América del Sur/Perú/Fuente y autor /Gestionpe/Manuel Patiño
En el Perú la educación parece detenerse a los seis años, según el último informe educativo de la Organización de Estados Iberoamericanos. La buena noticia es que cada vez tenemos más computadoras…, sin Internet.
¿Quién dijo que nuestros niños no sabían nada? El problema es cuando crecen. Según el último informe Miradas sobre la Educación en Iberoamérica de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Perú es el país que más se preocupa por la educación inicial en Iberoamérica, pero uno de los que menos dinero dedica a la educación superior.
Hacia 2014, la inversión peruana en el nivel preescolar alcanzó el 17% del gasto público en educación (3.7% del PBI), el porcentaje más alto de la región. Pero la noticia no es tan buena como parece.
El informe asegura que los países con mayor desarrollo educativo no le dedican tanto dinero a la educación inicial porque no es un ciclo obligatorio. En su lugar, países como Cuba, que destina 10.2% de su PBI a la educación, dedica el 60% de su gasto público educativo al nivel primario, en contraste con el 38% de Perú.
La situación se agrava mientras trepamos en los niveles de enseñanza. La inversión peruana para la educación superior apenas alcanza el 14% del presupuesto educativo. Es decir, solo el 0.5% del PBI en el Perú está destinado al desarrollo de universidades e institutos. En Iberoamérica, el promedio es de 23%.
Al maestro con cariño
Quienes la pasan peor son los profesores. Perú es el país con el menor porcentaje de gasto corriente en educación pública en Iberoamérica, que en gran parte está dedicado a la remuneración de los docentes.
Perú dedica el 80% de su presupuesto educativo al gasto corriente. Países más desarrollados como México o España mantienen el 97% y 95%, respectivamente.
Específicamente, del total del gasto corriente para la educación pública en Perú, solo el 72% está destinado al salario de los profesores. México destina el 95% del mismo total. Y el promedio en Iberoamérica es de 88%.
La limitación del maestro peruano va más allá de la inversión pública. Un profesor en Perú puede buscar trabajo libremente en colegios públicos, siempre y cuando sus esperanzas salariales sean nulas.
El informe resalta que Perú, junto a Cuba y El Salvador, son los únicos países de Iberoamérica en donde las escuelas públicas pueden elegir a sus docentes, pero no determinar el sueldo que recibirán.
Computadoras compartidas
La tecnología se ha vuelto parte del aprendizaje. En la actualidad, tan o más importante que un cuaderno y lápiz, es la posesión de una computadora para que los niños puedan dominar el mundo digital. En los colegios públicos, Perú mantiene un puesto destacable en el número de ordenadores por alumno.
En las escuelas primarias públicas de Perú hay una computadora por cada siete alumnos, quienes tendrán que compartirla para aprender adecuadamente. La cifra parece alarmante, pero es positiva si la comparamos con países como México (24 alumnos por pc) o Paraguay (40 alumnos por pc).
No obstante, al gobierno peruano aún le falta bastante para alcanzar al líder de la región. Todos los alumnos de los colegios estatales de nivel primario en Uruguay tienen una computadora personal. España registra tres alumnos por computadora, y Portugal cuatro.
En el nivel secundario la situación es similar. Perú se mantiene en la misma tasa: siete alumnos por computadora, y Uruguay permanece como líder con una computadora por alumno.
En el sector privado las diferencias son bastante amplias. Uruguay se encuentra bastante relegado, y la tasa de Perú es notablemente inferior.
Las primarias privadas peruanas presentan 11 alumnos por computadora, y las secundarias tienen ocho alumnos por cada ordenador. El promedio en Iberoamérica es de 10 y seis alumnos por computadora, respectivamente.
Pero de qué sirven las computadoras cuando Perú se mantiene como uno de los países con menor acceso a Internet en la región. En España, el 94.7% de alumnos cuentan con Internet. En Perú, solo es el 41.9%.
Este año se cumplen diez de la publicación del libro El secuestro de la mente. Supe de él por un alumno que me recomendó su lectura hace años, porque relacionó su contenido –muy atinadamente, por cierto– con una de las cuestiones centrales que conforman la espina dorsal de la reflexión filosófica a lo largo de la historia; a saber: ¿es real todo lo que creemos? Pregunta en la que se imbrican ontología y epistemología inextricablemente, presente ya en la alegoría clásica de la caverna platónica y que en la actualidad sigue tan vigente como siempre.
El autor del susodicho libro es un psiquiatra, el doctor Fernando García de Haro. Al contrario de lo que pudiera pensarse por su profesión, a cuya práctica se dedicó durante la friolera de más de treinta y cinco años, el enfoque que desarrolla de la antes enunciada pregunta no es puramente médico, sino ampliamente filosófico, eso sí, partiendo de los conocimientos disponibles sobre el cerebro y la psicopatología, especialmente del trastorno mental que se conoce como delirio (diríase que en esto sigue a Mario Bunge, para quien –de acuerdo con lo que yo mismo le oí en una conferencia– lo que procede es «primum cognoscere, deinde philosophari»). El delirio es la capacidad de creer enferma, y la creencia, en según qué circunstancias y modos, puede acabar en delirio. En forma de eslogan el doctor García de Haro lo plasma diciendo que «si el delirio es una creencia de origen patológico, la creencia es un delirio de origen cultural». Tal delirio de origen cultural puede desembocar peligrosamente en fanatismo, el cual presenta rasgos que se asemejan a los síntomas característicos de la paranoia (léase el epígrafe titulado «sectas, paranoia, fanatismo y violencia»).
