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Coronavirus y educación: la original manera con la que hace 100 años se fomentó el regreso a la escuela en medio de una terrible enfermedad infecciosa

Noticia/17 septiembre 2020/https://www.bbc.com/

Ante la amenaza de una enfermedad transmitida por el aire, potencialmente mortal y aún sin el desarrollo de una vacuna, ¿cómo garantizar el regreso a clase de los niños de forma segura? Este actual dilema también fue enfrentado hace un siglo, cuando la tuberculosis era un mal devastador.

A finales del siglo XIX, esta enfermedad bacteriana mató a uno de cada siete ciudadanos en Europa y Estados Unidos, según datos de los Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU. (CDC). La vacuna se elaboró en 1921, pero pasarían muchos años antes de que fuera ampliamente adoptada en todo el mundo.

Para proteger a los niños en las escuelas, una solución fue utilizar los espacios abiertos como aulas: con pizarras y escritorios portátiles, los estudiantes y maestros ocuparon jardines y utilizaron la observación de la naturaleza para aprender sobre ciencia, arte o geografía, por ejemplo.

Las llamadas «escuelas al aire libre» surgieron en Alemania y Bélgica en 1904, y el movimiento avanzó en las décadas siguientes, hasta el punto de ser el tema, en 1922, del I Congreso Internacional de Escuelas al Aire Libre, en París.

También inspiró acciones en EE.UU., Cuando, en 1907, dos médicos de Rhode Island sugirieron abrir escuelas en áreas abiertas, según el diario The New York Times.

Con el éxito de la iniciativa (ya que allí ningún niño se enfermó de tuberculosis), en los dos años siguientes se crearon en el país 65 escuelas más de este tipo, en predios vacíos, techos de edificios e incluso transbordadores abandonados.

En Brasil también se incorporó la idea, aunque hay pocos registros sobre el tema, pero el investigador André Dalben encontró historias sobre escuelas de este tipo desde 1916 en Campos de Goytacazes, Angra dos Reis y Manaus y, más tarde, la llamada Escuela Débeis, en Quinta da Boa Vista, en Río de Janeiro, entre 1927 y 1930.

«La tuberculosis era una gran preocupación, junto con otras enfermedades infantiles, como la anemia y la desnutrición. En general, las escuelas atendían a los niños de familias pobres, lo que muestra una tendencia hacia la higiene: ya que se pensaba que sus organismos eran más enfermos», explica Dalben a BBC News Brasil.

La idea, dice, era sacar a estos niños de lugares insalubres, como viviendas superpobladas, y ponerlos en contacto con la naturaleza, con la intención de fortalecer su sistema inmunológico.

Uno de los programas más duraderos fue el de la Escuela de Aplicación al Aire Libre (EAAL), que operó en el Parque da Agua Branca, al oeste de Sao Paulo, entre 1939 y la década de 1950, cuando la escuela se trasladó a un edificio cercano, en Barrio Lapa.

EAAL fue estudiado por Dalben, ahora profesor de la Universidad Federal de Sao Paulo, en su posdoctorado en la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo.

La escuela de Sao Paulo no encajaba en el perfil de las demás: enseñó a estudiantes de familias influyentes de clase media de esa ciudad que vivían cerca del Parque da Agua Branca, en áreas que ahora albergan barrios como Pompeia y Perdizes.

Dalben explica que la escuela, que contaba con un alumnado de 350, fue considerada un modelo por la administración del estado de Sao Paulo y tenía un plan de estudios diferente e incluso una lista de espera para las plazas.

«Pero no sé cómo era el día a día en la escuela. Se me acercaron algunos exalumnos, hoy en sus 80, que dijeron que tenían maestros muy estrictos. Así que quizás en la práctica no sería muy distinta a las demás.»

Contacto con la naturaleza y protagonismo de los alumnos

Además del control de la tuberculosis, el modelo de escuelas al aire libre floreció en el período entre las guerras mundiales, época de auge de nuevos ideales de sociedad y educación, dice a BBC News Brasil Diana Vidal, profesora de Historia de la Educación en la Facultad de Educación en la Universidad de Sao Paulo (USP).

«Hubo un debate entre los educadores contra la experiencia escolar del pasado, con miras a crear una que fuera más amigable, promoviendo la defensa de la democracia, para crear una generación más pacífica y solidaria».

Aunque el ideal no se materializó – poco después llegaría la Segunda Guerra Mundial – Vidal explica que esta fue la semilla para la defensa de una enseñanza más cercana a la naturaleza, con protagonismo juvenil, que comprometiera a los niños en proyectos prácticos, combinando actividades físicas, desarrollo intelectual y emocional y tenía al maestro como mediador, en lugar de solo un proveedor de contenido.

Son ideas que se mantienen vigentes (y no siempre puestas en práctica) en la educación actual.

EAALDerechos de autor de la imagenREVISTA BRASILEIRA DE ED FÍSICA
Image caption«Hubo un debate entre educadores contra la experiencia de la escuela del pasado, con miras a crear una que fuera más amigable, promoviendo la defensa de la democracia, para crear una generación más pacífica y solidaria»; arriba, una clase en el Parque Água Branca, al oeste de São Paulo

André Dalben dice que las escuelas al aire libre de principios del siglo XX ya eran llamadas un «cometa médico-pedagógico», que terminó casi desapareciendo en las décadas de 1950 y 1960.

