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La paz, el objetivo primario en el momento actual

La paz, el objetivo primario en el momento actual

Javier Tolcachier

¿Cuáles son los objetivos de la guerra?

El propósito central de toda guerra ha sido, históricamente, el aplastamiento de posibles oponentes al propio poder y el sometimiento violento de territorios y pueblos para mantener o aumentar dicho poder.

Un objetivo que ha acompañado, en tiempos más recientes incluso motivado y favorecido la confrontación bélica, es la generación de ganancias para la industria armamentista, detrás de la cual hoy se encuentra la presión de rendimiento financiero de los fondos de inversión.

Según el informe reciente dado a conocer por el SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute), las cinco principales empresas productoras de armas son las corporaciones estadounidenses Lockheed Martin Corp., RTX (antes Raytheon Technologies), Northrop Grumman Corp., Boeing y General Dynamics Corp.

En todas estas, invariablemente, la mayoría de las acciones son controladas por inversores institucionales y fondos de inversión, entre los cuales siempre aparecen el Grupo Vanguard, Black Rock Inc. y State Street Corporation, entre otros.

En la sexta posición del nefasto ránking se encuentra la británica BAE Systemas, seguida de tres empresas chinas (Norinco, Avic y CASC), cerrando la lista de las diez primeras el conglomerado ruso ROSTEC.

Las guerras persiguen, además, otros fines, casi todos de carácter económico. La expoliación de recursos naturales o el aseguramiento de mercados exclusivos, características del período colonialista, continúan siendo hoy uno de sus principales motores.

Por otra parte, la destrucción que ocasionan los enfrentamientos armados, da lugar a planes de reconstrucción y al endeudamiento usurario u otras dependencias a las que recurren los países para financiarlos.

Hoy también están en curso guerras tecnológicas, comerciales e informacionales, las que, más allá del omnipresente interés mercantilista, tienen como trasfondo el sostenimiento o la modificación de patrones culturales y geopolíticos establecidos.

Por último, como  una enorme sombra que acecha a la humanidad en su conjunto, existe el peligro de una conflagración nuclear de efectos devastadores, que echa por tierra cualquier otra argumentación.

La guerra, un negocio criminal

Entre 2019 y 2023 los Estados Unidos vendieron armas a 107 países, sumando un 42% de la cifra global de exportación de armamento. Sumado a las exportaciones de otros miembros del bloque OTAN (Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y España) la cifra llega casi al 70%. Por su parte, Rusia y China exportaron en este período por un monto equivalente al 16.8% del total.[1]

Entre los países compradores, India figura en el primer lugar con el 10%, Arabia Saudita y Qatar 8.4 y 7.6% respectivamente y en la cuarta posición, Ucrania, que aumentó más de cien veces sus compras, pasando de 30 millones de dólares en 2019 a gastar 4023 millones en 2023, un 5% del gasto total mundial.

Analizado por regiones, Norteamérica solamente importó un 3.5% en el quinquenio, con un abultado superávit en este rubro y Europa un 17%, empujado por la guerra en Ucrania y la presión de Estados Unidos en la OTAN para que los aliados europeos aumenten su participación en el gasto militar.

La mayor parte de las armas fue hacia el continente asiático (34%) y a Medio Oriente (30%), totalizando Oceanía, al igual que África, un 4.4%. La regiones con menos predisposición beligerante, en el último lugar en esta escala de desperdicio financiero, han sido América del Sur y Centroamérica, que sumadas importaron en los últimos cinco años poco más de 3000 millones (un 2.2% del total mundial).

Más allá de estas frías cifras, que revelan a las claras qué países y empresas ganan y quienes pierden con el comercio mundial de la destrucción y el miedo, las guerras continúan asesinando e impidiendo el desarrollo de la vida en más de 50 territorios.

El número de muertos por la guerra había descendido mundialmente en la primera década del siglo XXI, pero esto ha vuelto a agravarse, llevándose en 2022 la vida de más de 200.000 personas, más de la mitad de ellas en el continente africano.[2] En 2023 y lo que va de 2024, el conflicto ruso-ucraniano y el genocidio perpetrado por el gobierno de Israel contra el pueblo palestino en Gaza, junto a los enfrentamientos bélicos en Sudán, República Democrática del Congo y el Cuerno de África, no han hecho sino atizar la matanza.

