UnoiNews on 17 mayo, 2016
La Educación para una Ciudadanía Global va más allá del estudio de algunos contenidos concretos enmarcados en una asignatura menor dentro del inmenso currículum de la educación obligatoria; e incluso de “incursiones” ocasionales de actores extraescolares que introducen itinerarios de sensibilización en espacios no propiamente curriculares. Es una opción educativa que, a partir de la pregunta de para qué educar, intenta elaborar una propuesta coherente sobre cómo educar.
Como dice el Informe Delors en su inicio, frente a los numerosos desafíos que plantea nuestra época, “la educación constituye un instrumento indispensable para que la humanidad pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social, y una vía al servicio de un desarrollo humano y armonioso, que podrá contribuir al retroceso de la pobreza, las incomprensiones, la injusticia, las desigualdades, la opresión y la guerra”.
Por eso hace falta cambiar la visión instrumental de la educación y reconsiderar su función globalmente: la realización de una persona que toda entera tiene que aprender a ser, pensar, sentir y actuar. La educación tiene que recuperar la dimensión humanizadora e integral, dando un sentido a nuestras vidas, a nuestras acciones, a nuestras relaciones, y asumiendo como tarea central la construcción de un mundo más justo y sostenible.
Estamos a favor de una educación que promueva una comprensión amplia de sí mismo y del mundo, proporcionándole elementos para que pueda contribuir a una sociedad justa, que se interrogue sobre las causas estructurales de la pobreza y la exclusión y pueda, en consecuencia, atajarlas, y concebimos la escuela como un actor social relevante en este proceso.
Para conseguir este objetivo es necesario cambiar, avanzando hacia una práctica crítica basada en el diálogo, haciendo hincapié en la metodología, generando relaciones más dialógicas y participativas, espacios de aprendizaje a escala humana en los que niños, niñas y jóvenes sean conocidos y apreciados como individuos, flexibilizando los tiempos y espacios de la escuela y estableciendo unas relaciones más democráticas en los roles de profesores y alumnos, que les faciliten asumir el papel de sujetos de los procesos educativos.
En resumen, se trata de transformar la escuela en un espacio de intercambio, reflexión, socialización y elaboración de proyectos, que promueva el conocimiento como construcción colectiva (que valore los saberes y las experiencias de todos los actores de la comunidad educativa), y no como mero esfuerzo individual. Se trata de cambiar la escuela para que tanto el currículum escolar como la institución misma se transformen en una comunidad de comunicación y participación que integre a estudiantes, profesores y profesoras, familias, gobiernos locales, territorios, comunidad y ONG. Se trata de cambiar la escuela para que, respecto a los desafíos de nuestra contemporaneidad, sea parte de la solución y no del problema.
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El documento completo La Educación para una ciudadanía global en la escuela de hoy se puede consultar o descargar en:http://www.oxfamintermon.org/sites/default/files/documentos/files/091224_posicionamiento_es.pdf
Fuente: http://mx.unoi.com/2016/05/17/la-importancia-de-impulsar-la-educacion-para-una-ciudadania-global-en-nuestras-escuelas/