Primero, porque las enfermedades infecciosas han dejado (al menos hasta este año) de ser tan devastadoras, dice Dalben. Luego, explica Diana Vidal, porque prevaleció el modelo de escuela similar al estilo del régimen de fábrica, que implementa horarios fijos de llegada y salida y trata de acomodar al mayor número posible de alumnos dentro de un espacio físico, con el fin de optimizar recursos y gastos.

Parques, plazas y clubes

Diana Vidal se fijó en las escuelas al aire libre del pasado cuando vio imágenes del regreso a la escuela en Manaus, a principios de agosto, con niños pequeños con mascarillas y sentados en un aula con separadores acrílicos entre ellos.

«Quizás estamos tan apegados a las soluciones empresariales, diseñadas para adultos trabajadores, que no podemos reconocer la insuficiencia de estas medidas para los estudiantes en los primeros años de la educación básica», escribió Vidal en un artículo en el periódico de la USP.

Por otro lado, afirma, «al poner a los niños en mayor contacto con la naturaleza, se crea una discusión sobre las prácticas de enseñanza. (…) Empiezan a explorar otros espacios en la experiencia educativa – con nuevos contenidos y nuevas relaciones «.

Aulas al aire libre en Cachemira
Image captionClases al aire libre en Cachemira: «al poner a los niños en mayor contacto con la naturaleza, se crea una discusión sobre las prácticas de enseñanza».

Además, los estudios hasta el momento indican que la proliferación del nuevo coronavirus es mucho menor en espacios abiertos y ventilados naturalmente.

«El virus termina diluido infinitamente al aire libre», dijo a la BBC en mayo la profesora de epidemiología Erin Bromage de la Universidad de Massachusetts en Dartmouth, EE.UU. «Entonces, cuando una persona enferma exhala, los gérmenes se disipan muy rápidamente».

Pero, en la práctica, ¿cómo trasladar la escuela al espacio exterior, principalmente en las grandes ciudades, con pocas áreas libres disponibles?

En agosto, la organización brasileña de derechos del niño Alana lanzó, con base en las directrices de la Sociedad Brasileña de Pediatría y la Unión de Directores de Educación Municipal (Undime), un documento con sugerencias para el uso de los espacios públicos para reanudar las clases presenciales.

El texto sostiene que, si bien el tiempo para regresar a las escuelas debe ser definido por las autoridades de salud, la forma en que esto ocurrirá también debe ser discutida por las autoridades que administran las instalaciones públicas de la ciudad, como parques y plazas.

EAALDerechos de autor de la imagenREVISTA BRASILEIRA DE ED FÍSICA
Image captionLas escuelas al aire libre de principios del siglo XX alguna vez fueron llamadas un «cometa médico-pedagógico», que terminó casi desapareciendo en las décadas de 1950 y 1960.

Entre las sugerencias se encuentra la creación de salas temporales en parques, plazas y clubes, dirigidas principalmente a los más pequeños, con el fin de liberar más espacio interno de la escuela para programar el regreso a la escuela de niños mayores y adolescentes.

También sugiere el uso de mesas de picnic o poda de árboles para crear bancos de madera, asociados con materiales livianos (como rotafolios y tableros con sujetapapeles) traídos de la escuela.

Un obstáculo importante, dice el documento, es que solo el 40% de los centros preescolares del país tienen áreas de juego y solo el 25% tienen áreas verdes. E incluso antes de la pandemia, el contacto de muchos niños con la naturaleza ya era raro o insuficiente, un contacto que podría ayudar a promover una infancia más rica, más creativa y más saludable.

Una maestra en Nueva York dicta una clase al aire libreDerechos de autor de la imagenGETTY IMAGES
Image captionHoy en día, en Nueva York, se llevan a cabo demostraciones para fomentar las clases al aire libre.

Para André Dalben, las escuelas al aire libre del pasado son una inspiración para repensar la arquitectura de las escuelas de hoy. «Cuando comencé a investigar esto, estaba enfocado en la educación ambiental infantil, (como solución) para que esta educación no tuviera que ser un contenido único, sino que pasara por todas las disciplinas. Y ahora también está la pandemia», dice.

«Podemos pensar en las escuelas junto con las ciudades en su conjunto, con más uso de parques y espacios públicos. No vamos a seguir las mismas líneas que la escuela al aire libre del pasado, pero las vamos a reinterpretar».

De California a Cachemira

Al mismo tiempo, desde regiones ricas y desarrolladas hasta áreas más pobres y conflictivas, el uso de espacios abiertos se ha discutido en diferentes partes del mundo.

En los EE.UU., La organización Green Schoolyards (escuelas verdes) creó la Iniciativa Nacional de Aprendizaje al Aire Libre, recopilando estrategias que están siendo adoptadas por las escuelas estadounidenses.

Una de ellas, en California, instaló pizarras portátiles, filtros de agua potable y bloques de heno rectangulares en el patio, que sirven tanto de banco para sentarse como de bloques gigantes para jugar o compartir espacios.

Dinamarca también creó un portal con propuestas de «educación fuera del aula» en medio de la pandemia. Una de las estrategias es mantener a los niños en grupos pequeños durante todo el día, evitando el contacto entre ellos y haciendo un mayor uso de los espacios externos de cada escuela.

