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El TCU-669 de la Universidad de Costa Rica Sede Occidente organiza conversatorio en el marco de la educación inclusiva

América Central/Costa Rica/22-11-2020/Autor(a) y Fuente: OVE/TCU-669 UCR

«El TCU-669 Atención a la Diversidad en el Marco de la Educación Inclusiva de la Sede de Occidente de la Universidad de Costa Rica, con el propósito de preparar estudiantes de distintas carreras para lograr transformas las comunidades en las que se irán a desenvolver profesionalmente.

Para así lograr transformar nuestra sociedad y fortalecer los procesos de educación inclusiva además de eliminar las barreras que se han generado en el proceso de aprendizajes y la participación hacía las personas en condición de discapacidad».

Llevó a cabo el pasado jueves 19 de noviembre de 2020 un conversatorio titulado «La Educación Inclusiva: crisis, pandemia y exclusión», el cual, estuvo a cargo de nuestro compañero Luis Miguel Alvarado Dorry.

Fuente del Video: https://www.youtube.com/watch?v=DoD4BobZgfc&t=4500s

Fuente de la Imagen: TCU-669 UCR

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Las hijas perdidas de la India

Reseñas/Asia/India/Noviembre 2020/elpais.com

Durante los últimos 30 años, millones de niñas se han esfumado sin dejar rastro o han muerto bajo la sospecha de haber sido arrancadas del vientre antes de nacer, asesinadas, vendidas, abandonadas, o hechas desaparecer por sus propios padres. El precio de criarlas convirtió su vida en algo inviable

Nadie sabe dónde están las niñas que faltan en la aldea de Mahima, excepto la propia Mahima. La última vez que vio a una de ellas, a la suya, salía de su vientre como el aborto de una hija no querida.

De las demás, nadie sabe.

Faltan niñas en esta remota aldea del Estado de Rajastán, y en el pueblo vecino, y en toda la India, pero nadie las busca. No las conocen. La mayoría están muertas o no han nacido.

Durante las últimas tres décadas, millones de niñas se han esfumado sin dejar rastro o han muerto antes de cumplir los seis años bajo la sospecha de haber sido arrancadas del vientre antes de nacer, asesinadas, vendidas, abandonadas, o hechas desaparecer por sus propios padres.

El precio de criarlas ha convertido su vida en algo inviable.

Asesinato selectivo

Sentada en su despacho, en el exclusivo barrio de Lodhi Estate de Nueva Delhi, una funcionaria de Naciones Unidas dibuja un diagrama con los sectores de la sociedad involucrados en las desapariciones. “Si te fijas, esta línea pasa por las familias de esas chicas, el Gobierno, la policía, los hospitales, la economía. Todos están en esto y a nadie le importa”, dice mientras conecta estos nombres trazando un círculo sin salida.

A finales de los años ochenta, unos informes sobre muertes de recién nacidas, con el cuello partido a las pocas horas de nacer, con leche envenenada o asfixiadas con sábanas empapadas, revelaron que se estaba llevando a cabo un asesinato selectivo de niñas en la India. En 1991, el censo nacional disparó las alarmas. Los datos oficiales mostraron que había 927 mujeres por cada 1.000 hombres, cuando la media mundial es de 952 por cada 1.000.

Con el paso de los años, las brutales muertes parecieron desaparecer gracias a programas de vigilancia sobre las embarazadas hasta el parto, o cunas instaladas en los hospitales para que los padres dejaran a las bebés sin tener que aportar detalles. “Si su bebé es una molestia, déjelo aquí”, se leía en algunos centros. Los casos de bebés asesinadas disminuyeron, pero la población de mujeres siguió cayendo: la llegada de las ecografías a la India había dado inicio a un nuevo sistema de selección de sexo.

Crímenes contra mujeres en India por número de víctimas
Crímenes contra mujeres en India por número de víctimasMIGUEL MULAS (EFE) / EFE

El censo de 1991 mostró que había 4,2 millones menos de niñas que de niños con edades comprendidas entre los 0 y 6 años. La situación empeoró en el censo de 2001, que elevó la diferencia a seis millones. En el último, realizado en 2011, el desequilibrio alcanzó los 7,1 millones, según señala el Centro de Investigación Global para la Salud (CGHR) en un estudio publicado por The Lancet. El Ministerio de Interior indio también publicó en junio el registro de nacimiento 2016-2018, el estudio más preciso de ratio de sexo en el país hasta que se publique el censo de 2021, y los datos calculados con base en muestras de todo el país no son alentadores: nacen 897 niñas por cada 1.000 varones.

La selección de niñas se ha propagado por casi todo el país. En julio de 2019, los registros de nacimiento en 132 aldeas del distrito de Uttarkashi, a unos 300 kilómetros al norte de Nueva Delhi, dejaron a la vista la efectividad de la matanza: de los 216 bebés nacidos en tres meses, todos eran varones.

Sangre de mi sangre

Lo que mató a la hija de Mahima fue una mezcla de mifepristone y misprostol, dos medicamentos disponibles en el mercado. Uno es conocido como “la píldora del día después” y el otro es un tratamiento para las úlceras gástricas.

“Era una hembra, y yo quería un varón”, dice Mahima protegida por la privacidad que le da su choza de barro. Morena y enjuta de carnes, la mujer de 26 años tiene los dedos ensangrentados por los piojos de su hijo que se van quedando pegados entre las manos. No se arrepiente de lo sucedido. En un rincón de la casa de una única habitación, en la que no entra la luz, están sus dos hijas mayores, de ocho y 10 años. La escuchan hablar sin saber que el motivo por el que están vivas es porque nacieron primero.

Proporción de hombres y mujeres al nacer por territorio en India
Proporción de hombres y mujeres al nacer por territorio en IndiaMIGUEL MULAS (EFE) / EFE

Mahima está convencida de que el sexo de los bebés lo determina un patrón con el que fue configurado el aparato reproductivo de cada mujer, y en su caso comprobó que “los niños nacen después de tener dos niñas”. Por eso abortó el que sería su cuarto hijo, convencida de que era una mujer.

Aunque el uso del ultrasonido está permitido para examinar la evolución de los fetos, la Ley de Técnicas de Diagnóstico de Preconcepción y Prenatal de 1994 prohíbe revelar el sexo del feto a las familias o solicitar ese servicio, con penas que van de los tres a los cinco años de cárcel en caso de reincidencia. Pero la ley propició un nuevo nicho clandestino: médicos o profesionales con experiencia para utilizar los ultrasonidos comenzaron a cobrar bajo la mesa sumas de hasta 300 dólares a cambio de hacer una señal, un gesto, o poner una marca diminuta al borde de la receta para revelar el sexo a los padres.

Mahima tuvo que recorrer 10 kilómetros a pie y subir luego al remolque de un tractor para llegar hasta el hospital público de la ciudad. “¿Por qué quieres hacer esto?”, preguntó el doctor cuando entró a la consulta pidiendo un aborto. “Porque no queremos tener niñas”, respondió la mujer, que jura que el médico no la examinó para corroborar si su bebé era una niña. A cambio de 600 rupias, o unos 8 dólares, le dio la receta con la que le entregaron las medicinas para abortar. No obstante, el médico le propuso continuar con el embarazo y entregar la niña al hospital cuando naciera, pero el futuro de su hija era algo que no quería dejar en manos de nadie. Las noticias de albergues que prostituyen, venden, o esclavizan a las chicas era una idea que torturaba a Mahima más que la propia muerte. “¿Pero cómo iba a entregar a mi hija? Me negué, les dije que no podía abandonarla. Es sangre de mi sangre”, recuerda.

En el nombre del padre

Si hubiera que marcar las casas en las que al menos una niña desapareció, habría que señalar también la de Amisha, la esposa de un campesino con dos bueyes y media docena de cabras, distinguido por todos en el pueblo por su relativa holgura económica. A ella se la ve tres veces al día fuera de casa, cuando lleva a pastar a las cabras, o cuando sale a recoger agua de la bomba manual instalada en medio del campo. Su cuello estirado se mueve con el impulso con el que ondean los 30 litros que lleva sobre su cabeza.

Después de cargar los dos últimos cántaros para fregar los platos de la cena, se habrá ganado el derecho a hacer cuanto quiera, que con frecuencia no es más que desenredar el cabello de su hijo. La melena larga y casi dorada de su hijo Ajay es una promesa que hizo a los dioses si su familia era bendecida con un varón, un delfín para el legado de esta familia que pueda alumbrar el camino de la muerte a su padre. En el hinduismo, el hijo varón, o el marido en el caso de la muerte de una mujer, son necesarios en el rito de cremación para alcanzar la redención.

Para Amisha, tener al menos un varón era la única manera de asegurar el linaje de su marido y la salvación de su alma

La responsabilidad de Amisha con la descendencia de su familia es mucho mayor que la de Mahima. Al estar casada con el hijo único de una familia de granjeros, tener al menos un varón era la única manera de asegurar el linaje de su marido y la salvación de su alma. La esposa de este campesino tuvo dos varones, con tres niñas intercaladas. Solo las dos primeras nacieron. La última se quedó entre un trapo viejo que contuvo la sangre del aborto provocado por la misma mezcla de mifepristone y misprostol que consiguió Mahima. “Sí, lo hice”, contesta con una media sonrisa cuando le preguntan si se deshizo de ella. Su marido cerró el trato con el doctor para que le diera los medicamentos a cambio de 14 dólares por cada mes de embarazo. Estaba embarazada de tres meses.

Si una esposa no es capaz de proporcionar hijos varones “tiene que abandonar la casa”, regresar con sus padres, y así el esposo podrá casarse de nuevo e intentar continuar la descendencia, explica Amisha para referirse a una norma no escrita a la que llama “la presión del matrimonio”. Mientras que las hijas dejan el hogar para ir a vivir con sus maridos, los varones están destinados a quedarse en casa con su esposa e hijos, cuidar de sus padres y los bienes familiares. Tener solo niñas significaría la extinción de la familia.

El precio de las hijas

Varias mujeres adultas en Uttar Pradesh, India. Los matrimonios concertados y a la fuerza son una práctica habitual en este país. Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa.
Varias mujeres adultas en Uttar Pradesh, India. Los matrimonios concertados y a la fuerza son una práctica habitual en este país. Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa.ASHISH ARORA (EFE)

“Criar a una hija es regar el huerto del vecino”, dicta un popular refrán indio que apunta directo al sistema de la dote, el pago que los padres hacen por el matrimonio de sus hijas. Irónicamente, las mujeres son las depositarias del honor familiar y la dote es una muestra del estatus social que permite a los padres escoger entre los mejores pretendientes y hogares a los que pasarán a pertenecer sus hijas. La dote es una de las principales razones por las que las niñas son vistas como una carga, como una futura deuda.

“Yo reúno la mitad, y el resto lo pedimos prestado a nuestros familiares. Cuando otra mujer de la familia se case, tendré que dar dinero para pagar lo que me dieron”, detalla Mahima para explicar un sistema prohibido y penado por ley desde 1961, pero que supone una práctica corriente.

No hay un monto estipulado, dependerá del estatus familiar. En poblados pobres la puja puede empezar en los 1.500 dólares en forma de ganado, joyas, propiedades o tierra. El pago incompleto de la dote, y las presiones por más dinero por parte de la familia del novio, abren en ocasiones otra puerta a la muerte.

El informe más reciente de la Oficina Nacional de Registros Criminales (NCRB), que recoge datos de 2018, reveló que 7.277 mujeres fueron asesinadas por asuntos relacionados con la dote, lo que representa el 94% de los 7.747 asesinatos de mujeres registrados ese año en la India. “Claro que hay que pagar la dote, si no qué hombre va a aceptar casarse con una hija”, razona una anciana que ha quedado sola después de entregar a su única hija.

La culpa, del agua

Una anciana sonríe. Uttar Pradesh, India. Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa.
Una anciana sonríe. Uttar Pradesh, India. Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa.ASHISH ARORA (EFE)

“La culpa es del agua”, dice otra anciana de la aldea, que sabe que las niñas tienen más probabilidades de morir si la tierra no es fértil. Con la falta de lluvia, las familias quedan a merced de bombas hidráulicas que apenas cubren necesidades elementales, mientras esperan la llegada del monzón que una vez al año cubre los campos de verde.

El resto del año, los hombres dejan el pueblo para buscar trabajo en la ciudad o como jornaleros en áreas con sistema de regadío. Aldeas como esta quedan habitadas solo por mujeres a las que se les tiene prohibido ir a trabajar por temor a que sean raptadas o que huyan en busca de un futuro mejor. “Si tuviéramos al menos un pozo de agua, las mujeres podrían trabajar en casa cultivando vegetales, y los padres no tendrían ningún problema en tener más hijas”, argumenta Biju, el suegro de Mahima. A Biju le falta una pierna que le amputaron por una gangrena. No trabaja, pero tiene cinco hijos varones que, como dicta la costumbre, cuidarán de él hasta su muerte.

A diferencia de lo que sucede en esta aldea, las tierras fértiles permiten una vida lo suficientemente próspera como para tener hijas. Muchos distritos han visto llegar esa prosperidad en la última década gracias a los sistemas de riego financiados por el Gobierno. Pero lo que parecía una solución, ha agravado el problema. Los hijos de tierras verdes comenzaron a exigir dotes más altas para aceptar propuestas matrimoniales que vinieran de las zonas áridas, haciéndolo cada vez más difícil para las mujeres, explica la autora de Haciendo desaparecer a las hijas, Gita Aravamudan, que ha seguido durante años las pistas que llevan al feminicidio.

Quién controla el exterminio

Una niña de Uttar Pradesh, India. Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa.
Una niña de Uttar Pradesh, India. Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa. ASHISH ARORA (EFE)

En 1984, el investigador Sabu George se dio cuenta de que faltaban niñas. Llevaba varios años estudiando en el sur de la India los problemas de nutrición en la infancia y llegó a la conclusión de que las estaban matando con abortos masivos, o justo al nacer, o más tarde, privándolas de alimento. Desde entonces ha dedicado su vida a destapar este exterminio. Durante los primeros años siguió el embarazo de más de mil mujeres en el Estado de Haryana, la región con la peor ratio de sexo de toda la India, donde descubrió un proceso de selección que se gestaba en cada vivienda.

“Históricamente la discriminación de las niñas en la India se debió a la negligencia intencional en el parto, o a que las niñas recibían menos leche, menos alimentos de buena calidad, menos cuidados, menos atención médica. Pero lo que hemos visto en los últimos 20 años es la eliminación en la etapa del feto”, explica.

Regresamos con George a Haryana. Allí intenta conversar con las familias de uno de los distritos con mayor escasez de mujeres, donde niegan de manera rotunda la práctica. George, pragmático, apunta a los médicos y a las ecografías como la causa del problema, lo que es aún más grave, a su juicio, que el hecho de que una niña no sea deseada. Si una madre da a luz sin saber el sexo, “la niña recibe al menos la oportunidad de nacer, y por su capacidad de supervivencia tendrá otra oportunidad”. Si la eliminas en la etapa fetal no hay oportunidad ni resistencia, subraya. Esto descubrió a algunos médicos que “determinar el sexo de una niña y eliminarla era una mina de oro”.

El secretario general de la Asociación de Radiología de la India, Rajeev Singh, aborda el tema sin tapujos y asegura que el país ha diseñado un sistema para culpar a la persona equivocada. El problema, asegura, es que “todos, incluido el Gobierno, dicen que se están ocupando del problema, pero en realidad no quieren y no llegan a la base del problema”. “La pregunta es: ¿quiénes son estos médicos detrás de la selección de niñas?”, al tiempo que recuerda que al mismo tiempo que se prohibió revelar el sexo en los ultrasonidos, el Gobierno permitió a los ginecólogos practicar ecografías. Así que “a un ginecólogo se le da el poder de hacer ultrasonido, y también tiene la capacidad legal de practicar abortos. Todo se vuelve muy fácil”, lamenta. El Gobierno indio ha declinado la invitación de Efe para hablar de esta situación.

Un país sin mujeres

En sociedades como la india, la desproporción en el número de mujeres plantea un futuro incierto. Tiene consecuencias a largo plazo, “conduce a más violencia sistemática contra ellas” y, entre otros aspectos, a una mayor competencia para encontrar pareja, explica la socióloga e investigadora Katharina Poggendorf-Kakar.

La autora de Mujeres en la India, que dedica un capítulo a “las niñas perdidas”, cita como ejemplo su tráfico hacia otras regiones para ser vendidas. Según esta investigadora de origen alemán, radicada en la India, “las esposas compradas a veces se comparten con otros miembros masculinos de la familia del esposo”, lo que agrava la violencia hacia unas mujeres que están lejos de su hogar y dependen exclusivamente de su “familia política”.

A ello se suma su explotación como esclavas sexuales. “Se les llama novias esclavas. Los zaminders (propietarios de tierras) generalmente las casan con uno de sus trabajadores, pero también son explotadas sexualmente por el propietario de la tierra”. Así, insiste la socióloga, aunque la muerte de muchas mujeres comienza en el vientre materno, el riesgo de que las hagan “desaparecer” les persigue hasta su vejez. Es una “negligencia sistemática” contra ellas.

Tráfico de novias

Secuestros en India con el objetivo de forzar un matrimonio.
Secuestros en India con el objetivo de forzar un matrimonio.MIGUEL MULAS (EFE) / EFE

Cuando se publicaron los datos del censo nacional de 2001, Hasina iba de camino a Haryana, un Estado agrícola al norte de Nueva Delhi con la peor ratio de sexo de todo el país: 861 mujeres por cada 1.000 hombres. Su llegada y la de otras muchas niñas fue una consecuencia directa de estos números. Todas viajaron para suplir la falta de mujeres, para convertirse en esposas. Todas eran de Estados pobres como Bihar, Assam o Bengala. Hasina se refiere a ellas como “las hermanas traficadas”. Ante la falta de mujeres, las familias comenzaron a pagar a quien pudiera traer alguna. La necesidad abrió un nuevo mercado: el tráfico de novias.

Según el último informe de la Oficina Nacional de Registros Criminales, al menos 34.923 mujeres fueron secuestradas en 2018 para ser casadas a la fuerza, más de 95 al día. Hasina le costó a su marido 12.000 rupias, unos 170 dólares.

“Te compré. Te compré de la misma manera que habría comprado un búfalo”, le grita su marido en cada pelea para recordarle que no es más que una paro, una molki, lo que se puede traducir libremente del dialecto regional haryanvi como “una mujer comprada”. Paro fue la primera palabra que aprendió del haryanvi.

Es bueno comprar una novia si un hombre la necesita. Si no fuera así ¿qué habría sido de mí?

BASANTI, MUJER BANGLADESÍ

Su marido no había sido el primer comprador. Llegó a Nueva Delhi con 12 años de la mano de un “intermediario”, un hombre que la convenció de que la llevaría a la capital de paseo y que sus padres le habían dado permiso. “Cuando me di cuenta ya estábamos en Delhi”, recuerda la mujer de 32 años. La puerta está abierta y nadie la detiene, pero para ella ya no hay vuelta atrás. No se puede rescatar a una paro, dice. De hecho, su padre la encontró hace 15 años, pero como ya estaba casada, regresar a su hogar supondría un deshonor para la familia.

“Es bueno comprar una novia si un hombre la necesita. Si no fuera así ¿qué habría sido de mí?”, explica otra mujer, la bangladesí Basanti, a la que compraron hace más de 20 años para cuidar a un anciano enfermo en Haryana. A ella la secuestró una amiga de la familia que acostumbraba a visitarles para ver la televisión. La vendió por 6.000 rupias, unos 84 dólares. Esto le salvó la vida, dice. En aquel momento había enviudado y tenía cinco meses de embarazo, un estado que podía haberla condenado a vivir en la miseria.

La superviviente

Sita se recupera en un hospital de Uttar Pradesh (India). Ella es un bebé que sobrevivió tres días enterrada viva en una tinaja a un metro de profundidad. Cuando la encontraron pesaba poco más de un kilo.  Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa.
Sita se recupera en un hospital de Uttar Pradesh (India). Ella es un bebé que sobrevivió tres días enterrada viva en una tinaja a un metro de profundidad. Cuando la encontraron pesaba poco más de un kilo. Pincha en la imagen para ver la fotogalería completa. INDIRA GUERRERO (EFE) / EFE

En el principal crematorio de Bareilly, en el Estado norteño de Uttar Pradesh, eran las seis de la tarde cuando se escuchó un llanto que salía de la tierra. A esa hora ya se habían ido los trabajadores y Babu Ram, el vigilante, pidió a un vecino de la zona, Aakash Kumar, que cavara una tumba para que un matrimonio pudiera enterrar a su bebé, nacida muerta. “Estaba cavando cuando la pala tocó una vasija de barro y entonces comenzamos a oír el llanto”, dice el improvisado enterrador, de 17 años, junto a la pequeña fosa todavía abierta.

El joven se asustó, pensó que eran los espíritus del crematorio que no lograban conseguir el descanso. El matrimonio miró el cadáver de su hija en brazos, pero no, el llanto venía de la tierra, de una vasija de barro tan pequeña que cabía en una bolsa de la compra. “Cuando sacó la pala y arrastró hacia afuera la bolsa con la vasija, el llanto volvió a empezar y el chico escapó corriendo”, recuerda el guarda. “Era una bebé”, explica el vigilante, que abrió la vasija y encontró a una niña que apenas superaba los 1.200 gramos.

Los crímenes contra niños pasan con cierta frecuencia, admite un jefe policial que no quiso revelar su nombre. “Apenas hace una semana encontramos un bebé muerto dentro de un inodoro”. La policía ha acudido varias veces al terraplén detrás de las pilas de cremación donde la bebé fue encontrada. El lugar es fácil de reconocer porque los trozos de la vasija continúan allí.

