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El Caribe requiere agilidad en apoyo tras emergencias climáticas

Dominica/Marzo de 2017/Autor: Desmond Brown/Fuente: Inter Press Service

Cuando se aproxima el segundo aniversario de la devastacion causada por la tormenta tropical Erika en la pequeña isla de Dominica, sigue sin materializarse parte de la ayuda prometida para afrontar sus estragos, que incluyeron decenas de personas muertas, casi 600 sin hogar, y daños materiales por 1.000 millones de dólares.

La situación, que se repite en otras tragedias que asolan a los países insulares del Caribe por el impacto del cambio climático, ha llevado a los gobernantes del área a demandar mayor agilidad en la asistencia comprometida, como parte de la respuesta a estos fenómenos.

El 27 de agosto de 2015 cayeron 381 milímetros de agua en esta isla montañosa causando inundaciones y deslizamientos de tierra, que la hicieron retroceder 20 años en su desarrollo, según el primer ministro Roosevelt Skerrit.

Este país insular no estaba preparado para una tormenta como Erika. Muchas rutas y puentes no eran lo suficientemente resistentes como para soportar ese gran volumen de agua.

Poco después de pasada la tormenta, Skerrit dijo que cientos de hogares, puentes y caminos quedaron destruidos y que se necesitaría una ayuda económica de millones de dólares para recuperar al país.

“Para volver a donde estábamos antes de Erika, tenemos que conseguir por lo menos 88,2 millones de dólares para el sector productivo, 334,55 millones para infraestructura y 60,09 millones para el sector social”, detalló.

Los vecinos del Caribe fueron los primeros en ayudar a Dominica ofreciendo asistencia médica y económica e ingenieros en telecomunicaciones, a los que se sumaron el aporte de suministros esenciales y mano de obra aportados por Venezuela, así como médicos y enfermeras de Cuba.

Dieciocho meses después, Dominica todavía está en las primeras etapas de la recuperación, y Skerrit solicita la rápida actuación de las agencias internacionales para ayudar a su país y a sus vecinos, también golpeados por las severas tormentas de los últimos años.

“Para nosotros es particularmente importante el Fondo Verde para el Clima (FVC), creado para asistir en la adaptación y la mitigación de los efectos del cambio climático”, dijo Skerrit a IPS.

“Es fundamental que quienes deberían recibir la asistencia tengan un acceso relativamente rápido al fondo”, precisó.

Por más loable que sea, tendrá un impacto mínimo si el desembolso resulta tan lento como ha ocurrido con otras instituciones y agencias de crédito.

“La creciente intensidad y frecuencia de estos eventos climáticos nos obliga a hacer frente a la realidad del cambio climático”, observó.

“Difícilmente en la región haya alguien que no haya sufrido de alguna forma los efectos del fenómeno y eso subraya la necesidad de implementar las medidas contenidas en el Acuerdo de París”, añadió.

El FVC fue creado con el fin de impulsar la meta de mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados.

El fondo es una iniciativa global única para responder al cambio climático, que procura que invertir en un desarrollo con bajas emisiones de carbono y resistente al clima.

Creado por 194 gobiernos, el FVC procura limitar o reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en los países en desarrollo y ayudar a las comunidades vulnerablesa a adaptarse a los impactos inevitables del recalentamiento planetario.

Dada la urgencia y la seriedad del desafío, el fondo está mandatado para hacer una ambiciosa contribución a una respuesta global unida al cambio climático.

El Centro de Cambio Climático de la Comunidad Caribeña (CCCCC), con sede en Belice, fue acreditado como una entidad regional de implementación por la junta directiva del FVC en 2015.

El director ejecutivo del centro, Kenrick Leslie, dijo que la institución refleja el gran calibre del trabajo realizado en la región y de la fuerza de los sistemas internos de la misma.

“Ahora avanzaremos con una serie de proyectos ambiciosos, que hemos desarrollado bajo instrucciones de la dirección de la Caricom (Comunidad del Caribe)”, precisó.

Como primera organización regional acreditada, el CCCCC es ahora la interfaz y la vía de financiación del FVC a los pequeños estados insulares en desarrollo del Caribe.