Las secuelas de las guerras – tanto materiales como psicológicas – ocasionan un daño muy difícil de reparar en las poblaciones, a lo que se suma la posterior deriva de armamentos y ex combatientes hacia bandas armadas, que prolongan la violencia más allá del final formal de los conflictos armados.

La fabricación del enemigo

No hay guerra posible sin contrincantes, por lo que paralelamente a la fabricación de armamentos se desarrolla la fabricación de enemigos. El discurso de odio, la culpabilización de conjuntos humanos, la demonización y estigmatización de grupos y culturas son rasgos que configuran siempre el preludio de una guerra.

A la denostación y la exacerbación de supuestos peligros provenientes de bandos externos, se agrega la creación de operaciones de falsa bandera y generación de enemigos ficticios.

La propaganda belicista de otros tiempos, que hoy suscitaría una mueca burlona, se ha refinado enormemente sin perder su esencia: motivar el sacrificio de vidas humanas en aras de objetivos supuestamente loables. Los guiones cinematográficos y la ingente circulación de contenidos a través de plataformas digitales de uso cotidiano – aparatos en manos corporativas – facilitan ahora el transporte instantáneo de imágenes que no favorecen el diálogo, sino que promueven la venganza.

De este modo, las poblaciones se ven expuestas en todo momento al tormento de creerse rodeadas y acechadas por enemigos, aspecto que se recrudece con la difusión permanente de delitos y crímenes.

Claro está que por la misma vía podrían circular otro tipo de materiales, lo que permite ver la necesidad de que la sociedad humana recupere la soberanía sobre los mecanismos de producción y distribución informativa y formativa, que terminan configurando una visión del mundo.

Mientras esta fundamental tarea de liberación avanza, es imprescindible ejercitar una mirada crítica y despierta sobre lo que se ve y escucha, atendiendo a no caer en los intentos de manipulación que fomentan la agresión.

Las defensas contra la guerra

Abandonando definitivamente el aforismo trágico inspirado en una frase del escritor romano Vegecio (Si vis pacem, para bellum – Si quieres paz, prepárate para la guerra), la humanidad debe prepararse para la paz, la concordia, la cooperación y la superación no violenta de los conflictos.

Si se objetara que esta aspiración representa una utopía, esto no es más que un refuerzo de dicha proposición, dada la imperiosa necesidad de utopías renovadoras que permitan superar la actual crisis sistémica multidimensional y terminal.

Por otra parte, al condenar y rechazar toda hipótesis de enfrentamiento armado, se evidencia la inutilidad de mantener arsenales y formar y sostener cuerpos militares. De este modo, es coherente exigir un progresivo pero acelerado desarme y una consecuente desmilitarización.

La enorme posibilidad de derivar estos recursos, hoy desperdiciados, hacia la elevación de la calidad de vida de los pueblos – acaso una pálida y sin embargo inteligente compensación por todo el daño sufrido – es una de las principales opciones para acabar con el hambre y la marginación.

Por lo que paz, desmilitarización y justicia social son un potente tridente, que – a diferencia de las habituales representaciones greco-romanas-, en la mitología africana inserta en la Umbanda, es un atributo de los Exu, espíritus alegres que llegan a esta tierra en son de paz en una función estratégica de trabajar para abrir caminos espirituales, derramar buenos augurios, arrasar con hechicerías y maleficios y asegurar el buen desempeño de toda actividad espiritual.

Esa evolución espiritual es el próximo paso de la especie para dejar atrás la prehistoria violenta y comenzar a construir la mejor historia humana. Nada bueno sale de las guerras, lo bueno es salir de ellas. Hoy esto es la prioridad número uno.

(*) Javier Tolcachier es investigador del Centro Mundial de Estudios Humanistas y comunicador en agencia internacional de noticias con enfoque de Paz y No Violencia Pressenza. 


[1] Según Base de datos de SIPRI, 20/6/2024

[2] En base a datos del Uppsala Conflict Data Program (2023); Peace Research Institute Oslo (2017) https://ourworldindata.org/grapher/deaths-in-state-based-conflicts-by-region?time=2000..latest

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-paz-el-objetivo-primario-en-el-momento-actual/

 

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Altas capacidades en el aula: pautas de utilidad para los docentes

Altas capacidades en el aula: pautas de utilidad para los docentes

Desde priorizar la educación emocional hasta permitir que expresen sus conocimientos sin coartarlos. Las docentes Inés Cabezas y Susana García-Moya explican las estrategias educativas más efectivas para trabajar el alumnado con altas capacidades.

