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El Salvador: La violencia ha acabado con la vida de 42 niños este año

América Central/El Salvador/19-07-2020/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com

Cifra corresponde a registros de Fiscalía. También reporta denuncias de otros 1,087 menores víctimas de ataques sexuales y de maltrato infantil.

La Fiscalía General registra los asesinatos de 42 niños en el transcurso de este año. A los homicidios de estos menores se le suma otros 1,087 casos en que se ha denunciado acciones violentas contra niños como ataques sexuales y maltrato infantil que han sido denunciadas en el primer semestre de 2020 en las unidades especializadas que investigan delitos contra de la niñez.

El más reciente crimen que ha consternado a la sociedad salvadoreña es el de Erick G., un niño de tres años que fue hallado muerto este miércoles, tras cuatro días de estar desaparecido. Su cuerpo estaba en un terreno cubierto de piedra volcánica en la zona de El Playón, de Quezaltepeque, La Libertad.

Las investigaciones preliminares aún no arrojan pistas ni indicios de quién o quiénes habrían cometido este atroz asesinato de un indefenso niño, según las autoridades.

Fuentes policiales aseguraron que por las condiciones en las que se extravió Erick G. y en las que se encontró su cadáver, existe bastante probabilidad de que el agresor o agresores puedan ser conocidos del niño y de la familia.

Al igual que Erick, hay menores que también han sido víctimas de ataques armados que han acabado con sus vidas. Tal es el caso de Jeremías A., quien tenía 11 años.

Jeremías fue atacado a balazos, la noche del 27 de abril pasado, por dos motociclistas, mientras él estacionaba el pick up de su padre en la cochera de su casa. El ataque se produjo en el caserío Santa Rita de El Porvenir, Santa Ana, en la carretera hacia Candelaria de la Frontera.

Pero la violencia criminal no solo ha cobrado la vida de niños y menores a manos de las pandillas o delincuentes; sino que también hay pequeñas víctimas, a quienes asesinaron justo en momentos de nacer.

Son casos en los que sus madres, supuestamente, han asesinado a sus hijos recién nacidos, como el ocurrido el 17 de junio pasado en San Miguel. En esa ocasión, Lesli Ramírez, con 20 años de vida, le habría causado la muerte a su bebé.

Aunque la joven alegó que no sabía que estaba embarazada, eso no fue suficiente para convencer a un tribunal de San Miguel de que la dejara en libertad. Lesli guarda prisión en un penal mientras se llega el día de su audiencia preliminar.

La hija de Lesli tenía cinco lesiones de arma blanca en el cuello que le causaron la muerte de manera inmediata, según el reporte fiscal.

La violencia contra la niñez y adolescencia no solo se manifiesta con quitarle la vida a un menor de edad. Hay otras vulneraciones a la integridad física y mental de niños como ataques sexuales y maltrato.

Las cifras que maneja la Fiscalía General a través de la Dirección de Análisis, Técnicas de Investigación e Información, dan cuenta de 1,087 niños que fueron víctimas de esos delitos en el primer semestre de este año, según denuncias.

El reporte detalla que 119 menores sufrieron violaciones sexuales agravadas, otras 399 fueron víctimas de violación sexual; mientras que 298 recibieron algún tipo de agresión sexual y hubo 271 niños víctimas de maltrato infantil.

La mayoría de las víctimas que sufrieron ataques sexuales y maltrato eran niñas. 725 por agresiones sexuales y 149 por maltrato, según los datos oficiales.

Así también, 91 niños sufrieron agresiones sexuales y otros 120 fueron víctimas de algún tipo de maltrato, en su mayoría por sus padres, algún familiar o conocido.

La mayoría de las víctimas (436) de los ataques sexuales, tenían entre 13 y 17 años. Otros 380 que sufrieron abusos sexuales tenían entre 0 y 12 años de edad.

En el caso del maltrato infantil, los menores de 12 años son los más castigados: 198 víctimas tenían entre 0 y 12 años; en 73 casos tenían entre 13 y 17 años.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/violencia-42-ninos-asesinados-2020/733701/2020/

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Opinión: Tres problemas que se acentuarían con un “pin parental”

Por: Sofía García-Bullé

El costo social de restringir el acceso a la educación sexual sería enorme, principalmente para los niños, niñas, víctimas de abuso sexual y la comunidad LGBTQ.

