Europe/United Kingdom/19-01-2020/Author(a) and Source: www.bbc.com
A primary school is to fine parents who are late to pick up their children.
Holy Trinity in Gravesend, Kent, will issue a £1 charge per pupil every five minutes after 15:40.
Social services will be contacted if a child remains uncollected at 16:00, according to a policy that was introduced earlier this month.
The National Education Union fears «punitive» fines and «threats» of social services would «undermine positive relationships with parents».
The school said paying staff overtime to care for uncollected children had become unsustainable and would impact other aspects of school funding.
Head teacher Denise Gibbs-Naguar said it was increasingly common for a «significant number» of pupils to remain uncollected 30 minutes after the school finished at 15:30.
She said pupils who are collected late often «exhibit signs of anxiety and distress» and «worry that something may have happened» to their parents, adding: «Clearly this is not something anyone wants a child to experience.»
Parents at the school gate had mixed views of the fines, with one mother-of-four saying she understood the school’s move when it came to persistent offenders.
A father said he did not understand why people would be that late to pick up their children but another parent she said thought the move was «a bit petty».
‘Unnecessary threat’
The school’s new policy says fines will not be issued when there are «reasonable circumstances» for lateness, such as car accidents, illness and flooding.
Parents will be given three warnings, but thereafter will be charged £1 every five minutes per child.
Jerry Glazier, of the NEU, said the union did not think «fining parents is the right way to engage in the issue».
He said it was important «parents understand why particular actions are detrimental to the school, but the best way of doing that is through proper meaningful engagement, not by punitive actions like fining».
He added: «I don’t think there’s any legal power that enables a school to fine parents and that’s probably the end of it.»
Mr Glazier said the «unnecessary threat» of contacting social services would potentially antagonise people.
The school said a letter would be sent to parents requesting the amount due, which will be followed up with a phone call.
It is not clear what action the school would take if a parent refuses to pay.
Source and Image: https://www.bbc.com/news/uk-england-kent-51126559
El ejemplo de Hungría, con escuela gratuita y obligatoria, acentúa la ambigüedad de los sistemas: los alumnos pagan la comida, el jabón y hasta el papel higiénico.
“¿Dónde te crees que estás? Esto es Hungría.”
Así, subida de tono, una de las madres de la Asociación de Padres de la escuela me increpó en la última reunión. Mi hijo va a quinto grado, en una escuela del Estado, en Budapest. Le había hecho una llamada de atención, cuando ella, con total naturalidad, explicaba que los niños que no hubiesen pagado la mensualidad, la entrada al evento o que no hubiesen traído el ticket para el bus, de haber una excursión, se quedarían en la escuela.
En Hungría, la educación es gratuita y obligatoria desde los 3 hasta los 16 años. Pero hay que puntualizar lo de gratuita, y por qué no, lo de obligatoria también. La comida de los niños hay que pagarla. Suelen ser unos 30 euros por mes. Hay que dar también unos 3 ó 4 euros por mes, dinero que administra la Asociación de Padres y que usan para organizar excursiones, comprar algún material de clase y regalos, como los de fin de curso a las maestras.
De haber algún evento extra, por ejemplo, ir al teatro, o incluso a algún concurso, hay que mandar el dinero aparte, en un sobre. Y efectivamente, tal como decía aquella madre, los que no mandan el dinero se quedan en la escuela, o directamente no van al colegio, a sabiendas de lo que va a pasar. Igual lo que realmente pica es la lista de útiles escolares que piden a comienzos de año, que entre pitos y flautas, supera los 60 euros.
Y solo como detalle, cada mes hay que llevar a la escuela jabón para lavar las manos, servilletas de papel, papel higiénico y pañuelos de papel.
Una madre camina con sus hijos tras acabar la escuela, en Hungría. (.)
Salario mínimo
De 300 a 400 euros al mes
Para que se entienda mejor, el salario mínimo en Hungría es de unos 300 euros, o de 400, si para ese puesto se necesita al menos un título de educación media (8 años de primaria más 4 años de secundaria).
Igual, a sabiendas de la práctica, me atreví a sugerir que al menos la Asociación de Padres o bien el tutor de la clase aceptase un fondo voluntario para los casos en que los niños no hubiesen pagado. Es decir que los padres que quisieran entregasen a fondo perdido un equis monto de dinero para que nadie se quede sin participar en la actividad del día, entendiendo que estas actividades se suelen hacer durante el horario escolar.
