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Eusebio Leal: “Nosotros somos hijos de la libertad y de la cultura”

Caribe Insular/Cuba/LA Habana/ Cubainformacion.tv

José Raúl Concepción – Cubadebate.- En este podcast grabado en el estudio de Habana Radio, Cubadebate tuvo el privilegio de contar con la presencia del Dr. Eusebio Leal para tratar un tema tan importante como el uso de los símbolos nacionales. Una cuestión que el Historiador de la Ciudad ha tratado en recientes declaraciones y textos publicados en nuestra página y otros medios de prensa. También, como no podía ser de otra manera cuando se conversa con hombres de su magnitud, abordamos otros tópicos tan polémicos como necesarios.

-¿Qué ha motivado sus recientes reflexiones? Podría profundizar sobre cuáles son sus principales preocupaciones sobre la comercialización de los símbolos nacionales y en general el uso inadecuado de los mismos.

-Eusebio Leal: Si cualquiera de nosotros pasa por una tienda donde venden artículos domésticos, por ejemplo, artículos del hogar, objetos para la limpieza y el aseo, productos para la cocina, una de esas tiendas que tienen de todo, y ve en el medio que también están vendiendo la bandera, es una equiparación que a mí no me resulta grata.

Al triunfo de la Revolución se creó un sistema de tiendas que fue auspiciado por el Partido que se llamó El Cartel Revolucionario y nacieron por la urgencia que tenían las organizaciones políticas y de masas de tener retratos de Martí, de los mártires, la bandera, el himno en partitura. Esas tiendas constituían una respuesta a una necesidad.

Pero hoy no existen y los cubanos y personas admiradoras de Cuba pueden tener la necesidad de adquirir una bandera, la partitura o la grabación del himno nacional.

Cada año de la Revolución se hacía, por los grandes músicos cubanos, un himno. Recuerdo el del Primero de Mayo, el de la milicia, el de los milicianos de artillería, el del tercer y cuarto aniversario y otros como La Internacional.

Dónde puedes conseguir un disco con La Internacional que es un himno bello, creo que es el más subversivo que recorrió la Tierra después de La Marsellesa. Es el himno de los trabajadores que cantamos el Primero de Mayo, pero es imposible obtenerlo en un disco.

Sin embargo, existe una vulgarización de los símbolos nacionales a propósito con una idea absolutamente comercial por parte de personas que tergiversan un poco la necesidad y convierten en comercio lo que no es comerciable.

Lo que más me repugna es ver la bandera cubana como he tomado el ejemplo convertida en un delantal o verla convertida en una ropa interior o en un zapato.

Imitando las malas costumbres de un comercio brutal que entra en el país no solo desde los Estados Unidos, sino desde cualquier otro lugar. Traen de allí múltiples cosas que son de una vulgaridad extraordinaria y creo que no se puede responder a la vulgaridad con otra. Hay que responder con una acertada posición que creo está contenida dentro de una ley vigente. Hasta que esa ley no se modifique, todo lo que se haga con la bandera y los símbolos nacionales es, por su naturaleza, ilegal.

Ahora bien, las leyes son leyes, son pétreas. Su interpretación es acorde con la voluntad o con el espíritu del legislador al redactar el texto. Pero yo he usado con orgullo en la solapa de mi traje un pin con la bandera de Cuba. Técnicamente parecería lo mismo, pero no, es una posición respetuosa. La he usado en Naciones Unidas. La he paseado orgullosamente por las calles de Nueva York y de Washington y quisiera tener aquel pin que en ese momento me lo prestaron porque aquí no era fácil conseguirlo.

Había también un sistema de tiendas del Partido, El distintivo, en el cual podías comprar pines de Playa Girón, de todo. La gente iba, coleccionistas de todas partes del mundo. Era una tienda del Departamento de Orientación Revolucionaria del Comité Central (del PCC).

No estoy en contra del orgullo que siente un deportista cuando levanta su bandera en el pódium. No puedo estar en contra de eso, aunque no esté escrito así en la ley: “los deportistas podrán llevar la bandera en tal lugar”.

Tengo la vieja bandera que era de mi mamá y la coloco en el balcón de mi casa en la fiestas nacionales, nadie nunca se ha opuesto a eso, ni hay por qué oponerse. Ahora, la bandera no se puede usar de cortina de pared, ni se puede usar para cubrir una mesa, no. La bandera tiene su cuidado como lo tiene nuestra propia ropa, cosas que nosotros queremos, Tú no tomas tu camisa con la que te vas a vestir y la tiras en la cocina. Todo tiene un cuidado, la bandera tiene su culto propio y es el símbolo de una nación, le pertenece a todos y a ninguno. Le pertenece a la nación. Nos representa a todos al igual que el escudo que lo llevan las Fuerzas Armadas en su sombrero.

De ninguna manera se puede usar el escudo nacional para otro fin, está en la Sala del Tribunal, está en los lugares donde está el Presidente de la República. Existen estados donde hay una bandera hasta del presidente, cuando está presente en su residencia está la bandera presidencial colocada con el escudo. A veces es la bandera con el escudo como ocurre en algunos países. Por ejemplo en la Federación Rusa, cuando está el Presidente la bandera lleva inserto el escudo.

Entonces , hay un tratamiento especial para ella. Eso es lo que considero. Como intelectual y ser pensante estoy en contra de toda vulgarización . Y siempre adoptaré las políticas que el gobierno asuma en esta dirección.

Para poder cambiar la ley hace falta el voto de la Asamblea Nacional del Poder Popular. Me consta que se ha trabajado en un proyecto de actualización de la ley que ha sido realizado y consensuado. Sin embargo, se llevó a la Asamblea y habían criterios diversos. Se pensó que lo más conveniente es, como siempre hace la dirección de la Revolución, que se consulte porque hay distintos criterios. En última instancia, los legisladores representamos al pueblo. Como diputado yo represento a la nación, a mis electores y al pueblo. Cuando llegue el tema a la Asamblea será discutido y como ese es el escenario, allí daré mi opinión y mi criterio.

Descargue en PDF (52Kb): Ley No. 42 de los Símbolos Nacionales

-Hay otro tema con respecto al uso de banderas foráneas como la de Estados Unidos y el Reino Unido en prendas de vestir, que se ha convertido en moda…

-Hablemos claro, la bandera americana se la ponen en ese mercado de ropa. A veces aparece uno con un pulóver de la británica u otra. En todas partes del mundo en la universidades hay pulóveres, suéteres que llevan el anagrama del país, llevan un bordado del escudo. También los niños en la escuela, lo he visto en San José, Costa Rica, en escuelas de Cuba, que recuerdan la presencia de Maceo. Llevan un monograma en el hombro con la bandera de Cuba con el rostro de Maceo, yo no puedo objetar eso, es en el espacio escolar.

Cuando me refería a la vulgaridad, que es lo que usted me está preguntando, veo por la calle personas, incluso con un físico desproporcionado o desagradable, que llevan colocado el banderón y yo diría como Martí cuando llega a Nueva York y va a ver bailar a la bailarina española, que era una maravilla, Charito Otero. Cuando llega Martí dice: “han hecho bien en quitar el banderón de la acera; porque si está la bandera, no sé, yo no puedo entrar”. A Martí tanto le imponía ver el banderón colocado afuera de la nación que en ese momento oprimía con sus leyes y sus mecanismos al pueblo de Cuba. El pueblo cubano iba a continuar luchando por su libertad y esgrimiendo su bandera contra esa otra. Su propia bandera había nacido del ingenio y lavada, como dijo Martí, con sangre de otras influencias, con la sangre de múltiples sacrificios.

Entonces, no se puede combatir esa vulgaridad con otra vulgaridad. Yo no inundaría la Cuba de banderas cubanas, la pondría en los lugares oficiales, como en la escuela, que es un orgullo ponerla. Dondequiera que haya una institución pública está la bandera. No tiene por qué estar en un rincón, en un rincón metida para cumplir una consigna. No tiene por qué estar metida, como la he visto yo, en el vestíbulo de una cocina de un restaurant, porque se pide que haya un rincón patriótico ¿cómo que un rincón? La patria no ocupa un rincón. Tiene que estar en el centro. No estoy de acuerdo con el rincón ni con el bustico de yeso, ni nada de eso. Creo que hay que elevar el espíritu hacia otras cosas. No estoy en contra de que se coloque, cómo no se va a poder colocar la bandera.

Los mismos que llevan eso (banderas extranjeras en la ropa o en accesorios) a veces no tienen en su cabeza un compromiso real. Es un desconocimiento, una frivolidad, una superficialidad, una falta de cultura. No quiero ofender a nadie porque no me es lícito ofender a nadie.

Por lo menos aprendí de Fidel Castro, de nuestro líder Fidel, que no se puede combatir con epíteto ni con grosería. Jamás he escuchado a Fidel decir una palabrota en público, ni en ningún lugar, mas repele eso, le molesta, le mortifica la vulgaridad.

Te repito, no ofendo a nadie, esas personas a veces no tienen ni conciencia de lo que está pasando. Ves un bici-taxi con una bandera americana como si fuera una avanzada de lo que supuestamente vendría. No han venido, no porque no han querido, sino porque no han podido, porque un pueblo entero sí con conciencia ha estado armado hasta los dientes para defender cada palmo del suelo de Cuba, detrás de su bandera.

No creo que colocando símbolos externos, popularizándolos, se visualice compromiso. Cuando Fidel encabezó la gran batalla, la Batalla de Ideas, explicó ese cambio por completo del diseño de los actos públicos: no se aplaudía se llevaba la bandera cubana. Y recuerdo que explicaba que después todo el mundo se llevara esa banderita como recuerdo.

Yo tengo la bandera que llevó él en un memorable Primero de Mayo, cuando terminó le tomé la bandera de la mano con gentileza. La banderita con el palo, tomé esa banderita y la conservé. La tuvo él en sus manos.

Recuerdo las palabras de Máximo Gómez en la batalla de Palo Seco, viendo lo que se armó allí decía: “eso de cargar a la desbandada y triunfar es un privilegio exclusivo de los cubanos”. Pero a la desbandada se pudo ganar en Palo Seco, pero no se puede ganar hoy.

Hay que saber usar los medios sofisticados que existen. El tiempo de la vida es muy breve, el tiempo de crear pensamiento es muy breve. Cuando pones en el televisor una novela anodina y vulgar le estás robando una parte de su tiempo a los que la están viendo y los estás formando en groserías, superficialidades, en un retrato equívoco y marginal del pueblo cubano. Hay que buscar siempre la vanguardia. Siempre hay vanguardias en la sociedad y nosotros tenemos que estar afiliados permanentemente a las vanguardias, que son, como decía Lenin, selectas y escogidas, las que hacen las revoluciones abriéndole el paso a los pueblos. En cuestiones de patria cuando se es conservador, es en lo único que se es más revolucionario.

-Usted ha hecho referencia a un tema sobre el que muchos lectores han escrito comentarios en Cubadebate, que es la posibilidad de obtener un broche o una bandera. Pero muchos se quejan de que es prácticamente imposible conseguir algo así. Incluso cuando se desea llevar los símbolos patrios con honor, con respeto. ¿Qué cree usted que se podría hacer para cambiar esta situación?

Bueno hay que tomar la idea inicial de la Revolución y crear esa posibilidad. Cuántos mártires tiene la Revolución y qué dificultad hay para hallar un retrato para el Comité de Base, para colocarlo en el Comité de Defensa, para ponerlo en tu casa si fuiste amigo de ese compañero. Existe una dificultad enorme. Eso no se puede vender en una tienda donde se vende el aceite y el jabón para bañarse.

