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Entrevista: Bauman: En el mundo actual todas las ideas de felicidad acaban en una tienda

Europa/Polonia/Septiembre del 2017/Noticias/http://www.elmundo.es

 

Por. Gonzalo Suárez

Visitamos al último gran pensador europeo en su guarida de Leeds. Allí habla de su última obsesión: cómo los políticos usan a los refugiados en beneficio propio.

Cuando escucha la primera pregunta, Zygmunt Bauman se endereza levemente sobre el estampado floral de su butaca. Luego arquea sus cejas, con pelos largos como meñiques. Y, tras una interminable calada a su pipa, masculla una respuesta: «Por favor, come un poco… Necesito tiempo para pensar».

El sociólogo señala el bufé que ha preparado en la mesita de su salón: fresas con nata, bizcocho casero, frutos secos y zumo de pera. No es el único detalle inusual: frente a tantos intelectuales de renombre, Bauman renuncia al piloto automático en las entrevistas. A cambio, lo que llega a continuación de su pausa no es una simple respuesta, sino un discurso de más de 15 minutos repleto de meandros argumentales y citas rebuscadas, más parecido a una de sus lecciones en la Universidad de Leeds que a un simple encuentro con un periodista extranjero.

La excusa de la visita a su hogar esta mañana de otoño es Extraños llamando a la puerta (Paidós). En su nuevo ensayo, el polaco, de 91 años, engarza la crisis de refugiados con la idea capital de su obra: la modernidad líquida. Es decir, cómo los pilares sólidos que apuntalaban la identidad del individuo -un estado fuerte, una familia estable, un empleo indefinido…- se han ido licuando hasta escupir una ciudadanía acongojada por la zozobra permanente y el miedo a quedarse atrás.

«Los europeos -truena la voz del precariado con su inglés de fuerte acento polaco- nos encontramos con la llegada repentina de millones de personas que, hasta hace unos años, tenían vidas muy parecidas a las nuestras: trabajos de calidad, casas propias, ambiciones profesionales… Y, de golpe, son refugiados que lo han perdido todo por culpa de la guerra. Su aparición en masa nos hace conscientes de cuán frágil, inestable y temporal es la presunta seguridad de nuestras vidas. La inmigración nos provoca tanta ansiedad porque ese miedo a perderlo todo ya estaba ahí, latente, por la creciente precariedad de la vida occidental. Y cuando ves a miles de refugiados que acampan en una estación de tren europea, te das cuenta de que ya no son simples pesadillas, sino realidades que puedes ver y tocar».

Desde su primera respuesta, Bauman deja claro que a él no se le entrevista: se le escucha. Sus intervenciones son tan frondosas como su bibliografía. Unas veces responde las preguntas que se le formulan; otras, las ignora con descaro. Y es difícil adivinar si no las ha escuchado -es duro de oído- o si, simplemente, disimula cuando la charla toca temas que no le interesan. Así ocurre, por ejemplo, con el Brexit y la deriva xenófoba del Reino Unido, que tan generosamente le acogió a principios de los 70 tras la purga antisemita de su Polonia natal. Tres preguntas, cero respuestas.

Tras su arenga inicial, Bauman está exhausto. Sufre reúma, tose sin parar y tiene el corazón delicado. Así que pide parar un rato: «Por favor, come un poco más hasta que vuelva». Y, con paso inestable, se escapa al baño.

En su ausencia, aprovechamos para husmear en su salón. El sociólogo y ensayista lleva casi medio siglo atrincherado en esta casa de las afueras de Leeds. Pese a las ofertas de las mejores universidades del mundo -Yale, Oxford, LSE-nunca quiso abandonar este anónimo chalé, con su jardín descuidado y su puerta herrumbrosa junto a una carretera repleta de vehículos. Sí: el archienemigo del consumerismo contemporáneo predica con el ejemplo.

En el piso de abajo hay un despacho, una cocina, un baño y un salón repleto de butacas. Bauman siempre se sienta en la misma poltrona, de sobrio estampado y ubicada junto a la ventana. Allí guarda su pila de libros, que corona la versión inglesa de El tango de la guardia vieja, la novela de Arturo Pérez-Reverte.

Al cabo de unos diez minutos, Bauman regresa al ruedo. Pese a la fatiga, mantiene su melena de genio loco, su mirada curiosa y su sequísimo sentido del humor. «Es usted insultantemente joven, así que no recordará cuando no existían chismes como esos», dirá luego, señalando una tableta con cierto gesto de desdén.

Eso sí, pese a su aparente fragilidad, el polaco mantiene una producción estajanovista. Dos días después de la entrevista, realizará una visita a un festival literario en Florencia. Mientras tanto, sigue cebando su obra, a razón de dos títulos al año. Ya prepara su próximo libro, bajo el título en inglés de Retrotopia, sobre el poder decreciente de los estados-nación. Aunque hoy prefiere hablar de la tesis central de Extraños llamando a la puerta.

Si los refugiados son tan parecidos a nosotros, ¿por qué reaccionamos con pánico en vez de empatía?
Sí, supongo que podríamos. Pero también hay motivos para sentirnos temerosos, inseguros, llenos de ansiedad. Por algo los llamo extraños. Tú sabes, más o menos, lo que tus amigos van a hacer. También sabes, más o menos, lo que tus enemigos van a hacer. Pero los extraños no son amigos ni enemigos: simplemente son otros. Y no traen una etiqueta que diga «ámame», ni «ódiame», ni «devuélveme a casa» o «méteme en un campo de concentración». Sólo generan incertidumbre total. Y a nadie le gusta la incertidumbre.
Angela Merkel trató de reaccionar con empatía…
…Y le duró una semana o dos. Los políticos tienen un claro interés en exacerbar la ansiedad popular hacia los refugiados. Hace un tiempo, los poderes políticos justificaban su razón de ser por su capacidad para protegernos colectivamente frente a las catástrofes individuales: caer enfermo, perder tu casa… Ahora, sin embargo, el poder político de los estados-nación se ve impotente ante las decisiones de los poderes económicos globales. Si el ministro más poderoso no puede garantizarte seguridad frente a los caprichos del destino, ¿cómo justifica su existencia?
Dígame.
Fácil: generando ansiedad, miedo al terrorismo, miedo al extraño, miedo a la gente que viene aquí a comerse nuestro pan y a quitarnos nuestros trabajos. ¡Es un sucedáneo maravilloso! Eso es lo que hacen Marine Le Pen y otros movimientos similares: sacar capital político de exacerbar el miedo al extraño.
Quizá no sea sólo culpa de los políticos. Merkel lo intentó y se hundió en las encuestas. ¿No tienen responsabilidad los ciudadanos?
Tú dices «unos u otros». Yo respondo «unos y otros». Es una posibilidad que surge y los políticos se abalanzan sobre ella.
Usted suele mencionar al Papa como excepción. Pero, claro, él no tiene que responder ante un electorado hostil….
De todas formas, es un hombre valiente… Yo suelo usar el concepto de interregno, del filósofo italiano Antonio Gramsci. La antigua forma de hacer las cosas ya no funciona, pero aún no hemos encontrado la nueva forma de funcionar. Así que hay un vacío entre las reglas que ya no sirven y las que aún tenemos que imaginar. Lo que tú haces es señalar las contradicciones de unos líderes frente a otros, preguntar quién es mejor… Eso está bien, pero el verdadero debate es cómo llenar este vacío.
Según usted, los políticos han tratado de camuflar este vacío convirtiendo un asunto moral, como acoger a los refugiados, en un problema de seguridad ciudadana…
Cuando el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, dice que «todos los terroristas son inmigrantes», lo que insinúa es que «todos los inmigrantes son terroristas». Es una mentira, claro. Tan ridícula como decir que «todos los polacos son sociólogos». Y olvida algo muy importante: los terroristas de París o Londres eran personas que crecieron en el país contra el que atentaron.
Pero también es un discurso cómodo para los ciudadanos: si sus líderes tachan de terroristas a los refugiados, ya no sienten la responsabilidad moral de preocuparse por ellos.
Sí, pero, de forma imperceptible, esa incertidumbre que nos atemorizaba y que provenía de la constatación de que la red social es cada vez más endeble queda subsumida bajo la obsesión por la seguridad de las fronteras. Los políticos atizan el miedo al extranjero para ocultar su ineficacia ante los poderes globales. Esto es muy cómodo, porque la lucha contra el terrorismo es algo visible, algo tangible, que pueden vender en televisión. Vimos tanques en las calles de París, policías asaltando pisos de presuntos yihadistas… Eso da la sensación de que los gobiernos nacionales mantienen su poder: «¡No estamos sentados! ¡Estamos actuando!».
Junto a los atentados del Estado Islámico, este año se recordará por el Brexit, el auge de Donald Trump… ¿Es 2016 el año más ‘líquido’ que recuerda?
Hace décadas que acuñé el concepto de modernidad líquida para definir la sociedad actual. Y es un concepto cada vez más real. Como trabajas en un periódico, te drarás cuenta de que los titulares deben cambiar día tras día. Para retener a tus lectores, debes administrarle nuevas sensaciones y nuevos temores de forma regular…

Un nuevo ataque de tos interrumpe al sociólogo. Aleksandra, la asistente que le cuida desde el fallecimiento de su esposa, le ofrece una pastilla. Él se la toma y solicita otro descanso: «Apenas llevamos una hora de charla, pero ya estoy exhausto… Por favor, come más. O, si no, te puedes llevar el bizcocho en un tupper».

A la vuelta de su paseo, se apoltrona de nuevo en su butaca predilecta y pide acortar la entrevista. «Sólo dos o tres preguntas más», ruega. Pero, de inmediato, se enzarza en una airada disección de la saturación informativa en la era de internet, como si se hubiera olvidado de su propio cansancio: «Es una paradoja de nuestro tiempo. Ahora tenemos acceso a más información que nunca. Una simple edición dominical del New York Times contiene más información que la gente más educada de la Ilustración consumía en toda su vida. Al mismo tiempo, los jóvenes actuales, los llamados millenials, que se hicieron adultos con el cambio de milenio, nunca se habían sentido más ignorantes sobre qué hacer, sobre cómo manejarse en la vida… ¡Todo es tan tembloroso ahora!».

