
Fuente: https://noticide.wordpress.com/2016/11/25/conversatorio-puertas-abiertas-en-educacion-la-respuesta-mexicana-ante-trump/?platform=hootsuite

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España es el país de Europa occidental que menos ha conseguido adaptar el sistema educativo y la gestión de los recursos humanos a las necesidades de su economía, según el Ránking de Talento Mundial 2016 publicado hoy por la escuela suiza de negocios IMD.
«El sistema educativo no prepara el tipo de talento que España necesita. Se preparan ingenieros cuando lo que se necesita es personal para el sector de servicios», dijo a Efe el director del centro de competitividad de la IMD, Arturo Bris, al analizar los resultados del ránking.
El informe sobre el talento analiza 61 países en función de su inversión y desarrollo en educación, su capacidad para atraer el talento extranjero y su capacidad de adaptar el conocimiento de las personas a las necesidades de sus respectivas economías.
En el ránking general, que combina esos tres factores, España se ubica en el puesto 32, lo que significa 7 posiciones por encima del año pasado, siendo el factor de inversión y desarrollo educativo en el que más ha progresado de un año a otro, pasando del puesto 36 al 29.
Bris explicó que la mejora en el posicionamiento de España en ese factor se ha debido sobre todo «al deterioro observado en otros países, más que a un aumento notable de la inversión pública española en educación».
El ámbito en el que España obtiene los peores resultados tiene que ver con la preparación de la fuerza laboral para su sistema productivo, una variable en la que está en el puesto 45.
El académico señaló que en el país «existe poca cultura de proporcionar entrenamiento a los empleados y en general las empresas carecen de una política de gestión del talento».
«Como mucho se hace un curso de inglés o de informática», comentó, y agregó que «el mercado laboral de talento en España está muy segmentado».
De una parte están «los empleados y ejecutivos que abandonan el país porque tienen capacidad de internacionalización, pero no vuelven» y, por la otra, «aquellos que se quedan porque no tienen capacidades adecuadas para salir (a trabajar) en el extranjero».
La consecuencia, sostuvo Bris, es que «el talento en el país se deteriora».
En el tercer indicador del ránking, relacionado con el atractivo que ejerce un país para el talento foráneo, España se ubica en la posición 28 (cinco mejores que en 2015), aunque en la subcategoría de «atraer y retener talento» se posiciona en el puesto 58.
«Esto es grave», opinó Bris, que explicó que entre las razones de ello están «las dificultades que afrontan los ejecutivos que no hablan español» o «la baja motivación de los trabajadores en general».
Un tercer elemento que hace que España no sea suficientemente atractiva para el talento exterior tienen que ver con los bajos salarios, particularmente en los cargos medios y en la comparación europea.
«Mi recomendación es que España se centre en políticas de medio y largo plazo, que fomente la internacionalización del talento con programas para enviar gente fuera con el objetivo de que regresen, y que se invierta más educación».
Esto debe incluir, agregó, la formación en el trabajo, subcategoría en la que España está en el último lugar entre los 61 países evaluados.
«Cuando preguntamos si el entrenamiento de los empleados es una prioridad en las empresas vemos que no existe ni política ni cultura de preparar a los empleados, no hay incentivos a la educación, formaciones continuas, movilidad interna ni educación en idiomas», lamentó Bris. EFE
Fuente: http://www.wradio.com.co/noticias/internacional/espana-es-pais-de-europa-occidental-que-menos-adapta-educacion-a-su-economia/20161129/nota/3316715.aspx
Imagen: www.lavanguardia.com/r/GODO/LV/p3/WebSite/2016/11/29/Recortada/2016-11-24T204827Z_01_TGN115_RTRIDSP_3_FIATCHRYSLER-JOBS_20161124215000-kOLF-U412255440632quB-992×558@LaVanguardia-Web.jpg
Según notas en La Nación y Clarín el Gobierno nacional incentivaría el abandono de los métodos de alfabetización constructivista para volver a la «conciencia fonológica”. ¿Qué hay detrás del debate?
