Corea: Nicolás Braessas, fundador de editorial Hwarang: “Lo que buscamos es no depender de las modas literarias que se imponen en Europa y en Estados Unidos”

Nicolás Braessas, fundador de editorial Hwarang: “Lo que buscamos es no depender de las modas literarias que se imponen en Europa y en Estados Unidos”

Una ola coreana de música pop y telenovelas arrasa el mundo. Hoy, todos hablan de BTS y El Juego del Calamar. Pero mucho antes de la aparición de estos productos culturales, cuando la ola recién comenzaba a formarse en esta parte del mundo -y no precisamente de la mano de libros- el traductor (y ahora editor) Nicolás Braessas vio un nicho poco desarrollado en América Latina y se lanzó. En la próxima edición de la Feria del Libro, la literatura coreana tendrá un lugar destacado, y mucho de eso se debe al trabajo que lleva a cabo Hwarang, la editorial que fundó hace ocho años. Tal como lo describe su nombre -los “hwarang” eran jóvenes guerreros que salvaguardaban la cultura en el antiguo reino coreano de Silla-, no se trata solo de una apuesta comercial, sino también de una sincera inclinación por las letras y una forma de expresar el cariño hacia el país.

– ¿Cómo comenzó tu contacto con Corea?

En el 2012 o 2013 participé de un taller de cine e historia que se realizó en el Centro Cultural Coreano, y que me propuso un universo que yo no conocía. Mi única relación con Corea hasta ese momento había sido el taekwondo que practicaba de chico. Mi pasión son las letras, y vi que faltaba algo en Argentina. En ese momento no había casi nada de literatura, y ante ese vacío, yo como traductor me puse a estudiar la lengua. Aunque todavía no estaba recibido en ese momento, ya tenía muchas herramientas. Empecé a estudiar coreano en el Barrio Coreano, pero en ese momento no era como ahora que se encuentran cursos por todos lados. Estudié varios años acá e intenté buscar todo el material literario que existía, y si bien Argentina ya tenía una colección incipiente con la editorial Bajo la Luna, la mayoría de libros provenía de España y de Perú.

– ¿Cuándo empezaste a pensar en la editorial?

En 2017 pude viajar a Corea para profesionalizarme en el idioma. Yo tuve un poco de suerte porque la profesora más importante de español allá, Sunme Yoon, es coreano-argentina. Ella me presentó al director del LTI (NdA: Instituto de Traducción Literaria de Corea), un organismo del gobierno surcoreano que apoya la difusión de la literatura coreana en el mundo. El Nóbel coreano no existiría si no fuese por el LTI, ya que todas las ediciones de Han Kang en el mundo, incluso las de una de las multinacionales más importantes de literatura, Penguin Random House, ha sido financiada por el LTI. Así que estamos viendo la misión institucional del LTI: “queremos ganar un Nóbel”.

Cuando regreso, ya vuelvo con la idea de formar una editorial. Al principio publicamos dos libros que traduje yo, pero sin el apoyo del LTI porque no éramos nadie, por eso los financié yo de mi bolsillo. El primero fue “A vista de cuervo”, y después uno de cocina coreana. El primero era de un poeta por el que no tuve que pagar derechos de autor, algo que se me habría hecho imposible en ese momento. Respecto al segundo, surgió porque era rarísimo que ya estuviéramos en el 2019 y no existieran libros de cocina coreana en español, y de hecho el libro está compuesto por recetas de mi profesora de cocina coreana que había llegado a la Argentina en 1993. Por suerte fueron libros que funcionaron.

Entonces, ya viendo que el proyecto iba en serio, y con Sunme como traductora, sacamos el primer libro con el apoyo del LTI. Ahí comenzó una etapa de publicación de autores más contemporáneos, y ahora Hwarang ya es un mix: libros con apoyo del LTI y libros que son financiados por nuestra cuenta.

– ¿Cuál sentís que es el diferencial de Hwarang en el mercado de la literatura coreana mundial?

Ahora que está tan globalizada la literatura coreana, lo que buscamos con Hwarang es no depender tanto de las modas literarias que se imponen en Europa y en Estados Unidos. Es algo muy común que lenguas como el coreano se traduzcan primero al inglés o francés, y de ahí se distribuyan al mundo. Gracias a estos apoyos del gobierno coreano se generan estas relaciones directas que nos permiten crear nuestro propio canon y evaluar lo que realmente puede llegar a ser interesante para nosotros. Hay novelas que pueden funcionar perfectamente en Estados Unidos, pero no en Argentina, o que pueden funcionar muy bien acá, pero no en Europa. Un caso muy claro es la novela “El hombre del desván” que tradujo Sunme Yoon. Es un libro que aborda la dictadura, de manera violentísima y muy gráfica, y cuya autora quería publicar en América Latina y no en España, lo cual es muy raro en el mercado hispanohablante porque el mercado español mueve más dinero. Pero era por nuestra historia de dictaduras, donde ella veía una relación entre la dictadura coreana y lo que pasaba en Latinoamérica. Y es un libro que está traducido al inglés, pero en ese idioma pasó sin pena ni gloria.