Todo el libro es interesante y está inspirado por un espíritu proveniente tanto del amor al saber que dio vida a la filosofía en sus inicios, como de los principios que engendraron el pensamiento ilustrado. A ambos alude cuando presenta su receta contra «las creencias y sus males», y que se compone de dos ingredientes esenciales: racionalidad y humanismo. Entonces puntualiza: «Esta es una vieja receta que se remonta a los llamados “filósofos griegos” y que se continúa en el Renacimiento, la Ilustración y en la actualidad en formas muy diversas. Parece evidente que sólo el pensamiento racional puede liberar al ser humano del laberinto de las creencias en el que se pierde desde el principio de su existencia sobre la Tierra».
¿Esa liberación tiene asegurado su progreso? Nuestro psiquiatra parece contestar afirmativamente a esta pregunta, y halla un poderoso argumento a favor de su respuesta en el papel que otorga a las nuevas tecnologías en relación con el combate entre racionalidad y creencias. He aquí su tesis: «Las tecnologías de la comunicación, tanto de la información como Internet, la televisión por satélite o los medios de desplazamiento, hacen que las culturas cerradas sean imposibles. Este mundo permeable instala al hombre en una realidad nueva, no fijada por una manera concreta y establecida mediante una creencia de origen divino. El hombre moderno no puede continuar en mundos cerrados y diferentes entre sí por mucho que se empeñen los custodios de las creencias. Este movimiento es imparable».
Por mi parte, tengo razones para no compartir la postura optimista del doctor García de Haro. La primera de ellas es de naturaleza empírica y tiene que ver con el fenómeno del terrosimo yihadista, de rápido y preocupante crecimiento, y que tiene su base en la expansión y asimilación de creencias que pueden desembocar en el fanatismo violento. En el clarificador libro de hace apenas un año titulado Objetivo: califato universal. Claves para comprender el yihadismo, sus autores (Eduardo Martín de Pozuelo, Jordi Bordas y Eduard Yitzhak) se dedican a un preciso y riguroso análisis del fenómeno referido. En el capítulo 7 titulado «la captación: de la mezquita a internet» encontramos la disección de los modos y los medios de los que se sirven los yihadistas para atraer a los jóvenes y convertirlos en adeptos a su causa. En una de sus páginas leemos: «El elemento tecnológico fundamental que marca un antes y un después en el proselitismo radical gira en torno a internet, las redes sociales y las grandes redes mediáticas que las organizaciones terroristas yihadistas del siglo XXI tienen a su disposición».
Esas organizaciones cuentan con agencias de información que se sirven muy eficientemente del mundo virtual con dos intenciones básicas: una es publicitaria y de propaganda; la otra es la captación, reclutamiento y adoctrinamiento de simpatizantes de todo el mundo. Mediante la red también informan y entrenan militarmente a quienes convierten en armas vivientes al servicio de sus siniestros propósitos.
Los autores del libro describen, a través de casos reales, cómo jóvenes europeos –por lo demás aparentemente «normales»– que muestran indicios de predisposición a la radicalización son contactados y sometidos a un auténtico aislamiento cultural y lavado de cerebro sectario que en muchos casos no serían factibles –y, desde luego, no serían tan efectivos– sin la herramienta de internet. Ésta es imprescindible en el terrorismo global del siglo XXI para inocular y activar en la psique el germen del fanatismo, que requiere la comunicación de las creencias radicales. Se trata de radicalizaciones urgentes, porque se llevan a cabo en lapsos de tiempo que se cuentan más bien por semanas que por meses.
Hay un momento decisivo en el proceso de captación. Tras haber conseguido atraer la atención del potencial recluta en las redes sociales mediante mensajes generales, y una vez discriminados los más susceptibles, los captadores los conducen a espacios virtuales más privados. Chats, grupos de whatsapp y otros recursos nuevos diseñados por los propios especialistas de la organización terrorista, que son objeto de menos vigilancia por parte de los grupos especializados de la policía, constituyen el espacio en el que se somete, sobre todo a los jóvenes, a mensajes de gran poder seductor que, a la postre, consiguen el secuestro de sus mentes, es decir, su desconexión de todo lo que hasta ese momento conformaba su mundo. Por último, llegará el contacto personal.
Como se ve, internet no es aquí la tecnología del librepensamiento, sino, muy al contrario, el medio de cultivar y extender el fanatismo, mal que le pese al doctor García de Haro. Se trata de toda una paradoja que el politólogo Benjamin Barber reconoce de la siguiente forma: «Estamos ante la grotesca situación de que gente pone “me gusta” en sitios de la web donde se ven decapitaciones. ¡Estamos ante el movimiento simultáneamente más moderno y más reaccionario de la historia! Están intentando destruir Occidente en parte debido a su modernidad y su tecnología pero al mismo tiempo son creaciones de la tecnología moderna, y dependen de ella íntimamente para generar miedo y odio».
