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«Hay que empezar de nuevo» Entrevista con Boaventura de Sousa Santos

Uruguay/23 junio 2016/Autor: Diego León Perez y Gabriel Delacoste/Fuente: la diaria

Entrevista a Boaventura de Sousa Santos

Boaventura de Sousa Santos es sociólogo y docente en la Universidad de Coimbra, en Portugal, y en la de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos. Su trabajo busca producir un conocimiento que respete e incorpore los creados en las luchas populares y les sea útil. Ha escrito sobre América Latina, los problemas de la izquierda contemporánea y los procesos constituyentes y es un referente del Foro Social Mundial y de la Universidad Popular de los Movimientos Sociales. El 16 de abril dictó una charla en la Facultad de Ciencias Sociales, ocasión que se aprovechó para hacer esta entrevista.

¿Cómo ves la situación en Brasil después de la votación del juicio político a Dilma Rousseff?

-En el momento en que te hablo no sabemos qué va a pasar, pero de todos modos me parece que va a haber un período bastante turbulento políticamente. El impeachment es claramente un acto que configura un golpe parlamentario, sobre todo porque no se ha demostrado la presunta responsabilidad en crímenes que lo justificaría. Pero también por razones políticas, en la medida en que quizá la presidenta Dilma Rousseff es la política menos corrupta de América Latina, y va a ser impedida por un conjunto de los más corruptos de América Latina. Eso es grave para la democracia de Brasil y es grave para el continente. Entonces, me parece que lo que está en juego en este momento es una normalidad democrática.

Si se da el impeachment, va a tener algunas consecuencias. Obviamente, la polarización social en Brasil en este momento es muy alta, y pienso que ni los movimientos sociales, ni los ciudadanos, ni las clases populares van a aceptar este acto, sobre todo porque de él resultaría un gobierno liderado por un partido [el Partido del Movimiento Democrático Brasileño] que es conocido por ser uno de los más corruptos de la historia de Brasil. Y, por otro lado, porque probablemente el fenómeno más importante que está por detrás de todo esto es la operación Lava Jato, o sea, la gran investigación contra la corrupción, que quizá vaya a ser cancelada, ya que, según todos los indicios que tenemos, hay mucha gente involucrada en la corrupción que pertenece precisamente a ese partido que va a estar en el poder.

Todo esto crea un problema de legitimidad democrática difícil de manejar y cuyas consecuencias son difíciles de prever. Pero el impacto de lo que va a pasar será muy importante para toda la región, porque si el impeachment sale, será una afirmación de que las democracias que existen en el continente son fácilmente manipulables y de que si alguien gana las elecciones y obtiene, por tanto, el derecho de gobernar, cuando importantes fuerzas antidemocráticas deciden que no debe gobernar, tiene maneras de lograrlo por medio de una conjunción de medios: un Poder Judicial conservador, que está al servicio de esas fuerzas antidemocráticas, y fuerzas externas, que en este caso pienso que son del imperialismo estadounidense y que realmente no están interesadas en que continúe en Brasil un proceso que, si bien no es anticapitalista (Dilma no es anticapitalista; obviamente hay muchas críticas a su gobierno por no cumplir con el programa que propuso realizar cuando fue elegida), es posneoliberal, en el sentido de que tiene empresas públicas importantes nacionalizadas, como Petrobras, y recursos naturales importantes fuera del mercado internacional.

El propio Partido de los Trabajadores, antes de este proceso de impeachment, ya había llevado adelante una política basada en exportaciones extractivistas y ya había fortalecido a las policías que ahora son parte de las fuerzas conservadoras. ¿Qué queda de todo esto, cuando muchas de las fuerzas que están conspirando fueron desatadas por el propio gobierno?

-Es verdad que, a lo largo de estos años, estos gobiernos populares latinoamericanos, muchos de ellos salidos de movimientos sociales, cometieron numerosos errores.

¿Cuáles fueron los errores en el caso de Brasil? A mi juicio -y esto también puede aplicarse a otros gobiernos, como el de Cristina Kirchner, en Argentina-, lo que ocurrió fue que aprovecharon una coyuntura completamente excepcional, que es lo que llamamos el consenso de los commodities, es decir que, debido al impulso del desarrollo de China, los precios de las materias primas subieron y permitieron ganancias importantes a estos países. Los gobiernos populares decidieron entonces profundizar el modelo de desarrollo extractivista, con el objetivo de sacar algo de la renta resultante de esa alza de precios para hacer algo de redistribución social. O sea, no cambiaron el modelo económico: permitieron que los ricos y las oligarquías se siguieran enriqueciendo. Los bancos, por ejemplo, nunca ganaron tanta plata en Brasil como en los tiempos de Lula, pero, como los precios eran altos, quedaba un excedente significativo para hacer una redistribución sin precedentes. Por medio de mecanismos como bonos, becas familia y otras políticas sociales, se logró que más de 45 millones de personas salieran de la pobreza, lo que es un hecho político importante. Pero no era el socialismo, porque dependía totalmente de los precios internacionales, en cuya formación Brasil no incide de ninguna manera.

Por eso, por aceptar ese modelo de desarrollo, aceptaron también el modelo político que venía detrás, y que viene de muy atrás. Ese modelo político es el colonial. Hay una continuidad enorme con el modelo colonial, que se había interrumpido en algunos países con la industrialización y la sustitución de importaciones. Durante estos gobiernos populares no hubo cambios en el sistema político, ni en el sistema de los medios de comunicación, ni en el sistema fiscal, y eso fue lo que acabó por llevar a que estos partidos quedaran atrapados en el mismo proceso de gobierno que las oligarquías y las derechas tradicionales, que siempre han utilizado la corrupción, que siempre han utilizado los medios, que siempre han utilizado ilegalidades para poder consolidar su poder. Y hubo aquí una tentación: quizá, si se dejaba a los ricos ser aun más ricos, ellos iban a permitir que el país cambiara lentamente en términos sociales. El problema es que el consenso de los commodities duró hasta que los precios bajaron por la crisis de China, y desde entonces dejó de haber plata para poder garantizar las políticas públicas.

En el momento en que la plata escaseó, ¿qué podía hacer el gobierno? Sólo había una solución real, y era una política fiscal distinta: que los ricos pagaran más impuestos. Pero, como no se cambió el sistema político, eso está totalmente prohibido. Y, por lo tanto, el mismo gobierno empezó a hacer dos cosas: por un lado, profundizar aun más el agronegocio, la frontera agrícola, la frontera minera, lo que contribuyó al despojo de las poblaciones, a la contaminación del agua, a la crisis ambiental, en complicidades extrañas con los ejércitos privados que existen, con organizaciones paramilitares que matan a los indígenas y a los líderes campesinos por todo el continente, mientras estos gobiernos miran hacia otro lado. Por eso el ciclo se agotó.

Era una manera de gobernar como siempre se gobernó en América Latina, más a favor de las clases dominantes que de las clases populares, pero, en un contexto favorable, dejando una parte significativa de la riqueza para la redistribución social. Eso dejó de ser posible, se hizo insostenible para estos gobiernos. Por eso la crisis que tiene Brasil es la crisis que tenemos también en Ecuador en este momento, es la crisis que tenemos en Argentina, donde una derecha muy revanchista en pocos meses destruye todos los avances sociales que se habían conquistado en los últimos 12 años. Y por eso hay que empezar de nuevo.

¿Los gobiernos progresistas no se la pusieron un poquito fácil a la derecha? En este escenario, las fuerzas conservadoras van a volver al poder y se van a encontrar con una Policía militarizada y poderosa en términos materiales y legales, con leyes más represivas, cambios que a la derecha le habrían costado mucho más.

