Page 1 of 2
1 2

Los crímenes del sionismo contra la humanidad: Una breve selección

Por Edgar Isch L

El Sionismo, nacido en Europa bajo el lema de “Una Patria para el pueblo judío”, se convirtió en una orientación de corte fascista, xenófoba y responsable de verdaderos crímenes contra la humanidad. La mayoría de ellos están tipificados en las normas internacionales, incluso en las que pretenden frenar acciones brutales en medio de una guerra entre Estados, aunque no es el caso concreto de nuestros días, porque a Palestina se le niega su existencia como Estado y no tiene ejército, ni refugios antiaéreos.

Una aclaración importante: la condena al sionismo y su gobierno en Israel, aunque éste tenga apoyo mayoritario de la población que se identifica como judío, tal como Hitler tuvo apoyo en su país en un momento de su historia, no involucra ni puede involucrar un rechazo a todos los integrantes de la cultura hebrea ni a todos los que responden al judaísmo como religión. Se podría poner por ejemplo a la Red Internacional de Judíos Antisionistas que sostienen que son: “una red internacional de judíos incondicionalmente comprometidos con las luchas de emancipación humana, de las cuales la liberación de los habitantes de Palestina y de su tierra es una parte primordial. Nuestro compromiso es el desmantelamiento del apartheid israelí, el retorno de los refugiados palestinos, y el fin de la colonización israelí de la Palestina histórica”[i].

Crímenes de odio y racismo

Si se lee frases de prominentes sionistas, se encuentran muchas que desconocen la condición de seres humanos para árabes y particularmente palestinos. Un solo ejemplo de uno de los gobernantes israelíes, Menahim Begin,que en el parlamento dirá que: «Los Palestinos son bestias sobre dos patas.»[ii]

Ese trato es un crimen de odio permanentemente expresado. Hoy se manifiesta en las camisetas del Movimiento Juvenil Sionista EZRA pidiendo “Quemar a los árabes”[iii], así como en los cánticos por matar a los árabes que gritan en Jerusalem los sionistas.

Discriminación

La discriminación contra los palestinos es practicada por el gobierno de Israel todo el tiempo. Esto, incluyendo a los que viven dentro de territorio israelí y tienen formalmente esa nacionalidad. Según Amnistía Internacional (2021), “Israel seguía discriminando a los ciudadanos y ciudadanas palestinos de Israel en materia de urbanismo, asignaciones presupuestarias, control policial y participación política. Según el Centro Jurídico para los Derechos de la Minoría Árabe en Israel Adalah, Israel mantenía más de 65 leyes que discriminaban a la población palestina”[iv].

En la decimotercera Ley Básica israelí (de un país sin Constitución), aprobada en 2018, se entrega una licencia a la discriminación. En ella se define al hebreo como el idioma oficial, rebajando el árabe y al yidish (hablado por un sector de judíos ortodoxos) a un estatus especial y define a Israel como «el hogar nacional del pueblo judío», es decir de una sola nacionalidad, excluyendo a cualquier otra.

Apartheid

El apartheid es una organización social territorial nacida en Sudáfrica y contra la que lucharon por mucho tiempo, contando con líderes como Nelson Mandela. Se trata de la segregación étnica y “racial” en pequeños territorios empobrecidos y separados entre sí, que dependen del Estado colonizador y cuya población ve negados todos sus derechos.

Esto es lo que hoy se vive en Israel, los Territorios Ocupados y Palestina. Si se mira los mapas históricos, se observa como cada vez los palestinos tienen menos tierra, aislada, bajo control de Israel. Un buen ejercicio es imaginar ese proceso en cada uno de nuestros países y cuál sería nuestra reacción ante semejante agresión sistemática. Para ir de un territorio palestino a otro, deben pasar, si les permiten, por varios controles militares. Eso incluso las ambulancias, imposibilitando muchas veces atención de emergencia.

Muchos organismos de DDHH han denunciado este Apartheid. El Centro Israelí de Información sobre Derechos Humanos es uno de ellos, que resalta cuatro políticas colonizadoras, basadas en el divide, separa, decide y gobierna: normas que permiten migración solo a los judíos; apropiación de tierra para los judíos, aumentando la sobrepoblación en los enclaves en los que se encierra a los palestinos; restricción de la libertad de movilización a los palestinos; negación del derecho político de participación[v].

Hay que considerar también el muro de separación, planificado para 626 kilómetros según fuentes oficiales, dejando aislada la Rivera Occidental. Esta es una de las medidas para tener a los palestinos encerrados en una inmensa cárcel a cielo abierto.

Limpieza étnica

Este crimen de lesa humanidad busca «limpiar» a un territorio de habitantes de otro grupo étnico, nacional o religioso, para lograr la monoculturalidad y “pureza”. Se trata de una eliminación sistemática o la expulsión forzada de una población, negándole sus derechos humanos.

En esa dirección, los sionistas no dudan en proponerse e impulsar este crimen: «Debemos utilizar el terror, el asesinato, la intimidación, la confiscación de tierras y el corte de todos los servicios sociales para expulsar de Galilea a su población Árabe.» (Israel Koenig, «The Koenig Memorandum»).

También hay que considerar que incluso personas con abuelos judíos pueden pedir la nacionalidad israelí, ir allá y seguramente ser alentado a vivir en uno de los asentamientos ilegales con los que siguen quitando la tierra a Palestina, pero la misma Ley de Retorno excluye a todo palestino de la posibilidad de regresar a su tierra.

La destrucción de viviendas y de servicios básicos, como la realizada por los bombardeos de Israel en este mes, implican que miles deben buscar refugio, salir de allí.Soloen el año pasado, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH) de la ONU, Israel demolió 848 estructuras residenciales y dedicadas al sustento palestinas en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental, desplazando a 996 personas.

Hoy la violencia inició con la política de expulsar a familias árabes de sus viviendas en un histórico barrio de Jerusalén para darlas a judíos, rodeando y aislando el tercer templo de importancia para el Islam.La matanza en Gaza ha tenido esas características en este mes, sin tener una evaluación final de cuánto se dañó en infraestructura y edificios. La masacre de familias enteras no es casual, está aprobada por autoridades civiles y militares, haciendo de éste, nuevamente, un crimen sistemático.

Hoy la mayoría de quienes se reconocen palestinos vive en refugios. La historia demuestra que allí tampoco han tenido la seguridad que debe ser garantizada en su condición, ni condiciones dignas de existencia. Lo que se encuentran fuera del territorio son impedidos de retornar y rehacer sus vidas.

Territorios ocupados

La ocupación significa someter a un territorio y sus habitantes a las determinaciones de un ejército extranjero. La ilegalidad de la ocupación israelí, desde 1967, abarca los territorios palestinos de Cisjordania (incluida Jerusalén Este) y la Franja de Gaza; las alturas del Golán de Siria; y, hasta 1982, en la Península del Sinaí de Egipto. La Corte Internacional de Justicia y la Asamblea General de las Naciones Unidas catalogan por ello a Israel como «Potencia Ocupante».

Se mantiene el ilegal bloqueo aéreo, marítimo y terrestre israelí sobre la Franja de Gaza y otros territorios. Incluye el control de la entrada y salida de personas y bienes, impidiendo, en múltiples ocasiones, elingreso de ayuda humanitaria, materiales de construcción y combustibles (HRW, 2021)[vi].Hoy mismo, tras la tregua pactada, la falta de medicinas es un problema fundamental.

