Reseña:
Autor | Manuel Castells |
Edición | 2 |
Editor | Alianza, 2015 |
ISBN | 8491040641, 9788491040644 |
N.º de páginas | 324 páginas |
Reseña:
Autor | Manuel Castells |
Edición | 2 |
Editor | Alianza, 2015 |
ISBN | 8491040641, 9788491040644 |
N.º de páginas | 324 páginas |
Reseñas/África/Mali/09 enero 2020/Autor: Albert González/El país
1 Alta tasa de población analfabeta. La tasa de escolarización en Educación Primaria en Malí es baja debido a los pocos recursos de los que disponen las familias para conseguir libros y material escolar. Se estima que entre el 27% y el 47% de la población es analfabeta, a pesar de que la enseñanza es gratuita y obligatoria entre los 7 y los 16 años. La situación es especialmente crítica en zonas como Gao, Tombuctú y Kidal.
2 Exclusión del sistema social. El 56% de los niños en edad de escolarización, tanto de Primaria como de Secundaria, son excluidos del sistema escolar, según cifras de Unicef. La situación es especialmente grave en las zonas rurales del país, que han sufrido el éxodo de población hacia la ciudad debido al conflicto armado que se mantiene vivo desde 2012. Los factores que explican esta situación de exclusión social suelen ser los ingresos, la localización, el género y la situación familiar de los más pequeños.
3 La discapacidad, otra forma de discriminación. La discriminación y la marginalización afecta a las familias de niños que viven en situación de pobreza: aquellas que habitan en pueblos remotos o son nómadas, menores de edad con discapacidad o aquellos que son captados por las escuelas coránicas. Solo el 5% de las personas con discapacidad han sido escolarizadas, según Hándicap Internacional. Además, son víctimas de prejuicios y discriminación ya que son estigmatizadas en las comunidades y se les esconde.
4 Las niñas, más vulnerables. La desigualdad entre niñas y niños en Malí aumenta en Secundaria y en el ciclo superior. Para muchos padres, la escolarización no es una prioridad en las niñas, que deben quedarse en casa para realizar tareas domésticas. Este fenómeno se acentúa especialmente en zonas rurales, según un informe sobre la situación de los derechos del niño de Educo Malí, ya que o bien migran a la ciudad o son víctimas del matrimonio infantil. Uno de cada dos adolescentes se casan antes de los 18 años, según Unicef.
5 Largas distancias de clase a casa. En Malí, una media del 7% de la población escolarizada debe recorrer más de cinco kilómetros para ir a clase, según el Informe de evaluación diagnóstica del sistema educativo del país realizado por Oxfam. Lo recomendable, según esta organización internacional, es que los alumnos no tengan que recorrer más de tres kilómetros para ir a la escuela. En la región de Gao son más del 11,3% de la población quienes hacen este largo recorrido y en Segou llega hasta el 12%.
6 Las escuelas coránicas. El 10% de los alumnos en el primer ciclo de educación básica en Malí están escolarizados en escuelas coránicas, según un informe de Oxfam. Muchos niños de ellas quedan excluidos del sistema clásico ya que muchas veces la comunidad no encuentra que la educación pública refleje su cultura e incluso que pone en peligro sus tradiciones. Desde hace unos años se ha impulsado una estrategia del Ministerio de Educación del país para integrarlos a estos alumnos en el sistema educativo oficial.
7 La economía como freno a la escolarización. Los gastos de escolarización son otro de los frenos con los que se encuentran las familias en situación de mayor pobreza. En la mayoría de países de la región las dificultades económicas son la principal justificación de los padres y madres para explicar la no escolarización, según el informe ‘Garantizar una educación para todos en Malí’, de Oxfam. En el país, la educación es oficialmente gratuita aunque realmente supone un coste importante, pues se deben pagar los gastos de matriculación a la escuela y también el material escolar.
8 Abandono de la escuela. El 51,7% de los niños malienses deja la escuela antes de entrar en segundo ciclo, según un informe de Unicef. Al abandono escolar hay que sumarle la falta o ausencia de formación del profesorado y los métodos arcaicos de educación utilizados.