-Comprendo tu pregunta. Los gobiernos progresistas hicieron mucha continuidad con los anteriores, y por eso las rupturas pueden parecer más drásticas de lo que son en realidad. Realmente los líderes indígenas siguieron siendo asesinados en Brasil durante los gobiernos populares, como lo eran antes. Ahora -y aquí hay una división dentro del pensamiento crítico latinoamericano, dentro del cual estoy por adopción, porque no soy latinoamericano-, yo no voy al punto de considerar que estos gobiernos son gobiernos reaccionarios. Algunos colegas consideran que Evo Morales es un reaccionario. Yo no soy capaz, y te digo “no soy capaz” porque es un límite de mi inteligencia, de mi capacidad analítica. Pero es verdad que el progresismo fue hecho con las maneras antiguas de hacer política, y por eso los resultados están ahí. Y facilitaron realmente la entrada de la derecha. Este fue el gran error que cometieron algunas izquierdas del continente.

Uno de los grandes intelectuales de este continente, Álvaro García Linera, después de los resultados de las últimas elecciones en Bolivia dijo muchas veces que, si la derecha volviera al poder, tendría que reconocer que el centro de la política está desplazado hacia la izquierda, porque las fuerzas de izquierda lograron muchos avances que no se pueden destruir. Dijo que podrían reducirlos, pero siempre a partir de un centro ubicado más a la izquierda que antes. Como tú sabes, no fue eso lo que pasó. Mira a [el presidente de Argentina, Mauricio] Macri. En tres semanas, desapareció casi todo lo que se había hecho en 12 años. La derecha, cuando viene, viene revanchista. Viene con la decisión de eliminar todo lo que fue posible durante estos años, con la idea de que, por un lado, es insostenible y, por otro lado, las clases populares no lo merecen. Son privilegios. Las clases populares tuvieron demasiados privilegios, hay que recortarlos. Y la crisis va a ser la excusa.

Por eso yo creo que estos gobiernos populares han cometido muchos errores: no transformaron el modelo económico, ni el modelo de desarrollo, ni el sistema político. Quizá fueron víctimas de su entusiasmo. Tengo que decir que en el inicio estaba 100% con estos procesos. Participé en la redacción de las constituciones de Bolivia y Ecuador. ¿Cuántas veces cené en casa de [el presidente ecuatoriano] Rafael Correa y acabé cantando canciones revolucionarias, del Che Guevara, como si la revolución estuviera próxima? No podía imaginar que años después la alternativa es que, si no tienes inversión estadounidense de despojo, tienes a China, que te cobra de la misma manera y destruye los territorios de la misma manera. Entonces, muchos intelectuales tenemos que hacer una autocrítica también y ser menos arrogantes. Quizás ahora tienes la clave para las epistemologías del sur: ir más despacio, con menos confianza en que las ideas nuevas crean realidades nuevas. No, las realidades nuevas decantan de algunas ideas nuevas, pero no eres tú el que crea las realidades nuevas, es la gente que está en la calle, en la lucha, son ellos quienes están realmente innovando, no eres tú con la teoría.

Imaginas, entonces un escenario en que las cosas vuelven a la normalidad, Estados Unidos vuelve a mirar a América Latina, los precios de las commoditiesvuelven a estar bajos y el ciclo termina. Has sido una figura protagónica de este ciclo que ahora termina. ¿Cómo te imaginas lo que viene? ¿Qué ciclo puede venir ahora? ¿Qué tipo de cosas habría que empezar a pensar en relación con lo que acaba de terminar?

-Pienso que no estamos regresando a lo normal; cuando mucho, vamos a tener una nueva normalidad bastante turbulenta. Va a ser una democracia de fachada, pero cada vez más vaciada; ya no una democracia de baja intensidad, sino una de bajísima intensidad. No podemos pensar esto como la normalidad, sino como el resultado de un fracaso histórico que se debe analizar, de modo de encontrar las fuerzas que hagan posible un nuevo ciclo más duradero, menos frágil, en el que las conquistas sean menos reversibles. No sabemos en qué condiciones va a ocurrir eso, pero, con alguna turbulencia institucional, va a implicar una reforma política, que va a ser quizá demandada en las calles, reivindicada por los movimientos sociales, por las organizaciones sociales. Quizá necesitamos otro ciclo constituyente. Una nueva asamblea constituyente u originaria, digamos, que haga una reforma política fuerte, para que esta democracia pueda defenderse de las fuerzas capitalistas que la secuestraron.

Eso va a exigir, por ejemplo, que de una vez por todas se acepte que en las condiciones actuales del mundo no hay alternativa socialista en la agenda política, que no existe la posibilidad de una política revolucionaria, como hubo en otros tiempos. La democracia es el único instrumento de lucha que nos queda. Esa democracia tiene que ser reinventada, no puede ser apenas la democracia representativa. El nudo central del proceso político es que va a ser necesario articular democracia participativa con democracia representativa. ¿Qué quiero decir?: que los partidos políticos van a dejar de tener el monopolio de la representación política. Las asociaciones, las organizaciones sociales, los movimientos sociales, reunidos en asambleas, organizando los barrios, en el campo, en la ciudad, van a tener que encontrar formas de participar, no sólo a nivel de consulta, sino también a nivel de implementación, en algunas o en muchas de las políticas públicas -consejos populares de educación, de salud, de infraestructura-, o sea, una forma de que los ciudadanos, además de elegir representantes, puedan tomar algunas decisiones ellos mismos.

Hay que inventar otras formas políticas que permitan esa articulación entre la democracia representativa y la democracia participativa. Para que sea eficaz, va a ser necesario que esté presente en los propios partidos. Hay que refundar los partidos existentes o inventar otros partidos de izquierda construidos con una lógica de base distinta, y esa lógica tiene que incluir la democracia participativa desde el inicio. Tenemos en España a Podemos, que representa esta nueva voluntad política de crear lo que llamamos partidos-movimientos. Articulaciones varias y distintas entre círculos de ciudadanos, asambleas de ciudadanos que deliberan sobre las políticas del partido, que escogen a los candidatos y toman decisiones, que después son asumidas por los liderazgos partidarios. Es una manera totalmente distinta de hacer política, y además es la única que puede impedir que el dinero domine las decisiones político-partidarias y lograr que la corrupción deje de ser endémica.

Hay un campo muy grande para la creatividad democrática. Por eso yo lucho en mi trabajo por lo que llamo las epistemologías del Sur, en el sentido de crear también una reforma en el conocimiento. Porque no pienso que sea posible la justicia social global sin justicia cognitiva global, o sea, una democracia entre diferentes formas de conocimiento. En la raíz de todo el sistema político está el conocimiento académico que controla las universidades y que es eurocéntrico, como la ciencia política, la sociología y la antropología. Son los instrumentos que produjeron las políticas y las formas de representación política que tenemos. Eso tiene que transformarse, aceptando que hay otras maneras de conocer, que la representación del mundo es mucho más amplia que la representación occidental del mundo. Hay otras formas de transformación social que quizá no se van a llamar socialismo ni comunismo: se van a llamar respeto, dignidad, protección de los territorios, derechos del cuerpo de las mujeres. A esto le llamo una ecología de saberes, que implica también una reforma de la universidad.