Skerrit, quien terminó en febrero la Presidencia de la Caricom, de 15 miembros, comentó que visitó Haití y Bahamas durante su mandato para constatar de primera mano la devastación causada por el huracán Matthew, que azotó la región en 2016.

Matthew rápidamente se intensificó pasando de tormenta tropical a huracán al avanzar por el mar Caribe, y alcanzó la categoría cinco convirtiéndose en uno de los más fuertes en la historia de la cuenca del Atlántico y destruyendo grandes partes de Bahamas, Haití, Cuba y el este de Estados Unidos.

“La magnitud del daño fue grave”, aseguró Skerrit, acompañado del secretario general de la Caricom, el embajador Irwin LaRocque, y del director ejecutivo de la Agencia de Gestión de Emergencia de Desastres del Caribe, Ronald Jackson.

El gobierno de Haití registró 500 personas muertas y 1,5 millones urgidas de asistencia humanitaria, entre ellas 120.000 familias cuyas viviendas quedaron destruidas o gravemente dañadas, indicó.

Lo peor de la devastación ocurrió en el cinturón agrícola, que afectó la distribución de alimentos al resto del país.

“La agricultura y la pesca también se vieron gravemente afectadas en Bahamas, además de las viviendas y de la infraestructura en las tres islas más golpeadas”, apuntó.

“Los daños se estimaron en más de 500 millones de dólares. Espero que el proceso de recuperación esté bien encaminado para reconstruir la vida y las formas de sustento de los afectados”, precisó.

Por su parte, el primer ministro de Bahamas, Perry Christie, describió cómo, a raíz del huracán Joaquín, de categoría tres, que golpeó a su país en 2015, su gobierno debe hacer frente daños por 600 millones de dólares, así como a la intrusión del mar causado por Matthew al año siguiente.

El mandatario bahameño opinó que las instituciones financieras necesitan hacer una consideración especial de las circunstancias únicas del país.

“Nuestra población se distribuyen en 100.000 millas cuadradas de océano y a medida que nos modernizamos comenzamos a sentir los efectos de tener a personas ricas conduciendo nuestra economía y que esta se mida en función del ingreso por habitante. Nos clasificaron de tal forma que no calificamos para préstamos en condiciones favorables”, explicó.

“El paradigma que agrupa a todo el país, no toma en cuenta el desarrollo desigual. La gente que vive en la isla de Providencia es totalmente diferente a la de otras islas más alejadas”, ejemplificó Christie.

“Nos juzgan con dureza”, se lamentó.

“Cuando tenemos un huracán que deja daños por 600 millones de dólares y que hacer frente la intrusión del mar, derivada de Matthew, el país debe soportar las consecuencias, pero luego te rebajan de categoría porque no hay garantías de que tengas los ingresos”, explicó.

“Esos son los desafíos que afrontan los países de la región”, resumió.

Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2017/03/el-caribe-requiere-agilidad-en-apoyo-tras-emergencias-climaticas/

 

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China: El hierro disuelto por la contaminación del aire puede aumentar el potencial del océano para atrapar carbono

China/Marzo de 2017/Fuente: La informacion.com

Partículas de hierro generadas por las ciudades y la industria se están disolviendo por la contaminación del aire causada por el hombre y vertiendo al mar, potencialmente aumentando la cantidad de gases de efecto invernadero que los océanos del mundo pueden absorber, según sugiere un nuevo estudio.

Los científicos han creído durante mucho tiempo que los ácidos formados por la contaminación generada por el ser humano y las emisiones naturales disuelven el hierro en partículas transportadas por el aire, elevando la cantidad de hierro al océano, pero no han obtenido pruebas directas de esta teoría.

Ahora, se ha encontrado que las partículas ricas en hierro procedentes de la fabricación de acero y la quema de carbón, recogidas en el Mar de China Oriental, tienen un grueso recubrimiento de sulfato que contiene hierro soluble que proporciona pruebas para probar la teoría de la disolución ácida del hierro.

Científicos de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) y la Universidad de Shandong (China) dirigieron una alianza internacional de investigación con colegas de universidades de Estados Unidos y Japón. El trabajo, publicado en ‘Science Advances’, fue financiado por la Fundación de Ciencias Naturales de China y el Consejo de Investigación de Medio Ambiente Natural de Reino Unido.

