that. You have to develop a niche… and be able to sell and present that niche as your area of mastery and differentiate yourself,» he says.

Asked if he would place skills above degrees, he says it need not be one above the other.

«The traditional view is that a degree is above skills, but that is because when we think of skills in Singapore, we think of vocational skills acquired through polytechnic and Institute of Technical Education courses.

«You accumulate knowledge through a degree course, but to convert the knowledge into something useful to society, you require skills. Skills are something that activate your knowledge. From that perspective, skills are above degrees.

«The truth is, both are needed – it is a mesh of what you know and what you can do.»

He stresses that parents, students and employers all need to embrace this larger definition of skills future.

«That’s really the skills we’re referring to in SkillsFuture,» he says, referring to the national movement to harness the aspirations and talents of the population and encourage Singaporeans to keep on learning and upgrading their knowledge and skills.

He hopes that society as a whole will recognise and celebrate the spectrum of success in different fields. » If society sticks to a narrow notion of success, then we will always be stuck in it. Society must embrace them all. Only then will we have true diversity in meritocracy… not just academic meritocracy but a meritocracy of skills.»

In partnership with

By: Sandra Davir.

From: http://www.straitstimes.com/singapore/education/minister-skills-are-something-that-activate-your-knowledge-about-mr-ong-ye-kung

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