“Mientras no sepamos quién es la madre, será difícil saber por qué alguien hizo esto”, dice uno de los agentes. “Yo creo que fue enterrada viva porque es niña”, dice Aakash, que no precisa de una investigación policial. Tras dos semanas en el hospital, las enfermeras han comenzado a llamarla “bebé Sita”, como la abnegada esposa del dios Rama, una de las principales figuras femeninas dentro del hinduismo.

Un, dos, tres, cuatro, cinco, repite hasta en cuatro ocasiones el doctor Ravi Khanna para contar las veces que unta y frota el antibacterial con el que esteriliza sus manos antes de levantar el plástico que cubre la incubadora de Sita. “Es una luchadora. Estuvo bajo tierra entre dos días y medio y tres días”, dice el pediatra. La bebé pudo sobrevivir a casi un metro de profundidad porque en la vasija quedó acumulado oxígeno y permaneció en un estado de semihibernación, “como un oso”. El “milagro” fue que viviera sin agua.

El doctor descarta la selección de varones y asegura, mientras repasa una veintena de incubadoras, que allí “hay niños de ambos sexos”. “Aunque, espera”, dice. “Bueno en este momento, sí, Sita es la única niña”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/planeta-futuro/2020-11-12/las-hijas-perdidas-de-india.html

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Aproximación de la zona actual y la zona de desarrollo potencial

Por: Wendy Alejandra Santiago Martínez.

Introducción

Vygotsky (1896) fue represéntate de la teoría sociocultural. En los últimos años de vida Vygotsky da a conocer dentro de una de sus obras el concepto de ZDP propVygotskyone diferenciar dos etapas del desarrollo en el niño: la zona de desarrollo actual y la zona de desarrollo potencial el cual está vinculado con su teoría sociocultural. El presente trabajo como el hombre se forma para comprender mejor los conceptos, posteriormente se explican la definición de ambas zonas, su relación y la importancia de estas zonas en el ámbito educativo así también se presentan algunos ejemplos de actividades para poder comprender como Vygotsky consideraba las zonas, pero ya mediante ejemplos concretos

Palabras clave: zona de desarrollo actual, zona de desarrollo próximo, estudiante, compartencia, interacciones sociales y posibilidad.

Abstract

Vygotsky (1896) was a representative of sociocultural theory. In the last years of life, Vygotsky makes known in one of his works the concept of ZPD proposes to differentiate two stages of development in the child: the current development zone and the potential development zone, which is linked to his sociocultural theory. The present work how man is formed to better understand the concepts, later the definition of both zones, their relationship and the importance of these zones in the educational field are explained, as well as some examples of activities to be able to understand how Vygotsky considered the areas, but already through concrete examples

Keywords: zone of current development, zone of proximal development, student, compartment, social interactions and possibility.

Desarrollo

Vygotsky nació el nació en 1896 en Bielorrusia, localidad de Orsha, en los tiempos pos-revolucionarios contrajo la tuberculosis que erosionó su vida, llevándolo a una precoz muerte en Moscú a los 37 años. (Blanck,1984; 1993). Sin embargo, durante su corta vida Vygotsky realizó distintas obras, investigaciones, aportes. Una de sus publicaciones que realizo en el año 1978 titulado Mind in Society que consiste en un re-descubrimiento al campo psicológico sirvió para dar a conocer a los educadores el concepto de la Zona de Desarrollo Próximo.

En el campo educativo el concepto propuesto por Vygotsky ha sido muy utilizado en contextos educativos (Hernandez, 1999). Dicho concepto que pertenece a la teoría sociocultural desarrollada por Vygotsky.

Para comprender por qué el concepto de zona de desarrollo próximo forma parte de esta corriente sociocultural es necesario explicar la relación entre la cultura y el hombre

Se tiene la creencia errónea que el conjunto aptitudes y propiedades que forman al hombre se transmiten bajo la acción de las leyes de la herencia que se transmiten de generación en generación. Sin embargo, en la lectura del “Hombre y la cultura” escrita por Alexei Leontie explica que estas aptitudes, características y propiedades que son parte del ser humano, el autor nos comparte que el ser humano es un ser social, es decir que a través de la relación interpersonal el ser humano se va formando y adquiriendo nuevos aprendizajes (Leontiev, 2013).

 Y esta relación social que creamos a lo largo de nuestra formación académica, familiar y las diversas relaciones que vamos formando son la base fundamental desarrollo del ser humano y no solamente eso, sino que mediante esta relación se va construyendo el aprendizaje. Leontiev y Vygotsky coinciden en que el ser humanos se forma mediante sus relaciones sociales.

Estas relaciones sociales para Vygotsky tienen una gran importancia en el aprendizaje. Para lo cual Vygotsky propuso diferenciar dos niveles de desarrollo en el niño; la zona de desarrollo actual (ZDA) y la zona de desarrollo próximo (ZDP)

Es importante recalcar que se debe de tomar en cuenta la zona actual de desarrollo en la que se encuentra la persona en este caso el estudiante/niño antes de la pasar a la zona de desarrollo potencial ya que esta zona consiste en dar un escalón más alto en el que la persona se encuentre tomando en cuenta sus conocimientos previos. Para ello es necesario explicar en la definición de cada una de estas zonas y posteriormente explicar la relación e importancia que tienen ambos pues dichas zonas deben de ir de la mano para que se construya un nuevo conocimiento o aprendizaje.

La zona actual de desarrollo se puede definir como aquella que: “Determina nuestra capacidad de aprender sin ayuda de los demás” (Ledesma, 2013, pp 43). Así también en esta zona forman parte las habilidades, conocimientos con los que el niño/a o estudiante ya cuenta y sabe realizar de forma individual. Es decir, los conocimientos que y aprendizajes que ya son propios de la persona.

El concepto de la zona de desarrollo próximo: “abarca aquellos aspectos que son más modificables y nos permiten crecer más con la ayuda de mediadores” (Ledesma, 2013, pp 43).  Consiste en la distancia que hay entre lo que el niño no puede hacer solo, pero si puede lograrlo con ayuda y apoyo de otra persona para que el día de mañana él ya pueda realizarlo de manera individual la actividad.

En este concepto tiene gran importancia la parte social que los autores Vygotsky y Leontie hacen referencia ya que el ser humano se va formando a partir de la parte social, es por ello que los seres humanos somos un ser BIOSOCIAL. Ya que estamos formados bilógicamente y socialmente. En la zona de desarrollo potencial la parte social que es la ayuda que se requiere de otro para poder lograr algún aprendizaje o adquirir nuevo un conocimiento.

Dicha zona es un espacio compartido, es un espacio de interacciones humanas o un espacio de intercambio de conocimientos. Mediante esta compartencia los individuos comparten saberes, ya que hay saberes que la persona sabe y la otra carece de ellos, es así como los conocimientos se crean y no solamente se crean, sino que también entre mayor es el intercambio de saberes el aprendizaje en ambas personas aumenta.

Las zonas permiten diagnosticar acerca de cuál es ya la apropiación del estudiante cuál no es la apropiación del él o ella para así poder aumentar conocimientos y crear nuevos esquemas y no dejar al estudiante en la misma zona pues no se estría logrando el objetivo de la enseñanza.

La relación que existe entre la zona actual y la zona potencial es que ambas van de la mano en proceso de enseñanza aprendizaje, ya que la zona actual de desarrollo nos brinda información y bases sobre el conocimiento con el que el estudiante ya cuenta, la zona de desarrollo actual nos indica lo que el estudiante ya puede hacer, lo que conoce y lo que sabe para tomar en cuenta esto y poder planificar como se va a actuar para poder guiar al niño a su próximo aprendizaje el cual será su zona de desarrollo próximo.

 Es importante decir que dicho proceso de aprendizaje entre ambas zonas son un ciclo ya que como se menciona Zaldívar & Bispo en su artículo de: Algunas consideraciones sobre el concepto de la zona de desarrollo potencial. “El niño tiene tantas zonas de desarrollo próximo como la diversidad de actividades que debe enfrentar” (Zaldívar & Bispo, 2007).

Es decir que el niño al pasar de su zona actual a la zona de desarrollo potencial cuando lo que no podía hacer solo ya lo haya logrado sin ayuda ha cumplido con un aprendizaje más, sin embargo, el regresará a la zona actual para realizar el proceso de nuevo pero esta vez para aprender algo distinto y así sucesivamente logra el objetivo y vuelve a iniciar.

Dichas zonas forman parte de una posibilidad. Para poder comprender porque la zona es una posibilidad debemos antes hacer una aclaración entre lo real y lo posible. Lo real en pocas palabras es todo aquello que ya es y la posibilidad es aquello que puede ser, pero aún no lo es.

La enseñanza es un proceso de posibilidad que pasa a lo real, y el encargado de que la enseñanza deje que la enseñanza deje de ser solo una posibilidad es el maestro pues él es el encargado de hacer que la enseñanza del estudiante deje de ser una posibilidad a ser algo real.

Ahora bien, la posibilidad se divide en dos en posibilidad abstracta y la posibilidad concreta; la posibilidad abstracta es esta lejos de lo concreto mientras que la posibilidad concreta es cuando ya están todas las posibilidades para que algo se lleve a cabo.

Para poder comprender mejor y encontrar la relación de la posibilidad con las zonas. Pongamos en primer lugar a la imposibilidad, después ubicamos la posibilidad abstracta y a continuación la posibilidad concreta y como último momento se encuentra lo real. Es decir, la posibilidad es un proceso que va de lo imposible a lo real.

Dicho proceso que podemos notarlo cuando se pasa de la zona actual del desarrollo a la zona próxima de desarrollo. En donde la ZAD define lo real y la ZDP define a lo posible, pues es aquello que se pudiera aprender, pero para que esto ocurra es decir se vuelva una realidad el maestro debe de actuar, fungiendo como ayuda en el proceso de enseñanza aprendizaje

Entonces llegamos en donde podemos decir que le labor del maestro al planificar sus sesiones de clase es aquello que va ayudar para desarrollar habilidades para hacer lo posible imposible.

Para la mejor comprensión de dicho proceso que se lleva a cabo en ambas zonas A continuación, se presenta una serie de actividades con el fin de ejemplificar el funcionamiento de la ZAD y la ZDP.

  • Primera actividad

consiste en que el estudiante aprenda a subrayar lo más importante de un texto y que este ayude a comprender la lectura, dividendo en ideas centrales, ideas secundarias y palabras desconocidas cada una de estas partes las subrayará con un color de marca texto distinto.

Zona de desarrollo actual del estudiante: se conoce que él ya sabe los colores, sabe que significa la palabra subrayar.

Zona de desarrollo potencial: al estudiante se le explica en que consiste una idea central, una idea secundaria y las palabras que son desconocidas para él. Una vez que el alumno conozca en que consiste cada concepto, se le asignará un color de marca texto distinto a la idea central, ideas secundarias y a las palabras desconocidas.

Para que el estudiante aprenda esta técnica el maestro les dará una lectura de algún texto informativo, en clase se pondrá en práctica para aclarar dudas, y guiar a los estudiantes sobre el subrayado. Se realizará la actividad las veces que sean necesarias hasta que el alumno pueda realizar la lectura y el subrayado solo y de la manera correcta.

  • Segunda actividad

La segunda actividad consiste en enseñarle al niño/a a cerrar el cierre de alguna prenda de vestir.

Zona actual: el niño o la niña sabe la direccionalidad o ubicación espacial (arriba, abajo, atrás, adelante). Cuenta con la motricidad fina para sostener el cierre.

Zona de desarrollo próximo: con ayuda de algún adulto se le enseña que para cerrar la prenda debe de subir el cierre y para quitarse la prenda debe de bajar el cierre, el adulto la tomará de su mano haciendo los movimientos para que después de la ayuda el niño pueda realizar solo la actividad.

  • Tercera actividad

Consiste en aprender a escribir los números: nivel segundo grado de preescolar.

Zona de desarrollo actual: sabe identificar los números y sabe el nombre de estos.

Zona de desarrollo potencial: Preparar material didáctico en relación a la motricidad fina y grafomotricidad. Por ejemplo, en un recipiente ponerle azúcar/ harina etc., para que el niño con guía y apoyo del maestro, utilizando el dedo escriba el número, repetir la actividad.

Otra opción es trazar un número en papel y que el niño con pintura deslice el dedo sobre el número trazado.

Asignar actividades en dónde remarque los números. Repetir las actividades diariamente. Hasta que el niño pueda realizar el trazo del número solo.

  • Cuarta actividad

Consiste en que el estudiante Aprenda a sumar

Zona de desarrollo actual: el niño sabe identificar los números, el nombre de los números, escribir los números.

Zona de desarrollo próximo:

El niño aprenderá a sumar. Pero para ello necesita la ayuda de un adulto. Se le debe de enseñar el símbolo de suma (+) y comentarle que existe varios símbolos o signos para las matemáticas, pero el símbolo de suma es ese.

Realizar un ejemplo en conjunto con el niño. Se le debe de dar opciones para que se apoye al sumar las cantidades, puede usar (piedritas, fichas, palitos etc.) con la finalidad de que este le sirva de ayuda.

jDespués de ejemplificar varias sumas en conjunto y verificar que no haya dudas o problemas, en caso de haber decirle al niño que el maestro o persona quien le esté enseñando está a su disposición para ayudarle en las dudas o dificultades que presente. El docente asignará una serie de sumas para que el alumno practiqué y al hacerlo con ayuda pasará sumar solo.

Conclusiones:

Es importante que para poder pasar al ZDP se tome en cuenta la zona actual del estudiante, es decir lo que el estudiante ya sabe hacer ya que si no se conoce lo que el estudiante ya sabe los docentes no podrían pueden planificar lo que se va a enseñar e incluso se cometería el error de reproducir aprendizaje y no pasar a un nivel más alto de conocimientos.

En la zona de desarrollo potencial podemos darnos cuenta el gran papel que tiene la relación con otras personas pues de ello se aprende. Sin embargo, hay que aclarar que la enseñanza es un proceso colectivo que posteriormente se individualiza. Una de las ideas que se debe de tomar en cuenta en la ZDP es que el aprendizaje no es por competencia sino por competencia, para así crear y nuevos conocimientos en conjunto.

 

Referencias:

Leontiev, A. (2013). El hombre y la cultura. OMEGALFA.

Zaldívar, M & Bispo, Y. (2007). Algunas consideraciones sobre el concepto de la zona de desarrollo potencial. Revista iberoamericana de la educación. 43(2), 2-4.

Hernández, G. (1999). La zona de desarrollo próximo. Comentarios en torno a su uso en los contextos escolares. Perfiles Educativos, (86). https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=132/13208604

Ledesma, M. (2014). Análisis de la teoría de Vygotsky para la reconstrucción de la inteligencia social. Editorial: Universidad Católica de Cuenca.

 

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Dialéctica de la dependencia

Reseñas/Noviembre 2020/medium.com

Tomado de Ediciones Era, México, Decimoprimera reimpresión, 1991.

[…] el comercio exterior, cuando se limita a reponer los elementos (también en cuanto a su valor), no hace más que desplazar las contradicciones a una esfera más extensa, abriendo ante ellas un campo mayor de acción.

Marx, El Capital, t. II

Acelerar la acumulación mediante un desarrollo superior de la capacidad productiva del trabajo y acelerarla a través de una mayor explotación del trabajador, son dos procedimientos totalmente distintos.

Marx, El Capital, t. I

En sus análisis de la dependencia latinoamericana, los investigadores marxistas han incurrido, por lo general, en dos tipos de desviaciones: la sustitución del hecho concreto por el concepto abstracto, o la adulteración del concepto en nombre de una realidad rebelde a aceptarlo en su formulación pura. En el primer caso, el resultado han sido los estudios marxistas llamados ortodoxos, en los cuales la dinámica de los procesos estudiados se vierte en una formalización que es incapaz de reconstruirla a nivel de la exposición, y en los que la relación entre lo concreto y lo abstracto se rompe, para dar lugar a descripciones empíricas que corren paralelamente al discurso teórico, sin fundirse con él; esto se ha dado, sobre todo, en el campo de la historia económica. El segundo tipo de desviación ha sido más frecuente en el campo de la sociología, en el que, ante la dificultad de adecuar a una realidad categorías que no han sido diseñadas específicamente para ella, los estudiosos de formación marxista recurren simultáneamente a otros enfoques metodológicos y teóricos; la consecuencia necesaria de este procedimiento es el eclecticismo, la falta de rigor conceptual y metodológico, y un pretendido enriquecimiento del marxismo, que es más bien su negación.

Estas desviaciones nacen de una dificultad real: frente al parámetro del modo de producción capitalista puro, la economía latinoamericana presenta peculiaridades, que se dan a veces como insuficiencias y otras — no siempre distinguibles fácilmente de las primeras — como deformaciones. No es por tanto accidental la recurrencia en los estudios sobre América Latina de la noción de «precapitalismo». Lo que habría que decir es que, aun cuando se trate realmente de un desarrollo insuficiente de las relaciones capitalistas, esa noción se refiere a aspectos de una realidad que, por su estructura global y su funcionamiento, no podrá nunca desarrollarse de la misma forma como se han desarrollado las economías capitalistas llamadas avanzadas. Es por lo que, más que un precapitalismo, lo que se tiene es un capitalismo sui generis que sólo cobra sentido si lo contemplamos en la perspectiva del sistema en su conjunto, tanto a nivel nacional como, y principalmente, a nivel internacional.

Esto es verdad sobre todo cuando nos referimos al moderno capitalismo industrial latinoamericano, tal como se ha conformado en las dos últimas décadas. Pero, en su aspecto más general, la proposición es válida también para el periodo inmediatamente precedente y aun para la etapa de la economía exportadora. Es obvio que, en el último caso, la insuficiencia prevalece todavía sobre la distorsión, pero si queremos entender cómo una se convirtió en la otra es a la luz de ésta que debemos estudiar aquélla. En otros términos, es el conocimiento de la forma particular que acabó por adoptar el capitalismo dependiente latinoamericano lo que ilumina el estudio de su gestación y permite conocer analíticamente las tendencias que desembocaron en este resultado.

Pero, aquí, como siempre, la verdad tiene un doble sentido: si es cierto que el estudio de las formas sociales más desarrolladas arroja luz sobre las formas más embrionarias (o, para decirlo con Marx, «la anatomía del hombre es una clave para la anatomía del mono»),[1] también es cierto que el desarrollo todavía insuficiente de una sociedad al resaltar un elemento simple, hace más comprensible su forma más compleja, que integra y subordina dicho elemento. Como lo señala Marx:

[…] la categoría más simple puede expresar las relaciones dominantes de un todo no desarrollado o las relaciones subordinadas de un todo más desarrollado, relaciones que existían ya históricamente antes de que el todo se desarrollara en el sentido expresado por una categoría más concreta. Sólo entonces el camino del pensamiento abstracto, que se eleva de lo simple a lo complejo, podría corresponder al proceso histórico real.[2]

En la identificación de estos elementos, las categorías marxistas deben aplicarse, pues, a la realidad como instrumentos de análisis y anticipaciones de su desarrollo ulterior. Por otra parte, esas categorías no pueden reemplazar o mixtificar los fenómenos a que se aplican; es por ello que el análisis tiene que ponderarlas, sin que esto implique en ningún caso romper con el hilo del razonamiento marxista, injertándole cuerpos que le son extraños y que no pueden, por tanto, ser asimilados por él. El rigor conceptual y metodológico: a esto se reduce en última instancia la ortodoxia marxista. Cualquier limitación al proceso de investigación que de allí se derive no tiene ya nada que ver con la ortodoxia, sino tan sólo con el dogmatismo.

Forjada al calor de la expansión comercial promovida, en el siglo XVI, por el capitalismo naciente, América Latina se desarrolla en estrecha consonancia con la dinámica del capital internacional.

Colonia productora de metales preciosos y géneros exóticos, en un principio contribuyó al aumento del flujo de mercancías y a la expansión de los medios de pago, que, al tiempo que permitían el desarrollo del capital comercial y bancario en Europa, apuntalaron el sistema manufacturero europeo y allanaron el camino a la creación de la gran industria.

La revolución industrial, que dará inicio a ésta, corresponde en América Latina a la independencia política que, conquistada en las primeras décadas del siglo XIX, hará surgir, con base en la nervadura demográfica y administrativa tejida durante la colonia, a un conjunto de países que entran a gravitar en torno a Inglaterra. Los flujos de mercancías y, posteriormente, de capitales, tienen en ésta su punto de entroncamiento: ignorándose los unos a los otros, los nuevos países se articularán directamente con la metrópoli inglesa y, en función de los requerimientos de ésta, entrarán a producir y a exportar bienes primarios, a cambio de manufacturas de consumo y — cuando la exportación supera sus importaciones — de deudas.[3]

Es a partir de este momento que las relaciones de América Latina con los centros capitalistas europeos se insertan en una estructura definida: la división internacional del trabajo, que determinará el curso del desarrollo ulterior de la región. En otros términos, es a partir de entonces que se configura la dependencia, entendida como una relación de subordinación entre naciones formalmente independientes, en cuyo marco las relaciones de producción de las naciones subordinadas son modificadas o recreadas para asegurar la reproducción ampliada de la dependencia.

El fruto de la dependencia no puede ser por ende sino más dependencia, y su liquidación supone necesariamente la supresión de las relaciones de producción que ella involucra.

En este sentido, la conocida fórmula de Andre Gunder Frank sobre el «desarrollo del subdesarrollo» es impecable, como impecables son las conclusiones políticas a que ella conduce.[4] Las críticas que se le han hecho representan muchas veces un paso atrás en esa formulación, en nombre de precisiones que se pretenden teóricas, pero que suelen no ir más allá de la semántica.