Se debe tener imaginación y crear un pequeño sistema de tiendas donde esté lo que vienen a buscar de todas partes, como un pin bonito y bello y no una torpeza estética. Donde conseguir esa bandera que no cueste en divisa porque todo el mundo no puede disponer para comprarla. Son temas que tienen que tener una respuesta para que todo el mundo pueda comprar su bandera y tenerla ¿Cómo no se va a poder poner en el balcón de la casa, bien puesta? Y se explica cómo se hace. Otra cosa, al lado de la bandera nacional no puedes colocar cualquier bandera. Tiene que ser la bandera de otro estado soberano.

– Estamos viviendo en un contexto histórico trascendental por el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos. Incrementará la influencia de EE.UU. en la Isla en la medida que aumente la llegada de ciudadanos de ese país y es inevitable la intromisión, quizás invasión, simbólico-cultural en estos tiempos que son también de globalización. Por supuesto, el uso de los símbolos nacionales es una manera de defender nuestra identidad, nuestra cultura. Quisiera escuchar una reflexión de usted sobre el tema que estamos tratando pero vinculado al contexto que le menciono.

– Ahí está la pregunta shakesperiana de “ser o no ser, to be or not to be”. El aislamiento o la relación; la subversión o la relación. Escuchaste el discurso del General de Ejército en la Cumbre de los No Alineados, siguen las prácticas subversivas y el intento por demoler el sistema internacional y político, ya todo eso está escrito.

Mi predecesor, Emilio Roig de Leuchsenring, escribió un arsenal de ideas para fundamentar la proyección antimperialista de nuestra historia. Cuanto hice hasta hoy y haré es para eso. Donde primero hay que estar formado es dentro, porque nadie da lo que no tiene. Se debe tener una formación para poder tener un antídoto. Tienes que vivir, tienes que tomar el agua hervida para no coger parásito, y lo haces normalmente, tienes que lavarte las manos por razones higiénicas a cada momento, y más cuando los cubanos tenemos esta costumbre de estar dando la mano cada momento. Entonces, ¿qué quiere decir esto? Que los antídotos están en la conciencia de los individuos, vamos a formar a la gente con el estilo y la simpatía propia de los cubanos. Esta batalla es una batalla que se da en el campo de la cultura.

En Estados Unidos hay un culto a la bandera. Llegas a sus ciudades y observas las banderas puestas en lugares que impresionan. No ves a la gente por la calle con el pantalón, de eso nada, solamente ves payasadas en las convenciones de los partidos, pero en la vida cotidiana no. En las casas donde hay veteranos que han luchado está colocada en la puerta el asta de una bandera, y en las tumbas de los que han luchado también.

Vamos a hacer un examen de conciencia y preguntar por qué en el cementerio de La Habana no está la bandera en la tumba de Máximo Gómez, y por qué en la tumba de Emilia Teurbe Tolón, que hizo la bandera cubana, tampoco. Eso es un fenómeno propio de una gran ciudad que es La Habana, vas a Santiago y no es así. En Santa Ifigenia se puede observar la imagen extraordinaria de respeto que reina allí en las tumbas de los muertos, después que tú ves la bandera cubana cubriendo el túmulo de Martí, y la ves al lado de la tumba de Céspedes y de Frank País, tú no concibes ver la bandera cubana en un pantalón, ni en un delantal. No puede ser, esa es la cuestión. Hay que tener una armazón moral y cultural.

Esta batalla es de uno a uno, si tenemos relación y estamos clamando porque vengan, somos 11 millones de habitantes, con tendencia a envejecer, debemos estar muy preocupados por la formación de nuestra juventud, su desarrollo, su capacidad.

Tenemos que preguntar por qué tantos jóvenes emigran y tratar de darle a estas cuestiones una explicación científica, económica y moral.

Tenemos que explicarnos eso, porque van a llegar miles de turistas y estamos pidiendo que Obama levante las medidas para que vengan más, para que la batalla se generalice, esto es un pacto entre la Revolución y su pueblo. El pueblo es la Revolución y su pacto es defenderla. Pero si yo me reúno con usted, y después de eso tengo que hacer un informe escrito a mi superior diciendo lo que yo le dije, lo que él me dijo y lo que le respondí, estamos perdidos. Nos hace falta todas las secretarias, todos los burócratas y todos los policías del mundo para sacar un informe final.

Aquí hay que tener un uso responsable de la libertad, nosotros somos hijos de la libertad y como somos hijos de la libertad tenemos que ser hijos también de la cultura y de la capacidad para defenderla. Si damos esas respuestas superficiales estamos perdidos.

Lo que tenemos que preguntarnos es si las organizaciones responden a eso. No me digas que la organización nació para la eternidad, porque yo soy historiador, no me digas que la organización representa a toda la juventud cubana, dime que representa a una vanguardia de la juventud y que va a conquistar a la juventud. Voy a conquistarla en la universidad, en la escuela, en la calle, y ese espíritu de conquista, de captación, tiene que ser juvenil, moderno.

Me alegré mucho cuando estaba muy enfermo y fui al evento en la Asociación Hermanos Saíz. Salí admirado porque veo los ojos de los jóvenes ávidos de cultura, de conocimiento, de confrontación, de saber, de esperanza. Vi en los jóvenes de la brigada un justo relevo generacional de la vanguardia intelectual, o mejor dicho, de lo que aspiramos que sea una vanguardia intelectual, porque yo no quiero intelectuales que estén hablando continuamente de dinero y de problemas y de casa en la playa. Quiero intelectuales como los que he conocido en estos años de lucha, como Alfredo (Guevara), como la doctora (Graziella) Pogolotti, como Roberto (Fernández Retamar), como los que vi en el gran pugilato de las ideas antes de la Revolución y después de la Revolución.

El espíritu de los jóvenes de la brigada es el espíritu de los hermanos Saíz. Sería bueno que se conozcan un poco más a los hermanos Saíz. Si se leyera más, si se tuvieran sus textos a la mano para leerlos, enseñarlos en la escuela, otro gallo cantaría. Porque qué brillantes fueron, qué grandes fueron, en un pequeño pueblo pinareño ¡Qué orgullo da cuando uno ve dónde nacieron y cómo se criaron!

Conocí a su padre, el doctor Saíz, me pareció una persona tremenda, era un educador. Ahí te das cuenta: nacieron de una familia de una gran educación en un pequeño pueblo. Salieron de donde mismo salió Rafael Morales y González, Moralito. Por citar a los que más cerca he tenido y a los ejemplos que más me han conmovido.

Pasé hoy por el monumento de los estudiantes del 71. Yo me llamo el custodio de los santos lugares. Martí dijo que ese monumento se convirtió un día para Cuba en un manantial de sangre. Pasé y estaba la reja caída, faltaba la bandera. Estoy loco por salir de aquí, para ir para allá, colocar la bandera que ellos se merecen, colocar la verja y poner flores antes del 27 de noviembre, que hay que colocarlas de vez en cuando para que ese gesto extraordinario no sea olvidado.

Ahí está todo, el sentimiento patriótico que es como una perla que uno tiene en el alma, se deposita en el alma por los padres, el maestro y la sociedad.

-Usted ha hecho referencia un tema importante que es la juventud, acusada muchas veces de estar perdida…

Eso es un criterio reaccionario, absolutamente reaccionario. Cada edad estuvo precedida por otra, los jóvenes se deben a su tiempo. Cuando era niño pensaba como niño, cuando hombre pensé como hombre. No le puedes pedir a los jóvenes de hoy que piensen como los del 52. Las circunstancias son diferentes, su mundo es distinto y sus armas de lucha son diferentes. Sus sacrificios tiene otro marco.

Hoy se enorgullecería la gran generación de un grupo de personas ilustradas que no sabían que estaban haciendo una revolución intelectual y creando una sociedad elitista en La Habana que se llamaba el Liceo y la Sociedad Pro Arte Musical, ¿a quién formaron ahí?, a Argeliers León, a Marta Arjona, a María Teresa Linares, Alicia Alonso. Como todavía oyes a los cubanos hablar de los grandes conciertos que se dieron en el teatro Amadeo Roldán, cómo se financiaba aquello, cómo se logró. Hicieron una labor extraordinaria en aquel momento y se formó una vanguardia cultural importante.

Alicia Alonso celebraba el otro día, y no pude ir por cierto, el evento del acto que hizo la FEU en su momento para desagraviar al ballet agredido por las medidas incultas de la tiranía y ¿dónde se hizo? Frente a la escalinata de la Facultad, donde están los grandes laureles. Allí fue aquello. Recuerdo el teatro universitario que era una maravilla y los estudiantes con sus clubs como Mella, batiéndose en su propio estadio. Ahí tienen un ejemplo de cultura, de belleza, de hombría, de carácter.

Personas como Julio Antonio trascienden el tiempo, son eternamente jóvenes. Solamente esas personas tienen el don de la juventud porque trascendieron la vida. No me imagino al Che con ochenta años, tampoco a Camilo. Se quedaron para siempre jóvenes, porque trascendieron la vida con una obra.

Entonces no creo que la juventud esté perdida, la juventud tiene que ser apostólica, tiene que ser la sal, la levadura del pan. Se dice ¿qué sería el pan sin levadura?, no crece. ¿Qué sería sin sal? No tiene sabor. Entonces tenemos que ser la sal y la levadura en la sociedad. Ese es el papel de los jóvenes, siempre rebeldes. Se transforman en un determinado momento. Como la adolescencia, que se dice que es así porque adolecen de algo importantísimo, que se llama la experiencia de la vida, pero todo el mundo tiene que equivocarse con su propia cabeza. No puedo estarle eternamente diciendo tú estás equivocado. Fíjate que en la farmacia hay cosas que tienen ya puesta una calavera y dos tibias. ¿Tú quieres probarlo? Ya otros lo probaron. No obstante, vive tu experiencia. Vive, pasa la fiebre, y después, escoge tu camino.

Otro tema relacionado con los símbolos nacionales es el uso de los espacios públicos, que obviamente no son símbolos patrios, pero sí representan también nuestra cultura, nuestra historia…Hubo diversos criterios sobre la filmación de la saga Rápido y Furioso ¿Qué usted cree acerca de esto?

Aquí se han hecho películas financiadas por otros países y con actores cubanos. Se han filmado cintas que abordan cuestiones de nuestra realidad, y algunas son crueles, tan duras con la realidad de Cuba. Yo me pregunto ¿era más peligroso y más pernicioso que tomaran La Habana como un escenario para filmar una película internacional, lo cual ni me va ni me viene, o que una película hecha por los que formé y crié para honrarme, para enardecerme, aparezca de pronto criticando y ridiculizando lo que hice? Cuando luché por la libertad de África o cuando di de comer a otros en el mundo. También se cometen graves errores pero al mismo tiempo se hacen cosas maravillosas y siempre hay que buscar en el discurso un equilibrio.

La película Suite Habana (2003) tuvo muchos críticos. Yo felicité a Fernando (Pérez) porque mi interpretación fue otra. Mi interpretación fue que en medio de esa pobreza real que existe en Cuba, que está aquí en la Habana, en Centro Habana, Habana Vieja, Cerro, Diez de Octubre…, y que hay que verla, porque hay que ver lo que es sentirse prisionero de un cuarto apuntalado, en un lugar donde no hay agua, en un sitio donde se vive en una promiscuidad, pero en la película en medio de todo eso está el elogio a la dignidad humana. El que va a bailar a pesar de que le falta el encaje, el que va a estudiar música, el padre que con una luz mortecina le da de comer a un niño. Es el elogio a la dignidad humana. A mí no me ofende eso. Me ofende lo otro en la azotea de una casa. No pude continuar viendo la película, me llenó de tristeza. En lo otro estoy de acuerdo contigo.

Suite Habana se asemeja a lo que vivimos en otra cinta preciosa: Conducta. Hay quien no quiere verla porque no quiere aceptar la critica que la película conlleva, la marginalidad que muestra, pero ¡qué clase de lección de formación la de esa película!

Ahora bien, es lícito que las personas tengan criterio. Yo no tengo porque estar de acuerdo con todo ni aquí ni en ningún lado. Hay cosas con las que uno no está de acuerdo y tiene el derecho. Tampoco nos podemos convertir en un grupo conservador. Hay que luchar, hay que salir, hay que ver el mundo, no se puede vivir en una campana de cristal.

