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La curiosa historia de la educación en los primeros momentos de Checoslovaquia (Audio)

República Checa – Eslovaquia / 28 de octubre de 2018 / Autor: Daniel KonewkaKateřina Ayzpurvit / Fuente: Czech Radio

Cualquier país nuevo que aspire a tener éxito en la escena internacional necesita resolver la educación de sus habitantes. En este sentido, Checoslovaquia tuvo que enfrentar varias dificultades.

Fundada en 1918, la nueva República de Checoslovaquia que surgió en el centro de Europa se encontraba en una situación muy ambivalente en lo que se refiere al sistema educativo.

Mientras que las partes históricas de Bohemia y Moravia contaban con un nivel de alfabetismo excepcional que sobrepasaba el 90% de la población, en el territorio de la actual Eslovaquia la enseñanza solo transcurría en húngaro.

Magdaléna Šustová, foto: Kateřina Ayzpurvit Magdaléna Šustová, foto: Kateřina Ayzpurvit

Además, el nuevo país se extendía hasta las montañas que hoy pertenecen a Ucrania. Esta región representaba la parte menos industrializada del territorio nacional, donde la mayoría de la población todavía se dedicaba a la agricultura y cría de animales domésticos. En esos parajes remotos, el nivel de analfabetismo llegaba al 60%.

Magdaléna Šustová, directora del Departamento de Historia de la Educación del Museo Pedagógico Nacional, describe cómo se intentaba solucionar este problema.

“Se trataba de un solo estado, sin embargo, había varias realidades completamente distintas dentro de él. Por eso, la mayoría de las inversiones en educación fue dirigida hacia la Rutenia Subcarpática y Eslovaquia. En estas partes había que empezar a construir la red educativa. Faltaban edificios, faltaban maestros. Durante los primeros años, muchos maestros checos se fueron a Eslovaquia y a la Rutenia Subcarpática. Para muchos fue como un castigo, sin embargo, había quienes lo consideraban una misión de ayudar a edificar el nuevo país”. 

Para poder empezar, primero había que unificar el sistema legal, ya que en el Imperio austrohúngaro había diferencias entre el territorio que caía bajo la administración de Viena y el que era controlado desde Budapest.

Diferían inclusivamente las cosas más básicas, como la escolaridad obligatoria. Mientras que en Bohemia y Moravia eran ocho años, en Eslovaquia solo había que cumplir seis años.

Foto: Kateřina Ayzpurvit Foto: Kateřina Ayzpurvit

Otra de las dificultades era que después de la fundación de Checoslovaquia, el nuevo estado carecía de algunas instituciones específicas que solo existían en Viena, antigua capital del Imperio austrohúngaro. Ese era por ejemplo el caso de la Escuela Veterinaria.

Masaryk y Baťa, los grandes visionarios de la educación

En lo que se refiere a la percepción de la educación en la sociedad, un papel decisivo tuvo sin duda el primer presidente, Tomáš Garrigue Masaryk. Formado en las universidades en Viena y Leipzig, se habilitó como profesor y desde 1882 daba clases en la Universidad de Praga. Se dedicaba a la sociología, historia y filosofía.

Durante toda su presidencia, Masaryk acentuaba mucho la importancia de la educación en su discurso.

Sin embargo, podemos encontrar también a otros personajes que desempeñaron un papel significativo.

Ese era por ejemplo el caso del gran empresario, fabricante de zapatos y visionario Tomáš Baťa, explica Šustová.

“Baťa, además de ser un industrial, era también alcalde de la ciudad de Zlín, donde fomentaba mucho el desarrollo del sistema educativo. Este esfuerzo fue muy bien pensado, ya que así le resultaba más fácil conseguir empleados capacitados para su empresa. Algunos de ellos, muchas veces personas de familias de pocos recursos, llegaron a tener una carrera impresionante y ocuparon altos cargos en sus fábricas en el extranjero”.

Foto: Kateřina Ayzpurvit

Podemos decir que Baťa fue uno de los primeros empresarios checoslovacos que se dio cuenta de la importancia de invertir en la educación de sus empleados.

El apoyo estatal a los desfavorecidos y la cuestión de lengua

De acuerdo con el concepto de Estado o sociedad del bienestar, en la joven Checoslovaquia se impuso el modelo que proporcionaba la educación básica de ocho años a todos los niños de forma gratuita.

Es decir, la mayoría de los alumnos tenían que comprar los cuadernos, libros y plumas. Sin embargo, los que venían de familias que no disponían de los recursos suficientes podían pedir una especie de beca y recibir el equipamiento gratuito.

Una forma de apoyo para los estudiantes económicamente desfavorecidos existía incluso en las escuelas secundarias, donde habitualmente había que pagar, sigue Šustová.

“Los niños que provenían de familias pobres podían pedir un documento que certificaba que realmente no disponían de los recursos suficientes y si tenían buenos resultados en la escuela, se les permitía estudiar de manera gratuita”. 

Magdaléna Šustová, foto: Kateřina Ayzpurvit Magdaléna Šustová, foto: Kateřina Ayzpurvit

Una de las cuestiones más delicadas del sistema educativo del nuevo país era la de la lengua. Checoslovaquia contaba en el período de la Primera República con más de tres millones de alemanes que habitaban sobre todo las partes fronterizas donde formaban la mayoría de la población.

Debido a ello, la educación transcurría en alemán. Sin embargo, las grandes fábricas y las minas que se encontraban en esta zona atraían a muchas personas que hablaban checo y estos tenían derecho a la educación en checo según la Constitución.

Los alemanes se resistían de vez en cuando a la construcción de escuelas checas en sus poblados y forzaban a los trabajadores checos a mandar sus hijos a las escuelas alemanas. La tensión iba aumentando con la tendencia de incrementar el número de escuelas checas en las zonas fronterizas que apoyaba el Estado. Las discrepancias culminaron en los años 30, cuando se empezó a radicalizar la escena política en Alemania. Sin embargo, esto ya es una historia diferente.

Fuente:

https://www.radio.cz/es/static/acerca-de-radio-praga/programacion
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Libro: Deliberar con John Dewey: ciencias sociales y educación (PDF Online)

México / 28 de octubre de 2018 / Autor: Juan Mario Ramos, José Antonio Serrano, Blanca Flor Trujillo (coordinadores) / Fuente: SEP

Libro que incluye un análisis de las ideas de John Dewey, a través de las cuales se pueden examinar los problemas que aquejan a la humanidad en el presente y los proyectos educativos contemporáneos, estudiar las posibilidades de un conocimiento ampliado y tener una visión más científica de los saberes para la resolución de conflictos.

Link para leer online:

https://bpo.sep.gob.mx/#/recurso/3644/document/1

Fuente de la Reseña:

https://bpo.sep.gob.mx/#/recurso/3644

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Estados Unidos: El 71% del consumo de video de los adolescentes se reparte entre Netflix y YouTube

Estados Unidos / 28 de octubre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Economía Hoy

Los adolescentes gastan tres cuartas partes de su consumo de video entre Netflix y YouTube; además de que Instagram ha ocupado el lugar de Snapchat como la red social más usada por este grupo demográfico en Estados Unidos, según un estudio de la consultora Piper Jaffray.

La encuesta anual estudia las tendencias en el consumo de adolescentes con una edad promedio de 16 años y revela cuales son sus actividades, canales de compra y marcas favoritas.

Según Piper Jaffray, Instagram y otras aplicaciones basadas en imágenes están a la cabeza en cuanto a uso entre adolescentes. Con un 85% de preferencia, Instagram ya está por encima de Snapchat, que obtuvo un 84%, y ambas están muy por encima de Twitter (47%) y Facebook (36%).

Los adolescentes pasan el 38% de su consumo diario de video en Netflix, una caída respecto a la encuesta que la firma realizó la primavera pasada, cuando el porcentaje para Netflix era de 39%. La segunda plataforma preferida para los encuestados fue YouTube, con un 33% del tiempo diario, que duplica al tiempo que pasan viendo televisión por cable o satélite (16%).

Fuente de la Noticia:

https://www.economiahoy.mx/consumo-eAm-mx/noticias/9472400/10/18/El-71-del-consumo-de-video-de-los-adolescentes-se-reparte-entre-Netflix-y-YouTube.html

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Unamuno, demagogia, «demagogía» y pedagogía

España / 28 de octubre de 2018 / Autor: Pedro de Tena / Fuente: Libertad Digital

Don Miguel diferencia el término ‘demagogía’, o educación del pueblo, de ‘demagogia’, su deformación consistente en manipulación interesada del pueblo

No se le escapó a Miguel de Unamuno el significado original y etimológico de «agogía», conducción y dirección de algo, que hacía a los pedagogos artesanos, alguna vez artistas, de la educación de los niños, del ejercicio de hacerlos crecer como personas. Educar tiene también la común relación de parentesco con ducere: ‘conducir’; y educere: ‘sacar afuera’, ‘criar’. Lamentablemente, cuando la demagogia une demos, pueblo, y agogia, aunque se supone que su primer sentido apunta a la conducción o jefatura del pueblo, en realidad, se refiere históricamente a la perversión de pueblo y conductor, a la degradación de ambos.Unamuno, en su ensayo sobre la educación que prologa la obra sobre el tema de Carlos Octavio Bunge, distingue entre demagogia y demagogíapara diferenciar el sentido de lo que era propiamente educación del pueblo de su deformación consistente en manipulación interesada del pueblo. De este modo, demagogía sería pedagogía del pueblo, un arte mayor. Él mismo se sintió atraído por esa nueva idea de demagogía hasta el punto de confesar —siempre fue más sincero que otros pensadores—, :

«Tengo mi cátedra, procuro en ella, no sólo enseñar la materia que me está encomendada, sino disciplinar y avivar la mente de mis alumnos, obrar sobre cada uno de ellos, hacer obra pedagógica; pero no desperdicio ocasión de hacerla demagógica, de dirigirme, ya por la pluma, ya de palabra, a muchedumbres, de predicar, que es para lo que acaso siento más vocación y más honda.»

