Page 50 of 51
1 48 49 50 51

La pandemia y las nuevas significaciones del miedo

La pandemia y las nuevas significaciones del miedo

 Isaac Enríquez Pérez

Con la pandemia del Covid-19 la vulnerabilidad humana fue amplificada, y ello se corresponde con la irradiación de una era de la incertidumbre perfilada desde lustros atrás. Manejada por las élites políticas y la industria mediática de la mentira como un discurso bélico, la crisis epidemiológica global es capitalizada por los poderes fácticos para afianzar la percepción de que el coronavirus SARS-CoV-2 es un “enemigo común” al que es urgente derrotar para retornar a una “normalidad” renovada.

La entronización del apocalipsis mediático (https://bit.ly/31emwwl) a través de la desinfodemia (https://bit.ly/3exTeN6) lleva aparejado pulsar los instintos más profundos del ser humano y sembrar en él la sensación del miedo. En este proceso subyace una construcción mediática del coronavirus (https://bit.ly/2VOOQSu) que exacerba las emociones y las pulsiones básicas de las audiencias pasivas y acríticas; al tiempo que aprovecha el rumor y la mentira que deambulan irrestrictamente por las redes sociodigitales y conforman un discurso negacionista y conspiranóico (https://bit.ly/3evOvMQ), en lo que es un ejercicio en tiempo real de lapidación de la palabra y de tergiversación semántica. El miedo inducido aflora ante la posibilidad de contagio y muerte y, a su vez, se combina con la ignorancia tecnologizada y el pensamiento parroquial.

Por una parte, el miedo se erige en un dispositivo de control del cuerpo, la mente, la conciencia y la intimidad de los individuos y familias. El confinamiento global, la gran reclusión y la alteración radical de la cotidianidad solo fueron posibles instalando el discurso del miedo para aislar y atomizar a alrededor de 5 000 o 6 000 millones de habitantes; aprovechando y/o incentivando en este macroproceso inédito el individualismo hedonista, la despolitización de la sociedad y el social-conformismo. De tal modo que el distanciamiento físico devino en un distanciamiento social que fractura el sentido de comunidad y las formas tradicionales de socialización.

La ampliación de las posibilidades de morir ante el asalto de un agente patógeno microscópico asimilado como “enemigo común”, induce el retorno al Estado hobbesiano como entidad paternal protectora y defensora de los súbditos ante la posibilidad de zozobra, miedo y vulnerabilidad. El manejo estratégico y geopolítico de la posible vacuna, en cierto modo, se orienta en esa dirección. Particularmente, la humanidad aceptó con docilidad y acríticamente la construcción biopolítica del miedo, así como la entronización de la ideología del higienismo y las estrategias propias de lo que se perfila como un Estado sanitizante. La relación de esta nueva modalidad de Estado es estrecha con el colapso de la legitimidad de las instituciones estatales (https://bit.ly/3dOo9oJ) experimentada desde 1968.

El miedo marcha a la par de la dictadura de la mascarilla y de una especie de profilaxis del cuerpo de “el otro”, asumido también como “enemigo” por el recelo y desconfianza que despierta la posibilidad de contagio. De ahí que el miedo no solo sea una sensación pasajera, sino un dispositivo cotidiano que vertebra la experiencia y los estilos de vida en medio de la crisis pandémica.

La humanidad no solo es presa del miedo a un agente patógeno, sino que también se somete al fragor del miedo a lo desconocido y a lo incierto que se instaura con la pandemia. Desde la pérdida del empleo y el ingreso, hasta la vulnerabilidad que supone la posibilidad de contagio y muerte, colocan a la humanidad ante el abismo de lo desconocido y ello incentiva la intensificación de la angustia y la ansiedad. Si no se conoce el rumbo que tomarán las problemáticas y los acontecimientos, el ser humano carece de una mínima brújula que le oriente en el mar de la incertidumbre.

Sin el dato y su manipulación, la gestación y arraigo del miedo es imposible. El dato es fundamental para afianzar la sensación de vulnerabilidad ante el incremento de la contabilidad en tiempo real. No solo aumentan el número de contagiados y de muertes, sino también de desempleados, de nuevos pobres y de excluidos como resultado de las decisiones y medidas inducidas de confinamiento que colapsaron las cadenas globales de producción y suministro, así como la demanda de los consumidores. La paradoja en el manejo y difusión masiva del dato radica en que genera, a su vez, indiferencia de las audiencias pasivas, o algo que los especialistas denominan como entumecimiento psicológico (https://bbc.in/30o64rn). El dato y los modelos matemáticos anticipatorios de los contagios y muertes, ligados al miedo pandémico, son un dispositivo para incentivar la obscenidad y la curiosidad psicopatológica de las audiencias pasivas y obedientes.

El sociólogo contemporáneo Zygmunt Bauman teoriza en torno a la ubicuidad y omnipresencia de los miedos y los concibe como algo consustancial a la vida de los individuos y a la dinámica de las sociedades. Con la pandemia, el miedo ataca las entrañas de los ciudadanos y el imaginario social; al tiempo que potencia la incertidumbre y amplía los márgenes de vulnerabilidad y expone a los organismos humanos a una mayor morbilidad tras debilitar sus sistemas inmunitarios. Si se ataca el estado de ánimo de los individuos y familias a través del miedo, se magnifican las posibilidades de enfermar y desvanecer la resistencia respecto a los agentes patógenos microscópicos. Entonces, se gestan víctimas emocionales de la angustia, la ansiedad, la depresión, la impotencia y la tristeza. Activados estos trastornos y psicopatologías, el control personal sobre la vida se desvanece y aumentan las posibilidades de muerte entre los afectados. De ahí el carácter criminal y letal del miedo inducido a través de la construcción mediática del coronavirus.