Siempre he pensado, la política es que los turistas no vengan a la Habana, que vayan a los cayos, eso fue un discurso de un momento pero se sabía que la bloqueada Cuba tenía una capital que era el símbolo de la resistencia del pueblo cubano, que no es esa ciudad reaccionaria que no produce maestros que no da policías. Esta es la ciudad de la milicia gloriosa, es la ciudad de los cortadores de cañas, de los alfabetizadores, es la ciudad de la Declaración de La Habana, la de la Plaza de Revolución el día de la muerte de Che y rodilla en tierra, la ciudad de la Operación Tributo.

Si nosotros hasta ahora en 54 años no hemos sembrado y no tenemos esperanza que el árbol de fruto, estamos perdidos. Hay que tener confianza en lo que hemos hecho. No podemos vivir pensando que hay que salir con un machete todos los días a arrancar cabezas. Sinceramente no lo creo.

Si vuelvo a nacer quiero ser cubano y si vuelvo a nacer quiero hacerlo en el tiempo que me tocó vivir y ser discípulo de Fidel. Pero no soy su alumno, soy su discípulo. Fidel fue mi maestro, fue el que me llevó al seno del Partido Comunista siendo yo cristiano devoto; porque Fidel tuvo una visión amplia del mundo con todos de verdad. Se adelantó a su tiempo, por eso yo soy fidelista, porque creo en su visión amplia, en su sentido de participación. Los que piensan lo contario no lo conocen… ni tampoco a Raúl.

He tenido la suerte como persona, como compañero, como militante, como hombre del pueblo y como trabajador, de servir a los dos grandes dirigentes de la Revolución. Excepto al Che y a Camilo los conocí a todos. Fundamentalmente a las mujeres de la Revolución. Cada una con su carácter, con su perfil, cada una en la profundidad de sus ideas. Conocí a Celia, a quien lloré como a una madre, a Haydée que me salvó en momentos difíciles. Tan lúcida, tan iluminada. Era una criatura extraña. A Melba. A Vilma.

Y a todos esos grandes jóvenes. No olvidemos que Fidel tenía 33 años cuando llega al triunfo de la Revolución, la misma edad que tenía Maceo en Baraguá. Entonces quién me va a hablar a mí de que los jóvenes no pueden, de que nunca están preparados. Cintio mientras se hizo más viejo fue más lúcido, más radicalmente revolucionario. Y hay algunos que envejecen desde que están en la cuna. Hay viejos mentales, que no se quitarán el mameluco hasta el final de su vida. Y hay jóvenes que lo serán hasta la muerte.

Imagen tomada de: http://gdb.martinoticias.org/AA1DCB34-5B9F-4A1C-A9B3-15913C408DB3_cx0_cy8_cw0_w987_r1_s_r1.jpg

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“Se impone un marco general para hablar de la educación como en crisis constante”

Entrevista/22 de septiembre de 2016/Fuente: debatebuenaeducacion

Por Samuel Grillo, de la CLADE

Docente en la Universidad de Córdoba (UNC), Argentina, e investigadora del fenómeno de la mediatización en escenarios educativos, Eva da Porta nos habla acerca de la influencia de los medios de comunicación en la percepción sobre la calidad de la educación en los centros públicos. Para Da Porta, los medios muchas veces abordan la educación como un espacio deficiente, ineficiente y conflictivo. “Eso hace que ciertos sentidos sobre la educación se hagan parte del sentido común, que es el magma sobre el cual se apoyan luego muchas políticas privatizadoras o represivas sobre los docentes y estudiantes”.

Lea abajo la entrevista completa:

Los medios tienen una gran influencia en la formación de la opinión pública, ¿cómo esto influye en la percepción que se tiene sobre que es una educación de calidad? 

El rol ideológico de los medios está siendo nuevamente analizado. En las últimas décadas se habían abandonado las teorías de la imposición y la manipulación ideológica por miradas más centradas en la interpretación y en la capacidad de las audiencias para elegir e interpretar los mensajes mediáticos. Pero algo ha cambiado también estos años en la forma en que los medios producen ideología. Han aprendido y desarrollado mecanismos de imposición muy potentes, articulándose con otros poderes y diversificando su capacidad de imposición simbólica. Así que hoy estamos revalorizando aquellas ideas de los años 60 y 70, que señalan el poder mediático como uno de los poderes centrales del capitalismo contemporáneo en donde se forma y define la opinión pública.

En ese marco, el campo educativo está expuesto a la forma en que los medios se refieren a las distintas cuestiones educativas, pues en estas sociedades mediatizadas la cosa pública está atravesada por los discursos y debates mediáticos. La educación hoy no puede evitar estar hablada, significada y visibilizada por los medios y en ese sentido está expuesta a las formas en que los medios hacen sus discursos: de un modo fragmentado, centrado en el escándalo y el valor noticia, en ciertos estereotipos y visiones simplificadas de la realidad, en argumentos esquemáticos y también orientados ideológicamente. No hay relato mediático neutral, siempre hay una posición asumida. Aunque la noticia tienda a contarse «objetivamente», siempre hay recortes, elecciones, valoraciones que encuadran el tema que se cuenta.

La cuestión de la calidad educativa rápidamente se convierte en parte de un argumento esquemático, que opera como todo argumento simplificado y ciertamente estereotipado, dando por supuesto un conjunto de cuestiones asociadas a ese término, que no se discuten y operan como sentido común cada vez que se usa en una noticia o discurso mediático. En este esquema, calidad se opone a cantidad, es decir a la educación masiva, educación pública que busca la cobertura total de la población. De modo que la educación pública comienza a vincularse con la «mala calidad». Por otro lado y estrechamente vinculado con esto, la calidad se vincula a escuela privada, a los modos educativos que ponen énfasis en la individualidad, el mérito personal y el rendimiento en estándares internacionales. Lo que ocurre es que nunca se explicita claramente qué se entiende por calidad educativa, se la da por comprendida y ese mecanismo es justamente el que esconde cómo el discurso neoliberal se ha apropiado de ese término y lo ha cargado de sentidos todos opuestos a la educación pública garantizada por el Estado más cercana al modelo liberal democrático, aun fuerte en nuestra región, que el neoliberalismo necesita transformar. Para ello su principal carta es la «calidad educativa», pues nadie se opondría a querer una educación de calidad. Lo que ocurre es que para lograrla es necesario, según el discurso neoliberal, adecuar nuestros sistemas educativos a los estándares y las lógicas del mercado, las empresas y las tecnologías de la evaluación.

Hay sectores que defienden simplemente el éxito en pruebas estandarizadas, mientras los movimientos que actúan por el derecho a la educación defienden un concepto más amplio de educación con calidad. ¿Te parece que los medios tienen peso en este debate? ¿De qué manera influyen en la construcción del concepto de la calidad de la educación en la sociedad?

Las pruebas estandarizadas son también otro de esos sentidos que se imponen sin análisis y que se asocian a la calidad educativa. Además se asocian a una idea esencialista de la educación como si hubiera conocimientos que son valiosos para todas las escuelas, para todos los países y para todos los niños y niñas, de manera que imponiéndoles un mismo sistema de medición sea posible conocer el grado de excelencia educativa de los distintos países. Ese modelo homogeneizador no tiene nada que ver con una perspectiva de derechos, que considera que el acceso y la posibilidad de educarse es un derecho universal, pero no los contenidos ni las modalidades, pues cada contexto, país, comunidad tiene derecho a decidir cuáles son los contenidos que considera significativos. Las pruebas estandarizadas arrasan las diferencias e imponen una misma vara de medición a países que tienen condiciones educativas muy diversas y no homogéneas.

Si claro que los medios inciden en esos debates y como dije antes inciden por cercanía ideológica con el modelo neoliberal y privatista, pero otras veces de un modo casi irreflexivo porque reproducen sin cuestionar el discurso social que surge de algunos «especialistas» y fundaciones cuya función central es ofrecer argumentos simplificados que permitan imponer la lógica del mercado, las mediciones estandarizadas y los rankings como única lógica válida para analizar la realidad educativa. Esos diagnósticos y propuestas se toman como datos de la realidad, no como interpretaciones interesadas de determinados grupos sociales. En ese sentido es muy importante que los y las periodistas evalúen críticamente las fuentes informativas, informes interesados de fundaciones y ciertas estadísticas o recomendaciones interesadas en imponer un modelo de mercado.

A modo de ejemplo, se toma como un dato de la «mala calidad educativa» de un país, los resultados de una encuesta realizada por una de estas fundaciones a empresarios, preguntándoles cómo valoran el nivel educativo con que egresan las y los estudiantes del sistema educativo secundario. Esta operación es grave y se repite en numerosos medios no necesariamente adherentes a un discurso privatizador. No se cuestionan las fuentes, ni los intereses que persiguen estas fundaciones o especialistas que difunden informes negativos sobre la educación pública y que dan «recomendaciones» a los gobiernos de cómo mejorar esas performances, como son las pruebas estandarizadas.

¿Qué impacto tiene esta cobertura? ¿Esto es capaz de crear un ciclo que afecta el proceso educativo, influyendo en las políticas gubernamentales dirigidas a la educación?

La influencia de los medios es múltiple y compleja. Podría decirse que más que imponer directamente las políticas crean el clima favorable para tomas de decisiones en uno o en otro sentido. En líneas generales, los medios son muy críticos de la educación pública, de los docentes y estudiantes que se movilizan en defensa de sus derechos y de la masividad del sistema público. Se impone un marco general para hablar de la educación como en crisis constante, como un espacio deficiente, ineficiente y conflictivo. Eso hace que ciertos sentidos sobre la educación se hagan parte del sentido común y de lo aceptable, que es el magma sobre el cual se apoyan luego muchas políticas privatizadoras o represivas sobre los docentes y estudiantes.

Usted coordinó una investigación sobre las disputas alrededor de la privatización de la educación en los medios de comunicación de la región. ¿Es posible percibir alguna relación entre el abordaje que se le da al público y al privado y la calidad educativa?

En nuestra investigación, que fue comparativa entre cuatro países (Argentina, Chile, México y Ecuador), pudimos encontrar muchas características comunes en los medios de tipo hegemónico. Un enfoque crítico respecto de la educación pública siempre caracterizada como un espacio caótico, sin orden, sin calidad, ineficiente y muchas veces contrario a los intereses de las familias y de los propios niños y niñas. Lo que termina siendo un argumento muy potente porque se pone a los niños como víctimas de la mala calidad del sistema y fundamentalmente de sus docentes, que se preocupan más por defender sus derechos que en que sus estudiantes tomen clases. Ese argumento desconoce que la educación es un derecho que, para ser efectivo, requiere de condiciones mínimas para desarrollarse, por ejemplo docentes bien remuneradas/os. De modo que los argumentos críticos sobre las escuelas públicas toman algún aspecto y lo descontextualizan de la problemática general.

El otro tema que se repite es la crítica al Estado desde esquemas de mercado. De este modo el Estado aparece como ineficiente para «administrar» el sistema. En su lugar se ofrecen modelos mixtos o directamente privatizadores. El otro tema recurrente es la criminalización de la protesta docente y estudiantil. Los paros, demandas y movilizaciones son tratados muchas veces con terminología policial, legal y vinculada al delito, como «los sediciosos», «los ocupantes ilegales», «los violentos» para referirse a estudiantes o maestras/os en lucha.

De manera general, se observa que en la cobertura mediática sobre la educación se toma en cuenta la opinión de representantes del poder público, las y los llamadas/os “expertas/os” y, cada vez más, representantes del sector privado. Poca expresión tienen las y los estudiantes y docentes. ¿Cómo hacer para que la voz de la comunidad educativa esté más presente?

