Editoriales y libros universitarios, la antorcha de la ciencia

Por: Ignacio Mantilla

La semana pasada se llevó a cabo un evento internacional de gran significado para el impulso de la ciencia en Iberoamérica: la primera Feria Internacional del Libro Universitario (Filuni), que tuvo lugar en el Centro de Exposiciones y Congresos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y que contó con la Universidad de Salamanca como invitada de honor.

El evento le permitió a la Universidad Nacional de Colombia estrechar aún más los lazos académicos que la unen con la UNAM y evidenciar la solidez de nuestros sistemas editoriales. Con la universidad anfitriona se pactó la distribución mutua de títulos, es decir, en las siete librerías con que cuenta el campus de la UNAM se podrán adquirir algunos de nuestros libros, y en nuestras librerías estará disponible lo mejor de la producción de su editorial universitaria.

Este es un logro más que, justo en este Año Dual Colombia-México, consolida unas auténticas relaciones en todos los sectores, como lo destacó la embajadora de Colombia en México, Patricia Cárdenas, quien estuvo presente en la inauguración de la feria.

Hubo una buena participación de universidades colombianas y sobresalió la Universidad Nacional, que contó con un bello stand individual, en el que presentó cerca de 200 títulos, como parte de los más de 15.000 disponibles en el recinto, provenientes de 159 universidades.

La Filuni materializa el primer encuentro de gran magnitud en América Latina dedicado exclusivamente a reunir a las principales responsables de la difusión de la ciencia, ya que a las editoriales comerciales poco les atrae esta clase de libros, de esencia universitaria, salvo algunos trabajos de divulgadores consagrados. Sin las editoriales universitarias se perdería entonces esa importante conexión dinámica entre la comunidad científica y la sociedad en general.

De acuerdo con el más reciente informe del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), conocido en agosto de este año y titulado “El espacio iberoamericano del libro 2016”, el año 2015 no fue un buen período para el comercio mundial de libros impresos y apenas alcanzó un monto de US$17.312 millones, suma que corresponde al 93 % de la que se había registrado en 2010. Pero, pese a este panorama, las editoriales universitarias en América Latina registraron 20.818 títulos, creciendo el 4,8 % con respecto al año 2014.

A manera de ejemplo, en la Universidad Nacional actualmente se publica un nuevo libro cada dos días. (En la UNAM se publican cuatro nuevos libros diariamente, en promedio). Si pasamos al plano de las publicaciones científicas en revistas indexadas, debo señalar que el lunes pasado el Ministerio de Educación Nacional publicó los resultados del Modelo de Indicadores de Desempeño de Educación (Mide), que nos ratifican como líderes en la producción científica del país, con 10.249 “artículos top”, seguidos por la Universidad de Antioquia, con 6.560, y la Universidad de los Andes, con 4.544 artículos.

Es claro que los cambios tecnológicos han venido impactando profundamente la manera como leemos e investigamos, y el ebook ya ganó un amplio terreno entre los lectores, especialmente los universitarios, no sólo por su facilidad de transporte, sino por su bajo costo. Iniciativas colombianas como la de Booklick, la aplicación que mediante el pago de una suma mensual permite acceder a 1.667 textos universitarios, son algo sumamente novedoso e ingenioso, impensable hace apenas unos cinco años. Por lo tanto, nuestra capacidad de sorprendernos en materia de libros aún no se ha agotado.

En el marco de la Filuni también hubo espacio para el Encuentro de Rectores: “Evaluación, indización y ranking de ediciones universitarias”, en el cual participamos 38 rectores y representantes de diversos países.

La reunión tuvo como propósito reflexionar sobre las condiciones en las que se han venido desarrollando los sistemas de clasificación y su impacto en la política educativa de los países iberoamericanos. Desde el evento se hizo un fuerte llamado a evitar el uso de los ránquines como único elemento para medir el desempeño de las instituciones y se lanzaron fuertes críticas al desconocimiento de la realidad propia del sistema editorial iberoamericano por parte de las bases de datos diseñadas desde el modelo anglosajón, como Journal Citation Reports, de la Web of Science, y el Scimago Journal Rank, del Grupo Scimago.

Entre las principales críticas se mencionó que “no permiten un reconocimiento de la diversidad de producción de conocimiento”, y se las acusa de valorar mucho más las publicaciones en inglés sobre otros idiomas, “dejando de lado la importancia de la multiculturalidad”. Asimismo, en el documento marco del encuentro se señala la desventaja en que están, para ser calificadas, las publicaciones en el área de las ciencias sociales y humanas, que en su mayoría dan a conocer sus productos en forma de capítulos de libros. Todo esto afecta fuertemente a países como España, que ocupa un lugar clave en la lista de productores de libros a nivel mundial.