No, las nuevas tecnologías por sí mismas no nos salvarán del delirio latente en las creencias irracionales. Es más, según lo dicho hasta ahora, hay que estar alerta ante su alto poder de sugestión. El universo de las pantallas puede crear auténticos mundos solipsistas que, sin darnos cuenta, nos aíslen de la realidad, ese lugar en el que nos hallamos con lo otro, y en el que hemos de convivir, lo que se hace imposible si nos enclaustramos en nuestros mundos privados.
El diálogo es imprescindible para el encuentro en el espacio objetivo de la realidad. Las redes sociales parecen, en principio, potentes recursos tecnológicos que incrementan esa capacidad nuestra de diálogo, pero hay quien detecta una deriva contraproducente en las innovaciones relativas al procesamiento de los big data incorporadas en los últimos años. En este sentido va la advertencia del activista de internet Eli Pariser, que se plasma en su teoría de la burbuja de filtros. De acuerdo con ella, existe una tendencia en la red de progresiva personalización de contenidos en los medios digitales, lo que conlleva la creación de una realidad distinta para cada internauta. Los algoritmos de Google o Facebook muestran resultados distintos para cada usuario, en relación a su historial de búsquedas y su comportamiento en la Red. Es por esto que la información que se nos ofrece a través de estos medios es sesgada: la mecánica de los motores de búsqueda hace que sólo seamos receptores de la información que se presupone de nuestro interés. Esos algoritmos acabarán decidiendo por nosotros qué es la realidad siempre en una senda de continua confirmación de nuestras creencias, reduciendo así el margen para la falsación de las mismas (para más detalle véase el vídeo en https://www.youtube.com/watch?v=S0m_nM8Dgng).
En consecuencia, no creo que las nuevas tecnologías por sí mismas tengan el poder de acabar con el efecto alienante de las creencias; pueden, incluso, potenciarlo. Es el sujeto desde la razón el que tiene que someter a esas sus creencias a juicio poniéndolas constantemente a prueba. Internet y los diversos medios digitales ayudan como herramientas que expanden nuestras capacidades cognitivas y su conexión a la realidad en toda su amplitud y diversidad de detalle, quebrantando cuando corresponda, sobre todo, nuestras más queridas expectativas sobre ella.
Cuatro o cinco niños, un ordenador conectado a Internet y una buena pregunta. Esto es todo lo que hace falta para que el aprendizaje se dé. Autorganización y aprendizaje. Algo interesante y relevante que investigar.
Estas son las premisas con las que desde hace casi 18 años se está desarrollando el proyecto de investigación y educación SOLE (self-organised learning enviroments ambiente autoorganizado de aprendizaje en sus siglas inglés). Su creador, Sugata Mitra, visitó España hace unos días para presentar el primer proyecto que se hará en España: SOLE Spain.
En España, estará liderado por Javier Bronchalo, maestro e investigador. Javier, que ha bebido de la tradición de la escuela democrática y de Summerhill, hace algunos años dejó su trabajo como maestro de Plástica y como encargado de nuevas tecnologías. Y “descubrió”, afirma, el e-learning, a donde ha trasladado también la tradición del aprendizaje democrático, autodirigido, autoorganizado.
En la plataforma online también ha venido trabajando por proyectos y con algo que finalmente le condujo a SOLE, las preguntas.
Para Sugata Mitra, las big questions (grandes preguntas) son una de las claves del proyecto y del propio aprendizaje. Son preguntas que se lanzan en el aula, que deben arrancar en niñas y niños (en cualquier persona en realidad) el interés, la curiosidad, deben ser preguntas motivadoras que conduzcan al alumnado hacia la investigación y, de ahí, al aprendizaje.
SOLE
Sugata Mitra es un ingeniero e investigador que hace 18 años se planteó un reto a lo que llamó “Hole in the wall”. La idea es sencilla: en un barrio pobre de Nueva Delhi, en un muro, empotró un ordenador con una conexión a Internet. Solo hacían falta un grupo de chavales y tiempo. Se trataba de niños y niñas que no habían visto un ordenador nunca, ni sabían lo que era la Red, pero ocho horas después ya sabían jugar con todo ello. Nueve meses después, tenían los mismos conocimientos de ofimática que una secretaria. Al menos, es lo que asegura Sugata. Desde entonces, ha replicado el experimento, que ha ido evolucionando en su forma y contenido.
Tras ver cómo se manejaban los chavales, entraron las big questions. La idea es encender la espita de la curiosidad. Después de todos estos años, Mitra ha comprobado cómo niñas y niños, en grupos, adquieren conocimientos más rápidamente y superiores a lo esperado para su edad, se ayudan y enseñan unos a otros y se autoorganizan. Mejora su autoestima y tienen interés por aprender.
