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España: Cuarta edición del concurso de memoria histórica para jóvenes

El concurso, con tres modalidades diferentes, está pensado para chicas y chicos desde secundaria hasta los 35 años. Cada persona puede entregar hasta dos trabajos para cada una de las modalidades que consisten en un ensayo historiográfico, un escrito literario o un vídeo.

Hasta ahora el concurso se había restringido al ámbito de la Región de Murcia, pero en esta ocasión es de ámbito estatal. Por eso se admitirán trabajos en cualquiera de las lenguas oficiales del Estado, siempre y cuando adjunten una traducción al castellano

Los trabajos deben centrarse en cierto marco temporal que irá desde la dictadura de Primo de Rivera hasta la Transición democrática, incluida esta.

Habrá dos tipos de participantes: estudiantes de secundaria o bachillerato y alumnado universitario o menor de 35 años.

Ambos podrán participar en las tres modalidades del concurso. La primera de ella es un ensayo histórico o investigación inéditos. La segunda, un trabajo literario que tenga como centro de interés algún aspecto de la Memoria Democrática o de sus protagonistas. En este caso, los textos pueden ir desde el microrrelato a la poesía, pero no deben sobrepasar los 25 folios o las 50 páginas. La tercera modalidad es audiovisual. Un vídeo con una duración de entre uno y tres minutos.

El concurso cuenta este año con una subvención de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática que ha permitido un aumento considerable en la cuantía económica de los premios, que se encuentran, según la modalidad, entre los 600 y los 900 euros. La cuantía puede consultarse en las bases. Los trabajos podrán entregarse hasta el 1 de mayo.

En cualquier caso, los jurados tendrán en cuenta la calidad del trabajo conforme a su modalidad y categoría, su pertinencia en el campo de la memoria histórica y su relevancia para la memoria colectiva y social.

El jurado en las dos primeras modalidades estará conformado por Francisco Espinosa Maestre, como presidente
honorario, y por historiadoras e historiadores: Mirta Núñez Díaz-Balart, Dolors Marín Silvestre, Pedro M.ª Egea Bruno, Fernando Hernández Sánchez y Ángel del Río Sánchez.

En el caso de la modalidad audiovisual, el jurado estará presidido por Carlos Olalla, (cineasta, profesor de audiovisual y director del Festival de FESTIMED), Alfonso Burgos (director de cine y profesor en la Universidad de Zaragoza), Laura
Mena García (especialista en comunicación audiovisual y profesora de la escuela de cine de la Fctad de Comunicación de la U. de Murcia), y el profesor Pedro M. Egea Bruno (catedrático emérito de la Universidad de Murcia) quien velará por el rigor histórico.

Los trabajos escritos serán publicados por la Universidad de Murcia, mientras que los audiovisuales se proyectarán en el festival de cine por la memoria democrática (Fescimed) y en la Filmoteca Regional Paco Rabal el día de la entrega de los premios, en septiembre de 2024.

Las bases completas del concurso pueden consultarse en el siguiente enlace: https://nuestrofuturoesnuestrahistoria.blogspot.com/2024/01/iv-concurso-nuestro-futuro-es-nuestra.html en donde, además, se puede encontrar la dirección de correo electrónica a la que enviar los trabajos.

 

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Estudio: Cómo desmentir las narrativas negacionistas de la desigualdad de género que llegan a los estudiantes

Por: Paula Miguel

Los discursos antifeministas pueden aparecer en todas partes: en internet, conversaciones con compañeros de clase, en la calle o en el entorno familiar. Argumentos que niegan la violencia machista o afirman que el feminismo no es necesario porque hoy en día “ya tenemos igualdad”. Sin embargo, la valoración del feminismo es positiva. Casi el 60% de los jóvenes encuestados en el estudio Barómetro Juventud y Género 2023 respondieron que el feminismo debe implicar a hombres y mujeres, y el 47% que el feminismo es necesario para lograr la igualdad real. Por ello, con las estrategias adecuadas, la escuela puede convertirse en un espacio donde desmentir las narrativas falsas y los mitos que llegan a los estudiantes.

Saturados de información

Es posible que, al tratar el feminismo en el aula, los alumnos muestren desinterés y se aburran del tema. Los jóvenes, a diferencia de generaciones anteriores, están creciendo en un contexto en el que las instituciones implementan políticas de igualdad, impulsan campañas para alentar a las chicas a seguir una carrera académica en el campo de las ciencias y tecnologías, organizan eventos por el 8M, etc. En el momento en que el feminismo adquiere un carácter institucional, los discursos negacionistas pueden disfrazarse de movimientos contraculturales y revolucionarios. Caricaturizan los datos oficiales y crean un relato simple que resuena emocionalmente con los jóvenes para provocar reacciones viscerales.

No solo es necesario considerar los discursos misóginos al hablar de feminismo en el aula. Internet introduce una nueva dimensión en la autoimagen corporal de los adolescentes, un tema especialmente delicado y complejo en esta etapa vital. Las redes sociales nos permiten publicar nuestras fotos y videos en la misma plataforma donde modelos e influencers comparten su contenido. Vemos nuestro cuerpo expuesto junto al suyo y las comparaciones parecen inevitables. Las redes se convierten en un escaparate y, al mismo tiempo, en una herramienta de validación (likes, seguidores, comentarios positivos, etc.) que se interpreta como una guía para determinar lo que es o no aceptable.

Sin embargo, las redes sociales no son el único actor determinante en la autoimagen de los jóvenes. La salud mental es un asunto complejo condicionado por variables intrapersonales e interpersonales. Factores como la familia, la escuela o la pareja, entre otros, también influyen en la relación de los jóvenes con su cuerpo.

Desconocer los referentes del alumnado

Internet es inmenso. A falta de datos oficiales, la compañía DOMO publica anualmente un informe sobre su uso. Según las estimaciones de la empresa, cada minuto del año 2023 se consumieron en todo el mundo 48,000 horas de Twitch, en total los usuarios vieron cuarenta y tres años de contenido en streaming, y se compartieron 694,000 reels por mensaje directo de Instagram. Con estas cifras en mano, quizás sea un poco ambicioso proponerse conocer a todos, absolutamente todos, los creadores que siguen. Entonces, ¿qué medidas se pueden tomar desde la figura del profesor?

Presentarles datos, por muy ciertos y rigurosos que sean, sin pedir un análisis crítico por parte del alumnado puede que no sea la mejor estrategia contra los discursos antifeministas (emocionales y cercanos) que los jóvenes encuentran en las redes. Por otro lado, también existe el riesgo de provocar desinterés si ofrecemos conceptos demasiado simplificados. En ambos casos, la desafección puede llevarlos a minimizar el problema. En lugar de presentar el feminismo como un tema ya decidido y listo, se puede plantear un diálogo para trabajar desde la experiencia y el afecto.

Espacios de diálogo y trabajar desde la experiencia

Los datos son importantes, pero pueden parecer demasiado abstractos o alejados de la experiencia personal. Es probable que los estudiantes rechacen cualquier cosa que interpreten remotamente como adoctrinadora o indiscutible. El objetivo de los espacios de diálogo es lograr que dejen de mirar el tema desde afuera y pasen de ser observadores y lectores a partes activas de la conversación. Trabajar con relatos personales, ya sean del alumnado o no, nos ayuda a acercarnos a la cuestión y a ser más empáticos. En el caso de la desigualdad de género, con estos ejemplos podemos ayudarles a entender que las consecuencias del machismo nos atraviesan a todos.

Uno de los puntos fuertes de la desinformación es la emoción. Los espacios digitales antifeministas son entornos que favorecen sentimientos de comunidad y pertenencia, se convierten en espacios seguros y de refugio. Aunque es complejo, se necesitan lugares con dinámicas de seguridad y confianza en los centros educativos. Un espacio sin juicio donde la persona adulta dé un paso atrás y el alumnado tome el papel protagonista en el debate. De esta manera, podrá compartir lo que siente y expresar lo que necesita.

Alfabetización mediática como respuesta

El Ministerio de Educación realizó en el año 2023 un informe sobre el nivel de alfabetización mediática entre estudiantes de ESO. El alumnado debía distinguir entre opinión y hechos, pero cuando les mostraron un texto informativo, el 52,2% lo reconoció como tal, mientras que el 42,8% determinó que era una opinión. Ante un texto de opinión, el 64,4% consideró que eran hechos.

