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Cooperación genuina, formación docente, MINED, Nicaragua

India: Actuales y futuros líderes reciben una formación sobre desarrollo de capacidades

Asia/India/02 de diciembre de 2016/www.ei-ie.org

Varios dirigentes de la educación y beneficiarios del Programa de Becas John M. Thompson han renovado sus conocimientos sobre sindicatos de la región, aprendiendo al mismo tiempo acerca de planes estratégicos para sus propias organizaciones, así como posibles maneras de contribuir.

Un total de 22 becarios del Programa John M. Thompson (JTF), junto con los presidentes y secretarios generales de los estados participantes, se reunieron del 3 al 5 de noviembre en Nueva Delhi (India) para asistir al curso de repaso a fondo del programa, con el objetivo de contribuir a una mejor comprensión de las iniciativas sindicales regionales. Los asistentes de los estados de Uttarakhand, Haryana y Maharashtra se reunieron en la sede de la All India Primary Teachers Federation (AIPTF), donde consolidaron los compromisos políticos para implementar diversos planes de acción.

Resultados

En el curso de repaso:

·         Se evaluaron las competencias adquiridas por los becarios del Programa JTF en tanto que personas de referencia, capacitándolos para que puedan a su vez formar a futuros becarios del Programa JTF en asociación con la Oficina Regional para Asia y el Pacífico de la Internacional de la Educación (EIAP);

·         Se incorporaron mejoras a la versión en hindi del resumen de los módulos a utilizar para futuras formaciones sobre el Programa JTF en la India;

·         Se evaluaron ámbitos de mejora en el sindicato;

·         Se elaboró un plan de acción para que los becarios del Programa JTF consigan las mejoras deseadas en las organizaciones estatales.

Los becarios compartieron además información actualizada sobre la implementación del plan de acción en sus respectivos estados y proporcionaron comentarios y sugerencias sobre el programa JTF y la formación.

Líderes emergentes de la educación

“Los becarios dieron prueba de grandes progresos a lo largo del curso de repaso”, expresa Anand Singh, de la EIAP. “El potencial de los becarios quedó patente cuando manifestaron la promesa requerida de convertirse un día en futuros líderes o en referencias inestimables para sus sindicatos”.

Un vistazo al Programa JTF

El Programa se lanzó en Asia en el año 1999 para asistir a las organizaciones de la región de Asia y el Pacífico que demostraron tener potencial para crecer y hacerse más fuertes. En 2015, se llevó a cabo el Programa JTF para cuatro organizaciones afiliadas estatales de la AIPTF, y se incluyeron una serie de talleres para adoptar módulos que incorporaban elementos basados en las necesidades de las organizaciones participantes. También se incluyeron cuatro reuniones de orientación para los becarios con líderes de los respectivos estados y la AIPTF, con vistas a incentivar la actuación relativa a los planes preparados por los becarios durante la formación. También se incluyó un curso de repaso como actividad de seguimiento, destinado a supervisar los progresos para la implementación del plan de acción y actualizar las competencias de los becarios.

Tomado de: https://www.ei-ie.org/spa/news/news_details/4199

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Fidel Castro: cronología de su vida

Centroamérica/Cuba/02 de diciembre de 2016/www.izquierdadiario.es

Destacamos algunos de los hechos importantes en la historia del fallecido dirigente de la revolución cubana.

 

13 de agosto de 1926: Nace Fidel Castro Ruz en Birán, municipio Mayarí, actual provincia de Holguín, Cuba.


Los padres de Fidel

1950: Se gradúa en Derecho y milita en la juventud del Partido Ortodoxo (PO).

1952: Poco antes de las elecciones, donde Fidel se presentaba como candidato del PO, Fulgencia Batista da un golpe de Estado, apoyado por EEUU.

26 de julio de 1953: Asalto fallido de los Castro al Cuartel de Moncada. Fidel es condenado a 15 años de prisión.


Fidel detenido después del asalto a Moncada

1955: Fidel es indultado y se exilia primero en EEUU y luego en México.



Diciembre de 1956:
Regresa a Cuba con un grupo que conforma el Movimiento 26 de julio con la intención de invadir la isla, con intenciones de derrocar a Batista y el llamado a elecciones sobre la base de la Constitución de 1940. Ante el fracaso comienza una guerra de guerrillas en Sierra Maestra.

30 de mayo de 1958: El Che Guevara toma Santa Clara.

28 de diciembre de 1959: Comienza una huelga general en La Habana. Se reúne con el gral. Rego Rubido quien le entrega La Moncada.

1° de mayo de 1959: Fidel entra en Santiago de Cuba. Castro declara no estar a favor del comunismo.

16 de febrero: Castro primer ministro.

17 de abril: Realiza una gira por EEUU que incluye un encuentro con el presidente Nixon.

17 de mayo: Se aprueba la primera Reforma agraria.

Septiembre de 1960: Primer discurso de Castro frente a la ONU en Nueva York.

Octubre de 1960: EEUU impone el bloqueo comercial, económico y financiero a Cuba cuando comienzan las expropiaciones de terratenientes y empresas norteamericanas. Inicialmente excluía alimentación y medicinas.

3 de enero de 1961: EEUU rompe relaciones con Cuba.

16 de abril: EEUU fracasa en su invasión a Bahía de Cochinos (Playa Girón). Castro declara el carácter socialista de la revolución.

1962: Crisis entre EEUU (presidido por John F. Kennedy) y Cuba debido a la instalación de cohetes nucleares soviéticos en Cuba. Se cierra con la retirada de los cohetes por orden de Nikita Jruschov de la promesa de que EE UU no invadiría la isla.

Febrero de 1962: Estados Unidos endurece el bloqueo.

27 de abril de 1963: Primera visita de Fidel a la URSS.

1965: Fidel es nombrado secretario general del Partido Comunista cubano.

1968: Fidel apoya la invasión soviética a la revolución checoslovaca, criticando a las masas de “contrarrevolucionarias”.

1972: Cuba ingresa al COMECON (organización económica hegemonizada por la URSS).

1979: Frente a la revolución en Nicaragua, Fidel declara que no se convertirá en una nueva Cuba.

1981: Fidel apoya el golpe de Jaruzelsky en Polonia.

Febrero de 1984: Fidel se reúne en Madrid con Felipe González, el que calificó el encuentro con Fidel Castro de «amistoso» y «cordial», y el dirigente cubano mostró su emoción por pisar «primero cemento y luego, en la Moncloa, tierra española».

1991: Frente a la caída de la URSS, Cuba queda aislada económicamente. Sin embargo no recurre a los pueblos del mundo sino que comienza también reformas procapitalistas manteniendo el régimen de partido único.

1992: Encuentro con el franquista Fraga Iribaren.

1994: Crisis de los balseros, que termina el 25 de noviembre con el acuerdo de EEUU y Cuba de la salida de 35.000 cubanos de la isla.

1995: Participa en el 50 aniversario de la ONU.

1996: Fidel visita a Juan Pablo II en el Vaticano.

1° de marzo: El Congreso de EEUU aprueba la Ley llamada Helms-Burton Act, eliminando la posibilidad de hacer negocios dentro de la isla o con el gobierno de Cuba por parte de los estadounidenses.

