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Entrevista a Paco Plaza: «La educación católica te programa para lo sobrenatural»

Por: Olga Pereda

Paco Plaza (Valencia, 1973) ha provocado miedo con hombres lobo y zombis. Ahora pone sus ojos en la crónica policial, en el único expediente oficial en España que sugiere la posibilidad de fenómenos paranormales‘Verónica’, que se estrena el viernes, es una película que habla de espectros por los pasillos de un piso de Vallecas. Habla también de quiénes somos (o quiénes éramos en los 90): los vasos Duralex, la leche hervida en el fuego, el limpiador Centella, los colegios de monjas y las carpetas forradas de ídolos musicales. ‘Verónica’ habla de ‘Cría cuervos’ (Carlos Saura, 1976) y ‘La guerra de papá’ (Antonio Mercero, 1977), y del durísimo paso que supone dejar la infancia y convertirse en adulto; un paso que la protagonista dará tras un ¿inocente? juego de ouija.

 

Todos los chavales de la generación EGB jugamos con la ouija. ¿Usted también? Por supuesto.

¿En plan serio o en broma? Éramos adolescentes, lo hacíamos de broma pero te acojonabas igual. Teníamos risas nerviosas con las que intentábamos disimular el escalofrío.

¿Alguna vez pasó algo? No me quiero hacer el misterioso, pero recuerdo momentos de susto cuando el vaso parecía decir cosas. Siempre teníamos la duda de si alguien lo había empujado o no. Tuvimos momentos confusos y aterradores.

La generación EGB también creció con Jiménez del Oso. ¿Cree o ha creído alguna vez en los fenómenos paranormales? Por supuesto. Lo que no tiene sentido es no creer. Veo a mi alrededor tantas cosas inexplicables… Creo que hay muchos misterios en el mundo, cosas para las que aún no tenemos la explicación. A lo mejor algún día sí. Yo disfruto de lo inexplicado porque la ciencia, lo palpable, es mucho menos interesante que lo sugerido.

‘Verónica’ está inspirada en hechos reales. ¿Accedió a los archivos policiales? No los hay. Lo único que está disponible es el expediente redactado por el inspector, que es mucho más escueto de lo que puede parecer. Viene a decir que él ha sido testigo de cosas inexplicables. Y apunta detalles, como golpes en la pared y arañazos en un póster. Un inspector de policía, un tipo serio, que admite que vio algo que no se puede explicar.

¿Es su película más personal? Sí. Siento un vínculo muy fuerte con la protagonista, en la que he volcado muchos recuerdos porque comparto el pánico a crecer. La adolescencia es esa etapa en la que, de un día para otro, te sale voz de señor y pelos en el bigote. La adolescencia es una hostia con la que te arrancan de un parnaso. En el caso de las chicas tiene un momento muy puntual: la menstruación. Esa frase aterradora de «ya eres mujer». ¿Perdona? ¿Y eso qué significa?

“La adolescencia es una patada en el culo que te echa de la infancia, un periodo en el que te construyes como persona»

La protagonista es una niña atrapada en una vida de mujer. Tiene tres hermanos pequeños a los que alimenta, viste, cuida y arropa. Es una chica a la que le están robando la niñez. Yo quería hablar del miedo de abandonar la infancia. Hay un momento muy significativo, cuando tu madre te deja en el suelo y dice «ya no te cojo en brazos, camina tú solo proque ya pesas mucho». La madre de Verónica le suelta: «Necesito que crezcas, que me ayudes». La adolescencia es una patada en el culo que te echa de la infancia, un periodo en el que te construyes como persona.

‘Verónica’ está ubicada en un colegio de monjas. ¿Usted estudió con curas? Sí. Mi experiencia fue estupenda. Te podrían caer cachetes, pero no lo percibías como algo negativo. Que te pegara una hostia un profesor no era como para montar un número. Me interesa ubicar la acción en un colegio católico porque todos los que tenemos educación católica estamos programados para lo sobrenatural.