La “anexión” de nuevos territorios mediante “asentamientos” es igualmente señalada por parte de la ONU, la Unión Europea y otros como contraria a la legislación internacional. Una vez más hay que denunciar la hipocresía de Estados Unidos, que con Trump pretendió el reconocimiento de estos territorios, así como imponer que Jerusalem es la capital de Israel.

Nuevamente, no siempre niegan este proceder. Moshe Dayán, famoso jefe militar israelí lo dirá en estos términos: «Las villas judías están construidas en el lugar de las villas Árabes. Ustedes no saben incluso el nombre de estas villas Árabes… No hay un sólo lugar construido en este país en el que no hubiera previamente una población Árabe.»[vii]. Esto además desmantela la ficción de que se trató de asentamiento de “un pueblo sin territorio dentro de un territorio sin pueblo”.

En muchos casos, promueven abiertamente el despojo territorial. «Es un deber de los líderes Israelíes explicar a la opinión pública, claramente y con coraje, un cierto número de hechos que se olvidan con el tiempo. El primero de ellos es que no hay sionismo, colonización o Estado Judío sin el desahucio de los Árabes y la expropiación de sus tierras.» (Yoram Bar Porath, Yediot Aahronot, 14 de julio de 1972).

El reconocimiento de lo que hacen viene de otro líder histórico judío, David Ben-Gurion: «Si yo fuera un líder Árabe nunca haría la paz con Israel. Es natural: hemos ocupado su tierra.» (citado en The Jewish Paradox, por Nahum Goldmann, Weidenfel y Nicolson, 1978, p.99).

Homicidio ilegítimo y excesivo uso de la fuerza

Estos crímenes son frecuentes y ya vimos que están ligados a lograr que la gente huya. Hay asesinatos selectivos a dirigentes políticos y muchas veces a sus familias, a manifestantes contra los que se usa armas de fuego de manera intensiva, prisiones arbitrarias y también ataque a las formas de vida. Para el año anterior, Amnistía Internacional recoge que “Las fuerzas israelíes abrieron fuego a menudo contra pescadores y agricultores en Gaza; según el Centro Al Mezan para los Derechos Humanos, resultaron heridos 12 pescadores y 5 agricultores”. Nuevamente, en mayo de 2021 se ha denunciado esta misma agresión contra civiles y el derecho a la alimentación del pueblo.

Tortura y prisiones arbitrarias

Los organismos dederechos humanos señalan que los malos tratos y torturas se realizan con total impunidad. Para el año pasado no existía una contabilidad, pero se estimaba en miles de presos detenidos arbitrariamente. Las autoridades israelíes realizaron cientos de operaciones en toda Cisjordania para detener a palestinos, por lo general en sus viviendas y por la noche. Las personas detenidas eran recluidas en prisiones de Israel, junto con miles de palestinos más de los Territorios Palestinos Ocupados (TPO) detenidos en años anteriores, lo que constituía una violación del derecho internacional humanitario, que prohíbe el traslado de detenidos al territorio de la potencia ocupante (Amnistía Internacional, 2021).

Muchas veces, las víctimas son niños y niñas. Son arrestados continuamente, sometidos a inspecciones en las calles. En octubre de 2020, según Defensa de Niñas y Niños Internacional, Israel tenía a 157 palestinos menores de edad en prisión, dos de ellos sometidos a detención administrativa. Eran interrogados sin la presencia de sus padres y permanecían recluidos junto con adultos. El tiempo de prisión es indefinido.

Castigos colectivos

El control de servicios y derechos básicos permite a la potencia ocupante realizar castigos colectivos, que han sido denunciados en diversos momentos de la historia de la ocupación. Corta el agua, la electricidad o simplemente impedir el libre tránsito, impedir el ingreso de productos necesarios para la población, son medidas habituales.

Un piloto militar israelí, identificado únicamente por la inicial de su nombre, D, durante una entrevista con el canal de televisión israelí, Channel 12, reveló que el derribo de los edificios altos en la Franja de Gaza se produjo “como desahogo” “por la frustración generada a raíz de los golpes que los grupos (de resistencia) en Gaza nos estaban asestando”[viii]. Muchos de esos edificios, eran viviendas de familias enteras que hoy no tienen nada.

Castigar a toda una población o familiares por lo que se acusa a un grupo a un individuo, es también considerado un crimen de guerra. Nuevamente, aquí los sionistas y los nazis se parecen.

Ataques a los defensores de derechos humanos

Hace poco, la Federación Internacional de Derechos Humanos denunció los métodos usados por el gobierno sionista: “Calumnias, campañas para disuadir a los donantes, un arsenal legislativo restrictivo, obstáculos judiciales… Hace 20 años que se multiplican las maniobras de desprestigio y de acoso orquestadas por el gobierno israelí contra las ONG y las personas defensoras de los derechos humanos de Israel, el Golán y Palestina”[ix].

Dos expertos de la ONU en Derechos Humanos explicaron“que la condena de Israel el pasado 6 de enero a Issa Amro, un defensor palestino de las garantías fundamentales y fundador de un grupo con sede en Hebrón que se opone a la expansión de los asentamientos mediante la resistencia civil no violenta, ‘forma parte de un patrón claro y sistemático de detención, acoso judicial e intimidación’ en ese país”[x].

Que se trate de un patrón sistemático demuestra que setrata de un crimen de Estado y no de acciones aisladas. Y se niega así la protección a los defensores de derechos humanos a la que los Estados realmente democráticos se comprometen.Israel además continúa negando la entrada en los TPO a organismos de derechos humanos, incluido el relator especial de la ONU sobre los derechos humanos en los TPO.

Ataque al ejercicio del periodismo

El 15 de mayo tres misiles pesados de origen israelí destruyen el edificio de departamentos y oficinas, en el cual estaban las oficinas agencia estadounidense AP y Al-Jazeera,más otras entidades de prensa. Aunque se llamó para que salga la gente, no se permitió el tiempo para que la gente y los periodistas rescaten la mayoría de sus materiales.

Sin ofrecer pruebas hasta hoy, se dijo que allí estaban objetivos militares de Hamás. Eso es desmentido por los periodistas que por muchos años usaban ese edificio y dejaron ver que con ello el mundo tendría menos información sobre la realidad en Gaza, callando la destrucción y muerte que el sionismo genera.

Violación del derecho a la salud

Las restricciones de Israel a la libertad de circulación siguieron dificultando el acceso de la población palestina a la atención sanitaria, con el consiguiente aumento del riesgo para las personas vulnerables durante la pandemia de COVID-19.

Sea castigo colectivo o no, se ha denunciado la enorme distancia entre proveer de vacunas para la COVID-19 a la población israelí y negarla para los palestinos. Incluso, con los bombardeos a precisión destruyeron el único centro de detección de la pandemia que existía en Gaza. En otros momentos, se han destruido incluso escuelas.

La necesidad de un juicio a los ocupantes y sus crímenes

Así como se realizó un Juicio de Núremberg, para juzgar los crímenes de guerra de los nazis, algún día deberá realizarse otro para poner ante la justicia a gobernantes sionistas y jefes militares de Israel. Se puede decir que para ello está la Corte Penal Internacional, lo cual es cierto de manera que ese podría ser el escenario adecuado, pero las acciones de Israel y Estados Unidos contra las capacidades reconocidas a esa Corte y su independencia, son ataques que dificultan su accionar.

La legislación internacional sobre derechos humanos y contra los crímenes de lesa humanidad y los de guerra, de be aplicarse sin que, sobretodo, Estados Unidos se convierta en una barrera que impida la justicia. La humanidad requiere la verdad, la aplicación de normas fundamentales de convivencia y el reconocimiento a los derechos palestinos y la existencia de su Estado.