Los centros educativos son fundamentales en la formación de estas competencias. El alumnado debe tener herramientas para interpretar el funcionamiento de la información en internet e incorporarlas a la forma en que interactúan con el mundo digital (y real).

La alfabetización mediática es la habilidad de evaluar y analizar mensajes en diferentes formatos y medios. Tomar conciencia de cómo afectan emocionalmente los contenidos es el primer paso no solo para protegerse de la desinformación, sino también para tener una experiencia digital más placentera. El objetivo es aprender a gestionar y leer de manera crítica en un mundo saturado de información.

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OBU: Las edades para estudiar en Venezuela se han transformado

El panorama educativo venezolano está en constante transformación, y uno de los aspectos más relevantes es el cambio en las edades de los estudiantes universitarios. Así lo revela el director del Observatorio de Universidades y sociólogo, Carlos Meléndez, quien en una entrevista para el circuito Unión Radio, aseveró que «el cuestionamiento sobre empezar la universidad luego de los 30 años ha cambiado, sobre todo en Venezuela».

 

Matrícula universitaria en Venezuela

Las estadísticas de OBU dibujan un panorama claro: el grueso de la población estudiantil se concentra entre los 20 y 24 años, con un 45%. Le sigue el grupo de 25 a 34 años, que en 2023 representaba un 31%, pero que se ha reducido al 18% en la actualidad, lo que podría indicar una deserción universitaria.

 

Factores que inciden en la transformación

Meléndez apunta a dos causas principales que confluyen en esta transformación: la crisis educativa y la dinámica del mercado laboral. La crisis, producto de la escasez de profesores y la pandemia, ha impactado negativamente en la calidad de la enseñanza.

Por otro lado, el mercado laboral actual exige una constante actualización de conocimientos y habilidades, lo que lleva a muchos jóvenes a posponer su ingreso a la universidad para adquirir experiencia laboral o formarse en áreas específicas.

 

Desigualdades de género según OBU

Según la Encuesta del Observatorio de Universidades (Enobu) 2023, publicado el pasado 8 de marzo, las desigualdades de género impregnan la vida universitaria en Venezuela. La falta de acceso a la salud y la precarización laboral son algunos de los principales problemas en las instituciones de educación superior.

OBU Venezuela compartió a través de las redes sociales los resultados de la encuesta, donde resalta que la infrarrepresentación en cargos de poder y la sobrecarga de las tareas de cuidado son solo algunos de los desafíos que enfrentan las mujeres en el ámbito académico.

Fuente: https://www.elimpulso.com/2024/04/03/obu-las-edades-para-estudiar-en-venezuela-se-han-transformado-3abr/

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México: Hijos de Marcelino Miramón, obligados a abandonar su educación. El costo de la prisión política en Eloxochitlán

Por: Observatorio Memoria Y Libertad Y Sueña Dignidad

 

Llegamos a casa de Marcelino Miramón, desde su casa en Mina de Oro se pueden observar las montañas que rodean a Eloxochitlán de Flores Magón, todo el paisaje es verde, la neblina comienza a descender.

Varios niños y niñas entre los 4 y 6 años juegan en la entrada de la casa, son algunos de los 10 hijos e hijas de Marcelino Miramón, que esperan que su padre vuelva. Marcelino fue detenido de forma arbitraria el 22 de mayo del 2023; desde entonces se encuentra privado de su libertad de forma ilegal en el penal de Tanivet en Oaxaca de Juárez.

A Marcelino Miramón, se le acusa de un delito supuestamente cometido en 2014, es decir, la detención de Marcelino se dio a casi 9 años de ocurridos los actos. Los delitos por los cuales Marcelino se encuentra en prisión son: incendio y daños por incendio.

Como Marcelino, otros indígenas mazatecos fueron también detenidos en anterioridad por la misma causa penal; en todos estos casos, se logró demostrar que el delito de incendio no existe y que el delito de daños por incendio no pudo ser comprobado por la Fiscalía de Oaxaca, teniendo que reclasificar el delito a daños, el cual no fue denunciado por la misma Fiscalía en el tiempo correspondiente, por lo cual no puede ser perseguido.

Es decir, a Marcelino Miramón se le detuvo por un caso en donde ya se ha comprobado ante tribunales federales que no existe delito que perseguir. Aun así, Marcelino está en prisión.

El encarcelamiento ilegal de Marcelino Miramón ha afectado de forma inmensurable a toda su familia, de un día a otro, las cosas cambiaron de forma radical.

Platicamos con el hijo mayor de Marcelino, Diego Miramón, quien desde el primer día de la detención de su padre se ha dedicado a luchar por su libertad, y al mismo tiempo, a sostener económicamente a toda familia.

Alejandra, esposa de Marcelino, y Diego, nos reciben en la cocina, hay un fogón en donde preparan la cena, niños y niñas entran y salen de la cocina, los más grandes se sientan también a escuchar nuestra platica con Diego y también a preparar los alimentos.

Diego tiene 25 años, nos platica que antes de que encarcelaran a su padre, se encontraba estudiando la Licenciatura de Educación Intercultural Comunitaria, sin embargo, Diego tuvo que abandonar sus estudios, así como sus dos hermanas mayores.

“Desde ese entonces tuve que estar al pendiente de su caso porque como yo soy el mayor de su familia no hay quien este al pendiente.

Nos ha afectado en todo, sobre todo la situación económica. A mis hermanas también, una estaba en la preparatoria dejo de estudiar porque no hay nadie que solvente gastos, el que solventaba era mi papa, también la que iba a terminar la secundaria tuvo que dejar la escuela.”

Las familias de Eloxochitlán de Flores Magón se dedican en gran parte a la siembra de alimentos, la producción de café y de miel son también actividades a través de las cuales se obtienen ingresos para cubrir necesidades personales y del hogar. Marcelino es cafeticultor y apicultor y a través de estas actividades sostenía a sus 10 hijos e hijas.

Ahora, Diego ha tenido que retomar esas actividades, sin embargo, ha sido difícil continuar con la misma producción de su padre.

“Somos 10 hijos entonces son bastantes los gastos, y por eso se ha hecho difícil, mi papá era quien solventaba todos los gastos. Él iba al campo, la producción de miel, producción de café, y entonces, aunque yo lo haga ahora, no es lo mismo; él tenía su forma de hacerlo y la experiencia. Se me ha dificultado mucho.”

Además de tener que volcarse a la siembra y producción de café, así como de miel de abeja, Diego también ha tenido que enfrentarse al proceso judicial de su padre, asumiendo las visitas al penal, platicas con abogados, visitas a juzgados y otras dependencias y participación en acciones políticas para lograr la libertad de Marcelino.

Diego y sus hermanos han utilizado la música para exigir la libertad de sus padres, componiendo canciones que tocan fuera de los juzgados cuando hay manifestaciones.

“En estos 10 meses tuve que aprender muchas cosas; al principio por ejemplo no me dejaban entrar al juzgado, me decían que tenía que ir con el abogado o que sólo el abogado puede entra. Poco a poco tuve que ir aprendiendo, el abogado me decía que sí podía entrar yo, entonces he tenido que ir adquiriendo conocimiento y experiencias. Ahora sé que es exigir nuestros derechos como familias.

También como no conocía los términos jurídicos, yo no conocía muchas palabras que ellos utilizan, te confunde las cosas que dicen en los juzgados y uno les cree, uno debería ser tratado como iguales, aunque no tengamos su misma educación o al menos eso dice la constitución, pero así me vi forzado aprender muchas cosas por ejemplo del amparo.”

Como Diego menciona, el trato de las autoridades hacia las familias de Eloxochitlán ha sido, en muchas ocasiones, denigrante y revictimizante, sobre todo de parte de las autoridades del Juzgado Mixto de Huautla en dónde se encuentra el caso.

Esta misma ha autoridad también ha sido señalada por las familias de los presos y perseguidos de Eloxochitlán como una de las principales responsables por mantener a los presos encarcelados de forma ilegal y extender el sufrimiento de sus familias.

En el caso de Marcelino Miramón, por ejemplo, la audiencia para resolver el amparo que su defensa interpuso contra su detención, se retrasó desde mayo hasta noviembre del 2023 ya que el Juzgado de Huautla entorpeció el proceso, dilatando enviar la documentación necesaria a los juzgados de Oaxaca centro o por “errores” al firmar o enviar documentación oficial. Este es un patrón que se ha repetido a lo largo de los años.