¿Por los Cristos en las paredes? No solo por los Cristos. Este señor murió y al tercer día resucitó. Este señor curaba a los ciegos y la virgen María concibió sin pecado. Aquello te permite que tu cerebro se prepare para algo antinatural.

La historia que narra refleja muy bien España. ¿Se puede entender fuera de nuestras fronteras? No hay nada más universal que lo local. El paradigma de cine local que explica su país al resto del mundo es el coreano, que viaja por todo el mundo porque han hecho una clara apuesta por explicar su historia, humor e idiosincrasia. Si un extranjero me pregunta qué fue la guerra civil española le pondría ‘La vaquilla’. Berlanga es el que mejor ha explicado cómo somos: ‘El verdugo’, ‘Plácido’…

¿Volvería a dirigir ‘O.T. la película’, como hizo en el 2002 junto a Jaume Balagueró? Sí. ‘O.T.’ es una historia humana, sobre personas que persiguen un sueño. El material emocional que proporciona un ‘reality’ es material dramático de primera.

No quiero terminar la entrevista sin preguntarle por el atentado de Barcelona. ¿Estaba en la ciudad? No, fui el sábado. Paseé hasta la plaza de Catalunya. Tenía una necesidad de sentirme conectado con la realidad, es la ciudad en la que he vivido 10 años, mi mujer [la cineasta y actriz Leticia Dolera] es de Barcelona y tengo muchos amigos allí. Era imposible no sentir que el suelo se movía debajo de los pies. Han sido días de una emoción muy profunda, pero a la vez he sentido que todo el comportamiento de las autoridades barcelonesas y catalanas ha sido ejemplar. Me he sentido conmovido y orgulloso de la dignidad y la honestidad con la que se han manifestado las autoridades. Dentro de la herida y el dolor nos queda el consuelo de que tenemos una ciudad de la que estar orgullosos.

Fuente:

http://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20170824/entrevista-paco-plaza-esterna-veronica-6241899

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Reseña de película: La luz de mis ojos.

Reseña de Película.

Bailey es una joven apasionada por la equitación, hasta que un fatídico día sufre un accidente con el caballo en el que pierde la vista. Para intentar ayudarla, sus padres deciden apuntarla a un programa de entrenamiento con perros guía, pero Bailey es incapaz de conectar con nadie y no parece estar haciendo ningún progreso. Todo cambia cuando conoce a Charles, el jefe del programa, que la anima a hacerse carso de un caballo en miniatura llamado Apple.

Una película familiar escrita y dirigida por Castille Landon (Albion: The Enchanted Stallion), quién también aparece en la cinta como actriz.

Fuente: https://youtu.be/J4MHNNkz-xo

Imagen: http://labelcaratulas.com/wp-content/uploads/2017/06/la-luz-de-mis-ojos-Apple-of-My-Eye-cover.jpg

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Reseña de Película: fuga de cerebros.

Europa/España.

Fuga de cerebros es una película española dirigida por Fernando González Molina y protagonizada por Mario Casas y Amaia Salamanca. Wikipedia
Fecha de estreno inicial: 18 de abril de 2009
Director: Fernando González Molina
Música compuesta por: Manel Santisteban
Año: 2009
País(es): España

El tímido y patoso Emilio (Mario Casas) está enamorado de Natalia (Amaia Salamanca) desde que ambos eran pequeños. Justo en el momento en el que tiene pensado declararse, ella le anuncia que le han concedido una beca para estudiar en Oxford. Entristecido, el chico es convencido por sus amigos para matricularse en la universidad, falsificando becas y diplomas, y poder conquistarla. Así será como su amigo Corneto (Pablo Penedo), el ciego Chuli (Alberto Amarilla), el camello gitano Cabra (Canco Rodríguez) y el paralítico heavy Ruedas (Gorka Lasaosa) decidan acompañarle.