Si me preguntas cómo definir este nuevo ciclo en términos progresistas (porque también puede ser una nueva barbarie, todavía peor), diría que tiene que tener una dimensión epistemológica muy fuerte, y que esa revolución epistemológica va a pasar por las universidades. Las universidades van a tener que aceptar que dentro de ellas circulen otras formas de conocimiento. Otras concepciones de vida son posibles, pero en nuestros departamentos de ingeniería, de ciencia, de biología, de física se ríen si hablamos de la Pacha Mama, de la Madre Naturaleza o de derechos de la Madre Tierra.

¿Cómo hacer avanzar ese tipo de pensamiento político sobre el conocimiento en un campo universitario en el cual se van a reír? ¿Cómo compatibilizar esta concepción más política, que intenta legitimar saberes externos a la universidad, con dinámicas universitarias para las que cierta forma de producción parece ser la única forma de legitimar cierta forma de conocimiento?

-Es una buena pregunta. Si miras históricamente, gran parte del conocimiento innovador y novedoso que siglos después se lee con atención y provecho no fue creado en la universidad, sino fuera de ella. Frantz Fanon, David Hume, David Spinoza, Karl Marx, Galileo Galilei, no sé… [ríe]. En el siglo XIX, las universidades de este continente seguían enseñando una ciencia aristotélica, que no tenía nada que ver con la realidad. Fue después, con Alexander von Humboldt y la revolución universitaria, y en Argentina con la reforma universitaria de Córdoba, en 1918, que las universidades empezaron a tener una idea de lo que es la responsabilidad social. No fue una reforma epistemológica, pero por lo menos fue una reforma social, que les dio una responsabilidad social más intensa. Y se debió a los estudiantes.

No es claro que esta renovación epistemológica necesaria vaya a ser producida dentro de las universidades. Quizás en el siglo XXI va a haber una división entre universidades hegemónicas, que sigan produciendo el conocimiento reproductor de la dominación capitalista, colonialista y patriarcal, y universidades o sectores de universidades con un papel contrahegemónico, en un contexto que me parece favorable y que resulta de que, contrariamente a los períodos anteriores, las universidades públicas, sobre todo en nuestro continente, pero también en gran parte del resto del mundo, ya no tienen el apoyo de las élites económicas y políticas. Las élites están formando a sus hijos en las universidades globales: en Harvard, en Europa. No confían ni siquiera en la enseñanza media, y sus niños van desde muy temprano a otros países. Porque las universidades eran importantes para crear un proyecto de país, pero ahora ya no es necesario un proyecto de país. Hay un proyecto de mundo, para el que el ejecutivo financiero trabaja hoy aquí, mañana en Hong Kong y pasado en Malasia. Por eso las universidades no tienen apoyo de las élites, y por eso tenemos un problema de financiación de las universidades públicas. Pero tampoco en este momento tienen el apoyo de las clases populares, debido a la arrogancia con que han tratado a las clases populares, sus luchas, sus movimientos y sus conocimientos, siempre usando y mirando con desprecio toda la creatividad popular.

Hay gente en la universidad que está intentando incorporar en ella estos saberes. Y esa gente no puede aguantar que les enseñen como héroes a los que mataron a sus ancestros. Eso, más tarde o más temprano, va a llevar a una revolución, a un conocimiento más fuerte, más articulado, más diversificado. Como digo siempre, el conocimiento científico no se debe demonizar. En algunas de las luchas en que hemos estado muy involucrados, como la lucha contra Monsanto, contra el agronegocio, contra el glifosato y los insecticidas, necesitamos ciencia para conocer, por ejemplo, el porcentaje exacto de veneno en una frutilla o en una papaya. Y hoy podemos decirlo. Los campesinos saben cuándo beben agua contaminada por lo que les pasa, pero no saben exactamente la cantidad de veneno que están tomando. Por eso, la ciencia que va a ser necesaria va a ser la que pueda dialogar con otros saberes, como el de los campesinos. Siempre que un dirigente campesino, indígena o urbano es asesinado, lo es porque está luchando por otra manera de ver la ciudad, por el derecho al agua limpia, por el derecho al territorio. Y no es sólo su lucha, sino también la de los estudiantes y las futuras generaciones; es por la calidad de los alimentos de tus hijos, por tu salud en el futuro. Es una lucha por el mundo. Son guardianes de nuestra salud, y por eso los están matando.

¿Deberíamos recuperar la reflexión sobre la ética en la universidad?

-Creo que sí, pero no una ética según las epistemologías del norte, de ontologías individualistas, como cuando en la ciencia política o en la sociología la unidad fundamental es el individuo. Hay que seguir otras ontologías, para, por ejemplo, rescatar el concepto de comunidad, que se ha perdido en las ciencias sociales.

En toda la construcción de la ciencia social moderna, de [Thomas] Hobbes, [John] Locke y [Jacques] Rousseau, de hecho está siempre presente una tensión entre el principio del mercado, el principio del Estado y el principio de la comunidad. La comunidad de toda la vida, de los ciudadanos, de las obligaciones horizontales entre ciudadanos que no son mercantiles: mi cuidado por ti, mi amistad, que te ayude cuando estás en dificultades. Con el tiempo, ese concepto de comunidad desapareció; las universidades y las ciencias sociales lo redujeron a una cosa que no existe, llamada sociedad civil, un concepto que nunca he usado en mi trabajo. Es un conjunto de individuos hostiles a todos los otros individuos. Hoy en día, lo que les dicen todo el día a los estudiantes es: “tienes que ser un emprendedor”; o sea, para que tengas éxito, es necesario que otros fracasen. Tu éxito es perfectamente simétrico con su fracaso. No hay ninguna posibilidad de que todos ganemos. Este sistema es de un individualismo total. Una ética basada en esta idea es la ética de la autonomía, por ejemplo. Tenemos que ser autónomos. Pero ¿cómo puedes ser autónomo si no tienes condiciones para serlo? ¿Qué es eso de que el emprendedurismo quiere decir trabajar sin derechos y tal vez sin plata durante mucho tiempo? No es eso lo que queremos. Necesitamos buscar otra ética, con otras ontologías.

Las ontologías no occidentales son mucho más ricas. Aquí, en este continente, están en las calles, en los pueblos; ontologías que tienen un respeto muy grande por los ancestros, que todavía son considerados vivos dentro de la comunidad. Por eso el territorio es sagrado. Es el territorio donde enterraron a sus muertos. Nosotros tenemos hoy pueblos de Mozambique, donde hago investigación, en los que los cementerios son cambiados de lugar todos los años porque se descubrieron recursos mineros debajo de ellos. ¡Es una ofensa enorme para la ontología de la gente! Sus ancestros están con ellos y, por otro lado, para ellos también están vivas las futuras generaciones. Nosotros, en el mundo occidental, no logramos entender que tenga derechos quien no tiene deberes. Por ejemplo, las futuras generaciones no tienen derechos, porque tampoco tienen deberes. La naturaleza no tiene derechos, porque tampoco tiene deberes. Esa simetría es totalmente desastrosa. Tienes que entender que las futuras generaciones tienen derechos sobre los que ya están entre nosotros hoy, como garantes de un futuro. Y de la misma manera, la naturaleza. Si no cambias la ontología, si no cambias la epistemología, más tarde o más temprano tu ética va a justificar el individualismo posesivo, el emprendedurismo salvaje, la idea de que eres un ser antisocial y de que para que tengas éxito en la vida debe haber ruinas alrededor de ti. Entonces eres un creador de ruinas.

En Uruguay hay una gran discusión en torno al tema de la extensión, que ha sido históricamente una vía institucional para que la universidad se relacione con otros saberes. ¿Cómo ves esa función?