 

En 2020 por ejemplo, la libertad de 4 hombres mazatecos se retrasó por más de 1 año durante la pandemia, después de que el Juzgado de Huautla no enviara la documentación necesaria al Tribunal Superior de Oaxaca.

“Hemos tenido que ir a la manifestación para exigir y ganar los amparos, solo así se ha podido agilizar las cosas, hay riesgos en eso, porque te arriesgas tú y las personas que te acompañan.

No sabemos qué va a pasar cuando una va a una manifestación, además por ejemplo las audiencias se difieren mucho, pero fue gracias a la presión y apoyo de muchas personas, que se logra avanzar y que la audiencia ya no se difiriera.”

 

Seguimos platicando con Diego, nos platica que la prisión de su padre ha afectado severamente la economía familiar por los gastos que también implica sostener los gastos de Marcelino dentro de prisión, el trasladarse al penal de Tanivet que se encuentra a más de 10 horas de distancia de Eloxochitlán.

Por la distancia y el costo que representa visitar a Marcelino, sus hijos e hijas no han podido verlo en 10 meses, solo Diego y Alejandra se trasladan al centro de reclusión, sin embargo, las visitas son también esporádicas, el costo de visita llega a ascender a casi 5 mil pesos por persona.

A veces vamos a visitar muy pocas veces, cada 15 días o una vez al mes, tenemos que llevar las cosas higiénicas como jabón para bañarse, o tan siquiera llevar el plan, ahorita ha estado muy difícil la situación en el penal, nos dice mi papá que se descompuso la bomba entonces ni siquiera sabemos si se está tomando agua potable o que están tomando allá, ha estado fea la situación.

A veces voy sólo, porque si llevo a mis hermanitos o mi mama, se genera un gasto por persona de 4 mil o 5 mil pesos, nada más de transporte son como 1500 pesos en llegar hasta allá por persona, más lo que uno come y si te tienes que quedar. También implica ir preparar una comida, porque si vas a visitar se siente feo no poder llevar algo, estar ahí platicando, es como cuando visitas una familia o a un enfermo, llevas cosas.”

El próximo 2 de abril del 2024, el Juzgado Cuarto de Distrito y el Primer Tribunal Colegiado emitirá la resolución del amparo que actualmente se encuentra en revisión debido a que la parte acusadora, Elisa Zepeda Lagunas que forma parte de MORENA, interpone este recurso cada vez que los presos políticos logran obtener amparos que demuestran su inocencia.

Pese a que otros hombres mazatecos, ya han demostrado que los delitos de los cuales se le acusa a Marcelino Miramón no existen, Elisa Zepeda interpuso el recurso retrasando así la libertad de Marcelino por casi 3 meses.

Las familias afectadas por la persecución y encarcelamiento masivo en contra de Eloxochitlán, son contundentes al decir que no puede haber otra alternativa este 2 de abril, más que Marcelino Miramón sea liberado.

También se exigirá que los demás presos políticos, Alfredo Bolaños, Francisco Durán, y Fernando Gavito sean también ya liberados; su amparo, como el de Marcelino Miramón también se encuentra en revisión porque Elisa Zepeda interpuso el recurso para retrazar el proceso.

Terminamos la plática con Diego, preguntando qué quiere hacer cuando su padre salga libre, el nos dice que quiere retomar sus planes y también cuidar su salud, Diego también quiere pasar tiempo con Marcelino, sembrar juntos y poder aprender más de todo el conocimiento que su padre tiene sobre las abejas y el café.

“Lo que me gustaría es estar con mi papá cuando el salga libre, reflexionar y mejorar en cuanto a mi estado de salud también, ahorita no sé si es el estrés, pero he tenido problemas de salud, sería recuperar mi salud, y también psicológico porque además el tener un familiar adentro genera mucha responsabilidad y preocupación, te sientes culpable todo el tiempo

Si estas comiendo o tomando agua te preguntas, a poco si estará él comiendo bien o si tiene agua. Eso es difícil en el pensamiento siempre.”

Fuente de la información e imagen:  Observatorio Memoria y Libertad

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Argentina: La Ctera convocó a un paro nacional docente para este jueves 4 de abril

La Ctera convocó a un paro nacional docente para este jueves 4 de abril. Amsafé se suma a la medida federal y no habrá clases en las escuelas santafesinas. La decisión en reclamo del Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), de la paritaria y en defensa de la educación pública. Se realza en otro aniversario, el 4 de abril, del asesinato del maestro neuquino, Carlos Fuentealba.

Este paro nacional es “en reclamo del Fonid que el gobierno de Javier Milei quitó por decreto”, señaló la secretaria general de la Ctera, Sonia Alesso, y remarcó que “el Fonid es una conquista histórica de las y los docentes de todo el país, que peleamos en los 90 contra el ajuste menemista”. Ese logro histórico derivó en la ley de financiamiento educativo que destina fondos específicos a la educación.

Alesso dijo que el paro es también para pedir “por la actualización de las jubilaciones nacionales, el respeto por las jubilaciones y las cajas de jubilaciones de las provincias”.

“Nos solidarizamos con la situación que están viviendo todos los estatales en un momento que están despidiendo miles de trabajadoras y trabajadores, que no van a poder tener su sustento diario”, expresó la dirigenta del magisterio.

En esa lista de reivindicaciones subrayó además “la defensa de la escuela y de la universidad pública”, junto a la urgencia de que se restituyan “los programas de formación docente, los fondos para comedor y copa de leche, la infraestructura escolar”, entre otra larga lista de pedidos.

La advertencia de Alesso es que si se sostienen y profundizan estos ajustes las consecuencias serán muy graves para la escuela y la educación pública. “En homenaje a nuestro compañero Carlos Fuentealba, en este 4 de abril, paro nacional de Ctera”, destacó.

Convocatoria nacional

Ante la eliminación del Fonid y la no convocatoria de la Paritaria Nacional Docente, la Ctera llamó a un paro para el jueves 4 de abril. Es en reclamo de la “restitución del Fonid; la urgente convocatoria a la Paritaria Nacional Docente; la restitución de un piso salarial a nivel nacional y el envío de fondos para los programas educativos nacionales”, enumeraron en un comunicado que se conoció este martes por la noche.

La medida de fuerza de alcance nacional -tal como señaló Alesso- exige un aumento urgente para los haberes de las docentes y los docentes jubilados; el envío de los fondos nacionales para las Cajas Previsionales Provinciales y se solidariza con las trabajadoras y los trabajadores estatales.

“En este nuevo aniversario del asesinato de nuestro compañero Carlos Fuentealba, el 4 de abril de 2007, la Ctera rechaza el Protocolo de Seguridad del Gobierno Nacional, que criminaliza la protesta social”.

Este jueves además lanzarán una campaña de firmas para demandar al Gobierno Nacional que garantice la educación pública en todo el país.

Para el paro nacional de este 4 de abril se realizarán conferencias de prensa y acciones en las provincias para visibilizar la grave situación educativa.

En la Ciudad de Buenos Aires, la Ctera participará de la marcha de la CTA al Congreso de la Nación, en defensa de las jubilaciones, contra el ajuste a la movilidad jubilatoria. en defensa de la jubilación.

En Neuquén, en el marco del nuevo aniversario del asesinato de Carlos Fuentealba, se realizará una gran marcha contra el modelo represivo que lleva adelante el Gobierno Nacional.

“Este Paro Nacional es la continuidad del Plan de Acción que Ctera votó por unanimidad”, señalan desde la confederación.

Ctera para este jueves en defensa de la educación pública

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Entrevista a Amaia Pérez Orozco, doctora en economía «El sindicalismo es clave para atacar desde dentro al capitalismo»

Por Gessamí Forner

La doctora en economía Amaia Pérez Orozco cree que en el sindicalismo no debe haber condescendencia con el capitalismo y que los flancos de lucha contra este han de ser amplios: desde las instituciones al hogar, pasando por la comunidad.