1998: Visita de Juan Pablo II a Cuba.

1999: Visita de los reyes de España a Cuba.

Septiembre de 2000: Castro visita a Bill Clinton.

19 de febrero de 2008: Fidel anuncia su renuncia a ser electo presidente.

24 de febrero: Su hermano Raúl asume como presidente.

2011: Raúl es electo secretario general del PC.

28 de marzo de 2012: Fidel recibe al Papa Bendicto en La Habana.

1° de enero de 2014: Última aparición pública de Fidel.

21 de septiembre de 2016: Se reúne con el Papa Francisco en su casa en La Habana.

21 de marzo: Obama visita Cuba, aunque no se entrevista con Fidel.

20 de abril: Clausura el VII Congreso cubano y defiende el comunismo en un discurso en el que habla también de su muerte.

14 de agosto: Fidel reaparece en su 90 cumpleaños.

25 de Noviembre: Muere Fidel Castro.

Tomado de: http://www.laizquierdadiario.com/Fidel-Castro-cronologia-de-su-vida

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Acuerdo con las CC AA para eliminar las pruebas de Primaria y ESO y recuperar la selectividad

Europa/España/02 de diciembre de 2016/www.20minutos.es

El Ministerio de Educación y las comunidades autónomas han llegado a un acuerdo para reformar las reválidas de la Lomce y dejarlas sin efectos académicos.

Las evaluaciones finales de primaria y ESO serán muestrales (no estarán obligados a ellas todos los alumnos) y de diagnóstico; y la de Bachillerato, que servirá para entrar en la Universidad, será similar a la Selectividad y acordada entre las comunidades y las universidades.

Igualmente, la de ESO, que no tendrá efectos académicos ni para conseguir el título de Secundaria Obligatoria, será muestral y de diagnóstico. Los alumnos de FP básica tampoco necesitarán realizar la prueba de ESO para conseguir el título de ESO, sino que el profesorado considerará si reúnen las condiciones para ello. Además, el título de ESO será «único», con los mismos efectos, sea cual sea el itinerario académico elegido por los alumnos en cuarto de ESO.

La prueba de Bachillerato servirá para regular el acceso a la Universidad, será sobre las asignaturas troncales de Selectividad y se superará con una nota media de 4. El consejero de Educación de Asturias, Genaro Alonso, que ha informado de la decisión a la prensa, ha dicho que es un «éxito sin precedentes», a la salida de la reunión de la Conferencia Sectorial de esta tarde, que probablemente haya sido la más corta de este tipo, al menos en los últimos cinco años. Retiran los recursos El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, ha anunciado también en rueda de prensa que se van a retirar los recursos que se presentaron en su día contra las comunidades que incumplieron la prueba de sexto de Primaria que establece la Lomce y que tenían que realizarse por primera vez el curso pasado.

La retirada de los citados recursos «es una muestra, un gesto de buena voluntad» dentro de la búsqueda del «consenso», ha resaltado Méndez de Vigo, que ha añadido que las comunidades que también presentaron recursos en este sentido contra el Ministerio «harán lo propio». En tono de humor ha añadido: es una medida que «ayudará a los tribunales de Justicia» para no tener que ocuparse «de tantos recursos» sobre Educación.

El Ministerio de Educación, a través de la Alta Inspección, había enviado el pasado curso sendos requerimientos a siete autonomías: Cataluña, Andalucía, Aragón, Cantabria, Comunidad Valenciana, Extremadura y Baleares. Entendía que la regulación autonómica de la evaluación final de Primaria no se ajustaba a la normativa estatal, según informó el Ministerio el pasado junio. Además, se mandaron «cartas de demanda de información» a Asturias, Castilla-La Mancha y País Vasco porque entonces no habían procedido a la regulación autonómica de la prueba citada, y se les pedía que explicaran si lo van a hacer y cómo.

El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha debatido con los consejeros de las comunidades autónomas el borrador del proyecto de real decreto ley que modifica la Lomce para que la evaluación final de la ESO sea muestral y no censal y la de Bachillerato se asemeje lo más posible a la derogada Selectividad, con exámenes sólo de las materias troncales de segundo y no de los dos cursos como establece la ley.

Este documento, dado a conocer el pasado viernes 18 de noviembre, ya ha pasado por la Comisión General de Educación, que es la que reúne a los directores generales autonómicos de Educación y Universidades. La parte que se refiere al acceso a la Universidad, el ministro la ha consensuado también con los rectores, con los que el jueves 24 selló un acuerdo para que sea lo más parecida posible a la PAU.

El escenario había cambiado en el último mes, no sólo por las modificaciones previstas para las ‘reválidas’, que han aplaudido ya varios consejeros, sino porque el viernes 25 de noviembre PP, PSOE y Ciudadanos presentaron en el Registro del Congreso de los Diputados una propuesta conjunta para la creación de la Subcomisión para Pacto de Estado por la Educación, cuyo texto señala que dicho acuerdo servirá de base para una nueva ley educativa que sustituya a la vigente. El ministro lleva debatiendo sobre las llamadas ‘reválidas’ de ESO y Bachillerato un año y medio El ministro Méndez de Vigo lleva debatiendo sobre las llamadas ‘reválidas’ de ESO y Bachillerato de la Lomce con las autonomías desde que tomó posesión del cargo hace ya un año y medio. En agosto de 2015, hizo la primera cesión y separó en un decreto distinto la evaluación final de Primaria, que entraba en vigor ese curso 2015-2016, de la de ESO y Bachillerato con el objetivo de poder analizar estas dos últimas con más calma ante el rechazo generalizado, ya que su implantación tendría lugar dos cursos más tarde. El pasado mes de julio, y pese a la fuerte oposición de gran parte de la comunidad educativa y de las autonomías, que reclamaban una moratoria para este curso 2016-2017, el Consejo de Ministros dio luz verde al real decreto que regula estas pruebas de ESO y Bachillerato, tal y como establece la Lomce.

Faltaba la orden ministerial que regula las características de las ‘reválidas’ en base a ese texto y cuyo plazo de aprobación acaba el martes 30 de noviembre. Esta orden tendrá que ser modificada tras la aprobación del real decreto ley que introduce cambios. Según han explicado fuentes del Ministerio de Educación, el borrador del decreto tiene que pasar primero por el Consejo de Ministros y después, como proyecto, por el Congreso de los Diputados, para que sea convalidado. Tras la Conferencia Sectorial de este lunes, el ministro va a comparecer por primera vez en esta Legislatura en la Comisión de Educación de la Cámara Baja el próximo miércoles por la tarde, donde informará a los diputados de lo acordado con los consejeros y hablará del pacto educativo sobre el que se ha mostrado optimista desde el principio. Al día siguiente, el jueves 1 de diciembre, según fuentes parlamentarias, la Comisión de Educación aprobará la creación de la Subcomisión parlamentaria para el pacto en base al texto conjunto de PP, PSOE y Podemos.