-De por sí es rebelde y reveladora de la naturaleza de la universidad. Si debe extenderse, es porque está cerrada sobre sí misma. Fue construida así, y por eso la extensión fue una respuesta positiva, sobre todo a principios del siglo XX, en la reforma de Córdoba. Era una de las diez demandas de los estudiantes. Es una respuesta en el marco convencional de una universidad que debe compartir su conocimiento con las clases populares, que muchas veces son las que más lo necesitan, pero no tienen acceso a él. La extensión fue una manera de profundizar un poco la responsabilidad social de la universidad sin que perdiera su identidad. Pero se hizo, en general, de una manera muy débil, porque se concibió como un área al lado de otras dominantes. Investigación, docencia y extensión. Como si la extensión no fuera también docencia e investigación. Los profesores que se dedicaron más a la extensión, porque tenían sus propias lealtades políticas y compromisos con las clases populares, nunca fueron bien vistos en las universidades. La extensión es siempre algo que no tiene la misma dignidad que la docencia o la investigación, como una forma degradada de ser universitario. Extensionista es una palabra horrible.

Yo no quiero despreciar de ninguna manera el trabajo que muchos profesores hicieron, a menudo con el sacrificio de sus carreras, para que la universidad se articulase de una manera más dinámica con las clases y los barrios populares. De ninguna manera. Pero eso tiene que ser complementado con otra cosa en el ciclo que viene ahora. Es lo que llamo la extensión al revés. No es llevar afuera la universidad, sino traer el conocimiento popular a la universidad. Los universitarios tienen que partir de la idea de que hacer extensión no es simplemente llevar afuera el conocimiento académico. Es para aprender. Aprender con la gente, con los movimientos, con las organizaciones, de sus luchas, con la idea de que ellos, trabajando y viviendo cotidianamente esas luchas, tienen maneras de ver la realidad, la convivencia humana, la ética, la vida digna que quizá no están en nuestros libros ni en los artículos científicos, pero que deben ser tenidas en cuenta y nos pueden ayudar a producir conocimientos socialmente más solidarios y más eficaces.

Tenemos maestros populares, sabios, médicos populares, jueces tradicionales de las comunidades campesinas e indígenas que vienen a la universidad a explicarles a los estudiantes otras maneras de resolver conflictos. De resolver casos criminales sin que haya prisión. Que hay otra forma de integración de los jóvenes en la comunidad que no pasa por la cárcel. Entonces, ¿extensión? Y sí, pero con extensión al revés. Traer a otros para adentro de la universidad. En eso, los estudiantes deberían tener un papel muy importante, y es necesario un cambio curricular muy fuerte. Tan fuerte que yo pienso que los estudiantes y los profesores que se interesen por esta reforma tendrán que asumir algún riesgo.

Cuando se entra a la universidad, el primer año o los dos primeros años deberían ser dedicados a desaprender. A olvidar muchas cosas que tenemos en nuestras cabezas. De nuestra historia, de nuestra realidad, de nuestra manera de vivir, de nuestra manera de consumir. Para poder abrir un poco los ojos a otra realidad y aceptar que hay otras maneras. Yo tengo que imaginar una necesidad para hacerla real. Por ejemplo, tengo que imaginar que este producto [toma un celular] va a ser válido durante dos años. Ya sé que dentro de un año o dos voy a empezar a pensar que no me satisface: que la batería debería durar más, que ya inventaron otro, etcétera. Imaginamos necesidades para hacerlas reales. Y, al mismo tiempo, la gran mayoría tiene necesidades inimaginables de agua, de electricidad. Y a veces están a tu lado. Por ejemplo, en un taller que estamos organizando en Minas Gerais, con la Universidad Popular de los Movimientos Sociales, en una comunidad indígena, será necesario un acuerdo de convivencia para usar el agua, porque vamos a tener 40 personas con un solo cuarto de baño durante 200 días, y no se va a poder gastar más de dos litros de agua al bañarse. Imagínate. Vamos a aprender eso porque haremos un taller fuera de la universidad con los movimientos sociales. Será una ocasión sorprendente para ver la realidad de la vida, que está por todos lados. Eso es parte de lo que llamo la sociología de las ausencias, de los invisibles, los que no cuentan. Si los mencionas de alguna manera en tu universidad, los profesores te dirán: “Ah… sí, ese problema existe, pero ya se va a resolver. Es una cuestión de tiempo, de desarrollo. Necesitamos más Monsanto, vamos a electrificar obviamente todo el país, y ahí se va a resolver”. Así que cuando el país esté totalmente destruido, estará totalmente desarrollado.

Fuente: http://ladiaria.com.uy/articulo/2016/5/hay-que-empezar-de-nuevo/

Fuente de la imagen: http://contested-cities.net/CCmadrid/wp-content/uploads/sites/3/2013/12/sousasantos3.jpg

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“ Poner el foco en la capacidad y en las posibilidades de la persona frente a la discapacidad incrementa las oportunidades de empleo ”

Entrevista a Mariano Casado, presidente de la Federación Plena Inclusión Madrid.

¿Qué acciones se llevan a cabo desde la Federación para garantizar la integración formativa y laboral de las personas con discapacidad intelectual?

Plena Inclusión Madrid defiende la inclusión laboral del colectivo de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo y en este sentido, realiza acciones encaminadas a la sensibilización del tejido empresarial, pero también trabaja para impulsar cambios mediante el asesoramiento y demanda ante agentes políticos y sociales.

Asimismo, fomenta el trabajo en RED del conjunto de entidades y profesionales de los servicios de empleo especializados de las asociaciones y fundaciones que pertenecen a Plena Inclusión: una red de 17 Servicios de Inserción Laboral que además de trabajar de manera directa con las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, prestan apoyos personalizados para que los procesos de inserción se lleven a cabo con la calidad adecuada, reforzando así las posibilidades de éxito.

Como Federación, defendemos el empleo de calidad y, en la medida de lo posible que éste pueda desempeñarse en la empresa ordinaria. Por eso es tanto importante la sensibilización de la que hablábamos Para ello se desarrollan campañas, jornadas y encuentros dirigidos a empresas y se ofrece un servicio de asesoramiento y acompañamiento a la empresa durante todo el proceso de inserción laboral. *REDempleo – campaña dame un minuto

¿Cree que las empresas trabajan activamente para promover la igualdad de oportunidades?

Se avanza muy lentamente. Recordemos que hay una opción voluntaria y otra que no lo es, en el caso de las empresas con más de 50 trabajadores.

Por eso son importantes dos cosas, una que sigamos haciendo sensibilización social y empresarial, que seamos capaces de trasmitir las experiencias que han resultado positivas para las empresas que han tomado la decisión de incluir a personas con discapacidad intelectual o del desarrollo en su plantilla, y otra, que demandemos a las administraciones públicas que sean exigentes con la aplicación de la Ley General de Discapacidad, que es la que establece la obligación de reservar una parte de la plantilla a la contratación de trabajadores con discapacidad.

La experiencia nos dice que lo habitual es que la discapacidad intelectual sea una incógnita aún para muchas empresas. Despejar la incógnita se traduce en oportunidades de empleo y en equipos inclusivos y diversos.

Durante estos años hemos comprobado que más allá del cumplimiento de la legislación vigente en materia de discapacidad, el empresario/a descubre tras la primera experiencia de contratación, que la diversidad es un valor en su equipo e integra esta tendencia de manera natural y definitiva en sus procesos de reclutamiento.

No es una cuestión puramente altruista sino una cuestión de competencia y capacidad del candidato/a para el puesto.

¿Cuáles son las barreras más frecuentes durante el proceso de inserción laboral de una persona con discapacidad?

