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Sugata Mitra: “Los exámenes ya no sirven, son una amenaza”

Asia/India/24 Septiembre 2016/Autora: Ana Torres Manárguez/Fuente: Sur y Sur

Con una idea tan simple como poner a un grupo de estudiantes a trabajar con un solo ordenador y sin un profesor como supervisor, Sugata Mitra (1952, Calcuta) ganó en 2013 el TED Prize. Consiguió así la atención mediática de todo el mundo y un millón de dólares para poner en marcha su proyecto SOLE , siglas en inglés de Self Organised Learning Environment, (en español, entornos de aprendizaje auto organizados), que hoy emplean colegios de 50 países.

La charla Construyendo una escuela en la nube, que suma más de 2,6 millones de visitas, fue considerada por TED -organización nacida en 1984 en Estados Unidos para promover la tecnología, educación y diseño- como la más inspiradora del año y con mayor potencial de cambio.

En su conferencia de 20 minutos, este ingeniero, que trabaja como profesor en la Universidad de Newcastle, critica el actual sistema educativo. Cree que se basa en un modelo que se diseñó hace 300 años, en la era de los imperios, cuando los gobiernos formaban ciudadanos idénticos para que funcionasen en cualquier punta del planeta.

Para él, la revolución educativa pasa por acabar con los programas académicos para situar Internet en el centro del aprendizaje. También aboga por el fin de los exámenes como instrumento de evaluación. Simplemente porque “la época de las trincheras ha terminado y los estudiantes ya no necesitan aprender con la amenaza y el miedo como una constante”.

 Usted afirma que los exámenes ya no son útiles porque no permiten a los estudiantes pensar con claridad. ¿Ha realizado alguna investigación al india-sugata-mitra1respecto?

 Tengo la evidencia científica que ha aportado la neurociencia. En el centro de nuestro cerebro se encuentra lo que llamamos el cerebro reptiliano y su función es decidir en cada momento si luchar o volar -escapar ante una situación-. Aunque no somos conscientes, está continuamente evaluando y cuando siente una amenaza apaga otras partes del cerebro como la corteza prefrontal, que juega un papel primordial en la coordinación de pensamientos. Los exámenes son percibidos como una amenaza y, por tanto, la creatividad se bloquea. Si le preguntas a un estudiante qué le pide el cuerpo durante un examen, su respuesta será salir corriendo. El estrés le lleva a pensar que no es el momento para las grandes ideas.

En la era de los imperios se necesitaban personas entrenadas en sobrevivir bajo amenaza, principalmente por las guerras, argumenta Mitra en una entrevista concedida a EL PAÍS con motivo de su visita a España por la puesta en marcha de su método SOLE en tres colegios madrileños, uno público y dos concertados. “Hoy el mundo funciona de otra manera y tenemos que sustituir el miedo por el placer de aprender”, continúa el ideador de un modelo educativo que cuenta con el respaldo económico de gigantes como Microsoft.

 En la década de los 90, trabajaba para una empresa india de informática. ¿Cuándo comenzó a interesarle la educación?

 No fue algo premeditado. Me encargaba de diseñar programas formativos, pero al final acabé haciendo lo contrario: demostrar que la tecnología se puede aprender de forma autodidacta. En los noventa éramos pocos los que teníamos ordenador en casa y un día comenté con un grupo de amigos la facilidad con la que nuestros hijos los manejaban sin apenas directrices. A modo de experimento, se me ocurrió incrustar un ordenador en un muro de un barrio pobre de Nueva Delhi para analizar la reacción de los niños. Ocho horas más tarde, estaban navegando por la Red y enseñando a otros a hacerlo. Esos niños nunca habían ido a la escuela y no sabían inglés. Repliqué la misma prueba en zonas remotas de la India y gracias al apoyo económico del Banco Mundial llevé a cabo la primera investigación en 2002. El gran descubrimiento: un grupo de niños sin ningún supervisor y con acceso a Internet pueden aprender en nueve meses a manejar un ordenador como cualquier secretario de occidente.

 ¿Cómo aplicó ese descubrimiento a las aulas?

 Años más tarde, la Universidad de Newcastle me llamó para llevar el experimento a los colegios de la India. Ahí descubrimos que sucedía lo mismo con las matemáticas, la física o el arte; los niños aprendían sin las lecciones del profesor, solo trabajando en grupos con un ordenador conectado a Internet. La única guía que recibían era una gran pregunta que debían contestar. ¿Por qué llueve? Una profesora de un colegio británico contactó conmigo para llevar el sistema en su centro. Cuando lo probaron, los docentes decían que lo imposible estaba pasando; los chicos aprendían sin una enseñanza dirigida. No hablaban de ventajas o desventajas, solo de que se podía hacer. En los países desarrollados,SOLE acaba con la rigidez del sistema, ayuda a abrir la mente.

 ¿Qué novedad representa su metodología con respecto a otros modelos de aprendizaje colaborativo, como, por ejemplo, el planteado por los hermanos estadounidense Roger y David Johnson en los sesenta?

 Ya se hablaba de aprendizaje autodirigido en los años 20. Un caso conocido es el del cura jesuita que puso en marcha un sistema en la India en el que estudiantes de cursos superiores enseñaban a los más pequeños. ¿Cuál es la diferencia? Internet. Mi investigación habla de otra forma en la que los niños pueden aprender, un método más rápido e igual de eficiente.

 Han surgido muchas voces críticas con su proyecto SOLE. Le han acusado de falta de evidencias científicas que prueben que realmente funciona.

 Es muy difícil definir qué es funcionar bien cuando ya se está planteando cambiar el modo en que evaluamos. La realidad es que hay más de 1.000 SOLEpor el mundo, grupos de niños conectados a Internet y aprendiendo en grupos. La mejor evidencia del éxito del modelo son los datos que hemos recopilado de Twitter: más de 10.000 profesores están hablando de SOLE. Cuando les pregunto a los críticos si han leído mis investigaciones, la respuesta suele ser negativa. Son 15 publicaciones en los últimos 17 años en revistas científicas como British Journal of Educational Technology o American Educational Research Association. Los papers muestran que el aprendizaje de los niños es exponencial, siempre suben de nivel, o que mejora su nivel de inglés, entre otros muchos aspectos. Este año quiero poner en marcha un equipo de investgación en la Universidad de Newcastle para medir el impacto de este aprendizaje.

 ¿Qué rol juegan los profesores en SOLE?

 Su trabajo no tiene que ser enseñar, sino dejar que los niños aprendan. Tienen que quitar el foco de ellos mismos, perder el protagonismo. Su función es plantear las preguntas adecuadas, incluso si no conocen la respuesta. Ahí es donde se produce el aprendizaje. No tienen que decir a sus alumnos “yo tengo la respuesta”, sino “esto es lo que habéis encontrado”.

 ¿Cómo están reaccionando los gobiernos de los diferentes continentes ante su modelo de aprendizaje?

 Con la excepción de los países escandinavos, que tienen la habilidad de cambiar, la mayoría de gobiernos, especialmente aquellos que tuvieron grandes imperios como Reino Unidos o India saben cómo avanzar y son incapaces de cambiar. Los burócratas entienden lo que propongo, pero me han llegado a decir que mientras ellos vivan, el cambio de paradigma no se producirá. Los libros de texto son una industria que mueve trillones de dólares, es imposible retirarlos. Su máxima es mantener las cosas como están para conservar su trabajo.

 ¿Cómo cree que se debe medir el conocimiento?

 Hay que cambiar la norma de lo que hay que evaluar. Creo que la clave está en analizar la creatividad de cada uno, y con las herramientas que tenemos ahora no se puede. No estoy seguro de si necesitamos la evaluación individual o basta con la del grupo. Ahora el mundo funciona con sinergias. La virtud que se valorará en pocos años será la de ser capaz de hacerse preguntas continuamente y tener la habilidad de contestarlas.

 ¿Cómo lleva lo de ser un gurú mundial de la educación?

 Si lo soy, es por accidente. No tengo ninguna habilidad especial para conseguir cambios sociales, y tampoco es mi objetivo. Solo quiero ayudar a los niños a encajar en un escenario en el que todas las reglas serán distintas a las de ahora. En 20 o 30 años, los robots controlarán el mercado laboral y solo sobrevivirán los que sepan construir o inventar. Los llamados makers.

Fuente: http://www.surysur.net/sugata-mitra-los-examenes-ya-no-sirven-son-una-amenaza-video/

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“Las élites se toman muy en serio algo aparentemente tan divertido y banal como la cultura popular”

24 Septiembre 2016/Autor: Salvador López Arnal/Fuente: Rebelión

Entrevista a Jon E. Illescas sobre «La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados» (y III)

Las últimas preguntas, he abusado demasiado. ¿Qué tienen que ver Obama, Cameron o el Pentágono con todo esto? ¿Al Pentágono le gustan los videoclips?

A la oligarquía y sus mandarines les importa todo aquello que tenga poder social. Y el videoclip tiene mucho poder entre los jóvenes pues es la mercancía cultural, de lejos, más consumida por ellos. No tiene ese poder o prácticamente ninguno contigo ni conmigo Salvador, pero sí con los jóvenes (15 a 24 años) e incluso antes, en una fase de máxima influencia que va de los 13 a los 18 años.

Obama y Cameron deben llevarse bien con las estrellas del pop porque son mucho más populares para conquistar electoralmente a los jóvenes que ellos mismos, para fidelizarlos a su marca electoral y de este modo continuar con la reproducción de la hegemonía burguesa en todas las edades.

-Dedicas un capítulo a John Lennon. ¿Qué representa para ti su música y su figura?

-No es un capítulo sino un epígrafe de un capitulo. No soy un estudioso ni un experto musical de los Beatles ni de John Lennon así que no me atrevería a pronunciarme. Es evidente que pese a que contaron con el apoyo de grandes capitales de la industria eran jóvenes con talento. Su repercusión en el mundo del pop y en la iconosfera-mundo está fuera de toda duda aunque la mayoría de los jóvenes consumidores de videoclips actuales no saben quiénes son. La figura pública de Lennon, en cambio, cuando se fue paulatinamente a la izquierda y comenzó a comprometerse con diversas causas progresistas fue interesante porque marcó los límites a los que podía llegar una estrella en el marco del capitalismo de finales de los sesenta y principio de los setenta. Esto es algo que la propia Yoko Ono advirtió lucidamente y que recojo en el libro.

-¿A qué llamas sexocracia? ¿No estarás haciendo un llamamiento al “puritanismo bien entendido”?

-Para nada Salvador. Para mí el sexo es fuente de inspiración artística, sólo tienes que ver mi producción pictórica para darte cuenta. El problema es el modo en que se trata en el videoclip, una forma en la que todo vale para llamar la atención. Un modo degradante y cosificador que a veces es sexista, machista e incluso violentamente misógino. Y esto, cuando el público es tan joven, es peligroso. Y utilizo la palabra “peligroso” con toda la fuerza que tiene adrede. Es peligroso y preocupante para la salud y la virtud pública. Sobre todo cuando “se supone” que todos estamos preocupados por la violencia interpersonal entre los jóvenes, hombres y mujeres, etc. ¿No es degradante y peligroso para las mujeres que uno de los artistas más importantes del momento haga un videoclip advirtiendo a los chicos adolescentes que no se fíen de las mujeres porque son unas “putas” mientras las bailarinas sonríen encantadas, ligeras de ropa, a los insultos de la “estrella”?

