Entrevista a Víctor Maojo: “En los hospitales hacen falta más informáticos biomédicos”

30 Julio 2017/Fuente: consalud/Autor: ANGEL ESPÍNOLA 

La informática biomédica ha permitido avances revolucionarios en la Medicina como los sistemas de historia clínica electrónica o la telemedicina. Además, ha supuesto una democratización del acceso a la información sobre enfermedades, que hoy no está sólo en manos de los médicos. Uno de los mayores expertos del mundo en este campo es el profesor Víctor Maojo, que ha sido nombrado recientemente miembro fundador de la Academia Internacional de Informática de Ciencias de la Salud (International Academy of Health Sciences Informatics), una institución que aglutina a un prestigioso grupo internacional de más de cien científicos y profesionales en informática biomédica.

Catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid y director del Grupo Informática Biomédica de la misma, Maojo ya era miembro electo del American College of Medical Informatics (ACMI), el equivalente americano de la academia internacional. Además, ha sido profesor invitado y consultor en Georgia Tech y ha participando en el Programa de Informática Médica de la división Health Science and Technology de Harvard, Estados Unidos.

En declaraciones a SaluDigital, el experto explica en qué consiste exactamente el campo de la informática biomédica y qué potencial tiene de cara al futuro en el ámbito sanitario.

¿Qué le supone su nombramiento como miembro fundador de la Academia Internacional de Informática de Ciencias de la Salud?

Supone un orgullo, porque para este nombramiento ha habido durante varios meses un proceso de selección y una votación final secreta, en la que han participado unos 100 miembros fundadores de la academia, la mayoría extranjeros. Ser elegido por tanto por los compañeros es muy positivo. Es un reconocimiento a lo que hemos hecho dentro de nuestro grupo de informática biomédica, porque esto no es un mérito personal, sino de todos los que hemos trabajado durante años en diferentes proyectos.

¿En qué se diferencia la informática biomédica de ramas como la bioingeniería o la biotecnología?

«No diría que el Big Data tiene ahora más importancia que antes, sino que surge la posibilidad de estar comparando la información de un paciente concreto con la información de millones de pacientes»

Dentro de las tecnologías biomédicas que tienen cierta relación con la informática, hay cuatro áreas principales que comparten temas concretos. La informática médica trata con el manejo de la información médica, desde un nivel clínico, pero también con el manejo de la información genómica o de la información de salud pública. Se centra todo más en el paciente.

La bioinformática, por su parte, se centra en la información informática aplicada sobre los genes. En los últimos años se ha unido todo bajo la informática biomédica. Esta rama trata toda la información relacionada con los pacientes, desde un nivel atómico, como la nanomedicina, hasta un nivel poblacional. Trata con información genómica, nanomedicina, información clínica, imágenes médicas, sobre la fisiología, etc.

A diferencia de ello, la ingeniería biomédica trata sobre todo con materiales y dispositivos y de ello se encargan más los ingenieros que los informáticos. Por último, la biotecnología, trata sobre todo con técnicas de laboratorio, y tejidos principalmente y con información celular.

¿Qué potencial tiene el Big Data en Sanidad de cara el futuro?

Dentro de la informática biomédica trabajamos con Big Data desde hace 15 años, porque surge de toda la información que llega después del proyecto Genoma Humano. A partir de ahí es necesario juntar toda la información de los pacientes (clínica, epidemiológica, la historia clínica, etc.) y juntarlo con la información genómica.

«Hemos ido de la medicina personalizada a la medicina de precisión y en ello la informática ha sido clave»

Estos conjuntos de datos ahora son enormes. Se trabaja con datos de 2,5 o 10 millones de pacientes, cuando antes se trabajaba con unos 10.000. No diría que el Big Data tiene ahora más importancia, sino que surge la posibilidad de estar comparando la información de un paciente concreto con la información de millones de pacientes. Esto da una información extra a los médicos que puede ser clave para el diagnóstico y el tratamiento.

¿Cree que en el futuro se creará tecnología que cure por sí misma enfermedades?

El tratamiento médico está cambiando mucho por varias causas. Una de ellas, porque la nanomedicina permite que se puedan depositar partículas directamente en células cancerosas o en un objetivo concreto. Por otro lado, con la información genómica podemos anticipar qué tratamiento será efectivo en un paciente o en un grupo de pacientes. Esto elimina lo que había hasta ahora, por ejemplo, en Oncología, del ensayo-error. Porque ahora se pueden anticipar los efectos que puede tener un fármaco en un paciente.

Hemos ido de la medicina personalizada a la medicina de precisión, ya que podemos ir buscando toda la información clínica de un paciente y hacer un perfil concreto que nos permite hacer un diagnóstico mucho más preciso y anticipar los tratamientos. Y para todo ello la informática ha sido clave.

Tiene experiencia trabajando en Estados Unidos, ¿es más fácil investigar o desarrollar tecnologías allí que en España?