9 Aulas masificadas y trabajo infantil. En cada aula en Malí conviven entre 60 y 80 niños, lo que provoca situaciones de violencia en un país inmerso en un conflicto armado desde 2012. Las condiciones familiares también favorecen al abandono escolar ya que la mayoría de los menores de edad trabajan en casa o en el campo además de ir a la escuela: dos de cada tres, de entre cinco a 17 años, tiene un trabajo agrícola o doméstico a pesar de que trabajar está prohibido antes de los 14 años, según datos de la Coordinadora Internacional del Trabajo en Malí.
10 Acoso sexual en las aulas. El 71% de las niñas en Malí han sufrido violencia sexual por parte del profesorado o de sus compañeros de aula, según el informe ‘La violencia hacia la infancia en entornos escolares en Malí’, realizado por Plan y Save The Children. En la escuela, las reglas, los látigos y los palos son frecuentemente utilizados por parte de los profesores para administrar castigos por lo que el colegio y las infraestructuras escolares no suelen ser entornos seguros y protectores.
11 Ausencia de sanciones disciplinarias. El acoso sexual y la violencia en las aulas por parte de los profesores se debe a la inexistencia de sanciones disciplinarias y a una falta de control por parte de las autoridades, según el mismo informe de Plan y Save The Children. Este hecho demuestra la poca importancia que se le da a la escolarización por parte de algunas familias y la poca implicación de las autoridades jurídicas en las actividades de protección de las escuelas.
12 Educación interrumpida por el conflicto. El conflicto armado en el cual se encuentra inmerso Malí desde 2012 ha empeorado una ya de por si frágil situación. La crisis armada ha interrumpido el acceso a la educación de unos 700.000 niños, según Unicef y las autoridades educativas del país. Más de 200 escuelas del norte han cerrado o han sido destruidas y saqueadas. El conflicto ha provocado un éxodo hacia el sur y la mayoría de maestros no han podido regresar al norte. Los masificados colegios no tienen suficiente capacidad de absorción de alumnos ante la masiva llegada de estudiantes desplazados.
13El futuro de la educación En Kidal, una de las zonas más afectadas por el conflicto armado en Malí, el 79% de los centros educativos han desaparecido, según Unicef. A final del año escolar de 2019, más de 900 escuelas en todo el país permanecían cerradas.
Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/12/30/album/1577715129_051572.html#foto_gal_13
Por:
The artist asked to only be identified by his nickname, Aser, because he fears reprisals from militias for speaking out about what he says are “nightmare conditions” inside the centers. In a country with no functioning government, it is often competing militias who run the detention centers and make money off migrants.
The drawings are based on what Aser, 28, witnessed inside several migrant facilities in Tripoli between September 2017 and October this year. At night, he recalls, he awoke to the sounds of militiamen dragging migrants from their sleep and beating them to get ransoms from their families, mostly in sub-Saharan Africa. Guards withheld food, water and medicine for the same reason.
Libya’s migrant detention centers are rife with abuse, and many have gotten caught in the crossfire of the country’s civil war. One drawing depicts refugees in the crossfire between forces of military commander Khalifa Hifter and militias allied with the United Nations-supported government in Tripoli.
Libya became a major crossing point for migrants to Europe after the death of longtime dictator Moammar Gadhafi in 2011, but Europe now sends money for Libya to prevent migrants from reaching its shores. With increased reports of torture and abuse inside detention centers, Europe’s policy of supporting the Libyan coast guard as it intercepts fleeing migrants has come under growing criticism.
Aser says that often, the only drinking water available inside the hangars where he was kept was a few buckets of water for hundreds of people. He and others went weeks without seeing sunlight, and the crowded centers became breeding grounds for disease. At the last facility where he was held, Abu Salim, he and another migrant, who also spoke on condition of anonymity, said two Eritreans died from what they believed to be tuberculosis.
Aser’s journey began more than four years ago, when he escaped forced military conscription in Eritrea, considered among the world’s most repressive governments. He made his way through Ethiopia and Sudan, and paid $6,000 to traffickers in Libya to secure a place on a boat to Europe. But the vessel was intercepted by the Libyan coast guard.