De todos modos, Unamuno parece aseverar que en la educación de los individuos y los pueblos, tan importante puede ser el pedagogo como el demagogo, Los políticos, hombres demosténicos, movedores de muchedumbres mediante la demagogia, acusan a los pedagogos de perder el tiempo y los pedagogos de lo mismo a los políticos. En mi opinión, su obsesión «etimológica» no contribuyó a esclarecer del todo su posición ante la demagogia como degeneración democrática.

Tómese nota de este texto, que se encuentra en su conferencia sobre ser Rector en España de 1914, como ejemplo de esta ambigüedad: «La política ha de ser, ante y sobre todo, pedagogía, demagogia más bien, aunque esta voz haya sido injustamente mancillada. Mas las desgraciadas banderías electoreras que nos desgobiernan carecen de política pedagógica o de pedagogía política, es decir, carecen de política por carecer de ideales a falta de ideas.»

Sin embargo, a continuación define que «la más profunda inmoralidad de un político estriba en carecer de ideas, en no tener un concepto normativo y claro de lo que ha de ser el Estado, y de su finalidad y destino. Para un político llega a ser mucho más inmoral que robar del tesoro público supeditarlo todo a allegar votos, a lograr el poder o la jefatura —¡ y a las veces, por qué medios !—… Eso es vender el alma a un poder más tenebroso que el mismísimo demonio. Mejor que eso…, ¡robar! ¡Antes robar que caer en esa pordiosería». Parece estar contemplando la España actual desde su tumba. ¿O no?

La relación directa entre democracia y demagogia es puesta de manifiesto una y otra vez por Unamuno. En su trabajo Mitología y demagogia, incluido en sus nuevos Arabescos en el tomo titulado Meditaciones y otros escritos de sus Obras Completas ( editado por Vergara sobre la edición de Afrodísio Aguado), Unamuno expresa que la democracia conlleva el culto a la incompetencia porque «es el gobierno de los oradores. O, si usted quiere, de los demagogos. Es decir, que la democracia suele ser demagogia, en el sentido primitivo y más etimológico de este vocablo. Y el demagogo, el conductor de muchedumbres —¿a dónde?—, suele ser un político que se asigna su propio lugar adecuado, su «right place».

Por ejemplo, al considerar el esfuerzo de llevar el teatro al pueblo que hacía La Barraca de García Lorca y otros, dice haber asistido «a las representaciones que los jóvenes estudiantes de la Barraca, dirigidos por el de veras joven García Lorca, van dando por lugares chicos y grandes, como había asistido a las de las Misiones pedagógicas. Hondo movimiento, no sólo pedagógico, sino en el derecho sentido de la palabra —no en el pervertido— demagógico, esto es: político».

En este contexto, Unamuno parece considerar que el pueblo, de algún modo, ama la demagogia, la espera, la desea. Como en el teatro y los cuentos, el público quiere que se repitan las historias ya conocidas, «tanto pedagogos como demagogos, guiadores de niños y de pueblos, aprendiendo de aquellos a quienes tratan de enseñar, aprendan el cuento que hay que contar a diario y dejen el hastío de la vida, que pasa al quedarse —se queda al pasar—, que se renueva al repetirse —se repite al renovarse—; » De hecho, los demagogos son pedagogos del pueblo, ‘otros niños'», sentencia.

Él mismo, a veces, parece desesperar de la democracia y alude a una imposición «liberal» de la cultura, un despotismo liberal, para que el pueblo pueda sacudirse de «los traductores de rebuznos » que pretenden gobernar desde las opiniones de un pueblo analfabeto y del sistema «desmembrativo» ligado al federalismo.

Unamuno se pregunta cómo se fragua la opinión pública y se responde que lo hace desde las opiniones de la minoría, la única parte capacitada de la nación para marcar el rumbo político, y que es opinión publicada en los diarios. Otra opinión que no se fragüe así es demagogia y no democracia.

No es tan definitivo como Ortega a la hora de la condena de la demagogia en sí misma como degeneración intelectual y divide a ésta en roja y blanca, pareciendo considerar —no lo explica—, que la roja es la demagogia de los progresistas y liberales y la blanca, la de los tradicionalistas. Tan demagogia es la una como la otra, cierto, pero ataca fieramente a la blanca «que se apoya en los votos de los que no leen ni periódicos ni otra cosa alguna».

El público al que se dirige esta demagogia blanca es la «beocia», la masa de tontos y estúpidos que en una nación existen y que recuerdan el retraso de aquella región griega respecto a la floreciente Atenas. «La beocia no opina, ni lee periódicos, ni aun vota —se firman las actas con supuestos votos—; mas cuando la caldean alguna vez se tira al monte. La beocia aborrece por instinto todo lo que se sale de su nivel, y todo lo que se aparta del cauce en que viene corriendo su pensamiento muerto, las apariencias de ideas que le han alojado en el cerebro, y es ese instinto de demagógica nivelación espiritual lo que atizan en ella los servidores de la tradición estancada.

Uno de los hallazgos de Unamuno, que vivimos de manera particularmente intensa en la España de hoy, es la demagogia que llamaremos «judicial», la desconsideración de toda presunción de inocencia por la obsesiva inclinación a ser jurado. Tomando la comedia de Aristófanes Las Abejas como referencia, destaca la manía de juzgar «y más que de juzgar, de condenar», que había hecho presa en los atenienses. De hecho, Unamuno consideraba que el ostracismo, exilio provocado por los tribunales populares, era un invento diabólico, tanto como la Inquisición, donde el fiscal es el diablo.

Otras veces, sin embargo, parece señalar la demagogia como degeneración moral y política tanto del demagogo como del pueblo. Los grandes mandones y déspotas se vengan así de los que por envidia piden opresión. ¿Y quién pide opresión? «Todas las masas rebañegas que reniegan de la libertad en rendición a la disciplina. Atacadas de manía persecutoria colectiva, de envidia demagógica pasiva, la de creerse y quererse enviados, reniegan de la libertad para poder perseguir —con achaque de defensa—, pues la envidia pasiva se hace activa. ‘Y muera el que no piense igual que pienso yo'».

Por debajo de la demagogia, late la envidia, la «pasión demagógica por excelencia», enfermedad común a pueblos democráticos y demagógicos como el griego y el español. Contaba Unamuno que una vez paseando por la plaza Mayor de Salamanca con Francisco Cambó, este le confesó que «la envidia nació en Cataluña». Pero la envidia que da vida a la demagogia no es la envidia que se defiende y es casi angelical, sino «otra envidia hipócrita, solapada, abyecta, que está devorando a lo más indefenso del alma de nuestro pueblo».

También es el analfabetismo, bien ya sea absoluto, bien sea funcional en cada área de la vida, el que favorece la mentira de la democracia y la demagogia. «Pocas mentiras hay en España, de las innumerables que nos envuelven y paralizan, más mentirosas que la mentira de nuestra democracia, entendida como una «oclocracia», una soberanía de las muchedumbres y de las muchedumbres analfabetas», resuelve.

Cuando se refiere a Joaquín Costa, como ejemplo de personaje soberbio y endiosado con escasa paciencia para soportar a contradictores, defiende su comportamiento valeroso y honesto, no hipócrita ni demagógico. Es más, se proponía a sí mismo continuar la batalla del aragonés de Monzón contra las miserias, la mayor de ellas «la del embuste y la insinceridad sistematizados. Siendo lo peor que todos estamos en el secreto. Hay miedo de decir la verdad, un miedo cerval, y más que miedo a perder ventajas de posición y de fortuna, miedo a que se le atribuyan a uno móviles bastardos».

Sobre estos mimbres, sitúan su acción los verdaderos demagogos siendo los presuntos maestros del pueblo, lo engañan mediante la gran mentira, a saber que «cuando se instruya y eduque, y sea más culto y más inteligente, vivirá con más facilidad, más comodidad y más abundancia.» Pero la verdad es que «para que un pueblo se haga más culto necesita trabajar más y gozar menos; aumentar su trabajo y aumentar los tributos. Hay que repetir la vieja sentencia: Quien añade ciencia, añade dolor… lo que Santa Teresa llamaba dolor sabroso».

