¿Qué son las ‘Matemáticas Singapur’?

¿Qué son las ‘Matemáticas Singapur’?

Singapur era hace 50 años un país en vías de desarrollo, sin recursos naturales. A finales del siglo XX empezó a encabezar los resultados de las pruebas internacionales más conocidas, como PISATIMSS PIRLS, tanto en matemáticas como en ciencias o lengua. Al progreso educativo le han acompañado el progreso económico, y Singapur es en nuestros días uno de los países más ricos del mundo. Aunque no es fácil analizar por completo las razones de este progreso económico, existe una opinión bastante extendida de que el éxito en educación ha tenido un papel fundamental. En este progreso educativo existen con seguridad razones sociológicas (como la valoración oriental del trabajo y el saber) pero también puramente educativas (elegir bien qué enseñar y cómo enseñarlo). En particular, esto es cierto en matemáticas, que es el área en la que comenzaron sus reformas a comienzos de los años 90.

La enseñanza de las matemáticas en Singapur hace 50 años era tradicional, y sus resultados, modestos. Según Yeap Ban Har, una de las figuras más conocidas, a nivel internacional, en la divulgación de este enfoque de la enseñanza de las matemáticas, estos son los errores que cometían en su país en aquellos años: demasiados cálculos tediosos y largos, cuya utilidad en estos tiempos es cuestionable; aprendizaje de procedimientos sin comprensión; excesivo uso del aprendizaje memorístico.

Aunque es complicado generalizar, sí creemos que estas prácticas están bastante extendidas en la forma en que se enseñan y aprenden matemáticas en nuestras aulas. Así se refleja en los estudios internacionales antes mencionados, donde nuestros alumnos muestran ser capaces de resolver las cuestiones básicas, de carácter repetitivo, pero tienen muchas más dificultades cuando se enfrentan a tareas de mayor demanda cognitiva, como el razonamiento y la resolución de problemas no rutinarios.

La reforma que se desarrolló en Singapur durante los años 80 dio lugar a lo que ahora se conoce en los países de nuestro entorno como ‘Matemáticas Singapur‘ aunque, como sus promotores reconocen, «no hay nada de Singapur en esas matemáticas». Los principios en los que se basa esta metodología son occidentales, y bien conocidos en el área de Didáctica de las Matemáticas. Lo que hicieron en Singapur fue una síntesis de estos principios, y basados en ellos desarrollaron una forma de enseñar matemáticas que pudieron trasladar a sus aulas con los excelentes resultados que hemos mencionado.

En Singapur consideran la resolución de problemas como el objetivo central del aprendizaje de las matemáticas, y este hecho está muy bien resumido en la imagen (de elaboración propia, a partir de la que figura en la documentación del Ministerio de Educación de Singapur): los conceptos, las habilidades, las actitudes, los procesos y la metacognición son fundamentales, pero todos estos componentes del proceso de aprendizaje tienen un objetivo común: la resolución de problemas.

Las características de este enfoque de enseñanza de las matemáticas se aprecian mejor en las primeras etapas, en la Educación Primaria. Es en esta etapa donde varios de los principios metodológicos que ahora expondremos tienen más importancia, y donde los resultados de Singapur en las pruebas internacionales son más llamativos. En la prueba de TIMSS de 4º de Educación Primaria, el liderazgo de Singapur es cada vez más claro. En particular, resulta muy llamativa la cantidad de sus alumnos que llegan al máximo nivel en la prueba, denominado «Avanzado», y que muestra que los alumnos son capaces de resolver problemas no rutinarios. Mientras que en el conjunto del estudio el 7 % de los alumnos alcanzan este nivel, en el caso de Singapur la cifra es del 54 %. Su liderazgo en este aspecto es especialmente llamativo, pues le siguen Hong Kong con el 38 % y la República de Corea con el 37 %. En este indicador nuestros resultados son especialmente preocupantes, pues solo un 4 % de nuestros alumnos alcanzaron ese nivel de resultados. Creemos que este contraste ya es suficiente para conjeturar que el enfoque de la enseñanza de las matemáticas que utilizan en Singapur en esas etapas educativas está generando un buen aprendizaje.