Fuente: https://youtu.be/Nr1g2QIOwLw

Imagen: https://image.slidesharecdn.com/fugadecerebros-130426191704-phpapp01/95/fuga-de-cerebros-1-638.jpg?cb=1367003861

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Festival de cine en Panamá divulga y premia películas sobre los Derechos Humanos

Panamá/08 de agosto de 2017/Fuente: Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación

El BannabaFest invita a cineastas y estudiantes de todo el mundo a inscribir obras que aborden temas como medio ambiente, educación, pueblos originarios, afrodescendientes, migración, niñez, vejez, calidad de vida, salud, mujeres, memoria, agua, género, identidad sexual, entre otros.

La palabra “bannaba” significa “más allá” en la lengua tradicional guna, y es el origen de la palabra Panamá. Es con un guiño a los pueblos originarios del país que se anuncia el primer Festival Internacional de Cine de Derechos Humanos de Panamá, intitulado BannabaFest.

El Festival se celebrará en la Ciudad de Panamá del 23 al 27 de octubre de 2017, y es impulsado por el Centro de Imagen y Sonido (CIMAS) y la Universidad Especializada de las Américas (UDELAS), como parte del programa Cultura en Movimiento.

El BannabaFest convoca a un concurso de videos en las categorías Ficción, Documental y Corto Estudiantil. En ese sentido, invita a cineastas y estudiantes de todo el mundo a inscribir obras que aborden temas como medio ambiente, educación, pueblos originarios, afrodescendientes, migración, niñez, vejez, calidad de vida, salud, mujeres, memoria, agua, género, identidad sexual, entre otros. En complemento se brindarán charlas relacionadas con los Derechos Humanos.

La competencia del festival está abierta a todos los géneros, formatos y duraciones, realizados desde 2015 a esta fecha. Un jurado de especialistas otorgará premios a los mejores filmes, que recibirán los siguientes premios en cuatro categorías.

  1. Premio Bannaba a Mejor Ficción, diploma y USD 5000.
  2. Premios Bannaba a Mejor Documental, diploma y USD 5000.
  3. Premio Especial del Jurado, diploma y USD 3000.
  4. Premio Ricardo J. Alfaro a Mejor Corto Estudiantil de cualquier género, diploma y USD 2000.

La inscripción y recepción de las obras quedan abiertas hasta el próximo 22 de septiembre a las 17 horas, aquí.

Para saber más, entre en contacto:

Bannaba Fest
Universidad Especializada de las Américas, a/c CIMAS
Avenida Diógenes de la Rosa
Apartado 0834-1925 Ancón, Albrook
Panamá 0834, República de Panamá

Dirección electrónica: bannabafest@gmail.com

Página web: http://www.udelas.ac.pa/index.php/bannabafest

Teléfonos: (507) 501-1007, 6237-2042, 6539-8127

Fuente de la Reseña:

Festival de cine en Panamá divulga y premia películas sobre los Derechos Humanos

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Cortometraje Entrelineas: Una clase de pedagogía y una reflexión necesaria para los futuros docentes

Por Cuky Lachanga

A partir del análisis del cortometraje “Entrelineas” y las experiencias personales de muchos docentes en formación, un debate necesario para pensar la escuela pública y la práctica docente.

La consigna era clara, había que escribir un ensayo teniendo como disparador un corto que se llama “Entrelineas”, es la historia de Emanuel y el relato lo hace la directora de la escuela, un chico que estuvo internado en un instituto de menores y por una decisión del juez tiene que elegir entre trabajar o estudiar. El cortometraje muestra el intento de una escuela por hacerlo parte, aun cuando él supera el límite de edad permitido. Desde la institución se le da un espacio, se piensa de qué manera hacerlo parte de algo que él mismo pueda desarrollar y apropiarse. Es el relato de las contradicciones, de un ir y venir, que no queda claro, quizá por eso mismo se llame “Entrelineas”. Emanuel se va y ya nadie vuelve a saber de él.

ENTRELINEAS from Gestión Educativa on Vimeo.