Tomado de: http://www.20minutos.es/noticia/2899044/0/educacion-cc-aa-debaten-manana-borrador-decreto-ley-que-modifica-revalidas-lomce/

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Sobre la Enseñanza por Proyectos (3/12)

Por: Julio Mosquera

  1. De Europa a América
La enseñanza de la arquitectura se inicia en México alrededor de 1779. Sin embargo, no es sino hasta el 4 de noviembre de 1785 que es inaugurada oficialmente la Academia de las Nobles Artes de San Carlos de la Nueva España. En esta Academia, al igual que en Europa, se entregaban medallas a los mejores artistas y se exigía la realización de un proyecto para la finalización de los estudios. Tenemos que los primeros graduados de esta Academia realizaron proyectos de una aduana, un Colegio de Minería, un retablo, la Celda para la marquesa de Selva Nevada en el convento de Regina y la reconstrucción de la Iglesia de Tulacingo respectivamente (México Desconocido, 2002).

Durante el Siglo XIX el método de proyecto pasó de la arquitectura a la formación de ingenieros. Los nuevos colegios y universidades industriales o técnicas asumieron dicho método.

En Estados Unidos, el Instituto de Tecnología de Massachussets, fundado en 1864 en la ciudad de Boston, no fue una excepción. Según Knoll (1997), la fundación de este instituto marcó el transplante del método de proyecto desde Europa a los Estados Unidos. Tenemos así un doble proceso de apropiación. Por un lado académico, su adopción en escuelas de ingeniería y por el otro geográfico, su traslado a los Estados Unidos. Este proceso de apropiación tuvo una enorme influencia sobre la manera como se usó y se fundamentó teóricamente este método.

Al ser trasladado a tierras estadounidenses, el método de proyecto sufre transformaciones cuyo carácter se debe a particularidades de los habitantes de esas tierras y las condiciones económicas de ese momento.

«(…) El sentido práctico norteamericano es una fuerza indomable, que no conoce ni admite barreras, que destruye con su tenacidad práctica toda clase de obstáculos y que siempre lleva a término lo empezado, por mínimo que sea; es una fuerza sin la cual no puede concebirse una labor constructiva seria.» (Stalin, 1924/1972, p. 128)

El método de proyectos continuó evolucionando en territorio estadounidense. Cerca de 1870, el profesor Stillman H. Robinson, de la Universidad Industrial de Illinois en la ciudad de Urbana, propuso que la teoría y la práctica debían mantenerse juntas. Para este profesor el futuro ingeniero debía formarse primero como artesano. Desde esta perspectiva, la cual se distanciaba de las tradiciones dominantes en Paris y Boston, los estudiantes tenían que aprender tanto las leyes de la ciencia y las tecnologías como a ser capaces de construir máquinas, aparatos y turbinas (Knoll, 1997). La adopción de este enfoque requería de parte del estudiante la realización de un acto completo de creación. El trabajo de estos iba más allá del bosquejo del proyecto en el papel, ellos tenía que construirlo en el taller. En palabras de propio Robinson:

«En la práctica la enseñanza consiste principalmente de la ejecución de proyectos, en los cuales al estudiante se le requiere construir máquinas, o partes de estas, de su propio diseño y a partir de sus propios planos de trabajo.» (citado en Knoll, 1997, p. 4, Mi traducción)

El interés de Robinson no se limitaba a extender el trabajo de proyecto a su concreción en un modelo físico que funcionara. Él buscaba además que los futuros ingenieros alcanzaran una formación como ciudadanos democráticos, es decir, ciudadanos creyentes en la igualdad de los hombres y en la dignidad (Knoll, 1997).

Tomado de: http://www.aporrea.org/educacion/a236384.html

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Fracaso escolar y abandono temprano

Un problema que viene de lejos y que tiene muchos nombres

Fracaso escolar. Abandono escolar. Abandono temprano de la educación y de la formación. Es una realidad de la que se habla en España desde hace casi cuarenta años. Seguramente podríamos señalar su inicio en el momento en que la Ley General de Educación empezó a funcionar, durante los años setenta, ya que fue seguramente entonces cuando se empezó a culminar la aspiración de proporcionar una educación obligatoria de largo recorrido con alcance universal. Cuando el derecho a la educación básica se reconoció como algo que tenía que ser para toda la población y durante un periodo que abarcaba la infancia y parte de la adolescencia, de los 8 a los 14 años.

Desgraciadamente, esa pretendida universalidad ha sido más un sueño que una realidad. Por una parte, por la incapacidad del sistema de abastecer de suficientes plazas escolares (pupitres, vaya) para la población en edad de estar escolarizada, algo que se consiguió a principios de los años ochenta. Por otra parte, porque la oferta que realizaba el sistema no era satisfactoria para una parte de la población. En esa época, todavía era frecuente leer las dificultades de escolarización de la población gitana a pesar de los esfuerzos que colectivos y personas hicieron en ese sentido y que se han estudiado en el País Valenciano. Esta situación se ha prolongado y ha ido variando, pero sigue siendo un tema de interés ya en este siglo.

Pese a que, en cierto modo, ha sido desplazado de la escena de la interculturalidad desde mediados de los años noventa, con el despegue de la inmigración, retratado para la Comunidad Valenciana por el ya desaparecido Ceimigra, si bien algunos grupos han seguido prestando atención especial, como es el caso del CREA.

En definitiva, en esos años en los que se reformó el currículo de las enseñanzas medias (todavía con un gobierno de la UCD) y durante el periodo de experimentación de las reformas que culminó con la aprobación de la LOGSE en 1990, las formas de referirse a esta problemática eran sobre todo tres: el fracaso escolar como paraguas, la expulsión de clase como práctica aceptable y el absentismo como una realidad que ponía de manifiesto la desafección de parte de la población joven hacia el sistema escolar. La respuesta del sistema fue la creación de aulas de compensación educativa e incluso el reconocimiento de centros de acción educativa singular.

Con la aprobación de la LOGSE y la extensión de la escolaridad obligatoria, revestida de comprensividad si bien con algún margen para la optatividad al término de la etapa, los términos con los que se denominó esta problemática fueron variando: el fracaso escolar seguía como noción de fondo, traducida en el lenguaje ordinario del profesorado por ‘los objetores escolares’ como un comportamiento habitual y reconocible, ahora que la expulsión ya no era práctica tolerable y que el absentismo era un elemento a combatir. Que  un logro histórico como es la ampliación del derecho a la educación se haya visto cuestionado por el rechazo escolar quizá tenga que ver con una reforma que atendió más a cuestiones curriculares que organizativas, que articuló la atención a la diversidad inicialmente más como un tratamiento individualizado que como una estrategia colectiva, y que quiso por esta vía terminar con la educación compensatoria que se había articulado como vía relativamente efectiva si bien segregadora de parte de la población ya durante los años ochenta.

Una de las muchas dificultades que encontró la LOGSE en su implantación fue que su desarrollo curricular no fue igualmente acompañado de una transformación organizativa apropiada: la reacción a la ley en los antiguos Institutos de Bachillerato e Institutos de FP (una segregación que tenía que ver con la oferta postobligatoria diferenciada de la LGE) fue muy diferente, la incorporación de la ESO en esos centros fue discutida tanto por el profesorado (sobre todo de Bachillerato) como por las familias (especialmente en zonas rurales, pugnando por la continuación de parte de la ESO en centros de Infantil y Primaria, antiguos centros de EGB), con el apoyo de parte del profesorado de EGB. Así pues, la nueva fórmula de los IES encontró mal acomodo durante un periodo largo de tiempo.