Sin embargo, y allí reside la debilidad real del trabajo de Frank, la situación colonial no es lo mismo que la situación de dependencia. Aunque se dé una continuidad entre ambas, no son homogéneas; como bien lo dice Canguilhem, «el carácter progresivo de un acontecimiento no excluye la originalidad del acontecimiento».[5] La dificultad del análisis teórico está precisamente en captar esa originalidad y, sobre todo, en discernir el momento en que la originalidad implica un cambio de cualidad. En lo que se refiere a las relaciones internacionales de América Latina, si, como señalamos, ésta desempeña un papel relevante en la formación de la economía capitalista mundial (principalmente con su producción de metales preciosos en los siglos XVI y XVII, pero sobre todo en el XVIII, gracias a la coincidencia entre el descubrimiento del oro brasileño y el auge manufacturero inglés),[6] sólo en el curso del siglo XIX, y específicamente después de 1840, su articulación con esa economía mundial se realiza plenamente.[7] Esto se explica si consideramos que no es sino con el surgimiento de la gran industria que se establece en bases sólidas la división internacional del trabajo.[8]

La creación de la gran industria moderna se habría visto fuertemente obstaculizada si no hubiera contado con los países dependientes, y habría debido realizarse sobre una base estrictamente nacional. En efecto, el desarrollo industrial supone una gran disponibilidad de bienes agrícolas, que permita la especialización de parte de la sociedad en la actividad específicamente industrial.[9] En el caso de la industrialización europea, el recurso a la simple producción agrícola interna hubiera frenado la extremada especialización productiva que la gran industria hacía posible. El fuerte incremento de la clase obrera industrial y, en general, de la población urbana ocupada en la industria y en los servicios, que se verifica en los países industriales en el siglo pasado, no hubiera podido tener lugar si éstos no hubieran contado con los medios de subsistencia de origen agropecuario, proporcionados en forma considerable por los países latinoamericanos. Esto fue lo que permitió profundizar la división del trabajo y especializar a los países industriales como productores mundiales de manufacturas.

Pero no se redujo a esto la función cumplida por América Latina en el desarrollo del capitalismo: a su capacidad para crear una oferta mundial de alimentos, que aparece como condición necesaria de su inserción en la economía internacional capitalista, se agregará pronto la de contribuir a la formación de un mercado de materias primas industriales, cuya importancia crece en función del mismo desarrollo industrial.[10] El crecimiento de la clase trabajadora en los países centrales y la elevación aún más notable de su productividad, que resultan del advenimiento de la gran industria, llevaron a que la masa de materias primas volcada al proceso de producción aumentara en mayor proporción.[11] Esta función, que llegará más tarde a su plenitud, es también la que se revelaría como la más duradera para América Latina, manteniendo toda su importancia aun después de que la división internacional del trabajo haya alcanzado un nuevo estadio.

Lo que importa considerar aquí es que las funciones que cumple América Latina en la economía capitalista mundial trascienden la mera respuesta a los requerimientos físicos inducidos por la acumulación en los países industriales. Más allá de facilitar el crecimiento cuantitativo de éstos, la participación de América Latina en el mercado mundial contribuirá a que el eje de la acumulación en la economía industrial se desplace de la producción de plusvalía absoluta a la de plusvalía relativa, es decir, que la acumulación pase a depender más del aumento de la capacidad productiva del trabajo que simplemente de la explotación del trabajador. Sin embargo, el desarrollo de la producción latinoamericana, que permite a la región coadyuvar a este cambio cualitativo en los países centrales, se dará fundamentalmente con base en una mayor explotación del trabajador. Es este carácter contradictorio de la dependencia latinoamericana, que determina las relaciones de producción en el conjunto del sistema capitalista, lo que debe retener nuestra atención.

La inserción de América Latina en la economía capitalista responde a las exigencias que plantea en los países industriales el paso a la producción de plusvalía relativa. Esta se entiende como una forma de explotación del trabajo asalariado que, fundamentalmente con base en la transformación de las condiciones técnicas de producción, resulta de la desvalorización real de la fuerza de trabajo. Sin ahondar en la cuestión, conviene hacer aquí algunas precisiones que se relacionan con nuestro tema.

En lo esencial, se trata de disipar la confusión que suele establecerse entre el concepto de plusvalía relativa y el de productividad. En efecto, si bien constituye la condición por excelencia de la plusvalía relativa, una mayor capacidad productiva del trabajo no asegura de por sí un aumento de la plusvalía relativa. Al aumentar la productividad, el trabajador sólo crea más productos en el mismo tiempo, pero no más valor; es justamente este hecho el que lleva al capitalista individual a procurar el aumento de productividad, ya que ello le permite rebajar el valor individual de su mercancía, en relación al valor que las condiciones generales de la producción le atribuyen, obteniendo así una plusvalía superior a la de sus competidores — o sea, una plusvalía extraordinaria.

Ahora bien, esa plusvalía extraordinaria altera el reparto general de la plusvalía entre los diversos capitalistas, al traducirse en ganancia extraordinaria, pero no modifica el grado de explotación del trabajo en la economía o en la rama considerada, es decir, no incide en la cuota de plusvalía. Si el procedimiento técnico que permitió el aumento de productividad se generaliza a las demás empresas, y por ende se uniforma la tasa de productividad, ello no acarrea tampoco el aumento de la cuota de plusvalía: se habrá tan sólo acrecentado la masa de productos, sin hacer variar su valor, o lo que es lo mismo, el valor social de la unidad de producto se reduciría en términos proporcionales al aumento de productividad del trabajo. La consecuencia sería, pues, no el incremento de la plusvalía, sino más bien su disminución.

Esto se debe a que lo que determina la cuota de plusvalía no es la productividad del trabajo en sí, sino el grado de explotación del trabajo, o sea, la relación entre el tiempo de trabajo excedente (en el que el obrero produce plusvalía) y el tiempo de trabajo necesario (en el que el obrero reproduce el valor de su fuerza de trabajo, esto es, el equivalente de su salario).[12] Sólo la alteración de esa proporción, en un sentido favorable al capitalista, es decir, mediante el aumento del trabajo excedente sobre el necesario, puede modificar la cuota de plusvalía. Para esto, la reducción del valor social de las mercancías debe incidir en bienes necesarios a la reproducción de la fuerza de trabajo, vale decir bienes-salarios. La plusvalía relativa está ligada indisolublemente, pues, a la desvalorización de los bienes-salario, para lo que concurre en general, pero, no forzosamente, la productividad del trabajo.[13]

Esta digresión era indispensable si queremos entender bien por qué la inserción de América Latina en el mercado mundial contribuyó a desarrollar el modo de producción específicamente capitalista, que se basa en la plusvalía relativa. Mencionamos ya que una de las funciones que le fue asignada, en el marco de la división internacional del trabajo, fue la de proveer a los países industriales de los alimentos que exigía el crecimiento de la clase obrera, en particular, y de la población urbana, en general, que allí se daba. La oferta mundial de alimentos, que América Latina contribuye a crear, y que alcanza su auge en la segunda mitad del siglo XIX, será un elemento decisivo para que los países industriales confíen al comercio exterior la atención de sus necesidades de medios de subsistencia.[14] El efecto de dicha oferta (ampliado por la depresión de los precios de los productos primarios en el mercado mundial, tema al que volveremos más adelante) será el de reducir el valor real de la fuerza de trabajo en los países industriales, permitiendo así que el incremento de la productividad se traduzca allí en cuotas de plusvalía cada vez más elevadas.

En otros términos, mediante su incorporación al mercado mundial de bienes-salario, América Latina desempeña un papel significativo en el aumento de la plusvalía relativa en los países industriales.

Antes de examinar el reverso de la medalla, es decir, las condiciones internas de producción que permitirán a América Latina cumplir esa función, cabe indicar que no es sólo a nivel de su propia economía que la dependencia latinoamericana se revela contradictoria: la participación de América Latina en el progreso del modo capitalista de producción en los países industriales será a su vez contradictoria. Esto se debe a que, como señalamos antes, el aumento de la capacidad productiva del trabajo acarrea un consumo más que proporcional de materias primas. En la medida en que esa mayor productividad se acompaña efectivamente de una mayor plusvalía relativa, esto significa que desciende el valor del capital variable en relación al del capital constante (que incluye las materias primas), o sea, que se eleva la composición-valor del capital. Ahora bien, lo que se apropia el capitalista no es directamente la plusvalía producida, sino la parte de ésta que le corresponde bajo la forma de ganancia. Como la cuota de ganancia no puede ser fijada tan sólo en relación al capital variable, sino que sobre el total del capital avanzado en el proceso de producción, es decir, salarios, instalaciones, maquinaria, materias primas, etcétera, el resultado del aumento de la plusvalía tiende a ser — siempre que implique, aunque sea en términos relativos, una elevación simultánea del valor del capital constante empleado para producirla — una baja de la cuota de ganancia.

Esta contradicción, crucial para la acumulación capitalista, se contrarresta mediante diversos procedimientos, que, desde el punto de vista estrictamente productivo, se orientan ya en el sentido de incrementar aún más la plusvalía, a fin de compensar la declinación de la cuota de ganancia, ya en el de inducir una baja paralela en el valor del capital constante, con el propósito de impedir que la declinación tenga lugar. En la segunda clase de procedimientos, interesa aquí el que se refiere a la oferta mundial de materias primas industriales, la cual aparece como la contrapartida — desde el punto de vista de la composición-valor del capital — de la oferta mundial de alimentos. Tal como se da con esta última, es mediante el aumento de una masa de productos cada vez más baratos en el mercado internacional, como América Latina no sólo alimenta la expansión cuantitativa de la producción capitalista en los países industriales, sino que contribuye a que se superen los escollos que el carácter contradictorio de la acumulación de capital crea para esa expansión.[15]

Existe, sin embargo, otro aspecto del problema que debe ser considerado. Se trata del hecho sobradamente conocido de que el aumento de la oferta mundial de alimentos y materias primas ha sido acompañado de la declinación de los precios de esos productos, relativamente al precio alcanzado por las manufacturas.[16] Como el precio de los productos industriales se mantiene relativamente estable, y en todo caso declina lentamente, el deterioro de los términos de intercambio está reflejando de hecho la depreciación de los bienes primarios. Es evidente que tal depreciación no puede corresponder a la desvalorización real de esos bienes, debido a un aumento de productividad en los países no industriales, ya que es precisamente allí donde la productividad se eleva más lentamente. Conviene, pues, indagar las razones de ese fenómeno, así como las de por qué no se tradujo en desestímulo para la incorporación de América Latina a la economía internacional.

El primer paso para responder a esta interrogante consiste en desechar la explicación simplista que no quiere ver allí sino el resultado de la ley de oferta y demanda. Si bien es evidente que la concurrencia desempeña un papel decisivo en la fijación de los precios, ella no explica por qué, del lado de la oferta, se verifica una expansión acelerada independientemente de que las relaciones de intercambio se estén deteriorando. Tampoco se podría interpretar el fenómeno si nos limitáramos a la constatación empírica de que las leyes mercantiles se han visto falseadas en el plano internacional gracias a la presión diplomática y militar por parte de las naciones industriales. Este razonamiento, aunque se apoye en hechos reales, invierte el orden de los factores, y no ve que la utilización de recursos extraeconómicos se deriva precisamente de que hay por detrás una base económica que la hace posible. Ambos tipos de explicación contribuyen, por tanto, a ocultar la naturaleza de los fenómenos estudiados y conducen a ilusiones sobre lo que es realmente la explotación capitalista internacional.

No es porque se cometieron abusos en contra de las naciones no industriales que éstas se han vuelto económicamente débiles, es porque eran débiles que se abusó de ellas. No es tampoco porque produjeron más de lo debido que su posición comercial se deterioró, sino que fue el deterioro comercial lo que las forzó a producir en mayor escala.

Negarse a ver las cosas de esta manera es mixtificar la economía capitalista internacional, es hacer creer que esa economía podría ser diferente de lo que realmente es. En última instancia, ello conduce a reivindicar relaciones comerciales equitativas entre las naciones, cuando de lo que se trata es de suprimir las relaciones económicas internacionales que se basan en el valor de cambio.

En efecto, a medida que el mercado mundial alcanza formas más desarrolladas, el uso de la violencia política y militar para explotar a las naciones débiles se vuelve superfluo, y la explotación internacional puede descansar progresivamente en la reproducción de relaciones económicas que perpetúan y amplifican el atraso y la debilidad de esas naciones.

Se verifica aquí el mismo fenómeno que se observa en el interior de las economías industriales: el uso de la fuerza para someter a la masa trabajadora al imperio del capital disminuye a medida que entran a jugar mecanismos económicos que consagran esa subordinación.[17] La expansión del mercado mundial es la base sobre la cual opera la división internacional del trabajo entre naciones industriales y no industriales, pero la contrapartida de esa división es la ampliación del mercado mundial. El desarrollo de las relaciones mercantiles sienta las bases para que una mejor aplicación de la ley del valor tenga lugar, pero simultáneamente crea todas las condiciones para que jueguen los distintos resortes mediante los cuales el capital trata de burlarla.

Teóricamente, el intercambio de mercancías expresa el cambio de equivalentes, cuyo valor se determina por la cantidad de trabajo socialmente necesario que incorporan las mercancías. En la práctica, se observan diferentes mecanismos que permiten realizar transferencias de valor, pasando por encima de las leyes del intercambio, y que se expresan en la manera como se fijan los precios de mercado y los precios de producción de las mercancías. Conviene distinguir los mecanismos que operan en el interior de la misma esfera de producción (ya se trate de productos manufacturados o de materias primas) y los que actúan en el marco de distintas esferas que se interrelacionan. En el primer caso, las transferencias corresponden a aplicaciones específicas de las leyes del intercambio, en el segundo adoptan más abiertamente el carácter de transgresión de ellas.

Es así como, por efecto de una mayor productividad del trabajo, una nación puede presentar precios de producción inferiores a sus concurrentes, sin por ello bajar significativamente los precios de mercado que las condiciones de producción de éstos contribuyen a fijar. Esto se expresa, para la nación favorecida, en una ganancia extraordinaria, similar a la que constatamos al examinar de qué manera se apropian los capitales individuales el fruto de la productividad del trabajo. Es natural que el fenómeno se presente sobre todo a nivel de la concurrencia entre las naciones industriales, y menos entre las que producen bienes primarios, ya que es entre las primeras que las leyes capitalistas de intercambio se ejercen de manera plena; esto no quiere decir que no se verifique también entre estas últimas, máxime cuando se desarrollan allí las relaciones capitalistas de producción.

En el segundo caso — transacciones entre naciones que intercambian distintas clases de mercancías, como manufacturas y materias primas — el mero hecho de que unas produzcan bienes que las demás no producen, o no lo pueden hacer con la misma facilidad, permite que las primeras eludan la ley del valor, es decir, vendan sus productos a precios superiores a su valor, configurando así un intercambio desigual. Esto implica que las naciones desfavorecidas deban ceder gratuitamente parte del valor que producen, y que esta cesión o transferencia se acentúe en favor de aquel país que les vende mercancías a un precio de producción más bajo, en virtud de su mayor productividad. En este último caso, la transferencia de valor es doble, aunque no necesariamente aparezca así para la nación que transfiere valor, ya que sus diferentes proveedores pueden vender todos a un mismo precio, sin perjuicio de que las ganancias realizadas se distribuyan desigualmente entre ellos y que la mayor parte del valor cedido se concentre en manos del país de productividad más elevada.

Frente a estos mecanismos de transferencia de valor, fundados sea en la productividad, sea en el monopolio de producción, podemos identificar — siempre al nivel de las relaciones internacionales de mercado — un mecanismo de compensación. Se trata del recurso al incremento de valor intercambiado, por parte de la nación desfavorecida: sin impedir la transferencia operada por los mecanismos ya descritos, esto permite neutralizarla total o parcialmente mediante el aumento del valor realizado. Dicho mecanismo de compensación puede verificarse tanto en el plano del intercambio de productos similares como de productos originarios de diferentes esferas de producción. Nos preocupamos aquí sólo del segundo caso.

Lo que importa señalar es que, para incrementar la masa de valor producida, el capitalista debe necesariamente echar mano de una mayor explotación del trabajo, ya a través del aumento de su intensidad, ya mediante la prolongación de la jornada de trabajo, ya finalmente combinando los dos procedimientos. En rigor, sólo el primero — el aumento de la intensidad del trabajo — contrarresta realmente las desventajas resultantes de una menor productividad del trabajo, ya que permite la creación de más valor en el mismo tiempo de trabajo. En los hechos, todos concurren a aumentar la masa de valor realizada y, por ende, la cantidad de dinero obtenida a través del intercambio. Esto es lo que explica, en este plano del análisis, que la oferta mundial de materias primas y alimentos aumente a medida que se acentúa el margen entre sus precios de mercado y el valor real de la producción.[18]

Lo que aparece claramente, pues, es que las naciones desfavorecidas por el intercambio desigual no buscan tanto corregir el desequilibrio entre los precios y el valor de sus mercancías exportadas (lo que implicaría un esfuerzo redoblado para aumentar la capacidad productiva del trabajo), sino más bien compensar la pérdida de ingresos generados por el comercio internacional, a través del recurso a una mayor explotación del trabajador. Llegamos así a un punto en que ya no nos basta con seguir manejando simplemente la noción de intercambio entre naciones, sino que debemos encarar el hecho de que, en el marco de este intercambio, la apropiación del valor realizado encubre la apropiación de una plusvalía que se genera mediante la explotación del trabajo en el interior de cada nación. Bajo este ángulo, la transferencia de valor es una transferencia de plusvalía, que se presenta, desde el punto de vista del capitalista que opera en la nación desfavorecida, como una baja de la cuota de plusvalía y por ende de la cuota de ganancia. Así, la contrapartida del proceso mediante el cual América Latina contribuyó a incrementar la cuota de plusvalía y la cuota de ganancia en los países industriales implicó para ella efectos rigurosamente opuestos. Y lo que aparecía como un mecanismo de compensación a nivel del mercado es de hecho un mecanismo que opera a nivel de la producción interna. Es hacia esta esfera que debemos desplazar por tanto el enfoque de nuestro análisis.

Vimos que el problema que plantea el intercambio desigual para América Latina no es precisamente el de contrarrestar la transferencia de valor que implica, sino más bien el de compensar una pérdida de plusvalía, y que, incapaz de impedirla al nivel de las relaciones de mercado, la reacción de la economía dependiente es compensarla en el plano de la producción interna. El aumento de la intensidad del trabajo aparece, en esta perspectiva, como un aumento de plusvalía, logrado a través de una mayor explotación del trabajador y no del incremento de su capacidad productiva. Lo mismo se podría decir de la prolongación de la jornada de trabajo, es decir, del aumento de la plusvalía absoluta en su forma clásica; a diferencia del primero, se trata aquí de aumentar simplemente el tiempo de trabajo excedente, que es aquél en el que el obrero sigue produciendo después de haber creado un valor equivalente al de los medios de subsistencia para su propio consumo. Habría que señalar, finalmente, un tercer procedimiento, que consiste en reducir el consumo del obrero más allá de su límite normal, por lo cual «el fondo necesario de consumo del obrero se convierte de hecho, dentro de ciertos límites, en un fondo de acumulación de capital»,[19] implicando así un modo específico de aumentar el tiempo de trabajo excedente.

Precisemos aquí que el empleo de categorías que se refieren a la apropiación del trabajo excedente en el marco de relaciones capitalistas de producción no implica el supuesto de que la economía exportadora latinoamericana se da ya sobre la base de la producción capitalista. Recurrimos a dichas categorías en el espíritu de las observaciones metodológicas que avanzamos al iniciar este trabajo, o sea, porque permiten caracterizar mejor los fenómenos que pretendemos estudiar y también porque indican la dirección hacia la cual éstos tienden. Por otra parte, no es en rigor necesario que exista el intercambio desigual para que empiecen a jugar los mecanismos de extracción de plusvalía mencionados; el simple hecho de la vinculación al mercado mundial, y la conversión consiguiente de la producción de valores de uso a la de valores de cambio que ello acarrea, tiene como resultado inmediato desatar un afán de ganancia que se vuelve tanto más desenfrenado cuanto más atrasado es el modo de producción existente. Como lo señala Marx, «[…] tan pronto como los pueblos cuyo régimen de producción se venía desenvolviendo en las formas primitivas de la esclavitud, prestaciones de vasallaje, etcétera, se ven atraídos al mercado mundial, en el que impera el régimen capitalista de producción y donde se impone a todo el interés de dar salida a los productos para el extranjero, los tormentos bárbaros de la esclavitud, de la servidumbre de la gleba, etcétera, se ven acrecentados por los tormentos civilizados del trabajo excedente».[20] El efecto del intercambio desigual es — en la medida que le pone obstáculos a su plena satisfacción — el de exacerbar ese afán de ganancia y agudizar por tanto los métodos de extracción del trabajo excedente.

Ahora bien, los tres mecanismos identificados — la intensificación del trabajo, la prolongación de la jornada de trabajo y la expropiación de parte del trabajo necesario al obrero para reponer su fuerza de trabajo — configuran un modo de producción fundado exclusivamente en la mayor explotación del trabajador, y no en el desarrollo de su capacidad productiva. Esto es congruente con el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas en la economía latinoamericana, pero también con los tipos de actividades que allí se realizan. En efecto, más que en la industria fabril, donde un aumento de trabajo implica por lo menos un mayor gasto de materias primas, en la industria extractiva y en la agricultura el efecto del aumento de trabajo sobre los elementos del capital constante son mucho menos sensibles, siendo posible, por la simple acción del hombre sobre la naturaleza, incrementar la riqueza producida sin un capital adicional.[21]

Se entiende que en estas circunstancias, la actividad productiva se basa sobre todo en el uso extensivo e intensivo de la fuerza de trabajo: esto permite bajar la composición-valor del capital, lo que, aunado a la intensificación del grado de explotación del trabajo, hace que se eleven simultáneamente las cuotas de plusvalía y de ganancia.

