Desde Ciudad de México hasta Montevideo, desde Santiago de Chile hasta Caracas, cientos de miles de mujeres se movilizaron el domingo 8 de marzo en toda América Latina para reclamar por sus derechos en una nueva edición del Día Internacional de la Mujer.
En Buenos Aires, capital de Argentina, la movilización reclamó especialmente la despenalización de la interrupción del embarazo, un debate que vuelve a darse en el país sudamericano tras el anuncio de un proyecto de ley enviado por el Gobierno de Alberto Fernández.
Calles y plazas de las principales ciudades del continente se llenaron de una marea de mujeres identificada con el color violeta, que identifica la lucha contra la violencia de género. La diversidad de pancartas con consignas contra la violencia machista, el acoso callejero, el patriarcado y la indiferencia de los gobernantes fue otra de las constantes de la jornada.
Varios cánticos se reiteraron en las diferentes ciudades pero hubo uno que representó el espíritu regional de las movilizaciones: «Y tiemblan, y tiemblan, y tiemblan los machistas! ¡América Latina va a ser toda feminista!».
Fuente de la Información: https://mundo.sputniknews.com/foto/202003091090723639-america-latina-va-a-ser-toda-feminista-el-8m-en-el-continente-en-imagenes–fotos/
Un informe analiza testimonios de niñas y jóvenes de cinco ciudades en el mundo para reflexionar sobre los insultos y presiones que reciben en exteriores
Una chica de Madrid, 16 años: “Estaba volviendo a mi casa a las nueve de la noche, cuando un coche se detiene y dos hombres se bajan. Me empezaron a seguir y yo me puse a correr hasta que llegué a casa”. Este es uno de los 750 comentarios analizados en un informe de la ONG Plan Internacional, publicado este martes, en el que se analiza el acoso callejero en grupo en cinco ciudades: Madrid, Kampala, Sidney, Nueva Delhi y Lima.
Hace un año, esta organización puso en marcha el proyecto Free To Be, una web con mapas interactivos en los que las mujeres podían señalar los puntos de sus respectivas ciudades que les parecían inseguros y dejar comentarios sobre lo que les había sucedido en ellos. Un año después de un primer estudio de los mismos, Plan Internacional profundiza en los que se refieren a acoso en grupo —desde comentarios lascivos hasta agresiones físicas— para sacar conclusiones sobre la seguridad de las mujeres en las calles. La ONG ha llevado a cabo esta labor en colaboración con Lab XYX de la Universidad de Monash (Australia).
El proyecto Free To Be recogió más de 7.000 comentarios, pero para esta investigación se seleccionaron los 750 que se referían explícitamente a agresiones en grupo. Una de las conclusiones es que los intercambiadores de transporte, las estaciones de tren y las paradas de autobús son lugares en los que se producen más escenas de “manoseo” y acoso. Otra se refiere a la sensación que tienen las jóvenes de “indiferencia” o “insuficiente acción” de las autoridades y la sociedad en general. Para luchar contra esto, la sociedad también se moviliza. Para muestra, la reciente iniciativa de tres asociaciones feministas de Madrid que se han organizado contra el acoso verbal y sexual que sufren a diario en sus barrios.
Los autores del estudio añaden que, mientras en Madrid y Sidney los comentarios entran en detalles, los de Nueva Delhi suelen ser más vagos y generales. En India, la violencia sexual contra la mujer es un verdadero problema nacional. La salvaje agresión en grupo a una estudiante en 2012 levantó una ola de protestas en todo el país y un activismo que no ha parado. Un amplio informe en el que participaron 550 expertos dictaminó que India es el país más peligroso para ser mujer. “Las denuncias de los crímenes contra mujeres en el país asiático han crecido un 83% entre 2007 y 2016, cuando se dieron cuatro casos de violaciones por hora”, especificaba el estudio.
El informe refleja un gran número de casos de acoso grupal a niñas y jóvenes en el trayecto de ida y vuelta de la escuela, especialmente en Delhi (37% de los testimonios). En algunos países las agresiones en el camino al colegio son una lacra tan grande, que las niñas y adolescentes acaban por abandonar los estudios ante la posibilidad de ser agredidas físicamente. “Cuando el camino no es seguro, los padres optan por dejar a las niñas en casa, con lo que las tasas de escolarización femeninas se quedan atrás desde muy pronto y ellas acaban así relegadas a ser madres y esposas”, recogía el último informe de Unicef sobre violencia en las escuelas. “Siempre que voy a la escuela los chicos me molestan, me llaman cosas. Me hace sentir incómoda, no sé qué se debería hacer”, cuenta una niña de Kampala.