Hay que tener en cuenta también que gran parte de la implantación de la LOGSE corrió a cargo de un Gobierno que, cuando estaba en la oposición, había votado en contra de la misma, y que trató de aplicar grandes medidas que la revirtieran con escaso éxito (la reforma de las Humanidades cuando Esperanza Aguirre fue ministra de educación, o la aprobación de la LOE en 2002 que las elecciones de 2004 abortaron), pero que fue consiguiendo generar un estado de opinión entre la comunidad educativa disputado en torno a la comprensividad pretendida por la LOGSE. También hay que advertir que hubo colectivos de profesorado, como el Baltasar Gracián, que cuestionaron el carácter progresista de la LOGSE desde posiciones bien distintas.

Más adelante, ya en este siglo, la noción de fracaso escolar se ha revestido de un nuevo término, el abandono educativo o, con más exactitud, el abandono escolar temprano de la educación y de la formación, si bien en este caso no es ya tanto un problema específico de España sino algo que ha merecido la atención de la Unión Europea en su conjunto, preocupada también por otra problemática muy relacionada con esta y que además consiguió mucha repercusión mediática: la de los ninis, una parte considerable de la población joven que ni estudia ni trabaja (en España de nuevo, desgraciadamente, con mucho mayor alcance que en otros países). Seguramente parte de esa atención viene del hecho de que ya no estamos hablando sólo de colectivos de las que las mentes bienpensantes podríamos esperar esa desafección (población gitana, jóvenes de origen inmigrante, jóvenes cuyas familias han estado marcadas por el paro), sino que se extendía también a la juventud de clase media, para la cual el sistema educativo parecía hasta entonces un lugar muy apropiado.

Interpretaciones sobre sus causas

Si esta es la problemática, que ha ido cambiando de nombre y también de forma a lo largo de las cuatro últimas décadas, lo más sencillo sería quizá responsabilizar al sistema educativo. Más si miramos a otros países, en especial en nuestro entorno, donde parece que las cosas resultan de otra manera o que esta problemática, sin embargo, tiene un alcance mucho menor o, por decirlo de otra manera, tolerable. Esa mirada a otros países es más sencilla en la actualidad, o quizá podríamos decir más simple, en la medida en que  evaluaciones estandarizadas de carácter internacional facilitan el proceso de comparación.

Sin duda, para tratar de atajar el problema es necesario tratar de comprenderlo. Y para ello, contamos con aproximaciones desde distintas disciplinas. La más frecuente y la más elaborada, la que nos proporciona la sociología. Son varios los grupos que en España han indagado en este problema, en la medida en que es un reflejo de desigualdades sociales que conviene combatir. Encontramos así análisis rigurosos que explican el fenómeno en su conjunto y cómo se manifiesta en centros de distintas comunidades autónomas, en un reciente monográfico de la revista Profesorado, y que es fruto de un trabajo de  investigación más amplio en que se presta atención especial a la Comunidad Valenciana. También aquí hay tesis doctorales recientes y que se han plasmado en publicaciones. Estos análisis conviene entenderlos en la evolución del  sistema educativo valenciano y en cómo sus resultados no son fruto de los centros y el profesorado sin más, sino de las políticas que han ido conformando las posibilidades educativas. Otros grupos en España han explicado también bien este fenómeno, desde  Julio CarabañaMariano Fernández Enguita o, desde la perspectiva de las transiciones entre la formación y el empleo, el  GRET en Barcelona, que ha conseguido aunar a la perspectiva sociológica el análisis económico así como el psicológico.

Desde la perspectiva psicológica, la problemática recibe otras denominaciones: análisis sobre el rendimiento académico, la motivación y estilos de aprendizaje del alumnado, las dificultades de aprendizaje y, más recientemente, se suman también los estudios sobre la convivencia en las aulas y el acoso, y que han encontrado eco incluso en la creación de organismos. Ya tiene más de una década aquel ‘Qué será de nosotros, los malos alumnos’, de Álvaro Marchesi.

Desde la óptica de la economía, en especial desde la teoría del capital humano, tenemos la suerte de haber contado en Valencia durante más de dos décadas con investigación financiada y que se ha traducido en la serie de  Cuadernos de Capital Humano así como en los estudios de población. También desde la óptica económica  se ha explicado la situación del  fracaso y del abandono temprano. Igualmente, desde la geografía humana también hay alguna publicación que retrata el caso valenciano, tanto para la  educación reglada como para la no reglada. Podríamos hacer referencia también a los informes FOESSA, de cita frecuente en esta sección, o a datos más oficiales en la medida en que proceden del  Comité Económico y Social de la Comunidad Valenciana, que dedica un capítulo a la educación en sus memorias anuales de la situación socioeconómica y laboral en la Comunidad.

Otras explicaciones, quizá menos conocidas, son las que proporcionan entidades que están trabajando con jóvenes que han abandonado el sistema o que están tratando de reengancharse al mismo, como es el caso de la Fundación Adsis; o de aquellas que han realizado estudios por parte del propio profesorado, como el caso reciente del Colectivo Lorenzo Luzuriaga, o el estudio promovido por la Fundación Alternativas. Es el caso también de estudios que se realizan a partir de metodologías cualitativas,  como los trabajos de Abiétar en Valencia y de  Salvà en Mallorca, o el estudio sobre las variables que inciden así como sobre los recursos que se proporcionan para combatir el abandono escolar temprano financiado por la UAFSE en Castilla La Mancha.

Desde una perspectiva estrictamente pedagógica, es inevitable citar los trabajos de María Teresa González y Juan Manuel Escudero, entre los que destaca el monográfico de la Revista Profesorado, así como también los de Francesca Salvà y, sin duda alguna, los dos monográficos que la Revista de Educación ha dedicado a la  cualificación profesional básica en el años 2006 y al  abandono temprano en 2010.

Todas estas aproximaciones evidencian que, sea cual sea la denominación, la educación de la juventud tiene un problema, y es un problema que se traduce en desigualdades en educación, por lo que tiene que ser abordado desde la política educativa tanto como desde la política social. Desigualdades que tienen que ver con la pobreza infantil, que se hereda. Que tienen que ver con la precariedad laboral, hacia la que se encamina a cada vez más gente. Que tienen que ver con la emancipación de la juventud, y con su prolongación sucesiva, ya que todo se estira: el acceso a la vida adulta, el acceso a un empleo seguro, la emancipación familiar, la edad de jubilación …

Si el mercado laboral tuviera otro comportamiento o funcionamiento, si hubiera una oferta de empleo suficiente y razonable, es probable que ni el fracaso escolar ni el abandono escolar temprano merecieran la atención que reciben. En otros lugares en los que la escuela se ha mostrado muy elitista durante mucho tiempo, como el Reino Unido, abandonarla no fue un problema hasta finales de los años setenta, cuando empezó a ser más difícil obtener un puesto de trabajo. Las historias de rechazo escolar ilustradas por Paul Willis en ‘Aprendiendo a trabajar, cómo los chicos de clase obrera consiguen trabajos de clase obrera’ dejaron de tener sentido en el momento en que las transiciones entraron en escena o, mejor dicho, en que las transiciones se convirtieron en la meta de la educación o, en sí mismas, en un problema educativo.