Importa señalar además que, en los tres mecanismos considerados, la característica esencial está dada por el hecho de que se le niega al trabajador las condiciones necesarias para reponer el desgaste de su fuerza de trabajo: en los dos primeros casos, porque se le obliga a un dispendio de fuerza de trabajo superior al que debería proporcionar normalmente, provocándose así su agotamiento prematuro, en el último, porque se le retira incluso la posibilidad de consumir lo estrictamente indispensable para conservar su fuerza de trabajo en estado normal. En términos capitalistas, estos mecanismos (que además se pueden dar, y normalmente se dan, en forma combinada) significan que el trabajo se remunera por debajo de su valor,[22] y corresponden, pues, a una superexplotación del trabajo.

Es lo que explica que haya sido precisamente en las zonas dedicadas a la producción para la exportación donde el régimen de trabajo asalariado se impuso primero, iniciando el proceso de transformación de las relaciones de producción en América Latina. Es útil tener presente que la producción capitalista supone la apropiación directa de la fuerza de trabajo, y no sólo de los productos del trabajo; en este sentido, la esclavitud es un modo de trabajo que se adecua más al capital que la servidumbre, no siendo accidental que las empresas coloniales directamente conectadas con los centros capitalistas europeos — como las minas de oro y plata de México y Perú, o las plantaciones cañeras de Brasil — se asentaran sobre el trabajo esclavo.[23] Pero, salvo en la hipótesis de que la oferta de trabajo sea totalmente elástica (lo que no se verifica con la mano de obra esclava en América Latina, a partir de la segunda mitad del siglo XIX), el régimen de trabajo esclavo constituye un obstáculo al rebajamiento indiscriminado de la remuneración del trabajador. «En el caso del esclavo el salario mínimo aparece como una magnitud constante, independiente de su trabajo. En el caso del trabajador libre este valor de su capacidad de trabajo y el salario medio que corresponde al mismo no están contenidos dentro de esos límites predestinados, independientes de su propio trabajo, determinados por sus necesidades puramente físicas. La media es aquí más o menos constante para la clase, como el valor de todas las mercancías, pero no existe en esta realidad inmediata para el obrero individual cuyo salario puede estar por encima o por debajo de ese mínimo».[24] En otros términos, el régimen de trabajo esclavo, salvo condiciones excepcionales del mercado de mano de obra, es incompatible con la superexplotación del trabajo. No pasa lo mismo con el trabajo asalariado y, en menor medida, con el trabajo servil.

Insistamos en este punto. La superioridad del capitalismo sobre las demás formas de producción mercantil, y su diferencia básica en relación a ellas, reside en que lo que transforma en mercancía no es al trabajador — o sea, el tiempo total de existencia del trabajador, con todos los puntos muertos que éste implica desde el punto de vista de la producción — sino más bien su fuerza de trabajo, es decir, el tiempo de su existencia utilizable para la producción, dejando al mismo trabajador el cuidado de hacerse cargo del tiempo no productivo, desde el punto de vista capitalista.

Es ésta la razón por la cual, al subordinarse una economía esclavista al mercado capitalista mundial, la agudización de la explotación del esclavo se acentúa, ya que interesa entonces a su propietario reducir sus tiempos muertos para la producción y hacer coincidir el tiempo productivo con el tiempo de existencia del trabajador.

Pero, como señala Marx, «el esclavista compra obreros como podría comprar caballos. Al perder al esclavo, pierde un capital que se ve obligado a reponer mediante una nueva inversión en el mercado de esclavos».[25] La superexplotación del esclavo, que prolonga su jornada de trabajo más allá de los límites fisiológicos admisibles y se salda necesariamente con su agotamiento prematuro, por muerte o incapacidad, sólo puede darse, pues, si es posible reponer con facilidad la mano de obra desgastada. «Los campos de arroz de Georgia y los pantanos del Misisipi influyen tal vez de un modo fatalmente destructor sobre la constitución humana; sin embargo, este arrasamiento de vidas humanas no es tan grande, que no pueda ser compensado por los cercados rebosantes de Virginia y Kentucky. Aquellos miramientos económicos que podían ofrecer una especie de salvaguardia del trato humano dado a los esclavos mientras la conservación de la vida de éstos se identificaba con el interés de sus señores, se trocaron al implantarse el comercio de esclavos, en otros tantos motivos de estrujamiento implacable de sus energías, pues tan pronto como la vacante producida por un esclavo puede ser cubierta mediante la importación de negros de otros cercados, la duración de su vida cede en importancia, mientras dura, a su productividad».[26] La evidencia contraria prueba lo mismo: en el Brasil de la segunda mitad del siglo pasado [siglo XIX], cuando se iniciaba el auge del café el hecho de que el tráfico de esclavos hubiera sido suprimido en 1850 hizo la mano de obra esclava tan poco atractiva a los terratenientes del sur que éstos prefirieron acudir al régimen asalariado, mediante la inmigración europea, además de favorecer una política tendiente a suprimir la esclavitud. Recordemos que una parte importante de la población esclava se encontraba en la decadente zona azucarera del noreste y que el desarrollo del capitalismo agrario en el sur imponía su liberación, a fin de constituir un mercado libre de trabajo. La creación de ese mercado, con la ley de abolición de la esclavitud en 1888, que culminaba una serie de medidas graduales en esa dirección (como la condición de hombre libre acordada a los hijos de esclavos, etcétera), constituye un fenómeno, de lo más interesante; por un lado, se definía como una medida extremadamente radical, que liquidaba las bases de la sociedad imperial (la monarquía sobrevivirá poco más de un año a la ley de 1888) y llegaba incluso a negar cualquier tipo de indemnización a los antiguos propietarios de esclavos; por otra parte, buscaba compensar el impacto de su efecto, a través de medidas destinadas a atar el trabajador a la tierra (la inclusión de un artículo en el código civil que vinculaba a la persona las deudas contraídas; el sistema de «barracão», verdadero monopolio del comercio de bienes de consumo ejercido por el latifundista en el interior de la hacienda, etcétera) y del otorgamiento de créditos generosos a los terratenientes afectados.

El sistema mixto de servidumbre y de trabajo asalariado que se establece en Brasil, al desarrollarse la economía de exportación para el mercado mundial, es una de las vías por las cuales América Latina llega al capitalismo. Observemos que la forma que adoptan las relaciones de producción en ese caso no se diferencia mucho del régimen de trabajo que se establece, por ejemplo, en las minas salitreras chilenas, cuyo «sistema de fichas» equivale al «barracão». En otras situaciones, que se dan sobre todo en el proceso de subordinación del interior a las zonas de exportación, las relaciones de explotación pueden presentarse más nítidamente como relaciones serviles, sin que ello obste que, mediante la extorsión del plusproducto al trabajador por la acción del capital comercial o usurario, el trabajador se vea implicado en una explotación directa por el capital, que tiende incluso a asumir un carácter de superexplotación.[27] Sin embargo, la servidumbre presenta, para el capitalista, el inconveniente de que no le permite dirigir directamente la producción, además de plantear siempre la posibilidad, aunque sea teórica, de que el productor inmediato se emancipe de la dependencia en que lo pone el capitalista.

No es, sin embargo, nuestro propósito estudiar aquí las formas económicas particulares que existían en América Latina antes que ésta ingresara efectivamente a la etapa capitalista de producción, ni las vías a través de las cuales tuvo lugar la transición. Lo que pretendemos es tan sólo fijar la pauta en que ha de llevarse a cabo ese estudio, pauta que corresponde al movimiento real de la formación del capitalismo dependiente: de la circulación a la producción, de la vinculación al mercado mundial al impacto que ello acarrea sobre la organización interna del trabajo, para volver entonces a replantear el problema de la circulación. Porque es propio del capital crear su propio modo de circulación, y/o de esto depende la reproducción ampliada en escala mundial del modo de producción capitalista:

[…] ya que sólo el capital implica las condiciones de producción del capital, ya que sólo él satisface esas condiciones y busca realizarlas, su tendencia general es la de formar por todas partes las bases de la circulación, los centros productores de ésta, y asimilarlas, es decir, convertirlas en centros de producción virtual o efectivamente creadores de capital.[28]

Una vez convertida en centro productor de capital, América Latina deberá crear, pues, su propio modo de circulación, el cual no puede ser el mismo que el que fue engendrado por el capitalismo industrial y que dio lugar a la dependencia. Para constituir un todo complejo, hay que recurrir a elementos simples combinables entre sí, pero no iguales. Comprender la especificidad del ciclo del capital en la economía dependiente latinoamericana significa por tanto iluminar el fundamento mismo de su dependencia en relación a la economía capitalista mundial.

Desarrollando su economía mercantil, en función del mercado mundial, América Latina es llevada a reproducir en su seno las relaciones de producción que se encontraban en el origen de la formación de ese mercado, y que determinaban su carácter y su expansión.[29] Pero ese proceso estaba marcado por una profunda contradicción: llamada a coadyuvar a la acumulación de capital con base en la capacidad productiva del trabajo, en los países centrales, América Latina debió hacerlo mediante una acumulación fundada en la superexplotación del trabajador. En esta contradicción radica la esencia de la dependencia latinoamericana.

La base real sobre la cual ésta se desarrolla son los lazos que ligan a la economía latinoamericana con la economía capitalista mundial. Nacida para atender a las exigencias de la circulación capitalista, cuyo eje de articulación está constituido por los países industriales, y centrada pues sobre el mercado mundial, la producción latinoamericana no depende para su realización de la capacidad interna de consumo. Se opera así, desde el punto de vista de país dependiente, la separación de los dos momentos fundamentales del ciclo del capital — la producción y la circulación de mercancías — cuyo efecto es hacer que aparezca de manera específica en la economía latinoamericana la contradicción inherente a la producción capitalista en general, es decir, la que opone el capital al trabajador en tanto que vendedor y comprador de mercancías.[30]

Se trata de un punto clave para entender el carácter de la economía latinoamericana. Inicialmente, hay que considerar que, en los países industriales, cuya acumulación de capital se basa en la productividad del trabajo, esa oposición que genera el doble carácter del trabajador — productor y consumidor — , aunque sea efectiva, se ve en cierta medida contrarrestada por la forma que asume el ciclo del capital. Es así como, pese a que el capital privilegia el consumo productivo del trabajador (o sea, el consumo de medios de producción que implica el proceso de trabajo), y se inclina a desestimar su consumo individual (que el trabajador emplea para reponer su fuerza de trabajo), el cual le aparece como consumo improductivo,[31] esto se da exclusivamente en el momento de la producción. Al abrirse la fase de realización, esta contradicción aparente entre el consumo individual de los trabajadores y la reproducción del capital desaparece, una vez que dicho consumo (sumado al de los capitalistas y de las capas improductivas en general) restablece al capital la forma que le es necesaria para empezar un nuevo ciclo, es decir, la forma dinero. El consumo individual de los trabajadores representa, pues, un elemento decisivo en la creación de demanda para las mercancías producidas, siendo una de las condiciones para que el flujo de la producción se resuelva adecuadamente en el flujo de la circulación.[32] A través de la mediación que establece la lucha entre obreros y patrones en torno a la fijación del nivel de los salarios, los dos tipos de consumo del obrero tienden así a complementarse, en el curso del ciclo del capital, superando la situación inicial de oposición en que se encontraban. Esta es, por lo demás, una de las razones por las cuales la dinámica del sistema tiende a encauzarse a través de la plusvalía relativa, que implica, en última instancia, el abaratamiento de las mercancías que entran en la composición del consumo individual del trabajador.

En la economía exportadora latinoamericana, las cosas se dan de otra manera. Como la circulación se separa de la producción y se efectúa básicamente en el ámbito del mercado externo, el consumo individual del trabajador no interfiere en la realización del producto, aunque sí determine la cuota de plusvalía. En consecuencia, la tendencia natural del sistema será la de explotar al máximo la fuerza de trabajo del obrero, sin preocuparse de crear las condiciones para que éste la reponga, siempre y cuando se le pueda reemplazar mediante la incorporación de nuevos brazos al proceso productivo. Lo dramático para la población trabajadora de América Latina es que este supuesto se cumplió ampliamente: la existencia de reservas de mano de obra indígena (como en México) o los flujos migratorios derivados del desplazamiento de mano de obra europea, provocado por el progreso tecnológico (como en Suramérica), permitieron aumentar constantemente la masa trabajadora, hasta principios de este siglo. Su resultado ha sido el de abrir libre curso a la compresión del consumo individual del obrero y, por tanto, a la superexplotación del trabajo.

La economía exportadora es, pues, algo más que el producto de una economía internacional fundada en la especialización productiva: es una formación social basada en el modo capitalista de producción, que acentúa hasta el límite las contradicciones que le son propias. Al hacerlo, configura de manera específica las relaciones de explotación en que se basa, y crea un ciclo de capital que tiende a reproducir en escala ampliada la dependencia en que se encuentra frente a la economía internacional.

Es así como el sacrificio del consumo individual de los trabajadores en aras de la exportación al mercado mundial deprime los niveles de demanda interna y erige al mercado mundial en única salida para la producción. Paralelamente, el incremento de las ganancias que de esto se deriva pone al capitalista en condiciones de desarrollar expectativas de consumo sin contrapartida en la producción interna (orientada hacia el mercado mundial), expectativas que tienen que satisfacerse a través de importaciones. La separación entre el consumo individual fundado en el salario y el consumo individual engendrado por la plusvalía no acumulada da, pues, origen a una estratificación del mercado interno, que es también una diferenciación de esferas de circulación: mientras la esfera «baja», en que participan los trabajadores — que el sistema se esfuerza por restringir — se basa en la producción interna, la esfera «alta» de circulación, propia a los no trabajadores — que es la que el sistema tiende a ensanchar — , se entronca con la producción externa, a través del comercio de importación.

La armonía que se establece, a nivel del mercado mundial, entre la exportación de materias primas y alimentos, por parte de América Latina, y la importación de bienes de consumo manufacturados europeos, encubre la dilaceración de la economía latinoamericana, expresada por la escisión del consumo individual total en dos esferas contrapuestas. Cuando, llegado el sistema capitalista mundial a un cierto grado de su desarrollo, América Latina ingrese en la etapa de la industrialización, deberá hacerlo a partir de las bases creadas por la economía de exportación. La profunda contradicción que habrá caracterizado al ciclo del capital de esa economía, y sus efectos sobre la explotación del trabajo, incidirán de manera decisiva en el curso que tomará la economía industrial latinoamericana, explicando muchos de los problemas y de las tendencias que en ella se presentan actualmente.

No cabe aquí entrar a analizar el proceso de industrialización en América Latina, ni mucho menos tomar partido en la actual controversia sobre el papel que en ese proceso desempeñó la sustitución de importaciones.[33] Para los fines que nos hemos propuesto, es suficiente hacer notar que, por significativo que hubiera sido el desarrollo industrial en el seno de la economía exportadora (y, por consiguiente, en la extensión del mercado interno), en países como Argentina, México, Brasil y otros, no llegó nunca a conformar una verdadera economía industrial, que, definiendo el carácter y el sentido de la acumulación de capital, acarreara un cambio cualitativo en el desarrollo económico de esos países.

Por el contrario, la industria siguió siendo allí una actividad subordinada a la producción y exportación de bienes primarios, que constituían, éstos sí, el centro vital del proceso de acumulación.[34] Es tan sólo cuando la crisis de la economía capitalista internacional, correspondiente al periodo que media entre la primera y la segunda guerras mundiales, obstaculiza la acumulación basada en la producción para el mercado externo, que el eje de la acumulación se desplaza hacia la industria, dando origen a la moderna economía industrial que prevalece en la región.

Desde el punto de vista que nos interesa, esto significa que la esfera alta de la circulación, que se articulaba con la oferta externa de bienes manufacturados de consumo, disloca su centro de gravedad hacia la producción interna, pasando su parábola a coincidir grosso modo con la que describe la esfera baja, propia a las masas trabajadoras. Pareciera ser, así, que el movimiento excéntrico que presentaba la economía exportadora empezaba a corregirse, y que el capitalismo dependiente se orientaba en el sentido de una configuración similar a la de los países industriales clásicos. Fue sobre esta base que prosperaron, en la década de 1950, las distintas corrientes llamadas desarrollistas, que su-ponían que los problemas económicos y sociales que aquejaban a la formación social latinoamericana se debían a una insuficiencia de su desarrollo capitalista, y que la aceleración de éste bastaría para hacerlos desaparecer.

De hecho, las similitudes aparentes de la economía industrial dependiente con la economía industrial clásica encubrían profundas diferencias, que el desarrollo capitalista acentuaría en lugar de atenuar. La reorientación hacia el interior de la demanda generada por la plusvalía no acumulada implicaba ya un mecanismo específico de creación del mercado interno radicalmente distinto del que operara en la economía clásica y que tendría graves repercusiones en la forma que asumiría la economía industrial dependiente.

En la economía capitalista clásica, la formación del mercado interno representa la contrapartida de la acumulación del capital: al separar al productor de los medios de producción, el capital no sólo crea al asalariado, es decir, al trabajador que sólo dispone de su fuerza de trabajo, sino que también crea al consumidor. En efecto, los medios de subsistencia del obrero, antes producidos directamente por él, se incorporan al capital, como elemento material del capital variable, y sólo se restituyen al trabajador una vez que éste compra su valor bajo la forma de salario.[35] Existe, pues, una estrecha correspondencia entre el ritmo de la acumulación y el de la expansión del mercado. La posibilidad que tiene el capitalista industrial de obtener en el exterior, a precio bajo, los alimentos necesarios al trabajador, conduce a estrechar el nexo entre la acumulación y el mercado, una vez que aumenta la parte del consumo individual del obrero dedicada a la absorción de productos manufacturados. Es por ello que la producción industrial, en ese tipo de economía, se centra básicamente en los bienes de consumo popular y procura abaratarlos, una vez que inciden directamente en el valor de la fuerza de trabajo y por tanto — en la medida en que las condiciones en que se da la lucha entre obreros y patrones tiende a acercar a los salarios a ese valor — en la cuota de plusvalía. Vimos ya que ésta es la razón fundamental por la cual la economía capitalista clásica debe orientarse hacia el aumento de la productividad del trabajo.

El desarrollo de la acumulación basada en la productividad del trabajo tiene como resultado el aumento de la plusvalía, y, en consecuencia, de la demanda creada por la parte de ésta que no se acumula. En otros términos, crece el consumo individual de las clases no productoras, con lo que se ensancha la esfera de la circulación que les corresponde. Esto no sólo impulsa el crecimiento de la producción de bienes de consumo manufacturados, en general, sino también el de la producción de artículos suntuarios.[36] La circulación tiende pues a escindirse en dos esferas, de manera similar a lo que constatamos en la economía latinoamericana de exportación, pero con una diferencia sustancial: la expansión de la esfera superior es una consecuencia de la transformación de las condiciones de producción, y se hace posible en la medida que, aumentando la productividad del trabajo, la parte del consumo individual total que corresponde al obrero disminuye en términos reales. La ligazón existente entre las dos esferas de consumo se distiende, pero no se rompe.

Otro factor contribuye a impedir que la ruptura se realice: es la forma en que se amplía el mercado mundial. La demanda adicional de productos suntuarios que crea el mercado exterior es necesariamente limitada, primero porque, cuando el comercio se ejerce entre naciones que producen esos bienes, el avance de una nación implica el retroceso de otra, lo que suscita por parte de la última mecanismos de defensa; y luego porque, en el caso del intercambio con los países dependientes, esa demanda se restringe a las clases altas, y se ve así constreñida por la fuerte concentración del ingreso que implica la superexplotación del trabajo. Para que la producción de bienes de lujo pueda pues expandirse, esos bienes tienen que cambiar de carácter, o sea, convertirse en productos de consumo popular en el interior mismo de la economía industrial. Las circunstancias que permiten hacer subir allí los salarios reales, a partir de la segunda mitad del siglo pasado, a las cuales no es ajena la desvalorización de los alimentos y la posibilidad de redistribuir internamente parte del excedente sustraído a las naciones dependientes, ayudan, en la medida que amplían el consumo individual de los trabajadores, a contrarrestar las tendencias disruptivas que actúan a nivel de la circulación. La industrialización[37] latinoamericana se da sobre bases distintas. La compresión permanente que ejercía la economía exportadora sobre el consumo individual del trabajador no permitió sino la creación de una industria débil, que sólo se ensanchaba cuando factores externos (como las crisis comerciales, coyunturalmente, y la limitación de los excedentes de la balanza comercial, por las razones ya señaladas) cerraban parcialmente el acceso de la esfera alta de consumo al comercio de importación.[38] Es la mayor incidencia de esos factores, como vimos, lo que acelera el crecimiento industrial, a partir de cierto momento, y provoca el cambio cualitativo del capitalismo dependiente. La industrialización latinoamericana no crea, por tanto, como en las economías clásicas, su propia demanda, sino que nace para atender a una demanda preexistente, y se estructurará en función de los requerimientos de mercado procedentes de los países avanzados.