La iniciativa conocida como “pin parental” y presentada en el Congreso del Estado de Nuevo León, México, por el diputado del Partido Encuentro Social, Juan Carlos Leal, se perfila como un propuesta controversial, con el potencial de restringir el derecho a la educación sexual dando poder de veto a las familias.

La iniciativa propone otorgar a las familias control total sobre cómo y cuándo los hijos comenzarían a recibir información de la materia; decidiendo padres y madres de familia, a título personal, lo que consideran temas éticamente y moralmente controvertidos.

En un artículo anterior hemos explicado cómo dicha propuesta puede alterar el delicado balance entre la educación escolar, que representa un derecho básico, y la formación en casa, una primera necesidad para la infancia neolonesa.

Sin embargo, más allá de este balance, si se llegara a aprobar  la iniciativa del pin parental, el impacto que esta tendría sobre minorías sociales como menores de edad, víctimas de abuso sexual, mujeres, niñas y la comunidad LGBTQ, sería enorme.

Tres problemas que se verían agravados con la aprobación del “pin parental” 

1. Detección oportuna del abuso sexual infantil

La educación sexual básica es una herramienta crítica para prevenir y detectar el abuso sexual infantil, como lo sostiene Vicenta Hernández Haddad, psicóloga especialista en educación sexual con 30 años de experiencia. Hernández explica que muchas de las problemáticas que tenemos en México, primer lugar de abuso sexual infantil de acuerdo con la OCDE, tiene que ver con la falta de salud sexual, la cual se deslinda en primera instancia de la escasez de programas de  educación sexual clara y oportuna.

“Muchas veces cuando un menor viene al consultorio por una experiencia de abuso, nos encontramos con que ese niño no sabía los límites que debe haber entre un adulto y un niño”, comenta Hernández Haddad para el periódico La Razón. Hernández reiteró la necesidad de ofrecer recursos educativos sobre el tema inclusive en niveles básicos y no demorar la difícil, pero necesaria, conversación sobre la sexualidad hasta la pubertad o adolescencia.

Parte del problema es que muchos padres y madres de familia deciden hablar de sexualidad con los hijos solo hasta que sus cuerpos se han desarrollado lo suficiente como para ser sexualmente activos. No es común que a los adultos se les ocurra introducir el tema antes, dado que esto los obliga a pensar en la posibilidad de que sus hijos pudieran ser víctimas de abuso a temprana edad. Ninguna madre o padre se sentirían cómodos considerando esta terrible probabilidad.

Pero en un país en el que el 30 % de los agresores de menores son familiares directos y un 13 % adicional son parientes indirectos, la necesidad de una “alfabetización” en materia de educación sexual es imprescindible.  La educación sexual es la primera línea de defensa para combatir estas realidades.  Un estudio del Ministerio Público Tutelar de Buenos Aires, Argentina, reveló que entre el 70 % y 80 % de niños y niñas entre 12 y 14 años solo pudieron comprender que habían sido víctimas de abuso sexual hasta después de recibir clases de Educación Sexual Integral en la escuela.

La Asesora General Tutelar de Buenos Aires, Yael Bendel, enfatizó que fueron los recursos educativos obtenidos en las clases de educación sexual lo que les ayudó a comprender que fueron víctimas, así como abrirles un espacio de confianza en la escuela que les permitió contar lo sucedido.

2. Concientización sobre la salud reproductiva de la mujer y el número de embarazos infantiles y juveniles

Una de las minorías sociales más vulnerables ante la falta de educación sexual son las mujeres. La educación sexual no sólo las protege de la posibilidad de violencia y abuso sexual, sino también de embarazos infantiles, juveniles o no deseados.

El estudio realizado por el Ministerio Público Tutelar de Argentina, también mostró que el 70 % de los menores víctimas de abuso entre 12 y 14 años que acudieron a denunciar eran niñas. En México ocurren 366,000 nacimientos en mujeres menores de 19 años anualmente. El embarazo precoz se califica como de alto riesgo. Las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre las mujeres jóvenes de 15 a 19 años a nivel mundial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS también reveló que en los países de ingresos bajos y medianos, los bebés de madres menores de 20 años se enfrentan a un riesgo un 50 % superior de mortalidad prenatal o de morir en las primeras semanas de vida, en comparación con los bebés de mujeres mayores de edad, entre los  20 y 29 años.