«La contaminación del aire disuelve el hierro en aerosoles, lo que puede ayudar a fertilizar los océanos. Sabemos que la contaminación del aire daña gravemente la salud humana y los ecosistemas terrestres, pero esta ‘nueva’ fuente de hierro soluble puede potencialmente aumentar la cantidad de dióxido de carbono almacenado en los océanos y, por tanto, neutralizar sin querer el calentamiento global», explica uno de los autores de este trabajo, el doctor Zongbo Shi, de la Universidad de Birmingham.

LA ‘PISTOLA HUMEANTE’ DE LA DISOLUCIÓN ÁCIDA

El profesor Weijun Li, autor principal de este trabajo, en la Universidad de Shandong añade: «La detección de sulfato de hierro mezclado en los recubrimientos de sulfato que analizamos proporciona el ‘arma humeante’ sobre la disolución ácida porque no hay otra fuente o proceso atmosférico que conduce a su formación». Los científicos recogieron tres tipos de partículas portadoras de hierro del Mar Amarillo, la parte norte del Mar de China Oriental situada entre China continental y la Península Coreana.

Mediante sofisticados instrumentos microscópicos buscaron partículas a nanoescala que contienen hierro, específicamente localizándolas a partir de miles de partículas de aerosol. Mostraron que las partículas ricas en hierro, las cenizas volantes y las partículas de polvo mineral habían viajado desde el continente asiático. La mayor parte de las partículas ricas en hierro y cenizas volantes registraban una cantidad significativa de sulfato que contenía hierro soluble.

La mayor parte del dióxido de azufre atmosférico en Asia oriental es emitido por la combustión del carbón y la industria, mientras que la mayor parte de las partículas de sulfato en el hemisferio norte se forman a partir del dióxido de azufre generado por las actividades humanas.

Por lo tanto, el equipo de investigación confirmó que las partículas de sulfato ricas en hierro que se encuentran en el Mar Amarillo se forman por contacto con dióxido de azufre artificial. La investigación muestra que las partículas aerotransportadas se volvieron ácidas después de ser llevadas al Mar Amarillo.

«Las actividades humanas pueden haber conducido a un aumento del hierro atmosférico soluble en los océanos en varias ocasiones desde la Revolución Industrial, lo que podría tener un impacto importante en la eficacia con la que nuestros océanos están regulando nuestro clima», subraya Shi.

«El control de la contaminación atmosférica llevará enormes beneficios al bienestar humano, pero puede reducir la cantidad de nutrientes en la superficie de los océanos y, por tanto, la tasa de captación de carbono del océano. Se necesita realizar más trabajo para cuantificar el impacto del hierro soluble antropogénico en los ecosistemas oceánicos y el clima», concluye.

Fuente: http://www.lainformacion.com/medio-ambiente/recursos-naturales/oceanos/disuelto-contaminacion-aumentar-potencial-carbono_0_1004001238.html

Imagen: http://www.ecologiaverde.com/contaminacion-de-los-mares/

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La soledad del PRAE

01 de marzo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org

Por: Mauricio Mora Rodríguez

Un recordatorio para la comunidad educativa sobre el proyecto ecológico que se ha dejado a un lado y que además, no se ha potenciado como se debería hacerlo. 

Por estos días, época de proyecciones, modificaciones y planeaciones, vale la pena preguntarse por  un proyecto transversal que debería tener más importancia: el PRAE. Vital para construir el puente tan necesario entre la escuela y la comunidad y que, potenciando la investigación y el trabajo colaborativo, procura crear conciencia sobre el impacto que los seres humanos tenemos con nuestras acciones sobre el medio ambiente.

No obstante su importancia, es un proyecto subvalorado en las más veces, diluido en medio de la cantidad de capacitaciones y actividades que desarrollamos, la soledad de la mayoría de los PRAE(s) es atribuible al desconocimiento real acerca de lo que es el medio ambiente y sus interacciones sociales y culturales  por parte de todos los miembros de la comunidad educativa, lo cual no permite que haya una apropiación real ni que podamos implementar la siempre bien ponderada y casi impronunciable interdisciplinariedad.