En apenas una semana, el diario La Nación publicó dos artículos con la misma protagonista, María de las Mercedes Miguel –Secretaría de Innovación y Calidad Educativa del Ministerio de Educación de la Nación– anunciando con bombos y platillos el ingreso al sistema educativo de cursos de capacitación para docentes en estrategias enmarcadas en la neurolingüística como paradigma rector de la enseñanza de la lectoescritura en los niveles inicial y primario. Por su parte, el diario Clarín se hizo eco también de esta restauración de “las buenas viejas prácticas pedagógicas que nunca deberían haberse abandonado”. Sin embargo, lo que parece plantearse como un debate pedagógico está en realidad plagado de falacias y aseveraciones taxativas que suenan a mala intención. Es estrictamente necesario separar ese tipo de chicanas del debate pedagógico saludable, constructivo y plural, precisamente para salvar las instancias que permiten pensar una mejor educación.
Uno de los primeros aspectos en los que vale la pena detenerse es la idea de que cambiando un método de enseñanza de la lectoescritura desde el Ministerio de Educación de la Nación los problemas del sistema educativo se solucionan mágicamente. En primer lugar, el Estado nacional no tiene la potestad para cambiar los planes de estudio de los institutos de formación docente (en total, aproximadamente 1300 en todo el país incluyendo los niveles inicial, primario y secundario) ya que, en un sistema educativo federalizado estos establecimientos están bajo la jurisdicción de las provincias. Esto significa que, si bien los planes de estudio deben adecuarse a la normativa emitida por el Instituto Nacional de Formación Docente (Infod) y el Consejo Federal de Educación (CFE), cada proceso de reforma curricular implica un debate al interior de cada instituto –sus actores: docentes, estudiantes, graduados– y la necesidad de consensos, marchas y contramarchas. Reformulando: realizar una readecuación curricular de todos los planes de estudio para imponer sólo la conciencia fonológica como paradigma implicaría un estallido del debate en todos los institutos de formación docente, que no sería resuelto antes que finalice el mandato de, al menos, Mauricio Macri. Así que desde el vamos, se está planteando un debate que se topa con la estructura real del sistema educativo: mucho más expuesto a consensos y tensiones políticas que a volantazos coyunturales de la cúpula ministerial.
Pero aun en el escenario imposible de que se modificaran todos los planes de estudio del país para impartir una formación exclusiva en conciencia fonológica, resta el trecho –el abismo– que separa esa formación inicial de la práctica diaria. Como hemos explicado en este blog innumerables veces, y como sabe todo docente, las escuelas son espacios –como cualquier agencia estatal, u organización en la que intervienen, literalmente, millones de agentes– muy atravesados por las tradiciones y con tiempos yuxtapuestos. Llenamos registros de asistencia como en 1935 mientras armamos estrategias didácticas con el Age of Empires para explicar la revolución neolítica. Tratamos de innovar pedagógicamente pero copiamos en el pizarrón y dictamos para “disciplinar” a un curso que no se predispone para el trabajo pero sí responde a los estímulos más puramente conductistas de la liturgia educativa. ¿Qué significa esto? Que para que una modificación curricular se transforme en una práctica efectiva requiere un sinfín de capacitaciones, propaganda –en el sentido más perverso del término–, disponibilidad de materiales y, lo que es más difícil de todo, que haya una voluntad alerta, potente y sostenida en el tiempo (y financieramente) del Estado para asegurar la implementación exacta de los deseos de los expertos. Esto, como imaginará el lector, no sucedió jamás, en ningún aula del mundo.
En una oportunidad se le señaló a este blog cierta incomodidad que genera el uso analogías castrenses para referirse al sistema educativo (por ejemplo, cuando nos permitimos “ejército docente” para referirnos a la legión de personas que están a cargo de las aulas todos los días). Esa incomodidad es más pertinente en este caso, ya que los docentes no somos un ejército, precisamente, porque contamos al mismo tiempo con el margen de mediación que nos permite estar al frente de un aula (los soldados obedecen sin chistar a su general, en la escuela se construyen consensos), pero también con el hecho de que los expertos en educación no son los tirapostas del ministerio –más o menos académicos– sino nosotros mismos. Sabemos lo que es un aula, sus condicionantes, sus lógicas más o menos estables, las variables de incertidumbre que intervienen, los márgenes de maniobra. Sabemos leer a los grupos de chicas y chicos, sus comportamientos colectivos e individuales. Sabemos intuir cuando una estrategia didáctica está fallando, y cuándo podemos estar teniendo éxito, y cuándo ese éxito tal vez sea la punta del ovillo de una verdadera innovación. De manera que no sólo la conciencia fonológica no llegaría a las aulas de la forma en que Miguel y Borzone pretenderían, sino que sus archirrivales psicogenéticos tampoco llegaron a las aulas como Miguel y Borzone afirman que llegó. En las aulas reales –ésas que el sentido común circulante, los responsables políticos, y buena parte de la academia parecen desconocer por completo– se desarrollan estrategias mixtas: mezclamos psicogenética con conciencia fonológica, dictados con redacciones de tema libre, stalinismo ortográfico con el foco en lo conceptual, lectura de manuales con registros de debates en casa.