Vamos a intentar dar una descripción rápida de los principios metodológicos que están en la base de las ‘Matemáticas Singapur’. Despues daremos algún ejemplo concreto de cómo se pueden aplicar estas ideas en la enseñanza de las matemáticas de primaria.

Seguramente la idea más importante es la del aprendizaje en tres etapas, debida a Jerome Bruner: para que los alumnos puedan entender un nuevo concepto matemático deben empezar con una primera fase manipulativa, en la que se utilizan materiales concretos; la segunda etapa debe ser gráfica, y en ella se representa la información; finalmente, en la tercera, la simbólica, es donde las ideas anteriores se formalizan para llegar al lenguaje matemático tradicional.

Por ejemplo, si queremos que los alumnos adquieran sentido numérico y comprendan la notación posicional, es fundamental que tengan la ocasión de contar en situaciones diversas, y de utilizar materiales como los bloques de base 10 de la imagen, diseñados para ayudar a entender que un grupo de 10 unidades forma una decena, y que 10 decenas forman una centena.

Las características de este enfoque de enseñanza de las matemáticas se aprecian mejor en las primeras etapas, en la Educación Primaria. Es en esta etapa donde varios de los principios metodológicos que ahora expondremos tienen más importancia, y donde los resultados de Singapur en las pruebas internacionales son más llamativos. En la prueba de TIMSS de 4º de Educación Primaria, el liderazgo de Singapur es cada vez más claro. En particular, resulta muy llamativa la cantidad de sus alumnos que llegan al máximo nivel en la prueba, denominado «Avanzado», y que muestra que los alumnos son capaces de resolver problemas no rutinarios. Mientras que en el conjunto del estudio el 7 % de los alumnos alcanzan este nivel, en el caso de Singapur la cifra es del 54 %. Su liderazgo en este aspecto es especialmente llamativo, pues le siguen Hong Kong con el 38 % y la República de Corea con el 37 %. En este indicador nuestros resultados son especialmente preocupantes, pues solo un 4 % de nuestros alumnos alcanzaron ese nivel de resultados. Creemos que este contraste ya es suficiente para conjeturar que el enfoque de la enseñanza de las matemáticas que utilizan en Singapur en esas etapas educativas está generando un buen aprendizaje.

Vamos a intentar dar una descripción rápida de los principios metodológicos que están en la base de las ‘Matemáticas Singapur’. Despues daremos algún ejemplo concreto de cómo se pueden aplicar estas ideas en la enseñanza de las matemáticas de primaria.

Seguramente la idea más importante es la del aprendizaje en tres etapas, debida a Jerome Bruner: para que los alumnos puedan entender un nuevo concepto matemático deben empezar con una primera fase manipulativa, en la que se utilizan materiales concretos; la segunda etapa debe ser gráfica, y en ella se representa la información; finalmente, en la tercera, la simbólica, es donde las ideas anteriores se formalizan para llegar al lenguaje matemático tradicional.

Por ejemplo, si queremos que los alumnos adquieran sentido numérico y comprendan la notación posicional, es fundamental que tengan la ocasión de contar en situaciones diversas, y de utilizar materiales como los bloques de base 10 de la imagen, diseñados para ayudar a entender que un grupo de 10 unidades forma una decena, y que 10 decenas forman una centena.

Richard Skemp fue un matemático británico que se interesó en la educación matemática, y que por ello cursó también estudios de psicología. Una de las contribuciones más relevantes de Skemp al desarrollo de la educación matemática fue la distinción entre comprensión instrumental y comprensión relacional. Cuando un alumno afirma que entiende cómo se dividen dos fracciones, porque las multiplica en cruz, está mostrando comprensión instrumental, conoce el procedimiento. La comprensión relacional (es tentador calificarla como la comprensión real) requiere que el alumno comprenda el significado de la operación y que sepa relacionarla, por ejemplo, con la división de números naturales que ha estudiado en cursos anteriores.