Referencias

[i]Red Internacional de Judíos Antisionistas: Carta Abierta al Mundo. https://piensachile.com/2009/01/27/red-internacional-de-judasos-antisionistas-carta-abierta-al-mundo/

[ii]Begin, Menahim.Discurso al Parlamento, citado en Amnon Kapeliouk, «Begin y las ‘Bestias’», New Statesman, 25 de Junio de 1982.

[iii]SOTT, 2013. ‘Quemar Arabes’, es el nuevo slogan del Movimiento Juvenil Sionista EZRA. En : https://es.sott.net/article/21185-Quemar-Arabes-es-el-nuevo-slogan-del-Movimiento-Juvenil-Sionista-EZRA

[iv]Amnistía Internacional (2021). Informe 2020-2021. La situación de los Derechos humanos en el mundo. Reino Unido.

[v] Centro Israelí de Información sobre Derechos Humanos (2021). A regime of Jewish supremacy from the Jordan River to the Mediterranean Sea: This is apartheid. En: https://www.btselem.org/publications/fulltext/202101_this_is_apartheid

[vi]HRW (2021). World Report 2021. Human Rigths Watch. New York.

[vii]Dayan,Moshe (1969).Comunicado a Technion, Haifa, citado en Haaretz, el 4 de Abril de 1969.

[viii]Agencia Anadolú (2021). Piloto israelí revela que derribaron edificios en Gaza al no poder impedir el lanzamiento de cohetes. 23 de mayo de 2021. https://www.aa.com.tr/es/mundo/piloto-israel%C3%AD-revela-que-derribaron-edificios-en-gaza-al-no-poder-impedir-el-lanzamiento-de-cohetes/2251388

[ix]FIDH, 2021. Israel: campañas para acallar a defensores de derechos humanos de Israel, el Golán y Palestina. https://www.fidh.org/es/region/magreb-y-medio-oriente/israel-y-palestina/israel-campanas-para-acallar-a-las-personas-defensoras-de-los#

[x]Noticias ONU, 2021. Las detenciones de activistas en Israel buscan silenciar a los defensores de los derechos humanos, denuncian expertos.

  *Académico y ex ministro de Medioambiente de Ecuador. Asociado al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, www.estrategia.la)

Fuentes: Estrategia

Comparte este contenido:

África, esclava de la intolerancia

Por: Geraldo Elorriaga

La corrupción política, la ignorancia social y el fanatismo religioso impiden al continente avanzar en el respeto a los derechos humanos. Los tímidos progresos de Sudáfrica aportan un rayo de esperanza

Lo llaman derechos humanos, pero suele ser una cuestión de mera supervivencia. Las calles africanas se llenan de individuos que protestan, fundamentalmente, por medidas que amenazan la subsistencia de la población. Las marchas semanales que amenazan al Gobierno sudanés estuvieron motivadas, en su inicio, por la subida de la barra de pan de una a tres libras, unos seis céntimos de euro, mientras que las revueltas sociales en Zimbabue remiten a una subida del carburante y el aceite doméstico. No olvidemos que la requisa de las mercancías de un vendedor ambulante desencadenó la caída del régimen tunecino y el fenómeno de la Primavera Árabe.

La precariedad condiciona tanto la conducta de las masas como de sus dirigentes. La última reforma del Código Penal en Angola, recientemente aprobada, acaba de despenalizar la homosexualidad y ampliar los supuestos necesarios para acceder al aborto legal, incluyendo la violación. El cambio político de la antigua colonia portuguesa evidencia algo más que un talante progresista. El rumbo del nuevo presidente Joao Lourenço parece íntimamente ligado a su necesidad de acceder a las líneas de crédito de los países occidentales.

La lucha por las libertades civiles goza de mayor recorrido allí donde las condiciones económicas y educativas han impulsado el tejido social. Las clases medias han impulsado las demandas políticas y, a menudo, han liderado y reconducido protestas populares que, como en el caso de Sudán, han surgido como respuesta inmediata a medidas impopulares.

Tras la democracia formal de muchas repúblicas impera el autoritarismo de una élite corrupta

La realidad política africana es convulsa porque, a menudo, la fachada institucional tan sólo maquilla un escenario complejo. La democracia formal de muchos de sus Estados no se corresponde con realidades autoritarias donde una elite acapara el poder y se resiste a compartirlo. En este sistema, las reformas legislativas se convierten en papel mojado ante la escasa capacidad para hacerlas efectivas. La corrupción, la falta de una Administración que llegue hasta el ciudadano, las trabas de la burocracia y la ignorancia lastran su plasmación efectiva y el progreso.

Excluidos de la educación

El aborto, la despenalización de las relaciones homosexuales o la equidad de género, además, se enfrentan a la animadversión de la opinión pública, que los considera valores occidentales ajenos a su cultura e, incluso, los rechaza abiertamente. El conservadurismo social se ha convertido en una herramienta de enganche para cultos de procedencia cristiana y musulmana, que suelen condenar a quienes se enfrentan a la corriente mayoritaria. Las minorías religiosas, tribales o sexuales suelen ser las víctimas de esta falta de tolerancia, tan útil para las clases dirigentes.

La educación resulta la clave para la transformación social. Unos noventa millones de jóvenes -la mitad de los menores africanos- no asisten a una escuela, según datos del Banco Mundial, y otros 40 millones la abandonarán en próxima década. La falta de formación mediatizará no sólo su futuro personal, sino también el de los Estados que habitan. Su escasa capacidad crítica no facilitará el cambio de mentalidad y la demanda de un sistema mejor de derechos y libertades.

La mutilación genital femenina es ilegal en Egipto, pero afecta al 90% de las mujeres

El análisis de la situación en seis países nos muestra las lacras y carencias habituales en todo el continente. Algunas son específicas, relacionadas con su turbulento pasado, pero otras son compartidas y hablan del mantenimiento de la violencia como instrumento de dominación, la intolerancia y el sometimiento de la mujer.

Costa de Marfil: Cicatrices abiertas

El crecimiento económico favorece la cicatrización de las heridas de la guerra y aplaca la sed de justicia que aún experimenta Costa de Marfil. Porque el país del golfo de Guinea, uno de los más prósperos de la región, ejemplifica la incapacidad de muchos Estados africanos para dar respuesta a las violaciones de los derechos humanos que causa un conflicto interno. No se han dirimido responsabilidades por la guerra civil de 2011, que provocó masacres y desplazamiento de civiles. Las consecuencias, además, se proyectan en la actualidad, con la proliferación de bandas armadas que extorsionan a la población.

El país también es un modelo de desarrollo legislativo ineficaz, con medias contra la violencia sexual que no resultan prácticas por la pervivencia del estigma social y el difícil acceso a los tribunales. La modernidad de esta potencia emergente también contrasta con la pervivencia de tradiciones como la mutilación genital femenina, que afecta al 88% de las mujeres de la zona septentrional, la poligamia, soportada por el 28% de las esposas, y el matrimonio levirato, que implica el casamiento forzado de la viuda con el hermano del difunto.

Mauritania: La tiranía de la ‘zina’

Los caminos de la justicia mauritana son inescrutables y una mujer de aquel país que denuncie una violación corre el riesgo de acabar en prisión. Esta república islámica prohíbe las relaciones sexuales fuera del matrimonio y una interpretación restrictiva de este delito, conocido como ‘zina’, puede convertir a la víctima en culpable. Existe un proyecto de ley contra la violencia y el acoso, pero aún se halla pendiente de aprobación parlamentaria.

