Page 48 of 51
1 46 47 48 49 50 51

Mundo: Gira por la vida y la esperanza

Gira por la vida y la esperanza

Raúl Zibechi

En todos los rincones del mundo los de arriba están perpetrando un genocidio silencioso de pueblos originarios y negros, de campesinos y pobres, de la ciudad y del campo.

El ejército de Turquía invade el norte de Siria, arrasando aldeas y ciudades kurdas. El gobierno de Israel no vacuna a la población palestina. En Manaus (Amazonia de Brasil) mueren miles en hospitales colapsados. En apenas tres semanas de 2021, se produjeron ya seis masacres en Colombia, con un saldo de más de 15 muertos (https://bbc.in/36fznA2).

Los feminicidios se multiplicaron durante la pandemia, como parte inseparable del genocidio contra las y los de abajo.

En Chiapas las bandas paramilitares atacan con armas de fuego a las comunidades en MoisésGandhi. El guion es siempre el mismo: los paramilitares como la Orcao, con asesoramiento de las fuerzas armadas, atacan bases de apoyo zapatista; el gobierno federal y el del estado callan, o sea, consienten. Los medios y los partidos callan, o sea, consienten.

En las periferias urbanas latinoamericanas y en las remotas áreas rurales no sólo no se habla de vacunas, sino que tampoco tenemos infraestructuras hospitalarias en condiciones, ni médicos ni enfermeras suficientes.

Una característica de la tormenta contra los de abajo es que a nadie le importa. Nadie reacciona, ni se conmueve. La indiferencia es la política de los estados y de buena parte de la opinión pública. Ayot-zinapa sucede todos los días, no sólo en México.

Es una política consolidada arriba y aceptada con entusiasmo por el sistema político. Es un cerco militar y mediático contra los pueblos, para inmovilizarlos, mientras el capital (liberado de controles) profundiza su extenso e intenso proceso de concentración y centralización en cada vez menos manos.

La gira zapatista por tierras europeas es una oportunidad para romper el cerco, para volvernos a juntar en espacios comunes, hacernos escuchar y tejernos como pueblos en resistencia. La propuesta zapatista anunciada en octubre y actualizada el primero de enero en la declaración Por la vida es un enorme esfuerzo de las comunidades para romper el cerco de la muerte.

La respuesta desde Europa vino de la mano de más de mil colectivos en más de 20 países que declaran su voluntad de sumarse y organizar una gira que llevará a más de 100 zapatistas, en su mayoría mujeres, por muchos rincones del continente.

No será nada sencillo organizar una gira tan amplia en un momento en el que la pandemia no halla límites, brindando una ocasión a los gobiernos y las policías para acotar la acción colectiva. En Europa se limitaron los derechos de reunión y de manifestación, lo cual en estos momentos arroja muchas dudas sobre cómo será la celebración del 8 de marzo.

También será muy difícil que miles de activistas consigan ponerse de acuerdo, ya que provienen de diferentes historias, ideologías y modos de hacer. Estas diversas culturas políticas encontrarán dificultades para superar el egocentrismo individual y colectivo, la inevitable búsqueda de focos mediáticos para algunos, siempre pocos, pero con gran poder disgregador.

A las dificultades propias de la situación deben sumarse las que provienen de tantos años de fragmentación y, sobre todo, de la continuidad de una cultura política centrada en los estados, en los varones caudillos y en los discursos que no van acompañados de prácticas coherentes.

La expedición zapatista brinda la ocasión para encarar otras dos tareas necesarias, además de la mentada ruptura del cerco.

La primera es que permitirá enlazar y coordinar colectivos que habitualmente están distantes o que ni siquiera se conocían. No se trata de crear nuevos aparatos o estructuras, sino de abrir un amplio abanico de vínculos horizontales e igualitarios, algo mucho más difícil aún que establecer una coordinadora que a menudo repite los vicios de los aparatos.

La segunda es que conocer más a fondo los modos zapatistas de hacer puede permitir a muchas personas y colectivos adentrarse en culturas políticas que hasta ahora sólo algunos grupos feministas y juveniles han puesto en práctica.

Una de las constataciones más deprimentes en los ambientes militantes es comprobar cómo década tras década se tienden a repetir los mismos vicios que, ingenuamente, creíamos superados. No hay modo de superarlos sino haciendo, errando y volviendo a hacer, hasta encontrar modos de trabajar que no lastimen, ni excluyan, ni humillen.

