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Los niños aislados necesitan apoyo pero pasan desapercibidos

Por: Paulette Delgado

Los niños aislados por sus compañeros necesitan ayuda, sin embargo, son confundidos con niños rechazados. ¿Por qué es importante conocer la diferencia?

Aunque parecen términos similares debido a que se consideran formas de marginación social, los niños que son rechazados por sus compañeros y los que son aislados son dos términos distintos, esto según un estudio publicado en el Journal of Youth and Adolescence. La investigación se basó en el seguimiento de 1075 estudiantes de quinto, sexto y séptimo grado durante dos años. A los alumnos se les preguntaba cada semestre quién de sus compañeros de clase les simpatizaba menos para identificar aquellos niños que eran más rechazados. También se les pidió que describieran las dinámicas de grupo de cada grado, es decir, quién se junta con quién. Los que no fueron identificados como parte de ningún grupo fueron categorizados como aislados. Además, se les explicaron diferentes comportamientos como si el alumno es cooperativo, buen estudiante, amistoso, perturbador, comienza peleas, se mete en problemas, intimida, es tímido, está triste, molesto o es popular, y se les preguntó cuáles niños consideraban que cumplían con alguna de esas características. Los autores identificaron que los niños aislados eran vistos por otros niños como tímidos o tristes, las cuales son conductas de internalización.

Los autores descubrieron que existen muchas distinciones entre los niños rechazados y los niños aislados. Una de las autoras del estudio, Kate Norwalk, explica esto diciendo que “hubo muy poca superposición entre los dos grupos, la mayoría de los niños que eran menos queridos en una clase todavía pertenecían a algún tipo de grupo y los niños que no tenían un grupo de compañeros no eran especialmente desagradables». De hecho, una de las pocas similitudes entre los dos grupos era que esos niños rechazados o aislados tienen mayor riesgo de victimización, es decir, sufrir algún tipo de intimidación o bullying.

La publicación también describió que hay muy poca investigación sobre los niños aislados, pero mucha sobre niños que son rechazados por sus compañeros. Incluso, Norwalk señala que realmente no se le ha prestado atención a los niños aislados, especialmente porque muchos psicólogos consideran a los dos como sinónimos. Entre las más grandes diferencias entre ambos está que aquellos estudiantes que son rechazados tienen mayores probabilidades de tener comportamientos disruptivos como ser agresivos, interrumpir la clase o intimidar a otros. También eran menos propensos a ser amables o tener un buen desempeño escolar.

En el caso de los alumnos aislados es común que se presentan comportamientos de internalización como inseguridad, timidez, tristeza, preocupación, inestabilidad del estado de ánimo, entre otros. “Este estudio muestra que los estudiantes que enfrentan el rechazo de sus compañeros y los estudiantes que enfrentan el aislamiento social tienen diferentes perfiles y enfrentan diferentes riesgos”, dice Norwalk. “Es más, es más probable que los niños aislados pasen desapercibidos precisamente porque no causan problemas en clase ni intimidan a otros niños”.

Aunque ambos necesitan apoyo, las particularidades de cada grupo hace que se requieran estrategias específicas para intervenir en cada uno. Según el estudio, el comportamiento de aquellos niños más bien aislados a menudo presenta síntomas tempranos de problemas de salud mental como depresión o ansiedad. Y debido a que se apartan de otras personas, es menos probable que reciban ayuda de maestros o sus padres ya que no causan problemas ni intimidan a otros compañeros.

Además, otras de las grandes diferencias entre niños rechazados y niños aislados  es que se espera que el rechazo de los compañeros se mantenga a lo largo del tiempo mientras que el aislamiento representa una dimensión distinta y depende del ajuste social y conductual de los asociados. Debido a que el estudio se realizó a niños de quinto a séptimo grado que es un periodo de transición de la niñez media a la adolescencia temprana, la posición de estatus social o popularidad puede cambiar a cada grado.

Aunque se cree que los estudiantes que fueron identificados como rechazados o aislados tienen características de victimización, sólo los niños aislados reportaron que, en caso de sufrir algún tipo de acoso o victimización, sus compañeros no los iban a apoyar o ayudar.

A medida que los jóvenes empiezan a valorar más la popularidad y la aceptación social, el estatus social se vuelve una parte importante de su funcionamiento social durante esos años de desarrollo.  Debido a que el estudio siguió a los alumnos por dos años, los investigadores lograron descubrir diferencias entre el ajuste social y conductual a lo largo de ese periodo. Aquellos niños que son rechazados por sus compañeros no suelen presentar comportamientos sociales, como ayudar a otros, por lo tanto, no desarrollan estas habilidades y por el contrario, pueden incluso desarrollar conductas desadaptativas antisociales como agresión o manipulación.