Siempre vamos a encontrar estudiantes con altas capacidades a los que dar respuesta, estén identificados o no. Como cada uno de ellos es único y no se ajusta a un perfil específico, resulta esencial conocerles individualmente para identificar así sus necesidades concretas y atenderlas de manera correcta. Aunque es posible aplicar pautas específicas como pasar de curso, existen otras de carácter ordinario o general que conviene tener en cuenta también. Son las siguientes:

  • Ofrecer actividades abiertas a diferentes niveles que les permitan avanzar a su ritmo propio. Lo ideal es que estas actividades les ayuden a investigar de forma autónoma acerca de sus intereses, además de desafiarlos con un nivel superior de dificultad.
  • Eliminar aquellas actividades que no tengan un objetivo didáctico ni evidencia de aprendizaje como el copiado de enunciados, de textos del libro u otro tipo de ejercicios  mecánicos. El motivo no es que no copien, sino que trabajen con un sentido o utilidad. En este contexto, se recomienda emplear las situaciones de aprendizaje con un objetivo claro y la Taxonomía de Bloom para diseñarlas en diferentes niveles.
  • Conocer sus debilidades, no para destacarlas, sino para ayudar a mejorarlas. No se busca conseguir que sean estudiantes perfectos, sino encontrar herramientas que les permitan avanzar en su desarrollo y superar sus dificultades. Y desde aquí potenciar sus fortalezas.
  • Permitir que expresen sus conocimientos sin coartarlos. Si rebaten una idea que hay en el libro con el que trabajando una explicación en clase, se puede proponer un debate para que la clase también opine e investigue. El profesorado debe enfatizar la importancia de desarrollar el pensamiento crítico.
  • Antes de asignar actividades es importante cuestionar su necesidad y relevancia. Lo mejor es buscar alternativas que impacten positivamente en su aprendizaje.
  • Atender la educación emocional del aula y permitir cierta autonomía y confianza, con pautas de comportamiento en las que se conozcan las consecuencias de su acción o inacción.
  • Escuchar a la familia y conocer el rol del alumnado en casa aporta una visión muy importante para la planificación posterior en el aula.

Posibles dificultades asociadas

Además de tener en cuenta estas pautas, también es importante conocer las dificultades que pueden aparecer durante el proceso de aprendizaje del alumnado con altas capacidades:

  • Dificultad para sintetizar. El docente debe ayudarles a discernir las ideas principales de las secundarias y a resumir la información.
  • Problemas de coherencia en la expresión. En este caso, es recomendable trabajar la oratoria y la expresión escrita con esquemas previos y límites de tiempo.
  • Falta de técnicas de estudio. Ajustar el nivel académico y aportar métodos de aprendizaje y gestión del tiempo les ayuda a superar la frustración. Además, mejoran su concentración y la capacidad para organizarse.
  • Para los casos de disgrafía asociada se recomienda ofrecer alternativas para mejorar la presentación de los trabajos, valorando retos que estimulen su rendimiento. Igualmente, la dificultad motriz no debe penalizar donde no sea aplicable.
  • Abordar la autoexigencia extrema con refuerzos positivos, rendimiento eficiente y trabajando el síndrome del impostor. Esto se consigue trabajando aspectos como el tiempo pautado, la aceptación propia y la autoestima.

Tras estas consideraciones, es importante, por otro lado, que los docentes adapten estrategias según las necesidades individuales de este alumnado y fomentar un ambiente de aprendizaje inclusivo.

Fuente: educaciontrespuntocero.com

 

Fuente de la Información: https://www.redem.org/altas-capacidades-en-el-aula-pautas-de-utilidad-para-los-docentes/

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Mundo – Humanidad: de la evolución a evitar la extinción

Humanidad: de la evolución a evitar la extinción

Los científicos en general suelen tomar como punto de inicio de la historia de la humanidad unos 65 millones de años atrás, con la aparición de los primeros primates. De todas formas, el último ancestro común entre el ser humano y el chimpancé, existió hace alrededor de 6 ó 7 millones de años.

