La historia se repite y por segundo año consecutivo, los venezolanos rechazarán a viva voz la devaluación de sus remuneraciones limitadas a solo tres dólares mensuales. «Vamos a seguir en la calle», aseguró Carlos Petit, representante de Fetrazulia. En Maracaibo, más de 800 mil jubilados y pensionados están llamados a la manifestación.
primero de enero de 2023 el dólar oficial estaba en 17,48 bolívares, lo que colocaba el salario mínimo en $7 aproximadamente, desde principio de año ha continuado su depreciación, siendo en la actualidad $3,5 a la tasa oficial que es aproximadamente el doble de la que había a principio de año, 35,85bs por dólar”, explicó el economista y profesor universitario Pablo Polo a Versión Final.
Mientras la divisa norteamericana continúa apuntalándose, la preocupación por una arrolladora crisis económica y una remuneración que no corresponde a lo necesario para subsistir es el dolor de cabeza de trabajadores y pensionados.
“La canasta básica está en 500 dólares y el pensionado apenas gana tres dólares (…) No es suficiente para que un adulto mayor pueda sobrevivir”, lamentó el representante de Fetrazulia, Carlos Petit.
Según cálculos del economista José Guerra, Venezuela fue uno de los países con más inflación en todo el mundo en el pasado 2023, seguido de Líbano y Argentina, con cifras preocupantes que superan el 260 %.
Esto se traduce en que, dos años atrás, un trabajador compraba proteína, carbohidrato y productos de aseo personal con su pago. Al día de hoy, se enfrenta a solo $3,5 de sueldo, una reducción de casi el 97 % de su poder adquisitivo a consecuencia de la devaluación del bolívar. “Nos ha tocado hacer de tripas, corazón”, agregó Petit.
La bonificación para los trabajadores del sector educación en Venezuela cubre solo el 6,5 % de la canasta básica alimentaria familiar en ciudades como Maracaibo. Los docentes consideran que esa asignación especial es “una burla” y exigen mejores salarios.
Los educadores venezolanos recibieron en las últimas horas una bonificación especial equivalente a poco menos de 30 dólares del gobierno de Nicolás Maduro, en una medida contra lo que el chavismo llama una “guerra económica” de presuntos agentes extranjeros e internos contra su modelo político.
El oficialismo anunció el domingo pasado el depósito de 580 bolívares a los integrantes de las nóminas del sector educación mediante una plataforma de bonos denominada Patria. El monto es igual a 29,5 dólares según la tasa oficial de cambio del lunes de 19,66 bolívares por dólar estadounidense.
La asignación monetaria a decenas de miles de maestros, empleados y obreros de los diferentes niveles educativos dependientes del poder ejecutivo nacional ocurre en medio de unaola de protestas de ese gremioen los principales estados de Venezuela.
El lunes, un día después de la conmemoración nacional del Día del Educador, proliferaron las críticas de los educadores a la bonificación.
“No quiero bono, no quiero CLAP (una caja de alimentos subsidiados por el gobierno venezolano), yo lo que quiero es un sueldo digno ya”, se escuchó repetir a los manifestantes en regiones como Caracas, Bolívar y Zulia.
Los docentes, obreros, empleados y trabajadores administrativos del sector educativo venezolano demandan que el Estado homologue sus sueldos hasta una cifra que les permita costear, por lo menos, la canasta básica alimentaria.
El gobierno madurista determinó en marzo de 2022 que los salarios de los maestros adscritos a sus nóminas fueran entonces de entre 89 y 106 dólares, si bien serían pagados en bolívares a la tasa oficial de cambio. Esas remuneraciones, sin embargo, se depreciaron desde entonces hasta superar a duras penas los 20 dólares al mes para esos docentes.
Ayuda insuficiente
El salario al que aspira el gremio educativo hoy ronda los 474 dólares, lo que cuesta alimentar a una familia de cinco miembros, de acuerdo con una investigación publicada en noviembre por un organismo dependiente de la Federación Venezolana de Maestros.
Como colofón, ocurre que el costo de la canasta básica alimentaria se incrementa en algunas ciudades como Maracaibo, en el occidente del país, cerca de Colombia. Alimentar a una familia allí costó en diciembre como promedio 8.876 bolívares, es decir, 514 dólares.