Hace tiempo que Amaia Pérez Orozco vive en Bilbao, donde milita en el movimiento feminista de Euskal Herria, participa en la cooperativa XXK y, a veces, es ponente en actos a los que se la convoca para escucharla hablar sobre su especialidad: la economía desde una mirada feminista. Tan tímida como académica, acelera las palabras cuando expone su discurso. Este mes arrancó aplausos en las jornadas organizadas por el sindicato mayoritario en Euskal Herria, ELA, para realizar una lectura crítica de los PERTE, los instrumentos del Estado español que vehiculan las ayudas a fondo perdido de la Unión Europea, los Next Generation, creados en la pandemia sanitaria. Para Pérez Orozco, en el sindicalismo no debe haber condescendencia con el capitalismo y los flancos de lucha anticapitalista han de ser amplios —desde las instituciones al hogar, pasando por la comunidad—.

Me parece significativo que ELA invite a activistas anticapitalistas, ecologistas y feministas de OmalSustrai, Laura Aznal y tú para formar a su cuadros. ¿Qué papel juega el sindicalismo en la disputa al capital?

Al capital necesitamos atacarlo desde dentro y desde fuera. En el mundo del trabajo asalariado, donde para el capital somos mano de obra esclava y alienada, el sindicalismo es clave. Pero no debe caer en sus lógicas: no tenemos que conformarnos con seguir siendo mano de obra esclava ni debemos asumir que, para poder vivir, el capital tiene que sobrevivir.

Estamos viendo en Euskal Herria que, desde la huelga general feminista del 30 de noviembre, los sujetos tradicionales en la interlocución trabajo/capital están cambiando o deberían cambiar: del sindicalismo al movimiento feminista y de la patronal al Gobierno vasco. Además de resignificar la huelga, ¿se debe resignificar la negociación? ¿E introducir la vida?

Diría que estos cambios están en marcha desde antes del 30 de noviembre. El problema que subyace en esta cuestión es haber asumido que los agentes del diálogo social son los sindicatos, la patronal y el Gobierno. Ahí hay que hacer muchas rupturas. Una es salirse del marco del diálogo social, como hace ELA. La otra es no reconocer a la patronal como sujeto de diálogo, sino como sujeto de conflicto. No se trata de llegar a acuerdos, sino de arrancarlos. Los sindicatos que se quedan en un papel subordinado de mano de obra deben romper esa lógica y, por otro lado, hay que asumir que el conflicto con el capitalismo lo tenemos que dar desde todos los ámbitos vitales.

No debemos asumir que, para poder vivir el capitalismo tiene que sobrevivir

¿Cuáles?

Desde una mirada feminista, el combate anticapitalista prioritario está en el mundo del “más acá del mercado”. En los espacios socioeconómicos que están más cercanos a nuestro día a día, en los que somos vida entera, y no mano de obra. En lo que hemos llamado las esferas invisibilizadas del espacio socioeconómico, en los “afuera” de los mercados. Esos deben ser lugares prioritarios porque es donde se esconde, con más virulencia, el conflicto capital/vida. Como feminista, los hogares y la comunidad son el lugar fundamental para una lucha anticapitalista.

Y en el terreno del capital, ¿cómo debe darse esa lucha?

Donde somos mano de obra es necesario cambiar los contenidos de lucha. En vez de limitarnos a reivindicar mejoras de más empleo o mejor pagado —que, por supuesto, todo empleo debe ser remunerado con un salario digno—, necesitamos reivindicar otros empleos y otras condiciones. Luchar que somos vida, y no mano de obra. Personas, y no fuerza de trabajo. Y luego luchar, sobre todo, por la reconstrucción de un tejido socioeconómico contrario a la acumulación del capital, en el que el ánimo de lucro no sea el eje vertebrador. Desprivatizar la vida, al fin y al cabo.

Sin embargo, en este punto vamos al revés. Durante tu intervención, hablaste de los PERTE del Gobierno para gestionar los fondos Next Generation: “No hay planeta ni trabajo humano en los PERTE, sino una doble negación del ecosistema y una idea de reducción de emisión de gases de efecto invernadero con ingeniería contable”. ¿La fantasía capitalista es esto?

Como dijimos en las jornadas, los PERTE no son tan relevantes por los recursos que movilizan, sino porque son elocuentes del modelo que imponen: la doble negación del territorio-tierra y del territorio-cuerpo, como lo llamarían las compañeras de Abya Yala. Todo proceso socioeconómico tiene una base ecosistémica detrás. Es decir, se sostiene por un planeta del cual extrae recursos y energía, y al cual le envía residuos. Los PERTE se sostienen con la negación del planeta y la negación del colapso ecológico. Reduce el cambio climático a una reducción de emisiones y abre el espacio para un juego de ingeniería contable —cómo mides las emisiones y qué parte te llevas fuera—, que te permite creer el cuento de que estás poniendo en marcha procesos de acumulación del capital sin destrucción del planeta. Simplemente porque construyes un mecanismo para no ver la destrucción.

¿Y el cuerpo?

Por otro lado, encontramos la negación del cuerpo, que es el territorio sobre el que se sostienen los procesos socioeconómicos. Lo vemos claramente cuando en el PERTE de salud hablan de mejorarla mediante investigación genómica, en vez de contratando a más personal sanitario. O planteando que un hogar digitalizado cuidará mejor de la gente mayor. Los PERTE ponen el énfasis en la innovación tecnológica y digital para cubrir necesidades básicas que requieren interrelación humana. Los trabajos desaparecen. Todo se convierte en innovaciones tecnológicas y digitales para mejorar procesos socioecónomicos para conseguir supuestamente una economía más verde, más limpia y en la que todo el mundo vamos a vivir mejor. Sin hablar ni de la tierra que está detrás ni de las personas que sostienen esos procesos. Y sin hablar tampoco del desigual reparto de trabajos.

Necesitamos construir conflictos en todos los espacios que habitamos, no únicamente en las instituciones

En el PERTE de cuidados mencionaste que ni siquiera se habla de desigualdades ni de personas racializadas.

En ningún PERTE se mencionan las desigualdades y ello llega a ser tan sangrante que en el de cuidados no se menciona siquiera las desigualdades de género que hoy sostienen la organización injusta de los cuidados ni las desigualdades por racialización y clase.

El de agricultura no menciona ni tierra ni personas jornaleras.

Como decía Mirene Berigistain, que analizó ese PERTE, hay agricultura digitalizada pero no hay ni personas agricultoras ni tierras cultivadas. Todo en la tierra es sustituible por tecnología, también el trabajo humano.

 “Ya no necesitan ni retórica”. ¿Qué somos? ¿La burocracia es el método más eficiente para arrasar con cualquier rastro de vida?

No sé si diría la burocracia. Muchas veces hemos denunciado el lavado verde o morado. En la configuración inicial de los PERTE se preveía la firma de una declaración responsable de que no ibas a hacer un daño significativo al medio ambiente con la puesta en marcha de un determinado proyecto. Esto era tener en cuenta el medio ambiente de una manera totalmente débil, por eso hablamos de lavado de cara. Pero llegó la guerra de Ucrania y la situación se puso peor y, de cara a no poder esperar generar energías renovables, ya ni siquiera tienes que firmar una declaración de responsabilidad. Las prioridades socioeconómicas han cambiado y se ha vuelto a apostar por el uso de la energía fósil. Algo similar nos ha sucedido con el lavado morado. A veces hemos denunciado que hasta el PP nos roba conceptos de igualdad entre hombres y mujeres, y lo denunciamos como un robo retórico, como un lavado morado para poner en marcha políticas que reconstruyen o profundizan la desigualdad. Pero ¿qué significa cuando ya ni usan la retórica? ¿Te facilita el terreno para denunciarlo? ¿O significa que se ven tan fuertes que ni nos reconocen como antagonistas de lucha? Dudábamos de cómo interpretar el vaciamiento de conceptos y planteamientos políticos y ahora parece que ya ni siquiera es preciso aparentar “buenas intenciones”. De alguna manera, es una mala noticia porque ya ni engañan, pero también es buena porque es más fácil articularse para desmontar esas políticas. ¿O es que la cosa ya se ha puesto tan fea que ni te validan como sujeto de conflicto?

Los PERTE ponen el énfasis en la innovación tecnológica y digital para cubrir necesidades básicas que requieren interrelación humana

Es lo que acaba de pasar con la presentación del PNV y PSE del Pacto Vasco de Cuidados, que decían que nos les entendíamos, que defienden unos cuidados público-comunitarios. 