¿De dónde surge esta paradoja?
Yo recuerdo los años en los que no había ni televisión. Así que imagina el optimismo que sintió la gente cuando salió de sus pueblos y abrió los ojos ante la world wide web. Internet aportaba los cimientos para crear una humanidad en la que todas las piezas estuvieran en contacto y se entendieran mutuamente. Sin embargo, los estudios sociales indican lo contrario: esta maravilla tecnológica no sólo no te abre la mente, sino que es un instrumento fabuloso para cerrarte los ojos.
¿Por qué?
Para protegerte a ti mismo de las posibilidades multiformes que te ofrece la vida. Hay algo que no puedes hacer offline, pero sí online: blindarte del enfrentamiento con los conflictos. En internet puedes barrerlos bajo la alfombra y pasar todo tu tiempo con gente que piensa igual que tú. Eso no pasa en la vida real: en cuanto sales a la calle y llevas a tus hijos al colegio, te encuentras con una multiplicidad de seres distintos, con sus fricciones y sus conflictos. No puedes crear escondites artificiales.
Usted sostiene que hemos olvidado cómo ser felices.
Lo primero, he de admitir que hay muchas formas de ser feliz. Y hay algunas que ni siquiera probaré. Pero sí que sé que, sea cual sea tu rol en la sociedad actual, todas las ideas de felicidad siempre acaban en una tienda. El reverso de la moneda es que, al ir a las tiendas para comprar felicidad, nos olvidamos de otras formas de ser felices como trabajar juntos, meditar o estudiar.
Usted ha vivido en sociedades muy distintas, del comunismo al capitalismo, durante nueve décadas. ¿Cuál es la más parecida a una sociedad feliz que ha visto?
¡Ja! Me niego a contestar esa pregunta. Mi papel como pensador no es señalar qué es una sociedad feliz y qué leyes hay que aprobar para llegar a ese lugar, sino interpretar la sociedad, averiguar qué se esconde tras las reglas que cumplen sus ciudadanos, descubrir los acuerdos tácitos y los mecanismos automáticos que convierten las palabras en acciones concretas. En definitiva, ayudar a los ciudadanos a entender lo que ocurre para que tomen sus propias decisiones. Sí, entiendo que es difícil encontrar sentido a la vida, pero es menos difícil si sabes cómo funciona la realidad que si eres un ignorante.
Es una tarea difícil en un mundo tan líquido como el actual.
Sí. El Papa Francisco dice tres cosas muy importantes sobre cómo construir una sociedad sana. La primera, recuperar el arte del diálogo con gente que piensa distinto, aunque eso te exponga a la posibilidad de salir derrotado. La segunda, que la desigualdad está fuera de control no sólo en el ámbito económico, sino también en el sentido de ofrecer a la gente un lugar digno en la sociedad. Y la tercera, la importancia de la educación para unir ambas cosas: recuperar el diálogo y luchar contra la desigualdad.
Entonces…
Escucha… Yo añadiría una enseñanza de la sabiduría china. Si piensas en el próximo año, planta maíz. Si piensas en la próxima década, planta un árbol. Pero si piensas en el próximo siglo, educa a la gente.
Usted estudió de cerca el fenómeno del 15-M. ¿Qué opina de su posterior evolución y del auge de Podemos?
Que hemos perdido la confianza en los viejos métodos de ejercer el poder y no sabemos cómo recuperarlo. Aquí, en el Reino Unido, ocurre lo mismo: aparecen y desaparecen nuevos partidos. Lo único que tienen en común es que su esperanza de vida es muy breve. Y eso ocurre porque piensan a corto plazo. Se limitan a reaccionar al último desafío, en vez de crear un modelo completo de sociedad.
Y ese ‘interregno’ del que hablaba, ¿cuánto durará?
Menos tiempo del que tardaron nuestros antecesores en crear un objeto punzante con el que penetrar otras sustancias. Y, aun así, tardaron otras decenas de miles de años en inventar un agujero en el que meter un palo y construir un hacha… Creo que nosotros tardaremos menos. Pero aun así será más tiempo del que la gente querría.
Fuente: http://www.elmundo.es/papel/lideres/2016/11/07/58205c8ae5fdeaed768b45d0.html
Imagen: https://lh3.googleusercontent.com/P4S2943W0GdGvfBgD2KpxvDFrwBYgLT8mPo2_l6K3NkYRxrBVrq6yzeBIOHGsSEe0hj8K6E=s85
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Nancy Fraser, intelectual feminista: “Todo movimiento emancipador tiene que adquirir hoy una dimensión populista»

Por Tatiana Llaguno/ctxt.es

A raíz de las manifestaciones convocadas por el movimiento feminista contra la investidura de Donald Trump, Nancy Fraser, actualmente profesora de Filosofía y Política en la New School for Social Research de Nueva York, firmó –junto a muchas otras, como Angela Davis y Rasmea Odeh– un llamamiento a un ¨feminismo del 99%”, transnacional y anticapitalista. Su apuesta trata de construir un feminismo de mayorías, inclusivo, que rehúya la cooptación neoliberal. Con varias décadas de trabajo académico a las espaldas, en las que ha indagado cuestiones como la justicia, el capitalismo y el feminismo, Fraser es a día de hoy una de las más reconocidas intelectuales dentro del pensamiento crítico. Firme defensora de la estrategia emprendida por Bernie Sanders, crítica de Clinton y ferviente opositora a Trump, en esta entrevista analiza en detalle la situación política actual, posicionándose a favor de un “populismo de izquierdas” que se oponga al “neoliberalismo progresista” y al “populismo reaccionario”.

¿Cuál sería su evaluación de los primeros cien días de mandato del Presidente Trump? ¿Qué pueden decirnos estos meses sobre su proyecto, límites y posibles resistencias?

Diría que hay que señalar dos aspectos: por un lado, la facilidad con la que las corrientes más convencionales del Partido Republicano han conseguido recuperarlo y desarmar la dimensión populista de su campaña. Básicamente está dando marcha atrás en varios asuntos, como el NAFTA, que ya no pretende abandonar, sino renegociar. Está siendo arrastrado a una agenda de libre comercio y bajos impuestos. No hay ningún indicio medianamente serio de proyectos de infraestructura, algo que incluía en su campaña como fórmula de creación de empleo. Se dedica a hacer todos esos “gestos” mediáticos espantosos (como el veto a musulmanes, etc), sabiendo perfectamente que serán revocados por el poder judicial. Pero parece ser su forma de alimentar unas bases que, por otro lado, está engañando en cada una de las medidas económicas que toma. De hecho, si hacemos memoria, veremos que ganó a 17 rivales en las primarias del Partido Republicano con un discurso que apelaba a los trabajadores. Puede que el fraude no sea sorprendente, pero sí lo es la rapidez con la que está sucediendo.

Por otro lado, está la cuestión de la oposición, porque cuando haces todos estos gestos de los que hablamos, produces muchísimo miedo y rabia a la vez. Creo que podemos decir que existe de hecho una oposición movilizada contra Trump y que el país está más politizado de lo que lo ha estado en años. No obstante, es una oposición incipiente y diría que ambigua. Probablemente, la mayor y más poderosa parte de la resistencia a Trump está intentando volver a Obama o al clintonismo. Se trata de una oposición que pretende restablecer el statu quo. Desde mi punto de vista, esto es realmente insuficiente e incluso altamente problemático, ya que el statu quo anterior es lo que produjo a alguien como Trump. Así que hay un círculo vicioso: si volvemos a eso, tendremos mayores y peores Trumps. La otra posibilidad es que la resistencia se mueva en la dirección de un populismo de izquierdas, como el que Bernie Sanders efectuó en su campaña. En ese caso, no se trataría de restaurar la normalidad anterior a Trump. Creo que la oposición está rondando estas dos posibilidades y que ha habido una apertura lo suficientemente grande como para que las voces de una alternativa de izquierdas sean escuchadas. Con todo, aún existe una suerte de inercia en nuestras sociedades que empuja hacia lo que yo llamo, el “neoliberalismo progresista”.

Recientemente apoyó la candidatura de Jean-Luc Mélenchon en las elecciones francesas, aunque finalmente la decisión tuvo que tomarse entre Le Pen y Macron. Me gustaría conectar el caso francés con lo que argumenta en un libro publicado hace poco, donde explica que el dilema entre el neoliberalismo progresista y el populismo reaccionario puede ser entendido como una “elección de Hobson”. ¿Podría desarrollar esto un poco más?

Creo que hay paralelismos sorprendentes entre las últimas elecciones francesas y las presidenciales de 2016 en los EE.UU. Aquí tuvimos un aparente colapso de los dos principales partidos, que se tradujo en la pérdida de control de los votos de las bases por parte de las burocracias de los mismos. A partir de ahí tuvimos la espectacular victoria de Trump, que vino casi de ninguna parte, que nunca había ocupado un cargo electo, sin experiencia política previa, pero que finalmente consigue diezmar a los candidatos escogidos a dedo por los jefes del partido, que claramente querían a alguien como Rubio. Trump lo logra articulando un populismo reaccionario, que viene a ser una combinación entre el rechazo a una creciente financiarización de la economía, una defensa de la industria y de sus trabajadores, y una más que desagradable utilización de la población inmigrante, musulmanes, latinos, junto con una retórica misógina y racista. Mientras tanto, en el lado demócrata, teníamos a Sanders enfrentándose a Clinton, la candidata escogida por el aparato del partido, del cual supimos más tarde que aunque su deber era permanecer neutro, favoreció a Clinton en detrimento de Sanders. En este escenario, Clinton encarnaba el neoliberalismo progresista, Trump el populismo reaccionario y Sanders aquello que yo llamaría populismo progresista o de izquierdas. Para Sanders, la idea era mezclar una “política de reconocimiento” antirracista, antisexista y en favor de los inmigrantes junto con una “política distributiva” anti-Wall Street y en favor de la clase trabajadora.

Mutatis mutandis, podemos decir que en el caso francés Le Pen era nuestro Trump, Macron nuestra Clinton, y Mélenchon nuestro Sanders. En ambos casos, lo que fue eliminado fue la opción de izquierdas, en parte porque se cerraron filas detrás del neoliberalismo progresista, por miedo y por oposición al populismo de derechas. En ese sentido, las situaciones en Francia y EE.UU. eran bastante parecidas y firmé, junto a muchos otros, una carta instando a los electores franceses a evitar el mismo error que se había cometido aquí. Creo que debemos romper el círculo. Con la elección de Hobson –que es una expresión idiomática del inglés– quería decir que tanto el neoliberalismo progresista como el populismo reaccionario son opciones terribles, que además se refuerzan mutuamente de forma simbiótica. Si bien son por un lado opciones diferentes y opuestas, por otro, cada una crea las condiciones para que la otra se haga más fuerte. Por ello, es necesaria una tercera opción que rompa el esquema. Creo que al menos en los EE.UU. no todo está perdido, Sanders sigue siendo uno de los políticos más populares y mejor valorados, no parece querer irse a ninguna parte y espero que las fuerzas que ha sido capaz de movilizar tampoco desaparezcan.

En un artículo publicado a principios de año en la revista Dissent, defendió, como aquí, que lo que necesitamos es un populismo progresista. ¿Por qué cree que el populismo es la respuesta y cuáles sería para usted los beneficios y las limitaciones del populismo como lógica política?

Para mí, ‘populismo’ no es una palabra negativa. Jan-Werner Müller publicó el año pasado un libro diciendo que el populismo es inherentemente antidemocrático, excluyente, persecutorio, etc. Yo no estoy de acuerdo con esto y creo que es una mala definición del término. Me siento mucho más próxima a alguien como Ernesto Laclau, que veía el populismo como una lógica que podía ser articulada de muchas formas distintas. Es cierto que hay populismos reaccionarios, pero no tiene por qué ser siempre el caso. Por otro lado, para mí, el populismo no es la última palabra, no es una suerte de ideal al que llegar, sino más bien una fase política transicional, casi como aquello que los trotskistas llamaban “programa de transición”. Lo que yo quiero en último término es la emergencia de un socialismo democrático. Dicho esto, el lenguaje que surgió con el movimiento Occupy, y que ahora intento adaptar al feminismo, es el del 99% versus el 1%. Esto es claramente una retórica populista, es un lenguaje distinto del que utilizamos cuando hablamos de capitalismo global, de la clase trabajadora, aunque estos términos sean posiblemente más certeros a la hora de describir cómo funciona nuestra sociedad. Creo que hay una posibilidad de ganar y convencer a más gente ahora utilizando una retórica populista, pero claro, tiene que ser un populismo de izquierdas.