-¿Es posible una industria cultural contrahegemónica? ¿Con qué medios? ¿Quiénes podrían abonarla?

-Esta pregunta requiere una respuesta larga y ni siquiera estoy seguro de que sea lo suficientemente extensa la que plasmé en el libro así que aquí sólo podré ofrecerte un resumen que para quien esté interesado deberá ser complementado con la lectura de la obra. Y no es publicidad para que “me compren” un ejemplar, que el público lo lea de un amigo o en una biblioteca si lo desea, es la realidad. Pero vamos a intentarlo.

-Inténtalo por favor

-¿Es posible una industria contrahegemónica? Sí, con los mismos medios contrahegemónicos que tenemos desperdigados unificándolos bajo una empresa cooperativa multinacional con un programa de mínimos bien organizado donde las diferencias no sean un problema sino un enriquecimiento. Todos esos esfuerzos unificados producirían sinergias mucho más ilusionantes y poderosas en la población entre otras cosas por las facilidades de la economía de escala y la mayor presencia en el tejido social. Ayudaría el hecho de que la gestionara o estuviera íntimamente asociada a una nueva internacional obrera con un proyecto socialista internacional. ¿Respecto a la financiación? La de sus abonados y quien quisiera sufragarla pero con un método de gestión democrática en que cada afiliado (socio cooperativista de producción y/o de consumo en realidad) contara un voto sin importar la cuantía de su aportación. Como digo en el libro es absolutamente imposible luchar contra películas, programas de TV, música y videoclips dominantes consumidos por cientos, cuando no miles de millones de jóvenes, con artículos o libros leídos, en el mejor de los casos, por miles de personas. Sujetos marginales que, además, ya están previamente convencidos y pese a ello siguen expuestos al flujo de la cultura dominante o lo que es lo mismo: la cultura burguesa.

¿Cómo quieres que la gente vote socialista (y no me refiero al PSOE) cuando la cultura financiada por el capital les rocía las mentes en una relación de un millón frente a uno? ¿Has visto el porcentaje de jóvenes en las organizaciones políticas contrahegemónicas? Compáralos con su tasa de paro. Por favor, seamos serios. Es un tema impostergable. Necesitamos unidad para construir una cultura contrahegemónica. La cultura de izquierdas se hunde en la mayoría de las regiones del mundo porque entre otras cosas, no hemos entendido nada de esto. Las campañas políticas no duran 15 días en nuestras modernas sociedades capitalistas sino los 365 días del año y la propaganda omnipresente y seductora es la suya, no la nuestra. ¿Lo cambiamos o seguimos dándonos golpes de pecho cuando la clase obrera vote elección tras elección a los mismos que la explotan en la economía, la ningunean desde la política y la dominan desde la cultura?

-Hablas de los 100 videoclips contrahegemónicos en un anexo del libro ¿Qué videoclips son esos? ¿Qué artistas, qué colectivos los promueven? ¿Por qué nadie o casi nadie los conocemos? Los que no sabemos de su existencia, ¿vivimos en Marte?

-Son videoclips que desde un punto de vista cultural, ideológico o de ambos, reman a contracorriente de la cultura y la ideología promovidas por el gran capital. En general son artistas menos conocidos que pueden o no estar en grandes discográficas, pues si lo están son infrapromocionados con respecto a los otros. En bastantes casos se encuentran en compañías independientes o bajo criterios de autoproducción. En realidad, es justo lo contrario: están más cerca del Planeta Rojo aquellos que los conocen que la inmensa mayoría que no.

-¿Canciones censuradas, afirmas, por Clear Channel? ¿Por qué esa censura?

-Porque “algunos” entendieron desde las altas esferas que tras el atentado del 11S, en los días inmediatamente posteriores, radiar ciertas canciones podría tener inesperados y problemáticas consecuencias entre la población estadounidense. Observa lo en serio que las élites se toman algo aparentemente tan divertido y banal como la cultura popular. Algunas canciones fueron desterradas por sus letras críticas contra el capitalismo o el gobierno, otras por sus alusiones emocionales o a palabras que se pudieran relacionar con los atentados. Se trató de la ingeniera social de siempre que practican las élites del poder con la cultura de masas y que, a diferencia de la izquierda, se toman tan en serio. Lo curioso fue que muchos artistas que censuraron tras el 11S desaparecieron de Clear Channel (ahora rebautizada como iHeart Radio) no sólo los días posteriores a los atentados, sino hasta el presente. ¿La razón? ¿La guerra contra el “terrorismo” no ha acabado verdad? El miedo y la paranoia deben continuar sin partituras que desentonen su consabida melodía de guerras imperialistas disfrazadas de “intervenciones humanitarias”.

-Entre muchos otros nombres, el de Shakira, la señora de Piqué, no queda muy bien parada en tu libro. ¿Le tienes manía a la “estrella colombiana”, muy amiga según parece de Obama y Santos? ¿No te gusta cómo canta o es distancia hablando ideológicamente?

-¿Crees que no queda bien parada? Bueno, en realidad lo único que hago en el libro es contar lo que ella misma manifiesta públicamente en diversos lugares como su propia cuenta de YouTube, pero no suele aparecer en los medios de masas. Simplemente unifico y doy un poco de sentido a retazos que están allí y allá en la inmensidad del flujo de información pero que no interesa que sea conocido por el público mayoritario, pues quizás empañaría su imagen de simpática cantante preocupada por los más pobres. Shakira simplemente es, partiendo de Gramsci, una intelectual orgánica de la clase burguesa y una reconocida militante del filantrocapitalismo con conexiones con muchos de los hombres más poderosos del mundo, desde la oligarquía política a la económica mundial. Desde Obama o Santos a Carlos Slim. ¿No está mal para una cantante colombiana afincada en Barcelona verdad?

-¿Quieres añadir algo más?

-Sí. Me gustaría animar a los lectores a hacerse con mi libro: que lo compren, lo cojan prestado de una biblioteca o lo compartan con los amigos, pero que lo lean crítica y reflexivamente. ¿Sabes por qué? No sólo porque es necesario que comencemos a debatir estas cuestiones desde la izquierda con urgencia sino porque es casi un milagro que este libro exista, con todos los errores y/o carencias que seguro tendrá. Pero la existencia de esta obra es uno de esos fallos del sistema que hay que aprovechar.

No sabes la serie de afortunados y accidentados pasos que tuvieron que darse para que alguien como yo pudiera dedicar siete años de su vida a hacer un análisis netamente marxista de un fenómeno de masas como la industria del pop y el videoclip. Estuve a punto de perder el trabajo en la universidad como becario de investigación por emplear la perspectiva marxista. Si no hubiera sido por el trabajo remunerado durante cuatro años y el apoyo de profesores como Juan Antonio Ríos Carratalá, Ángeles Diez Rodríguez o María Teresa Molares ni la investigación hubiera podido ser lo profunda que fue ni, desde luego, este libro habría salido al mercado nunca. Además, y lo quiero dejar claro, que esta obra haya salido con el excelente formato y la fuerza con la que lo ha hecho ha sido posible gracias al trabajo de un editor tan comprometido e imprescindible en nuestro país como Miguel Riera.

Otra de las cuestiones por las que considero interesante su lectura es por la propuesta inédita que realizo del concepto de “renta del cuerpo” para explicar, desde la perspectiva del valor-trabajo de Marx, porqué las estrellas de la industria cultural son tan ricas. Esto no sólo incluye cantantes sino ases del deporte, estrellas del cine, presentadores de TV o esa extraña y polimorfa especie conocida bajo el nombre de “famosos”. Además, el libro tiene ilustraciones inéditas de un artista de la talla de Miguel Brieva y el tono con el que está escrito intenta ser entretenido a la par que científicamente riguroso y teóricamente profundo. Todo un reto o una locura, según se mire… Animo a que los lectores me digan si lo he conseguido y me escriban para debatir los temas tratados que seguro no dejarán indiferente a nadie.

-Yo soy uno de esos lectores. Lo has conseguido sin duda. Y tienes razón: los temas tratados no dejan o no deben dejar indiferente a nadie.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216685&titular=%93las-%E9lites-se-toman-muy-en-serio-algo-aparentemente-tan-divertido-y-banal-como-la-

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Entrevista a César Rendueles sobre «En bruto. Una reivindicación del materialismo histórico»

Entrevista a César Rendueles sobre «En bruto. Una reivindicación del materialismo histórico»
“La potencia del materialismo reside en que acepta el reto de tratar de entender el efecto en nuestras vidas de dinámicas históricas tan profundas, estables y prolongadas que casi parecen fenómenos geológicos”
Por: Salvador López Arnal

Doctor en Filosofía y profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, César Rendueles ha editado textos de clásicos como Karl Marx, Walter Benjamin, Karl Polany, Antonio Gramsci o Jeremy Bentham y es autor de Sociofobia. El cambio político en la era de la utopía digital y Capitalismo canalla. Una historia personal del capitalismo a través de la literatura. Centramos nuestra conversación en su último libro publicado por Los Libros de la Catarata.

-Enhorabuena por tu nuevo libro. Empiezo por el título. ¿Por qué En bruto?

-Es un título un poco irónico. Durante muchos años nunca oí hablar del materialismo sin el matiz de “vulgar”. No se qué autor, se decía, es un materialista “vulgar”, y así. Pero nunca se aclaraba quiénes eran los materialistas refinados, los no vulgares. Con el tiempo me di cuenta de que la expresión se empleaba como un pleonasmo. Por eso con el título del libro he querido reivindicar un poco esa vulgaridad frente a la sofisticación especulativa huera, ya sea la sofística postmoderna o el neopositivismo individualista. Creo que en buena medida la potencia del materialismo reside en que acepta el reto de tratar de entender el efecto en nuestras vidas de dinámicas históricas tan profundas, estables y prolongadas que casi parecen fenómenos geológicos. Y eso implica cierta modestia epistemológica, pues sabemos de antemano que nuestra comprensión de esos procesos es inevitablemente limitada.

-En el subtítulo hablas de una reivindicación del materialismo histórico. Lo caracterizas como una tradición intelectual. ¿Qué es una tradición intelectual para ti y qué sería lo singular de esta tradición intelectual?

-Hablo de tradición intelectual un poco por descarte. No creo que el materialismo histórico sea una escuela filosófica, ni una ideología, ni siquiera una doctrina coherente. Distintas personas han reivindicado esa etiqueta planteando tesis incompatibles entre sí. A lo mejor se podría entender como un programa de investigación, aunque creo que Lakatos hablaba de algo bastante distinto. Además, me gusta la expresión “tradición intelectual” porque da sensación de historicidad, alude una constelación de autores y teorías unidos por un conjunto de preguntas a las que tratan de dar respuesta y cuyo mismo planteamiento va cambiando a lo largo del tiempo.

-Señalas en la primera página del prólogo que eres completamente incapaz de tomarte en serio las aspiraciones de cientificidad no ya del marxismo sino de la totalidad de las ciencias sociales. Dos dudas: ¿crees entonces imposible que una ciencia social, la que sea, pueda adquirir un estatus de cientificidad similar o cuanto menos cercano al de una ciencia natural (la geología o la química, pongamos por caso?) ¿Y eso por qué?

