Ciudad de México.- La juez de distrito de la Corte de Nueva York, Loretta Preska, ordenó desclasificar los documentos relacionados con el proceso del financiero y depredador sexual estadounidense Jeffrey Epstein, acusado por tráfico sexual en 2015.
En su dictamen señaló que no había justificación legal para seguir ocultando los nombres de las más de 170 personas que figuraban en los expedientes Jeffrey Epstein, quien a los 66 años se suicidó en una prisión de NuevaYork estando en espera de su juicio por cargo de abuso tráfico sexual en agosto del 2019.
La apertura del caso se hará por etapas, ocurrida la primera el día de ayer 3 de enero, donde se desclasificaron listas con nombres de víctimas de las agresiones sexuales, personas que interactuaron con el pedófilo, listas de testigos potenciales y amigos y colaboradores del financiero. Con esta liberación se confirmaron los nombres de personajes tan relevantes como los ex presidentes de Estados Unidos, Bill Clinton y Donald Trump, el ex vicepresidente Al Gore. Todos los nombres se relacionan con el caso, pero, a la fecha, nada indica que hayan sido parte del tráfico de menores o abusos sexuales.
Lejos del escándalo de multimillonarios y hombres en el poder, el caso Epstein revela una sólida estructura patriarcal y de abusos contra las mujeres que obstruye la obtención dejusticia para más de 1000 millones de niñas y niños que son abusados sexual, física o emocionalmente en todo el mundo.
El Informe Mundial sobre Trata de Personas, elaborado cada dos años por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), indica que las niñas son sometidas a violencia física o extrema en una proporción dos veces mayor quelos adultos y las mujeres tres veces mayor que los hombres. En 2020 la mayoría de las víctimas fueron mujeres, con un 42 por ciento y niñas con un 18 por ciento, de las cuales el 38.7 por ciento fue por casos de explotación sexual. Además las mujeres investigadas por trata de personas tienen más probabilidades de ser condenadas que los hombres.
Otros delitos relacionados con este caso y que van en aumento son la industria del porno y el deepfake pornográfico, ambas, la prostitución, las drogas y la pornografía figuran entre las cinco primeras industrias que más dinero mueven en el mundo; mientras que en el caso del deepfake, el informe State of deepfakes 2023, elaborado por la empresa de seguridad Home Security Heroes, reveló que ha aumentado un 464 por ciento en el último año, siendo las mujeres las principales víctimas.
Bastó una mujer para destapar el caso
Los informes desclasificados están relacionados con la demanda de Virginia Giuffre, una de las docenas de víctimas del magnate, que lo demandó por abuso sexual en 2015. Su caso fue resuelto en 2017 y desde entonces el tribunal mantuvo sellados o bloqueados algunos documentos judiciales debido a preocupaciones sobre los derechos de privacidad de las víctimas de Epstein.
Desde 2005, varias niñas menores de edad describieron abusos sexuales por parte del magnate, pero los fiscales de Miami, donde residía Epstein, permitieron que se declarara culpable en 2008 de un cargo que involucraba a una sola víctima. Cumplió una sanción de un año en un programa de liberación a cambio de trabajo comunitario.
Otro hombre relacionado al caso que se suicidó antes de recibir condena fue el francés Jean-Luc Brunel. El agente de modelos, cercano a Epstein, se suicidó en una cárcel de París en 2022.
A la fecha, nadie, además de Epstein y Ghislaine Maxwell, su socia, confidente y mano derecha, ha sido llevado ante la justicia. Maxwell fue condenada en el 2021 con una condena de más de 20 años de prisión por delitos sexuales y tráfico de menores.
El interés por los papeles fue tan alto que a los pocos minutos de publicarse los documentos el portal de la Corte (CourtListener) colapsó.
El Informe Raxen critica que el año pasado «no se avanzó» en la leyes ni planes de acción contra el racismo y la intolerancia por un Gobierno «escasamente proactivo»
El Informe Raxen elaborado por Movimiento contra la Intolerancia ha detectado en 2020 en Castilla y León 59 incidentes de delitos de odio racial, xenofobia, racismo, antisemitismo, islamofobia, antigitanismo, homofobia y otras formas de intolerancia, discriminación y violencia. Entre otros, en esta ocasión destacan casos de estigmatización por haber padecido el coronavirus o ejemplos de ‘madrileñofobia’ cuando esta Comunidad contaba con altos índices de COVID-19. Este informe, que se publica anualmente desde 1995, se ha consolidado y ofrece datos para «investigar, analizar incluso proponer políticas de prevención criminal y de apoyo a las víctimas».