En los comienzos de la industrialización, la participación de los trabajadores en la creación de demanda no juega pues un papel significativo en América Latina. Operando en el marco de una estructura de mercado previamente dada, cuyo nivel de precios actuaba en el sentido de impedir el acceso del consumo popular, la industria no tenía razones para aspirar a una situación distinta. La capacidad de demanda era, en aquel momento, superior a la oferta, por lo que no se presentaba al capitalista el problema de crear mercado para sus mercancías, sino más bien una situación inversa. Por otra parte, aun cuando la oferta llegue a equilibrarse con la demanda — lo que se producirá más adelante — , ello no planteará de inmediato al capitalista la ampliación del mercado, llevándolo antes a jugar sobre el margen entre el precio de mercado y el precio de producción, o sea, sobre el aumento de la masa de ganancia en función del precio unitario del producto. Para ello, el capitalista industrial forzará, por un lado, el alza de precios, aprovechándose la situación monopolística creada de hecho por la crisis del comercio mundial y reforzada por las barreras aduaneras. Por otro lado, y dado que el bajo nivel tecnológico hace que el precio de producción se determine fundamentalmente por los salarios, el capitalista industrial se valdrá del excedente de mano de obra creado por la misma economía exportadora y agravado por la crisis que ésta experimenta (crisis que obliga al sector exportador a liberar mano de obra), para presionar a los salarios en el sentido de la baja. Ello le permitirá absorber grandes masas de trabajo, lo que, acentuado por la intensificación del trabajo y la prolongación de la jornada, acelerará la concentración de capital en el sector industrial.

Arrancando, pues, del modo de circulación que caracterizara a la economía exportadora, la economía industrial dependiente reproduce, en forma específica, la acumulación de capital basada en la superexplotación del trabajador. En consecuencia, reproduce también el modo de circulación que corresponde a ese tipo de acumulación, aunque de manera modificada: ya no es la disociación entre la producción y la circulación de mercancías en función del mercado mundial lo que opera, sino la separación entre la esfera alta y la esfera baja de la circulación en el interior mismo de la economía, separación que, al no ser contrarrestada por los factores que actúan en la economía capitalista clásica, adquiere un carácter mucho más radical.

Dedicada a la producción de bienes que no entran, o entran muy escasamente, en la composición del consumo popular, la producción industrial latinoamericana es independiente de las condiciones de salario propias a los trabajadores; esto en dos sentidos. En primer lugar porque, al no ser un elemento esencial del consumo individual del obrero, el valor de las manufacturas no determina el valor de la fuerza de trabajo; no será, pues, la desvalorización de las manufacturas lo que influirá en la cuota de plusvalía.

Esto dispensa al industrial de preocuparse de aumentar la productividad del trabajo para, haciendo bajar el valor de la unidad de producto, depreciar la fuerza de trabajo, y lo lleva, inversamente, a buscar el aumento de la plusvalía a través de una mayor explotación — intensiva y extensiva — del trabajador, así como la rebaja de salarios más allá de su límite normal. En segundo lugar, porque la relación inversa que de ahí se deriva para la evolución de la oferta de mercancías y del poder de compra de los obreros, es decir, el hecho de que la primera crezca a costa de la reducción del segundo, no le crea al capitalista problemas en la esfera de la circulación, una vez que, como hicimos notar, las manufacturas no son elementos esenciales en el consumo individual del obrero.

Dijimos anteriormente que a una determinada altura del proceso, que varía según los países,[39] la oferta industrial coincide a grandes rasgos con la demanda existente, constituida por la esfera alta de la circulación. Surge entonces la necesidad de generalizar el consumo de manufacturas, lo que corresponde a aquel momento en el que, en la economía clásica, los bienes suntuarios debieron convertirse en bienes de consumo popular. Ello da lugar a dos tipos de adaptaciones en la economía industrial dependiente: la ampliación del consumo de las capas medias, que se genera a partir de la plusvalía no acumulada, y el esfuerzo para aumentar la productividad del trabajo, condición sine qua non para abaratar las mercancías.

El segundo movimiento tendería, normalmente, a provocar un cambio cualitativo en la base de la acumulación de capital, permitiendo al consumo individual del obrero modificar su composición e incluir bienes manufacturados. Si actuara solo, llevaría al desplazamiento del eje de la acumulación, de la explotación del trabajador al aumento de la capacidad productiva del trabajo. No obstante, es parcialmente neutralizado por la ampliación del consumo de los sectores medios: éste supone, en efecto, el incremento de los ingresos que perciben dichos sectores, ingresos que, como sabemos, se derivan de la plusvalía y, en consecuencia, de la compresión del nivel salarial de los trabajadores. La transición de un modo de acumulación a otro se hace, pues, difícil y se realiza con extremada lentitud, pero es suficiente para desencadenar un mecanismo que a la larga actuará en el sentido de obstaculizar la transición, desviando hacia un nuevo cauce la búsqueda de soluciones a los problemas de realización encarados por la economía industrial.

Ese mecanismo es el recurso a la tecnología extranjera, destinado a elevar la capacidad productiva del trabajo.

Es un hecho conocido que, a medida que avanza la industrialización latinoamericana, se altera la composición de sus importaciones, mediante la reducción del renglón relativo a bienes de consumo y su reemplazo por materias primas, productos semielaborados y maquinaria destinados a la industria. Sin embargo, la crisis permanente del sector externo de los países de la región no habría permitido que las necesidades crecientes en elementos materiales del capital constante se pudieran satisfacer exclusivamente a través del intercambio comercial. Es por ello que adquiere singular importancia la importación de capital extranjero, bajo la forma de financiamiento e inversiones directas en la industria.

Las facilidades que América Latina encuentra en el exterior para recurrir a la importación de capital no son accidentales. Se deben a la nueva configuración que asume la economía internacional capitalista en el periodo de la posguerra. Hacia 1950, ésta había superado la crisis que la afectara, a partir de la década de 1910, y se encontraba ya reorganizada bajo la égida norteamericana. El avance logrado por la concentración del capital en escala mundial pone entonces en manos de las grandes corporaciones imperialistas una abundancia de recursos, que necesitan buscar aplicación en el exterior. El rasgo significativo del periodo es que ese flujo de capital hacia la periferia se orienta de manera preferente hacia el sector industrial.

Para esto, concurre el hecho de que, mientras duró la desorganización de la economía mundial, se desarrollaron bases industriales periféricas, que ofrecían — gracias a la superexplotación del trabajo — posibilidades atractivas de ganancia. Pero no será el único hecho, y quizá no sea el más decisivo. En el curso del mismo periodo, se había verificado un gran desarrollo del sector de bienes de capital en las economías centrales. Esto llevó, por un lado, a que los equipos allí producidos, siempre más sofisticados, debieran aplicarse en el sector secundario de los países periféricos; surge entonces, por parte de las economías centrales, el interés de impulsar en éstos el proceso de industrialización, con el propósito de crear mercados para su industria pesada. Por otro lado, en la medida que el ritmo del progreso técnico redujo en los países centrales el plazo de reposición del capital fijo prácticamente a la mitad,[40] se planteó a esos países la necesidad de exportar a la periferia equipos y maquinaria que ya eran obsoletos antes de que se hubieran amortizado totalmente.

La industrialización latinoamericana corresponde así a una nueva división internacional del trabajo, en cuyo marco se transfieren a los países dependientes etapas inferiores de la producción industrial (obsérvese que la siderurgia, que correspondía a un signo distintivo de la economía industrial clásica, se ha generalizado al punto de que países como Brasil ya exportan acero), reservándose a los centros imperialistas las etapas más avanzadas (como la producción de computadoras y la industria electrónica pesada en general, la explotación de nuevas fuentes de energía, como la de origen nuclear, etcétera) y el monopolio de la tecnología correspondiente. Yendo aún más lejos, se puede distinguir en la economía internacional escalones, en los cuales se van reubicando no sólo los nuevos países industriales, sino también los más antiguos. Es así como, en la producción de acero como en la de vehículos automotores, Europa occidental y Japón compiten ventajosamente con los mismos Estados Unidos, pero no logran todavía hacerlo en lo que se refiere a la industria de máquinas-herramientas, principalmente las automatizadas.[41] Lo que tenemos así es una nueva jerarquización de la economía capitalista mundial, cuya base es la redefinición de la división internacional del trabajo acaecida en el curso de los últimos cincuenta años.

Como quiera que sea, el momento en que las economías industriales dependientes van a buscar en el exterior el instrumental tecnológico que les permitiría acelerar su crecimiento, incrementando la productividad del trabajo, es aquel también en el que, a partir de los países centrales, tienen origen importantes flujos de capital hacia ellas, flujos que les aportan la tecnología requerida. No examinaremos aquí los efectos propios a las distintas formas que reviste la absorción tecnológica, y que van desde la donación hasta la inversión directa de capital extranjero, ya que, desde el punto de vista que orienta nuestro análisis, esto no tiene mayor importancia. Nos ocuparemos tan sólo del carácter de esa tecnología y de su impacto sobre la ampliación del mercado.

El progreso tecnológico se caracteriza por el ahorro de la fuerza de trabajo que, sea en términos de tiempo, sea en términos de esfuerzo, el obrero debe dedicar a la producción de una cierta masa de bienes. Es natural, pues, que, globalmente, su resultado sea la reducción del tiempo de trabajo productivo en relación al tiempo total disponible para la producción, lo que, en la sociedad capitalista, se manifiesta a través de la disminución de la población obrera paralelamente al crecimiento de la población que se dedica a actividades no productivas, a las que corresponden los servicios, así como de las capas parasitarias, que se eximen de cualquier participación en la producción social de bienes y servicios. Esta es la forma específica que asume el desarrollo tecnológico en una sociedad basada en la explotación del trabajo, pero no la forma general del desarrollo tecnológico. Es por ello que las recomendaciones que se han hecho a los países dependientes, en los que se verifica una gran disponibilidad de mano de obra, en el sentido de que adopten tecnologías que incorporen más fuerza de trabajo, con el objeto de defender los niveles de empleo, representan un doble engaño: conducen a preconizar la opción por un menor desarrollo tecnológico y confunden los efectos sociales específicamente capitalistas de la técnica con la técnica en sí.

Esas recomendaciones, por lo demás, ignoran las condiciones concretas en que se da la introducción del progreso técnico en los países dependientes. Esta introducción depende, como señalamos, menos de las preferencias que ellos tengan que de la dinámica objetiva de la acumulación de capital en escala mundial. Ella fue la que impulsó la división internacional del trabajo a asumir una configuración, en cuyo marco se han abierto nuevos cauces a la difusión del progreso técnico y se ha dado a ésta un ritmo más acelerado. Los efectos de allí derivados para la situación de los trabajadores en los países dependientes no podían diferir en esencia de los que son consustanciales a una sociedad capitalista: reducción de la población productiva y crecimiento de las capas sociales no productivas. Pero estos efectos tendrían que aparecer modificados por las condiciones de producción propias al capitalismo dependiente.

Es así como, incidiendo sobre una estructura productiva basada en la mayor explotación de los trabajadores, el progreso técnico hizo posible al capitalista intensificar el ritmo de trabajo del obrero, elevar su productividad y, simultáneamente, sostener la tendencia a remunerarlo en proporción inferior a su valor real. Para ello concurrió decisivamente la vinculación de las nuevas técnicas de producción a ramas industriales orientadas hacia tipos de consumo que, si tienden a convertirse en consumo popular en los países avanzados, no pueden hacerlo bajo ningún supuesto en las sociedades dependientes. El abismo existente allí entre el nivel de vida de los trabajadores y el de los sectores que alimentan a la esfera alta de la circulación hace inevitable que productos como automóviles, aparatos electrodomésticos, etcétera, se destinen necesariamente a esta última. En esta medida, y toda vez que no representan bienes que intervengan en el consumo de los trabajadores, el aumento de productividad inducido por la técnica en esas ramas de producción no ha podido traducirse en mayores ganancias a través de la elevación de la cuota de plusvalía, sino tan sólo mediante el aumento de la masa de valor realizado. La difusión del progreso técnico en la economía dependiente marchará pues de la mano con una mayor explotación del trabajador, precisamente porque la acumulación sigue dependiendo en lo fundamental más del aumento de la masa de valor — y por ende de plusvalía — que de la cuota de plusvalía.

Ahora bien, al concentrarse de manera significativa en las ramas productoras de bienes suntuarios, el desarrollo tecnológico acabaría por plantear graves problemas de realización. El recurso utilizado para solucionarlos ha sido el de hacer intervenir al Estado (a través de la ampliación del aparato burocrático, de las subvenciones a los productores y del financiamiento al consumo suntuario), así como a la inflación, con el propósito de transferir poder de compra de la esfera baja a la esfera alta de la circulación; ello implicó rebajar aún más los salarios reales, con el fin de contar con excedentes suficientes para efectuar el traspaso de ingreso. Pero, en la medida en que se comprime así la capacidad de consumo de los trabajadores, se cierra cualquier posibilidad de estímulo a la inversión tecnológica en el sector de producción destinado a atender al consumo popular. No puede pues ser motivo de sorpresa el que, mientras las industrias de bienes suntuarios crecen a tasas elevadas, las industrias orientadas hacia el consumo masivo (las llamadas «industrias tradicionales») tiendan al estancamiento e incluso a la regresión.

En la medida en que se daba con dificultad y a un ritmo extremadamente lento, la tendencia al acercamiento entre las dos esferas de circulación, que se había observado a partir de cierto momento, no pudo seguir desarrollándose. Al contrario, lo que se impone es de nuevo la repulsión entre ambas esferas, una vez que la compresión del nivel de vida de las masas trabajadoras pasa a ser la condición necesaria de la expansión de la demanda creada por las capas que viven de la plusvalía. La producción basada en la superexplotación del trabajo volvió a engendrar así el modo de circulación que le corresponde, al mismo tiempo que divorciaba al aparato productivo de las necesidades de consumo de las masas. La estratificación de ese aparato en lo que se ha dado llamar «industrias dinámicas» (ramas productoras de bienes suntuarios y de bienes de capital que se destinan principalmente a éstos) e «industrias tradicionales» está reflejando la adecuación de la estructura de producción a la estructura de circulación propia al capitalismo dependiente.

Pero no se detiene allí la reaproximación del modelo industrial dependiente al de la economía exportadora. La absorción del progreso técnico en condiciones de superexplotación del trabajo acarrea la inevitable restricción del mercado interno, a lo cual se contrapone la necesidad de realizar masas siempre crecientes de valor (ya que la acumulación depende más de la masa que de la cuota de plusvalía). Esta contradicción no podría resolverse mediante la ampliación de la esfera alta de consumo en el interior de la economía, más allá de los límites establecidos por la superexplotación misma. En otros términos, no pudiendo extender a los trabajadores la creación de demanda para los bienes suntuarios, y orientándose antes hacia la compresión salarial, que los excluye de facto de ese tipo de consumo, la economía industrial dependiente no sólo debió contar con un inmenso ejército de reserva, sino que se obligó a restringir a los capitalistas y capas medias altas la realización de las mercancías de lujo. Ello planteará, a partir de un cierto momento (que se define nítidamente a mediados de la década de 1960), la necesidad de expandirse hacia el exterior, es decir, de desdoblar nuevamente — aunque ahora a partir de la base industrial — el ciclo de capital, para centrar parcialmente la circulación sobre el mercado mundial. La exportación de manufacturas tanto de bienes esenciales como de productos suntuarios, se convierte entonces en la tabla de salvación de una economía incapaz de superar los factores disruptivos que la afligen. Desde los proyectos de integración económica regional y subregional hasta el diseño de políticas agresivas de competencia internacional, se asiste en toda América Latina a la resurrección del modelo de la vieja economía exportadora.

En los últimos años, la expresión acentuada de esas tendencias en Brasil nos ha llevado a hablar de un subimperialismo.[42] No pretendemos retomar aquí el tema, ya que la caracterización del subimperialismo va más allá de la simple economía, no pudiendo llevarse a cabo, si no se recurre también a la sociología y a la política. Nos limitaremos a indicar que, en su dimensión más amplia, el subimperialismo no es un fenómeno específicamente brasileño ni corresponde a una anomalía en la evolución del capitalismo dependiente. Es cierto que son las condiciones propias a la economía brasileña, que le han permitido llevar lejos su industrialización y crear incluso una industria pesada, así como las condiciones que caracterizan a su sociedad política, cuyas contradicciones han dado origen a un Estado militarista de tipo prusiano, las que dieron lugar en Brasil al subimperialismo, pero no es menos cierto que éste es tan sólo una forma particular que asume la economía industrial que se desarrolla en el marco del capitalismo dependiente. En Argentina o en El Salvador, en México, Chile, Perú, la dialéctica del desarrollo capitalista dependiente no es esencialmente distinta de la que procuramos analizar aquí, en sus rasgos más generales.

Utilizar esa línea de análisis para estudiar las formaciones sociales concretas de América Latina, orientar ese estudio en el sentido de definir las determinaciones que se encuentran en la base de la lucha de clases que allí se desenvuelve y abrir así perspectivas más claras a las fuerzas sociales empeñadas en destruir esa formación monstruosa que es el capitalismo dependiente: éste es el desafío teórico que se plantea hoy a los marxistas latinoamericanos.

La respuesta que le demos influirá sin duda de manera no despreciable en el resultado a que llegarán finalmente los procesos políticos que estamos viviendo.

Fuente e imagen tomadas de: https://medium.com/la-tiza/dial%C3%A9ctica-de-la-dependencia-995b92f2b761

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Estrellas en la Tierra, un filme con una mirada interpretativa desde la diversidad.

Por: Eleazar Jiménez López

Estrellas en la Tierra, un filme con una mirada interpretativa desde la diversidad.

Stars on Earth, a film with an interpretive look from diversity.

Resumen.

El estudio de caso del filme “Estrellas en la Tierra”, catalizó los componentes categoriales que posibilitaron la profundidad en la investigación. El objeto de estudio se desarrolló inicialmente a partir del interés y mediante la identificación de las categorías, el análisis se basó en la captura de escenas y diálogos, lo que propició la interpretación e interlocución con los autores. El arte cinematográfico ofreció la posibilidad de comprobar que los aspectos sociales, psicológicos, familiares y escolares son determinantes en la formación de las/os estudiantes con necesidades vitales de aprendizaje; por lo que deja abierta la ventana para explorar otras pedagogías que no responden a la lógica de mercado y que pueden brindar mejores resultados en la atención de las/os estudiantes y propiciar la creatividad.

Abstract.

The case study of the film “Stars on Earth” catalyzed the categorical components that enabled depth in the investigation. The object of study was initially developed based on interest and by identifying the categories, the analysis was based on capturing scenes and dialogues, which led to interpretation and dialogue with the authors. Cinematographic art offered the possibility of verifying that social, psychological, family and school aspects are determining factors in the training of students with vital learning needs; therefore, it leaves the window open to explore other pedagogies that do not respond to market logic and that can provide better results in the attention of students and encourage creativity.

Palabras clave: autoritarismo, educación tradicional, dislexia, estudio de caso y creaticidio.

Keywords: authoritarianism, traditional education, dyslexia, case study and creaticide.

 

Introducción.

Estrellas en la Tierra, un filme que enseña a pensar y repensarnos desde la cotidianidad y las aristas del hogar y la educación formal, es una contribución al género documental educativo, el cual desde distintas miradas ofrece un entramado de significaciones que se pueden dilucidar e interpretar; salen a relucir conceptos como autoritarismo, educación tradicional, dislexia, estudio de caso y creaticidio.

La idea de escribir al respecto, surge a partir de una inquietud personal y al esbozo de un esquema, en el ubiqué la película “Estrellas en la Tierra” como un estudio de caso con la finalidad de caracterizar el autoritarismo y la educación tradicional como las causas de que los estudiantes con dislexia no se sientan como parte de un grupo escolar, desencadenando desanimo, perdida notable de su autoestima y acentuación del creaticidio[i].

Por lo que tiene la intención de ofrecer los sabores y sinsabores de la escuela formal e invita a autoformularse preguntas como: ¿Por qué recuerdo muy poco de lo aprendido, después de haber abordado un extenso número de temas en la educación básica?, ¿Qué fue lo más significativo, de mi paso en la escuela?, ¿A quién de mis profesores/as recuerdo más? ¿Por qué?, ¿Cuáles fueron las actividades que activaron mi creatividad e imaginación?, ¿Qué tan diferente es la enseñanza que recibí con la enseñanza actual?, por mencionar algunas y que en el recorrido de la vida seguirán surgiendo y que permiten el crecimiento del ser y del hacer como actor social.

El análisis interpretativo del filme se hizo mediante la identificación de categorías, captura de escenas y diálogos, con la finalidad de profundizar en el estudio y crear el escenario para entablar el diálogo con los autores y a manera de cierre se comparte la experiencia de analizar filmes documentales y su utilidad en el ámbito de la docencia.

 

Revisión de literatura.

El planteamiento del problema de investigación ha provocado la indagación de literatura, en los cuales se erige los filmes como objetos de estudio para hacer investigaciones documentales fílmicas a profundidad con diversas perspectivas teóricas y metodológicas; el boceto de cada aporte se desarrollará de manera paulatina de acuerdo al año de publicación.

En la red de internet, situé el texto de Ariel Dorfman y Armand Mattelart titulado “Para leer al pato Donald. Comunicación de masa y colonialismo”, este libro fue publicado en el año de 1972 por siglo XXI Editores, fue una publicación coyuntural ante el triunfo de la izquierda representado por Salvador Allende en Chile; el texto es de naturaleza antiimperialista y decolonial; ya que el pato Donald es una producción de Walt Disney con mucha carga ideológica e inspirado en las series e historietas del pato Donald.