Sin embargo, contra la demagogia no hay más arma que la cultura. «Libertad y democracia significan, pues, en cierto respecto, cultura y aristocracia. Aristocracia, sí, no rehúso el dictado por pervertido que esté. Y si alguien nos preguntara quién define esa cultura cuya imposición a nuestro pueblo juzgo el único camino de verdadera libertad, nuestra rotunda y categórica respuesta debe ser : ¡nosotros!¿Y quiénes sois vosotros? Los que tenemos fe en nosotros mismos y fe en la cultura…, el ideal de la cultura europea moderna… sólo la imposición de la cultura puede borrar el caciquismo y la demagogia».

Y apunta lo que debe ser un comportamiento anti demagógico, en sentido tradicional: «Discrepamos en nuestros juicios y convicciones unos de otros, pero, al menos, se nos debe exigir a todos honradez mental, lealtad y un santo odio a todo falseamiento, a toda insinceridad y a toda insidia, por definidoras que sean». (Sobre la tumba de Costa, febrero, 1911).

Fuente del Artículo:

https://www.libertaddigital.com/cultura/2018-07-15/pedro-de-tena-unamuno-demagogia-demagogia-y-pedagogia-85534/

ove/mahv

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Investigación de la Ctera sobre la privatización de la educación: Escuela de negocios

Argentina / 28 de octubre de 2018 / Autor: Laura Vales / Fuente: Página 12

Una investigación de la Ctera sobre la privatización de la educación denuncia que, desde la asunción del macrismo, las corporaciones avanzan sobre el sistema público. ONGs, integradas por grandes empresas y bancos, penetran en escuelas y universidades para transformar la educación en una mercancía

Desde la asunción del macrismo, las corporaciones –sus fundaciones y ONG– entraron en escuelas y universidades. La educación es un gran nicho de negocios y la Argentina, un mercado a conquistar; pero el fenómeno tiene además, otros brazos: las grandes empresas han estado interesadas desde siempre en el campo educativo, con el objetivo de que los alumnos puedan ser entrenados para sus necesidades productivas. Finalmente, en lo político, la educación es un factor a controlar, en la medida en que a través de ella se introducen en las personas ciertas lógicas, se apaga o aviva el pensamiento crítico. Todo este proceso es abordado en el libro La privatización educativa en la Argentina, resultado de una investigación que realizó la Ctera en el marco de la Internacional de la Educación. La doctora en Educación Adriana Puiggrós, que trabajó en el estudio como asesora, habló con PáginaI12 sobre estos temas. Algunos de sus aspectos son bien conocidos, como el aumento de las familias que inscriben a sus niños en escuelas privadas. Otros resultan novedades absolutas, como el concepto de home-schooling y los criterios que apuntan al reemplazo de los docentes por animadores formados en seis meses.

–¿Cuál es el sujeto de la educación? ¿Y cuál el que cree está viendo el macrismo?

–Hablar del sujeto de la educación es hablar de algo muy complejo, porque es la sociedad en su conjunto, y la sociedad no es un ente homogéneo. Toda la sociedad es sujeto de educación, y más aún en estos tiempos en que nos educan todo el día, todo el tiempo, en que penetran a través de nuestros oídos, de nuestros ojos, en un proceso educativo constante. Respecto a lo que ve el macrismo… eso es lo que ve: un gran mercado constituido por todos los aspectos en que la sociedad puede ser penetrada con mensajes que puedan transformar a las personas en clientes, en un símil de ciudadano que en realidad dista mucho del ciudadano imaginado incluso por el liberalismo. No es el ciudadano de la república liberal, es el ciudadano del país ordenado en función de los intereses de las grandes corporaciones.

–En ese escenario, ¿cómo juega la educación formal?

–Ahí tenemos una lucha profunda entre quienes pensamos que la educación tiene que cambiar teniendo en cuenta las transformaciones tecnológicas, políticas… porque hay un enorme cambio que sufre la sociedad en cuanto a sus desarticulaciones culturales, desde que tener que adaptarse a un ritmo brutal, en mirar la televisión, hablar con los demás, dar respuesta, correr, es decir desde otra concepción del tiempo y por lo tanto de la historia, hasta los cambios en el lenguaje y en los valores. Por eso los docentes estamos frente a una situación en la que cobra más fuerza que nunca la idea de Paulo Freire de una educación dialógica: el proceso educativo tiene que ser un diálogo, porque las nuevas generaciones tienen muchos conocimientos que no son simplemente de la tecnología en el sentido mecánico del término, sino que acceden a la cultura desde una lógica distinta. Nosotros, mi generación y una o dos más, accedemos a los cambios que se van produciendo desde una lógica anterior, de la modernidad, y lo que sucede hoy está bastante más allá de la modernidad. Para el docente es muy importante no perder el lugar del educador, que haya una educación dialógica no quiere decir que borre el lugar del educador, porque la relación educador-educando es una relación de diferencia, cada uno tiene otra conformación cultural. Un niño pequeñísimo que toma el celular y entiende su lógica no está realizando una operación simplemente mecánica: está comprendiendo una serie de cosas. Cuando además el niño consigue el celular pataleando, forzando a los padres, y los padres se resignan y se lo dan, ahí estamos frente a una ruptura de un vínculo de enseñanza aprendizaje que es complicado.

–El libro habla del avance privatizador en la Argentina. ¿Qué encontraron los investigadores? 

–En la Argentina tenemos un punto de arranque para entender esta época, que es el Congreso Pedagógico de 1985. Ese congreso fue convocado por Raúl Alfonsín con un impulso democratizador, pero allí todas las fuerzas políticas acordaron que la educación en la Argentina no iba a ser ya pública o privada, sino que iba a ser o pública de gestión privada o pública de gestión estatal. Esto fue muy importante porque a partir de ese momento se perdió ese valor tan profundo que tenía la sociedad argentina, puesto en la educación pública como sinónimo de educación estatal. En la Argentina tuvimos un pacto como sociedad, un pacto hecho a fines del siglo XIX y que duró más de un siglo, respecto a que para la existencia de la Nación era necesario sostener un sistema de educación pública, y que su responsable principal sería del Estado.

–Desde ese lugar avanzó la privatización después del ‘85… 

–Antes, el gobierno de Arturo Frondizi abrió las puertas al desarrollo de muchísimas universidades privadas. Y no estoy diciendo que no deba haber universidades privadas, sino que a partir de ese momento empezó a haber universidades empresariales que fueron las que dieron origen a este sector de CEOs que nos está gobernando. Universidades que no son sólo las tradicionales, y que a partir de los ‘90 van a ser grandes formadoras de la actual elite. La dictadura golpeó muy fuerte a toda la educación, pero no desarmó el sistema. Siguió habiendo educación pública, educación privada y sistema escolar. Pero fue en aquel Congreso Pedagógico del ‘85, cuando el conjunto de las fuerzas políticas definieron que la educación pública va a ser pública de gestión estatal o pública de gestión privada, donde le pegaron un golpe muy fuerte en el orden de lo ideológico a aquel pacto de la sociedad argentina respecto a la centralidad de la educación pública para sostener la Nación. Así llega la década de los ‘90, en la se formó la actual elite neoliberal en las universidades privadas y en la que además, y esto es central, lo que sucedió es que empezaron a entrar fundaciones y ONGs. Van entrando a la Argentina y van silenciosamente ubicándose, creciendo mucho en los momentos de crisis, ocupando lugares que el Estado no ocupó. Con el kirchnerismo se retrajeron, y con el gobierno de Cambiemos avanzaron para ocupar todos los espacios de lo público.

–¿De dónde vienen esas fundaciones?

–La mayor parte son norteamericanas y también hay europeas; básicamente, son de las corporaciones. Todos los grandes bancos tienen sus fundaciones que trabajan en educación. La mayor parte de los campus informáticos de las universidades públicas están administrados por fundaciones de bancos. La cuenta sueldo de las universidades públicas está administrada por entidades financieras privadas. Desde la fundación de Techint hasta la fundación de cualquier banco que uno quiera tomar… encontrás desde la fundación Cimientos de Blaquier, o sea Ingenio Ledesma, hasta la fundación u ONG Enseñar por Argentina, que es filial de Teach for América que es filial de Teach for All, y basta con mirar su página web para ver que son las grandes corporaciones las que están detrás. Hoy hay muchas así en la Argentina.

En el libro que publicó Ctera, es una investigación hecha por Myriam Feldfeber, Miguel Duhalde y asesorado por Susan Robertson, que es una muy importante pedagoga de Cambridge, se hace un puntual listado y explicación de cuáles son las ONG y fundaciones que están trabajando en la mercantilización de la educación pública y también golpeando sobre las privadas para tercerizar.

–¿Qué alcance tiene este proceso? ¿Es propio de Argentina, de la región o se ve en todo Occidente?

–En todo Occidente, por lo menos.

–¿Con qué mecanismos el gobierno de Macri les abrió las puertas? 