A su juicio, durante el año pasado «no se avanzó» en objetivos como la Ley de Igualdad de Trato ni la Ley contra los Delitos de Odio, ni en un Plan de Acción contra el Racismo y la Intolerancia, todo ello a causa de un Parlamento y un Gobierno «escasamente proactivos al respecto». Estas reivindicaciones «no encontraron eco, pese a las advertencias de los organismos europeos que detectan como factores inquietantes en toda Europa: la xenofobia, el antisemitismo y la polarización ideológica».
El Informe Raxen admite que en España la situación relativa es «mejor» que en otros países europeos, pero sin embargo la monitorización realizada la sitúa en el entorno de los 700 incidentes o hechos relacionados con este tipo de delitos en 2020. Persisten signos «inquietantes», señala el documento, al que tuvo acceso Ical. La Comunidad con mayor cifra es Cataluña, con 129 incidentes, seguida de Andalucía (88), Madrid (85) y Valencia (70). Posteriormente, Castilla y León, con 59, País Vasco, con 46, Navarra, con 37, Baleares, con 30, Aragón, con 27, y Murcia, con 21. El resto suman en torno al centenar, si bien se observan casos en todas las autonomías. Movimiento contra la Intolerancia lamenta que «solo se denuncia entre un 10 y un 15 por ciento de los hechos», con lo que se estiman entre 4.000 y 6.500 en España al año.
Como conclusión, el Informe Raxen advierte de que a esta situación «no se está prestando la debida atención social e institucional», con lo que «aumenta la presencia del discurso de odio en internet y redes sociales; el mensaje xenófobo y de las organizaciones extremistas europeas se difunde en España; y se constata el crecimiento de odio ideológico y de hispanofobia».
América Central/El Salvador/06-12-2020/Autor(a) y Fuente: www.elsalvador.com
Un 71.3% dijo sentirse inseguro en las paradas del transporte colectivo, según datos de Encuesta sobre Violencia Contra las Mujeres en el Transporte Público.
La parada de autobuses Damián Villacorta, en Santa Tecla, es parte del plan piloto de un proyecto libre de violencia y acoso callejero para las mujeres.
Esta es la primera parada de buses segura e inclusiva diseñada para mujeres usuarias del transporte público del municipio tecleño, la cual es una iniciativa ejecutada en el marco del proyecto “Mujeres Libres de Violencia en el Transporte Público”.
El proyecto nació a raíz de una encuesta realizada en municipios de Santa Tecla y San Salvador, el cual tuvo como resultado que el 54% de las mujeres ha sido víctima de violencia en el transporte público.
Y un 72.4% de víctimas de estos actos eran mujeres adolescentes y jóvenes. En general, el 69.9% de usuarios y usuarias dijo sentirse inseguro en el transporte público, siendo los lugares con mayor percepción de inseguridad los buses y microbuses en un 71.6% y las paradas del transporte público en un 71.3%, según datos de la “Encuesta sobre Violencia Contra las Mujeres en el Transporte Público”.
El diseño de la parada del transporte colectivo fue consultada y diseñada por mujeres usuarias del transporte público. Ellas destacaron que la estructura debe contar con luz eléctrica, un mapa de las rutas que brindan servicio en la zona y un piso táctil como herramienta para personas con discapacidad visual.
“Nueve de cada 10 salvadoreños utilizan el transporte colectivo todos los días y la mayoría no se siente seguro en los buses y los microbuses. Y el 70 % han expresado que no se siente seguro en las paradas de buses”, destacó Georgiana Braga- Orillard, representante residente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Agregó que la movilidad es el punto neurálgico de las ciudades, por lo tanto, la seguridad en el transporte colectivo es un derecho tanto para niñas, adolescentes y las mujeres, quienes deben sentirse libres para poder caminar en las calles y movilizarse de forma segura en buses y autobuses.
“En el caso las mujeres experimentan distintos tipos de acoso de violencia y el 70 % de las mujeres de San Salvador y el 52 % de las mujeres de Santa tecla expresaron en 2018, que se sentían inseguras en el transporte público. Por eso la importancia de un proyecto como este”, mencionó Georgiana Braga sobre el plan piloto de paradas de buses seguras.