Repetía yo aquello de “la educación es gratuita…”. Insistí en que mi sugerencia no pretendía exonerar a los padres de la obligación de pagar, pero sí evitar que ningún niño quede privado de participar en las actividades comunes que se realizan en horario escolar. Mi propuesta cayó en balde. Aquí la gente no es muy habladora en las reuniones. Siempre son, somos los mismos los que hablamos.
El tema se cerró con aquello de que los niños tienen que aprender cómo funciona la sociedad para no cometer de mayores los mismos errores que sus padres. Respiré hondo, y esperé a que terminase la reunión, boli en mano, en silencio, tomando nota del calendario para el año entrante, como un buda.
La siguiente semana volvimos a encontrarnos con la madre en cuestión, nos dimos un beso, un abrazo, y dejamos claro que el griterío forma parte del folclore de las reuniones, y seguimos tan amigos.
Terapia con perro en una escuela de educación especial en Budapest. (Marton Monus / EFE)
Ayudas
Para familias con ingresos muy bajos
De cualquier modo, tengo que aclarar que existen ayudas específicas para cubrir los gastos escolares. Un niño puede quedar exento de pagar la comida en la escuela, si el ingreso por miembro de la familia no excede los 130 euros. En el caso de familia numerosa (por lo menos 3 hijos), pagan la mitad. Con respecto a los gastos de inicio de clases, también se puede solicitar una ayuda de 10 euros, siempre y cuando el ingreso por cabeza no supere 265 euros. Y los libros de texto son gratuitos. Hay que hacer las cuentas.
Para terminar me gustaría aclarar que hasta ahora el tema de la obligatoriedad de la escuela tenía su trampa. Es decir, hasta este año existía la figura del alumno particular. O sea, no tenía que ir a la escuela, sino, periódicamente, asistir a los exámenes de rigor.
En base a esta fórmula se fundaron algunas escuelas, como la Budapest School, de uno de los fundadores del Prezi, donde todos sus alumnos estaban exentos de ir a las escuelas del Estado. De esta manera, el colegio podía enseñar como quería, y el Estado no podía inmiscuirse en el diseño pedagógico. Pero a partir de este septiembre esto está prohibido. Todo el mundo tiene que ir a la escuela del Fidesz (el partido que está en el gobierno).
La enseñanza gratuita y obligatoria se entiende o se entendía como una conquista social, atendiendo a los derechos del menor. Hoy por hoy, al menos por estos lares, es cada vez más común rebelarse contra el Estado, no ya para hacer que el niño se quede trabajando en la mina o en el campo, sino para ofrecerle una educación distinta, diferente al rígido modelo estatal.
La otra opción sería democratizar la escuela. Pero de eso estamos todavía más lejos.
Referente de la Pedagogía Crítica, el experto participó este miércoles y martes en un curso de formación docente sobre cultura evaluativa y en una charla para equipos directivos.
Catedrático emérito de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga (UMA), abanderado de la Pedagogía Crítica que rechaza la “domesticación” del alumnado y aboga por formar personas “que no se dejan engañar y son solidarias” y docente desde hace casi 60 años, Miguel Ángel Santos Guerra cerró este miércoles su estancia de 2 días en Ceuta para participar en un curso sobre cultura evaluativa y en un encuentro con equipos directivos sobre liderazgo educativo.
Antes de su última cita, el autor de cerca de 80 libros sobre Educación compareció en rueda de prensa junto al director provincial del MEFP, Javier Martínez, uno más de los que le consideran un referente ineludible en la materia, para escucharle defender con pasión la necesidad de maestros y profesores que sean salmones y manzanas, que naden contracorriente y ayuden a madurar y a crecer a su entorno. Que den ejemplo, también, y que sean “optimistas”.
El desafío y el potencial de su labor es, remarcó, ciclópeo, pues está seguro de que “la solución a los problemas de Ceuta, a largo plazo, profundamente planteados, no está ni en los despachos ministeriales ni en los cuarteles ni en las iglesias ni en las industrias ni en las multinacionales: está en las escuelas y en la Educación entendida como algo más que la mera acumulación de conocimientos porque supone la transformación de los individuos y, a través de ellos, de la sociedad”.