La educación sexual es clave para reducir estas cifras. Como lo sostiene Margarita Fuster, especialista en ginecología infantojuvenil y directora del Departamento de Ginecología Infantojuvenil de la Maternidad Nacional en Argentina.

“La educación sexual empieza por casa. Los padres deben hablar de sexualidad con sus hijos y deben admitir que el sexo existe en la adolescencia desde edades tempranas. Y también tienen que saber que mientras más informados estén los chicos, más tarde iniciarán las relaciones sexuales y más se cuidarán tanto de un embarazo no deseado como de adquirir una infección de transmisión sexual”, explicó la directora.

La especialista además puntualizó que uno de los principales factores que contribuyen a la alta incidencia de embarazos adolescentes es la negación del mundo adulto de la dimensión sexual en los jóvenes hasta que es imposible evadir el tema. En muchas de esas situaciones, para entonces ya sucedió un embarazo adolescente o una enfermedad de transmisión sexual. Por esto es imperativo una intención educativa que parta de la cooperación entre escuelas y las familias.

3. La invisibilidad de niñxs no heteronormadxs y el acoso escolar

Otro de los sectores más vulnerados por la falta de una educación sexual completa y oportuna, es la comunidad LGBTQ. El acoso escolar con base en la homofobia, es un serio problema a nivel mundial. En México, 61 % de los estudiantes LGBTQ reportan haber sido víctimas de acoso escolar homofóbico en sus escuelas. El 92 % de los estudiantes de la población general han sido agredidos verbalmente debido a su orientación sexual, apariencia física o atuendo.

Si se restringe el acceso a la información sobre la educación sexual más básica, que sería la heteronormada, y se supedita únicamente a las consideraciones de lo que acostumbran en casa las familias, se cerraría la puerta por completo a la enseñanza sobre las relaciones afectivas y manifestaciones de la sexualidad o del género que no entren dentro del espectro heteronormativo.

El golpe para los niñxs y adolescentes que no son heteronormados sería devastador, porque se les negarían los contenidos educativos y la formación tanto ética como emocional, que les ayudaría a comprender si pertenecen a un espectro afectivo, de manifestación de la sexualidad o de género distinto.

Se les negaría, además, el derecho de existir socialmente y definirse a sí mismxs fuera de las estructuras de heteronormatividad. De la misma forma se les negaría a otros niños y niñas el conocimiento necesario para desarrollar empatía, aceptación y la convivencia con sus compañeros de clase no heteronormados.

Si las cifras de acoso escolar con base en la homofobia son altas ahora, estos números perfilan un significativo aumento si la educación sexual básica, y la inclusiva es son una responsabilidad compartida entre familias e instituciones educativas, así como un derecho natural de los niños y adolescentes.

El dictamen para la reforma constitucional que abriría la puerta al pin parental en Nuevo León tenía programado votarse el martes 26 de mayo del presente año, pero se pospuso la votación para la primera semana de junio. Sin embargo, tras un llamado público de la SEGOB a no proceder con la iniciativa, la votación volvió a posponerse hasta nuevo aviso.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/pin-parental-problemas

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Colombia: La lucha en Cali contra la violencia de género en medio de la pandemia

América del Sur/Colombia/10-05-2020/Autor(a):María Paula Ardila/Fuente: www.elespectador.com

Según las autoridades, en lo que va de la cuarentena se han registrado cerca de 400 llamadas por estos hechos.

Uno de los grandes problemas que se disparó a raíz de la implementación del aislamiento preventivo fue el aumento en los índices de violencia contra mujeres y niñas. En muchos casos, las tensiones económicas en medio de la crisis sanitaria se convierten en uno de los factores de riesgo que pueden potenciar la violencia en el interior de los hogares. De acuerdo con un informe de ONU Mujeres, sobre las dimensiones de género en la crisis del COVID-19 y los impactos diferenciados, la emergencia puede llevar a algunas mujeres a permanecer en relaciones de pareja violentas debido a la dependencia económica.