Desde entonces se han desarrollado muchos proyectos SOLE por el mundo, entre los que Bronchalo destaca algunos como el de Colombia, en el que han trabajado facetas muy diferentes como la educación de adultos o en comunidades indígenas. También el de Argentina por su potente línea de investigación.
En España una de las características del proyecto es que investigará con alumnado con diversidad funcional intelectual. En otros proyectos ya se habían hecho algunas acciones con alumnado con Asperger o sordo. De hecho, el colegio en el que estuvo haciendo la presentación Sugata es un centro para jóvenes con diversidad funcional intelectual.
Abuelas y big questions
El proyecto no ha parado de evolucionar en estos años y después de que la Universidad de New Casttle contratara a Sugata Mitra para llevar su trabajo a Inglaterra, se han ido sumando nuevas actuaciones.
La idea es que el conocimiento, todo aquello que se puede saber, aprender, está en Internet y que hay que trabajar con esta premisa, más allá de colegios, docentes o libros de textos. Por eso, con el tiempo, el proyecto ha evolucionado hasta la School in the Cloud (Escuela en la Nube), una plataforma en la que se contienen el resto de elementos que se han ido generando con el tiempo.
La base, las grandes preguntas que se van poniendo en común y que, como veíamos, pueden ser algo como ¿qué hace la pasta en tu cuerpo? O, como comentaba Brochalo en la presentación, cosas como si los árboles se comunican o cuál es el origen de la lengua que estás utilizando.
Desde hace algún tiempo, Mitra comenzó una nueva línea de investigación que sumó al proyecto y que dio en llamar la Granny Cloud (algo así como la nube abuela). La idea fue sencilla: puso un anuncio en el periódico para encontrar abuelas y abuelos con conexión a Internet, Skype y dispuestos a regalarle una hora semanal.
Como bromea, “soy la persona que conoce más abuelas británicas del mundo”. Este nutrido grupo de abuelas (fundamentalmente) se comunican, cada una desde su casa, con algunas aulas situadas, de momento, en India para que hablen con niñas y niños de allí. Charlan de todo un poco, pero la abuela tiene, entre sus cometidos, lanzar retos, preguntas, para que niñas y niños investiguen.
Con esto consiguen algunas cosas importantes: mejora la autoestima de los chavales (las abuelas siempre se interesan por lo que hacen), mejoran sus habilidades comunicativas (han de explicarle a esa personas los resultados de su investigación) y, como se hace con abuelas inglesas, mejora drásticamente el uso del inglés (los niños se esfuerzan más para hacerse entender mejor).
Todo este sistema, que es a la vez un proyecto de investigación alrededor del mundo, pretende un auténtico vuelco al sistema educativo. No solo por la organización espacial y personal: aulas abiertas, organizadas alrededor de ordenadores que se reparten entre grupos de cuatro o cinco críos; un docente que ha de preparar esas preguntas relevantes, que ha de estar dispuesto a no conocer las respuestas y a aprender con/de sus alumnos; y, tal vez lo más impactante, lo relativo al currículo y a la evaluación del aprendizaje.
Para Sugata Mitra los sistemas de evaluación que se utilizan no tienen sentido. Preguntarle a los niños cosas y obligarles a responder sin contar con asistencia tiene mucho que ver con lo que se necesitaba a princpios del siglo XX en el mercado laboral: oficinistas que supieran escribir a mano, leer rápido y hacer cálculo mental. Ahora, la asistencia que brindan las TIC hace innecesario pedir a los alumnos las mismas capacidades de hace 100 años.
Desde luego, no es nuevo el hecho de que niñas y niños aprenden más y mejor cuando se hacen aprendizajes entre iguales. Es algo que también sostienen otros investigadores como Ramón Flecha desde sus comunidades de aprendizaje.
Tampoco es novedad el que Internet va a tener, cada vez más, un peso fundamental en el aprendizaje. Ya lo tiene. Y es cierto que es muy necesario que el alumnado consiga durante su escolaridad adquirir las competencias necesarias para utilizar la Red.
Como dice Javier Bronchalo, “la educación está cambiando”, a pesar de que los sistemas educativos, tal vez por lo inmovilista de la institución escolar, se aferren a los mismos esquemas de funcionamiento que los vieron nacer.
Centro América/ Costa Rica/ 22 de octubre 2016/ Fuente: Agencia Efe
El porcentaje de usuarios de internet con respecto al total de la población de América Latina y el Caribe creció un 10,6 % al año, entre 2000 y 2015, indica el informe «Estado de la banda ancha 2016 en América Latina y el Caribe», de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
«Esta situación permitió reducir la brecha existente con los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya que se pasó de una diferencia de 37,2 puntos porcentuales en 2010 a 25,2 puntos porcentuales en 2015», dice el informe.
En cuanto al acceso, el número de hogares conectados a internet en América Latina y el Caribe creció un 14,1 % como promedio anual en los últimos cinco años, alcanzando el 43,4 % del total de los hogares en 2015, valor que casi duplica al de 2010, indica el estudio, que será presentado en la segunda reunión de la Conferencia de Ciencia, Innovación y TIC que se inaugura hoy en Costa Rica.