El miedo, si bien puede ser una experiencia que ayuda al ser humano a erigir precauciones en su actuar y avatares, también puede ser un dispositivo letal, simbólico y –a la vez– orgánico que inmoviliza a los individuos y poblaciones. En medio de los discursos y estrategias de guerra, el miedo le da forma a los arsenales conformados para enfrentar desde los poderes fácticos toda posibilidad de conflictividad social.

A su vez, el recurso del miedo es utilizado por las élites plutocráticas globales para hacer de la pandemia un discurso inhibidor e inmovilizador de los individuos y colectividades. Es también parte de los discursos de poder de esas élites para encubrir, invisibilizar y silenciar los alcances y contradicciones del colapso civilizatorio (https://bit.ly/3oUtPCV) acelerado durante los últimos meses, y del cual son sus principales causantes y beneficiarios bajo la lógica de que el caos permite incrementar las ganancias.

El miedo, cuando es inducido desde las estructuras de poder y riqueza, impone obediencia y hasta sometimiento con el fin de instaurar el control sobre individuos y poblaciones enteras. El consenso pandémico amplió las posibilidades a través de la biopolítica, la bioseguridad, la biovigilancia y la geolocalización, en lo que se podrían concebir como nuevas formas de autoritarismo y totalitarismo disimulado con la coartada sanitaria y salvadora.

Para que las sociedades contemporáneas puedan liberarse del miedo pandémico necesitan reivindicar el pensamiento utópico y el sentido de esperanza. Necesitan comprender en su justa dimensión epidemiológica y orgánica al coronavirus SARS-CoV-2, de tal modo que se asume que, al contraerlo, el contagio no supone –en automático– la enfermedad terminal y la muerte. La letalidad de este patógeno es del 1%, y muchos organismos que lo contraigan experimentarán síntomas de una gripe común; en tanto que otros se expondrán a ciertos episodios de crisis en su salud. Ello no significa que el nuevo coronavirus no represente amenazas reales; las supone, pero también exige respuestas y estrategias consistentes que desde el sector público contribuyan a remontar la crisis sanitaria a través de la prevención y la detección temprana del Covid-19. Quienes sí ameritan mayores cuidados son aquellos organismos que enfrentan co-morbilidades (diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, obesidad, etc.), y es allí donde resulta preciso canalizar las mayores atenciones de los sistemas de salud. De ahí la importancia de instaurar una política de la precaución que se imponga al miedo, la incertidumbre y la desesperanza. Una precaución activa y crítica que permita reconstruir la esperanza y adoptar cuidados en la reorganización de las sociedades y de su cotidianeidad. En esa lógica, recuperar el sentido de comunidad es fundamental; y logrado ello, solo la autonomía de esas colectividades humanas –pequeñas o grandes– será crucial para atender sus problemáticas específicas agravadas con la pandemia.

La dotación de información y conocimientos fiables, oportunos y válidos es primordial de cara a una industria del pánico global. Sin esa información será imposible romper el círculo vicioso de la inmovilidad y del social-conformismo, pues en última instancia la pandemia es también una lucha estratégica por el control de las significaciones y la palabra; una lucha por subsumir la esperanza y maniatar el futuro de las sociedades contemporáneas. Ello es un rasgo más del colapso civilizatorio y solo la (re)construcción de la cultura ciudadana sustentada en el conocimiento razonado ayudará a trascender el lapidario consenso pandémico.

Isaac Enríquez Pérez. Investigador, escritor y autor del libro La gran reclusión y los vericuetos sociohistóricos del coronavirus. Miedo, dispositivos de poder, tergiversación semántica y escenarios prospectivos (de próxima aparición).

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-pandemia-y-las-nuevas-significaciones-del-miedo/

Comparte este contenido:

Entre negacionismo, gatopardismo y transicionismo

Entre negacionismo, gatopardismo y transicionismo

 Boaventura de Sousa Santos

«La flecha que se ve venir viene más lentamente»

La pandemia del nuevo coronavirus ha puesto en tela de juicio muchas de las certezas políticas que parecían haberse consolidado en los últimos cuarenta años, especialmente en el llamado «Norte global».

Las principales certezas eran: el triunfo final del capitalismo sobre su gran competidor histórico, el socialismo soviético; la prioridad de los mercados en la regulación de la vida no sólo económica sino también social, con la consiguiente privatización y desregulación de la economía y las políticas sociales y la reducción del papel del Estado en la regulación de la vida colectiva; la globalización de la economía basada en ventajas comparativas en la producción y la distribución; la brutal flexibilización (precariedad) de las relaciones laborales como condición para aumentar el empleo y el crecimiento económico. En general, esas certezas constituían el orden neoliberal. Este orden se nutrió del desorden en la vida de las personas, especialmente aquellos que llegaron a la edad adulta durante estas décadas. Vale la pena recordar que la generación global de jóvenes que entraron en el mercado laboral en la primera década de 2000 ya ha experimentado dos crisis económicas, la crisis financiera de 2008 y la actual crisis derivada de la pandemia. Pero la pandemia significó mucho más que eso. Demostró, en particular, que:

  • es el Estado (no los mercados) quien puede proteger la vida de los ciudadanos;
  • que la globalización puede poner en peligro la supervivencia de los ciudadanos si cada país no produce bienes esenciales;
  • que los trabajadores en empleos precarios son los más afectados por no tener ninguna fuente de ingresos o protección social cuando termina el empleo, una experiencia que el Sur global conoce desde hace mucho tiempo;
  • que las alternativas socialdemócratas y socialistas han vuelto a la imaginación de muchos, no solo porque la destrucción ecológica provocada por la expansión infinita del capitalismo ha llegado a límites extremos, sino porque, después de todo, los países que no han privatizado ni descapitalizado sus laboratorios parecen ser los más eficaces en la producción y más justos en la distribución de vacunas (Rusia y China).