Richard Skemp afirmó que solo hay auténtico aprendizaje cuando se alcanza esta comprensión relacional, y que aprender los procedimientos sin entender lo que se está haciendo, y sin poder relacionarlo con otros contenidos matemáticos, es algo que debemos evitar. Uno de los principios directores del currículo de Singapur es tratar en cada momento lo que los alumnos puedan comprender, e introducir los diversos procedimientos cuando los alumnos están preparados para comprender su funcionamiento, y dedicando el tiempo suficiente para que puedan alcanzar esa comprensión. Seguramente los docentes que estén leyendo este texto habrán reaccionado ante esta última frase: la falta de tiempo es una de las quejas más frecuentes en nuestro sistema. ¿Qué hicieron en Singapur para disponer de ese tiempo necesario para trabajar los conceptos en profundidad?

1. Una revisión del currículo, eliminando contenidos que consideraban menos importantes. Estudian menos cosas, para poder estudiarlas mejor.

2. Eliminar la repetición de contenidos: cuando algo se estudia en profundidad, se puede repasar, y se debe utilizar más adelante, pero no es necesario volver a estudiarlo. La repetición de contenidos, porque no se han aprendido cuando se vieron anteriormente, es uno de los problemas más frecuentes en nuestras aulas.

Algunas ideas de Lev Vygotski están también entre las más importantes de esta metodología:

1. La importancia del andamiaje y la zona de desarrollo próximo. Es importante diseñar las secuencias didácticas para que las actividades propuestas estén próximas a lo que los alumnos ya conocen. Cada vez que se produce un salto demasiado grande corremos el riesgo de que algunos alumnos no comprendan lo que hacemos, y se vayan quedando rezagados.

2. La relevancia del aprendizaje entre iguales, y la importancia de la verbalización. Sin menoscabo del papel del docente como transmisor de conocimientos, es importante dar oportunidades para que los alumnos verbalicen sus razonamientos. Cuando explicamos lo que hacemos se profundiza nuestra comprensión.

Veamos algunos ejemplos concretos de propuestas didácticas que nos parecen especialmente relevantes, por su importancia en el aprendizaje.

El sentido numérico se suele definir como la comprensión de los números y su significado, sus relaciones, y cómo esto se puede aplicar a calcular de manera flexible y razonada. Las descomposiciones numéricas son seguramente la clave para el desarrollo del sentido numérico y, como ocurría con los fundamentos metodológicos, no son específicas de las matemáticas Singapur. La aportación de esta metodología ha sido su integración en el desarrollo del cálculo. En Singapur hablan de «number bonds» (números conectados) y los representan como se muestra en la imagen. El número conectado permite resumir la situación de la imagen, y ayuda a la conexión de los significados de la suma y la resta, fundamental al comienzo del estudio de estas operaciones.

Los números conectados son de gran utilidad para calcular sumas y restas de números de dos cifras, pero vamos a mostrar un ejemplo un poco más avanzado, viendo cómo también se pueden usar para el cálculo de divisiones.

Supongamos que queremos calcular . Si queremos hacer este cálculo sin recurrir al algoritmo tradicional, seguramente la primera alternativa que se nos puede ocurrir es descomponer 48 como 4 decenas y 8 unidades, es decir, . Sin embargo, esta no es particularmente adecuada para hacer este cálculo, pues 40 no es divisible entre 3. Si hemos trabajado de manera sistemática las descomposiciones numéricas, y si nos ayudamos de las representaciones del 48 con los bloques de base 10, como en la imagen, nos podemos dar cuenta de que 48 también se puede descomponer como se muestra en forma de número conectado, y esta descomposición nos permite terminar la división propuesta:

Recordemos que el objetivo no es que los alumnos dividan de esta forma durante todo el aprendizaje. La idea de las tres etapas de Bruner es que en la primera etapa los alumnos hacen estos cálculos con ayuda de materiales manipulativos y en una segunda etapa lo representan gráficamente, como hemos hecho aquí. Esto permite que alcancen una comprensión profunda de los procesos involucrados y que en la última fase, la simbólica, sean capaces ya de calcular sin apoyo adicional y comprendiendo el procedimiento.