Las participantes de Free to Be eran en muchos casos jóvenes. “En las cinco ciudades, el 55% de las que relataron comentarios de acoso grupal tenían 20 años o menos”, especifica el informe. Algunos de los testimonios reflejan también situaciones de homofobia. “Querían pegarme por ser trans”, cuenta una mujer transexual de 27 años de Lima. “Estaba con mi novia bajando la calle y un grupo empezó a insultarnos, llamándonos putas lesbianas y gritando cosas […] Lo pasamos fatal”, relata una veinteañera de Madrid.
La mayor parte de las denuncias recogidas en este estudio se refieren a agresiones verbales, desde gemidos hasta “expresiones más violentas”. La lucha contra el piropo no consentido se ha hecho notar en algunas ciudades. El sindicato de la construcción de Montevideo (Uruguay) acordó a finales del año pasado acabar con esta práctica. “Los compañeros nos decían cosas como que la culpa la tiene ‘el inventor de la calza’ [pantalón ajustado] o la culpa la tienen ustedes por vestirse así”, contaba la responsable sindical Laura Alberti en octubre. Andalucía también lanzó una campaña que, bajo el lema No seas animal, iba dirigida a condenar actos que “van desde el piropo que cosifica hasta la realización de fotos o los roces en transportes públicos”.
El informe de Plan recoge también testimonios de agresiones en el transporte. “Subí a un autobús del servicio público de transporte y un par de tipos dijeron algo sobre mi culo, les planté cara pero nadie en el autobús me apoyó”, escribe una joven de Lima. Cuatro capitales de América Latina crearon hace tres años una red de ciudades comprometidas con la igualdad de género en el transporte. Seis de cada diez mujeres han sufrido algún tipo de acoso mientras se desplazaba en la región, tal y como recogía una encuesta de Thomson Reuters. Las medidas que adoptaron estas urbes iban desde las aplicaciones móviles antiacoso hasta las zonas habilitadas especialmente para ellas en el metro y autobuses.
El acoso grupal que se muestra en el informe de Plan Internacional sucede en mayor medida por la tarde y «hasta altas horas de la noche” (un promedio del 44%). Este porcentaje se eleva al 58% en Madrid y al 60% en Sidney. “Preguntarnos cómo y dónde ocurre el acoso en grupo es el primer paso para crear ciudades más seguras para las niñas y mujeres. Hay evidencias de que hay hombres solo acosan cuando están con otros hombres, para reafirmar una identidad grupal y su masculinidad como ‘sexo dominante’”, asegura Nicole Kalms, directora del Lab XYX de la Universidad de Monash.
¿Qué hacer a partir de los testimonios? Emilia Sánchez-Pantoja, directora de incidencia política de Plan Internacional España, afirma que los hombres tienen que ser parte de la solución: “Ya que algunos de ellos son quienes ejercen el acoso, los chicos y los hombres pueden ser catalizadores del cambio en el comportamiento en las calles. Las niñas y mujeres no deberían ser quienes cambien sus comportamientos y sus hábitos para protegerse y sentirse seguras”. Y concluye: “Los hombres y los niños deben reconocer que estas actitudes sexistas son intolerables y aprender a respetar a las niñas y mujeres como iguales. Si no eres parte de la solución, eres parte del problema”.
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“Hola guapas, ¿a dónde vais?”. “Cariño, ¿ya te vas? ¡Quédate aquí conmigo!”. “Hmm, preciosa, qué buena estás”. Everon El F probablemente el año pasado, mientras le decía estas cosas a dos grupos distintos de mujeres en la vía pública, no sabía que se convertiría en el primer sancionado por ese acto que unos consideran piropo y otros acoso callejero.
Qué te lleva a ser sancionado por un «piropo»: un holandés siguió a dos grupos de mujeres, se sentó a su lado y les dijo los comentarios anteriores. Aunque ellas se movían metros más allá, él volvía a acercarse y hacía ruidos de besos. Según el acusado, era su forma de ligar, ya que está soltero, se siente solo, y, según su opinión, las chicas eran de muy buen ver. “No sabía que esto era punible, sólo intentaba lanzarles un cumplido”.
Consecuencias mínimas: se ha sancionado al sujeto a 200 euros de multa que, debido a sus problemas personales (tiene una ligera deficiencia mental) y económicos no tendrá que pagar siempre y cuando no reincida en dos años. Más que de otra cosa se trataba de una advertencia.