He ended up in Tripoli in September 2017 and was placed in the first of three centers. Visiting workers from Doctors Without Borders, or MSF, provided him with pencils and paper, and he worked out of the sight of guards. He sometimes hid the drawings with other migrants, and took photos of some sketches before destroying them.
In late October, Aser fled to an already overcrowded United Nations-run facility with hundreds of other detainees. Now his hope is that he can be one of the few to qualify for asylum, who are put on flights via Niger and Rwanda to Europe.
In the meantime, he says, his only escape is art.
“I dream that one day I can move out of Libya to develop my skill by gaining additional education,” he said.
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This story was first published on Dec. 31, 2019. It was updated on Jan. 2, 2020, to correct that the Eritrean refugee making sketches about migrant detention centers in Libya fled conscription in Eritrea, not Ethiopia.
Copyright 2020 The Associated Press. All rights reserved. This material may not be published, broadcast, rewritten or redistributed.
Por: Kintto Lucas.
Un libro que nos introduce en los laberintos de la realidad latinoamericana y mundial en los últimos 25 años. Kintto Lucas nos acerca una serie de análisis que se adelantaron a los hechos y colocaron frente al espejo el rumbo político, social, cultural y económico en un tiempo de cambios. El proceso de Hugo Chávez cuando pocos miraban hacia él, las imágenes de la cotidianidad cubana, la reforma agraria de los trabajadores rurales sin tierra de Brasil, el Frente Amplio de Uruguay, la lucha del movimiento indígena ecuatoriano, el significado del Plan Colombia y el modelo geoestratégico estadounidense, el posmodernismo y los cambios ideológicos, las torres gemelas y la guerra de Estados Unidos contra Irak, el reacomodo capitalista, las sombras del Consejo de Seguridad de la ONU, el suicidio palestino, el pensamiento de José Mujica, el intento de Golpe de Estado del 2010 en Ecuador, cultura y política en tiempos de globalización. Incluye un diálogo de Pepe Mujica con Kintto Lucas como un aporte a la reflexión sobre la realidad del mundo actual. La política y la economía global, los gobiernos progresistas y las luchas sociales, el acuerdo de paz en Colombia, las dificultades de Venezuela y el legado de Hugo Chávez, el golpe parlamentario en Brasil, el capitalismo actual y la cultura del consumismo, el significado de la democracia, las ciudades invivibles, la economía popular y solidaria, la necesidad de consolidar el proceso integrador, la política internacional de Estados Unidos, el futuro de los campesinos y el control de la semillas por parte de las trasnacionales, el socialismo y los quijotes que quedaron por el camino, son algunos de los temas tratados en ese diálogo a dos voces. Kintto Lucas es escritor y periodista uruguayo-ecuatoriano. Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí 1990. Vicecanciller de Ecuador, 2010-2012. Embajador Itinerante de Uruguay para UNASUR, CELAC y ALBA, 2013. Pluma de la Dignidad de la Unión Nacional de Periodistas del Ecuador 2004. Actualmente dirige el programa Me Voy A Volver… Con Kintto Lucas y entrevista en Punto Noticias, en Radio Pichincha Universal de Quito www.pichinchauniversal.com.ec Ha sido docente de periodismo y de actualidad política y geopolítica, y conferencista en diversas universidades, instituciones estatales y organismos internacionales. Fue corresponsal de la Agencia Inter Press Service y ha escrito para diversos periódicos y revistas latinoamericana y europeas. Recibió la Condecoración al Mérito en el Grado de Gran Cruz del Gobierno de Perú y el Botón de Oro Ho Chi Minh del Estado de Vietnam en 2011. Algunos de sus libros son: Rebeliones Indígenas y Negras en América Latina (1992), Diario de Viaje –descubriendo el país- (1993), Apuntes sobre fútbol (1996), Mujeres del Siglo XX (1997), La rebelión de los indios (2000), We Will Not Dance on Our Grandparent’s Tombs. Indigenous uprisings in Ecuador (Versión en inglés de la Rebelión de los indios, 2000), Plan Colombia. La paz armada (2000); El movimiento indígena y las acrobacias del coronel (2003); Un país entrampado –Del Plan Patriota al TLC, con enroque presidencial incluido- (2005), Con sabor a gol -fútbol y periodismo- (2006); Rafael Correa: Un extraño en Carondelet (2007), La guerra en casa –De Reyes a la Base de Manta- (2008), Tal Cual Es: el camino de José Mujica a la presidencia (2012), El arca de la realidad (De la cultura del silencio a wikileaks- (2013), Elogios de la Soledad –relatos sobre la vida, el amor , la fantasía y las cenizas- (2013), Retratos Escritos (2014), Miramientos desde el Sur –análisis y artículos internacionales- (2014), Ecuador Cara y Cruz –Del levantamiento del noventa a la Revolución Ciudadana- (Tres Tomos, 2015), Enrique Lucas y una pregunta para Pessoa (2015).