Otro tema importante que surgió en el Encuentro de Rectores fue la preocupación generalizada por algunas consecuencias de los sistemas adoptados en los países iberoamericanos para estimular las publicaciones de los profesores universitarios, los cuales frecuentemente conducen solamente a un afán de lucro.

En efecto, hay quienes han dejado de escribir y publicar para fomentar el avance de la ciencia o divulgarla y hacerse legibles entre sus pares académicos y estudiantes, y por el contrario se han propuesto únicamente producir muchos artículos de poca utilidad o impacto real, para elevar su sueldo.

Resulta preocupante observar casos en los que satisfacer a los evaluadores es el objetivo primordial, como si la crítica fuese más importante que el texto y la acumulación de “puntos” reconocidos por la publicación fuese el único fin.

Estoy seguro de que, con esas reglas, hoy en día un físico con la hoja de vida de Albert Einstein sería rechazado en muchas instituciones por su baja producción de artículos científicos.

Fuente: http://www.elespectador.com/opinion/editoriales-y-libros-universitarios-la-antorcha-de-la-ciencia-columna-711154

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Italia: Descubren que los bebés nacen con ciertos conocimientos numéricos

Europa/Italia/Agosto del 2017/Noticias/https://www.bebesymas.com/

Aquellos que hasta hace unos años pensaban que el cerebro del bebé era una tabula rasa vieron pronto que estaban muy equivocados, y es que los niños nacen con un cerebro muy inmaduro, pero ya preparado para ciertos aprendizajes.

Ya hace un par de años confirmamos que son capaces de reconocer el idioma materno incluso si dejan de oírlo, porque ya nacen con cierta predisposición a aprender dicha lengua.

Pues bien, investigaciones recientes demuestran que, además, vienen al mundo con ciertos conocimientos numéricos que nadie antes puede haberles enseñado.

Prefieren los números pequeños a la izquierda

Según leemos en NewScientist, investigadores de la Universidad de Padua, en Italia, han realizado una investigación gracias a la cual han llegado a la conclusión de que a los recién nacidos les gusta que los números más pequeños estén a la izquierda, y los más grandes a la derecha, sugiriendo que es una manera precoz de ordenación de menor a mayor en una línea que va de izquierda a derecha.

Ese es precisamente el patrón que utilizamos los occidentales para realizar secuencias, de izquierda a derecha, y aunque podemos variar al situar los valores de mayor a menor, o de menor a mayor, nuestros números a la hora de contar van desde las unidades a las decenas y centenas, en una progresión que va de un solo número a luego dos, tres y así sucesivamente.

Para llevar a cabo la investigación cogieron a un grupo de recién nacidos con entre 12 y 117 horas de edad, siendo la edad promedio de 55 horas (dos días de edad).

A estos bebés se les mostró una serie de imágenes con cuadrados blancos que contenían un número de cuadrados negros más pequeños. La mitad del tiempo les pusieron delante una ficha con dos cuadrados blancos que contenían** cuatro cuadrados negros cada uno**, en un lado y en el otro (izquierda y derecha); la otra mitad del tiempo les pusieron otra ficha con dos cuadrados blancos que contenían 36 cuadrados negros, a ambos lados.

Con un dispositivo de rastreo ocular observaron que miraban más hacia la izquierda cuando tenían la ficha con menos cuadrados dentro, y que miraban más a la derecha cuando tenían la que contenía más cuadrados negros.

El cerebro derecho está más desarrollado

Según los expertos, la respuesta a este fenómeno podría ser porque el lado derecho del cerebro es más grande en los bebés. Este lado es el que domina el ojo izquierdo, y quizás por eso los bebés tienen más atención a lo que se ubica en ese lado como el inicio de las cosas, o de las progresiones.

Aunque hay quien considera que podría no tratarse de una línea numérica innata, sino de una posible cuestión de lateralidad o similar: que los bebés asocien las imágenes más simples con la izquierda y las más complejas con la derecha, que suele ser la mano dominante.

En cualquier caso, es una investigación increíble que abre la puerta a un mayor y mejor conocimiento del cerebro humano a pocas horas de nacer, cuando aún no ha podido ser apenas influido por los sucesos y principios teóricos de nuestro conocimiento actual.

Fuente: https://www.bebesymas.com/recien-nacido/descubren-que-los-bebes-nacen-con-ciertos-conocimientos-numericos

Imagen :https://lh3.googleusercontent.com/y3SwrkNi8UCZaFhMjUBt_VReOqrTD9s0dLwweA28s0Nq4q_laxS94plzEGOMrqE2VJo7cQ=s85

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