Por Graciela Aguilar
Los maestros siguen en las aulas, pese a su edad y enfermedades, dicen los sindicatos, pues la pensión que recibirían es insuficiente para poder vivir.
Los sindicatos de maestros afirmaron ayer que el magisterio está “envejecido, cansado y enfermo” debido a que hay docentes que optan por no jubilarse, pese a que ya tienen la edad para hacerlo, debido a que recibirían una pensión que no cubre sus necesidades básicas.
“La gran mayoría está recibiendo como tasa de retorno una pensión que no se equipara al alto costo de la vida, en ese sentido tenemos un magisterio que está cansado, está envejecido”, dijo este lunes Francisco Zelada, secretario general del Sindicato de Maestros y Maestras de la Educación Pública de El Salvador (SIMEDUCO) en la entrevista de Telecorporación Salvadoreña (TCS). “La mitad del magisterio está enfermo, con padecimientos crónicos y sin embargo hay una desatención al magisterio. Cada día la canasta básica está más cara”, agregó.
El 20 de diciembre de 2022 el partido oficialista Nuevas Ideas aprobó la Ley Integral del Sistema de Pensiones en el que se aumentó un 30 % las pensiones por vejez, eliminó el retiro de anticipo de saldo y dio vía libre al Gobierno de tener acceso a esos fondos sin ningún control ni límite.
Desde entonces, el magisterio ha pujado por una ley de pensiones integral que garantice estabilidad económica al magisterio. Zelada expuso ayer que un docente tiene un salario, después de años laborando, de un poco más de $1,000, pero que al pensionarse, reciben hasta $400, cuota con la cual no cubren sus necesidades básicas.
“La baja pensión de los educadores oscila entre $304.17 y $400, con algunas excepciones de aquellos profesores que cotizaron al INPEP (Instituto Salvadoreño de Pensiones). Tenemos problemas tanto con el incremento de la canasta básica y también con lo elevado de los recibos de los servicios básicos”, señaló Zelada.
En septiembre del año pasado, Bases Magisteriales hizo un cálculo sobre cuántos docentes ya estaban aptos para jubilarse, tanto por edad como por tiempo de trabajo, y eran alrededor de 13,000.
“La baja pensión de los educadores oscila entre $304.17 y $400, con algunas excepciones de aquellos profesores que cotizaron al INPEP (Instituto Salvadoreño de Pensiones). Tenemos problemas tanto con el incremento de la canasta básica y también con lo elevado de los recibos de los servicios básicos”, Francisco Zelada, secretario general de SIMEDUCO.
La problemática se agudiza para el sector pues el Gobierno no ha realizado el ajuste salarial que, de acuerdo a la Ley de la Carrera Docente, debía hacerse en enero del año pasado. La última revisión fue en 2019 y desde entonces, el magisterio ha presionado por la nivelación, sin embargo, el ministro de Educación, Mauricio Pineda, se desligó del tema el año pasado, dejándole la responsabilidad al Ministerio de Hacienda, quien previamente dijo que no habría aumentos en el sector público.
“Los maestros necesitamos salarios adecuados. A esta problemática se agrega la sobrecarga laboral sobre todo en aquellos centros educativo focalizados en donde se ya se está aplicando el nuevo diseño curricular. Estos compañeros, sobre todo los de la primera infancia, están sufriendo de ese incremento de trabajo en virtud de la capacitación y toda la exigencia que trae el nuevo modelo”, señaló Zelada.