Ese punto es central cuando nos preguntamos no solo cómo tratan los temas educativos los medios, si no quienes son las voces autorizadas que hablan en los medios, a quienes consultan. En nuestra investigación, apareció con mucha claridad que estudiantes y docentes son «habladas/os» por otros, que son escasas las posibilidades que tienen de hablar y dar testimonio en primera persona. Cuando lo hacen, los medios los ponen en tono genérico «maestro huelguista», «estudiante movilizado», sin darle un reconocimiento y legitimidad a su palabra. Frente a esto, los que aparecen como enunciadores autorizados son algunos funcionarios políticos cuyas palabras no son cuestionadas y son tomadas como «los hechos», y fundamentalmente la voz de ciertos especialistas de fundaciones o universidades privadas, cuya trayectoria intelectual no suele ser reconocida.

Sin embargo se auto instituyen como autoridades o especialistas en temas específicos (calidad educativa, financiamiento educativo, fracaso escolar, bullying o educación autosustentable) que dan datos e interpretaciones de la realidad desde un saber técnico que parece a-ideológico, pero que si se rastrea lo que está más allá, quienes financian esa investigación, las preguntas que se hacen, los métodos para obtener la información, claramente aparecen los intereses por imponer un modelo neoliberal y privatizador.

Las y los docentes e investigadoras/es de los sistemas públicos son escasamente consultadas/os como expertas/os, y en su lugar aparecen fundaciones, coaliciones o grupos de empresarias/os e intelectuales preocupadas/os por la educación, que son los que ofrecen regularmente informes caóticos sobre la educación pública que terminan siendo tomados por los medios como noticia, como la realidad misma.

¿Qué se puede hacer para cambiar el enfoque en las noticias, generando discusiones sobre cómo construir un sistema público de educación fortalecido y de calidad? ¿Los medios están dispuestos a hacer ese cambio?

Los medios siguen la lógica de la noticia. Lo que no entre en esa dinámica queda en los márgenes, lo que no pueda llamar la atención de las/os destinatarios se descarta. En ese sentido es importante disputar la agenda de los medios. Generar información, noticias, informes, que los medios puedan tomar como noticia por algunos motivos. Eso es importante, también es importante debatir, desnaturalizar lo que aparece como «la realidad educativa», mostrar que solo son argumentos y que se pueden ver los hechos desde otro lugar. Es importante establecer diálogo con periodistas y comunicadoras/es sensibles a la problemática, y desarrollar algún tipo de formación u orientación para ellas/os del mismo modo que se hace respecto de cuestiones como violencia de género o delito e infancia. Ofrecerles otros argumentos, otras formas de analizar los problemas educativos, mostrar la falacia escondida atrás de esos informes de especialistas que no transparentan sus verdaderas intenciones, y apuntar a que estudiantes y docentes, cuando entrevistadas/os, puedan desarticular la lógica que los estigmatiza y los criminaliza.

A su vez potenciar los numerosos medios de tipo progresista y alternativo que en estos últimos tiempos han crecido a la luz del desarrollo de las redes. Estos medios tienen otros enfoques sobre educación, les dan voz a actores educativos excluidos de los grandes medios y fundamentalmente se posicionan frente a la educación como un derecho. Este es un fenómeno notable que también hemos podido constatar en nuestra investigación. Estos hallazgos siguen la idea que plantea Manuel Castells, quien señala que cuando hay una alianza fuerte entre modelo político y discurso de los medios dominantes, las redes son el espacio para expresar el malestar y expresar los temas que quedan excluidos de esos espacios hegemónicos.

¿En qué medida la percepción de la “mala calidad” en las escuelas públicas debilita el sistema educativo público? ¿Qué recomendaciones haría para las organizaciones de la sociedad civil que quieren influir en los medios de comunicación desde una perspectiva de los derechos humanos y del fortalecimiento de la educación pública?

En primer lugar es importante reconocer que más allá de los medios, la educación pública en nuestros países es aún muy valorada y defendida cuando es atacada. El tema es que este tipo de operatoria es sutil. Cuando solo se publica en un medio durante un mes el modo en que las universidades y las escuelas se «destruyen» en una medida de fuerza, como un paro docente o una toma estudiantil, la imagen de deterioro y desidia se terminan imponiendo por sobre la de defensa de derechos, que es la razón que hace que un docente o un estudiante deje de cumplir sus roles cotidianos y decida una medida de este tipo.

Frente a esa imagen de deterioro es importante que las organizaciones educativas hagan públicas estas demandas y comuniquen no solo las demandas, si no también los resultados, los hallazgos, los «éxitos» de la educación pública, no en términos de mercado si no en términos de lo que la propia organización se propone a verificar. Por ejemplo alfabetizar a un grupo de mujeres migrantes, recuperar técnicas artesanales ancestrales o lograr que las y los estudiantes desarrollen procesos creativos en las escuelas. Es importante que estas ideas puedan acceder a la agenda pública. De igual modo es importante diseñar una estrategia comunicacional cuando se va a realizar una medida de fuerza, para no dejar que los medios armen la noticia con los estereotipos repetidos infinitas veces. Es importante decidir quiénes van a hablar a los medios, qué van a decir y dónde pondrán los énfasis en sus discursos.

A su vez, es importante la articulación y el trabajo en red entre las organizaciones para potenciar los medios alternativos, los observatorios y todos aquellos espacios mediáticos que potencien una perspectiva de derechos y no naturalicen la lógica de mercado que hoy se impone de modo sutil y silencioso.

Fuente: http://www.debatebuenaeducacion.org/index.php/entrevistas/55-se-impone-un-marco-general-para-hablar-de-la-educacion-como-en-crisis-constante

Imagen: www.debatebuenaeducacion.org/images/Cheryl%20LT.jpg

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El docente Mike Thiruman cuenta cómo construyó Singapur uno de los sistemas educativos más exitosos

22 de septiembre de 2016/Fuente: el tiempo

En cinco décadas apenas, Singapur pasó de ser una de las naciones más pobres y subdesarrolladas del planeta a una próspera, industrializada y moderna, cuyo exitoso modelo educativo es, sin exagerar, la envidia de todo el mundo.
Desde hace años, sus estudiantes brillan en los primeros puestos de las pruebas internacionales de educación más exigentes, como las Pisa, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde), en las que Colombia y los países latinoamericanos que hacen parte del organismo siguen mostrando pobres resultados.

Precisamente, a la decisión de ese país de apostarle, desde su independencia, en 1965, todo su futuro a la educación de la población, se debe a que hoy sea considerada una nación de avanzada y con bajos niveles de corrupción. No es gratuito que países como Colombia se interesen en su experiencia y busquen reproducirla de algún modo.

Para hablar del modelo educativo de su país, Mike Thiruman, psicólogo y presidente del Sindicato de Maestros de Singapur, vino recientemente a Colombia, donde participó en el Tercer Congreso para Directivos de Santillana.
Este hombre, de 47 años y que empezó su vida profesional como maestro de primaria, fue invitado por el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, a formar parte del Grupo Técnico Asesor de la Iniciativa Global de Educación.

¿Cómo describiría el proceso que transformó la educación en Singapur en una de las mejores del mundo?

Pasamos por cuatro fases: una primera, de supervivencia; la segunda fue de eficiencia; la tercera, de formación de habilidades; y ahora estamos en la cuarta: los estudiantes y la educación en valores, incluido el desarrollo del talento de los estudiantes.

¿A qué se refiere con supervivencia?

Cuando logramos nuestra independencia, nos enfocamos en sobrevivir; no tenemos ningún recurso natural importante, y somos una población diversa y multilingüe. Fue una etapa difícil, que se prolongó hasta 1978; en ese periodo nacionalizamos el sistema educativo, y aunque el inglés no es nuestra lengua nativa, decidimos que sería el idioma de instrucción para los estudiantes. También construimos un currículo nacional, enfocado en ciencias y matemáticas. En 1978 hicimos una revisión del sistema educativo, con miras a lograr que los jóvenes permanecieran en la escuela.

¿Tuvieron problemas de deserción?

En esa primera etapa del país la economía estaba saliendo a flote, lo cual abrió muchas plazas de trabajo; no pocos estudiantes decidieron salir de los colegios para vincularse a las empresas, y eso en el largo plazo no era bueno para Singapur, pues no tenían las habilidades necesarias. Buscamos que cada niño estuviera enrolado en el sistema educativo al menos diez años, para que pudiera adquirir competencias básicas en comunicación y numéricas, esenciales para cualquiera trabajo. En 1994 volvimos a analizar el sistema; ya nos habíamos consolidado como nación, ahora podíamos tomar el riesgo de ser un poco más creativos. Seguimos enfocados en habilidades comunicativas y matemáticas, pero nos propusimos promover el desarrollo de la habilidad, del talento, de cada estudiante. Eso nos tomó hasta el 2006, más o menos…

¿Qué vino luego?

Nos dimos cuenta de que el mundo estaba cambiando con la tecnología, la globalización, y el mundo se volvía cada vez más pequeño. Nos planteamos cómo preparar a los estudiantes para competir en un mundo con esas condiciones, y coincidimos en que requerían una serie de habilidades para sobrevivir y ser exitosos en la vida, como las comunicativas, la creatividad, el pensamiento crítico, la curiosidad, la adaptabilidad. Eso es mucho más complicado de enseñar que un contenido; toma mucho tiempo desarrollar estas habilidades.

¿Qué papel cumplieron los profesores en todo ese proceso?

Sin importar qué tan bueno es el sistema educativo o qué tan avanzada es la tecnología, lo importante para todos nosotros siguen siendo las personas. Nos aseguramos de reclutar para nuestro equipo a personas muy competentes como docentes. El secreto del éxito de la educación de Singapur son los maestros. Punto.

¿Qué tipo de estudiantes, de ciudadanos, está formando Singapur?

La idea es que tras 12 años de colegio cada estudiante se convierta en una persona que contribuya activamente a la sociedad, en un ser humano confiable, autónomo y un ciudadano preocupado. Un contribuyente activo piensa en los demás, comparte lo que tiene, siempre.

¿Y qué buscan en los docentes de Singapur?

Para nosotros, los maestros son como un diamante, piedras preciosas con ciertas características importantes: en el centro está la ética en la educación y alrededor, la capacidad de hacer aprendizaje colaborativo, de transformar y transformarse, de ser un líder y un gestor de la sociedad y un profesional competente. Estas son las características de nuestros profesores. Si consideramos que son una gema, los valoramos, los cuidamos y estamos pendientes de que brillen en todo momento.

¿Qué clase de docentes necesita un país como Colombia para transformar la educación?

Necesita a los mejores. En Singapur sufrimos un poco el tema de los docentes cuando la economía estaba ya bien, pues el sector privado pagaba más que el público, y los buenos profesores emigraban para allá; la calidad en el sector oficial bajaba y los sueldos de sus maestros, también. Había que romper ese círculo. El reto de que las personas mejor preparadas sean maestros no es solo nuestro, es mundial. Ante eso teníamos que ser sensibles políticamente hablando, y aunque eso es difícil económicamente, les subimos los salarios a los docentes. Al tiempo, construimos un currículo para que los profesores que no estuvieran en el nivel alto que queríamos pudieran desarrollarlo en las aulas, en un estándar esperado.

El incremento salarial fue para todos, incluidos los maestros que no estaban en un buen nivel…

Sí. A esos docentes en particular, el Ministerio de Educación les dio mucho apoyo en materia de capacitación y entrenamiento, mientras íbamos reclutando a las mejores personas. El salario se les subió a todos, porque no podía haber disparidades si prestaban el mismo servicio. Tomó cuatro o cinco años, más o menos, hasta que cambió también la mentalidad de las personas que hacían parte de ese sistema. Luego, los padres también entraron en esa onda de que si el docente es bueno, invierto, pago. Y solamente eso se produce por el éxito que se evidencia en puntos de referencia internacionales, como las pruebas Pisa.

¿Los papás pagan? ¿Es pública, privada o mixta la educación en su país?