El modelo de barras es sin duda la herramienta más conocida de la metodología Singapur, y es de gran ayuda en la resolución de problemas. La idea es muy sencilla: las barras son rectángulos, con los que representamos los datos del problema, y las relaciones que hay entre ellos. En la imagen se muestran los modelos que resumen buena parte de los problemas de estructura aditiva que aparecen en los primeros cursos de primaria, en los que tenemos un total, y dos partes. Si conocemos las partes, y nos pregunta el total, será un problema ‘de sumar’. Si, por el contrario, conocemos el total y una de las partes, será un problema ‘de restar’.

Es una herramienta que se introduce en 2º EP, y que hay que trabajar con paciencia, porque se trata de un cambio significativo en la forma de pensamiento. Hasta ese momento los alumnos han visto las cantidades de forma explícita, y en este momento ven un rectángulo que representa una cantidad en un problema, y otra cantidad completamente distinta en el problema siguiente. Se trata, en definitiva, de empezar a desarrollar el pensamiento prealgebraico, fundamental en el aprendizaje de las matemáticas. No se trata, por supuesto, de una ‘receta mágica’, pues no todos los problemas aritméticos se pueden resolver con ayuda de este modelo, pero sí es de gran ayuda en buena parte de los problemas que se estudian en la Educación Primaria (además de apoyar la introducción al álgebra en Secundaria, como veremos en un momento). Para terminar, veamos dos ejemplos de problemas de cursos más avanzados donde el modelo de barras muestra su potencial.

Pablo tiene la mitad de dinero que Laura, y María tiene 7 euros menos que Laura. Si entre los tres tienen un total de 233 euros, ¿cuánto dinero tiene cada uno?

En la imagen vemos el modelo de barras que representa la información del enunciado.

A la vista de la imagen, creemos que no es difícil darse cuenta de que, añadiendo 7 euros al total, aparecen 5 rectángulos iguales, por lo que cada uno de ellos representa euros. Con esta información, es inmediato contestar cuánto dinero tiene cada uno.

Este ejemplo también es útil para darse cuenta de cómo el modelo de barras se puede utilizar como introducción al álgebra. Si, guiados por el modelo de barras, llamamos a la cantidad de dinero que tiene Pablo, entonces Laura tiene y María . Sumando las tres cantidades, obtenemos la ecuación. El modelo nos sirve, además, para entender cómo podemos resolver esta ecuación: si sumamos 7 en los dos términos obtenemos la ecuación , equivalente a la anterior, pero más sencilla de resolver. Evidentemente, también podríamos haber empezado llamando a la cantidad de dinero que tiene Laura, y en ese caso obtendríamos otra ecuación equivalente a la anterior: .

Para terminar, dejamos propuesto un problema tomado directamente de la prueba que hacen en Singapur al terminar su etapa de primaria. La duración es de 6 cursos, igual que en nuestro país.

El reto, claro, es resolver el problema sin métodos algebraicos.

Luis y Nuria hicieron tarjetas durante dos días. El sábado Nuria hizo 19 tarjetas más que Luis. El domingo, Nuria hizo 20 tarjetas, y Luis hizo 15. Al acabar los dos días, comprobamos que Nuria hizo 3/5 del total de las tarjetas. ¿Cuántas tarjetas hizo Luis?

Pedro Ramos Alonso es profesor Titular del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid)

El ABCdario de las Matemáticas es una sección que surge de la colaboración con la Comisión de Divulgación de la Real Sociedad Matemática Española (RSME)..

Fuente de la Información: https://www.abc.es/ciencia/abci-matematicas-singapur-202104190210_noticia.html

 

Comparte este contenido:

Estancias en centro, formación docente entre iguales

Por Saray Marqués

El Ministerio se ha propuesto reactivar los programas de cooperación territorial que giran en torno a los docentes. Así lo proclamaba la ministra de Educación y FP, Isabel Celaá, en el Congreso de los Diputados al anunciar un programa de estancias e intercambio de profesorado en centros docentes de las comunidades y ciudades autónomas, con ayudas para este mismo curso. Dentro de este marco, los docentes y equipos directivos podrán observar durante cinco días lectivos el desempeño de otros colegas que son ejemplo de buenas prácticas in situ, en las aulas y espacios educativos, gracias a visitas de formación en que el centro anfitrión acogerá a un equipo de dos a cinco profesionales procedentes de un centro de otra comunidad.