El 54,4 % de los habitantes de América Latina y el Caribe usó internet en 2015, 20 puntos porcentuales más que en 2010, «lo que da cuenta de los importantes avances en el acceso y la asequibilidad al servicio registrados en la región en el último quinquenio» dice el documento.
Los países que tuvieron las mayores tasas de crecimiento del número de hogares conectados a Internet en 2010-2015 fueron Nicaragua, Guatemala, El Salvador y Bolivia, quienes tenían muy baja tasa de penetración al inicio del periodo.
El mayor aumento en el número absoluto de hogares conectados cada 100 hogares se dio en Costa Rica (de 24 a 60).
Chile, Argentina, México y Perú cayeron dos posiciones en 2015 respecto de 2010, y El Salvador, tres, y Costa Rica y Ecuador subieron cuatro y dos posiciones, respectivamente.
«Hay una gran diferencia en los niveles de acceso entre los países de la región: de los 24 analizados en 2015, tres tenían una penetración de internet en los hogares menor al 15 % (Nicaragua, Cuba y Haití), quince estaban entre 15 % y 45 %, y tres entre 45 % y 56 % (Argentina, Panamá y Paraguay), y solo Chile, Costa Rica y Uruguay llegaban al 60 %».
Según el informe, el acceso a conexiones de banda ancha aumentó fuertemente en el período analizado, particularmente en la modalidad móvil, que pasó del 7 % al 58 % de la población entre 2010 y 2015.
En 2010, el porcentaje de personas con acceso a banda ancha fija (BAF) y banda ancha móvil (BAM) era prácticamente el mismo. Pero entre ese año y 2015, el número de suscripciones móviles creció 802,5 % y el de conexiones fijas un 68,9 %. El país con mayor penetración de BAM con respecto al total de la población es Costa Rica, con 95,5 %.
A pesar de estos avances, persisten problemas relacionados con la calidad (velocidades de conexión) y la equidad en el acceso a internet (diferencias según la ubicación geográfica y la situación socioeconómica de la población), según el documento.
Por un lado, ningún país tiene al menos 5 % de sus conexiones con velocidades mayores a 15Mbps, mientras que en los países avanzados este porcentaje es del 50 %.
Por otra parte, se observa una diferencia de hasta 41 puntos porcentuales en la penetración de Internet entre las áreas urbana y rural en el país que muestra la mayor brecha en la región. Bolivia.
Uruguay y Costa Rica son los únicos países donde la diferencia en el acceso a Internet entre los hogares urbanos y rurales no creció: en Uruguay disminuyó ocho puntos y en Costa Rica dos. En Bolivia, Colombia, Perú y El Salvador, la diferencia aumentó alrededor de 10 puntos, en Paraguay y Ecuador, alrededor de 5 puntos y en Chile y Brasil, entre 1 y 2 puntos.
En el último año (2015), los países con mayor brecha entre ambas zonas fueron Colombia (41 puntos) y Brasil (36 puntos) y las menores se dieron en Uruguay, Costa Rica y El Salvador (13 puntos).
La mayor penetración en la zona urbana la tuvo Costa Rica y la menor, Bolivia. El país con la mayor penetración rural fue Uruguay, y, por el contrario, Bolivia, El Salvador y Perú tuvieron la menor penetración.
El porcentaje de hogares rurales cubiertos en Costa Rica o Uruguay es mayor que el porcentaje de hogares urbanos cubiertos en Paraguay, Perú, El Salvador o Bolivia.
La Conferencia de Ciencia, Innovación y TIC fue creada en 2012 como órgano subsidiario de la CEPAL para promover el desarrollo y la mejora de las políticas nacionales, así como la cooperación bilateral, regional e internacional.
Los escaladores que se atreven con el Everest pueden compartir su experiencia en las redes sociales sin tener que esperar al descenso. Una empresa proporciona conexión wifi en el campamento base desde 2014 y una operadora nepalí ha llevado internet móvil a la montaña más alta de la Tierra. Hay otros lugares insólitos que también tienen acceso a la Red, como una mina sueca y, dentro de poco, un volcán nicaragüense.
El 15 de octubre de 2010, el expedicionario Eric Larsen publicó el primer tuit desde lo más alto del Himalaya, un escueto “¡La cumbre del Everest!”. La exclamación iba acompañada por una descripción (también breve) del aparato que le permitía escribir a casi 8.850 metros sobre el nivel del mar: el DeLorme GPS Earthmate PN-60w, un dispositivo que permite mandar mensajes de texto vía satélite.
Aunque la máquina de Larsen pesa y ocupa más bien poco, los primeros teléfonos satelitales verdaderamente efectivos que ascendieron la enorme montaña eran casi del tamaño de un ordenador portátil. A mediados de los 90, estos móviles permitían a los escaladores consultar la predicción meteorológica. Sin embargo, dado lo impreciso del sistema, fiarse no era muy aconsejable.
Everest summit! -Sent with @DeLormeGPS Earthmate PN-60w
El Everest se ha convertido en un pico conectado gracias a empresas como la nepalí NCell, una filial del grupo sueco Telia Sonera. En 2010, la compañía instalóuna estación de comunicaciones 3G en Gorakchep, a unos 5.200 metros de altura, 150 por debajo del campamento base situado en la región de Khumbu.