Usuarios del transporte público se desplazan en la zona de la terminal del Sur, en San Marcos. Foto EDH/ Jessica Orellana
Apoyo de varios sectores
Este proyecto es implementado por el Programa de Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), ONU Mujeres en asocio con la Alcaldía de Santa Tecla, el Viceministerio de Transporte (VMT), la Iniciativa por un Transporte Público Seguro (ITPS), la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), la Asociación de Mujeres Tecleñas y la Asociación de Mujeres por la Dignidad y la Vida, Las Dignas. Esta alianza e iniciativa se ha consolidado como el primer esfuerzo que reúne a diferentes sectores, con el propósito de contribuir a erradicar la violencia contra las mujeres.
Entre los aportes de la Iniciativa “Mujeres Libres de Violencia en el Transporte Público” está la elaboración de una guía sobre los estándares mínimos para el establecimiento de una parada de buses segura, inclusiva y con enfoque de género. La meta es que la guía sea adoptada como política pública que beneficie a las mujeres salvadoreñas.
“Mujeres Libres de Violencia en el Transporte Público” surgió en 2019 como respuesta para prevenir los diferentes tipos de violencia en contra de las mujeres y niñas en el transporte público y fomentar una cultura de paz. Los municipios de Santa Tecla y San Salvador fueron seleccionados para participar en el plan piloto de remodelación de paradas de buses seguras. A corto plazo, también se remodelarán otros espacios.
Mientras que Claudia Umaña, vicepresidenta de Fusades, detalló que el proyecto busca concienciar a la población sobre el respeto a la dignidad de la mujer, “un lugar (parada de buses) donde se conocen las reglas, un lugar donde todos somos vigilantes de que se respete a la mujer, que no haya violencia, porque muchos de los problemas que tenemos en el país se da por la falta de respeto de los seres humanos y particularmente hacia las mujeres y se degrada las relaciones interpersonales. Todo eso lo tenemos que cambiar, porque son patrones culturales. Este país necesita más paz, más tolerancia, más respeto a otros seres humanos y su dignidad. Y las mujeres somos el 53% de la población y nos merecemos un transporte público seguro, esto es el inicio de una gran idea”, indicó Umaña.
La iniciativa de paradas seguras fue inaugurada en el marco de los 16 días de activismo para detener la violencia contra las mujeres que se conmemora desde el 25 de noviembre al 10 de diciembre, mencionó la representante de la Naciones Unidas.
Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/eldiariodehoy/transporte-violencia-callejera-domestica/783169/2020/
Bangladesh/03 de Marzo de 2018/Autor: Redacción/El Norte de Castilla
Un nuevo informe revela los miedos y la angustia de los niños que han huído a Bangladesh.
Se cumplen seis meses del inicio de la escalada de ataques violentos contra la población rohingya en el estado Rakhine de Myanmar. Desde entonces el número de refugiados que ha llegado a los campos de Cox’s Bazar, en Bangladesh, casi alcanza el millón de personas, de los cuales casi la mitad son niños y niñas. Elefantes y serpientes salvajes, hombres violentos merodeando en el bosque y traficantes de personas al acecho durante la noche son algunos de los peores miedos que sufren los niños rohingya, según un nuevo informe presentado por Save the Children, World Vision y Plan International.
‘Infancia interrumpida’, uno de los estudios más exhaustivos realizados hasta la fecha en los campamentos de refugiados de Cox’s Bazar, detalla los desafíos y temores cotidianos a los que se enfrentan los niños y niñas refugiados. Muchos de estos menores cuentan que han visto con sus propios ojos el asesinato de miembros de su familia o cómo quemaban sus casas en Myanmar.
Las niñas explican que tienen miedo de usar los baños del campamento por miedo al acoso y muchas veces esperan durante horas hasta que los hombres se van. Los niños también han expresado su preocupación por la seguridad de sus tiendas de campaña, que están hechas de bambú y plástico. «A veces los ladrones entran y nos roban nuestras cosas, no tenemos forma de cerrar nuestra casa», explica uno de los niños. Varios pequeños explicaron que tienen miedo de ir a buscar leña por si los «hombres del bosque» les pegan o abusan de ellos, y por si se encuentran animales salvajes como elefantes y serpientes. «Todo el mundo tiene pánico a ir a recoger leña. Una vez una niña fue violada cuando buscaba leña por la noche», explica una niña. Además, en los últimos meses, varios adultos y menores han muerto por los ataques de elefantes salvajes en los campamentos.