A este país, donde convergen poblaciones de origen árabe y otras subsaharianas, se le achaca un importante déficit en el capítulo de los derechos humanos. A la discriminación social, económica y política de las comunidades de origen meridional y piel oscura se suma la pervivencia de formas de esclavitud, derogadas por la ley, pero que permanecen vigentes y afectan a decenas de miles de personas. Además, las prácticas homosexuales, la blasfemia, el sacrilegio y la apostasía son merecedoras de la pena capital. El bloguero Mohammed Mkhaitir permanece en prisión desde hace cinco años tras criticar el uso que, a su juicio, realiza el Gobierno islámico para discriminar a las minorías.

Egipto: La primavera marchita

La Primavera Árabe supuso un soplo de libertad en un país hasta entonces férreamente controlado por el Ejército, un poderoso aparato político, social y económico. Pero la apertura no cristalizó. El triunfo de los islamistas provocó la reacción militar y el golpe del general Al Sisi se tradujo en un regreso a las viejas fórmulas. Amnistía Internacional denuncia prácticas frecuentas como la detención arbitraria, la tortura, las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales.

La población sufre la presión de los cuerpos de seguridad y la no menos violenta del Estado Islámico, responsable de matanzas de policías y civiles. Junto a los problemas políticos, existen otros de tipo social ampliamente arraigados. Los problemas de seguridad se ceban con las mujeres; no en vano El Cairo es considerada la capital mundial del acoso sexual. La Administración ha llegado a culpabilizar a las víctimas, acusándolas de provocar su propia desdicha. La mutilación genital femenina es ilegal, pero su índice del 90% de afectadas tan solo resulta superado por Guinea y Somalia. La falta de libertad religiosa se ceba con la minoría cristiana copta, objetivo de terroristas y de la discriminación de una Constitución que confiere al islam la condición de religión de Estado.

Kenia: La excusa yihadista

La potencia de África Oriental, dotada con una variedad de culturas e importante desarrollo asociativo, no escapa a las carencias habituales. La presión del yihadismo radical coarta la libertad de prensa, sometida a la censura por motivos de seguridad, y acentúa la autonomía de los cuerpos policiales, sospechosos de perpetrar todo tipo de abusos con absoluta impunidad. Oscar Kamau y John Paul Oulu, dos activistas de los derechos humanos empeñados en dar a conocer esta guerra sucia, fueron asesinados en 2009, y tales crímenes aún no han sido resueltos. El derecho a la vida aparece condicionado por la frágil situación de las comunidades del norte, afectadas por la sequía y el hambre. Uno de cada tres kenianos sufre desnutrición. Este escenario resulta ideal para que Uhuru Kenyatta, su presidente, arguya que la abolición de la ley que penaliza el sexo gay no constituye una cuestión de derechos humanos. Al parecer, la emergencia humanitaria también impide que él mismo y su partido sean juzgados por las atrocidades cometidas tras las elecciones de 2007.

Uganda: La homofobia más feroz

La celebración de elecciones periódicas y la concurrencia de partidos suele dar lugar a una democracia formal, que no necesariamente implica ser real. Uganda mantiene ese carácter y, al mismo tiempo, mantiene limitaciones a la libertad de prensa, y las fuerzas de seguridad son criticadas por acosar a la oposición. La república ribereña de los Grandes Lagos también sufre problemas comunes a buena parte del continente, como el trabajo infantil, lacra que afecta al 36% de los niños entre 5 y 14 años.

El espíritu conservador de la sociedad, a menudo rentabilizado por las sectas carismáticas, se manifiesta en iniciativas políticas como una ley contra la homosexualidad, aprobada en 2014, que criminalizaba tanto estas relaciones sexuales como a las ONG que apoyaran al colectivo. Estados Unidos y varios países europeos amenazaron con retirar sus ayudas y el Tribunal Constitucional invalidó la norma. Pero la homofobia se ha exacerbado en el país y los medios locales han llegado a publicar cientos de fotos de presuntos gais.

Sudáfrica: Salir del ‘apartheid’

El país más rico del continente es también el más avanzado en materia de protección del individuo, con una regulación excepcional dentro del continente. La Constitución, aprobada en 1994, incluye una Comisión de Derechos Humanos, obligada a abordar todas las denuncias en este ámbito y establecer reparaciones, pero también a investigar de forma proactiva cualquier tipo de atentado contra la libertad y llevar a cabo una acción educativa.

El fin del régimen del ‘apartheid’, que discriminaba en función del color de la piel, dio lugar a un nuevo marco normativo con talante progresista. Sudáfrica es el único país del continente que ha legalizado el matrimonio gay. Pero el país del arco iris tampoco escapa a males comunes, como son la inseguridad ciudadana, la brutalidad policial y el clientelismo o la capacidad de la burocracia para distribuir subvenciones en función de afinidades políticas. Además, la violencia sexual adquiere dimensiones alarmantes. Uno de cada cuatro varones adultos reconoce haber cometido abusos contra mujeres, incluida la habitual ‘violación correctiva’ de lesbianas.

Fuente: https://www.laverdad.es/sociedad/africa-esclava-intolerancia-20190411120142-ntvo.html

Comparte este contenido:

El fracaso de la educación pública aboca a millones de sudafricanos negros a la pobreza

África/Sudáfrica/11 Abril 2019/Fuente: El periódico

La segregación implantada durante el ‘apartheid’ no se ha revertido pese al ingente dinero invertido en el sistema de enseñanza

Un 20% de los maestros y profesores sudafricanos no acuden a dar clase los lunes y los viernes

Durante décadas, los sudafricanos negros recibieron del gobierno una educación de segunda, que les privaba de recibir formación adecuada en Ciencias, Matemáticas y otras materias clave para encontrar empleos bien pagados y salir de la pobreza. El gobierno del ‘apartheid’ los condenaba así a seguir siendo la mano de obra barata de la que se aprovechaba la Sudáfrica blanca, y preservaba un sistema de segregación racial en el que la principal función de los negros era servir a sus amos.

Esta situación debería haber cambiado en 1994, cuando el Congreso Nacional Africano (CNA) de Nelson Mandela comenzó a gobernar Sudáfrica. El CNA puso fin a la discriminación, declaró gratuita la educación básica y ha invertido ingentes cantidades de dinero en pagar a más maestros y profesores y acondicionar y construir escuelas e institutos. Sin embargo, un cuarto de siglo después, el pésimo estado de la educación en las zonas donde viven la mayor parte de sudafricanos negros siendo uno de los principales factores para explicar las tremendas desigualdades sociales y raciales en el país austral.

Según un informe del Banco Mundial, Sudáfrica es el país del mundo con mayores índices de desigualdad social. Datos oficiales muestran que esta desigualdad coincide con la división racial que promovió el ‘apartheid’. Los sudafricanos blancos, que representan el 8% de la población, ganan en promedio cinco veces más que sus compatriotas negros, que suponen el 80% del total de sudafricanos.

Pública versus privada

Un estudio encargado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) revela que “el 75-80% de los alumnos” no tienen dinero para buscar alternativas y se ven obligados a acudir a escuelas públicas que no funcionan, obteniendo malos resultados académicos que lastran sus opciones en la vida laboral. Mientras tanto, “el 20-25% de los alumnos, los más ricos, son matriculados en escuelas privadas o escuelas públicas que funcionan y obtienen mejores resultados”.