Santos Guerra extendió, eso sí, más allá de los colegios e institutos la responsabilidad del reto. “La escuela es el epicentro de los procesos de Educación”, reconoció, “pero también las familias son contexto educativo. Y la sociedad. Y los medios. También son una escuela de aprendizajes. Hace falta un pueblo entero para educar a un niño porque si lo que hace la escuela lo deshace la familia, si unos van en una dirección y otros en la contraria, nunca progresaremos”.
A partir de esa premisa, el pedagogo puso de relieve la importancia de la ejemplaridad cotidiana. “No hay”, advirtió, “forma más bella y eficaz de autoridad que el ejemplo”. A su juicio, si en estos días “hablamos mucho de ética y de valores” es “porque no se cumplen, no se practican, pues de otra forma se aprenderían por ósmosis. Si fuésemos ejemplares en la familia, en la política, en la escuela… Los niños lo aprenderían casi sin darse cuenta, de forma automática, por eso insisto tanto en la necesidad de que seamos un ejemplo que puedan imitar los niños y jóvenes”.
“Intrínsecamente optimista”
Un modelo, además, que tiene que nutrirse del optimismo. “Esta es una profesión intrínsecamente optimista porque es consustancial, como mojarse para el que va a nadar, porque la educabilidad se rompe cuando pensamos que el otro no puede aprender o que nosotros no podemos ayudarle a conseguirlo: ahí se truncan todas las posibilidades de aprendizaje y mejora”, avisó.
Desde el punto de vista del ponente “educar es enseñar a pensar y a convivir desarrollando solidaridad para construir una sociedad en la que quepamos todos, no solo los privilegiados”, porque la Educación debe ser “el motor de la democracia” y “la mejor arma transformadora de una sociedad”, resaltó parafraseando a Alcalá-Zamora y Mandela.
“En ese empeño debemos estar todos, principalmente los docentes, con los que habría que hacer un ejercicio de reflexión profunda porque si su tarea es la más importante que hace el ser humano, trabajar con la mente y el corazón de los niños, deberían hacerlo los más sensibles y valiosos de una sociedad, no quienes no valgan para otra cosa”, cuestionó los actuales métodos de selección.
“Cómo se elige para esta tarea es muy importante, como también lo es cómo se les forma y cómo se les trata cuando la desarrollan como piedra angular de la calidad del sistema educativo”, subrayó Santos Guerra, un convencido de que para dirigir un centro hay que ser manzana. “Si metes una en una bolsa con frutas verdes, estas maduran por la influencia beneficiosa, humilde y persistente de las feromonas de la primera. En una escuela”, comparó, “tiene autoridad y liderazgo quien ayuda a crecer, a madurar, a la comunidad, porque quien aplasta, humilla, silencia, machaca o desalienta tendrá poder, pero no autoridad”.
Los docentes también deben ser, opina, salmones, sobre todo en un contexto neoliberal “que contradice casi todos los presupuestos de la Educación, que prima el individualismo, cada uno a lo suyo y relativismo moral: todo vale por el poder, el dinero y la fama”.
“La escuela como institución que, a mi juicio, educa, es la que va contra todos esos valores. Tiene que ser contrahegemónica y sus profesionales, también. Ir contra la corriente. Es más fácil dejarse llevar, pero solo a los peces muertos los arrastra la corriente. Si bajan muchos muertos”, terminó, “es otro motivo para seguir contra ella sorteando esos cadáveres”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el miércoles pasado que la cantidad de lugares financiados por el estado en las universidades rusas debe aumentarse cada año, informa la Agencia de Noticias Tass .
En su discurso sobre el estado de la nación ante la Asamblea Federal el miércoles 15 de enero, Putin dijo: “La cantidad de alumnos que abandonan la escuela crecerá en los próximos años. Es necesario garantizar un acceso equitativo y justo a la educación superior gratuita. En este sentido, sugiero que el número de plazas financiadas por el estado en las universidades se incremente cada año. Y, lo que voy a decir es muy importante, primero debe referirse a las universidades regionales «.