Hay un extenso camino por recorrer para lograr que los agentes económicos en nuestro país cuenten con ingresos suficientes”
Gustavo Machado, economista venezolano
El bono depositado desde el domingo a los educadores equivale al 6,5 % del costo de la canasta básica alimentaria familiar en la capital del estado más poblado de Venezuela, Zulia, subraya el economista y docente universitario Gustavo Machado.
“Nos da una idea del extenso camino por recorrer para lograr que los agentes económicos en nuestro país cuenten con ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades, siendo en primera instancia necesario alcanzar un elevado nivel de consenso social para maximizar las posibilidades de avanzar por la ruta más adecuada”, comentó a la Voz de América.
El reciente depósito en las cuentas de los docentes y empleados del gremio educativo se concreta luego de un año en el que Venezuela registró la peor inflación de América y una de las más notorias en todo el mundo, de 305,7 %, de acuerdo con los registros del opositor Observatorio Venezolano de Finanzas, a falta de cifras recientes del Banco Central.
¿Cuánto cuesta la comida?
El lunes, un cartón de 30 huevos costaba 6,1 dólares, un precio similar al kilo de carne de res de primera. Apenas 200 gramos de pechuga de pavo rebanada costaban 4,3 dólares en un supermercado de Maracaibo, mientras un litro de aceite reflejaba un precio de 5,69 dólares.
Un kilo de pasta costaba 2,3 dólares a inicios de semana y era necesario invertir entre 1,3 y 1,5 dólares por la misma cantidad de un arroz blanco y una harina de maíz. Un kilo de pollo entero costaba cerca de 4 dólares por kilo, al mismo tiempo que 900 gramos de mayonesa tenía un precio marcado en un mercado del norte marabino de 9,5 dólares.
El queso blanco es uno de los productos más caros. Un solo kilogramo de su versión mozzarella premium costaba 9,6 dólares y el semiduro estaba disponible por 10 dólares.
Con esos precios, según la tasa de cambio de 19,66 bolívares, un docente invertiría su bono de 29,5 dólares en tan solo un kilo de carne, otro de pollo entero, uno más de pasta, harina y arroz, 500 gramos de queso y un poco de jamón rebanado.
“Este bono representa una burla, el desprecio que tiene el gobierno de Venezuela a la educación. Es un absurdo”, expresó a la VOA la profesora de la Universidad del Zulia, Molly González, quien hasta inicios de año era la líder de su gremio en esa institución.
Disponer de poco menos de 30 dólares en un mercado o panadería de Venezuela “no representa absolutamente nada” en beneficio de las alacenas de los docentes, opina. “¿Qué puedes comprar tú con 20 dólares en una Venezuela dolarizada totalmente?”, cuestionó González. Una familia de 4 miembros no puede resolver su problema alimentario con 20 dólares”, aseguró.
Tanto la bonificación especial de las últimas horas como las protestas constantes de los docentes venezolanos ocurren en momentos en los cuales el poder ejecutivo de Maduro ha anticipado que anunciará en breve medidas económicas relevantes.
Los expertos independientes han interpretado esa previsión gubernamental, hecha por la vicepresidenta Delcy Rodríguez, como la antesala a un nuevo aumento del salario mínimo en Venezuela, que hoy apenas ronda los 6,6 dólares por mes o 130 bolívares.
Como lo apunta Carmen Teresa Márquez, presidenta electa de la Federación Venezolana de Maestros, los profesores de todos los niveles educativos esperarán tales decisiones en la calle, exigiendo pacíficamente la asignación mensual de un sueldo “digno”.
El calendario del año escolar 2021 para los colegios públicos y privados, empezará el 1 de marzo con la modalidad a distancia, debido a la pandemia de la Covid-19.
A través de participación ciudadana gremios magisteriales presentaron ante la Asamblea Nacional un anteproyecto de ley denominado «Canasta Básica Educativa 2021″para que el Estado garantice herramientas de aprendizaje.
Luis Sánchez, Secretario General de AEVE dice que el documento cuenta con siete puntos que tienen que ver con temas como internet gratuito por familia de 45 GB, entrega de equipos tecnológicos a estudiantes, entre otros
Con la propuesta se le permitirá a miles de estudiantes de las 16 regiones educativas del país la oportunidad de conectarse para recibir educación, ante la falta de recursos según el Secretario General de la Asociación de Profesores, Fernando Abrego.
El calendario del año escolar 2021 para los colegios públicos y privados, empezará el 1 de marzo con la modalidad a distancia, debido a la pandemia de la Covid-19.