En la conflictiva y vulnerable región de Cachemira, ubicada en la frontera entre India, China y Pakistán, otra iniciativa ha llamado la atención. Los niños estudian al aire libre, incluso en condiciones climáticas impredecibles, ya que el «nuevo salón de clases» está al pie de la cordillera del Himalaya.

Los estudiantes y maestros usan máscaras protectoras y pueden instalar carpas para cubrirse, pero toman clases incluso bajo la lluvia.

Diana Vidal, de la USP, dice que todavía ve pocas discusiones sobre el tema en Brasil, pero ve las experiencias pasadas como un tubo de ensayo, para fomentar el debate público.

Aulas al aire libre en Cachemira
Image captionEn Cachemira, los niños estudian al aire libre, incluso en condiciones climáticas impredecibles, ya que el «aula nueva» está al pie de la cordillera del Himalaya.

«A medida que se fueron consolidando los modelos de escuela, también se naturalizaron y nos olvidamos de otras posibilidades», dice Vidal.

Incluida la posibilidad de obviar, cuando sea posible, el aula física.

«El exterior no tiene por qué ser solo para las famosas excursiones escolares. Nos veremos obligados a utilizar el exterior, que es mucho mejor que el cerrado. Es una invitación a pensar en cómo aprovechar mejor los espacios que tenemos«.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-54070581

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Entrevista a el ministro de Educación de Francia, Jean-Michel Blanquer: ‘La educación no se puede sacrificar en tiempos de crisis’

Entrevista/17 septiembre 2020/https://www.rfi.fr/

Tras dos semanas del regreso a clases para los alumnos franceses, el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, conversó con Radio Francia Internacional y la agencia española EFE sobre el mantenimiento de la enseñanza a pesar de la crisis sanitaria por el covid-19. Para Blanquer, la escuela debe ser la garante de la igualdad en el acceso a la enseñanza, aunque se han tenido que cerrar más de 30 establecimientos y 520 clases en todo el territorio, tras la aparición de casos del nuevo coronavirus.

En entrevista en su despacho en el Ministerio de Educación, Jean-Michel Blanquer respondió en un castellano fluido a las preguntas de RFI y de EFE, e hizo un balance de las primeras dos semanas de clases para las escuelas primarias, bachilleratos y liceos de Francia.

La situación sanitaria en Francia es tensa, con un claro repunte de los casos de covid-19, a razón de 7.000 nuevos contagios diarios. A pesar de esto, el gobierno francés decidió mantener la vuelta a clases en todo el territorio, así como la reanudación de la actividad económica, considerando que “los franceses deben aprender a vivir con el virus”.

¿Qué balance hace Usted de estos primeros días de clase? Desde el 1º de septiembre se han tenido que cerrar unos 30 establecimientos y más de 520 clases, debido a la presencia de casos de covid.

J.M. Blanquer: El balance es bastante positivo. Los alumnos y profesores regresaron a las escuelas, lo cual era nuestro desafío principal. Después de la primera crisis que tuvimos, entre marzo y junio, la población se ha acostumbrado a las medidas sanitarias impuestas. En cuanto a las escuelas que hemos cerrado, lo habíamos previsto. Si se presentan casos, debemos cerrar de forma preventiva, para evitar nuevos contagios. Pero han sido 30 planteles, de las 60.000 escuelas en todo el país. Seguramente va a haber más. Tenemos un sistema de pilotaje cotidiano, que nos permite tener esta vigilancia, compatible con nuestro objetivo de abrir las escuelas para todos los niños.

¿Cómo y quién toma la decisión de cerrar una escuela?

J.M. Blanquer: Tenemos un protocolo sanitario a nivel nacional para esto. Pero además, trabajamos con las autoridades locales, sanitarias, el Prefecto que representa al Estado, y el rector que representa al Ministerio de Educación. En general, se activa el protocolo si se presentan tres casos de covid.

¿Qué solución de enseñanza se ofrece a los niños cuyas escuelas deben clausurarse por covid?

J.M. Blanquer: Digamos que hay tres posibilidades. La inmensa mayoría de los niños franceses están siguiendo una enseñanza normal, de forma presencial. Hay escuelas que separan a los niños en pequeños grupos. Si hay casos de covid, se pone en marcha la enseñanza a distancia para los grupos afectados. Y ha habido casos, en los que hemos tenido que cerrar toda la escuela, bachillerato o liceo. En ese caso, la enseñanza se hace a distancia. Hemos creado un sistema nacional de enseñanza a distancia llamado “Ma clase à la maison” (Mi clase en casa) que hemos mejorado tras la experiencia de confinamiento entre marzo y junio.

Francia es uno de los países que decidió que la escuela tenía que ser una prioridad. Otros países, como España, han sido más reticentes y han retardado la vuelta a clases. ¿Debería haber una coordinación europea?