Son los detalles que por el momento se conocen de un programa que abre una nueva vía: hasta ahora, hablar de estancias profesionales equivalía a viajar a otros países europeos, en el marco del extinto Comenius o los más recientes Erasmus+ o KA2.

El Ministerio de Isabel Celaá va más allá o más acá: ¿Por qué no fomentar también el intercambio entre comunidades autónomas? Sería una especie de programa Séneca (también desaparecido, en 2013-2014), pero para docentes, no para universitarios.

En realidad, las estancias serán de una duración limitada, de una semana lectiva, de lunes a viernes, a juzgar por lo que hasta ahora se ha sabido. Educación pretende así fomentar la observación entre pares fuera de la frontera del centro, una asignatura pendiente a juzgar por los estudios internacionales que muestran cómo en España los docentes están poco acostumbrados a que sus compañeros les observen mientras ejercen. Según PISA 2015, solo un 24% de los alumnos de 15 años acude a centros donde, al menos una vez al año, se estila que otros profesores vean cómo su docente les da clase, ofreciéndole feedback. El de España es el porcentaje más bajo de los países analizados, junto con el de Portugal, muy lejano del 64% de EEUU y del 95% de Corea del Sur. Según TALIS, el 87% de los docentes en España asegura que nunca ha pisado la clase de un compañero, frente al 45% de media de la OCDE.

En Aragón han tenido éxito este tipo de estancias, y se dividen por temas, como los
programas de bilingüismo. Fotografía: Departamento de Educación

Distintas perspectivas

¿Cambiará este programa de nuevo cuño las cosas? Para el sociólogo de la Universidad Complutense de Madrid Mariano Fernández Enguita, “será poco más que humo. El profesorado debe conocer otras experiencias que las de su aula y su centro, y las visitas e intercambios son, a priori, una propuesta razonable, pero ese énfasis en la dimensión interautonómica es mezclar churras con merinas (las experiencias y prácticas ejemplares estarán donde estén, simplemente), y entraña aceptar la excesiva fragmentación del sistema educativo español. Lo mismo cabría decir del otro anuncio que acompañaba, que la formación se ofrecerá en calendario y horario lectivos y no en los días del año y las horas del día no lectivos pero pagados con que cuentan los profesores, que entraña el reconocimiento de que la Administración no tiene manera de garantizar, incluso teme reafirmar, que hay más horas laborales que las lectivas”.

Ángel Pérez Pueyo, coordinador de la asociación de docentes Actitudes, vinculada al proyecto Atlántida, critica el programa si se queda en “visitar a tal docente que está innovando”, pues se reconoce implícitamente “que el sistema educativo no está preparado para procesos de innovación profundos, sino superficiales”. “Casi siempre innovar -el desarrollo de competencias vinculado al trabajo integrado o por proyectos- supone incumplir parte de la norma (horarios, currículo), con lo que, después de haber visto cómo innovan en un centro, al querer llevártelo al tuyo te puedes encontrar con que no te dejan”, reflexiona Pérez Pueyo. Pone el acento sobre la perversión y el absurdo de un sistema que “si logras ponerlo en marcha y te funciona, te felicita y dice que eso es lo que hay que hacer, pero que antes te invita a hacerlo sin que nadie se entere, no vaya a ser que te digan que estás fuera de ley”.

Para él, las estancias son interesantes si es todo el centro, y no solo un profesor concreto, el que innova: “Lo estamos proponiendo en Castilla y León, y estamos a la espera del visto bueno definitivo: que se incluya a un centro completo en un proceso de transición, que se le apoye, y que los profesores de otros centros acudan a visitar ese centro experimental para ver que la transición metodológica es posible, para que no salgan rebotados”.

Antecedentes

Aunque nuevo en su modalidad interautonómica, el intercambio de docentes entre centros de una misma comunidad lleva unos años practicándose. Con diferentes nombres, Cataluña, Aragón, Andalucía, Extremadura o Canarias cuentan con programas para promover la movilidad y la observación entre iguales.