-Creo que si apareciera una ciencia capaz de hacerse cargo de algunos de los problemas con los que lidian nuestros saberes sociales supondría una reformulación conceptual tan radical que no reconoceríamos su relación con nuestros conocimientos actuales. Un poco como si a un alquimista le enseñaran la tabla periódica. Bachelard tenía razón cuando decía que la alquimia no es un precedente de la química, ni la doctrina aristotélica un antecedente de la física matemática. La ciencia implica una ruptura con nuestras intuiciones cotidianas. Las ciencias sociales, en cambio, proponen una crítica de esas intuiciones, una reformulación refinada.

-¿Vale realmente esa separación entre ciencias sociales y naturales? ¿No es el caso que algunas teorías de las llamadas ciencias sociales, pienso en la bioeconomía, aspiran a tener su base última -o cuanto a menos a ser consistentes- en ciencias naturales como la termodinámica o incluso la biología?

-“Ser consistente” y “tener su base última” me parecen cosas muy diferentes. Por ejemplo, la cocina es consistente con distintas disciplinas científicas. De hecho, cada vez más cocineros se interesan por conocer los procesos biológicos, químicos y físicos que se esconden tras sus recetas: cómo actúan las bacterias durante un proceso de fermentación o qué le ocurre al aceite en una emulsión. Pero la cocina no se reduce a esas ciencias en el mismo sentido en que la biología se reduce a la química orgánica y la química se reduce a la física. Hay una inconmensurabilidad básica. Los bioeconomistas son cocineros, los biólogos científicos.

-¿Cómo definirías la tradición filosófica del idealismo que no siempre, según explicas en el libro, se entiende adecuadamente?

-Como nos explicó hace años Quintín Racionero, el idealismo no es un antimaterialismo ni un espiritualismo. En realidad, el planteamiento de Hegel no exige postular la existencia de una entidad supramaterial más allá de la actividad psíquica humana. El Espíritu hegeliano no es más que la racionalidad humana que se expresa en una una fórmula matemática, una novela, un puente o una constitución… Lo que plantea el idealismo es que esa subjetividad compartida posee alguna autonomía, es una fuente de dinamismo histórico que no queda explicada por los objetos en los que se manifiesta. Por supuesto, el problema entonces es esclarecer la relación entre esa potencia subjetiva y el paisaje material sobre el que interviene. Es un dilema filosófico extenuante que siempre resulta tentador zanjar en falso mediante un dispositivo especulativo.

-Me centro en algunos capítulos del libro. Los resumo tomando pie en lo que tú mismo señalas en la presentación, en las páginas 11-12. El primero “intenta aclarar por qué los ecos de una oscura discusión filosófica surgida al calor de los debates sobre la modernización de Alemania a principios del siglo XIX -la polémica entre el idealismo poshegeliano y la concepción materialista de la historia- siguen teniendo una considerable importancia política en nuestro tiempo”. La pregunta: comentas que Marx y Heine se “burlaban de los poshegelianos que creían que se podía transformar el mundo elaborando oscuros discursos filosóficos que se expandirían como esporas transformando las subjetividades”. Cuesta aceptar, en principios, que gentes razonables pudieran pensar que la cosa fuera tan fácil, pero, más de ello, ¿no ha pasado también algo así en la tradición materialista en términos no muy alejados? Pienso, por ejemplo, en algunas interpretaciones del legado de Gramsci: el trabajo capilar de convencimiento, tenaz, poco a poco, entre colectivos e individuos, lograría a la larga (o en plazos más breves en tiempos de conflictos sociales) una transformación del ser humano y, con ello, el cambio revolucionario estaría ya muy maduro.

-En primer lugar, creo que es correcto describir a Gramsci como un idealista moderado y uno de los responsables de abrir el materialismo a las corrientes hermenéuticas. Es un desplazamiento muy típico del marxismo de entreguerras, que a menudo es una teoría de la conciencia revolucionaria. Pero creo que, a diferencia de Lukács, Gramsci fue consciente de los riesgos de ese movimiento y encontró una solución sencilla pero muy eficaz para neutralizarlos: un giro empírico y una renuncia a resolver el problema en términos filosóficos. Gramsci se dio cuenta de que en la investigación histórica concreta el conflicto entre idealismo y materialismo quedaba muy mitigado. Por eso mismo, aunque se interesó mucho por los fenómenos culturales e ideológicos, fue muy cuidadoso al analizar su autonomía, no negándola sino tratando de dotarla de contenido empírico. Desde ese punto de vista, las estructuras culturales y simbólicas –como la religión o las ideas políticas– no están exactamente en la cabeza de la gente: son normas, compromisos y pasiones que impregnan las instituciones sociales. Un buen ejemplo contemporáneo de esto es es un libro muy bonito de Loic Wacquant, Cárceles de la miseria, donde se explica paso a paso, con una gran minuciosidad, cómo se generó y se difundió la ideología represiva contemporánea, vinculándola además a intereses de clase bien definidos. Los idealistas políticos –que creo que abundan entre los herederos de la postmodernidad– suelen ser mucho menos precavidos y piensan en los procesos de transformación subjetiva en términos vaporosos y muy automáticos. En el fondo, como tantos problemas en ciencias sociales, es una cuestión de grado.

-Hago un gran salto. El quinto capítulo se ocupa de la relación entre “el materialismo y la filosofía de la historia, intentando determinar en qué medida es una alternativa a las metafísicas historicistas y qué consecuencias políticas tiene esa posición”. La pregunta en este caso es un comentario de texto: es perfectamente posible, señalas, “pensar el materialismo histórico como una vía no nihilista de crítica política del historicismo”. ¿Y esto qué significa? Por lo demás, ¿qué concepto de sociedad igualitaria usas en este capítulo?

-El historicismo es la idea de que la historia tiene un sentido determinado y que, por tanto, se pueden cribar los acontecimientos relevantes, separándolos de la inmensa ganga de sucesos insignificantes. Esos acontecimientos significativos pueden ser la coronación de un rey, un descubrimiento científico o una revolución. Da igual: lo importante es que los entendamos como eslabones de una cadena que conduce a la plena expresión del espíritu humano, o sea, como un destino. Es una idea fuertemente incrustada en nuestra manera de entender el mundo que ha tenido efectos políticos atroces. El problema de muchas críticas antihistoricistas –diría que es el caso de Foucault- es que nos colocan al borde del nihilismo. Seguramente no existen los fines de la historia, pero me parece razonable pensar que algunas dimensiones de la vida humana sí tienen un sentido que puede ser entendido en términos teleológicos: hay progresos morales o tecnológicos, por ejemplo. Lo que no existe es una instancia universal que reconcilie esos distintos procesos que, más bien, mantienen relaciones muy conflictivas. Creo que si el materialismo histórico siempre ha tenido una relación compleja con el historicismo es, al menos en parte, por una resistencia no formulada a ese nihilismo antihumanista.

El concepto de igualitarismo que manejo es completamente tentativo y surge de un rechazo de la igualdad entendida meramente como igualdad de oportunidades. Creo que la igualdad es un punto de llegada, no un punto de salida: un proceso que tenemos que reconstruir permanentemente. La verdad es que resulta llamativo lo poco elaborada que está la idea de igualdad en la historia del pensamiento, a diferencia de lo que ocurre con la libertad.

-El epílogo, vuelvo a citarte, “esboza una propuesta programática de extensión naturalista del materialismo histórico clásico y de ruptura de esta corriente intelectual y política con el constructivismo social extremo”. Tu consideración final: “El capitalismo no solo es políticamente injusto, también es ecológicamente suicida y naturalmente conflictivo con algunas de nuestras características sociobiológicas más profundas? ¿Con cuál de nuestras características más profundas? ¿Podemos pensar que existe o puede existir algún sistema socio-económica que no lo sea? Admitiendo tu crítica, ¿no podría ser este el mejor de los mundos concebibles y de lo que se trata por tanto, tocando realidad, sin confundir deseos y realidad, es de humanizar sus aristas más agresivas?

-Bueno, hay unos cuantos procesos sociales obviamente incompatibles con nuestras características biológicas. Por ejemplo, el ideal estético de la delgadez extrema que persiguen algunas marcas de ropa es incompatible con nuestra necesidad de comer. E imagino que algo parecido pasa con el celibato religioso, al menos en muchas ocasiones. Esa incompatibilidad no da a lugar a una contradicción lógica o algo así, sino a fuertes tensiones y conflictos individuales y colectivos. Eso es lo que ocurre precisamente con la pretensión de organizar una sociedad enteramente en torno a la competición mercantil, un proyecto que, por un lado, choca con las profundas dimensiones cooperativas de nuestra naturaleza y, por otro, desafía los límites ecológicos de la biosfera. En realidad, ha habido bastantes sociedades que se han enfrentado a este mismo dilema y han desaparecido, Jared Diamond propone un catálogo interesante en Colapso. Lo peculiar de nuestro tiempo es que nos enfrentamos a la posibilidad real de que ese proceso se de a escala global. En general, creo que el materialismo histórico necesita urgentemente dejar de considerar los datos que nos proporciona la biología como una especie de materia prima trivial e irrelevante políticamente. Eso es lo que llevan haciendo desde hace años los ecologistas: creo que algunos de los desarrollos más interesantes del materialismo contemporáneo rondan el terreno del ecosocialismo.

Quedan pendientes mil preguntas más pero muchas gracias.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217043

Imagen: https://sites.google.com/a/liceofranco.org/conclusion-filosofia1/

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Eusebio Leal: “Nosotros somos hijos de la libertad y de la cultura”

Caribe Insular/Cuba/LA Habana/ Cubainformacion.tv

José Raúl Concepción – Cubadebate.- En este podcast grabado en el estudio de Habana Radio, Cubadebate tuvo el privilegio de contar con la presencia del Dr. Eusebio Leal para tratar un tema tan importante como el uso de los símbolos nacionales. Una cuestión que el Historiador de la Ciudad ha tratado en recientes declaraciones y textos publicados en nuestra página y otros medios de prensa. También, como no podía ser de otra manera cuando se conversa con hombres de su magnitud, abordamos otros tópicos tan polémicos como necesarios.

-¿Qué ha motivado sus recientes reflexiones? Podría profundizar sobre cuáles son sus principales preocupaciones sobre la comercialización de los símbolos nacionales y en general el uso inadecuado de los mismos.

-Eusebio Leal: Si cualquiera de nosotros pasa por una tienda donde venden artículos domésticos, por ejemplo, artículos del hogar, objetos para la limpieza y el aseo, productos para la cocina, una de esas tiendas que tienen de todo, y ve en el medio que también están vendiendo la bandera, es una equiparación que a mí no me resulta grata.

Al triunfo de la Revolución se creó un sistema de tiendas que fue auspiciado por el Partido que se llamó El Cartel Revolucionario y nacieron por la urgencia que tenían las organizaciones políticas y de masas de tener retratos de Martí, de los mártires, la bandera, el himno en partitura. Esas tiendas constituían una respuesta a una necesidad.

Pero hoy no existen y los cubanos y personas admiradoras de Cuba pueden tener la necesidad de adquirir una bandera, la partitura o la grabación del himno nacional.

Cada año de la Revolución se hacía, por los grandes músicos cubanos, un himno. Recuerdo el del Primero de Mayo, el de la milicia, el de los milicianos de artillería, el del tercer y cuarto aniversario y otros como La Internacional.