Las debilidades en la planeación y ejecución de los PRAE(s) son varias, pero según la Mg Ángela Cortés, una de los más comunes es limitarse al activismo: se ejecutan actividades básicas como programar jornadas de aseo o instalar canecas de reciclaje, pero se ha dejado de lado la parte conceptual y contextual; sería importante encontrar los problemas ambientales del entorno, estudiarlos a fondo y realizar ahí sí las acciones tendientes a la resolución o mitigación de estos problemas, de esta manera el efecto sobre la comunidad sería más importante.

Una cosa que debe tener presente toda la comunidad educativa con respecto al PRAE, es que no genera dividendos económicos, a veces se piensa que el reciclaje de los residuos sólidos u otras actividades del programa tienen un fin de lucro, y no es así, sin embargo una planeación y una ejecución correcta del proyecto ambiental redunda en cosas como el ahorro de energía y agua en las instituciones educativas, una reducción en el consumo de, por ejemplo, envases Pet y paquetes (que además mejora la nutrición de los estudiantes), y finalmente, en el mejoramiento de la calidad de vida de todos los miembros de la comunidad educativa. Por eso es importante rescatar la conciencia ambiental de las páginas muertas del proyecto y de los anuncios estériles de echar el papelito a la caneca, para sentarse a analizar las problemáticas ambientales y contribuir así con un planeta que pide a gritos conciencia de todos sus habitantes.

Adenda: Quedó un mal sabor con las reiteradas denuncias de fraude en el concurso de ingreso docente, pero además con la ligera conclusión de que no había pasado nada, basada, supongo en una investigación exprés de 24 horas, no es la primera vez que pasa y no puede ser que la prueba escrita pierda el único atributo que tenía: la objetividad.

Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/la-soledad-del-prae

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Impulsan en Guatemala agricultura de conservación.

Centro América/Guatemala/28.02.2017/Autor y Fuente:https://cerigua.org/a

La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) organizó el foro público “Prácticas agrícolas sostenibles, responsables y resilientes al cambio climático”, en el que se abordó lo relativo a la conservación de la agricultura y la sostenibilidad ambiental por medio del enfoque de los ecosistemas.

El especialista señaló que los números del aumento de población y los requerimientos de producción de crearles que conlleva su alimentación son elocuentes; habrá un alto costo para todos si no tomamos las medidas necesarias, enfatizó.

Friedrich indicó que para hacer frente a los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible se hacen necesarios los sistemas productivos sostenibles; siendo esta un área en la cual la FAO puede compartir una gran variedad de estudios caso, investigaciones y guías técnicas con sus socios, cooperantes y beneficiaros en las comunidades agrícolas.

Los días 21 al 23 de febrero, Friedrich participó en cursos y talleres de promoción de nuevos conceptos, con estudiantes de agronomía; compartir y explorar técnicas de agricultura novedosas, con técnicos expertos, y explorar sobre prácticas de producción alternas en su contexto de conocimiento ancestral, con grupos de agricultores y sociedad civil.

La encargada de negocios de la Embajada de México, María Salud Castillo, participó en la inauguración del evento; mientras que en el panel foro lo hizo Mario Fuentes, del Fitomejoramiento Participativo (FP) Buena Milpa; Eddie Mendoza, de la Federación de Asociaciones Agrícolas de Guatemala (FASAGUA); Manuel Sánchez, del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Friedrich.

Fuente: https://cerigua.org/article/impulsan-en-guatemala-agricultura-de-conservacion/

Imagen: https://cerigua.org/media/images/pictures/agricultura.jpg

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Too hot to learn – why Australian schools need a national policy on coping with heatwaves

Oceanía/Australia/Febrero 2017/Noticias/https://theconversation.com

Many parts of Australia have been experiencing a long-running heatwave, with temperatures soaring above 40 degrees in some areas. So what impact is this having on schools? And is it time for the government to roll out a national policy on heat protection?

Research shows that extreme heat can result in physical (cardiovascular and thermoregulation), cognitive (acquiring and retaining information) and emotional difficulties (motivation and negative feelings towards set tasks). And let’s not forget ruined school lunches!