Si bien los límites no son exactos, ya que durante mucho tiempo han ido conviviendo diferentes tipos de homínidos, la primera especie del género Homo apareció hace unos 2.5 millones de años y se dispersó gradualmente por Africa, Europa y Asia. En sus primeras manifestaciones se le conoce como Homo habilis, era robusto, ágil, caminaba erguido y tenía desarrollada la capacidad prensil de sus manos. Sabía usar el fuego, pero no producirlo, fabricó algunas herramientas y se protegía en cuevas. Vivía de recolectar semillas, raíces, frutos y ocasionalmente comía carne.

La especie que se desarrolló posteriormente a esta se denomina Homo erectus, hace 1.5 millones de años. Avanzó a una nueva etapa en la fabricación de herramientas llamada achelense y aprendió a conservar el fuego. Esta especie duró diez veces más tiempo de la que lleva sobre la tierra el ser humano moderno.

Una o más subespecies del Homo erectus evolucionaron hasta llegar al Homo sapiens neanderthalis (el hombre de Neanderthal), cuyos restos más antiguos tienen una edad de alrededor de 250 mil años. El hombre de Neaderthal desapareció bruscamente, y su lugar fue ocupado por los hombres modernos, hace unos (apenas) 50 mil años.

Por lo que podríamos decir que al menos durante unos cuantos millones de años de constante evolución, salvo por el uso de algunas herramientas rudimentarias y el manejo del fuego, los seres humanos hemos tenido un comportamiento muy similar al de otras especies animales.

Pero en los últimos 35 a 50 mil años, un breve lapso de tiempo en la historia, todo cambió. Esa capacidad de crear herramientas, se tradujo en la utilización de algunas de ellas como armas, el manejo del fuego también comenzó a tener nuevos usos y luego, poco a poco dejamos de ser nómades, recolectores de frutos y cazadores, para construir los primeros asentamientos, en los que la agricultura tuvo un papel preponderante.

Fue en esa etapa probablemente en la que comenzamos el camino del dominio de la naturaleza, ya no sólo sirviéndonos de los recursos que ponía a nuestra disposición de forma natural, sino modificándola para nuestro beneficio. Ya no sólo adaptándonos, sino adaptándola.

Los asentamientos fueron creciendo, a la agricultura se sumó la ganadería y el trueque o intercambio fue mutando a comercio. Históricamente ha habido muchos tipos diferentes de dinero, desde cerdos hasta conchas marinas. Sin embargo, el más extendido sin duda a lo largo de la historia ha sido el oro, hasta que hace unos 2700 años, comenzaron a acuñarse las primeras monedas, también de ese metal y de plata, y luego aparecieron los primeros bancos. Hasta allí, existía en el ser humano seguramente la ambición de poder, pero apareció una nueva ambición, la económica.

Luego de varios millones de años de una “natural evolución”, podría decirse que con un mínimo impacto ambiental, comenzamos a divorciarnos de la naturaleza. Durante estos pocos miles de años que nos anteceden, hemos rápidamente ejerciendo más y más poder, dominándola, adaptándola a nuestras necesidades, utilizándola y modificándola. Y especialmente desde el inicio de la revolución industrial, hemos pasado del uso, al abuso.

siendo tal el abuso que el ser humano está haciendo de la naturaleza, que hemos modificado el clima del planeta entero. Y eso en tan sólo unos segundos en términos de historia de nuestra especie.

La ambición económica, trajo aparejada la exacerbación del egoísmo, y del individualismo. Esos “nuevos valores” dieron lugar a la organización de la sociedad bajo sistemas economicistas, que rigen desde hace unos pocos cientos de años y hasta nuestros días, el destino de todo ser vivo sobre el planeta.

Estamos inmersos, social y culturalmente en un modo de vida que se encuentra centrado en la posesión, en la propiedad privada, en el dinero. Un modo de vida enfrentado a la naturaleza, que la degrada a pasos agigantados y que está reduciendo muchísimo las posibilidades de supervivencia de las próximas generaciones.

Nos estamos quedando sin tiempo para modificar el rumbo, estamos por estrellarnos y difícilmente podamos evitarlo. No quedan más opciones ya que un cambio radical en nuestro modo de vida, especialmente del 20 ó 30% de la población del planeta, que es la que está consumiendo el 80% de los recursos.