La gira zapatista será una fuente enorme de aprendizaje para los más diversos colectivos anticapitalistas. Primero, constatar que se puede, que los de arriba no son tan poderosos como parecen. Segundo, que podemos sumar más y más personas sin reproducir el sistema, buscando confluencias entre quienes sufrimos similares opresiones. Desafío y esperanza a la vez.

Si todo marcha bien, en el sur del continente reproduciremos la expedición. Estos días estamos dando los primeros pasos, tímidos por ahora, para desplegar las energías que nos permitan seguir rompiendo cercos.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2021/01/29/opinion/013a2pol

 

Fuente de la Información: https://rebelion.org/gira-por-la-vida-y-la-esperanza/

Comparte este contenido:

La comunidad internacional no respondió con suficiente rapidez al COVID-19

Gobiernos de todo el mundo no respondieron con suficiente rapidez al COVID-19, según el comité de revisión independiente que analiza la respuesta internacional.


El panel asegura que “si se hubiese aplicado el principio de precaución”, tanto la OMS como las autoridades nacionales y locales podrían haber emitido advertencias más oportunas y firmes sobre la posible transmisión entre personas.

El grupo sigue investigando, pero en su segundo informe provisional apuntan que “lo que está claro” es que “las autoridades sanitarias locales y nacionales de China podrían haber aplicado medidas de salud pública más contundentes en enero”.

El comité recuerda que a finales de enero de 2020 ya había pruebas de casos en varios países que deberían haber aplicado medidas de contención de salud pública inmediatas. “No lo hicieron”, concluyen.

El panel dice que “no está claro” por qué el Comité de Emergencias, establecido en virtud del Reglamento Sanitario Internacional, no se reunió hasta el 22 de enero, “ni tampoco por qué no pudo ponerse de acuerdo sobre la declaración de una emergencia de salud pública de importancia internacional en su primera reunión”. El 30 de enero se declaró la emergencia, pero, “el grado en que los países respondieron a esa declaración no fue el esperado”.

El Grupo se pregunta “si habría sido de ayuda el que la OMS hubiese utilizado el término «pandemia» con anterioridad”. Aunque ese término no se utiliza ni se define en el Reglamento Sanitario Internacional (2005), aclaran, “su uso sirve para llamar la atención sobre la gravedad de un problema de salud. La OMS no utilizó ese término hasta el 11 de marzo”, señalan.

Además, creen que a la Organización Mundial de la Salud “le ha faltado poder para hacer el trabajo que se espera de ella”.

Fuente e imagen: UNAM Global

Comparte este contenido:

Work as we know it will never be the same – but are we prepared for a drastic transformation of where and when we do our jobs?

Work as we know it will never be the same – but are we prepared for a drastic transformation of where and when we do our jobs?

As most knowledge workers have toiled away remotely for nearly a year, some are eager to get back to the office, while others have high hopes of being able to stay at home. Regardless of the camp you fall into, there’s one question that’s hanging over everyone: what will work actually look like on the other side of the pandemic? Will our structure revert to pre-pandemic days: 9 to 5, five days a week?

Maybe, but maybe not. Some companies are anxious to get workers back to their desks, but at the same time, employee desire is ramping for a new type of ‘hybrid’ work future – a mix of both office presence as well as some time remote.

While some of these proposals to shake up the structure of work simply focus on giving employees a little more flexibility, a few are more dramatic. Some work and productivity experts are proposing that we blow up the notion of working five days or setting standard hours and workplaces altogether. If companies and workers rally around these big ideas, they’ll create a world of work that looks very different than it did a year ago.

Working ‘3-2-2’

Three days in the office, two days remote and two days off. That’s the premise behind ‘3-2-2’, a new work-structure proposal from academics Lauren C Howe, Ashley Whillans and Jochen I Menges. The emphasis on flexibility is key here, as workers choose the set-up that works best for them and mould their days around their personal schedules. (It’s a striking contrast to China’s similarly named 9-9-6, in which employees work 9 a.m. to 9 p.m., six days a week, in a rigid structure.)

“Employees have appreciated the flexibility experienced during the pandemic, and desire more of it in the future,” says Whillans, an assistant professor in negotiations, organisations and markets at Harvard Business School. Although she expects employers to still require five days of work, generally on a Monday-through-Friday schedule, the key to the 3-2-2 model is enabling employees to pick where they work. “The exact enactment of flexibility will involve companies considering factors like Covid safety risks, employee preferences and a discussion of what kinds of activities would benefit from some in-person interaction,” she says.