El informe, presentado esta semana por el FMI, aporta también un dato crucial para entender el impacto de estos números sobre las desigualdades entre sudafricanos blancos y negros: “Un 80% de las escuelas disfuncionales están en los ‘townships’ [donde el ‘apartheid’ confinaba a la fuerza trabajadora negra] y las comunidades rurales”, espacios ambos de abrumadora mayoría negra.

Contra lo que podría pensarse, el problema no es de inversiones, sino de gestión. El gobierno del CNA invierte en educación tanto como los países más desarrollados del mundo. En las escuelas públicas de las zonas pudientes, de mayoría blanca, las asociaciones de padres ejercen sobre maestros y profesores el control que no ejerce el gobierno, y surten las necesidades de los centros con contribuciones económicas privadas. Las cosas son muy distintas en las “escuelas disfuncionales”. Allí los educadores están peor preparados y no están sometidos a ningún control, en parte debido a la influencia de los sindicatos a los que pertenecen, que se han opuesto con éxito a los tímidos intentos del gobierno de hacer rendir cuentas a los docentes.

El informe del FMI revela que un 20% de los maestros y profesores sudafricanos no acuden a dar clase los lunes y los viernes, mientras que un 33% de los docentes se ausenta de las aulas en los últimos días de mes. “En las escuelas predominantemente negras, los maestros enseñan una media de 3,5 horas al día”, dice el estudio, que calcula en 6,5 horas al día la media de horas de enseñanza de los educadores en las escuelas en que los blancos siguen siendo mayoría.

El resultado de todo ello es que casi la mitad de las personas entre 25 y 34 años no han terminado la educación secundaria en Sudáfrica, cuyos alumnos quedaron en último o penúltimo lugar en pruebas de lectura, matemáticas y ciencia realizadas con estudiantes de su edad de decenas de países del mundo.

Fuente: https://www.elperiodico.com/es/sociedad/20190406/el-fracaso-de-la-educacion-publica-aboca-a-millones-de-sudafricanos-negros-a-la-pobreza-7385598

Comparte este contenido:

SUDÁFRICA Desmantelando la «pedagogía de las grandes mentiras» de la colonización.

Africa/Sudafrica/universityworldnews.com

Más de dos décadas después del fin del apartheid, las desigualdades históricas y estructurales, arraigadas en el racismo colonial y la opresión y el despojo del apartheid, siguen siendo parte integral del tejido social de Sudáfrica. Las instituciones de educación superiordel país no son la excepción. 

Desde 2015, los jóvenes estudiantes negros demandan una transformación fundamental en las universidades sudafricanas. Han hecho campaña para eliminar los símbolos coloniales y racistas, desmantelar las culturas institucionales opresivas, poner fin a la violencia epistémica y descolonizar el plan de estudios.

Se suponía que la descolonización del currículo sería una de las prioridades clave después de 1994 si la educación superior contribuyera a la transformación fundamental, la cohesión social y abordara el pasado difícil. Sin embargo, esto nunca sucedió. 

Conforme a los espacios en blanco

La transformación más significativa en la educación superior ha sido el cambio en la demografía de los estudiantes, con estudiantes negros y mujeres que son la mayoría del cuerpo estudiantil en la actualidad. Sin embargo, la transformación en el mundo académico se ha quedado atrás, y los académicos blancos siguen siendo la mayoría. 

Otro fracaso ha sido la falta de transformación curricular. Los planes de estudio en las universidades siguen siendo eurocéntricos, arraigados en los sistemas de conocimiento coloniales y del apartheid y desconectados de las realidades y experiencias de los sudafricanos negros.

En las universidades históricamente blancas, la blancura, definida por George Sefa Dei como un «sistema de dominación y estructura de privilegios», continúa dominando las culturas institucionales. Después de 1994, se permitió que los estudiantes y el personal negros ingresaran a espacios ‘blancos’, pero se esperaba que se ajustaran y no cuestionaran ni alteraran el status quo. 

Esto ha tenido un impacto profundamente negativo en la transformación del currículo, ya que el currículo «está entrelazado con la cultura institucional» y, dado que este último sigue siendo blanco y eurocéntrico en las instituciones históricamente blancas, el entorno institucional no es propicio para la «transformación del currículo». 

No muevas el bote

La falta de cambios epistemológicos y curriculares fundamentales no fue accidental. Las discusiones sobre la transformación de la educación superior después de 1994 no incluyeron ninguna deliberación significativa sobre el currículo y la hegemonía eurocéntrica. 

En enero de 2017, Ahmed Bawa, director ejecutivo de Universities South Africa, dijo a University World News que «a mediados de la década de 1990, estábamos en medio de un acuerdo negociado, y existía una opinión sólida de que no deberíamos arruinar el barco y Especialmente no dañar la confianza en las universidades históricamente blancas ”.

Básicamente, a estas universidades se les permitió continuar con el ‘business as usual’ cuando se trataba del mantenimiento de la blancura, las culturas institucionales hegemónicas y la degradación y deshumanización de los sudafricanos negros a través del plan de estudios eurocéntrico. 

Por lo tanto, no debería sorprender que la academia sudafricana siga reproduciendo y propagando visiones del mundo, estereotipos, prejuicios y opiniones paternalistas sobre África y su gente. Gran parte del mundo académico todavía asume que los sistemas de conocimiento occidentales son la «única base para formas de pensamiento superiores». 

Como Mahmood Mamdani destacó en 1998, a los estudiantes de Sudáfrica «se les está enseñando un plan de estudios que presume que … África no tiene una inteligencia que valga la pena leer». En gran medida, esto sigue siendo la norma en muchas universidades sudafricanas. 

Las universidades y el mundo académico tampoco han logrado relacionarse con lo que Donaldo Macedo, que escribe sobre fracasos similares de la educación en los Estados Unidos, llama «la intrincada interacción de raza, ética e ideología». Para él, esta «grave omisión es, por su propia naturaleza, ideológica y constituye el fundamento de … la pedagogía de las grandes mentiras». 

Muchos en la academia sudafricana han olvidado reflexionar críticamente sobre la historia de opresión del país y su propio papel en el mantenimiento de la supremacía blanca, la blancura, la dominación, la deshumanización y las injusticias y desigualdades presentes y pasadas. De esta manera, siguen reproduciendo asimetrías de poder a lo largo de líneas raciales y de clase. 

Como Tebello Letsekha señala , el plan de estudios en las universidades de Sudáfrica sigue siendo una “fuente de alienación” para la mayoría de los estudiantes, ya que no habla de sus experiencias y necesidades o “reflejan las realidades filosóficas, sociales de sus comunidades”.

El plan de estudios existente en las universidades sudafricanas no contribuye a una transformación fundamental y a una justicia social tan necesarias en una sociedad profundamente desigual, donde la desigualdad está arraigada en siglos de opresión racista. 

Los conocimientos dominantes y hegemónicos coloniales y de la era del apartheid, que siguen configurando las formas de conocimiento y comprensión de las relaciones sociales, políticas, económicas y de otro tipo, continúan construyendo realidades cotidianas en el país. Esto es lo que el proyecto de descolonización pretende abordar y rectificar. 

Reconstruir África La

descolonización consiste en reconstruir África desde el punto de vista histórico, civilizacional, económico y político. Su objetivo es comprometerse con la “pluralidad de experienciay perspectiva ”en todas y cada una de las culturas y partes del mundo en lugar de seguir ciegamente el universalismo occidental y la noción de que Europa y Occidente son el centro del mundo y la fuente de todo el conocimiento global. 

