Page 1 of 2
1 2

El Capitalismo, su «Educación» y sus «Educadores»

Por: Fernando Buen Abad Domínguez

Con el argumento de que la «educación» es el gran remedio para (casi) todos los males sociales e individuales, se la usa como una de las más «respetables» trincheras ideológicas burguesas aparentemente irrefutable por su, no menos aparente, «filantropía». En realidad es un argumento hipócrita, insustentable e ilusionista. Sin apología alguna por la ignorancia, recordemos que las revoluciones son impulsadas por la fuerza inmensa de la clase trabajadora que, a pesar de sufrir los estragos del capitalismo, en su trabajo, en su salud, en su vivienda, en su riqueza natural, en su conciencia, en su cultura y su estado de ánimo… cada día cobra mayor conciencia de lucha. Eso no es por estar «bien educados» sino por, entre otras razones, la clase trabajadora impulsa su conciencia y se educa, con sus fuerzas propias, para afianzarse en la batalla por emanciparse.

A la «educación» que la burguesía imparte, junto a sus miserias y falacias, se la baña con saliva limosnera. Nunca faltan los demagogos dispuestos a teñir con gestos de dádiva grandilocuente lo que en realidad debe ser el cumplimiento de una obligación y un derecho, social e histórico, conquistado por los pueblos. Los que se creen dueños del «saber», metidos a mercaderes del conocimiento, van por el mundo dictando cátedra sobre su «bondad», extraterrestre, expresada en «dar educación al pueblo». Y pasar factura, desde luego. Y repiten, con ignorancia impúdica, que la «educación» lo arreglará todo. Hablan, claro, de su «educación» que es su gran negocio.

La maquinaria «educativa» financiada por la burguesía, en todos sus niveles y extensiones, (y con excepciones honrosas) es una maquinaria de guerra ideológica empeñada en sistematizar, en las aulas, los modos y los medios para amaestrar personas, para inocular la ideología de la clase dominante disfrazada con «prestigio científico» y para hacer tragar a los pueblos la «dignidad culterana» de las más vergonzosas teorías pseudocientíficas, y los más bochornosos exorcismos al capitalismo. Diariamente un ejército de «educadores» serviles infesta los espacios «académicos» (públicos o privados) para hacer creer a los «estudiantes», gracias a un salario mayormente mediocre, que el «saber», autorizado por las oligarquías y sus instituciones, es la verdad revelada que los conducirá a un futuro de «bienestar» a cambio de entregar su cerebro con docilidad y servilismo. Espejismos del cuentapropismo académico parasitario y decadente. Y lo avalan con títulos de pre-grado, grado, post-grado… el fetichismo de los títulos académicos.

Ese modelito de falacias y extorsiones «educativas», ¡institucionales!, ha tendido trampas «lógicas» a diestra y siniestra para garantizar la sobrevivencia de un monstruo burocrático costoso, anacrónico, anti-democrático, autoritario y discriminador basado en reproducir en las aulas les relaciones obrero- patronales. Todo revestido con palabrería «científica» para hacer creer que es «conocimiento» cierto, ese magma de ignorancia, limitaciones y petulancia que desparraman diariamente millones de «educadores» cómplices de la farsa. Eso, claro, con la bendición de los jefes que no son menos serviles, ni menos cómplices, ni menos ignorantes que sus súbditos «cultos». Aunque «administren» o «gerencien» bien.

No hay atenuantes, la historia de la educación burguesa, que por momentos fue exitosa sólo para la clase dominante, ha sido un fracaso horrísono que al proletariado sólo trajo penurias, gastos inmensos, estigmas, maltrato, marginación e inutilidad pasmosa. Una educación emancipadora está todavía por venir cuando sepamos des-mitificar y modificar el estado actual de esa «Educación» burguesa que no ha resuelto, ni resolverá, los verdaderos problemas de fondo. Los «grandes avances» burgueses, en ciencia y tecnología, se traducen mayoritariamente en penurias y explotación para los pueblos. Eso no lo tapan las migajas «educativas» de las demagogias.

Está en crisis la Educación originada por los aparatos burgueses para la dominación ideológica, como expresión de la Crisis de Dirección Revolucionaria que aqueja a la humanidad. Tal «crisis», ya añeja, en el sentido de crisis rumbo y en el sentido de crisis de dirigentes, debe ser objeto supremo de la Educación Revolucionaria que bien debe servir como motor organizador que refresque y expanda la conciencia de la humanidad y libere los millones de categorías y conocimientos que le han sido vedados o secuestrados por obra y gracia de la ideología, y los intereses, de la clase dominante.

Algunos luchamos por una Revolución Educativa internacionalista, que sea producto de la gran Revolución Socialista impulsada por los trabajadores de todo el mundo. Algunos luchamos, e inventamos salidas, desde trincheras diversas. Quisiéramos la ciencia emancipada y al servicio de la humanidad y no la ciencia mercachifle que se adueñó de los centros de estudio para domesticar cerebros y ganancias. Quisiéramos terminar con los latifundios académicos y el besamanos doctoral. Quisiéramos vida democrática plena en las aulas, quisiéramos cultivo colectivo del conocimiento, quisiéramos docentes, estudiantes y científicos hermanados, hombro a hombro, con las luchas de los pueblos, especialmente en la lucha contra la ignorancia y la miseria intelectual. Quisiéramos educación y ciencia en plena Batalla de las Ideas, quisiéramos alegría y moral de lucha en el descubrimiento del saber, quisiéramos la ética socialista como epistemología de las ciencias y la pedagogía emancipadora sin las aberraciones «didácticas» que la niegan. Quisiéramos un programa educativo mundial no subordinado al interés de la usura, ni al negocio de élites, ni a la idolatría burguesa… «Necesitamos otra educación para otra sociedad y otra sociedad para otra educación» KM. No es mucho pedir.

Fuente de la información e imagen:  https://cuadernosandinista.com

Comparte este contenido:

Entrevista a George Mavrikos, exsecretario general de la Federación Sindical Mundial (II)

Por Luis Miguel Busto Mauleón

“En el mundo moderno, con los grandes cambios y avances tecnológicos, siguen existiendo dos clases sociales básicas: los explotadores y los obreros»

Traducción del griego realizada por Christoforos Giakoumelos.

En esta segunda parte de la entrevista a George Mavrikos repasamos su labor en la Federacióhn Sindical Mundial entre el Congreso de La Habana de 2005, donde fue elegido Secretario General hasta el 18º Congreso de Roma

Georges Mavrikos nació en la isla griega de Esciros hace 72 años. Desde su infancia entendió que la explotación es la base en las relaciones laborales en un sistema capitalista y que la solución para la emancipación de la clase obrera pasa por la superación de este criminal sistema. Educado en principios socialistas, fue un dirigente sindical en su Grecia natal, despedido de 7 empresas por defender a su clase y un cuadro sindical imprescindible. Su clarividente visión internacionalista fue fundamental para su trabajo en la Federación Sindical Mundial, en su vicepresidencia y, finalmente como secretario general desde 2005 a 2022.

El pasado mes de mayo, la FSM celebró su 18º Congreso en Roma y Georges Mavrikos dejó su cargo, tal y como había anunciado en el 17º Congreso celebrado en Durban. No significa un retiro total ya que en el mismo Congreso aceptó su nominación como presidente de honor del sindicato internacional.

En esta entrevista queremos destacar el papel imprescindible que un trabajador y sindicalista nacido en una diminuta isla del Egeo ha aportado al avance de la clase obrera internacional. Si la clase trabajadora, en la sempiterna lucha de clases, fuera quien llevara la delantera frente a la burguesía, no habría duda de que el nombre de Georges Mavrikos figuraría en el olimpo de prohombres de nuestra historia.

III. De La Habana a Roma

8- -¿Cuáles han sido los logros en la FSM desde La Habana?

¡»El Gran Salto» entonces, como lo llamó el camarada Quim Boix! Nos esforzamos por plasmar de manera integral la respuesta a esta pregunta en la publicación homónima con motivo del último 18o Congreso de la FSM. Allí dimos de manera gráfica, en la medida de lo posible, un panorama del rumbo seguido por la FSM en los últimos 17 años, con los avances -los logros como usted dice- y el crecimiento de esta gran familia clasista de la clase obrera mundial.

Sin querer repetir las cifras de forma exhaustiva, cabe mencionar que de los 48 millones de afiliados/ad, trabajadores/as de base, que apenas tenía la FSM en 2005, en 2022 la FSM cuenta con 110 millones de afiliados/as, es decir podemos hablar de un incremento del 129%. Al mismo tiempo, se puede decir que este aumento no es solo cuantitativo sino que también tiene elementos cualitativos importantes, ya que grandes organizaciones de gran calado social y alcance global se reincorporaron o se afiliaron a la FSM por primera vez. El ejemplo de la COSATU de Sudáfrica (cuya existencia siempre ha estado tan indisolublemente ligada a la FSM) que volvió a nuestra familia, la poderosa CITU de India, las decenas de federaciones y sindicatos de base de la CGT Francia, los millones de trabajadores/as agrícolas del FAC en México dan testimonio de este desarrollo cualitativo. Simultáneamente, las UIS -las Uniones Sindicales Internacionales de la FSM- de 4 que fueron antes del Congreso de La Habana, llegan a 11 en 2022, y, de hecho, están presentes en sectores estratégicos de la economía donde la clase obrera contemporánea está trabajando y sufriendo (Metal, Energía, Transportes, Bancos, Hotelería-Turismo, Pensionistas y Jubilados, Textiles, Confección y Cuero etc.). Es decir, estamos hablando de un incremento del 63,6%. Vemos un panorama similar en las Oficinas Regionales con 5 de ellas operando en 2005 mientras que en 2022 existen 7. Al mismo tiempo, mientras que la FSM no tenía Oficinas Subregionales antes del 15º Congreso, hoy cuenta con 6. Al mismo tiempo, se armaron 4 Comités Internacionales (Mujeres Trabajadoras, Jóvenes Trabajadores, Refugiados e Inmigrantes, Asesoría Jurídica) que han desarrollado una rica acción. Además, se lanzaron los Días Internacionales de Acción de la FSM, que tuvieron un gran impacto internacional, movilizando a millones de trabajadores/as en todo el mundo bajo reivindicaciones comunes. La intervención de la FSM en las organizaciones internacionales donde tiene un estatus consultivo permanente y general (ONU, UNESCO, FAO y OIT) se reactivó sobre una base distinta y con otro punto de vista; se organizaron paros internacionales, campañas de solidaridad con los pueblos que gimen bajo el imperialismo; se imprimieron libros y se hicieron varias publicaciones sindicales ideológico-políticas; se organizaron concursos internacionales de carteles y libros; se celebraron misiones internacionales a más de 100 países de todo el mundo; se conmemoraron aniversarios históricos de la clase obrera y se emprendieron tantas otras iniciativas a las que uno puede referirse… Creo que cada uno de estos aspectos de acción podría incluso ser tema de una pregunta y análisis aparte.

En general, se puede decir que la FSM volvió a ser un oponente a tener en cuenta por la burguesía y el imperialismo. La clase obrera volvió a sacar sus uñas contra el enemigo de clase a nivel mundial y todos juntos en la familia de clase de la FSM demostramos que la historia no termina como se apresuraron a predecir algunos «científicos» burgueses. Y sinceramente, para mí el principal criterio de que la FSM se fue desarrollando y creciendo fue -además de los testigos irrefutables de los datos numéricos- los ataques que sufrió la FSM en los últimos años: tanto de enemigos como de «fuegos amigos».

Después de todo, es una regla clásica de la lucha clasista que «ser atacado por el enemigo no es una cosa mala», sino una confirmación de que la ruta que has elegido es la correcta; una ruta que preocupa y fastidia a los enemigos del progreso social. Y mientras antes de 2005 casi nadie se ocupaba de la FSM, después de La Habana escuchamos toda clase de acusaciones: primero que la FSM es el “hombre enfermo” en soporte mecánico que se resiste a ser desconectado, luego que cultivamos el “estalinismo hidropónico”, que somos restos del pasado que solo izan banderas y gritan consignas, que somos los divisionistas del movimiento sindical mundial, que somos antidemócratas, que apoyamos regímenes dictatoriales, que abastecemos a terroristas…

Visita a Palestina en 2003

Nuestros dirigentes han sido encarcelados y asesinados por la reacción y el estado burgués en Colombia, México, Guatemala, Indonesia, Paraguay, Perú, Israel y tantos otros países. Militantes de la FSM han sido despedidos de sus trabajos en todo el mundo o llevados a los tribunales por su accionar internacionalista. Incluso miembros del equipo de las Oficinas Centrales de la FSM fueron perseguidos o amenazados en misiones sindicales a Colombia, Israel, Panamá y otros lugares…

Y todo esto porque no nos inclinamos ante el imperialismo, porque no entramos en “los sacerdocios” de los aparatos imperialistas de Bruselas y EE.UU., porque no nos convertimos en una «ONG sindical» como lo es hoy la CSI. Teníamos que hacer algo muy simple y todo sería para nosotros «un camino de rosas»: afirmar que la lucha de clases se acabó y que el capitalismo es eterno. Pero si dijéramos eso, no seríamos quienes somos. Por consiguiente, todo este curso nuestro inspiraba orgullo y superioridad moral y política hacia nuestros adversarios.

9–¿Cuáles han sido los mayores enemigos durante este tiempo?

Como le dije, el principal enemigo de la FSM es el principal enemigo de la propia clase obrera mundial: la burguesía y sus instrumentos. En otras palabras, la ubicación de nuestro principal enemigo surge del análisis marxista-leninista del mundo y la contradicción fundamental que ubica en nuestra época, que es la época del imperialismo, de la existencia parasitaria del sistema capitalista global. Así que la contradicción fundamental de nuestro tiempo sigue siendo entre capital y trabajo; entre los que lo tienen todo y los que no tienen nada más que su fuerza de trabajo. Por tanto, para la clase obrera el “principal enemigo está en su propio país” como había dicho Karl Liebknecht en 1915, en medio de la Primera Guerra Mundial.