Link del libro: http://www.rebelion.org/docs/263322.pdf
Fuente de la reseña: https://www.amazon.es/Miramientos-desde-Sur-neoliberal-paradigmas/dp/1520135025
Por: Guillermo Mirón.
Si la maestra del colegio público rural ‘Estancias’ de Huércal-Overa estuviera sometida a un proceso de evaluación similar al de sus alumnos, ya tendría el sobresaliente más que asegurado. Esta docente ha conseguido entrar en la lista final de diez nominados que optan a ser elegidos como mejor maestro del país en los Premios Educa Abanca, considerados los ‘Goya de la Educación’.
Tal y como adelantó este periódico cuando Aurora pasó la primera criba y se colocó entre los cincuenta mejores de España, la aparición de esta maestra natural de la vecina Región de Murcia en la lista es fruto del trabajo que realizó durante el curso 2018-2019 en el colegio público Álvarez de Sotomayor de Cuevas del Almanzora.
Propuesta por padres
Los padres del centro educativo cuevano fueron quienes propusieron el nombre de Aurora Soto para que el jurado correspondiente valorase su trabajo. Todo sin que ella, claro, fuese consciente; al menos hasta que sus méritos le hicieron aparecer en esa lista de medio centenar de maestros elegidos por los ‘Premios Educa Abanca’.
Ahora espera la decisión final del jurado junto a los otros nueve competidores que conocerán a comienzos del próximo año 2020 quien es finalmente el docente que es considerado como el mejor del país. Uno de los méritos por los que Aurora se encuentra en esa lista es el que hace que el alumno sea el centro de la propia educación e incluso responsable de algunas decisiones dentro del aula, como por ejemplo de la fecha de los exámenes, algo que va más allá simplemente de la elección de un día. “Es el claro ejemplo de que muchas veces, como lo vota la mayoría, hay otros que no están de acuerdo”, explica.
Una forma también de aprender en qué consiste la democracia. “Un niño de tercero de Primaria me dijo: ‘bueno, pasa como con las elecciones, hemos votado y no ha salido lo que queríamos. La próxima vez intentaremos convencer al resto para que se ponga esa fecha”, recuerda.
Sobre el margen de mejora del actual sistema educativo, la docente tiene claro que pese a que tiene “cosas positivas y otras a mejorar” entre estas últimas se encuentra sin duda la burocracia a la que tienen que hacer frente maestros y profesores.
“En todos los trabajos, como en la sanidad, también se quejan de lo mismo. Del excesivo trabajo burocrático que nos resta tiempo para dedicar en casa a cómo vas a hacer una actividad u otra. No quiere decir que no se pueda hacer, pero…”, lamenta.
Integración
A la hora de explicar la integración de la que tanto se habla en las aulas, la maestra murciana vuelve a su principal apuesta. “El alumnado es el centro, no el profesor”, recuerda antes de explicar cómo aplica esto en sus clases. “Todos los niños pueden hacer todas las actividades si tú las adaptas adecuadamente. Entonces el docente, quien está en el aula, es responsable de que todo el alumnado que tienes dentro pueda hacer esa actividad, que en eso consiste tu trabajo”, detalla la maestra.
Con el sobresaliente ya bajo el brazo, Aurora Soto conocerá dentro de algunas semanas si su trabajo dentro del aula es merecedor de toda una matrícula de honor, aunque sus alumnos ya lo tienen más que claro.