Ese es un ejemplo clarísimo de robo del planteamiento para lavado morado. El tema en este caso es ¿qué se está entendiendo por público-comunitario? Porque cuando se habla de público-comunitario desde los feminismos se habla, en primer lugar, de que lo público debe asumir una responsabilidad muy fuerte, lo público no puede estar privatizado y las empresas con ánimo de lucro no pueden jugar un papel en la garantía de derechos sociales. Además, desde los feminismos se entiende que hay que reconstruir todo el tejido socioeconómico en clave más sociocomunitaria, donde la vida importe, donde podamos construir otras relaciones y donde nos hagamos corresponsables de la vida colectiva. Pero esa reconstrucción nunca es para que lo público se desentienda de su responsabilidad.

En segundo lugar, hablamos de que lo público y lo comunitario deben desplazar a lo privado con ánimo de lucro. En ningún caso podemos entender las empresas privadas como parte de lo comunitario. El gran elefante en la habitación con el Gobierno vasco es ese: el papel de las empresas privadas. Y ojo, que aquí otra confusión son las cooperativas. A las entidades que forman parte de la economía solidaria social transformadora podríamos incluirlas en nuestra idea de comunitario. Pero aquellas que lo único que tienen de social es la figura jurídica, pero no el funcionamiento real, formarían parte de ese ámbito privado que queremos dejar fuera de lo público.

En tercer lugar, cuando hablamos desde el feminismo sobre la disputa de lo comunitario no lo entendemos como grandes ONG asistencialistas. Un tercer sector asistencialista que, en el fondo, funciona como una empresa más con ánimo de lucro. Hablamos de un comunitario que de verdad construya tejido cotidiano de relaciones de solidaridad, simetría, reciprocidad, de protección de la vida. Ese comunitarismo existe en las periferias, pero no en las empresas y ni en el tercer sector asistencialista.

¿Los PERTE son una nueva rearticulación del capitalismo?

Muestran la nueva forma que está cogiendo el capitalismo en clave verde-digital. Para los PERTE, la economía no es el tejido que sostiene la vida, sino que son cadenas de acumulación monetaria. En ese sentido, los PERTE reconstruyen el capitalismo que ya teníamos en una nueva versión siglo XXI, que es más consciente de la base material reducida sobre la que se asienta, que necesita idear modos para enfrentar el decrecimiento metabólico obligado, tanto reducir la dependencia de las energías fósiles como reducir los recursos que vienen del exterior —“si va a haber menos, me los quedo yo”—. Y digital en el sentido de que pretenden poner en marcha una onda larga de acumulación a través de la digitalización de los procesos y, cada vez, en clave más militarizada. Y para ese capitalismo, el capital necesita para los estados y lo público un rol diferente al que ha jugado en las últimas décadas: un rol claramente más presente para la asunción de los riesgos y costes de los megaproyectos, en los que las empresas quieren beneficios y quieren quedárselo ellas. Para ello necesitan un papel más activo de los Estados; que asuman los costes y el poder corporativo concentrado se quede los beneficios, mientras lo público se encarga también de sostener condiciones de vida mínimas en un contexto de un fuerte precarización de la vida.

Los PERTE asientan esa idea de lo público-privado, en vez de lo público contra lo privado. Ante la idea neoliberal de menos estado, siempre hemos dicho que los estados están presentes, aunque sea por dejación, están garantizando que no haya protesta social y aprobando nuevas legislaciones para que el mercado se regule a su propio favor. Nunca ha habido libre mercado, sino mercados ultra autorregulados: con fuertes legislaciones al servicio de las empresas. Hoy eso quizá está cambiando y el rol delo público se vuelve más visible. Pero no podemos confundirlo con un estado al servicio de la gente.

El PSOE ha elegido muy bien al ministro de Industria, un entusiasta de la colaboración público-privada. Cuando todas estas políticas las ejecuta un partido que de nombre tiene socialista, ¿qué nos queda?

Es un problema poner toda la carga en los partidos que ocupan las instituciones. Obviamente, tienen una responsabilidad enorme, pero también es cierto que tienen las manos relativamente atadas en función del empuje que haya detrás. Así que nos quedan muchas cosas. Sobre todo, construir conflictos en todos los espacios que habitamos, no únicamente en las instituciones, para que quienes ocupan las instituciones se vean en la obligación de tener posiciones más confrontativas con las empresas y el heteropatriarcado. Para ello debemos construir tejido comunitario. También necesitamos construir otros modos cotidianos de vida. No hay que hacer dejación de nuestra responsabilidad. No puedes pedir solo cambiar la PAC, debes cambiar en la medida que puedas tu modo alimentario. No puedes pedir más protección a la violencia machista, sino pelear la violencia cotidianamente.

Entrelazar luchas choca con la izquierda machirula que tiene súper claro el eje que debe vertebrar todas las luchas, y se impone arrasando otras prioridades políticas

En 1998 leí Ecofeminismo, teoría, crítica y perspectivas. Viniendo de espacios mixtos que oscilaban entre lo libertario y el soberanismo, consideré que nos faltaba más feminismo, más tierra y más vida. Han pasado 26 años desde entonces y me sigo preguntando si algún día el ecofeminismo se pondrá de moda y si los hombres de izquierdas lo asumirán.

Simplificando mucho, la defensa de la vida humana que hace el feminismo y la defensa de la vida del planeta que plantea el ecologismo tienen que ir de la mano. Ahí se encuentran con otras tradiciones políticas, como el marxismo, que también lucha por el valor de la vida de la clase trabajadora. Lo que el ecofeminismo tiene para mí de interesante es que combina diversas miradas críticas. La clave está en si somos capaces de entrelazar distintas luchas políticas en la comprensión de que nos enfrentamos a un sistema muy complejo sobre el que nadie tenemos la verdad absoluta de cómo funciona ni, mucho menos, cuál es la solución para cambiarlo. Ello choca cuando, desde determinadas posiciones, como la izquierda machirula, por decirlo de alguna manera, se tiene súper claro el eje que debe vertebrar todas las luchas y se impone arrasando otras prioridades políticas. ¿Cómo logramos entrelazar los distintos ejes que para quien son prioritarios, o más atacables, sin pretender que haya un único eje supremo ? Si estamos en distintos lugares, significa que atacamos desde diferentes sitios, en función de las desigualdades que nos atraviesan. Entrelazarnos desde la asunción de responsabilidades, no desde el buenismo hueco, es muy potente. Pero el entrelazamiento también genera incomodidades. La minusvaloraciación de la lucha antirracista permite que no te cuestiones tu blanquitud. La minusvaloración de la lucha feminista, que dejes sin tocar tus privilegios masculinos. El desprecio a la lucha obrera pone de relieve tu papel burgués. Generar alianzas abordando las desigualdades que nos atraviesan es el único camino, pero no es fácil ni automático.

Gessamí Forner. @GessamiForner

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/ecofeminismo/entrevista-amaia-perez-orozco-sindicalismo-es-clave-atacar-dentro-al-capitalismo

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Una revolución educativa necesaria y posible

Francis Vergne
El interés mostrado por la revista viento sur hacia nuestra última obra, Éducation démocratique. La révolution scolaire à venir[Educación democrática. La próxima revolución escolar][1], ha sido para Christian Laval y para mí un valioso estímulo para proseguir la reflexión y continuar un combate en todos los frentes: universitario, sindical, político, en una perspectiva altermundista[2].

¿Qué pautas de lectura para comprender las transformaciones de la escuela?
Éducation démocratique prolonga una reflexión que se viene haciendo desde hace una veintena de años en conexión con el Instituto de Investigación de la FSU, principal sindicato de la enseñanza, la investigación y la cultura en Francia. En un principio, trataba de comprender en toda su dimensión la amplitud y el carácter sistémico de la revolución neoliberal y sus consecuencias en el terreno educativo, demasiadas veces subestimadas o malinterpretadas.