J.M. Blanquer: No solo europea, sino mundial. Mi posición es muy clara al respecto: la educación no es algo que se debe sacrificar en este tipo de situaciones. Tenemos un riesgo de catástrofe educativa a nivel mundial, es decir, que haya millones de alumnos que dejen la escuela y que no vuelvan. La política de mi ministerio ha sido tratar de disminuir esta posibilidad al máximo en Francia. Pero debemos hacerlo a nivel europeo y mundial. Desde hace décadas, se está obrando por el acceso a la enseñanza, y muy particularmente para las niñas en ciertos países donde están excluidas. Lamentablemente muchas niñas quizás no regresen a las aulas después de esta crisis. El regreso a clases con el covid tiene ventajas e inconvenientes. Pero la juventud y la enseñanza son nuestras prioridades, por lo que nos compete buscar soluciones.

El covid es una epidemia que ha afectado a todos los países del mundo. Actualmente la situación sanitaria es muy complicada en varios países de América Latina, una región que Usted conoce muy bien. ¿Está siguiendo la evolución de la situación en esos países?

J.M. Blanquer: Si, la he seguido porque quiero mucho a América Latina y tengo relaciones estrechas con muchos ministros y responsables de educación. Recientemente hablé con la ministra colombiana para conocer la situación y la estrategia que ellos han implementado. Cada país ha tenido su propia estrategia. Lo importante en estos casos es la cooperación que pudiera decidirse entre los países, que aprendamos de las experiencias de cada uno. Una pista de reflexión posible es cmo colaborar en materia enseñanza a distancia, considerando que en todos los países latinoamericanos, salvo en Brasil, se habla el mismo idioma.

Fuente: https://www.rfi.fr/es/francia/20200911-la-educaci%C3%B3n-no-se-puede-sacrificar-en-tiempos-de-crisis

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Un paseo por París con los libertarios anticuarentena

Por: Eduardo Febbro

Es un grupo hostil a los políticos e insensible a las cifras de muertos por el virus.

Para los antibarbijo los gobernantes ”prefieren sacarnos la libertad y a cambio perder dinero», sostienen sentados en la terraza de un café, frente a comercios vacíos a raíz de la pandemia.

Desde París

Aquel día Florian gritó como nunca. En la Place de la Nation, con megáfono en mano, vociferó hasta extenuarse: “la máscara es la puerta de entrada a la dictadura mundial”. Ese 29 de agosto de 2020 no había más de 300 personas a su alrededor, todos contra el uso obligado de los barbijos embriagados en el grito “Liberté, Liberté”. La policía puso 126 multas por no llevar la máscara puesta, pero los rivales del tapabocas sentían que ya eran millones. La crisis del coronavirus movilizó a una amplia zona de la sociedad tradicionalmente hostil a las élites, poco creyente en las instituciones del Estado, recelosa ante los partidos políticos, hipnotizada por las redes sociales, sensible a las teorías complotistas y con una inclinación muy marcada a las actitudes libertarias.

Antibarbijos por excelencia

Casi todos se encontraron dentro del militante sector que refuta la pertinencia de la cuarentena, la eficacia de las máscaras y, globalmente, todas las medidas sanitarias adoptadas desde mediados de marzo. Son los anti máscaras por excelencia. Aunque hubo algunas agresiones, no queman barbijos ni agreden cobardemente a periodistas sin defensa como en la Argentina, ni se proponen tomar el edificio del Reichstag como ocurrió en Alemania.

 Odian a los periodistas y participan, en cambio, en el impetuoso debate sobre el dispositivo sanitario a través, sobre todo, de las trincheras de las redes sociales y de los medios que los invitan. Hay figuras públicas muy conocidas, así como varios líderes del movimiento de los chalecos amarillos que hizo tambalear al país en 2018 y 2019. A ellos se le suman otras personalidades que surgieron en los últimos meses. Gérard y Nicole Delépine son hoy dos emblemas de la militancia contra el tapabocas. Nicole es una oncóloga pediatra y Gérard un cirujano ortopédico, ambos jubilados y ya mega famosos. Al igual que todos aquellos que denuncian la “dictadura sanitaria”, sus argumentos caben en cinco principios: el confinamiento no ha servido para nada, los tapabocas son inútiles, la cloroquina es el único tratamiento eficaz contra la covid-19, no habrá segunda ola porque la epidemia ya pasó, la pandemia es una excusa para modificar el mundo, amordazar a los individuos e instaurar una nueva tiranía global.

La realidad de las cifras, la experimentación de tratamientos fallidos (Didier Raoult), los estudios comparativos, el cruce de datos y el incremento constante de la contaminación contradicen severamente sus argumentos. Sin embargo, nada los inmuta. Con tanta fortaleza como ternura, Nicole Delépine exhibe un montón de hojas con curvas comparativas y datos mientras dice a PáginaI12: “hemos atravesado una inmensa manipulación. El virus es un peligro mítico y las máscaras un bozal para que nos callemos la boca”. Julien y Martine son mucho más jóvenes (30 años), pero no menos persuadidos de que toda esta situación no es más que un “proyecto del Estado para someternos”. Julien es ingeniero en mecánica avanzada y Martine, su compañera, traductora del alemán al francés.

Figuras públicas militantes

Jean-Marie Bigard es uno de los cómicos más famosos de Francia. En su página de Facebook (un millón y medio de seguidores) explicó que la máscara resultaba tanto más incongruente cuanto que si el olor de una ventosidad pasaba a través de un jean, ”entonces el virus podía atravesar el tapabocas”. Maxime Nicolle, uno de los líderes de los chalecos amarillos, expuso los mismos argumentos en la televisión y en un video subido a Twitter, pero con el humo de un cigarrillo como ejemplo: fumó y mostró que, si el humo pasa por la tela, eso prueba que “el virus también traspasa la máscara”.