Desde el primer grado hasta el 12, todos los colegios son públicos y financiados por el Estado, y tanto los profesores como los directivos docentes son seleccionados por el Gobierno. Los padres de familia sí pagan un aporte, solo porque queremos que sientan que se les da valor a lo que están recibiendo. Muchas veces, cuando las cosas son completamente gratuitas, la gente no les da el debido valor.

¿Cómo lograr que las prácticas de aula sean atractivas y motivadoras y no aburran a los estudiantes?

Eso no solo pasa solo en Colombia, también es un fenómeno global. Mientras los espacios de trabajo se han transformado y adecuado a los cambios del mundo, los salones de clase siguen siendo los mismos. En general, los profesores no sabemos qué hay afuera; y si eso pasa, pues sigo haciendo lo mismo todo el tiempo. Tiende a pensarse que si tengo un trabajo que funciona, ¿por qué cambiar? Hay que entender que si el mundo se ha transformado, tenemos que cambiar el modo en que enseñamos, el cómo.

¿Qué sugiere a los docentes?

Partir del hecho de que quien más debe trabajar en el aula no es el profesor, sino el estudiante; su función no es acaparar todo el conocimiento y dárselo digerido al alumno. A los niños hay que enseñarles a resolver problemas de manera creativa, distinto a como lo hacen las demás personas. Hay que motivar eso en la clase recurriendo a imágenes, fotos, tecnología, contarles algo y pedirles que lo interpreten…

¿Qué características debería buscar Colombia en aquellos que aspiran a convertir en docentes?

Dos cosas: pasión por los estudiantes y por enseñarles y valorar al ser humano, y pasión por la asignatura, por la disciplina que imparte. Eso debe sentirse para proyectarse. Ese par de cosas no se pueden enseñar. Se tienen o no se tienen.

¿Cómo motivar a miles de profesores que ya hacen parte del sistema educativo pero carecen de esas características?

Colombia ya está revisando currículos, textos y estándares de aprendizaje. Lo primero que hay que hacer es establecer esos estándares. Si tengo que llegar allá, algunos pueden ir corriendo y otros, no; hay que ayudarlos en ese proceso con recursos digitales, guías para profesores, textos, y enseñarles a enseñar con creatividad cada asignatura. Hacerlo tan sencillo que cualquier maestro pueda incorporarlo a su práctica de aula. Cuando el docente ve que va siendo exitoso, se motiva, confía en lo que es capaz de hacer. Hay que asegurarse de que hagan un entrenamiento exitoso.

¿Cree que Colombia va por buen camino?

En la última década, el acceso a la educación ha aumentado de manera significativa en Colombia, y eso es muy bueno; ahora hay que mejorar la calidad de ese acceso, y en eso trabaja el Ministerio de Educación, en materia de textos, currículos, estándares, evaluación continua y entrenamiento docente. Esa es la forma de avanzar. Una vez que se hayan establecido los estándares, es más fácil seguir en este proceso de mejoramiento. Colectivamente, todos los colombianos deben enfocarse en esa meta; sé que hay interés de la sociedad. La idea está. Es un buen punto de partida. Definitivamente, debe ser la prioridad. La economía, la cultura, la unidad de los ciudadanos dependen de la educación.

¿Algún mensaje para los maestros colombianos?

La educación es buscar la verdad, es un concepto socrático. Así es como los profesores debemos vernos. Tengo que sentir que soy un maestro, y no por cuánto me paguen o por las condiciones que me rodeen, sino por quién soy yo. Entender que la docencia está en mi ADN, que mi trabajo no es transmitir conocimientos sino abrir la mente de los niños y los jóvenes y moldear estos destinos que estoy formando en el aula. Si nos concebimos a nosotros mismos como docentes que somos, no necesitamos más arandelas para motivarnos. Eso lo ve la gente, eso lo respeta la gente.

SONIA PERILLA SANTAMARÍA
Subeditora VIDA

Fuente: http://www.eltiempo.com/estilo-de-vida/educacion/entrevista-con-mike-thiruman-presidente-del-sindicato-de-maestros-de-singapur/16706184

Imagen: www.eltiempo.com/contenido/estilo-de-vida/educacion/IMAGEN/IMAGEN-16706331-2.jpg

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Entrevista a Nuccio Ordine: “La escuela está cada vez más enfocada al mercado”

22 septiembre 2016/Por:Tiching /Fuente: blog.tiching

¿Qué importancia tiene la enseñanza en una sociedad que se guía por la política del beneficio?
La escuela y la universidad son elementos fundamentales para la construcción del futuro de un país. Pero por desgracia, la escuela y la universidad están cada vez más enfocadas a los mercados, es decir, se están convirtiendo en empresas que venden productos (diplomas) a determinados clientes (estudiantes). Personalmente pienso que esta lógica es destructiva.

¿Por qué lo cree?
La escuela tiene la obligación de hacer entender a los estudiantes que no deben ir al instituto únicamente para conseguir un diploma, ni a la universidad para tener una licenciatura. La escuela y la universidad nos permiten aprender y mejorar, pero el problema es que no le damos valor al estudio por sí mismo.

¿A qué se refiere?
No estamos formando a ciudadanos con cultura, libres y con capacidad de analizar críticamente la realidad. Por el contrario, estamos pidiendo a estudiantes de 12 y 13 años que elijan la profesión que quieren ejercer en el futuro, centrando su enseñanza en el trabajo y el salario, una clara renuncia a educar a hombres y mujeres libres.

¿Cuál es la consecuencia para la sociedad de que la escuela se convierta en un mercado?
El resultado está claro, las escuelas y las universidades están cada vez más valoradas en base a la lógica del mercado. Pondré un ejemplo práctico sobre mi país, Italia, donde las escuelas han sido abandonadas por el gobierno y a causa de los recortes, algunos institutos han llegado a firmar acuerdos con supermercados. Los institutos compran en estas superficies y, a cambio, se les proporciona unos vales con “regalos” como ordenadores o pizarras digitales. Una serie de objetos necesarios que el gobierno no les puede proporcionar.

¿Qué les estamos enseñando a los estudiantes con este tipo de acuerdos?
Les estamos educando para que sean clientes de grandes superficies y, en consecuencia, para que sean víctimas de la publicidad. Pero debería ser al revés, la escuela debería representar una forma de resistencia a la lógica del dinero. El colegio tendría que hacer entender a los jóvenes que la dignidad humana no se puede medir por el dinero que tenemos en la cuenta corriente, sino que lo más importante son los valores que podemos abrazar como la honestidad, el respecto a los demás, la tolerancia, el amor por el bien común o el respeto por la justicia. Estos valores desgraciadamente, hoy no son prioritarios.

En su opinión, ¿cuáles son los conocimientos que se deberían enseñar en las escuelas y que no se están priorizando?
Actualmente  todo aquello que no genera beneficio está considerado inútil. Las lenguas antiguas están desapareciendo de la enseñanza. Cada vez se abandona más el estudio del griego, el latín, la historia del arte, la literatura o la filosofía, en favor de disciplinas como la economía o el derecho, unas materias que tienen más gancho para el mundo laboral.

¿Cuáles son las consecuencias de este abandono?
Si renunciamos a la enseñanza de las materias humanísticas, perderemos nuestra identidad. Si no conocemos el pasado, no podemos entender el presente, y nos resultará muy difícil prever el futuro. No es casualidad que en el Olimpo de los Dioses, la Diosa de la memoria fuera la madre de las nueve musas, de todas las sabidurías.

¿Cree que materias como la filosofía se están enseñando de forma correcta en las escuelas?
Esta es una buena pregunta. El enfoque de la escuela actual está alejando a los jóvenes del saber debido a que ya no se leen los clásicos. Pienso que necesitamos empezar a enseñar a partir de los clásicos, ya que si están bien explicados, no sólo nos permiten comprender la realidad o el contexto en el que vivió el autor, sino que también nos proporcionan respuestas a preguntas actuales.

¿Cómo cree que los profesores pueden hacer entender a sus estudiantes la importancia de materias como la filosofía o la literatura?
Todas las reformas que en algunos países europeos se están implementando no tienen en cuenta que la buena escuela la hacen única y exclusivamente los buenos profesores. Si hemos estimado la literatura, la filosofía, la historia del arte o las matemáticas, no es por herencia biológica, sino porque hemos tenido la suerte de tener un buen profesor que nos ha hecho apreciarlas.

Por tanto, necesitamos profesores con pasión.
Sí, pero también profesores que sean estudiantes eternos. Si un docente no se recicla y no explica a los alumnos los clásicos con las competencias adecuadas, está claro que los estudiantes no podrán apreciar aquella disciplina. Un buen profesor es aquel que hace ver a sus alumnos que no deben estudiar para aprobar la asignatura o tener un diploma, sino para aprender a vivir y a entender mejor el mundo.

¿Cree que los gobiernos están dando suficiente importancia a la educación?
Cada año se reducen los fondos gubernamentales destinados a las universidades, las escuelas e investigaciones científicas. Los gobiernos se justifican diciendo que no hay dinero, que estamos en época de crisis, pero esto es falso. Los mandatarios están destinando mucho dinero a luchar especialmente contra la corrupción y la evasión fiscal. Si todos los ciudadanos fueran personas honradas que no se dejaran corromper y que pagaran sus impuestos, los gobiernos podrían financiar las escuelas y las universidades y fomentar la cultura en general.

¿Pero cómo se puede luchar contra la corrupción?
La corrupción no se vence únicamente aplicando leyes. Se combate reforzando la educación, formando las nuevas generaciones con valores como el bien común. Pero el sistema actual se contradice. Para solucionar el problema de la corrupción se tendrían que reforzar las escuelas y la universidad y, en cambio, lo que se hace es debilitarlas.

Internet ha aportado mucha información pero no necesariamente conocimiento. ¿Qué papel debería tener los docentes y la escuela en este contexto?
El tema de internet es muy importante. En Italia, mientras las instalaciones escolares se están cayendo, el gobierno ha invertido millones de euros en proporcionar nuevas tecnologías para la escuela digital. Pero es una visión completamente errónea del problema. La escuela moderna no enseña gracias a Internet sino gracias al trabajo de los buenos profesores. Internet está pensado para quien sabe, no para quien no sabe.

¿Qué opinión le merece la educación digital actual?
Considero que los jóvenes están recibiendo una educación muy enfocada al mundo virtual. La escuela debería ser un lugar donde se desintoxicaran, en la que se les pudiera proporcionar una visión alternativa. En cambio, lo que hacemos es alentar cada vez más a los estudiantes a usar las herramientas digitales olvidando que internet o los ordenadores son simplemente instrumentos.

¿Qué valores y conocimientos cree que debería recuperar la escuela?
Ha de recuperar su valor esencial: formar a seres humanos con cultura, a personas con capacidad para abrazar la solidaridad humana, de razonar con espíritu crítico. La escuela debería ser un gimnasio de resistencia a los valores falsos de la sociedad y al utilitarismo, para intentar hacer entender a los jóvenes que no todo se puede comprar y que el conocimiento no se adquiere con dinero. Se debe enseñar el valor del conocimiento y evitar formar personas acríticas que se creen cualquier argumento que el poder les ofrece.

Fuente: http://blog.tiching.com/nuccio-ordine-la-escuela-esta-cada-vez-mas-enfocada-al-mercado/

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“La educación es una inversión, no es un costo”

Perú / 21 de septiembre de 2016 / Por: Carlos Bessombes / Fuente: http://larepublica.pe/

Desde fines del año 2007, empresarios y empresas de todo tamaño, y de sectores como el minero, petrolero y energía, apuestan por la inversión en capacitar a maestros en el interior del país para mejorar el nivel de la educación. Morales precisa que no ven este tema como un gasto, sino más como inversión.

¿Qué fines persigue esta asociación?