«En 1970 ya había mil médicos en Estados Unidos con un título oficial de informática, es algo impensable hoy día en España en 2017»

En Medicina, entre España y Estados Unidos puede haber diferencias muy pequeñas en multitud de áreas. Aquí llegan los tratamientos muy poco después. Pero en el sector de la informática biomédica, por ejemplo, en 1970 ya había mil médicos en Estados Unidos con título oficial de informática, esto es algo impensable hoy día en España en 2017. Aquí aún no existe una carrera de informática médica. En los hospitales hacen falta muchos más informáticos médicos, pero es complicado, porque no hay una formación reglada. Por ello, tampoco existen programas avanzados de formación.

Además, la informática médica no es un área prioritaria en investigación, aunque sí se invierte mucho dinero en ello, ya que puede suponer el 2% o el 3% del gasto sanitario total. Pero falta que las administraciones se den cuenta de que es un área científica de primer nivel, y que puede tener una influencia directa tanto en la diminución de los costes sanitarios como en el aumento de la calidad asistencial.

¿En el futuro todos los médicos serán también informáticos?

Decirlo así causaría revuelo. Pero el médico moderno tiene que estar informatizado. Porque la informática ya está en todos los aspectos de la Medicina, tanto en la investigación, como en la formación, o en el aspecto clínico.

«Hace falta que las administraciones se den cuenta de que la informática médica es un área científica de primer nivel que puede tener influencia directa en la diminución de los costes sanitarios»

Pero en la Medicina aún no se han dado cuenta de la necesidad de esta formación y hay médicos que protestan, por ejemplo, porque las historias clínicas digitales no son sencillas o no están bien hechas, pero no se dan cuenta de todo lo que pueden aportar al sistema.

En Estados Unidos, cuando estaba en Harvard, hace 25 años a los médicos residentes ya se les daba una formación bastante completa en informática, y en el caso de los radiólogos suponía una parte muy importante de su formación MIR, lo cual es de tener en cuenta.

Fuente de la entrevista: https://consalud.es/saludigital/revista/en-los-hospitales-hacen-falta-mas-informaticos-biomedicos–651

Fuente de la imagen:

https://consalud.es/saludigital/revista/admin/imagenes/victo_maojo_entrevista_informatica_medica_26072017_saludigital.jpg

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Entrevista a Glòria Macià, ingeniera biomédica.

Glòria Macià Muñoz es una ingeniera biomédica titulada por la Universitat Pompeu Fabra, UPF, que ha obtenido una de las doce becas Toptal STEM Scholarship for Women por un proyecto de prótesis impresas en 3D. Se trata de una beca que, desde el 2015, otorga la red Toptal a mujeres científicas informáticas, ingenieras de software y desarrolladoras.

América del Norte/Estados Unidos/07.02.2017/Autor y Fuente: http://www.interempresas.net/

Ante todo, felicidades por la beca… ¿Me puede explicar cuál ha sido el trabajo hecho hasta ahora y qué le depara próximamente?

Como Toptal es una compañía de desarrolladores de software, mi proyecto estaba en la misma línea del objetivo que persiguen con su beca, que es promover la programación entre mujeres jóvenes. Concretamente el jurado valoró el trabajo que realizamos de manera voluntaria haciendo prótesis impresas en 3D para niños, además de un aplicativo que desarrollamos para gestionar mejor el análisis de datos.

Yo ahora mismo estoy estudiando mi máster en la ETH de Zúrich, después de terminar la carrera en la Universidad de Texas, en Austin. Ciertamente a un ingeniero biomédico no le es difícil encontrar trabajo en España pero sí que le resulta muy difícil encontrar uno en consonancia a sus estudios, ya que la profesión en España todavía no tiene el (re)conocimiento que se merece. Sin embargo, también estoy convencida de que la situación va a cambiar en un futuro próximo. Así, por ejemplo, un compañero de carrera, Joan Puig, y yo hemos ofrecido cursos de impresión 3D pensados especialmente para profesionales médicos (convertimos imágenes de CT o MRI de órganos en impresiones 3D), tema que han despertado mucho interés. Y próximamente daremos más en un centro hospitalario en Catalunya. O sea, que se observa una tendencia muy clara hacia la colaboración entre médicos e ingenieros, lo que nos da muchísimas fuerzas y esperanzas. Porque éste es el futuro que deseamos para todos.

Hand Challenge, un proyecto mundial de prótesis impresas en 3D para personas en riesgo o desfavorecidas

La Universitat Pompeu Fabra fue aceptada en el proyecto The Hand Challenge, una iniciativa que inició Chris Craft, profesor de un centro educativo de primaria y secundaria de Carolina del Sud, EE UU, que proponía un desafío a jóvenes de todo el mundo: imprimir una prótesis de mano en 3D, construirla y enviarla a los EE UU para exponerla y posteriormente enviarla a un niño o niña que, por culpa de una malformación congénita, guerra o una mina antipersona, le faltara una mano. La idea era que los niños y adolescentes puedan ayudar a otros de todo el mundo donde lo necesiten.