El desmantelamiento de la «pedagogía de las grandes mentiras» arraigada en el colonialismo y el apartheid requerirá una reconstrucción completa de todo lo que las universidades hacen y defienden, desde las culturas institucionales hasta la epistemología y el currículo. La transformación de las culturas institucionales de la era del apartheid en instituciones históricamente blancas es clave para que se realicen cambios genuinos y la descolonización del currículo.

La nueva pedagogía y el plan de estudios deben involucrarse en un cuestionamiento epistémico crítico de todo el conocimiento, mientras que coloca a Sudáfrica y África en el centro. El plan de estudios descolonizado debe ser relevante, apropiado y significativo para los entornos locales, nacionales y continentales, así como para funcionar en un mundo complejo, interconectado e injusto. 

El plan de estudios debe encontrar el equilibrio adecuado, que considere las injusticias pasadas y actuales, la dominación estructural, la opresión y la explotación en Sudáfrica, África y el mundo, así como las habilidades y los conocimientos necesarios para superarlos en el futuro.

Nada de esto será fácil, ya que la resistencia al cambio es inmensa. Los estudiantes, activistas y académicos progresistas y el personal de las universidades deberán continuar con un compromiso y activismo críticos hasta que las culturas institucionales y el currículo en las universidades se transformen y descolonicen fundamentalmente. 

La lucha será larga y ardua. Pero por difícil que sea el camino a seguir, no hay alternativas para que el sector de educación superior sudafricano sea relevante. 

El Dr. Savo Heleta es investigador en la Universidad Nelson Mandela en Port Elizabeth, Sudáfrica. Esta es una versión corta de su artículo titulado Descolonizando el conocimiento en Sudáfrica: desmantelando la ‘pedagogía de las grandes mentiras’ , publicado recientemente en Ufahamu: A Journal of African Studies, Volumen 40, No. 2. (acceso abierto).

Fuente: https://www.universityworldnews.com/post.php?story=20190107093331500

Comparte este contenido:

Sudáfrica y Namibia celebran el Día Mujer

África/Sudáfrica/09 Agosto 2018/Fuente: Telesurtv
«La libertad no puede lograrse a menos que las mujeres se hayan emancipado de todas las formas de opresión», Nelson Mandela.

Miles de mujeres actualmente en Suráfrica y Namibia se enfrentan a la discriminación y la violencia generalizada y maltratos que muchas veces no son denunciado ante las autoridades.

Cada 9 de agosto se celebra en el mundo el Día Internacional de Solidaridad con la Lucha de la Mujer en Suráfrica y Namibia, hecho que se da luego de que en esa fecha pero en 1956 al menos 20 mil mujeres sudafricanas protestaran en contra de tener que llevar pases para ciudadanos negros que eran otorgados en la época del Apartheid.

Luego de esta masiva manifestación la  Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 36-172 invitó a todos los gobiernos y organizaciones a que observen anualmente este evento.

Esta determinación de la ONU surge debido a la preocupación por la opresión de millones de mujeres y niños bajo el régimen del apartheid, manifestado en asesinatos, hambre y la ruptura familiar.

En 1994 el entonces presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela (Madiva), aseveró que «la libertad no puede lograrse a menos que las mujeres se hayan emancipado de todas las formas de opresión».

Actualmente las mujeres de Suráfrica y Namibia cuentan con los abales de avances importantes consagrados en la Constitución , proporcionando de así el derecho a la igualdad; libertad y seguridad, control sobre su propio cuerpo, medidas para mejorar la calidad de vida de todas las mujeres, el derecho a la educación, derecho a una vivienda adecuada, servicios de atención médica; suficiente comida y agua; y seguridad social.

Pese a que Suráfrica el 15 diciembre de 1995  firmó un convenio con la ONU con su mejor intención de elevar los derechos de las féminas y  eliminar todas las formas de discriminación en su contra, la lucha ha sido fuerte por erradicar la violencia de género.

Cancillería 🇻🇪@CancilleriaVE

Día Internacional de Solidaridad con la lucha de la Mujer en Sudáfrica y Namibia. Hoy como hace 62 años, la mujer es protagonista en su lucha por la inclusión y liderazgo como célula fundamental de la familia y del Estado, así como garante de las libertades y derechos en igualdad

Muchas mujeres son maltratadas aun en Suráfrica, miles aún no disfrutan de los avances constitucionales que Madiva conquistó para ellas debido a las causas racistas. Por este hecho la exministra sudafricana, Barbara Hogan, pidió que se hagan útiles y funcionales los sistemas destinados a la protección de las mujeres.

«Nuestra tarea futura es comenzar a comprender cómo podemos llevar la lucha contra la violencia de género a otro nivel», dijo Hogan tras remarcar la importancia de entender las causas que provocan los abusos contra el sector femenino.

Ver imagen en TwitterVer imagen en TwitterVer imagen en TwitterVer imagen en Twitter

Rodulfo H. Pérez H.@rodulfohumberto

Cada 9 de agosto se celebra el Día Internacional de la Solidaridad de la Lucha de la Mujer en Sudáfrica y Namibia instituida en 1994 y también es día de los pueblos originarios nuestra americanos. Dos cultura y una misma resistencia ! Dos raíces de nuestra estirpe cultural !

Hogan afirmó, «sabemos que hay un silencio que permite su continuación, pero cuáles son los temores que provocan el silencio, qué es esa invisibilidad «.

Por su parte, el presidente, Cyril Ramaphosa, ofrecerá una conferencia sobre el centenario de la luchadora antiapartheid Albertina Sisulu, esposa de su del también activista Walter Sisulu.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/dia-solidaridad-lucha-mujer-surafrica-namibia–20180809-0016.html

Comparte este contenido:

La pedagogía del apartheid

Por: Jonathan Ofir

Hace dos meses el Ministerio de Educación de Israel introdujo una pregunta de cuatro partes obligatoria en los exámenes de matrícula de educación cívica. Se pide a los estudiantes que den su opinión sobre un «tema público controvertido» que incluye, por ejemplo, «permitir que diferentes grupos de la población vivan en barrios separados». En la circular a los maestros se dijo que, dado que los docentes «a veces encuentran declaraciones incendiarias o racistas contra grupos o individuos» en el examen, «es importante dejar en claro a los estudiantes que las declaraciones racistas o inflamatorias en cualquier parte de la pregunta descalificarán la respuesta completa» (que vale 11 puntos de un total de 100).

Pero la semana pasada el jefe de la secretaría pedagógica del ministerio, Moshe Weinstock, revocó al supervisor cívico del ministerio y rescindió la regla. Se envió una actualización a los maestros donde se eliminó la prohibición de las declaraciones racistas y se eliminó la cuarta parte de la pregunta, en la cual los estudiantes tenían que defender su posición a la luz de sus propios valores.

Esta historia fue publicada por Haaretz (Or Kashti) el miércoles y el jueves por Times of Israel (Stuart Winer) con algunos detalles adicionales.

Para comprender qué hay detrás de la decisión es necesario analizar los motivos que se dieron tal como se informaron. Un examen detallado revela que son falsos.

Veamos primero la naturaleza de la pregunta propuesta en cuatro partes, como se señala en Haaretz:

Los temas de la muestra incluyeron el agua fluorada, permitir que diferentes grupos de la población vivan en vecindarios separados, la cuantía de las asignaciones del Gobierno por hijo y cuota femenina en el Parlamento. El estudiante, después de expresar su opinión, debe dar un argumento a favor y otro en contra. Luego debe explicar por qué considera que el argumento a favor es más convincente. Finalmente debe basar su argumento en su «interpretación de la realidad, los valores en los que cree y sus preferencias personales en el ámbito emocional y personal».