Currently, the main policy in place to protect students from outdoor weather extremes is the Cancer Council’s SunSmart program.

The SunSmart program has had a successful foundation policy for school staff and students to ensure enough shade is provided and to wear sun-protective clothing, a hat, sunscreen and sunglasses for all outdoor activities when UV radiation is at level 3 or higher.

But there is no consistent educative policy across Australian schools for heat protection.

Many schools have site-specific or varying state guidelines. There is, however, little school policy relating to school activities during specific heat conditions (according to a set temperature and humidity).

Impact of intense heat

In the US, emergency department admissions revealed that children were the most reported age group to go to hospital with heat cramps, heat exhaustion, heat stress and heat stroke.

In Japan, between 1975 and 2009, 133 children died of heat stroke while doing outdoor school activities.

School children depend on adults and carers to keep environments at suitable temperatures. There is an ongoing risk of Australian children being exposed to dangerous heat conditions.

Students can often forget to drink enough water, which has an impact on concentration, cognition and memory processes from high sweat loss in extreme heat.

Mandatory requirements for children to do a minimum of 100 minutes of timetabled physical education each week increase the risk of heat exposure.

With fixed times and locations for physical education, this can leave children more vulnerable to heat exposure – especially when this is in addition to recess and leisure time, which are often outdoors.

Students are less active when temperatures are above just 22 degrees, which can impact on meeting physical education objectives and guidelines.

What such a policy would look like

To ensure existing and potential strategies for heat protection could be identified, I conducted a recent review of the various heat-protection implementations, investigations, reports and/or guidelines in schools.

Here I outline five key action areas from the research of what a national school heat policy could look like.

School policy

  • Adopt flexible scheduling of outdoor activities according to the heat conditions by duration/intensity. Start earlier or later in the day when the heat is less intense and ensure children have more rest breaks. The school should have alternative venues to modify and relocate activities during extreme heat when temperatures exceed 30 degrees and humidity levels exceed 60%.
  • Schools should consider modifying uniforms to combine UV protection with cooling fabrics and ice vests to reduce body temperatures and “thermal stresses” during extreme heat.
  • Schools need to be set up to deal with incidences of heat illness and emergencies and to encourage regular rotations to shaded/cooler areas. This includes developing communication procedures (text, internet, email, social media) to notify staff and students of high-risk heat conditions.

Environment

  • Ensure extra shade from both man-made structures (tents, sails and umbrellas) and natural features such as trees to provide cooler environments for outdoor activities during extreme heat.
  • Use large industrial fans and ensure indoor spaces have open doors/windows or air-conditioning access during activities, especially during rest periods.
  • Provide more water fountains, cooled water facilities and electrolytes for fluid retention and regularly monitor outdoor weather conditions. Ice and water spray bottles could also be used as cooling aids.
  • Display heat guidelines and charts in prominent locations in the school for reminders about hydration and feelings according to the temperature.

Training

  • Develop personal skills so staff and students know how and where to access heat protective strategies in the school. This includes maintaining adequate nutrition, keeping food safe (at lower temperatures to prevent being spoiled), gaining adequate sleep and monitoring hydration practices and fluid loss.
  • Develop communication methods within schools relating to heat illness and where to access support or facilities through a developed heat-protective resource map and guide. Train staff how to detect heat illness in others and to treat, mentor, role-model and protect others.

Prevention

  • Teachers to take into account medical characteristics of students, age, fitness and level of acclimatisation when undertaking activities in hot conditions. Regularly monitor any students or staff who appear distressed from the heat.
  • Implement heat-protective policy according to relevant Australian Curriculum content of “being healthy safe and active”, demonstrate heat-protective behaviours for safety, and identify actions, plan and promote heat strategies to develop health, safety and wellbeing.

Community

  • Notify parents about school heat conditions and ask them to provide their children with cooled water and modified uniforms during heatwaves. Also give parents an insight into the school procedures in place to protect the students from the heat.
  • Include information on the school’s heat-protective procedures in school newsletters. Parents can use this beyond the classroom. Schools should gain feedback from the community on strategies and ideas for further protection of staff and students during heatwaves.
    • Put on events to help raise funds for heat-protective facilities in schools. Include parents to have different heat-protective roles and responsibilities during outdoor school events.