Así, en julio de 2016 la Escuela Superior Politécnica de la UPF puso en marcha un curso de ingeniería conducido por estudiantes, y dirigido exclusivamente a estudiantes de secundaria, que participarían en el proyecto. En este contexto, llamado Campus Júnior, Glòria Macià y Joan Puig, en esos momentos estudiantes de 4º y 3º curso respectivamente del grado de Ingeniería Biomédica de la Escuela (ESUP), se encargaron del curso ‘Summer Camp Girls in Lab – Impresión 3D y Medicina’. En tres días las alumnas lograron obtener una prótesis de mano impresa en 3D para niños y adolescentes.

¿Puede explicarnos en qué consiste el proyecto?

Este proyecto es mi colaboración a una iniciativa mundial que se llama E-nabling The Future y conecta personas, normalmente niños, que necesitan un brazo o mano con otras que se lo pueden fabricar.

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Momento del curso de impresión 3D con motivo de la inauguración del American Space de Barcelona.

¿Qué recorrido puede tener su propuesta? ¿Qué evolución prevé para las prótesis médicas gracias a las tecnologías aditivas?

Creo que la medicina avanza sobre todo en dos direcciones de futuro: 1) Innovación (nuevas técnicas, fármacos, etc.); y 2) Accesibilidad. Nuestra iniciativa se engloba en la segunda. Y es que una prótesis convencional puede costar hasta 10.000 euros; pero impresa en 3D cuesta menos de 10 euros. No es sofisticada pero sí funcional y puede llegar a cualquier rincón del mundo sin problemas de presupuesto, y no cabe duda de que con ella se mejora muchísimo la calidad de vida de quien antes no tenía mano o brazo. Además, en muchos casos el paciente es un niño, lo cual supone un doble problema porque no necesita una única prótesis sino que, debido a su crecimiento, precisa una nueva cada año.

Finalmente, la impresión 3D también permite personalizar, lo que es muy, pero que muy, interesante en medicina, pues hasta ahora siempre iba asociado a un alto coste. Así, en el caso de las prótesis no solo se personaliza el tamaño sino también el aspecto externo. El niño podrá tener una mano de príncipe o superheroína, exactamente cómo había imaginado.

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Glòria, en el centro, junto a otras participantes del campus Júnior de la UPF del verano pasado con el fin de promover la ingeniería entre las jóvenes.

¿En el ámbito universitario se plantean otras aplicaciones de la impresión 3D más innovadoras?

La lista de aplicaciones es casi interminable. Personalmente me ha llamado muchísimo la atención un experimento del cirujano Anthony Atala que podría resolver, algún día, el problema del donante de órganos: una impresora 3D que utiliza células vivas para producir un riñón trasplantado.

Aunque todavía no está listo tendría en el futuro un gran impacto pues resolvería el problema del rechazo de órganos.

Han desarrollado también un aplicativo para el análisis de datos. Explíquenos un poco más sobre su trabajo…

He trabajado en varios proyectos que hacen uso de herramientas computacionales para resolver problemas de la medicina. Además, los códigos son open source, es decir que los cuelgo online (en un repositorio llamado github) para que cualquier persona interesada pueda acceder a ellos y aprovecharlos para su trabajo. Tengo, además, un blog donde escribo siempre sobre los líos en que estoy metida… Por ejemplo, escribí sobre dos proyectos recientes: uno en el campo de la patología y otro en el campo de la cardiología.

Los proyectos, el blog y el impacto social es lo que Toptal valora para seleccionar sus ganadores.

¿Hay interés en el mercado por este proyecto?

La finalidad de todos estos proyectos es totalmente sin ánimo de lucro. Fabricamos las prótesis 3D como parte de esta asociación de voluntarios para dar una mano a personas que la necesitan. Por otra parte, mis otros dos proyectos son open source para que quien considere la idea interesante pueda colaborar en ellos. Mi principal prioridad es que llegue a la sociedad.

A nivel de crecimiento personal creo que me aporta muchísimo más que ningún tipo de compensación económica y que, en el día de mañana cuando termine mi máster en Suiza, me servirá para demostrar mi valía y conseguir un buen trabajo.

Toptal puso en marcha estas becas para reconocer el trabajo hecho por mujeres y estudiantes femeninas. ¿Existe todavía un ‘gap’ respecto a sus colegas masculinos?

Creo que todavía hay la idea infundida en nuestra sociedad que una mujer no puede ser igual o más brillante que un hombre en determinados sectores, especialmente los técnicos, pero lo cierto es que esto depende de la persona y no su género. Gracias a iniciativas como estas esta idea errónea se va difundiendo poco a poco y también ayuda a crear referentes para que niñas y chicas se animen a estudiar ingeniería en el futuro.

Fuente: http://www.interempresas.net/Tecnologia-aulas/Articulos/167840-Entrevista-a-Gloria-Macia-ingeniera-biomedica.html

Imagen: http://img.interempresas.net/fotos/1362711.jpeg

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