La mayoría de las personas que pertenecen a ese 20 ó 30% del que hablamos, son medianamente consientes de que nos encontramos ante una crisis ambiental que puede ser terminal. Pero el sólo ser consientes del problema, evidentemente no es suficiente. Y eso se debe a que por un lado ellos pueden satisfacer ampliamente todas sus necesidades, lo que les ofrece una comodidad de la que difícilmente alguien decidiría salir por su propi cuenta. Y por otro a que nuestras sociedades están constituidas de tal forma que son muy pocas las posibilidades concretas, de vivir de una forma más armónica con la naturaleza, sin que eso signifique exponernos a riesgos de todo tipo.

No existen prácticamente opciones a tratar de mantenernos amparados bajo la presunta (y falsa) seguridad que nos ofrece el sistema. No existen prácticamente planes desde los gobiernos del mundo, para modificar esa tendencia a permanecer inertes ante el desastre que se avecina. No surgen desde abajo, o no se les dan el espacio suficiente, ni apoyo económico o político a las propuestas y proyectos verdaderamente revolucionarios, que generen una profunda modificación de los paradigmas actuales.

Entonces, puestos entre la espada y la pared, más pronto que tarde, tendremos que elegir. Ha pasado ya el tiempo de quedarnos quietos, esperando soluciones mágicas. Una nueva era debe comenzar muy pronto, fundada sobre la reconciliación del ser humano con la naturaleza y un cambio radical en los valores que exacerba este sistema, hacia la cooperación, la solidaridad, la ética y tantos otros que hemos postergado como especie.

Una nueva era debe imponerse, si realmente decidimos evitar la extinción.

Por Ricardo Natalichio

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/humanidad-extincion/

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UNICEF: Hacia la erradicación de la poliomielitis

Hacia la erradicación de la poliomielitis

Estamos más cerca que nunca de erradicar la poliomielitis, pero los brotes y los obstáculos aún no han desaparecido

La poliomielitis, la enfermedad viral mortal que llegó a ser la causa principal de la parálisis de una gran cantidad de niños en todo el mundo, está a punto de ser erradicada. Desde 1988, el número de niños con poliomielitis ha disminuido un 99%.

UNICEF ayuda a vacunar contra la enfermedad a más de 400 millones de niños de todo el mundo cada año.

Para eliminar por completo la poliomielitis, cada niño de cada familia debe estar vacunado: sin embargo, miles de niños siguen sin haber recibido la vacuna contra la enfermedad.

Además de las interrupciones de las campañas de vacunación debido a la pandemia de COVID-19, muchos de estos niños viven en zonas aisladas, frágiles y afectadas por conflictos, lo cual hace aún más difícil poder llegar a los niños para proporcionarles vacunas. Además, las poblaciones masivas de migrantes y refugiados, las discrepancias acerca de la calidad de las campañas de vacunación y la desinformación sobre las vacunas son otros factores que dificultan los esfuerzos para erradicar la enfermedad.

Debido al descenso de la cobertura de la inmunización infantil en todo el mundo, se ha producido un aumento de los brotes de poliomielitis y la enfermedad ha resurgido en países que llevaban décadas sin registrar ningún caso. Su propagación a escala mundial es una dura realidad que debe recordarnos que, hasta que no desaparezcan todas las formas de poliomielitis, los niños y niñas de todos los países siguen en peligro.

El mundo está a un paso de erradicar la poliomielitis, pero sigue habiendo grandes obstáculos que convierten esta etapa final en la más difícil.

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Ecología Social – Día de la Tierra: un planeta más caliente, desertificado y cubierto de plásticos

Día de la Tierra: un planeta más caliente, desertificado y cubierto de plásticos

“Planeta versus plásticos” es el lema elegido por la ONU para la conmemoración anual, a la espera de un demorado acuerdo global que frene la contaminación generada por el uso efímero y desmedido de ese material. En paralelo, causas como la desertificación y la pérdida de biodiversidad en los suelos no se detiene y se pronostican nuevos récords de temperaturas.

La conmemoración del Día de la Tierra surgió con el objetivo concientizar a nivel global sobre las problemáticas que afectan al planeta por la acción humana y la consecuente crisis climática. Este 2024 se espera que sea el año con las mayores temperaturas registradas de la historia. Por otro lado, muchas de las causas siguen sin modificarse: avanza la desertificación de los suelos y el desmonte como consecuencia del agronegocio. Mientras tanto, los gobiernos, convocados por los organismos internacionales, siguen sin alcanzar un acuerdo que limite la contaminación por plásticos. A la espera de las negociaciones que deberían cerrarse a fines de este año, la ONU eligió como lema “Planeta versus plásticos”.