La idea original fue apoyar al gobierno en la construcción de infraestructura y capacitar a los alumnos de cuarto y quinto de media, pero lamentablemente encontramos que solo el 13% de muchachos comprendían lo que leían y apenas el 2% comprendían las matemáticas.

¿Qué deciden entonces?

Decidimos cambiar, capacitar a los alumnos de segundo de primaria para que los chicos pudieran avanzar en la comprensión lectora desde esa edad. Entendimos que había un tema de capacitación de profesores y decidimos capacitar maestros con el currículo del Ministerio de Educación (Minedu). No hacemos nada paralelo al Minedu.

 ¿Cuánto han invertido hasta la fecha?

Trabajamos en 24 regiones del Perú y hemos realizado una inversión en educación (capacitaciones) de S/ 73,3 millones, y logramos capacitar a casi 89 mil docentes. Hemos impactado en más de 11 mil instituciones educativas, beneficiando a casi 1 millón 900 mil alumnos indirectamente.

¿Hoy cuál es la labor del ExE?

ExE articula y fomenta los esfuerzos del empresariado en materia educativa. Asimismo, diseña, promociona y ejecuta programas y proyectos que benefician no solo a alumnos, docentes y directores de escuelas públicas, sino también a comunidades necesitadas. ExE promueve sinergias entre las empresas, las organizaciones de la sociedad civil, educadores, gobierno locales y regionales y el Minedu.

¿Por qué las empresas privadas están comprometidas en este tema?

Creemos que esta es una inversión, no un costo. Creemos que si apoyamos el crecimiento de las personas como tal, el país va a crecer y vamos a tener gente más capacitada. Lo bueno que aquí se involucra el Estado, el gobierno regional, la municipalidad local, los empresarios, los padres de familia. No hacemos nada solos, todos nuestros proyectos son involucrando a la comunidad porque creemos que la educación es un tema de todos. Si no hay educación, el país no va a progresar. El precio de los metales puede estar arriba o lo que quieras; pero si no se invierte ese dinero en educación, el país no va a dar el salto cualitativo que estamos todos buscando.

¿Cuáles son los principales programas que impulsan?

Tenemos el programa «Leer para crecer», el cual capacita a los docentes de educación inicial y primaria para que mejoren sus métodos de enseñanza y logren despertar el interés de los niños por la lectura. También tenemos el programa «Aprender para crecer», que capacita a los docentes para que mejoren el proceso de enseñanza de letras, matemáticas, ciencia y ambiente. Además, capacita a los directores en gestión institucional.

Coméntenos del programa de inclusión digital…

Este programa capacita a los docentes en el uso de las herramientas tecnológicas para que las incorporen en las clases. Entre el 2008 y el 2015 se capacitó a 84.031 docentes a nivel nacional con este programa, mientras que hubo 9.833 escuelas intervenidas en 23 regiones del Perú y tuvo a 26 empresas comprometidas.

¿Consideran que están generando un cambio en la educación?

En el lapso de 10 años, nosotros estamos en las regiones donde creemos que hay más carencias. Este no es un tema del Minedu, todos tenemos que estar involucrados en la educación. Coincidimos con el ministro de Educación, Jaime Saavedra, en que los colegios públicos sean tan buenos o mejores que los privados.❧

Fuente: http://larepublica.pe/impresa/economia/804519-la-educacion-es-una-inversion-no-es-un-costo

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Entrevista: “El nuevo escepticismo, o ‘escepticismo científico’, duda ante las afirmaciones pero se detiene en la roca dura de la evidencia científica.”

Entrevista a Angelo Fasce sobre el Congreso de Pensamiento crítico y Divulgación Científica

Por: Salvador López Arnal

Papeles de relaciones ecosociales y del cambio global

Papeles de relaciones ecosociales y del cambio global Angelo Fasce fue el coordinador de la comisión de organización del congreso de Pensamiento crítico.

Nos habíamos quedado en los negocios. ¿Negocio millonario? ¿Y qué empresas y empresarios están detrás de ese negocio?

El ejemplo paradigmático es Boiron, una multinacional de origen francés que es la que promueve y produce industrialmente homeopatía. Boiron se encarga de la difusión masiva e internacional de sus productos fraudulentos, y ha llegado a comprar cátedras universitarias. Como esta empresa hay otras, cada cual especializada en diversas pseudociencias. Cuando uno se mete dentro de ese negocio se da cuenta de que está todo muy bien organizado. Mucho más de lo que aparenta. No son pequeños iluminados que abren un centro, sino que se apoyan entre ellos y a veces funcionan casi como franquicias. Nunca verás a un acupuntor criticar a un quiropráctico o a un constelador familiar, porque están todos metidos en el mismo negocio.

Copio una parte de la información que me ha llegado de la organización del encuentro. El congreso “tiene un marcado carácter transversal, fomentando los intercambios entre diversos campos, como son la filosofía, la ciencia o el periodismo, e incorporando a editoriales y asociaciones de divulgación y pensamiento escéptico”. ¿Qué es eso del pensamiento escéptico? ¿Es lo mismo que el pensamiento crítico?

El pensamiento escéptico es como ha venido a denominarse al pensamiento crítico en los últimos años. No hay que confundirlo con el escepticismo clásico, que dudaba de todo de forma metódica y radical. El nuevo escepticismo, o ‘escepticismo científico’, duda ante las afirmaciones pero se detiene en la roca dura de la evidencia científica. La comunidad de pensadores escépticos está conformada tanto por científicos como por ciudadanos de a pie, y han desempeñado en estos años una labor realmente encomiable de feroz guerrilla contra la superchería y la pseudociencia. En nuestro país, al igual que en el resto de Europa, hay varias organizaciones muy grandes que se acercan a la gente por medios muy interesantes y cercanos (blogs, charlas en locales de ocio, centros de salud o colegios, iniciativas judiciales, etc.).

Es absolutamente imprescindible incorporarlos a un congreso como este y que la comunidad universitaria se vuelque con ellos, aprenda de su experiencia y ponga de relevancia su labor. Muchas veces son ellos los que tienen que enseñar al profesor o al catedrático cómo se han de hacer las cosas y cómo se llega a la gente, y el mundo académico puede enriquecer su labor a nivel técnico.

¿Existe en España filosofía interesada en la ciencia que tenga importancia y solidez?

Acabo de mencionar a los pensadores escépticos. Si se mira con detalle la labor que llevan a cabo uno se da cuenta de que son ellos los que están haciendo lo que la filosofía de la ciencia debería hacer. De hecho, ellos hacen lo que la filosofía de la ciencia hizo durante muchos años: mantener en vereda a la ciencia y luchar contra los fraudes pseudocientíficos. Eso hacían autores como Carnap, Popper, Lakatos, Grünbaum, Bunge y muchos otros. Pero, en algún momento entre el giro histórico, el estructuralismo, la hipertrofia en la atención a los modelos y al realismo, o planteamientos postmodernos como el programa fuerte de la sociología de la ciencia o algunos tipos de CTS, hemos perdido el norte respecto al problema de la pseudociencia, que es, al fin y al cabo, el problema de la naturaleza misma de la ciencia. Sin embargo, esta es nuestra responsabilidad social y no debemos perderla de vista nunca.

Dentro de la filosofía de la ciencia aún hay iniciativas muy interesantes. Ahí está la reciente compilación de Pigliucci y Boudry, el trabajo de autores vinculados al giro cognitivo como Thagard o Goldman; demarcacionistas actuales como Van Fraassen, Bunge, Ladyman o Hansson; o trabajos de relevancia filosófica e histórica como los de Braeckman o Nickles. La llama de este tipo de filosofía de la ciencia no se ha apagado, pese a las grandilocuencias de Laudan y de otros autores. Mantener la filosofía de la ciencia en las nubes de la completa abstracción y en el aislamiento respecto a la ciencia, donde está instalada hoy en día, sólo abocará a su paulatina desaparición como campo de estudio. Para bien o para mal, hay autores como Gordin, Sokal o el propio Dawkins que hacen filosofía de la ciencia más sólida y útil que la mayoría de filosofos de la ciencia profesionales.

Como cualquiera podrá apreciar, la gente a la que cito es toda del ámbito anglosajón, donde los grandes centros de investigación científica tienen departamentos de filosofía de la ciencia muy activos. La explicación es sencilla, y es que en el mundo hispanohablante la situación es desoladora. Hay pocos autores de relevancia en España e hispanoamérica realmente interesados por la ciencia y por hacer que la filosofía de la ciencia tenga utilidad real. La mayoría prefieren continuar aislados y enfrascados en los clásicos problemas y debates de salón. El problema, además, es estructural: los autores jóvenes interesados en este tipo de filosofía de la ciencia tienen la entrada a las facultades más complicada que aquellos que siguen en las nubes y en los círculos endogámicos de publicaciones. Sería interesante que este congreso sacara a relucir la potencia de esta forma de entender la filosofía de la ciencia, todos los puentes por construir y el ingente trabajo intelectual y social por hacer. En España también puede tener lugar. No hay nada especial en el mundo anglosajón, sólo las ganas de hacer las cosas.

Algunas preguntas sobre lo que acabas de apuntar. Hablabas del programa fuerte de la sociología de la ciencia. ¿Qué programa es ese? ¿Por qué es un programa postmoderno?

Me refiero a lo que ha venido a llamarse ‘Escuela de Edimburgo’, con el añadido de autores como Latour. El programa fuerte predica que para entender el contenido mismo de las teorías científicas, incluido su éxito y su aceptación social, lo primordial es el análisis sociológico. Se trata de una visión profundamente constructivista y relativista del conocimiento científico. Genética mendeliana y lysenkismo están al mismo nivel: una es una creación social de la Inglaterra victoriana y la otra un producto del régimen soviético. Nada más. Las evidencias, la capacidad explicativa o predictiva quedan totalmente de lado en su análisis, porque, se supone, son construidas por los científicos. Digo que se relaciona directamente con la postmodernidad porque está íntimamente relacionada con los principales lineamientos de este, por llamarlo de alguna manera, ‘movimiento’. Rorty, por ejemplo, es un autor muy influyente en ellos.

¿Qué es eso del CTS? ¿Ciencia, Tecnología, Sociedad? ¿Qué autores, que corrientes filosóficas están detrás de esas siglas?

Si, son los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad. Estos estudios son muy interesantes cuando están bien hechos y no se extralimitan ideológicamente. Se trata de analizar los condicionantes y las implicaciones sociales y políticas en la tarea científica. El problema de la CTS es que se ha terminado convirtiendo en un coladero de posmodernidad, relativismo y sociologismo, que han acabado desvirtuando un campo de prometía ser más interesante de lo que es. Tengo la intuición de que todo comenzó a ir mal a raíz de la lectura radical de Kuhn y de la hipertrofia del alcance de su concepto de gestalt .

No es mi intención criticar toda la CTS, hay estudios muy serios y gente muy válida en el campo. Antes, durante los 70′ y 80′ era un campo muy interesante con aportaciones de relevancia respecto a las relaciones entre la ciencia, la sociedad y la política. Pero hoy en día la perspectiva del programa fuerte, la visión de la actividad científica de Woolgar o los desarrollos típicamente posmodernos de Latour han ido ganando terreno. En la CTS actual uno puede encontrarse una fervorosa actitud anticientífica, lo cual podría estar bien si dicha actitud estuviera bien fundamentada en lugar de emanar de posiciones puramente ideológicas.

Aparte del mundo anglosajón, ¿no habría que considerar otros mundos que también están en éste? Pienso, por ejemplo, en alguien tan francés, pero tan analítico y científico como Jacques Bouveresse. ¿No merece reconocimiento su obra al hablar de estos temas?

La obra de Bouveresse es muy interesante, pero está bastante aislado en Francia, donde es prácticamente una anomalía. Efectivamente, en todos los contextos podemos encontrar ese tipo de filósofo, ya sea en el alemán, el argentino, el italiano o el sueco. Pero me he referido al contexto anglosajón porque es el más floreciente y activo respecto a la filosofía de la ciencia demarcacionista y con estrechas relaciones con la práctica científica.