–Con el mecanismo del desgaste. El Gobierno supone que va a desgastar a los docentes, supone que pueden no cumplir las leyes y que, poco a poco, va a ir instalando su propio orden. El desgaste consiste en no llamar a las paritarias. Esto es muy fuerte, porque negar la paritaria no es sólo negarse a discutir el salario, sino negarse a discutir las condiciones de trabajo que hacen a la enseñanza: que un docente tenga cinco cargos en vez de uno, que no se discutan las condiciones edilicias, entonces estallan las escuelas, que no se discutan las condiciones pedagógicas. ¿Por qué no quieren discutir nada? Porque si la educación en realidad es un elemento del mercado, no hay nada que discutir. Lo único que tenés que discutir es el precio. La otra cosa es tercerizar funciones: tercerizar la formación docente, la comida, los tests, para armar un supermercado de la educación, donde vos vas y compras lo que querés y en última instancia, para la concepción que trata de imponer la OCDE, llegás al home-schooling, es decir al chico sentado en la casa con la computadora adonde llegó el paquete de contenidos y el paquete de evaluación, y en todo caso hay uno de estos líderes o acompañantes formados por estas ONG.

–¿Cómo es ese modelo del home-schooling?

–Es el tipo de educación que en Estados Unidos llegó a un pequeño porcentaje, pero que marca estadística. En la Argentina también empezamos a verlo: familias que deciden no mandar a los chicos a ninguna institución, para que se eduquen en casa. O se juntan dos o tres familias y contratan a uno de estos líderes que acompaña a los chicos: compran los paquetes ya hechos de contenido. Entonces, ahí el Estado ya se tiene que retirar. La educación planificada, organizada y basada en un acuerdo social y en donde el Estado tenga un papel principal es lo contrario del libre mercado en la educación, de la misma manera que en el libremercado de la educación no entra la idea de la educación como derecho.

–La investigación también señala la entrada de las fundaciones y ONG en las universidades.

–Cuando Google pone un aula informática no solamente está poniendo el hardware: está introduciendo una concepción de la educación, de contenidos, porque es socia de quien los produce, o la editorial Pearson, inglesa, productora del test PISA que se aplica en Argentina con resultados que dañan al país. No por el lugar donde quede la Argentina en el ranking que ellos hacen, sino por el uso político que se hace en contra del pueblo, de las diferentes regiones del país. A favor de una idea unitaria, de la vieja oligarquía que coincide hoy con la mentalidad de los dueños de las grandes corporaciones. Aplican una prueba con la que indagan los mismos contenidos, acá o en cualquiera de los 60, 80 o 100 países donde se aplica.

–¿Por qué tiene ese nivel de expansión el test PISA? 

–Porque es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) la que encarga a Pearson esta prueba. La OCDE ha sacado una resolución a fines de los ‘90 por la cual la educación pasó a ser un bien transable, y exige a los países miembro que levanten todo tipo de limitación a la compraventa de educación. Es la aplicación del libre mercado a la educación, también con la misma idea de que el mercado encontrará su propio equilibrio. ¿Qué podría pasar con la libre compraventa de educación sin ningún tipo… no ya de restricción del Estado, sino de acuerdo social?

–Una primera manera de entender el avance de las fundaciones y ONG es entonces el negocio. ¿Y en lo político?

–En lo político hay un objetivo, pero sobre todo una concepción. Cuando la gobernadora de la provincia de Buenos Aires dice que los pobres no aprenden y entonces no vale la pena hacer universidades para pobres, refiriéndose a las 20 nuevas universidades que se hicieron en el país durante el kirchnerismo, ahí hay una concepción profunda. Es la concepción que siempre tuvo la oligarquía argentina, y que ahora encaja perfectamente en este gobierno integrado por administradores y accionistas de las grandes empresas.

–Los datos del libro señalan que el país tiene 11 millones de estudiantes, con un 71 por ciento dentro del sistema estatal y un 29 en el privado. Es decir que hay un alto porcentaje de chicos, sobre todo en la primaria, que van a la escuela pública. Pero esa escuela pública, da la impresión, ya no puede reunir a todos los sectores sociales.

–Todavía hay diversos sectores, pero en los últimos treinta años hemos visto un corrimiento a la escuela privada, también con esta mentalidad, con la idea de que es un producto más caro. Por eso pongo el acento en el momento en que se decide que la escuela publica puede ser privada o estatal. Porque en los momentos en que mejora la situación económica, la clase media tiende a mandar a los chicos a la escuela privada, y en los momentos en que empeora la situación económica, los sectores populares no pueden sostener a los chicos en la escuela pública por diversas razones, porque trabajan, etc., y los mandan a la escuela parroquial o a la ONG sostenida por una cooperativa. Y esto va más allá de la calidad de una o de otra, porque hay escuelas públicas y privadas buenas, más o menos, y malas; no hay estadística alguna que demuestre que hay una diferencia de calidad entre la escuela publica y la escuela privada.

–La investigación fue hecha con la Internacional de la Educación

–Sí. La Internacional de la Educación ya la hizo en África y en Asia. En América Latina se realizó en Colombia, Brasil, Uruguay y en Perú. Otra cosa es que en Estados Unidos hay mucha investigación. En realidad, donde más investigación hay sobre el tema de la privatización de la educación pública es en los Estados Unidos.

–¿Para qué sirve hacer estas investigaciones?

–En primer lugar para saber, para tomar conciencia de lo que está ocurriendo. Para que sepamos que nos están considerando una mercancía, que muchas de las decisiones que se toman tienen que ver con ponernos un precio, para conocer los aspectos más negativos de los cambios civilizatorios que estamos viviendo. Si uno cree que es posible que los pueblos orienten el cambio civilizatorio hacia un espacio democrático de dignidad y de creación de productividad, si uno cree que ese futuro es posible, tiene que tener conciencia de que lo contrario también es posible, y que lo contrario es lo que está ocurriendo en Brasil, lo que nos lleva a preguntarnos por qué el pueblo a veces, algunos sectores del pueblo, votan contra sí mismos. Ahí es donde cabe el lugar de la educación en el sentido amplio, en el sentido de que el proceso educativo abarca a toda la sociedad, no es solamente el sistema escolar. Ahora: tenemos que cuidar el sistema escolar, cuidar la educación pública y cuidar la escuela, porque el otro elemento junto con el home-schooling, con esa idea, es la desescolarización. Hay teóricos de la desescolarización que son asesores de este Gobierno, que son entre otros lo que han redactado la ley de fundación de la Unicaba, la Universidad de la Ciudad de Buenos Aires, ley dentro de la cual está escondida la disolución de los institutos de formación docente. Ahí la idea básica que tienen es la de que la escuela es un impedimento para el desarrollo de la educación, que la escuela es una institución de siglo XX, del siglo XIX y junto con la escuela, el docente. Es decir, barren a la escuela y al docente.

Fuente de la Entrevista:

https://www.pagina12.com.ar/149060-escuela-de-negocios

ove/mahv

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Biografía de Henry Giroux. Grandes pedagogos

Por: grandespedagogosdelmundo.blogspot.com.

Henry Giroux nace en Providence, capital del estado de Rhode Island, en la costa nort-oriental de Estados Unidos, el 18 de septiembre de 1943. Luego de estudiar en escuelas públicas, jugar baloncesto, convivir con las diferentes colonias extranjeras que habitaban en Providence, conocer las penurias de la clase obrera, estudia historia en Barrington entre los años 1968 y 1974, acrecentando su conciencia social.

En el año 1977 se doctora en la Carnegie Mellon University de Pittsburgh. En ese mismo año comienza su trabajo como docente en la Universidad de Boston, donde, 1983, pasa a la Universidad de Miami en Oxford, Ohio, donde es contratado como profesor de educación y renombrado “Scholar in Residence”, hasta 1992, donde también ocupó el puesto de director del Center for Education and Cultural Studies (Centro para la Educación y Estudios Culturales). Se transladó a la Universidad Estatal de Pensilvania donde asumió la cátedra de profesorado Waterbury desde 1992 a mayo de 2004.

También sirvió como director del Waterbury Forum in Education and Cultural Studies (Foro Waterbury en Educación y Estudios Culturales). Se mudó a la Universidad McMaster, Ontario, Canada, en mayo de 2004, donde actualmente ostenta la cátedra de Cadenas globales de televisión en la carrera de ciencias de la comunicación.

En mayo de 2005 la Universidad Memorial, en St John’s, Newfoundland, de Canadá le concedió un doctorado honorario en letras.

Contexto Socio-Cultural

El contexto socio-cultural en que se desenvuelve Giroux, está marcado por el descontento de las rasas discriminadas para con el actuar del gobierno. Una serie de manifestaciones para acabar con esta discriminación, comienza a cambiar el escenario político del país.

Fin de la Discriminación Racial

En 1941 la amenaza de protestas por parte de los negros persuadió al Presidente Roosevelt a prohibir la discriminación en las industrias, aunque su orden tuvo sólo un impacto sobre las prácticas de contratación.

En 1948 el Presidente Truman puso fin a la discriminación racial en las fuerzas armadas y en todas las dependencias federales.

