En medio de la crisis que atraviesa el país, Mauricio Macri se tomó un rato para recibir este jueves, en la Casa Rosada, al presidente de la Alianza Cristiana Evangélica (Aciera), la organización que nuclea a los jerarcas que rechazan -entre otras cosas- la legalización del aborto.
Hace unos días, tanto el actual mandatario como Alberto Fernández, se reunieron también con la Conferencia Episcopal Argentina, cúpula de la Iglesia Católica, con lazos con Bergoglio y el mismo rechazo a este derecho elemental.
Pero sobre la alianza que preside el pastor de la Iglesia Bautista Rubén Proietti, parece pesar un interés particular. Con unos 9 millones de fieles y más de 15 mil iglesias en el país, Aciera vuelve a concentrar la atención de Cambiemos, así como la del PJ. Una renovada búsqueda del voto de los sectores a los llegan las iglesias, así como un renovado interés por garantizar una composición parlamentaria «a la altura» de las leyes y la contención que necesita una política de ajuste, parecen estar en juego.
La estrategia celeste
Proietti cuenta que desde Aciera no participan «en política partidaria», aunque reconoce que alientan «a los fieles con vocación» a involucrarse en el tema.
¿Rebuscado? No. Es una forma de describir la estrategia que tienen para avanzar en representación en el Congreso Nacional, la institución que finalmente tuvo que debatir, después de 7 presentaciones sucesivas, el proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Una institución alejada completamente de las necesidades de las grandes mayorías, y en la que también se debaten otras leyes, como la reforma previsional, o la reforma laboral, o los vencimientos de la deuda u otras medidas que exigen los planes que tiene el FMI… o el presupuesto que se otorga a las instituciones religiosas… o la injerencia que éstas tienen en las políticas del Estado. Son sólo algunos ejemplos.
Si en 2018 la estrategia de «los celetestes» fue la del lobby parlamentario , la estrategia que se dieron para 2019 fue la avanzar con su presencia en casi todas las listas que superaron las PASO. La excepción es el Frente de Izquierda-Unidad, que encabezan Nicolás del Caño y Romina del Plá y lleva a Myriam Bregman como primera candidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires, siendo la única lista nacional completamente verde y con posibilidades de ampliar su representación en el Congreso.
Iglesias, gobiernos y territorios
La estrategia del lobby parlamentario le permitió a la cúpula evangélica afianzar muchos de sus lazos con gobernadores, funcionarios, diputados, jerarcas de otras iglesias y grupos antiderechos, y eso tuvo también su expresión a nivel territorial . En 2018, por ejemplo, eso se vio con los miles de bolsones de comida para la «asistencia social» que la gobernadora María Eugenia Vidal y la ministra Carolina Stanley, en representación del Estado, dejaron en manos de la institución religiosa.
Desde La Matanza, territorio que en cambio administra el kirchnerismo, explican que en los barrios más humildes de la provincia, «las iglesias llegan donde los gobiernos no». «Estamos con la gente, estamos en la calle, estamos en todas partes. Acá en La Matanza no podés doblar una esquina sin ver una iglesia evangélica», dice nada menos que Gabriel Ciulla, pastor de la Iglesia Camino de Vida, miembro de Aciera y nuevo flamante subsecretario de Culto de este distrito.
Esta nueva cartera, creada poco antes de las PASO por la intendenta y candidata del Frente de Todos, Verónica Magario, fue parte del acuerdo al que llegó la compañera de fórmula de Axel Kicillof con autoridades de Aciera. El organismo, dedicado al Culto religioso, se puso en marcha un día antes de la presentación del proyecto de la Campaña Nacional por el Derecho al aborto, en mayo de este año. Todo un mensaje.
Jerarcas evangélicos everywhere…
Aunque con un peso mucho menor al de la cúpula Católica, las elecciones encuentran a la jerarquía evangélica encabezando un número inédito en su historia en el país. Según sus estimaciones, más de 200 miembros , entre candidatos y candidatas a legisladores nacionales, provinciales, concejales y consejeros escolares, además de una candidata a vicepresidenta como Cynthia Hotton, que acompaña en la fórmula presidencial a José Gómez Centurión, integran las listas de los partidos mayoritarios.
Es lo que destacó el propio Rubén Proietti, que aunque es cercano a las filas del kirchnerismo festejó recientemente, en un encuentro con esos aspirantes a diversos cargos, «el rol de cada evangélico en los diferentes partidos». Allí, el presidente de Aciera trazó además un nuevo objetivo para las generales de octubre: “reafirmar, independientemente del espacio que cada uno ocupa, la defensa de las dos vidas y la familia”.