Se trata, eso sí, de un fenómeno que se agudiza en este tipo de situaciones, pero que viene registrando altos índices desde mucho tiempo antes de que comenzara la pandemia. Según cifras de la Policía Nacional, durante 2019 se registraron 464 casos de violencia intrafamiliar en el país e incluso solo el fin de semana del Día de la Madre fueron asesinadas siete mujeres.

En ese mismo fin de semana, según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, se presentaron 53 casos de presunto delito sexual, 44 de ellos contra la mujer. Además, las tasas de violencia intrafamiliar y los hechos de violencia en pareja fueron de 162 y 330 eventos respectivamente, en los que la mujer fue quien recibió más agresiones y la vivienda fue el lugar más recurrente. De ahí que la cuarentena facilite la configuración de escenarios de violencia, en los que el riesgo recae sobre todo en las mujeres que deben permanecer aisladas junto con sus agresores.

El fenómeno presenta cifras particularmente alarmantes en algunas ciudades como Cali, en donde solo el primer trimestre de este año la Fiscalía tipificó 11 feminicidios y en el marco de la cuarentena cerca de 400 mujeres han hecho llamadas a la Subsecretaría de Equidad de Género para solicitar ayuda por violencia durante el aislamiento. Esto sin contar los subregistros debido al miedo que sienten las mujeres de denunciar a sus agresores, incluso, por no encontrar mecanismos que faciliten las denuncias sin ponerlas en riesgo.

¿Qué hacer cuando la mujer no puede pedir ayuda porque está en cuarentena con el agresor?

Hasta el momento, en la Subsecretaría estamos elaborando un protocolo de lenguaje indicativo o en claves. Lo estamos creando a partir de esa necesidad que surge para comunicarnos con las mujeres telefónicamente. También abrimos la posibilidad de comunicación vía Whatsapp, ya que es un medio más discreto. En la campaña “Ruidazo por las mujeres” estamos buscando poner una serie de afiches con la ruta de atención en tiendas y droguerías, incluso capacitar a algunas personas que puedan ofrecerle a la mujer información.

¿Cuáles son las líneas de atención para las mujeres en Cali?

Tenemos una línea que es 24 horas: 310 516 2760. Hay otra en horario de oficina: 350 803 2031.

En caso de que deban salir de sus casas porque fueron violentadas en medio de la cuarentena, ¿hay hogares de acogida para ellas?

Luego de que una mujer llama a la Subsecretaría y expone su caso, tenemos un violentómetro para medir cuál es el nivel de riesgo en el que está la mujer y determinar si está expuesta a feminicidio. En caso de que sí, se abre el lugar de acogida y ella puede llegar con su núcleo familiar. Allá se les da alimento, hospedaje, kits de aseo y ropa. Adentro hay un equipo permanente de enfermeras, una abogada, una trabajadora social y una psicóloga. Es importante decir que la gente piensa que nosotros podemos ir y sacar a la gente de su casa, y no podemos. No somos autoridad para eso.

El mayor problema que enfrentamos es la naturalización de la violencia. No es normal que te quiten tu celular, que te griten, que te empujen, que te controlen tu tiempo. Quienes han estudiado el tema han identificado un ciclo que inicia con lenguaje verbal que descalifica a la mujer. Ese comportamiento puede volverse recurrente y mentalmente enfermar a una persona. Luego de esto pasa a empujones, muestras de poder físico y encerramiento. Lo más común es que les quiten el celular y les controlen el tiempo en la calle. Estos elementos configuran un ciclo de violencia que pueden estar acompañados de golpes y abuso sexual.

¿Cuáles han sido los tipos de violencia más comunes y los rangos de edad donde se presenta violencia?

En cuarentena el tipo de violencia más frecuente es la psicológica, seguida de la física y la patrimonial, tal vez por el nivel de dependencia. Muchas mujeres son trabajadoras informales y no pueden salir a trabajar, entonces son sometidas por sus parejas a situaciones de discriminación. Quienes más nos llaman están entre los 25 y 35 años.