Luchar por otra escuela, hacia la conquista de otra sociedad

Emanuel es el protagonista. Digo Emanuel y pronuncio el nombre de tantos pibes que estuvieron y ya no están, o que quizá no puedan estar nunca ¿qué será de todos ellos ahora?. Digo que es el nombre de tantos pibes, porque detrás de la historia de este personaje está la realidad de muchos otros que corren la misma suerte.

Estudiando en el profesorado, dentro de las aulas, en los pasillos, en las charlas más o menos formales entre compañeros o con profesores, siempre hay algo que nos empuja y nos mueve a hacer. Hacer algo por los pibes. Pero esos intercambios tienen un lugar incierto, ya que en nuestra formación la realidad de esos chicos, sus condiciones de vida, el lugar donde viven y en este sentido nuestro rol como docentes en esos contextos no tienen lugar, y por eso muchas veces cuando salimos a las aulas (y ni hablar cuando empezamos a hacer las prácticas en las escuelas) sentimos un vacío enorme. La pobreza, las necesidades insatisfechas de los sectores carenciados, desprotegidos, chicos en situación de calle, son algunos entre tantos otros términos sociológicos con los cuales se etiquetan las vidas de personas de carne y hueso. Querer cambiar eso se vuelve un motor de la docencia en la mayoría de los casos.

Inclusión, integración, respeto, escucha, niños como sujetos de derecho, escuela inclusiva o escuela democrática. Son otros de los rótulos o términos que del otro lado se construyen como una mirada opuesta, crítica de la escuela que aleja o expulsa esas otras realidades.

Nacemos despojados, por eso necesitamos ser educados, dice Philippe Meirieu, la pregunta es ¿qué hacemos cuando la vida se vuelve un despojo permanente? También, señala el autor, es necesario educar, no solo como inteligencia formal, sino histórica. Le agregaría también una formación social y política, un niño que no sabe la historia, su desarrollo y el porqué del mundo que lo rodea y al cual vino sin pedirlo, es un niño que se adapta, que toma esa realidad como natural, como algo que es así y no puede cambiarse.

Inevitablemente ante historias como las de Emanuel, hay preguntas que no se cierran nunca, que circulan en las cabezas, se cierran y se abren otras nuevas.

Los “Emanueles” que conocí

Mis primeros pasos en la militancia política fueron en los pasillos de la villa 1-11-14 del Bajo Flores, éramos un grupo de jóvenes con ganas de cambiar el mundo, nos metimos en esos pasillos cargados de prejuicios y también estaban llenos de miradas expectantes, ojos que sonreían detrás de los rincones oscuros y se acercaban con desconfianza.

Un pequeño cuarto era el lugar que se colmada de alegría todos los sábados, nunca faltaba “el enano” de la esquina que venía a hacer “lío”. Cuando estaba en silencio todos sabíamos que se había metido en la cocina y en ese cuerpito pequeño escondía debajo de la remera 5 o 6 alfajores y lo que sobraba de chocolate en polvo. “Es para mis hermanitos” decía con esa cara, como pidiendo perdón.

Los lazos entre niños son una cosa maravillosa y llena siempre de rincones que te cargan de alegría y de asombro. Ellos se cuidan, son los padres, madres, hermanos, tíos, son los que se retan, son los que se cuidan, son los que están siempre. Mientras esperábamos en la vereda la veíamos venir a ella con el pibito enganchado de la cadera, apenas podía caminar, no tenía más de 3 o 4 años más que él, pero igual lo cargaba como podía y lo llevaba al taller porque sabía que ahí podían desayunar y aprender. Como en un juego, pero que no tiene casi nada de simbólico, desde pequeña ensaya un rol de madre, de cuidadora; “no hagas eso”, “portate bien”, “vení que te enseño” le decía ella con una ternura incomparable.