Siendo la formación y capacitación profesional un factor clave de acceso al empleo, es una realidad que el colectivo de personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, no cuenta a día de hoy con los apoyos necesarios para avanzar, en igualdad de condiciones que el resto de la sociedad en su itinerario o formativo-laboral.

De esta manera es muy habitual que se vean abocados a abandonar de manera precoz los estudios, no llegando a finalizar en la mayoría de los casos la Educación Secundaria Obligatoria.

En este punto, a día de hoy no existe una oferta de formación ocupacional y profesional pública, accesible y suficiente que facilite el acceso al empleo. Por este motivo, la amplia mayoría de las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo quedan relegadas a desarrollar empleos de baja cualificación y remuneración.

Por otra parte, hay que tener en cuenta la accesibilidad en entornos laborales, que es un factor clave para el éxito en la inserción; un adecuado análisis previo y exhaustivo del puesto de trabajo; un sistema de apoyos adecuado; favorecen un ajuste óptimo entre las necesidades de la empresa y el perfil del trabajador.

¿Cuáles son las principales necesidades de orientación académica y profesional de las personas con discapacidad intelectual? ¿Son diferentes a las del resto?

Saber responder a cuestiones como ¿Cuál quiero que sea mi profesión? ¿Para qué trabajos estoy capacitado/a? ¿Cómo puedo encontrar un trabajo?  Las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo se plantean las mismas preguntas que el resto de personas que buscan acceder a un empleo.

Es más, la creación de un itinerario formativo y laboral de inserción pasará por las mismas fases, pero hay un matiz: este proceso se extiende más allá de la orientación y el asesoramiento e incluye un sistema de apoyos personalizados que garantiza el éxito de la inserción.

¿Qué recursos, actividades o herramientas son las más habituales en el proceso de orientación?

Continuando con la respuesta anterior, el conjunto de herramientas básicas para la orientación y acompañamiento en la inserción laboral queda recogido en la metodología de «Empleo con Apoyo». Esta metodología pionera y específica que llevamos a cabo con las personas con discapacidad intelectual y del desarrollo desde Plena inclusión Madrid y su red de SIL, contempla el asesoramiento a la empresa y el análisis previo del puesto de trabajo. Además, se favorece la adaptación de la persona con discapacidad al puesto de trabajo, posibilita el entrenamiento en funciones y la provisión de apoyos in situ durante la fase de incorporación al puesto.

Los apoyos se retiran progresivamente a medida que el proceso se hace efectivo. Se asegura así el seguimiento hasta la total autonomía del trabajador/a, momento a partir del cual los apoyos serán naturales, habrán surgido espontáneamente del entorno de trabajo (por ejemplo, un compañero de trabajo).

En un primer momento los apoyos pueden provenir de un profesional, el preparador/a laboral, o puede tratarse de otro tipo de apoyos, como es el caso de los productos de apoyos tecnológicos. Existen no pocas aplicaciones (apps) específicamente diseñadas para ser apoyo en el desempeño del puesto de trabajo.

¿Qué importancia tienen las competencias en el proceso de inserción laboral de una persona con discapacidad?

Las competencias personales son junto, con las preferencias profesionales, los aspectos centrales que guían el proceso de búsqueda de empleo e inserción laboral de cualquier persona que busca acceder a un empleo.

Poner el foco en la capacidad y en las posibilidades de la persona frente a la discapacidad incrementa exponencialmente las oportunidades de empleo y debemos asegurarnos de que este foco está presente durante todo el proceso.

No obstante, la capacidad de desarrollar o hacer una tarea se aprende, además de con la teoría, con la práctica. En esta línea se fundamenta el modelo de «aprender el trabajo trabajando», que considera que un entrenamiento in situ en el propio puesto es la mejor de las herramientas en el aprendizaje de competencias. Trabajadores competentes requieren oportunidades de empleo.

Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2016/06/16/entrevista-mariano-casado-monografico-orientacion-discapacidad-9443/
Imagen: http://www.opinion.com.bo/opinion/articulos/2012/0208/fotos/153112_600.jpg
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«La educación es clave para formar a la gente para un nuevo mundo»

España/23 de junio de 2016/Fuente: La Nueva España

«Cuanto más autónomos son los sistemas, menor valor tiene la persona»

Manuel Graña, ayer, en el Museo Nicanor Piñole, donde pronunció su conferencia. ÁNGEL GONZÁLEZ

Luján PALACIOS Manuel Graña Romay es catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial en la Universidad del País Vasco. Ayer pronunció la conferencia inaugural del XII Simposio del Grupo Temático de Control Inteligente que organiza la Politécnica hasta el viernes.

-¿En qué consiste el aprendizaje por refuerzo?

-Es una forma de aprender en la que las instrucciones que le das a los algoritmos son las mínimas posibles. Sólo se le dice si lo ha hecho bien o mal, pero no se le dice qué tiene que hacer.

-¿Hacia dónde va el mundo de la inteligencia artificial?

-En la actualidad ya está implementada, tenemos un montón de cosas que están ya funcionando en base a técnicas de inteligencia artifical. Por ejemplo google maps, que nos dice el camino, nos hace una planificación. Como eso muchísimas cosas que ya usamos.

-¿Ya vivimos en un mundo de inteligencia artificial?

-Hay muchas cosas que ya están. No podemos olvidar que Google es una de ellas y ha cambiado muchísimas cosas. Es una aplicaciónde inteligencia artificial que usa todo el mundo. Cada smartphone también lleva inteligencia artificial.

-¿Cómo está afectando a nuestra vida todo este desarrollo?

-Hay desarrollos como Google o Booking que han eliminado muchísimos de los trámites que hacen las agencias de viajes. Desaparecen un montón de puestos de trabajo con este desarrollo.

-¿Es la parte negativa de la inteligencia artificial?

-Es lo que hay. Lo que tenemos que ver es cómo nos adaptamos a los cambios, ver cuál será el papel de las personas. Y lo que ocurre ahora es que todo el mundo está haciendo lo mismo, en muchas de las áreas de la ingeniería lo que hace la gente es programar y utilizar técnicas de análisis numérico y de inteligencia artificial.

-¿Es un problema?

-Depende para qué. Lo que está ocurriendo es un cambio ecológico, y en ecología hay depredador y presas. Normalmente a nosotros nos toca el papel de presa. Los cambios que se predecían hace años están ocurriendo, en la forma en que nos podemos comunicar, en que podemos viajar, con la electrónica y los sistemas de control. En realidad la inteligencia artificial es una extrapolación del control, que ha ido evolucionando. Estos sistemas autónomos, van solos, y cuanto más autónomos sean, menor valor tiene la persona.

-¿Dónde queda el papel del humano?

-Ya está definido. Somos los usuarios consumidores. Si puedes comprar y gastar eres persona, y si no, no.

-¿Cómo podemos imaginar el futuro dentro de un siglo?

-Siempre a mejor. El futuro será mejor, pero cómo será el mundo aún no lo sabemos exactamente. Dependerá de la educación, hay más gente, la gente necesita cosas y cada vez iremos agotando más la naturaleza a menos que seamos capaces de armonizar nuestras necesidades con la naturaleza. El problema fundamental es la educación, la gran crisis va a ser la de la educación, cómo la gente se forma para vivir en ese nuevo mundo en armonía con la naturaleza.