Hemos querido ofrecer una pauta de lectura más política y más global a aquellos colegas y camaradas desconcertados por el desencadenamiento de medidas neoliberales presentadas como ineluctables: la entrada simultánea en una nueva era del capitalismo y en una nueva era de la escuela. Así lo hacen diversas obras publicadas, como el libro de Christian Laval, L’école n’est pas une enterprise. Le Néolibéralisme à l’assaut de l’enseignement public [La escuela no es una empresa. El Neoliberalismo al asalto de la enseñanza pública], y sobre todo Nouvelle école capitaliste [Nueva escuela capitalista] publicada en 2011. La tesis central[3] es la puesta en marcha de un nuevo orden educativo mundial difundido e instrumentalizado por las instituciones de la Unión Europea. Por decirlo de forma resumida, la finalidad de la escuela no sería tanto transmitir saberes, que tienen valor por sí mismos y por su potencial emancipador, como fabricar personas aptas para incorporarse a la maquinaria económica del capitalismo neoliberal. O, expresado en términos más cercanos a los requerimientos de la Unión Europea, las escuelas deberían transformarse en empresas productoras de capital humano al servicio de la economía del conocimiento. El alineamiento con las hojas de ruta de laEstrategia de Lisboa y del Proceso de Bolonia, como hilo conductor de la mutación de las instituciones de enseñanza a escala europea, forma parte de un consenso general en el que apenas se diferencian gobiernos de derecha y gobiernos de izquierda, apuntados todos a la concurrencia libre y no falseada y al espíritu de empresa. Lo cual empuja a una despolitización, al menos aparente, de la cuestión escolar. La búsqueda de la eficacia de las buenas prácticas prima sobre la ideología. La tecnificación de los problemas y de las soluciones legitima la ignorancia de la cuestión social.

La sociología crítica de la escuela había insistido en la función reproductora de la escuela, pero con su transformación neoliberal está en juego algo más: la subordinación del conocimiento y de los saberes al valor mercantil y a las exigencias de la competencia económica. Esta lógica se convierte en la única ley: la escuela se ve formateada por la racionalidad neoliberal hasta el punto de confundirse con el movimiento del capital. Cada establecimiento del sistema escolar y universitario debe adoptar nuevas formas de organización más eficaces, posicionarse en el gran mercado de la formación y redefinir sus contenidos y prácticas pedagógicas. Cada persona enseñante o investigadora debe aprender a evolucionar en un entorno de competencia y selección, debe responder y adaptarse a las nuevas exigencias delalumnado/estudiantado cliente. Y cada alumno o alumna/estudiante debe pensar en su formación y orientación como responsable de su empleabilidad. La escuela, centrada en la gestión del capital humano, se vuelve en cierto modo intrínsecamente capitalista. ¡Lo humano es capital! se convierte en signo de adhesión.

Mecanismos, gramáticas y prácticas de la escuela neoliberal
Para mostrar esta evolución, propuse la siguiente comparación en un librito más ligero y de vocación paródica[4]: ¿qué ocurriría si las reformas neoliberales fueran aplicadas a las orquestas sinfónicas? Una primera conclusión sería el carácter superado de algunos principios musicales que no han sido revisados desde hace siglos. ¿No se podría, a partir de una auditoría compartida, racionalizar el funcionamiento y modificar la gestión de la orquesta? Imaginemos el diagnóstico: varios instrumentos y músicos resultan inútiles, por idénticos (es el caso de los violines). Tecnologías innovadoras permitirían obtener el mismo volumen a partir de un solo instrumento. Algunos otros –baratos y de fácil mantenimiento– están en cambio subempleados (triángulo, timbales). En la sinfonía hay trozos repetitivos que no aportan nada nuevo: ¿por qué no suprimir las redundancias y reducir el tiempo de concierto, sin perjuicio para los clientes y para la calidad del producto? Además, la dirección de la orquesta podría efectuarse por teleconferencia: un solo jefe de orquesta, con criterio de excelencia y acreditado en buenas prácticas, dirigiría varias orquestas a la vez. En fin, la remuneración de los músicos se ajustaría a la rentabilidad y a su implicación personal en llenar las salas de conciertos. Exageración o ficción, se me dijo entonces. ¿También hoy?

En ese mismo libro, contaba una anécdota sobre uno de los rasgos característicos del neoliberalismo educativo que tiene que ver con el frenesí evaluador y la política de cuantificación impuesta. En este contexto, el mundo de la investigación descubrió a un nuevo genio, un tal Ile Antkare, uno de los diez primeros investigadores en ciencias informáticas que figuraba, por delante de Albert Einstein, entre los cien científicos más famosos del mundo. Desde su supuesto trabajo en el International Institute of Technology United Slates of Earth, este pequeño genio había publicado, según Google Scholar, 102 artículos, reproducidos y citados en muchas ocasiones en la red. El único problema era que este investigador modelo, cuyo índice H [que mide tanto la productividad como el impacto de las citas de las publicaciones del autor] y evaluación bibliométrica alcanzaban semejantes cimas, no existía. Había sido inventado desde la nada por un enseñante utilizando un simple generador de textos que creaba artículos combinando frases de manera aleatoria. El resultado se parecía a un verdadero artículo científico. Fue referenciado por Google Scholar, aunque en rigor no tenía ningún sentido. Hicieron falta varios meses para descubrir la superchería. Pero si reflexionamos sobre ello, tiene algo que ver con PISA, ese ineludible conjunto de estudios realizados por la OCDE para medir, comparar y, sobre todo, clasificar los resultados de los sistemas educativos.

PISA se ha convertido en la biblia para justificar todas las reformas educativas en curso en nombre de las comparaciones cuantificadas. Mientras los diseñadores de PISA confiesan no saber muy bien lo que están midiendo (ni el nivel escolar, ni el potencial, ni las competencias, sino un bricolaje mezcla de todo ello), van cayendo las conclusiones perentorias. A partir de muy discutibles indicadores de resultados que se repiten cada tres años, PISA eleva sus pretensiones cada vez más arriba, recomienda, prescribe, enuncia doctamente cómo afrontar los logros escolares, reducir las desigualdades, mejorar la motivación del alumnado y la calidad de la enseñanza; y, sobre todo, invita a cada persona a mantener su categoría y a ganar puestos en la competición que conducirá a la próxima clasificación.

Es cierto que desde entonces las políticas neoliberales han evolucionado, pero a peor, en el sentido de que se han vuelto infinitamente más radicales y más represivas. Es la marca de fábrica del neoliberalismo versión 2: utilizar métodos autoritarios para detener la crisis de la escuela, con la recuperación de las temáticas de la derecha más reaccionaria: neomalthusianismo escolar, segmentación de lo público y de la formación, referencias patrióticas, disciplina a la vieja usanza, etc. El discurso dominante no es más modernizador, sino más conservador y guerrero a la hora de designar los chivos expiatorios y su denuncia del enemigo interior que amenaza los fundamentos de nuestra civilización. Los mismos discursos y las mismas prácticas antidemocráticas en todas partes. Hoy día se asume una nueva guerra escolar ligada a la guerra social llevada a cabo por el neoliberalismo. Esto no contradice los diseños fundamentales del neoliberalismo antes mencionados. La novedad reside en la manera de realizar estos objetivos: la imposición de la fuerza bruta, las repetidas mentiras de la neolengua, la negación de la democracia en la escuela.

Articular movilizaciones defensivas y propuestas ofensivas
La cuestión que nos decidió a escribir nuestro último libro fue la siguiente: ¿basta con analizar y criticar las transformaciones capitalistas de la educación para detener el proceso? Tenemos que constatar que no. La reflexión crítica y la oposición práctica son indispensables, pero no bastan.

Pensamos que ya era el momento de pasar de las movilizaciones defensivas a las propuestas ofensivas. Los movimientos de resistencia a las reformas neoliberales en el ámbito escolar y universitario, numerosas en todo el mundo desde hace al menos dos décadas, han planteado en sí mismas el principio básico de una alternativa a la privatización y a la sumisión a los imperativos capitalistas: si el conocimiento es un bien común, no debe estar reservado a una élite, ni ser objeto de ninguna forma de enclosure (cercado) por dinero, clase social o lugar de residencia. Más allá de los motivos iniciales de las movilizaciones, el sentido de todos estos movimientos se basa en el principio de que la educación es un bien común, no una mercancía.