Según él, las regiones de Rusia se enfrentan a la falta de médicos, maestros e ingenieros. “Claramente, existe la necesidad no solo de aumentar el número de estudiantes que ingresan a las universidades, sino también de asegurar el desarrollo de universidades regionales en cooperación con la comunidad empresarial y los empleadores, particularmente impulsando las instalaciones de investigación e infraestructura social y brindando capacitación avanzada a los profesores de las universidades regionales para que los estudiantes reciban conocimientos actualizados y puedan desarrollar carreras exitosas en sus regiones nativas ”, agregó el jefe de estado. Informe completo sobre el sitio de Tass
Francia vive este jueves pasado una nueva jornada de huelga general contra la reforma del sistema de pensiones impulsada por el Gobierno del presidente Emmanuel Macron y que afecta a diversos sectores, incluido el transporte y la educación. La jornada de protestas está liderada por sindicatos de maestros, enfermeras de distrito y abogados, que se unieron en el día 36.º de protestas, informa The Guardian.
Más de un tercio de los docentes del país no acudieron a trabajar, mientras decenas de escuelas permanecen cerradas en París. El sistema de transporte también se ha visto afectado, en especial los servicios ferroviarios, mientras hubo advertencias de posibles retrasos e interrupciones en los vuelos.
El Gobierno espera que en las próximas 24 horas se logre un acuerdo que desatasque las negociaciones sobre los cambios en el sistema de pensiones. Sin embargo, Laurent Berger líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), anunció el pasado miércoles que aún se encuentran «lejos de llegar a un acuerdo».
Detonante de la huelga
Las protestas contra el cambio del sistema de pensiones se iniciaron en Francia el 5 de diciembre. Desde entonces varias organizaciones laborales y sindicatos están organizando huelgas para expresar su desacuerdo con el plan de cambios en el sistema jubilatorio.
La reforma del sistema de pensiones del Gobierno francés tiene como objetivo eliminar los 42 regímenes especiales que existen actualmente y que otorgan privilegios a ciertas categorías profesionales. En su lugar se instauraría un sistema único en el que todos los trabajadores gozarán de los mismos derechos a la hora de recibir una pensión una vez que se jubilen.
Para el Gobierno, se trata de un sistema «más justo y simple» en el que «cada euro cotizado dará los mismos derechos a todos». Pero los sindicatos temen en cambio que el nuevo sistema atrase la jubilación, actualmente a los 62 años, y disminuya el nivel de las pensiones.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha expresado su rechazo al ‘pin parental’ defendido por Vox, que supone una autorización previa de las familias para que sus hijos asistan a clases con contenidos de diversidad afectivo-sexual en horario lectivo. A su juicio, esto «resta» a los niños y niñas su «derecho» a una educación en valores y derechos humanos.
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha expresado su rechazo al ‘pin parental’ defendido por Vox, que supone una autorización previa de las familias para que sus hijos asistan a clases con contenidos de diversidad afectivo-sexual en horario lectivo. A su juicio, esto «resta» a los niños y niñas su «derecho» a una educación en valores y derechos humanos.
En una entrevista en La Sexta, recogida por Europa Press, Montero ha defendido el «derecho» de todos los niños y niñas a «tener una educación inclusiva, en valores y derechos humanos». «No es un derecho de los padres, es un derecho de los niños asegurado en la Convención de los derechos del niño de la ONU», ha apuntado.
En las escuelas y en sus aulas hacen falta salmones y manzanas. Ejemplares y optimistas. Docentes dispuestos a educar «a contracorriente» del contexto neoliberal. Y equipos directivos que ayuden a «crecer» y a «madurar» a la comunidad de sus centros. No para obtener mejores calificaciones en PISA, o no solo, sino para desafíos mucho más elevados como formar personas «felices, inteligentes y solidarias».
Porque «la solución a los problemas de Ceuta, a largo plazo, profundamente planteados», ha advertido este miércoles el catedrático emérito de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Málaga (UMA) Miguel Ángel Sántos Guerra, «no está ni en los despachos ministeriales ni en los cuarteles ni en las iglesias ni en las industrias ni en las multinacionales: está en las escuelas y en la Educación entendida como algo más que la mera acumulación de conocimientos porque supone la transformación de los individuos y, a través de ellos, de la sociedad”.