¿Hay información en línea para que las mujeres puedan conocer los tipos de violencia?

Hemos hecho seis diálogos virtuales sobre violencia hacia la mujer. Hemos hablado de economía del cuidado, de masculinidades no violentas, de pautas de cuidado y autocuidado. Hemos sacado flyers con tips respecto a su autoestima. Además, estamos desarrollando un diplomado sobre participación política de las mujeres con la agencia MBI.

Fuente e Imagen: https://www.elespectador.com/noticias/nacional/la-lucha-en-cali-contra-la-violencia-de-genero-en-medio-de-la-pandemia-articulo-918599

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El abuso sexual a menores prevalece en Paraguay pese al esfuerzo por erradicarlo

América del Sur/ Paraguay / 10.03.2020/ Fuente: www.eldiario.es.

Paraguay sigue reportando de nueve a diez casos diarios de abuso sexual a menores pese al esfuerzo de las autoridades para revertir una situación que una parte de la sociedad considera como «algo normal».

En 2019 la Fiscalía recogió 3.600 denuncias en todo el país, una media de 10 casos de abuso sexual en niños y adolescentes por día, dijo este jueves a Efe el viceministro de Planificación del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia paraguayo, Walter Gutiérrez.

La media entre diciembre de 2019 y enero de 2020 es de 9,4, con un total 847 denuncias llevadas al fuero judicial.

Los casos de maltrato totalizaron 430 en el mismo período, mientras que los de estupro 229, según datos oficiales presentados en una reunión del Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia, que coordina las políticas públicas del sector.

«No es que ahora existan más casos que antes sino que los casos están siendo mucho más visibilizados» como resultado de una «campaña fuerte de concienciación», dijo Gutiérrez.

«Esta cuestión antes simplemente no se visibilizaba. Hoy día las familias y los propios niños están viendo esto (la violencia) como algo negativo, que no está bien y estamos trabajando en ese proceso de desnaturalización», destacó.

No obstante, el viceministro señaló que «hay una sociedad que admite la violencia hacia los niños y la consiente como algo normal, natural».

«Eso es lo que tratamos de revertir porque existe en Paraguay todas las normativas que prohíben la violencia contra los niños en sus diferentes niveles», al referirse a leyes locales de protección, además de la adhesión del país a convenciones internacionales sobre el particular.

«No queremos utilizar el término de que es una cuestión cultural porque lo cultural esta asociado a cosas positivas, pero existe una naturalización de que así nomás luego tiene que ser y (es) en diferentes niveles» sociales, resaltó.

Gutiérrez destacó que los casos predominantes de violencia sexual en niños ocurren «en aquellas poblaciones de condiciones económicas más vulnerables, por cuestiones de hacinamiento o de escaso acceso a educación».

En Paraguay, además de los órganos jurisdiccionales, la protección infantil está articulada por gobiernos regionales y las Consejerías Municipales por los Derechos del Niño, la Niña y el Adolescente (Codeni) de las 256 distritos del país.

La ciudadanía fue sacudida el pasado fin de semana por un nuevo caso de violencia infantil tras el secuestro y posterior asesinato de una niña de 7 años en Mingá Guazu, este del país, cuyo sepelio tuvo un multitudinario acompañamiento.

También se han registrado casos de niñas indígenas víctimas de abuso sexual y el asesinatos de una de ellas.

Fuente de la noticia: https://www.eldiario.es/sociedad/menores-prevalece-Paraguay-esfuerzo-erradicarlo_0_1002650665.html

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Sacerdote colombiano embarazó a niña y dice que eran novios formales

América/Colombia/19/02/2020/Autor y fuente:  publimetro.co/

El pederasta de 50 años aseguró que la menor lo aceptó y que no la presionó, sino que estaban enamorados.

Un terrible caso de abuso sexual a menores fue denunciado por una mujer de 30 años, que asegura que un sacerdote la violó y la embarazó a la edad de 10 años. Sacerdote colombiano embarazó a niña y dice que eran novios formales.

El sacerdote contactó al periodista Juan Pablo Barrientos y le contó lo que él llama «su verdad», en donde asegura que no forzó a nada a la menor de edad, que estaban enamorados y sostenían una relación oficial.