No he dicho que Bouveresse no merezca reconocimiento, y como él, muchos otros. Simplemente me he centrado en el espacio más potente.

En cuanto a España, ¿no eres un pelín injusto? Te cito algunos nombres: que me vienen a la mente en estos momentos Jesús Mosterín, Antoni Domènech, Andoni Ibarra, Gustau Muñoz, Luis Vega Reñón, Manuel García-Carpintero, por no hablar de la importante tradición epistemológica de tu propia Universidad, la de Valencia

No creo estar siendo especialmente injusto. Esos nombres que me has dado son de filósofos muy respetados, con aportaciones interesantes, pero casi todos nacidos entre los años 50′ y 60′. Hoy en día muchos de ellos ya superan los 70 años y su actividad es bastante baja. No ha habido un relevo generacional. Además, algunos de ellos son más bien filósofos analíticos, que no es lo mismo que ser filósofo de la ciencia. Sin querer dejar de lado las aportaciones de García-Carpintero o de Luis Vega (quien, por cierto, será uno de los ponentes del congreso), salvo Mosterín, ninguno de ellos está realmente vinculado con la práctica real de la ciencia. Muchos se centran en cuestiones generales de teoría de la argumentación, en problemas de salón como cierta filosofía de la mente, o en desarrollos de la metateoría estructuralista ya bastante dejados de lado.

Con esa filosofía de la ciencia es muy complicado establecer puentes y generar sinergias con la comunidad científica. Necesitamos a gente joven con planteamientos nuevos porque hay caminos que se han ido agotando en las últimas décadas. La filosofía general de la ciencia ha de comenzar a ser más empírica y práctica, y para hacer filosofía especial de la ciencia (de la psicología, de la biología, de la física), es necesario tener conocimientos sólidos de esos campos. El filósofo de la ciencia del siglo XXI tiene que salir de las facultades de filosofía y comenzar a visitar otras.

Ya lo hacen muchos según creo. Sobre los problemas de salón no digo nada. En cuanto al periodismo científico, ¿dónde practicarlo por ejemplo? ¿En diarios, en televisiones, en revistas?

Entiendo que te refieres a dónde debería tener lugar la divulgación de la ciencia.

Sí, sí, a eso me refiero.

Todos los formatos son buenos, pero cada cual tiene su propio lenguaje y hay que saber manejarlo. Una cosa importante de la divulgación es que no es un show. Muchas veces se entiende por divulgar hacer explotar cosas, líquidos cambiando de color y demás, como si fuera un show de magia. Eso está bien para los niños, pero la divulgación ha de ser mucho más. Se ha de poner de relevancia las implicaciones que tienen los descubrimientos científicos en la vida diaria de la gente, en las cosas que les afectan, incluidas cuestiones de índole filosófico como el sentido de la vida o en cosas serias como las enfermedades. La divulgación no tiene que ser, necesariamente, divertida. Lo que sí tiene que ser es entretenida y cercana.

Los periodistas científicos hacen una labor muy importante, pero en el caso español la cosa puede mejorar bastante. A veces los artículos de ciencia de los grandes diarios se basan en divulgar cosas peregrinas o pseudocientíficas que seleccionan según el interés del lector medio. Otras veces son bastante aburridos y se limitan a exponer una serie de datos y poco más. Hay que mejorar mucho eso, porque es un gran déficit social español. La mayoría de la gente saca los datos científicos que sabe de programas como Cuarto Milenio o de los experimentos de El Hormiguero, y eso, en una sociedad que aspira a lo que nosotros aspiramos, no puede ser.

¿Tienes en mente algún ejemplo de estos artículos que acabas de señalar? Por ejemplo, y en sentido contrario, no parece que Javier Sampedro sea un mal divulgador científico

Tengo muchos en mente. El tratamiento que se dio hace poco a toda la polémica de la carne roja fue en ocasiones bastante deficiente. También son típicos los titulares sensacionalistas como: ‘Stephen Hawking afirma que los agujeros negros no existen’ o ‘La cura para el cáncer ya está aquí’. Al final resulta que van a comentar una puntualización introducida por Hawking respecto a las características de los límites de los agujeros negros, o van a comentar un ensayo en modelos animales de un nuevo planteamiento terapéutico que aún está muy verde. Luego están los que no son capaces de reconocer ciencia y pseudociencia, que también abundan.

Javier Sampedro es un gran divulgador, ¿alguien ha dicho lo contrario?

Nadie, nadie, yo sólo recordaba su trabajo. Junto a la ponencias, me baso de nuevo en la información sobre el congreso, “a cargo de un panel de invitados de excepción, se presentarán varias asociaciones de divulgación y defensa de los derechos de los consumidores, se leerá un manifiesto contra las pseudoterapias, se realizará una exposición artística y habrá un mercado de libros de divulgación científica y pensamiento crítico”. ¿Qué invitados de excepción serán esos?

Estamos muy orgullosos del panel de ponentes que tenemos. Nos están todos los que podrían estar (el evento sólo dura dos días), pero creemos que la selección es más que interesante. Los ponentes serán Luis Alfonso Gámez, Ramón Nogueras, Luis Vega, J.M. Mulet, Fernando Cervera, Jesús Alcolea y Fernando Frías, a los que acompañarán para abrir y cerrar el acto Johan Braeckman (de la Universidad de Gante) y Sven Ove Hansson (del Real Instituto de Tecnología de Suecia), que son un auténtico lujo. Todos ellos son autores muy destacados en la divulgación y en el tema de la pseudociencia, y dan al evento una enorme diversidad de puntos de vista.

Habláis también de derechos de los consumidores. ¿Qué derechos son esos?

En el contexto sanitario, la gente tiene derecho a no ser engañada respecto a la efectividad de la terapia que va a recibir. Tiene derecho a recibir el mejor trato sanitario que sea posible y a ser defendida contra las pseudoterapias. También está el derecho de los alumnos a recibir una educación de calidad, que les permita sostener creencias funcionales basadas en la evidencia. Todo eso está en los códigos deontológicos de científicos y educadores. Está también en el código penal y hasta en la constitución.

Es sorprendente que se defiendan más los derechos de los compradores de productos de la teletienda o de agencias de viajes, que los de los usuarios de terapias o los de alumnos de colegios y universidades.

Pseudoterapias… ¿En qué estáis pensando?

Una pseudoterapia es todo acto médico que se dice terapéutico sin tener evidencia a su favor. El problema de la pseudoterapias es un auténtico escándalo. Los que las ofertan se aprovechan de una serie de vacíos legales y de la pasividad de las instituciones públicas que deberían velar por el tema. Hay muchos ejemplos de pseudoterapias, tanto en medicina como en psicología. Antes he dicho algunas, y para una lista más exhaustiva se puede consultar la web de la APETP (Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas). Una asociación que, por cierto, leerá un manifiesto contra las pseudoterapias durante el congreso.

Gracias, muchas gracias. Lo dejamos aquí si te parece.

Fuente: Papeles de relaciones ecosociales y del cambio global, n.º 133, primavera de 2016, pp. 129-140

Fuente de la imagen: http://conceptodefinicion.de/escepticismo-cientifico/

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Entrevista a Joaquín Miras Albarrán sobre «Praxis política y estado republicano. Crítica del republicanismo liberal»

“Las cosmovisiones, laicas o religiosas, las filosofías, no son resultado del engaño elaborado externamente por instituciones o por impostores intelectuales para engañar y dominar”

Salvador López Arnal

Entre otras muchas cosas, algunas de ellas recordadas y comentadas en anteriores conversaciones, Joaquín Miras Albarrán es miembro-fundador de Espai Marx y autor de Repensar la política y Praxis política y estado republicano.

-Estábamos tratando en el tema de la Wissenchaft hegeliana.

-Allí estábamos. Pues, como es lógico según lo dicho, tampoco la ciencia positiva, para Hegel, sirve para pronosticar el futuro y orientar la praxis creadora del nuevo hacer; sólo sirve para explicar lo que hay. No solamente la filosofía no pronostica, tampoco la ciencia. En su obra manual para estudiantes, Enciclopedia de las ciencias filosóficas, espléndidamente traducida por Ramón Valls, al comienzo de la misma, en esa primera parte denominada “pequeña lógica”, Hegel escribe otro de sus chistes.

-¿Un chiste hegeliano?

-Sí. Esta vez, sobre las ciencias positivas. Los lectores de Hegel saben de esta característica literaria del autor; en la Fenomenología, por ejemplo, no solo está el chiste sobre la frenología sino también, al menos y que yo recuerde, un par más. El chiste sobre las ciencias es divertido y bien traído.

-¿Nos lo explicas?

-Dice Hegel que las ciencias bromatológicas –no emplea este término; no recuerdo ahora cuál es el que emplea- estudian la alimentación humana, y que la fisiología de la respiración pulmonar, estudia cómo se ejecuta la respiración humana. Pero que si el ser humano hubiera debido esperar a la aparición de estas ciencias para aprender a comer y a respirar, estas ciencias serían tan interesantes como inútiles, porque el ser humano no hubiera existido. La razón práctica va siempre por delante y es la creadora, la creativa.

-No está mal. En el principio fue la praxis.

-Creo conveniente explicar esto, al referirme a la noción wissenschaft de Hegel, para que podamos entender lo arropado que está Marx a la hora de reflexionar sobre la especificidad de la tarea de la ciencia dentro de su filosofar. Arropado por todo lo que, al respecto, le entrega una reflexión previa elaborada ya, desde Aristóteles a Hegel, y que le evita caer en el positivismo comteano, y, a la par, le da distancia crítica respecto del criticismo ilustrado, sin que renuncie por ello a la tarea de la crítica. Recordemos que para los ilustrados la razón teórica, el filósofo, ejerce una crítica que es la que modifica la realidad. Así, por ejemplo, Kant explica que el uso público de la razón teórica es la fuerza que cambia el pensar –los dogmas del símbolo religioso propio, por ejemplo- y, en consecuencia, esto cambia el vivir.

Hablas de “¿Qué es la ilustración?”

-De eso hablo. Creo por ello que la ciencia en Marx tiene como finalidad criticar el pensamiento teórico que el enemigo elabora para legitimar su obra, y además, para criticar la realidad social creada por la actividad social del enemigo, con lo que trata de amonestarnos a la actividad práctica en contra del enemigo de clase.

Trataré de decir, después, algo sobre la diferencia que hay entre Hegel y Aristóteles en relación con la praxeología y sobre la opción de Marx.

De acuerdo. El Capital, por ejemplo, la crítica de la economía política, ¿es una obra científica, aunque no sea tan sólo una obra científica, con finalidades político-filosóficas?

-Yo diría que El Capital es una obra de filosofía en primer lugar. En la cual se integra una extensa, creativa y muy potente investigación científica elaborada por Marx. Marx hace en ella aportaciones a diversas disciplinas científicas, sintetizadas, luego, unitariamente en su trabajo filosófico: economía, sociología, historiografía,… Y, dentro de estas aportaciones, la investigación económica, elaborada por el propio autor, es la más extensa y potente.

Toda la nueva generación de estudios sobre esta obra de Marx – no sé, pues, Enrique Dussel, Fred Moseley, Patrik Murray,…-, estudiosos que han dispuesto de la totalidad de los textos de los cuadernos en los que Marx redacta cuatro veces El Capital –en su edición nueva en alemán, El Capital consta de 16 tomos dobles- insiste precisamente en la importancia que posee La Ciencia de la Lógica de Hegel en El Capital de Marx.

-Sacristán también habló de ello en el primer artículo que antes citabas, el de 1978: “El trabajo científico de Marx y su noción de ciencia”.