La Dirección Provincial del Ministerio de Educación le invitó esta semana a, durante dos días, participar en un curso sobre cultura evaluativa y en un encuentro con equipos directivos sobre liderazgo educativo. Antes de hacer las maletas ha comparecido junto a Javier Martínez, otro de los que le consideran un referente ineludible de la reflexión educativa, para exponer algunos principios de la Pedagogía Crítica que abandera, una corriente que se desmarca de la “domesticación” del alumnado y que aboga por formar personas “que no se dejan engañar, que son capaces de discernir contenidos rigurosos y tamprosos en el mundo digital y que son solidarias”.
Para conseguirlo con éxito, claro, ha advertido, no bastan los maestros. “La escuela es el epicentro de los procesos de Educación”, ha precisado, “pero también las familias son contexto educativo. Y la sociedad. Y los medios. También son una escuela de aprendizajes. Hace falta un pueblo entero para educar a un niño porque si lo que hace la escuela lo deshace la familia, si unos van en una dirección y otros en la contraria, nunca progresaremos”.
«Si la docente es la tarea más importante que hace el ser humano, trabajar con la mente y el corazón de los niños, deberían hacerlo los más sensibles y valiosos de una sociedad, no quienes no valgan para otra cosa”
A todos incumbe ser modelos, para bien, de hacer lo que se dice. «No hay”, ha advertido, “forma más bella y eficaz de autoridad que el ejemplo”. Para Santos Guerra si en estos días “hablamos mucho de ética y de valores” es “porque no se cumplen, no se practican, pues de otra forma se aprenderían por ósmosis. Si fuésemos ejemplares en la familia, en la política, en la escuela… Los niños lo aprenderían casi sin darse cuenta, de forma automática, por eso insisto tanto en la necesidad de que seamos un ejemplo que puedan imitar los niños y jóvenes”.
Además, a la luz de su larga experiencia (tiene cerca de 80 años y se hizo profesor a los 19), el docente practica «una profesión intrínsecamente optimista». Tal rasgo «es consustancial, como mojarse para el que va a nadar, porque la educabilidad se rompe cuando pensamos que el otro no puede aprender o que nosotros no podemos ayudarle a conseguirlo: ahí se truncan todas las posibilidades de aprendizaje y mejora”.
Para el pedagogo “educar es enseñar a pensar y a convivir desarrollando solidaridad para construir una sociedad en la que quepamos todos, no solo los privilegiados”, y la Educación debe erigirse en “el motor de la democracia” y en “la mejor arma transformadora de una sociedad”, resaltó parafraseando al presidente de la II República Alcalá-Zamora y a Nelson Mandela.
Para maestros, «los más sensibles y valiosos de una sociedad»
“En ese empeño debemos estar todos, principalmente los docentes, con los que habría que hacer un ejercicio de reflexión profunda porque si su tarea es la más importante que hace el ser humano, trabajar con la mente y el corazón de los niños, deberían hacerlo los más sensibles y valiosos de una sociedad, no quienes no valgan para otra cosa”, ha cuestionado los actuales métodos de selección.
A sus ojos “cómo se elige para esta tarea es muy importante, como también lo es cómo se les forma y cómo se les trata cuando la desarrollan como piedra angular de la calidad del sistema educativo”, ha subrayado convencido de que para dirigir un centro hay que ser manzana. “Si metes una en una bolsa con frutas verdes, estas maduran por la influencia beneficiosa, humilde y persistente de las feromonas de la primera. En una escuela”, comparó, “tiene autoridad y liderazgo quien ayuda a crecer, a madurar, a la comunidad, porque quien aplasta, humilla, silencia, machaca o desalienta tendrá poder, pero no autoridad”.
Los docentes también deben ser, opina, salmones, sobre todo en un contexto neoliberal “que contradice casi todos los presupuestos de la Educación, que prima el individualismo, cada uno a lo suyo y relativismo moral: todo vale por el poder, el dinero y la fama”. “La escuela como institución que, a mi juicio, educa, es la que va contra todos esos valores. Tiene que ser contrahegemónica y sus profesionales, también. Ir contra la corriente. Es más fácil dejarse llevar, pero solo a los peces muertos los arrastra la corriente. Si bajan muchos muertos”, ha concluido, “es otro motivo para seguir contra ella sorteando esos cadáveres”.
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