La normativa holandesa contra el acoso verbal: se trata de la primera sentencia de una norma que se implantó en algunas ciudades del país para luchar contra estos actos de ofensa u intimidación contra las mujeres. Según el actual alcalde de Rotterdam, “el hecho de que las mujeres de nuestra ciudad vean su libertad restringida y tengan que adaptar su ropa o sus trayectorias para evitar ciertas partes de la ciudad son inaceptables”. Las multas podrían ascender a 4.100 euros o incluso a tres meses de cárcel. Hasta ahora las reclamaciones puestas por mujeres habían sido desechadas, pero en este caso fue la fiscalía quien ya llevado el caso. Quieren advertir que la norma va en serio.
Libertad de expresión vs libertad sexual: el Código Penal holandés, como tantos otros, no tiene tipificada la intimidación sexual verbal, que por lo general queda protegida por la libertad de expresión de los individuos. De ahí que la interpretación del juez de imponer esta multa haya tenido en cuenta las acciones de seguimiento e intimidación del sujeto del piropeador. Mientras los jueces no vayan sentando otros precedentes, los hombres holandeses podrán “piropear” todo lo que quieran siempre que no se acerquen a las mujeres.
Liberales y democristianos de la oposición están conformes con la norma. Dentro del país se está estudiando ampliarla para sancionar a los que intimiden a gais, lesbianas y transexuales por el hecho de serlo. Francia también está estudiando incorporar esta norma a su sistema legal.
Le pasa al 84% de las mujeres: la norma no se impuso sin estudios previos. Según un estudio de la Universidad Erasmus de Róterdam a 1.200 mujeres de entre 18 y 45 años, el 84% dijeron haber sido objeto de intentos de acercamientos no deseados de tinte sexual. Los investigadores advierten, es una zona gris, donde alguien puede no estar acosando, pero el informe señalaba que el abanico de reacciones van del cumplido fuera de lugar o el comentario sobre el aspecto a las peticiones de sexo pasando por insultos (como “zorra” o “puta”), tocamientos e incluso asaltos.
Revista Mujeres.- La campaña Evoluciona, por la no violencia hacia las mujeres, la cual abarcará a todas las provincias cubanas se extenderá hasta el 2022.
La iniciativa, impulsada por el Centro Oscar Arnulfo Romero, se inserta en un contexto marcado por el machismo y los imperativos de una sociedad patriarcal, y está dirigida a la población juvenil, para cambiar imaginarios colectivos en torno a la violencia.
Gabriel Coderch, director del Centro, explicó a la prensa que desde el 2006 la institución organiza las campañas contra la violencia, y se han sumado esfuerzos de las federadas, el Centro Nacional de Educación Sexual y el Centro de Estudios sobre la Juventud.
Señaló que se cuenta con fondos recibidos de distintas organizaciones y que la sede central de la campaña será Granma, con diversas actividades, como talleres de capacitación, conciertos, paneles y una bicicletada.
La historia de #CambiáElTrato y sus tres videos feministas protagonizados por hombres.
El video empezó a circular el miércoles por la noche. Sonaba el whatsapp y desde distintos grupos llegaba lo mismo: el pibe que frena su moto y le grita cosas a una piba que no se ve: «Ah, bueno, estás para el secuestro…. ¿sabés todas las cosas que te haría?… «. Y el amigo que lo frena: «Eh, boludo, pará un poco… ¿no te das cuenta que la asustás a la chica?». La presentación oficial de la campaña #CambiáElTrato fue el jueves por la mañana, cuando miles de personas ya sabían de qué se trataba. Los videos presentados fueron tres, y no paran de circular en las redes y compartirse en grupos familiares, de amigos, de trabajo. El sueño de cualquier publicista, que todo el mundo hable del producto, en este caso, uno muy especial, la violencia contra la mujer.
Con la premisa de que “la violencia que no mata, mata igual”, la campaña #CambiáElTrato de la Fundación Avon muestra tres videos: “Acoso Callejero”, “Violencia Intrafamiliar” y “Violencia Sexual Digital”, que recrean diálogos sobre escenas de la vida cotidiana en las que las mujeres son maltratadas. Carlos Portaluppi, Andrés Gil, Felipe Colombo, Matías Mayer, Martín Slipak y Agustín Corsi son los seis actores que protagonizan estos diálogos donde en los tres casos un varón cuestiona a otro varón sobre el trato a las mujeres: un hijo le reprocha al padre la violencia que ejerce sobre su madre, un amigo le pide a otro que no le grite cosas a una chica por la calle y otro amigo le dice a otro que no comparta fotos de una chica desnuda.
Un amigo le pide a otro que no le grite cosas a una chica por la calle. Es el vídeo de la campaña que más se viralizó.