En contra de lo que se podría pensar, este club está compuesto por sectores sociales de niveles elevados. La fundación Jean-Jaurés publicó el 7 de setiembre un estudio sobre los antimáscaras y sus características sociodemográficas. ”63% son mujeres con un alto nivel educativo. Los ejecutivos y profesiones intelectuales superiores representan 36% de los opositores cuando solo constituyen el 18% en el conjunto de la población francesa. Al contrario, los obreros y los empleados representan 23% de los anti máscaras, o sea, la mitad de su peso real en la población francesa”. En Francia, 64% de la sociedad respalda el uso de los tapabocas, incluso en los lugares públicos abiertos.

PáginaI12 le propuso a Martine y Julien un paseo en inmersión por lo real. La cita se fijó en la esquina del Boulevard Saint Germain y Saint Michel con la idea de caminar por Saint Germain hasta la Rue des Saints-Pères. Esos casi dos kilómetros recorren una de las zonas más turísticas de París, las boutiques de lujo y cafés célebres como Le Deux Magots, Le Flore et Le Bonaparte. Los turistas deambulan como mariposas perdidas. Esta vez no hay nadie. Los comercios están vacíos y solo se salvan los cafés con amplias terrazas. Entramos a un par de boutiques para averiguar precios y entablar la conversación y conocer las consecuencias de la pandemia. Las respuestas fueron similares: entre 60% y 70% menos de ventas, personal cesado y amenaza de cierre. Nos sentamos en la terraza de la brasserie Le Rouquet y enseguida surgió la pregunta: “¿ ustedes creen realmente que el liberalismo está dispuesto a paralizar su sistema, perder dinero, cortar los intercambios y el consumo ?”. Para ellos, no caben dudas: ”prefieren sacarnos la libertad y a cambio perder dinero. Mientras tanto, con el pánico artificial que generan se preparan con leyes y trampas para intervenir las sociedades. Nos quieren convertir en corderos”, dice Martine. Al grupo se suma Florian, el joven de 32 años que participó en la manifestación contra las máscaras. Dice más o menos lo mismo: ”la pandemia ha terminado (7.000 contagios en un día), pero siguen y siguen dando cuerda en los medios serviles y mentirosos”. La doctora Delépine completa esa idea y asegura: ”las máscaras carecen hoy de todo sentido. Sólo sirven para expandir el miedo, paralizar la población y bloquear la reflexión. La máscara se ha convertido en un símbolo de la tiranía del poder y de la sumisión de los individuos”.

La encuesta de la Fundación Jean-Jaurés sitúa a los antimáscaras en todo el abanico político con una mayoría de 46% hacia la derecha y 36% hacia la izquierda. Varios rasgos mayoritarios identifican a los antimáscaras: rechazo a las instituciones o falta de confianza en ellas (apenas 6% cree en la institución presidencial), incluidos los hospitales, no se reconocen en la oposición izquierda-derecha (61%), sólo 14% cree en la prensa escrita, 2% en la televisión pero son 60% en tener confianza en los medios en línea y 51 en las redes sociales (78 % se informa por medio de internet contra 28% para el conjunto de la población del país). Su adhesión a las tesis complotistas es otro rasgo. 90% de los encuestados afirman que el Ministerio de Salud es un cómplice de la industria farmacéutica para ocultar la realidad sobre la nocividad del virus. Como lo resume el informe, los antitapabocas están impregnados en la idea de que las máscaras “están destinadas a testear a la población y serían el anunciador de la instauración de un nuevo orden mundial sin ninguna libertad para los ciudadanos”.

Los antimáscaras se alimentan en el seno de la llamada “burbuja cognitiva”, es decir, las redes sociales donde no circula ninguna opinión divergente y donde todo debate contradictorio está excluido. A los poderes públicos les preocupa lo que vendrá después: el 94% confirma que no aceptará que lo vacunen contra la covid-19 cuando se descubra la vacuna. Los ortodoxos de la libertad son insensibles a cualquier argumento científico, a los testimonios de médicos y enfermeros, al escalofriante tendal de muertos que ha dejado la pandemia y al hecho de que ellos mismos, escuderos del libre arbitrio y la soberanía, son objeto de una manipulación tan grosera como interesada por parte trolls, diseñadores de fake y científicos cuya credibilidad hace rato que es una broma siniestra.

Fuente e imagen: https://www.pagina12.com.ar/290994-un-paseo-por-paris-con-los-libertarios-anticuarentena

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Roma: El Papa Francisco se solidariza con los refugiados de Grecia

El Papa Francisco se solidariza con los refugiados de Grecia

CIUDAD DEL VATICANO
Agencia AP

El Papa Francisco expresó ayer su solidaridad con los miles de migrantes que se quedaron sin techo debido al incendio que incineró el campamento de refugiados en la isla griega de Lesbos.

Los refugiados deben recibir “una bienvenida digna y humana” a donde quiera que vayan, expresó el pontífice.

El Papa recordó la vez que visitó el campamento Moria en Lesbos el 16 de abril del 2016, cuando incluso trajo consigo en el avión Papal a 12 refugiados sirios.