Cabe mencionar, el artículo titulado “Batman y la lectura del proletariado” escrito por Slavoj Zizek, publicado en el 2012, el autor hace un análisis de la película The Dark Knight Rises (El caballero de la noche asciende), en el cual el labra un análisis de la lucha de contrarios, el eneatipo de los personajes y la honestidad como valor individual y colectivo, y argumenta que no existe una visión de izquierda o derecha en la película; más bien es un estudio axiológico en el mundo en que vivimos.

Así mismo, entré en contacto con una obra escrita por el Dr. Rigoberto Martínez Escárcega que tituló “Batman y la lucha de clases”, publicado por el Centro Latinoamericano de Pensamiento Crítico (CELAPEC), con sede en la Cd. de Chihuahua, México, en el 2016. El autor hace un despliegue investigativo, teniendo como objeto de estudio la película “El caballero de la noche asciende” y  como método el análisis psicoanalítico; retrata a los principales personajes de película y expone la tensa relación que mantienen mediante la cita de fragmentos de diálogo y el diálogo con autores; en una constante lucha de clases, los desposeídos y la burguesía y desenmascara los mecanismos de dominación y la frágil subjetividad por el cual los desposeídos participan activamente en su dominación. Lo anterior, contrapone el abordaje que hace Slavoj Zizek, al asumir que no clarividencia de lucha de extremos.

Cabe citar la reseña de la película “Los coristas” publicado el 07 de febrero del 2016 por Otras Voces en la Educación, la autora se posiciona en una postura más crítica al sistema educativo durante la etapa de la posguerra en Francia. Nos acerca a la pedagogía tradicional europea que se caracterizaba por una obediencia absoluta dejando de lado el lado humano y emocional; llega Clement Mathieu, profesor de música, que gesta con una estrategia pedagógica innovadora la conformación de un coro valorando la potencialidad de cada estudiante, implementa el trabajo colaborativo versus acción-reacción. Se resalta el caso de Mondain como un muchacho que se le reprime constantemente y reencarna al oprimido en una sociedad en franca reconstrucción.

En la página web del maestro, se refiere un artículo titulado “Estrellas en la Tierra: Una película que todo educador y estudiante de educación tendría que ver”, fue publicado el 25 de septiembre del 2019 de autor/a anónimo/a, y concluye que la película enseña tanto a docentes como padres y madres de familia que debe ocuparnos y preocuparnos los problemas de los niños y buscar la estrategia adecuada para su atención, dar frente a las dificultades de aprendizaje que se presentan en los centros educativos, hacer las pruebas de diagnóstico pertinentes y la adecuación curricular si es el caso y reconocer que los niños y los hijos no son iguales y no caer en el impulso de castigarlos y provocar afectaciones permanentes en su autoestima.

De igual manera, me encontré con el artículo titulado “Los coristas. Análisis Psicoestético y socioeducativo de un filme francés” publicado por la Revista Latinoamericana en Educación Inclusiva en el 2019; el autor, realiza un análisis de la película francesa que presenta un caso de intervención pedagógica innovadora a través de la música con niños en riesgo social; se retratan escenas de tensión entre el director del internado y el docente inquieto; sin embargo, con su pericia logra acaparar la atención de sus colegas maestros y momentáneamente del director. Logra conformar su coro, sin embargo, la vuelta al control y la disciplina disipan este gran proyecto educativo. Así mismo, se entremezclan historias de vida, atemporalidades de felicidad e intercomunicación y un vivo retrato de recuerdos significativos hacia el maestro inquieto revividos por un diario. El estudio tiene un enfoque más psicológico, sociológico y pedagógico y mantiene distante la crítica.

En relación con este último, traigo a cuenta la “Reseña de la película: El niño que domó el viento”, publicado en el 2019, con la finalidad de compartir un filme que trasciende la manipulación mediática y se concibe como inspiradora y de motivación personal; se retrata la hambruna, la sequía y la deidad como parte de la cosmovisión de los pueblos y la voracidad de las empresas extractivas cosificando los recursos naturales a costa de un beneficio económico; William, debido a los problemas económicos y sociales que apremian en su pueblo, ya no le fue posible continuar sus estudios, y decide con el apoyo de sus amigos construir un dínamo para el bombeo de agua; claro, tuvo que pasar varias travesías, sin embargo, nunca se dio por vencido, aún a costa de vivir momentos dolorosos por la muerte de su abuelo, su mascota y el jefe de la aldea. El filme es inspirador y puede emplearse como recurso didáctico en las aulas.

Después de las consideraciones anteriores, si se hicieron omisiones, no fue de manera intencionada, y considero que la investigación es amplia y con ánimo de seguir buceando en el inmenso caudal.

 

Planteamiento del problema.

El problema que se visibiliza en la película, es la dislexia, envuelto en factores sociales, psicológicos, familiares y escolares, que no deben ser ajenos al ambiente escolar, sino más bien, definen la conformación del sujeto social. Antes de ver la película, lo que sabía de la dislexia, es que lo presentan las/os estudiantes que tienen dificultades en la lectura. De igual manera, la constante, que es necesario desentrañar, el creaticidio, que perdura por anteponer el enfoque ligado a las necesidades del mercado laboral y la producción, por la capacidad de asombro y autodescubrimiento que tienen  las/os estudiantes.  Hoy en día, cada vez más, hay generaciones de profesionistas, el número de profesionistas ha dejado de ser proporcional a la demanda laboral, ¿Qué ha pasado con los profesionistas que no logran ubicarse en su campo de trabajo?, caen en un estado psíquico de desánimo, frustración y de no autorealización, acrecentándose cada vez más una generación de sujetos infelices y sin sentidos. La aspiración de todo profesionista es lograr un empleo una vez concluido sus estudios superiores. La escuela ha procurado la homogeneidad y la adaptación a las circunstancias actuales y que más adelante los que hoy son compañeros de la clase, subsecuentemente tendrán una disputa por un empleo o un puesto.

En un salón de clases, hay inadaptados o fueras de serie, que necesitan el acompañamiento de las/os maestras/os, para guiarlos en descubrir su propio talento; en los tiempos actuales, ser músico, pintor, escultor, dibujante, son tachadas como profesiones u ocupaciones que no generan un buen ingreso económico, por lo tanto, el desarrollo humano es incierto. Sin embargo, hay valientes que se aventuran y son felices siendo y haciendo lo que son.

 

Metodología.

La investigación está basada en el estudio de caso del filme titulado  “Estrellas en la Tierra” y centré mi atención en Ishaan, un niño de 8 años que tiene dislexia. Mi interés surgió al querer abundar sobre la dislexia y sus interrelaciones sociales, psicológicas, familiares y escolares; y retratar al maestro como el agente provocador de cambios y que tiene la posibilidad de brindar el acompañamiento de las/os estudiantes que requieren atención personalizada y lograr que ellos mismos emprendan su vuelo hacia la imaginación y creatividad. Para su análisis se identificaron categorías y recuperaron fragmentos de diálogo de la película con la finalidad de provocar la interlocución entre los autores.

La perspectiva de investigación de estudio de casos se puede definir como “el estudio de la particularidad y de la complejidad de un caso singular, para llegar a comprender su actividad en circunstancias importantes” (Stake, 1999, p.11); el filme “Estrellas en la Tierra” es un acervo cinematográfico que tiene una carga educativa que despierta el interés al colectivo, a las madres y los padres de familia y sociedad en general.

Según se ha citado, “clasifica a los estudios de caso como: instrumentales, intrínsecos y colectivos. El estudio instrumental parte de la idea de que se examina un caso con el fin de proveer conjeturas en torno de un problema o para perfeccionar una teoría” (Stake, 1998, citado en Piovani, Rausky& Santos, 2011, p. 3); el estudio de tipo instrumental es el que reúne los elementos de mi objeto de investigación que consiste en esclarecer las causas del problema identificado y coincido con el argumento de Slavoj Zizek cuando asume que “acude al arte cinematográfico una y otras vez es para alcanzar la mayor claridad posible…para sí mismo” (M. Roggerone,2015,p.23), la película “Estrellas en la Tierra” catalizó los componentes categoriales que se transparentaran en el desarrollo del objeto de investigación.

Los estudios de caso pueden ser de tipo cuantitativo, cualitativo y mixto y profundizan en el análisis de un problema de investigación y tiene una diversidad de aplicación en distintos ámbitos de la vida, tal como se describe,

La unidad o caso investigado puede tratarse de un individuo, una pareja, una familia, un proceso (de calidad, químico, de manufactura, de producción agrícola, construcción, etc.), un objeto (como un edificio, un equipo o maquinaria), un material (por ejemplo, radiactivo), un sistema (fiscal, educativo, terapéutico, de capacitación, de trabajo social), una organización (hospital, fábrica, escuela), un hecho histórico, un desastre natural, una comunidad, un municipio, un departamento o estado, una nación, etcétera. (Hernández, Méndez, Mendoza &Cuevas, 2017, p.113).

Como ya se ha aclarado en la cita anterior, como parte de objetos para estudios de casos se puede agregar las películas cinematográficas como aliciente para realizar investigación bajo esta perspectiva.

 

Desarrollo.

Como primera aproximación, definiré que el objetivo central del estudio se trata de desentrañar los supuestos del autoritarismo, la educación tradicional y el creaticidio como los factores que envuelven la exclusión de las/los estudiantes con dislexia. Considero que el estudio no se hizo con anteojos de agente externo, sino todo lo contrario, son miradas desde dentro y sin tapujos, ya que formo parte del gremio y al hablar de ello, más de uno, puede reivindicar su voluntad y compromiso social, y porque no, (re)enamorarse de la docencia.

En este caso, el filme “Estrellas en la Tierra” es el objeto que nos ha ofrecido las pistas para desvelar los contrastes que navegan en la práctica docente, y los conceptos que se irán desmoronando durante el desarrollo de la investigación.

Ficha técnica.

País: India.

Año: 2007.

Género: Dramático.

Duración: 165 minutos.

Productora: Aamir Khan Productions, PVR pictures.

Protagonistas principales:

Ishaan Nandkishore Awasthi (Niño de 8 años)

Nandkishore Awasthi (Papá de Ishaan).

Maya Awasthi (Mamá de Ishaan).

Yohaan (Hermano mayor de Ishaan).

Ram Shankar Nikumbh (Profesor de artes).

Rajan (amigo de Ishaan).

Sinopsis.

“Estrellas en la Tierra” es una película dramática e inspiradora que trae a cuenta la vida de Ishaan Awasthi, un niño de 8 años, que asiste a la escuela regular y que paulatinamente va dando muestra de sus dificultades en lectura y escritura; como parte del contacto con los papás, los maestros dieron un informe de su progreso en las distintas asignaturas, el cual fue desconcertante, a tal grado que se le condiciona su inscripción en el siguiente período escolar, puesto que es el segundo año que cursa el mismo grado y sugieren sus maestras que lo inscriban a una escuela especial.

Nandkishore Awasthi y Maya Awasthi, se sintieron frustrados porque no hayan la manera de ayudar a Ishaan y constantemente lo comparan con su hermano Yohaan que es un hijo brillante en la escuela y en disciplinas deportivas.

Nandkishore Awasthi  decide enviar a Ishaan a un internado reconocido por su férrea disciplina escolar, con la finalidad de que lo pongan en cintura; sus maestras/os le dan un trato indigno debido a que desconocen o no tuvieron curiosidad en averiguar ¿a qué se debe la actitud de Ishaan?, se mantenía triste y en franca depresión; hasta que un día, se presentó a su grupo el profesor de artes  Ram Shankar Nikumbh, quien sustituía al titular; y rompió esquemas por su estilo propio de enseñanza, hacía uso de la lúdica, cantos, portafolio de evidencias y eventos internos de talento; con intuición y tacto, se dio cuenta que Ishaan no trabaja en clase, y comenzó a acercarse por medio de Rajan su amigo; en cierto momento, cuando revisaba el portafolio de sus alumnos, se percató que Ishaan tenía un serio problema de escritura, de acuerdo a su experiencia, le diagnosticó dislexia; por lo que decidió hacer un largo viaje para hablar con la mamá y papá de Ishaan.

Habla con la mamá y papá, y les explica ampliamente el problema que tiene Ishaan, y solicita que le permitan pasar a su cuarto; y se sorprende al ver los dibujos y las pinturas que ha hecho Ishaan; explica a los papás que Ishaan aprende de distinta manera; sin embargo, el papá se mantiene en la obstinación e incredulidad, hasta que Ram, le pide a Nandkishore que lea un texto en japonés que se encuentra inscrito en una caja de cereal; Nandkishore queda atónito, Ram  logró atrapar su interés, ejemplificando que la sensación que tuvo es precisamente lo que siente Ishaan cuando se enfrenta a las actividades de la escuela.

Ram, decidió hablar con el director del internado, para comunicarle que asumirá la función de tutor para Ishaan; exponiéndole que tiene un gran talento, al presentarle sus pinturas. Con estrategias apropiadas, Ishaan se involucra tenazmente con el acompañamiento de su maestro y logra aprender a leer y a escribir. El maestro, por ser fin de ciclo, decidió organizar una feria de arte, para las/os estudiantes y maestras/os,  en el cual Ram e Ishaan fueron coparticipes; Ishaan resultó ser el ganador y quedando en segundo lugar su maestro. Ambas obras de arte, fueron los carteles para un calendario; los maestros dieron un informe del avance académico de Ishaan a su mamá y papá, haciéndoles ver que su hijo es excepcional. La película culmina, cuando Ishaan corre a despedirse de Ram su maestro, y él decide abrazarlo fuertemente y lo impulsa.

El autoritarismo, una forma de violencia visible.

El autoritarismo, es una construcción social que esta visible en los escenarios familiares, escolares, laborales, políticos y comunitarios. Normalmente se secunda con la relación de Padre- madre/hijo/a, maestra/o-estudiante, jefa/e-trabajador/a, líder/base y agente/comuneras/os. Al capturar las escenas de la película, se logra visibilizar las relaciones de autoridad esposo/esposa, madre/padre-hija/o, maestra/o-estudiante y jefa/e trabajador/a y tienen una relación intermitente; tal como lo concibe Naranjo (2018) que toda persona se orienta hacia relaciones de superioridad e inferioridad (p. 164). Ciertamente el autoritario se impone con una voz fuerte y determinante para lograr que las/os otras/os repriman sus deseos de hablar, participar o comunicar al respecto; la maestra o el maestro asume un rol de poseedor de la verdad y que no puede ser cuestionario por la/el estudiante, hay una desdialogización y ruptura de la relación maestra/o-estudiante, es solamente el que sabe y el que aprende, el que asiste a la escuela para ganarse el reconocimiento a su mérito y el que labora por un salario modesto; y si en casa, el papá asume una actitud autoritaria hacia el hijo/a; él no tiene lugar para sentirse bien y de manera inconsciente repetirá en la siguiente generación “la autoridad con los hijos y así se perpetúa en carácter autoritario” (Naranjo, 2018,p. 166).

El significado etimológico de la palabra autoridad del lat. auctorĭtas, -ātis, quiere decir, poder que gobierna o ejerce el mando, de hecho o de derecho[ii], y autoritarismo quiere decir, de autoritario e –ismo, actitud de quien ejerce con exceso su autoridad o abusa de ello[iii]; con lo anterior, queda definido de manera clara que los excesos llevan al autoritarismo, con conciencia clara de los actos, aunque, pueden haber intermitentes del inconsciente que aclaman concretizarse.

Haciendo un brebaje histórico de las afirmaciones anteriores, en la comunidad primitiva, no había trato indistinto entre hombres y mujeres ya que vivían en comunión entre ellos, cumpliendo con la misma responsabilidad para el bien común; la educación era vivencial y espontánea, las/os niñas/os aprendían a hacer de acuerdo a lo que observaban y hacían con sus padres. Toda vez que se fueron delegando las responsabilidades de organización y dirección de la tribu, este corpúsculo grupo, decidió apropiarse y sectorizar su función en la tribu de tal manera que sus consanguíneos heredaran los puestos; por tal motivo surge la división de clases sociales y se implanta la educación diferenciada tras implementarse el acuciante ascenso de la clase administradora; trayendo consigo el desvanecimiento del matriarcado y para asegurar su perpetuidad del reciente privilegio de la privatización de los bienes comunes; la filiación paterna sustituyó a la materna y “ una nueva forma de familia, la monógama, apareció en el mundo. Con ello la mujer pasó a un segundo plano, y quedó encerrada en funciones domésticas que dejaron de ser sociales” (Ponce, s.f., p. 21). Es evidente entonces, que la mujer se hizo cargo de la atención del esposo y de las/os hijas/os, reduciéndose su relación social a las actividades propias del hogar y una limitada participación en la toma de decisiones y en las actividades productivas. Dadas las condiciones que anteceden,

En esa familia patriarcal, que se organizó sobre la base de la propiedad privada, Marx señaló con agudeza que estaban ya en minúsculo todas las contradicciones de nuestro mundo de hoy: un esposo autoritario que representa a la clase que oprime y una esposa sumisa que representa a la clase oprimida.(Ponce, s.f., p. 21).

Según se ha citado, la división del trabajo, el cúmulo de producción, la educación diferenciada, la propiedad privada y el patriarcado dieron origen a la división de clases sociales fueron la génesis del origen de la autoridad depositada en el hombre de la familia.

En el siguiente fragmento de diálogo de la película, se transparenta lo que se ha argumentado en párrafos anteriores:

Sra.: Tu hijo rompió mis macetas. Mira lo que le hizo a mi hijo y tiene moretones y sangra. Así crías a tus hijos, para que golpeen a otros niños. Mira el estado de mi pobre niño.

Nandkishore Awasthi: ¡Ishaan ven aquí! ¡Ven aquí ahora mismo! (Golpea a Ishaan y cae).

Yohan: Pero papá….

Nandkishore Awasthi:¡Cállate Yohan!

Ranjeet: ¡Hasta me rompió la remera!

Nandkishore Awasthi: ¡Te compraré una nueva!

Ishaan: Mentiroso…

Sra.: Mira, lo está golpeando.

Nandkishore Awasthi: Ishaan, déjalo, detente. ¡Por favor, vete!.

Sra.: Llamaré ahora mismo a mi esposo.

Nandkishore Awasthi: Ishaan. Este es el límite (lo empujó). Todos los días, la escuela, los vecinos, todos se quejan. Si escucho una palabra más en tu contra, Ishaan….Ries, ¿te estás riendo?. Desvergonzado. Una queja más, Ishaan, y te mandaré a un internado. Mira como no nos respeta (se dirige a su esposa Maya). El atacó al chico delante nuestro y le rompe la remera.¡Vamos malcriado!.

Maya Awasthi: ¿Cuántas veces te dije que no jugarás con Ranjeet?

Ishaan: Pero mamá, yo…..

Maya Awasthi: Ve a bañarte, luego veré esos moretones (Khan,2007,15´09´´-16´52´´).

Con el ejercicio de autoridad de Nandkishore Awasthi (papá de Ishaan) se deja en evidencia que se impone la voluntad del papá sin hacer coparticipe a Maya Awasthi (su esposa), cuando debe ser una decisión de ambos; sin embargo, Maya, con sus gesticulaciones y expresión corporal dio a demostrar que se sintió cohibida al no poder ayudar a su hijo Ishaan. El papá de Ishaan, en cierto momento, dominado por sus impulsos circuló en sus venas torrentes de testosterona que le indicaron, “corrige a tu hijo, sino seguirá haciendo de las suyas”, salió a flote la corrección para encausar la acción de su hijo Ishaan hacia la satisfacción de la mamá de Ranjeet. Ishaan quiso argumentar en relación a lo sucedido, pero fue coartado su derecho a réplica. Este acto violento se halla instalado en el preconsciente[iv] de Nandkishore Awasthi, pudiera hipotetizar, que fue reprendido en su infancia con la misma autoridad que reprende a su hijo “el estado en el que estas representaciones se hallaban antes de hacerse conscientes es el que conocemos con el nombre de represión” (Freud, 2000, p. 10); sin embargo, la actitud de  Nandkishore Awasthi, también se relaciona con la hipótesis de la autoexplotación[v], debido a que es un importante hombre de negocios, y desea que sus hijos sobresalgan de la misma manera y sean los primeros en su clase, por esa razón, asume cierto nivel de exigencia hacia sus hijos; ciertamente y de  manera paulatina en la película, Nandkishore Awasthi, ira concibiendo que Ishaan es un niño con un enorme potencial, por lo que, “la conciencia es un estado eminentemente transitorio” (Freud, 2000, p. 9), por ello, no es evidente un sentimiento de afecto hacia Ishaan.  Sin embargo, Maya decide consolar a su hijo Ishaan, y le dio a entender que Ranjeet es problemático por eso ya no debía jugar con él. El amor de su madre fortalece las emociones de Ishaan.

Educación tradicional.

El abordaje de esta categoría tendrá como preámbulo la cita y la interpretación de la canción “Otro ladrillo en el muro” (Another brick in the wall) de Pink Floyd “grupo británico de pop rock, integrado originalmente por Syd Barret (Cambridge, Reino Unido, 1946), Nick Mason (Birmingham, id., 1945), Roger Waters (Cambridge, Reino Unido, 1944) y Richard Wright (Londres, 1945)” (Ruiza, Fernández & Tamaro, 2004). La traducción al español, de la canción “Otro ladrillo en el muro” es como sigue:

No necesitamos «la no educación» (Doble negativa)
No necesitamos «la falta de control mental».

No al sarcasmo oscuro en la clase,
profesores dejad a los niños en paz.

¡Hey! ¡Profesores! ¡Dejad a los niños en paz!
A fin de cuentas, es sólo otro ladrillo en la pared.
A fin de cuentas, solo eres otro ladrillo en la pared.