Claro que poníamos amor, ganas, un esfuerzo enorme en hacer de cada uno de esos momentos algo único, que los hiciera felices, que los ayudara a crecer. Pero ¿que pasa cuando la miseria se vuelve estructural? ¿Qué pasa cuando los pibes no pueden prestar atención porque las panzas crujen? El amor no basta porque el amor no alimenta, el amor no basta porque el amor no tapa goteras, ni calma el frio. 
Tuve 40, cada uno de ellos cargando sus miserables vidas a cuestas, cada uno de ellos cargando sus propios sueños. Pero cada dia al despertar sus vidas seguían en los pasillos de un laberinto que parecía interminable. Entre esos 40 pibes había muchos Emanueles, era un andar constante entre la presencia y la ausencia. No es una cuestión de ganas, no es parte de la voluntad, es parte de una realidad que por momento nos resulta difícil comprender.

Patricia Redondo y de alguna manera muchos otros autores que leemos en los profesorados, como Carina Kaplan, también hablan del optimismo voluntarista. En las aulas de los profesorados muchas veces nos enseñan que con voluntad se puede, que si nosotros queremos podemos cambiar la vida de los pibes, ¡cuánto de docente apóstol tiene todo esto! ¡cuánto de “no importa nada, entrega tu vida”!

Y hablando de formación histórica, para recuperar a Merieu, y también entender las contradicciones de la escuela, el discurso performativo de los profesorados, y desnaturalizar lo constituido socialmente habría que pensar qué esconde esa visión de la docencia. Es importante reconocer que ese discurso también es histórico, anclado en intereses y necesidades de quienes organizan la educación como institución que responde al Estado, y sus gobiernos. Esto, sin dejar de reivindicar que los docentes que ponen el cuerpo dia a dia en condiciones de las más adversas lo hacen con una enorme voluntad de cambiar las cosas.

Los docentes también somos personas, y sobre todo somos trabajadores de la educación, también comemos y pagamos el alquiler y damos sustento a nuestras propias familias, ¿que pasa entonces cuando la pauperización nos rodea a todos? Nos damos cuenta que el maestro no todo lo puede y ahí le damos paso a la frustración.

Dos caminos de reflexión se abren cuando llegamos a ese lugar en el que algunas de las preguntas son ¿que hacer con esa realidad? ¿qué educación y que escuela necesitamos? ¿Que docentes es necesario formar?

El actor invisibilizado

Hay detrás de todo esto un actor invisibilizado, sean más tradicionales o más críticas las lecturas de lo que pasa con los chicos en los barrios o en las escuelas, es de todas formas un actor que parece no tener ningún rol asignado. El Estado.
Son muchos los discursos y posiciones respecto a este problema que vemos todos en términos formales, la educación siempre es un terreno en disputa donde la demagogia chorrea por todas partes. Algunos hacen bandera de una batalla ideológica como puede ser actualmente la meritocracia que fogonea el macrismo. Otros detrás de un discurso progresista disfrazan las mismas posiciones, cuestionan los modelos neoliberales, pero esconden que bajo sus “proyectos” el Estado como principal garante de ese derecho para los pibes y sus gobiernos, nunca es responsable de nada.

Kaplan plantea que el neoliberalismo produce una ruptura entre las condiciones económicas y las condiciones sociales. Plantea, una especie de contraposición de proyectos entre un viejo neoliberalismo que ya no estaría presente pero que algunos sectores como el macrismo quieren retomar. Cuando el Estado no está presente como un actor y responsable de esas realidades, entonces es un problema de “prácticas”, es un problema “de la escuela” como lo señala la misma autora, ¿no es acaso lo mismo que decir que la responsabilidad es de los docentes y de los alumnos? Es porque el Estado está, pero jugando para el equipo de los ganadores. La autora dice “son las sociedades las que vuelven brutales a las personas” es casi como un poder supranatural que se nos impone, quien genera eso, desde donde se sostiene, es una incógnita irresoluble.