Todos estos años, este fue también para la FSM el principal enemigo que con sus mecanismos, sus poderosos medios, las ingentes sumas de dinero que gastó en propaganda antisindical y en la compra de conciencias, ponía trabas, amenazaba, aterrorizaba y luchaba contra la FSM en de cualquier forma que pudiera. En ocasiones incluso recurrió a ataques directos, como el que orquestó el estado burgués en Italia poco antes de la organización del 18o Congreso Sindical Mundial, con la incursión de los carabineros de manera  premeditada y con acusaciones inventadas en las oficinas de la USB, que fue también la organización anfitriona del Congreso de Roma. Aquí permítame hacer un paréntesis diciendo que estas tácticas son habituales para los estados burgueses cuando eligen perseguir a la FSM y su línea de clase. Le recuerdo que el estado francés había organizado un tipo de incursión similar en 1950 en las entonces oficinas de la FSM en París, tal y como lo hizo el estado austriaco en las oficinas de la FSM en Viena en 1956 con una redada nocturna, saqueo de archivos y documentos y confiscación de sumas de dinero.

¿No fue un ataque directo a la FSM la prohibición de mi ingreso a los EE. UU. en mi calidad de Secretario General de la FSM en 2018? ¿Mucho más ya que los motivos de mi visita eran netamente político-sindicales y mi propósito era participar en un evento de Naciones Unidas? Aquí hago nuevamente un paréntesis para decirles que el estado burgués tiene continuidad tanto en sus prácticas como en su lista de “enemigos”. Es interesante que el estado estadounidense había emitido una prohibición similar al – conocido en su país por su participación en la Guerra Civil Española – presidente italiano de la FSM Giuseppe Di Vittorio en 1952, prohibiéndole ingresar a los EE. UU. para hablar ante la ONU. Por lo tanto, los burgueses saben muy bien que somos enemigos. La clave es que nosotros no lo olvidemos.

El segundo enemigo fueron y son las organizaciones imperialistas, las uniones y alianzas transnacionales imperialistas que tanto sufrimiento han causado a la humanidad y a los pueblos del mundo entero. ¿Sería posible que no fuéramos enemigos acérrimos del imperialismo y sus instrumentos? Nos separan ríos de sangre, millones de combatientes muertos que cayeron con arma en mano, luchando desde las selvas de Vietnam hasta las montañas de Grecia y las maniguas de Colombia. La FSM tiene grabada la lucha antiimperialista en “su piel” como una «marca de nacimiento».

Con Raúl Castro en el Primero de Mayo de 2016, La Habana, Cuba

Le recuerdo la cuarta resolución del congreso constituyente de la FSM en 1945 respecto a su postura frente al imperialismo y el colonialismo, en torno a la cual hubo una gran polémica: “Sería una victoria incompleta si los pueblos de las colonias y los territorios de todos los países se encontrasen privados de los derechos de la auto-determinación y la Independencia Nacional”. En resumen, nuestro movimiento siempre ha estado del lado correcto de la historia, del lado de los verdaderos productores de riqueza, del lado de los proletarios. Fíjese en la actitud de la FSM contra el imperialismo en todas partes: en Grecia, en Chipre, en Cuba, en Nicaragua, en Venezuela, en Angola, en Mozambique, en Sudáfrica, en Vietnam, en Corea, en Afganistán, en Libia, en Yemen, en Siria, Kuwait, Irak, Líbano, Palestina y tantos otros países. Donde los imperialistas asaltaban pueblos, creaban olas de desarraigados, inmigrantes y refugiados para rediseñar fronteras y saquear recursos, la FSM  defendía a estos pueblos con una solidaridad internacionalista en práctica, con sus afiliados y cuadros en todos los países y continentes en la primera línea de lucha.

El tercer enemigo, creo, se encuentra en los colaboradores de la burguesía, en sus lacayos, en sus representantes en el movimiento obrero: la aristocracia obrera y los sindicalistas burócratas. Estos individuos, la mayoría de los cuales nunca han trabajado en su vida, a veces aparecen como progresistas, a veces como ecologistas, a veces como anti-sexistas, a veces como humanistas, o incluso pretenden mostrar empatía por el sufrimiento del obrero. Son sindicalistas “de probeta”, “fabricados” en las escuelas de varios ministerios y fundaciones de colaboración de clases. La experiencia de su país con las cúpulas sindicales amarillas de CCOO y UGT es una representación fotográfica de lo que estoy describiendo. A nivel internacional esta tendencia se expresa a través de la CSI: con altos salarios garantizados, estos sindicalistas sólo de nombre no pertenecen a la clase obrera y su misión principal es transformar los sindicatos de organizaciones obreras masivas en mecanismos y servidores del capital; buscan frenar a la clase obrera, apaciguarla y desorientar sus luchas, propagando el “maquillaje” del sistema capitalista y rechazando el papel y la misión de la clase obrera. Por todas estas razones, sienten un odio profundo hacia el movimiento sindical clasista y los sindicalistas combativos. Fabrican varias teorías falsas para hacerse parecer importantes y útiles. Establecen vínculos con los medios de comunicación, inventan noticias y sacan provecho de los avances digitales de la ciencia. A nivel ideológico, son, en otras palabras, los portadores de la ideología burguesa dentro del movimiento obrero, la «quinta columna» contra el movimiento obrero de clase.

Finalmente, tengo que confesarle que hay un enemigo más, un enemigo más peligroso y muchas veces invisible: y este son nuestros propios errores, nuestros propios desaciertos y equivocaciones. Sin enfrentarnos a ellos, sin estudiarlos, el progreso de nuestro movimiento es imposible. Su existencia es inevitable, pero su repetición no lo es. Después de todo, consideremos que gran parte de la experiencia del movimiento obrero y sindical es producto de los errores y las lecciones que sacamos de ellos.

Permítame darle un ejemplo: ¿es deber o no del movimiento sindical de clase ser siempre un juez del poder desde el punto de vista de los intereses de la clase obrera? ¿No debería ser “el abecedario” del movimiento obrero defender y elevar el nivel de vida de la clase obrera sin importar el sistema económico de cada país? ¿La consecución de este objetivo no pasa siempre por la crítica desde el punto de vista de los trabajadores/as? ¿Qué críticas hicieron los sindicatos de los países socialistas a los errores que veían cometerse frente a ellos en la construcción socialista? Por ejemplo en el 11o Congreso de la FSM en Berlín Oriental, en 1986, participaron sindicatos de 75 países. ¿Hubo algún delegado que criticara la Perestroika y la restauración capitalista inminente?

Allí estaban reunidos líderes sindicales con un papel destacado que veían, entendían -por supuesto con las limitaciones de la época- lo que andaba mal. Así se ha desperdiciado para la clase obrera mundial una gran oportunidad de prestar una ayuda importante a la Unión Soviética, abriendo un frente de crítica y revelación de los verdaderos objetivos de la Perestroika, contra la restauración capitalista metódicamente preparada. Entonces, en resumidas cuentas, el conocimiento del movimiento obrero no viene sin un costo. La clave es aprovecharlo, apreciarlo, saber siempre que lo conseguimos con dolores y peripecias.

10- -¿Cuál crees que ha sido la clave para el gran crecimiento de la FSM?

Creo que el gran crecimiento de la FSM, el gran salto del que hablábamos antes, no se encuentra en un solo factor, sino en una combinación de objetivos tácticos y estratégicos, aspectos específicos que incluso compartí en el reciente Congreso; o sea se encuentra en unas claves cualitativas y cuantitativas.

Primero, creo que se logró con la creencia, la profunda creencia de que en el mundo contemporáneo, la clase obrera necesita un arma propia. Su propia herramienta para elaborar su estrategia y sus tácticas. Estrategia y táctica para sí misma como clase social con una misión histórica particular. En contra de la percepción reformista y revisionista que afirma que supuestamente no hay clase obrera en la actualidad e identifica a la clase obrera con los trabajadores manuales de siglos anteriores, hemos respondido y respondemos científicamente que en el mundo moderno, con los grandes cambios y avances tecnológicos, hay dos clases sociales básicas. Los capitalistas, los explotadores, por un lado, y los obreros y empleados, por otro. Por supuesto, la clase obrera también evoluciona, se desarrolla, adquiere más conocimientos, está más formada que antes, ha acumulado más conocimientos, tiene más experiencia y sus necesidades básicas se amplían constantemente. Todos estos cambios existen y los tenemos en cuenta. Pero a pesar de todos estos cambios, el criterio básico se mantiene. La explotación. La producción de plusvalía y el sudor robado que va a parar a los bolsillos de la burguesía. Así que procedemos con la creencia de que en el mundo moderno hay injusticia social, hay explotación social y una explotación aún más cruel; y seguimos creyendo que la actual clase obrera con su gran conocimiento y experiencia está más cerca y tiene en sus propias manos el interruptor del proceso productivo. Esta premisa y concienciación ha sido el “faro”, la base que nos ha guiado en la elaboración de nuestra táctica durante estos 17 años.

14º Congreso de CITU, India, 2013

El segundo factor tiene que ver con la organización práctica, la articulación interna de nuestras fuerzas, el espíritu combativo que caracterizó a nuestros militantes. Estoy hablando de la colectividad y la actitud militante común de la gran mayoría de nuestros miembros y cuadros. Lo que hemos conseguido no ha sido el resultado de una sola persona. Fue sobre todo un esfuerzo colectivo, una búsqueda común, una actitud común de todos nosotros. Todos construimos esta estructura juntos. No anulamos el papel de la personalidad. Sabemos que en la historia social la personalidad influye ciertamente en los acontecimientos. Pero la evolución, el progreso, el avance, lo escriben las masas; las colectividades, no los reyes, los cardenales y los príncipes.

El tercer factor tuvo que ver con una regla importante que cumplimos estrictamente en las batallas que libramos: prestamos atención a la base, intentamos no perder el contacto con ella. Con nuestros sindicatos, con los trabajadores/as, los desempleados/as, los inmigrantes, los refugiados/as, los sin techo y los excluidos/as. Reforzamos la democracia interna en nuestra operación. Personalmente he visitado 87 países en los 20 años que han pasado y, algunos de ellos muchas, muchas veces. Los miembros del Secretariado y del Consejo Presidencial hicieron lo mismo. Muchos más de nuestros cuadros de las UIS y el personal de las Oficinas Regionales viajaban y estaban cerca de la base. Con todos estos contactos fuimos tomando fuerza desde las bases y dando valor a las luchas. Intentamos mantener los oídos y los ojos abiertos a las luchas y reivindicaciones de las bases. Así es como se gana la confianza de las bases y éstas se vuelven más militantes, más agresivas, porque se dan cuenta de que no están solas en sus luchas. Hemos amado y apoyado a las bases de la FSM y éstas nos devuelven su propio amor y aprecio. Después de todo, esta era la fuerza valiente de la FSM, sus héroes cotidianos en sus lugares de trabajo y países.

La cuarta clave para la revitalización de la FSM, creo, fue el uso de la crítica, la autocrítica y la emulación que son la ley de nuestro progreso y mejora a nivel colectivo e individual. Como cuadros del movimiento sindical clasista e internacional debemos analizar objetivamente la situación en cada momento; tener un conocimiento objetivo de la realidad de nuestro sector, de nuestra región, de nuestro sindicato y -como dirección de la FSM- del mundo. Para alcanzar este nivel necesitamos ser conscientes de nosotros mismos y hacer un examen crítico de nuestras decisiones y acciones. Tenemos el deber de cultivar la emulación colectiva, la ambición de mejora y el fortalecimiento integral de la personalidad de nuestros cuadros. Y, sobre todo, nuestra ley básica fue y será la obligación de aprender de nuestros errores; para reflexionar sobre nuestras debilidades y nuestros errores; para analizarlos. El militante inteligente aprende de sus errores. ¡El frívolo nunca!

El quinto factor es ciertamente el estudio de la historia de nuestra clase y específicamente de la propia FSM. A lo largo de estas dos décadas, hemos aprovechado nuestra rica historia. Con sus aspectos positivos y negativos. Con sus avances y retrocesos. Con sus dignos compromisos y sus inaceptables concesiones. Con sus grandes éxitos y sus pocos pero reales errores. La experiencia histórica, tanto positiva como negativa, es para nosotros hoy un activo y un arma positiva para el presente y el futuro. Como he mencionado antes, la historia es una ventana abierta al ayer y al mañana. Y para construir el mañana hay que basarse en la experiencia del ayer.

La utilidad de la historia del movimiento obrero y sindical a nivel sectorial, local, nacional e internacional es grande hoy en día. Y al mismo tiempo es una tarea clave defendernos y contraatacar contra el sucio negocio de reescribir la historia. Hemos defendido y defendemos la verdad histórica. Es bien sabido que la lucha de clases se da también en el campo de las ideas, a través de la lucha ideológica de la clase obrera. Por lo tanto, la lucha por la lectura correcta de la historia es también una batalla por el futuro y el presente mismo de la clase obrera. Ese fue también el objetivo de nuestra acción con los cursos especiales sobre la historia del movimiento sindical, esto es lo que hicimos con seminarios especiales, con concursos de libros y carteles, con publicaciones, artículos y discursos. Como dije en el 18o Congreso, en 17 años contamos con más de tres mil de nuestros cuadros, principalmente jóvenes, que asistieron a seminarios relevantes.