En Aragón, Mira y Actúa lleva funcionando desde el curso 2016-2017, con estancias de cuatro días -en horario lectivo- en otros centros para aprender experiencias de éxito que trasladar a los colegios e institutos de origen. El curso pasado participaron 34 centros como observados y 102 como observadores, con un foco determinado (convivencia, atención a la diversidad, metodologías activas, transformación de espacios, enseñanza bilingüe…). Antes de las visitas, los maestros y profesores acuden a talleres sobre dinámicas relacionadas con aprender a observar y ser observado, entre otros.

 

No es muy habitual que en un aula un docente explica y varios más atiendan a cómo lo hace. Fotografías: Twitter @diegogg / Escuelas Mentoras

Guajardo es partidario de fomentar la vía de la formación entre iguales: “Si descubrimos un buen docente dentro del aula, lo captamos y lo damos a conocer a los demás. Y ahí tenemos también la red de la experiencia, con 80 docentes jubilados voluntarios ayudando a docentes noveles, o los sábados metodológicos. Al principio nos decían: ‘¡Qué barbaridad, el sábado trabajando!’, pero lo cierto es que están llenos”.

Siguiendo la estela de Aragón, Extremadura cuenta desde el curso pasado con el programa ¡Muévete!, del que se publicará la nueva convocatoria el 8 de octubre, y Andalucía, con el de Escuelas Mentoras. También en Cataluña se ponía en marcha en abril un programa piloto de residencias de docentes. En este caso, se hacía extensivo a la concertada y las estancias podían durar de una semana a un mes. En su estreno participaron 28 centros de acogida (21 de la pública y siete de la concertada) y 145 docentes visitantes (111 de centros públicos y 34 de concertados). El programa se repetirá este curso, en dos convocatorias (el primer trimestre y el segundo trimestre), tras las cuales se evaluará y se definirá el mejor formato de las visitas (una semana, dos, tres, o el mes completo).

En el caso de Canarias, el curso pasado se puso en marcha el programa Job Shadow de observación de buenas prácticas, en este caso dentro del PILE (Plan de Impulso a las Lenguas Extranjeras).

Ellos ya lo han probado

Jorge Coloma es el director del colegio Odón de Buen de Zuera (Zaragoza), participante en el Mira y Actúa. “Es cierta la idea de las aulas con la puerta cerrada, del pudor, de la vergüenza del docente por no saber si lo estás haciendo bien. No estamos acostumbrados. Por eso las iniciativas que te animan a abrir las puertas, que empujan a unos a entrar en las clases de los otros, son vitales para descubrir los cambios en el centro, las propuestas globales que son posibles”, comienza. Para Coloma, estos programas “empoderan, sirven para ver cómo se pueden hacer las cosas de otra manera, y para crear redes de centros”.

En su caso, se generó un interesante intercambio, con centros que les visitaron que, tras la experiencia, implantaron, por ejemplo, su propia sala de estimulación sensorial (más habitual en educación especial, no tanto en infantil y primaria) y otros de los que tomaron prestada la idea de los cuadernos inteligentes. Tanto les ha aportado la experiencia que este curso van a implantar un Mira y Actúa interno, en el centro, en que los profesores, en sus horas de no docencia, podrán acompañar a otro compañero en su aula para ver cómo trabaja, previo aviso (y con el consentimiento del compañero en cuestión, algunos prefieren no participar). “Yo entiendo los nervios, el ver de repente a cuatro compañeros en tu aula, y en algún caso al director o la jefa de estudios pero el feedback es más positivo que negativo”, zanja Coloma.

Gustavo Vegas es maestro en el CEIP San José-Palenciana en Córdoba, una de las escuelas mentoras del curso pasado dentro del programa andaluz -con una visita de un día, frente a las tres visitas de un día de la presente edición-. El centro no es nuevo en esto de la observación entre iguales: “Hace cuatro años estábamos solos un compañero y yo trabajando en la línea de metodologías activas, pero hemos abierto las puertas, vienen otros compañeros en sus horas de guardia porque tienen una duda o para ver cómo se hace eso o lo otro, y hoy tenemos al 50% del profesorado bajo este formato”, explica Vegas.