Fuente: http://www.lne.es/gijon/2016/06/23/educacion-clave-formar-gente-nuevo/1946782.html

Imagen: http://fotos02.lne.es/2016/06/23/318×200/educacion-clave.jpg

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El joven Mario Vargas Llosa entrevista a Borges

Entrevista/Junio de 2016/Por Mario Vargas Llosa

En 1963, cuando Jorge Luis Borges fue a París a ofrecer dos conferencias sobre literatura fantástica y literatura gauchesca, concede una entrevista al joven traductor de noticias al español de la radiotelevisión francesa, Mario Vargas Llosa.
-Discúlpeme usted, Jorge Luis Borges, pero lo único que se me ocurre para comenzar esta entrevista es una pregunta convencional: ¿cuál es la razón de su visita a Francia?
-Fui invitado a dos congresos por el Congreso por la Libertad de la Cultura, en Berlín. Fui invitado también por la Deutsche Regierum, por el gobierno alemán, y luego mi gira continuó y estuve en Holanda, en la ciudad de Amsterdam, que tenía muchas ganas de conocer. Luego mi secretaria María Esther Vázquez y yo seguimos por Inglaterra, Escocia, Suecia, Dinamarca y ahora estoy en París. El sábado iremos a Madrid , donde permaneceremos una semana. Luego, volveremos a la patria. Todo esto habrá durado poco más de dos meses.
-Tengo entendido que asistió al Coloquio que se ha celebrado recientemente en Berlín entre escritores alemanes y latinoamericanos. ¿Quiere darme su impresión de este encuentro?
-Bueno, este encuentro fue agradable en el sentido de que pude conversar con muchos colegas míos. Pero en cuanto a los resultados de esos congresos, creo que son puramente negativos. Y, además, parece que nuestra época nos obliga a ello, yo tuve que expresar mi sorpresa -no exenta de melancolía -, de que en una reunión de escritores se hablara tan poco de literatura y tanto de política, un tema que es más bien, bueno, digamos tedioso. Pero, desde luego, agradezco haber sido invitado a ese congreso, ya que para un hombre sin mayores posibilidades económicas como yo, esto me ha permitido conocer países que no conocía, llevar en mi memoria muchas imágenes inolvidables de ciudades de distintos países. Pero, en general, creo que los congresos literarios vienen a ser como una forma de turismo, ¿no?, lo cual, desde luego, no es del todo desagradable.
-En los últimos años, su obra ha alcanzado una audiencia excepcional aquí, en Francia. La “Historia universal de la infamia” y la “Historia de la eternidad” se han publicado en libros de bolsillo, y se han vendido millares de ejemplares en pocas semanas. Además de “L’Herne”, otras dos revistas literarias preparan números especiales dedicados a su obra. Y ya vio usted que en el Instituto de Altos Estudios de América Latina tuvieron que colocar parlantes hasta en la calle, para las personas que no pudieron entrar el auditorio a escuchar su conferencia. ¿Qué impresión le ha causado todo esto?
-Una impresión de sorpresa. Una gran sorpresa. Imagínese, yo soy un hombre de 65 años, y he publicado muchos libros, pero al principio esos libros fueron escritos para mí, y para un pequeño grupo de amigos. Recuerdo mi sorpresa y mi alegría cuando supe, hace muchos años, que de mi libro “Historia de la e ternidad” se habían vendido en un año hasta 37 ejemplares. Yo hubiera querido agradecer personalmente a cada uno de los compradores, o presentarle mis excusas. También es verdad que 37 compradores son imaginables, es decir son 37 personas que tienen rasgos personales, y biografía, domicilio, estado civil, etc. En cambio, sí uno llega a vender mil o dos mil ejemplares, ya eso es tan abstracto que es como si uno no hubiera vendido ninguno. Ahora, el hecho es que en Francia han sido extraordinariamente generosos, generosos hasta la injusticia conmigo. Una publicación como “L’Herne”, por ejemplo, es algo que me ha colmado de gratitud y al mismo tiempo me ha abrumado un poco. Me he sentido indigno de una atención tan inteligente, tan perspicaz, tan minuciosa y, le repito, tan generosa conmigo. Veo que en Francia hay mucha gente que conoce mi “obra” (uso esta palabra entre comillas) mucho mejor que yo. A veces, y en estos días, me han hecho preguntas sobre tal o cual personaje: ¿por qué John Vincent Moon vaciló antes de contestar? Y luego, al cabo de un rato, he recapacitado y me he dado cuenta que John Vincent Moon es protagonista de un cuento mío y he tenido que inventar una respuesta cualquiera para no confesar que me he olvidado totalmente del cuento y que no sé exactamente las razones de tal o cual circunstancia. Todo eso me alegra y, al mismo tiempo, me produce como un ligero y agradable vértigo.
¿Qué ha significado en su formación la cultura francesa?; ¿algún escritor francés ha ejercido una influencia decisiva en usted?
-Bueno, desde luego. Yo hice todo mi bachillerato en Ginebra, durante la primera guerra mundial. Es decir que durante muchos años, el francés fue, no diré el idioma en el que yo soñaba o en el que sacaba cuentas, porque nunca llegué a tanto, pero sí un idioma cotidiano para mí. Y, desde luego la cultura francesa ha influido en mí, como ha influido en la cultura de todos los americanos del Sur, quizá más que en la cultura de los españoles. Pero hay algunos autores que yo quisiera destacar especialmente y esos autores son Montaigne, Flaubert –quizá Flaubert más que ningún otro–, y luego un autor personalmente desagradable a través de lo que uno puede juzgar por sus libros, pero la verdad es que trataba de ser desagradable y lo consiguió: Leon Blo y. Sobre todo me interesa en Leon Bloy esa idea suya, esa idea que ya los cabalistas y el místico sueco Swedenborg tuvieron pero que sin duda él sacó de sí mismo, la idea del universo como una suerte de escritura, como una criptografía de la divinidad. Y en cuanto a la poesía, creo que usted me encontrará bastante “pompier”, bastante “vieux jouer”, rococó, porque mis preferencias en lo que se refiere a poesía francesa siguen siendo la Chanson de Roland, la obra de Hugo, la obra de Verlaine, y -pero ya en un plano menor- la obra de poetas como Paul-Jean Toulet, el de las “Contrerimes”. Pero hay sin duda muchos autores que no nombro que han influido en mí. Es posible que en algún poema mío haya algún eco de la voz de ciertos poemas épicos de Apollinaire, eso no me sorprendería. Pero si tuviera que elegir un autor (aunque no hay absolutamente ninguna razón para elegir un autor y descartar los otros), ese autor francés sería siempre Flaubert.
-Se suele distinguir dos Flaubert: el realista de “Madame Bovary” y “La educación sentimental”, y el de las grandes construcciones históricas, “Salambó” y “La tentación de San Antonio”. ¿Cuál de los dos prefiere?
-Bueno, creo que tendría que referirme a un tercer Flaubert, que es un poco los dos que usted ha citado. Creo que uno de los libros que yo he leído y releído más en mi vida es el inconcluso “Bouvard y Pecuchet”. Pero estoy muy orgulloso, porque en mi biblioteca, en Buenos Aires, tengo una ‘editio princeps’ de Salambó y otra de la Tentación. He conseguido eso en Buenos Aires y aquí me dicen que se trata de libros inhallables, ¿no? Y en Buenos Aires no sé qué feliz azar me ha puesto esos libros entre las manos. Y me conmueve pensar que yo estoy viendo exactamente lo que Flaubert vio alguna vez, esa primera edición que siempre emociona tanto a un autor.
-Usted ha escrito poemas, cuentos y ensayo. ¿Tiene predilección por alguno de esos géneros?
-Ahora, al término de al carrera literaria, tengo la impresión que he cultivado un solo género: la poesía. Salvo que mi poesía se ha expresado muchas veces en prosa y no en verso. Pero como hace unos diez años que he perdido la vista, y a mí me gusta mucho vigilar, revisar lo que escribo, ahora me he vuelto a las formas regulares del verso. Ya que un soneto, por ejemplo, puede componerse en la calle, en el subterráneo, aseando por los corredores de la Biblioteca Nacional, y la rima tiene una virtud mnemónica que usted conoce. Es decir, uno puede trabajar y pulir un soneto mentalmente y luego, cuando el soneto está más o menos maduro, entonces lo dicto, dejo pasar unos diez o doce días y luego lo retomo, lo modifico lo corrijo hasta que llega un momento en que ese soneto ya puede publicarse sin mayor deshonra para el autor.
-Para terminar, le voy a hacer otra pregunta convencional: si tuviera que pasar el resto de sus días en una isla desierta con cinco libros, ¿cuáles elegiría?
-Es una pregunta difícil, porque cinco es poco o es demasiado. Además, no sé si se trata de cinco libros o de cinco volúmenes.
-Digamos, cinco volúmenes.
-¿Cinco volúmenes? Bueno, yo creo que llevaría la “Historia de la Declinación y Caída del lmperio Romano” de Gibbons. No creo que llevaría ninguna novela, sino más bien un libro de historia. Bueno, vamos a suponer que eso sea en una edición de dos volúmenes. Luego, me gustaría llevar algún libro que yo no comprendiera del todo, para poder leerlo y releerlo, digamos la “Introducción a la Filosofía de las Matemáticas” de Russell, o algún libro de Henri Poincaré. Me gustaría llevar eso también. Ya tenemos tres volúmenes. Luego, podría llevar un volumen cualquiera, elegido el azar, de una enciclopedia. Ahí ya podría haber muchas lecturas. Sobre todo, no de una enciclopedia actual, porque las enciclopedias actuales son libros de consulta, sino de una enciclopedia publicada hacia 1910 o 1911, algún volumen de Brockhaus, o de Mayer, o de la Enciclopedia Británica, es decir cuando las enciclopedias eran todavía libros de lectura. Tenemos cuatro. Y luego, para el último, voy a hacer una trampa, voy a llevar un libro que es una biblioteca, es decir llevaría la Biblia. Y en cuanto a la poesía, que está ausente de este catálogo, eso me obligaría a encargarme yo, y entonces no leería versos. Además, mí memoria está tan poblada de versos que creo que no necesito libros. Yo mismo soy una especie de antología de muchas literaturas. Yo, que recuerdo mal las circunstancias de mi propia vida, puedo decirle indefinidamente y tediosamente versos en latín, en español, en inglés, en inglés antiguo, en francés, en italiano, en portugués. No sé si he contestado bien a su pregunta.
-Sí, muy bien, Jorge Luis Borges. Muchas gracias.
Fuente: http://www.cronicaviva.com.pe/el-joven-mario-vargas-llosa-entrevista-a-borges/