El fallo Brown vs. la Junta de Educación de Topeka, Kansas, en 1954, permitió a la Corte Suprema determinar unánimemente que la discriminación en las escuelas públicas era inconstitucional; no obstante, los estados del sur siguieron oponiéndose a la integración durante varios años después del fallo.

En 1955, el Párroco Martin Luther King, Jr., encabezó un boicot contra la discriminación en el trasporte público el cual finalmente acabó con la discriminación en los buses urbanos de Montgomery, Alabama.

En 1957 el gobernador de Arkansas trató de impedir que estudiantes negros se inscribieran en una escuela secundaria para blancos, en Little Rock, capital del estado. Para hacer cumplir la ley que exigía integración, el Presidente Dwight D. Eisenhower envió al lugar tropas militares.

Ese mismo año los estadounidenses se sintieron sacudidos por la noticia de que la Unión Soviética había lanzado el Sputnik, el primer satélite artificial de la Tierra. Esto fue un golpe para Estados Unidos, nación que siempre se había enorgullecido de su tecnología. En respuesta, el gobierno federal estadounidense incrementó los esfuerzos que ya se hacían para producir un satélite, e invirtió más dinero en educación, especialmente en las ciencias.

El Sputnik y el Comunismo

A fines de la década de los 50, la unión soviética lanza con éxito el Sputnik, primer satélite no tripulado en orbita, lo que es un duro golpe a la carrera espacial de estados unidos y el ego del gobierno norteamericano. Le siguió el Sputnik 2, el primero con un animal dentro, la perra Laika

La sorpresa del lanzamiento del Sputnik 1, seguido del fallo espectacular de los primeros lanzamientos del proyecto americano Vanguard, impactó a los Estados Unidos, quienes respondieron enseguida con el lanzamiento de varios satélites, incluyendo el Explorer 1,el proyecto SCORE, Advanced Research Projects Agency y el Courier 1B.

Sputnik también aceleró la creación de la NASA (National Aeronautics and Space Administration) y un mayor incremento de la inversión por parte del gobierno de EE.UU. en la investigación y educación científicas. Asimismo se pensó en desarrollar el Proyecto A119 , aunque definitivamente se abandonó.

En abril de 1961 los soviéticos se anotaron otro triunfo en el espacio: Yuri Gagarin pasó a ser el primer hombre en describir una órbita en torno a la Tierra. El Presidente Kennedy respondió con la promesa de poner un hombre en la Luna antes de terminar la década. En febrero de 1962 John Glenn hizo el primer viaje orbital de Estados Unidos y fue aclamado como héroe a su regreso. Costó US 24 millones de y años de investigación, pero la promesa de Kennedy se cumplió en julio de 1969 cuando Neil Armstrong sacó un pie fuera de la nave Apolo 11 y lo posó sobre la superficie lunar.

La «carrera espacial» dio como vencedor a los EEUU, que lograron colocar al primer ser humano sobre la superficie lunar en 1969. Esto se logró en gran medida gracias al impulso dado por el presidente John F. Kennedy, asesinado el 22 de noviembre de 1963.

El los 60, Estados Unidos, por miedo a verse enfrentado a un régimen comunista como el implantado en Cuba, cambia la visión política hacia la URSS, su principal competidor en desarrollo armamentista y tecnológico de la época. Así mismo, la lucha racial continua siendo desarrollada y encabezada por Luter King, donde sus seguidores tuvieron que enfrentarse a la policía hostil, las turbas violentas, el gas lacrimógeno, las mangueras de agua y a las puntas eléctricas usadas para arrear al ganado

El punto más crítico fue en 1962, llamado “La Crisis de los Misiles”, cuando la Unión Soviética instala una serie de misiles en la isla de Cuba, asegurándose una respuesta pronta y directa a la Usa, si esta atacaba. . En un esfuerzo por echar abajo la dictadura comunista de Fidel Castro en Cuba, Kennedy apoyó una invasión de la isla por un grupo de exiliados cubanos que habían sido adiestrados por la Agencia Central de Inteligencia.

Kennedy impuso un bloqueo a Cuba y el primer ministro, Nikita Khrushchev, finalmente accedió a retirar los proyectiles a cambio de la promesa de los estadounidenses de no invadir a Cuba.

Lyndon Johnson, vicepresidente que asumió la presidencia a la muerte de Kennedy, aprobó la Ley de Derechos Civiles de 1964, la cual prohibió la discriminación racial en establecimientos públicos y en cualquier negocio o institución que recibiera fondos federales. Johnson fue elegido para un nuevo período presidencial con amplio apoyo popular en 1964.

Johnson envió al Congreso muchos programas sociales que fueron aprobados por este: ayuda federal para la educación, las artes y las humanidades; seguro de salud para los ancianos y mas pobres; viviendas de bajo costo y renovación urbana; se permitió votar a los afro americanos; se abolieron los impuestos a los inmigrantes, que permitió un aumento en las visitas de los asiáticos; educación pre-escolar especial para niños pobres; capacitación vocacional para quienes hayan abandonado la escuela y empleos de servicio comunitario para jóvenes de los barrios bajos.

Con todos estos programas, el objetivo de Johnson era construir una gran sociedad: una nación donde la igualdad de oportunidades y una alta calidad de vida fueran el patrimonio de todos. Y en 1965 había muchas razones para sentirse optimista acerca del futuro de la nación. Todas las formas de discriminación racial legal se habían eliminado, la pobreza iba en descenso, y los estadounidenses gozaban de mayor prosperidad y mejor educación que en cualquier período anterior de su historia. Sólo tres años después, la gran sociedad yacía en ruinas, destrozada por la Guerra de Vietnam.

La Guerra de Vietnam

En agosto de 1964, dos destructores estadounidenses que navegaban en el Golfo de Tonkin informaron haber recibido ataques de barcos torpederos nortvietnamitas. El Presidente Johnson, en represalia, lanzó ataques aéreos contra bases navales norvietnamitas. Los primeros soldados de combate norteamericanos fueron enviados a Vietnam en marzo de 1965. Para 1968 ya habían llegado 500.000 estadounidenses. Mientras tanto, la fuerza aérea gradualmente intensificó los ataques con aviones B-52 contra Vietnam del Norte, bombardeando primero las bases y rutas militares y después las fábricas y plantas de energía cerca de Hanoi. Pero esta aplicación masiva de fuerza militar sólo consiguió devastar a Vietnam.

Las universidades fueron escenario de manifestaciones de protesta contra el involucramiento de Estados Unidos en esta guerra no declarada y, en opinión de muchos, injustificada. Hubo encuentros violentos entre los estudiantes y la policía. En octubre de 1967, 200.000 manifestantes marcharon frente al Pentágono, en Washington, DC, exigiendo la paz.

Al mismo tiempo, en las ciudades empezó a haber agitación a medida que líderes negros jóvenes y más radicales tachaban de ineficaces las tácticas no violentas de Martin Luther King. El asesinato de King en Memphis, Tennessee, en 1968, desencadenó motines raciales en más de 100 ciudades. Fueron incendiados distritos comerciales en barrios negros, y 43 personas fueron muertas, en su mayoría negras.

Un número cada vez mayor de estadounidenses de todas las clases sociales se oponían a la participación de Estados Unidos en la guerra de Vietman, y en las elecciones de 1968 el Presidente Johnson se enfrentó a fuertes desafíos por parte de dos demócratas opuestos a la guerra: los senadores Eugene McCarthy y Robert Kennedy, este último hermano del Presidente John F. Kennedy.

El 31 de mayo, en vista de una humillante derrota en las encuestas de opinión pública y de la incesante prolongación del conflicto en Vietnam, Johnson se retiró de la contienda presidencial y ofreció negociar el fin de la guerra. Robert Kennedy fue asesinado al final de la campaña de elecciones primarias y los votantes eligieron por escaso margen al republicano Richard Nixon. Como presidente, Nixon atrajo el favor de la clase media estadounidense: la gran mayoría silenciosa que estaba descontenta con la violencia y la protesta que tenía lugar en el interior del país.

En Indochina, Nixon observó una política de «vietnamización», reemplazando gradualmente a los soldados estadounidenses con vietnamitas. Pero el bombardeo intenso de las bases comunistas continuó, y en la primavera de 1970 Nixon envió soldados estadounidenses a Camboya. Esa acción provocó las protestas estudiantiles más masivas y violentas de la historia del país. Durante una manifestación en la Kent State University en Ohio, miembros de la Guardia Nacional mataron a cuatro estudiantes.

Después, conforme el pueblo estadounidense se percató de que la guerra tocaba a su fin, la situación cambió repentinamente: la tranquilidad volvió a las universidades y ciudades de la nación. Para 1973, Nixon había firmado un tratado de paz con Vietnam del Norte, había traído de regreso a los soldados y había puesto punto final al reclutamiento.