No necesitamos «la no educación».
No necesitamos «la falta de control mental».

No al sarcasmo oscuro en la clase,
profesores dejad a los niños en paz.

¡Hey! ¡Profesores! ¡Dejad a los niños en paz!
A fin de cuentas, es sólo otro ladrillo en la pared.
A fin de cuentas, solo eres otro ladrillo en la pared.

«¡Mal, hazlo otra vez!»
Si no te comes la carne,
no comerás pudín.
¿Cómo puedes comer pudín[vi]
si no te comes la carne?
«¡Tú!» «¡Sí, tú, el de detrás de la caseta de las bicis,
ponte derecho chaval! [vii]

Otro ladrillo en el muro, fue interpretado por primera vez el 1° de julio de 1980[viii], causó euforia y fue un éxito en su época y lo sigue siendo, 40 años después, ya que forma parte de mi carpeta de canciones de rock, que escucho mientas voy viajando. Sin embargo, en este apartado, trascenderá, de solamente ser escuchado en las combis, por las/os adolescentes y los que tenemos el gusto por el rock.  El compositor de la canción, Roger Waters, escribía para vencer sus propias quimeras y de inspiración catártica del cual no podemos excluirnos. Hace una crítica al sistema educativo de su época. Al relacionar la letra y el vídeo de la canción, se puede abstraer que se expone la seriedad y pasividad de la vida en el aula aunado a la ferviente autoridad de los maestros; es una inspiración imaginativa y real, donde también se expone la opresión, la limitación de la potencialidad de las/os estudiantes y por ende la oclusión del canal de la imaginación y creatividad.

¿De 1980 al 2007 que tan vigente es lo que expone Roger Waters con la canción “Otro ladrillo en el muro”?, yo considero que mucho, ya que en la película se expone un claro ejercicio de autoridad de los maestros hacia Ishaan.

Si la autoridad es transmitida generacionalmente, significa que en el ámbito educativo, se da el ejercicio de la autoridad de acuerdo a las siguientes precisiones: con una legitimidad, es decir, que la persona que ejerce la autoridad ha sido elegido por la mayoría; la otra autoridad es designada por conveniencia, compadrazgo o de intereses según convenga para quien hace o lleva a cabo el nombramiento; el tercer tipo de autoridad es por merito propio y se legitima por la manera de cómo se llega en asumir el cargo. El ejercicio de la autoridad, puede ser netamente vertical, con resonancia vertical/horizontal y con una inclinación horizontal.

En efecto, quien ejerce la autoridad, ejerce la violencia, tras rebasar compulsivamente de lo que debe ser el diálogo y la comunicación con el otro convirtiéndose en la fatalidad, para quien la ejerce y el sometimiento para quien recibe la orden. Por ende, sus prácticas tienden a ser tradicionales. Tal como se aprecia en el siguiente fragmento de diálogo:

Maestra: Clase, vayan a la página 38, capítulo 4, párrafo 3. Hoy marcaremos adjetivos.

Maestra: También va para ti Ishaan Awasthi (Mientras Ishaan observa por la ventana).

Maestra: Página 38, capítulo 4, párrafo 3.

Maestra: ¿Puedo tener tu atención Ishaan? ¡Ishaan! (La maestra se dirige a Ishaan de manera enérgica)

Maestra: Dije, página 38, capítulo 4, párrafo 3.

Maestra: Lee la primera oración y di los adjetivos (Ishaan se encuentra en un caudal de dudas).

Maestra: Página 38, ¡Ishaan! Adit Lamba, ayuda al niño.

Maestra: El resto de ustedes miren sus libros.

Maestra: Lee la primera oración y dime: ¿Cuáles son los adjetivos?

Maestra: Ok, marquemos juntos los adjetivos.

Maestra: Léeme la oración. Solo lee la oración, Ishaan.

Ishaan: ¡Están bailando! (Sus compañeros se ríen y molesta a la maestra).

Maestra: ¡Silencio! ¡Habla en inglés!

Ishaan: ¡Las letras están bailando!

Maestra: ¡Están bailando!, así (La maestra mueve la cabeza, hacia abajo y hacia arriba, como si estuviera siguiendo el tono de una canción).

Maestra: Ok, entonces lee las letras danzantes.

Maestra: ¿Intentas ser gracioso?

Ishaan: waca aa aa a

Maestra: ¡Lee la oración, fuerte y correctamente!

Ishaan: Waca a aa aa a

Maestra: ¡Dije fuerte y correctamente!, Ishaan. ¡Fuerte y correctamente!

Maestra: ¡Fuerte y correctamente!

Ishaan: Bla bli bli bli li

Maestra: ¡Basta! ¡Ya es suficiente! ¡Sal! ¡sal de mi clase! ¡Afuera!

Maestra: ¿Tú también quieres irte?

Maestra: ¿Quién se está riendo?

Maestra: ¿Quién quiere seguirlo?

Maestra: ¡No quiero escuchar ni un murmullo en mi clase. ¡Miren sus libros!

Maestra: Desvergonzado. ¡Abran sus libros ahora!

Maestra: ¿Quién me dirá cuáles son los adjetivos? (Mientras Ishaan abandona el salón)

Maestra: No quiero ni un sonido de esta clase (Ishaan festeja levantando su brazo en su extrema derecha con el puño cerrado). (Khan, 2007, 20´30´´ – 25´00´´ ).

En esta escena y fragmento de diálogo, es evidente que el proceso está centrado en la maestra o maestro, perfilado a que es la poseedora y el poseedor del conocimiento, y que las/los estudiantes tienen que “aprender” y repetir textualmente; hay un claro, sometimiento de las/os estudiantes a las indicaciones de la maestra, a propósito de adjetivos, la clase es instructiva y unísona; hay cierta resistencia de las/os estudiantes, cuando se ríen de las acciones de Ishaan.  Ante lo dramatizado, la pedagogía tradicional, ha tenido distintas conceptualizaciones, y la manera de exponerlos; retomare los conceptos de dos educadores, uno de origen español y otro mexicano. De Zubiría (2010) afirma que:

…en la pedagogía tradicional el maestro es el transmisor de los conocimientos y las normas culturalmente construidas y aspira a que, gracias a su función, dichas informaciones y normas estén al alcance de las nuevas generaciones. El maestro «dicta la lección» a un alumno que recibirá las informaciones y las normas transmitidas para aprenderlas e incorporarlas entre sus saberes. El niño obtiene del exterior el conocimiento y las normas que la cultura construyó y gracias a ellos se convierte en hombre. (p. 73-74).

Ciertamente, en la escuela y en el aula, se institucionalizan, normas y reglamentos, como parte de las relaciones sociales entre el maestra/o-maestra/o, maestra/o-estudiante, estudiante-estudiante, padre/madre- estudiante; tanto en el interior como en el exterior de la escuela, coadyuvando fehacientemente en la formación del ente social. En el ánimo de seguir profundizando al respecto, la postura de Martínez (2014), arremete y se posiciona con una crítica más demoledora, tal como se ciñe “la pedagogía tradicional da forma a un modelo pedagógico deshumanizado y violento, adherido a la lógica del mercado, en donde la competitividad y la calidad terminan por sustituir al amor y a la dignidad humana.”(p.12). Retomando las dos posturas teóricas, puedo afirmar que las prácticas pedagógicas tradicionales siguen prevaleciendo, debido a que, es necesario desaprender y sacudirse de los paradigmas que se han estructurado en nuestra formación escolar; toca ahora adoptar un papel de estudioso constante y explorar otras pedagogías que pueden brindar elementos para proponer propuestas menos desalentadores.

Corporeidad de la dislexia y la realización de sueños.

Con este epígrafe, Ram, en una de sus sesiones, decidió dirigirse a su grupo, para relatarles la vida de personalidades importantes en la ciencia, artes, literatura y artistas con la finalidad de penetrar en las subjetividades de sus estudiantes y de manera especial de Ishaan. Mencionó a Albert Einstein, Tomás Alva Edison, Leonardo Da Vinci, etc.

Es una muy buena estrategia pedagógica, lo empleado por Ram, al hablarles de la vida de personas que tuvieron dislexia y que superaron con sus contribuciones al mejoramiento de la vida humana, y que muchos de sus inventos siguen vigentes. En lo particular, para adentrarme al estudio de la dislexia he decidido retomar parte de la vida de Tomás Alva Edison; centró mi atención ya que hizo importantes contribuciones a la industria cinematográfica y enriquece enormemente el objeto de estudio de la investigación.

Tomás Alva Edison nació en Milán, Ohio, el 11 de febrero de 1847[ix],  Sus padres Samuel Edison y Nancy Elliot. Desde pequeño dio muestra de una inconmensurable inteligencia intuitiva; fue el autor de muchos inventos que impulsaron el desarrollo tecnológico de los Estados Unidos; entre sus inventos se pueden mencionar: el fonógrafo, el telégrafo, la máquina de escribir Edison, Teléfono de Edison, bombilla eléctrica, el dínamo, el cinescopio, la batería eléctrica, por mencionar algunos de los más de mil inventos que patentó.

Es importante aclarar, que en las dos biografías que leí del renombrable inventor, no se menciona de manera explícita que padecía dificultad en escribir o leer, tal como se ha nombrado como dislexia. Por lo que considero oportuno citar un fragmento de su biografía, en el cual se constata y evidencia que Tomás Alva Edison, tenía dificultades de aprendizaje, y por ende demuestra el desconocimiento del maestro para brindarle una atención diferenciada.

—Pronto va a saberlo. ¿Es cierto que ha asegurado usted que mi pequeño tiene la cabeza vacía, lo cual es afirmar que es tonto?

—Lamentaría disgustarla, señora, pero ésta es mi sincera opinión — corroboró.

—Pues desde este momento puedo asegurarle que mi hijo no volverá más a una escuela en que el propio maestro no sabe lo que se dice… —dijo en tono solemne—.

¡Ya se convencerá usted algún día de que Tomás Alva Edison tiene mil veces más talento que usted!

Y el tiempo dio la razón a aquella madre que tenía una fe ciega en el talento de su pequeño, una fe nacida del profundo amor materno que le profesaba y de la gran experiencia y cultura que su magisterio le procuraron. Y es que las madres siempre tienen razón cuando de juzgar a sus hijos se trata.

Desde aquel mismo día en que publicó muy ufana la inteligencia de su hijo, ella misma se ocupó de la educación del muchacho. Huelga decir que con esta  resolución Al salió muy beneficiado. Porque nadie como la madre para moldear el carácter y orientar la vida del hijo. Junto a aquella mujercita culta y noblemente ambiciosa, sin alejarse nunca, durante estos primeros años, del regazo materno, adquirió Tomás Alva Edison el hábito del estudio, el afán de prosperar y el gusto por la literatura. Estas tres cualidades ya no habrían de abandonarle jamás, a lo largo de su provechosa y prolífica vida.(Verdejo, .f.,p. 12).

The History Channel, hizo eco a esta partitura de la vida de Tomás con un cortometraje dramatizado cuyo título es “Tomás Edison-El hijo de Nancy”[x]; ciertamente el contenido dista de manera significativa con el fragmento citado con anterioridad; sin embargo, cumple el fin de la producción, que es la celebración de las madres y de igual manera se asegura que no se cuenta con evidencia densa que Tomás encuentra la carta posterior a la muerte de su madre. Hecha la aclaración, lo que interesa en nuestro objeto de estudio es que Tomás Alva Edison fue considerado incapaz en la escuela y su madre se hizo cargo de su enseñanza.

Sin lugar a duda, Nancy Elliot, dejó una gran enseñanza para la posteridad; su paciencia y vocación para la enseñanza influyó notablemente para que su hijo Tomás desarrollara su precoz e intuitiva inteligencia para el desarrollo de muchos inventos, que hasta en la actualidad se sigue disfrutando de sus beneficios.

Bien, ahora pasamos a la revisión de las definiciones que se han formulado a partir del interés por el estudio de la dislexia en los campos de la psicopedagogía, psicología y pediatría; una primera definición de dislexia es la “discapacidad específica y persistente para adquirir, de forma eficaz, las habilidades lectoras que permiten a la niña o el niño, alcanzar con normalidad aquellos aprendizajes mediatizados por el soporte escrito” (Román, 2008, p. 14), hay otra postura un tanto distinta que a la cita dice “individuos que presenten historia de lentificación o imprecisión lectora persistente, dificultades en la comprensión de lo leído o un deletreo defectuoso…”(Matute&Guajardo,2012,p. 4); en el ánimo de seguir esclareciendo hay otro punto de vista que asume “es una dificultad puntual, específica, en la lectura precisa y fluida, en la automatización del proceso lector” (Pearson,2017,p.15); y tenemos otro punto de vista desde la pediatría que instala que es “un término…para referirse a un patrón de dificultades del aprendizaje que se caracteriza por problemas con el reconocimiento de palabras en forma precisa o fluida, deletrear mal o con poca capacidad ortográfica” (Rello, 2018,p.32).

En lo personal, y desde un punto de vista de la docencia, coincido que es una dificultad de aprendizaje que se caracteriza por el impedimento de efectuar una lectura fluida y escritura legible. Una vez aclarado, las acepciones de la dislexia, retomaré el recorrido que hizo el maestro Ram, para diagnosticar la dislexia en Ishaan. Propiamente en la película, no contaba con un escrito de determinada naturaleza como el que se va retomar para la realización de una evaluación psicopedagógica con sospecha de posible dislexia.

Información sobre el alumno: Condiciones personales de discapacidad o sobredotación, historia educativa o escolar, nivel de competencia curricular y estilo cognitivo.

Información sobre el contexto escolar: Análisis de las características de la intervención educativa, análisis de las características y relaciones en el grupo clase y análisis de la organización de la respuesta educativa.

Información sobre el contexto familiar: Características de su familia y de su entorno, expectativas de los padres y posibilidades de cooperación en el desarrollo del programa.(Román, 2008,p.41).

Este trabajo exploratorio, fue el realizado por el maestro Ram. En alusión, a la tarea docente llevada a cabo, el mismo autor comparte el protocolo de identificación de niñas/os con dislexia para ser retomado y recartografiado de acuerdo a los contextos escolares y lo que puede complementar en un momento dado la indagación es valerse de instrumentos o test vinculados a la detección de la dislexia.

Las orientaciones para la intervención educativa, va de acuerdo al perfil psicopedagógico y la edad de las/os estudiantes. En este caso se sugiere una atención personal o en grupo pequeño para lograr su atención y concentración en las actividades. Hay una notable convergencia entre la vida de Tomás Alva Edison, dedicado a la invención e Ishaan Nandkishore Awasthi, un niño de 8 años que encaminó su talento hacia el dibujo y la pintura; hay algo más de común en ellos, que jamás renunciaron a sus sueños, impregnando, pasión y emoción, en lo que les gustó hacer.

Para la atención de niños de 3 a 6 años de edad se sugieren las siguientes actividades:

Conciencia fonológica: detección de rimas, sílabas, sonido inicial y final, deletreo de palabras por el sonido. Se hace énfasis en la posición de la boca para producir los diversos sonidos, lo cual genera rápida conciencia de fonema.

Reconocimiento de letras: se trata a las letras como sonidos (la sss), es decir, no por el nombre hasta que no domine el principio alfabético, se la asocia a un dibujo en particular (la sss de serpiente), y luego de que domina los sonidos se enseña el nombre de la letra (la ese).

Escritura: representación de los sonidos que va detectando, primero letra inicial y final, luego sonidos medios.

En forma conjunta, suele trabajarse también el conteo oral, el reconocimiento y escritura de números, ya que son habilidades comúnmente menos desarrolladas en niños en riesgo. Además se lo puede iniciar en la estrategia de lectura silábica que se explica más abajo. Trabajar en la estrategia de lectura (la mmm con la aaa, MA) los ayuda a comprender más rápido el principio alfabético.

Tabla 1. Ideas para estimular predictores

NOCIONES ACTIVIDADES
Conciencia fonológica – Jugar al “crea genios” o “buscando letras” (lotería por fonema inicial).

– Jugar a decir palabras que empiecen con determinado sonido. Por ejemplo: “Viene un barquito cargado de palabras que empiezan con mmmmm”. Empezar con las vocales, luego las consonantes continuas (S, L, M, N, R, F, J) después las discontinuas (T, P, D, B, G, C) y finalmente las demás.

– Nombrar imágenes de juegos como el memotest, y decir con qué sonido empiezan.

– Tomar imágenes de juegos como el memotest y jugar a dar pistas sobre el dibujo informando sobre la categoría a la que pertenece (animal, objeto, planta, bebida, mueble, etc.), rasgos característicos (tiene 4 ruedas) y función (sirve para transportar cosas), pero también incluyendo como pista el sonido con el cual empieza (empieza con “ccccc/kkkkk”)= camión/camioneta.

– Jugar a desmenuzar las palabras cortas en sus sonidos (SOL- SSS-OOO-LLL).

– Jugar a cambiarle el sonido inicial a palabras cortas. Por ejemplo: pala, cambiar pppp por sssss, ¿qué quedó? Sala.

Reconocimiento de letras – Cantar el abecedario.

– Trazar las letras con diversos materiales (plastilina, sobre polenta o harina, con marcador, crayón, arena).

– Jugar a “descubrir” de qué letra se trata poniéndose un antifaz y sintiendo en las manos la letra de goma eva u otro material rugoso.

– Realizar actividades del libro Letramanía 1 o Benteveo palabras 1.

Escritura – Promover la escritura espontánea de palabras de cuatro o cinco letras fomentando el deletreo y la correspondencia con la letra.

– Practicar el trazado y direccionalidad de letras y números (en polenta, con marcador, en el aire, en la espalda, en la pizarra).

– Jugar a escribir la letra inicial de las palabras, luego la final. Incentivar especialmente las vocales, luego las consonantes continuas (como S, L, M, N, R, F, J) y luego las discontinuas (T, P, D, B, G, C).

Reconocimiento de números – Jugar a tirar la pelota mientras se va contando, el adulto dice los números impares y el niño los pares. Hacerlo primero hasta el 10, luego hasta el 20, luego hasta el 30, para que incorpore la serie numérica mental.

– Trazar los números con diversos materiales (plastilina, sobre polenta o harina, marcador, crayón, arena).

– Jugar a “descubrir” de qué número se trata poniéndose un antifaz y sintiendo en las manos el número de goma eva u otro material rugoso.

Fuente: (Pearson, 2017,p. 73).

Para la atención de niños de 6 a 12 años, se sugiere tomar en cuenta las actividades de atención:

Etapa inicial. Cuando aún no se ha iniciado en la lectura se refuerzan los predictores y se le enseña que dos sonidos juntos forman una sílaba (mmm con la aaa, ma). Si bien se comienza diciéndole la mmm con la aaa, luego habrá que decirle que ya no necesita decir eso para que no incorpore una estrategia poco económica, sino directamente leer ambos sonidos juntos (mmmaaa). Luego de poder reconocer y leer sílabas, se estimulará al niño para juntar dos sílabas y formar una palabra de estructura simple (CVCV-consonante vocal), para finalmente llegar al significado de la palabra. Cuando ya puede leer palabras simples, aún aquellas que no ha practicado, se puede pasar a lo que se llama etapa 1 o fonológica.

Etapa fonológica de lectura. Se entrena al niño en la lectura por sílabas de palabras de diversa complejidad. Una técnica frecuente es pedirle que vaya marcando el ritmo silábico con golpecitos sobre la mesa. También se le enseña a respirar exageradamente para que aprenda a manejar el aire. Es usual pedirle que tome aire, luego que lea por sílabas, y que al final de la palabra o en los puntos y las comas, largue el aire sobrante para luego volver a tomarlo. Se lo anima a leer siempre en voz alta, y nunca primero en silencio y luego en forma oral. También se lo anima a que utilice esta estrategia de leer mientras marca el ritmo silábico en palabras largas o difíciles.

Etapa ortográfica. Se le enseña a “mirar” la forma visual de las palabras mientras se las lee en forma rápida (1 segundo). Se le dirige la atención a la letra inicial y final con la que empiezan; a la forma global (si es “chata” como “mañana”, o si tiene letras que suben y bajan como “pelota”). También se le enseña a mirar el texto en forma global, es decir, a ver más allá de la palabra que está leyendo. Una técnica frecuente es jugar al “stop”: cuando se dice stop, el niño debe levantar la vista y decir qué palabras seguían a la derecha, es decir, las que todavía “no leyó”.

Etapa expresiva o fluida. Esta es la última etapa de la lectura. Una vez lograda, se considera que se ha automatizado el proceso lector. En este sentido no se toman en cuenta estrategias de comprensión y procesamiento de textos, sino tan solo de automatización del acto lector. La comprensión se aborda hasta este punto como simple “parafraseo”, es decir, se pide al niño que diga qué comprendió. Luego, en adolescentes y universitarios se propone un trabajo más enfocado a la comprensión, pero sobre la base de que decodifican relativamente bien. Para lograr fluidez y expresión, es fundamental que las etapas fonológica y ortográfica estén logradas. El paciente debe leer con pocos errores, aunque lo haga de un modo monótono. Entonces se le enseña a ponerle expresividad al texto. Algunas técnicas simples que se trabajan para esto son pedirle que “alargue” la sílaba de alguna palabra (se alarga la sílaba tónica, pero como les resulta difícil identificarla, se le pide que alargue las sílabas de las palabras que tienen tilde), o que ponga entonación cuando vea un signo de interrogación o exclamación. También se le enseña a dominar el acento o el énfasis del tono pidiéndole que lea como leería un extranjero el español. Es un ejercicio simple y divertido y les puede dar una rápida idea de cómo empezar a ponerle entonación al texto. Siempre se le pide que respete el ritmo, la respiración en puntos y comas, y el silabeo de palabras difíciles.