“Expreso mi solidaridad y mi proximidad a todas las víctimas de estos eventos dramáticos”, expresó el Pontífice, que suele abogar a favor del trato humano a los migrantes.

El campamento de refugiados de Moria, el mayor en toda Grecia, fue destruido por fuegos el martes y miércoles. Según las autoridades, habitantes del campamento provocaron el incendio intencionalmente en protesta por medidas de confinamiento impuestas para evitar la propagación del coronavirus.

Las autoridades griegas aseveraron que en los próximos días los migrantes serán trasladados a un campamento de carpas erigidos por el ejército.

Fuente de la Información: https://lahora.gt/el-papa-francisco-se-solidariza-con-los-refugiados-de-grecia/

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España: La vuelta al cole: ¿estamos todavía a tiempo de evitar el naufragio?

La vuelta al cole: ¿estamos todavía a tiempo de evitar el naufragio?

Empieza un curso escolar, nuevo en muchos sentidos. No es nueva, sin embargo, la carga de incertidumbre, inquietud y preocupación, aunque este año sea más pesada de lo habitual.

Desde hace mucho, sistemáticamente el gobierno autonómico (los pesoístas, primero y los peperos y Cía., después), cada nuevo curso, ha venido proporcionando a profesorado, equipos directivos y familias y alumnado una buena ración de incertidumbres: supresiones planificadas y sorpresivas de grupos y puestos docentes, reajustes de ratios, siempre ilegales y siempre por encima de lo aconsejable desde el punto de vista educativo, asignaciones económicas insuficientes, plantillas y cupos siempre calculados a la baja, escasez de plazas escolares públicas en algunas zonas, la pesadilla de la escolarización de 0 a 3 años, la falta de personal laboral para atender tareas administrativas y de limpieza, las contratas en los comedores escolares, la ausencia de monitoras y un largo etcétera. Todo ello ha venido teniendo diversas justificaciones que, no obstante, remiten siempre a la misma realidad: el gasto en materia educativa siempre es escaso y descendente desde hace décadas en Andalucía. Para ello, cada año se recurre a malabarismos estadísticos en los presupuestos, que maquillen el estado de asfixia de la educación pública y borren las huellas del desastre. Y mientras esto sucede en la educación pública, la privada concertada, sostenida igualmente con fondos públicos,  recibe el dinero con largueza, mientras se consiente una segunda  fuente de financiación, a cargo de las familias, y se abren sin cesar unidades basándose en una supuesta demanda social y en el inexistente “derecho de los padres”, no a la elección de centro, sino a que dicha elección sea financiada con fondos públicos.

Pues bien, en este estado de cosas, y con un firme defensor de la enseñanza privada al frente de la educación andaluza, llegó el COVID-19.

El curso pasado se terminó como se pudo. Y si el naufragio no fue total se debió en exclusiva a la voluntad, el trabajo y el esfuerzo de miles de docentes que cada día, confinadxs en sus casas, atendieron a su alumnado sin horarios, sin descanso y con un nivel de desgaste emocional y físico importante, haciendo frente a situaciones imprevistas con sus propios medios y sin apoyo alguno de la administración educativa. Su labor ni siquiera ha tenido reconocimiento social. Nadie ha aplaudido al profesorado, sobre el que incluso se extendió a final de curso la sospecha de que tal vez estaba en su casa tan a gusto, sin tener que lidiar con el alumnado de forma presencial.

A finales de junio, la Consejería de Salud y Familias publicó unas “Medidas preventivas de salud pública” para Andalucía. (Orden de 19 de junio de 2020). En dicha orden, se dedica media pagina a las medidas en el ámbito de la enseñanza no universitaria, tras haber establecido profusamente medidas para el turismo, la celebración de bodas y funerales y los espectáculos taurinos. Lo primero, es antes. En ellas se establece que el retorno a la actividad docente para el curso 2020-21 “se regirá por las condiciones sanitarias vigentes a comienzo de curso”. Lo digo por si alguien alude a esta orden como un instrumento de prevención.

Y así, llegamos al Acuerdo del Consejo de Gobierno, de 28 de agosto de 2020, por el que Juanma Moreno y amigos dicen que “se toma conocimiento de las medidas de prevención, protección, vigilancia y promoción de la salud ante casos de COVID-19 en centros y servicios educativos docentes no universitarios de Andalucía”, seguido de una circular de 3 de septiembre, “relativa a medidas de flexibilización curricular y organizativas para el curso escolar. 2010-21”.

En esta circular, el término “flexibilización” se utiliza como es habitual, es decir, para encubrir la ley del sálvese quien pueda y la pretensión de paliar los estragos de la crisis sanitaria en educación a “coste cero”, expresión también muy grata a la administración educativa pesoísta desde la crisis del 2008. Por supuesto, nadie, ni antes ni ahora, valora el alto coste que tiene para la educación pública el llamado “coste cero”.