La cuestión que queremos plantear en este trabajo es precisamente saber cuáles son sus implicaciones concretas en contenidos escolares, en pedagogía y en arquitectura institucional. Hacer de la educación, de la cultura o de la salud, y de muchos otros ámbitos de la vida humana y social, un bien común nos lleva a una visión política directamente contraria a la concepción neoliberal, basada en la mercantilización, la privatización y la financiarización del conjunto de las actividades humanas. Decir que la educación es un bien común es tanto como decir que es inapropiable, que ningún individuo, ningún grupo, ningún Estado puede considerarse o hacerse propietario de ella. Por principio, pertenece a todos y todas. Pero ese bien común educativo debe encontrar consistencia en una institución que esté concebida como común, es decir como un espacio institucional autogobernado por las y los coparticipantes en la actividad educativa y regida por el derecho de uso ejercido sobre los recursos educativos producidos, mantenidos y puestos a disposición por esta institución. En otras palabras, ¿qué se puede hacer hoy para mover la educación hacia la democracia social y ecológica?

En este libro insistimos mucho sobre la finalidad de la educación. En contra de las múltiples formas de despolitización, desde la tecnificación pedagógica hasta el objetivo económico de la empleabilidad, hay que asumir que la cuestión escolar es fundamentalmente política. Está íntimamente ligada a la sociedad deseada. ¿Qué educación se necesita para plantearse un futuro deseable y una tierra habitable? Con vistas a dicha sociedad, la educación tendría como función formar personas creativas y cooperativas en condiciones de compartir saberes, transmitir conocimiento, cuidar de las otras y de los medios de vida, y producir conocimientos.

Por tanto, la tarea de la educación democrática es enseñar a toda persona a convertirse en una participante activa en la vida social y cultural, en su renovación, en su creatividad. Y se podría añadir: un ser plenamente responsable del mundo en el que va a vivir. La originalidad de una educación democrática es permitir hacer la experiencia de la autonomía individual y del autogobierno colectivo a las y los alumnos y estudiantes.

Una sociedad democrática presupone personas preparadas para la deliberación y la decisión colectiva, armadas con la indispensable cultura común, deseosas de comprometerse en la actividad colectiva y cuidadoras del bien común. La educación debe ser concebida como el lugar de dicho aprendizaje y experiencia preparatoria. Las y los enseñantes tienen que formar a los ciudadanos y ciudadanas del mañana que tendrán que afrontar problemas de una amplitud y una gravedad tal vez nunca antes alcanzados en la historia de la humanidad.

En nuestra idea, la institución democrática de la educación no se proclama, se realiza prácticamente en las luchas y las experimentaciones. Pero debe tener una perspectiva global y sistémica, ya que las condiciones de transformación progresista de la escuela son interdependientes. Esta transformación debe afectar de manera simultánea a las relaciones entre las instituciones educativas y los poderes en la sociedad, las relaciones pedagógicas, los contenidos culturales y la organización de los poderes internos.

Por tanto, sometemos a discusión cinco principios que en nuestra opinión pueden preparar la educación democrática del mañana.

Cinco principios para preparar la educación democrática de mañana

I. La libertad de pensamiento
El primero se refiere a la condición primordial de la educación democrática: la libertad de pensamiento. La escuela debe estar enteramente emancipada de los poderes que querrían someterla e instrumentalizarla, ya sean religiosos, gubernamentales o de empresas capitalistas. En este sentido, toda la educación, desde la preescolar hasta la universitaria, debe estar regida por la regla absoluta de la libertad de pensamiento, condición de todo conocimiento racional. Y para ello debe estar integrada en una institución independiente de los poderes que llamamos la Universidad Democrática. Esto nos remite a la herencia de la Ilustración y a la alianza entre la ciudadanía y el espíritu científico. Una preocupación importante de Condorcet, y más tarde de Jaurès y Gramsci (que compartieron la idea de que un gobierno democrático supone la extensión a todos de aquellos conocimientos establecidos como verdad en una determinada época, pero también la universalización de la capacidad de contribuir al progreso de los conocimientos), fue cómo dotar a los alumnos y alumnas de las formas de reflexión y de los contenidos de saberes que les permitieran ejercer su autonomía como ciudadanos y ciudadanas. Al objetivo de la independencia individual, al que aspiraba el republicanismo de Condorcet, el socialismo añadió el autogobierno en el campo del trabajo. Y con la ecología se está operando hoy un desplazamiento suplementario, de manera que el conjunto de relaciones que la especie humana mantiene con el mundo físico, vegetal y animal debe ser objeto de una gran interrogación por medio del acceso a nuevos saberes fundamentales.

II. La igualdad en educación
El segundo principio es la búsqueda de la igualdad en el acceso a la cultura y al conocimiento. Es sabido que las desigualdades son multidimensionales y acumulativas. Multidimensionales, porque son a la vez sociales, territoriales, de género, de origen, etc. Acumulativas, porque suelen ser las mismas personas las que se encuentran en posición de inferioridad en el orden del tener, del saber o del poder. ¿Cómo no sólo reducir las desigualdades, sino producir la igualdad? Actuar sobre las condiciones del aprendizaje supone actuar sobre el marco económico, social y cultural de las familias, en la medida en que la precariedad de la vida y la precariedad escolar están vinculadas y se alimentan recíprocamente. Sólo una poderosa igualación de las condiciones sociales y económicas podría disminuir las desigualdades escolares al disminuir la brecha de las condiciones materiales y culturales entre las clases. En concreto, se trata de que lo que procuran las familias pedagógicas de las clases medias y superiores para su progenitura, estructuras con personal cualificado y de alto nivel, pueda ser aportado de forma gratuita a toda la juventud. Esto concierne al acompañamiento escolar del alumnado que lo necesita, pero también al entorno cultural, lúdico y deportivo de los niños y niñas como condición para su apertura a otros horizontes sociales.

Uno de nuestros planteamientos es considerar la situación de los alumnos y alumnas con grandes dificultades desde el punto de vista de lo que podría denominarse desafiliación escolar, retomando el concepto de desafiliación socialdesarrollado por el sociólogo Robert Castel sobre los procesos de ruptura de los diferentes vínculos susceptibles de conectar a la persona con la sociedad: lazos de parentesco, de trabajo, de vida asociativa, de amistades, de actividades deportivas y culturales, etc. Por analogía, la desafiliación escolar es un proceso social de erosión de los vínculos con la institución y de las identidades que se constituyen en la experiencia de la escolarización. La afiliación escolar o la reafiliación escolar, por el contrario, se producirá por la recomposición de múltiples lazos con la institución escolar (reglas, cultura, lenguaje, enseñantes, compañeros, saberes enseñados) que en ese momento pueden sostener una adhesión a valores comunes y mantener una esperanza de resultados. Se trata de crear solidaridades positivas y desarrollar prácticas cooperativas entre los alumnos y alumnas. Se trata también de articular dos luchas por la igualdad: la lucha interna en las instituciones y la lucha externa que afecta a toda la sociedad. Se puede pensar, asimismo, en el desarrollo de actividades colectivas en el marco de la educación popular, bajo múltiples formas. Algunos movimientos sociales en América Latina, muy inspirados en la pedagogía del oprimido de Paulo Freire, como el Movimiento de los sin tierrade Brasil, Barrios en pie en Argentina o las Caravanas pedagógicas en Colombia, asocian educación, convivencia social y capacidad autónoma de las y los participantes, y muestran cómo grupos de ciudadanos y ciudadanas y asambleas de trabajadores y trabajadoras pueden instituirse como sujetos de su propia historia fuera del Estado y del mercado.

III. ¿Qué cultura común?
El tercer principio se refiere a la puesta en práctica de una cultura común. ¿A qué cultura común deberían acceder las y los jóvenes en una democracia social y ecológica, y qué lugar ocupa en ello la escuela? ¿En base a qué criterios se puede hacer una elección entre los conocimientos a transmitir? Para las y los conservadores, la institución escolar debería preparar esencialmente en un espíritu individualista y utilitarista para carreras profesionales y para posiciones sociales muy diferenciadas. En este sentido, el neoliberalismo escolar define la base mínima común de competencias, entendida en un sentido a la vez cognitivo y conductivo. Pero, aunque haya que combatir este modelo impuesto, la cultura común democrática y ecológica no puede limitarse a la simple reafirmación de la cultura general en el sentido que le daba el viejo humanismo.