Pero, por otra parte, el sistema productivo tuvo un comportamiento poco decente en nuestro país durante los años de bonanza económica, al atraer hacia sí a jóvenes que todavía estaban cursando estudios, en una invitación al abandono mediante una oferta difícilmente compatible con los estudios y tan poco cualificada que desvaloraba la formación, impidiendo la terminación y la obtención de la titulación. En algunas comunidades autónomas, entre ellas la valenciana, este fenómeno de abandono inducido era frecuente en los ámbitos del turismo, la construcción o la cerámica, por poner algunos ejemplos. No se tendría que haber incentivado ese tipo de contratación, que ha dejado tras de sí cifras considerables de personas adultas sin titulación.

En definitiva, el fracaso tiene tendencia a heredarse, por estar vinculado a más causas que la mera intervención del sistema educativo, se muestra con más virulencia en la educación secundaria obligatoria, si bien tiene con frecuencia su origen en la educación primaria y su mejor mecanismo de prevención en la educación infantil, y afecta tanto al derecho a la educación como probablemente al derecho al trabajo y, por lo tanto, a la incorporación a la vida adulta como persona de pleno derecho.

A quién afecta en mayor medida y cómo

Uno de los colectivos más afectados por el fracaso escolar y el abandono escolar temprano es precisamente el de la población adulta. Por una parte, jóvenes adultos, que no han alcanzado los 30 años o que hace poco que los cumplieron, y que dejaron el sistema educativo para entrar al mercado laboral con apenas cualificación, de modo que en este momento se encuentran sin empleo y sin formación. De hecho, está cambiando el perfil tradicional de la población destinataria de la educación de personas adultas, al tiempo que está reclamando también una demanda mayor de lo que la  oferta de centros de EPA puede atender en la Comunidad Valenciana. Convendría conocer mejor el cambio en este perfil, al que se refiere el profesorado de EPA, a su vez disperso también por la situación atípica en la que se ha encontrado esta oferta educativa en los últimos 20 años, con una ley que nunca se puso en marcha y con una cobertura distribuida entre las entidades municipales, que soportan el peso principal de esta modalidad.

Un segundo colectivo es el de los menores que se encuentran en situación de desamparo y a los que la Generalitat Valenciana tutela mal que bien, que atienden tanto a centros residenciales de Recepción, Acogida y Emancipación, así como a Centros de Día, y cuya tutela educativa queda en manos de lo que cada centro tenga posibilidad de hacer, sin que haya un plan específico para procurar su escolarización exitosa. Sin duda, se trata de una población que tiene necesidades urgentes que atender, pero entre ellas se debe considerar también a la educación, para evitar que el desamparo infantil y juvenil pase a ser desamparo, vulnerabilidad y exclusión ya en la vida adulta. Sin poner en riesgo la privacidad y el anonimato que merecen las y los menores atendidos, se requieren estudios que permitan conocer sus trayectorias escolares, con frecuencia jalonadas de cambios de centro, y que probablemente no son mucho más exitosas que sus propias trayectorias vitales.

En tercer lugar, no nos podemos olvidar de los jóvenes con medidas judiciales, que están cumpliendo penas y para los que el castigo se antepone a la educación con mucha frecuencia, sobre todo a la educación escolar. En un mundo que cada vez desconfía más de la adquisición de contenidos y que propone valorar a las personas en términos de competencias, llama la atención que no se eduquen ni se capitalicen tampoco las múltiples competencias para la vida que tantos de estos jóvenes han acumulado y ejercitado para asegurar su supervivencia en contextos con frecuencia hostiles, tanto familiares y de vivienda como incluso escolares, … Es poco lo que conocemos de esta situación, algo se ha estudiado en la  ciudad de Valencia y también hay algún estudio en proceso, en el que una de las problemáticas principales es seguramente el absentismo, como paso vinculado al fracaso y previo al abandono temprano de la formación.

Por otra parte, nos encontramos también ante una situación insólita: la de todas aquellas personas, jóvenes así como adultas, también etiquetadas, incluso en la legislación (el artículo 12 de la Ley de las Cualificaciones y la Formación Profesional), que les reserva medidas específicas que podríamos entender de discriminación positiva pero que se siguen considerando como segregadoras: jóvenes inmigrantes, sea cual sea su origen y forma de llegada, como si eso no marcara grandes diferencias, jóvenes de minorías étnicas entre las que se encuentra, no lo olvidemos, la etnia gitana. Incluso aunque la legislación no lo establece claramente, no resulta tan extraño pensar en la oferta de Formación Profesional Básica como una opción apropiada para determinados grupos de personas para las que la continuación de estudios postobligatorios no parece considerarse la opción más apropiada.

Hemos de hablar también, sin duda, de jóvenes con algún tipo de diversidad funcional, escolarizados en centros de educación especial o en centros ordinarios con el apoyo de medidas de integración, que encuentran obstáculos para progresar dentro del sistema educativo más allá de los niveles obligatorios y que, pese a los muchos esfuerzos y mejoras en materia de integración, sigue resistiéndose a una inclusión igualitaria, en particular en lo relativo a las vías académicas, en tanto que las vías profesionalizadoras muestran más flexibilidad y apertura.

Hemos comenzado hablando de personas adultas para acabar refiriéndonos a la población joven porque es en la etapa de la adolescencia que las personas vamos conformando nuestras identidades en un juego de exploración y compromiso, que afecta tanto a las distintas dimensiones de la persona, desde la sexual a la ocupacional pasando por la personal o la social. Y el sistema educativo parece en ocasiones más atento al currículo que ha de impartir que a las transformaciones que afectan a la población juvenil y que sin duda están contribuyendo a la transición a su vida adulta, a su proceso de maduración como personas y ciudadanos de pleno derecho.

Qué sabemos que no funciona

Lo cierto es que los problemas educativos son problemas complejos y que requieren una solución práctica. No son problemas que se dilucidan en unas cuantas páginas, que se resuelven con declaraciones de intenciones más o menos acertadas sobre cómo habría que atajarlos, sino que son problemas que se dirimen en el espacio de la relación educativa que se construye a lo largo de la historia de la escolaridad de una persona y, en la actualidad, a lo largo también de la historia de formación no escolar.

Así pues, en principio, y tal y como se pone de manifiesto con la llegada del abandono escolar temprano a jóvenes de clase media, son las transiciones como novedad, como problema, las que nos llevan a tener que reubicar el papel de la educación y la formación en este nuevo periodo de la vida de las distintas personas, que ha de ser distinto al papel del sistema educativo, que no prepara para transitar más que por él mismo.

Las soluciones al rechazo, absentismo, fracaso y abandono pasan por comprender mejor estos fenómenos pero pasan también por la necesidad de intervenir. Sin comprensión no hay intervención adecuada, pero la intervención tampoco puede demorarse cuando se inicia el proceso de fracaso que con tanta frecuencia conduce a la exclusión educativa, y laboral, y social. Dado que se trata de una problemática compleja, no basta una única respuesta.

Hay que romper moldes que nos anclan en tensiones del pasado, como el debate entre comprensividad y segregación, igual que la intervención médica de urgencias tiene lugar mediante servicios de atención específica y bien dotados de recursos para atender las situaciones de mayor gravedad. O el debate sobre la financiación de la educación, que en el caso del absentismo, fracaso y abandono está con tanta frecuencia externalizado e infrafinanciado, quedando en manos de intervención municipal. Si esta problemática se presenta en forma de proceso, y no de actuación puntual, es necesario que la intervención y su financiación sean a largo plazo: no es prudente que la atención a esta problemática sea por medio de programas anuales, a los que cada centro debe concursar. Ante la magnitud del problema, tendría que haber iniciativas en la mayoría de centros escolares, sin duda alguna en la mayoría de centros escolares públicos, puesto que es en ellos donde se acumula la población que lo padece.

Hay que responder al fracaso desde claves organizativas y no sólo con medidas de carácter curricular. La institución escolar conserva todavía el monopolio de la educación, aunque cada vez resulta más claro que la formación tiene lugar mucho más allá de las fronteras escolares: la escuela tiene sus funciones pero no es la única ni, en ocasiones, la mejor garante del derecho a la educación. Sin cambios organizativos no hay respuesta sencilla, sin revisar la función y por lo tanto la organización y el funcionamiento de la institución escolar, no sólo lo que enseña. Sin cuestionar su hegemonía como institución educativa.

No se puede seguir pensando que la única opción posible para quien muestra desafección por la escuela sea derivarlos a la Formación Profesional Básica, como propone la LOMCE. No puede ser ni la única ni la última compensación educativa. No se puede descargar la reducción del abandono educativo temprano mediante una oferta de Formación Profesional Básica ni mediante la Formación Profesional Dual. No se puede hacer frente a la problemática educativa, vinculada a una problemática de desigualdad social así como a un sistema productivo incapaz de ofrecer suficientes puestos de trabajo en calidad y decencia, sin cuestionar otro tipo de prácticas vinculadas a la formación, la vinculada al empleo fuera del sistema educativo.

El mercado de la formación para el empleo, tanto la inicial como la continua, debiera ser parte de las políticas educativas de este país, en lugar de funcionar como un mecanismo paralelo y en gran medida desregulado, del que no existe una planificación detallada, ni una oferta ordenada, ni se propone con una anticipación suficiente, ni tiene una estabilidad necesaria, y que casi siempre constituye una oferta formativa de corta duración, salvo la excepción de las escuelas taller. Cualquier joven que continúa en el sistema educativo sabe que sea cual sea la opción que elija al terminar la educación obligatoria, le resuelve al menos los dos próximos años de su vida y, con cierta frecuencia, los siguientes también, mediante la continuación de estudios en semejante orientación profesional. Sin embargo, cualquier joven que abandona el sistema educativo antes de culminar la ESO o recién terminada, tiene ante sí opciones de formación de corta duración, para las que apenas recibe orientación porque ni siquiera la oferta se conoce con antelación, fruto como es de fuentes de financiación dispersas y variadas, públicas y privadas, ofertada por entidades y agencias de todo tipo, empresariales, sindicales, sin ánimo de lucro, con ánimo de lucro, locales o deslocalizadas.

Es imprescindible que haya un entendimiento entre las administraciones de educación y las de empleo, que estén dispuestas a colaborar, que piensen en el beneficio de la población antes que en preservar sus propias cuotas de poder, de presupuesto, de capacidad de maniobra e intervención. Una muestra clara de esta difícil cooperación está en los contratos para la formación y el aprendizaje, reconocidos desde la aprobación misma del Estatuto de los Trabajadores, y que deberían tener como objeto la formación y el aprendizaje, en tanto que habitualmente han sido un rincón en el que poder disponer de mano de obra a buen precio, sin hacer todo lo posible por garantizar el cumplimiento del objeto del contrato, en el que tanto abuso ha habido, tanto por parte de la formación presencial como a distancia. Es la única vía que existe, que ha existido en las últimas casi cuatro décadas en España, para compatibilizar formación y empleo con el objeto de mejorar en ambos ámbitos, y sin embargo es una vía muy poco utilizada, muy abusada y con apenas control, si es que alguno ha habido, sobre su dimensión formativa. Y una realidad escasamente estudiada, por la dificultad de acceso a la información.

Qué sabemos que funciona

Mientras tanto, hay prácticas que se muestran eficaces y resistentes, a pequeña escala: organizaciones locales, organizaciones especializadas en determinados colectivos,  organizaciones que trabajan en el espacio de las transiciones más complejas, las que no discurren por las vías escolares tradicionales, académicas y profesionales. Algunas entidades sin ánimo de lucro incluso se están  asociandopara reclamar su función en el panorama educativo, en busca de proporcionar segundas oportunidades en formación. En la Comunidad Valenciana, uno de los aciertos de la puesta en marcha de la Garantía Social, allá por 1994, consistió en autorizar a entidades municipales e instituciones sin ánimo de lucro con experiencia en el trabajo con jóvenes a impartir esta modalidad de formación, y en estos 22 años ha habido muchas experiencias valiosas de recuperación educativa en la que han participado muchas de estas entidades. Desde 1996, se invirtieron muchos esfuerzos en implicar a los IES en esta formación, hasta llegar a la situación actual con la separación entre FPB y PCPB.

Algo en lo que tienen también buena tradición algunos municipios, que hace ya tiempo se asociaron en una red temática que ha contado desde hace tiempo con el apoyo de la FEMP, dentro de su iniciativa de ciudades educadoras. Algo que conviene recordar en esta época en la que las administraciones locales, en aras de la estabilidad presupuestaria, han visto muy mermada, incluso legalmente, su capacidad de intervención, lo que ha llevado a reducir y poner en riesgo la permanencia de programas de carácter social y educativo que han constituido la única opción de continuidad en la educación para muchas personas que no proseguían su formación, o bien la interrumpían, en el sistema educativo reglado.

Sabemos que hay medidas que han funcionado a lo largo de las tres últimas décadas en materia de compensación educativa: una formación más práctica, una formación más integral y menos dispersa, una formación en grupos más reducidos, una formación en la que el profesorado desempeña también el papel de personas adultas de referencia para las y los jóvenes. Una formación en el que hay atención a las demandas personales propias de la época Una formación en la que la evaluación final se apoya en una evaluación continua que tiene carácter formativo y no sancionador. Una formación en la que el ritmo de las personas se tiene en cuenta. Una formación más activa. Una formación exigente y no discapacitadora, proporcionando conocimientos rigurosos pero también relevantes.

Pero hay que explorar también otras soluciones

Hay que reconsiderar el papel de la formación para el empleo. Hay que pensar en aumentar y diversificar la oferta formativa para que sea por una parte suficiente y por otra apropiada, lo que a su vez la hará más atractiva para una parte de la población. Hay que pensar en la prolongación de oferta, en la publicidad de oferta, en la diversificación y polivalencia de oferta, frente acomo también en términos de relaciones laborales, de las cualificaciones adquiridas.

Hay que proporcionar trayectorias con recorrido en lugar de una sucesión de acciones que son aisladas y están descoordinadas. Hay que facilitar oportunidades educativas que se orienten a la autonomía personal, a la capacidad de identificar la propia vocación y a facilitar la posibilidad de seguirla. Oportunidades que libren a las personas de la dependencia de instituciones en las que han recalado al abandonar el sistema y donde encuentran reconocimiento como personas jóvenes en un mundo hostil, motivo por el que se muestran reacias a abandonar esas instituciones. La articulación de la Garantía Juvenil es crucial en este sentido,  siendo fundamental que se recabe información precisa de todas las acciones que se realizan bajo este marco de financiación. En la actualidad, no hay ningún registro, pese a que es la administración (la de Empleo, en este caso) la que está encargada de gestionar esos fondos, con lo cual se ha convertido en una acción que se orienta a individuos particulares en lugar de utilizarse para articular las transiciones en el territorio.

Hay que facilitar el acceso al empleo en condiciones que les permitan priorizar la formación, especialmente durante la juventud. Que no se presenten como incompatibles entre sí, en contra de lo que ha sido la tradición mejor asentada en nuestro país. Quizá por ahí debieran ir los esfuerzos para potenciar la Formación Profesional Dual, rescatando el sentido que la legislación otorga a los contratos para la formación, para el aprendizaje y en prácticas; los cuales ya constituían de hecho el mejor marco para esa pretendida dualidad; más si cabe en un sistema de formación profesional como el español que, pese a ser escolar, tiene legalmente reconocidas las prácticas en empresa desde 1974, activadas en la Comunidad Valenciana desde 1984 y con carácter obligatorio desde la implantación de los títulos LOGSE.

Hay que reconsiderar el papel de la EPA, que ha visto cómo se transformaba el perfil de su alumnado tradicional, que ha pasado a estar conformado por gente joven, y que cumple un papel fundamental mientras que tampoco ha cambiado la fa Comunidad Valenciana, uno de los aciertos de la puesta en marcha de la Garantía Social, allá por 1994, consistió en autorizar a entidades municipales e instituciones sin ánimo de lucro con experiencia en el trabajo con jóvenes a impartir esta modalidad de formación, y en estos 22 años ha habido muchas experiencias valiosas de recuperación educativa en la que han participado muchas de estas entidades. Desde 1996, se invirtieron muchos esfuerzos en implicar a los IES en esta formación, hasta llegar a la situación actual con la separación entre FPB y PCPB.

Algo en lo que tienen también buena tradición algunos municipios, que hace ya tiempo se asociaron en una red temática que ha contado desde hace tiempo con el apoyo de la FEMP, dentro de su iniciativa de ciudades educadoras. Algo que conviene recordar en esta época en la que las administraciones locales, en aras de la estabilidad presupuestaria, han visto muy mermada, incluso legalmente, su capacidad de intervención, lo que ha llevado a reducir y poner en riesgo la permanencia de programas de carácter social y educativo que han constituido la única opción de continuidad en la educación para muchas personas que no proseguían su formación, o bien la interrumpían, en el sistema educativo reglado.

Sabemos que hay medidas que han funcionado a lo largo de las tres últimas décadas en materia de compensación educativa: una formación más práctica, una formación más integral y menos dispersa, una formación en grupos más reducidos, una formación en la que el profesorado desempeña también el papel de personas adultas de referencia para las y los jóvenes. Una formación en el que hay atención a las demandas personales propias de la época Una formación en la que la evaluación final se apoya en una evaluación continua que tiene carácter formativo y no sancionador. Una formación en la que el ritmo de las personas se tiene en cuenta. Una formación más activa. Una formación exigente y no discapacitadora, proporcionando conocimientos rigurosos pero también relevantes.

Pero hay que explorar también otras soluciones

Hay que reconsiderar el papel de la formación para el empleo. Hay que pensar en aumentar y diversificar la oferta formativa para que sea por una parte suficiente y por otra apropiada, lo que a su vez la hará más atractiva para una parte de la población. Hay que pensar en la prolongación de oferta, en la publicidad de oferta, en la diversificación y polivalencia de oferta, frente a mirada estrecha que vincula la forma de entender lo que representa esta formación ni, por supuesto, ha cambiado la forma de entenderla como política socioeducativa: sigue habiendo dispersión e inestabilidad de oferta educativa, vinculada en parte a la Conselleria de Educación, en parte a los municipios o a las diputaciones provinciales. Un profesorado de EPA que no cuenta con una formación específica inicial, puesto que ninguna de las universidades valencianas tiene un itinerario que especialice en esa dirección en los grados de Magisterio, pese a ser una de las recomendaciones que en su día figuraban en las directrices ministeriales. Un profesorado que, además, hasta muy recientemente, ha visto desatendida también su formación continua, por lo que ha tenido que gestionarla por su propia cuenta.

El último informe de la  Unión Europea sobre estrategias para combatir el abandono escolar temprano apunta a la necesidad de recabar buena información y a activar medidas de tres tipos: preventivas, de intervención y de compensación. Pero lo primero es disponer de buena información, no sólo con carácter genérico, sino de cada uno de los alumnos. Nada más fácil, hoy en día, en la sociedad de la información, con la cantidad de información de la que disponen los centros escolares, porque la administración educativa les obliga a ello, que está informatizada en el programa  Itaca en la Comunidad Valenciana y que debería ser explotada para poder seguir las trayectorias individuales y adoptar medidas preventivas en el momento en que se empiece a vislumbrar la problemática. La información está disponible pero en estos momentos no hay quien la analice, y tendría que ser la administración educativa la encargada de hacerlo, o bien liberar al profesorado en los centros de otras responsabilidades para poder atender a estas.

Los centros deben poder decidir qué tipo de medidas activar en cada caso sin tener que depender de que la legislación educativa las haya contemplado previamente y sin tener que haber solicitado financiación para las mismas en el curso anterior. Desde luego, las convocatorias para facilitar la intervención educativa en situaciones de riesgo no pueden ser convocadas una vez finalizado el curso escolar, un error reiterado en anteriores gobiernos y en el que ha incurrido también el actual.

En los centros con una alta recurrencia de absentismo, fracaso o abandono, tendría que haber un apoyo plurianual de la administración, tanto con recursos financieros como mediante el apoyo comprometido de la inspección educativa, de la formación del profesorado, de las condiciones de acceso del profesorado a los centros, incentivando la estabilidad de las plantillas comprometidas con un proyecto educativo y, seguramente, dando cabida también en los claustros a profesionales de la  educación social que puedan atender a las y los jóvenes en sus transiciones más allá de la dispensación del currículo de la ESO. La entrada de la educación social en los IES debiera ir normalizándose, y buscando su ubicación en el claustro de forma más acertada que la que se produjo cuando hace dos décadas empezó a normalizarse la presencia de profesionales de la psicopedagogía en los centros.

En última instancia, si las medidas son sólo escolares, seguramente no se podrá hacer bien frente al problema. Si en los hogares hay pobreza o desempleo, si hay violencia doméstica, si hay problemáticas familiares que afectan a la convivencia e incluso a la supervivencia en condiciones dignas, las medidas escolares no encontrarán buen acomodo. Las medidas preventivas pueden ser de carácter puntual, pero las medidas de intervención y compensación se han de sostener en el tiempo, no se han de prolongar de manera indefinida, sino activarse cuando sea necesario.