No es de extrañar que los analistas financieros al servicio de aquellos que crearon el orden neoliberal ahora predigan que estamos entrando en una nueva era, la era del desorden. Es comprensible que así sea, ya que no saben imaginar nada fuera del catecismo neoliberal. El diagnóstico que hacen es muy lúcido y las preocupaciones que revelan son reales. Veamos algunos de sus rasgos principales.

Los salarios de los trabajadores en el Norte global se han estancado en los últimos treinta años y las desigualdades sociales no han dejado de aumentar. La pandemia ha agravado la situación y es muy probable que dé lugar a un gran malestar social. En este período, hubo, de hecho, una lucha de clases de los ricos contra los pobres, y la resistencia de los hasta ahora derrotados puede surgir en cualquier momento. Los imperios en las etapas finales de la decadencia tienden a elegir figuras de caricatura, ya sea Boris Johnson en Inglaterra o Donald Trump en los Estados Unidos, que sólo aceleran el final. La deuda externa de muchos países como resultado de la pandemia será impagable e insostenible y los mercados financieros no parecen ser conscientes de ello.

Lo mismo sucederá con el endeudamiento de las familias, especialmente de la clase media, ya que este fue el único recurso que tuvieron para mantener un cierto nivel de vida. Algunos países han optado por la vía fácil del turismo internacional (hoteles y restaurantes), una actividad por excelencia presencial que sufrirá de incertidumbre permanente.

China aceleró su trayectoria para volver a ser la primera economía del mundo, como lo fue durante siglos hasta principios del siglo XIX. La segunda ola de globalización capitalista (1980-2020) ha llegado a su fin y no se sabe lo que viene después. La era de la privatización de las políticas sociales (a saber, la medicina) con amplias perspectivas de lucro parece haber llegado a su fin.

Estos diagnósticos, a veces esclarecedores, implican que entraremos en un período de opciones más decisivas y menos cómodas que las que han prevalecido en las últimas décadas. Anticipo tres caminos principales.

El negacionismo

Designo el primero como el negacionismo. No comparte el carácter dramático de la evaluación expuesta anteriormente. No ve ninguna amenaza para el capitalismo en la crisis actual. Por el contrario, cree que se ha fortalecido con la crisis actual. Después de todo, el número de multimillonarios no ha dejado de aumentar durante la pandemia y, además, ha habido sectores que han visto aumentar sus beneficios como resultado de la pandemia (véase el caso de Amazon o ciertas tecnologías de la comunicación, Zoom, por ejemplo). Se reconoce que la crisis social va a empeorar; para contenerla, el Estado sólo tiene que fortalecer su sistema de «ley y orden», fortalecer su capacidad para reprimir las protestas sociales que ya han comenzado a suceder, y eso sin duda aumentará, ampliando el cuerpo de policía, readaptando al ejército para actuar contra los «enemigos internos», intensificando el sistema de vigilancia digital, ampliando el sistema penitenciario. En este escenario, el neoliberalismo seguirá dominando la economía y la sociedad. Se admite que será un neoliberalismo modificado genéticamente para poder defenderse del virus chino. Entiéndase, un neoliberalismo en tiempo de intensificación de la guerra fría con China y por lo tanto combinado con algún tribalismo nacionalista.

El gatopardismo

La segunda opción es la que más se corresponde con los intereses de los sectores que reconocen que se necesitan reformas para que el sistema pueda seguir funcionando, es decir, para que se pueda seguir garantizando el retorno del capital. Designo esta opción por el gatopardismo, en referencia a la novela Il Gattopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1958): es necesario que existan cambios para que todo siga igual, para que lo esencial esté garantizado. Por ejemplo, el sector de la salud pública debería ampliarse y reducir las desigualdades sociales, pero no se piensa en cambiar el sistema productivo o el sistema financiero, la explotación de los recursos naturales, la destrucción de la naturaleza o los modelos de consumo. Esta posición reconoce implícitamente que el negacionismo puede llegar a dominar y teme que, a largo plazo, esto conduzca a la inviabilidad del gatopardismo. La legitimidad del gatopardismo se basa en una convivencia que se ha establecido en los últimos cuarenta años entre el capitalismo y la democracia, una democracia de baja intensidad y bien domesticada para no poner en cuestión el modelo económico y social, pero que aún garantiza algunos derechos humanos que dificultan la negación radical del sistema y la insurgencia antisistémica. Sin la válvula de seguridad de las reformas, acabará la mínima paz social y, sin ella, la represión será inevitable.

El transicionismo

Sin embargo, hay una tercera posición que designo como transicionismo. Por el momento, que habita en la angustiosa inconformidad que surge en múltiples lugares: en el activismo ecológico de la juventud urbana, en todo el mundo; en la indignación y resistencia de los campesinos, pueblos indígenas y afrodescendientes y pueblos de los bosques y regiones ribereñas ante la impune invasión de sus territorios y el abandono del Estado en tiempos de pandemia; en la reivindicación de la importancia de las tareas de cuidado a cargo de las mujeres, a veces en el anonimato de las familias, ahora en las luchas de los movimientos populares, ahora frente a gobiernos y políticas de salud en varios países; en un nuevo activismo rebelde de artistas plásticos, poetas, grupos de teatro, raperos, sobre todo en las periferias de las grandes ciudades, un vasto grupo que podemos llamar artivismo. Esta es la posición que ve en la pandemia la señal de que el modelo civilizado que ha dominado el mundo desde el siglo XVI ha llegado a su fin y que es necesario iniciar una transición a otro u otros modelos civilizadores.