Dónde puedes conseguir un disco con La Internacional que es un himno bello, creo que es el más subversivo que recorrió la Tierra después de La Marsellesa. Es el himno de los trabajadores que cantamos el Primero de Mayo, pero es imposible obtenerlo en un disco.

Sin embargo, existe una vulgarización de los símbolos nacionales a propósito con una idea absolutamente comercial por parte de personas que tergiversan un poco la necesidad y convierten en comercio lo que no es comerciable.

Lo que más me repugna es ver la bandera cubana como he tomado el ejemplo convertida en un delantal o verla convertida en una ropa interior o en un zapato.

Imitando las malas costumbres de un comercio brutal que entra en el país no solo desde los Estados Unidos, sino desde cualquier otro lugar. Traen de allí múltiples cosas que son de una vulgaridad extraordinaria y creo que no se puede responder a la vulgaridad con otra. Hay que responder con una acertada posición que creo está contenida dentro de una ley vigente. Hasta que esa ley no se modifique, todo lo que se haga con la bandera y los símbolos nacionales es, por su naturaleza, ilegal.

Ahora bien, las leyes son leyes, son pétreas. Su interpretación es acorde con la voluntad o con el espíritu del legislador al redactar el texto. Pero yo he usado con orgullo en la solapa de mi traje un pin con la bandera de Cuba. Técnicamente parecería lo mismo, pero no, es una posición respetuosa. La he usado en Naciones Unidas. La he paseado orgullosamente por las calles de Nueva York y de Washington y quisiera tener aquel pin que en ese momento me lo prestaron porque aquí no era fácil conseguirlo.

Había también un sistema de tiendas del Partido, El distintivo, en el cual podías comprar pines de Playa Girón, de todo. La gente iba, coleccionistas de todas partes del mundo. Era una tienda del Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central (del PCC).

No estoy en contra del orgullo que siente un deportista cuando levanta su bandera en el pódium. No puedo estar en contra de eso, aunque no esté escrito así en la ley: “los deportistas podrán llevar la bandera en tal lugar”.

Tengo la vieja bandera que era de mi mamá y la coloco en el balcón de mi casa en la fiestas nacionales, nadie nunca se ha opuesto a eso, ni hay por qué oponerse. Ahora, la bandera no se puede usar de cortina de pared, ni se puede usar para cubrir una mesa, no. La bandera tiene su cuidado como lo tiene nuestra propia ropa, cosas que nosotros queremos, Tú no tomas tu camisa con la que te vas a vestir y la tiras en la cocina. Todo tiene un cuidado, la bandera tiene su culto propio y es el símbolo de una nación, le pertenece a todos y a ninguno. Le pertenece a la nación. Nos representa a todos al igual que el escudo que lo llevan las Fuerzas Armadas en su sombrero.

De ninguna manera se puede usar el escudo nacional para otro fin, está en la Sala del Tribunal, está en los lugares donde está el Presidente de la República. Existen estados donde hay una bandera hasta del presidente, cuando está presente en su residencia está la bandera presidencial colocada con el escudo. A veces es la bandera con el escudo como ocurre en algunos países. Por ejemplo en la Federación Rusa, cuando está el Presidente la bandera lleva inserto el escudo.

Entonces , hay un tratamiento especial para ella. Eso es lo que considero. Como intelectual y ser pensante estoy en contra de toda vulgarización . Y siempre adoptaré las políticas que el gobierno asuma en esta dirección.

Para poder cambiar la ley hace falta el voto de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Me consta que se ha trabajado en un proyecto de actualización de la ley que ha sido realizado y consensuado. Sin embargo, se llevó a la Asamblea y habían criterios diversos. Se pensó que lo más conveniente es, como siempre hace la dirección de la Revolución, que se consulte porque hay distintos criterios. En última instancia, los legisladores representamos al pueblo. Como diputado yo represento a la nación, a mis electores y al pueblo. Cuando llegue el tema a la Asamblea será discutido y como ese es el escenario, allí daré mi opinión y mi criterio.

Descargue en PDF (52Kb): Ley No. 42 de los Símbolos Nacionales

-Hay otro tema con respecto al uso de banderas foráneas como la de Estados Unidos y el Reino Unido en prendas de vestir, que se ha convertido en moda…

-Hablemos claro, la bandera americana se la ponen en ese mercado de ropa. A veces aparece uno con un pulóver de la británica u otra. En todas partes del mundo en la universidades hay pulóveres, suéteres que llevan el anagrama del país, llevan un bordado del escudo. También los niños en la escuela, lo he visto en San José, Costa Rica, en escuelas de Cuba, que recuerdan la presencia de Maceo. Llevan un monograma en el hombro con la bandera de Cuba con el rostro de Maceo, yo no puedo objetar eso, es en el espacio escolar.

Cuando me refería a la vulgaridad, que es lo que usted me está preguntando, veo por la calle personas, incluso con un físico desproporcionado o desagradable, que llevan colocado el banderón y yo diría como Martí cuando llega a Nueva York y va a ver bailar a la bailarina española, que era una maravilla, Charito Otero. Cuando llega Martí dice: “han hecho bien en quitar el banderón de la acera; porque si está la bandera, no sé, yo no puedo entrar”. A Martí tanto le imponía ver el banderón colocado afuera de la nación que en ese momento oprimía con sus leyes y sus mecanismos al pueblo de Cuba. El pueblo cubano iba a continuar luchando por su libertad y esgrimiendo su bandera contra esa otra. Su propia bandera había nacido del ingenio y lavada, como dijo Martí, con sangre de otras influencias, con la sangre de múltiples sacrificios.

Entonces, no se puede combatir esa vulgaridad con otra vulgaridad. Yo no inundaría la Cuba de banderas cubanas, la pondría en los lugares oficiales, como en la escuela, que es un orgullo ponerla. Dondequiera que haya una institución pública está la bandera. No tiene por qué estar en un rincón, en un rincón metida para cumplir una consigna. No tiene por qué estar metida, como la he visto yo, en el vestíbulo de una cocina de un restaurant, porque se pide que haya un rincón patriótico ¿cómo que un rincón? La patria no ocupa un rincón. Tiene que estar en el centro. No estoy de acuerdo con el rincón ni con el bustico de yeso, ni nada de eso. Creo que hay que elevar el espíritu hacia otras cosas. No estoy en contra de que se coloque, cómo no se va a poder colocar la bandera.

Los mismos que llevan eso (banderas extranjeras en la ropa o en accesorios) a veces no tienen en su cabeza un compromiso real. Es un desconocimiento, una frivolidad, una superficialidad, una falta de cultura. No quiero ofender a nadie porque no me es lícito ofender a nadie.

Por lo menos aprendí de Fidel Castro, de nuestro líder Fidel, que no se puede combatir con epíteto ni con grosería. Jamás he escuchado a Fidel decir una palabrota en público, ni en ningún lugar, mas repele eso, le molesta, le mortifica la vulgaridad.

Te repito, no ofendo a nadie, esas personas a veces no tienen ni conciencia de lo que está pasando. Ves un bici-taxi con una bandera americana como si fuera una avanzada de lo que supuestamente vendría. No han venido, no porque no han querido, sino porque no han podido, porque un pueblo entero sí con conciencia ha estado armado hasta los dientes para defender cada palmo del suelo de Cuba, detrás de su bandera.

No creo que colocando símbolos externos, popularizándolos, se visualice compromiso. Cuando Fidel encabezó la gran batalla, la Batalla de Ideas, explicó ese cambio por completo del diseño de los actos públicos: no se aplaudía se llevaba la bandera cubana. Y recuerdo que explicaba que después todo el mundo se llevara esa banderita como recuerdo.

Yo tengo la bandera que llevó él en un memorable Primero de Mayo, cuando terminó le tomé la bandera de la mano con gentileza. La banderita con el palo, tomé esa banderita y la conservé. La tuvo él en sus manos.

Recuerdo las palabras de Máximo Gómez en la batalla de Palo Seco, viendo lo que se armó allí decía: “eso de cargar a la desbandada y triunfar es un privilegio exclusivo de los cubanos”. Pero a la desbandada se pudo ganar en Palo Seco, pero no se puede ganar hoy.

Hay que saber usar los medios sofisticados que existen. El tiempo de la vida es muy breve, el tiempo de crear pensamiento es muy breve. Cuando pones en el televisor una novela anodina y vulgar le estás robando una parte de su tiempo a los que la están viendo y los estás formando en groserías, superficialidades, en un retrato equívoco y marginal del pueblo cubano. Hay que buscar siempre la vanguardia. Siempre hay vanguardias en la sociedad y nosotros tenemos que estar afiliados permanentemente a las vanguardias, que son, como decía Lenin, selectas y escogidas, las que hacen las revoluciones abriéndole el paso a los pueblos. En cuestiones de patria cuando se es conservador, es en lo único que se es más revolucionario.

-Usted ha hecho referencia a un tema sobre el que muchos lectores han escrito comentarios en Cubadebate, que es la posibilidad de obtener un broche o una bandera. Pero muchos se quejan de que es prácticamente imposible conseguir algo así. Incluso cuando se desea llevar los símbolos patrios con honor, con respeto. ¿Qué cree usted que se podría hacer para cambiar esta situación?

Bueno hay que tomar la idea inicial de la Revolución y crear esa posibilidad. Cuántos mártires tiene la Revolución y qué dificultad hay para hallar un retrato para el Comité de Base, para colocarlo en el Comité de Defensa, para ponerlo en tu casa si fuiste amigo de ese compañero. Existe una dificultad enorme. Eso no se puede vender en una tienda donde se vende el aceite y el jabón para bañarse.

Se debe tener imaginación y crear un pequeño sistema de tiendas donde esté lo que vienen a buscar de todas partes, como un pin bonito y bello y no una torpeza estética. Donde conseguir esa bandera que no cueste en divisa porque todo el mundo no puede disponer para comprarla. Son temas que tienen que tener una respuesta para que todo el mundo pueda comprar su bandera y tenerla ¿Cómo no se va a poder poner en el balcón de la casa, bien puesta? Y se explica cómo se hace. Otra cosa, al lado de la bandera nacional no puedes colocar cualquier bandera. Tiene que ser la bandera de otro estado soberano.

– Estamos viviendo en un contexto histórico trascendental por el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos. Incrementará la influencia de EE.UU. en la Isla en la medida que aumente la llegada de ciudadanos de ese país y es inevitable la intromisión, quizás invasión, simbólico-cultural en estos tiempos que son también de globalización. Por supuesto, el uso de los símbolos nacionales es una manera de defender nuestra identidad, nuestra cultura. Quisiera escuchar una reflexión de usted sobre el tema que estamos tratando pero vinculado al contexto que le menciono.

– Ahí está la pregunta shakesperiana de “ser o no ser, to be or not to be”. El aislamiento o la relación; la subversión o la relación. Escuchaste el discurso del General de Ejército en la Cumbre de los No Alineados, siguen las prácticas subversivas y el intento por demoler el sistema internacional y político, ya todo eso está escrito.

Mi predecesor, Emilio Roig de Leuchsenring, escribió un arsenal de ideas para fundamentar la proyección antimperialista de nuestra historia. Cuanto hice hasta hoy y haré es para eso. Donde primero hay que estar formado es dentro, porque nadie da lo que no tiene. Se debe tener una formación para poder tener un antídoto. Tienes que vivir, tienes que tomar el agua hervida para no coger parásito, y lo haces normalmente, tienes que lavarte las manos por razones higiénicas a cada momento, y más cuando los cubanos tenemos esta costumbre de estar dando la mano cada momento. Entonces, ¿qué quiere decir esto? Que los antídotos están en la conciencia de los individuos, vamos a formar a la gente con el estilo y la simpatía propia de los cubanos. Esta batalla es una batalla que se da en el campo de la cultura.