 

Fuente:

https://theconversation.com/

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/L6ZJwgpPbXwoIZkeT-89g21pGXu49K8p329kZjV_Cce5F2n9CjExGQ-3tvCpajdYHCymNw=s85

 

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Caos climático ¿verdad o consecuencia?

Por Silvia Ribeiro

El 4 de noviembre 2016 entró en vigor el Acuerdo de París sobre cambio climático.  Mirando los datos reales, los festejos por este “logro” parecen un teatro del absurdo.

Abundan afirmaciones engañosas de fuentes oficiales y empresariales para desviar la atención de la gravedad del caos climático, dando así coartada y protección a quienes lo han causado: transnacionales de energía (petróleo, gas, carbón), agronegocios, construcción, automotrices; y el 10 por ciento de la población mundial más rica que con su sobreconsumo es responsable del 50 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.

El primer objetivo del Acuerdo es “mantener el aumento de la temperatura media mundial [para el año 2100], muy por debajo de 2 º C con respecto a los niveles preindustriales y proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a 1,5 ºC… ”

Pero la misma semana que entró en vigor el Acuerdo de París, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente publicó el informe “Brecha de emisiones 2016”, donde señala que con el actual curso de emisiones, habrá un aumento de 1,5 º C,  ya en 2030 o antes. Agrega que sumando los “compromisos” oficiales que han declarado los gobiernos a la Convención sobre Cambio Climático, la temperatura aumentará 3, 5 pc hasta fin de siglo. (http://tinyurl.com/jr3n9mk).

¿Por qué dos organismos de Naciones Unidas dan mensajes tan contradictorios?  Para empezar el Acuerdo de París pone una meta “ideal” –que se propagandea y festeja como si fuera real– pero permite que cada país haga contribuciones voluntarias de reducción de emisiones llamadas Contribuciones Previstas Determinadas a nivel Nacional. No son vinculantes, no obligan a tomar medidas para cambiar el curso de la crisis climática y peor aún, lo que declaran ni siquiera son necesariamente reducciones reales (en sus fuentes y por parte de quienes se benefician con el consumo), porque la “contribución” de muchos de los principales países emisores no es tal: se basa en gran parte en mecanismos fallidos como mercados de carbono y tecnologías no probadas ni viables.

El artículo 4.1 del Acuerdo de París agrega que para cumplir los objetivos, se propone que “las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo lo antes posible, (…) y a partir de ese momento reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero, (…) para alcanzar un equilibrio entre las emisiones antropógenas por las fuentes y la absorción antropógena por los sumideros en la segunda mitad del siglo…”.

Si las metas son teóricas, la forma de llegar a ellas que establece el Acuerdo es surrealista:  primero se puede seguir emitiendo –hasta alcanzar un punto máximo o “pico” que no se define cuánto es- y luego hay que reducir rápidamente (lo cual no se podía hacer antes, pero al alcanzar el pico mágicamente sí se podrá) y luego, continúa sin hacer reducciones, sino que se trata de “alcanzar un equilibrio” entre emisiones y absorción “antropógena”, o sea, por medios tecnológicos, no naturales.

Esta última parte es particularmente perniciosa, porque justifica el concepto fraudulento de “cero emisiones netas” o hasta negativas. No son reducciones sino compensaciones, es decir, contabilidad no realidad. Presupone que se puede seguir aumentando la emisión de gases de efecto invernadero porque se “compensarán” con tecnologías de “emisiones negativas”.

Las tecnologías a las que se refieren mayoritariamente son captura y almacenamiento de carbono en fondos geológicos y bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (CCS y BECCS por sus siglas en inglés), ambas consideradas técnicas de geoingeniería.  En sí mismas conllevan riesgos importantes –todos los estudios recientes sobre BECCS muestran que las plantaciones para bioenergía en la escala requerida tendrán un impacto devastador en suelos, agua, ecosistemas y producción de alimentos. CCS es una vieja técnica de la industria petrolera que no se usa porque es cara e ineficiente: se llamaba antes Recuperación Mejorada de Petróleo pero cambiaron el nombre para venderla como tecnología para el cambio climático. Se trata de inyectar CO2 para empujar a la superficie reservas profundas de petróleo y dejar el carbono en el suelo. No es técnica ni económicamente viable –tampoco sirve para el cambio climático porque aumenta el consumo de petróleo– pero si se paga con subsidios públicos, es un jugoso negocio para las empresas que causaron el problema.  Cuando en unos años sigan sin dar “emisiones negativas” y el planeta se siga calentando, dirán que para enfriarlo sólo quedan otras formas aún más riesgosas de geoingeniería.