La viralización de los videos no para. Tampoco los debates sobre la campaña. Muchos varones y muchas mujeres comparten y aplauden. Otros, otras, critican: que no aparecen mujeres en los spots, que esto que dicen ahora los varones hace años que lo vienen gritando las mujeres, que la campaña la hace una empresa que vende productos de belleza, que las frases dejan a las mujeres como temerosas o seres inferiores a los que hay que proteger.
En Argentina hay un femicidio cada 30 horas. Es la violencia más radical. Antes, y a cada segundo, hay muchas otras violencias que no llegan a ser físicas pero que lastiman hondo: el menosprecio, la indiferencia, el acoso, la burla, la crítica constante, gestos que de tan cotidianos se toleran y naturalizan.
«Queríamos hacer una campaña sobre violencia de género pero sin señalar con el dedo, sin ser tan formales, porque mucha gente de esa manera no sigue escuchando, te cierra la puerta enseguida», explica a Clarín Florencia Yanuzzio, directora de la Fundación Avon.
Un joven le dice a su amigo que no comparta fotos de una chica desnuda.
«Siempre que se habla de estos temas los auditorios están llenos de mujeres, las que escuchan son sólo mujeres, y tenemos que convocar a los varones, reclutarlos, porque las mujeres solas no vamos a lograr terminar con la violencia. Hay que terminar con eso de decirle a las mujeres que se cuiden, que ojo con la ropa que se ponen, que el horario… A los que hay que hablarles es a los varones, y la idea es que escuchen, porque son la raíz del problema -sigue Yanuzzio-. Y sí, en la campaña sólo aparecen hombres hablándoles a hombres, pero lo cierto es que la campaña fue hecha completamente por mujeres».
Silvina Chague, de ella se trata. Tuvo la idea, la creatividad, escribió los guiones y tuvo a cargo la realización. Ya hace temas de género desde hace rato y había trabajado con Avon en una campaña un par de años atrás sobre Justicia y género. «La verdad no pensábamos que íbamos a tener tanta repercusión. Es una lucha que hace tantos años llevamos adelante las mujeres sin que los varones nos escuchen. Tenemos que lograr que escuchen. Con esta campaña están escuchando«, dice Chague a Clarín.
La creativa explica que la idea fue hablar de todas las violencias que están invisibilizadas: «¿Cuántas mujeres se bancan toda la vida a un marido que no llega a pegarle pero que la critica, la menosprecia, y tantas otras cosas? Y no se trata de un psicópata, todos los hombres son un poco así. O gritarles cosas a las chicas por la calle, el acoso, la burla. Todos los hombres hicieron algo de todo esto o vieron alguna de estas situaciones. Nos propusimos abordar estos temas para corregir estas cosas, para que se pueda reflexionar».
El desafío era cómo. «Si hablamos de ‘machista’, ‘patriarcal’, el varón no escucha, se enoja, se da vuelta. Hay que llegar con otras palabras, con un lenguaje simple, porque lo que queremos es que se queden y escuchen. Por eso en los videos se ven planteos de amigos, de un hijo, que cuestionan pero sin agredir, no se van a pelear ni dejar de ver después de tener esa charla. O tal vez sí, si con el tiempo esas acciones no se corrigen». Chague es de las que opinan que los varones tienen que estar presentes en los reclamos y conquistas de mujeres: «El varón tiene que acompañar, pero sin acaparar el espacio y sin silenciar».
Felipe Colombo es uno de ellos, en su vida cotidiana, y en el spot que protagoniza, en el que cuestiona a un amigo porque compartió por todos lados la foto de una chica desnuda: «Me parece que es cualquiera lo que hacés, la mina está una noche con un chabón y el imbécil la expone sin su consentimiento en bolas a todo el mundo… solito tenés que darte que cuenta que la tenés que respetar, no es muy complicado… «.
«Me pareció una gran idea de las mujeres que pensaron la campaña. Buscaron conectar desde la identificación, no como bajada de línea sino mostrando situaciones que lamentablemente pasan todos los días -dice Colombo a Clarín-. Vivimos en sociedades machistas. Estas cosas tienen que dejar de pasar. Hay que animarse a decirle a un amigo lo que pensás, y no dejarle pasar algo que está mal. Es un momento incómodo, pero más incómodo es dejarlo pasar. Me ha pasado y he tratado de hablarlo. Aún hoy siguen pasando situaciones que parecen obvias, pero no está tan claro para muchos. El varón tiene que hacer una modificación profunda de su pensamiento, ahora, es el momento».
Fuente del artículo: https://www.clarin.com/sociedad/campana-violencia-genero-habla-mundo_0_WpRvejRNI.html
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