Hubo un punto en el que Sanders y Trump se solaparon un poco y fue en la discusión sobre aquello que Sanders llamó “economía distorsionada o amañada” [“rigged economy”], un término del cual Trump se apropió, porque evidentemente es una expresión que se entiende de forma inmediata. Si empiezas a hablar sobre las dinámicas de explotación y expropiación del capital, se vuelve más complicado. Así que para mí es un gran comienzo para empezar a cambiar la cultura política, para hacer a la gente pensar de forma más estructural sobre aquello que no funciona en nuestra sociedad. El 99% es evocador, y su función principal es sugerir que los trabajadores blancos víctimas de la desindustrialización y los afroamericanos encarcelados y expropiados son parte, potencialmente, de la misma alianza. Y que hay un grupo oligárquico, llamémoslo capital global financiero o lo que sea, que es el enemigo común. Esto es una re-organización del universo político inmensa, y es otra forma de articular un “nosotros” versus“ellos”. El neoliberalismo progresista articula superficialmente a inmigrantes, personas de color, musulmanes, LGTBIQ como el “nosotros” y convierte al hombre blanco en un “ellos”. Esto es una forma horrible de dividirnos, una forma que solo beneficia al capital. Para mí el populismo es una forma de cambiar el juego. Lo que lo hace progresista es que es inclusivo, el 99% es un número muy inclusivo. Por el momento es un discurso estupendo para movilizar y organizar.

En la construcción de esta fuerza populista y progresista contrahegemónica, parece haber una tensión entre la escala nacional y la transnacional. Normalmente, el neoliberalismo progresista se vende como abierto a la diversidad, cosmopolita, en oposición a los valores defendidos por un populismo de tipo reaccionario. ¿Cómo debería un populismo de izquierdas situarse en este debate? ¿Cómo debería habitar la tensión entre su carácter nacional-popular y la escala transnacional?

Creo que esta es una pregunta muy complicada y no estoy segura de tener una respuesta totalmente trabajada, pero es una de las cuestiones más importantes a tratar. Creo que al final lo que se necesita es un mayor internacionalismo en la izquierda, tenemos que volver a la vieja idea de un internacionalismo obrero hasta que consigamos estándares de protección laboral y del medio ambiente que sean transnacionales. No será posible resolver estos problemas de ninguna otra forma. Diría que cualquier forma de populismo progresista tiene que ser internacionalista y trabajar, en ese sentido, en la construcción de coaliciones y fuerzas transnacionales, además de trabajar en la protección de derechos de los territorios tal y como existen actualmente.

También ha dicho que cree que estamos en un momento de interregno, una situación política inestable pero también abierta al cambio. Partiendo de las declaraciones de Jean-Claude Juncker cuando afirmó aquello de “sabemos lo que hay que hacer, pero no sabemos cómo ser reelegidos después de hacerlo”, ¿diría que existe, entre las élites, una carencia de una narrativa sólida y que esto de alguna forma les pone más a la defensiva que a la ofensiva? 

Sí, estoy de acuerdo con este diagnóstico. No sólo la narrativa de Reagan y Thatcher ha desaparecido, sino también su continuación, la de Blair y Clinton. Hubo por un tiempo un intento de “nuevo laborismo”, de una tercera vía, del cual Obama fue también parte. Aquí, Bill Clinton fue el principal fundador y arquitecto del “Democratic Leadership Council”, que se encargó de llevar al Partido Demócrata en una dirección diferente a la tradicional, vinculada al New Deal. Y tenían una narrativa pero, sobre todo, una estrategia: decían que la demografía del país había cambiado hasta tal punto que ya no se necesitaba a la clase blanca trabajadora, que se podían ganar elecciones apelando a las clases altas, las clases medias suburbanas, los sectores tecnológicos y del entretenimiento, las minorías y las mujeres. Su narrativa era el neoliberalismo progresista.

Lo que sucedió en 2016 fue que esa narrativa se desgarró, así que ahora no tienen ni el bloque Reagan-Thatcher ni el bloque Clinton-Obama. ¿Qué tienen? Bueno, no diría que no son capaces de proponer nada nuevo, son gente muy creativa, y estoy segura de que en sus think tanks están intentando prever el próximo movimiento, pero hasta ahora no está del todo claro. Mi intuición es que intentan resucitar el neoliberalismo progresista bajo figuras nuevas, más sexys. Hillary Clinton no funcionó en ese sentido, así que intentarán encontrar a alguien que pueda llevar a cabo esa tarea. Y como dije antes, la oposición a Trump es ambigua y probablemente una parte de la misma podría ser convencida de nuevo, si una narrativa de izquierdas, convincente y amplia no se materializa. Pero hay definitivamente una crisis de legitimidad y de hegemonía y están buscando de qué forma pueden reconstituirse. Es un momento de apertura, para las Le Pen y los Trump, pero también para los Sanders y los Mélenchon. Lo segundo que hace de este tiempo un interregno es ver que alguien como Trump ha sido incapaz de estabilizarse como alternativa. En el caso de Trump, en el que no puede o no quiere ofrecer a la clase trabajadora lo que le ha prometido, la pregunta es durante cuánto tiempo ésta estará satisfecha con sus gestos mediáticos. Probablemente no estarán ahí esperando para siempre, van a buscar algo más y ese algo no será otra forma de neoliberalismo progresista.

Asumiendo que el populismo es una lógica política que puede llevarnos en una dirección emancipadora, ¿diría que debería establecer un diálogo teórico y político con el feminismo? ¿Cómo deberían los movimientos feministas participar en la construcción de esta lógica populista? ¿Su apuesta por el “feminismo del 99%” está yendo en esta dirección?

Sí, esa es justamente la idea. Creo que todo movimiento emancipador hoy, no solo el feminismo, tiene que adquirir una dimensión populista. La mayoría de movimientos sociales han sido cooptados por el neoliberalismo. El feminismo dominante en los EEUU y en muchos otros sitios ha sido el de “romper el techo de cristal”, el conocido como “lean in feminism” [en relación al best-seller publicado en 2013 por la Directora de Operaciones de Facebook, Sheryl Sandberg, llamado Lean In: Women, Work, and the Will to Lead] que, de hecho, es el feminismo del 1%. Así como Sanders habla a las víctimas de la rigged economy, y así como Occupy hablaba en nombre del 99%, el feminismo y el resto de movimientos sociales tienen ahora la oportunidad de decir: “rompamos con el 1%, no queremos ese feminismo, queremos un feminismo para las mujeres migrantes, para las trabajadoras domésticas, para todas aquellas que se encargan de los cuidados en sus trabajos y en sus casas, para las mujeres con trabajos precarios, para todas aquellas que intentan buscar la manera de cuidar de sus hijos, de sus familias y de sus comunidades al mismo tiempo que se ven forzadas a trabajar más y más horas por menos dinero”.

Veo la lucha por una sanidad pública universal, una que cubra por supuesto permisos de maternidad y aborto libre, como parte del feminismo del 99%. Veo al “feminismo del 99%” como un feminismo que se aleja del neoliberalismo y como parte de un movimiento populista de izquierdas más amplio. Y creo que todo movimiento social, desde el movimiento LGTBIQ al ecologista, debe re-pensarse en términos del 99%, y abandonar las versiones cooptadas, como el “capitalismo verde” o la defensa del matrimonio homosexual poco o nada interesada en los derechos sociales. Todo movimiento es potencialmente aliado en la construcción de un bloque contrahegemónico, pero solo si abandonan la retórica neoliberal y se mueven en una nueva dirección. Y por supuesto los movimientos por los derechos laborales tienen que participar, los sindicatos no son muy fuertes en EE.UU., pero hay otras luchas como la Fight for 15 que sí lo son.

El año pasado publicó en la New Left Review un artículo titulado Las contradicciones del capital y los cuidados, donde defendía que estábamos pasando por una nueva mutación de la sociedad capitalista, y que habría una posibilidad de reinventar la división reproducción-producción y el modelo de “familia con dos proveedores”. ¿Podría hacer algunas conjeturas sobre cuáles deberían ser las demandas concretas del movimiento feminista en relación a la cuestión de los cuidados y la reproducción social?

Sí, creo que ésta es una de las principales tareas del feminismo del 99%. Estoy convencida de que un feminismo que concentre toda su atención en la producción, en conseguir que más mujeres entren en el mercado laboral, y que descuide lo que sucede en el ámbito de la reproducción va por mal camino. Ambas esferas se encuentran separadas y sin embargo están también entrelazadas, lo cual es parte de la dificultad. Necesitamos una nueva forma de pensar su relación.

Un buen punto de partida sería no ponerlas en absoluta contradicción, algo que sucede ahora mismo y que se puede ver en fenómenos como la congelación de óvulos o las bombas mecánicas de alta tecnología para extraer leche materna. Se pone a las mujeres en situaciones en donde les es imposible tener una carrera y a la vez tener hijos antes de los 45. Implicaría también medidas como la reducción de las horas de trabajo, salarios dignos y suficientes para no tener que buscar más de un empleo, que permitan sustentar un hogar y no una persona, ya que no todos los hogares cuentan con o quieren tener más de un proveedor. La idea sería formular políticas de empleo y de bienestar bajo el supuesto de que todos somos sujetos sustentadores y cuidadores. Si hacemos de ello el ideal de ciudadanía, entonces tendremos un conjunto de políticas completamente diferentes.

Fuente: http://ctxt.es/es/20170823/Politica/14519/ctxt-fraser-trump-populismo-neoliberalismo-feminismo.htm#.WZ9Mcz79GwQ.twitter

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Entrevista a Valentín Ladrero, autor de “Músicas contra el poder. Canción popular y política en el siglo XX” Música, utopía y subversión

Entrevista a Valentín Ladrero, autor de “Músicas contra el poder. Canción popular y política en el siglo XX”
Música, utopía y subversión

La música popular vinculada a la agitación política contra las élites adoptó en el siglo XX múltiples formas. Desde la música negra –blues, jazz y hip hop- hasta el tango, las letras de los cantautores, los “ravers”, el rock urbano, el flamenco, el punk y el ritmo de los rastafaris. El libro de Valentín Ladrero “Música contra el poder. Canción política en el siglo XX” (La Oveja Roja) radiografía en 670 páginas las diferentes propuestas. El vasto ensayo se inicia con la figura de Huddie Ledbetter (“Leadbelly”), un gran “bluesman”, que podía recoger mil libras de algodón en una sola jornada y fue el primer autor negro en registrar una canción protesta, en 1939. Porque tras las extenuantes jornadas laborales, le quedaban energías para componer.  

El libro termina con la militancia política y la fe en las máquinas de Asian Dub Foundation y Transglobal Underground. Ethno-Techno, Cheb i Sabbah, U-cef… O más bien, en el epílogo, con el “Todo cambia”, de Mercedes Sosa. El autor trabajó durante quince años en la industria discográfica, hasta que renunció. Actualmente milita en el movimiento ecologista. Ha colaborado en el libro “Hasta el final. 20 años de Punk en España” (2001) y en “¿Y ahora qué? Impactos y resistencia social frente a la embestida ultraliberal” (2012). Valentín Ladrero confiesa su veneración por miles de canciones y centenares de músicos, lo que se tradujo en lecturas y escucha durante años. La otra fuerza que le movió a escribir el ensayo fue una “vieja curiosidad intelectual por lo que se esconde detrás de la música popular”. Consecuencia de ello es el libro “Música contra el poder”, por cuyas páginas transitan comunistas, raperos, feministas, anticapitalistas, cantautores, flamencos, altermundistas…

-Hasta bien avanzado el siglo XIX, la música negra se hallaba prácticamente relegada a plantaciones, burdeles e iglesias. En el libro se explican los orígenes y desarrollo del blues (“para calmar la tristeza, desplegar la rabia y provocar el gozo”), el jazz y hip hop. ¿Por qué fueron tres ejemplos de música contra el poder?