Desde entonces, la operadora proporciona conexión a los habitantes de la zona, los trabajadores del emplazamiento y las decenas de miles de aventureros que visitan el monte cada año. “Hemos realizado pruebas y verificado la cobertura hasta los 5.600 metros en Kala Patthar [un pico cercano al monte]”, detalla Sanju Koirala, directora de comunicación de la empresa asiática.
Para probar el servicio, han realizado videollamadas a unos 5.300 metros de altitud, desde el área próxima a Lutka, el pueblo donde los expedicionarios suelen comenzar su aventura. Y un tuit publicado por el montañero británico Kenton Cool en 2011 demuestra, según Koirala, que la red alcanza la cima del gigante nevado, situada a 8.848 metros de altura.
No ha sido tarea fácil. La torre de comunicaciones principal, que se encuentra en Gorakchep, se alza 9 metros sobre cimientos rocosos. Tardaron unos tres meses en realizar los estudios previos desde el aire y completar la instalación. “Más de lo esperado por culpa del mal tiempo”, explica Koirala.
Participaron alrededor de una docena de técnicos y porteadores. Además, “contamos con la ayuda de guías especializados”, señala la responsable de NCell. Ahora no hace falta tanto personal para vigilar la instalación: hay solo una persona encargada de la parte operacional y el mantenimiento y cuentan con “apoyo adicional en la región de Namche para el resto del equipamiento”, indica Koirala.
Las otras antenas, de entre 6 y 24 metros, van acompañadas de pequeñas plantas solares que las abastecen energéticamente. El lote lo completa un repetidor que proporciona servicios de radiocomunicación por microondas a varias poblaciones situadas entre los 2.700 y los 3.860 metros, así como al Hotel Everest View. En todas estas localizaciones, “los usuarios de NCell pueden disfrutar de hasta 14,4 Mb por segundo”, indica Koirala. Más arriba, en Gorakchep y Lukla, la velocidad de conexión disminuye hasta los 384 o 512 Kb por segundo.
NI CARRETERAS NI GRÚAS
Entre las dificultades que encontraron durante la construcción, la nepalí destaca el terreno agreste y la ausencia de carreteras que comuniquen a los proveedores de materiales con la zona de instalación. “Las únicas formas de transporte eran los porteadores, los yak y por aire”, afirma Koirala.
La meteorología tampoco acompañó. Aunque las condiciones atmosféricas son variables, no puede esperarse demasiado de un clima tan extremo. Y por si todo esto fuera poco, el equipo tuvo que lidiar con las consecuencias de la elevada altitud: “Les resultaba difícil incluso respirar debido al mal tiempo y la altura”, cuenta la encargada de comunicación.
Aun hoy, el frío provoca graves problemas en las instalaciones. Durante y después de las tormentas de nieve más fuertes, una densa capa blanca cubre los paneles solares que alimentan las torres, interrumpiendo el servicio. El responsable de la zona debe limpiarlas para restablecer el abastecimiento de energía y, por tanto, las comunicaciones.
Las bajas temperaturas y las precipitaciones afectan también a las placas solares que suministran electricidad a la infraestructura de la empresa Everest Link, que brinda conexión wifi al campamento base. Un servicio de “internet extremo”, según reza su web, disponible en la montaña desde el 2014. Pero el fundador de la compañía, Tsering Gylatsen, comenzó su ambicioso proyecto mucho antes: en 2001, Gylatsen y un grupo de emprendedores nepalís crearon Namche Technical Support para brindar conexión a la zona.
Un par de años después construyeron el primer ‘cibercafé’ en el campo base, una tienda de campaña de unos 19 metros cuadrados con algunos ordenadores portátiles conectados a la Red vía satélite. Por desgracia, los rebeldes maoístas que avivaban la guerra civil en Nepal fijaron la infraestructura de Namche Technical Support como uno de sus objetivos y la empresa tuvo que cesar su actividad en el Everest.
En 2012, cuando los guerrilleros se retiraron de la zona, Gylatsen y sus colegas volvieron a la carga con un nuevo nombre, Everest Link. En dos años, consiguieron establecer la conexión inalámbrica en Lukla gracias a varios repetidores de microondas localizados estratégicamente en diferentes picos. El servicio se extiende más de 100 kilómetros por el terreno para dar servicio al campamento base y las zonas aledañas.
VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA
Además de llevar internet a lo más alto, la sueca Telia Sonera participa en otra iniciativa con un objetivo antagónico: instalar y probar la conexión 5G en el interior de una mina europea. En el proyecto participan también Ericsson y laUniversidad de Luleå (Suecia), entre otros socios.
Aunque los primeros estudios comenzaron en julio de 2015, sus responsables han logrado alcanzar su meta este verano. “Faltaban muchos datos e información al principio, una de las razones por las que lanzamos el proyecto: tener más conocimiento”, explica Eilert Johansson, uno de los responsables de la iniciativa e ingeniero de ICT, una asociación para fomentar la investigación en telecomunicaciones. Se han basado en la tecnología utilizada en otros casos, como “las redes móviles en túneles» o las «instalaciones wifi en minas”, enumera Johansson.