Estos días, se me pasan por la cabeza insistentemente dos pensamientos y una pregunta. Uno: no puedo dejar de pensar con alivio que a mediados de mes no tendré que entrar en un aula en estas condiciones. Toda mi empatía y solidaridad con quienes sí deben hacerlo. Dos: esta “nueva normalidad” en la enseñanza pública puede suponer un paso decidido – en paralelo a lo que puede ocurrir en sanidad con la atención primaria- hacia una enseñanza semipresencial. Es decir, la administración educativa, aprovechando la coyuntura de una emergencia sanitaria (no entro aquí a valorar cómo se ha gestionado esta crisis) quizás intente derivar una parte de esta enseñanza a la semipresencialidad, lo que significaría una reducción drástica de gasto en la infraestructura escolar ( materiales, agua, electricidad, equipos informáticos, personal de limpieza, transporte escolar…), una flexibilización y reducción de la plantilla docente, por la vía de las habilitaciones y la reagrupación del currículo en ámbitos, y un deterioro aún mayor de la calidad de la enseñanza.

Y una pregunta: ¿estamos todavía a tiempo de evitar el naufragio?

Todo dependerá de si profesorado, alumnado, familias, personal no docente y la sociedad andaluza en general, todxs cuantos construimos y defendemos una educación pública de calidad, inclusiva, crítica, en igualdad y enraizada en su entorno, trabajamos para convertir esta coyuntura en una oportunidad transformadora, demostrando así de camino que hemos aprendido algo de la experiencia vivida en los meses pasados. Todo dependerá, en definitiva, de si somos capaces de construir, de una vez por todas, comunidad educativa. ¿Cómo lograrlo en estas circunstancias?

Para construir comunidad educativa, es necesario que todos los agentes, profesorado, familias, alumnado y personal de administración y servicios, se incorporen al proceso de reflexión para encontrar y asumir entre todos y todas las soluciones. Ello no implica, desde luego, que se exonere a la administración educativa de sus responsabilidades, que las tiene y aún sigue sin asumirlas, dando muestra de un nivel de irresponsabilidad y falta de planificación que, según se desarrolle el curso, puede rayar incluso lo delictivo.

En esta coyuntura, llevar a cabo reuniones en cada centro educativo es importante. Pero hablo, no de reuniones para comunicar a profesorado y familias las instrucciones de funcionamiento y las decisiones sobre la organización del curso. Hablo de reuniones en las que, tomando en cuenta las condiciones físicas, socioeconómicas y educativas de cada centro, se  tomen decisiones y se adopten medidas.

Camino habría andado si se hubieran evaluado, centro a centro, los resultados académicos y los problemas y dificultades a las que se ha debido hacer frente durante el confinamiento. Ese debería haber sido el punto de partida.

En primer lugar, resulta increíble e inaceptable que se ningunee a un alumnado que sobrepasa el millón en Andalucía, sin contar la educación infantil, que no se le tenga en cuenta en las decisiones de calado que se están tomando sobre su trabajo, su tiempo y su futuro. No es de extrañar en una sociedad adultocéntrica como la nuestra y tan poco democrática y participativa, en la que de igual manera se ningunea al profesorado y a las familias. Esto da idea también de lo irrelevante de las medidas adoptadas hasta ahora por la Consejería. Prácticamente no existe, con ese volumen de alumnado, una familia en toda Andalucía que no tenga contacto con una criatura en edad escolar, lo que debería dar escalofríos a la hora de pensar en la seguridad sanitaria.

En segundo lugar, para establecer distancia, única medida que, hoy por hoy sabemos que frena los contagios – y no solo el uso de mascarilla, como pretende hacernos creer, de forma irresponsable y hasta criminal, el presidente de la Junta de Andalucía-, hay que reducir drásticamente las ratios y para ello no basta con ciertas clases no presenciales y con la reagrupación de asignaturas: se necesita profesorado. No es de extrañar, por tanto, que el profesorado esté organizando movilizaciones que incluyen la huelga. Estas acciones, además de un derecho, en estos momentos representan un intento de velar por la salud y la seguridad de ese millón largo de escolares andaluces cuya salud nos atañe y nos puede afectar a todos y todas.

Además, la enseñanza semipresencial y la organización de grupos debería hacerse en función de la experiencia del confinamiento y asegurando que las familias, todas las familias, cuenten no solo con los medios técnicos y tecniológicos adecuados, sino con los instrumentos para la conciliación familiar.

En tercer lugar, aunque no menos importante, la metodología para el proceso de enseñanza-aprendizaje no puede permanecer inalterada. No valen las clases magistrales, hace mucho de hecho que no valen, pero ahora ante un ordenador, todavía menos. No valen, no deberían valer, las páginas de ejercicios, ahora consultadas en una pantalla y no en un libro de papel o en la pizarra digital. No valen los exámenes de siempre con la tecnología de ahora. Es necesario caminar hacia una metodología más activa y participativa, que asegure la reciprocidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Y no puedo olvidar, porque creo firmemente en ello, que nada puede ni debe sustituir la presencialidad en la enseñanza. El contacto entre el alumnado y de este con el profesorado es fundamental a la hora de lograr que el proceso de aprendizaje sea una experiencia vital y no un elemento utilitario y finalista, destinado a promocionar de curso o nivel educativo.