Sacerdote colombiano embarazó a niña y dice que eran novios formales

El cura, identificado como Nelson William Montes Lizarazo, de 50 años, habló y este fue su dramático testimonio, en donde admite haber abusado de Paola.

«Yo tuve una relación con Paola, consentida, a  pesar de la edad, consentida por ella, sus padres y sus hermanos. A raíz de esa relación de amor nació mi hijo. Uno cuando se enamora no tiene un calendario en el que piensa en la edad de la persona o de uno. Si uno se pone a mirar, hay estadísticas de varias relaciones consentidas entre un mayor y una menor de edad. Si la menor tiene el permiso de la mamá y el papá, las niñas se casaban. La familia de ella me buscaba y ella me buscaba», asegura Nelson William Montes Lizarazo.

El sacerdote dice que se enamoró y que esperó para formalizar su relación. «La relación de amor nace cuando ella tenía 15 años. La fiesta de 15 años la organicé yo».

El cura dice que no la tocó antes de los 14 años y que calculó para no meterse en problemas, pero la mujer denuncia que fue abusada desde los 10 años.

Fuente e imagen: https://www.publimetro.co/co/noticias/2020/02/17/sacerdote-colombiano-embarazo-nina-dice-novios-formales.html

 

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El estúpido Pacto de Estado contra la violencia de género

El estúpido Pacto de Estado contra la violencia de género

Lidia Falcón

El estúpido Pacto de Estado contra la violencia de género

Cuando en este luctuoso comienzo del año 2020 contamos ya con 8 asesinadas por la violencia machista, observo que la reforma de la Ley de Violencia de 2004 no entra en los primeros propósitos del nuevo gobierno de izquierdas. Desde que hace más de tres años se comenzaron los trabajos parlamentarios de lo que debería ser el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, en los que participaron los 13 grupos parlamentarios de aquel momento, aconsejaron 90 expertos en sesiones que duraron 9 meses y se acabó pariendo un texto ilegible de más de 200 artículos, nada ha variado en el siniestro panorama de la vida de las mujeres maltratadas.

A los femicidios hay que añadir que el Ministerio del Interior ofrece el terrible dato de que entre enero y septiembre de 2019 se presentaron por mujeres 32 denuncias diarias por abusos y agresiones sexuales, es decir casi mil mensuales, lo que supone ratificar la hipótesis que siempre mantuvimos en el Partido Feminista de que se producen unas 15.000 violaciones anuales, contando de manera muy prudente las que no se denuncian.

150.000 son las que se presentan anualmente por maltrato, de las que únicamente se condenan el 31%, y la mayoría de las sentencias son de penas de prisión inferiores a 2 años que se canjean por servicios para la comunidad, es decir: por nada. En España una mujer maltratada sólo tiene el 6% de posibilidades de ver a su maltratador en la cárcel.

Podemos consolarnos, como los tontos, recordando que estas cifras no están muy lejos de las europeas. Una de cada tres mujeres en la UE ha sido víctima de violencia física o sexual desde los 15 años; una de cada veinte mujeres ha sido violada; más de la mitad (55 %) de las mujeres ha sufrido acoso sexual; una de cada tres mujeres ha sufrido abuso psicológico por parte de una pareja; una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física o sexual por un adulto durante la infancia.

Para acabar con esta masacre, que no padece ningún otro colectivo social,  Europa, – esa mujer que, en la mitología griega fue secuestrada por Zeus- el paraíso de las libertades y de la democracia, ha aprobado lo que llaman el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, también conocido como Convenio de Estambul o Convención de Estambul, que tiene por objetivo la lucha contra la violencia contra mujeres y la violencia doméstica. Se presentó en Estambul en 2011 y está en vigor en Europa desde el 1 de agosto de 2014. A 2019 ya ha sido firmado por 46 países y ratificado por 34.

Pero si en los demás países europeos sucede como en España, de poco parece que ha servido ese publicitado Convenio para frenar la masacre de mujeres. Y no puede servir porque no es más vinculante que según la voluntad de los gobiernos y legisladores que rijan cada Estado, que como ha sucedido en el nuestro, es poca. Pero además no crean que ese Convenio resuelve definitivamente la indefensión en que se encuentran las mujeres. Esa Carta Magna de la Violencia se limita a pedir que se contemplen como delito todas las formas de violencia contra la mujer: la violencia física, psicológica y sexual, incluida la violación; la mutilación genital femenina, el matrimonio forzado, el acoso, el aborto forzado y la esterilización forzada.