El modelo actual se basa en la explotación ilimitada de la naturaleza y de los seres humanos, en la idea de un crecimiento económico infinito, en la prioridad del individualismo y la propiedad privada, y en el secularismo. Este modelo permitió impresionantes avances tecnológicos, pero concentró los beneficios en algunos grupos sociales al tiempo que causó y legitimó la exclusión de otros grupos sociales, de hecho mayoritarios, a través de tres modos principales de dominación: explotación de los trabajadores (capitalismo), legitimación de masacres y saqueos de razas consideradas inferiores y la apropiación de sus recursos y conocimientos (colonialismo), y el sexismo legitimando la devaluación del trabajo de cuidado de las mujeres y la violencia sistémica contra ellas en los espacios domésticos y públicos (patriarcado).

La pandemia, al mismo tiempo que empeoró estas desigualdades y discriminaciones, ha hecho más evidente que, si no cambiamos el modelo civilizatorio, nuevas pandemias seguirán plagando a la humanidad y el daño que causarán a la vida humana y no humana será impredecible. Dado que no se puede cambiar de un día a otro el modelo civilizatorio, se debe empezar a diseñar directivas de transición. De ahí la designación de transicionismo.

En mi opinión, el transicionismo, a pesar de ser una posición por ahora minoritaria, es la posición que parece llevar más futuro y menos desgracia para la vida humana y no humana del planeta. Por lo tanto, merece más atención. Partiendo de ella, podemos anticipar que entraremos en una era de transición paradigmática hecha de varias transiciones. Las transiciones se producen cuando un modo dominante de vida individual y colectiva, creado por un determinado sistema económico, social, político y cultural, comienza a revelar crecientes dificultades para reproducirse al mismo tiempo que, dentro de ella, comienzan a germinar cada vez menos marginalmente, signos y prácticas que apuntan a otras formas de vida cualitativamente diferentes.

La idea de la transición es una idea intensamente política porque presupone la existencia alternativa entre dos horizontes posibles, uno distópico y otro utópico. Desde el punto de vista de la transición, no hacer nada, que es característico del negacionismo, implica de hecho una transición, pero una transición regresiva hacia un futuro irreparablemente distópico, un futuro en el que todos los males o disfunciones del presente se intensificarán y multiplicarán, un futuro sin futuro, ya que la vida humana se volverá inviable, como ya lo es para muchas personas en nuestro mundo.

Por el contrario, la transición apunta a un horizonte utópico. Y dado que la utopía por definición nunca se logra, la transición es potencialmente infinita, pero no menos urgente. Si no empezamos ahora, mañana puede ser demasiado tarde, como nos advierten los científicos del cambio climático y el calentamiento global, o los campesinos que están sufriendo los efectos dramáticos de los fenómenos meteorológicos extremos. La característica principal de las transiciones es que nunca se sabe con certeza cuándo comienzan y cuándo terminan. Es muy posible que nuestro tiempo sea evaluado en el futuro de una manera diferente a la que defendemos hoy. Incluso puede llegar a considerarse que la transición ya ha comenzado, pero sufre bloqueos constantes.

La otra característica de las transiciones es que no son muy visibles para quienes las viven. Esta relativa invisibilidad es el otro lado de la semiceguera con la que tenemos que vivir el tiempo de transición. Es un tiempo de prueba y error, de avances y contratiempos, de cambios persistentes y efímeros, de modas y obsolescencias, de salidas disfrazadas de llegadas y viceversa. La transición sólo se identifica completamente después de que haya ocurrido.

El negacionismo, el gatopardismo y el transicionismo se enfrentarán en un futuro próximo, y la confrontación probablemente será menos pacífica y democrática de lo que nos gustaría. Una cosa es cierta, el tiempo de las grandes transiciones ha sido inscripto en la piel de nuestro tiempo y es muy posible que contradiga el verso de Dante: el poeta escribió que «la flecha que se ve venir viene más lentamente» («che saetta previsa viene più lenta»). Estamos viendo la flecha de la catástrofe ecológica viniendo hacia nosotros. Viene tan rápido que a veces se siente como si ya estuviera clavada en nosotros. Si es posible eliminarla, no será sin dolor.

Fuente: http://www.elcorreo.eu.org/La-flecha-que-se-ve-venir-viene-mas-lentamente-ENTRE-NEGACIONISMO-GATOPARDISMO-Y-TRANSICIONISMO?lang=fr

Autor: Boaventura de Sousa Santos

Fuente de la Información: https://rebelion.org/entre-negacionismo-gatopardismo-y-transicionismo/

Comparte este contenido:

Hubble Examines Massive Metal Asteroid Called ‘Psyche’ That’s Worth Way More Than Our Global Economy

Hubble Examines Massive Metal Asteroid Called ‘Psyche’ That’s Worth Way More Than Our Global Economy

A new study by the Hubble Space Telescope has revealed a clearer picture than ever before of one of the most intriguing and most valuable asteroids we know of.

It’s also one that NASA is planning to visit in 2026.

Here’s everything you need to know about “16 Psyche.”

What and where is ‘16 Psyche?

About 230 million miles/370 million kilometers from Earth, Psyche—as it’s commonly known—is one of the most massive objects in the Solar System’s main asteroid belt orbiting between Mars and Jupiter.

It’s about 140 miles/226 kilometers-wide and—unlike most asteroids, which are rocky or icy—Psyche appears to be metallic.