In New Zealand, Unilever is testing a four-day workweek through December 2021 (Credit: Alamy)

Whillans adds that the 3-2-2 model would look different across different organisations – especially within larger companies in which coordinating multiple workers in person at the same time could be more complicated. But the point remains the same: honour workers’ preferences while keeping collaboration and productivity at peak.

“Every office has a different consideration set, but the general idea is to think about when to encourage employees to come to the office versus stay at home to facilitate work-life balance and increase creative and informal social interactions among employees,” she says.

Four-day workweek

The concept of a four-day workweek isn’t new – some companies have been toying with the idea, or even experimenting with it, in workplaces across the globe for a few years. The proposal has been around since the 1970s, and implemented sporadically over past few decades with mixed success. But workers are renewing the call amid the pandemic, hoping it’s a more realistic solution than ever before.

One reason is that our relationship with productivity has evolved in an unexpected way that perhaps only the pandemic could have catalysed: many are finding that while working remotely they’ve been more efficient, not needing five full days to get their work done. A survey from US jobs site FlexJobs showed that 51% of respondents reported being more productive at home – even working parents.

Part of this increased output may be the result of better focus without the buzz and clamour of colleagues. But the other element may be that there simply isn’t enough work to fill five days, and workers find ways to occupy the time just to hit their desk-hours quota (think of all the time you spend checking social media or shopping, only to quickly toggle your browser tab when your boss walks by). This isn’t a new assertion: London School of Economics anthropology professor David Graeber raised the point back in 2018 by in his book Bullshit Jobs. Plus, working more hours than necessary may also have detrimental effects, such as decreased productivity and mental-health consequences.

Advancement of the four-day workweek isn’t just a pandemic-induced dream: Covid-19 has influenced companies to take up the strategy

Advancement of the four-day workweek isn’t just a pandemic-induced dream: Covid-19 has influenced a few companies to take up the strategy.

In December, Unilever New Zealand implemented a four-day workweek trial. “Our employees will work 80% of the time, while retaining 100% of their salaries and deliver 100% of their KPIs/output,” says Nick Bangs, general manager of Unilever New Zealand. There’s no “overarching template”, he adds, so workers choose their day off. The purpose, he says, is creating a “new productivity mindset”, and encourage more flexibility and better health.

A new reality?

These two approaches represent very different re-thinks of how we work: 3-2-2 emphasises flexibility across a 40-hour week; four-day workweek maintains structure, though with less time to be on. Is one more likely to happen than another?

Of course, it’s tough to say; ongoing impacts of the pandemic will continue to shift not only our thinking and values, but also our expectations of employers. In some ways, 3-2-2 may seem more ‘realistic’ as workers demand more flexibility, which 3-2-2 offers in spades. But we haven’t quite seen the proposal in action at scale – whereas the four-day workweek is already in motion for some companies, with others considering taking up the approach.

But there are also people who hate the idea of dismantling the typical workday structure all together, saying changes may let competition get ahead, leave clients waiting for responses, damage workers’ health and even sink the corporate world as we know it.

New proposals to change when and where we'll work could open up opportunities for workers to choose how we spend our time, both on and off the clock (Credit: Alamy)

In the past, some firms that have embraced flexible, remote working have found the move disastrous for their output and bottom lines; in 2013, Yahoo CEO Marissa Mayer actually rolled back telecommuting initiatives, and forced employees back into traditional structures.

Similarly, the four-day workweek has virulent critics. Speaking on BBC’s Business Daily in December, Marc Effron, president of global HR company The Talent Strategy Group, said, “It feels like we’re somehow rewarding people for being inefficient by saying, ‘Well, because you were wasting so much time before, now that you’ve found some of that time by squeezing it into a four-day workweek, we’ll allow you just to work those four days’.” Simply, he posits that if workers can do five days of work in four, they’re not putting in 100% effort to begin with.

And even advocates for both 3-2-2 and the four-day workweek concede the plans aren’t without their wrinkles and caveats.

Whillans says that some companies will face challenges others won’t. “Organisations will have to think carefully about how to structure the in-office time so that the right people from the right teams are coming to work at the same time… Additionally, it will be up to leaders and organisations to coordinate schedules so no one is being left out.”