Los estudiantes empezaron a rechazar la política radical y, en general, se orientaron hacia la búsqueda de carreras individuales. Muchos negros aún vivían en la pobreza, pero otros que finalmente ejercían profesiones bien remuneradas. Muchas ciudades grandes como Cleveland, Newark, Los Angeles, Washington, Detroit, Atlanta habían elegido alcaldes negros y ayudo al acercamiento entre las dos razas.

Watergate

Durante las primeras horas del 17 de junio de 1972, la policía arrestó a cinco hombres que habían entrado clandestinamente en las oficinas del comité nacional del Partido Demócrata, ubicadas en el hotel Watergate en Washington, con el fin de intervenir los teléfonos para controlar la actuación del comité. Pronto se descubrió que la acción formaba parte de una campaña para ayudar al presidente Nixon a ganar la reelección ese mismo año. Otros dos implicados fueron detenidos después, acusados de supervisar la intromisión.

En un principio la Casa Blanca negó cualquier participación en el incidente, pero la intensa, publicada por el Washington Post, puso al descubierto la implicación de importante miembros del gabinete presidencial en actividades ilegales y el intento de tapar el asunto. Varios oficiales y consejeros de la Casa Blanca fueron detenidos y condenados por actos criminales.

La atención se centró entonces en el presidente Nixon. Cuando se supo que grababa sistemáticamente todas las conversaciones que tenían lugar en la Casa Blanca, fue conminado por el Tribunal Supremo a entregar las grabaciones o a enfrentar un juicio. Las grabaciones revelaron que el presidente estaba directamente en el asunto Watergate.

A pesar de la evidencia, Nixon negó públicamente las imputaciones; pero al final se vio obligado a admitir su participación en el escándalo. El 9 de agosto de 1974 renunció a la presidencia. Su sucesor, Gerald Ford, le otorgó el perdón por cualquier delito federal en el que hubiera podido incurrir. Pero la decisión de Ford no benefició al resto de los involucrados, pues varios de ellos fueron juzgados y encarcelados. Nixon se libró de la prisión pero su imagen quedó manchada para siempre.

Después de la Guerra de Vietnam y del escándalo Watergate, muchos estadounidenses se habían desilusionado de los hombres que los gobernaban y les habían perdido la confianza. Gerald Ford, el presidente republicano que ascendió al poder tras la renuncia de Richard Nixon, era agradable y salomónico. Ford hizo mucho para restaurar la confianza de los ciudadanos, aunque algunos votantes nunca le perdonaron que hubiera indultado a su ex jefe, Richard Nixon. Las elecciones de 1976 favorecieron a Jimmy Carter, ex gobernador de Georgia, debido en gran medida a su ostensible honradez personal y a su fe religiosa. Carter tenía experiencia política limitada, pero muchos votantes preferían a esas alturas a un «extraño», alguien que no perteneciera al mundo político de la capital

Modelo educativo Predominante

En base a las críticas que realiza Giroux al sistema educativo norteamericano, se puede prever las falencias que tiene. Al igual que el nuestro , la sociedad norteamericana esta mas preocupada de desarrollar otro tipo de valores, que no ayudan al desarrollo mental ni critico de sus niños. Se ha intentado cambiar esta situación, pero las reformas se ven obstaculizadas por la institucionalización de los sistemas escolares establecidos a principios de este siglo; por los conflictos ideológicos entre los partidarios de la escuela pública y la escuela privada; por las enormes desigualdades de los recursos a disposición de los estudiantes pobres, especialmente en las zonas urbanas; por la creciente segregación geográfica por motivos de ingreso; y por el control local sobre las escuelas.

El sistema educativo de los Estados Unidos no fomenta el pensamiento crítico e independiente. Aunque se afirma que la nación Americana cuenta con una educación democrática, la realidad es diferente porque es un modelo educativo colonial, muy elaborado y diseñado para formar a los maestros con métodos que devalúan la dimensión intelectual de la enseñanza.

Además de la estandarización de exámenes oficiales, tipo «test», que implantan los departamentos estatales de educación porque éstos fomentan la educación instrumental y acrítica, “No se procura, por lo tanto, el desarrollo de un pensamiento crítico e independiente, sino que se anestesia el razonamiento de nuestros estudiantes» (Macedo, 2003)

Naturaleza del Conocimiento

Un concepto básico de este discurso es el de racionalidad, entendida como un conjunto específico de supuestos y prácticas sociales que median las relaciones entre un individuo o grupos con la sociedad amplia y agrega… «subyacente a cualquier modo de racionalidad se encuentra un conjunto de intereses que definen y califican cómo los individuos se reflejan en el mundo». (Giroux, 1992)

Este concepto tiene bastante utilidad para explicar la actividad docente entendida como actividad práctica. Significa que la escuela, una de tantas instituciones que existen en la sociedad, mantiene relaciones con la racionalidad amplia del sistema en el cual está inmersa. Es decir, los supuestos y las prácticas sociales que orientan el sistema social amplio, repercuten de alguna manera en la institución escolar y, por supuesto, en las prácticas realizadas en ella.

Otro de los principios de Giroux es el que se refiere a la problemática; desde esta perspectiva, toda forma de racionalidad contiene una estructura conceptual que puede ser identificada tanto por las preguntas que se hace como por las que dejan de hacer.

Lo que significa que la racionalidad incluye determinados elementos y excluye otros, de tal forma que la inclusión o exclusión de preguntas, definen una manera de entender la realidad. Para Giroux lo que se excluye en la problemática es tan importante como lo que se incluye.

Derivados del concepto de racionalidad, Giroux plantea los modelos de racionalidad en educación: la técnica, la hermenéutica y la emancipadora. En cada uno de los anteriores modelos se expresan diferentes intereses sobre el conocimiento.

Racionalidad técnica

El primer modelo retoma los supuestos del positivismo, la realidad objetiva, empíricamente comprobable, la verdad del conocimiento, etc., lo cual favorece una orientación de la teoría educativa que responda a la lógica de la fórmula, y la observación y la técnica son el punto de partida para la práctica teórica. La relación entre la teoría y la práctica es de carácter técnico. En educación lo importante es el conocimiento técnico, el saber hacer.
Racionalidad hermenéutica

Este tipo de racionalidad no considera importante la producción del conocimiento en sí, sino la comprensión del sujeto y del objeto al elaborar dicho conocimiento. La idea es interpretar, comprender la naturaleza de los fenómenos y el significado que los sujetos le dan a tales fenómenos. Desde la perspectiva de Giroux, este tipo de racionalidad ha generado planteamientos importantes a la teoría educativa, en tanto que ha incursionado en las dimensiones normativas y políticas de la actividad docente, las relaciones entre maestros y alumnos en el salón de clases, el currículum oculto, en fin, una serie de situaciones que desde la perspectiva instrumentalista no se observan.

Racionalidad emancipadora

Para Giroux, creo, la idea mas importante de todo su discurso, la racionalidad emancipadora, la intencionalidad y el significado de la acción educativa sigue siendo un punto de medular importancia pero ubicado en un contexto social, que permita conocer los obstáculos y limitaciones sobre la acción y el pensamiento humanos.

Este tipo de racionalidad se interpreta como la capacidad del pensamiento crítico para reflexionar sobre sí mismo. Es decir, pensar sobre el pensamiento, lo que permite penetrar en los supuestos que subyacen en el pensamiento individual y colectivo y que, en algún momento, se han coagulado evitando la reflexión crítica de nuestro diario acontecer. Pero no se queda ahí, la racionalidad emancipadora plantea además la autorreflexión con acción social orientada a la creación de nuevas teorías materiales e ideológicas.

Propuesta Pedagógica

Aprender, Pensar, Criticar

El pensamiento de Giroux se desarrollo en base a las pugnas sociales de los años 50’, 60’ y 70’. Lo marcaron las discrepancias e injusticias que sufrían las etnias y minorías estadounidenses. De ahí la gran conciencia social que demuestra Giroux en sus escritos.

Giroux, critica la educación tradicional y las teorías estructuralitas , por considerar que han fracasado en al no ofrecer bases adecuadas para ofrecer una teoría pedagógica radical. Llámese radical la postura critica y emancipadora. Critica al forma de enseñanza, basada en un enfoque acumulativo, que impide el desarrollo del razonamiento que permite entender el mundo y criticarlo, una especie de “discapacitación” de los estudiantes.

En general, critica la cultura estadounidense, basada en tendencias de mercadeo, que fomentan pobres valores democráticos. Critica a los imperios culturales y mediáticos (como es el caso del libro “El Ratoncito Feroz”) , como las causantes de la desaparición del espacio publico de la incapacidad de la juventud de pensar y cuestionarse, y por ende, el empobrecimiento de la población a tempranas edades.

En la construcción de su modelo educativo, Giroux, utiliza la sociología y psicología, pensando en el ser humano y en el contexto en el que se desenvuelve. Asegura que, también en importante el desarrollo político en lo educativo y la relación que tiene el individuo con esta. De igual forma, se desprende la idea de “aprendizaje significativo”, como una forma de entender el mundo y criticarlo.

La pregunta obligada es: cómo producimos una educación significativa, y a la vez, hacerla crítica, para luego transformarla en emancipatoria (Giroux, 1992).