En Estados Unidos hay un culto a la bandera. Llegas a sus ciudades y observas las banderas puestas en lugares que impresionan. No ves a la gente por la calle con el pantalón, de eso nada, solamente ves payasadas en las convenciones de los partidos, pero en la vida cotidiana no. En las casas donde hay veteranos que han luchado está colocada en la puerta el asta de una bandera, y en las tumbas de los que han luchado también.

Vamos a hacer un examen de conciencia y preguntar por qué en el cementerio de La Habana no está la bandera en la tumba de Máximo Gómez, y por qué en la tumba de Emilia Teurbe Tolón, que hizo la bandera cubana, tampoco. Eso es un fenómeno propio de una gran ciudad que es La Habana, vas a Santiago y no es así. En Santa Ifigenia se puede observar la imagen extraordinaria de respeto que reina allí en las tumbas de los muertos, después que tú ves la bandera cubana cubriendo el túmulo de Martí, y la ves al lado de la tumba de Céspedes y de Frank País, tú no concibes ver la bandera cubana en un pantalón, ni en un delantal. No puede ser, esa es la cuestión. Hay que tener una armazón moral y cultural.

Esta batalla es de uno a uno, si tenemos relación y estamos clamando porque vengan, somos 11 millones de habitantes, con tendencia a envejecer, debemos estar muy preocupados por la formación de nuestra juventud, su desarrollo, su capacidad.

Tenemos que preguntar por qué tantos jóvenes emigran y tratar de darle a estas cuestiones una explicación científica, económica y moral.

Tenemos que explicarnos eso, porque van a llegar miles de turistas y estamos pidiendo que Obama levante las medidas para que vengan más, para que la batalla se generalice, esto es un pacto entre la Revolución y su pueblo. El pueblo es la Revolución y su pacto es defenderla. Pero si yo me reúno con usted, y después de eso tengo que hacer un informe escrito a mi superior diciendo lo que yo le dije, lo que él me dijo y lo que le respondí, estamos perdidos. Nos hace falta todas las secretarias, todos los burócratas y todos los policías del mundo para sacar un informe final.

Aquí hay que tener un uso responsable de la libertad, nosotros somos hijos de la libertad y como somos hijos de la libertad tenemos que ser hijos también de la cultura y de la capacidad para defenderla. Si damos esas respuestas superficiales estamos perdidos.

Lo que tenemos que preguntarnos es si las organizaciones responden a eso. No me digas que la organización nació para la eternidad, porque yo soy historiador, no me digas que la organización representa a toda la juventud cubana, dime que representa a una vanguardia de la juventud y que va a conquistar a la juventud. Voy a conquistarla en la universidad, en la escuela, en la calle, y ese espíritu de conquista, de captación, tiene que ser juvenil, moderno.

Me alegré mucho cuando estaba muy enfermo y fui al evento en la Asociación Hermanos Saíz. Salí admirado porque veo los ojos de los jóvenes ávidos de cultura, de conocimiento, de confrontación, de saber, de esperanza. Vi en los jóvenes de la brigada un justo relevo generacional de la vanguardia intelectual, o mejor dicho, de lo que aspiramos que sea una vanguardia intelectual, porque yo no quiero intelectuales que estén hablando continuamente de dinero y de problemas y de casa en la playa. Quiero intelectuales como los que he conocido en estos años de lucha, como Alfredo (Guevara), como la doctora (Graziella) Pogolotti, como Roberto (Fernández Retamar), como los que vi en el gran pugilato de las ideas antes de la Revolución y después de la Revolución.

El espíritu de los jóvenes de la brigada es el espíritu de los hermanos Saíz. Sería bueno que se conozcan un poco más a los hermanos Saíz. Si se leyera más, si se tuvieran sus textos a la mano para leerlos, enseñarlos en la escuela, otro gallo cantaría. Porque qué brillantes fueron, qué grandes fueron, en un pequeño pueblo pinareño ¡Qué orgullo da cuando uno ve dónde nacieron y cómo se criaron!

Conocí a su padre, el doctor Saíz, me pareció una persona tremenda, era un educador. Ahí te das cuenta: nacieron de una familia de una gran educación en un pequeño pueblo. Salieron de donde mismo salió Rafael Morales y González, Moralito. Por citar a los que más cerca he tenido y a los ejemplos que más me han conmovido.

Pasé hoy por el monumento de los estudiantes del 71. Yo me llamo el custodio de los santos lugares. Martí dijo que ese monumento se convirtió un día para Cuba en un manantial de sangre. Pasé y estaba la reja caída, faltaba la bandera. Estoy loco por salir de aquí, para ir para allá, colocar la bandera que ellos se merecen, colocar la verja y poner flores antes del 27 de noviembre, que hay que colocarlas de vez en cuando para que ese gesto extraordinario no sea olvidado.

Ahí está todo, el sentimiento patriótico que es como una perla que uno tiene en el alma, se deposita en el alma por los padres, el maestro y la sociedad.

-Usted ha hecho referencia un tema importante que es la juventud, acusada muchas veces de estar perdida…

Eso es un criterio reaccionario, absolutamente reaccionario. Cada edad estuvo precedida por otra, los jóvenes se deben a su tiempo. Cuando era niño pensaba como niño, cuando hombre pensé como hombre. No le puedes pedir a los jóvenes de hoy que piensen como los del 52. Las circunstancias son diferentes, su mundo es distinto y sus armas de lucha son diferentes. Sus sacrificios tiene otro marco.

Hoy se enorgullecería la gran generación de un grupo de personas ilustradas que no sabían que estaban haciendo una revolución intelectual y creando una sociedad elitista en La Habana que se llamaba el Liceo y la Sociedad Pro Arte Musical, ¿a quién formaron ahí?, a Argeliers León, a Marta Arjona, a María Teresa Linares, Alicia Alonso. Como todavía oyes a los cubanos hablar de los grandes conciertos que se dieron en el teatro Amadeo Roldán, cómo se financiaba aquello, cómo se logró. Hicieron una labor extraordinaria en aquel momento y se formó una vanguardia cultural importante.

Alicia Alonso celebraba el otro día, y no pude ir por cierto, el evento del acto que hizo la FEU en su momento para desagraviar al ballet agredido por las medidas incultas de la tiranía y ¿dónde se hizo? Frente a la escalinata de la Facultad, donde están los grandes laureles. Allí fue aquello. Recuerdo el teatro universitario que era una maravilla y los estudiantes con sus clubs como Mella, batiéndose en su propio estadio. Ahí tienen un ejemplo de cultura, de belleza, de hombría, de carácter.

Personas como Julio Antonio trascienden el tiempo, son eternamente jóvenes. Solamente esas personas tienen el don de la juventud porque trascendieron la vida. No me imagino al Che con ochenta años, tampoco a Camilo. Se quedaron para siempre jóvenes, porque trascendieron la vida con una obra.

Entonces no creo que la juventud esté perdida, la juventud tiene que ser apostólica, tiene que ser la sal, la levadura del pan. Se dice ¿qué sería el pan sin levadura?, no crece. ¿Qué sería sin sal? No tiene sabor. Entonces tenemos que ser la sal y la levadura en la sociedad. Ese es el papel de los jóvenes, siempre rebeldes. Se transforman en un determinado momento. Como la adolescencia, que se dice que es así porque adolecen de algo importantísimo, que se llama la experiencia de la vida, pero todo el mundo tiene que equivocarse con su propia cabeza. No puedo estarle eternamente diciendo tú estás equivocado. Fíjate que en la farmacia hay cosas que tienen ya puesta una calavera y dos tibias. ¿Tú quieres probarlo? Ya otros lo probaron. No obstante, vive tu experiencia. Vive, pasa la fiebre, y después, escoge tu camino.

Otro tema relacionado con los símbolos nacionales es el uso de los espacios públicos, que obviamente no son símbolos patrios, pero sí representan también nuestra cultura, nuestra historia…Hubo diversos criterios sobre la filmación de la saga Rápido y Furioso ¿Qué usted cree acerca de esto?

Aquí se han hecho películas financiadas por otros países y con actores cubanos. Se han filmado cintas que abordan cuestiones de nuestra realidad, y algunas son crueles, tan duras con la realidad de Cuba. Yo me pregunto ¿era más peligroso y más pernicioso que tomaran La Habana como un escenario para filmar una película internacional, lo cual ni me va ni me viene, o que una película hecha por los que formé y crié para honrarme, para enardecerme, aparezca de pronto criticando y ridiculizando lo que hice? Cuando luché por la libertad de África o cuando di de comer a otros en el mundo. También se cometen graves errores pero al mismo tiempo se hacen cosas maravillosas y siempre hay que buscar en el discurso un equilibrio.

La película Suite Habana (2003) tuvo muchos críticos. Yo felicité a Fernando (Pérez) porque mi interpretación fue otra. Mi interpretación fue que en medio de esa pobreza real que existe en Cuba, que está aquí en la Habana, en Centro Habana, Habana Vieja, Cerro, Diez de Octubre…, y que hay que verla, porque hay que ver lo que es sentirse prisionero de un cuarto apuntalado, en un lugar donde no hay agua, en un sitio donde se vive en una promiscuidad, pero en la película en medio de todo eso está el elogio a la dignidad humana. El que va a bailar a pesar de que le falta el encaje, el que va a estudiar música, el padre que con una luz mortecina le da de comer a un niño. Es el elogio a la dignidad humana. A mí no me ofende eso. Me ofende lo otro en la azotea de una casa. No pude continuar viendo la película, me llenó de tristeza. En lo otro estoy de acuerdo contigo.

Suite Habana se asemeja a lo que vivimos en otra cinta preciosa: Conducta. Hay quien no quiere verla porque no quiere aceptar la critica que la película conlleva, la marginalidad que muestra, pero ¡qué clase de lección de formación la de esa película!

Ahora bien, es lícito que las personas tengan criterio. Yo no tengo porque estar de acuerdo con todo ni aquí ni en ningún lado. Hay cosas con las que uno no está de acuerdo y tiene el derecho. Tampoco nos podemos convertir en un grupo conservador. Hay que luchar, hay que salir, hay que ver el mundo, no se puede vivir en una campana de cristal.

Siempre he pensado, la política es que los turistas no vengan a la Habana, que vayan a los cayos, eso fue un discurso de un momento pero se sabía que la bloqueada Cuba tenía una capital que era el símbolo de la resistencia del pueblo cubano, que no es esa ciudad reaccionaria que no produce maestros que no da policías. Esta es la ciudad de la milicia gloriosa, es la ciudad de los cortadores de cañas, de los alfabetizadores, es la ciudad de la Declaración de La Habana, la de la Plaza de Revolución el día de la muerte de Che y rodilla en tierra, la ciudad de la Operación Tributo.

Si nosotros hasta ahora en 54 años no hemos sembrado y no tenemos esperanza que el árbol de fruto, estamos perdidos. Hay que tener confianza en lo que hemos hecho. No podemos vivir pensando que hay que salir con un machete todos los días a arrancar cabezas. Sinceramente no lo creo.