Para «alcanzar un Congreso Provida», se proponen «que la mayor cantidad de senadores y diputados, sean del partido que sean, sean provida. Este es el objetivo que asumimos», señalan desde «Votá 2 Vidas», otra de las organizaciones que integran esta alianza. «Tenemos dos meses para lograr el mismo milagro que logramos el año pasado», reiteran.
Que oficialistas y opositores de la mayoría de las listas buscan el apoyo de las cúpulas religiosas, no es novedad. De manera más o menos directa, con más o menos cobertura «verde», en estas elecciones, esto se expresa también en el armado de las listas.
Se ve en el Frente Nos, que encabeza el ex funcionario macrista Juan José Gómez Centurión; en las candidaturas que integran Consenso Federal, el frente que encabezan Roberto Lavagna y Juan Manuel Urtubey; y en las candidaturas de Juntos por el Cambio, que integran por ejemplo Dina Rezinovsky, militante evangélica y coordinadora regional del Instituto Nacional de Juventud, dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, o el pastor Gabriel Mraida, Director Nacional de Prevención del Delito en el Ministerio de Seguridad de Nación, a cargo de Patricia Bullrich.
Si el resultado de las PASO se repite en octubre, sus nombres se sumarán a los de otros antiderechos macristas, como Carmen Polledo, Esteban Bullrich, Marta Varela y probablemente Alfredo Abriani -secretario de Culto y a cargo de la estrategia sobre esa franja-, Victoria Morales Gorleri -segunda candidata a diputada en la Ciudad- y Cornelia Schmidt Liermann, además del actual presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales del Congreso, Pablo Tonelli, con el que Myriam Bregman disputa su banca.
Frente de todos…celestes
Pero esa presencia también se ve en el Frente de Todos, incluso cuando Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner dicen que ahora están a favor de la despenalización de la práctica. Un cambio de posición a la que «llamativamente» llegaron después de 12 años de negar este derecho, ser gobierno, tener mayoría parlamentaria y ministerio de Salud, que pusieron en manos de antiderechos como Juan Manzur.
Ya el hecho de que el gobernador tucumano sea un personaje elogiado por la fórmula FF, además de un candidato firme a ocupar el sillón de Marcos Peña, como Jefe de Gabinete de Ministros, debe leerse como mucho más que «un dato». Es, de hecho, una de las caras del llamado a «unir pañuelos verdes y celestes» que realizó la ex mandataria después de la derrota del aborto.
Pero el gobernador que obligó a parir a una nena de once años, no es el único antiderechos en el Frente de Todos. La gobernadora de Tierra del Fuego, Roxana Bertone, que ingresaría al Congreso próximamente; la senadora que votó contra el aborto, Silvia García Larraburu, nuevamente encabezando la lista rionegrina; el intendente chaqueño y ex Jefe de Gabinete Jorge Capitanich; el gobernador riojano Sergio Casas, que encabeza otra de las listas antiderechos del Frente de Todos; el ex embajador del Vaticano, Eduardo Valdés, otro de los que compite con la banca que encabeza Myriam Bregman. Todos ellos ingresarían al Congreso si se repiten los resultados de las PASO.
Fortalecer la voz de la izquierda
El Congreso por venir, de triunfar esa orientación, no sólo le daría una mayoría automática al peronismo, sino también a «la ideología celeste».
Tras los resultados de las PASO, el golpe de los mercados y el escenario que preparan junto al FMI, la composición de ambas cámaras -la de Diputados y la de Senadores- hace también al debate sobre el futuro que se viene, no sólo para nuestro postergado derecho al aborto.
El intento de derechizar -más todavía- la composición del Congreso, con una mayor presencia de «celestes» en todos los partidos, no hay que dejarlo pasar.
Hay que fortalecer la voz de las que no tienen voz, la de las millones de mujeres jóvenes, trabajadoras y pobres, que son las principales víctimas del aborto clandestino, pero también las principales protagonistas, junto a sus compañeros, de las luchas por venir. Algo de eso parece anticipar las destacada presencia femenina en las luchas de Mielcitas, de la docencia de Chubut, de la comisión de mujeres de Ran Bat.
Fuente de la Información: https://www.laizquierdadiario.com/Con-la-ayuda-de-Macri-y-el-peronismo-los-jerarcas-evangelicos-buscan-un-Congreso-provida