América del norte/Canadá/28 Febrero 2019/Fuente: El país
Francia prohibió estas visitas, en las que esta marca ofrece talleres a niños y adolescentes
Boris Dolivet, un dibujante de cómics, recibió hace algunas semanas una carta para informarle sobre la próxima visita programada por la escuela pública de su hija, en Montreal. La niña, de 10 años, y sus compañeros no se desplazarían a un museo o a una reserva natural, sino a una tienda Apple. Las quejas de este padre de familia han abierto un debate en Quebec sobre este tipo de excursiones de alumnos de primaria y secundaria.
A Dolivet le resulta difícil pensar en los fines educativos de estas visitas; más bien, las considera una publicidad desleal, según contó en el diario Le Journal de Montréal el pasado día 20. De hecho, su hija le pidió que le comprara un iPhone cuando volvió a casa al final de la visita. El dibujante también muestra su desacuerdo con la forma en que los padres se enteran de estas actividades. «No es una visita obligatoria, pero recibes una carta para que autorices la salida cuando los niños ya están informados del plan», explica Dolivet a EL PAÍS. El dibujante dio su visto bueno. «Es muy difícil negarte. Para los alumnos, es como ir a un parque de Disney. Me parece una estrategia muy perniciosa», añade. Otra hija de Dolivet había participado en la misma actividad meses atrás, pero tras la segunda carta que recibió de la escuela, perdió la paciencia.
La polémica en torno a estas salidas escolares, tras las quejas de Dolivet, ha encontrado eco en distintos medios de Quebec y ha propiciado numerosas reacciones en las redes sociales. Varios padres de familia defienden los beneficios de esta actividad para sus hijos. Sin embargo, otros reprueban que los profesores fomenten dinámicas que puedan ayudar a promocionar los productos Apple.
En su página web dedicada a estas visitas, la compañía californiana se dirige a los profesores, y les recomienda invitar a alumnos y colegas a sus tiendas para «vivir una experiencia educativa inolvidable». «En esta sesión práctica, tu grupo podrá dar rienda suelta a su imaginación usando los productos Apple», afirma. Asimismo, la página indica que los visitantes podrán iniciarse en la programación informática gracias a una aplicación desarrollada por la empresa.
Estas visitas no se ofrecen únicamente en Canadá. Profesores y alumnos de Estados Unidos, España, México y Brasil, entre otros países, pueden pedir cita en una tienda Apple. Francia formaba parte de esta lista, pero el Ministerio de Educación prohibió dichas salidas en mayo de 2018, bajo el argumento de que los profesores violaban con ello el principio de neutralidad del servicio público. En virtud del precedente francés, figuras políticas piden que Quebec haga lo mismo (en Canadá, la esfera educativa es competencia provincial). Diputados de la oposición han señalado, entre otros puntos, que la enseñanza de contenidos tecnológicos tiene que estar a cargo de expertos independientes, que una tienda no es el mejor sitio para las salidas educativas y que las escuelas deben formar a ciudadanos y no a consumidores.
Jean-François Roberge, ministro quebequés de Educación, reconoció su preocupación por el tema, pero dijo que es necesario saber con detenimiento si se trata de una actividad pedagógica o una manera de atraer a los jóvenes a las tiendas Apple. El ministro también expresó su opinión en Twitter: «Si bien tenemos que darles a los profesores la autonomía de elegir las actividades para los niños, tengo una clara preferencia por que los profesionales de Apple visiten las escuelas y no al revés». El Ministerio de Educación no conoce el número de centros de enseñanza que participa en estas visitas. «No es responsabilidad del Ministerio aprobar estas salidas, ya que la Ley de Educación establece que las plantillas tienen libertad para elegir actividades tras un proceso interno de aprobación», precisa un trabajador del Ministerio.
Un representante de Apple Canadá declinó expresar la postura oficial de la empresa. No obstante, invitó a consultar una sección en la página web de la compañía dedicada a la educación. «Durante 40 años, Apple ha colaborado con profesores y centros fomentando el potencial creativo de los alumnos. Y hoy lo hacemos aún de más formas: con productos increíbles, pero también con herramientas, ideas y programas para que cada clase y cada lección se conviertan en el más emocionante de los juegos», se lee.
Por otra parte, Charles Tanguay, portavoz de la Oficina para la protección del consumidor de Quebec, comenta que, hasta el momento, su institución no ha recibido queja alguna sobre estas salidas educativas. «Este tema preocupa a la Oficina por las disposiciones que prohíben la publicidad comercial para menores de 13 años. La Oficina tiene la intención de revisar esta situación y tomará, si es el caso y en su momento oportuno, las acciones apropiadas», indica Tanguay.
Boris Dolivet dice que solo quería mostrar su descontento en Le Journal de Montréal. «No soy el líder de un movimiento de insurrección», comenta. «No se trata de prohibir que los niños adquieran conocimientos tecnológicos. El punto es que, para mí, esto no debería estar a cargo de una marca. Da igual si es en visitas a tiendas o si Apple va a las escuelas», añade. Finalmente, ¿qué pasó con el iPhone que le pidió su hija? Dolivet responde: «Por desgracia, lo tuvo como regalo, aunque era de segunda mano. Yo estaba en contra, pero es muy duro luchar contra la presión familiar. Eso sí, limito el tiempo que pasa frente al móvil».
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Fuente: https://elpais.com/sociedad/2019/02/27/actualidad/1551267787_547863.html