A continuación de la sección final («interpretación de la realidad»), se formuló la prohibición y la pena en relación con las declaraciones racistas. El ministerio sacó esa cuarta parte, junto con la prohibición del racismo. Por lo tanto usó la pregunta en sí misma como un pretexto para descartar la prohibición del racismo como un todo, pero como hemos visto, esa prohibición se relaciona con » cualquier parte» de la pregunta de cuatro partes. Entonces, efectivamente, el ministerio tiraba al bebé con el agua del baño esperando que no notáramos al bebé.

La actualización del ministerio dijo que esta reversión se debió a la necesidad de «hacer el cambio», es decir, de introducir este nuevo tipo de pregunta «gradualmente». Prometió que después de que el ministerio vea cómo funciona la pregunta, «consideraremos cómo mejor expandirla», como ha informado Haaretz. Pero esto se refiere a la pregunta misma, no a la prohibición del racismo. The Times of Israel confirmó el reclamo: la eliminación «surgió de la necesidad de asimilar gradualmente el cambio para permitir a los estudiantes lidiar con la pregunta de la mejor manera posible».

Pero a los estudiantes aún se les está pidiendo que argumenten a favor y en contra, además de explicar por qué encuentran su argumento más convincente que el otro. Aquí hay muchas oportunidades para obtener respuestas racistas, incluso cuando se toma la cuarta parte de la pregunta. La cláusula concerniente a las respuestas racistas pretendía evitar eso.

¿Era esa cláusula extra sobre el racismo solo un ejercicio teórico para evitarlo?

Haaretz cita a un profesor de civismo:

«Muchos estudiantes escriben cosas racistas en el examen de matriculación: los árabes son una quinta columna, no hay problema con expulsar a los árabes de Israel, está permitido discriminar a los árabes en comparación con los judíos y es posible anexar territorio sin otorgar derechos civiles», dijo. Y agregó que los revisores de los exámenes se quejaban de esto por mucho tiempo. «Mientras no exista una indicación a priori de que cualquier respuesta racista será descalificada, esto constituye el estímulo oficial para el racismo».

Weinstock, jefe de la secretaría pedagógica del ministerio, citado por Haaretz como el que realmente ha rescindido esta regla por los argumentos ostensibles de que «tenemos que inculcar el cambio gradualmente», hizo esto sin consultar con su comité asesor, a pesar de que se cita a varios miembros respaldando su decisión. Haaretz cita a los miembros del comité argumentando que, después de todo, la circular original estaba «mal redactada» y que «la preocupación era que, con una instrucción tan radical, los docentes estarían propensos a interpretar un millón de cosas como racismo».

Así que aquí estamos, finalmente se aborda el problema del racismo. Sí, ese es el problema real del que hablamos aquí, todo lo demás es solo auxiliar.

Cuando se eliminan las tonterías de los argumentos, lo que nos queda es un arrepentimiento en nombre del ministerio que ha abierto este nido de serpientes llamado «racismo». El ministerio intentó argumentar que «condena cualquier exhibición de racismo». Tales exhibiciones no tienen cabida en las escuelas, incluso en los exámenes», como señaló Haaretz. Pero esto no se refleja en la realidad. El ministerio de Educación, encabezado por Naftali Bennett (el ponente del «auto-antisemitismo»), ha introducido en los últimos años políticas egocéntricas, mesiánicas y racistas, incluyendo la prohibición de una novela dentro del currículum porque interpreta un romance entre un judío israelí y un palestino, afirmando que «las relaciones íntimas entre judíos y no judíos amenazan la identidad individual».

Eso es apartheid, en caso de que alguien no se haya dado cuenta todavía. Es absolutamente apartheid, ya que literalmente esa palabra significa «separación».

Preguntas como «permitir que diferentes grupos de la población vivan en barrios separados» son tan intrínsecamente discriminadoras que casi nadie lo registra como tal en Israel. Es como si estuvieras preguntando «¿Estás a favor o en contra del apartheid?». Si el alumno contesta «sí, estoy a favor», no se considera racismo en sí mismo. Esta no es una respuesta correcta o incorrecta. Pero es una cueva de víboras. ¿Qué pasa si un maestro decide tomar nota de que el apartheid es racismo?

Esta es una discusión que tan controvertida en Israel que apenas saben qué hacer con ella.

Haaretz cita a una maestra diciendo que:

Aparentemente [el] ministerio «temía definir qué es el racismo, tal vez porque serían descalificadas demasiadas respuestas». En lo cívico «todo es terriblemente sensible», pero la «intención de Bennett» es bloquear casi cualquier posibilidad de un discusión compleja de la realidad «, acusó.

Uno de los partidarios de levantar la prohibición fue Yossi Londin de Orot Israel, una escuela de educación religiosa. Fue designado por el comité asesor de civismo de Bennett y está afiliado a Habayit Hayehudi, el partido del hogar judío. Dijo que «la redacción excedió el mandato del examen de matriculación de educación cívica y era susceptible de causar más daño». Sin embargo, agregó que no se aceptaría ninguna respuesta si «contradice los valores y leyes del Estado».

¿Qué valores y leyes? ¿Los valores y las leyes racistas? Londin en realidad, y sin darse cuenta, está diciendo que el racismo está bien, porque no contradice los «valores y leyes del Estado». Simplemente no se da cuenta.

Estado racista, valores racistas, leyes racistas y educación abiertamente racista. Eso es Israel año 2017.

Y si yo estuviera en el instituto y respondiera en un examen de educación cívica, es probable que algún maestro descalificara mi respuesta por «racista» o porque «contradice los valores y las leyes del Estado». Pero no necesitarían una cláusula especial para hacerlo de todos modos.

Traducido del inglés para Rebelión por J.M

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=23320

Comparte este contenido:

La sombra del Apartheid sobre el sistema educativo en Sudáfrica

Por: Khavheni Shope/Telesur

Unas de las leyes más retrogradas fue el sistema educativo llamado Bantu, el cual se esforzó en atrofiar el desarrollo de la persona africana, asegurando que estuvieran bajo el control del hombre blanco.

Escribir sobre el sistema educativo en Sudáfrica necesitaría un análisis más profuso que el que acá presentamos, pues para comprender la situación de los estudiantes es necesario verla como la continuación de una historia traumática. Para abordar los obstáculos evidentes en las instituciones académicas en unificar la dualidad de una educación que tiende a determinar su calidad y duración en función del estado socioeconómico, la cual es frecuentemente inextricable del color. Esto se traduce en una pequeña porción de la población es la que recibe los conocimientos que les permitirían acceder empleos en altos rangos, y la situación se agrava con el hecho de que la interconexión profesional en estos espacios empiezan al dentro de las salas de clase de las escuelas privadas o los campus universitarios, a los cuales el acceso ha demostrado ser más selectivo que inclusivo.

Además, esta división también existe entre aquellos que tienen el privilegio financiero para asistir a las escuelas privadas pero están todavía sometidos a un ambiente pedagógico atrincherado en una experiencia patriarcal y de supremacía blanca que pretende marginar la experiencia de los estudiantes negros. Ya sea debido a una falta de representación o a la dificultad de relacionarse con los profesores, la manera altiva en que a los estudiantes se les indica cómo llevar su cabello, el sistema epistemológico eurocentrista que construye su marco curricular, o cómo se les desaliente a hablar las lenguas africanas; y sucede lo mismo cuando los estudiantes negros vienen de una posición socioeconómica privilegiada, ellos están sometidos a sentirse como que no pertenecen, lo que es irónico pues esta es su tierra ancestral.