En lugar de esto, lo que el profesorado está encontrando en los primeros contactos con sus centros es mucha cinta en el suelo, litros de gel hidroalcohólico, indicaciones sobre las puertas de entrada y salida de los edificios e invitaciones, más o menos veladas, a tener preparados los materiales para las clases virtuales. Eso sí, la mayoría de las veces, a través de plataformas privadas, que están consiguiendo con ello hacer negocios millonarios. Parece que, en el fondo, lo que se está escenificando es un amago de normalidad para, al poco tiempo, volver a la situación del confinamiento y, si esto ocurriera, presentar al profesorado como el único responsable de tal situación.

Por todo ello, es más urgente que nunca dar respuesta de forma conjunta, como comunidad educativa, a la situación actual, desde el momento mismo de las movilizaciones. Así, no solo estaríamos en condiciones de evitar el naufragio, en términos educativos y sanitarios, sino que lo aprendido en el proceso nos brindaría la oportunidad de construir una normalidad transformada y transformadora. Frente al sálvese quien pueda, el trabajo cooperativo y solidario. Merece la pena intentarlo.

Fuente: Portal de Andalucía (portaldeandalucia.org)

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/la-vuelta-al-cole-estamos-todavia-a-tiempo-de-evitar-el-naufragio/

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Gran Bretaña: Study Suggest Best Way to Drive Away Seagulls; Eye Contact

Study Suggest Best Way to Drive Away Seagulls; Eye Contact

A new study suggests that if you find yourself annoyed by seagulls at the beach or, more increasingly, urban areas, the best way to discourage them is to make eye contact.

Researchers at Britain’s University of Exeter observed 155 herring gulls – the most common variety of seagull, and a variety, they say, that is becoming more common in urban areas.

The gulls tend to be seemingly fearless around people in either setting when it comes to stealing food. They have been known to fly off with whatever a person might be eating if it is left unguarded.

For their study, the researchers approached the seagulls while either looking directly at them or facing toward them, while keeping their eyes to the ground.  They found when their eyes were locked with the gulls, the birds tended to flee.

The gulls reacted the same way in both beach and urban areas.

A similar 2019 study led by University of Exeter PhD student Madeleine Goumas, examined how the gulls reacted when people looked at them or looked away. The study found looking directly at birds while they ate prompted them to fly away sooner.

Goumas is lead author on the new study, which refined the methodology by having experimenters only move their eyes as they approached the gulls. She said the study shows the gulls responded specifically to human eye direction. It was as true in young gulls as it was mature ones, indicating it was innate behavior, not the result of any one gull’s negative interaction with people.

The researchers suggest the behavior reflects the gull’s large brains that have allowed them to adapt to survive a life of interacting with humans.

The study was published online on September 4 and will appear in the October 2020 issue of the journal Animal Behavior.

Fuente de la Información:  https://www.voanews.com/science-health/study-suggest-best-way-drive-away-seagulls-eye-contact

 

 

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El PCE ofrece sus sedes en la provincia de Sevilla para desdoblar clases y bajar la ratio en los colegios

Por: Tercera Información

Del mismo modo, el PCE en la provincia de Sevilla ha instado a todas las administraciones a que habilite los edificios públicos que sean necesarios para asegurar la actividad docente presencial en la provincia de Sevilla.

El secretario político del PCA en Sevilla y exdiputado de Unidas Podemos en el Congreso, Miguel Ángel Bustamante, ha informado de que el partido cederá sus locales para el desdoblamiento de las clases y la bajada de ratio en los colegios. “Las sedes del PCA están y estarán siempre a disposición del pueblo, y proponemos que sean utilizadas como aulas docentes para poder bajar la ratio y permitir que nuestros niños y niñas asistan presencialmente al colegio con la mayor seguridad posible”.

Las sedes del Partido en la provincia de Sevilla fueron cerradas al público el pasado 13 de marzo, un día antes de que fuera decretado en nuestro país el estado de alarma, porque la organización de izquierdas entendía que debía «dar ejemplo y no contribuir a la expansión del virus».

Bustamante indica que durante todo el confinamiento pusieron sus sedes «a disposición de las autoridades para cualquier necesidad que se creyera conveniente, hasta el punto de que se han realizado campañas de donación de sangre en algunas de ellas”.

Ahora, ante el inicio de un curso escolar con muchísima incertidumbre, «y en el que la administración autonómica no ha tomado aún las medidas necesarias para conseguir una bajada de ratio que asegure la salud de nuestros niños y niñas, y por consiguiente de toda la población», el PCE recuerda que sus sedes «están a disposición del pueblo», por lo que las ofrece incluso «para su adaptación como aula docente, en caso de ser necesario».

Del mismo modo, el PCE en la provincia de Sevilla ha instado a todas las administraciones a que habilite los edificios públicos que sean necesarios para asegurar la actividad docente presencial en la provincia de Sevilla, y los ofrezca como alternativa a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, facilitando así los recursos necesarios para asumir un desdoblamiento de las clases y una bajada de ratio en el momento en que la Consejería lo determine oportuno.

De igual manera, desde el PCA se hace extensible este ofrecimiento a las direcciones de los colegios e institutos públicos de la provincia de Sevilla, para que cuenten con el apoyo y recursos que dispone la organización de izquierda ante las dificultades del presente curso.

Fuente e Imagen: https://www.tercerainformacion.es/articulo/actualidad/07/09/2020/el-pce-ofrece-sus-sedes-en-la-provincia-de-sevilla-para-desdoblar-clases-y-bajar-la-ratio-en-los-colegios/

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