Lo más cruel de este teatro es que el problema del caos climático es real, nos afecta a todos, se conocen claramente las causas y responsables, pero la mayoría de las propuestas oficiales y empresariales son falsas “soluciones”.   Por el contrario, muchas organizaciones y movimientos sociales muestran que hay una gran diversidad de alternativas que funcionan, son viables y benefician a la mayoría de la gente y el planeta.  La más fuerte por su alcance y capacidad de contrarrestar el cambio climático son los sistemas agroalimentarios campesinos, agroecológicos y locales. Pero también energías renovables con las comunidades, sistemas de basura cero, recuperar ferrovías, buen transporte colectivo de bajas emisiones y muchas otras. Cada una no es suficiente, pero juntas tienen un enorme y potencial real, viable económica, ambiental y socialmente.  Lo criminal es seguir con el mismo modelo de producción y consumo, aumentar la civilización petrolera, su devastación ambiental y social y sus dueños hagan nuevos negocios con tecnologías para “compensarlos”.

– Silvia Ribeiro, Directora para América Latina del Grupo ETC

www.etcgroup.org

Ecoportal.net

ALAINET

http://www.alainet.org/

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Escuelas de campo ayudan a mujeres contra el cambio climático

Por: Ecoportal/10-02-2017

El debate en torno al cambio climático ha ignorado la forma en que el fenómeno afecta de forma diferente a hombres y mujeres, concentrándose en subrayar la extrema variabilidad del clima y el hecho de que es impredecible, así como la disminución de la productividad agrícola.

Las mujeres representan 56 por ciento de los agricultores ugandeses y son responsables de más de 70 por ciento de la producción agrícola, así como de la seguridad alimentaria y nutricional en los hogares, según la Red de Mujeres de Uganda (Wougnet). Sin embargo, solo son propietarias de 16 por ciento de las tierras cultivables de este país.

Stella Tereka, enlace sobre género y cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), explicó que las prácticas culturales discriminatorias, que tienden a favorecer a los hombres, limitan el control de las mujeres sobre los recursos productivos clave, lo que exacerba su vulnerabilidad al cambio climático.

“El trabajo intensivo recae sobre las mujeres, en especial las tareas no remuneradas del cuidado, lo que hace que no tengan tiempo para practicar lo que aprenden, el conocimiento y las capacidades obtenidas en grupo en sus actividades agrícolas”, explicó Tereka a IPS.

Por su parte, Winnie Masiko, negociadora de género y cambio climático que representa a Uganda en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), criticó la falta de pautas claras para incorporar la dimensión de género en los proyectos de cambio climático.

La Política de Tierras ugandesa, de 2013, garantiza a las mujeres el mismo derecho que a los hombres de ser propietarias o copropietarias de la tierra, pero eso no siempre se refleja en el terreno.

Masiko subrayó la necesidad de iniciativas concentradas en atender los desequilibrios estructurales para achicar la brecha de género, comprender las distintas necesidades de hombres y mujeres y allanar el camino para una efectiva adaptación al cambio climático.

Edidah Ampaire, coordinadora del proyecto Acción Política para la Adaptación al Cambio Climático, dijo que las contribuciones y los derechos de las mujeres están extremadamente restringidos, en especial en zonas rurales, y que el gobierno hace muy poco para atender los desequilibrios.

“La desigualdad de género está generalizada en las comunidades agrícolas y deja a las mujeres en desventaja”, precisó Ampaire.

Tereka subrayó que la promoción de la igualdad de género está en el centro de los programas de la FAO y que la agencia realiza esfuerzos deliberados para garantizar la inclusión femenina en todos sus programas.