Los orígenes del Día de la Tierra se remontan a 1970, cuando más de 20 millones de personas participaron en una movilización masiva en Estados Unidos para crear conciencia sobre la vulnerabilidad del planeta. Dos años más tarde, en 1972, tuvo lugar la primera conferencia internacional sobre medio ambiente, conocida como la Cumbre de la Tierra, que se realizó en Estocolmo. Ese mismo año se presentó el informe «Los límites del crecimiento», el ya clásico estudio encabezado por la biofísica Donella Meadows, que ya entonces marcaba la imposibilidad del crecimiento infinito.

Enfocada en las negociaciones internacionales por un acuerdo para revertir la contaminación por plásticos, la Organización de las Naciones Unidas informó que, actualmente, se producen 380 millones de toneladas de plástico por año y solo el 9 por ciento de lo producido hasta ahora se ha reciclado. Dos tercios de los plásticos son para usos efímeros y, en un tiempo breve, se convierten en residuos: envoltorios y bolsas, por ejemplo. Desde el organismo advierten que, si se mantiene la tendencia actual, la producción de plástico se triplicará de aquí a 2060.

La ONU también informa que hay más de 16.000 sustancias químicas asociadas a los plásticos, muchas de ellas fuente de preocupación dada su elevada toxicidad, que puede repercutir en la salud humana y en la naturaleza. «Algunas de esas sustancias químicas se pueden lixiviar a lo largo del ciclo de vida completo del plástico y aparecer en el aire, el agua y el suelo. Las mujeres y los infantes son especialmente vulnerables a esas sustancias tóxicas, pudiendo la exposición tener efectos de larga duración en la salud», alertan.

En marzo de 2022, en la quinta sesión de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA), se acordó formular un instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre la contaminación por plásticos, incluso en el contexto marino. La resolución se titula «Fin de la contaminación por plásticos: hacia un instrumento internacional jurídicamente vinculante» y establece que el tratado debe abordar el ciclo de vida completo de los plásticos y planteó la aspiración de concluir las negociaciones para finales de este año.

Aunque la contaminación por plásticos se abordaba con frecuencia como un problema de gestión de residuos, el concepto de contaminación por plásticos abarca todos los efectos nocivos y las emisiones resultantes de la producción y el consumo de materiales y productos plásticos a lo largo de todo su ciclo de vida. En Argentina, una país con importación de basura para su uso industrial, el gobierno de Alberto Fernández promovió una Ley de Envases que naufragó en el Congreso.

Producir alimentos en tierra arrasada 

Para cultivar alimentos se requieren suelos sanos y con biodiversidad, ya que contienen una gran cantidad de organismos de gran valor que contribuyen a producir plantas sanas. Según la FAO, cerca del 95 por ciento de nuestros alimentos se producen sobre los suelos.

“Labrar el suelo puede provocar su compactación, una disminución de la absorción de agua y una reducción de la materia orgánica. El uso excesivo o inadecuado de fertilizantes, la maquinaria pesada y el agua de riego de baja calidad pueden provocar la degradación del suelo y sus propiedades”, advierten desde el organismo.

Cada año se pierden al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas y las mismas «se están degradando más rápido de lo que podemos restaurarlas». Esa es la conclusión del estudio publicado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD).

Entre 2015 y 2019, según los datos de la CNULD, el mundo perdió al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas y productivas cada año, lo que equivale a dos veces el tamaño de Groenlandia. El informe indica además que la degradación de tierras se acelera en África, Asia y América Latina. En África subsahariana y en América Latina y el Caribe, 163 millones de hectáreas y 108 millones de hectáreas, respectivamente, han sucumbido a la degradación de tierras desde 2015.

Mientras tanto, el número de personas que padecen inseguridad alimentaria aguda en el mundo se duplicó. La cifra se incrementó de 149 millones, antes de la pandemia Covid-19, a 333 millones en 2023, según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Por otro lado, en 2021 la FAO precisó que la expansión agrícola es la causa de casi el 90 por ciento del desmonte mundial. Desde 1990 se arrasaron 420 millones de hectáreas de bosque. Las zonas más afectadas fueron Sudamérica, África y Asia (sur y sudeste).