Fuente de la reseña: https://www.lavozdealmeria.com/noticia/3/provincia/183989/una-maestra-de-un-colegio-de-huercal-overa-entre-las-diez-mejores-de-espana
Reseñas/Uganda/04 Enero 2020/El país
1) El centro de estudios Uganda Children’s Centre nace en 1998 como escuela vocacional en Kampala, la capital de Uganda, Allí, niños y adolescentes necesitados son acogidos para aprender un oficio. En el año 2018, este país contaba con 42.7 millones de habitantes de los que el 23% se consideran analfabetos. Además, el 4% de la población está desempleada y otro 25% vive en límites de extrema pobreza.
Sería un error no aprovechar el interés que suscitan las listas para tratar de mostrar parte de lo que ha dado de sí este 2019 en el ámbito literario. Un año fulgurante en el que tuvimos la suerte de que nos visitaran tantos escritores: Leila Slimani (Operación ogro. Cabaret Voltaire), Mona Eltahawy, Mia Couto, Ngugi wa Thiong´o (La revolución vertical. Rayo Verde, también en euskera, catalán, gallego y aranés y Gerra garaiko ametsak. Txalaparta, la traducción a euskera de Sueños en tiempos de guerra, primera parte de las memorias del escritor), Ben Okri, Felwine Sarr, Chimamanda Ngozi Adichie, Mohamed Mrabet (El limón. Cabaret Voltaire) y Helen Oyeyemi (Lo que no es tuyo no es tuyo. Acantilado).
Ha sido también el año en el que Guinea Ecuatorial ha consolidado su presencia entre las novedades de las librerías. Junto a Hija del camino (Grijalbo) de la periodista Lucía Mbomío, se ha mostrado lo nuevo de veteranos como Justo Bolekia (Quien es quien entre los escritores de Guinea Ecuatorial. Sial), prolíficas como Trifonia Melibea Obono (Yo no quería ser madre. Eganes), diferentes como Óscar Nchaso Bekari (Dreams, Universo de letras), reflexivas como Ángela Nzambi (Mayimbo. Sial), autobiográficas como Carolina Nvé Diaz San Francisco (Mis madres son estrellas. Sial) o antólogicas como Juan Riochí (Nuevas voces de la literatura de Guinea Ecuatorial. Diwan).
Pero, además de novedades, 2019 nos trajo un documental, que ha visto la luz, gracias al crowdfunding, bajo la dirección de Marc Serena con el significativo título de El escritor de un país sin librerías, en torno a Juan Tomás Ávila Laurel. Este, aun siendo uno de los escritores que más reconocimiento ha recibido por su trayectoria, sobre todo gracias a su obra Arde el monte de noche (Calambur, 2009), sigue siendo un desconocido. Este mismo año, precisamente, publica su última obra Cuando a Guinea se iba por mar (Carena) en la que recupera la historia del periodo colonial español.
Lo triste lo dejamos para el final. Las pérdidas irrecuperables, la nostalgia de lo leído y creado por voces que no volverán a narrar más, que no volverán a cogernos de las manos para sumergirnos en sus mundos. Se fueron Gabriel Okara, el gran poeta nigeriano y Bernard Dadié, la biblioteca ambulante. Nos quedamos sin tambores para decir adiós a Binyavanga Wainaina, que se llevó su ironía, su inteligencia y su brillo demasiado pronto. Se nos vino a la boca el grito cuando se fue ese tejedor de palabras que fue Antonio Lozano, el escritor siempre en marcha, dispuesto, comprometido… necesario, tan necesario. Se fueron, es cierto, pero también esto lo sabéis, lo sabemos, quedan sus obras para reencontrarnos siempre con ellos.
Ahora sí, esta es la lista. En esta ocasión hemos añadido una cita de cada libro como regalo. Esperamos que la disfrutéis.
1. Hermanos de alma, de David Diop. Traducción: Rubén Martín Giráldez. Editorial Anagrama. En 2018 se celebró el centenario del final de la I Guerra Mundial y Diop publicó esta novela que descubría otras voces silenciadas por el relato histórico. Original y magnética la trama nos sumerge en la historia de un tirador senegalés, un joven reclutado para luchar muy lejos de su tierra natal. Diop nos ofrece descubrir otra ángulo de la Historia no tan conocido y también sentir en las venas la guerra con todo su horror.