Un salario de 600 dólares para los educadores de primer nivel que están comenzando a laborar y de allí aplicar las escalas salariales establecidas en la Convención Colectiva, es lo que exige el magisterio larense, para soportar los días de cuarentena obligatoria por el nuevo coronavirus.
Los docentes de Lara consideran que Nicolás Maduro no puede esperar hasta el primero de mayo para anunciar un incremento salarial.
El sector salud por su parte, guarda la esperanza de la ayuda humanitaria anunciada para médicos y enfermeras por Juan Guaidó. «Las medidas de Maduro son excluyentes, no hay garantía que quien tenga el carnet de la patria reciba los bonos, pero los más afectados son los médicos jubilados, que además de que no les llega tal asignación gubernamental, se están muriendo de hambre por cobrar una pensión equivalente a un salario mínimo al mes», expresó el médico Omar Agüero.
Marzo del año 2020 mostró en la calle a las mujeres fisurar la polarización impuesta. Este 8M dejó estampadas nuestras demandas y exigencias y nos dejó la tarea pendiente de construir un 8M2021 con más fuerza, pero también con más lucha y rescate de los espacios democráticos de debate, discusión y acción. Pero en clave de balance cabe preguntarse si esta acción fue juntas y hermanadas o, por el contrario, fue el producto de desencuentros y cortocircuitos de un espacio en el que no se puede obviar la pluralidad y la diversidad.
El 8M en Venezuela comienza a tener un nuevo significado
En los últimos años hemos visto desde lejos las grandes movilizaciones y paros de mujeres que se han realizado en otros países y que han agitado los cimientos del sistema patriarcal. Aunque en Venezuela aún prevalece con mucha fuerza la desconfiguración de la fecha con aires de celebración, el esfuerzo de algunas organizaciones e individualidades feministas le pusieron voz a las demandas de las mujeres. Si el año pasado el incipiente intento terminó invisibilizado por el mega- apagón, acontecimiento nacional que le impuso a la población aun más miseria y precariedad, este año logramos hilar más fino e introducir de manera subyacente el debate sobre hacer un 8M en diversidad o dejarle la fecha al secuestro del gobierno y de su partido PSUV.
Del año 2019 al 2020 el salto fue cualitativo, y a pesar de los desencuentros y roces que se vivieron en la preparatoria y durante el mismo acto, todo parece indicar que podemos imprimirle más fuerza al movimiento más heterogéneo que se ha dado en los últimos tiempos por estos lados, aunque aún pequeño e incipiente. Desde Marea Socialista en el impulso de Juntas y a la Izquierda estamos determinadas a forjar las alianzas que surgieron y que a la postre son imprescindibles para luchar contra un sistema que nos oprime y nos impone una vida miserable en el silencio del no encuentro, de la no exigencia y de la no lucha que impera en Venezuela a causa del ahorcamiento sistemático de las libertades democráticas.
El aprendizaje de los espacios preparatorios
Aunque desde nuestra mirada las asambleas realizadas, aun no cualifican para denominarse de tal forma, los encuentros realizados en distintas sedes de las organizaciones participantes marcaron las coincidencias, y también las tensiones que transversalizaron la concentración del 8M2020.
La primera gran coincidencia es el repudio, el rechazo contra los femicidios, dar a conocer las cifras alarmantes que se han conocido por investigaciones independientes, asimismo en contra de la violencia machista que afecta a miles de mujeres y que en la gran mayoría de los casos se encuentran en la más absoluta impunidad. Además exigir la publicación de cifras oficiales ya que su invisibilización expresa que no existe voluntad para diseñar políticas públicas para terminar con este flagelo.
Esta concomitancia nos permitió expresarnos y pudimos comenzar a tejer un relacionamiento que nos hace reconocernos dentro del marco de la lucha por la defensa de los derechos de las mujeres. Este intercambio nos dio la oportunidad de intercambiar y comenzar a construir lo que bien pudiese ser la génesis de la ampliación de la participación de acciones tendientes a visibilizar el tema de los femicidios y de pedagogizar sobre todas las formas y expresiones de la violencia machista. Es un avance que va dejando atrás la resistencia que ha prevalecido a unir distintas voces ante este flagelo que da cuenta del asesinato de una mujer cada 23 horas. Si algo quedó claro es que el movimiento de mujeres en Venezuela es diverso y complejo, pero lo que sí sabemos es que juntas lo haremos mejor.