Teniendo en cuenta que todas esas actuaciones criminales de  hombres contra mujeres ya están contempladas en nuestra legislación penal, poca novedad introduce ese Convenio en la protección de nuestras víctimas, excepto en considerarlas a todas como tales, al margen de que se hallen o no relacionadas sentimentalmente con el agresor, como establece tan ridículamente la Ley Orgánica de Medidas Integrales contra la Violencia de género de 28 de diciembre de 2004. Porque desde hace 16 años en España unas víctimas son mujeres y otras son género, y únicamente estas merecen la protección del Estado, lo que resulta enormemente sospechoso en estos tiempos de la «autodeterminación de género» y otras estrafalarias definiciones que nos están haciendo desaparecer del lenguaje y del planeta donde vivimos.

Como ni la famosa ley de violencia ni la de Enjuiciamiento Criminal contemplan invertir la carga de la prueba como sucede en la legislación laboral, para que no sea la víctima la que tiene que probar la comisión del delito, que en esta figura delictiva se produce habitualmente en la privacidad del hogar, la mayoría de los procesos acaban en sobreseimiento o en absolución. Y en consecuencia, cuando el peligro de agresión o incluso de muerte es evidente, las víctimas deben huir de su casa, a veces con niños pequeños a su cargo, que tienen que dejar de asistir a la escuela, perder sus amigos y objetos queridos, para refugiarse en una Casa de Acogida. Mientras el maltratador sigue amenazando a su mujer diariamente,  e incluso pudiendo prever la policía y el juez que intentará el asesinato, continua en libertad, disfrutando de la vivienda común, asistiendo a su trabajo y siendo respetado por la comunidad. El 30% de las asesinadas tenían incluso orden de alejamiento o de protección contra su asesino. Que como se ha visto, son completamente inoperantes. En definitiva, sólo en la violencia contra la mujer se da la monstruosa injusticia de que sea la víctima la que tenga que esconderse y el verdugo campe tranquilamente  en libertad, sin amenaza alguna.

Pero en diciembre de 2016 se reunieron pomposamente, como se hace siempre en España por parte de la clase política, para anunciar que estudiarían arduamente las medidas a adoptar para acabar con la plaga del maltrato a la mujer, y así, el resultado del intenso trabajo realizado por parte de la Subcomisión creada al efecto dentro de la Comisión de Igualdad del Congreso de los Diputados, así como por parte de la Ponencia creada dentro de la Comisión de Igualdad del Senado, parieron unos documentos que contenían un total de 214 medidas en el caso del Congreso y 267 en el caso del Senado a partir de los cuales se desarrolla el Pacto de Estado contra la Violencia de Género cuya aprobación culminó en diciembre de 2017 con los Acuerdos alcanzados entre el Gobierno y el resto de Administraciones autonómicas y locales, entidades y organismos intervinientes en el desarrollo del mismo.

Para que ustedes se hagan una idea de la lucidez, claridad y eficacia del texto que dieron a luz los eminentes diputados, senadores, consultores, sindicatos, asociaciones y expertos, les reproduzco textualmente uno de sus artículos, el 117: «Evitar los espacios de impunidad para los maltratadores, que pueden derivarse de las disposiciones legales vigentes en relación con el derecho de dispensa de la obligación de declarar, a través de las modificaciones legales oportunas.» Y deberíamos dar un premio a quien sin ser jurista, y listo, haya entendido semejante bodrio de disposición legal, que ni siquiera lo es, puesto que el Pacto no es una ley, por lo que es preciso proceder después «a las modificaciones legales oportunas».

Si las víctimas no fueran tan desgraciadas y débiles y el Movimiento Feminista tan inútil, se habría tenido que manifestar nuestra indignación de forma contundente y eficaz ante semejante tomadura de pelo. Por el contrario, un sector de ese sumiso MF se ha mostrado muy satisfecho de semejante parto de los montes.