And Unilever’s Bangs says that in order to stick with their new four-day approach, there needs to be a visible upside, otherwise they’ll end the experiment, currently set to finish in December 2021. “This trial is not about compromising business growth for the benefit of wellbeing, or vice versa. For this to be deemed successful, we need great business results, our people telling us they have the mental and physical energy to bring the best version of themselves to work and our customers continuing to receive the same level of excellent service we pride ourselves on.” Regardless of what happens in New Zealand, however, Unilever CEO Alan Jope says that the company will never go back to the five-day in-office structure they had pre-pandemic, which he added in a Reuters news conference «seems very old-fashioned now».

Like many elements of our daily lives, the answer is still up in the air. But among the questions, one thing seems all but certain: the way we work will never be quite the same.

Additional sourcing and reporting by Bryan Lufkin.

Fuente de la Información: https://www.bbc.com/worklife/article/20210113-whats-the-best-plan-for-a-radical-new-workday

Comparte este contenido:

Experto en seguridad: «Si aún piensa usar WhatsApp, haga estas tres configuraciones cuanto antes»

Fuente: actualidad.rt.com/ Imagen ilustrativaLionel Bonaventure / AFP

El especialista Zak Doffman habla sobre las intenciones de Facebook de integrar la plataforma de WhatsApp con las de Messenger e Instagram.


Ante la ola de críticas que ha recibido WhatsApp por la reciente actualización de sus políticas para compartir datos con Facebook, miles de usuarios han decidido abandonar la plataforma y optar por otros servicios de mensajería instantánea.

Sin embargo, el experto en seguridad cibernética Zak Doffman afirma que todavía el servicio es seguro, aunque se debe hacer algunos cambios. «WhatApp aún se puede usar […] Sin embargo, es necesario cambiar esta configuración fundamental para mantenerse a salvo», señaló el especialista en Forbes.

Tras mencionar que los mensajes se cifran de extremo a extremo y que solo los usuarios tienen acceso al respectivo contenido, el experto indica que «el problema son los metadatos: quién, cuándo y dónde en relación a tus mensajes, así como tus contactos e información sobre tu dispositivo».

Al respecto, Doffman explica que WhatsApp recoge muchos más datos que Telegram o iMessage, pero muy pocos si se compara con otras aplicaciones como Facebook, Messenger, Google, Instagram, Snapchat y TikTok. «Entonces, a menos que evites esos otros, WhatsApp no ​​es tu mayor problema», agrega.

Cambios en la configuración de WhatsApp

Primero, el especialista recomienda evitar el contenido malicioso que recibes a través de WhatsApp como enlaces y archivos adjuntos desconocidos. También se debe deshabilitar la opción de guardar automáticamente las imágenes recibidas en la galería del teléfono.

A continuación, Doffman alerta sobre los riesgos de que piratas informáticos secuestren una cuenta a través de engaños. Para evitarlo, insta a obtener el número PIN que ofrece la ‘verificación en dos pasos’ de WhatsApp.

Finalmente, el especialista sugiere desactivar las copias de seguridad, pues si bien los mensajes están protegidos a medida que se envían, «si usa la opción de WhatsApp para hacer una copia de seguridad de su historial de chat en la nube de Apple o Google, esas copias no están protegidas por ese cifrado de extremo a extremo».

Advertencia de un problema mayor

Por otra parte, Doffman advierte que «hay un problema mucho mayor que acecha en el futuro cercano, mucho peor que cualquier cosa que acaba de suceder». En este sentido, se refirió a las intenciones de Facebook para integrar la plataforma de WhatsApp con las de Messenger e Instagram. «La idea es crear un gran gigante de la mensajería interoperable que reúna a todas sus audiencias», puntualizó.

Según el experto, ese escenario responde a una «cruda realidad», cuya integración podría significar algo «mucho más serio» para la privacidad de los usuarios en comparación con los recientes cambios.

Fuente e imagen: https://actualidad.rt.com/actualidad/381048-experto-seguridad-recomienda-tres-configuraciones

Comparte este contenido:

Una parte del planeta siempre está congelada y funciona como una nevera enorme de carbono

Una parte del planeta siempre está congelada y funciona como una nevera enorme de carbono

Llevamos una semana conviviendo con nieve y hielo en todo el centro de la península ibérica. Aunque la situación es insólita en nuestro país, en algunas zonas del planeta este es el paisaje habitual todo el año. Científicos del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales se han adentrado en el mundo helado para contar qué pasaría si desapareciera.