“Es fundamental que las mujeres ganen poder y formen parte de la toma de decisiones en todos los niveles, a fin de que podamos ver su contribución efectiva al desarrollo de sus familias y sus naciones”, explicó Tereka.

A través de la metodología de Escuelas de Campo para Agricultores (ECA), “conocidas como escuelas sin muros”, la FAO permite que hombres y mujeres con un objetivo común reciban capacitación, compartan ideas, aprendan entre sí mediante la observación y la experimentación en su propio contexto.

En promedio, las ECA cuentan con 60 por ciento de mujeres.

Proscovia Nakibuye, quien cría ganado en el distrito ugandés de Nakasongola, dijo que las ECA le enseñaron estrategias efectivas para hacer frente al cambio climático. “No enseñaron buenas prácticas para mantener el ganado y plantar pasturas”, relató.

“Las ECA ofrecen un espacio para aprender en grupo de forma práctica, mejorar la capacidad de realizar análisis críticos e incentivar el proceso de decisión de las poblaciones locales”, explicó Tereka.

“Las actividades se basan en el campo e incluyen la experimentación para resolver problemas, al reflejar un contexto local específico”, añadió.

“Los participantes aprenden a mejorar sus habilidades agrarias mediante experimentación, observación, análisis y aplicación en su propio terreno, lo que contribuye a una mejor producción y sustento. El proceso de las ECA mejora el empoderamiento individual, doméstico y comunitario, así como la cohesión social”, precisó.

De hecho, Nakibuye y su esposo observan grandes cambios tanto en su hogar como en las actividades agrícolas.

“Antes, mis hijos no iban a la escuela, pero ahora gracias a la mayor venta de leche, les puedo pagar una educación decente”, aseguró.

La FAO también utilizó los Sistemas de Aprendizaje Acción de Género, una herramienta comunitaria que permite a hombres y mujeres planear el futuro que quieren y actuar contra las barreras, incluidas las normas sociales que inhiben la igualdad de género y la justicia.

Por su parte, Mercy Ssekide, una agricultora del distrito de Mubende que se unió a la ECA de Balyejjusa, observó: “Si no colaboras con tu propia familia, los cultivos no prosperan, por eso impulsé a mi esposo a unirse a las ECA, para que trabajemos como equipo”.

“Nos capacitan y nos impulsan a trabajar duro para manejar el cambio climático y para cubrir nuestras necesidades. Fuera de temporada, cultivamos tomates y ganamos dinero porque la población local y los comerciantes nos compran a nosotros”, indicó el marido de Mercy.

Así, la familia logró diversificar sus actividades y aventurarse en la avicultura, la cría de cabras y de cerdos y mantener una huerta. Y ahora, los Ssekide deciden en conjunto el uso de los ingresos y pueden pagar la educación terciaria de sus hijos.

La FAO, con fondos aportados por la Unión Europea, implementa el Proyecto Global de Cambio Climático en los distritos centrales ganaderos de Luwero, Nakasangola, Nakaseke, Mubende, Sembabule y Kiboga.

Teniendo en cuenta la falta de tiempo y el peso de las tareas que recaen sobre las mujeres, la FAO procura que las actividades de sus proyectos fomenten la participación femenina, en particular ajustando el horario de reuniones y de la capacitación para que ellas puedan participar y beneficiarse de las capacidades y del conocimiento sobre agricultura climáticamente inteligente.

Tereka cree que con un clima cada vez más impredecible, es fundamental el desarrollo de capacidades relacionadas con la agricultura climáticamente inteligente.

Incluso, urgió al gobierno ugandés a renovar el sistema de extensión agrícola para ofrecer una mejor respuesta de género para que los agricultores, y en especial las mujeres, usen de forma correcta los insumos distribuidos por el Estado en el marco de la Operación Creación de Riqueza.

La metodología de las ECA se implementa actualmente en 90 países, con cuatro millones de agricultores en el mundo que lograron mejorar sus capacidades y se ajustaron bien a los efectos del cambio climático.

Traducido por Verónica Firme

Foto: Mercy Ssekide, del distrito de Mabende, en Uganda, trabaja con su esposo en el terreno familiar. Crédito: FAO.

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IPS

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