Pues bien, ya hemos alcanzado el 2020, ya hemos vivido expectantes y angustiadas las dos últimas legislaturas, esperando tres años que el gobierno al fin logrado con el difícil pacto de las izquierdas, se ponga a trabajar, rápida y eficazmente para erradicar la violencia contra la mujer. Y lo que estamos observando es que, de momento, las reformas anheladas de la ya caduca e ineficaz Ley de Violencia ni se proponen ni se las espera.

Mientras tanto, se asesina a dos mujeres a la semana, se viola a miles de mujeres, se maltrata a cientos de miles, y del mismo modo las denuncias se siguen archivando como las condenas son harto leves y perversamente argumentadas.

Si no cambia radicalmente tanto el criterio que han mantenido hasta ahora los legisladores como los procedimientos que han utilizado desde el derecho visigodo nuestros leguleyos, empiezo a temer que los nuevos gobierno y Parlamento y Senado seguirán la senda de sus antecesores, y se continuará engrosando la lista de maltratadas, violadas y asesinadas, con el amparo del estúpido Pacto de Estado contra la Violencia de Género.

Fuente de la Información: https://blogs.publico.es/lidia-falcon/2020/02/08/el-estupido-pacto-de-estado-contra-la-violencia-de-genero/

Autora: Lidia Falcón

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Degradación ambiental propicia violencia de género, asegura estudio

Redacción: Cultura Colectiva

La destrucción de la naturaleza conduce a la violencia de género, incluyendo las agresiones sexuales y prostitución forzada, asegura un estudio

La destrucción de la naturaleza conduce a la violencia de género, incluyendo las agresiones sexuales y prostitución forzada, asegura un estudio de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). El documento titulado “Gender-based violence and environment linkages: The violence of inequality”, indica que la competencia por recursos cada vez más escasos y degradados está empeorando las formas de violencia hacia las mujeres y niñas.

«Los daños que la humanidad está infligiendo a la naturaleza también pueden alimentar la violencia contra las mujeres en todo el mundo, un vínculo que hasta ahora, se ha pasado por alto en gran medida”, aseguró Grethel Aguilar, directora general interina de la IUCN.

El estudio publicado el miércoles 29 de enero, continuó, demuestra que estos dos temas se deben abordar de forma conjunta ya que urge detener la degradación ambiental y es necesario que se tomen medidas para detener la violencia de género en todas sus formas.

Éste recopila datos y estudios de más de mil fuentes, documenta los amplios vínculos directos entre las presiones ambientales y este tipo de violencia, además examina delitos como la caza furtiva de vida silvestre o la extracción ilegal de recursos.

Indica que la trata de personas y el trabajo forzado se utilizan con frecuencia para permitir este tipo de actividades ilegales, al explotar a las comunidades locales.

Algunos casos apuntan a que el tráfico sexual es común en las minerías ilegales en algunos países de Sudamérica, mientras que el abuso sexual y trabajo infantil se presentan en la industria pesquera del sureste asiático y la explotación sexual ocurre en torno a la tala y el comercio de carbón en zonas de África.

En tanto, la violencia de género es utilizada como un medio para ejercer control sobre los defensores del medio ambiente y de los derechos humanos. Las mujeres activistas parecen estar más presionadas y reprimidas por lo que es socavada su credibilidad y estatus dentro de las comunidades, así como son desalentadas a continuar defendiendo la naturaleza.

“Muchas mujeres indígenas en particular se enfrentan a la violencia de género cuando sus comunidades actúan para defender sus territorios, recursos y derechos de tales actividades ilegales”, manifestó Jenny Springer, directora del Programa Mundial de Gobernanza y Derechos de la IUCN.

La investigación es resultado de un proyecto de diez años que todavía continúa. La relación que establece entre la violencia de género y las presiones ambientales se discutirán bajo el tema de los derechos ambientales y la gobernanza en el Congreso Mundial de la Naturaleza de la IUCN 2020 en la ciudad Marsella, en Francia.

https://youtu.be/Nyr3n0M7UgE

https://news.culturacolectiva.com/mundo/degradacion-ambiental-propicia-violencia-genero-asegura-estudio/

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