Los precios de los apartamentos de algunas regiones nórdicas están bajando en picada. ¿El motivo? Se habían construido sobre suelo helado que parecía que sería sólido para siempre y ahora se está deshaciendo. A nivel climático, los efectos de este deshielo van mucho más allá y podrían hacer fracasar la lucha contra la crisis climática.

Tres intrépidos investigadores del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y la Universidad Autónoma de Barcelona se han embarcado en dos expediciones por el mundo helado para conocer mejor las consecuencias devastadoras del deshielo y encontrar cómo mitigarlas: una primera en Suecia, en 2018, y una segunda en Alaska el año pasado.

Son Olga Margalef, Oriol Grau y Sergi Pla. “El suelo helado de los países árticos se está degradando debido al incremento de temperaturas de todo el planeta y las fronteras han retrocedido unos 30-80 km”, comenta Margalef. “Estudiar este deshielo es muy necesario para entender qué cambios podrían darse a escala mundial cuando la descongelación avance, como por ejemplo unas emisiones enormes de CO2 y la liberación del fósforo y nitrógeno que contienen”, añade.

La atmósfera tiene entre las manos un cubito (todavía)

Cuando cogemos un cubito, rápidamente reacciona a la temperatura caliente de nuestras manos: se deshace y se vuelve agua. Lo mismo le pasa al hielo de nuestro planeta, que se va fundiendo entre la atmósfera que lo rodea y que es cada vez más cálida. Por suerte, todavía se conserva una parte que siempre está helada, incluso en verano, y que se conoce con el nombre de permafrost.

El permafrost es una capa gruesa, que puede llegar a un kilómetro de profundidad y donde la vida es casi nula. Esto hace quela materia orgánica que se encuentra y las concentraciones de carbono, nitrógeno o fósforo se mantengan intactos, como si fuera una nevera que las conserva. Por encima del permafrost existe una capa activa, que sí tiene actividad biológica, que se hiela en invierno y se deshiela en verano. Esta combinación de las dos capas, permafrost más capa activa, la encontramos en aproximadamente 23 millones de km2 del hemisferio norte. ¡Más de dos veces la superficie de EE UU!

El problema actual es que el calentamiento global está empezando a afectar al permafrost y puede provocar que deje de funcionar como una nevera. En este caso, la materia orgánica y el gran reservorio de carbono y de nutrientes que hay dentro se descompondría  y se liberaría a través de gases (entre ellos el dióxido de carbono), diluidos en los cursos de agua o formando parte de los seres vivos que los absorben.

Aún no se pueden predecir cómo serán las consecuencias exactas del deshielo del permafrost, pero podéis imaginaros qué amenaza supone… Incluso, algunas expertas y expertos advierten que podría llevar a un punto de no retorno en la lucha contra el cambio climático.

Por suerte, hay una conciencia global creciente sobre la importancia ecológica del permafrost que queda patente en el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) “Fronteras 2019″ sobre temas emergentes y preocupantes a nivel ambiental. Tanto en este informe, como en el mismo Acuerdo de París, se hace un llamamiento para establecer políticas de protección del permafrost y en general de las zonas que más carbono concentran en el suelo frío: las turberas.

¿Dónde encontramos turberas? Desde Asia y Europa, hasta hábitats tropicales, pero son más frecuentes en las regiones frías. En Cataluña, por ejemplo, se localizan en la alta montaña del Pirineo.

Las turberas para combatir el cambio climático

Bajo el nombre turbera se engloban los humedales –en general, ácidos– que tienen poco oxígeno y mucha materia orgánica (más de un 30 %), conocida como ‘turba y proveniente de las plantas vasculares, musgos y líquenes típicos de los climas fríos.

Como son sistemas saturados de agua y con una falta importante de oxígeno, esta materia se preserva o se descompone muy lentamente. Gracias a ello, las turberas acumulan más de 220 gigatoneladas de carbono (cerca de la mitad del carbono almacenado en los suelos de todo el mundo) a pesar de cubrir solo un 3 % del total de la superficie terrestre.

La mayor acumulación de estos humedales tan peculiares se da en las zonas totalmente heladas, como el Ártico y Subártico, donde coinciden con el permafrost. Se calcula que la combinación de turberas “capturadas” en el permafrost aparece en un total de 1,4 millones de km2 del planetacon una capa de más de 40 cm de espesor.