El sexto factor que levantó la FSM fue el propio calor de la batalla, la propia acción. Como recibimos la FSM en un estado de parálisis, la tarea inmediata fue la acción. Por eso lanzamos el lema “Acción – Acción – Acción” en el 15º Congreso Sindical Mundial de La Habana, Cuba. No deberíamos haber perdido el tiempo en introspecciones, en ombliguismos y en discusiones interminables. Insistimos en que “en la acción” resucitaríamos la FSM. Es a través de la acción que demostraríamos si lo conseguimos y qué logramos. Y tuvimos toda esta rica acción que todos ustedes conocen, descrita en los textos y documentos clave de nuestro congreso de Roma, disponibles en nuestro manual de “Estadísticas 2005 – 2022”, en nuestros vídeos y en nuestras publicaciones. Así que la lección y la conclusión es la acción. Acción con nuestros objetivos y prioridades. En la acción a lo largo de los años hemos intentado organizar muchos cursos de educación y formación sindical.

El séptimo «pilar» no era otro que la política económica que caracteriza a un sindicato de clase, una organización sindical por y para la clase obrera: Dependimos económicamente sólo de nuestros afiliados, de la base, de los trabajadores sencillos. Recibimos la FSM en diciembre de 2005 con una deuda financiera de 200 mil dólares. En Roma entregamos la FSM no solo sin ninguna deuda, sino también con un excedente considerable. ¡La FSM no debe un solo centavo! Y los actores clave en este logro fueron todas las organizaciones que durante todos estos años han apoyado la FSM de su “pobreza”. Su apoyo daba fuerzas a la FSM y le permitía desplegar su accionar clasista. Fue su apoyo lo que permitió que todos los gastos del 18o Congreso fueran cubiertos por las cuotas y el apoyo financiero exclusivamente de los afiliados de la FSM. La soberanía financiera, la operación únicamente sobre la base de las cuotas obreras es a la vez un criterio para el carácter de clase de una organización así como una garantía de su compromiso con la clase obrera. Después de todo, el criterio “muéstrame tu patrocinador y te diré quién eres” suele ser correcto…

11- ¿Hubo errores durante su período de liderazgo?

Es cierto que en los años que tuve la responsabilidad principal en la elaboración de las opciones estratégicas y tácticas de la FSM hemos cometido errores. En mi pueblo decimos «el ama de casa que lava platos también romperá platos». El dirigente adecuado debe aprender de los errores y no repetirlos.

Los riesgos de errores siempre existirán y por eso la dirección de las organizaciones sindicales clasistas necesita estar ojo avizor en todo momento. Los errores son de naturaleza práctica o ideológica. Y mientras que los errores en la práctica se corrigen fácilmente, los errores ideológicos son más sustanciales, más complejos y a menudo críticos.

La larga historia viviente del movimiento sindical internacional ha demostrado errores ideológicos tanto de derecha como de izquierda. La herramienta para limitar estos errores es el profundo conocimiento teórico por parte de los dirigentes.

En mis 50 años de actividad sindical y política he conocido a oportunistas de derecha, reformistas de derecha, que condenan todo y lo caracterizan como sectarismo, y por otro lado, oportunistas de izquierda, sectarios que condenan y caracterizan a los demás como oportunistas y reformistas. Esta forma de interpretar las situaciones se llama «voluntarismo» en la teoría marxista. Lo que en lenguaje sencillo significa que juzgo todo en función de lo que “yo quiero” y no por la realidad objetiva.

La FSM y todos los sindicatos militantes deben trazar su línea analizando y sintetizando la realidad objetiva, la imagen real.

En el siglo pasado, el movimiento sindical obrero viró a menudo hacia errores sectarios. Esto se explica por la excitación, exaltación, abnegación que dominaba la conciencia de los trabajadores. Llegaban al punto de lanzar el lema «ahora o nunca».

Luego de los cambios históricos mundiales del período 1989-1991 que volcaron la correlación internacional, con el declive de las luchas, las dificultades del movimiento sindical, la aparición de ONG multiformes, la agresividad de la burguesía internacional y sus gobiernos, los peligros de errores derechistas, es decir de desviaciones oportunistas y reformistas, son mayores. Sacando partido de la aristocracia obrera, la burguesía internacional alimenta la frustración y el derrotismo en partes de la clase obrera mundial, lo que empuja al oportunismo. Entonces no es suficiente decir que estamos protegidos del oportunismo de derecha e izquierda y que así hemos cumplido con nuestro deber. NO. Debemos analizar la realidad objetiva. Por ejemplo, si la FSM intenta cambiar, alterar o disfrazar sus características antisistema y convertirse en socio del sistema, es seguro que perderá. El carácter de la FSM se ha forjado desde 1945 hasta hoy como un batallón insurgente; un batallón que muchas veces va a contracorriente, que entra en conflicto, que tiene una estrategia subversiva y una táctica radical; un batallón intrépido y audaz frente a los enemigos de la clase obrera y siempre del mismo lado del río. Después de todo, existen dentro del movimiento sindical en todos sus niveles, los sistémicos originales en quienes el capitalismo confía y apoya; aquellos son todos los perros que ladran, pero la caravana avanza.

Leer la primera parte de la entrevista a George Mavrikos:

«Un líder sindical no ‘nace’ mágicamente como Atenea de la cabeza de Zeus, ‘se forja’ en el yunque de Hefesto» – Rebelion

“En el mundo moderno, con los grandes cambios y avances tecnológicos, siguen existiendo dos clases sociales básicas: los explotadores y los obreros”

Comparte este contenido:

Calidad educativa neoliberal: el MINEDU, la SUNEDU y la ausencia de investigación (I). Perú

¿Qué es una buena educación?, ¿Por que el Estado debe ser quien conduzca la educación?, ¿por qué y para que estudiamos?, ¿en favor o contra de qué o quienes estudio?

“Es hora ya de abandonar la idea y la práctica de seguir educándonos –maestros y estudiantes– como si viviéramos en el mundo de fantasía que crea el enfoque neoliberal, una realidad mítica donde la prioridad es alcanzar una aristocrática excelencia, llegar a ser de los mejores y, además, triunfadores altamente competitivos. Esta concepción es absurda frente a la pobreza y la desventaja social que tienen la mayoría de las y los niños y jóvenes, que da lugar a una atmósfera escolar individualista que despersonaliza (vales sólo en tanto eficiente), enfatiza la competencia, plantea como objetivo prioritario el aprendizaje (no la formación de personas y colectivos) y con eso hace a un lado el valor y el ejercicio de las prácticas comunitarias. Para muchos, la única tabla de resistencia.” Hugo Aboites, Educación contra la soledad y la violencia. La jornada 14 de mayo de 2022.

El Perú, como otros países, esta poblado de mentes con cada vez más mitos y fetiches. Las fantasías populares son moldeadas por las patrañas creadas por los medios y de este modo, las creencias: sociedad del conocimiento, competencias, fin del trabajo, eficiencia, abundancia, excelencia; no se distinguen de las verdades: incultura, incompetencia, ignorancia, atraso, ausencia de derechos, tinieblas. Por otro lado y en convivencia con estas ideas, se encuentran los fetiches, donde las cosas y discursos sobre ellas, aparecen como fundantes de las relaciones sociales (igualdad en el acceso, calidad académica, educación para todos, sociedad educadora); la conciencia social no es vista como producto de mecanismos ideológicos, en gran parte, pensamientos inventados por las clases dominantes o reapropiadas por los caviares (progresistas neoliberales) para ellas, ocultando sus objetivos de dominio y por ello, siempre será una tarea permanente de las derechas políticas en el poder la captura y sometimiento de la juventud. Es más, la ignorancia se convierte en un arma y el retroceso en 10 años, hacia la barbarie educativa, le sirve a esta cavernaria derecha para controlar los medios y formar con esa herramienta a las personas. La critica situación educativa, lleva al debate sobre el lugar de la educación en general y sobre la tan mentada calidad educativa.[1]

Para iniciar una reflexión sobre este tema, hay que preguntarse primero: ¿qué es una buena educación?, ¿Por que el Estado debe ser quien conduzca la educación?, ¿por qué y para que estudiamos?, ¿en favor o contra de qué o quienes estudio? Pueden ser muchas mas Interrogantes y algunas parecer ingenuas o muy elementales, pero estas son las pertinentes en estos tiempos. Mas aun cuando, hasta la pandemia ha sido y es usada como preocupación humanitaria, cuando en realidad fue la puerta de entrada masiva del capital a nuestra cotidianidad educativa, con la búsqueda de extraordinarias ganancias para las corporaciones con el ingreso de las mayorías en las dinámicas y plataformas virtuales y digitales que caracterizan a la cuarta revolución industrial, a la proliferación de una pobre enseñanza a distancia en todos los niveles. Aclarando que llegamos a este cambio industrial como consumidores, no como productores de tecnología.

Antes del Covid 19, todos hemos sido víctimas de la ideologia neoliberal, trasmitida durante mas de tres décadas y convertida en una estructura sistémica y prácticas, en un ethos cultural, que determinan los comportamientos de poderes, instituciones, mafias políticas, lumpen empresarios, jefes de las FFAA y policiales, periodistas, etc. que incluye hasta segmentos de la izquierda, que se expresan en la perversa vida política y las coincidencias congresales y gubernamentales que en estos tiempos presenciamos. Primero eramos trabajadores y consumidores, hoy vivimos inmersos en el mercado y las mercancías, predomina el individualismo y la callada sumisión, las ganancias y el lucro, los empresarios y los emprendedores. Íntegramente, la sociedad se ha mercantilizado y privatizado; y con ello las rentas y ganancias por un lado y la pobreza, inseguridad, violencia, insalubridad, ignorancia, por el otro: un mercado para los políticos, lumpen empresarios, burócratas, poder judicial, medios y periodistas, que juegan con estas variables buscando ubicarse en el primer lado de la ecuación; y quienes disputan esos espacios. El resultado: un mundo aparentemente no inteligible, de confusión, creciente embrutecimiento, incertidumbre y nihilismo.

No podemos dar respuesta a vitales preguntas, si no lo hacemos reflexionando desde la actual realidad educativa peruana, caracterizada por el abandono, la evidente ausencia de investigación, la proliferación del lucro privado, la baja calidad académica expresada en los egresados, la desigualdad, la corrupción, etc. lo que solo se entiende desde el análisis político, social y con una visión del contexto. En la política Peruana, se esfuman las posturas anticoloniales y las esperanzas en un cambio del país y con ello, del sector educativo, mas patético siendo protagonista un Presidente al inicio mitificado por su condición de maestro. Imagen demolida por el mismo y sus siniestros aliados, pues es evidente que se consolida la alianza mas bárbara y perversa de los últimos años: Perú libre con Fuerza Popular, el fujicerronismo, que de este modo configura una coalición de un sector de la izquierda formalizada con toda la derecha considerando que FP ya estaba aliada a la derecha acciopopulista y al ultraconservador Renovación Popular, una parte de Acción Popular, Alianza para el Progreso y Avanza País. La centro derecha y centro izquierda queda fuera de las negociaciones, como minorías adaptables. Al gobierno se llego mediante transacciones mercantiles, lavado de activos y endeudamiento, fenómeno articulado sistémicamente con la manipulación de contratos y el “diezmo”, que servirán para pagar deudas y prepararse para permanecer y crecer en el sistema. Es así que Castillo con la mayor naturalidad quedo atrapado en ese ámbito pragmático y en ocasiones enemigo de las ideologías, controlado por Perú Libre, busco familiares y paisanos creando un nicho de atesoramiento personal. La presión de Cerrón por ministerios y puestos de funcionarios, desató una ofensiva chantajista con lo que consiguió colocar sujetos totalmente ineficientes. En esta contienda terminaron dividiendo a la bancada de Perú Libre en cinco facciones. Mientras su jefe, Cerrón, ante su debilidad recurría a alianzas con la derecha en torno al nombramiento del Tribunal Constitucional fujimorista, el blindaje de procesados y ex funcionarios a cambio de impunidad para ambas partes y a votar juntos en temas cruciales como el veto a ministros; curiosamente Castillo hacia lo mismo para evitar la vacancia o la destitución, ofreciendo cargos y otras concesiones. De este modo esta pugna por insignificancias para la izquierda, solo favoreció a la derecha. Cerrón consiguió algo inédito: las dos tendencias de lo que fue Perú Libre quedaron a expensas de las decisiones de la derecha. Ante esto el fin es predecible: la consolidación del fujicerronismo y la salida de Castillo.

Esta nueva lumpenpequeñaburguesía de origen provinciano y rural tendrá discrepancias con la lumpenburguesía histórica por el Estado botín, aferrándose a su segmento de poder, sin importarle continuar con sus “chanchitas”, prescindir de los caviares o coaligarse en negocios con sus presuntos enemigos políticos. En la izquierda popular muchos mantienen la ilusión, no desean que sean ciertas las acusaciones a Castillo y sus amigos; mas aun si están bajo la amenaza de ser gobernados por la tenebrosa Keiko y sus oscuros aliados. No obstante, el fujicerronismo sigue con sus componendas en un pantano político que permitirá que los sectores mas lúcidos desde abajo, acepten conscientemente esta insoportable realidad. Ahora observan que la mayor desgracia es que con con esta nueva relación se afianza y arraiga el neoliberalismo y su indesligable par, la corrupción; y en el sector educativo, el estancamiento embrutecedor que vive el país. La educación es una mercancía expresada en diplomas a cualquier costo, uno de ellos es el plagio.