El riesgo de trata es otra de las grandes preocupaciones señaladas por los niños. Algunos explican que pasan más tiempo en casa para mantenerse a salvo y si tienen que salir lo hacen siempre en grupo. «Los secuestradores están merodeando por los alrededores y podrían llevarse a nuestros hijos», alerta una madre. Desde el pasado mes de agosto se han confirmado al menos 28 casos de trata de niños en los campamentos, sin embargo, los trabajadores humanitarios temen que el número real de casos sea mucho mayor.
Los niños también han señalado experiencias positivas en los campamentos. Varios de ellos explican que el llamado a la oración cinco veces al día les ayuda a sentirse conectados con la comunidad y que se sienten reconfortados por la presencia de las organizaciones humanitarias y el ejército de Bangladesh.
«No podemos esperar que los niños rohingya superen las experiencias traumáticas que han sufrido cuando siguen expuestos a la inseguridad y corren el riesgo de sufrir más actos violentos en los campamentos. El mensaje de estos pequeños es que tienen miedo: miedo de los animales salvajes, miedo de ir al baño, miedo de ser atacados mientras recogen leña, miedo de ser asaltados de noche, miedo de lo que les depara el futuro. Esta no es forma de vivir para un niño, especialmente después de haber tenido que huir de la violencia y el horror en Myanmar. Estos niños necesitan apoyo continuo para sentirse más seguros», afirma Mark Pierce, director de Save the Children en Bangladesh.
Save the Children propone diferentes medidas para abordar la crisis humanitaria de los rohingya y cómo afecta a la infancia, que incluyen: Revisar las patrullas de seguridad comunitarias existentes en los campamentos; Sensibilizar sobre los riesgos de la trata de personas para prevenir incidencias y garantizar que se distribuye información veraz y contrastada para evitar los rumores y no producir miedos innecesarios entre los niños y sus familias; Fomentar una distribución del campamento más amigable para los niños y la instalación de señales para abordar el miedo que tienen los niños de perderse, ya que todas las tiendas son muy parecidas; Asegurar la participación de las adolescentes en actividades y medidas para mejorar su sensación de seguridad.
Save the Children está presente en Bangladesh desde 1970 y responde a la crisis de los rohingya en Cox’s Bazar desde 2012. La organización ha estado presente en la asistencia tras grandes catástrofes naturales, como el ciclón Mora que golpeó al país en mayo de 2017.
Desde agosto de 2017, cuando la crisis de los rohingya se recrudeció, Save the Children ha aumentado significativamente su respuesta proporcionando alimentos, artículos de higiene y kits de refugio. También proporciona servicios de atención primaria de salud dirigidos sobre todo a madres embarazadas y a bebés. La organización también organiza actividades educativas y servicios de protección a la infancia. En total, ha ayudado a casi 400.000 rohingya.
Para realizar el informe se han realizado entrevistas a 200 rohingyas, niños y niñas de la comunidad de acogida y 40 madres.
Campaña Save the Children #TienenNombre
Save the Children presenta esta semana la campaña #TienenNombre para poner voz al cerca de un millón de refugiados rohingya que han huido con sus familias y que se encuentran en situación de total vulnerabilidad. Un equipo de Save the Children ha viajado al campo de refugiados de Cox´s Bazar, Bangladesh, con los actores Clara Lago y Dani Rovira donde han conocido de primera mano los testimonios de los niños y sus familias. A partir del 1 de marzo la organización dedicará dos semanas a dar voz a los pequeños y hacer que sus historias lleguen hasta cada uno de los hogares.
Diálogo para poner fin a los estereotipos y acciones que funcionen como ejemplo son los caminos que eligen padres y docentes.
«Vos partí de la base de que todo es un no». Así de rotunda fue la frase que Alejandra, mamá de Ramiro, de 16 años, le dijo en medio de una charla surgida a raíz del caso de la alumna del Nacional de Buenos Aires que denunció haber sufrido un abuso por parte de un chico de 5° año durante una de las últimas tomas del colegio. «No es no, así de simple. No quiere decir ni sí, ni tal vez, ni quizás. Un no de una chica es siempre no. Y si vos no parás, entonces podés tener un problema serio», le dijo, sin dejar lugar para las dudas.