Si vuelvo a nacer quiero ser cubano y si vuelvo a nacer quiero hacerlo en el tiempo que me tocó vivir y ser discípulo de Fidel. Pero no soy su alumno, soy su discípulo. Fidel fue mi maestro, fue el que me llevó al seno del Partido Comunista siendo yo cristiano devoto; porque Fidel tuvo una visión amplia del mundo con todos de verdad. Se adelantó a su tiempo, por eso yo soy fidelista, porque creo en su visión amplia, en su sentido de participación. Los que piensan lo contario no lo conocen… ni tampoco a Raúl.

He tenido la suerte como persona, como compañero, como militante, como hombre del pueblo y como trabajador, de servir a los dos grandes dirigentes de la Revolución. Excepto al Che y a Camilo los conocí a todos. Fundamentalmente a las mujeres de la Revolución. Cada una con su carácter, con su perfil, cada una en la profundidad de sus ideas. Conocí a Celia, a quien lloré como a una madre, a Haydée que me salvó en momentos difíciles. Tan lúcida, tan iluminada. Era una criatura extraña. A Melba. A Vilma.

Y a todos esos grandes jóvenes. No olvidemos que Fidel tenía 33 años cuando llega al triunfo de la Revolución, la misma edad que tenía Maceo en Baraguá. Entonces quién me va a hablar a mí de que los jóvenes no pueden, de que nunca están preparados. Cintio mientras se hizo más viejo fue más lúcido, más radicalmente revolucionario. Y hay algunos que envejecen desde que están en la cuna. Hay viejos mentales, que no se quitarán el mameluco hasta el final de su vida. Y hay jóvenes que lo serán hasta la muerte.

Imagen tomada de: http://gdb.martinoticias.org/AA1DCB34-5B9F-4A1C-A9B3-15913C408DB3_cx0_cy8_cw0_w987_r1_s_r1.jpg

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“Se impone un marco general para hablar de la educación como en crisis constante”

Entrevista/22 de septiembre de 2016/Fuente: debatebuenaeducacion

Por Samuel Grillo, de la CLADE

Docente en la Universidad de Córdoba (UNC), Argentina, e investigadora del fenómeno de la mediatización en escenarios educativos, Eva da Porta nos habla acerca de la influencia de los medios de comunicación en la percepción sobre la calidad de la educación en los centros públicos. Para Da Porta, los medios muchas veces abordan la educación como un espacio deficiente, ineficiente y conflictivo. “Eso hace que ciertos sentidos sobre la educación se hagan parte del sentido común, que es el magma sobre el cual se apoyan luego muchas políticas privatizadoras o represivas sobre los docentes y estudiantes”.

Lea abajo la entrevista completa:

Los medios tienen una gran influencia en la formación de la opinión pública, ¿cómo esto influye en la percepción que se tiene sobre que es una educación de calidad? 

El rol ideológico de los medios está siendo nuevamente analizado. En las últimas décadas se habían abandonado las teorías de la imposición y la manipulación ideológica por miradas más centradas en la interpretación y en la capacidad de las audiencias para elegir e interpretar los mensajes mediáticos. Pero algo ha cambiado también estos años en la forma en que los medios producen ideología. Han aprendido y desarrollado mecanismos de imposición muy potentes, articulándose con otros poderes y diversificando su capacidad de imposición simbólica. Así que hoy estamos revalorizando aquellas ideas de los años 60 y 70, que señalan el poder mediático como uno de los poderes centrales del capitalismo contemporáneo en donde se forma y define la opinión pública.

En ese marco, el campo educativo está expuesto a la forma en que los medios se refieren a las distintas cuestiones educativas, pues en estas sociedades mediatizadas la cosa pública está atravesada por los discursos y debates mediáticos. La educación hoy no puede evitar estar hablada, significada y visibilizada por los medios y en ese sentido está expuesta a las formas en que los medios hacen sus discursos: de un modo fragmentado, centrado en el escándalo y el valor noticia, en ciertos estereotipos y visiones simplificadas de la realidad, en argumentos esquemáticos y también orientados ideológicamente. No hay relato mediático neutral, siempre hay una posición asumida. Aunque la noticia tienda a contarse «objetivamente», siempre hay recortes, elecciones, valoraciones que encuadran el tema que se cuenta.

La cuestión de la calidad educativa rápidamente se convierte en parte de un argumento esquemático, que opera como todo argumento simplificado y ciertamente estereotipado, dando por supuesto un conjunto de cuestiones asociadas a ese término, que no se discuten y operan como sentido común cada vez que se usa en una noticia o discurso mediático. En este esquema, calidad se opone a cantidad, es decir a la educación masiva, educación pública que busca la cobertura total de la población. De modo que la educación pública comienza a vincularse con la «mala calidad». Por otro lado y estrechamente vinculado con esto, la calidad se vincula a escuela privada, a los modos educativos que ponen énfasis en la individualidad, el mérito personal y el rendimiento en estándares internacionales. Lo que ocurre es que nunca se explicita claramente qué se entiende por calidad educativa, se la da por comprendida y ese mecanismo es justamente el que esconde cómo el discurso neoliberal se ha apropiado de ese término y lo ha cargado de sentidos todos opuestos a la educación pública garantizada por el Estado más cercana al modelo liberal democrático, aun fuerte en nuestra región, que el neoliberalismo necesita transformar. Para ello su principal carta es la «calidad educativa», pues nadie se opondría a querer una educación de calidad. Lo que ocurre es que para lograrla es necesario, según el discurso neoliberal, adecuar nuestros sistemas educativos a los estándares y las lógicas del mercado, las empresas y las tecnologías de la evaluación.

Hay sectores que defienden simplemente el éxito en pruebas estandarizadas, mientras los movimientos que actúan por el derecho a la educación defienden un concepto más amplio de educación con calidad. ¿Te parece que los medios tienen peso en este debate? ¿De qué manera influyen en la construcción del concepto de la calidad de la educación en la sociedad?

Las pruebas estandarizadas son también otro de esos sentidos que se imponen sin análisis y que se asocian a la calidad educativa. Además se asocian a una idea esencialista de la educación como si hubiera conocimientos que son valiosos para todas las escuelas, para todos los países y para todos los niños y niñas, de manera que imponiéndoles un mismo sistema de medición sea posible conocer el grado de excelencia educativa de los distintos países. Ese modelo homogeneizador no tiene nada que ver con una perspectiva de derechos, que considera que el acceso y la posibilidad de educarse es un derecho universal, pero no los contenidos ni las modalidades, pues cada contexto, país, comunidad tiene derecho a decidir cuáles son los contenidos que considera significativos. Las pruebas estandarizadas arrasan las diferencias e imponen una misma vara de medición a países que tienen condiciones educativas muy diversas y no homogéneas.

Si claro que los medios inciden en esos debates y como dije antes inciden por cercanía ideológica con el modelo neoliberal y privatista, pero otras veces de un modo casi irreflexivo porque reproducen sin cuestionar el discurso social que surge de algunos «especialistas» y fundaciones cuya función central es ofrecer argumentos simplificados que permitan imponer la lógica del mercado, las mediciones estandarizadas y los rankings como única lógica válida para analizar la realidad educativa. Esos diagnósticos y propuestas se toman como datos de la realidad, no como interpretaciones interesadas de determinados grupos sociales. En ese sentido es muy importante que los y las periodistas evalúen críticamente las fuentes informativas, informes interesados de fundaciones y ciertas estadísticas o recomendaciones interesadas en imponer un modelo de mercado.

A modo de ejemplo, se toma como un dato de la «mala calidad educativa» de un país, los resultados de una encuesta realizada por una de estas fundaciones a empresarios, preguntándoles cómo valoran el nivel educativo con que egresan las y los estudiantes del sistema educativo secundario. Esta operación es grave y se repite en numerosos medios no necesariamente adherentes a un discurso privatizador. No se cuestionan las fuentes, ni los intereses que persiguen estas fundaciones o especialistas que difunden informes negativos sobre la educación pública y que dan «recomendaciones» a los gobiernos de cómo mejorar esas performances, como son las pruebas estandarizadas.

¿Qué impacto tiene esta cobertura? ¿Esto es capaz de crear un ciclo que afecta el proceso educativo, influyendo en las políticas gubernamentales dirigidas a la educación?

La influencia de los medios es múltiple y compleja. Podría decirse que más que imponer directamente las políticas crean el clima favorable para tomas de decisiones en uno o en otro sentido. En líneas generales, los medios son muy críticos de la educación pública, de los docentes y estudiantes que se movilizan en defensa de sus derechos y de la masividad del sistema público. Se impone un marco general para hablar de la educación como en crisis constante, como un espacio deficiente, ineficiente y conflictivo. Eso hace que ciertos sentidos sobre la educación se hagan parte del sentido común y de lo aceptable, que es el magma sobre el cual se apoyan luego muchas políticas privatizadoras o represivas sobre los docentes y estudiantes.

Usted coordinó una investigación sobre las disputas alrededor de la privatización de la educación en los medios de comunicación de la región. ¿Es posible percibir alguna relación entre el abordaje que se le da al público y al privado y la calidad educativa?

En nuestra investigación, que fue comparativa entre cuatro países (Argentina, Chile, México y Ecuador), pudimos encontrar muchas características comunes en los medios de tipo hegemónico. Un enfoque crítico respecto de la educación pública siempre caracterizada como un espacio caótico, sin orden, sin calidad, ineficiente y muchas veces contrario a los intereses de las familias y de los propios niños y niñas. Lo que termina siendo un argumento muy potente porque se pone a los niños como víctimas de la mala calidad del sistema y fundamentalmente de sus docentes, que se preocupan más por defender sus derechos que en que sus estudiantes tomen clases. Ese argumento desconoce que la educación es un derecho que, para ser efectivo, requiere de condiciones mínimas para desarrollarse, por ejemplo docentes bien remuneradas/os. De modo que los argumentos críticos sobre las escuelas públicas toman algún aspecto y lo descontextualizan de la problemática general.

El otro tema que se repite es la crítica al Estado desde esquemas de mercado. De este modo el Estado aparece como ineficiente para «administrar» el sistema. En su lugar se ofrecen modelos mixtos o directamente privatizadores. El otro tema recurrente es la criminalización de la protesta docente y estudiantil. Los paros, demandas y movilizaciones son tratados muchas veces con terminología policial, legal y vinculada al delito, como «los sediciosos», «los ocupantes ilegales», «los violentos» para referirse a estudiantes o maestras/os en lucha.

De manera general, se observa que en la cobertura mediática sobre la educación se toma en cuenta la opinión de representantes del poder público, las y los llamadas/os “expertas/os” y, cada vez más, representantes del sector privado. Poca expresión tienen las y los estudiantes y docentes. ¿Cómo hacer para que la voz de la comunidad educativa esté más presente?

Ese punto es central cuando nos preguntamos no solo cómo tratan los temas educativos los medios, si no quienes son las voces autorizadas que hablan en los medios, a quienes consultan. En nuestra investigación, apareció con mucha claridad que estudiantes y docentes son «habladas/os» por otros, que son escasas las posibilidades que tienen de hablar y dar testimonio en primera persona. Cuando lo hacen, los medios los ponen en tono genérico «maestro huelguista», «estudiante movilizado», sin darle un reconocimiento y legitimidad a su palabra. Frente a esto, los que aparecen como enunciadores autorizados son algunos funcionarios políticos cuyas palabras no son cuestionadas y son tomadas como «los hechos», y fundamentalmente la voz de ciertos especialistas de fundaciones o universidades privadas, cuya trayectoria intelectual no suele ser reconocida.