La innovación real, concreta, transformadora del sistema educativo no está en las universidades ni en los ministerios: está en las aulas de inicial, primaria, secundaria y formación docente, y sus diseñadores son agentes anónimos que no tienen ningún reconocimiento más que el afecto y la emancipación agradecida de sus alumnos. Sin dudas, se trata de una minoría de profesionales, pero una minoría profundamente dinámica que sigue trabajando en condiciones de precarización absoluta, ante la desidia y el abandono estatal, viendo cómo se mueren sus alumnos víctimas de la violencia y del consumo. La innovación pedagógica ya pasó, y pasa todos los días, sin que los decisores se enteren. Y nadie, absolutamente nadie en los organismos estatales de diseño de políticas educativas tiene el más mínimo interés en convocar esas experiencias para replicarlas. Tampoco podemos, los docentes, producir teoría sobre esas estrategias mixtas e innovadoras: no cobramos un salario que nos permita investigar, publicar y divulgar nuestros desarrollos, pues los sueldos nos alcanzan para comer, vestirnos, viajar hacinados y, cada tanto, ir al cine o al teatro o a cenar afuera. El resto del tiempo estamos frente al aula.
Sin embargo, los elencos educativos –especialmente los que parten de una mentalidad empresaria– aún fantasean con un ejército de hombres y mujeres de guardapolvo blanco que aguardan órdenes para cumplirlas sumaria y precisamente, y si no se obtienen los resultados esperados vendrá un nuevo intento de volantazo para reparar el error. Sic transit gloria mundi, en un encabalgamiento de paradojas que se perpetúan en el tiempo; pasan los elencos ministeriales, pasan los think tanks, y quedamos los docentes.
En el artículo de La Nación, como dijimos, se cita a Ana María Borzone, quien fue invitada como “experta” al Ministerio de Educación para aportar sus perspectivas sobre la conciencia fonológica. Las otras “expertas” citadas son Beatriz Diuk y Florencia Salvareza. Esta última aportaría su punto de vista desde el campo de la neurociencia para trabajar con el paradigma de la conciencia fonológica. Este “método” de enseñanza de la lectoescritura, que se utilizaba de forma predominante y oficial en nuestro país hasta la década de los 80, aparece en la nota como contrapuesto a la psicogenética de raíz constructivista piagetiana. Queda establecida desde los artículos en los dos diarios más importantes de la Argentina una batalla pedagógica entre dos “métodos” que se presentan como mutuamente excluyentes, como un Boca-River, como una grieta. Borzone llega a afirmar en Clarín, incluso, que el “método” de la conciencia fonológica está “prohibido” en nuestro país desde la década de los 90. Presa de la ignorancia, de un abuso de imaginación conspirativa, o de lisa y llana mala fe, Borzone omite que en los diseños curriculares –los lineamientos básicos para la enseñanza en cada nivel educativo–, al momento de abordar los primeros pasos de la lectoescritura, se proponen estrategias combinadas –la conciencia fonológica se centra más en el entrenamiento y habituación del sonido de las letras, mientras que la psicogenética aborda la lectoescritura de forma más integral, haciendo más énfasis en los usos sociales del lenguaje y la experiencia de la expresión–. Esta mixtura de paradigmas responde a lo que se afirmaba antes sobre la dinámica del aula: la multiplicidad de factores que inciden en el trabajo educativo cotidiano obliga a echar mano a diferentes estrategias para llevar adelante la tarea. Ningún docente utilizó durante toda su carrera un solo “método”, por más ortodoxa o disruptiva que fuera su práctica. Nobleza obliga, sí debe admitirse una proscripción pedagógica, pero en sentido inverso al que plantea Borzone: en 2015 el PRO intervino en la Escuela de Maestros de CABA para efectivamente cerrar un postítulo en alfabetización, pero centrado en estrategias psicogénicas, justamente el paradigma que Borzone plantea como dominante y monolítico.
¿Cuál puede ser el objetivo de plantear que la conciencia fonológica es un tabú en Argentina, cuando no sólo no lo es, sino que está asumido como parte de las prácticas usuales? Como hipótesis, podríamos plantear que el objetivo es apelar a los discursos nostalgiosos sobre la educación: el clásico “cuando yo iba a la escuela [inserte práctica pedagógica virtuosa que al ser abandonada abrió la puerta a la decadencia y el caos]”. Hemos planteado varias veces que la nostalgia es uno de los recursos preferidos de la derecha pedagógica –tal vez el único que tiene–, y que es un relato de mucha pregnancia en el sentido común. Es probable que eso se deba a que toca las fibras sensibles de la fábula meritocrática que ha llevado a cada individuo a creerse la culminación de un esfuerzo que fue acompañado por una escuela marcial e intransigente que nos obligó a superarnos a nosotros mismos. Y las falacias de ese “esfuerzo” vinculado al sufrimiento y la dificultad le dicen al lego interlocutor: “Esto que sos vos, este humano completo, sólo fue posible gracias a aquellas buenas viejas prácticas”. Los problemas del presente, entonces, son “todos problemas de educación”, y se vinculan directamente con un relajamiento de esa marcialidad e intransigencia, con el “aprobar a todo el mundo”, con el “facilismo”. Y acá se presenta, precisamente, a la psicogenética como parte de un cúmulo de nubes conformadas por un supuesto progresismo pasado de rosca que en su afán de contener terminó en el pandemónium de la permisividad y el cambalache: todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor. Para la fábula meritocrática, nada mejor que decirle al que se intenta seducir: “Vos sí sos mejor”. Se consiguen así multiplicadores de los discursos que ven en los problemas educativos de hoy las consecuencias de –en este caso– haber aplicado la psicogenética y abandonado la conciencia fonológica: empiria pura. Pero no: no es empiria, es falacia. Los dos enfoques conviven en las aulas, y nunca dejaron de hacerlo. Negarlo es desconocer las aulas reales o tener intereses que están velados a primera vista.
Adicionalmente, las palabras de la referente de la psicogenética que cita el artículo, Mirta Castedo, no suman –tal como están presentadas en el artículo de La Nación– al debate. Más bien, parecen balbuceos de alguien que no puede defender satisfactoriamente su postura. El arte con que se confeccionó la nota de Luciana Vázquez parecería tender a postular los planteos de Borzone y Miguel como los positivos -anclados en datos duros e irrefutables- y los de Castedo como inconsistencias. Sin embargo, el mismo día de la publicación, Castedo realizó un descargo en su perfil de Facebook donde niega algunos de los dichos que se le atribuyen, afirma que otros fueron tergiversados y aporta información relevante al debate –sí– pedagógico, que aparece como sedimento –y no como caudal– de todo este ruido mediático. Es recomendable detenerse en las objeciones que plantea (su perfil es público), pues comienza a descascarar el relato monolítico y definitivo que aparece en el artículo, complejizando sus variables. Y, como hemos dicho tantas veces, el sistema educativo es un universo multidimensional, donde el reemplazo de una pieza no soluciona los problemas generales. La educación en Argentina no es un coche al que se le terminaron las pastillas de freno, entonces hay que reemplazarlas y vuelve a andar bien. Se parece más a un portaaviones a la deriva, todo oxidado y con marineros medio muertos de hambre, con buena parte de las piezas que es necesario reemplazar en espacios del barco medio inaccesibles y muy separadas entre sí.
