El “racismo institucional” es una herencia en vigor en Centroamérica

Centroamérica / www.naduty.com.py / 18 de julio de 2017.

Es una herencia de la esclavitud africana que continúa en vigor en Centroamérica, según expertos en el tema.

Aunque en las calles de cualquier país de Centroamérica los afrodescendientes pueden caminar y actuar con libertad, su realidad cambia ante las instituciones, concluyen los expertos.

“El racismo es una práctica cotidiana de las instituciones de Centroamérica, (que no comprenden) que sus formas de funcionamiento promueven y solidifican estructuras racistas”, afirma el poeta, escritor y educador panameño, Luis Pulido Ritter.

Un ejemplo citado por Pulido ocurre en las oficinas de migración. “Si vemos a un chico negro en la frontera, le preguntamos más a él que a otro”, y todo por “los prejuicios” que trae consigo ser de piel oscura, señala.

Eso a pesar de que uno de cada cinco centroamericanos (el 19,92 %) es afrodescendiente, según datos del Programa de Cooperación con Afrodescendientes 2016, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

En Centroamérica se generaliza el tema de “lo negro”, porque se promueve como “una condición contraria a lo humano”, es decir, que sin importar el lugar, “habrá discriminación independientemente que estés en Estados Unidos o en Nicaragua”, explica el garífuna hondureño Rony Castillo.

“Lo negro se ha socializado y establecido como una condición que dejó la esclavitud”, agrega.

Centroamérica abolió la esclavitud en 1824, apenas tres años después de haberse independizado de la Colonia española.

Actualmente el país con mayor población afrodescendiente en la región es Panamá (10 %), le sigue Costa Rica (7,8 %), Honduras (0,90 %), Nicaragua (0,45 %), El Salvador (0,13 %) y Guatemala (0,04 %), según la Cooperación Española.

Para la investigadora caribeña nicaragüense Juliet Hooker, la historia de la esclavitud africana no se debe ignorar, “porque muchas de las diferencias son legados de racismos estructurales que salen de la esclavitud, el negro es identificado como esclavo, como una persona subhumana que puede ser explotada”.

Con ese sentimiento la líder afrodescendiente nicaragüense Dolene Miller denunció, en abril pasado, actos de “racismo” en el Poder Judicial local contra su población, alegando que “siempre reciben respuestas desfavorables”.

Según Miller, “las cárceles de Bluefields (en la costa Caribe de Nicaragua) están llenas de negros a pesar de que la mayoría de sus habitantes son mestizos”.

El impacto cultural es profundo y afecta decisiones personales, tal como lo advirtió en 2015 la procuradora especial de la Mujer de Nicaragua, Déborah Grandison, quien afirmó que las mujeres afrodescendientes de este país no denuncian la discriminación y la violencia que sufren, muchas veces “por vergüenza”.

En abril pasado un grupo de expertos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reunido en Panamá resaltó que los prejuicios contra los afrodescendientes en la región se evidencian en los textos escolares, ya que no muestran su verdadera historia.

Castillo insistió en ir más allá, en que “se enseñe a cada niño (de Centroamérica) la historia de los afrodescendientes”, sin distinción por etnias.

Los especialistas discutieron sobre el tema durante el VI Congreso Centroamericano sobre estudios Culturales, organizado por el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), en la Universidad Centroamericana (UCA).

Aunque reconocieron que erradicar el “racismo institucional” es un proceso lento, coincidieron en que las sociedades “no permanecen impermeables en el proceso intercultural de cambio”, de acuerdo con las palabras de Pulido Ritter.

La educación, la legislación, la sociedad y la familia misma, son los escenarios claves para iniciar una transformación congelada por cientos de años. EFE

Fuente: http://www.nanduti.com.py/2017/07/16/racismo-institucional-una-herencia-vigor-centroamerica/

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Paraguay: Afroparaguayos batallan contra prejuicios a golpe de danza y tambores

América del Sur/Paraguay/18 Diciembre 2016/Fuente: abc/Autor: EFE

Los afrodescendientes de Paraguay, un grupo históricamente invisibilizado, batallan contra los prejuicios hacia su identidad racial a través de la danza y de la música.

Estos dos emblemas culturales reivindica la comunidad afroparaguaya de Kamba Kua.

Miembros de Kamba Kua impartieron el jueves en la Casa del Teatro de Asunción, con apoyo de la ONU, un taller para bailarines, historiadores, actores y escritores, que llegaron atraídos por los vibrantes movimientos de sus coreografías y los ritmos trepidantes de los tambores.

El acto sirvió también para recordar la existencia en Paraguay de alrededor de 7.600 personas que se reconocen como afrodescendientes, si bien es una cifra no oficial, de un censo elaborado en 2006 por tres de las comunidades que defienden con mayor fuerza su identidad: Kamba Kua, Kamba Kokue, en Paraguarí, y Emboscada.

“La identidad cultural afro no necesariamente está relacionada con los fenotipos; con el color de la piel, la forma de los labios o el tipo de pelo. Se trata de conectarse con lo que sentimos, con lo que nos mueve lo interno, que son estos tambores que se acompasan con el ritmo de nuestro cuerpo”, declaró a Efe Nancy Penayo, psicóloga comunitaria de origen afro.

Añadió que una de las grandes dificultades para elaborar censos sobre esta población es el hecho de que “identificarse como negros supone recibir directamente una discriminación”.

La psicóloga afirmó además que la historia de los afrodescendientes en América es la historia de la esclavitud y la colonización y durante esta etapa ser esclavo o hijo de esclavos equivalía a la peor consideración social.

En el caso de Paraguay, Penayo señaló que la persecución se mantuvo hasta el punto de que, una vez abolida la esclavitud, los negros libres se vieron forzados a negar su identidad para poder mezclarse con el resto de la población sin ser rechazados. Durante este proceso, muchos rasgos culturales de los afrodescendientes, como sus lenguas originarias o sus comidas tradicionales, se perdieron.

Hacia la década de 1990, la comunidad de Kamba Kua decidió recuperar la música de percusión y las danzas propias de sus ancestros africanos, para transformar el estigma de ser negros en un motivo de orgullo. Así nació el Ballet Kamba Kua, que cada año, a comienzos de enero, exhibe bailes y música afro en su fiesta tradicional en honor a su santo patrón, San Baltazar.

Bárbara Medina, una de las integrantes de esta compañía, contó a Efe que desde niña le atraía el ritmo de los tambores, pero reconoció que en el pasado le daba vergüenza bailar en la calle porque se sentía “discriminada por las miradas de la gente”. Este rechazo lo experimentó también en la escuela, dado que en su comunidad solo existe una escuela primaria, y para continuar los estudios secundarios los jóvenes deben desplazarse a otro centro educativo, “con el miedo a ser señalados”.

“En la escuela yo no salía en el recreo, y solo tenía una amiga. Pero creo que eso me hizo más fuerte, y con el tiempo aprendí a no sentir vergüenza por mi color, y caminar libremente por la calle. Si me miran o me señalan, simplemente les ignoro. Ahora estoy demasiado feliz de ser negra”, expresó Medina.

En 2015, la ONU estableció el Decenio de los Afrodescendientes, que en la región de las Américas totalizan unos 200 millones de personas, el 90 % de las cuales vive en situación de pobreza. La ONU se propuso como objetivos hasta 2024 lograr el reconocimiento, la justicia y el desarrollo para las comunidades afrodescendientes, que todavía enfrentan un acceso limitado a servicios de salud y educación, vivienda y seguridad social.

En agosto, la ONU denunció la “discriminación estructural” que enfrentan los pueblos indígenas de Paraguay y los afroparaguayos y recordó que este hecho no hace más que agrandar la brecha de desigualdad de estos grupos con respecto al resto de ciudadanos.

Fuente de la noticia: http://www.abc.com.py/espectaculos/cultura/afroparaguayos-batallan-contra-prejuicios-a-golpe-de-danza-y-tambores-1547684.html

Fuente de la imagen:https://s3-sa-east-1.amazonaws.com/assets.abc.com.py/2016/12/16/_860_573_1439502.JPG

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El eterno racismo en la tierra del Ku Klux Klan

Por: Ilka Oliva Corado

Surge la pregunta urgente, ¿qué hace Obama hablando de derechos humanos en Venezuela y firmando acciones ejecutivas injerencistas, cuando en su país la policía caucásica, asesina afro descendientes todos los días en crímenes de odio racial?

Partiendo de ahí es imposible hablar de democracia en el país, una falacia más de las tantas que ha inventado este sistema injerencista que no se ocupa de su política interna.

Sin lugar a dudas la peor vergüenza para la comunidad afro descendiente es haber tenido un presidente negro afín al capital, que no los representara con integridad y que con cada acción denigrara a sus ancentros e irrespetara a las generaciones futuras.

Más cruel aún, que vea asesinar afro descendientes en manos de la policía caucásica, en evidentes casos de odio racial y no haga nada al respecto, más que utilizar su oratoria y su excelente dramatización teatral para dar el pésame entre lágrimas y poesía. Una deshonra total para los mártires afro descendientes que dieron sus vidas en la lucha por los Derechos Civiles.

Más latente que nunca el ku klux klan, y más libre y más impune pues viene desde las entrañas del sistema de justicia de todo el país. La policía es solamente la acción evidente, hay mucho más en las sombras de la mediatización. ¿Derechos humanos en Estados Unidos? Jamás.

Esa segregación racial que no puede esconder Estados Unidos aunque quiera, es el elefante dentro de la habitación. Está en el sistema de salud, en el sistema de educación, está en las fibras más íntimas de la sociedad, en los patrones de crianza; en lo más banal ahí también está inmerso el racismo y el odio. Y lo evidente, en el sistema de justicia que no es imparcial cuando se trata de negros o latinos indocumentados. De unos años para acá, también con los musulmanes que son acusados así por así de terroristas.

Los actos terroristas en Estados Unidos los realiza todos los días la policía y esos torturadores, esos violadores, esos asesinos vestidos de uniforme, que son fieles al ku klux klan nunca van a la cárcel, a ellos nunca se les imponen cargos, a ellos siempre el sistema y la doble moral de la sociedad blanca caucásica los excusa y les avala el odio racial, porque también ellos se sienten superiores por el color de piel.

¿Por qué Obama no firma una Acción Ejecutiva de emergencia para tratar el odio racial de la policía hacia la comunidad latina indocumentada y afro descendiente? Así como las firma de inmediato para invadir países en democracia.

Y el papel de la sociedad, ¿Porqué no han salido las masas blancas caucásicas a exigir un alto a los crímenes raciales y a denunciar el sistema impune que deja libre a los culpables? ¿Todas las vidas importan en Estados Unidos? No, importan las blancas caucásicas nada más. ¿En dónde está la comunidad europea, la musulmana, la asiática y la latinoamericana uniéndose a las manifestaciones masivas de afros exigiendo justicia? La comunidad LGBTI que lloraba de alegría cuando legislaron la ley del Matrimonio Igualitario, ¿en dónde está ahora uniéndose a los afros exigiendo el respeto a la vida y a los derechos humanos? ¿Doble moral? ¿En dónde están la iglesias, los feligreses que toman las calles cuando del aborto se trata, en dónde están manifestando por el respeto a la vida de los negros? ¿Doble moral? ¿En dónde están los millones de indocumentados uniéndose a las manifestaciones? ¿Doble moral? ¿De qué estamos hechos? De porquería…

El sesgo con el que la mediatización de los medios de comunicación nacionales e internacionales han manejado la información es la evidencia de un racismo que se vive a nivel mundial. Pregunto, ¿en dónde están los presidentes del mundo que piden una invasión en Venezuela, exigiendo justicia por los crímenes de odio en Estados Unidos, cuestionando a Obama así como cuestionan a Maduro? ¿Por qué no piden la renuncia de Obama así como piden la de Maduro? Así como fueron Orlando, Francia, Charlie Hebdo, Bruselas y tantos ataques terroristas más, ¿por qué no son las vidas de los afro descendientes en Estados Unidos y el mundo?

¿Con qué cara Hillary Clinton, Biden y Obama le piden a Maduro que “respete” los derechos humanos de venezolanos cuando aquí en su país la policía asesina afros y latinos indocumentados todos los días y los culpables nunca van a la cárcel? ¿Doble moral?

Esto no se trata de negros y blancos. Se trata de un sistema impune, de una sociedad que solapa, de líderes que manipulan, de medios de comunicación que ocultan y tergiversan. Se trata de nuestra doble moral. Se trata del silencio de todos los que vivimos en Estados Unidos, nacidos aquí o no. Se trata de dejar a otros la responsabilidad que nos corresponde a nosotros desde nuestro lugar en la sociedad. Se trata de nuestra indolencia cuando la violencia la sufre otro que no habla nuestro idioma, que desconoce nuestra cultura, que no vive cerca de nuestra casa, que nació en otro país, que tiene distinto color de piel.

Se trata de lo inhumano que nos corroe y que nos convierte en lacayos idénticos a quienes ejercen la discriminación racial en los crímenes de odio, somos más culpables aún, por avalar la segregación racial y la injusticia con nuestro silencio y nuestra pasividad.

Esto también nos incumbe a todos dentro y fuera de Estados Unidos, porque el odio racial existe en todo el planeta. Esto debe llamarnos a una auto evaluación de nuestro papel en la sociedad. Y preguntarnos las veces que sean necesarias, ¿de qué manera ejerzo yo el racismo? ¿En qué forma solapo la segregación racial? Y la más importante, ¿qué puedo hacer yo desde mi lugar en la sociedad para crear un cambio? ¿De qué manera me puedo involucrar?

¿Qué tal va nuestra doble moral? ¿Es nuestro país también tierra del ku klux klan? ¿De qué magnitud es el racismo en nuestra casa, colonia, pueblo, comunidad, país? ¿Qué tan patriarcales, misóginos, machistas, clasistas, racistas, xenófobos y mente colonizada somos?

Nuestra mayor irresponsabilidad como ciudadanos del mundo es dejar en manos de otros lo que nos corresponde como seres individuales, que somos parte de un todo, porque al final de cuentas todo en este mundo va de la mano. ¿Todas las vidas importan? Depende: el género, el color, la étnia, la nacionalidad, la clase social y grado de escolaridad, es nuestra consigna en el mundo entero. Vaya nivel de deshumanización el nuestro.

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2016/07/09/el-eterno-racismo-en-la-tierra-del-ku-klux-klan/

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