El ideal de la cultura general ha estado asociado a una cultura desinteresada, una especie de adorno que reflejaría elbuen gusto de las clases cultas. Lo que conduce a compartimentaciones culturales y cerrazones intelectuales –como lo muestra el ejemplo de la marginación de la cultura del cuerpo–, cerrazones dañinas para una verdadera formación general. Con la misma preocupación de apertura, planteamos que la cultura común no podría ser una cultura únicamente nacional, sino una cultura plural y cosmopolita. Proponemos que la formación debería traducirse en la complementariedad de la cultura científica y técnica, de la cultura humanista tradicional y también de segmentos enteros de cultura popular relegados. En este sentido, Gramsci defendió el ideal de una “escuela única inicial de cultura general, humanista, formadora, que articula justamente el desarrollo de la capacidad de trabajar manualmente (técnica, industrialmente) y el desarrollo de la capacitación de reflexión intelectual”. El principio que nos guía implica, a la vez, una cierta jerarquización de los saberes y la búsqueda de una nueva coherencia antropológica[5]. Esta perspectiva es inseparable de una refundación de la organización de la producción, del papel del trabajo intelectual y de la participación popular en la vida política.

IV. Hacia una pedagogía de la cooperación
En cuanto al campo pedagógico propiamente dicho, planteamos asociar educación democrática y pedagogía de la cooperación. Lo que se quiere designar con pedagogía de la cooperación es un conjunto de pedagogías que han intentado desarrollar en el alumnado conductas de cooperación en lugar de conductas competitivas, relaciones de solidaridad y actitudes de responsabilidad colectiva en lugar de la búsqueda del simple éxito individual, una autonomía individual y una participación colectiva en la deliberación en lugar de la pasividad y la obediencia a la autoridad del maestro o la maestra y a la jerarquía administrativa. Estas pedagogías presentan un doble carácter: son sociales, en el sentido de que pretenden desarrollar una responsabilidad hacia el grupo y, más allá, hacia la sociedad, con espíritu de reciprocidad; son democráticas, en el sentido de que desarrollan la participación efectiva de los alumnos y alumnas en la elaboración de la regla colectiva que interiorizan y que les socializa. También se puede adoptar, como hemos hecho en nuestro trabajo, la denominación de pedagogía instituyente, entendiendo por ello el conjunto de pedagogías que hacen de la democracia un principio de funcionamiento de la institución escolar y de formación del alumnado.

Es sabido que estas pedagogías son objeto de críticas particularmente violentas por parte de los gobiernos y de los partidos del orden neoliberal. Pero, aunque haya que denunciar con toda razón el discurso conservador que alega la desaparición de la autoridad como el peor peligro para la educación, la respuesta no puede ser el simétrico discurso antiautoritario que niega la necesidad de reglas colectivas. Si para alguna gente la autoridad es un aspecto natural de la transmisión de los saberes, para otra lo natural sería la ausencia de autoridad por el hecho de la espontaneidad del desarrollo de la infancia. Hay que oponerse y proponer alternativas tanto a la escuela-cuartel, heredera de las grandes instituciones disciplinarias, eclesiásticas y militares, como a la escuela sin ley que constituyó una tentación tras el 68 y que dio paso después a la ley del mercado con ocasión del vuelco neoliberal de los años 80.

Esto nos lleva a precisar la relación con otras pedagogías, que no se trata de recusar sino de integrar en la doble perspectiva pedagógica y social[6]. Podemos pensar en algunos aspectos de las llamadas pedagogías nuevas o alternativas. Podrían calificarse, con más cercanía, como populares o proletarias, a la manera de Célestin Freinet, para expresar su intención igualitaria y su contenido de clase. En fin, se podría hablar de pedagogías críticas, retomando una expresión de Paulo Freire, para destacar su dimensión de contestación de las formas de opresión y su voluntad de deconstrucción de las evidencias de la ideología dominante. Lo que queremos destacar es la relación entre la práctica de la democracia en la propia formación y la requerida por una sociedad cuyo funcionamiento procedería por autogobierno.

V. El autogobierno de las instituciones del saber
Este principio de organización de los establecimientos escolares no es en el fondo más que el traspaso al campo educativo de propuestas válidas en todas las actividades. Las y los individuos deben poder autogobernarse en el seno de sus colectivos de trabajo y de vida; es decir, codeterminar las reglas que rigen sus relaciones y los objetivos que se plantean.

Hay que concebir modos de autogobierno de los establecimientos educativos implicando a las y los enseñantes, pero también a los alumnos, alumnas y a las familias. Desear una sociedad donde el autogobierno constituya el principio general de las instituciones es querer una educación que prepare para este tipo de organización social, que forme ciudadanos y ciudadanas activas, críticas, capaces de autorreflexión colectiva, deseosas de todas las formas de participación social.

Podemos referirnos a la autogestión. Constatar su escasa práctica dentro de los sistemas educativos no es un insulto a las experiencias autogestionarias. El principio de la autogestión aplicado a la escuela ha tenido el mérito de mostrar de forma concreta que la mayor parte de las cuestiones fundamentales que se plantean a las instituciones educativas pueden ser debatidas abiertamente por todos y todas, y tratados en disposiciones pedagógicas elaboradas colectivamente y validadas democráticamente, sin depender de una tutela jerárquica y de un mando burocrático.

Estas experimentaciones pueden convertirse en fuente de inspiración y punto de apoyo para un gobierno democrático más amplio de la escuela. Pero el problema político que surge muy pronto es el del límite de una democracia confinada sólo al espacio del establecimiento educativo. ¿Cómo pensar a la vez la democracia interna en un establecimiento concreto y la intregración del mismo en un sistema educativo democrático? La solución no se encuentra simplemente en el enfoque de la autonomía escolar o de la autogestión pedagógica de los años 60 y 70.

Una de las grandes cuestiones de orden institucional y práctico consiste en encontrar puntos de equilibrio entre la indispensable libertad de las y los actores que trabajan directamente en el marco de establecimientos autogobernado y la ley general que pretende la igualdad real de las condiciones de enseñanza y de aprendizaje. Hoy día, el poder efectivo pertenece al Estado central y a su gobierno que, de hecho, dispone de los medios de coacción burocrática para imponer una escuela de mercado. La falta de responsabilidad política, la ausencia de participación y la sumisión, siguen siendo la norma. Proponemos otro modelo organizativo diferente al de la burocracia de Estado y desde luego al del mercado, un modelo en el que la educación sería asumida por un verdadero servicio público democrático, un servicio común de la sociedad, en cuyo gobierno tanto las y los enseñantes como los alumnos y alumnas, padres y madres y la ciudadanía estarían directamente implicados. Un modelo federativo que permita definir una ley general sin abolir las autonomías locales y profesionales nos parece el mejor que pueda existir, a condición, desde luego, de que las instancias delautogobierno sean a su vez responsables, a todos los niveles, ante la ciudadanía y sus asambleas en materia de respeto de los principios de una educación democrática. O sea, una organización en Federación de los establecimientos y de todas las instituciones del saber.

Para no concluir
Estos principios sólo tienen sentido si no sólo conducen a discusiones, sino a la puesta en marcha y a la confrontación de prácticas que participan de un nuevo experimentalismo educativo, en la perspectiva de una revolución democrática capaz de producir un cambio radical en las maneras de vivir, de actuar y de educar.

Traducción: viento sur

Notas
[1] Laval, Christian y Vergne, Francis (2021) Éducation démocratique. La révolution scolaire à venir. Paris: La Découverte

[2] En esta óptica se han podido establecer contactos e intercambios, por ejemplo, con nuestros amigos italianos y brasileños, contactos que han permitido traducir y publicar en su lengua Éducation démocratique

[3] Laval, Christian; Vergne, Francis; Clément, Pierre y Dreux, Guy (2011) La nouvelle école capitaliste. Paris: La Découverte.

[4]  Vergne, Francis (2011) Mots et maux de l’école, un petit lexique impertinent et critique. Paris: Armand Colin.

[5] Por precisar nuestra posición sobre este punto, no se trata de oponer, como ha podido ser la tentación en el seno del movimiento obrero, una cultura proletaria y una cultura burguesa. La verdadera revolución cultural no implica el sacrificio de los tesoros de las humanidades, sino su plena integración en una cultura para todas y todos y más allá de las especialidades.

[6] Con esta intención hemos releído y puesto en perspectiva pedagogías como la de Dewey, de Ferrer, de Freinet, de Oury o de Freire.

https://vientosur.info/una-revolucion-educativa-necesaria-y-posible/

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