Partidario a ultranza de las aulas de puertas abiertas, fue una condición que puso en el centro de formación del profesorado para impartir cursos de aprendizaje basado en proyectos o integración de TIC en el aula: que les pudieran ver en clase tras el curso. “A los asistentes lo que les contábamos les sonaba como si viniéramos de Finlandia y no de un pueblo de 1.000 habitantes de la Subbética Cordobesa. La duda siempre era: ‘Todo esto está muy bien, pero ¿cómo lo llevo yo al aula?’. Gracias a las visitas veían que era real”.

Sin llegar a considerarlas obligatorias, Vegas, habitual también de programas como el Erasmus+, considera las estancias docentes en otros centros “muy enriquecedoras”. Con un pero muy grande: “No se cubre a ese profesorado que se va, y con la situación compleja que se vive en muchos centros, es frecuente que no todo el equipo esté de acuerdo con que algunos de sus colegas se vayan dos o tres días”. Por ello, entiende que dentro del programa interterritorial se deberían cubrir esos huecos durante las visitas para evitar controversias.

Rememora Vegas cuando se movían con el Comenius y, por deferencia a sus compañeros, empleaban las vacaciones (que en cambio eran periodo lectivo en los países a los que acudían). Y recuerda también la situación tan dispar que se daba en algunas naciones que visitaban: “En Suecia no solo se cubría a los docentes que se movían, se fomentaba esa movilidad, doblándoles el sueldo equivalente a los días que pasaban fuera. Aquí existe la certificación, pero como no hay una carrera docente en sí, hagas lo que hagas y te impliques lo que te impliques da lo mismo”.

Diego García es jefe de estudios del CEIP Federico García Lorca de Güevéjar (Granada), escuela mentora en Andalucía. Como Vegas, ve necesario que se cubra a las personas que abandonan el centro por unos días. En su caso, el programa autonómico se suma a las jornadas de convivencia que ya venían desarrollando todos los viernes de mayo, en que invitan a otros centros interesados a una sesión en que se mezcla al alumnado para descubrir cómo trabajan en sus tres líneas maestras: ecoescuela, cultura maker y biblioteca. Antes asesor en un centro de formación, defiende que “la faceta de la formación entre iguales en el horario con niños aporta más que una charla de una tarde, aunque esta también sea válida”. Además, matiza que “el hecho de que seas escuela mentora no significa que te creas lo más de lo más, estar en el programa es estar dispuesto a compartir, a descubrir otros punto de vista, a aceptar que te digan en qué puedes mejorar”.

Carmen Artiles es jefa de estudios del CEIP Pepe Dámaso de Gran Canaria, habitual en programas como Erasmus+ y KA229 (en la actualidad tienen intercambios con seis países). También han participado en la experiencia Job Shadow como centro observador y como observado. Para ella, es una iniciativa positiva: “Te facilita las cosas. Puede que tengas un compañero a 15 kilómetros que trabaja súper bien… A todo profesor inquieto le gustaría ver cómo lo hace, pero antes tenía que buscarse la vida: por la tarde, pidiendo un permiso… No estaba legislado. Ahora, se te permite formarte sin que te sientas mal porque estás faltando a tu lugar de trabajo, y se te certifica”.

De hecho, para Artiles lo ideal sería que el Job Shadow fuera extensible a toda práctica docente: “Apuesta por la creación de una red de centros, y no por la competencia entre ellos, fomenta el aprendizaje entre iguales, que es como realmente eres consciente de tus puntos débiles y fuertes…”. Ve positivo también el supraprograma que ultima el Ministerio: “Aunque estés en otra comunidad puedes encontrar muchos nexos de unión con otro centro como el tuyo que, por ejemplo, se encuentra en una zona desfavorecida o trabaja con alumnado de etnia gitana”.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/10/02/estancias-en-centros-formacion-docente-entre-iguales/
Comparte este contenido: