Redacción: Clarín
La práctica, conocida como bacha bazi, es común entre los hombres en puestos de poder.
El niño afgano de 14 años dijo que su profesor le pidió “un pequeño favor” a cambio de no reprobarlo en sus exámenes finales. Luego el hombre se llevó al menor a la biblioteca escolar, cerró la puerta con llave y lo violó, contó el estudiante.
En la misma escuela, un adolescente de 17 años reportó un trato similar del director. Dijo que el hombre había amenazado con matarlo si le decía a alguien.
Pero los menores sí hablaron, relatando sus casos a un grupo de defensa de menores de su provincia, que descubrió que esos dos chicos no eran las únicas víctimas. De sólo tres planteles educativos en la provincia de Logar, al sur de la capital afgana, el grupo dijo que había tomado las declaraciones de 165 niños que dijeron haber sido víctimas de abuso sexual en sus escuelas, o a manos de autoridades locales a las que acudieron en busca de ayuda.
Ahora, Afganistán está atrapada de nuevo en un debate sobre el desenfrenado abuso sexual de menores, y de una renuencia de muchos funcionarios a abordar el asunto.
Después de hablar con el canal de noticias TOLO sobre la investigación, el líder del grupo de defensa de Logar, Mohammad Musa, y un colega, Ehsanullah Hamidi, fueron detenidos por la agencia nacional de inteligencia de Afganistán. Presionado por EE.UU. y por grupos de derechos humanos, el gobierno los liberó.
Desde hace varias generaciones que el abuso sexual sistemático de menores es un problema en Afganistán. Bacha bazi —que significa juegos de niños— es común entre los hombres en puestos de poder que mantienen a niños como esclavos sexuales. Los chicos bacha bazi son obligados a vestirse como niñas y a bailar para los hombres antes de ser violados. A veces, los niños son prostituidos al mejor postor.
Musa dijo que su grupo —la Institución Civil, Social y Juvenil Logar— comenzó a investigar luego de una publicación en Facebook, en mayo, que mostraba a hombres con niños en posiciones sexuales.
El post fue eliminado rápidamente, señaló Musa, pero el grupo conservó muchas de las imágenes. Algunos de los menores eran reconocibles, y se habían quejado antes de abusos sexuales, dijo.
El grupo Logar empezó a hablar con estudiantes, encontrando docenas que dijeron que habían sido violados. Muchos de sus relatos fueron confirmados por maestros u otras personas de la zona.
A medida que surgían los relatos, al menos siete chicos que dijeron haber sido violados fueron encontrados muertos, indicó Musa, lo más probable a manos de sus familias.
Musa señaló que el grupo de defensa llevó las declaraciones de los menores a la Policía provincial de Logar, pero que no se tomó ninguna acción. Dijo que varios chicos que habían accedido a ser interrogados por la Policía fueron luego violados por oficiales.
Shapoor Ahmadzai, vocero de la Policía, dijo que las acusaciones eran falsas. “Nadie ha venido a la Policía por casos de violación”, declaró.
No obstante, el Ministerio de Educación en Kabul informó el 14 de noviembre que enviaría una delegación a la Provincia para investigar.
En Logar, Shafiullah Afghanzai, director ejecutivo del secundario Hamid Karzai, donde los chicos de 14 y 17 años dijeron que habían sido violados, dijo que el director de la escuela había sido transferido a otro distrito este año tras ser acusado de abusar sexualmente de un niño.
Afghanzai declaró que otros niños también habían sido violados por maestros en otras dos escuelas de la provincia. Dijo que los tres chicos que habían denunciado violaciones fueron después asesinados por los talibanes, que controla partes de Logar y condena el abuso sexual como antiislámico.
Musa dijo que 25 familias abandonaron sus hogares avergonzadas luego de que sus hijos dijeron que habían sido violados. En varios casos, los menores habían sido desterrados de sus casa por los padres, comentó Musa.
Wakil Kaliwal, director del Departamento de Educación en Logar, dijo que había quizás uno o dos casos de violación estudiantil en las escuelas de la Provincia, pero no una epidemia de abusos sexuales.
Afganistán hizo que el bacha bazi y ofensas relacionadas fueran violaciones del código criminal nacional en mayo de 2017. La pena es de hasta tres años de cárcel —de tres a cinco años si el baile es “un evento público”. Si un maestro, instructor o “superior de alguna forma está involucrado”, el castigo es de cinco años de prisión.
En un informe de 2018, la ONU documentó 78 casos de abuso sexual contra niños en Afganistán, añadiendo, “la impunidad para los perpetradores sigue siendo un serio desafío”.
El menor de 17 años del secundario Hamid Karzai dijo que se quedó sin hogar luego de que su padre lo echó. Dijo que ya no asistía a la escuela.
“Mi padre dice que, si me vuelve a ver, me matará”, manifestó.
Fuente: https://www.clarin.com/new-york-times-international-weekly/abuso-sexual-menores-problema-solucion-afganistan_0_6SMTFGvqQ.html