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Entrevista: Francisco Ortiz,“El uso de proyectores en el aula mejora la atención de los alumnos”

El Col·legi Mare de Déu de la Salut en Sabadell, Barcelona, inició en 2008 la implementación de las TIC. Ahora, su director, Francisco Ortiz, ha decidido equipar las aulas con proyectores de Epson con el objetivo de fomentar la interactividad del alumnado.

La tecnología está cada vez más presente en cualquier ámbito de la sociedad. ¿Qué papel juega en el centro?

Francisco OrtizLa escuela debe integrar la tecnología de forma natural para formar a alumnos y capacitarlos de manera que puedan afrontar los retos del futuro. En nuestro caso, el proceso de implementación ha sido progresivo y ha contado con la implicación de todo el equipo docente, que se ha formado en inteligencias múltiples, competencias básicas, patrones de aprendizaje, trabajo por proyectos o nuevas tecnologías. Así, al mismo tiempo que hemos ido incorporando portátiles, proyectores, pizarras interactivas, tabletas o robots, hemos llevado a cabo un importante cambio metodológico.

El uso de proyectores en el aula, ¿de qué manera ayuda a mejorar el rendimiento de los alumnos o el trabajo de los docentes?

Los alumnos han aumentado su grado de motivación e implicación en el aula, mientras que los docentes cuentan con una gran cantidad de material, cada vez con mejor calidad, e incluso pueden interactuar con profesores de cualquier parte del mundo, por ejemplo, a través de Skype.

En concreto, nos decidimos por los proyectores interactivos táctiles de Epson por su facilidad de uso, la calidad de imagen y la gran variedad de recursos on line o de creación propia que proporcionan. También ha sido fundamental la formación que ha recibido todo el claustro de profesores para que les pudiese dar un uso práctico. De esta forma, estamos consiguiendo una mayor interactividad del alumnado en su proceso de aprendizaje y también una mejora de la atención.

¿Cómo se integra la imagen digital en los materiales lectivos del centro?

Francisco OrtizSe integra, día a día, con total normalidad. Todas las aulas disponen de ordenador, proyector y pantalla, lo que permite acceder a recursos on line a través de Internet, consultar y realizar actividades con materiales interactivos de diferentes editoriales…

¿Cómo están adaptando el uso de la tecnología según las necesidades de las diferentes etapas educativas?

Educación Infantil requiere de herramientas tecnológicas hechas a medida, ya que la psicomotricidad y el nivel cognitivo es muy diferente de los ciclos posteriores y donde la tecnología ya es más común. Así, todas sus aulas cuentan con pizarras interactivas con proyectores de Epson que hacen las clases más amenas y participativas.

Desde 4º de Infantil y hasta 3º de Primaria hemos incorporado el método Glifing que, con el uso de una pantalla proyectada, ayuda a entrenar las habilidades lectoras de los niños de forma lúdica y sistemática.

En el ciclo medio, por su parte, se trabaja la clase invertida, mientras que en el superior las tabletas y la robótica son protagonistas.

Para más información podéis consultar este vídeo sobre el aprendizaje interactivo con proyectores Epson

Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/francisco-ortiz-uso-proyectores-mejora-la-atencion-los-alumnos/33639.html

Imagen: http://losfuerte.com/miniaula/wp-content/uploads/2014/11/clases.jpg

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Entrevista: Inteligencia emocional en los niños

Entrevista/ 21 de junio de 2016/ Fuente: Guiainfantil.com

Los padres podemos enseñar a los niños a identificar sus emociones y a controlarlas. Es importante que sepan razonar sobre las emociones, las suyas y las ajenas. La eduacación emocional, es parte de la formación del niño.

La psicóloga Silvia Álava, en esta entrevista a Guiainfantil.com, nos aclara en qué consiste la inteligencia emocional, cómo se puede medir la inteligencia emocional de los niños y cómo educarles en sus emociones.

La inteligencia emocional en la infancia

La inteligencia emocional es, tomando la definición de Salovey y Mayer, un subconjunto de inteligencia social que comprende la capacidad de controlar los sentimientos y emociones propios así como la de los demás, de discriminar entre ellos y de utilizar esta información para guiar nuestro pensamiento y nuestras acciones.

Inteligencia emocional es la capacidad para pensar, para razonar sobre las emociones y eso implica lo primero de todo, identificar las emociones, tanto las propias como las ajenas, lo que sería la percepción emocional.

 Se trata de:

– utilizar las emociones para que nos ayuden a pensar; que sería la facilitación emocional.

– entender las emociones; comprensión emocional.

– manejar las emociones tanto en nosotros mismos como en los demás.