Los autores del estudio concluyen que hace falta más investigación sobre las diferencias entre ambos grupos para poder dar una mejor atención a los niños que son aislados y evitar problemas de salud mental en un futuro. Aunque ambos tipos se pueden ver como formas de marginación social, la trayectoria de ajuste social y comportamiento que presentan los alumnos que son rechazados por sus compañeros y los que están aislados son distintas por lo que necesitan ser apoyados de diferente manera.

¿Conocías estas diferencias? ¿Consideras que los estudiantes rechazados por sus compañeros y aquellos aislados sufren de lo mismo? ¿Por qué? Deja tus respuestas en los comentarios.

Fuente e imagen:https://observatorio.tec.

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Entrevista a Fernando Gómez: Pandemia, encierro y psicología: ¿Qué nos depara el futuro?

Por: Marina Artese Grillo 

Cuando el COVID-19 llegó en febrero del 2020, no sabíamos que íbamos a permanecer la mayor parte del año en nuestros hogares. La pandemia y su consecuente cuarentena han modificado nuestros hábitos. Cambió el trabajo, cómo estudiamos, nos relacionamos y hasta desarrollamos nuestros hobbys y momentos de ocio. Por lo tanto, en esta ocasión, entrevistamos a Fernando Gómez, psicólogo rosarino. Él nos cuenta de qué modo podemos superar las distintas situaciones que estamos atravesando en esta pandemia.

Fernando Gómez, una breve presentación

Fernando Javier Gómez es rosarino y psicólogo graduado de la Universidad Nacional de Rosario (2002). Es docente universitario, desde el año 2004, en la Facultad de Psicología (UNR). En el ámbito público, trabaja para la Dirección Provincial de Salud Mental en un Equipo de Salud Mental. Dicho equipo forma parte de un Programa de Protección a Testigos y Querellantes en Causas por Delitos de Lesa Humanidad en nuestra provincia. Por otro lado, en el ámbito privado, practica el psicoanálisis en su consultorio. Trabaja con grupos y, en algunos casos, supervisa la práctica de jóvenes colegas. Además, es miembro del Colegio Estudios Analíticos, con sede en Buenos Aires. Finalmente, en el último año, formó – junto a otros profesionales de la salud – un Equipo interdisciplinario que aborda el difícil tema de las Alergias Alimentarias Infantiles.

¿De qué modo impactó la pandemia y su consecuente cuarentena en tu trabajo?

“El mayor impacto, en el caso de mis pacientes, fue el pasaje del consultorio a las sesiones por videollamadas. De todos modos, rescato la posibilidad de incorporar algunas herramientas tecnológicas a nuestro campo. Antes, sólo las utilizaba con pacientes de otras provincias (o en el exterior del país) pero siempre por tiempo limitado”, explica Fernando. Por supuesto, también ha cambiado mucho y significó un gran esfuerzo continuar con la docencia a través de las distintas plataformas virtuales. Esto se observa en todos los niveles educativos.
Pero no todo es negativo. Fernando reconoce qué estrategias y herramientas continuará usando postpandemia: “la virtualidad me permitió crear o reforzar vínculos con colegas (u otros profesionales) de todo el continente. La virtualidad, paradójicamente, nos acercó bastante”.

Durante el último tiempo, ¿qué tipo de consultas son las que más recibís?

“En este tiempo y en relación con la pandemia, ha subido el nivel de angustia en general. El aislamiento ha sensibilizado a mucha gente. En estos casos, la preocupación por el futuro y cierta sensación de incertidumbre angustiosa han sido motivo de consulta. Por supuesto, las pérdidas y la difícil situación de no poder velar a familiares o seres queridos afectó a mucha gente. Con la cuarentena, se exacerbaron también muchos conflictos pre-existentes”. Durante este tiempo, Fernando – junto a un grupo de profesionales – ha estado trabajando en un Taller para Familias. “La virtualidad nos permitió sumar participantes de varias provincias. Sinceramente, no sé si esto hubiera sido posible fuera de este contexto”.

pandemia - Fernando Gomez
Fernando Gómez es un psicólogo rosarino. Autor: Fernando Gómez

¿De qué modo influyó la pandemia en el comportamiento y la psiquis humana?

“Es claro que ciertos comportamientos han cambiado abruptamente. Se ha transformado el lugar, el escenario de nuestra vida. No sólo por el aislamiento, sino que – al salir – ese mundo, que conocíamos, ya no es el mismo. Creo que hay razones para tener miedo pero no para paralizarse. El miedo al contacto con el otro no puede dejar a nadie indiferente. Todos necesitamos de la cercanía de nuestros afectos y eso se cortó de golpe. Al respecto, creo que hubo múltiples reacciones. He escuchado bastante negación al principio. Luego, se ha podido trabajar y cambió bastante, pero no deja de ser preocupante”.