Cada vez más calor

El año 2023 fue el más caluroso con récords en niveles de emisión de gases de efecto invernadero, calor y acidificación de los océanos, lo que aumentó el nivel del mar y afectó a los glaciares. Así lo mostró un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), entidad portavoz autorizada de las Naciones Unidas sobre el clima y el agua. El año pasado, la temperatura promedio global de la superficie terrestre superó 1,45 grados centígrados por encima de la línea de base preindustrial.

Se estima que las concentraciones de dióxido de carbono (CO2), metano y óxido nitroso, alcanzaron niveles récord en 2022 y continuaron aumentando en 2023. En un día normal de 2023, casi un tercio de la superficie del océano se vio afectada por una ola de calor marina, que dañó ecosistemas y sistemas alimentarios vitales. Asimismo, las temperaturas de la superficie marina en el golfo de México y en el Caribe, y la marca del fenómeno El Niño produjo alteraciones en los regímenes de lluvias y sequías en la región. En tanto, los glaciares sufrieron la mayor pérdida de hielo registrada desde 1950, con un derretimiento extremo tanto en el oeste de América del Norte como en Europa.

Entre las zonas de sequía más significativas estuvieron algunas regiones de Brasil, Argentina y Uruguay, lo que afectó el abastecimiento de agua en ciudades como MontevideoSe espera que el 2024 sea el año más caluroso jamás registrado, con una temperatura media anual mundial que supere el umbral de 1,5ºC, respecto a los niveles preindustriales, un parámetro de alerta fijado por el Acuerdo de París. Los datos fueron confirmados por el Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S), implementado por el Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo (ECMWF).

Fuente: https://agenciatierraviva.com.ar/dia-de-la-tierra-un-planeta-mas-caliente-desertificado-y-cubierto-de-plasticos/

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/dia-de-la-tierra-un-planeta-mas-caliente-desertificado-y-cubierto-de-plasticos/

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UNICEF: Qué hacer ante una ola de calor

Qué hacer ante una ola de calor

Consejos para proteger a tu familia del calor extremo

Las olas de calor no son un tema para tomar a la ligera. El calor y la humedad extremos pueden resultar sumamente incómodos y presentar graves riesgos para la salud, especialmente para los bebés, los niños y niñas pequeños, las mujeres embarazadas y las personas de avanzada edad. Si no se toman las debidas precauciones, el calor extremo puede provocar golpes de calor e incluso causar la muerte. Debido al cambio climático, las olas de calor son cada vez más largas, frecuentes e intensas.

A continuación presentamos algunos consejos de expertos para ayudarte a proteger a tu familia durante una ola de calor, reconocer los síntomas de un golpe de calor y saber qué medidas tomar en caso necesario.

El fenómeno de las olas de calor
Qué hacer y qué no hacer ante una ola de calor
Reconocer los síntomas de un golpe de calor
Cómo tratar un golpe de calor

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Día de la Tierra 2024: El Planeta, en estado crítico

Día de la Tierra 2024: El Planeta, en estado crítico

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Día de la Tierra 2024: El Planeta, en estado crítico

En el Día de la Tierra de 2024, no podemos evitar mirar hacia atrás y reflexionar sobre el estado actual del medio ambiente. Nos encontramos en un momento crítico en la historia de nuestro planeta, donde las acciones que tomemos hoy tendrán un impacto significativo en el futuro de la Tierra y de las generaciones venideras.

En los últimos años, hemos sido testigos de una serie de eventos que sirven como recordatorio de la fragilidad de nuestro ecosistema. Desde incendios forestales devastadores hasta huracanes intensificados por el cambio climático, el medio ambiente está enviando señales de alarma que no podemos ignorar. La pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire y del agua, y el agotamiento de los recursos naturales son solo algunas de las muchas preocupaciones que enfrentamos en la actualidad.