El tipo de acumulación del capital neoliberal tiene sus propios comportamientos y componentes al privilegiar lo privado y el beneficio sobre cualquier cosa. A los seculares saqueadores del Estado y los recursos, se suman nuevos grupos que pasan de la informalidad e ilegalidad a su formalización y al cambio de leyes para institucionalizarlos. Así como la apropiación se legaliza bajo la forma de concesiones, los diezmos se naturalizan en todos los niveles y sectores gubernamentales. De allí la importancia de tener poder para definir cuotas y repartir cargos, donde los diplomas sirven para ascender en estatus y descender éticamente. Concomitantemente así se reproduce la dominación social a través del control de la violencia, el control de la economía, del conocimiento y con ello el poder real adecuado a patrones consistentes de despojo desde la colonia. Quedando la democracia, la libertad, la igualdad en agonía permanente, sujetos a una constitución de la imposición de un saqueo extractivista. La unidad y contradicción se esta dando entre la gran vieja lumpenburguesía rentista (principalmente minera y agroindustrial) y la nueva burocrática y marginal que se extiende en educación, salud, construcción. Desde Interbank hasta la Derrama, desde la PUC o la Cayetano hasta la Cesar Vallejo o la Jose C. Mariategui.

Mientras tanto, la unidad y lucha prosiguen en las alturas. A pesar de los esfuerzos de la llamada izquierda en conciliar para mantener sus cargos y privilegios, en aferrarse a la presidencia, la derecha no se detiene en su objetivo de expulsar a los peseteros, los recién llegados, a la burguesía chola y volver a conseguir el monopolio del poder político. Controla los medios, el Congreso, parte de las FFAA y PP, segmentos de las instituciones, etc. Hoy, se apodera del instrumento más importante que es el Tribunal Constitucional, van por la fiscalía, la Defensoría del Pueblo, claves para viabilizar los muchos y compartidos intereses económicos y de impunidad, comenzando el saqueo, de las arcas estatales, las deudas de grandes empresas y los bonos de la deuda agraria. Pretenden la captura del Ministerio Público para que cese la lucha contra la corrupción (Lava Jato y Club de la Construcción, Dinámicos del Centro, Cartel de Lima, y decenas mas) donde, es cierto, la actuación de los fiscales deja mucho que desear: ni un solo juicio abierto hasta hoy.

Las relaciones políticas consiguen ser transparentes después de observar el lugar y la inacción del Ministerio de Educación, la votación congresal contra la SUNEDU y la elección del espurio Tribunal Constitucional. Hoy ya no quedan dudas sobre 1. Que Castillo es un corrupto mas y que presumiblemente lidera un grupo criminal, 2. Que Cerrón es otro corrupto que está a un paso de la cárcel, que no solo abandonó definitivamente su programa inicial, sino que su odio a los “caviares” fue solo un pretexto para ocupar esos lugares estatales con sus mediocres tecnócratas, 3. Que estos dos sujetos, no obstante, sus diferencias, coincidieron con Keiko y otras bandas en luchar por la impunidad de todos ellos, lo que significa reconocer que han cometido delitos. 4.Que el gobierno de Castillo y sus hoy aliados recurrirán a una política represiva frente a las luchas populares, en defensa del neoliberalismo y los poderes fácticos 5. Que, por tanto, ya no se puede esperar nada del fujicerronismo, que incluye a los dos Castillos (el del APRA y el presidente). Y, como consecuencia, si se quiere un cambio se tendrá que hacerlo desde abajo, desde el combate, priorizando las reivindicaciones sociales y políticas condensadas en las luchas sociales, lejos de las mafias llamadas partidos, bajo nuevas reglas electorales, comenzando por desmercantilizar y desprivatizar el putrefacto sistema político.

En este ensayo veremos como en este dramático contexto queda la educación superior partiendo del hecho de que en estas condiciones jamás se dará un debate profundo sobre ella, cuando incluso el ciclo de postgrado, está bajo el signo de la puerilización mercantil y el embrutecimiento sostenido de los estudiantes y a través de ellos del pueblo peruano. Lo que predomina es la propensión a la facilidad y un pragmatismo corto de miras que cierra el pensamiento.

LA INVESTIGACIÓN Y LA CREATIVIDAD ANTE LA IV REVOLUCIÓN INDUSTRIAL

En educación, es un campo de fuerzas en donde se opone el fetiche de la calidad educativa representada por la SUNEDU y las denuncias de una tesis plagiada por el Presidente, por parte de la oposición al gobierno. Este hecho desencadenó una ola interminable de denuncias de plagio de tesis lo que demuestra que el problema no solo esta generalizado, sino que abarca todos los ámbitos de la vida social, desde los programas de gobierno, los proyectos, el diseño de sistemas institucionales, leyes, reglamentaciones, modos de producir y de pensar, etc. lo que nos lleva a pensar en que debemos descubrir las causas. Tratemos de concentrarnos en la educación. Para ello, si observamos mas a fondo, veremos que todo el sistema educativo esta viciado desde la simple copia, hasta la invención de datos en un supuesto trabajo práctico. Y esto ocurre, desde la primaria hasta la universidad y sus doctorados.[2] Salgamos de este tema para ir a algunos aspectos mas centrales para explicar una decadencia educativa, sobre la que la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) tiene alta responsabilidad.

El primer aspecto a analizar es el lugar de la educación, muy bien expresado por Bonilla Molina cuando dice que la escuela tiene tareas asignadas por el capital y que las propuestas educativas de los sistemas escolares están vinculadas al curso de las revoluciones industriales. Que la cuarta revolución industrial -como las anteriores- impactan en el modo de producción, la organización social y en el mundo del trabajo y desde ese punto de vista la escuela no entiende lo que está pasando y, por lo tanto, está en riesgo de caer en el desuso. La crisis escolar se abre durante la tercera revolución industrial al incomprender las nuevas exigencias del gran capital; colocando en cuestión los relatos alternativos y la viabilidad del modelo actual de formación docente […].[3]

Dejando por un momento de lado la concepción de una educación integral y con pertinencia social, la construcción cultural de los sujetos y otros temas ausentes; centrémonos por un instante, en las condiciones actuales, de un secular retraso en el camino, reservado a las grandes potencias, por conseguir la 4 revolución industrial (que afecta a todos los ámbitos sociales), la creciente vigencia del extractivismo clásico en Latinoamérica ante el protagonismo de los requerimientos de una economía digitalizada, financiarizada y renovable. En el actual momento histórico existe una lucha por el control de territorios y nichos de mercado del capitalismo que conducen a una recolonización y apropiación de recursos soberanos por el capitalismo que va extendiendo sus límites de apropiación y mercantilización de territorios y bienes naturales afectando todas las relaciones sociales. Un saldo colonial muy importante es la grosera dependencia de energía y materiales de sus nuevos sectores estratégicos, así como de las bases físicas e infraestructuras globales, a lo que se agrega, la amenaza de agotarse y llegar al desabastecimiento, con diferentes grados de intensidad, en los próximos años.

De acuerdo con Gonzalos Fernández y colaboradores, los saberes y conocimientos que exige esta nueva economía como ejercicio corporativo de reconfiguración y creación de espacios, requiere de nuestros países tan solo sus recursos y trabajadores técnicos adiestrados que conformen equipos que acompañen a los expertos de los países centrales, para explotarlos. ¿cómo podremos competir con los especialistas en energías renovables: energía eléctrica, parques eólicos y fotovoltaicos, grandes centrales hidroeléctricas, iniciativas vinculadas al hidrógeno, minería de materiales críticos; tierras raras, litio, níquel, zinc, plomo, platino, cadmio, teluro, manganeso, nuevas formas de transporte, etc. ¿y si avanzamos más en nuestros retrasos? Queda mas clara la explicación cuando se trata de procesos de digitalización, de la aceleración de la innovación tecnológica que nos llevó a las fábricas 4.0 y el impulso del auge de la virtualidad comunicacional y las mercancías digitales en la cotidianidad de nuestras vidas, que apenas nos condujo a conocer la existencia de esas tecnologías y su uso parcial. La cuarta revolución industrial implica la integración de la inteligencia artificial, informática, análisis de metadatos, reconocimiento biométrico, inteligencia artificial, biología digital, conexión 5G y 6G, internet de las cosas y robótica de cuarta generación en los procesos industriales y la cotidianidad. La combinación de big data, plataformas, movilidad, autopistas eléctricas, gigafactorías, megagranjas industriales, inteligencia artificial etc., la punta de lanza necesaria para generar los tan ansiados incrementos en productividad y nueva formación de capital, indicadores estratégicos para impulsar una nueva onda expansiva de crecimiento, así como de las infraestructuras mas sofisticadas necesarias para garantizar el desarrollo global de estos nuevos nichos estratégicos en un contexto de estancamiento global.[4]

Las inversiones en sectores con influencia sobre el conjunto de la economía, a su vez, servirían de disfraz a los retos de desmaterialización y descarbonización que el planeta enfrenta. El hilo conductor de este imaginario crea un nuevo fetiche, ya que al mismo tiempo reduciría drásticamente la necesidad de energía y materiales, desacoplando crecimiento económico y consumo físico. Junto a estas transformaciones, están sus derivadas en geoingeniería y biotecnología, fórmula que resolvería las aparentes contradicciones sistémicas, sin renunciar a la lógica de mercado, pues partiría de la digitalización como espacio clave para la reproducción sostenida del capital. Claro, que se trataría de ocultar su rol en la precarización de los trabajos; la propiedad y control de datos y servicios de inteligencia artificial, su papel hegemónico en la especulación financiera; su incidencia en favor de un modelo de gobernanza corporativa. E incluso escondería a la próspera “industria de del sicariato”) que acompaña al despojo y el desarrollo de gran parte de los megaproyectos, en coherencia con los patrones de actuación de las transnacionales.

Pablo González, que representa al pensamiento crítico, promueve la democratización de las ciencias y las nuevas tecnologías, con un proyecto de país orientado al bien común. Proceso que solo ocurriría solo a condición de que se modifiquen antes o simultáneamente las relaciones sociales predominantes cambien sustantivamente y con ellas el andamiaje de reproducción del ethos cultural y político en el que actúan estas tecnologías.[5] La tercera revolución industrial e incluso la cuarta, exigen cambios en el sistema educativo y este no ha podido dar una respuesta, sencillamente por que una economía colonial como la peruana no lo requiere. Tampoco necesita investigación y, por tanto, investigadores. Menos aun “construir personas” (en la perspectiva de Vigotsky e Ilenkov), solo trabajadores y consumidores. Si el único proyecto de país es el extractivismo y el saqueo de recursos naturales, solo se necesita copiar los cursos de las ciencias básicas y los conocimientos geológicos, mineros, agroindustriales, pesqueros, farmacéuticos, médicos, informáticos, bioquímicos, administrativos, contables, etc. Para armar cosas, vender, distribuir, solo se necesitaran vendedores, transportistas, técnicos, burócartas, etc. y para ello basta con capacitar o adiestrar técnicos. La ciencia, la técnica mas avanzada y con ellas, la investigación quedan en manos de las grandes universidades del capitalismo avanzado, publicas en Europa y privadas en EEUU, mientras que las propias grandes empresas están formando un personal técnico apropiado para ellas, ante e fracaso universitario.

De este modo, sin una industrialización en una economía colonial, la tarea central asignada por el Estado a la educación sera vista como un fracaso, pero lo importante es que también explica la ausencia de investigación creativa en la universidad y por que parecemos condenados al plagio. Acción que se ha criminalizado, no obstante que siendo parte de la socialización del conocimiento, mas en estos tiempos donde no hay saberes privados más allá de las patentes, el problema radica en la ausencia de nuevas propuestas creativas. Se da desde la física hasta en las ciencias sociales que reproducen esquemas metodológicos de aquella ciencia y que además también tiene una matriz colonial. Con escasas excepciones, politólogos, sociólogos, economistas y periodistas son los que mas se repiten unos a otros, mientras que muy pocos de los anteriores y en especial los historiadores, antropólogos y artistas, quienes si investigan, son de los pocos que aportan al saber sobre la sociedad. En un país con muy pocos investigadores, situación agravada por la fuga de cerebros, ¿quienes pueden formar a los nuevos? Pero, además, la arraigada concepción positivista del método, incluyendo aspectos ontológicos, epistemológicos y gnoseológicos, cuya crítica la hemos desarrollado en varios libros, limita aun mas la posibilidad de hacer investigación de calidad.[6] De hecho con una mala formación teórica desde la praxis y la investigación, la obligación de iniciar los trabajos con el marco teórico poco crítico y muchas veces nada pertinente, sin ideas claras sobre la realidad pensada críticamente con conceptos adecuados y actualizados, constituye una obligación a recurrir al plagio. Para aliviar conciencias recordemos que Einstein alguna vez dijo que en la vida un científico aportaba una o dos innovaciones. En el caso de las tesis hay que probar que se sabe investigar y agregar nuevos conocimientos, así sean incipientes y fragmentarios.

Mientras estemos ante una creciente población que aun vive con el viejo mito de la primera y segunda revolución industrial, viviendo de rentas extractivistas, del comercio y la banca, la profesionalización solo será un medio de conseguir empleo y elevar el estatus social, de acceder a la burocracia o a la política, impulsando la creación de mas y mas universidades, convirtiéndose en un negocio multimillonario. La profesionalización primero se privatiza y después sale de la universidad convirtiéndose en objeto mercantilizado. La Red Mundial de Científicos Peruanos, que aunque se autolimita a señalar como causa, el fetiche del control de calidad, constata lo siguiente:

Con la aparición de las universidades de negocios privados, los grados de “maestrías y doctorados chichas” se han estado vendiendo como en el Jirón Azángaro, famoso por vender cualquier documento falsificado. Hay universidades privadas en donde los grados y títulos académicos no solo de Bachiller y Licenciado, sino de Maestría y Doctorado se venden al mejor postor sin asistir a clases, el ejemplo más saltante es el negocio de la Universidad Los Ángeles de Chimbote que ofrece diplomas frente al local del Poder Judicial en el Callao. Otras universidades como la Néstor Cáceres Velásquez y Cesar Vallejo entre otras, tienen poblaciones excesivas de postgrados (entre 3 mil a 8 mil estudiantes, según el II Censo Nacional Universitario del 2010), muy superiores a la población de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y la “graduación de maestrías y doctorados” en estas universidades, se realizan también sin ningún Control de Calidad.[7]

En realidad, como decíamos, el origen del problema en la educación, y en la superior en particular, esta en que la educación superior desechó la fragmentaria formación del ser humano y se quedó en pleno siglo XXI en la obsoleta máquina educativa newtoniana, como anota Bonilla. La cuarta revolución industrial difiere entre países, en las grandes potencias la ciencia y la tecnología avanzan y en los países coloniales ocurre lo inverso, ambos procesos son parte de un capitalismo de base financiera-especulativa-parasitaria, globalizado y neoliberal, de distanciamiento social, colonizador y distópico con alta tecnología, depredador, racista y patriarcal.