La cita: “Pensar demasiado por cuenta propia es traición” (pág.113).
2. Asesinato entre las yucas, de Bai T. Moore. Traducción, prólogo y notas Guillermo López Gallego. Editorial La Umbría y la Solana. Se agradece la recuperación de obras del pasado. Esta fue publicada en 1968 y, partiendo de un asesinato, el hallazgo del cuerpo mutilado de una joven, Moore nos sumerge en una trama en apariencia sencilla, exenta de visión crítica, que nos sumerge en el tejido liberiano de manera muy realista, proporcionando la sensación de estar dentro de ese mundo. La obsesión amorosa hasta el extremo emerge como fondo de una novela que huye de los tópicos de la literatura de su tiempo.
La cita: “Ves, cuando las mujeres hacen bien las cosas, les llueven las alabanzas” (pág.80)
3. Bajo las ramas de los udalas, de Chinelo Okparanta. Baile del Sol. Trad. Iballa López. Ijeoma, cuya orientación sexual le lleva a elegir a mujeres y no a hombres que es lo que todos; familia, sociedad y país esperan de ella, es la protagonista de una novela que ha abierto muchas conversaciones en Nigeria. Volvemos a la guerra de Biafra dentro de una trama en la que la religión tiene una gran presencia mostrándonos la vida cotidiana cuando transcurre en medio de una guerra, un internado, una familia o un matrimonio.
La cita: “Quizá el amor era una mezcla de amistad y encaprichamiento. Un profundo afecto unido a una suerte de asombro reverencial” (pág. 149)
4. La expedición al Baobab, de Wilma Stockenström. Traducción: Lorenzo Luengo. Editorial Siruela. Escrita en afrikáans en 1981 fue un J.M. Coetzee rendido quien la tradujo al inglés. La voz íntima y personal, poética, de la protagonista sin nombre nos adentra en su vida de esclava, en los horrores soportados, en las claudicaciones padecidas, hasta encontrarse a si misma en el interior de un baobab en algún lugar del veld sudafricano. Desde allí su mente volará libre hacia todos los lados.
La cita: “Y guardar silencio, también, tal vez guardar silencio hasta el punto de soñar hacia fuera pues el sueño es nuestro séptimo sentido” (pág.2)
5. La sociedad de los soñadores involuntarios, de Jose Eduardo Agualusa. Traducción: Claudia Solans. Editorial Edhasa / La societat dels somiadors involuntaris. Traducción Pere Comellas. Editorial Periscopi (catalán). Huyendo de la realidad, llena de personajes unidos por el sueño, ya sea porque alguien sueña con ellos, porque ellos sueñan los sueños de otros o porque quieren llegar a grabarlos, así se puebla la última novela escrita por el angoleño. En esta, de nuevo, nos habla de un país que arrastra muchos dolores de la guerra de independencia, pero que tiene la capacidad de emprender nuevos caminos para salir de la cerrazón y la imposición que ha venido después. Una joven mostrará la necesidad de las utopías cuando se sueñan de manera colectiva.
La cita: “Un tipo sabe que nació en el tercer mundo cuando tiene más miedo a los policías que a los ladrones” (pág.127).
6. Cuentos de los niños perdidos, de Diriye Osman. Traducción: Héctor F. Santiago. Team Angelica Publishing. Las historias que conforman este volumen nos adentran en las experiencias y vivencias de jóvenes homosexuales somalíes. La confrontación con una sociedad y un entorno familiar que se manifiesta brutalmente contra ellos complementa el periplo de los campos de refugiados, del exilio, de la migración. Muchos personajes soportan además de esta carga un estrés postraumático, otros el tabú de las enfermedades mentales. Son niños perdidos en búsqueda de su lugar.
La cita: “En la cultura somalí hay cosas que no se expresan: cómo amamos, a quién amamos y por qué”.