 

En la música originada en la diáspora africana hacia el otro lado del Atlántico durante el siglo XIX, pero principalmente en el pasado siglo, se dieron las mejores condiciones para explorar y vaticinar la protesta contra el poder hegemónico del hombre blanco. Pocas veces en la historia, una música fue tan vilipendiada por el mero hecho de ser la expresión de una raza.  

 

El blues, el género inspirador de toda la música negra hecha en Estados Unidos, estuvo cercado por la resignación y cierta fatalidad sobre el destino del hombre y la mujer negraSin embargo el jazz, supo reivindicar la celebración del mundo moderno, ese mundo que no cambió las condiciones sociales de la población negra pero que creó atajos para conspirar contra ellas. Tristeza, rabia y gozo, en estos términos se fundó la música de los antiguos esclavos en el continente americano. El hip hop, la última gran revelación de los músicos negros, es posiblemente el periodo más radical y contradictorio de este viaje. El blues, el jazz y el hip hop son reflejo de un mismo conflicto que parece durar demasiado tiempo.

-El prólogo del libro señala que una parte de la canción popular y política del siglo XX fue “chantajeada” y “seducida” por el poder. ¿Por ejemplo?

Cuando hablo de chantaje y seducción me refiero a la vieja estrategia de la apropiación por el poder político y económico de la parte más significativa de la producción de la cultura sometida. En periodos extremos como en el fragor de las guerras, el poder utilizó el arte en general para crear adeptos y la música en particular para crear opiniones favorables y rechazo al enemigo. Ejemplos ha habido muchos como en el periodo nazi cuando el jazz fue proscrito por su origen negro y norteamericano, en Argentina y Brasil en los que el tango y el samba acabaron convirtiéndose en músicas nacionales tras años de desprecio a cargo de las élites políticas y sociales de sus países o el propio rock de los años de la contracultura, que una vez que participó en las luchas en contra de la guerra de Vietnam o a favor de los Derechos Civiles acabó en manos de los publicistas de Madison Avenue que, prestos, utilizaron todo el material producido para implementar distintos productos de consumo.

-¿Hay ejemplos en el estado español?

En nuestro país, la canción de autor en los años 80 tras la llegada del PSOE al gobierno, quedó descabezada a cambio de la famosa Movida y términos como el nacional-flamenquismo; éste viajó de la mano del franquismo para otorgarse un falso crédito de identidad cultural ante el resto del mundo. A todo esto me refiero, a esa capacidad de manipular la protesta, la disidencia y la inteligencia, expoliando los sentimientos y las expectativas de cualquier revolución o insurrección cultural.

-“¡Poder para la gente de color! ¡El poder del soul! ¡Poder negro! Queremos poder y lo queremos ahora. ¿Queréis escuchar funk?” ¿Dónde se anunció esta consigna y qué significa?

Esta consigna pertenece a los años de la defensa de los Derechos Civiles, durante los 60. Un periodo convulso, lleno de cambios y expectativas pero también de confusión y violencia. El soul y el funk, fueron la banda sonora de estas luchas, repleta de mensajes ariscos y esperanza. La urgencia de los acontecimientos fraguó una música comprometida lejos de la resignación del viejo blues. Además del soul y el funk, el free jazz, con su radicalidad y extravagancia sonora, fue, también, muy útil para acompañar los tiempos muertos entre las escaramuzas callejeras.

-El libro da un salto desde el primer capítulo – “Crónicas Negras”- a las canciones de la guerra española de 1936. ¿Por qué, durante la conflagración, el gobierno de la República trató de propagar los cancioneros populares?

En la Guerra Civil fue muy notable la presencia y la eficacia prpopagandística de la música popular en ambos bandos, sobre la que George Orwell, posteriormente, escribiría algunos párrafos, admirado por su fecundidad e ingenio. La música en la guerra fue una necesidad, el aliento emocional para afrontar el combate. En el bando republicano fue también un intento de cohesionar los distintos frentes ideológicos que se sumaron a la batalla, reservándose la custodia de sus propias canciones.

-¿Cuáles fueron los más significativos y las diferencias entre ambos bandos?

Los comunistas con piezas como La Internacional, los anarquistas con En la plaza de mi pueblo y los nacionalistas catalanes con Els segadors. Todas ellas dedicadas a destacar la condición popular y obrerista de los republicanos. Es curioso observar que mientras en el bando nacional, las canciones estaban compuestas por una élite intelectual falangista sobre ambientes cuarteleros y hazañas heroicas, en el republicano el acervo popular impregnaría buena parte de su repertorio, rescatado de viejos fandangos y de las coplillas ya utilizadas en guerras anteriores y en las celebraciones de acontecimientos políticos del siglo XIX. Los cancioneros populares para el bando republicano fueron una herramienta importante de propaganda. Se recopilaron y publicaron durante la guerra pero también una vez acabada esta, como el Cancionero JuvenilSeis canciones de guerra, el Cancionero Revolucionario Internacional y en 1938 el Cancionero de las Brigadas Internacionales, una aportación de valor extraordinario lleno de esa épica romántica y antifascista que llevó a la mayoría a dejar su hogar para combatir junto a sus camaradas españoles. La primera revisión musical sobre el repertorio internacionalista se fechó ya en 1943 basada, principalmente, en las canciones de la Brigada Lincoln producida por un joven Pete Seeger, Tom Glazer y los hermanos Hawes.

-El libro “Músicas contra el poder” también aborda el fenómeno del Tango, que define como “el bálsamo y prodigio que llegó para curar las heridas de una Argentina en construcción”. El nombre fue acuñado por un periódico argentino en 1866. ¿Cómo se relacionaron el tango y el anarquismo? ¿En qué sentido fue la “memoria de los pobres”?

La historia oficial del tango no fue demasiado minuciosa en abundar en esta relación, pero, a pesar de ello, sería muy notable por varias razones. La primera por el signo de los tiempos en donde una masa proletaria llegada de países como Italia, ya entonces como es bien sabido, con núcleos importantes de anarquistas, resultaba necesaria para construir una nación como Argentina. Una clase embarrada en los lindes de la precariedad cuya primera opción para eludir su miseria fue el tango, un género propicio para el relato emocional y para narrar la tristeza y la traición en la soledad de los bulines y escritas por un grupo de autores bohemios que se acostaban tarde y se levantaban al día siguiente para escribir sobre los sucesos y la vida del lumpen proletario que tan bien conocían, lectores de Bakunin y bien informados de las revoluciones mexicana y soviética.

La segunda razón fue la influencia de los payadores, desde los tiempos de Martín Fierro y Santos Vega, anteriores al tango, almas libertarias procedentes de la extensa pampa que en el contexto urbano acabarían reflejando esa desobediencia y cierto socialismo utópico en contra del ordenamiento político de la época. Por eso creo que el tango fue la memoria de los pobres, de los ilusos que creyeron en una posibilidad de redención.

-¿Hubo conflictos en la aproximación entre tango y anarquismo?

Esta música del indefinido arrabal tampoco sería bien vista para la ortodoxia anarquista pues en ella detectó un deseo de fuga de la clase obrera. La pieza Lucio, el anarquista , de Carlos de la Púa, ya vislumbraba esta relación difícil, pero los hechos revelaban la obligación de convivir con ella en un ecosistema común, en esos conventillos infrahumanos en donde se crearon verdaderas escuelas de formación política con las que se intentó combatir la terrible leyenda del <<hambre,>> o en los populares picnics de Isla Maciel, barrio humilde de la ciudad de Avellaneda, donde se educaba al proletariado con poemas modernistas y milongas revolucionarias. En el velorio del autor Andrés Cepeda, la policía detuvo a una docena de compañeros afiliados a las organizaciones anarquistas y el gobierno en su obsesión de acabar con estas, decretó la Ley de Residencia que amparaba, de facto, la expulsión del país por meras sospechas políticas.</hambre,>

-¿Cómo podría explicarse, a grandes rasgos la evolución del flamenco? Desde la metafísica libertaria de los orígenes, hasta el “nacional-flamenquismo” de la dictadura. ¿Qué ocurrió durante la II República y la guerra civil?

El flamenco es el grito de un pueblo, el gitano-andaluz, que soportó la represión y la marginación atroz durante siglos. En él se escondió una metafísica del hombre y la mujer abocados a la supervivencia que no podía ser otra que libertaria, por su forma de entender el mundo. Fue en el siglo XIX cuando se tejieron los mimbres de lo que durante el siguiente siglo se entendió como flamenco, pasando de los patios gitanos, al café-cantante y de ahí a los tablaos y festivales de la llamada ópera flamenca.

En la República, el mundo del flamenco, intentó organizarse como un gremio más, sindicándose para proteger los derechos de sus artistas, alzando la voz, si resultaba preciso para enfrentarse a la explotación de los empresarios y al creciente mercantilismo de un arte nacido sin ataduras, muy lejos ya de donde se encontraba en aquellos años. Esto redundaría, de alguna forma, en la Guerra Civil, y luego en la posguerra, en las que aquellos músicos etiquetados como republicanos serían fusilados, desaparecidos o exiliados. Fue una deuda que algunos pagaron cara, abandonando esa hondura libre y volcánica que se vería truncada durante la dictadura, al intentar ésta castrar una de las más singulares formas de protesta de la música popular de nuestro país, con esa pintoresca versión llamada nacional-flamenquismo que tanto daño hizo al propio flamenco.

-Georges Moustaki (1934-2013) cantó el derecho a la felicidad y la pereza, como proclamaba el yerno de Marx. En Italia se fundó en 1961 Edizioni Avanti, con pretensiones de ampliar la difusión de la canción política. ¿Qué importancia otorgas a la música en el mayo del 68? ¿Se ha valorado lo suficiente?

El mayo del 68 fue un ejemplo de una insurrección popular liderada desde las aulas y las fábricas, un ejemplo que aunó voluntades ante un régimen incapaz de solucionar sus problemas. La música tuvo, de nuevo, su papel, ejerciendo la crítica, acompañando el rumor de las barricadas, tomando una posición política sin prejuicios, injertando melodías que se convirtieron en pequeños himnos de la resistencia. La brevedad de aquella insurrección, fagocitada por el poder, recuperó, no obstante, el espíritu de la chanson, de la Resistencia francesa contra el fascismo.

Algunos cantantes que hasta entonces no habían participado de los asuntos políticos se vieron envueltos por aquel torbellino, incapaces de no tomar partido, como Claude Nougaro, un cantante de corte comercial que escribió Paris Mai, censurada por algunas emisoras o Jacques Dutronc con su Il est cinq heures, Paris s’eville basada en una canción de 1802, que se convirtió en la canción del Mayo francés. Un periodo que para Edgar Morin había sido más que una protesta pero menos que una revolución y que para Malraux fue una verdadera crisis de la civilización. En cualquier caso fue un heroico intento de despojarse de las miasmas del viejo mundo.

¿Qué autores resaltarías?