Desde pequeñas, a las chicas les abrimos los ojos acerca de los cuidados que tienen que tener porque lamentablemente se sabe que pueden sufrir este tipo de situaciones. «No hagas nada que no quieras hacer»; «no te dejes presionar por tu novio o tus amigas». Hasta les pedimos que sean ellas las que sean responsables y se cuiden de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual. Pero no suele pasar lo mismo con los varones. «Como padres les enseñamos a las niñas a prevenir el abuso, pero no les enseñamos a los varones a no cometerlo. Si yo tuviera un hijo varón, sin duda haría que se cuestionara ciertas actitudes -sostiene la autora de Diván King Size para padres-. Por ejemplo, si una chica que está alcoholizada te dice que sí, ¿vale? Si una chica te dice primero que sí, pero después te dice que no, entonces ese primer sí ¿cuenta? Por supuesto que no, hay que parar. Me parece importante invitar a los chicos a ponerse del otro lado, a ser empáticos con el otro. Algo que sirve mucho es plantearle la situación con la hermana como posible víctima: «¿Te gustaría que eso se lo hicieran a ella?»», propone Russomando.
Para Russomando, es ideal que estas charlas en las familias empiecen a darse de forma más temprana, ni bien los chicos entran en la pubertad, cuando empiezan a despertar el interés sexual. «Sirve tomarnos de cosas que pasan en la realidad, como lo del Buenos Aires, o las series que ven los adolescentes -dice la especialista-. En 13 Reasons Why, por ejemplo, a la chica la violan en una fiesta después de que arranca una situación íntima y ella no quiere seguir. Pero el chico sigue. Es un buen ejemplo para señalar que una puede decir que sí y después que no cuando se le antoja y que el otro debe respetarlo. Hace poco, en la novela Las estrellas, volví a escuchar esa frase tan remanida «cuando una minita dice que no, está diciendo que sí». Es preocupante, porque estamos habilitando a todos los hombres a dar el paso pese a un no dicho. Por eso como padres, si estamos viendo eso con nuestros hijos, tenemos que reaccionar y decir que lo que están diciendo está mal».
Marcela Bordenave, mamá de Augusto y Oriana, sostiene que la línea de respeto que bajan en la casa no es con las chicas en particular, sino a nivel general. «La que más habla es Oriana, ella está todo el tiempo señalando cosas que están mal. Pero que a raíz de todo lo que está pasando con temas de violencia de género lo estamos abordando bastante más. Una de las charlas que tuvimos fue a raíz de lo del Buenos Aires. Discutimos si era o no era abuso y llegamos a la conclusión de que mientras uno no quiera, lo es. El abuso en sí no tiene que ser algo violento, para mí es no tener registro de lo que quiere el otro, aprovecharse de tu lugar de poder para jorobar a los demás».
Marcela reconoce que habla de temas de género más con Oriana que con Augusto. «Charlamos mucho de todas las cosas que te pasan por ser mujer. La mujer no está en un lugar de poder, por eso suceden este tipo de cosas -plantea-. Augusto sin duda tiene mayor empatía con lo que puede sentir una chica por tener una hermana, que además es mayor. Pero ni siquiera es necesario tener una hermana, si vas a un colegio mixto una compañera tuya puede ocupar ese lugar. Los que fueron a colegios de varones o mujeres no saben cómo tratar o relacionarse con los del otro sexo», reflexiona.
Machismo y más
Según los especialistas, no sólo el machismo que pervive en varios sectores e instituciones de la sociedad explica que las mujeres sigan sufriendo abusos de todo tipo. También habría que sumar a las causas padres ausentes o con poca autoridad y el acceso de los adolescentes a situaciones que antes eran propias del mundo adulto y que aceleran los tiempos de maduración. «Hay chicos que se sienten muy solos y buscan el cariño fuera de casa y acceden a contactos que los exceden en su edad biológica y psíquica. Hablar sólo no alcanza, hay que acompañarlos, estar pendientes de lo que los chicos miran. Hoy ven pornografía a muy temprana edad, son películas con escenas muchas de ellas violentas donde el hombre es el que avanza y la mujer la que está siempre dispuesta. Los chicos están sobreexcitados. Hay una erotización que los padres no registran y los hijos viven situaciones que no corresponden a la edad», plantea Eva Rotenberg, miembro didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y directora de Escuela para padres.