Además, hay un libro del siglo XIX del cual yo estoy muy orgulloso, “La Guerrera Bang Gwanju”, que se descubrió en Corea hace menos de 20 años en un archivo de la biblioteca de la Universidad de Seúl. Fuimos nosotros desde Hwarang quienes lo tradujimos por primera vez al español. Ni siquiera está en inglés ni francés, y es como la “Mulan” coreana. Creo que desde Hwarang podemos darnos esos gustos, sobre todo porque también tenemos un conocimiento real sobre Corea.

– Con todo este trabajo que vienen haciendo, ¿sentís que está cambiando la mirada coreana sobre el mercado de América Latina? Imagino que hasta hace pocos años no figurábamos en el radar.

En cuanto a la literatura, España sigue siendo la meca. Pero está pasando algo muy interesante con los webtoons (NdA: cómics distribuidos a través de plataformas web). El mercado es mayoritariamente latinoamericano por cantidad de lectores, y eso antes no existía. He visto hasta debates de españoles ofendidos en redes sociales porque, en lo que refiere a webtoons, tienen que traducir al español neutral como el de México. Históricamente siempre fue al revés, los latinos teníamos que localizar nuestras traducciones a la variedad de España. Incluso el LTI ha comenzado a promocionar la traducción de webtoons. En ese sentido, el LTI es muy democrático, ya que al ser un organismo que no se mueve por un interés comercial, sino más bien de difusión, puede tomar este tipo de decisiones.

– ¿Qué significa para el mercado literario coreano que Han Kang haya ganado el Nóbel?

Lo puedo ejemplificar de esta manera. Si buscás literatura de Vietnam, encontrás solamente literatura relacionada a la Guerra de Vietnam. Algo similar pasa con la literatura de Pakistán y la India, cuyo tema central es la guerra de la división. Y de Corea solamente se traducían libros sobre la Guerra de Corea. Ese era EL tema. Hace 10 años o 15 años aproximadamente, la traducción de literatura coreana empezó a transitar un período formativo que rompió ese cerco. Pero en los últimos tres años, se adentró en la literatura healing o “ficción curativa”. Se trata de un género muy repetitivo, donde por ejemplo una chica con el alma rota se escapa de Seúl, se establece en algún pueblito remoto y funda un negocio como una lavandería o librería. En cada capítulo alguien roto visita ese espacio y se termina “curando”. Pienso que ese género es un encorsetamiento, un libro de autoayuda encubierto. Por eso creo que el Nóbel a Han Kang logró hacer implosionar ese corsé, y va a ayudar a diversificar.

– ¿Cuál va a ser la presencia de Corea y de la editorial en la próxima Feria Internacional del Libro de Buenos Aires?

Hace varios años que estamos participando en la Feria del Libro con Hwarang, siempre en conjunto con otros grupos editoriales. Y si bien años anteriores estaba el stand del Centro Cultural Coreano, se trataba de un espacio más informativo e institucional. Va a ser la primera vez que habrá un stand de la Asociación de Coreanos en Argentina, donde el enfoque va a ser la literatura y venta de libros de Corea. En esta ocasión, Hwarang en conjunto con la distribuidora La Coop, se va a estar encargando de la curaduría de ocho salas y once eventos dentro el stand, es decir, 19 eventos en total. Y todo libro que tenga relación con Corea va a estar en ese espacio. Esto está encuadrado en la celebración por los 60 años de la inmigración coreana en Argentina. La idea es sentar un precedente para hacer esto todos los años.

– En el marco de la Feria también van a estar lanzando un nuevo libro enfocado en las religiones de Corea. ¿Cómo llegaron a esta propuesta?

Dante Choi, el actual presidente de la Asociación de Coreanos en Argentina, quería publicar un libro que refleje los intercambios y lazos culturales entre Corea y Argentina. Sunme Yoon propuso entonces “Chamanas, monjes y sabios: las religiones en Corea”, un libro de divulgación de religiones que es completísimo y está basado en las tres vertientes espirituales principales de Corea: confucianismo, budismo y chamanismo. Nosotros lo editamos.

Fuente de la I formación: https://reporteasia.com/entrevistas/2025/04/22/nicolas-braessas-fundador-editorial-hwarang-no-depender-modas-literarias-europa-estados-unidos/

 

 

 

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