Si estos suelos perdieran el agua, por culpa del deshielo o para utilizarlos en la actividad agrícola, la turba preservada se secaría, entraría dentro oxígeno y la materia orgánica empezaría a descomponerse emitiendo CO2 a la atmósfera en grandes volúmenes, como miles de fábricas en funcionamiento.

Por este motivo, es importante entender el funcionamiento de estos ecosistemas árticos y subárticos y enviar a nuestros equipos de investigación a descubrirlo en vivo. ¡A pesar del miedo de pasar ellos a formar parte del cubito!

Por Verónica Couto
Técnica de comunicación del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).

Ecoportal.net

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/parte-planeta-congelada-carbono/

Comparte este contenido:

Unicef: Los niños no pueden permitirse otro año de interrupción escolar

Declaración de la Directora Ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore

“Al entrar en el segundo año de la pandemia de COVID-19 y a medida que los casos continúan aumentando en todo el mundo, no se deben escatimar esfuerzos para mantener las escuelas abiertas o priorizarlas en los planes de reapertura.

“A pesar de la abrumadora evidencia del impacto del cierre de escuelas en los niños, y a pesar de la creciente evidencia de que las escuelas no son impulsoras de la pandemia, demasiados países han optado por mantener las escuelas cerradas, algunos durante casi un año.

“El costo de cerrar las escuelas, que en el pico de los cierres pandémicos afectó al 90 por ciento de los estudiantes en todo el mundo y dejó a más de un tercio de los escolares sin acceso a la educación a distancia, ha sido devastador.

“Se prevé que el número de niños no escolarizados aumente en 24 millones, a un nivel que no habíamos visto en años y que tanto hemos luchado por superar.

“La capacidad de los niños a leer, escribir y hacer operaciones matemáticas básicas ha sufrido, y las habilidades que necesitan para prosperar en el 21 st economía del siglo han disminuido.

“Su salud, desarrollo, seguridad y bienestar están en riesgo. Los más vulnerables entre ellos serán los más afectados.

“Sin las comidas escolares, los niños pasan hambre y su nutrición está empeorando. Sin interacciones diarias con sus compañeros y una reducción en la movilidad, están perdiendo la forma física y mostrando signos de angustia mental. Sin la red de seguridad que la escuela ofrece a menudo, son más vulnerables al abuso, el matrimonio infantil y el trabajo infantil.

“Es por eso que el cierre de escuelas debe ser una medida de último recurso, después de que se hayan considerado todas las demás opciones.

“La evaluación del riesgo de transmisión a nivel local debería ser un determinante clave en las decisiones sobre las operaciones escolares. Se deben evitar los cierres de escuelas a nivel nacional siempre que sea posible. Donde hay altos niveles de transmisión comunitaria, donde los sistemas de salud están bajo una presión extrema y donde el cierre de las escuelas se considera inevitable, se deben implementar medidas de salvaguardia. Esto incluye asegurar que los niños que están en riesgo de violencia en sus hogares, que dependen de las comidas escolares y cuyos padres son trabajadores esenciales, puedan continuar su educación en sus aulas.

“En caso de cierres, las escuelas deben estar entre las primeras en reabrir una vez que las autoridades comiencen a levantar las restricciones. Se debe dar prioridad a las clases de recuperación para garantizar que los niños que no han podido aprender de forma remota no se queden atrás.

«Si los niños se enfrentan a otro año de cierre de escuelas, los efectos se sentirán en las generaciones venideras».

Fuente de la Información: https://www.unicef.org/press-releases/children-cannot-afford-another-year-school-disruption

 

Comparte este contenido:

Coronavirus: 12 momentos clave de la pandemia que cambió al mundo

Desde su descubrimiento en Wuhan hasta la esperanza de las vacunas

A poco más de un año, resumen de la pandemia de coronavirus en 12 momentos clave, desde el surgimiento en China de una enfermedad desconocida a finales de 2019 a la esperanza suscitada por las vacunas un año después.

El 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibe información de la existencia de unos preocupantes casos de neumonía «de origen desconocido» en la ciudad china de Wuhan.

El 7 de enero de 2020, se identifica la causa: se trata de un nuevo virus de la familia de los coronavirus. Cuatro días después, Pekín anuncia el primer muerto oficial de una enfermedad que más tarde se llamará covid-19.

Wuhan, aislado del mundo

El 23 de enero, Wuhan queda aislado del mundo para intentar contener la epidemia. Varios países empiezan a repatriar a sus ciudadanos desde China.