“Preocupa la imagen del mundo que puedan hacerse los niños”

La situación de los niños no es menor. Muchos bebés han nacido en plena pandemia y no conocen más que las cuatro paredes de sus hogares. “Creo que se debería mirar más de cerca lo que pasó en casa, con los niños y niñas. Es decir, cómo vivieron y qué efectos podrían esperarse de la experiencia del confinamiento. Sobre la pandemia y el virus, cuenta no sólo lo que hayamos podido explicarles, sino de qué modo lo internalizaron. Preocupa, en principio, la imagen del mundo que puedan hacerse. A mí me impresiona que, en el inicio, si dos nenes se encontraban en la calle, era algo confuso para todos. Uno debía explicarles que no se toquen y que mantengan distancia. Me sorprende y me preocupa el tema de perder el contacto. Es algo así como una sobreadaptación”.

pandemia - Psicologo Fernando
En medio de la pandemia, Fernando – junto a un equipo de profesionales – brindó un Taller para Familias. Autor: Fernando Gómez

La educación también se vio afectada

Cuando en marzo, las escuelas debieron adaptar la modalidad presencial a la virtualidad, se modificó la relación de los niños y jóvenes con sus compañeros y docentes. “En ese momento, se cortó la posibilidad de encuentro con sus pares y maestros. Todo el trabajo de crear vínculos se complicó mucho. Esto es fácilmente racionalizado por los adultos. Pero no puede considerarse – sin caer en el error – que los niños tienen las mismas posibilidades elaborativas que los mayores. Esto se dificulta no solo para los gobiernos sino también para la sociedad en general. Quizá, la escuela debe orientarse a pensar los aspectos emocionales. El futuro de muchas instituciones estará gravemente afectado por problemáticas ligadas al confinamiento”.

¿Cómo puede ayudar la psicología en la “nueva normalidad” y/o “post pandemia”?

“Nosotros ya estamos ayudando, somos parte de esa ‘primera línea de batalla’ ya que estamos en el sistema de salud, tanto público como privado. Hay colegas trabajando en sesiones virtuales pero también acercando viandas o medicación a quienes se ven imposibilitados de movilizarse hasta los distintos efectores. La palabra es vehículo para la elaboración de estas situaciones que podemos llamar ‘catastróficas’. En el futuro inmediato, habrá muchas tareas para nuestro campo. Mucha de la angustia y el temor tiene que ver con cierta falta de ‘puesta en palabras’ de algunas situaciones traumáticas. Tenemos que aportar en el sentido de ayudar a transitar y a configurar ese futuro tan difícil que parece esperarnos en el post pandemia”.

Por último, Fernando, ¿qué consejos les darías a nuestros lectores?

“Les diría que por favor se sigan cuidando. Es importante que miren dentro de cada uno. Intenten encontrar aquello que más les preocupa y traten de hacer algo con eso. Les diría que también miren a su alrededor y traten de re vincularse con aquellos que tienen cerca. Muchos están sufriendo. Los podemos ayudar con una palabra de aliento o escuchándolos. Ayudar acompañar a otros, en estas circunstancias, puede ser reparador para uno mismo”.

Fuente: https://rosario.italiani.it/pandemia-encierro-y-psicologia-que-nos-depara-el-futuro/

Originalmente fue escrita esta nota para itRosario

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Francia: Emmanuel Macron realizó una serie de anuncios para atender a estudiantes universitarios

Un día después de que cientos de estudiantes universitarios manifestaran su preocupación por el deterioro de su calidad de vida y salud mental debido a las restricciones, el Gobierno francés lanzó una serie de anuncios, entre ellos, el respaldo a un retorno a clases una vez por semana a partir del segundo semestre del año. No obstante, el presidente Emmanuel Macron advirtió que “no habrá vuelta a la normalidad para dicho período”.

Desde hace poco más de dos meses, los estudiantes universitarios fueron privados de clases presenciales, a diferencia de los estudiantes de escuelas secundarias o primarias. La manifestación, registrada en diversas ciudades de Francia, dejó en evidencia el sentimiento de injusticia que experimentan los universitarios.

Emmanuel Macron, quien visitó la sede de la Universidad de París-Saclay el 21 de enero, mostró su respaldo a que los estudiantes universitarios puedan volver a las aulas de forma presencial una vez por semana a partir del próximo semestre.

«Los estudiantes que lo deseen pueden volver a realizar sus cursos en la universidad una vez por semana», escribió Macron en su cuenta personal de Twitter.