En ese sentido, reiteramos, que el papel primordial asignado a los países periféricos es el de proveer los recursos naturales y mano de obra barata para los procesos productivos en los centros del desarrollo capitalista mundial, donde si se busca calidad, mientras que la eficacia en la periferia se reduce las necesidad de procesos de desarrollo tecnológico para acrecentar las rentas extractivas y mantener los privilegios de las corporaciones. Los procesos de industrialización no son vistos como necesarios para el progreso económico y social que cuando se da es en beneficio de las élites y líderes empresariales. Por lo tanto, en general, las tasas de productividad industrial en la periferia son más bajas que en los países capitalistas avanzados, al tiempo que con el extractivismo la “produtividad” del despojo es mayor en los países recolonizados.

De este modo,en los países periféricos con el Neoliberalismo educativo, se consolida la idea de la sociedad educadora, que no es tal por que la sociedad debe ser primero reeducada, que para los dirigentes políticos es la transferencia de la responsabilidad de los Estados a las familias, que financian los requerimientos para garantizar el derecho a la educación. Es la privatización educativa, que no solo abarca las escuelas y universidades particulares, pues también en la educación estatal se ha asumido, en el sentido común de los sujetos de la educación pública, los requerimientos de infraestructura tecnológica, dotación y mecanismos de trabajo están a cargo de la comunidad.

Con la pandemia, se instala en los sistemas escolares la disputa entre educación presencial en la escuela versus educación virtual en casa, algo que existía marginalmente antes de la pandemia. Esto no es un tema menor, sino que forma parte del proceso de reestructuración educativa en la sociedad capitalista del siglo XXI. Esta disputa será intensificada, no solo para abrir paso a dinámicas virtuales de encuentro y modelos digitales de aprendizaje, sino para reestructurar la institucionalidad y dinámicas educativas en el corto y mediano plazo. Pareciera que el capital busca construir hegemonía para el advenimiento de un nuevo tipo de sistema escolar; la aparición de las plataformas privativas virtuales en manos de trasnacionales o de las dependencias públicas encargadas de los contenidos digitales. El Estado fue incapaz de asumir las dinámicas virtuales y digitales y con una mayoría de familias sin aparatos o sin acceso al internet; mientras, los sectores privados de las trasnacionales de la tecnología se mostraron eficaces y se legitimaron como protagonistas en las nuevas dinámicas. Con la pandemia fueron evidentes las limitaciones de muchos docentes para enfrentar la demanda de educación virtual. Paralelamente, lo mismo ocurrió con otros sectores, como salud, justicia, transporte, etc. Dos años perdidos que en realidad mostraban el desfase y descuido de la formación del egresado, como elemento del cerco de destrucción de la escuela pública, en un contexto donde el titulo solo en un falso pasaporte al trabajo, pues con las mediocres calificaciones, lindan con la precariedad.

El mito de la igualdad educativa se hizo mas evidente. Confirmó la visión de Paulo Freire de que solo es una ilusión el derecho igual para todos, pues no importa más la comunidad de la vida educativa, se acrecienta la contradicción educador educando e implica un diferenciado entre países el reordenamiento de la sociabilidad, consumo, democracia, trabajo, política y educación. Dos modalidades de ver el mundo, del modo de vivir y convivir, de trabajar y consumir, de aprender y estudiar, de amar y juntarnos, de reproducirnos e integrarnos, de participar y ser gobernados. Unos disfrutan de la profesión y los otros se ubican donde pueden. Sin embargo, en ambas, hoy mas que nunca, es una ilusión la igualdad. Suecia y Finlandia dos modelos de educación igualitaria y gratuita ahora se ven socabados por el neoliberalismo que aumenta las diferencias y la segregación.

No debemos menospreciar los aspectos progresivos de la educación pues hubo periodos de avances democráticos y académicos en la universidad preneoliberal. Sin embargo, el epicentro de la reproducción cultural de la vieja escuela, el currículo totalmente preestablecido, la programación de contenidos diarios, resultaron ser el mayor obstáculo para la nueva máquina educativa capitalista.  Si la aceleración de la innovación científica y tecnológica no logra ser capturada por la escuela y democratizada entre los estudiantes y las comunidades, está en peligro una de las tareas centrales asignadas a la educación por el contrato social. Lo central son las nuevas dinámicas internas de gobierno por imponer pautas de consumo, educación, sociabilidad, empleo, trabajo interconectadas en estos tiempos con las innovaciones de elementos como la inteligencia artificial, la big data, el análisis de metadatos, el reconocimiento biométrico facial, la biología digital, el internet de las cosas.

Notas:

[1] Jorge Lora Cam, Ensayos de crítica a la educación neoliberal  file:///Volumes/ADATA%20HV300/Educacio%CC%81n%20neoliberal%20(1)%20%E2%80%93%20El%20Presente%20del%20Pasado.htm La contrarreforma universitaria neoliberal y su hegemonía en MéxicoLa universidad neoliberal y la crisis educativa. De cómo año tras año llegaron las evaluacionesLa Educación y la Universidad Neoliberal

[2] Curiosamente, derecha y la supuesta izquierda le pretenden quitar a la SUNEDO atribuciones para licenciar y legitimar las universidades “bamba”.

[3] Luis Bonilla Molina, La otra escuela emancipadora en contextos de cuarta revolución industrial, Otras voces en educación, 10 de febrero 2021

[4] Reflexiones basadas en: Gonzalo Fernández, Erika González, Juan Hernández, Pedro Ramiro, MEGAPROYECTOS CLAVES DE ANÁLISIS Y RESISTENCIA EN EL CAPITALISMO VERDE Y DIGITAL, Paz con dignidad, 14 abril 2022. https://vientosur.info/megaproyectos/

[5] GONZÁLEZ CASANOVA, Pablo. (2017). Las nuevas ciencias y las humanidades. De la academia a la política. Buenos Aires: CLACSO,

[6] Jorge Lora Cam, Hacia una metodología de la praxis. Jorge Lora Cam, José Luis Sánchez Ramírez, La investigación social en gráficas. Ed, BUAP, México 2017. CRÍTICA METODOLÓGICA E INVESTIGACIÓN SOCIAL EN AMÉRICA LATINA, Saskab. Revista de discusiones filosóficas desde acá, cuaderno 7, 2014, ISSN 2227-5304 http://www.ideaz-institute.com/sp/CUADERNO7/C73.pdf, La metodología de la praxis desde la subjetividad práctica: fundamentos ontológicos, epistemológicos y aproximación metodológica en ciencias sociales, BUAP, 2017

[7] Red Mundial de Científicos Peruanospdetsrea 7edb0r1fo2d ter 0616e0 ih487  ·

Urgente “sunedu e indecopi” auditorias académicas en universidades: de tesis, grados y títulos, de ingreso a la docencia, y de ascensos a la administración pública. En facebook, 11 de mayo 2022.

Comparte este contenido:

Hacia una nueva aproximación geopolítica

Por: Luis Bonilla-Molina

El gobierno de Venezuela se reúne en México con una de las nueve fracciones de la oposición, estrechamente vinculada al gobierno estadounidense. Un acuerdo puede abrir las compuertas para volver a la política centrada en la gente y que la política de los políticos deje de hegemonizar la cotidianidad de los y las venezolanas.

Venezuela es una molestia para las élites latinoamericanas y occidentales. Y esto porque se atrevió a plantear una ruta distinta al capitalismo neoliberal en un momento en el que se anunciaba el triunfo del pensamiento único. Las élites —locales y extranjeras— han hecho hasta lo imposible por destruir tal iniciativa.

La violencia política auspiciada desde el exterior ha incorporado un elemento a la vida democrática desconocida en el país en las últimas décadas. La mayor esperanza que emerge de las negociaciones de México es que se conjure la violencia como opción política, se retome a la normalidad de la institucionalidad democrática y se levanten las criminales sanciones económicas, que solo han servido para causar sufrimiento al pueblo, enroscar al gobierno en la peor de sus facetas y nutrir el discurso acerca del fracaso el camino socialista. Lamentablemente, en la agenda de México no está incluida la urgencia de mejorar las condiciones salariales y de vida de quienes viven de su trabajo.

Después del fracaso de las negociaciones de Oslo, ahora, con el auspicio de los gobiernos de México, Noruega y el acompañamiento de Rusia, se reinstala una nueva mesa de conversaciones. Pero esta no es continuidad de la anterior, sino un nuevo capítulo. El gobierno venezolano se reúne en la sede del Museo de Antropología con una de las nueve fracciones de la oposición venezolana, estrechamente vinculada al gobierno norteamericano. Un acuerdo puede abrir las compuertas para volver a la política centrada en la gente y que la política de los políticos deje de hegemonizar la cotidianidad de los y las ciudadanas.

Política, economía y geopolítica

La mayoría de los análisis que se hacen al respecto sobrestiman la dimensión política nacional, sin tomar en cuenta las dinámicas económicas y geopolíticas asociadas a este proceso. Por ello, se quedan atascados en la bipolaridad de acuerdo o desacuerdo y les cuesta entender lo que está pasando como proceso.

La actual crispación política venezolana es el resultado de no haber podido resolver en el plano político la crisis económica que estalló hace casi cuarenta años (1983), social (Caracazo, 1989) y geopolítica (globalización e internacionalización del capital) generada en los años ochenta del siglo XX. La alternativa sistémica (Caldera, Chiripero), contestataria (Causa R) y antisistema (MBR 200) resultaron incapaces de construir un camino de solución a esta situación en la década de los noventa.

El triunfo electoral de Chávez (1998), resultante de una alianza amplia, se construyó en base a la posibilidad de resolverla. Durante los tres primeros años de gobierno, Chávez hizo énfasis en el aspecto social de la crisis, teniendo menos posibilidades en el plano económico y topándose con serias dificultades en el geopolítico.

El sector de la burguesía importadora que había acompañado a Chávez se sintió amenazado por las leyes aprobadas en materia de tenencia de la tierra, control de la renta petrolera y redefinición del papel de las instituciones del Estado. El golpe de Estado de 2002, la insurgencia popular para retornar a Chávez al poder y la ruptura con el sector burgués que había acompañado a Chávez crearon una nueva situación: de quiebre de la cadena Estado-burguesía, tan necesarias en un país en el que una parte muy importante de lo que se consume se importa.

Se produce, así, un fenómeno que no ocurría desde el periodo de Juan Vicente Gómez (a comienzos del siglo XX), en el cual el Estado le otorga licencias de importación a sectores cercanos a la burocracia gubernamental para intentar resolver el abastecimiento de productos, amenazado por la ruptura generada con el golpe de Estado de abril de 2002. Esto va generando un nuevo entramado de acumulación de ganancias y formas perversas de relación con el Estado que va conformando, en los años subsiguientes, una nueva burguesía, ahora asociada al proceso de transformación bolivariano.

No obstante, algunos grupos burgueses de la cuarta república —como el Grupo Mendoza o Cisneros— siguieron recibiendo incentivos y apoyos ante la imposibilidad de la nueva burguesía importadora de producir mercancías en el propio país o como resultado del intercambio de información por acceso a una porción de la explotación petrolera. Agreguemos que esto tiene episodios de contradicción entre el rumbo socialista formulado a finales de 2004 y las castas burguesas (de la cuarta y quinta república), que por razones de espacio no podemos desarrollar aquí.

A la crisis abierta en los años ochenta del siglo XX se añade este nuevo elemento: las contradicciones (2002-2012) entre la burguesía de la cuarta y la quinta república, para quienes la disputa del poder tiene una razón fundamentalmente económica que se expresa públicamente con ribetes ideológicos. Esto pasa prácticamente desapercibido por la mayoría de los sectores populares, que apuestan por una profundización socialista del proceso y para quienes Chávez intenta construir un entramado institucional y de apoyos que cada vez amenazan más a la vieja y nueva burguesía.

Mientras Chávez impulsa políticas que reviertan la deuda social acumulada, paralelamente promueve una inserción geopolítica del país que no solo es antimperialista (fundamentalmente antinorteamericana), sino que renueva lógicas de los no alineados a través de las alianzas con gobiernos progresistas, consolidando además una alianza estratégica con Cuba. Este es un factor que rompe con la relación dependiente y privilegiada que tuvieron EE. UU. y Venezuela en el siglo XX, un aspecto que incide hoy en las negociaciones en México y que no debe pasar desapercibido.

Chávez no arbitra la crisis abierta en los ochenta ni asume un papel mediador entre las fracciones burguesas, sino que apuesta por una radicalización del proceso desde abajo, dejando que surja una nueva burguesía como parte de una estrategia económica de sustentabilidad. Su enfermedad y posterior muerte se producen cuando el «juego» aún estaba abierto y en pleno desarrollo; cuando ninguna fracción burguesa se había impuesto, ni la realidad social había dado tiempo para que se afiance una nueva correlación de fuerzas intraclase. Las llamadas finales de Chávez al «golpe de timón» y «comuna o nada» reiteran que su apuesta era por una salida desde el campo popular.

Así, la llegada de Maduro al poder se da de manera prácticamente inesperada, en medio de una brutal caída de los precios del petróleo que pone en jaque el modelo rentista, de acumulación y conformación de burguesías a partir de la apropiación de las divisas extranjeras generadas por la industria petrolera. Los factores políticos asociados a la vieja burguesía entienden lo que implica esta caída de ingresos como posibilidad de generar una ruptura que permita retomar el control del gobierno.

Entre 2014 y 2017 tienen lugar distintas actividades insurreccionales cruzadas con agitaciones y movilizaciones que, sin embargo, no logran desplazar del poder a Maduro. Los gobiernos de Trump, Duque y Piñera estuvieron detrás del mayor peligro de invasión a la patria e inicio de una guerra civil; los incidentes de Cúcuta de 2019 fueron el punto más álgido de una escalada de violencia.

Si hay algo seguro, es que resulta imposible construir política centrada en la gente en medio de una espiral de violencia y con la polarización política a flor de piel. La crisis migratoria, especialmente desde 2014 a 2021, afectó mucho más a la oposición en términos políticos, al hacerle perder parte importante de su capacidad de movilización. No obstante, es incorrecto señalar que «todos los que se marchan son opositores»; la mayoría son ciudadanos que buscan sobrevivir a los estragos económicos de la crisis.

Maduro el hombre fuerte de la política venezolana

Maduro, a diferencia de Chávez, no solo asume el rol de árbitro y mediador entre las fracciones burguesas para estabilizar la situación política, sino que trabaja escenarios y modelos de articulación del capital nacional con el trasnacional. Se equivocan quienes valoran a Maduro como un personaje de reparto. Maduro no será un hombre culto, pero es un político sagaz: ha impuesto la lógica de la burocracia sindical a la política venezolana.

Desde su llegada al poder, paso a paso, se ha venido convirtiendo en el hombre fuerte, alejando cualquier sombra. Primero, debilitando y fragmentando a la oposición al combinar «zanahoria» (acuerdos con fracciones de los partidos, apoyos a disidencias, judicialización de la política) y «garrote» (ilegalización de organizaciones, inhabilitación, prisión de opositores rebeldes a la negociación).

Segundo, alejando de la estructura de los partidos y el gobierno a las figuras morales de referencia del chavismo —hasta llevar a algunas de ellas al terrible error de reunirse con el líder de la oposición que lideraba un intento de invasión al país—, vaciando con ello la posibilidad de construir una referencia ética chavista tradicional con opción política real. Tercero, expulsando de su entorno —y obligando al exilio europeo— al arquitecto financiero de la burguesía bolivariana, alejando su sombra y consolidando su liderazgo en este sector. Cuarto, bajando progresivamente el volumen a otros liderazgos del partido de gobierno, quienes de aspirantes a relevo pasaron a ser comodines (las recientes elecciones internas del PSUV así lo demostraron, reduciendo las fuentes reales de poder en el gobierno a cuatro: Maduro, Delcy y Jorge Rodríguez, Diosdado).

Quinto, estableciendo un nuevo modelo de control militar en las Fuerzas armadas, consolidando el liderazgo de un militar no carismático pero hábil Fouché de la estructura armada. Sexto, convirtiéndose en «la mano que mece la cuna» de las oposiciones: todas las oposiciones gravitan hoy alrededor de lo que dice o hace Maduro, prácticamente sin ninguna capacidad real de iniciativa. Séptimo, desarrollando casi con total impunidad un modelo de autoritarismo sobre quienes protestan ante los efectos terribles de la crisis económica, especialmente sobre dirigencia y sectores de base de la clase obrera. Octavo, usando el criminal bloqueo norteamericano contra Venezuela a su favor, como justificación de las políticas de arbitraje interburgués que procura desarrollar.

Noveno, construyendo una narrativa que se presenta como continuidad del chavismo, pero que en realidad expresa un intento por resolver desde el Estado la crisis burguesa generada en los ochenta. Décimo, instrumentalizando la desesperanza ante los efectos de la inflación desmedida, la devaluación astronómica de la moneda y la pérdida casi total del poder adquisitivo del salario. Décimo primero, logrando que en la mayoría de la izquierda latinoamericana prive la solidaridad automática, alejando la capacidad crítica sobre lo que ocurre. Ciertamente, Maduro pierde apoyos en la izquierda radical; pero en la izquierda ortodoxa y progresista el debate sobre lo que ocurre en el mundo del trabajo en Venezuela está aun pendiente. Décimo segundo: ha desarrollado un programa de ajuste estructural de la economía venezolana con profundo impacto social y en materia salarial que es justificado con las sanciones. De levantarse las sanciones serán los gremios y sindicatos debilitados quienes tendrán que luchar por una recomposición importante de acuerdo a los intereses del mundo del trabajo.

Ha tenido a su favor la migración masiva de venezolanos y venezolanas, que dejó sin una parte importante del ejercito de protesta (y base de votos) a casi todos los partidos políticos de oposición. Cierto es que apenas un pequeño grupo de quienes emigraron se pueden ubicar en la periferia de los partidos de oposición, pero sí eran su base fuerte de movilización.

Maduro es el hombre fuerte de la política venezolana, y su delegación va a las negociaciones de México con una agenda clara: a) desmontar las sanciones norteamericanas sobre la economía venezolana para poder cumplir cabalmente con su papel de árbitro de las burguesías y factor determinante en la contención social; b) generar con los distintos sectores de la burguesía un acuerdo de cohabitación que aleje la conflictividad política y social; c) al haber conocido durante estos años que la oposición cojea de la pata económica, intentarán llegar un acuerdo de nuevas reglas del juego político a cambio de convertir al Estado en garante económico de sus actividades; d) alejar la posibilidad de una convocatoria desde la oposición del revocatorio (ello, por hacerle entender a la oposición que en estas elecciones se concentren en alcaldías y concejalías y no en gobernaciones); e) construir en el imaginario social que ahora son las múltiples oposiciones, quienes se han dividido tanto, las culpables de que no exista recambio político.

En México, Maduro comienza a construir otra aproximación geopolítica, más cercana a la socialdemocracia que al viejo concepto de no alineados; la idea del socialismo ha quedado conjurada para el gobierno, más allá de algunas declaraciones para tranquilizar a sectores internos. No es de extrañar que en un —hasta ahora— hipotético proceso refundacional, el PSUV cambie su nombre borrando la palabra socialismo para liquidar la última resistencia del establishment norteamericano para levantar las sanciones. Ello no implica un alejamiento de Cuba; por el contrario, puede estar haciéndolo con la venia de la isla.

Las oposiciones venezolanas

Las oposición venezolana está fragmentada y, en muchos casos, incluso carece de puentes entre sus distintas variantes. Todas están ancladas de manera reactiva a la agenda del gobierno, sin capacidad de iniciativa propia y cada vez más desprestigiadas en sus bases por el doble discurso que combina radicalidad verbal con conciliación permanente en el plano de la acción.

La primera de las oposiciones es la conformada por los factores hoy reunidos en México, cercanos a las fracciones políticas originales de Primero Justicia (Borges-Capriles), Voluntad Popular (Leopoldo López-Guaidó), Nuevo Tiempo (Manuel Rosales) y Acción Democrática (Allup). Se trata de partidos que han sido intervenidos por la vía judicial y cuyas autoridades han sido designadas ad hoc; de hecho, uno de los puntos de negociación es la devolución de las siglas, cuentas y propiedades de esos partidos. A esta oposición se la denomina «G-4».

En su mayoría (salvo AD), son expresiones políticas renovadas de los intereses de la vieja burguesía cuarta republicana. Su agenda está profundamente vinculada a la relación de sus intereses de clase con el capital trasnacional; procuran la integración armónica entre capital nacional y capital trasnacional, una tarea que ha tenido dificultades desde los ochenta. Ante el nuevo reparto geopolítico en el mundo buscan controlar el Estado (o una fracción de él) para capturar la renta producto de la exacerbación extractivista que le ha asignado el capital a la región en el marco de la cuarta revolución industrial y del consumo de bienes importados. Es un sector sin proyecto productivo capitalista alternativo al extractivismo.

La segunda es una oposición empresarial que actúa como su propia representación ya que no confía en las mediaciones políticas que pretenden representarla. Su cara más visible es Lorenzo Mendoza, quien no descarta ser una opción presidencial.

La tercera aparece conformada por la llamada Alianza Democrática, que reúne a Avanzada Progresista (Henry Falcón) y los llamados «alacranes» (autoridades designadas por la intervención judicial de partidos) de Acción Democrática (Bernabé), Primero Justicia (Primero Venezuela), Voluntad Popular, COPEI, Venezuela Unida, Movimiento ecológico de Venezuela, Unidad Visión Venezuela, Compromiso País, Bandera Roja, UPP89, Opina, Soluciones (Claudio Fermín), Movimiento Republicano, NVIPA, Prociudadanos, MAS, Min-Unidad, Alianza Centro. Este grupo de la oposición es el que más acuerdos y negociaciones parciales con el gobierno ha realizado; por ello, son considerados por el G-4 como una oposición relacionada al gobierno.

En la cuarta están los factores más radicales (María Corina Machado, Antonio Ledezma y Andrés Velásquez), quienes promueven la aplicación del TIAR y la invasión norteamericana. Están prácticamente aislados después del abandono del republicanismo en la Casa Blanca.

La quinta es la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), liderada por el Partido Comunista, y de la cual hacen parte una larga lista de exintegrantes de partidos que fueron intervenidos, como el PPT (Patria Para Todos) y Tupamaros, pero también el Partido REDES, Izquierda unida, Nuevo Caminos Revolucionario (NCR) y una pléyade de organizaciones locales y regionales que acompañaron hasta hace poco al gobierno de Maduro.

Es una disidencia por izquierda, es decir, que busca empalmar con el mundo del trabajo. Desde su conformación, la APR no ha podido mostrar capacidad de movilización ni de articulación de su discurso con la izquierda latinoamericana, razón por la cual no ha construido fuerza real para ser factor a favor del mundo del trabajo en la negociación.

La sexta oposición viene conformada por los factores académicos e intelectuales que se estructuran alrededor de la Plataforma en Defensa de la Constitución (PDC) y Pensamiento Crítico. Se suele aludir a ella como «chavismo disidente», aunque no representan a todas las expresiones de este grupo. Este grupo no tiene capacidad alguna de movilización que les habilite para ser tomados en cuenta en una negociación.

La séptima reúne a sectores de la izquierda que articulan desde el movimiento social ecológico, indígena, feminista y educacional en defensa a los dirigentes obreros presos, de la comunicación alternativa, entre otros. Este sector, aunque desarticulado en el presente, es el más dinámico y creativo. Una convergencia de sus fuerzas pueden ser factor determinante en la habilitación de una opción política con presencia real en los territorios. Pero hasta ahora no se ven signos claros en ese sentido.

Un punto aparte es lo que ocurrió en las recientes elecciones del PSUV, donde emergieron nuevos liderazgos locales y regionales —muchos de ellos alimentados por las Comunas— que en algunos casos fue respetada su elección y en otros invalidada. El movimiento de las Comunas puede significar un despertar del espíritu constituyente.

La octava es la izquierda radical trotskista, muy débil. Después de haber producido un reagrupamiento significativo a comienzos del siglo XXI, se fracturaron a raíz de la valoración del gobierno de Chávez. En la actualidad, en el caso de Marea Socialista y el PSL vienen acompañando luchas puntuales, pero con profundas debilidades para insertarse en movimientos de masas; no han logrado construir un polo de referencia. En el caso de LUCHAS, escisión de Marea Socialista, su labor se ha centrado la propaganda, con precaria inserción en la lucha social.

La novena oposición es muy marginal: una derecha fundamentalista y ultraconservadora, liderada por el exministro de planificación de Chávez, Felipe Pérez Martí, que pareciera ser en el mediano plazo el germen de una derecha al estilo de Trump o Le Pen, con el añadido del mesianismo religioso.

La geopolítica como factor determinante

En la cita de México, una agenda oculta estará dada por confirmar a los Estados Unidos, a la Unión Europea y a sus países aliados que Venezuela no representa un peligro comunista, algo en lo que Maduro ha venido trabajando en los últimos años. La separación del Partido Comunista y de los aliados con pasado izquierdista de la coalición gubernamental y de la primera línea de gestión ha sido una señal clara e inequívoca en ese sentido. Ahora, en México, la delegación oficial mostrará que no solo se puede construir una ruta amplia y democrática para las megaelecciones del 21 de noviembre, sino que Maduro es factor determinante en el arbitraje y acuerdo entre las distintas fracciones burguesas.

La diáspora y desarticulación de las oposiciones venezolanas confirma el hecho de que Maduro es hoy el hombre fuerte de la política venezolana. Su gobierno y su forma de relacionarse y negociar con la oposición de derecha, subalternizando su trabajo, se constituyen en garantía para la articulación de capital trasnacional con el nacional.

El problema real de la actual negociación

La reunión de México puede ser el inicio de un nuevo régimen de cohabitación y de relación entre el gobierno de Maduro y la oposición del G-4. Ello le traería algunas fricciones menores con sectores de la llamada Alianza Democrática (opositora). Esta tensión y la manera en que se resuelva la misma podría facilitar o impedir la construcción de un nuevo acuerdo de gobierno de larga duración (que, eso sí, no contempla la alternancia presidencial).

Pareciera que —contrario a lo que pregonan algunos— esto se expresará modestamente en los resultados electorales de noviembre; en las actuales circunstancias, la oposición podría obtener importantes alcaldías y concejalías pero menguados resultados en las gobernaciones.

La suspensión progresiva, gradual y sostenida de las sanciones norteamericanas, será un factor determinante en la estabilización política y el fortalecimiento del cesarismo de Maduro para la convivencia y articulación de las distintas fracciones burguesas.

Sin embargo, la paz de las principales representaciones partidarias burguesas puede significar la ebullición de la creciente inestabilidad social: el pueblo ha sufrido una pérdida de calidad de vida y de poder adquisitivo de los salarios inédita y dramática.

¿Y el mundo del trabajo?

Las decenas de dirigentes obreros judicializados y detenidos muestra los signos de la paz en curso. Con salarios mensuales que no superan los dos dígitos, una inflación acumulada que supera el millón por ciento y la devaluación sostenida del Bolívar (se acaba de anunciar que le quitarán nuevamente seis ceros a la moneda) es previsible que las luchas de la clase trabajadora, empleados públicos y asalariados en general comiencen a hacer saltar por los aires las restricciones impuestas.

La tendencia puede dirigirse hacia la profundización del camino autoritario del gobierno o al tránsito hacia una negociación sostenida con los gremios y sindicatos en pos de una recuperación sustantiva de la calidad de vida. El problema para el gobierno es que la nueva camada de dirigentes obreros que emerge pareciera estar alejada tanto de las oposiciones como del gobierno, quienes en ambos casos poseen maquinarias burocráticas que parecieran no contar con la capacidad de contener la ebullición social en marcha.

¿Hay transición?

No hay transición en el corto plazo del gobierno de Maduro. Por el contrario, lo que se consolida es su capacidad de control de la situación política. Las oposiciones no lucen con la suficiente fortaleza para crear condiciones favorables para la transición. Lo que puede darse es el inicio de una cohabitación política, con el consiguiente reparto de cuotas de poder entre el gobierno y las oposiciones de derecha.

Las alternativas de izquierda, por su parte, atraviesan una crisis propia. Ni la plataforma en defensa de la Constitución Nacional ni la izquierda radical cuentan con una articulación social importante como para poder revertir la actual situación en el corto plazo. La Alternativa Popular Revolucionaria generó expectativas superiores a las que ha podido ejecutar, atrapada como quedó en la lógica del partido revolucionario y los frentes de masas.

Ninguna opción a la izquierda del «madurismo» ha logrado constituirse en un factor relevante de movilización. Ni siquiera han logrado clarificar a la izquierda regional lo que pasa realmente en Venezuela. Se puede argumentar la deriva autoritaria del gobierno como factor determinante, pero incluso en situaciones de dictadura la izquierda no había perdido antes su capacidad de movilización de masas.

En este contexto, las luchas sociales democráticas juegan un papel fundamental en la recomposición democrática del panorama político, económico y social. Por ello, la izquierda radical, más que preocuparse por consolidar microaparatos partidarios, debería abrirse a nuevas y caóticas formas de organización que les permita relacionarse con el rizoma de resistencia que se teje en la sociedad.

¿Qué hacer?

Es hora de recomponer la izquierda a partir de los territorios. Urge salir de las discusiones bizarras sobre teoremas políticos y reconstruirse a partir de las luchas, dejar a un lado la epistemología de partido de vanguardia y recuperar la humildad del acompañamiento y el aprendizaje de la lucha social concreta. La izquierda siempre ha reinventado la esperanza desde las catatumbas. Es hora de volver a hacerlo.

La recuperación de la esperanza y la capacidad democrática movilizadora hoy está mucho más localizada en la actividades comunitarias, sociales y alternativas que en los partidos políticos de derecha o izquierdas; es allí donde pareciera resignificarse la vida nacional.

La migración puede ser el factor que incline la balanza en los próximos años. Millones de venezolanos y venezolanos han tenido que partir del país para sobrevivir y en ese proceso han conocido la barbarie del neoliberalismo, pero también la mano amiga de la gente sencilla en otros territorios. En la medida que las sanciones sean levantadas y se conjure la violencia política muchos(as) regresarán y, potencialmente, podrán constituirse en un factor determinante para otra Venezuela posible, una Venezuela de justicia social, equidad, solidaridad y democracia.

¿Será que podemos recuperar la capacidad de hacer política de calle? Esa política, y no otra, es la que sueña, vibra y abre paso al cambio radical.

Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2021/10/22/venezuela-hacia-una-nueva-aproximacion-geopolitica/

Fuente e Imagen: https://rebelion.org/hacia-una-nueva-aproximacion-geopolitica/

Comparte este contenido:

La decadente intelectualidad burguesa

Atraviesa la intelectualidad burguesa uno de sus momentos más decadentes. Sus máquinas de guerra ideológica se han esclerotizado y se refugian en argumentos filantrópicos inverosímiles a la sombra de la pandemia y las dádivas de vacunas mercantilizadas. Todo barnizado con tecnologías

Atraviesa la intelectualidad burguesa uno de sus momentos más decadentes. Sus máquinas de guerra ideológica se han esclerotizado y se refugian en argumentos filantrópicos inverosímiles a la sombra de la pandemia y las dádivas de vacunas mercantilizadas. Todo barnizado con tecnologías.

Ya no les alcanzan las maromas silogísticas más recurrentes para esconder la lucha de clases. No podrán ocultar el crimen económico monumental durante la pandemia que arrasó con la clase trabajadora y enriqueció, como nunca, a las burguesías imperiales. No podrán esconder la bofetada lacerante contra el derecho básico a la alimentación, la vivienda, la educación… la dignidad. Es inocultable la inmoralidad del capitalismo en un mundo despojado de infraestructura mínima para los pobres y con una industria militar creciendo con cifras récord.

En los cenáculos de la intelectualidad burguesa dirimen la invención de un «capitalismo humano», «capitalismo social», «socialismo capitalista»… que no cuadra en práctica alguna la aberración de sus sofismas. Hoy, para sobrevivir ellos, solo cuentan con sus maquinitas de fake news y algunos reformistas desvergonzados. A la intelectualidad burguesa no le alcanza la saliva docta para apagar el «incendio» de la emancipación. Cada día se oculta menos el carácter criminal de los bloqueos que no son otra cosa que extorsión, saqueo y marginación con premeditación, alevosía y ventaja… todas las agravantes indefendibles del propio «derecho» burgués.

En su debacle, la intelectualidad burguesa ha retrocedido a saltos los relojes de la historia y se han hundido en las contradicciones más cínicas. Los que se pavoneaban como «defensores de la democracia» hoy operan en defensa de los peores estercoleros de la corrupción. Vargas Llosa abogando por Fujimori; Krauze defendiendo al golpismo empresarial y Aguilar Camín escupiendo insultos en lugar de sus rancios razonamientos. Así en Argentina, en Colombia, en España… en Brasil. Ahora tienen por candidatos políticos a lo peor de las farándulas mercantilizadas.

Ahora, más que nunca, se hace urgente el gran proyecto humanista de nuevo género, capaz de conformar una agenda revolucionaria plena de valores y prácticas en lo cotidiano tanto como en los plazos largos. La urgencia nuestra es trabajar arduamente en la organización política anticapitalista; la revolución de las comunicaciones y la semántica emancipadora; los mapas de la subjetividad y el desarrollo de métodos críticos superadores de las máquinas de guerra ideológica burguesas. La consolidación de los modos de producción y las relaciones de producción emancipadas y emancipadoras. En suma, un programa humanista de nuevo género para la transformación de la realidad y la supresión del capitalismo.

No caer en emboscadas «reconciliatorias»; no tragarse el discurso de «igualdad» esgrimido por quienes nos bloquean o marginan. No legitimar el «dialoguismo» falaz del discurso único. No engañarse con la «igualdad de oportunidades» si no se garantiza la igualdad de condiciones. No sucumbir a los pregoneros del individualismo o del escapismo. Derrotar todo «supremacismo», racismo y nazi-fascismo. Con la revolución todo, contra la revolución nada.

La bancarrota de la intelectualidad burguesa es, al mismo tiempo, una gran responsabilidad que nos compete y compromete. Ellos harán lo imposible por esparcir confusión y mugre a diestra y siniestra. Ellos preferirán la mentira y la calumnia como campo de lucha enrarecido por la estulticia y nosotros debemos impedir, a toda costa, que nos arrastren en su debacle a una emboscada de la que salgamos debilitados o supeditados a su suerte. Nuestra agenda debe ser profundizar la revolución del pensamiento y de la praxis. La salida es «ser cultos para ser libres» porque «por el engaño nos han derrotado más que por la fuerza» y «en la demora está el peligro». Nos urge la unidad de la inteligencia crítica para la acción directa. La historia nos lo advierte.

http://www.granma.cu/pensamiento/2021-09-14/la-decadente-intelectualidad-burguesa-14-09-2021-23-09-57
Comparte este contenido:

Canto a la paz

Por: Marcelo Colussi

“Si quieres la paz, prepárate para la guerra”, decían los romanos. El mundo actual parece que se lo tomó en serio, porque la actividad humana más desarrollada es, justamente, la industria bélica.

¿Se puede vivir en paz?, es decir: ¿sin conflicto? Pregunta mal formulada, sin dudas. El conflicto -el choque, la confrontación, la polémica- es nuestra razón de ser. Punto.

¡Paz!

¿Paz?…

Palabra tan manoseada.

En tu nombre se cometen todos los días los peores atropellos.

¿Estás en algún lado?

No lo sé.

No lo sé, y poco importa, pues parece que a nadie le preocupa

realmente mucho tu situación.

La paz está en los cementerios… De eso no caben dudas.

¡pero allí hay solo cadáveres!

¿Podrá estar la paz entre los vivos?

Lo que palpamos a diario,

lo que nos duele cada día,

cada hora,

cada minuto,

es tu ausencia. O si se quiere: tu lejanía.

¿Dónde estás, Paz?

¿Quién te hirió de muerte?

¿Tal vez estés muerta? (Entre nosotros: ¿viviste alguna vez?)

Lo que conozco,

lo que conocemos y nos golpea,

nos humilla como Humanidad, nos escupe en la cara,

lo que nos sacude dondequiera,

no tiene nada que ver con la paz.

¿O todo eso es la paz? (humillaciones, afrentas, soportar con estoicismo, cerrar la boca).

Te emparentan con el Amor.

En tu nombre, y con amorosas palabras

nos desfiguramos,

somos una grotesca caricatura

de aquello que levantamos como lo más sublime.

¿Somos mentirosos entonces?

¿Por qué necesitamos invocarte a cada rato para hacer siempre lo contrario?

¿Por qué en nombre de la paz matamos, denigramos, torturamos,

podemos sentimos superiores?

Se habla de progreso, pero eso es siempre el sacrificio de muchos

para el bienestar de pocos.

Con una cruz cristiana y la Biblia bajo el brazo

Se masacró todo un continente…

Se aniquila, se tortura, se denigra…

¿Paz?

Se habla de bien común,

pero son pocos, muy pocos los invitados al festín

de los poderosos.

Con los símbolos de la paz y del amor

nos confinan a los mendrugos,

a las sobras, a la resignación.

Si se protesta, nos condenan.

Si no se protesta, nos matan.

Quienes somos víctimas –y la gran mayoría lo somos–

difícilmente podemos alzar la voz.

¿Acaso la paz es aguantar?

¿Es soportar con estoicismo? ¿Es apretar los dientes y sobrellevar las penas?

Nos enseñaron que ser pacíficos es tolerar, tener paciencia, sonreír siempre. 

¿Realmente eso es la paz?

¿Quién dijo que a las mujeres les gusta ser sumisas,

que a los niños les gusta callarse ante los mayores

o que a los negros les gusta imitar a los ganadores blancos?

¿Quién formuló aquello que los trabajadores trabajan felices para su amo?

Con la mayor de las violencias nos obligaron

a creer en los dioses (¿amorosos y pacíficos?).

Quien se resiste a creer, puede ser condenado a la pira, al suplicio, al escarnio.

¿Paz?

Con la más grande ausencia de paz (¡sí, sí: de paz!)

nos obligan a uniformarnos,

a seguir la caravana,

a no abandonar el redil.

¿Y si reaccionamos?

¿Somos violentos si no usamos corbata,

si no estamos a la moda

o no saludamos cortésmente a nuestros explotadores?

¿Somos violentas (o locas) las mujeres si no queremos tener sexo un día?

¿Somos violentos si nos rebelamos contra el mundo?

Con la furia visceral más grande que exista

¿no podemos decir que no?

¿Quién dijo que la paz es quedarse sentado, mudo,

aterrorizado ante el que manda,

regocijándonos con las mezquindades y mediocridades

que ya aceptamos como normales?

¿Somos pacíficos si nos vamos tranquilos a dormir sin

indignarnos por lo que debe indignarse?

¿Dejamos de ser pacíficos si echamos a la hoguera del odio ancestral,

amasado en milenios de sometimiento,

todas nuestras opresiones?

¿Dejamos de fomentar la paz si nos levantamos contra esas opresiones?

Si “la violencia es la partera de la Historia”, ¿somos violentos

si abrimos los ojos algún día?

Paz, paz… ¿La de los cementerios entonces?

Si es cierto que la paz es la ausencia de guerra, ¿podemos quedarnos tranquilos

pensando que vivimos pacíficamente porque no suenan balas ni cañones?

La mujer golpeada,

el esclavo explotado,

el “inferior” despreciado,

el loco encerrado en su manicomio,

el engañado en cualquiera de las infinitas formas del engaño,

el despreciado por no ser del grupo dominante,

el que sufre hambre,

la que sufre violencia sexual,

el incomprendido que disiente siendo señalado,

el que sigue al rebaño porque no puede permitirse ser diferente,

el despreciado por ser diferente

¿viven en paz?