Cómo se mide la inteligencia emocional en el niño

La inteligencia emocional para medirla podemos tener dos grandes medidas diferentes:

– Primero esta la autoevaluación: se trata de medir cómo nos creemos de inteligentes a nivel emocional, que se evaluaría a través de un cuestionario como por ejemplo el TMMS.

– Evaluar las habilidades emocionales: que se mide con un test como es el MESQUITE.

Se trata de dos test que tienen estudios empíricos, con una validez científica y que miden nuestra inteligencia emocional. Hay veces que nos encontramos cuestionarios por Internet o en revistas que nos dicen cómo de inteligente eres emocionalmente, y ese tipo de cuestionarios no tiene realmente una validez empírica, es decir, no nos dicen que realmente vaya a ser así.

Cómo se puede aplicar la inteligencia emocional en los niños

En cuanto a los niños, nos preocupamos mucho de que tengan un curriculum académico muy extenso y que se apunte en un montón de asignaturas, y de idiomas, pero no nos podemos olvidar de educar las emociones que va a ser algo que va a ser fundamental en esos niños.

Educar las emociones va a ser fundamental en los niños y esto no es una cosa que se pueda hacer al azar, si no que también hay que planificarlo hay que saber que es lo que tenemos que trabajar, cómo lo queremos trabajar con los niños, en qué tenemos que focalizarnos.

La educación emocional nos va a ayudar a modificar los sentimientos. Tienen que entender qué es lo que está pasando, a reconocer esos sentimientos, que los perciban bien y que sepan cómo se sienten. Tenemos que ayudarles también a que sean capaces también de razonar esos sentimientos.

Por ejemplo es muy útil desde pequeños enseñar a los niños a no preocuparse por cosas que no sabemos si van a suceder. Muchas veces los adultos nos pasamos todo el día preocupados ‘¿y si ocurre esto? ¿ y si ocurre lo otro?’ y estamos sufriendo inútilmente. Enseñemos desde pequeños a percibir esos sentimientos, a manejarlos, a modularlos, y a que siempre vayan a su favor y no en su contra.

Fuente: http://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/aprendizaje/inteligencia-emocional-en-los-ninos/

Imagen: http://www.guiainfantil.com/uploads/educacion/_emocionG.jpg

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Entrevista: “La clave del sistema educativo es que sirva para construir a las personas optimistas”

Luján Palacioa entrevista a Jurjo Torres Santomé

Jurjo Torres, catedrático y director del departamento de Pedagogía y Didáctica de la Universidad de A Coruña, participó el pasado sábado en las jornadas educativas organizadas por el Colegio Andolina de Gijón. El experto habló sobre “Los centros escolares y las familias en las sociedades democráticas”, y advirtió de la necesidad de formar a las personas en valores por encima de otras materias.

“Tras los ‘papeles de Panamá’ hay buenísimos profesionales de finanzas y derecho, pero carecen de ética y formación humanística, lo que no miden las reválidas ni PISA”

Luján PALACIOS – ¿Qué papel juegan los centros educativos en las sociedades democráticas?

Jurjo – Tienen un papel fundamental porque son espacios fundamentales, donde socializamos a los chicos, donde aprenden a vivir con personas diferentes. Y eso es fundamental sobre todo en una sociedad donde las familias son cada vez más reducidas en su número de miembros y la socialización se hace rnás difícil. Los espacios que había externos como los parques, jardines, calles … o están privatizados o son peligrosos. Es un espacio en el que van a pasar mucho tiempo y donde les vamos a enseñar las cuestiones más elementales, desde conocer a las personas que están a su alrededor a desmontar los mitos, ayudarles a vivir con otras personas y capacitarlos para entender el mundo en el que estamos viviendo, para imaginar otros mundos y ser capaces de corregir los defectos de nuestro mundo presente. En ese sentido es una institución clave, para desarrollar las capacidades personales, para pensar críticamente y movernos en este mundo de la sociedad de la información. Nosotros tenemos como ciudadanos que aprender a leer y analizar críticamente.

Luján PALACIOS – ¿Es complicado en el sistema educativo actual?

Jurjo – Si es así quiere decir que este sistema educativo lo diseñó alguien con trampa. Para mí hay urna dimensión clave en el sistema educativo, que es construir a las personas optimistas. Y a todas, no sólo a determinado colectivo social.

Luján PALACIOS – ¿Qué quiere decir?

Jurjo – Una sociedad optimista es una sociedad en la que sabemos diagnosticar los problemas, pero sabemos que esos problemas tienen que tener solución. Y por lo tanto tenemos que dedicarnos todos a buscar soluciones para construir una sociedad más democrática, más justa, mucho más solidaria en la que podamos vivir todos más plenamente como seres humanos.

Luján PALACIOS – ¿Son conscientes las familias de la importancia del sistema educativo?

Jurjo – Yo creo que cada vez son más conscientes, entre otras cosas porque tienen menos hijos. Si sólo se tiene un hijo o dos es más fácil caer incluso en un problema, la sobreprotección. La inmensa mayoría de los chicos y chicas de las clases medias y medias altas se enfrentan al riesgo de que los protejamos tanto que los hagamos inútiles. No queremos que se esfuercen ni que se lastimen, que les hagan daño.

Luján PALACIOS – ¿Qué valoración hace de las sucesivas reformas del sistema educativo?

Jurjo – Tenemos que ser conscientes de que el sistema educativo está gestionado por un Ministerio de este gobierno. No es que el Ministerio de Educación esté haciendo una política peculiar. Se está haciendo la misma que en sanidad, en servicios sociales, en la reforma de la justicia. Van todas en la misma dirección, con un gobierno que aplica un tipo de política en todos los campos. En el sistema educativo alguien está condicionando y decidiendo cómo quieren que sean las personas del mañana, porque lo que se está haciendo es educar y formar el sentido común, que es 1o más importante que hace el sistema educativo. El gobierno está preocupado por hacernos ver lógico que la Sanidad tiene que estar privatizada, que la Justicia tiene que estar al servicio de quien tiene poder, que la precariedad laboral es lo lógico y que lo que estuvimos haciendo hasta ahora es vivir por encima de nuestras posibilidades. Así, se inculca que lo importante son sólo determinadas áreas de conocimiento como las matemáticas o las ciencias.

Luján PALACIOS – ¿Puede ser más concreto?

Jurjo – Sólo tenemos que pensar en el caso de los “papeles de Panamá”. Detrás de ellos debe de haber buenísimos profesionales para poder montar ese entramado financiero pala evadir impuestos, robar y delinquir. Saben mucho de finanzas, de matemáticas y derecho. Pero lo que les falta es ética; no tuvieron formación humanística, no son capaces de pensar en las condiciones y efectos de los actos que están haciendo, en las personas que sufren el hecho de que roben. Y eso no estaba en las materias que miden PISA y las reválidas.

Luján PALACIOS – ¿Qué hacer entonces?

Jurjo – La importancia de los sistemas educativos radica en su capacidad para desarrollar nuestras capacidades, nuestro pensamiento, para ayudamos, 1o primero, a ser personas y a saber que hay personas que lo pasan mal y de las que yo soy corresponsable en cierta medida.

Luján PALACIOS – ¿Cuánta frustración genera en el profesorado esta deriva?

Jurjo – Mucha. Vivimos en una sociedad en la que nos están diciendo que no se puede hacer otro tipo de proyecto. Los profesores tienen miedo a quedar mal, las evaluaciones externas son tramposas y sirven para construir la privatización.

.Entrevista La Nueva España

 

  • Entrevista tomada de: http://jurjotorres.com/
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