Para desarrollar su discurso, Giroux retoma entre otras cosas, los principios de la escuela de Francfort , la llamada “teoría crítica”, cuya concepción involucra tanto a sus fundamentos teóricos (su cuerpo de pensamiento) como a la crítica de los mismos.

Un punto de partida de la teoría lo constituye la comprensión de las relaciones que existen en la sociedad entre lo particular y el todo, entre lo específico y lo universal; esto es, el principio de totalidad desde la perspectiva marxista.

También, esta lo que se refiere a la noción de autocrítica, aquella que es capaz de entender las tendencias en las explicaciones teóricas, dado que no existe la neutralidad ideológica, y las limitaciones que tales tendencias pueden presentar dentro de ciertos contextos históricos y sociales. Desde esta perspectiva, queda claro que no existe la verdad única, muy por el contrario en las diferentes explicaciones teóricas subyacen valoraciones estrechamente vinculadas a determinados intereses.

Es importante, también, la permanente crítica, la idea de analizar la realidad tomando en cuenta sus posibilidades, es decir, el despliegue de la teoría. Los principios teóricos deben servir de guía en la explicación de la realidad, nunca convertirse en un cascaron en el que se aprisione la realidad.

Experiencias Educativas Originadas en el pensamiento pedagógico

Considerando la postura de Giroux, es un poco difícil explicitar en que lugares y como se ha llevado a cabo su propuesta, ya que, esta aun en desarrollo. Giroux, critica el actual sistema por considerarlo banal, falto de inteligencia, que deja al enseñando con la impresión de que el periodo escolar es solo un paso obligado para acceder a una educación de calidad, sin darse cuenta (y esto es lo peor, porque tampoco de dan cuenta su familia, otro importante gestor de educación) de que es la parte mas importante de su desarrollo personal.

Hace poco ley un articulo en que se hablaba del sistema educativo en uno de los países bajos, donde la carrera de pedagogo era una de las mas importantes (los profesores eran admirados por sus alumnos y por los padres de estos, respetados. Se hacia la comparación con España, donde la carrera de Pedagogo dura apenas 3 años, y la de este país (que no recuerdo cual era) duraba 6. Además que solo el 15% de los que postulaban, eran aceptados como estudiantes de pedagogía). La educación escolar iba de la mano con la familia, gracias a las políticas gubernamentales que permitían y financiaban este sistema. Sin embargo, en los sistemas que critica Giroux (y por que no decirlo, el chileno también) pasa absolutamente lo contrario. La escuela (como Institución), es el lugar donde se manda a los hijos para ser educados, siendo un mero tramite en la vida estudiantil. Además, de las políticas empresariales de los gobiernos actuales, que ven la educación con una forma de crear mano de obra, y no como una forma de hacer crecer su sociedad, con jóvenes capaces de cuestionar y perfeccionar el conocimiento que se les entrega.

En chile la cosa no esta mejor. Si bien, nuestro mercado es más pequeño que el de Estados Unidos, y no hay empresas multinacionales tratando de meternos productos y mensajería barata a las cabezas de nuestros niños, las políticas gubernamentales no distan mucho de las criticadas por Giroux. La televisión tampoco ayuda mucho, haciendo a nuestros niños dependientes de lo que dijo no se quien o lo que paso o pasara en la teleserie de moda o en algún reality.

Esto es lo que critica giroux, este cambio cultural que hace pensar que lo pasado, cuando no había globalización, era mejor que el presente, donde tenemos todos los recursos tecnológicos necesarios para hacer de nuestra sociedad y nuestra escuela, mas conciente de si misma, y de la importancia que tiene y que no se le reconoce.

Conclusiones

Giroux, presenta una teoría que pretende hacer cambiar la visión de los estudiantes y de la gente en general. Trata de sacar lo superficial y menos importante y reemplazarlo por conocimientos que tengan algo de sentido y que hagan pensar, cuestionarse y criticar la sociedad a todo ser humano. Creo que es importante, ya que, se podría decir que parte de la premisa de que el conocimiento es cuestionable, que un no esta acabado, que se puede mejorar, que debe ser criticado constantemente, lo que permite tener una actitud diferente ante la practica educativa.

También, se refiere a la reflexión constante sobre la cotidianeidad, la racionalidad que impera en el contexto social en que nos desenvolvemos, conocer los obstáculos que nos impiden realizar una mejor tarea, que nos haga cambiar nuestra visión y desempeño docente, de solo una “expresión y del lenguaje” (Bruner, 1988), sino de, negociaciones profundas entre los actores de la educación y que transformen esta realidad educativa.

En la medida de que lo anterior se haga patente, podremos considerar que la actividad docente se ha profesionalizado, cuando los profesores dejen de ser un reproductor de ideas, para cambiar a un personaje critico (y que inculque en los alumnos este deseo de criticar) y reflexivo (base para empezar a criticar la sociedad), con la autonomía suficiente para diseñar propuestas educativas, consecuentes con el contexto en el que se desenvuelve y que generen alternativas para mejorar o cambiar la situación actual.

A fin de cuentas, la teoría y el modelo educativo nace del ausentismo de la critica constructiva como forma de educar, enseñar e instruir que existe en la escuela actual. A pesar del desarrollo en que se encuentra, la necesidad de instaurarla es fundamental, si se quiere una sociedad con poder de decisión y consiente de los cambios que se vienen y de lo importante que es cada joven en el desarrollo de cada familia y cada pais.

Fuente de la reseña: http://grandespedagogosdelmundo.blogspot.com/

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Entrevista a Raül V. Rey: “La sociedad consumista también consume literatura y la convierte en un bien de usar y tirar”

Redacción: Rebelión

Considera que la literatura actual le resulta a menudo un tanto anodina, “pues está más centrada en contar una historia para el gran público que en innovar en la Literatura”, pero también es consciente de que muchas veces el público no asume bien estas innovaciones.

Es esta concepción sobre el proceso creativo lo que le atrae de autores como los integrantes de la Generación Beat (Kerouac, Ginsberg, Burroughs), o de Ray Loriga (con obras como Héroes o Tokio ya no nos quiere), o incluso de Lucía Etxebarría y su primera novela, Amor, curiosidad, prozac y dudas. Quienes “trataron de alejarse de lo establecido para crear obras bellas y rompedoras, capaces de reflejar y analizar la sociedad moderna occidental. Y además les acompañó el éxito”.

“Si algo me llevó a escribir Keith Landdon, memorias no autorizadas fue la necesidad de crear un personaje que mostrara su mundo interior sin tabúes”, explica. “Vivimos en un mundo mediático donde creemos que ya hemos sido testigo de todo: no hay más que poner la televisión o consultar Internet para ver matanzas, sexo explícito y otros hechos que han menoscabado nuestra inocencia como espectadores. Sin embargo, no estamos acostumbrados a mirar y tratar de comprender el universo humano en toda su magnitud, sin juzgar al prójimo y tratando de entender sus virtudes y miserias. Eso es lo que hace Keith Landdon, mostrarnos sin medias tintas toda su propia destrucción como primer paso para reconstruirse”.

¿A quién va dirigida entonces la novela? Parece tenerlo claro, el potencial lector es alguien que busca “no solo que le cuenten una historia, sino que se la cuenten de manera diferente y que le remuevan por dentro. Un público joven y de mediana edad, urbano, acostumbrado a la lectura y, quizá, a las series actuales como The Affair o películas valientes y honestas como Carmen y Lola, es decir, gente que sea capaz de resistir una historia de amor poco habitual y transgresora”.

 En tu novela desmontas la almibarada imagen de Hollywood, que todo lo envuelve de glamour, ¿que buscas con ello?

Vivimos en una sociedad cada vez más centrada, enfocada y preocupada por la imagen exterior que transmite. Ahora la vida privada se ha convertido en pública a través de las redes sociales. Proyectar una vida llena de éxito y felicidad parece un fin en sí mismo, como vemos, por ejemplo en la serie de culto Black Mirror, en sus capítulos Caída en picado 15 millones de méritos. Hollywood, hasta la fecha, había sido el mayor estandarte de esa metarrealidad. Quizá ahora está siendo sustituido por las redes sociales, que han democratizado la falacia de una existencia exenta de problemas y preocupaciones. Pero estamos olvidando lo esencial, lo que nos define como seres humanos, la autenticidad.

Mi principal intención era adentrarme en la mente de una persona de alto éxito social para explorarla sin tapujos ni cortapisas, sin estrecheces, sin hipocresías, sin caer en lo políticamente correcto ni en las buenas intenciones. ¿Qué nos queda del ser humano cuando todo es honestidad? ¿Seríamos capaces de seguir admirando a una persona si supiéramos todos sus pensamientos, todas sus miserias, todas aquellas imperfecciones que la hacen profundamente humana? Esas preguntas me impulsaron a escribir esta historia sobre un triunfador que en realidad es tan perdedor como los protagonistas de Charles Bukowski o de Henry Miller.

– Supongo que las recientes denuncias de abusos sexuales y los escándalos sobre los excesos de todo tipo de algunos de sus miembros habrán tenido también influencia a la hora de escribir la novela.