El lugar elegido por el experto y su equipo es la mina Kankberg, en Suecia,gestionada por la empresa Boliden. “La red móvil se instala dentro de la excavación, así que la profundidad no supone un límite físico”, nos cuenta. En las galerías suecas han construido infraestructuras hasta los 450 metros de profundidad.
“La propagación de las ondas de radio es diferente bajo tierra que en la superficie”, advierte Johansson, por lo que los parámetros a tener en cuenta para diseñar la red también son distintos. Los repetidores de radio y las antenas, situados en el techo de las galerías, se comunican por redes de fibra óptica con el núcleo central de conectividad móvil de Telia. “La velocidad de los datos es tan buena o mejor que en la superficie”, asegura el ingeniero.
El proceso de instalación resulta más complejo allá abajo. “Las operaciones requieren más preparación y planeamiento”, indica Johansson. Sin embargo, la mina es lo suficientemente espaciosa para la maquinaria y los vehículos. “Se suelen utilizar todoterrenos especialmente equipados”. En total, han participado en el proyecto entre 40 y 50 personas que han asistido a cursos de preparación sobre seguridad en las minas.
“Hemos encontrado muchos retos, desde el entorno agreste al estado del arte actual de la tecnología móvil”, afirma el ingeniero. Sin embargo, hay otra cuestión difícil que poco o nada tiene que ver con las operaciones: «Esto es una prueba, una demostración de que es técnicamente posible construir redes móviles en las minas, pero se necesitan buenas oportunidades de negocio para que se invierta en ello”.
En unos años, Johansson prevé que los ‘smarphones’ sustituyan a los actuales comunicadores por radio de los trabajadores de las minas. Les facilitarán la comunicación por voz y permitirán desarrollar “aplicaciones para supervisar maquinaria automatizada y otros equipamientos”, indica. El incremento de la autonomía de los sistemas “mejora la productividad y la seguridad de los operadores”.
DESAFIANDO AL FUEGO
Si hay internet en las profundidades de Suecia y en el techo nepalí, ¿por qué no conectar también el cráter de un volcán? Este es el ambicioso objetivo del giganteGeneral Electric, que colabora con el explorador y cineasta Sam Cossman y el gobierno de Nicaragua para instalar decenas de sensores dentro del volcánMasaya, uno de los más activos del país sureño.
La idea es que Cossman deje sus miedos (ya de por sí escasos) en la ladera y descienda unos 366 metros por el interior de la ardiente boca rocosa para probar los aparatos e ir ubicándolos progresivamente, durante varias semanas. Deberá llevar un traje especial que soporte las altas temperaturas del cráter.
Los dispositivos colocados por este temerario transmitirán en tiempo real información sobre el estado del Masaya: su temperatura, presión atmosférica, gravedad y la concentración de diferentes gases. Los datos viajarán a través de internet y serán almacenados en Predix, una plataforma para gestionar información industrial de General Electric. Allí, cualquier interesado, desde geólogos a las autoridades nicaragüenses, podrá saber qué ocurre dentro del volcán en cualquier momento y mantenerlo vigilado.
Evidentemente, Cossman compartirá su periplo a través de la Red, como hacen ya los escaladores que ascienden el Everest. No solo envían tuits: la última moda consiste en publicar sus aventuras en Snapchat. Internet transforma los lugares más remotos del planeta en un destino virtual al alcance de todos.
Un nuevo estudio del ACNUR en conjunto con Accenture descubre que los teléfonos celulares y el acceso a internet resultan críticos para la seguridad de los refugiados; tanto como la comida, el albergue y el agua.
– Así como un medio esencial para mantenerse en contacto con los seres queridos, muchos refugiados ven el acceso a teléfonos celulares y a internet como un asunto crítico para su seguridad; tanto como la comida, el agua y el albergue, según un informe realizado por el ACNUR y Accenture.
El informe “Refugiados conectados: Cómo la conectividad móvil y de internet puede mejorar el bienestar de los refugiados y transformar la acción humanitaria”, está basado en un estudio realizado en 44 países en cuatro continentes. Este demuestra que para muchos refugiados un dispositivo conectado es una esperanza y una herramienta vital para el auto empoderamiento.
“En el mundo en el que vivimos ahora, la conexión a internet y los teléfonos inteligentes pueden ser una esperanza para los refugiados”.
El estudio revela que a pesar de que el costo es a menudo una barrera para la conectividad, los refugiados que viven en áreas urbanas suelen tener un acceso a las redes móviles similar a otras poblaciones urbanas. Pero para los refugiados en zonas rurales el panorama es bastante diferente, con únicamente uno de cada seis ubicados en áreas con acceso a 3G, y uno de cada cinco no cuenta con cobertura del todo, un número significativamente bajo en comparación con la población total.