*Fernando Marhuenda Fluixá, Departamento de Didáctica y Organización Escolar Universitat de València

Fuente: http://www.eldiario.es/cv/arguments/Educar-haciendo-escolar-Comunitat-Valenciana_6_576452357.html

Imagen: images.eldiario.es/agendapublica/Educacion-concertada_EDIIMA20140422_0640_35.jpg

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España: Méndez de Vigo, ante el Pacto por la Educación: «No hay que derribarlo todo»

Europa/España/1 de diciembre de 2016/Fuente: abc.es

El ministro asegura en la sesión de control en el Congreso que «hay que construir sobre lo que estamos haciendo»

El ministro de Educación y Cultura, Íñigo Méndez de Vigo, ha pedido esta mañana en el Congreso que, ante el inicio de las negociaciones para alcanzar un Pacto de Estado por la Educación, «no hay que «derribarlo todo», y «hay que tener en cuenta lo que hemos hecho para construir sobre lo que estamos haciendo». Este pacto comenzará mañana a andar con motivo de la creación de la Subcomisión, que se aprobará en el seno de la Comisión de Educación.

Este llamamiento lo ha realizado durante la sesión de control al Gobierno en la Cámara Baja y en respuesta a una pregunta de la diputada popular María del Carmen González Guinda sobre la valoración que realiza el Gobierno en relación «al ritmo de reducción de la tasa de abandono escolar temprano, de acuerdo con los últimos datos oficiales dados a conocer por el INE».

El ministro se mostró muy satisfecho con estos datos, que indican que en España ha bajada en siete puntos este abandono, desde el 26,4 por cientoque se registraba en 2012. Ello suponía que uno de cada cuatro estudiantes cuando abandonaba la enseñanza básica obligatoria no volvía más a estudiar. A día de hoy, España es el segundo país que más baja.

Mejora en matemáticas

Méndez de Vigo aludió a la otra «buena noticia» conocida ayer como es que los estudiantes españoles han mejorado en competencia matemática, por lo que España se encuentra por encima de la media de la OCDE. Se refería al informe TIMSS 2015 de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento sobre la disciplina de los números, en la que España reduce la tasa de alumnos rezagados del 13% de 2011 al 7% de 2015.

A la vista de estos datos positivos para el sistema educativo español, el ministro finalizó su intervención afirmando que, «cuando vamos a acometer el Pacto de Estado Social y Político por la Educació, hay que tener en cuenta lo que hemos hemos hecho para no derribarlo todo, para construir sobre lo que estamos haciendo. En especial yo quiero aprovechar mi presencia en esta Cámara para agradecer a los profesores y los docente, que son los que realmente están todo los días en el sistema educativo contribuyendo a que estemos mejorando las tasas de abandono».

Fuente: http://www.abc.es/sociedad/abci-mendez-vigo-ante-pacto-educacion-no-derribarlo-todo-201611301201_noticia.html

Imagen: www.abc.es/media/sociedad/2016/11/30/mendez-vigo-congreso-lomce-U10107421996NBH–620×349@abc.jpg

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Chile bajo la media en estudio internacional de educación

América del Sur/Chile/01 de diciembre de 2016/Fuente: la tercera

La investigación TIMSS que evalúa a alumnos de 4° y 8° básico, revela que el país mostró un alza en su rendimiento en Matemáticas y Ciencias, pero que no supera el promedio a nivel mundial. Además, reveló que existen brechas significativas de género y que el origen socioeconómico es un factor importante en el rendimiento de los estudiantes.

Chile participa de distintas evaluaciones internacionales que permiten comparar los logros de los estudiantes con sistemas educativos de distintos lugares del mundo.

Uno de ellos es el TIMSS, un estudio internacional de conocimientos de las asignaturas de Matemáticas y Ciencias que mide el rendimiento de los estudiantes de 4° y 8° básico. En la versión 2015, cuyos resultados fueron revelados hoy, contó con la participación de 57 países, siendo Chile junto a Estados Unidos y Canadá, los únicos de América.

Uno de los resultados arrojados es que, en comparación con las últimas dos mediciones (2011 y 2015), existe una mejora significativa en la evaluación de Matemáticas en 8° básico. Esto confirma un alza dentro de los últimos 16 años que se ha realizado este estudio, en donde esa asignatura y Ciencias presentan también un incremento en el puntaje.

Sin embargo, pese al avance demostrado, el país obtiene resultados bajo la media internacional (500 puntos) en todas las pruebas.

En este sentido, el Secretario Ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, Carlos Henríquez, enfatizó que existe un gran desafío: “En las diferentes asignaturas y niveles, entre el 15% y el 37% de nuestros estudiantes no alcanzan los 400 puntos, es decir, su rendimiento es menor al que se requiere para alcanzar el nivel de desempeño Bajo”.

Esto quiere decir que en Chile se concentra un nivel Bajo en un tercio de los estudiantes del país en cada prueba rendida, mientras que solo el 1% de ellos alcanza un nivel Avanzado. Si se compara con la realidad de los otros países participantes, los mejores resultados reflejan que casi el 50% de los alumnos alcanzan un nivel Avanzado.

En este sentido, el experto en Matemáticas de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, Horacio Solar, sostiene que “el hecho de que hayan subido los puntajes es un signo positivo, si bien no estamos a lo que se espera a nivel promedio, pero hay que ver bien cómo nos vamos a comparar”. Él explica que hay otras pruebas, como la ERCE, que se evalúan a nivel Sudamericano y que se construyen bajo las dimensiones y contextos de estos países y que en esas mediciones “generalmente nos va bien”.

Brechas de género

Otro de los resultados interesantes que arrojó la investigación es que en Chile existen brechas significativas en cuanto al género de los alumnos, siendo las mujeres superadas por los hombres, una de las más acentuadas de los países que participaron en el TIMSS.

Y es que en 8° básico es donde se refleja esta situación de manera más reveladora. La mayor brecha se encuentra en la asignatura de Matemáticas entre todos los participantes y la segunda mayor en Ciencias, luego de Hungría.

Ante este resultado, Henríquez explicó que “las brechas de género no son intrínsecas, es decir, no dependen de aspectos biológicos, sino que están fuertemente asociadas a aspectos culturales, como las distintas expectativas que los padres y profesores tienen sobre los estudiantes”.

Otro punto que quiso destacar es que a medida que avanza la trayectoria escolar, las brechas se vuelven más profundas.

En comparación con los otros países participantes, la investigación reflejó que en Corea y Rusia no hay diferencias de género, mientras que en Tailandia y Arabia Saudita, la diferencia es a favor de las mujeres.

Origen socioeconómico

El estudio demostró, al igual que las investigaciones de años anteriores, que los recursos del hogar es un factor importante en el rendimiento de los estudiantes. Esto quiere decir que la diferencia de puntaje entre estudiantes de familias de bajo nivel socioeconómico y de los pertenecientes a una de alto nivel es de 78 puntos en promedio.

Por otra parte, la proporción de estudiantes del quintil más vulnerable que obtiene menos de 400 puntos supera en cuatro veces al porcentaje del quintil de mayores recursos. Por el contrario, el porcentaje de estudiantes del quintil más pobre que alcanza el nivel alto de resultados es inferior al 7%, mientras que en el quintil de más ingresos, esta cifra puede superar el 20%.

 Fuente: http://www.latercera.com/noticia/chile-la-media-estudio-internacional-educacion/
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