Russomando coincide y agrega que muchas veces los adolescentes se encuentran en situaciones en las que después no saben bien qué hacer. «No tienen las herramientas para manejarse en algunos escenarios. Lo ideal sería que ningún chico se encuentre en una situación que no pueda discernir si está bien o mal. Aveces, en su afán por parecer más grandes, las chicas de 12, 13 años se lookeany parecen más grandes de lo que en realidad son, entonces viven situaciones que no corresponden con su edad y no saben cómo manejarlas», resume la especialista en crianza y familia.
«Cuando avanzan en situaciones que no son para su edad se están exponiendo mucho y después lo sienten, tanto chicos como chicas. Para el varón es un riesgo muy grande el que corre si no puede detenerse. Hay algunos que no creen cuando la chica dice basta y puede quedar marcado en su círculo cercano como el que abusó -advierte Rotenberg-. Es importante que los hijos sepan los riesgos, enseñarles a que desarrollen recursos internos para decir que no. Como padre uno puede ver si ante determinados «no» que le ponemos a nuestro hijo actúa de forma reflexiva o impulsiva. Si ellos se sienten respetados, si comprenden los límites en casa, es más probable que sepan respetar al otro». En este sentido también es fundamental no forzar el contacto físico: si el chico no quiere ser besado o abrazado, no hay que insistir. Nadie debería recibir un beso que no desea, por más que sea el padre el que lo dé.
Desde chiquitos
Criar hijos con conciencia de género es uno de los desafíos que se plantean los padres que buscan desterrar mitos arraigados en la sociedad. Se calcula que hacia los 3 años los niños ya son conscientes del propio género y hacia los 5 o 6 ya empiezan a separarse según él. Por eso es importante en esta etapa no reforzar estereotipos. Si bien es cierto que todavía siguen mandando el rosa para las nenas y el celeste para los varones o las cocinitas para ellas y los autitos de carrera para ellos o las princesas y los superhéroes, algo está cambiando. Cada vez hay más padres que buscan una crianza lejos de lo que la cultura le atribuye a lo femenino y lo masculino. Hay padres que piden, incluso, que los regalos a sus hijos sean juguetes «neutros», que no puedan asociarse con uno u otro género.
Sin embargo todavía falta mucho, y varios expertos señalan que se ha evolucionado bastante más en términos de educación hacia las mujeres pero no tanto en lo que se refiere a los varones. «Hoy es más probable que le digamos a nuestras hijas que pueden ser lo que quieran pero no hacemos lo mismo con nuestros hijos. Ellas tiene más opciones para elegir, pero el mundo de los varones sigue siendo muy limitado. Se los desalienta cuando tienen intereses considerados femeninos. Se les dice que tienen que ser rudos a toda costa. Si queremos una sociedad equitativa, también debemos darles más opciones a los nenes», dijo Tony Porter, un activista norteamericano que combate las ideas arraigadas en el imaginario popular de lo que es «ser hombre» en un artículo reciente publicado por The New York Times.
Entre otras cosas, Porter, que creció en Nueva York entre Harlem y el Bronx, creó la fundación A call to men a través de la que intenta combatir lo que él llama «el kit de la masculinidad». «A los chicos se les permite el enojo o la ira cuando son pequeños, pero no tienen permitido llorar. No se espera de ellos que muestren otros sentimientos como la vulnerabilidad -dice-. Sin duda, hay que redefinir y reconstruir nuestra masculinidad», clama cada vez que toma la palabra, ya sea en las charlas TED o las que organiza a través de su fundación.
En la Argentina, el debate está más abierto que nunca, sobre todo a partir de las leyes de género y el colectivo Ni una menos. «Una de las peores consecuencias de criar a un niño o niña bajo estereotipos socialmente adjudicados a varones o mujeres es la reducción de las posibilidades de desarrollo y libertad -dice Paula Chinelato, docente universitaria y directora de comunicación de Latinlab, plataforma desde donde se abordan este tipo de temas-. No es el sexo de los chicos y chicas el que determina sus gustos, actividades o preferencias, sino los caminos que van trazando, influidos por aquello que los adultos habilitan o censuran desde pequeños. Esta mirada, aunque pueda parecer inofensiva, genera fuertes desigualdades.»