La música que sonó en las calles de aquellos días fue una mezcla de canciones procedentes de la contracultura norteamericana y de artistas como Serge Reggiani, Julen Clerc o Dominique Grange, una de las cantantes más comprometidas de aquellos días. Otros veteranos como Brassens dejaron que sus canciones se atornillaran de nuevo a las movilizaciones, sin demasiado empeño por su parte, al contrario que Leo Ferré que si participaría de las protestas con canciones como Les anarchistes y Moustaki con piezas como Les temps de vivre. Es posible que la música del mayo del 68 no se valorara lo suficiente entonces, a pesar de que contó con un buen puñado de canciones y <> en boca, veinte años después, de Pierre Bachelet.

-Por otro lado, ¿tuvo el Samba un origen popular, marginado y barrial antes de convertirse en la música nacional de Brasil? ¿Puede hablarse de procesos de domesticación en el samba y el tango?

El samba nació en Salvador de Bahia, pero muy pronto llegó a los morros de Rio, a las escuelas sambistas patrocinadas por la clase humilde. Pero para que el samba acabará representando a Brasil ante el resto del mundo tuvo que sufrir rechazo y oprobio, ser blanqueado para poder acceder a la radio y acuñar muchas variedades, como el samba-exaltao, capaces de responder a los intereses del Estado Novo de Getulio Vargas, empeñado en proclamar un Brasil moderno, lleno de trabajadores felices dispuestos a levantar el país y una industria en auge, ejemplo para el mundo. El tango, lamentablemente, sufrió, de otra forma, circunstancias similares.

-El apartado dedicado al punk se titula “fealdad, ruido y política”. Se señalan en el libro elementos de “toxicidad” y afirmas que The Sex Pistols representaron “lo mejor y lo peor” de este movimiento musical contestatario. ¿Cuál fue, con la distancia de los años, la dimensión política del punk?

La dimensión política del punk está llena de luces y sombras. The Clash fue un ejemplo para explorar las luces y Sex Pistols lo fue, para embarrarse en las sombras. Estos fueron un titular en los periódicos, más allá de su estilo malencarado que revolucionaría la música británica. Cuatro jóvenes inadaptados y un cerebro, el de Malcolm McLaren, su mánager, que supo entender las necesidades de una juventud cercada por el desempleo y aburrida de la política del gobierno laborista incapaz de sostener sus conflictos. Una generación pálida con los ojos en blanco que solo pensaba en destruir la memoria de sus padres lo antes posible, zanjando el asunto con la negación del futuro.

Pero más allá de su violencia maniquea, de sus contradicciones políticas, su chatarrería estética y su vigor sonoro, lo más relevante del punk fue su legado y su capacidad de enarbolar banderas ideológicas capaces de irritar al poder inmiscuyéndose en movimientos y protestas sociales de distinto pelaje.

-“¿No me ayudarás a cantar/estas canciones de libertad?/Pues son todo lo que he tenido siempre:/canciones de redención,/canciones de redención.//, cantaba Bob Marley. ¿En qué sentido el reggae fue, a finales de los años 60 del siglo XX, el portavoz de las causas perdidas de la juventud afroamericana?

Jamaica y su música ofrecieron al mundo uno de los episodios más interesantes, complejos e intensos de esa perversa relación entre la música popular y la política. Durante los años de colonización fue el territorio con más insurrecciones por metro cuadrado del mundo, más de 400, todas bien documentadas. Desde el origen, asuntos de enorme envergadura como la raza y la religión fueron claves en su desarrollo político. Sin ellos es difícil entender su música. Con la llegada de la independencia en 1962 los conflictos sociales no acallaron pese a cierta bonanza económica, hasta que todo empezó a venirse abajo. El ska, que fue la banda sonora de la independencia se tornó más pesado con el rocksteady para pronto anunciar el reggae.

Si bien, las canciones jamaicanas jamás habían eludido la protesta, con la llegada del reggae y su deriva llamada roots durante los años 70 -una década dramática por sus batallas políticas y la violencia social entre pandillas fuertemente armadas protegidas por los dos principales partidos, el Laborista de derechas y el Nacional del Pueblo de izquierdas, la música jamaicana abrazó, definitivamente, la mística rastafari y con ella la obsesión de volver a África, la vieja expectativa de Marcus Garvey. Fue entonces cuando el reggae se convirtió en el nuevo gurú sonoro de los jóvenes afrojamaicanos, el mejor antídoto para destruir Babilonia, convirtiéndose, efectivamente, en el portavoz de todas las causas perdidas. Su radicalidad fue fruto del deseo, la angustia y el rechazo.

-¿Fue el reggae políticamente “radical”, tuvo relación con las teorías panafricanistas, las luchas de liberación nacional y el marxismo?

Hay que recordar siempre que entre los años 60 y 70, el mal llamado Tercer Mundo representado por líderes, alguno de ellos afectos a la lucha armada en el continente africano y empleados en las nuevas guerrillas, estaba intentando hacerse fuerte en el panorama internacional. La lección de la Revolución Cubana había hecho mella en muchos de estos líderes y el panafricanismo y el marxismo estaban calando fuertemente en sus aspiraciones políticas. La lucha ya no era solo racial sino anticapitalista y el reggae no fue ajeno a estas luchas, representando a través de su parafernalia rastafari una forma de vida y una visión del mundo, empeñadas en invertir los mecanismos del poder allá donde fuera posible. El reggae tomó conciencia de su papel y su éxito le ofreció la capacidad de sembrar nuevas semillas de resistencia política.

-¿En qué contexto surgen en el estado español grupos como Leño, Barón Rojo y Asfalto; y otros como Extremoduro, Sociedad Alcohólica o Reincidentes…. hasta llegar al Rock Radikal Vasco (Kortatu, Cikatriz, Korroskada o La Polla Records)? ¿Qué diferencias sociológicas y de “mensaje” político los distinguirían? -¿Y las diferencias respecto a la Nova Cançó y la Movida madrileña?

Si entiendo bien, las diferencias entre los grupos que citas son menores que las similitudes. El rock urbano de finales de los años 70 es la consecuencia de los hallazgos, por un lado de una parte de la contracultura o el underground, y por otra de la necesidad de los jóvenes de clase obrera de los barrios, de la periferia urbana de encontrar una forma de expresión que hablara sin tapujos de sus conflictos sociales y de sus incertidumbres en un momento de cambio político, normalizando una visión del mundo en paralelo a otros países de su entorno. Y el lugar para hacerlo fue la ciudad, y principalmente Madrid, en los barrios precarios en los que se habían instalado sus padres.

Este rock urbano se convertiría, con el tiempo, en un estilo fecundo al tejer un hilo sonoro con otras bandas posteriores. En aquellos años el rock no era aún militante pero sí consciente de su enorme capacidad de confrontar el presente con un poder en proceso de democratizar el país pero con muchos fantasmas del pasado aún con los que negociar. Este hilo sonoro produciría una segunda generación que guió sus tentáculos a la misma clase obrera, pero la diferencia fue geográfica. El rock amplió sus expectativas al infiltrarse en el resto de ciudades del estado con grupos como Los Suaves en Galiza, Barricada en Navarra, Reincidentes en Sevilla o Extremoduro en Extremadura, ampliándose la mancha de aceite por todo el país.

-Y el caso de Euskadi…

En este proceso, a partir de los años 80, Euskadi fue la excepción que confirmaba la regla conspirando, también, desde otros estilos como el ska y el punk. En un ecosistema de violencia, el Rock Radikal Vasco se impuso como el portavoz de un estado de excepción y la fotografía sonora de un movimiento social y político, más allá de un mero estilo de música. Un movimiento que el resto de grupos, fuera de Euskadi, no había logrado oficializar. El territorio en donde este fecundó fue muy similar al del resto del estado: la clase obrera y el entorno urbanizado, pero con su voluntad de resistir, estuvo mecido por la izquierda abertzale y por una militancia política excepcional que supuso, en la práctica, un movimiento de solidaridad internacional llegado de otros países como México, Francia o Italia.

Además, mencionas a la Nova Canço y la Movida madrileña. Más allá de sus profundas diferencias estilísticas, políticas y sociales, ambas no dejaron de ser, en muchos momentos de su historia, un proyecto de claros tintes narcisistas. La primera arropada y promocionada por cierta burguesía nacionalista catalana y la segunda por un centralismo socialista que vio con buenos ojos el vacío de contenido político de las canciones, a cambio de garantizar a los jóvenes una libertad tutelada.

-Por último, el libro dedica unas páginas a dos mujeres. Nina Simone (“una mujer fuerte”) y Violeta Parra (“barro del pueblo verdadero”). ¿Qué destacarías de la música popular y política de cada una?

Ambas fueron mujeres fuertes en territorios y contextos distintos y ambas convivieron con el fantasma del racismo, Nina Simone, y con la injusticia política de su país, en el caso de Violeta. Ambas también se dedicaron a estudiar y comprender sus raíces musicales y fueron mujeres necesarias para construir un mundo más justo y amable. En el caso de Nina, su capacidad técnica fue extraordinaria a pesar de ser rechazada por el color de su piel en el Curtis Institute of Music, tocando en tugurios hasta sus primeros éxitos y fue una notable activista a favor de los derechos de los y las afroamericanas en los momentos más duros.

Violeta se esforzó toda su vida en combatir la injusticia y la arbitrariedad del poder y acusó a los culpables. Fue «barro del pueblo verdadero» como la describió Neruda y en desde ese empeño giraron todas su composiciones. Cuando llegó Pinochet, se cambió el nombre de la población Violeta Parra por el de un brigadier. Hoy pocos se acuerdan de aquel brigadier, pero todas de Violeta. Sin mujeres como ellas, sin sus canciones el mundo hubiera sido aún más terrible. Ellas han sido parte importante de los argumentos, la inspiración y las razones que me llevaron a escribir este libro.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=230727&titular=m%FAsica-utop%EDa-y-subversi%F3n-

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Entrevista a Facundo Manes: “Tenemos que preparar a los alumnos para manejar la incertidumbre, y no estoy seguro de que la escuela esté preparando para eso»

31 agosto 2017/Fuente: Diario de la Educación

Facundo Manes es un importante neurocientífico argentino que ha estado en Madrid presentando el Observatorio Iberoamericano sobre Neurociencia y Educación. Hablamos con él de la relación entre ambas.

Facundo Manes (Quilmes, 1959) es un neurocientífico argentino que hace unos días estuvo en España para la presentación del Observatorio Iberoamericano de Neurociencia y Educación, creado por su Fundación Ineco en colaboración con la Fundación Telefónica.

Es un hombre afable, capaz de responder sin dudar mientras mira el móvil que, intuímos, no puede dejar un momento. Preside la Fundación que montó, en la que investiga, da clase en universidades americanas y australianas es un investigador prestigioso en diferentes centros internacionales de investigación.
¿En qué consiste el Observatorio?
Yendo al foco de tu pregunta, primero tengo que explicar qué es la neurociencia. Es una área que estudia el sistema nervioso. La neurociencias cognitivas, estudian los procesos mentales.
En las últimas décadas ha habido muchos avances porque hay miles de investigadores conectados porque las preguntas que intentamos resolver son difíciles como para hacerlo aisladamente.

La educación es, básicamente, reforzar el aprendizaje. Y también es y se da entre dos cerebros. Y resulta obvio pensar que entender el cerebro impactará en la educación. Entender el cerebro es entender cómo el cerebro aprende. Y también entender cómo dos cerebros se comunican.

Hay un problema. Neurociencia y eduación son dos mundos diferentes. Uno de los desafíos es trabajar, sin jerarquías, entre docentes y neurocientíficos o neurólogos o psiquiatras. La neurociencia y sus avances, en mi opinión, van a impactar en todo lo que hacemos puesto que desde respirar hasta resolver los dilemas morales complejos, todo, lo hacemos con el cerebro.

Para mí sería un error, y esa es una de las funciones del Observatorio, que todos estos datos que puedan transmitirse de la neurociencia a la docencia, sean unidireccionales. Tienen que ser discutidos. La neurociencia tienen que aportar datos de su área a la educación y los educadores tienen que aportarnos datos a nosotros.

De eso se trata ese observatorio entre la Fundación Telefónica y la Fundación Ineco, que en Latinoamérica haya un debate entre educadores y neurocientíficos sin jerarquía, codo a codo, para discutir los aportes actuales, los mitos que circulan.

¿Qué mitos son esos?
Pues, por ejemplo, que hay técnicas de aprendizaje con el cerebro derecho o el izquierdo, basadas en cada hemisferio. Eso no tiene una evidencia científica. Hay escuelas que aseguran educar con cierta lateralidad. Hace décadas, a gente con epilepsia intratable se le cortaba la conexión entre ambos hemisferios, el cuerpo calloso. Los investigadores estudiaron a esos pacientes y vieron que el cerebro izquierdo tenía funciones más lógicas y el derecho más holísticas. Pero la mayoría de nosotros vivimos con ambos hemisfeios unidos, con un solo cerebro. Otro mito es el de que usamos el 10% del cerebro. No hay evidencia científica.

¿Cómo aprende el cerebro?
Sabemos desde la ciencia que nuestro cerebro fundamentalmente aprende cuando algo nos inspira, nos motiva y nos parece un ejemplo.

Y en esta época el docente se encuentra ante un desafío. Cuando muchos de nosotros éramos chicos, el docente tenía información que nos pasaba y esto generaba un respeto. Hoy la información está disponible. Un chico que tiene un celular y acceso a Internet, tiene más información de la que tenía el presidente de Estados Unidos cuando decidió conquistar la Luna.

La información era lo que daba poder al docente, y hoy está disponible y cada vez va a estar más disponible. Pero eso no quiere decir que el docente va a desaparecer, porque hoy sabemos desde la ciencia que el factor humano es clave para el aprendizaje.

Hubo un experimento en Estados Unidos, con chiquitos de 4 o 5 años, que nunca habían estado expuestos a otro idioma que no fuera el inglés. Los dividieron en tres grupos. El primero, con un chino, en contacto con ellos, les enseñaba chino con una técnica determinada, durante cierto tiempo. Al segundo grupo, con el mismo chino, la misma técnica, el mismo tiempo, pero por televisión. Al tercer grupo, el mismo chino, la misma técnica,el mismo tiempo, pero con auriculares. Quienes tuvieron contacto personal con el chino podían diferenciar palabras como chiquitos de su edad en Pekín. Los otros dos grupos no aprendieron nada.

El contacto personal es clave, y por eso la educación a distancia, que es importante, no reemplazará el contacto humano. Como neurocientífico te puedo decir que la educación acabará siendo mixta, a distancia, pero también personal. No desaparecerá el docente, el mentor.

Estas son las cosas que queremos hablar en este observatorio en América Latina. Queremos hablar desde las evidencias científicas hasta de los mitos que no tiene sentido tenerlos presentes.

La idea es generar en España y América Latina un foro donde se una más gente, se haga debate y se genere una mezcla de especialidades.

¿Entre los docentes falta mucha formación e información sobre neurociencia?
Sí, pienso que es así. Mi grupo de investigación hizo un trabajo sobre los mitos y los docentes en América Latina, que muestra que falta información, pero también que hay mucho interés sobre qué sabemos y qué no sabemos…

¿Qué sabemos hoy?
Muchas cosas, por ejemplo, que una alimentación adecuada es muy importante para el cerebro. La desnutrición, sobre todo en muchos países de América Latina, produce atrofia cerebral. Si queremos educar, primero tenemos que tener un cerebro bien nutrido.

Vivir en un contexto de pobreza genera conductas que perpetúan la pobreza. Sabemos desde la ciencia que aunque uno coma bien, si vive en un contexto de pobreza, esta y el contexto generan conductas que perpetúan la pobreza. Hay un sector que no puede jugar el partido de la educación.

Hay un sector que tiene que nutrirse bien y tiene que mejorar el contexto de pobreza, no solo porque es inmoral, sino también porque esos chicos no van a tener las aptitudes como alguien bien nutrido y en un contexto más positivo.

También el ejercicio físico es importante para el cerebro. Esto ya lo sabe el docente intuitivamente, o por experiencia, pero hoy sabemos que genera nuevas conexiones neuronales, baja la ansiedad, mejora el ánimo, refuerza el pensamiento creativo. Dormir bien… el sueño es clave para consolidar la memoria. Cuando uno duerme mal, está irritable, tiene menos atención… Evitar el estrés. Las situaciones de estrés no permiten aprender de forma óptima.

También sabemos que fomentar la lectura es algo importante para el cerebro y generar un contexto positivo. Los contextos son muy importantes. Sabemos que aprender una nueva lengua es bueno para el cerebro, más allá de tener otro idioma, porque mejora ciertos controles ejecutivos del lóbulo frontal.

Otra de las cosas que sabemos es que jugar es muy bueno, jugar, inclusive cuando somos adultos. No jugamos y hay que jugar. Y los chicos tienen que hacerlo, es muy importante para el aprendizaje.

Hablabas de contextos, ¿las aulas son el mejor sitio para aprender?
Si agarrás este celular (un iPhone) y uno de hace 15 años, son totalmente diferentes. Un auto actual y uno de hace 15 años. El docente y las clases son iguales. Todavía hay aulas donde están todos los chicos sentados. Esto tiene que ver con la revolución industrial, donde todo era seriado. Creo que eso tiene que ser revisado.

Volviendo al docente, tiene que reinventarse, porque la información ya está disponible, y básicamente transmitía informacón; pero ahora ya está libre, y lo estará más. Tenemos que reinventar al docente. Nunca va a desaparecer pero tendremos que reinventarlo para que, a partir de la información que ya está, enseñe, inspire, o motive para que se genere nueva información, para que se trabaje en equipo, para presentar la información, para comunicar la información… El docente tiene un rol, pero el de transmitir la información necesita un cambio, como el de la colocación de las aulas.

Todavía no sabemos a dónde ir, pero sabemos que nuestros hijos (yo tengo dos hijos de 11 y 8 años) van a tener 6 o 7 trabajos que todavía no han sido inventados. ¿Te acordás del fax, te acordás de Blockbuster (tienda de alquiler de vídeos y DVD que quedró)?.

Tenemos que preparar a los chicos para manejar la incertidumbre, para generar nuevos trabajos. Y no estoy seguro de que la escuela esté preparando para eso. Sabemos que el docente tiene que motivar, inspirar. Y hoy el docente no sabe cómo hacerlor. Es un tema con el que tenemos que ayudar entre todos.

En los últimos años ha habido muchas reformas basadas en evaluaciones como PISA. Las administraciones, ¿han mirado hacia la neurociencia? ¿le hacen suficiente caso a lo que podéis aportar en educación?

No tengo claro qué está pasando en cada sistema educativo, pero mi intuición es que la presión viene del docente. Cuando el docente se da cuenta de que necesita nuevas técnicas, conocimientos, reinventarse, busca la neurociencia como una herramienta. Y nuestro rol, desde el Observatorio, va a ser decirle que no todas las respuestas pueden venir de la neurociencia.

¿Cómo consige el docente inspirar a sus alumnos?
No tengo la respuesta, pero los alumnos tienden a aprender más cuando están intrínsecamente motivados por lograr algo. Esa es una tarea que tiene que hacer el docente.

Otro aspecto es que la inteligencia no es algo fijo con lo que uno nace, innato, que tiene un destino. El esfuerzo es muy importante. En muchos lugares está el concepto de: “Alguien es muy inteligente, porque no estudió y le fue bien”. Esto es un error que genera un sesgo mental negativo. Cuando alguien tiene una habilidad, que puede ser para la matemática, para la música, para las ciencias, y le va bien, es un error de la familia o el docente decirle: “Qué bien, sos inteligente”. Hay que valorar el esfuerzo, más que la habilidad innata.

Hay muchos casos que chicos que rendían bien en matemáticas en séptimo grado, con el tiempo decayeron, porque se confiaron en su inteligencia. Sabemos que hay que enfocar en el esfuerzo, y este, es hacer sentir al alumnos intrinsecamente motivado por lograr algo.

Recalcar o felicitar una habilidad es un error. La inteligencia y las habilidades requieren esfuerzo, y no ideas fijas de que alguien puede o no. Esto puede ser tóxico. La inteligencia se modula, como la creatividad. Que por cierto, también sabemos en qué contextos se produce.

¿En cuáles?
Primero, necesita preparación. Esto puede llevar años.

Cuando yo era chico pensaba que antes de morirme iba a tener una idea que iba a influir en la humanidad. Esto no va a pasar si no hay ciertos procesos previos. Lo primero es tener preparación. Preparación en un tema o en varios, porque el conocimiento se genera en equipo.

Luego hay que tener una obsesión en el dilema, que puede ser una pintura, una melodía musical, una fórmula matemática, en un experimento científico, una programacón de software. Lo que sea. Pero hay que obsesionarse con un dilema. El pensamiento obsesivo, no ser obsesivo compulsivo, correlaciona con creatividad.
Luego hay que relajarse. Los momentos “eureka” o “ajá”, suceden cuando estamos dormidos, entre dormidos… en un taxi, en el tren. Además de estar un poco loco, no mucho pero un poco.

Y, también, hay que estar preparado para equivocarse. Equivocarse es necesario y acá tenemos un problema porque la educación estigmatiza el error: “Uy me equivoqué, me voy a equivocar. Uy, se va a equivocar”. Hay que equivocarse. Mucho.

Y hay que vivir en un contexto creativo. ¿El Renacimiento qué fue? Un contexto creativo; por eso Miguel Ángel, por eso Leonardo. Silicon Valley ¿por qué produce tanta tecnología? Porque hay un contexto creativo.

Paul McCartney soñó la melodía de Yesterday. Y se despertó y la escribió. Ahora, yo puedo dormir 30 años y no voy a soñar la melodía de Yesterday, porque no soy músico, no tengo preparación. Él sí; además estaba obsesionado en las últimas semanas con una melodía que no salía,estaba en periodo de incubación. Luego se relajó y cuando el cerebro se relaja procesa información que adquirió cuando estaba atento. Y luego surgió el momento “eureka”.

Si bien no sabemos bien cómo se genera la creatividad sabemos qué procesos son necesarios para que surja o tengamos más chance de ser creativos. Y sabemos que el azar favorece a las mentes preparadas.

Otro aspecto, y ya creo que no hay más aspectos, es el impacto de la tecnología. Tenemos recursos cognitivos limitados y cambiar de tarea permanentemente como hacemos de Twitter, WhatsApp, mail, diario 1, diario 2, Instagram, Facebook… nos hace menos productivos y nos estresa, nos agota mentalmente. La tecnología es fantásticas pero hay recursos limitados y cuando hacemos cambios de tarea rápidos, hay un impuesto mental tremendo.

¿La parcelación del conocimiento en asignaturas debería cambiar?
Yo creo que estamos en una revolución educativa en el mundo, una revolución 4.0 y necesitamos una revolución de la educación. Si bien, no creo que la neurociencia tenga la respuesta, puede ser una de las herramientas para pensar cómo hacer este cambio que necesitan todas las sociedades. Todo el mundo necesita un cambio del paradigma educativo.
Lo que tenemos que hacer básicamente es preparar a los chicos paramanejar la incertidumbre, para generar nuevo conocimiento a partir de la información que tenemos y sabemos que hay que aprender toda la vida.

Este es otro de los aspectos en que puede ayudar la neurociencia: hoy sabemos que el cerebro nunca se tiene que jubilar de lo que le gusta. Hasta el último día de la vida hay que vivir apasionado y aprendiendo cosas. Si no, hay un impacto en el cerebro. Tenemos que estar educándonos toda la vida.

Hoy sabemos que la educación es un factor de protección cerebral. Mi padre me decía: “Estudiá, estudiá”, yo no sabía para qué me decía, pero igual le hice caso. Estudiar genera mayor conexión cerebral, motivación, perspectivas de futuro… de verdad que es un buen protector cerebral la educación.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2016/11/07/tenemos-que-preparar-a-los-alumnos-para-manejar-la-incertidumbre-y-no-estoy-seguro-de-que-la-escuela-este-preparando-para-eso/

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Xavier Melgarejo: “Es en las facultades de Educación donde más hay que invertir”

30 de agosto de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Xavier Melgarejo

En Finlandia, ¿no basta con querer ser maestro para serlo?
Para nada. Si una persona es excelente en todo, pero no tiene empatía, no tiene estima por los niños, no puede ser de ninguna manera profesor. Buscan una combinación de diferentes aptitudes y son muy estrictos con esto: personas abiertas a la investigación, creativas…

¿Qué tienen en particular los profesores finlandeses?
La formación extraordinaria de los maestros y su proceso de selección. Es un paquete. Buscan un tipo de persona muy concreto, buscan un molde que debe cumplir muchos requisitos: debe ser competente en las materias que va a impartir, pero también debe ser socialmente abierta, debe tener un compromiso social. El modelo finlandés es diferente al del resto de países nórdicos, por eso es tan interesante.

¿Qué perfil reúne un profesor finlandés?
El modelo de profesor no se puede definir si la sociedad no tiene claro qué tipo de personas quiere para sí misma. Ellos han decidido que quieren profesores muy competentes, creativos, abiertos de mente. Esto hace que sea muy difícil acceder a la profesión. Pero ser profesor en Finlandia tiene tanto prestigio y la gente les quiere tanto, que ser maestro es un gran honor. No es una cuestión económica, es la valoración social.

¿Hay muchos candidatos a profesor?
En Helsinki puede haber 1400 personas aspirantes para cubrir 90 plazas. La criba es muy estricta. Allí no hay oposiciones, pero cuando tienes la plaza difícilmente te la quitan. De todas formas,  si la comunidad del país no lo valorara mucho, no sé si ser profesor tendría este atractivo. A profesores solo llegan los mejores.

Los profesores en España hasta no hace mucho también eran profesionales valorados. ¿Por qué ahora no sucede?
Yo creo que la población sí que valora a los profesores, pero lo profesionales de la educación no lo perciben así. Las encuestas muestran cómo los ciudadanos consideran su profesión una de las más importantes. Pero los maestros ven cómo muchas veces sus demandas hacia las familias no son tenidas en cuenta.

Muchos maestros consideran que no se respeta su profesionalidad.
Hay una sensación real de que el profesor no tiene autoridad. No hay un apoyo a la profesión. En Finlandia, los padres inculcan a los hijos que la palabra del maestro está por encima de todo y que deben respetarlo. Esto aquí no pasa, incluso nos encontramos con casos de acoso o de padres que cuestionan la toma de decisiones de los profesores delante de los niños. Los profesores se sienten agredidos y asediados, y esto es intolerable e inaceptable.

Muchos profesores se quejan de que están atados de pies y manos a causa del currículum.
Esto es lo que no puede ser así, ojalá tuviéramos tiempo para enumerar todas y cada una de las cosas que debemos cambiar de nuestro sistema. En mi libro Gracias Finlandia apunto varias ideas al respecto. No es un libro para profesores, está escrito pensando en la comunidad, en la gente sencilla, porque todos debemos implicarnos en la educación.

¿El currículum, entonces, debería ser más flexible?
En Finlandia, quien diseña el currículum es el municipio y el profesor, porque está todo descentralizado. Para poder diseñar un currículum, has de estar bien formado. Esto también motiva mucho a la gente a ser maestro, porque es una profesión creativa en la que tú tienes un gran papel a la hora de decidir qué hacer y cómo hacerlo. Los profesores tienen una enorme flexibilidad y, también, responsabilidad.

Pero, ¿que cada municipio o cada profesor diseñe su propio currículum no produce grandes diferencias entre lo que aprenden los alumnos?
Pese a la gran diversidad y creatividad de cada profesor, los resultados de los informes de PISA destacan que los resultados en todo el país son homogéneos y son muy buenos. Formar a la gente para que puedan adecuar las necesidades curriculares a su entorno y a lo que precisan sus alumnos es una buena idea.

¿Esto es extrapolable a otros países?
En España, en la última gran reforma educativa ya se buscó un poco dar esta libertad, pero a los profesores no se les formó. Es uno de los grande problemas que tenemos, que introducimos cambios en el campo educativo, pero no formamos a los docentes para que puedan adaptarse y sacar el máximo rendimiento.

Pero, ¿sería válido importar el modelo educativo de un país como Finlandia para implementarlo en un país como España?
¡No! Igual que un olivo no lo puedes plantar en Finlandia porque se morirá de frío y no puede vivir, no puedes implementar el sistema educativo de allí aquí, porque no es su ecosistema. Lo que nosotros podemos hacer es ver cómo funciona la vida allí y cómo funciona aquí, y comparar. Y a partir de eso ver qué hacemos con nuestro ecosistema. Copiar un sistema educativo es una tontería, nuestra sociedad tienen valores muy diferentes.

¿En qué sentido?
Pues quizá la motivación para ser profesor aquí debe cambiar. Quizá haya que proponer medidas políticas para que el profesorado se sienta reconocido y valorado,  y seguramente no son las mismas medidas que en Finlandia. Quizá aquí tengamos que poner incentivos económicos o sociales. Algún día nos tendremos que sentar y ver cómo lo hacemos.

Y este cambio de modelo, ¿debería implementarse de golpe o es mejor hacerlo de forma gradual?
Gradual sin duda.

¿Y por dónde hay que empezar con el cambio?
En primer lugar, y pese a que los políticos digan que no, sí que hay un problema de recursos. En Finlandia, los niños que tienen unas necesidades educativas especiales tienen una persona que les acompaña en el aprendizaje todo el tiempo que están en clase. No suele haber más de 9-10 niños por clase. Todo esto señala que hay un presupuesto para ello. El gobierno competente en educación debería apostar por los niños y pagar el importe íntegro de lo que cuesta la escolarización de todos los alumnos.

¿Sabemos a cuánto asciende esta cifra?
El Gobierno finlandés creó una comisión para calcular lo que vale una plaza escolar. En España también se ha hecho, pero no se ha publicado nunca el resultado porque es una cifra muy peligrosa… Los números aquí no están claros.

¿Cree que no se destinan suficientes recursos a la educación?
Sea cual sea la cantidad que se destina, está mal repartida. Hay comunidades que tienen aulas llenas de ordenadores muertos de risa que no saben ni cómo encenderlos. Pero luego no hay dinero para pagar el comedor de los niños. Se nos tendría que caer la cara de vergüenza.

En Finlandia todos los niños comen en la escuela, ¿no?
Sí, los de Primaria y los de Secundaria. Y la comida la paga el Estado, es una política de igualdad de oportunidades. ¿Cómo vas a pedir a nuestros chicos y chicas que rindan, si algunos llegan sin estar bien alimentados? Muchas familias pasan hoy por dificultades económicas graves.

¿Por dónde seguiría el cambio?
Por la descentralización hacia el municipio. Esto fomentaría una educación a medida, acorde con el entorno del niño.

¿Cuál sería el modelo de escuela por el que usted apostaría?
Por uno basado en una escuela que quiera ser a la vez comunidad de aprendizaje y que sea abierta a la comunidad. Que esté insertada y que sea permeable de fuera hacia dentro y de dentro hacia fuera con su entorno. Pero este modelo ni siquiera se ha planteado.

Y para los profesores, ¿qué pediría?
Autonomía para el profesorado. Hay tantas regulaciones que no sirve de nada que el profesor o profesora sea creativo, porque si viene el Ministerio y te dice que si un alumno no se sabe los ríos de España no pasa de curso, evidentemente los profesores se centrarán en eso. El Gobierno en este sentido tiene una mentalidad tan controladora y tan “igualizadora” que no permite que la vida que hay pueda crecer. ¡Esto es un error!

Quizá sea uno de los motivos por los que la gente no quiere ser profesor…
Tenemos que empezar a preguntarnos porqué los mejores perfiles, los mejores alumnos de Secundaria, no quieren ser profesores. Las notas de corte de las carreras de Magisterio son muy bajas, son muy poco exigentes. Yo creo que ser profesor es un gran honor. Tenemos el honor de trabajar con el tesoro del país, que son nuestros chicos y chicas. Somos responsables de la supervivencia cultural y moral de todas estas personas, es uno de los trabajos más bonitos que hay, seguro. Ser maestro es un gran honor.

¿Las nuevas tecnologías pueden favorecer este cambio del que hemos hablado?
¡Seguro! Todo puede implicar un cambio, hasta el mobiliario o el diseño del aula, pero solo si hay un profesorado que sepa sacar provecho. Está muy bien que haya nuevas tecnologías en las aulas, pero donde no pueden faltar, y sobretodo deben ser las mejores, es en las facultades de Educación. Es ahí donde hay que invertir mucho. Si los futuros maestros no tienen a su disposición las mejores herramientas mientras se están formando, cuando lleguen a las aulas no sabrán sacar provecho de nada. Las TIC son imprescindibles, pero no funcionarán si no se hace un trabajo previo con los profesores.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/xavier-melgarejo-es-en-las-facultades-de-educacion-donde-mas-hay-que-invertir/

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Jenifer Fox: “Cada estudiante tiene una fortaleza”

30 de agosto de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

¿Qué entendemos por fortalezas y cuáles tenemos?
Son actividades que desarrollas y te hacen sentir lleno de energía. Existen tres tipos de fortalezas. Las relacionales, que tienen que ver con las cosas que hacemos para y con otras personas y que te hacen sentir valioso y competente. Después encontramos las fortalezas relacionadas con las actividades, es decir, las tareas que llevas a cabo y que te hacen sentir comprometido y lleno de energía.

¿Y por último?
Las de aprendizaje, ya que algunas personas aprenden haciendo cosas y otras leyendo o escuchando. El problema en las escuelas, al menos en Estados Unidos, es que tienden a reconocer a los estudiantes que aprenden únicamente con una de estas fortalezas.

Y no les otorgan importancia a las demás…
El hecho es que hay estudiantes muy inteligentes que no tienen éxito. Pero si el sistema lograra potenciar sus puntos fuertes y su forma de aprender, entonces se involucrarían mucho más y serían más activos.

Si todos aprendemos de formas distintas, ¿cómo puede un profesor enseñar en una clase de 30 estudiantes?
Lo primero es reconocer que el aprendizaje no se limita a transmitir información, sino que consiste en el desarrollo de actividades vinculadas con el mundo real, que permitan a los estudiantes participar y hacer contribuciones en función de sus puntos fuertes.