Quizá la paz es una aspiración.

Quizá no más -¡ni nada menos!- que eso.

Se busca, pero nunca se llega a tenerla…

porque los vivos no habitamos cementerios.

Quizá haya que apretar los dientes y destruir muchas cosas

para acercarnos a ella.

Con las tripas del último burgués

ahorcaremos al último burócrata.

Con las tripas del último papa

ahorcaremos al último rey.

Con las cenizas humeantes de lo viejo aborrecido

modelaremos la utopía.

Fuente: https://www.aporrea.org/actualidad/a287710.html
Comparte este contenido:

La crítica como ejercicio de la sociedad

Por: Miguel Erasmo Zaldívar Carrillo.

Deseo hacer algunas reflexiones sobre la crítica como ejercicio de una sociedad sana, de una sociedad que no teme mirarse sus errores para rectificar el camino. Sin la sana crítica toda sociedad humana irá a su propia corrupción. El peor peligro de toda razón es creerse con toda la razón. Sin embargo, todas las críticas no son iguales ni cumplen los mismos objetivos.

Es sabido que la crítica es un ejercicio que se ha identificado con lo que la sociedad capitalista burguesa denomina democracia. Resulta atinado partir de esta premisa para comprender que una sociedad que se organiza sobre la lógica de la explotación de grandes masas estará viciada a la hora de hablar honestamente de democracia. La democracia en al capitalismo neoliberal es solo el derecho de unos de explotar a otros amparados por las leyes y, consecuentemente, la libertad de expresión es solo poder decir aquello que no afecte al sistema.

En el capitalismo neoliberal los medios se privatizaron y por tanto la libertad de expresión está limitada a los intereses del dueño y del apoderado. No estamos frente a la opinión publica sino frente a la opinión publicada que no es lo mismo. El pueblo exprimido por el capital no tiene ni televisoras ni periódicos que se ocupen de denunciar sus miserias por la simple razón de que los dueños de los medios no viven en la miseria, más bien, lucran con ella.

Como el capitalismo neoliberal necesita convencernos a todos de su justicia incuestionable y su prudencia a la hora de lidiar con opiniones enfrentadas; permite que la algarabía de la crítica superficial y vanidosa llene todos sus espacios mediáticos y llama a esto periodismo. El periodismo de Loret de Mola no es periodismo pues está totalmente subyugado por el sistema del capitalismo neoliberal y su lógica. Los periodistas que realmente se enfrentaron al neoliberalismo quedaron en las fosas o sin trabajo como Carmen. En el capitalismo neoliberal la libre expresión es solo un eslogan, una apariencia falsa de la realidad. Los medios se llenan de tontería en tanto el supuesto periodista se desgarra las ropas en críticas superficiales. No olvidemos aquella frase: “Hoy hace un día soleado”.

De esta manera aparecen aparentes periodistas (perrodistas al servicio de su amo) que en su crítica lo que hacen es validas delante de toda la sociedad incrédula y estupefacta, la capacidad del sistema aceptar la libertad de diversas opiniones cuando en realidad se asesinan a aquellos que en sus posturas pueden dañar los intereses, siempre intocables, del gran capital.

No confundamos la crítica del periodista profesional, o la del periodista de investigación con el balbuceo temeroso del que cobra grandes salarios para escupirle a su pueblo la mentira en el rostro como si fuese la verdad. Crear estados de opinión falsos y serviles al despojo es una tarea permanente del perrodista al servicio de su amo.
La crítica que el capitalismo en la voz de estos perrodistas ejerce tiene ciertas características muy notables:

1. Es una crítica superficial que nunca busca las causas reales de los problemas sociales, sino que se entretiene y conforma con la forma. Por ejemplo, se critica la mala practica de la atención a la niñez de la calle por una institución cualquiera y no se discute cómo se producen esos niños de la calle por la practica de un sistema de expropiación y despojo.

2. Es una crítica saturada de argumentos fútiles que embotan la mente del público y no le permiten comprender lo esencia. Por ejemplo, se critica que en Oaxaca se den plantones y bloqueos constantemente y que ello afecta a la población y al buen desarrollo económico sin atender las verdaderas razones de estas actitudes: como pudieran ser la falta de espacios para dirimir los conflictos, la pobreza, la insalubridad y la cultura del enojo.

3. Es una crítica en la que se atacan los aspectos positivos como si fuesen negativos para desacreditar y confundir al gran público. Por ejemplo, a un presidente que por primera vez se reúne con la prensa y escucha pacientemente sus preguntas, algunas realmente insidiosas y otras muy mediocres, y que responde con mucha educación se le acusa de dictador, o de mesiánico.

4. Es una crítica que implica la no critica instalando falsas teorías supuestamente científicas. Un ejemplo excelente sería el documental “De panzazo” en el que se hace una aberrante interpretación de la escuela como si esta fuese una institución separada de la sociedad y al margen de ella. En este documental totalmente intencionado se hace responsables a los educadores mexicanos de efectos que emergen de la pobreza, el despojo y la explotación a la que son sometidos más de sesenta millones de mexicanos. Se asume a la escuela como la institución de la que emergerá la nueva y buena sociedad que soñamos sin que se diera una redistribución de la riqueza. En este seudo documental se supone que la escuela erradicará las problemáticas que se han acumulado por siglos por la simple voluntad de los educadores organizados. Esto serpia como pretender que la resistencia del aire anule la gravitación sobre los cuerpos.

5. Es una crítica que no permite que lo bueno crezca y fructifique en una cultura de la comunicación y lo positivo. Si el pueblo está creciendo en saberes y conciencia crítica el perrodista tratará de robarle la verdad, hará que lo bueno muera en el intento para reinstalar la cultura de lo superfluo a la que tanto se acostumbró. Citaremos como ejemplo algunas palabras Víctor Trujillo, en su personaje de «Brozo”:
«Ya llegó Andrés Manuel, qué bueno que llegó, ya es gobierno. Y se le tiene que tratar como al gobierno. No como a un santo, no como a un ícono, no como a alguien venido de las estrellas, no como alguien parido del centro de la Tierra. Sangra y caga. Al poder se le revisa, no se le aplaude»(…)

Acá se unen en una sola cita varios errores muy peligrosos para un pueblo que busca salir de la ignorancia de los siglos y construir su emancipación. En primer lugar, se está asumiendo que AMLO es el nuevo poder con lo cual se logra continuar des empoderando al pueblo trabajador que lo puso donde está. El pueblo logro la hombría histórica de derrotar a los dueños de los medios y llevar a la presidencia a la persona que encarnó sus esperanzas por mucho tiempo. El pueblo debe saber que el poder es él, que sin su unidad y accionar esta realidad de hoy no sería posible. Es el pueblo el que está en el gobierno y esto debe ser explicado una y mil veces para que la gente comprenda que cuando AMLO dice que no lo dejemos solo no está haciendo otra cosa que definiendo otra lógica en lo que se concibe como poder.

El otro error es pensar que al poder se le critica por el solo hecho de serlo con lo cual los argumentos salen volando. Ninguna crítica que emerja basada en prejuicios y creencias puede reclamar para sí

el respeto1 del que se hace acreedora la crítica fundamentada y objetiva. Si comprendemos que el pueblo es poder y que el presidente lo que está haciendo es mandar obedeciendo como reflexiona DUSSEL entonces comprenderemos que la función del periodista comprometido con su tiempo no es criticar por criticar al gobierno; sino criticar para ubicar aquellos espacios en los que debemos mejorar, criticar para comprometerme más con el camino de la trasformación y el cambio. A los perrodistas a favor de su patrón, el capitalismo neoliberal, les permitimos y les respetaremos el espacio de expresarse; solo le exigiremos que sean objetivos en sus señalamientos. Siempre que manipulen y mientas los descubriremos ante el pueblo para que este conozca quienes trabajan para sus antiguos opresores. El pueblo sabrá sacar sus propias conclusiones.

La crítica del periodismo en esta cuarta transformación debe ser la luz que nos diga por dónde y por qué. Periodistas que investiguen, que busquen aquellos recodos que no enderezamos aún. Que alumbren aquellas oscuridades que se nos olvidan porque en estas urgencias podemos y vamos a cometer olvidos y errores. El periodista es para el pueblo en emancipación lo que el maestro para su alumno. Educa la crítica racional, objetiva y comprometida. Un periodismo que nos acompañe y nos ayude a no errar y a corregir es una verdadera bendición en esta 4t.

En la lógica de Víctor, debemos criticar todo para poder estar en la postura correcta, debemos criticar al poder; sea quien sea y haga lo que haga. Él no lo dijo exactamente así, pero así entiendo lo que leo cuando dice “al poder se le revisa, no se le aplaude”. Creo que lo correcto, en mi postura claro está, sería decir: al gobierno del pueblo se le revisan los errores y se le acompaña en la rectificación. Un periodista comprometido no solo utiliza la crítica como herramienta de clarificación sino como arma para la educación del pueblo. En este sentido me atrevo a sugerirle a Víctor: menos groserías que los niños están escuchando y más objetividad. La banalidad, la falta de educación y buen gusto no deben ser el racero que norme nuestro trabajo periodístico. Educar al pueblo en las buenas maneras y formas de expresión es también función del periodismo. No digo que en algunas oportunidades estas pintorescas maneras de expresión no sean necesarias para dibujar plenamente una situación. Lo que digo es que la grosería no debe ser el producto periodístico que le sirvamos a un pueblo que quiere caminar de la oscuridad a la luz.

Por otro lado, podría uno preguntarse; ¿Si un periodista en su postura, evidencia apoyo al trabajo que se viene realizando debemos entonces descalificarlo, demonizarlo? Nadie debe ver lo positivo, ningún periodista que se respete aplaudirá el buen trabajo del gobierno porque en la lógica de “Brozo” al gobierno de le debe criticar. En esta lógica nunca podremos salir de la mediocridad y la dominación a que conduce tan inconsecuente actitud. La objetividad, la crítica fundamentada de un periodista no implica falta de compromiso sino todo lo contrario.

Ser objetivo implica lo uno y lo otro: esto es, señalar lo que podemos mejorar y reconocer lo que hemos logrado. Estoy en contra, como Víctor, de cualquier aplauso lambiscón. La conducta abyecta es contraria a la profesionalidad que debe acompañar a un periodismo comprometido con el momento histórico que le tocó vivir. La 4t no debe ser, nunca, un acto social de arrodillarse ante sujetos o creencias. El hombre libre porta conciencia histórica, y con ello, no teme reconocer el trabajo de otros cuando se ha realizado con entereza y responsabilidad.

La correcta autoestima no usamos la palabra respeto para referirnos a los argumentos no a las personas pues estas deben gozar de él en todas las condiciones se avergüenza del logro de los otros; por sana, puede entonces disfrutar aplaudiendo el buen desempeño de un compañero o de un presidente.

No debemos olvidar cuando los “dinosaurio” alega que no tenemos libertad de expresión en esta 4t que las tumbas están llenas de compañeros periodistas que jugaron su papel en la historia y pagaron con su vida el precio por ello. El capitalismo neoliberal no respeta la libertad de expresión su vocación real es el despojo y el asesinato de los que eleven una palabra contraria a ello. Creo que en este punto debemos seriamente diferenciar entre la crítica del enemigo histórico y la del compañero de lucha.
La crítica del compañero de lucha que se compromete con el cambio de nación con el que todos soñamos es una crítica que no hiere ni descalifica ni lacera. El compañero sabe que el cambio es de todos y de todos es lo que hagamos bien y también lo que no. Habrá errores, eso es inevitable.

Por otro lado, frente a los errores debemos ser inclaudicables, pero protegiendo la obra construida y recuperando al compañero. Se critican las faltas no a las personas. Si arremetemos contra los compañeros cuando cometan una falta nos quedaremos solos. No podemos cometer el error de echar todo abajo cada vez que nos equivoquemos en una u otra cosa ni que poner en peligro la necesaria unidad. Para los compañeros de lucha en esta 4t, la crítica deberá convertirse en un arte: el arte de sanar, de acompañar en la rectificación, el arte de edificar un mundo mejor partiendo de aciertos y errores.
La crítica del enemigo histórico, a diferencia de la anterior, viene llena de malas intenciones, de veneno; no viene a sanar sino a destruir. No se critica para mejorar sino para denostar, se apunta con saña contra la persona. No se critica para ubicar aquellos aspectos en los que debemos continuar trabajando sino para demostrar la incapacidad del criticado. La crítica del enemigo histórico y sus métodos de destrucción y desunión jamás deben tener cabida entre compañero de lucha.

¿Qué es lo que se pretende con estas denostaciones a AMLO y nuestro proyecto de nación?
Se le hace responsable hasta del aire que respiramos pues se intenta destruir la credibilidad que el pueblo depositó en él y que tanto esfuerzo costo. Sí, debemos decirlo sin miedo, no hay proceso de cambio sin que la gente acopie alguna cantidad de sueños y utopías. Robarle los sueños y las utopías al pueblo es la misión histórica de los enemigos de México. A eso se dedicarán en estos seis años por venir. Ellos saben que será muy difícil que conquisten nuestra alma porque estamos hartos y decepcionados de su desempeño, por eso su apuesta es quitarnos los sueños para que regresemos al rincón de la historia rumiando que todos son iguales, en definitiva; el mismo finquero. Un pueblo sin utopías no está dispuesto a los sacrificios necesarios para emanciparse, no debemos olvidar esto.

Seré muy claro: AMLO; como persona, como ser humano, como sujeto que nunca se rindió merece el respeto y el reconocimiento de su pueblo agradecido. Criticar los errores que cometamos tanto él como nosotros es un deber de todos, pero salvando la esperanza, la necesaria unidad y la utopía.

Comparte este contenido:
Page 1 of 2
1 2