La tensión que surgió desde el inicio es la que tiene que ver con la responsabilidad del Estado en la violación de los derechos de las mujeres y sus consecuencias. En el centro del debate algunas organizaciones se oponían a que se levantaran banderas distintas a estas coincidencias gruesas. Para ellas fue un punto de honor emplazar al Estado pero no hacerlo responsable por ello. Emplazan al sistema de justicia para que cesen los retardos procesales y las corruptelas que han ocasionado impunidad en la mayoría de los casos, pero no consideran al gobierno de Maduro corresponsable de esta situación y de los otros temas que mantienen a la mujer venezolana en la más absoluta vulnerabilidad.
Las diferencias comenzaron a expresarse en cada exigencia que se sumaba a las anteriores. La denuncia de la profundización de la feminización de la pobreza. La exigencia por un salario que cubra la Canasta Básica, sobre todo en un país en el que el sueldo de un mes no alcanza ni para comprar cinco panes, no tenía cabida este 8M según ellas. Para nosotras es central ya que la mujer venezolana es sometida a la múltiple explotación al tener que buscar alternativas para sobrevivir. Lo decimos con determinación: Nuestra forma de ver la lucha feminista va en la dirección contraria al feminismo alienante que nos piensa por fuera de la clase trabajadora, como si nosotras mismas no lo fuéramos.
Otro de los desencuentros surgió con la exigencia clara de la distribución gratuita para todas de anticonceptivos, ya que en Venezuela el acceso a los mismos está mercantilizado y, por ende, con los salarios paupérrimos que tenemos es imposible obtenerlos, además de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Consideramos que junto a una educación sexual integral sería la forma de acabar con la terrible condena a la maternidad obligatoria a la que estamos sometidas. También la exigencia de la atención materno-infantil de calidad en el sistema público de salud. Todas estas demandas se enmarcan en la denuncia de la violencia de Estado hacia la mujer venezolana.
Para Marea Socialista en el impulso de Juntas y a la Izquierda era necesario que este 8M transcendiera la visión de la izquierda campista que defiende a ultranza al gobierno de Maduro. Así participamos y promovimos un debate en el que fueron estos los principales conflictos: el que desde la izquierda coloca el centro en una lógica campista y la izquierda que presionaba para intentar construir en la dimensión de la autonomía y la independencia tanto del gobierno como de la derecha tradicional.
Por nuestra posición y la determinación que estuvieran presentes en el 8M tuvimos que confrontar con mucha fuerza las irrespetuosas e inaceptables acusaciones de ser de “derecha”, machistas y patriarcales. Para nosotras claramente es inaceptable que se continuara con la invisibilización de las exigencias de las mujeres en medio de la más brutal crisis perpetrada por el gobierno de Maduro con su política antiobrera y que golpea con más fuerza a las mujeres y por las sanciones impuestas por la política intervencionista de Guaidó y toda la derecha que se escuda detrás del gobierno de Trump con sus títeres del Grupo de Lima (que por cierto hoy enfrentan grandes movilizaciones en su contra en sus propios países).
Necesario es organizarnos
Llegamos a la concentración del 8M, a pesar de haber decidido ir separadas. Desde Juntas y a la Izquierda entendemos que el debate, amén del mal método de algunes, parió una forma de abrir una fisura en la polarización impuesta. Además le arrebató el día internacional de las mujeres del secuestro del PSUV. Mucho nos toca por hacer al respecto y se presenta como mandato histórico porque existe claridad meridiana que nuestra fuerza son las alianzas que hemos tejido y se seguirán tejiendo.
Para ello, Juntas y a la Izquierda seguiremos empeñadas en construir un sujeto feminista que pueda levantar las voces de las trabajadoras precarizadas y empobrecidas, además que se ve en el conjunto de la clase trabajadora. Saber que el 8M es en esencia un espacio de reunión de heterogeneidades y diferencias que debe servirnos de aprendizaje.
Es por ello, que valorar en su justa medida el hecho de que las más jóvenes del espacio del feminismo relacionado con la institucionalidad hayan jugado un papel importante en el hecho de no separar las acciones, es un paso que se pudo dar y que tiene suprema importancia. Que la determinación de quienes decidimos no bajar nuestras banderas de lucha en el día internacional de la mujer fue el motor para que este 8M gritáramos al país y al Mundo que estamos decididas a existir, que no nos callaremos.