Cambio climático: una amenaza inminente

El cambio climático se ha convertido en la amenaza ambiental más acuciante de nuestro tiempo. Las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera han alcanzado niveles sin precedentes, atrapando el calor y provocando un aumento sostenido de la temperatura global. Este calentamiento está teniendo efectos devastadores en todo el planeta, desde el derretimiento de los glaciares y el aumento del nivel del mar hasta la intensificación de las sequías, las inundaciones y las tormentas. Si no se toman medidas urgentes para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las consecuencias serán catastróficas, con impactos irreversibles en la agricultura, la seguridad alimentaria y la habitabilidad de vastas regiones del planeta.

Pérdida de biodiversidad: un tesoro en peligro

La biodiversidad, la rica variedad de vida en la Tierra, es esencial para el mantenimiento de ecosistemas saludables y el bienestar humano. Sin embargo, las actividades humanas, como la deforestación, la sobreexplotación y la contaminación, están impulsando una ola de extinciones sin precedentes. La pérdida de biodiversidad amenaza con desestabilizar ecosistemas enteros, con repercusiones en la polinización, el ciclo del agua y la regulación del clima. Además, la desaparición de especies tiene un impacto directo en las comunidades que dependen de ellas para su sustento y cultura.

Contaminación: un enemigo invisible

La contaminación en todas sus formas representa una grave amenaza para la salud del planeta y sus habitantes. La contaminación del aire, causada principalmente por la quema de combustibles fósiles, está vinculada a una serie de enfermedades respiratorias y cardiovasculares. La contaminación del agua, provocada por vertidos industriales y agrícolas, contamina fuentes de agua potable y daña los ecosistemas acuáticos. La contaminación del suelo, causada por el uso excesivo de fertilizantes y pesticidas, reduce la fertilidad del suelo y pone en riesgo la seguridad alimentaria.

Día de la Tierra: Un llamado a la acción colectiva

En este Día de la Tierra, es imperativo que hagamos un llamado a la acción colectiva para abordar los desafíos ambientales que enfrentamos. La responsabilidad recae en todos nosotros: individuos, comunidades, empresas y gobiernos. Cada uno de nosotros tiene el poder de marcar la diferencia, desde realizar pequeños cambios en nuestro estilo de vida diario hasta abogar por políticas ambientales sólidas.

Acciones individuales para un futuro sostenible

A nivel individual, podemos adoptar prácticas más sostenibles, como reducir nuestro consumo de energía, utilizar medios de transporte sostenibles, reciclar y reutilizar materiales, y consumir productos de manera responsable. También podemos apoyar a organizaciones ambientales que trabajan para proteger el planeta y participar en iniciativas de activismo ambiental, pero no solamente en el Día de la Tierra, sino los 365 días del año.

La necesidad de un cambio sistémico

Sin embargo, los cambios individuales no serán suficientes. Se requiere un cambio sistémico profundo para abordar las causas fundamentales de los problemas ambientales. Los gobiernos deben implementar políticas ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, proteger la biodiversidad y prevenir la contaminación. Las empresas deben adoptar prácticas sostenibles en toda su cadena de valor. Y las instituciones educativas deben integrar la educación ambiental en sus planes de estudio para crear una generación más consciente y comprometida con la protección del planeta.

Día de la Tierra 2024 ¿Un futuro esperanzador?

El Día de la Tierra es un momento para reflexionar sobre el estado actual del medio ambiente y renovar nuestro compromiso con la protección de nuestro planeta. Si bien los desafíos son inmensos, también hay motivos para la esperanza. La creciente conciencia ambiental, el avance de las tecnologías sostenibles y la movilización global a favor de la acción climática son señales positivas de que podemos construir un futuro más sostenible para las generaciones venideras.

En este Día de la Tierra, debemos comprometernos a tomar medidas concretas para proteger y preservar nuestro medio ambiente. Esto incluye adoptar prácticas más sostenibles en nuestra vida diaria, apoyar políticas ambientales sólidas y promover la educación y la conciencia sobre los problemas ambientales. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la construcción de un futuro más saludable y sostenible para nuestro planeta.

En última instancia, el estado actual del medio ambiente es un recordatorio de nuestra interconexión con la Tierra y con todas las formas de vida que la habitan. Como especie, tenemos la responsabilidad de ser buenos guardianes de nuestro hogar compartido y de trabajar juntos para asegurar un futuro próspero para las generaciones venideras. En este Día de la Tierra, comprometámonos a tomar medidas audaces y decisivas para proteger y preservar nuestro medio ambiente para las generaciones futuras.

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/dia-de-la-tierra-de-2024/

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