Además de trabajar las estrategias lectoras, es importante reforzar las habilidades fonológicas mediante ejercicios de deletreo y composición de palabras, ejercicios que son la base de la compensación y de la lectura y la escritura precisas.

En forma conjunta, es relevante trabajar otras destrezas en las que también se ve el impacto de la dislexia, como la escritura o la organización de una redacción o una mayor variedad lingüística; el cálculo mental y en algunas ocasiones el afianzamiento del sistema de numeración, es decir, la identificación del nombre de los números, la escritura de los números y el conteo oral enfatizando el pasaje de decena a centena a fin de afianzar el concepto de inclusión que encierra un número, ya que se les hace especialmente difícil entender que antes de un número terminado en ceros, se ubica uno que termina en 9, por ejemplo: 500-499 o 40-39.

Asimismo, es común que en el tratamiento se brinden estrategias para retener aprendizajes básicos que se dan en la primaria. Como un alumno con dislexia suele tener mala memoria verbal, se le dan ideas para guardar la información de conceptos importantes, como apoyarse en pequeñas historias o ayudamemorias. Estas estrategias suelen aplicarse a conceptos como palabras agudas-graves-esdrújulas, sustantivo-adjetivo-verbo, restas y sumas con dificultad, mecánica de la división, etc. (Pearson, 2017.p.75-76).

Con las aportaciones anteriores, se tiene un bagaje de propuesta de actividades que pueden delinear la intervención pedagógica en el aula con las/os estudiantes a quienes se les ha diagnosticado dislexia.

De vuelta al lugar de los hechos. Un estudio de caso.

Cuando Ram Shankar Nikumbh, maestro de artes, se presenta por primera vez en el grupo de Ishaan, rompe con el paradigma de la escuela tradicional e inicia la clase con baile y canto, llamando la atención de la mayoría del grupo, excepto de Ishann; Ram demuestra un estilo de enseñanza distinto al de su antecesor, que se caracterizaba por ser muy enérgico en clase. Hizo dos intentos de acercamiento a Ishaan, y él prefirió mantenerse pasivo sin abrirse a ninguna posibilidad de comunicación.

Ram ante lo acontecido, decidió revisar el portafolio de evidencias de Ishaan, y halló que su escritura no es clara ni legible, por lo que en un primer momento diagnosticó dislexia; y decidió emprender un viaje largo a la casa de los papás de Ishaan; llevando consigo los cuadernos de apuntes para explicar en gran medida la dificultad de aprendizaje que presenta Ishaan.

Los pasos que llevó a cabo Ram, con la finalidad de solucionar el problema, son:

  1. Observó la falta de interés y atención de Ishaan.
  2. Indagó con las personas más cercanas a Ishaan.
  3. Revisó e interpretó datos (cuadernos de Ishaan, dibujos, pinturas y libro de pasadas de la separación familiar).
  4. Práctica de campo (Visita domiciliaria).
  5. Negociación del rol con el director del internado.
  6. Acompañamiento y tutoría.
  7. Festival de artes.

Esta propuesta fue llevada a cabo por Ram, motivado por la dificultad de aprendizaje que evidenciaba Ishaan. Yacen connotaciones de los pasos de la perspectiva de investigación de estudios de casos, que pueden tomarse a consideración para estudios propios de problemáticas que aquejan a los centros escolares.

Creaticidio: Prohibido no ser estrella en la Tierra.

Las niñas/os nacen dotadas/os de una enorme capacidad y talento innato, son dudosas/os por naturaleza, son averiguados y espontáneos; si a ello, le sumamos la estimulación temprana, tanto psicomotor como de lenguaje, su desarrollo será aún más íntegro. Las/os niñas/os son afectivos y exentos de orgullo, envidia, egoísmo e ira, sólo por mencionar algunos; las/os niñas/os se hacen a imagen y semejanza de las/os adultas/os. Las mamas, los papás, las/os maestras/os  y las personas que están a su alrededor contribuimos en su amoldamiento, que no se puede soslayar, las/os niñas/os son curiosos innatos, y pareciera que las/los adultas/os  lleváramos en el tórax una inscripción que dice <prohibido preguntar muchas cosas>, se evaden las preguntas como si fuera evidentes, respondiendo, ¿Por qué preguntas eso?, ¡después te lo digo!, ¡me fastidia que preguntes!, con estas afirmaciones o pregunta a la pregunta, se  disipa la curiosidad. Si no se supiera la respuesta en determinado momento, se puede asumir, ¡no se la repuesta, lo investigamos juntos en la biblioteca!, ¡tengo un amigo que domina esa disciplina, le preguntaremos!, pudiera ser una salida más asertiva. Su paso por la escuela su mente se escolariza de normas, reglamentos y a un currículo prescrito, entonces me surgen las interrogantes: ¿En qué momento se promueve la creatividad en el niño/a?, Las/os maestras/os realmente han procurado su  desarrollo?, ¿Cómo se planea y evalúa las actividades que promueven la creatividad?, ¿Las/os maestras/os están dispuestos a renunciar al micropoder que se sitúa en el aula?, ¿De qué manera se atienden las necesidades de aprendizaje en la diversidad?, etc.

Ahora, citaré un fragmento de diálogo de la película,  en el cual se evidencia una práctica docente donde se obstaculiza la creatividad.

Maestro: Niños abran sus libros de dibujo y tomen su lápiz (Mientras Ishaan observa a una mamá pájaro alimentando a sus crías).

Maestro: Bien. Ahora copien las formas sin usar regla.

Maestro: Las líneas deben ser perfectamente derechas, o 5 golpes en sus nudillos (El maestro le arroja tiza a Ishaan).

Maestro: Hey niño nuevo.

Maestro: Los ojos en el pizarrón. Muéstrame donde hice el punto. Muéstrame el punto. ¡No te quedes ahí como un búho!

Maestro: ¡No se rían!

Ishaan: No lo veo (Sus compañeros se ríen).

Maestro: ¿No lo ves? ¡No ves el punto!

Maestro: Satyajit Bhatkar.

Satyajit Bhatkar: ¿Si, señor?

Maestro: Ven aquí y muéstrale donde hice el punto en el pizarrón.

Maestro: ¡Ahora lo ves!

Maestro: Muy bien. Ven aquí.

Maestro: Rápido.

Maestro: 5 golpes, así tu atención no vuelve a vagar más. Pon tu mano.

Maestro: Cierra tu puño.

Maestro: Sigue con tu tarea.

Maestro: Quiero figuras perfectas. O si no, 5 golpes en la otra mano.

Maestro: ¡Ve! (Khan, 2007, 1hr00´52´´-1h02´50´´).

La actitud del maestro es cuestionable, en varios aspectos, él asume el protagonismo en el aula, sus indicaciones son escuetas y contrastantes, cuando dice: Sin usar regla….las líneas deben ser perfectamente derechas; demuestra que tiene la razón al igualar las habilidades y destrezas de sus estudiantes; y lo que socaba totalmente su ética, al golpear cinco veces los nudillos de Ishaan.

El envés, de lo anterior, es lo demostrado por Ram, maestro de artes; en un segundo momento de contacto, las/os estudiantes con las artes, él plantea el siguiente desafío:

Ram Shankar Nikumbh: Aquí tienes, este es para ti. Este es para ti, y para ti.

Ram Shankar Nikumbh: Pinten, dibujen, hagan lo que quieran.

Ram Shankar Nikumbh: Sacare esto de aquí y ya vuelvo.

Estudiante: ¿Qué dibujos, señor? No hay nada en la mesa.

Ram Shankar Nikumbh: ¿Esta mesa?

Ram Shankar Nikumbh: Esta mesa es muy pequeña, mi amigo, muy pequeña para contener el maravilloso mundo de la imaginación.

Ram Shankar Nikumbh: Mira en la ventana de tu mente, busca una imagen hermosa.

Ram Shankar Nikumbh: ¡Sácala y ponla en el papel!

Ram Shankar Nikumbh: Vamos, diviértanse. Aquí nadie los detendrá (Khan, 2007, 1hr17´25´´-1h18´04´´).

Ram descoloca el enfoque autoritario y de rendimiento productivo y competitivo de la educación por un enfoque más humano, dialógico, empático y colaborativo. Cambia el sentido de la narrativa, lo escrito hasta el momento, abre páginas que ya se han escrito, e inspira, y apasiona llevando a la acción lo impostergable. El festival de arte, permitió un cierre espectacular, ya que puso al descubierto los talentos artísticos del director, profesores/as y todas/os las/os estudiantes del internado. El primer lugar estuvo reñido, entre Ishaan y su maestro Ram; por decisión de los jueces se lo otorgan a Ishaan. El festival mantuvo felices a la comunidad escolar, ciertamente, se demuestra que las/os maestras/os y las/os estudiantes son sujetos con mucha carga emocional, que no solamente son de carne y hueso, son y somos vida.

Dejo la ventana abierta, a la categoría, creaticidio, al plantear la pregunta: ¿Cuáles deben ser las reelaboraciones en la pedagogía que son necesarias para continuar en el tránsito de la adopción de un enfoque ligado en propiciar la creatividad?

 

Resultados.

Con el estudio se pudo comprobar que los aspectos sociales, psicológicos, familiares y escolares fueron determinantes  para que Ishaan tropezara con muchos obstáculos por su necesidad propia de aprendizaje. Paulatinamente conforme se fue desarrollando la película, la mamá, papá, maestras/os y compañeras/os  se fueron haciendo conscientes de la necesidad de atención de Ishaan. La desvinculación de la o el maestra/o con la mamá y papa, desencadenó, el corpus que tuvo que pasar Ishaan en la escuela.

La actitud innovadora y creativa, del maestro de artes, propició un ambiente escolar ameno y aperturó que se escucharan todas las voces en el aula. De igual manera, asumió el rol de maestro investigador y se involucró en la cotidianidad, y remarcó que desde los quehaceres, las/os maestras/os pueden hacer más por las/os estudiantes. Se evidenció una incompatibilidad de su pensamiento con los acontecimientos que mantenían reprimidos a las/los estudiantes.

La inmersión en las categorías como el autoritarismo, la educación tradicional, la dislexia, el estudio de casos como perspectiva de investigación y el creaticidio, provocaron una aventura incansable en la búsqueda de las relaciones de los  personajes de la película, con las categorías y los aportes de diversos autores. Mismo que emergió un diálogo consensuado de autoaprendizaje vinculado a la necesidad de iluminar senderos de duda.

El filme ofreció, de acuerdo a mi mirada,  una gama de posibilidades de análisis e interpretación para poder entender los hilos de la red social que envolvían a Ishaan y sus dificultades propias de aprendizaje; cabe la posibilidad de que tengamos a más de un Tomás e Ishaan en el aula, que han puesto o pondrán a prueba nuestra percepción y acción, y será parte de la cotidianidad, considerar en las secuencias didácticas los contenidos transversales, como la discriminación,  la tolerancia e igualdad, y tener presente la consigna de no dejar nadie atrás.

La película culminó con un final feliz, favoreciendo la unión familiar, el que Ishaan haya aprendido a leer y escribir; y la ruptura del dogmatismo que imperaba en la escuela con el festival de artes que se realizó al cierre del período escolar.

 

Conclusiones.

A manera de conclusión, el documento surgió del interés en profundizar las categorías identificadas mientras disfrutaba en familia la película “Estrellas en la Tierra”, ha sido una verdadera aventura de indagación, redacción, comunicación y ocupación durante el confinamiento por la pandemia COVID-19; la lectura en estos tiempos ha sido parte de mi bitácora.

En lo que respecta, al aspecto metodológico, se dieron pinceladas acerca de la perspectiva cualitativa del estudio de casos, que puede ser uno de los caminos, por el cual transitar en la búsqueda de soluciones a la diversidad de problemas educativos que permean en los centros escolares.

Es momento de explorar, las otras pedagogías, que se están gestando desde los colectivos, centros de investigación educativa y luchas sociales, ya que tanto la pedagogía tradicional como el paradigma cognitivo, le han apostado a las exigencias del mercado, dejando a un lado, el sentido de la vida y felicidad humana en relación armónica con la naturaleza, los deseos y los sueños. Proponer el estudio de las artes, la literatura y la filosofía, como un espacio de libertad de elección por parte de las/os estudiantes.

Con plena seguridad, desde este momento, ver películas ya no será lo mismo, estará presente la interpelación de manera acuciante y la estimulación para seguir aportando reflexiones; y ello abre un abanico de posibilidades de emplear las películas como recurso didáctico, tanto en la profesionalización docente como en el desarrollo de las sesiones de clase en el aula escolar.

De la misma manera, se ha trastocado las emociones, como la parte medular en el proceso de enseñanza-aprendizaje; la o el docente tiene que llegar emocionado en el aula, para lograr despertar el interés y la creatividad en las/os estudiantes y ganarle la batalla, a la otra escuela, del vandalismo, la drogadicción, el alcoholismo y el trabajo a temprana edad, que tanto daño han hecho a las/os  niñas/os y adolescentes al absorberlos y desprotegerlos de la oportunidad de valerse por sí mismo ante una sociedad individualista y sumido en la competencia.

 

Referencias.

Byung-Chul Han (2013). Topología de la violencia. Editorial Titivillus epub base r1.2. Disponible en:

De Zubiría Samper, Julián (2010). Los modelos pedagógicos. Hacia una pedagogía dialogante. 3ª ed.  Magisterio Editorial.

Dorfman, Ariel; Mattelart, Armand (2005). Para leer al pato Donald. Comunicación de masa y colonialismo. 1ª ed. Buenos Aíres: Siglo XXI Editores Argentina. De http://www.sigloxxieditores.com.ar/pdfs/dorfman_mattelart_para_leer_al_pato_donald.pdf

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[i] El término entendido como las acciones que imposibilitan u obstaculizan la creatividad y se hace de manera inconsciente por anteponer lo cognitivo como el umbral de la realización humana.

[ii] Consultado en el Diccionario de la Real Academia Española. Disponible en https://dle.rae.es/autoridad?m=form

[iii] Consultado en el Dicccionario de la Real Academia Española. Disponible en https://dle.rae.es/autoritarismo?m=form

[iv] De acuerdo a la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud en su libro titulado el yo y el ello, se nos presenta dos clases de inconsciente: Lo inconsciente, capaz de conciencia, y lo reprimido, incapaz de conciencia…. A lo latente, que sólo es inconsciente en un sentido descriptivo y no en un sentido dinámico, lo denominados preconsciente, y reservamos el nombre de inconsciente para lo reprimido, dinámicamente inconsciente.

[v] La autoexplotación, es un término acuñado por Byung Chul Han en su libro “Topología de la violencia” y alude que la autoexplotación en el modelo económico capitalista es más eficiente que la explotación del otro, ya que el trabajador lo hace de manera consciente y en toda libertad para cubrir sus necesidades inmediatas. Por ejemplo, si se encuentra pagando las letras de su vehículo o las mensualidades de su casa, el trabajador siente el influjo de trabajar más para cubrir los pagos de sus bienes materiales.

[vi] Especie de pastel, dulce o salado, que se elabora con diversos ingredientes picados y mezclados con huevos o leche, que se cuece y cuaja dentro de un molde de paredes altas al baño María; puede servirse caliente, templado o frío. También se le conoce como budín. Consultado en el siguiente enlace https://www.google.com/search?q=afiche&oq=afiche&aqs=chrome.0.0j69i59j0l6.8492j0j8&sourceid=chrome&ie=UTF-8#dobs=pudin

[vii] La traducción de la letra de la canción “Otro ladrillo en el muro” fue copiado del enlace: https://www.letraseningles.es/letrascanciones/traduccionesPR/PinkFloyd-Brickonthewall.html

[viii] Esta fecha fe tomado de la obra “Roger Waters. Paredes y puentes: El cerebro de Pink Floyd” escrito por Sergio Marchi.

[ix] Tomado del libro: Biografía de Thomas Alva Edison, escrita por por C. Verdejo.

[x] El cortometraje dramatizado se encuentra disponible en you tube, con el siguiente enlace: https://www.youtube.com/watch?time_continue=45&v=ghWhPf73GtY&feature=emb_logo

Imagen: http://www.blogbonniebee.com/wp-content/uploads/2015/11/taarezameenpar_6680.jpg

Fuente: El autor escribe para OVE.

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Libro (PDF): La inclusión social y la ciudadanía de las y los jóvenes en entornos de violencia, y exclusión en Veracruz

Reseña: CLACSO

Este documento sistematiza el proceso de diagnóstico e intervención de un proyecto sobre la inclusión social y la ciudadanía de las y los jóvenes en entornos de violencia, vulnerabilidad y exclusión en México. El proyecto, centrado en jóvenes vulnerables a diversos tipos de violencia social, se implementó en colonias periféricas de Poza Rica, Xalapa, Veracruz y Coatzacoalcos, con el objeto de contribuir a la construcción de redes, al fortalecimiento de trayectorias, la participación ciudadana y el acceso de las y los jóvenes a la justicia, mediante el desarrollo de sus capacidades de reflexión y liderazgo en diferentes campos sociales. La sistematización se realizó bajo el paradigma crítico, para promover la reflexión, identificar oportunidades de intervención social y promover buenas prácticas con jóvenes. Estamos seguros de que los resultados aquí expuestos serán de utilidad tanto para las organizaciones e instituciones que trabajan con jóvenes, como para las y los actores involucrados en esta intervención intersectorial; seguramente nos ayudará a tomar mejores decisiones en proyectos futuros.

Autor (a): 
José Alfredo Zavaleta Betancourt. Nemesio Castillo Viveros. Laura Elizabeth Cervantes Benavides. [Autora y Autores]

Editorial/Edición: CLACSO. Universidad Autónoma de Ciudad Juárez – UACJ. IDRC – Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo.

Año de publicación: 2020

País (es): Argentina. México

ISBN: 978-987-722-734-5

Idioma: Español

Descarga: La inclusión social y la ciudadanía de las y los jóvenes en entornos de violencia, y exclusión en Veracruz

Fuente e Imagen: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/libro_detalle.php?orden=&id_libro=2263&pageNum_rs_libros=0&totalRows_rs_libros=1440

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Derecho a decidir. El mercado y el cuerpo de la mujer

Reseñas/Noviembre 2020/rebelion.org

Autora: Carmen Domingo
Prólogo: Almudena Grandes
Presentación: Pascual Serrano
Ediciones: Akal 2020
ISBN: 978-84-460-4901-2

Una nueva misogínia nacida del calor de las doctrinas ultraliberales que campean en la jungla del mercantilismo salvaje, aplica al cuerpo de las mujeres señala Almudena Grandes

Aquel grito feminista del siglo pasado, el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo, ha terminado en manos del mercado, convertido en un bumerán sobre las mujeres… Lo que denuncia Carmen Domingo es que parece que, cuando se trata del cuerpo de la mujer es cuándo los límites del mercado dejan de existir y ya todo se puede comprar o vender dice en la presentación del libro Pascual Serrano

En los últimos años ha aumentado de forma significativa la reflexión sobre los problemas que atañen a las mujeres, los dilemas que asedian sus cuerpos y, como consecuencia, las demandas feministas para tratar de solucionarlos. Así ha sido como, en la actualidad, vivimos un nuevo ciclo de movilizaciones y una diversificación de los discursos feministas, en especial de aquellos relacionados con un tema que parecía superado ya en el siglo XXI: «El derecho de las mujeres a decidir sobre nuestro cuerpo». Un derecho a decidir ⎯asumida ya la legitimidad del aborto⎯ que atañe a muchos dilemas: la abolición o regularización de la prostitución; las prohibiciones e imposiciones religiosas; las tiranías estéticas que viven muchas mujeres en Occidente para poder acceder a realizar trabajos de distinta índole, o la ilegalidad, que quieren convertir en legalidad, de alquilar a una mujer con el propósito de dejarla embarazada y acabar comprándole el hijo tras dar a luz.

Temas que, sin duda, ponen el foco en la condición, todavía subalterna y vulnerable, que viven las mujeres y señalan sus cuerpos como objetos, depósitos del placer, susceptibles de ser comprados, alquilados y vendidos por los hombres. Asuntos acerca de la dignidad y hasta el orgullo de «otros» que, por extraño que parezca, les dejan, en no pocas ocasiones, escaso margen de maniobra para decidir qué hacer al respecto.

Temas ⎯los cuatro⎯ a través de los que se evidencia cómo, en la mayoría de casos, la clase política huye del debate, de uno o de todos, porque ⎯sin importarle demasiado la situación en la que se debe encontrar una mujer que llega a ese escenario⎯ va de la mano de grupos de presión y lobbies que se desenvuelven con soltura y sin complejos en el marco de democracias despolitizadas y preocupadas sólo por los beneficios económicos.

Parece que no debería generar ninguna duda que, cuando existe una necesidad básica, lo que decide cualquier mujer para conseguirla no es una reacción fruto de su libertad, sino condicionada, precisamente, porque no la tiene. Así pues, en realidad, no siempre tienen el «derecho a decidir sobre nuestros cuerpos», tal como sería deseable en pleno siglo XXI. Ya lo decía con claridad Rousseau en el lejano siglo XVIII, en El contrato social: la auténtica libertad surge de las condiciones materiales. Quizá la solución pasa por que «nadie sea tan pobre como para querer venderse y nadie sea tan rico como para poder comprar a otros»; sólo así la mujer conseguirá , de verdad, poder decidir sobre su cuerpo.

Derecho a decidir. Editorial AKAL

Fuente e imagen tomadas de: https://rebelion.org/derecho-a-decidir-el-mercado-y-el-cuerpo-de-la-mujer/

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