Escribí esta novela hace siete u ocho años, así que el movimiento Me too aún no había aparecido. Sin embargo, la situación de la mujer, de los miembros LGTB+ y de los más desfavorecidos me han preocupado desde que tengo uso de razón. Vivimos en una sociedad insufriblemente consumista: acumulamos objetos sin ton ni son, nos sentimos esclavizados por la publicidad y la imagen de satisfacción con que nos bombardea, adoptamos hábitos automatizados de consumo (como comprar en las rebajas, aunque no necesitemos nada; o renovar nuestro móvil, aunque el nuestro aún funcione perfectamente), permitimos que existan fábricas de trabajo esclavo en la otra parte del mundo para que podamos seguir consumiendo bienes baratos y de pésima calidad… El siguiente paso de esta sociedad que no reflexiona sobre sus actitudes consumistas y las repercusiones que estas tienen sobre otros seres humanos o sobre el medioambiente, no podía ser otro que el de consumir personas.

Keith Landdon vive profundamente insatisfecho, porque ha cumplido con todo lo que la sociedad le había exigido: tiene éxito social, económico y laboral, tiene un físico portentoso y aún es joven. Pero es víctima de una gran sensación de vacío que lo lleva a una ansiedad brutal. La necesidad de huir de esa ansiedad lo conduce al deporte extremo, al alcohol, a la cocaína, a los ansiolíticos, a la prostitución. Consume sin control hasta que empieza a consumir a Josh Crawford por algo que podríamos llamar amor. Ahí sus convicciones se tambalean y encuentra una posible salida a su angustia.

– Tu protagonista, Keith Landdon, tiene que esconder bajo la rígida dictadura de sus productores y su millonaria asignación sus deseos, excesos y aventuras ¿en una situación así, qué grado de libertad tiene, si podemos decirlo así?

Su libertad es mínima, porque no se puede escalar a lo más alto sin transigir con las decisiones que otros toman por él desde las sombras y el anonimato. Él ni siquiera elige sus dientes. Otros deciden cómo debe sonreír, cómo debe moverse, cómo debe peinarse, cómo debe vestirse, qué papeles debe escoger, le gusten o no. La plenitud se nos escapa cuando no somos totalmente libres para escoger nuestro camino, y cuando vivimos subyugados por la tiranía de la imagen pública: en su caso esa tiranía la experimenta desde medios de comunicación que podemos llamar tradicionales (cine, televisión, revistas…). Lo peor de hoy en día es que millones de personas deciden libremente esclavizarse en las redes sociales para transmitir una imagen de sí mismos que quizá dista mucho de la auténtica realidad.

– ¿El dinero lo compra todo? ¿Es ese el mensaje que nos traslada Keith?

El dinero debería ser un medio para lograr un bienestar que nos permita desarrollarnos ampliamente como personas, por ejemplo que nos permita acceder a una educación o una sanidad de calidad, que nos permita viajar y conocer otras culturas, que nos asegure un techo y comida para preservar nuestra salud. Pero en la actualidad el dinero se ha convertido en un fin per se. Grandes multimillonarios empeoran las condiciones salariales de sus empleados para acumular más riqueza aún y lo permitimos; gran parte de la sociedad respeta a Donald Trump porque es rico y lo votamos; aceptamos el comportamiento desmedido de muchas celebridades y las respetamos porque tienen dinero: ¿qué aportan a nuestra sociedad las Kardashian, muchas estrellas del deporte, los concursantes de Gran Hermano y de otros tantos reality shows…? Todos tenemos cabida, pero parece que algunas personas son relevantes por el único mérito de obtener dinero (y despilfarrarlo) de una forma fácil y simplona, no como resultado de una profesión y de un esfuerzo.

El verdadero mensaje de Keith Landdon, memorias no autorizadas es que somos libres para escoger. Quizá tendremos que renunciar a muchas cosas altamente valoradas por la sociedad, como la fama o la riqueza, pero seremos más plenos y felices.

– Llama la atención en algunos pasajes de la novela las descripciones sobre cuestiones técnicas del cine o apuntes en situaciones de carácter profesional ¿de dónde te vienen esos conocimientos?

Estoy licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas. Ahí estudié cine, televisión, radio y prensa, y tuve la suerte de que me diera clases Mirito Torreiro, un gran crítico de cine que aumentó aún más mi pasión por este arte. Además he tomado clases de interpretación con Josep Costa y he aprendido muchísimo de compañeros míos de teatro, como de Asunción Peña o mis compañeros del grupo Kaddish y de mi grupo actual, Autoscopia teatro. La interpretación siempre me ha parecido fascinante. La primera vez que me subí a un escenario tenía catorce años. Y he escrito varias obras teatrales. Además colaboro con www.andaluciaaldia.com como crítico teatral.

– A pesar de la crudeza de algunos fragmentos, y de ese perfil ‘amoral’ y tan poco empático de Keith, el desarrollo de la trama no resulta forzado y es creible y fácil de seguir una vez inmersos en ella ¿te resultó difícil construir unos personajes de estas características? ¿qué referencias usaste?

A mí siempre me resulta complicado construir los personajes. Me adentro en ellos como mucho tiento, con mucho cuidado, con mucho respeto. Cuando empiezo a escribir solo conozco el principio y el final de la historia, lo demás lo voy descubriendo al mismo tiempo que lo hacen los propios personajes. Tampoco sé cómo son exactamente esos personajes, sino que los escucho y los veo actuar. Trato de no juzgarlos, de dejarles libertad para decir lo que quieran y decidir lo que quieran. Me siento como una antena de radio, que capta señales y las pone sobre el papel, pero tengo la sensación de que intervengo poco.

Esta novela la escribí con poco más de treinta años. Puedo decir que es una novela de juventud, una especie de grito rebelde. En aquella época leía mucho a la generación Beat, que me fascina: Jack Kerouac, Allen Ginsberg, William S. Burroughs, también, como he dicho antes, Charles Bukowski (aunque no siempre lo encasillan en esta generación) y Henry Miller con su Trópico de cáncer El guardián entre el centeno, de J. D. Salinger. Pero otros autores españoles también me han inspirado: Ray Loriga, especialmente con Tokio ya no nos quiere (Landdon sufre un percance en esta misma ciudad); Amor, curiosidad, prozac y dudas, de Lucía Etxebarría; o poetas como Jaime Gil de Biedma, tan transgresor.

– Hace poco leí un artículo de un escritor con varios libros publicados, por tanto supongo que conocedor de la mercado editorial, en el que equiparaba empezar desde cero una novela con la vista puesta en las modas literarias que mejor se venden, o hacerlo teniendo en cuenta únicamente las inclinaciones y preferencia del autor. ¿Cómo entiendes el proceso creativo en una situación tan hipermercantilizada como la actual? ¿Valen igual unas novelas y las otras, son todas ‘literatura’?

Como he dicho antes, el dinero parece hoy en día un fin en sí mismo. Internet ha democratizado el acceso a la literatura, lo cual a priori está muy bien, porque ha permitido que cualquier persona pueda leer y pueda escribir. Lo malo es que ahora se publica indiscriminadamente. Antes los editores eran un filtro fiable, apostaban por autores por su calidad literaria. Así surgieron escritores como Vargas Llosa, a quien apoyó Carme Balcells después de haber publicado sin éxito una primera novela; o Roberto Bolaño, quien tuvo muchas más dificultades para publicar, pero que acabó contando con el respaldo de editores que creían en su trabajo. Actualmente cualquier persona autoedita un libro y lo vende por Internet. Ya digo que es muy positivo, porque tenemos más posibilidades para elegir, pero es mucho más difícil discernir lo bueno de lo que no lo es. La capacidad de crítica ha decaído. Escucho a muchos lectores que solo buscan una historia entretenida, no la calidad literaria. Me pregunto si escritores como Carpentier disfrutarían de reconocimiento si empezaran a publicar ahora. La vanidad nos lleva a juzgar una obra solamente por el éxito de ventas que tiene. La sociedad consumista de la que hablaba anteriormente también consume literatura y la convierte en un bien de usar y tirar.

Personalmente he dejado de preocuparme en exceso por la repercusión de mi literatura. Soy consciente de lo difícil de la situación en el mercado actual y no me interesa escribir una saga para adolescentes o una novela de aventuras donde lo único interesante sea la trama. La verdadera satisfacción es disfrutar con aquello que haces. Y yo me lo paso muy bien escribiendo mis libros.

Gracias

Keith Landdon, memorias no autorizadas

Raül V. Rey

Edición 1.0. septiembre 2018

Prólogo de Patricia Terino

ISBN ebook: 978-84-09-05176-2

epub: 642 Kb.

mobi: 767 Kb.

pdf: 199 pág.

Página del libro: https://www.dyskolo.cc/cat%C3%A1logo/lib046/

Fuente:  http://www.rebelion.org/noticia.php?id=247719&titular=%93la-sociedad-consumista-tambi%E9n-consume-literatura-y-la-convierte-en-un-bien-de-usar-y-

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