Sin embargo se auto instituyen como autoridades o especialistas en temas específicos (calidad educativa, financiamiento educativo, fracaso escolar, bullying o educación autosustentable) que dan datos e interpretaciones de la realidad desde un saber técnico que parece a-ideológico, pero que si se rastrea lo que está más allá, quienes financian esa investigación, las preguntas que se hacen, los métodos para obtener la información, claramente aparecen los intereses por imponer un modelo neoliberal y privatizador.

Las y los docentes e investigadoras/es de los sistemas públicos son escasamente consultadas/os como expertas/os, y en su lugar aparecen fundaciones, coaliciones o grupos de empresarias/os e intelectuales preocupadas/os por la educación, que son los que ofrecen regularmente informes caóticos sobre la educación pública que terminan siendo tomados por los medios como noticia, como la realidad misma.

¿Qué se puede hacer para cambiar el enfoque en las noticias, generando discusiones sobre cómo construir un sistema público de educación fortalecido y de calidad? ¿Los medios están dispuestos a hacer ese cambio?

Los medios siguen la lógica de la noticia. Lo que no entre en esa dinámica queda en los márgenes, lo que no pueda llamar la atención de las/os destinatarios se descarta. En ese sentido es importante disputar la agenda de los medios. Generar información, noticias, informes, que los medios puedan tomar como noticia por algunos motivos. Eso es importante, también es importante debatir, desnaturalizar lo que aparece como «la realidad educativa», mostrar que solo son argumentos y que se pueden ver los hechos desde otro lugar. Es importante establecer diálogo con periodistas y comunicadoras/es sensibles a la problemática, y desarrollar algún tipo de formación u orientación para ellas/os del mismo modo que se hace respecto de cuestiones como violencia de género o delito e infancia. Ofrecerles otros argumentos, otras formas de analizar los problemas educativos, mostrar la falacia escondida atrás de esos informes de especialistas que no transparentan sus verdaderas intenciones, y apuntar a que estudiantes y docentes, cuando entrevistadas/os, puedan desarticular la lógica que los estigmatiza y los criminaliza.

A su vez potenciar los numerosos medios de tipo progresista y alternativo que en estos últimos tiempos han crecido a la luz del desarrollo de las redes. Estos medios tienen otros enfoques sobre educación, les dan voz a actores educativos excluidos de los grandes medios y fundamentalmente se posicionan frente a la educación como un derecho. Este es un fenómeno notable que también hemos podido constatar en nuestra investigación. Estos hallazgos siguen la idea que plantea Manuel Castells, quien señala que cuando hay una alianza fuerte entre modelo político y discurso de los medios dominantes, las redes son el espacio para expresar el malestar y expresar los temas que quedan excluidos de esos espacios hegemónicos.

¿En qué medida la percepción de la “mala calidad” en las escuelas públicas debilita el sistema educativo público? ¿Qué recomendaciones haría para las organizaciones de la sociedad civil que quieren influir en los medios de comunicación desde una perspectiva de los derechos humanos y del fortalecimiento de la educación pública?

En primer lugar es importante reconocer que más allá de los medios, la educación pública en nuestros países es aún muy valorada y defendida cuando es atacada. El tema es que este tipo de operatoria es sutil. Cuando solo se publica en un medio durante un mes el modo en que las universidades y las escuelas se «destruyen» en una medida de fuerza, como un paro docente o una toma estudiantil, la imagen de deterioro y desidia se terminan imponiendo por sobre la de defensa de derechos, que es la razón que hace que un docente o un estudiante deje de cumplir sus roles cotidianos y decida una medida de este tipo.

Frente a esa imagen de deterioro es importante que las organizaciones educativas hagan públicas estas demandas y comuniquen no solo las demandas, si no también los resultados, los hallazgos, los «éxitos» de la educación pública, no en términos de mercado si no en términos de lo que la propia organización se propone a verificar. Por ejemplo alfabetizar a un grupo de mujeres migrantes, recuperar técnicas artesanales ancestrales o lograr que las y los estudiantes desarrollen procesos creativos en las escuelas. Es importante que estas ideas puedan acceder a la agenda pública. De igual modo es importante diseñar una estrategia comunicacional cuando se va a realizar una medida de fuerza, para no dejar que los medios armen la noticia con los estereotipos repetidos infinitas veces. Es importante decidir quiénes van a hablar a los medios, qué van a decir y dónde pondrán los énfasis en sus discursos.

A su vez, es importante la articulación y el trabajo en red entre las organizaciones para potenciar los medios alternativos, los observatorios y todos aquellos espacios mediáticos que potencien una perspectiva de derechos y no naturalicen la lógica de mercado que hoy se impone de modo sutil y silencioso.

Fuente: http://www.debatebuenaeducacion.org/index.php/entrevistas/55-se-impone-un-marco-general-para-hablar-de-la-educacion-como-en-crisis-constante

Imagen: www.debatebuenaeducacion.org/images/Cheryl%20LT.jpg

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El docente Mike Thiruman cuenta cómo construyó Singapur uno de los sistemas educativos más exitosos

22 de septiembre de 2016/Fuente: el tiempo

En cinco décadas apenas, Singapur pasó de ser una de las naciones más pobres y subdesarrolladas del planeta a una próspera, industrializada y moderna, cuyo exitoso modelo educativo es, sin exagerar, la envidia de todo el mundo.
Desde hace años, sus estudiantes brillan en los primeros puestos de las pruebas internacionales de educación más exigentes, como las Pisa, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), en las que Colombia y los países latinoamericanos que hacen parte del organismo siguen mostrando pobres resultados.

Precisamente, a la decisión de ese país de apostarle, desde su independencia, en 1965, todo su futuro a la educación de la población, se debe a que hoy sea considerada una nación de avanzada y con bajos niveles de corrupción. No es gratuito que países como Colombia se interesen en su experiencia y busquen reproducirla de algún modo.

Para hablar del modelo educativo de su país, Mike Thiruman, psicólogo y presidente del Sindicato de Maestros de Singapur, vino recientemente a Colombia, donde participó en el Tercer Congreso para Directivos de Santillana.
Este hombre, de 47 años y que empezó su vida profesional como maestro de primaria, fue invitado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a formar parte del Grupo Técnico Asesor de la Iniciativa Global de Educación.

¿Cómo describiría el proceso que transformó la educación en Singapur en una de las mejores del mundo?

Pasamos por cuatro fases: una primera, de supervivencia; la segunda fue de eficiencia; la tercera, de formación de habilidades; y ahora estamos en la cuarta: los estudiantes y la educación en valores, incluido el desarrollo del talento de los estudiantes.

¿A qué se refiere con supervivencia?

Cuando logramos nuestra independencia, nos enfocamos en sobrevivir; no tenemos ningún recurso natural importante, y somos una población diversa y multilingüe. Fue una etapa difícil, que se prolongó hasta 1978; en ese periodo nacionalizamos el sistema educativo, y aunque el inglés no es nuestra lengua nativa, decidimos que sería el idioma de instrucción para los estudiantes. También construimos un currículo nacional, enfocado en ciencias y matemáticas. En 1978 hicimos una revisión del sistema educativo, con miras a lograr que los jóvenes permanecieran en la escuela.

¿Tuvieron problemas de deserción?

En esa primera etapa del país la economía estaba saliendo a flote, lo cual abrió muchas plazas de trabajo; no pocos estudiantes decidieron salir de los colegios para vincularse a las empresas, y eso en el largo plazo no era bueno para Singapur, pues no tenían las habilidades necesarias. Buscamos que cada niño estuviera enrolado en el sistema educativo al menos diez años, para que pudiera adquirir competencias básicas en comunicación y numéricas, esenciales para cualquiera trabajo. En 1994 volvimos a analizar el sistema; ya nos habíamos consolidado como nación, ahora podíamos tomar el riesgo de ser un poco más creativos. Seguimos enfocados en habilidades comunicativas y matemáticas, pero nos propusimos promover el desarrollo de la habilidad, del talento, de cada estudiante. Eso nos tomó hasta el 2006, más o menos…

¿Qué vino luego?

Nos dimos cuenta de que el mundo estaba cambiando con la tecnología, la globalización, y el mundo se volvía cada vez más pequeño. Nos planteamos cómo preparar a los estudiantes para competir en un mundo con esas condiciones, y coincidimos en que requerían una serie de habilidades para sobrevivir y ser exitosos en la vida, como las comunicativas, la creatividad, el pensamiento crítico, la curiosidad, la adaptabilidad. Eso es mucho más complicado de enseñar que un contenido; toma mucho tiempo desarrollar estas habilidades.

¿Qué papel cumplieron los profesores en todo ese proceso?

Sin importar qué tan bueno es el sistema educativo o qué tan avanzada es la tecnología, lo importante para todos nosotros siguen siendo las personas. Nos aseguramos de reclutar para nuestro equipo a personas muy competentes como docentes. El secreto del éxito de la educación de Singapur son los maestros. Punto.

¿Qué tipo de estudiantes, de ciudadanos, está formando Singapur?

La idea es que tras 12 años de colegio cada estudiante se convierta en una persona que contribuya activamente a la sociedad, en un ser humano confiable, autónomo y un ciudadano preocupado. Un contribuyente activo piensa en los demás, comparte lo que tiene, siempre.

¿Y qué buscan en los docentes de Singapur?

Para nosotros, los maestros son como un diamante, piedras preciosas con ciertas características importantes: en el centro está la ética en la educación y alrededor, la capacidad de hacer aprendizaje colaborativo, de transformar y transformarse, de ser un líder y un gestor de la sociedad y un profesional competente. Estas son las características de nuestros profesores. Si consideramos que son una gema, los valoramos, los cuidamos y estamos pendientes de que brillen en todo momento.

¿Qué clase de docentes necesita un país como Colombia para transformar la educación?

Necesita a los mejores. En Singapur sufrimos un poco el tema de los docentes cuando la economía estaba ya bien, pues el sector privado pagaba más que el público, y los buenos profesores emigraban para allá; la calidad en el sector oficial bajaba y los sueldos de sus maestros, también. Había que romper ese círculo. El reto de que las personas mejor preparadas sean maestros no es solo nuestro, es mundial. Ante eso teníamos que ser sensibles políticamente hablando, y aunque eso es difícil económicamente, les subimos los salarios a los docentes. Al tiempo, construimos un currículo para que los profesores que no estuvieran en el nivel alto que queríamos pudieran desarrollarlo en las aulas, en un estándar esperado.

El incremento salarial fue para todos, incluidos los maestros que no estaban en un buen nivel…

Sí. A esos docentes en particular, el Ministerio de Educación les dio mucho apoyo en materia de capacitación y entrenamiento, mientras íbamos reclutando a las mejores personas. El salario se les subió a todos, porque no podía haber disparidades si prestaban el mismo servicio. Tomó cuatro o cinco años, más o menos, hasta que cambió también la mentalidad de las personas que hacían parte de ese sistema. Luego, los padres también entraron en esa onda de que si el docente es bueno, invierto, pago. Y solamente eso se produce por el éxito que se evidencia en puntos de referencia internacionales, como las pruebas Pisa.