Conscientes de la importancia de empezar a trabajar estos temas desde chicos, varios padres están atentos a no caer en los típicos estereotipos de género. Valeria Feder, mamá de Theo, de casi 12 años, intenta generar en él conciencia no tanto desde las charlas -aunque las tienen cada vez que la realidad impacta en la casa como el caso de Micaela García-, sino desde los hechos. «En casa confiamos más en las acciones que en las conversaciones. Theo es el más chico de tres hermanos, un varón y una mujer. Acá no hay roles o funciones enquistadas, todos hacemos todo. El padre y yo trabajamos y asistimos siempre a las marchas de Ni una menos y él está atento, pregunta, sabe de qué se trata. En el colegio tiene dos o tres compañeritas que juegan al fútbol y las incluyen en los partidos y los festejos de cumpleaños donde el fútbol es protagonista con total naturalidad. Jamás escuché de él o de los amigos un comentario machista o discriminador, al contrario.»
Como Theo es fanático del fútbol, Valeria aprovechó el caso de Alexis Zárate, jugador de Temperley, que fue separado del plantel luego de que la Justicia lo hallara culpable del delito de violación para abordar el tema de la violencia de género. «Estuvo bueno conversarlo con él, que es tan futbolero, en el momento en que surgió el tema. Theo puede separar su admiración por el futbolista de lo que hizo. El decía que era uno de los mejores, pero estaba de acuerdo en que se lo separe del plantel».
En los colegios, el tema del respeto hacia el otro género también está en el centro del debate entre padres, alumnos y docentes. En el Lenguas Vivas los alumnos formaron una comisión de género donde se debaten todas cuestiones relacionadas con el respeto a la diversidad y los derechos en relación con la sexualidad. Con bastante actividad en las redes sociales, en el Facebook de la comisión se difunden actividades, charlas y hasta se juntan firmas para terminar con el acoso verbal que sufren las alumnas para que haya «un colegio libre de violencia de género».
En el nivel primario, varias escuelas también están abordando la temática. Una de ellas es el Beth School. La idea es romper con los estereotipos de feminidad y masculinidad tradicionales. «Le damos mucha importancia al cuidado de uno mismo y del otro, a la valoración y aceptación de lo diferente. Y ponemos en cuestión estereotipos de género -describe Alejandra Mizrahi, directora del colegio-. También trabajamos sobre las maneras que tenemos de manifestar el afecto haciendo especial hincapié en que esas formas no vulneren los derechos de nadie».
Aunque el trabajo con los chicos se da en el marco de la Ley de Educación Sexual Integral, el colegio venía planteando el tema desde antes de la ley. «No es una actividad o charla aislada, sino un eje que atraviesa todas nuestras propuestas. Desde el nivel inicial hasta séptimo grado se proponen proyectos, modos de nombrar, intervenciones en lo cotidiano, que apelan a complejizar lo socialmente dado», enfatiza Mizrahi.
Por supuesto, el cambio no es automático ni inmediato. Pero tal vez algo de él empieza a divisarse en acciones mínimas aunque determinantes. «Hace poco a mi hija le levantaron la pollera en la escuela y un compañerito salió a defenderla. Cuando fui a agradecerle, me quedé duro con la contestación -relata un padre de un colegio de Belgrano-. Me dijo que además de que estaba mal, él tenía una hermanita y que no le gustaría que le hicieran lo mismo. Me quede helado. A mí jamás se me hubiera ocurrido decir algo así.»
Consejos para aplicar en casa
Conversar
Se puede tomar un hecho de la realidad o una serie de las que miran para tratar de tocar el tema del abuso o del respeto de género. Lo ideal es empezar desde chicos.
Acompañarlos
Las charlas no sirven si no van acompañadas de acciones concretas. Evitar que en casa los roles estén fijos y no refuercen estereotipos de género.
Contacto respetuoso
El contacto entre padres e hijos es esencial y marcará, en muchos casos, cómo serán esos contactos futuros. No forzar a que el hijo dé un beso, no robarle uno o respetar cuando dice que no quiere ser besado o abrazado porque probablemente él reproduzca esa actitud en un futuro.
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