«Un estudiante debería tener los mismos derechos que un trabajador, que en caso de necesidad, pueda ir al menos un día por semana a clase siempre y cuando no se supere el 20 por ciento de capacidad del aula», dijo el jefe de Estado.

El anuncio de Macron se presenta una semana después de que el primer ministro del país, Jean Castex, informase que los estudiantes universitarios de primer año podrían reanudar las tutorías presenciales en medios grupos a partir del 25 de enero, una medida que podría extenderse a «estudiantes de otros niveles si la situación de salud lo permite».

Comidas a un euro como parte de una ayuda económica 

Las restricciones impuestas para controlar los contagios en el país han generado problemas económicos en diversos sectores y los estudiantes universitarios no escapan a ello.

En este sentido, Macron anunció que a finales del presente mes los estudiantes tendrán derecho a dos comidas en los restaurantes universitarios por el valor de 1 euro.

Macron, durante el encuentro con los estudiantes, señaló que debido a la pandemia muchos jóvenes han perdido sus empleos a tiempo parcial y carecen de medios para mantenerse.

Atención psicológica, otra de las propuestas del Ejecutivo

Durante la marcha, los estudiantes mostraron preocupación por el estado de la salud mental de los jóvenes durante la pandemia.

De acuerdo con la agencia de noticias Reuters se han presentado casos de suicidios, o intentos, en universidades de Francia y en otras partes del mundo debido al encierro.

«Estamos pidiendo ayuda real, una reapertura de facultades en pequeños grupos con un estricto protocolo de salud, psicólogos y psiquiatras para monitorear a los estudiantes. Actualmente, solo hay un psiquiatra por cada 30.000 estudiantes en Francia, eso es muy poco mientras la demanda sigue aumentando (…) Nos sentimos abandonados”, dijo Alexandra Mouton, estudiante de Ciencias Políticas.

El Gobierno francés ha mostrado preocupación por el «sentimiento de aislamiento» de los estudiantes y en este sentido anunció un refuerzo de psicólogos y trabajadores sociales, más un chequeo psicológico que consiste en financiar consultas con un psicólogo de la ciudad para estudiantes en dificultades.

«Deben cuidarse unos a otros», dijo Macron al reconocer que muchos estudiantes se vieron privados de oportunidades para hacer amigos y establecer relaciones sociales.

Medidas gubernamentales podrían no ser suficientes 

A pesar del esfuerzo gubernamental, las medidas resultaron insuficientes para los directivos de las principales agrupaciones estudiantiles. «Tenemos la impresión de que el Gobierno no está midiendo la situación», dijo Mélanie Luce, presidenta de la Unión Nacional de Estudiantes de Francia (UNEF por sus siglas en francés)

Esta organización ha diseñado un plan de emergencia para atender la situación valorado en 1.500 millones de euros. Adicionalmente, pide un aumento inmediato en las becas y las ayudas destinadas para vivienda.

Por otro lado, a través de un tweet señalaron que la media de alimentación por 1 euro podría no beneficiar a los estudiantes debido a que muchos no viven cerca del campus universitario y con las facultades cerradas más del 50% de los restaurantes universitarios no están en funcionamiento.

Fuente: https://www.france24.com/es/francia/20210121-francia-estudiantes-macron-pruebas-psicologicas-retorno-a-clases

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Argentina: El índice de pobreza subió al 40,9% y afecta a 18,5 millones de personas

Hoy el Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) anunció las cifras de la pobreza durante la primera mitad que alcanzó al 40,9% de la población urbana. Si se proyecta ese número al total de los ciudadanos del país, se concluye que son 18,5 millones de personas las que debieron soportar vivir entre enero y junio con ingresos por debajo de la línea de pobreza. Por ANRed

El Instituto Nacional de Estadística y Censos de la República Argentina (INDEC) anunció las cifras de la pobreza durante la primera mitad que alcanzó al 40,9% de la población urbana.

En base a la Encuesta permanente de hogares, los especialistas afirmaron que en este contexto de pandemia y aislamiento social obligatorios el problema estructural se agravó. Así, en el segundo trimestre de este año la tasa de pobreza alcanzó un pico del 47,2%, afectando a a 21,4 millones de personas.

Comparado con la primera mitad del 2019, la pobreza fue del 35,4%. Esto significa un incremento de 5,5 puntos. Son 2,5 millones de pobres más.

En tanto la indigencia subió del 7,7% al 10,5%. Son 1,3 millón de indigentes más. De 3,5 millones a casi 4,8 millones.

Fuente: INDEC

Por otro lado en cuanto a la distribución geográfica de las zonas mas empobrecidas, el informe arroja que las regiones con mayor incidencia de la pobreza en el 1° semestre de 2020 fueron el Noreste (42,8%) y el Gran Buenos Aires (41,6%).