In fact, it’s so dense and metallic that Psyche is thought to be the leftover core of a planet that failed during its formation—a “protoplanet.”

What is ‘16 Psyche’ made of?

“We’ve seen meteorites that are mostly metal, but Psyche could be unique in that it might be an asteroid that is totally made of iron and nickel,” said Dr. Tracy Becker, a planetary scientist at the Southwest Research Institute in in San Antonio, Texas, and author of the new paper published in the Planetary Science Journal this week.

Iron and nickel are often found in metallic meteorites and in the dense metal cores of planets. “Earth has a metal core, a mantle and crust,” said Becker.

Psyche is truly a one-of-a-kind object in the Solar System.

How much is ‘16 Psyche’ worth?

Some think that the metals that comprise Psyche could make be worth about $10,000 quadrillion. The global economy was worth about $142 trillion in 2019.

What happened to ‘16 Psyche?’

“It’s possible that as a Psyche protoplanet was forming, it was struck by an-other object in our solar system and lost its mantle and crust,” said Becker.

‘16 Psyche’ was studied in the infrared by the Hubble Space Telescope.

‘16 Psyche’ and the Hubble Space Telescope

Becker’s study had the Hubble Space Telescope observe the asteroid at two specific points in its rotation to view both sides of Psyche. It also viewed the asteroid in ultraviolet wavelengths of light to get as much detail as possible of its surface. “We were able to identify for the first time on any asteroid what we think are iron oxide ultraviolet absorption bands,” said Becker. “This is an indication that oxidation is happening on the asteroid, which could be a result of the solar wind hitting the surface.”

The solar wind is a stream of charged particles from the Sun’s hotter outer atmosphere called its corona. Often called “space weather,” it’s also what causes aurora at Earth and could, at Psyche have caused excessive “space weathering.”

A surface of pure iron?

Becker saw that the asteroid’s surface could be mostly pure iron, though noted that the presence of even a small amount of iron could dominate ultraviolet observations, and in practice it could just be that 10% of the surface is actual iron.

However, while observing Psyche, the asteroid appeared increasingly reflective at deeper UV wavelengths. “This is something that we need to study further,” said Becker. “This could be indicative of it being exposed in space for so long. This type of UV brightening is often attributed to space weathering.”

However, what Becker’s paper makes very clear is that while it’s tricky to quantify the amount of iron that may be present on the surface of Psyche, it’s a unique object so scientists cannot compare it with anything else.

NASA's orbiter will spend 21 months in orbit mapping and studying Psyche's properties.

NASA and SpaceX’s mission to 16 Psyche

The only way we’ll ever get to see a close-up of what the core of a planet is really like is to pay a visit to Psyche. That’s exactly what NASA is planning to do.

Due to launch in August 2022 from Florida’s Kennedy Space Center atop a SpaceX Falcon Heavy rocket, NASA’s Psyche mission is part of its Discovery Program of low-cost robotic space missions.

The orbiter is due to arrive at Psyche in January 2026 to begin at least 21 months in orbit mapping and studying the asteroid’s properties.

“To understand what really makes up a planet and to potentially see the inside of a planet is fascinating,” said Becker, who describes Psyche and other asteroids as the building blocks of the Solar System. “Once we get to Psyche, we’re really going to understand if that’s the case, even if it doesn’t turn out as we expect … any time there’s a surprise, it’s always exciting.”

Fuente de la Información: https://www.forbes.com/sites/jamiecartereurope/2020/10/26/hubble-views-massive-asteroid-called-psyche-that-could-worth-more-than-our-global-economy/#1ce57693515a

 

Comparte este contenido:

Día mundial de acción por el cuidado: los sindicatos de la educación se unen al llamado mundial para una mayor inversión en el sector del cuidado

Día mundial de acción por el cuidado: los sindicatos de la educación se unen al llamado mundial para una mayor inversión en el sector del cuidado

 

El 29 de octubre, Día Mundial de Acción por el Cuidado, la Internacional de la Educación se unirá al llamado sindical mundial por condiciones de trabajo decentes y salarios justos para los trabajadores del cuidado. Esta convocatoria global reconoce la enorme contribución a la sociedad que hacen los trabajadores de los sectores de la salud, la atención y la educación, ya sea que trabajen en hospitales, hospicios, escuelas, residencias, hogares privados o como trabajadores domésticos, ya sea en el sector público o privado. La Internacional de la Educación invita a las organizaciones miembros y a los ciudadanos interesados ​​a seguir dos seminarios web que abordarán estos problemas.