El primer deceso oficial fuera de Asia se registra el 15 de febrero: un turista chino hospitalizado en Francia.

Pandemia

El 6 de marzo, la epidemia supera el umbral de los 100.000 casos en el mundo. El primer país europeo afectado, Italia, impone un confinamiento en el norte, que más tarde extiende al resto del territorio.

El 11 de marzo, la OMS califica a la covid-19 de pandemia. Los mercados bursátiles se hunden. Gobiernos y bancos centrales anuncian las primeras medidas masivas de apoyo a la economía.

Europa se atrinchera

El 16 de marzo, Alemania insta a su población a «quedarse en casa» y el Reino Unido a evitar todo «contacto social».

Un día después Francia entra en confinamiento. La Unión Europea anuncia el cierre de sus fronteras exteriores.

Aplazamiento de los Juegos Olímpicos

El 24 de marzo, los Juegos Olímpicos de Tokio de julio de 2020 son aplazados al año siguiente. 

Un día después, la ONU advierte que la pandemia «amenaza a toda la humanidad».

Media humanidad confinada

Por todo el mundo se decretan medidas de confinamiento. El 2 de abril, más de 3.900 millones de personas, es decir, la mitad de la humanidad, están obligadas o se les insta a confinarse, según un recuento de la AFP.

Se supera el umbral de un millón de casos de contagios de coronavirus.

Economía devastada

El 29 de abril, el constructor de aviones estadounidense Boeing elimina 16.000 puestos de trabajo. Numerosos sectores sufren las consecuencias de la pandemia y anuncian fuertes recortes de plantilla, desde el transporte aéreo a la fabricación de automóviles, pasando por el turismo o la gran distribución de productos de diversa índole.

La polémica hidroxicloroquina

Promovida por el profesor francés Didier Raoult y apoyada por el presidente estadounidense Donald Trump, la hidroxicloroquina es clasificada como un tratamiento ineficaz por un estudio internacional de gran alcance publicado el 22 de mayo.

Sin embargo, la publicación tiene errores y acaba siendo retirada. El 5 de junio, un ensayo británico también concluye que el producto es ineficaz.

Fuerte avance en América Latina

El 7 de junio, la pandemia supera los 400.000 muertos y avanza rápidamente en América Latina. Brasil se convierte en el segundo país con más víctimas mortales, detrás de Estados Unidos, mientras que su presidente, Jair Bolsonaro, resta importancia a la enfermedad, a la que tilda de «gripecita».

Él mismo acabará infectado, como Donald Trump, después del primer ministro británico, Boris Johnson.

Boicot a los tapabocas

El aumento de casos lleva a varios países europeos a imponer el uso de mascarilla en los transportes, las calles, las escuelas o las empresas. Al final del verano, se convocan manifestaciones antimascarillas en Berlín, Londres, París y Roma.

Segunda y tercera ola

El 28 de septiembre se supera el umbral del millón de muertos. En Europa, los contagios empiezan a dispararse de nuevo en octubre y varios países vuelven a decretar medidas de confinamiento y toques de queda.

Las medidas se aligeraron parcialmente con motivo de las fiestas de fin de año. Pero la aparición en Inglaterra de una variante más contagiosa obligó a Londres el 5 de enero a imponer de nuevo un confinamiento y al resto de Europa a endurecer las restricciones.

En medio de la agitación política por la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales, puesta en duda por el mandatario saliente Donald Trump, Estados Unidos se hunde en una crisis sanitaria: el 5 de enero llega a 3.930 muertos en 24 horas. El país sigue siendo el más enlutado del mundo (más de 366.000 víctimas el 9 de enero).

La esperanza de las vacunas

El 9 de noviembre, el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer, asociado al laboratorio alemán BioNTech, desvela los resultados positivos para su vacuna, justo cuando se superan los 50 millones de casos de covid-19 en el mundo.

Una semana después, la estadounidense Moderna realiza un anuncio similar.

Las campañas de vacunación comenzaron en diciembre en el Reino Unido, Rusia, Estados Unidos, Argentina y en la Unión Europea. China vacuna desde julio.

El 9 de enero, unos 50 países habían iniciado campañas de vacunación y se habían administrado más de 17 millones de dosis en todo el mundo, según un recuento de AFP basado en datos oficiales.

Fuente: AFP

Comparte este contenido:
Page 48 of 51
1 46 47 48 49 50 51