¿Por ejemplo?
Pensemos en el rodaje de una película. Se necesitan personas que actúen, que escriban el guión, que filmen… Todos ellos contribuyen de manera significativa en el proceso, pero cada uno de ellas desarrolla diferentes tareas. Y así es la vida real. Por tanto, en las escuelas deberían impulsarse proyectos reales, en los que los estudiantes puedan contribuir al desarrollo de tareas que aporten valor.

¿Cómo podemos ayudar a los niños a reconocer sus fortalezas?
Se pueden desarrollar proyectos vinculados a muchas actividades para dejar que los trabajen fuera de su zona de comprensión y así permitir que fracasen. De esta manera contribuimos a que puedan  descubrir lo que no les gusta o las actividades en las que realmente son buenos.

Fracasar no está bien visto…
Por esto las escuelas deben alejarse de la competición, en la que solo los que obtengan mejores notas son reconocidos. Al fin y al cabo en el mundo real deberán encontrar un trabajo para muchos años que sea capaz de motivarles. Y para ello, ya desde la escuela, hay que conseguir que puedan descubrir lo que les gusta hacer y con lo que puedan tener éxito, aunque ello pueda derivar en algún fracaso momentáneo.

¿Están los profesores preparados para satisfacer las necesidades actuales o debemos mejorar su formación?
Cada vez están mejor preparados pero, aun así, debemos mejorar su formación básicamente en los programas docentes de nivel universitario. Actualmente el principal problema es que los profesores se limitan a repetir lo que se lleva haciendo desde hace 200 años.

En este sentido, ¿qué cambios deben aplicarse?
Mi trabajo se basa en la idea de que todo el mundo viene a este mundo con una contribución única a realizar, por lo que los profesores deben enfocar su enseñanza en base a las contribuciones únicas de sus alumnos y olvidarse de las cosas que los niños no pueden hacer. Básicamente deben dejar de ver a sus alumnos como ganadores y perdedores y observarles como personas que tienen algo que aportar. En este proceso, su papel es ayudarles a encontrar sus fortalezas.

¿Cuál es el papel de los padres?
Deben plantear muchas preguntas a sus hijos para animarlos a probar cosas diferentes y permitirles renunciar si no se lo pasan bien. No se trata de que se rindan de inmediato, pero sí dejarles encontrar lo que les hace disfrutar. También considero importante intentar no alentar el logro por la mera recepción de elogios al conseguirlo.

¿Cuál es su opinión acerca del actual sistema educativo?
Pienso que no es bueno y que los cambios se aplican muy lentamente. Soy un agente de cambio, por lo que es realmente frustrante ver como la gente acuna tan lentamente nuevas ideas y cómo descubrimos con tanta lentitud nuevos métodos para inspirar a los niños. Debemos alejarnos del método basado en la memorización de hechos que luego los alumnos deben repetir y volcar en un examen.

¿Qué importancia tienen las nuevas tecnologías en este proceso de cambio?
Son muy importantes y creo que pronto constataremos un gran paso adelante que ayudará a promover cambios. El problema actual es que los profesores aún no han descubierto la manera de cambiar el plan de clase utilizando estas herramientas, sino que solo las utilizan como un valor adicional.

Finalmente, ¿cómo imagina la educación dentro de cinco años?
Desafortunadamente, cinco años en el sistema escolar no es mucho, pero imagino la escuela más personalizada. Algo como puede ser, por ejemplo, una experiencia de compra online. La educación tiene la oportunidad y la capacidad de hacer lo mismo por lo que se refiere a la personalización de los objetivos de aprendizaje.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/jenifer-fox-cada-estudiante-tiene-una-fortaleza/

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Entrevista: Mercy esa dama que nos honra.

CentroAmérica/Cuba/29.08.2017/Autor y Fuente:http://www.adelante.cu

Pudimos conversar con ella entrada la tarde; los preparativos del nuevo curso escolar ya la traen de aquí para allá recorriendo escuelas rurales y urbanas. De inicio le preocupó su “facha” para la foto de entrevista porque andaba en “ropa de campaña”, mas ante la promesa de la reportera de que el polvo del camino no sale en las instantáneas accedió a regalarnos estas confesiones.

—Más allá de cargos y responsabilidades, ¿quién es Mercedes Escuredo Olazábal?

—Soy una mujer que se sabe realizada profesionalmente y muy comprometida con su responsabilidad; que siente mucho amor por la familia, que es muy corta: mi papá, mi hija, dos nietos, mi esposo. Soy responsable de mis actos, trato de mantener una buena comunicación con mis compañeros, tanto subordinados como superiores. Soy respetuosa. Me gusta estar actualizada de las cuestiones de mi profesión, el magisterio.

“En lo personal procuro mantener una buena apariencia, desde muy joven he sido cuidadosa. Me place ver televisión cuando tengo oportunidad, y leer; no soy amante de la música ni de la cocina, lo hago por necesidad. Eso sí, me agrada en el tiempo libre estar en casa con la familia”.

—¿Dónde están sus raíces?

—Soy floridana. Procedo de una casa humilde; mi madre era ama de casa y mi papá trabajaba en una panadería. Un hogar de bajo nivel cultural, pero me educaron bien, de forma respetuosa, con muy buen lenguaje, nada de discusiones, ni bebida, ni cigarros; una familia estable; mis padres tuvieron un matrimonio para toda la vida, igual que el mío. Me casé en el ‘70 y aún estoy con mi esposo, quien ha sido estoico, estoico… porque desde muy joven tengo responsabilidades.

—¿El magisterio llegó por vocación o por azares de la vida?

—Empecé a estudiar Química en La Habana, pero como era hija única mi mamá casi se enferma y tuve que regresar a Florida. Después de abandonar los estudios trabajé en una secundaria básica sin ser maestra, apenas tenía 17 años y nivel escolar de 10mo. grado. Tuve alumnos mayores que yo. Mi novio en aquel momento, ahora mi esposo, era maestro y me apoyó en ese empeño. Después estudié por encuentros y luego cursé la licenciatura en la Universidad.

“Eso sí, siempre fui monitora de Español y Química, prefería esas asignaturas. Era buena alumna, muy aplicada y en casa había círculos de estudio. Mis padres siempre me apoyaron para que yo estudiara y aprovechara las oportunidades que tenía.

“Luego de graduada me inicié como profesora de Química en la secundaria básica José Martí, en Florida; allí comenzaron las responsabilidades, jefa de cátedra, subdirectora docente, metodóloga municipal, subdirectora y directora municipal en Florida, de donde me promovieron a subdirectora provincial en el año ‘88 y hasta el ‘96. Aquí trabajé con Freddy Arias, del cual aprendí muchísimo.

“Entonces me eligieron como miembro del Buró Provincial del Partido para atender Turismo, Servicio, Comercio y la Alimentaria, una actividad que nada tenía que ver con lo que soy. Después me promovieron a vicepresidenta de la Asamblea Provincial del Poder Popular, donde estuve unos meses, y resulté electa presidenta de la Asamblea, pero no pude terminar el mandato porque mi mamá se enfermó gravemente, y luego falleció.

“Tras reincorporarme en la Dirección Provincial de Educación, en el 2007 fui a cumplir misión a Venezuela, año en que recuerdo con mucha alegría que el sector en la provincia alcanzó primer lugar nacional. Allá fui asesora del Ministro de Educación y jefa de la misión educativa por dos años. Cuando retorné me volvieron a nombrar Directora Provincial. De eso hace siete años”.

—A la vuelta de tantos años, ¿qué le han dejado el magisterio y las labores de dirección?

—El magisterio me ha regalado momentos preciosos. Cuando más cansada y tensa estoy, la visita a un círculo infantil, a una escuela primaria o a la casa de niños sin amparo familiar me reconforta, me relaja. Estuve poco tiempo dando clases y aun así me encuentro alumnos que me recuerdan. Siempre cuidé los límites entre alumno y maestro, y maestro y familia, cuestiones que hoy hay que rescatar y preservar.

“A mí en lo personal el magisterio me deja mucha satisfacción. La labor de educar es dar sin pedir nada a cambio. En las tareas de dirección he tratado de hacer las cosas bien y puedo decir que duermo tranquila. Preparar a las personas más jóvenes para que asuman como cuadros, y respetar a los otros, subordinados y superiores, para que sean recíprocos, me complace. El respeto no se gana por el cargo, sino por tu conducta, tu trabajo, por el día a día. El cargo da una autoridad formal, pero la autoridad real te la da tu conducta: dirigir sin gritar, con rigor y con responsabilidad y decir las cosas en su momento y en su lugar. Reconozco que me molesta que las cosas salgan mal, eso “me pica”. Tales premisas me han ayudado en la vida”.

—Conjugar los roles hogareños, la maternidad y la dirección no es tarea sencilla. ¿Cómo maniobrar con tantas responsabilidades?

—Hace mucha falta el respaldo de la familia. En mi caso fue gracias a mi mamá, que me apoyó con mi hija, y a mi esposo, que se ocupa de los nietos y de mi papá, que tiene 93 años. Él es mi retaguardia, y muy comprensivo con los horarios, pues llego a la casa todos los días después de las ocho de la noche. Ha sido posible porque compartimos las tareas.

“Con el paso de los años comprendí que en determinadas circunstancias debí dar más atención directa a mi hija. Una se da cuenta de que hay algunas carencias, tal vez porque pude hablar más, te percatas después que pasa el tiempo y ya están las personalidades formadas, pero es una realidad de las mujeres que asumen roles en la dirección”.

—Existe en Cuba igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. ¿Está pensado también para las féminas el estilo de dirección en el país?

—La igualdad de oportunidades en Cuba es un hecho, y la Federación de Mujeres Cubanas es una organización que ha luchado mucho por esas conquistas, pero la mujer sigue teniendo una doble jornada. Responsabilidades con la familia, en la casa, que no suele delegar. Es una cuestión que hay que seguir atendiendo.

“En materia de coeficiente intelectual usted se da cuenta de que las mujeres tienen una primacía en el país, pero en materia de dirección hay cuestiones pendientes. Nosotras mismas, las que dirigimos, debemos ser cuidadosas. En mi caso evito por todos los medios convocar una reunión en la noche, por ejemplo. Es una cuestión con la que hay deudas todavía, y necesitamos atender para que las más jóvenes aprecien que dirigir no tiene por qué provocar un fracaso matrimonial, familiar o con los hijos”.

—¿Retos que tenga por delante?

—Tengo dos, lograr que mi nieta pequeña, que tiene 15 años, llegue a ser una profesional comprometida. Creo que la jubilación me ayudará en ese propósito. El otro es el compromiso de terminar la preparación en el curso escolar venidero de los jóvenes que me sustituirán, porque estoy pasada en los años. Sé que ellos lo van a hacer bien.

Mercedita o Mercy, como cariñosamente le dicen, es una de esas mujeres que nos honran con su impronta, su carácter, su compromiso, con su apariencia camagüeyanísima; es parte ya de la estirpe de mujeres plenas, cultas, educadas y revolucionarias del Camagüey.

Fuente: http://www.adelante.cu/index.php/es/a-fondo/25-entrevistas/10431-mercy-esa-dama-que-nos-honra

Imagen:  http://www.adelante.cu/images/2017/08/21/zperez/mercy/mercy.JPG

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