La salud y la atención son fundamentales para nuestro bienestar y existencia. 
La pandemia de COVID-19 ha puesto al descubierto los efectos devastadores de décadas de subinversión en los sistemas de atención y salud pública y las dañinas políticas de austeridad.
Si bien muchos países no estaban preparados para hacer frente a la escala y la naturaleza en rápida evolución de la pandemia, millones de trabajadores sanitarios y de atención, en su mayoría mujeres, se quedaron sin acceso a equipo de protección personal esencial y otras medidas de salud y seguridad.
La pandemia ha subrayado la importancia fundamental de la salud y la atención para nuestro bienestar y existencia.
El 29 de octubre, los sindicatos subrayarán que la necesidad de una inversión adecuada en sistemas de atención y salud públicos equitativos y de calidad es más evidente y urgente que nunca.
Los sindicatos actúan por una economía solidaria 
La Internacional de la Educación invita a sus organizaciones miembros y ciudadanos preocupados de todo el mundo a unirse al Día Mundial de Acción sobre la Atención al pedir a los gobiernos que inviertan en la atención. Esto significa:
  • Invertir en la atención y la salud pública, incluida la salud mental, el cuidado de los niños, la educación de la primera infancia, el cuidado de los ancianos y otros servicios de atención social para garantizar la creación de empleo, salarios justos y condiciones de trabajo decentes; y cerrar las brechas de género en la participación en la fuerza laboral.
  • Garantizar un salario y unas condiciones laborales dignas, incluida la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor, oportunidades de formación y salud y seguridad ocupacional para los trabajadores de los servicios de salud y asistencia, incluidos los trabajadores domésticos y de asistencia domiciliaria.
  • Garantizar la equidad y la no discriminación en la contratación, la retención, el acceso a la formación y las oportunidades de promoción para los trabajadores en los sectores de la salud y la atención.
  • Garantizar que se respeten los derechos a la libertad de asociación y a la negociación colectiva para todos los trabajadores de los sectores de la salud y la atención, ya sea en la economía formal o informal.
  • Financiar una protección social universal, con perspectiva de género, accesible para todos los trabajadores, independientemente de su situación laboral o migrante, origen racial o étnico, discapacidad, género, expresión de identidad u orientación sexual, e incluye a los trabajadores de la economía informal.
  • Garantizar la accesibilidad de todos a servicios de atención y salud pública de calidad, incluidos los refugiados y los migrantes, independientemente de su situación.
Serie de seminarios web «¡Invierta en atención, ahora!» 
Una serie de seminarios web, con el apoyo de la Fundación Friedrich Ebert, contará con las voces de los trabajadores de la salud y el cuidado en primera línea y destacará lo que significaría una inversión adecuada en el cuidado para la igualdad de género, sociedades equitativas, desarrollo sostenible y economías que funcionen para todas las personas.
El primer seminario web, “¡Invierta en atención, ahora!” – Voces de Asia Pacífico ” , se llevará a cabo el 28 de octubre de 08:00 a 09:30 CET. Contará con oradores comerciales clave de Australia, India, Indonesia, Nueva Zelanda y Filipinas.
El segundo seminario web, «¡Invierta en atención, ahora!» , tendrá lugar el 29 de octubre de 16.00 a 17.30 CET con la participación de sindicalistas de Canadá, Chile, Nigeria, Túnez y Estados Unidos.
Ambos eventos se transmitirán en vivo en la página de Facebook de la Confederación Sindical Internacional .
Más información y materiales están disponibles en el sitio web de la Confederación Sindical Internacional: https://www.ituc-csi.org/invest-in-care
Fuente de la Información: https://www.ei-ie.org/en/detail/17002/global-day-of-action-for-care-education-unions-join-global-call-for-increased-investment-in-the-care-sector
Comparte este contenido:

La imperdible Luna Azul de Halloween 2020: ¡un rarísimo fenómeno!

La imperdible Luna Azul de Halloween 2020: ¡un rarísimo fenómeno!

El 31 de octubre tendremos la Luna Azul, casualmente el día que marca Halloween. Pero, debes preguntarte: ¿qué significa esto? Después de todo, ¿qué es Blue Moon?

¿Qué es Blue Moon?

La Luna Azul, aunque tiene ese nombre, no es realmente azul.

Este nombre se debe al fenómeno lunar en el cual ocurre una luna llena adicional, es decir, generalmente solo ocurre una luna llena en un ciclo lunar (en un solo mes), sin embargo, cuando la segunda luna llena ocurre de manera inusual, ocurre lo que se conoce como la Luna Azul.

Este fenómeno ocurre cada dos años y medio.

En cualquier caso, este evento astronómico está rodeado de mitos, supersticiones, significados y misticismos. Aún más cayendo en el día dedicado a Halloween y Brujas, creando un egregore sobrenatural.

¿Cuándo volverá a ocurrir este fenómeno?

Las próximas fechas en las que se volverá a repetir este fenómeno serán:

  • 1 de agosto y 31 de agosto de 2023
  • 1 mayo y 31 de mayo de 2026
  • 2 y 31 de diciembre de 2028

Por lo tanto, asegúrese de disfrutar de este evento lunar y de toda la atmósfera de misterio y misticismo vinculado a la Luna Azul.

Curiosidades sobre la Luna Azul y origen de ese nombre

El nombre está relacionado con eventos que ocurrieron simultáneamente con éste, y que contribuyeron a que este satélite en nuestro planeta apareciera azul.

Los eventos relacionados con esto fueron:

  • La erupción volcánica del Monte Santa Elena, EE. UU., En 1980
  • La erupción del monte Krakatona, Indonesia, en 1983
  • La erupción del monte Pinatubo en Filipinas en 1991

Estos eventos geológicos liberaron partículas en el aire que hicieron que la luna se volviera de color azulado, y de ahí el nombre: “Luna Azul”.

Este video brinda más explicaciones, como:

  • La diferencia entre 3 tipos de calendarios y su relación con la Luna Azul
  • El origen y los significados asociados con este evento lunar

Esperando que el cielo no esté nublado!

¡Ahora esperamos poder disfrutar de otra luna llena con todo su encanto y magnetismo, embelleciendo el cielo nocturno del 31 de octubre!

Artículo en portugués

Compártelo en tus redes
Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/luna-azul-de-halloween-2020/

 

Comparte este contenido:

Ante la pandemia: ¿Economía o salud?

Ante la pandemia: ¿Economía o salud?

¿Qué dicen las estadísticas ante esta terrible disyuntiva?

Entramos en la segunda ola de la pandemia de COVID-19 y tras haber sorteado como se ha podido la primera ola, hemos constatado la factura y fractura económica que ha implicado y, por lo tanto, nos permite pensar acerca del coste que implica parar la actividad económica para esta segunda.

Esto nos ha llevado al debate entre qué debe priorizarse, si la economía o la salud de cara a sobrevivir a lo que se nos viene encima. Se ha estado debatiendo sobre si las medidas de distanciamiento social tomadas por muchos gobiernos pueden generar un perjuicio económico desproporcionado en comparación con el coste en vidas humanas que deviene por la pandemia.

No son pocas las voces tanto políticas como académicas que se han levantado contra las medidas de confinamiento poniendo el acento en que podría ser peor el remedio que la enfermedad. Pero a su vez, también economistas académicos europeos se han mostrado a favor de estas medidas de extrema cautela.

Este terrible dilema entre proteger la salud o la economía entraña un problema ético de gran calado pues ¿podemos establecer un precio a la vida humana? Se han dado ya en la primera ola situaciones en las que, a modo de dilema del tranvía, el personal sanitario se ha visto abocado a tener que priorizar a quien asignar respirador y a quien no.

No obstante, si nos atenemos al comportamiento que han demostrado los diferentes países a lo largo del segundo trimestre del 2020, los datos ofrecen una lectura interesante. Our World in Data de la Organización Mundial de la Salud recoge datos en relación con el desempeño de los diferentes países ante la pandemia.

En el gráfico podemos confrontar para cada país el número de muertes confirmadas por Covid-19 por millón de personas frente a su tasa de crecimiento anual del último trimestre.

Sin tomar en cuenta otras posibles variables que pudieran mediar entre la irrupción de la pandemia y el desempeño de cada país, una relación en la que hay que decidir entre proteger la economía o la salud debería ser positiva.

Es decir, aquellos países con mejor desempeño en salud deberían mostrar peores resultados económicos, mientras que aquellos que optaron por lo económico, deberían tener un mayor número de muertes confirmadas por cada millón de habitantes. Eso implicaría un gráfico en el que los países se distribuirían en una diagonal creciente.

Pero no. Lo que apreciamos es lo contrario. Hay países que han preservado su economía y han gestionado la pandemia mejor en términos de salud como Polonia, Indonesia, Dinamarca o Taiwan y, en cambio, los hay que han sufrido una debacle como Reino Unido, España y Perú.

Se podría investigar si el comportamiento de los peores países podría estar correlacionado con la fortaleza o debilidad de cada sistema de salud pública en términos relativos, pero no parece que ni España ni el Reino Unido dispongan de sistemas de salud peores que la media.

En consecuencia, si partimos de la existencia razonable del dilema entre proteger la salud o la economía en el orden de gestión de la pandemia dentro de un país, pero se observa a nivel macroeconómico que entre países hay quienes protegen o desprotegen ambas dimensiones a la vez, debemos concluir, desde una perspectiva multinivel, que otras variables diferenciales y estructurales de cada país deben ser las que justifiquen la ubicación de cada país en una diagonal de pendiente positiva. Eso le permitiría moverse a cada país a lo largo de su propia diagonal.

Si asumimos como cierto esta idea, significaría que aquellos países que comparten posición a lo largo del mismo eje-diagonal, dispondrían de comportamientos, instituciones y estructuras similares de cara a afrontar la pandemia.

Por ejemplo, Japón e Indonesia dispondrían de elementos similares y luego cada uno asumiría si quiere estar más del origen del gráfico primando más la salud o más alejados primando más la economía.

En cualquier caso, ambos tienen una relación de intercambio entre variación entre PIB y variación del número de fallecimientos por COvid-19 similar (similar pendiente del eje-diagonal). Tanto Japón como indonesia y países similares, evitar la caída del PIB le cuesta un leve aumento de fallecimientos. 

Por otro lado, Francia e Italia compartirían el mismo eje-diagonal con el mismo sentido, pero con una tasa de intercambio entre Economía y Salud tal que para caer menos del PIB les cuesta más fallecimientos que en el caso de Japón e Indonesia.  En el caso de Alemania y Dinamarca esa tasa de sacrificio de salud en favor de la Economía es más baja que en Francia e Italia.

En cambio, en España y Reino Unido, dos de los peores países en su gestión frente a la pandemia, su estructura, comportamiento y funcionamiento de las instituciones diferenciales respecto de los anteriores países mencionados justificarían que la tasa de sacrificio de salud para lograr paliar la crisis económica es mucho más alta en términos de fallecimientos.

Este análisis no es concluyente, pero nos permite indagar y avanzar en las hipótesis del debate de cuál es la relación entre salud y economía frente a la pandemia y qué papel han jugado los diferentes gobiernos, instituciones y comportamientos diferentes entre países que justifiquen las diferencias en el desempeño para luchar contra la pandemia.

Deben quedar fuera del debate serio y experto las excusas de orden político que buscan eludir responsabilidades vendiendo eslóganes. Aunque ellos no lo quieran aceptar, nos jugamos mucho más que las próximas elecciones. Nos jugamos la vida.

Fuente de la Información: https://es.aleteia.org/2020/10/09/ante-la-pandemia-economia-o-salud/

Comparte este contenido:

Mamás en cuarentena: del encierro a la conversación

Escrito por  Daniela Rea/piedepagina

Mamás provenientes de distintos lugares y realidades, escribieron su experiencia del encierro, el cuidado y el trabajo durante el confinamiento por la pandemia. Las 48 historias, que fueron reunidas por las periodistas Cynthia Rodríguez y Olimpia Velasco, son la evidencia de cómo el Estado recarga en los hombros de las mujeres el cuidado y el sostén de la vida.

Un libro que acoge la historia de 48 mujeres que podrían ser las historias de muchas mujeres: encierro, trabajo, maternidad, cuidado de la casa, cuidado de los hijos, escuela de los hijos, estrés, agotamiento, soledad.

Mamás en cuarentena, editado por las periodistas Cynthia Rodríguez y Olimpia Velasco, son los relatos en primera persona de mamás que, a través de su palabra y su experiencia, salen de casa o quizá sería mejor dicho abren su casa para recibir, para encontrarse con otras como ellas en busca de un acompañamiento, de un “no estás sola” y un gesto de sororidad colectiva en esta pandemia.

Estos relatos, que hablan desde distintas geografías y realidades -un hijo o más, desde el empleo o el desempleo-, “logra contar una historia sobre el miedo, el desconcierto, la inseguridad, el remordimiento, la culpa, el hartazgo, la esperanza, el aprendizaje, el amor y el espíritu de lucha de quienes compartieron su historia desde lo más íntimo de sus hogares y que podrían reflejar la voz de millones de madres”, dice María Luisa Díaz de León, periodista que también es coautora de esta antología.

Sí. Los relatos que hay aquí son relatos de ternura, de agotamiento, de dolor y frustración. Porque, como escriben las editoras en la introducción: “las mamás llevan la peor parte de la pandemia de coronavirus”.

La carga laboral, la violencia

Unos datos que presenta la periodista en la introducción:

En México, según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 15 millones de mujeres tienen sobrecarga de trabajo, multiplicada por la labor doméstica y la de cuidado y crianza. Con la pandemia la situación empeoró: menos horas de sueño, más trabajo.

En Italia, uno de los países más afectados por la covid-19, el 35 por ciento de mujeres con hijos de 0 a 14 años tuvo que renunciar a sus trabajos para poder hacerse cargo de ellos por el cierre de escuelas.

Niños, niñas y adolescentes, que requieren tutoría en las clases, ayuda para hacer las tareas, diálogo para asegurar el aprendizaje y refuerzo para afianzar y aplicar el nuevo conocimiento, multiplicaron la tarea para las madres de familia trabajadoras, que no es una cifra menor: 14.8 millones de mexicanas.

En cuanto a la salud mental: las editoras citan a Gary Barker, especialista de Promundo-US, quien advirtió que sin cuarentena padecía estrés una de cada 20 personas y durante el confinamiento la cifra aumentó a una de cada cuatro.

A esa multiplicación de problemas se añadió la violencia doméstica -incentivada por el encierro y los problemas antes mencionados- la Red Nacional de Refugios dijo, en la última semana de julio, que aumentaron 81% las agresiones contra mujeres, niñas, niños y adolescentes en confinamiento.

En México, el Consejo Nacional de Población (Conapo) prevé 145 mil 719 embarazos excedentes entre 2020 y 2021, debido a que las mujeres no acudieron a recibir métodos anticonceptivos por temor al contagio de covid-19; de esos embarazos 21 mil 575 serán de adolescentes y jóvenes de menos de 19 años de edad, un 20% más de lo que se reportó durante el año pasado.

“Esta pandemia ha cambiado al mundo, en ese sentido debía también cambiar la posición de las mujeres: promoviendo la igualdad, el respeto a sus derechos, recibiendo apoyos que deben formalizarse en políticas públicas que transformen y formen la vida de las niñas, con acceso a educación y cuidados. Una vida en general para las mujeres: ‘Más solidaria, justa, feminista e igualitaria’”, escriben.

Periodistas durante la presentación del libro.

Pensar, compartir las vidas que queremos

Nashieli Ramírez, titular de la Comisión de Derechos de la Ciudad de México, y con una amplia experiencia de trabajo en la atención a infancias y mujeres, prologó el libro Mamás en cuarentena.

En el libro Nashieli encontró historias que se entretejen y que “construyen una conciencia colectiva de un pensamiento presente desde que este encierro comenzó para todas las personas y nos atrajo a las dinámicas domésticas en las que cada día, cada hora, es una labor continua para nutrirnos de cuidados, de alimentos, de emociones, de resoluciones claras y sostenibles de conflictos, de gestión de temores y de motivación de alegrías”.

Y afirma que, aunque hay realidades y condiciones distintas, también hay un punto de encuentro: la incertidumbre por lo que viene.

“Compartimos la preocupación por el mundo que habitarán nuestras hijas e hijos y la adaptación de las sociedades en las que se desenvolverán, por cómo perfilará sus vidas y las nuestras este contexto global. La pandemia por covid-19, el encierro, nos ha hecho sentirnos vulnerables, precarias y, sobre todo, recordar que lo somos”, escribió Nashieli Ramírez.

La realidad sobre las precarias redes de cuidado, que se reflejan en las historias, “debe contribuir a armarnos sistemas institucionales funcionales para los tiempos precarios que vivimos y viviremos”.

Cecilia González, periodista y escritora, ve  también algo luminoso en compartir estos relatos.

“Hubo llantos, risas, culpas, hartazgo, abrazos, peleas, clases virtuales, desorden de espacios y horarios; fastidios, miedos, esperanza, orgullo, dudas. Alivio por recuperar momentos familiares simples, pero reconfortantes, que habían pasado a la historia. La rica diversidad de voces femeninas plasmadas en Mamás en cuarentena… nos demuestra que no hay fórmulas únicas para establecer un vínculo primario que, en estos relatos, está basado, sobre todo, en mucho amor. Y eso hay que celebrarlo”, afirmó.

Fuente e  imagen: https://piedepagina.mx/mamas-en-cuarentena-del-encierro-a-la-conversacion/

Comparte este contenido:
Page 50 of 51
1 48 49 50 51