“En el mundo en el que vivimos ahora, la conexión a internet y los teléfonos inteligentes pueden ser una esperanza para los refugiados, brindándoles medios esenciales para que puedan dar y recibir información vital, comunicarse con miembros separados de la familia, ganar acceso a servicios esenciales, y reconectarse con las comunidades locales, nacionales y mundiales a sus alrededores”, dijo Filippo Grandi, Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados.
“Lo más importante, la conectividad puede ayudar a ampliar las oportunidades para que los refugiados mejoren sus propias vidas y persigan una visión de un futuro, que de otra manera, se les sería negada”, añadió.
“La conectividad puede ayudar a ampliar las oportunidades para que los refugiados mejoren sus propias vidas”.
Las conclusiones llegan en un momento en el cual las guerras y persecuciones han provocado que más personas huyan de sus países, más que en cualquier otro momento desde que el ACNUR comenzó a llevar registros. A finales de 2015, 65,3 millones de personas eran desplazadas en todo el mundo, de las cuales 21,3 millones eran refugiadas.
Enfrentados con necesidades urgentes, el estudio recomienda una inversión adicional en tres grandes áreas, que en conjunto forman la base de la nueva Estrategia Mundial del ACNUR para la Conectividad para Refugiados. Estas incluyen un aumento en la disponibilidad de redes móviles, una mejora en la capacidad de adquisición, y brindar acceso a capacitación, contenido digital y servicios en línea.
El informe también identifica un número de intervenciones estratégicas para ayudar a asegurar la conectividad, entre ellas, asociaciones con operadores de redes móviles y otras compañías de tecnología y comunicaciones para mejorar la infraestructura, haciendo inversiones en infraestructura, y habilitando un entorno y un sistema para la entrega de servicios digitales.
“Lo que resulta especialmente crítico en este esfuerzo es comprometer al sector privado, especialmente compañías tecnológicas y operadores de redes móviles. Accenture es particularmente optimista sobre el potencial que tendría para el ACNUR y la comunidad humanitaria el trabajar junto con el sector privado para mejorar el bienestar y el apoyo humanitario para las personas desplazadas, a través de una conectividad mejorada”, dijo Dan London, Director Ejecutivo de Salud y Servicios Públicos de Accenture.
“Las asociaciones con el sector privado son esenciales para escalar las intervenciones mundiales de conectividad”.
Accenture es una compañía líder mundial de servicios profesionales, que brinda una amplia gama de servicios y soluciones en temas de estrategia, consultoría, digitales, tecnología y de operaciones.
Tomando como referencia el modelo de negocios de la Asociación de Desarrollo de Accenture (ADP), el informe también identifica maneras para comprometes al sector privado para resolver los desafíos de conectividad, aprovechando la sociedad creativa y las inversiones inteligentes. La Asociación de Desarrollo de Accenture aprovecha las capacidades y experiencias mundiales de Accenture para impactar positivamente en la vida de las personas en el mundo en desarrollo.
“Las asociaciones con el sector privado son esenciales para escalar las intervenciones mundiales de conectividad”, dijo Roger Ford, director administrativo de ADP. “Las compañías y corporaciones poseen alcance mundial, modelos de negocios innovadores, experiencia en industrias de comunicaciones y telecomunicaciones, relaciones con recursos reguladores, financieros y humanos de los Gobiernos, los cuales serán instrumentos para conectar a la población mundial de refugiados”.
Centro América/Cuba/10 Septiembre 2016/Fuente y Autor: prensa-latina.cu
Con un total de mil seis puntos públicos distribuidos en toda la isla, sin incluir instituciones, centros educativos o científicos, en Cuba se amplían las posibilidades para la conexión inalámbrica a Internet, trasciende hoy.
Según el director de Comunicación de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa), Luis Manuel Díaz , hasta este 5 de septiembre ya existían 200 zonas wifi.
Sin embargo, estos no son los únicos puntos de entrada al ciberespacio.
Díaz, explicó al diario Juventud Rebelde que hay 193 salas de navegación y otras 613 ubicadas en hoteles, aeropuertos, sedes de los Joven Club de Computación y Electrónica, sitios del Ministerio de Salud o de correos.
El 80 por ciento de las entradas a la red se realiza a través de la banda de 2,4 GHz (gigahercios), y el resto desde la banda de 5 GHz.
Las provincias con mayores crecimientos en el año en cuanto a zonas wifi han sido La Habana, que ya cuenta con 29, Pinar del Río con 19 y Granma, con 16.
El directivo señaló que diario se registran un total de 250 mil conexiones en esas áreas.
Muchos usuarios acceden a ella través del servicio Nauta de dicha empresa, el cual tiene con un millón 300 mil cuentas hasta el momento.
Fuente de la noticia: http://3.bp.blogspot.com/-goLaS2abM9w/VoEzfofbzPI/AAAAAAAAAAM/dR8CvrmtRDs/s1600/Wi-Fi-Cuba.p
Fuente de la imagen: 3.bp.blogspot.com/-goLaS2abM9w/VoEzfofbzPI/AAAAAAAAAAM/dR8CvrmtRDs/s1600/Wi-Fi-Cuba.png
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
¡Ayúdanos a mantener abiertas las puertas de esta aula!