Autor: José Eduardo Hermoso
Para el año 2007, la educación pública en la República Bolivariana de Venezuela se encontraba en pleno auge, muchos estudiantes de todas las clases sociales se inscribían en las escuelas y liceos públicos del Estado, que además eran gratuitos, estas instituciones brindaban una calidad educativa por excelencia a través de las escuelas y liceos que se denominaban Bolivarianos, estos centros educativos se caracterizaban por jornadas escolares desde las 7:00 am hasta las 4:00 pm, donde predominaban la enseñanza de la música, teatro, canto, poesía, deportes,…, en estos centros educativos se implementaron los comedores escolares que distribuían el desayuno, el almuerzo y una merienda a todo los estudiantes y el personal que laboraba en la institución. En este año se había iniciado la reubicación de los damnificados que vivían en zonas de riego, este programa era parte de la gran la misión vivienda Venezuela. En la parte posterior a la institución en la cual yo laboraba se creó la zona residencial de “Arsenal” y se les otorgó privilegio de adjudicación de viviendas a las clases más desposeídas, esto dio como resultado, que un gran grupo significativo de estudiantes de muy bajos recursos se inscribiera y estudiaran en liceo donde yo daba clases.
El liceo tenía muchos actos culturales, al menos 3 por mes, estos actos eran de diversas índoles, pero se caracterizaban por la participación de casi todos los estudiantes, por lo general se hacían en la parte interna de la institución, la cual contaba con un patio central, en este año la matrícula de alumnos había aumentado de 700 a más de 1.000 en toda la institución, teníamos alrededor de más de 40 estudiantes por aula y 5 secciones por cada año escolar, es decir la institución era desde 1er año de bachillerato hasta 5to año, por supuesto el control de la disciplina de esta cantidad de estudiantes se hacía permanentemente por los docentes, el personal administrativo y obrero, y se reforzaba en los actos culturales.
En la celebración del epónimo del liceo Santos Michelena, que se realizaban en la primera semana de noviembre, se planificaban un sinfín de actividades, que en su mayoría se hacían en el patio central. El día de la presentación de las danzas del liceo, la directora de la institución visualiza que, en el 2do piso del edificio, se encontraba un grupo de estudiantes con actitud sospechosa, es decir, estaban cantando, en tono alto, al compás de la música de las danzas, pero sin embargo, misteriosamente estaban ocultos en una esquina. La directora me encomendó subir y ver que estaba pasando, al hacerlo me fui oculto para que no vieran, de tal modo de, llegar sin ser detectado. Mi sorpresa fue que al llegar a una esquina vi a una estudiante de 4to año bailando muy sensualmente, en una de las columnas de forma circular, tipo pole dance, mientras el resto de los estudiantes cantaban y aupaban a la bailarina, ella, llego a tal punto que, se desabotono los primeros botones de la camisa y mostró una especie de franelita, fue en ese instante donde interviene y por supuesto, al estar todos concentrados en una esquina no les dio chance de escapar, y como era de esperarse, la gran mayoría de los estudiantes fueron llevados a dirección para que la directora aclarara el asunto, y así, comenzamos a conversar con más de 15 estudiantes que estaban involucrados en el hecho, la idea era simplemente, hacerles un llamado de atención porque pensamos que era solo una simple tremendura, mas sin embargo, descubrimos que la estudiante cobraba a sus compañeros para hacer los bailes y de paso no era la primera vez, de igual forma la estudiante bailarina tenía una actitud rebelde y no aceptaba la responsabilidad de lo ocurrido, alegando que ella no veía nada de malo en eso, esto nos obligó a llamar a la madre de la estudiante, la cual se presentó en pocos minutos en el Liceo.
Al llegar la madre de la estudiante Bailarina al liceo, nos quedamos atónitos, pues, estaba vestida con ropa ceñida y de una manera muy sensual, tenía un cuerpo muy esbelto y de figura atlética, de cabello negro largo, ella, la madre, al ver a su hija en la dirección, se acercó de forma muy violenta y halándola por el brazo le dijo: “Cuantas veces tengo que decirte que te portes bien”, “cuantas veces tengo que decirte que no estés por allí haciendo eso”, “que no está bien”, “que eres una menor de edad y te vas a meter en problemas”, “que debes cumplir la mayoría de edad para hacerlo de forma profesional”, “que no puede ser en cualquier lado”, entonces se voltea hacia los profesores que estábamos en la dirección, y dice: “profesores por favor discúlpenla pero ella me ve a mi haciendo eso y cree que ella puede hacer”, ella no ve que yo lo hago de forma profesional”, “cree que es un juego y por eso cobra barato”, “pero yo le he dicho que no, que espera a la mayoría de edad y que cobre lo justo”, todos los profesores que nos encontrábamos en la dirección, no salíamos del asombro de ver tal situación y al escuchar a la madre todo lo que decía. Esto prendió las alarmas e inmediatamente y pensamos ¿qué estaba pasando con los valores de nuestros nuevos estudiantes y representantes?, ¿que podíamos hacer referente a esta situación?.
Al día siguiente, se convocó a una reunión extraordinaria de profesores, allí se plateó como objetivo del proyecto institucional Comunitario (P.I.C.) el rescate de los valores y las buenas costumbres, entre estudiantes, representantes y todo el personal, entre las estrategias a implementar en el Proyecto de Aprendizaje (P.A.), se encontraban el involucrar a todos los docentes y todas las materias a fin de que, como eje transversal, se tomara lo valores y las buenas costumbres en todos los contenidos a dictar, de igual forma se implementó la Escuela con y para padres: esta escuela tendría la labor de ir incorporando a las madre, a los padres y representantes en las actividades del liceo y al mismo tiempo entender y comprender la situación en que se encuentran, para poder luego, diagnosticar los valores presentes en el hogar y trabajar así, el rescate de los valores y las buenas costumbres, se impartieron talleres con la defensoría del Pueblo, la casa de la mujer, defensoría del menor, el consejo comunal, entre otros.
La labor aquí fue titánica pero enriquecedora, Los docentes de la institución, a partir de estas experiencias, nos permitió entender el mundo de vida de nuestros nuevos representantes y verlos como sujetos de cultura y contexto diferente, que se integraban a una sociedad distinta de la que venían, producto esto, de más de 40 años de decidía por parte de los gobiernos anteriores y de exclusión social.