Fuente e imagen:  https://www.anred.org/2020/09/30/el-indice-de-pobreza-subio-al-409-y-afecta-a-185-millones-de-personas/

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Una de cada dos familias ha comprado un dispositivo para compaginar el teletrabajo con el «telecole»

Por: ABC

Esta es una de las principales conclusiones del estudio «El impacto de las pantallas en la vida familiar durante el confinamiento»

Uno de cada dos padres y madres ha comprado algún dispositivo, durante el confinamiento, para las clases online de sus hijos (49%), para su trabajo (29%) o para ocio digital (20%). Esta es una de las principales conclusiones del estudio «El impacto de las pantallas en la vida familiar durante el confinamiento», realizado por www.empantallados.com y GAD3, con el apoyo de la Comisión Europea, para el que se realizaron entrevistas online a una muestra representativa de padres y madres con hijos menores de 18 años.

El estudio pretende aportar una radiografía del impacto de la tecnología en los hogares españoles durante el confinamiento, recogidas en siete claves:

1. Aumenta el uso de las pantallas, durante el confinamiento

El entretenimiento digital de los menores ha aumentado considerablemente: de lunes a viernes, los más pequeños las utilizan a diario durante casi cuatro horas, un 76% más que antes del confinamiento. El fin de semana, la media es de cinco horas al día, lo que supone un aumento del 33%. Tres de cada cuatro padres reconocen que las pantallas han sido una oportunidad para entretener a los hijos mientras ellos trabajan.

Dos de cada tres familias (67%) afirman que los beneficios derivados del uso de las pantallas, en el entorno familiar, han sido superiores a los riesgos.

2. La experiencia del teletrabajo, positiva para conciliar

El 56% de los padres y madres han teletrabajado durante el confinamiento. De estos, ocho de cada diez consideran positiva la experiencia, y afirman que les ha facilitado su rol como padres. El 80% cree que, después de la crisis sanitaria, esta modalidad laboral crecerá.

En cuanto a las relaciones familiares, la mayoría de los entrevistados (el 59%) piensa que está mucho más unido a sus hijos que antes del inicio del confinamiento. Y el 45% afirma que les ha ayudado a estar más unidos a su pareja.

3. Mejora la percepción de la tecnología en los hogares

El 85% de los padres y madres reconocen que las pantallas han creado nuevas oportunidades para hacer cosas con sus hijos, como ver películas o jugar juntos. Más del 75% afirma que suponen una ventana al exterior: gracias a los dispositivos, hay mayor comunicación con familiares y amigos. Y el 50% destaca que la tecnología ha creado nuevos cauces de solidaridad en su entorno cercano.

4. Conflictos causados por las pantallas durante la cuarentena

Sin embargo, mal utilizadas, las pantallas también tienen riesgos. Uno de cada dos padres piensa que estas han contribuido en algún momento al aislamiento de cada miembro de la familia. El 25% cree que la tecnología ha aumentado los conflictos con los hijos. Y cuatro de cada diez padres opinan que necesitan crear hábitos de desconexión.

5. Emergen la fake news como tema de conversación familiar

El 67% de los padres afirman que este tiempo ha sido una oportunidad para hablar con sus hijos sobre cómo hacer un uso saludable de las pantallas. Más del 80% de los padres y madres de hijos adolescentes afirma haber hablado con ellos sobre bulos y fake news. Y el 30% ha descubierto, durante este tiempo, hábitos de sus hijos con las pantallas que desconocían.

Respecto a normas de uso, dos de cada tres padres han mantenido las que tenían antes del confinamiento. Y un 30% reconoce haber introducido nuevas reglas, supervisando más lo que sus hijos hacen con las pantallas. Sólo un 4% afirma haberlas eliminado por completo durante este tiempo. El conocimiento de los padres de lo que hacen sus hijos en internet ha pasado del 67 % al 80%.

6. Riesgos y preocupaciones en educación digital

La relación con desconocidos, el acceso a contenidos inadecuados y el ciberacoso son los peligros que más preocupan a los padres. Respecto a los efectos de un uso indebido de la tecnología, la pérdida de salud ocular y el insomnio son los elementos que más inquietud les producen.

7. La educación tras el COVID-19

La mayoría de las familias consideran que esta crisis va a provocar cambios en la escuela. Seis de cada diez padres (59%) han mejorado su opinión sobre la educación online. El 85% cree que, a partir de ahora, se hará un mayor uso de la tecnología en el entorno escolar. El 77% considera que llevará a una actualización del profesorado.

Este estudio pretende aportar una radiografía del impacto de la tecnología en los hogares españoles durante el confinamiento. Se completa con la opinión de expertos y con recomendaciones de Empantallados sobre un uso saludable y responsable de las pantallas.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-cada-familias-comprado-dispositivo-para-compaginar-teletrabajo-telecole-202005211006_noticia.html

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Puerto Rico: Extienden periodo de ventas sin IVU para uniformes y materiales escolares

América Central/Puerto Rico/02-08-2020/Autor(a) y Fuente: www.metro.pr

Debido al paso de la tormenta tropical.

La gobernadora Wanda Vázquez Garced informó que el primer periodo de venta de uniformes y materiales escolares para el año fiscal 2020-2021, libre del pago del Impuesto sobre Ventas y Uso (IVU) que comenzó el pasado miércoles, se extenderá hasta el martes, 4 de agosto de 2020, debido al paso de la tormenta tropical Isaías.

“Tomando en consideración la situación de emergencia ocasionada por la tormenta tropical Isaías y cónsono con la política pública de aislamiento y distanciamiento social contemplada en la Orden Ejecutiva vigente, hemos extendido el periodo de ventas escolares sin IVU hasta las 11:59 pm del próximo martes, 4 de agosto. De esta manera, los consumidores tendrán más tiempo para poder programar sus compras siguiendo las medidas de seguridad”, expresó la gobernadora.

Por su parte, el secretario del Departamento de Hacienda, Francisco Parés Alicea, destacó que “el periodo previamente establecido de venta sin IVU vencía mañana sábado, 1 de agosto, por lo que los comerciantes podrán realizar la programación necesaria para la extensión hasta el próximo martes, según establecimos en la Determinación Administrativa 20-20. Asimismo, los exhortamos a repasar la lista de los artículos exentos del pago en la Carta Circular 20-31, disponible en la página web www.hacienda.pr.gov, sección Publicaciones”.

Entre los materiales escolares exentos están las carpetas, bultos escolares, goma de borrar, calculadora, tiza, cinta adhesiva, crayola, marcadores, bolígrafo, sacapuntas, lápices, tijera y reglas.  Se incluyen también, las loncheras, compás, cartapacios, pega, papel y cajas de lápices y otras cajas de materiales escolares, entre otros.

“Deben recordar que todos los libros impresos, los electrónicos y las libretas de notas compradas al detal, de cualquier tamaño, están exentos del pago de IVU durante todo el año. La exención es tanto para la compra como para alquiler”, dijo el secretario.

Aquellos consumidores que tengan alguna dificultad pueden recibir orientación llamando al Departamento de Asuntos del Consumidor al 787-722-7555. De igual forma pueden enviar información de cualquier queja o irregularidad en comercios a través de confidencias en la página web www.daco.pr.gov (http://www.daco.pr.gov/) o de Suri Confidencia en suri.hacienda.pr.gov.

Por otra parte, Parés Alicea anunció que la fecha de radicación y pago de todas aquellas planillas, declaraciones y formularios que vencen el 31 de julio de 2020 se extendió hasta el viernes, 7 de agosto de 2020.

Fuente e Imagen: https://www.metro.pr/pr/noticias/2020/07/31/extienden-periodo-ventas-sin-ivu-uniformes-materiales-escolares.html

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Argentina: Sobrevida, desamparo y muerte en la calle

Entre las bocas de fuego de la imagen hubo una mujer. Un ser humano. Y fue la vida misma apagándose entre las llamas en lo que fue su casa: tenía la escritura provisoria (hasta que los desalojadores compulsivos dijeran lo contrario) de un trozo de vereda con la autopista como techo. Alguien o algunos –la verdad nunca hace luz sobre los márgenes- la roció seguramente con algún líquido y la hizo arder. No hay identidad, no hay nombre y cuando lo hay nadie tiene la certeza de su verosimilitud. Después de todo, cuenta a APe Barby Alegre, de la organización Sopa de Letras, “hay quienes olvidan sus nombres después de hacerse de llamar de otra manera durante años. Y también hay quienes prefieren elegir el propio”. Por Claudia Rafael para APe.

“Nosotros pasamos por ahí el domingo al mediodía. En Virrey Ceballos, entre San Juan y Cochabamba. Y creímos que sólo habían quemado las cosas. Pero sabemos que el sábado a la noche alguien prendió fuego en una de las ranchadas y estamos averiguando en hospitales pero todavía no tenemos claridad”, contó a APe cuando todavía no habían logrado confirmar la muerte. “En ese lugar –describió ayer en la tarde- suele haber varias personas, que van y vienen. Y por eso mismo no hay certeza de quién es la víctima. Tenemos muchísima bronca y muchísimo dolor. Queremos que este horror sea visible. Porque sea la chica que imaginamos que es o cualquier otra son las mismas personas que acompañamos todos los días, a quienes llevamos la comida, de quienes escuchamos sus historias”.

Barby cuenta de los quemados. De las casitas hundidas entre cenizas. Del hombre prendido fuego por los dos vecinos de Mataderos hace un año y de los otros dos que murieron entre las llamas en las barrancas de Belgrano. Reconstruye la historia de la familia que vivía en una casa rodante en Boedo. “Nosotros los ayudamos a construirla. Allí viven una pareja con siete hijas e hijos. Tuvieron mucha suerte porque perdieron todo pero nadie murió”.

Son las historias de los subsuelos del sistema. Que invisibiliza a los nadies o toma –a través de sus brazos vengadores- la decisión de borrarlos definitivamente de la vida.

A los 33, una mujer vive con su hijito de 8. Desde la vidriera de ese submundo al que los arrinconó un modelo que trasciende pandemias y covides el niño mira. Ve a los hombres astronautas descender del camión, dispuestos a manguerearlos. Intuye que no es una amenaza. Y acierta una vez más de tantas. Hace demasiado frío. La madre del niño le contó a Barby la escena que los dejó sin nada esta semana.

Desde Sopa de Letras le quita el velo a muchas otras crónicas de las ranchadas. Apura el diálogo con APe porque tiene que volver a poner el cuerpo en las calles del sur porteño y de Lanús. Donde coincide en la entrevista virtual con Jonatan Zaín, Julieta Garay y Marina Bo, los tres de la organización Bondi Sur. Todos ellos son los ojos de los caídos, de los rotos, los que fueron cayendo por los acantilados del modelo hace dos o tres años o los que empiezan a asomar por las ollas callejeras hace escaso mes y medio o dos, en plena pandemia. También están “esos pibes de 30 que viven en la calle hace 17 ó 18. Pasaron por todo. Por casas, por instituciones pero pasaron la mayor parte de sus vidas en la calle”, cuenta Jona mientras habla del espacio que se armaron hace ya tiempo en la estación de trenes de Lanús y al que uno de esos pibes asiste jueves y domingos por la noche.

“No podés estar acá…”

José tiene 38 años y es paraguayo. Las calles del sur del conurbano son su territorio. “A mí la policía me echó un montón de veces de los lugares en los que paro. Me siento como una pelota de ping pong, como un perro, de un lugar a otro. A veces no sé qué voy a hacer: circule, circule, te dicen. No me dejaron ni ir al baño. Personas como yo que no tenemos dónde caer muertos… Creen que llevamos esta vida por gusto de estar así. Y eso me baja el ánimo, las ganas de vivir se te quitan, porque no sos un animal, sos una persona. No puedo pasar a Constitución porque no te permiten, no puedo irme. Falta un poquito más de amparo, de gente que te entienda. Dónde voy a estar yo mientras no pueda ir a ninguna parte… yo soy una persona en su sano juicio, asimilo las cosas, qué puedo hacer. Acá si me pongo a dormir no le puedo hacer mal a nadie. Me pueden prender fuego, que son los riesgos que uno corre. Me trabaja la cabeza, me puede pasar. Antes de la cuarentena los chicos que salían de fiestas te veían y te zarandeaban, se te morían de risa. Ahora no son ellos, la policía te hace salir, no podés estar acá, pero qué puedo hacer… me voy a la plaza y otra vez viene el patrullero. Me vengo a la estación, acá no podés estar… tengo paciencia pero me indigna, me frustra…”

Reglas de la calle

Bondi Sur mira el rostro del pibe de 30 y lo rescata con una sistematicidad de años del sitial del olvido cada jueves y cada domingo. Jona, Barby, Julieta y Marina hablan de viejos anclados en las calles desde que la circularidad de los márgenes los va llevando a dejar de pagar la luz, a no tener gas, a quedar a oscuras y con techo para dormir pero platos vacíos para comer.

Demasiadas veces hay una pulseada con integrantes de fuerzas de seguridad. “Algunas veces tuvimos que sacarle pibes a la policía cuando los estaban corriendo. Pero lo que suelen hacer es verduguearlos hasta cansarlos”, desgrana Jona. Y Marina acompaña el relato: “Están buscando la reacción. No es directamente la violencia sino provocar un por qué para actuar. Hay muchos chicos que están en consumo, en la plaza, y cuando estamos las organizaciones sociales no los provocan tanto, pero hay muchas veces en que están realmente densos”.

La pandemia les cambió el escenario y sus protagonistas. “Si bien tenemos personas que son históricas, que están con nosotros desde hace años, hay unos cuantos que encontraron ollas nuevas más cercanas al lugar en el que paran o en el que viven y dejaron de venir. Pero apareció mucha otra gente, con o sin techo, que recurre a nosotros por la pandemia. Hay un muchacho que viene desde Claypole; otro, que era voluntario de una organización en capital y era de Lanús que cuando se quedó sin trabajo en la pandemia empezó a venir a comer a la estación. Hay una mujer, Norma, que tiene cerca de 80 años que vive a 10 cuadras de la estación y viene a comer. Y nosotros le queremos llevar el bolsón a la casa y no acepta, porque quiere venir”. Se juegan seguramente crónicas de soledad y aislamiento. Y Norma, como tantos, necesita de la palabra compartida.

La calle tiene otras reglas. Ajenas a los protocolos ministeriales. El pico de botella o el faso compartido, el calor humano de dormir cuerpo a cuerpo en una vereda y entre cartones, la cercanía imprescindible que no sabe de alcoholes en gel o lavandinas, el barbijo que pasa de manos y cubre de repente otras narices y otras bocas. “Pero es lo que hay, reflexiona Jona. Hay muchos que por la desesperación, para conseguir un mango para llevar a la casa, hacen cosas que saben que los ponen en riesgo por más que no quieran. Y además, cuando vuelven a la casa no pueden desinfectar todo lo que traían, un baño, cambios de ropa. Ya sus vidas mismas son un riesgo”.

Julieta necesita seguramente hacer a un lado la oscuridad. Y elige, a la hora de privilegiar imágenes que le dejaron marcas, el momento de decir a la gente que retira el bolsón que no pueden ampliar el número de quienes lo recibirán: “entregamos dos bolsas. La de comida y la de higiene. La realidad es que no sabemos cómo llegar de una semana a otra, cómo conseguir las cosas. Por ahí algunos de los que se llevan el bolsón traían el nombre de gente de su entorno que necesitaba también. Y a nosotros no nos da. Entonces propusimos que entregaríamos algo más pero que lo tendrían que compartir y la gente, para nuestra alegría, se súper prendió”. Para seguir caminando hace falta reconciliarse con esa humanidad que no quema a una mujer que vive en la calle sino que elige compartir lo poco que queda.

El mismo dulzor le dejó a Marina un episodio personal doloroso. “Hace unos meses, al inicio de la pandemia, mi mamá fue hospitalizada de urgencia en el Evita de Lanús. En medio de la incertidumbre de no saber cómo seguía mi mamá, que estaba muy grave, yo deambulaba perdida, esperando un milagro, y me encuentro con uno de los compañeros que vive ahí por el hospital, en la calle. El me vio y me brindó lo que por ahí yo le di durante tanto tiempo, la contención, la escucha, el abrazo. Invertimos los roles, él me escuchó y me acompañó en ese momento que para mí era muy difícil. Es algo que guardo en el corazón”.

Quien llega primero…

El más viejo en años de calle primerea. “Los que viven hace años en la calle se saben mover. Tienen calculados los tiempos según los horarios de las ollas. Los que son nuevos, muchos abuelos, asoman con el tuper y esperan, como con vergüenza. Se acercan cuando ya no queda nada para entregar. Aparece mucha gente bien vestida, que tuvo años de trabajo, que tenían casa, pero dejaron de pagar la luz y se las cortaron, dejaron de tomar los medicamentos. En pleno invierno, un viejito jubilado, llegaba en ojotas a la estación de Lanús desde Capital. Contaba que se levantaba llorando de hambre. Cuando supimos que vivía cerca de nuestra sede en capital, pudimos ayudarlo a que pudiera empezar a cobrar algo mínimo. Va a nuestra sede a comer”, suelta Barby.

Los más nuevos y los más desarrapados abundan en sus precariedades. Un hombre dormía, en plena lluvia, en una plaza de Lanús. “Estaban él y sus pertenencias en el medio del charco de agua. Cuando un compañero nuestro llegó a tratar de ayudarlo, se encontró con un camión limpiando bajo la lluvia. Era de la municipalidad de Lanús, y estaban diciendo que iban a llamar a la policía. Tiraron todas las cosas del hombre en el camión que se quedó sin nada”.

Son los habitantes del desarraigo. Los pobladores de la intemperie. Los que cayeron de todos los mapas. Abrupta o paulatinamente. Los que perdieron o los que nacieron y crecieron sin el estatus de sujetos. Los que pueden ser mirados como si fueran transparentes. Sin ver en sus rostros ajados siquiera los harapos de su humanidad. Qué mal puedo hacer durmiendo acá, se pregunta José. Tal vez sea el simple mal de existir.

Y una vez más se cincela al futuro con el formato indecible de la tristeza.

Habrá que arremangarse de ternuras para nockear a la crueldad en el cuadrilátero de la Historia.

 

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