-Sí, ya recuerdo. Marx se inspira en esa obra para elaborar el esquema argumental del libro. También para crear, para construir, las categorías teóricas, Marx adopta categorías de la obra de Hegel y las modifica o adapta conscientemente cuando lo considera conveniente. Pero la Lógica de Hegel es una filosofía ontológica, una ontología. Es una obra en la que Hegel estudia las características constitutivas del “espíritu” o “logos”, de la razón práctica creadora, esto es, el ser humano, un ser comunitario que carece de naturaleza fija. Un ser que, por ello, para poder existir, debe objetivarse o ponerse como mundo, debe auto crearse. Y para ello debe crear el saber hacer que constituye el ethos –sittlichkeit- o cultura material y ponerlo en obra mediante la praxis. La propia creación del saber hacer mediante el que los individuos promoverán su actividad, forma parte de esta creación de cultura material. Un ethos que produce el “fuera humano”, su mundo social, su mundo material de objetos; y que produce a la par su “dentro”, produce al sujeto, cuyas características son cambiantes: su antropología, sus necesidades, y su forma de auto concebirse, su consciencia social, que es “fenomenológica”. El mundo interno no es reflejo o reproducción pasiva de lo que hay en la realidad. El mundo interno humano, la consciencia, posee el saber hacer sin cuya actividad el mundo externo no existe. Aunque el mundo externo creado por nuestra actividad común, a partir de la puesta en obra de nuestro saber, genere dinámicas insospechadas, que, el sujeto incluso no sabe explicar, o quedan en sombra. A nuestra vez, los individuos, al apropiarnos del saber hacer y ponerlo en obra, debido a la experiencia que eso acarrea, tomamos consciencia de este mundo creado por nosotros, y de esta interioridad que nos constituye. Lo hacemos experiencialmente, recalco la idea.

-Sí, sí, has insistido en ello varia veces.

-Sobre la experiencia que nos generan ambos ámbitos, el externo y el interno, que son, ambos, producción o creación nuestra, y sobre su relación. Sobre esa experiencia, elaboramos ese saber segundo inherente a todo ser humano. Lo hacemos desde nuestra autoconsciencia, que es también ella construcción social resultante de la forma en que los demás se dirigen a nosotros individualmente y nos interpelan de forma específica, individualizada, con expectativas singulares respecto de nosotros. La autoconsciencia elabora a partir del saber segundo, experiencial, nuestra opinión sobre el mundo que creamos. Si lo consideramos natural o inamovible, si lo consideramos aceptable inaceptable, posible o imposible de cambiar: todo esto depende de este nivel de la autoconsciencia nuestra sobre nuestro hacer y vivir activos en común. Los contenidos de la consciencia –el saber hacer o ethos, más la experiencia generada-, sobre los que reflexionamos –autoconsciencia-, son los que nos permiten crear el mundo. Las expectativas que teníamos al actuar pueden no coincidir con el mundo producido, etc. Pero la consciencia no es pasiva; es la que posee y pone en obra el saber hacer creador, es la que genera la actividad. En la medida en que no tenemos recursos para cambiar el mundo existente, cambiando nuestra forma de hacer, nuestra actividad, por carencia de organización para ello, por ejemplo, a su vez, la autoconsciencia, o nivel de reflexión nuestro sobre nuestra experiencia, puede registrar esto adecuadamente, e incluso puede generalizarlo, elaborar la experiencia de impotencia y deducir que este mundo es inmodificable. La consciencia es activa, creadora. La autoconsciencia reflexiona sobre la propia experiencia, y es ella la que a su vez, puede dar lugar a las filosofías, a las religiones, las ideologías.

-Cosmovisiones, concepciones del mundo…

-Las mismas formas generales que adoptan las visiones del mundo surgen como consecuencia de ella: las visiones del mundo religiosas, y las laicas que surgen con el mundo moderno. Las cosmovisiones, laicas o religiosas, las filosofías, no son resultado del engaño elaborado externamente por instituciones o por impostores intelectuales para engañar y dominar.

Este es el resumen del trabajo de Hegel, en el que se inspira Marx. La elaboración de Marx se desarrolla también ese doble plano o doble vuelta. Como en Hegel, la actividad del espíritu es doble, la praxis o capacidad de auto creación, crea el saber hacer, que está en la mente de los sujetos, sin cuya existencia no hay actividad objetiva, ni subjetividad humana. Por ello, en esta obra de Marx, toda explicación de un fenómeno social concreto, histórico, es también “doble”.

-¿Doble?

-Como para Hegel, toda realidad humana exige doble explicación, a la par como mundo material objetivado y como elemento del mundo de consciencia del sujeto en comunidad, que es el que opera la actividad. En “última instancia”, el elemento determinante es el sujeto activo. Pero este tipo de explicación totalizadora, que explica el mundo objetivo humano y explica el mundo subjetivo humano, ambos interrelacionados y constitutivos de una totalidad, abarca ámbitos intelectuales de múltiples ciencias. Elabora explicación que no pertenece a ninguna de ellas. Esta síntesis es filosofía, ontología.

Lo que Marx nos explica en El Capital, siguiendo este esquema, es que la actividad productiva, organizada según un saber hacer que incluye unas determinadas relaciones sociales históricas, las capitalistas, produce el mundo objetivo, material, que es objetivación o resultado de esa actividad. Y, a la vez, produce la manera subjetiva, “fenoménica”, la “forma” en que la propia experiencia de la consciencia, mediada, también, por esa nueva organización histórica de relaciones sociales, percibe antropomórficamente, experimenta, concibe el mundo creado por su actividad: actividad que crea o produce tanto el mundo externo como la experiencia interna: como relaciones entre cosas que poseen valor.

En El Capital, Marx nos explica que la “mercancía” es la “forma” “fenoménica” en que se presenta esa realidad al sujeto; es el mundo “fenoménico”. Con ello, y mediante este término hegeliano, nos está explicando que ese es el modo de percibir el mundo, que tenemos los individuos: el modo de aferrar y poseer el saber hacer mediante el que nos ponemos a hacer y creamos el mundo. También el término “forma” hace referencia a los “fenoménico”. Sin comprender la noción “mercancía” y aplicárnosla a nosotros mismos y a nuestro hacer, no seríamos capaces de asalariarnos, de saber cómo vendernos por contrato; la noción de “mercancía” es práxica, activa, forma parte del ethos, no es mera explicación ideológica. Y aún menos, simple cos. Por ello Marx la considera “fenoménica” y “forma”.

-Es decir…

-Es decir, en Marx, el obrero acude al “mercado”, ámbito fenoménico, que oculta la verdadera realidad del capital, y allí, libremente, conscientemente, entra en relación con al capitalista, antes de que ambos, uno delante y otro detrás –esto es El Capital, como sabe el lector- se dirijan a la fábrica. Pero eso no resulta posible sin que la noción de “mercancía” constituya conscientemente parte de la autocomprensión del obrero sobre sí mismo y sobre su hacer. El obrero se vende conscientemente porque se considera mercancía; “mercancía” es un saber práctico que está en la subjetividad, en la consciencia, sin lo cual, no existiría, porque se refiere y aplica a la actividad humanan y a sus productos. Esta noción práxica resulta imprescindible para que sepamos orientar conscientemente nuestra actividad, y sin esa noción no es posible la reproducción del mundo existente. Pero que es “fenoménica”, quiere decir también que si bien es verdad, si bien es realidad –creada por nosotros, como lo es todo lo humano-, no da cuenta de la “totalidad” de la realidad –creada por nosotros-; no da cuenta de la “esencia” del capital, que permanece comprendida solo a medias. Nos explica Marx cómo el trabajador, una vez se ha auto considerado a sí mismo como mercancía y ha realizado libremente el acto contractual de venderse, y es adquirido por el capitalista, se ve obligado a seguirle a la fábrica, fuera del alcance de nuestros ojos y allí se revela la totalidad de la realidad, la explotación, el infierno de Dante, donde se crea el valor y el plusvalor, por entero fruto de la fuerza creativa, práxica, de trabajo, etc. Este tipo de explicación es fulgurante, nos explica la realidad, nos explica a nosotros mismos. Pero no es propia de los libros de economía.

-Es filosófica, hegeliana.

-Exacto. Dejo este asunto que ha sido muy explicado, si bien no se suele recordar que estamos utilizando el esquema heurístico hegeliano del “doble nivel de explicación”, hacia afuera y hacia adentro. Todo este tipo de explicaciones, muy potentes, dan cuenta de la creación del mundo como consecuencia de la acción consciente de los individuos, y explican la formación de la consciencia como resultado de la propia acción, no como resultado de la “comedura de coco”, de la “ideología”: del gran hermano, de la religión, de la televisión, del panóptico, del discurso, o de lo que sea. Son explicaciones que desbordan cada ciencia en particular porque explican la realidad social como totalidad, no reductivamente. Y como historicidad, como realidad “momentánea” que surge y que fenecerá. Todo ello desborda a cada una de las diversas ciencias sobre las que trabaja Marx para fundamentar críticamente su filosofía.

Me detengo sobre el asunto de la filosofía.

-Adelante si así te parece.

-Pongo un ejemplo, que a mí me llama mucho la atención, en relación precisamente con la “mercancía”. El primer capítulo de El Capital, por ejemplo, que es sobre la “mercancía”, incluye una noción teórica singular: el “despliegue de la mercancía”; “despliegue”. Esta es una noción que le permite a Marx historizar el capital, y plantear ya de inicio que el mercado, eso que denominamos mercado ahora, y que es constitutivo del mundo del capital, se “despliega”.

-¿Y eso qué es?

-El mercado se desarrolla de la mano y, a la par, bajo el impulso del capital, no antes. Marx nos explica que el valor de la mercancía es objetivo, depende de algo, de una substancia que es real, material. Y cuando el valor de la mercancía pasa a ser lo que mide toda relación social humana, todo intercambio entre humanos, es porque toda la sociedad ha quedado sometida, en todos sus niveles, sin excluir ninguno, a la relación de mercancía; la relación de intercambio de mercancías medidas por el tiempo de trabajo “… por ser mera “existencia social” únicamente puede quedar expresada por la relación social omnilateral entre las mismas; la forma valor de las mercancías tiene que ser una forma social vigente”. Son páginas y páginas, destinadas a desfetichizar -el “fetiche” es “fenoménico”-, a explicar lo que en los tratados de economía aparece como una propiedad inherente de las cosas, o como un hecho dado que no requiere de explicación, o se recorta y se ignora, por no ser parte de la disciplina. Marx nos explica que es algo que surge de la relación entre personas, de una determinada forma de organizar la relación entre personas, y entre éstas y las cosas, los medios de producción: que es consecuencia de unas relaciones sociales de producción, tal como he tratado de explicar.

El “despliegue” de la mercancía, su universalización, la fuerza que tiene de convertir todo en mercancía, de lograr que toda la actividad productiva sea para la venta: eso es lo que posibilita que toda actividad productiva se enfrente con las demás como mercancía, para ser cambiada –ahí, en ese capítulo, no se nos dice de dónde le viene esa capacidad-. Pero esto es una reflexión poco “economística”.

La explicación concreta, histórica, del origen de la génesis de estas relaciones, es dejada por Marx en el aire, como intriga, como en una buena novela policíaca, hasta el final del libro. El origen de todo esto, el origen del “despliegue de la mercancía”, no se nos explica sino en el penúltimo capítulo de la obra, el 24, y en su micro apéndice, el capítulo 25 y último, donde se nos dice que es mentira que el capital fomente la propiedad privada a partir del trabajo, sino que la destruye. Es ahí cuando nos explica “cómo ha podido a llegar a darse todo eso”. La noción de “despliegue” es una noción muy potente, pero muy poco “economística». Yo no se la he visto usar a ningún economista no marxista –y a pocos marxistas-.

-Que es una noción filosófica propiamente

Es una noción filosófica que procede, también, de Hegel, y que le sirve a Hegel, como a Marx, para pensar la razón práctica, el pensamiento que orienta la acción y genera el ethos o cultura material de vida…

-Te interrumpo. Si te parece, continuamos en este punto.

-De acuerdo, como quieras.

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