No basta con retóricas críticas

El análisis sociológico sobre lo que está “fallando” no alcanza, se queda a mitad de camino, porque, citando a Marx en sus tesis sobre Feuerbach “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”

Incluso, este debate pedagógico llega a un punto de saturación cuando vemos que hace décadas se sostienen las mismas prácticas, y se reinventan los mismos discursos, más allá de algunos cambios. No basta tampoco con prácticas más o menos incluyentes, que buscan saldar desigualdades sociales desde respuestas individuales.

Solo por poner un ejemplo…

Hoy, el Gobierno porteño gasta 1.200 millones de pesos en publicidad, con campañas electoralistas como #AgradeSelfie, mientras las escuelas públicas porteñas sufren problemas edilicios de todo tipo, a lo que se suma la falta de cobertura de cargos por las malas condiciones de trabajo para la docencia.

El presupuesto de educación de la Ciudad de Buenos Aires que se votó para el 2017, es el más bajo de la historia. Fue aprobado por los legisladores del PRO, la bancada de Ocaña y el bloque peronista, por su rechazo se destacó el Frente de Izquierda que votó en contra. Cabe señalar que incluye 4.200 millones de pesos destinados a la educación privada, en detrimento de la pública. Sin mencionar que muchas de esas escuelas privadas directamente pertenecen a funcionarios y empresarios que se enriquecen a partir de un derecho como es el acceso a la educación.

Entonces, la materialidad de las vidas y materialidad de las aulas, de las escuelas, es una parte importante que puede sustentar una educación diferente y definitivamente liberadora. Es importante ver los límites del discurso en contraposición a una práctica política que claramente privilegia a los que más tienen. Hay que pelear mejores condiciones estructurales de la escuela, en exigencia directa hacia quienes detentan el poder político y económico.

Mientras las vidas estén pauperizadas, mientras los recursos nunca sean nuestros, mientras los responsables sean solo parte de un decorado que pasa desapercibido, seguiremos estando siempre en una dicotomía que nos encierra entre un deseo y una realidad que no siempre coinciden. Por eso hay que luchar por otra escuela, hacia la conquista de otra sociedad.

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Reseña de la película: Hoy empieza todo

La responsabilidad social de la escuela

Por Enrique Martínez-Salanova Sánchez

hoy-empieza-todo1Sinopsis: En un pequeño pueblo del norte de Francia, el 30% de los 7.000 habitantes está en paro a causa de la crisis de la minería; Daniel, de 40 años, es el director y profesor de la escuela infantil que sin eludir sus propios problemas personales, asume que pertenece a una larga cadena de hombres y mujeres que han luchado durante siglos por sobrevivir en esa lejana y dura región minera. Y decide que no puede hacer otra cosa que seguir esa lucha. Un día, la madre de una de las alumnas llega borracha a la escuela, sufre un colapso y deja allí a su bebe y a su hija de cinco años. El profesor decide tomar cartas en el asunto, y solicita la ayuda de la comunidad y de los padres de sus alumnos. Su trabajo como docente será cuestionado. Refleja toda la problemática de una pequeña comunidad industrial: paro, alcoholismo, desestructuración familiar, abusos… y sobretodo la falta de esperanza en el futuro que aflora de cada uno de estos problemas. De este modo la escuela se convierte en una isla de color donde los niños pueden escapar de la cruda realidad que les envuelve.

Es película de denuncia, utilizando ciertas técnicas cercanas al documental, cumple con todos los objetivos que se marca, constatando la falta de atención de las autoridades e instituciones públicas hacia la educación infantil, la falta de apoyos a las familias más humildes (por la que los niños terminan pagando), revelando repulsivos movimientos político-burocráticos y otras injusticias de diverso pelaje. Es un homenaje a la figura del educador, auténtico héroe aquí, personificada en el protagonista, Daniel Lefebvre (Philippe Torreton), un hombre que emprende una lucha titánica cada día enfrentándose a toda la precariedad que rodea al centro donde imparte sus enseñanzas a niños pequeños, a veces viéndose obligado a ejercer como asistente social, y luchando contra la miseria moral y material de algunos de los familiares de los alumnos.