Pues entonces, ¿Cuál es el objetivo de este presunto debate? Debemos retomar el punto inicial. Dos artículos, con escaso tiempo de diferencia entre sí, con dos factores en común: la introducción de actores que vienen a aportar perspectivas “novedosas” para solucionar mágicamente los problemas educativos. Y una protagonista: María de las Mercedes Miguel. Afirmamos ya que modificar los planes de estudio de todo el país para orientarlo exclusivamente hacia la conciencia fonológica es una quimera irrealizable en el corto y en el mediano plazo. Pero el PRO, durante sus 9 años de gestión en la Ciudad de Buenos Aires, tejió alianzas con fundaciones vinculadas a ONG –muchas de ellas derivadas de las iniciativas de responsabilidad social empresaria con pata educativa, que les permite a corporaciones con sede en nuestro país desgravar impuestos–, y que tienen en un creciente ejército –ahí sí– de “voluntarios” sus recursos humanos para tender hacia la innovación pedagógica que, según Esteban Bullrich y el resto de sus cuadros educativos –Miguel entre ellos–, es imposible con los docentes profesionales. Así, las ONG atraen con una propuesta lavada y presuntamente desideologizada a jóvenes profesionales y estudiantes de las clases medias y altas a quienes les picó el bichito del compromiso social, y que terminan siendo la carne de cañón precarizada laboralmente para ir desplazando por goteo a los docentes de su rol. En CABA –el gran laboratorio político del PRO para su proyección nacional–, de hecho, ya se ha tercerizado en estas organizaciones no gubernamentales la Red Comunitaria de Apoyo Escolar: una oferta del Ministerio de Educación local para acompañar las trayectorias escolares en territorio. Si se busca en esa red a profesores particulares, ya no los encontrarán: tal vez sean estudiantes de márketing o relaciones públicas de una universidad privada que están enseñando a dividir y multiplicar.
Las ONG, a su vez, contratan a docentes e investigadores para brindar una mínima capacitación sobre didácticas y pedagogías a sus voluntarios. Y, como para muestra basta un botón, los materiales utilizados por la Red de Apoyo Escolar fueron los del programa DALE (“Derecho a Aprender a Leer y Escribir”) que está a cargo de Beatriz Diuk, estrecha colaboradora de Borzone como se puede advertir en los cuadernillos del programa (el maridaje entre DALE y la Red de Apoyo Escolar terminó en un pedido a la Escuela de Maestros de CABA para recibir a estos voluntarios en el marco de una capacitación con estrategias diferentes a las de DALE, que no habían dado el resultado esperado. Vale recordar que la Escuela de Maestros tiene como función única capacitar a docentes profesionales del sistema educativo público, y no a voluntarios de ONG sin título habilitante).
En síntesis, las “expertas” convocadas para realizar la consulta sobre cuestiones pedagógicas ya tienen en curso asociaciones bien concretas con la gestión de CABA, que resulta ser del mismo signo político que la gestión nacional.
Surgen entonces algunas preguntas: ¿Por qué el Ministerio de Educación de la Nación presenta escenarios de renovación pedagógica que, dada la estructura del sistema educativo son irrealizables en el corto y mediano plazo, y su ejecución implicaría una nada desdeñable cantidad de Institutos de Formación Docente en estado asambleario? ¿Por qué insistir con un enfoque de una teoría pedagógica que –como plantea Castedo en su descargo– ni siquiera es el más renovador dentro de ese mismo paradigma? ¿Acaso busca situar un tema en agenda apelando a la nostalgia educativa de un público poco avezado en las sutilezas del campo educativo? ¿Con qué fin? ¿Será el de ampliar las alianzas entre el Estado y los programas a cargo de las “expertas” convocadas, de forma análoga a como parece estar planteada la relación entre el Ministerio de Educación de la Nación y el neuronegociado? ¿Será, en vez de un debate pedagógico, la simple puesta en funcionamiento de un lobby educativo que busca consensos más amplios con mensajes simplificadores? Son cuestionamientos que sería interesante dilucidar.
Por último, es pertinente incluir en este análisis el dato de que Emilia Ferreiro, señalada en el artículo de La Nación como la ideóloga de la psicogenética educativa y sus métodos, visita el país en estos días, en el marco de las Jornadas Internacionales de Escritura y Alfabetización que se realizan en la Universidad Nacional de La Plata. Emilia Ferreiro aplicó sus hipótesis sobre poblaciones vulnerables de diferentes países, y los resultados de sus indagaciones son de dominio público. A partir de ellas es que se trazaron algunas directrices que responden a algunos de sus planteos y que fueron incluidas como partes importantes de las estrategias oficiales de enseñanza de lectoescritura.
Este dato podría también ayudar a comprender por qué justo en el mismo momento en que Ferreiro visita nuestro país sale una nota atacando frontalmente sus postulados generales con tergiversaciones y simplificaciones brutales. ¿Aprovechar la coyuntura para, rebotando en Ferreiro, darle más visibilidad al nuevo-viejo “método” de la conciencia fonológica? Más preguntas. Todas ellas, divorciadas de las aulas reales, donde todos los días los docentes hacemos de nuestro trabajo un cadáver exquisito de verdades e intuiciones lejos de las marquesinas y el glamour de la siempre pasajera alta política.
Agradecemos a las compañeras docentes que aportaron información valiosísima para esta publicación y a los que comenten con sus opiniones.
* Publicada originalmente en el blog del autor
Fuente: http://www.laizquierdadiario.com/La-revolucion-educativa-de-Macri-volver-a-alfabetizar-por-conciencia-fonologica
Imagen: www.laizquierdadiario.com/local/cache-vignettes/L653xH368/arton60211-38967.jpg?1479783791
Europa/Alemania/ 1 de diciembre de 2016/Fuente: lajornada maya/Hochheim am Main
Para Mustafa, lo más difícil del alemán es saber cuándo usar el artículo masculino, el femenino y el neutro. Para Majd es la diéresis. Pero tras haber huido de la guerra, estos dos adolescentes sirios están, por encima de todo, felices de volver a la escuela.
Mustafa, Majd y sus familias forman parte de los cerca de 890 mil refugiados llegados el año pasado a Alemania, de los cuales un tercio son menores de edad. Sobrevivieron a los conflictos en sus países y al difícil periplo por Europa. Ahora este país europeo se enfrenta al inmenso desafío de integrar en su sistema educativo a estos niños, un proceso que tendrá un costo estimado en 2 mil 300 millones de euros por año.
Los obstáculos son considerables, ya que la mayor parte de los nuevos alumnos no hablaban una sola palabra de alemán cuando llegaron y muchos habían perdido meses o incluso años de escolarización debido al conflicto. Además muchos niños siguen sufriendo los traumas de haber vivido en guerra.
«Es un desafío enorme», aseguró Ilka Hoffmann, miembro del consejo de administración del GEW, el mayor gremio de profesores en el país. Para ella, el país debería emplear a cerca de 24 mil nuevos profesores para recibir a los nuevos alumnos, esto sin mencionar que se necesitan psicólogos y consejeros en las escuelas. «Los traumas se expresan de diferentes formas», explicó. «Y estamos mal preparados», indicó.
Mustafa y Majd están inscritos en la escuela Heinrich von Brentano, en Hochheim, una pintoresca localidad cerca de Fráncfort. Este establecimiento puso en marcha clases «intensivas» de alemán para los 22 refugiados escolarizados, cuya gran mayoría viene de Siria, Irak y Afganistán. En esta escuela, como en otros establecimientos del país, la frase de la canciller federal alemana, Angela Merkel ,»Wir schaffen das» (Vamos a lograrlo) no es una simple consigna electoral, es una misión de todos los días.
En la escuela de Mustafa, la atmósfera es jovial pero para el profesor Michael Smiraglia los desafíos son numerosos. Uno de ellos es la diferencia de niveles, ya que mientras algunos alumnos tienen un nivel avanzado, otros todavía no conocen el alfabeto latino. A todo esto se suma la dificultad de trabajar con adolescentes traumatizados, que a veces tienen un comportamiento difícil.
«Me di cuenta enseguida de que el curso ‘intensivo’ iba ser igualmente intenso para mí como enseñante», contó Smiraglia, mientras sus alumnos leen un texto en un alemán entrecortado y dubitativo. Antes era consejero familiar y ya había trabajado con jóvenes que sufrían traumas, una experiencia que sin duda lo ayudó.
«Tengo alumnos de entre 12 y 15 años que temen por su vida», explicó el profesor. «Para mí es un regalo cuando se abren a mí, me permite comprenderlos mejor y gestionar los comportamientos inadecuados», agregó.
Romper el hielo
Para los alumnos, el verdadero desafío está todavía por venir, cuando dejen este ambiente protegido de las clases intensivas para integrar las aulas con el resto de los estudiantes, donde los profesores tienen un temario que completar y no tienen ni el tiempo ni las herramientas para ayudarlos de manera individual.
Para facilitar esta transición, los refugiados de la escuela de Brentano pasan varias horas por semana con los estudiantes alemanes en los cursos de inglés, de matemáticas y de deportes. Pero la lengua sigue siendo una barrera. «Los profesores hablan tan rápido, que entiendo muy poco», se lamentó Mustafa.
Sin embargo, esto ayuda a romper el hielo y en este sentido los partidos de fútbol en los recreos son una forma de integración. «Jugamos juntos y así mejoramos nuestro alemán», dijo Mustafa.
Los adolescentes extranjeros reconocen que de todas formas tienden a juntarse entre ellos. «No tengo mucho contacto con los niños alemanes», dijo Marjan, una joven de 14 años originaria de Afganistán. Pero todo el mundo es muy simpático», aseguró.
Una de las principales diferencias con su antigua escuela es que se trata de un establecimiento mixto. «Esto está muy bien», opinó la chica. «Nos entendemos mejor cuando aprendemos todos juntos», dijo.
Mustafa, en cambio, no parece tan convencido. Cuando los chicos y las chicas están juntos, «ellos sólo piensan en decir ‘te quiero’ y no estudian. ¿No tengo razón?», se interrogó con una sonrisa tímida, mientras sus compañeros se morían de risa.
Volver a la escuela permite a estos estudiantes volver a tener planes de futuro. Mustafa quiere ser piloto, ya que cree que es imposible seguir la carrera que de verdad le apasiona: el karate. Marjan duda entre ser abogada o maquilladora y Majd quiere ser policía.
Fuente: https://www.lajornadamaya.mx/2016-11-23/Sindicato-de-educacion–mal-preparado
Aérica del Norte/México/1 de diciebre de 2016/Fuente: durango.notigram
Denuncia la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que han recibido amenazas de la federación porque se han manifestado en las casetas de las carreteras para exigir el pago para 60 compañeros que está suspendido desde hace 9 meses “nos han llegado los rumores de que buscan las autoridades federales iniciarnos un proceso por levantar las plumas de las casetas” señaló el maestro Antonio Jiménez integrante de la dirección política de la sección 12 de la CNTE.
“Estamos recibiendo amenazas por parte de las autoridades federales porque hemos hecho manifestaciones en las casetas, en donde solo se ha levantado la pluma, nunca hemos obstaculizado el tráfico, ni el trabajo de los señores en las casetas, pero ahora estamos siendo reprimidos en esa parte. Nosotros hemos llevado a cabo estas acciones por la necesidad de que a los compañeros les entreguen su salario; por la necesidad de entablar una mesa de negociación a nivel nacional y para que se respeten los acuerdos que se tomaron el pasado mes de agosto en la mesa nacional con el subsecretario de Gobernación” agregó.
Expuso que a ver si antes de que llegue navidad se les resuelve a los compañeros su pago, porque no puede ser que a nueve meses y en una situación heredada no de una solución a corto plazo.
Finalmente señaló que de manera extraoficial han sabido que los quieren emplazar a un proceso jurídico penal “si sentimos que debido a que nosotros hemos ido a presionar para que se abran las mesas de negociación, ahora nos amenazan de procesos jurídicos que están en puerta”.
Fuente: http://durango.notigram.com/local/2016/12/01/por-protestar-en-casetas-docente-reciben-amenaza-aseguran/
La tecnología aplicada a los ámbitos educativos nos dota, además, de herramientas y recursos que no solo tienen como finalidad llegar a ese aprendizaje, sino, lo más importante, ayudan a gestionar adecuadamente los conocimientos adquiridos y facilitan la posibilidad de hacer inferencias, de globalizar dichos conocimientos; tan fundamental como “saber algo” es saber dónde encontrarlo y cómo gestionar esa información.
Y para la adquisición de toda esta competencia digital docente es para lo que es fundamental la formación didáctica-tecnológica de calidad. La necesaria formación permanente permite ir haciendo la adaptación necesaria a las demandas del entorno educativo.
Esta es la principal línea de investigación de nuestro proyecto Aula Adaptativa. Ante un mundo tan cambiante como el que vivimos, estamos obligados a adquirir el valor de la adaptación como docentes y transmitirlo a todos nuestros alumnos.
Proponemos un Aula Adaptativa basada en: una nueva forma de comunicación y de gestión de la información, la mejor formación TIC, las mejores herramientas y recursos TIC, la creatividad y la colaboración.
Necesitamos profesores formados, profesores motivados e ilusionados, capaces de emocionarse y emocionar a sus alumnos. Para ello las TIC nos ofrecen también una gran ayuda.
Todo lo anterior creemos que se complementa con una reivindicación más. La necesaria dignificación de la labor de los docentes. Así sí cambiarán nuestras aulas.
El ministro de Educación de Bolivia, durante su intervención en el evento indicó que las evaluaciones se pueden aprovechar de una manera virtuosa, razón por la cual se han incorporado y comprometido con el LLECE.
Con la participación de Bolivia, el anfitrión, Costa Rica, Cuba, El Salvador, México, Paraguay y Venezuela, la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe, (OREALC/UNESCO Santiago), en conjunto con el Ministerio de Educación de Bolivia, organizaron el 23 y 24 de noviembre un taller de inducción sobre el Cuarto Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) pesquisa del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (LLECE).
La capacitación, realizada en la ciudad de La Paz, forma parte del programa de fortalecimiento de capacidades del LLECE, que tiene como objetivo brindar soporte y acompañamiento a todos los países que son miembros de este laboratorio, reconociendo las diferentes trayectorias educativas de cada sistema educativo y promoviendo la cooperación horizontal entre estos países.
El ministro de Educación de Bolivia, Roberto Aguilar, durante el evento indicó que “para nosotros es innegablemente uno de los aspectos más importantes, el de poder incorporarnos a procesos de evaluación de la calidad educativa, incorporarnos de lleno al LLECE y poner toda nuestra disposición”. Agregó que evaluar no es aplicar una prueba, sino que se trata de un proceso mucho más complejo y se debe saber aprovechar el resultado. “Donde encontremos debilidades, sabemos que ahí vamos a trabajar con más fuerza en nuestros programas complementarios, en nuestros programas de formación de maestros, en nuestros programas de especialización y hacer que se vaya homogenizando y en el derecho a la educación con calidad para todos y todas”.
Por su parte, Adriana Viteri, asistente técnica del LLECE, indicó que el carácter formativo de estas instancias de capacitación cumple con un doble propósito: poder asegurar que los equipos técnicos nacionales puedan asumir un operativo internacional de las características de los estudios internacionales del LLECE; y poder instalar capacidades en cada una de las unidades de evaluación para que así contribuyan con su experiencia técnica en los operativos nacionales. “Para estas instancias técnicas, convocamos a expertos internacionales, lo que permite que cada país adquiera los conocimientos necesarios para asumir el desafío de un operativo internacional de las características de los estudios del LLECE”, dijo.
El taller fue conducido por Ernesto Treviño, docente del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación (CEPPE-UC) de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile; Harvey Sánchez, director ejecutivo del Instituto Nacional de Evaluación Educativa de Ecuador (INEVAL) y coordinador nacional del LLECE en Ecuador; y Andrés Sandoval, investigador en la Universidad de Bath del Reino Unido, además de Adriana Viteri y Pablo Orrego, asistentes técnicos del LLECE.
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El Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación se encuentra en la fase inicial de planificación de su Cuarto Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE). En esta medición participarán 19 sistemas educativos de América Latina y las capacitaciones forman parte de la etapa de preparación.
Para esta fase se ha previsto desarrollar talleres dirigidos principalmente a los países que se reintegran al LLECE: Bolivia, Cuba, El Salvador y Venezuela, siendo esta formación en Bolivia la primera de esta serie. Los talleres están también abiertos a los otros países que conforman el Laboratorio y se dirigen a los equipos técnicos, quienes recibirán información sobre elementos técnicos necesarios para el trabajo que demanda un estudio internacional, como orientación para la conformación de los equipos nacionales y sobre cómo planificar las evaluaciones a escala nacional, promoviendo la cooperación horizontal entre los países.
El Estado Plurinacional de Bolivia y la OREALC/UNESCO Santiago firmaron un acuerdo el 30 de mayo de 2016 mediante el cual se formalizó la participación de este país en el LLECE durante el periodo 2016-2020.
Más información:
Fuente: http://www.unesco.org/new/es/santiago/press-room/single-new/news/en_bolivia_la_unesco_capacito_en_evaluacion_y_calidad_educ/