7. Mi hermana, asesina en serie, de Oyinkan Braithwite. Traducción: Montse Meneses. Editorial Alpha Decay. Como un fogonazo ha sido el debut de la nigeriana. Lluvia de críticas, de reconocimientos y de premios para una obra que, bajo el paraguas de “thriller”, se adentra en las relaciones familiares y fraternales. Las protagonistas son dos hermanas antagónicas a las que les une un pasado en el que les quitaron la ingenuidad de forma abrupta.La trama muestra también a las nuevas generaciones que desde Lagos viven a través de las redes sociales mientras siguen sumergidas en una sociedad patriarcal que las ahoga. Ágil, con tono de juego y pinceladas de humor negro, es un experimento irónico con cierto aire Nollywood,
La cita: “Todo el mundo está obsesionado con su físico, Muhtar” (pág. 79).
8. Doce relatos urbanos. Doce voces africanas. Edición de Ángeles Jurado. Traducción: Iballa López Hernández, José Luis Márquez, Sandra Moradell Cabello y Ángeles Jurado Quitana. Editorial Baile del Sol y Casa África. Las mil caras de las ciudades bajo las lentes de las miradas de doce escritores de diferentes partes del continente africano. En el prólogo Ángeles Jurado destaca que “Ben Okri habla de la literatura como un billete de avión imaginario cuando el viaje físico es imposible”. También es una manera de adentrarnos en voces poco o nada conocidas que a través de pequeñas ventanas nos dejan entrar de manera tímida a unos universos que podemos seguir conociendo, en una excitante exploración que ya únicamente le corresponderá al lector. Destacamos la presencia de Armand Gauz, ganador este año del “Gran Premio literario del África negra”.
9. Las mentiras que nos unen, de Kwame Anthony Appiah. Traducción: María Serrano Giménez. Editorial Taurus. El libro, ya lo dijimos, invita a más de una reflexión sobre quiénes somos, una cuestión central y muy viva en el mundo global. Appiah ha escrito una texto con la idea central de echar por tierra un error en el que solemos caer: «el de dar por hecho que en el corazón de cada identidad residen unas similitudes profundas que vinculan a todas las personas que comparten dicha identidad». Dando muestras de gran erudición, contando historias de su propia historia personal, habla sobre las etiquetas que nos construyen y de la dificultad de liberarnos de ellas, pero al mismo tiempo asume que no podemos prescindir de las identidades, ya que a pesar de todo, sirven para unirnos.
10. Antología poética, de Gabriel «Mwènè» Okoundji. Traducción Leandro Calle. Editorial Pretextos. De versos como este está lleno este libro: «Se necesita todo el silencio de las palabras para decir tu nombre». El del poeta, admirador de Césaire, es uno de los más reconocidos. Originario de República del Congo, en 2010 le concedieron el “Gran Premio del África negra”. Su traductor y prologuista, Leandro Calle, recoge las palabras de Okoundji, quien afirma “No somos ante todo seres de inteligencia, somos ante todo seres emocionales”.
Dejamos un espacio para tres libros más.
El primero es una Antología de poesía tunecina contemporánea, traducida del árabe por Ridha Mami y editada por Sial, a la que hemos llegado tarde pero que creemos es una apuesta interesante siendo, además, la única antología de este tipo y uno de los escasos libros que se pueden leer en castellano de la rica e interesante literatura tunecina que se está produciendo hoy en día.
El segundo es fruto de la incesante labor de la editorial 2709Books que publica únicamente en formato digital. Este año, traducido por Alejandra Guarinos, nos ha llegado la última parte de la trilogía político-social marfileña de Venance Konan, bajo el título Catapila, jefe del pueblo que “puede leerse como relato independiente o como continuación de Robert y los Catapila y Los Catapila, esos ingratos».
El tercero que destacamos es la reedición tantas veces esperada de un “clásico” de las letras africanas, Mi carta más larga de Mariama Bâ (Traducción de Sonia Marín Pérez. Editorial Wanafrica). Bâ eligió contar su historia desde la perspectiva de tres generaciones de mujer, salpicando el texto de ideas y pensamientos sociales y políticos en un texto que sigue manteniendo vivo su interés.
Con la cita de este último libro nos despedimos por este año:
“Celebro de corazón cada vez que una mujer surge de la sombra” (pág.135).
Fuente e imagen: https://elpais.com/elpais/2019/12/30/africa_no_es_un_pais/1577739992_192956.html