Estos asuntos son algunos de los problemas que avivaron movimientos como #RhodesMustFall, #FeesMustFall y #StopRacismAtPretoriaGirlsHigh, que han llamado atención sobre el apuro de numerosos jóvenes a nivel nacional. Por lo tanto, para rastrear la fuente de la crisis de la educación debemos revisar las leyes implementadas bajo el régimen del apartheid que aseguró que la población negra se quedara en constante esclavitud por la parte de los blancos.

Ya con esta introducción, nos enfocaremos en el vínculo existente entre la calidad de la enseñanza primaria y secundaria, y la asistencia y el rendimiento académico en la educación universitaria, así como la discordancia entre el costo de las universidades públicas y el sueldo promedio del sudafricano común.

La Dualidad del sistema pedagógico en Sudáfrica

Unas de las leyes más retrógradas fue el sistema educativo llamado Bantu, el cual se esforzó en atrofiar el desarrollo de la persona africana, asegurando que estuvieran bajo el control del hombre blanco. Denigró la historia, cultura e identidad africana tanto como impuso los estereotipos raciales y mitos. Lamentablemente, a más de dos décadas después de 1994 muchas instituciones educativas sudafricanas están bajo la sombra del antiguo régimen, donde las personas de estratos sociales desfavorecidos ven sus esfuerzos truncados al intentar romper el ciclo de pobreza, en un sistema que no les concede las mismas oportunidades que sus homólogos más pudientes, lo cual contribuye al alto nivel de desigualdad social en el país.

Según el artículo “South Africa’s Education Crisis: The Quality of Education from 1994-2011” escrito por Nic Spaull, hay una correlación directa entre la calidad, duración y tipo de educación y perspectivas del mercado laboral: “el bajo rendimiento refuerza la desigualdad social y resulta en que los niños heredan la posición social de sus padres a pesar de su motivación o habilidad”. Esta afirmación muestra la falsedad de la percepción común equivocada que el apartheid terminó y que aquellos que viven todavía en la pobreza es porque son ‘perezosos’. El artículo señala que en 2014, entre el 70% y el 80 % de alumnos recibieron educación primera y secundaria de baja calidad con una alta tasa de deserción escolar, de estos 35% estaban desempleados, 18% tuvieron trabajos poco calificados y 32% en empleos subcalificados, como dependientes o personal de tiendas. La minoría, entre el 20 y el 25% con altas posiciones socioeconómicas, recibieron educación de alta calidad y asistieron a instituciones de enseñanza superior donde lograron obtener una licenciatura, en consecuencia, alcanzaron trabajos e ingresos de alta productividad, apenas un 15% de la población total llegue a este nivel de privilegio.

Además, Spaull nota que a partir del tercer año de la primaria, el 60% de los estudiantes de las escuelas más pobres tienen un retraso de tres años respecto a sus homólogos en escuelas de mayor calidad, donde solo pueden asistir estudiantes de familias adineradas. Esto implica que para los estudiantes de las escuelas más pobres, mientras avanzan más en sus estudios, más se retrasan y hay mayores posibilidades de que abandonen sus estudios. Para ilustrar este asunto, debe tomarse en cuenta que hay aproximadamente 1 millón de alumnos en cada año hasta el noveno, cuando la cantidad empieza a caer radicalmente.

En 2014, de un conjunto total de 1.085.570 estudiantes, 532 860 estudiantes tomaron los exámenes finales del bachillerato, de los cuales 403.874 lo aprobaron. El cálculo de la tasa de aprobados, surge de la división del número de estudiantes que aprobaron por el número de estudiantes que tomaron la prueba, multiplicado por 100, lo que era calculado como: 403.874/532.869*100= 75.8%. Sin embargo, una cifra realista habría sido dividir 403.874 entre la cantidad total de estudiantes que potencialmente podía tomar los exámenes finales, es decir, 1.085.570; por tanto, la tasa de aprobados real de este año fue 37.2%. El 62.8% de jóvenes que debieron culminar exitosamente su bachillerato no lo hicieron, no tuvieron la oportunidad inscribirse en las universidades.

Una alternativa para estos estudiantes es la Enseñanza y Formación Técnica y Profesional (TVET por sus siglas en inglés), que ofrece formación técnica en un campo específico y que los prepararía para un empleo. El requisito mínimo es que los estudiantes hayan cumplido su noveno año de la escuela secundaria y que tengan 16 años o más. Al mismo tiempo, la falla crucial de esta forma de educación superior es que produce capital humano muy especializado, y que por tanto, puede estancar su movilidad profesional y permitirles menos oportunidades que aquellos conocimientos obtenidos en la universidad. Lo que significará que estos jóvenes no podrán diversificar sus experiencias profesionales de igual forma que sus homólogos en otras instituciones. Otra de las aristas de este tema que destaca el estudio «A Skills beyond school Review of South Africa» (Simon et al.,2014), es que los institutos del TVET tienen una capacidad limitada, además del hecho de que pueda existir una disparidad en la herramientas enseñadas y aquellas que se requieren en el mercado laboral, lo que hace que los empleadores se resistan a interactuar con el sector educativo y por tanto, hace aún más difícil que estos jóvenes encuentren empleos rentables que les facilite a ellos y a sus familias mejorar sus condiciones de vida.

 

Barreras financieras en la educación superior

Además de los problemas que enfrenta la calidad de la educación básica, otro que prevalece es el del financiamiento. En 2015, el primer año de matrícula universitaria oscilaba entre los $2.035 USD y los $4.000 USD, dependiendo de las carrera a estudiar y de la institución elegida, sin incluir los gastos de vivienda y manutención. Hay que tomar en cuenta que estos gastos son apenas para el primer año de estudios, este gasto deberá hacerse los próximos 2 o 3 años, además deberán pagar el incremento anual y los gastos extras. Si la matrícula tiene ese costo, a la vez que el promedio del salario mensual para el 60% de los trabajadores de acuerdo con los datos del Sindicato Sudafricano de Trabajadores era de unos $361 USD en 2014, cómo es que esta mayoría de la población sudafricana va a poder acceder a la educación superior, no solo a inscribirlos en el primer año, sino a asegurar que se gradúen.

La educación es un proceso acumulativo que inicia con una fundación sólida que permite construir las competencias y acumular la experiencia necesaria para la vida profesional y en general para el crecimiento social. Es responsabilidad del gobierno y de las distintas autoridades educativas el reforzamiento de las instituciones de educación primaria y secundaria, para ofrecer a todos los educandos la misma oportunidad de desarrollar sus estudios. Otro enfoque es el incremento al acceso a instituciones terciarias, lo que las hace un derecho no un privilegio. Mientras más estudiantes africanos negros sean exitosos en la vida académica, se hará mas diverso este ambiente y se generará un conocimiento más representativo.

Una sociedad bien educada es más productiva y por tanto tendrá mejores capacidades para competir en el mundo globalizado. Es crucial asegurar que la educación en el país ofrezca las mismas oportunidades para todos aquellos que quieren formarse, sin importar su raza o cuánto tienen en sus cuentas bancarias.

Tomado de: http://www.telesurtv.net/opinion/La-sombra-del-Apartheid-sobre-el-sistema-educativo-en-Sudafrica-20161021-0045.html

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2