El profesor es un hombre extremadamente amable y paciente, pero no duda en ponerse firme para defender sus convicciones en determinados momentos. La ingente cantidad de problemas que se ciernen sobre él le harán flaquear en su contienda cotidiana para sacar adelante a sus pupilos y su vida personal, que también atraviesa por diversas dificultades. Cansado de cargar con semejante peso, Daniel llega a plantearse la posibilidad de dejarlo todo y claudicar, algo a lo que finalmente renunciará gracias al apoyo de la familia y de los amigos.

Premios: Destacan el Premio de la Crítica Internacional del Festival de Berlín y Premio del Público en el Festival de San Sebastián. Hay que señalar que obtuvo diversos premios en sindicatos de enseñanza.

El ambiente escolar en la película
«El protagonista y los admirables profesores que le ayudan asumirán sus contradicciones, los múltiples problemas afectivos de su vida cotidiana y se dedicarán con tanta furia contra las instituciones oficiales como auténtico amor y respeto hacia los críos en la complicadísima labor de enseñar a los niños, de cubrir las necesidades de su estómago, de espantar los ogros ficticios y reales de su desamparada vida». (de una crítica de Carlos Boyero)
«La forma en que la cámara se introduce en las clases, moviéndose entre decenas de niños, y sin perder jamás el punto de vista ni desorientar al espectador, es un prodigio que quizá los seguidores de un cine más mecánico y espectacular deberían empezar a comprender y apreciar como una forma de representación insuperable, pues su base, sus cimientos, son las personas, la gente real, y nada puede superar la poesía de una mirada que sabe extraer de la realidad tanta esperanza. En ocasiones los actores se dirigen a la cámara y hablan de sus experiencias (pues algunos son profesores auténticos y no actores profesionales), y esto en lugar de romper el continuo secuencial, su poder hipnótico, lo enriquece con la invitación a lo que no es ficción». (de una crítica de Adrián Massanet)

«Uno de los grandes aciertos de la película es combinar el exterior del aula (inspección, educadores sociales, ámbito socio-económico) con el interior del aula (corros, juegos, canciones con el profesor, fiestas escolares). Parece como si la escuela fuese el único lugar donde todos los alumnos son iguales, el único lugar donde se defienden los derechos del niño, donde juegan, aprenden y son felices. La escuela es como un jardín aislado de los vientos fríos de la sociedad en la que viven». (De un curso del Centro de Profesores y Recursos de Badajoz).

Cuando Daniel Lefevre, el director de la escuela irrumpe en el Ayuntamiento para hablar con el Alcalde, este le dice: «que los padres sean responsables» y Lefevre contesta «¿y qué hacemos con los niños?».

La escuela comprometida con el entorno social

El compromiso de la escuela de hoy no puede ser solamente con el alumnado, sus familias y el entorno que la rodea, y va más allá de lo puramente académico, pues está inserta en una problemática global que lucha contra cualquier forma de manifestación violenta (racismo, sexismo…) dentro y fuera de sus aulas. Una Escuela comprometida con los valores democráticos fomenta la participación de las familias implicándolas en el objetivo de hacer una escuela para todos y aspira a trasmitir modelos de vida, valores desde un punto de vista sociológico.

El profesorado tiene que buscar los medios que permitan la participación consensuada de los miembros de la comunidad escolar, y la creación de un clima de bienestar y seguridad en el centro. Dicha comunidad escolar, en colaboración con otros agentes sociales deben crear una conciencia colectiva en favor de una cultura de Paz, entendida como el proceso de realización de justicia en los distintos niveles de relación humana: afrontar y resolver los conflictos de forma no violenta, de manera armónica. Un nuevo estilo de vida y una nueva estrategia para transformar la sociedad de hoy, la sociedad del conocimiento.