¿Los papás pagan? ¿Es pública, privada o mixta la educación en su país?

Desde el primer grado hasta el 12, todos los colegios son públicos y financiados por el Estado, y tanto los profesores como los directivos docentes son seleccionados por el Gobierno. Los padres de familia sí pagan un aporte, solo porque queremos que sientan que se les da valor a lo que están recibiendo. Muchas veces, cuando las cosas son completamente gratuitas, la gente no les da el debido valor.

¿Cómo lograr que las prácticas de aula sean atractivas y motivadoras y no aburran a los estudiantes?

Eso no solo pasa solo en Colombia, también es un fenómeno global. Mientras los espacios de trabajo se han transformado y adecuado a los cambios del mundo, los salones de clase siguen siendo los mismos. En general, los profesores no sabemos qué hay afuera; y si eso pasa, pues sigo haciendo lo mismo todo el tiempo. Tiende a pensarse que si tengo un trabajo que funciona, ¿por qué cambiar? Hay que entender que si el mundo se ha transformado, tenemos que cambiar el modo en que enseñamos, el cómo.

¿Qué sugiere a los docentes?

Partir del hecho de que quien más debe trabajar en el aula no es el profesor, sino el estudiante; su función no es acaparar todo el conocimiento y dárselo digerido al alumno. A los niños hay que enseñarles a resolver problemas de manera creativa, distinto a como lo hacen las demás personas. Hay que motivar eso en la clase recurriendo a imágenes, fotos, tecnología, contarles algo y pedirles que lo interpreten…

¿Qué características debería buscar Colombia en aquellos que aspiran a convertir en docentes?

Dos cosas: pasión por los estudiantes y por enseñarles y valorar al ser humano, y pasión por la asignatura, por la disciplina que imparte. Eso debe sentirse para proyectarse. Ese par de cosas no se pueden enseñar. Se tienen o no se tienen.

¿Cómo motivar a miles de profesores que ya hacen parte del sistema educativo pero carecen de esas características?

Colombia ya está revisando currículos, textos y estándares de aprendizaje. Lo primero que hay que hacer es establecer esos estándares. Si tengo que llegar allá, algunos pueden ir corriendo y otros, no; hay que ayudarlos en ese proceso con recursos digitales, guías para profesores, textos, y enseñarles a enseñar con creatividad cada asignatura. Hacerlo tan sencillo que cualquier maestro pueda incorporarlo a su práctica de aula. Cuando el docente ve que va siendo exitoso, se motiva, confía en lo que es capaz de hacer. Hay que asegurarse de que hagan un entrenamiento exitoso.

¿Cree que Colombia va por buen camino?

En la última década, el acceso a la educación ha aumentado de manera significativa en Colombia, y eso es muy bueno; ahora hay que mejorar la calidad de ese acceso, y en eso trabaja el Ministerio de Educación, en materia de textos, currículos, estándares, evaluación continua y entrenamiento docente. Esa es la forma de avanzar. Una vez que se hayan establecido los estándares, es más fácil seguir en este proceso de mejoramiento. Colectivamente, todos los colombianos deben enfocarse en esa meta; sé que hay interés de la sociedad. La idea está. Es un buen punto de partida. Definitivamente, debe ser la prioridad. La economía, la cultura, la unidad de los ciudadanos dependen de la educación.

¿Algún mensaje para los maestros colombianos?

La educación es buscar la verdad, es un concepto socrático. Así es como los profesores debemos vernos. Tengo que sentir que soy un maestro, y no por cuánto me paguen o por las condiciones que me rodeen, sino por quién soy yo. Entender que la docencia está en mi ADN, que mi trabajo no es transmitir conocimientos sino abrir la mente de los niños y los jóvenes y moldear estos destinos que estoy formando en el aula. Si nos concebimos a nosotros mismos como docentes que somos, no necesitamos más arandelas para motivarnos. Eso lo ve la gente, eso lo respeta la gente.

SONIA PERILLA SANTAMARÍA
Subeditora VIDA

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/entrevista-con-mike-thiruman-presidente-del-sindicato-de-maestros-de-singapur/16706184

Imagen: www.eltiempo.com/contenido/estilo-de-vida/educacion/IMAGEN/IMAGEN-16706331-2.jpg

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Entrevista a Nuccio Ordine: “La escuela está cada vez más enfocada al mercado”

22 septiembre 2016/Por:Tiching /Fuente: blog.tiching

¿Qué importancia tiene la enseñanza en una sociedad que se guía por la política del beneficio?
La escuela y la universidad son elementos fundamentales para la construcción del futuro de un país. Pero por desgracia, la escuela y la universidad están cada vez más enfocadas a los mercados, es decir, se están convirtiendo en empresas que venden productos (diplomas) a determinados clientes (estudiantes). Personalmente pienso que esta lógica es destructiva.

¿Por qué lo cree?
La escuela tiene la obligación de hacer entender a los estudiantes que no deben ir al instituto únicamente para conseguir un diploma, ni a la universidad para tener una licenciatura. La escuela y la universidad nos permiten aprender y mejorar, pero el problema es que no le damos valor al estudio por sí mismo.

¿A qué se refiere?
No estamos formando a ciudadanos con cultura, libres y con capacidad de analizar críticamente la realidad. Por el contrario, estamos pidiendo a estudiantes de 12 y 13 años que elijan la profesión que quieren ejercer en el futuro, centrando su enseñanza en el trabajo y el salario, una clara renuncia a educar a hombres y mujeres libres.

¿Cuál es la consecuencia para la sociedad de que la escuela se convierta en un mercado?
El resultado está claro, las escuelas y las universidades están cada vez más valoradas en base a la lógica del mercado. Pondré un ejemplo práctico sobre mi país, Italia, donde las escuelas han sido abandonadas por el gobierno y a causa de los recortes, algunos institutos han llegado a firmar acuerdos con supermercados. Los institutos compran en estas superficies y, a cambio, se les proporciona unos vales con “regalos” como ordenadores o pizarras digitales. Una serie de objetos necesarios que el gobierno no les puede proporcionar.

¿Qué les estamos enseñando a los estudiantes con este tipo de acuerdos?
Les estamos educando para que sean clientes de grandes superficies y, en consecuencia, para que sean víctimas de la publicidad. Pero debería ser al revés, la escuela debería representar una forma de resistencia a la lógica del dinero. El colegio tendría que hacer entender a los jóvenes que la dignidad humana no se puede medir por el dinero que tenemos en la cuenta corriente, sino que lo más importante son los valores que podemos abrazar como la honestidad, el respecto a los demás, la tolerancia, el amor por el bien común o el respeto por la justicia. Estos valores desgraciadamente, hoy no son prioritarios.

En su opinión, ¿cuáles son los conocimientos que se deberían enseñar en las escuelas y que no se están priorizando?
Actualmente  todo aquello que no genera beneficio está considerado inútil. Las lenguas antiguas están desapareciendo de la enseñanza. Cada vez se abandona más el estudio del griego, el latín, la historia del arte, la literatura o la filosofía, en favor de disciplinas como la economía o el derecho, unas materias que tienen más gancho para el mundo laboral.

¿Cuáles son las consecuencias de este abandono?
Si renunciamos a la enseñanza de las materias humanísticas, perderemos nuestra identidad. Si no conocemos el pasado, no podemos entender el presente, y nos resultará muy difícil prever el futuro. No es casualidad que en el Olimpo de los Dioses, la Diosa de la memoria fuera la madre de las nueve musas, de todas las sabidurías.

¿Cree que materias como la filosofía se están enseñando de forma correcta en las escuelas?
Esta es una buena pregunta. El enfoque de la escuela actual está alejando a los jóvenes del saber debido a que ya no se leen los clásicos. Pienso que necesitamos empezar a enseñar a partir de los clásicos, ya que si están bien explicados, no sólo nos permiten comprender la realidad o el contexto en el que vivió el autor, sino que también nos proporcionan respuestas a preguntas actuales.

¿Cómo cree que los profesores pueden hacer entender a sus estudiantes la importancia de materias como la filosofía o la literatura?
Todas las reformas que en algunos países europeos se están implementando no tienen en cuenta que la buena escuela la hacen única y exclusivamente los buenos profesores. Si hemos estimado la literatura, la filosofía, la historia del arte o las matemáticas, no es por herencia biológica, sino porque hemos tenido la suerte de tener un buen profesor que nos ha hecho apreciarlas.

Por tanto, necesitamos profesores con pasión.
Sí, pero también profesores que sean estudiantes eternos. Si un docente no se recicla y no explica a los alumnos los clásicos con las competencias adecuadas, está claro que los estudiantes no podrán apreciar aquella disciplina. Un buen profesor es aquel que hace ver a sus alumnos que no deben estudiar para aprobar la asignatura o tener un diploma, sino para aprender a vivir y a entender mejor el mundo.

¿Cree que los gobiernos están dando suficiente importancia a la educación?
Cada año se reducen los fondos gubernamentales destinados a las universidades, las escuelas e investigaciones científicas. Los gobiernos se justifican diciendo que no hay dinero, que estamos en época de crisis, pero esto es falso. Los mandatarios están destinando mucho dinero a luchar especialmente contra la corrupción y la evasión fiscal. Si todos los ciudadanos fueran personas honradas que no se dejaran corromper y que pagaran sus impuestos, los gobiernos podrían financiar las escuelas y las universidades y fomentar la cultura en general.

¿Pero cómo se puede luchar contra la corrupción?
La corrupción no se vence únicamente aplicando leyes. Se combate reforzando la educación, formando las nuevas generaciones con valores como el bien común. Pero el sistema actual se contradice. Para solucionar el problema de la corrupción se tendrían que reforzar las escuelas y la universidad y, en cambio, lo que se hace es debilitarlas.

Internet ha aportado mucha información pero no necesariamente conocimiento. ¿Qué papel debería tener los docentes y la escuela en este contexto?
El tema de internet es muy importante. En Italia, mientras las instalaciones escolares se están cayendo, el gobierno ha invertido millones de euros en proporcionar nuevas tecnologías para la escuela digital. Pero es una visión completamente errónea del problema. La escuela moderna no enseña gracias a Internet sino gracias al trabajo de los buenos profesores. Internet está pensado para quien sabe, no para quien no sabe.

¿Qué opinión le merece la educación digital actual?
Considero que los jóvenes están recibiendo una educación muy enfocada al mundo virtual. La escuela debería ser un lugar donde se desintoxicaran, en la que se les pudiera proporcionar una visión alternativa. En cambio, lo que hacemos es alentar cada vez más a los estudiantes a usar las herramientas digitales olvidando que internet o los ordenadores son simplemente instrumentos.

¿Qué valores y conocimientos cree que debería recuperar la escuela?
Ha de recuperar su valor esencial: formar a seres humanos con cultura, a personas con capacidad para abrazar la solidaridad humana, de razonar con espíritu crítico. La escuela debería ser un gimnasio de resistencia a los valores falsos de la sociedad y al utilitarismo, para intentar hacer entender a los jóvenes que no todo se puede comprar y que el conocimiento no se adquiere con dinero. Se debe enseñar el valor del conocimiento y evitar formar personas acríticas que se creen cualquier argumento que el poder les ofrece.

Fuente: http://blog.tiching.com/nuccio-ordine-la-escuela-esta-cada-vez-mas-enfocada-al-mercado/

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