Nuestro desafío
El desafío es organizarnos y expresar nuestras exigencias en las calles y en todos los espacios públicos posibles. Que la lucha contra el patriarcado y el Capital se construye día a día. Que el mismo ímpetu que se usa para exigir justicia para todas las mujeres víctimas de femicidios y violencia machista, es el mismo que tenemos para confrontar al gobierno con la política que nos ha llevado a la mujer venezolana a ser de las más pobres a nivel mundial, que es el mismo con el que enfrentamos la mercantilización absoluta de los anticonceptivos y la falta de voluntad para que tengamos derecho a decidir si queremos ser madres o no, con la que enfrentamos el no acceso a una atención materno infantil de calidad. Esa es la forma de romper la polarización, lo otro, lo que se nos había propuesto era una actividad que pretendía invisibilizar a las mujeres que padecen estas situaciones privilegiando el hecho de defender a un gobierno machista, patriarcal pero sobre todas las cosas neoliberal y extractivista.
Nos queda mucho por hacer, nos queda mucho por construir y desde ahora consideramos que estamos en las preparatorias del próximo 25N y 8M. Desde Juntas y a la Izquierda nos organizamos desde la perspectiva feminista, ecosocialista, de la clase trabajadora, antimperialista e internacionalista, con todo lo que ello implica.
Es por ello que te invitamos a unirte que nos conozcamos, que nos juntemos y te sumes con tus aportes, tus opiniones a la construcción de Juntas y a la Izquierda en Marea Socialista.
Whatsapp: 04129636155
Fuente e Imagen: https://mareasocialista.org/2020/03/14/balance-8m2020/
El Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (CENDAS-FVM) dio a conocer su informe mensual del precio de la Canasta Alimentaria Familiar (CAF) del mes de mayo de 2019, la cual se situó en 2.552.836,38 bolívares soberanos, teniendo un incremento del 32,7%, expresado en Bs. 628.571, 36 con respecto al mes de abril de 2019. Aumentó un 115.865,3% entre mayo de 2018 y mayo de 2019.Se requieren 63.8 salarios mínimos (Bs.S. 40.000,00) para poder adquirir la canasta alimentaria, referida a una familia de cinco miembros: Bs. 85.094,54 diarios, más de 2 salarios mínimos cada día aseguró el CENDAS en su informe. Asimismo, indicó que todos los rubros que consumen los venezolanos subieron de precio, lo que en general desestabiliza las posibilidades de que los individuos puedan obtener todos los productos necesarios para su alimentación.La canasta alimentaria de un venezolano está conformada por artículos como: cereales que subieron en un 23,7%, granos que actualmente incrementaron un 74,8%, frutas y hortalizas 31,3%, leche, quesos y huevos, 20,8%; raíces, tubérculos y otros 56,7%; pescados y mariscos 41,9%, grasas y aceites 49,6%, salsa y mayonesa 46,3%, carnes y sus preparados que forman parte de menú diario de una familia aumentaron 32,9%, azúcar y sal 12,6% y café 52,9 %.Esta alza en los precios a su vez
trae secuelas, como la escasez de algunos artículos de la cesta familiar venezolana, donde, según el CENDAS, quince productos presentaron problemas de escasez: leche en polvo, mortadela, atún enlatado, sardinas enlatadas, margarina, avena, azúcar, aceite de maíz, caraotas, arvejas, lentejas, arroz, pastas alimenticias, pan, queso amarillo. Esos 15 productos representan el 25% de los 60 productos que contiene la canasta.
En resumidas cuentas, los ciudadanos se han tenido que abstener de comprar mucho de lo que necesitan, ya que un salario mínimo no cubre las necesidades. Aunque la comida no es lo único que ha tenido un impacto negativo ante la inflación y el alza de los costos, pues productos que también son necesarios para la supervivencia se han dejado a un lado por no entrar dentro de los presupuestos de un hogar. Entre estos están cera para pisos, pañales, toallas sanitarias, toallines, toallitas, leche condesada, suavizante y medicamentos como Atamel, Losartán Potásico,
Amlodipina, Aspirinas, Omeprazol, etc.
Los venezolanos que trabajan para poder sobrevivir en Venezuela se tropiezan día a día con aumentos totalmente fuera del alcance de unapersona que posea uno o dos empleos a la vez, lo que genera una alta desesperación en su entorno social. El informe que hace el CENDAS comprueba que la economía de la nación va en picada, perjudicando a su vez a todos lo que aún viven en el país.
Este documento suministrado por El Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros manifiesta que 44 productos escasean en la nación por no estar al alcance de los ciudadanos, lo que irá incrementando si el país sufre más inflación y desestabilización en la economía.
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