La escuela es uno de los instrumentos de transmisión de los valores democráticos y la educación, en conjunto con el resto de la sociedad, el agente más importante para el cambio cultural y el progreso social, ya que permite el desarrollo integral de la persona, la conciencia sobre los problemas sociales y la búsqueda y puesta en práctica de soluciones adecuadas.

Situando esta reflexión en el terreno de lo que debe ser una escuela en su entorno, la escuela, la comunidad educativa, deben ser un actor más en la sociedad, en la que todos somos responsables, familias, administración, medios de comunicación, servicios sociales y sanitarios, agentes sociales, gestores de medio ambiente, empresas, etc. Aún así, la escuela no debe excusar su responsabilidad, pues en torno a ella se mueven las familias y la comunidad, ni los profesores la suya, pues son profesionales no solamente para la instrucción de sus alumnos sino también de su educación.

Fuente: http://www.uhu.es/cine.educacion/cineyeducacion/temashoyempiezatodo.htm

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Película: Ser y tener

Reseña: En Francia siguen existiendo escuelas en las que se reúnen niños y niñas de todas las edades en una clase única en la que el profesor intenta adaptar la materia a los diferentes tipos de necesidades. En ella los más pequeños comparten con los mayores sus experiencias y sus aprendizajes. Ésta es la realidad que nos muestra la películaÊtre et avoir (Ser y tener), un documental de la mano de Nicolas Philibert. El film se rodó en un pequeño pueblo de la región de Auvergne, en el norte de Francia.

(Las reflexiones que siguen, que me han recordado las de otros maestros y maestras conocidos por mí,  las he resumido de las de la maestra Pilar Monteagudo, en referencia a una ponencia de Andresa Biesa Garde, maestra en Lucena de Jalón, una de las localidades del Colegio Rural Agrupado de Lumpiaque).

La literatura profesional sobre esta realidad no es muy abundante, sin embargo  en este tipo de escuelas se realizan prácticas innovadoras y otros tipos de escuela pueden tomar nota sobre todo en lo referente  a la respuesta a la diversidad que se da en la escuela unitaria.

Las escuelas unitarias destacan por su diversidad y la implicación en la vida de la comunidad. La convivencia está marcada por el escaso número de alumnos y gracias a este hecho el conocimiento que tiene de ellos y de sus familias es muy profundo; esto facilita su trabajo en el aula. Otra consecuencia de esta realidad es que su escuela es integradora; aquí todos los niños y niñas son aceptados y necesarios para realizar aprendizajes.

Dentro de la organización del aula, el agrupamiento del alumnado es flexible, primero por necesidad y segundo por las ventajas que aporta en cuanto a metodologías innovadoras. Los agrupamientos se hacen por «niveles abiertos», en función del tipo de actividad o del aprendizaje a adquirir. Así, un alumno puede incorporarse durante un periodo de tiempo en un contenido bien a un nivel inferior o superior al de su edad sin que se produzca una ruptura de la organización interna de la clase. Esto facilita que cada alumno mantenga su propio ritmo de trabajo y aprendizaje.

Es muy importante cómo programar, ordenar y secuenciar los contenidos. Para tener una visión global se pueden utilizar los «mapas de contenidos», con el fin de identificar cómo se repiten en los diferentes niveles y a qué profundidad. Después, selecciona, prioriza y simultanea. Cuando trabaja un contenido hace rentable su intervención en los diferentes niveles y, para llegar a todo el alumnado, se adapta a sus características personales.

Otra nota de identidad es cómo se aprovecha el contexto social y natural; utilizado como eje motivador de nuevos aprendizajes y también para facilitar que sean asequibles a todos. Cualquier excusa sirve para propiciar la curiosidad y el interés de los alumnos y alumnas.

La interacción y el aprendizaje cooperativo son otras de las estrategias que se utilizan para atender a la diversidad. La interacción facilita el intercambio de ideas y las relaciones afectivo-sociales. En este tipo de aulas se aprecia especialmente la sensibilidad, la estética, el arte y la creatividad.

Link: https://www.youtube.com/watch?v=U8AKTL5LP6I

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